Los Beneficios Del Vínculo Entre Una Madre y Su Hijo Duran Hasta La Edad Adulta

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Los beneficios del vínculo entre una madre y su hijo duran hasta la edad adulta Traer un hijo al mundo es una experiencia inigualable. En especial para la madre, que lo ha llevado nueve meses en su seno. Desde el punto de vista evolutivo, la gestación supone una gran inversión, por lo que asegurar el cuidado y supervivencia del recién nacido es de vital importancia. Para lograrlo, durante el embarazo comienzan una serie de transformaciones en el cerebro que ponen en marcha el instinto maternal. Gracias a ellas, la madre pasa de estar centrada en su propia existencia a volcarse en el cuidado del beebé, que ahora, y durante un largo periodo de tiempo, dependerá de ella para sobrevivir. Tras el amor de madre, que nos parece sublime y que ha ido perfeccionándose en la escala evolutiva, se esconde la química cerebral. A diferencia de los reptiles, los mamíferos reemplazaron la estrategia de poner muchos huevos y apenas cuidarlos por la de tener cada vez menos crías y protegerlas mejor desde antes del nacimiento. La encargada de poner en marcha los cuidados maternos fue la oxitocina, conocida también como «hormona del amor». En realidad esta última «ocupación» la adquirió después. Inicialmente esta pequeña y primitiva proteína se encargaba de mantener el balance adecuado de sal y agua. Luego se empezó a ocupar de las conductas reproductoras y maternales. Producida en el hipotálamo, la región del cerebro encargada de coordinar las conductas esenciales para supervivencia, la oxitocina actúa como hormona y como neurotransmisor. Su liberación al final del embarazo provoca las contracciones durante el parto y la producción de leche. Cuestión de oxitocina Con posterioridad esta neurohormona extendió la preocupación por la prole en círculos concéntricos cada vez más amplios, primero a la pareja, lo que le valió su apodo más famoso de «hormona del amor», y después a la familia extensa y otros miembros de la tribu. De ahí que se conozca también como «hormona del apego».

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uando el bebe nace necesita de su madre porque sin ella su mente no desarrolaria. el bebe en desde la vientre ya esta aprendiendo .

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Los beneficios del vnculo entre una madre y su hijo duran hasta la edad adultaTraer un hijo al mundo es una experiencia inigualable. En especial para la madre, que lo ha llevado nueve meses en su seno. Desde el punto de vista evolutivo, la gestacin supone una gran inversin, por lo que asegurar el cuidado y supervivencia del recin nacido es de vital importancia. Para lograrlo, durante el embarazo comienzan una serie de transformaciones en el cerebro que ponen en marcha el instinto maternal. Gracias a ellas, la madre pasa de estar centrada en su propia existencia a volcarse en el cuidado del beeb, que ahora, y durante un largo periodo de tiempo, depender de ella para sobrevivir.Tras el amor de madre, que nos parece sublime y que ha ido perfeccionndose en la escala evolutiva, se esconde la qumica cerebral. A diferencia de los reptiles, los mamferos reemplazaron la estrategia de poner muchos huevos y apenas cuidarlos por la de tener cada vez menos cras y protegerlas mejor desde antes del nacimiento. La encargada de poner en marcha los cuidados maternos fue la oxitocina, conocida tambin como hormona del amor.En realidad esta ltima ocupacin la adquiri despus. Inicialmente esta pequea y primitiva protena se encargaba de mantener el balance adecuado de sal y agua. Luego se empez a ocupar de las conductas reproductoras y maternales. Producida en el hipotlamo, la regin del cerebro encargada de coordinar las conductas esenciales para supervivencia, la oxitocina acta como hormona y como neurotransmisor. Su liberacin al final del embarazo provoca las contracciones durante el parto y la produccin de leche.Cuestin de oxitocinaCon posterioridad esta neurohormona extendi la preocupacin por la prole en crculos concntricos cada vez ms amplios, primero a la pareja, lo que le vali su apodo ms famoso de hormona del amor, y despus a la familia extensa y otros miembros de la tribu. De ah que se conozca tambin como hormona del apego.Gracias a esta hormona, nuestro cerebro se fue cableando para mantener relaciones afectivas con nuestros semejantes. Y uno de los ms primitivos y fuertes en todas las especies es precisamente la estrecha relacin entre una madre y sus hijos. Y al parecer los niveles de oxitocina durante el primer trimestre de embarazo predicen la fuerza del vnculo materno-filial, segn una investigacin de la Universidad Bar Iln, de Israel. Las madres con niveles ms altos tenan un mayor apego hacia su beb: le miraban, hablaban y acariciaban ms y tenan ms muestras de afecto hacia l.La cuna del amor de madre parece estar localizada en el hipotlamo, precisamente el lugar del cerebro donde se produce la oxitocina. En concreto, este comportamiento de todas las hembras de los mamferos, incluida nuestra especie, parece residir en el rea preptica medial. Se ha comprobado que las lesiones localizadas en esta zona interrumpen los cuidados maternales en ratas, explican Craig Kinsley y Elisabeht Meyer en un artculo publicado en la revista Investigacin y Ciencia.Mientras estaba a punto de dar a luz su segundo hijo, Elisabeth Meyer, como neurocientfica, estudiaba los cambios que se producen en el cerebro durante la gestacin. Aunque eso no le evitaba las molestias propias del embarazo, seala, al menos le proporcionaban cierto consuelo, porque los conocimientos cientficos que iba adquiriendo le revelaban las alteraciones positivas que se iban produciendo en su propio cerebro.As supo que los mareos que experimentaba eran una secuela de ese cambio gradual del cerebro para adaptarse a la maternidad y hacer frente a la gran exigencia que supone. Averigu que, a cambio, despus del parto se incrementa la materia gris en determinadas reas del cerebro relacionadas con la planificacin y la integracin sensorial, la resistencia al estrs, la atencin selectiva y algunos tipos de memoria. Todas estas reas estn implicadas en el cuidado infantil.Adems, las fluctuaciones hormonales favorecen la aparicin de protuberancias diminutas en las neuronas, denominadas espinas dendrticas, que aceleran el procesamiento de la informacin. Tal vez por eso, seala Meyer, las madres pueden convertirse en multitarea, atendiendo a varias cosas a la vez sin sucumbir en el intento.Interaccin con el bebTras el parto, la influencia hormonal pasa a un segundo plano y es la interaccin con el beb la que alimenta el amor de madre, que como en el conocido eslogan aumenta da a da. Un recin nacido hace todo lo posible por atraer la atencin de la madre.Su llanto, su olor nico y el modo de agarrar con sus deditos los de su madre actun como un puado de sensaciones sobre el sensible sistema nervioso materno, seala Meyer. Con las caricias, se produce oxitocina en la madre y el beb, que afianza el vnculo entre ambos.Los lazos que se crean en esta etapa de la vida son decisivos para la salud fsica y tambin psicolgica y mental del pequeo, segn un estudio llevado a cabo por la Universidad de Emory que fue publicado en la revista Frontiers in Behavioral Neuroscience.Esa interaccin provoca cambios en el cerebro del beb que determinarn su respuesta a las demandas del entorno, no solo en los primeros aos sino tambin en la vida adulta. Un buen apego le har ms resistente al estrs y a los trastornos mentales. Y es que el amor de madre es tambin el mejor seguro mdico.El cario en la adopcinP QUIJADALos lazos que se tejen entre una madre y sus hijos no dependen de los genes que comparten. Las madres adoptivas son una prueba de ello, explican en un artculo publicado en Investigacin y Ciencia Kraig Kinsley y Kelly Lambert, del Centro de Neurociencias de la Universidad de Richmond. Cuando no ha habido embarazo, seran los retos de cuidar a un nio los que hacen que el cerebro de la madre adoptiva se reprograme. Los adultos, incluido el padre, y el beb a su cargo influyen mutuamente en sus circuitos cerebrales, que se modifican para que el apego entre ambos se fortalezca con el paso del tiempo.En la Universidad de Rutgers, en Nueva Jersey, demostraron que si a una rata le ofrecen la posibilidad de hacerse cargo de cras ajenas, que llegan a travs de una rampa que puede abrir a voluntad mediante una palanca, el roedor lo presiona repetidamente hasta que su jaula se llena de diminutas ratitas rosadas. Y es que la mera visin de los pequeos y el cuidado de las cras proporcionan placer y ponen en marcha el sistema de recompensa del cerebro.Despus, el vnculo entre la madre adoptiva y las cras se refuerza por el contacto, que promueve la liberacin de oxitocina, la misma hormona que provoca las contracciones durante el parto y la produccin de leche.