LOS CARRUSELES SINDICALES: ANÁLISIS CONSTITUCIONAL Y ...

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LOS CARRUSELES SINDICALES: ANÁLISIS CONSTITUCIONAL Y PROPUESTA DE REFORMA LEGAL PARA EVIT AR ES TE EJERCICIO ABUSIVO DEL DERECHO DE ASOCIACIÓN S INDICAL Juan Pablo Velásquez Palacio UNIVERSIDAD DE LOS ANDES FACULTAD DE DERECHO BOGOTA, 2006

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LOS CARRUSELES SINDICALES:

ANÁLISIS CONSTITUCIONAL Y PROPUESTA DE REFORMA LEGAL PARA

EVITAR ESTE EJERCICIO ABUSIVO DEL DERECHO DE ASOCIACIÓN

SINDICAL

Juan Pablo Velásquez Palacio

UNIVERSIDAD DE LOS ANDES

FACULTAD DE DERECHO

BOGOTA, 2006

2

LOS CARRUSELES SINDICALES:

ANÁLISIS CONSTITUCIONAL Y PROPUESTA DE REFORMA LEGAL PARA

EVITAR ESTE EJERCICIO ABUSIVO DEL DERECHO DE ASOCIACIÓN

SINDICAL

Juan Pablo Velásquez Palacio

Monografía de Grado

Directora

Ana María Muñoz Segura

UNIVERSIDAD DE LOS ANDES

FACULTAD DE DERECHO

BOGOTA, 2006

3

TABLA DE CONTENIDO

INTRODUCCIÓN.............................................................................................................5

1. EL ALCANCE DE LA FACULTAD DEL EMPLEADOR DE TERMINAR

CONTRATOS DE TRABAJO UNILATERALMENTE............................................8

2. EL DERECHO DE ASOCIACIÓN SINDICAL.......................................................13

3. EL FUERO SINDICAL.............................................................................................21

4. LA COEXISTENCIA DE SINDICATOS DE EMPRESA: SENTENCIA C-567 DE

2000 DE LA CORTE CONSTITUCIONAL.............................................................26

5. LA MULTIAFILIACIÓN SINDICAL: SENTENCIA C-797 DE 2000 DE LA

CORTE CONSTITUCIONAL...................................................................................34

6. EL ABUSO DEL DERECHO DE ASOCIACIÓN SINDICAL MEDIANTE LA

FUNDACIÓN SUCESIVA DE SINDICATOS ENTRE LOS MISMOS

TRABAJADORES: LOS CARRUSELES SINDICALES........................................38

7. LA HISTORIA DEL CARRUSEL SINDICAL EN LA SECRETARÍA DE

TRANSITO Y TRANSPORTE DE BOGOTÁ.........................................................46

8. LA HISTORIA DEL CARRUSEL SINDICAL EN PANAMCO COLOMBIA S.A.,

ALPINA PRODUCTOS ALIMENTICIOS S.A. Y LA COMPAÑÍA NACIONAL

DE CHOCOLATES S.A............................................................................................49

4

9. LA CORTE CONSTITUCIONAL LE DA LA RAZÓN AL MINISTERIO DE LA

PROTECCIÓN SOCIAL Y A PANAMCO COLOMBIA S.A.: TUTELA T-215 DE

2006............................................................................................................................54

10. PROPUESTA DE REFORMA LEGAL PARA PONER FIN A LOS CARRUSELES

SINDICALES ............................................................................................................56

11. CONCLUSIONES....................................................................................................71

12. BIBLIOGRAFIA......................................................................................................75

INTRODUCCIÓN

El final del siglo XX estuvo acompañado de una importante victoria para el sindicalismo

colombiano: la elevación a rango constitucional del derecho de asociación sindical en la

Carta Política de 1991. De igual manera, El siglo XXI también empezó con buenas

noticias para las organizaciones de los trabajadores. Noticias que provenían

precisamente del órgano encargado de velar por “... la guarda de la integridad y

supremacía de la Constitución...” (Art. 241. C.N.): la Corte Constitucional.

Dos demandas presentadas por el ciudadano Benjamín Moreno Ochoa solicitando, entre

otras, la declaración de inexequibilidad de los artículos 357 y 360 del Código Sustantivo

del Trabajo, dieron pie para que los magistrados Alfredo Beltrán Sierra y Antonio

Barrera Carbonell, profirieran las sentencias C-567 y C-797 del año 2000,

respectivamente.

La primera eliminó la prohibición de coexistencia de dos o más Sindicatos de Empresa

en una misma empresa; la segunda declaró inexequible la restricción que impedía ser

miembro a la vez de varios sindicatos de la misma clase o actividad.

Habiéndosele otorgado el inmenso poder de ser la ‘guardiana’ de la “norma de normas”,

es apenas lógico que la Corte Constitucional tenga admiradores y detractores. Aunque

6

muchas veces ha sido elogiada, muchas otras ha sido criticada por hacer primar su

interpretación de la Constitución por encima de las consecuencias –generalmente

económicas-, que sus pronunciamientos puedan tener, así como por emitir fallos que, al

parecer de muchos, se encaminan a instaurar el llamado “Gobierno de los Jueces”. En

otras oportunidades, sus sentencias han abierto las puertas a situaciones que,

posiblemente, nunca fueron previstas.

La presente monografía versa sobre uno de estos últimos casos. Un caso en el que dos

sentencias de la Corte le abrieron camino a la posibilidad de crear sindicatos

sucesivamente entre los mismos trabajadores de una empresa dando lugar al denominado

“Carrusel Sindical”; excediendo los límites de la legítima asociación sindical, abusando

de la garantía foral que acompaña a este derecho.

Para entender lo anterior, y con el fin de abordar la problemática que se plantea, en este

escrito se examina el alcance de la facultad del empleador de terminar los contratos de

trabajo unilateralmente, el derecho de asociación sindical, su alcance y sus fines, los

convenios de la OIT sobre la materia suscritos por Colombia, los tipos de sindicatos que

abarca nuestra legislación y la garantía del fuero sindical. De igual manera, y entrando

en el asunto sujeto de controversia, se analizan y debaten las sentencias de

constitucionalidad antes mencionadas, y se explica la tesis según la cual éstas dieron

origen a la posibilidad de abusar del derecho de asociación sindical mediante la figura de

los Carruseles Sindicales. Así mismo se exponen los efectos legales de éste fenómeno y

se comentan, en particular, los casos de la Secretaría de Tránsito de Bogotá y de las

7

empresas Panamco Colombia S.A., Alpina Productos Alimenticios S.A. y la Compañía

Nacional de Chocolates S.A., claros ejemplos de las consecuencias -seguramente

indeseadas-, de la declaración de inexequibilidad de las normas que prohibían la

coexistencia de Sindicatos de Empresa y la multiafiliación sindical. Finalmente se hace

una propuesta de reforma legal para evitar este abuso y se plantean las conclusiones

derivadas del presente estudio.

Dicho lo anterior, sólo hace falta aclarar que, si bien el derecho de asociación sindical

contempla la facultad que tienen tanto patronos como trabajadores de asociarse con el

fin de proteger sus intereses en el marco de las relaciones laborales, para efectos del

tema a tratarse sólo se abordará el derecho que tienen éstos últimos, dejando de lado el

derecho de asociación por parte de los empleadores.

8

1. EL ALCANCE DE LA FACULTAD DEL EMPLEADOR DE

TERMINAR CONTRATOS DE TRABAJO UNILATERALMENTE.

Antes de entrar a analizar el derecho de asociación sindical y las garantías que lo

acompañan, es necesario abordar un tema sin el cual no tendría sentido la presente

monografía: La facultad que tiene el empleador para poner fin unilateralmente a los

contratos de trabajo suscritos con sus empleados.

El artículo 61 del Código Sustantivo de Trabajo estipula las causales de terminación del

contrato de trabajo, dentro de las cuales en su literal h) establece que ésta se puede dar:

“Por decisión unilateral en los casos de los artículos 7° del Decreto Ley 2351 de 1965, y

6° de esta Ley”. Esto significa que la misma Ley contempla ciertas eventualidades en las

que el contrato de trabajo puede finalizar por la decisión unilateral de cualquiera de las

partes, bien sea el trabajador, bien sea el empleador:

“Al respecto, debe decirse que el contrato que se celebra con el fin de establecer una

relación laboral nace a la vida jurídica por el acuerdo de voluntades de las partes, y que

nada se opone a que respecto de dicho convenio opere la condición resolutoria, pues

resulta contrario a la autonomía de la voluntad, como expresión de la libertad, que ambas

partes queden atadas a perpetuidad por ese vínculo. Desde el punto de vista

constitucional, no se puede avalar la petrificación de los lazos contractuales. Es

posible afirmar que el reconocimiento de la libertad para contratar contempla también un

aspecto negativo, cual es el de la autonomía para dar por terminada la relación

contractual, sin perjuicio de la asunción de las responsabilidades patrimoniales que dicho

9

evento pueda generar respecto de la parte afectada con esa conducta”1. (Negrillas no

originales)

Con relación a la terminación unilateral del contrato de trabajo la Ley contempla dos

posibilidades. La primera es que ésta sea con justa causa, es decir que una de las partes

haya incurrido en una causal de las que otorga a la otra la posibilidad de dar por

terminado el contrato sin estar obligado a indemnizarla2. La segunda es que esta decisión

de dar por terminado el contrato no obedezca a una justa causa de las estipuladas en el

artículo 63 del Código Laboral, caso en el cual -de ser la empresa la que tome esta

decisión-, nacerá para ella la obligación de indemnizar al trabajador:

“En todo contrato de trabajo va envuelta la condición resolutoria por incumplimiento de

lo pactado, con indemnización de perjuicios a cargo de la parte responsable. Esta

indemnización comprende el lucro cesante y el daño emergente...”3.

No obstante lo anterior, en cualquiera de los dos eventos esta facultad tiene sus

limitaciones, y así lo ha reconocido la Corte Constitucional:

“[...] es importante recordar que esa autonomía de las partes contratantes no es absoluta,

y que, en todo caso está morigerada por una serie de principios y preceptos

constitucionales y legales que tienden a amparar especialmente al empleado.

1 Sentencia C-1507 de 2000 de la Corte Constitucional, Magistrado Ponente, José Gregorio Hernández Galindo. 2 Código Sustantivo del Trabajo. Art. 62. Subrogado. D.L. 2351/65 art. 7° - Terminación del contrato por justa causa. 3 Código Sustantivo del Trabajo Art. 64. -Modificado por la Ley 789 de 2002, artículo 28. Terminación unilateral del contrato de trabajo sin justa causa.

10

Precisamente con el fin de proteger al trabajador, la ley ha previsto la indemnización de

perjuicios cuando se da por terminado unilateralmente el contrato sin justa causa”4.

Esos preceptos constitucionales de los que habla la sentencia citada encuentran su razón

de ser en la Constitución en el artículo 53, el cual señala unos principios mínimos

fundamentales entre los que cabe resaltar la Estabilidad en el Empleo como uno de ellos.

Así pues, la Ley prevé una serie de circunstancias en las que en aras de reforzar la

protección de ciertos trabajadores que se encuentren en una posición vulnerable o

particular, la facultad del empleador de terminar un contrato unilateralmente se ve

limitada de manera especial.

Dado que no constituye el objeto principal de este trabajo, nos limitaremos a señalar

como ejemplo algunos casos puntuales que la Ley regula en donde el empleador debe

solicitar una autorización previa para poder proceder válidamente con la terminación

unilateral de un contrato de trabajo. En algunos eventos este permiso debe ser solicitado

ante el Ministerio de la Protección Social, en otros se debe tramitar ante la justicia

laboral.

Está el caso de las mujeres en estado de embarazo5, en donde es necesario obtener una

autorización por parte del Ministerio de la Protección Social para que sea legal su

4 Sentencia C-1507 de 2000 de la Corte Constitucional, Magistrado Ponente, José Gregorio Hernández Galindo. 5 Código Sustantivo del Trabajo. Art. 240.- Permiso para despedir.

11

despido. Igual permiso se requiere en los eventos en que una empresa vaya a ser cerrada6

y la totalidad de contratos laborales terminados, así como cuando una empresa va a

despedir tal cantidad de trabajadores que legalmente se considere que se trata de un

despido colectivo7. De manera semejante, aunque el empleador no requiere de una

autorización previa, la Ley también contempla otra protección especial y es la

consignada en el artículo 25 del Decreto Ley 2351 de 1965, en el que se estipula que

“Los trabajadores que hubieren presentado al patrono un pliego de peticiones no podrán

ser despedidos sin justa causa comprobada, desde la fecha de la presentación del pliego

y durante los términos legales de las etapas establecidas para el arreglo del conflicto”8.

Por último se debe reseñar el caso de la estabilidad reforzada que genera el fuero

sindical, al que, por ser tema esencial en este trabajo, se le dedicará un capítulo entero.

6 Código Sustantivo del Trabajo. Capítulo IX. Cierre de Empresas. 7 Ley 50 de 1990, Art. 67. Protección en caso de despidos colectivos. “ ...4. El Ministerio de Trabajo y Seguridad Social no podrá cali ficar un despido como colectivo sino cuando el mismo afecte en un período de seis (6) meses a un número de trabajadores equivalent e al treinta por ciento (30%) del total de los vinculados con contrato de trabajo al empleador, en aquellas empresas que tengan un número superior a diez (10) e inferior a cincuenta (50); al veinte por ci ento (20%) en las que tengan un número de trabajadores superior a cincuenta (50) e inferior a cien (100); al quince por ciento (15%) en las que tengan un número de trabajadores superior a cien (100) e inferior a doscientos (200); al nueve por ciento (9%) en las que tengan un número de trabajadores superior a doscientos (200) e inferior a quinientos (500); al siete por ciento (7%) en las que tengan un número de trabajadores superior a quinientos (500) e inferior a mil (1000) y, al cinco por ciento (5%) en las empresas que tengan un total de t rabaj adores superior a mil (1000). 5. No producirá ningún efecto el despido colectivo de trabajadores o la suspensión temporal de los contratos de trabajo, sin la previa autorización del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social...”. 8 La razón de ser de esta estabilidad reforzada para los empleados en época de negociación colectiva, ha sido justificada por la Cort e Suprema de Justicia de la siguient e forma: “ Esa coyuntura particular corresponde al periodo de negociación colectiva... lapso en el que se genera un enfrentamiento de propuestas entre el empleador y los trabajadores que han promovido tal negociación, durante el cual la permanencia de los mismos como tales adquiere gran importanci a por diversos aspectos, comenzando por el simple respaldo numérico, pasando por la proporcionalidad de estos empleados frente a la totalidad de los que laboran para el correspondiente empleador...”. Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Laboral, Sentencia 11017 del 5 de octubre de 1998, Magistrado Ponente, Germán Valdés Sánchez.

12

Así pues, es claro que la facultad que tiene el empleador para terminar contratos de

trabajo unilateralmente se encuentra delimitada por la Ley. Y que, si bien la regla

general es que los contratos que sean terminados sin justa causa generan la obligación

para el empleador de indemnizar al trabajador, hay situaciones en las que la

indemnización no es suficiente y los trabajadores únicamente pueden ser despedidos con

justa causa y/o mediante autorización de una autoridad competente.

Hechas las anteriores consideraciones, corresponde ahora entrar a analizar el derecho de

asociación sindical, eje central del presente estudio.

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2. EL DERECHO DE ASOCIACIÓN SINDICAL

Dentro del Capítulo de derechos fundamentales, la Constitución consagra el derecho de

asociación sindical de la siguiente manera:

“ARTICULO 39. Los trabajadores y empleadores tienen derecho a constituir sindicatos

o asociaciones, sin intervención del Estado. Su reconocimiento jurídico se producirá con

la simple inscripción del acta de constitución.

La estructura interna y el funcionamiento de los sindicatos y organizaciones sociales y

gremiales se sujetarán al orden legal y a los principios democráticos.

La cancelación o la suspensión de la personería jurídica sólo procede por vía judicial.

Se reconoce a los representantes sindicales el fuero y las demás garantías necesarias para

el cumplimiento de su gestión.

No gozan del derecho de asociación sindical los miembros de la Fuerza Pública”.

En términos muy similares, el Convenio 87 de la Organización Internacional del

Trabajo, aprobado en Colombia por la Ley 26 de 1976, y ratificado el mismo año, lo

define así:

“ARTICULO 2. Los trabajadores y los empleadores, sin ninguna distinción y sin

autorización previa, t ienen el derecho de constituir las organizaciones que estimen

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convenientes, así como el de afiliarse a estas organizaciones, con la sola condición de

observar los estatutos de las mismas”.

Antes de entrar a analizar las particularidades de éste derecho, es importante reparar en

un aspecto que habrá de marcar la relevancia del asunto que se trata: El derecho de

asociación sindical es un derecho fundamental. Así está expresamente estipulado en

la Carta Política de 1991, y así lo ha reconocido la Corte Constitucional desde sus

inicios:

“Este derecho no se puede seguir viendo como un simple derecho secundario, pues al ser

reconocido como elemento indispensable del Estado, la sociedad y los trabajadores y

componente esencial de la democracia, debe concluirse que para el constituyente, es un

derecho fundamental” 9.

Ampliando lo anterior, los mismos Convenios 87 y 98 de la OIT, que versan sobre la

protección del derecho de asociación sindical, han sido reconocidos como parte

integrante del llamado Bloque de Constitucionalidad:

“Ante todo, es necesario aclarar que los derechos laborales son derechos humanos, pues

así son reconocidos universalmente [...] En este orden de ideas, para la revisión de los

fallos de instancia proferidos en el trámite de este proceso, es claro que el bloque de

constitucionalidad debe construirse a partir del Preámbulo de la Carta Política, [...];

también procede incluir la Constitución de la OIT y los Convenios 87 y 98 sobre libertad

sindical (tratado y convenios debidamente ratificados por el Congreso, que versan sobre

derechos que no pueden ser suspendidos ni aún bajo los estados de excepción); además,

los artículos pertinentes de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el Pacto

9 Sentencia T-418 de 1992 de la Corte Constitucional, Magistrado Ponente, Simón Rodríguez Rodríguez.

15

Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, y la Convención

Americana de Derechos Humanos” 10.

Esto significa que a pesar de no hacer parte formal de la Constitución, los Convenios 87

y 98 deben ser “[...] utilizados como parámetros del control de constitucionalidad de las

leyes, por cuanto han sido normativamente integrados a la Constitución, por diversas

vías y por mandato de la propia constitución”11.

Lo anterior quiere decir que el Estado otorga al derecho de asociación sindical el

máximo rango constitucional, ubicándolo al nivel de derechos tan esenciales y

protegidos como el derecho a la vida, la igualdad, la intimidad, el libre desarrollo de la

personalidad y la libertad, entre otros derechos de carácter fundamental. Siendo un

derecho de tal naturaleza, quien sienta que éste le ha sido violado o amenazado puede

eventualmente acudir a la acción de tutela, consagrada en el artículo 86 de la

Constitución, para procurar su protección:

“Reitera la Corte que el de asociarse a un sindicato, sea éste de industria, de base o de

cualquier otra categoría, según la clasificación legal, es un derecho fundamental

susceptible de ser defendido por el mecanismo de la tutela. Y que contra ese derecho, en

cabeza de los interesados en asociarse o de los ya socios, se atenta no solamente por

obligarlos a vincularse o por obstruir su libre voluntad de hacerlo, sino también por todo

medio o sistema de persecución o sanción que recaiga sobre los sindicalizados”12

10 Sentencia T-568 de 1999 de la Corte Constitucional, Magistrado Ponente, Carlos Gaviria Díaz. 11 Sentencia C-225 de 1995, Magistrado Ponente, Alejandro Martínez Caballero. 12 Tutela T-436 de 2000, Magistrado Ponente José Gregorio Hernández Galindo. En el mismo sentido la Corte se había pronunciado en oportunidades ant eriores: “ Así, pues, la Corte cambió radicalmente el criterio negativo sobre la idoneidad de la tutela para defender los derechos sindicales ante discriminaciones patronales que implicaran persecución a los trabajadores asociados y ruptura del

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Además de la importancia que reviste el derecho de asociación sindical por sí solo, este

se encuentra intrínsecamente vinculado a la noción de libertad sindical:

“En el derecho de asociación sindical subyace la idea básica de la libertad sindical que

amplifica dicho derecho, como facultad autónoma para crear organizaciones sindicales,

ajena a toda restricción, intromisión o intervención del Estado que signifique la

imposición de obstáculos en su constitución o funcionamiento”13.

Adicional a lo anterior, y en desarrollo de esta relación entre la asociación y la libertad

sindical, la Corte Constitucional se ha pronunciado sobre su alcance conjunto, indicando

que estas nociones comprenden las siguientes características 14:

1. La facultad que tienen todos los trabajadores para agruparse mediante la creación

de organizaciones en defensa de intereses comunes, así como la de retirarse de

dichas organizaciones o simplemente no unirse a ellas.

2. El derecho a definir la estructura, estatutos y funcionamiento de estas

organizaciones, sin la injerencia del Estado, reconociéndoseles su personería

jurídica por el sólo hecho de su fundación y desde la fecha en que ella se lleve a

cabo. principio de igualdad entre sindicalizados y no sindicalizados. La nueva tendencia de la Corte, que ahora se reitera, fue consignada en la Sentenci a SU-342 del 2 de agosto de 1995, según la cual el amparo constitucional es un mecanismo adecuado para lograr la tutela de los derechos fundamentales del sindicato, pues los otros medios de defensa ordinarios no poseen el grado de efi cacia adecuado para lograr tal cometido”. Sentencia T-330 de 1997 de la Corte Constitucional, Magistrado Ponente, José Gregorio Hernández Galindo. 13 Sentencia C-385 de 2000 de la Corte Constitucional, Magistrado Ponente, Antonio Barrera Carbonell 14 Sentencia C-797 de 2000 de la Corte Constitucional, Magistrado Ponente, Antonio Barrera Carbonell

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3. La garantía de que la cancelación o suspensión de la persona jurídica sólo pueda

proceder por vía judicial.

4. La facultad que tienen los sindicatos de afiliarse a federaciones y

confederaciones sindicales.

5. La restricción para las autoridades públicas de tomar medidas que puedan

obstaculizar el disfrute del derecho a la libertad sindical.

El Convenio 98 de la OIT, ratificado en Colombia por la Ley 27 de 1976, estipula en su

artículo 1º que los trabajadores deberán gozar de una adecuada protección contra todo

acto de discriminación tendiente a menoscabar la libertad sindical en relación con su

empleo. El Convenio insta especialmente a los Estados firmantes a proteger a los

trabajadores de los actos que tengan por objeto discriminar a aquellos empleados

afiliados a un sindicato y/o que participen en actividades sindicales15.

Cumpliendo con los compromisos internacionales del país en materia laboral, y dotando

con un marco jurídico la protección de la libertad sindical de los trabajadores, los 15 Convenio 98 de la OIT. ART. 1º—1. Los trabajadores deberán gozar de adecuada protección contra todo acto de discriminación tendiente a menoscabar la libertad sindical en relación con su empleo. 2. Dicha protección deberá ejercerse especi almente contra todo acto que tenga por objeto: a) Sujetar el empleo de un trabajador a la condición que no se le afilie a un sindicato o a la de dejar de ser miembro de un sindicato, y b) Despedir a un trabajador o perjudicarl e en cualquier otra forma a causa de su afiliación sindical o de su participación en actividades sindicales fuera de las horas de trabajo o, con el consentimiento del empleador, durante las horas de trabajo.

18

artículos 354 del Código Sustantivo del Trabajo, y 200 del Código Penal, prohíben

atentar contra el derecho de asociación sindical. Quien incumpla estas normas se expone

a ser sancionado con una multa equivalente a entre 5 y 100 salarios mínimos legales

mensuales vigentes, sin perjuicio de las demás connotaciones legales que una violación

de este calibre pueda acarrear.

La legislación laboral incluso señala acciones en concreto que, de ser ejecutadas por los

empleadores, deben considerarse como actos atentatorios contra el derecho de

asociación sindical16: Entorpecer la afiliación de sus trabajadores a cualquier sindicato;

sujetar la permanencia en el cargo o la obtención de beneficios a la no-sindicalización;

tomar medidas en contra de quienes planeen fundar o funden una organización sindical;

negar el derecho a la negociación colectiva; o tomar represalias en contra de quienes

colaboren en las investigaciones administrativas que se adelanten para detectar la

comisión de una de estas conductas.

Bajo estos parámetros, y amparándose en las normas precedentes que protegen el

derecho de asociación sindical, la Corte Constitucional en varias oportunidades se ha

manifestado en defensa de los trabajadores a quienes este derecho les ha sido

menoscabado, emitiendo pronunciamientos que permiten ilustrar el alcance del derecho

de asociación sindical:

16 Código Sustantivo del Trabajo, ART. 354.—Subrogado. L. 50/90, art. 39. Protección del derecho de asociación. 1. “ En los términos del artículo 292 del Código Penal, queda prohibido a toda persona atentar contra el derecho de asociación sindical...”.

19

“[...] no es admisible la discriminación proveniente de estar o no afiliado a un sindicato,

para favorecer a los no sindicalizados en contra de los sindicalizados, pues en tal evento

no sólo se contraría el derecho a la igualdad sino que se atenta contra el derecho de

asociación sindical consagrado en el artículo 39 de la Constitución. La empresa, frente al

enunciado derecho, actúa de manera ilegítima cuando pretende hacer uso de los factores

de remuneración o de las prestaciones sociales, sean éstas legales o extralegales, para

golpear a quienes se asocian, para desestimular el crecimiento del sindicato o para

presionar los retiros de éste”17.

No obstante, a pesar del amplio alcance y protección del derecho en comento es

necesario aclarar que, al igual que la facultad del empleador de terminar contratos de

trabajo unilateralmente no es absoluta, el derecho de asociación sindical tampoco lo es.

No sólo el artículo 95 de la Constitución consagra como un deber ciudadano el

“Respetar los derechos ajenos y no abusar de los propios”, sino que la misma regulación

constitucional en el artículo 39 de la Carta Política establece que son dos los

lineamientos a los que se deben sujetar la estructura interna y el funcionamiento de los

sindicatos: El orden legal y los principios democráticos. De igual manera, el Pacto de

Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la Asamblea General de las Naciones

Unidas establece en su artículo 8 que los Estados Parte se comprometen a garantizar:

“c) El derecho de los sindicatos a funcionar sin obstáculos y sin otras limitaciones que

las que prescriba la ley y que sean necesarias en una sociedad democrática en interés de

la seguridad nacional o del orden público o para la protección de los derechos y

libertades ajenos”.

17 Sentencia T-136 de 1995 de la Corte Constitucional. Magistrado Ponente: José Gregorio Hernández Galindo.

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Sin embargo, dado que éste será un tema que se tratará más adelante a mayor

profundidad, por ahora nos conformaremos con anunciar que estas limitantes serán

claves para abordar la configuración del abuso del derecho de asociación sindical en los

Carruseles Sindicales.

21

3. EL FUERO SINDICAL

Por tratarse de una institución esencial dentro del presente estudio, es necesario explicar

en qué consiste la figura del fuero sindical, las circunstancias que lo originan y los

efectos legales que conlleva.

El fuero sindical es una garantía que acompaña al derecho de asociación sindical y que

se encuentra consagrado tanto constitucional como legalmente. Así, la Constitución

señala en el citado artículo 39 que “Se reconoce a los representantes sindicales el fuero y

las demás garantías necesarias para el cumplimiento de su gestión”. Sin embargo, es el

Código Sustantivo del Trabajo el que regula la materia, dedicando el Capitulo VIII a su

definición y reglamentación:

“Artículo 405.-Modificado por el Decreto 204 de 1957, Artículo 1º. Definición. Se

denomina fuero sindical la garantía de que gozan algunos trabajadores de no ser

despedidos, ni desmejorados en sus condiciones de trabajo, ni trasladados a otros

establecimientos de la misma empresa o a un municipio distinto, sin justa causa,

previamente calificada por el juez de trabajo”.

A grandes rasgos se puede decir que son dos las circunstancias que pueden llevar a un

trabajador a gozar de la garantía de fuero sindical18: La primera es haber participado en

18 Código Sustantivo del Trabajo Art.- 406:-Modi ficado por la Ley 584 de 2000, artículo 12. Trabajadores amparados por el fuero sindical. Están amparados por el fuero sindical: A) Los fundadores de un sindicato, desde el día de su constitución hasta dos (2) meses después de la inscripción en el registro sindical, sin exceder de seis (6) meses;

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el comienzo de la organización sindical, bien sea como fundador del sindicato, bien sea

como miembro adherente (siempre y cuando la adherencia sea previa a la inscripción de

la organización en el registro sindical). La segunda consiste en ser representante del

sindicato -como directivo o como integrante de la comisión de reclamos-, de

conformidad con los requisitos y características estipulados en los literales c) y d) del

artículo 407 del C.S.T.

El fuero es entonces una prerrogativa que tienen algunos miembros del sindicato que

implica que el empleador no puede despedirlos, desmejorar sus condiciones o

trasladarlos, a menos que se surta un trámite previo ante la justicia laboral invocando

una justa causa para ello19. En el caso de solicitud de despido, son justas causas las

mismas que aplican para cualquier trabajador, consignadas en los artículos 62 y 63 del

C.S.T, la liquidación o clausura definitiva de la empresa o establecimiento, y la

suspensión total o parcial de actividades por parte del patrono durante más de ciento

veinte días.

B) Los trabajadores que, con anterioridad a la inscripción en el registro sindical, ingresen al sindicato, para quienes el amparo rige por el mismo tiempo que para los fundadores; C) Los miembros de la junta directiva y subdirectivas de todo sindicato, federación o confederación de sindicatos, sin pasar de cinco (5) principal es y cinco (5) suplentes, y los miembros de los comités seccional es, sin pasar de un (1) principal y un (1) suplente. Este amparo se hará efectivo por el tiempo que dure el mandato y seis (6) meses más; D) Dos (2) de los miembros de la comisión estatutari a de reclamos, que designen los sindicatos, las federaciones o confederaciones sindical es, por el mismo período de la junta directiva y por seis (6) meses más, sin que pueda existir en una empresa más de una (1) comisión estatutaria de reclamos. Esta comisión será designada por la organización sindical que agrupe el mayor número de trabajadores. Parágrafo 1°. Gozan de la garantía del fuero sindical, en los términos de este artículo, los servidores públicos, exceptuando aquellos servidores que ejerzan jurisdicción, autoridad civil, política o cargos de dirección o administración. 19 Código Procesal del Trabajo y de la Seguridad Social, Art. 113.

23

Entendidos los efectos que genera el fuero sindical, es claro que se trata de una garantía

que genera estabilidad laboral para su beneficiario, cuestión que, como veremos, se trata

de una consecuencia accesoria a su verdadera finalidad. Al señalar que se reconoce a los

representantes sindicales el fuero y las demás garantías necesarias para el cumplimiento

de su gestión, la Constitución está indicando claramente que el fuero es una garantía

necesaria para el desarrollo de las tareas de orden sindical. Esto significa que se trata de

un privilegio que tiene la finalidad de facilitar la gestión de los representantes del

sindicato, encargados de velar por los intereses de los afiliados, y de representarlos

frente al empleador. Al respecto, la Sala Laboral del Tribunal Superior de Bogotá ha

dicho:

“También en este punto hay pronunciamientos abundantes, que recavan como esa

protección [el fuero sindical] solo existe en razón a garantizar la existencia del sindicato

como especie del derecho de asociación, pero no en consideración al mantenimiento de

la vinculación laboral protegiendo la estabilidad, pues ésta tiene otras manifestaciones

concretas en la ley. En el caso del fuero sindical solo juega como factor esencial, el

derecho a asociarse como lo establece el artículo 39 de la C. N., para que puedan

desarrollarse los otros derechos que también garantiza la misma Carta Magna en los

artículos 55 y 56 [Derecho de Negociación Colectiva, y Derecho de Huelga,

respectivamente].

Como los sindicatos obran por conducto de sus directivos, por ello la ley los protege de

manera especial, al igual que estimula y protege la fundación de esta clase de

organizaciones [...]”20.

20 Tribunal Superior de Bogotá, Sala Laboral, sentencia del 23 de agosto de 2001. Magistrada Ponente Graci ela Moreno de Rodríguez.

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En el mismo sentido, la Corte Constitucional ha manifestado:

“Ha sostenido esta Corte, que la institución del fuero sindical es una consecuencia de la

protección especial que el Estado otorga a los sindicatos para que puedan cumplir

libremente la función que a dichos organismos compete, cual es la defensa de los

intereses de sus afiliados. Con dicho fuero, la Carta y la ley, procuran el desarrollo

normal de las actividades sindicales, vale decir, que no sea ilusorio el derecho de asociación que el artículo 39 superior garantiza [...] En consecuencia, la garantía foral

busca impedir que, mediante el despido, el traslado o el desmejoramiento de las

condiciones de trabajo, se perturbe indebidamente la acción que el legislador le asigna a

los sindicatos21”.

En más reciente oportunidad señaló la misma Corte:

“[...] el propósito del fuero sindical es proteger el ejercicio del derecho de asociación

sindical, de tal manera que los procesos de negociación laboral y los reclamos de los

trabajadores sobre sus condiciones de trabajo no estén bajo la amenaza del despido de

los dirigentes sindicales”22.

Visto de esta manera, es claro que el fuero sindical es un mecanismo encaminado a

salvaguardar al sindicato en sí mismo, ayudando a preservar la materialización del

derecho de asociación sindical de sus afiliados; protegiendo de manera especial a los

miembros más importantes del sindicato para que cumplan con sus deberes, y

dificultando la posibilidad del empleador de desvincular personal sindicalizado,

reduciendo al sindicato de tal manera que legalmente no pueda sobrevivir23.

21 Sentencia T-326 de 1999 de la Corte Constitucional, Magistrado Ponente, Fabio Morón Díaz 22 Sentencia T-809 de 2005 de la Corte Constitucional, Magistrado Ponente, Manuel José Cepeda 23 El artículo 359 del Código Sustantivo del Trabajo señala que “Todo sindicato de trabajadores necesita para constituirse o subsistir un número no inferior a veinticinco (25) afiliados[...]”

25

Comprendidas las prerrogativas que otorga el fuero sindical a los trabajadores que gozan

de él, es necesario proceder con el análisis de las sentencias de la Corte Constitucional

que dieron origen a la posibilidad de que los empleados, abusando de sus derechos,

obtengan fueros sindicales en contravía de los fines del derecho de asociación sindical.

26

4. LA COEXISTENCIA DE SINDICATOS DE EMPRESA:

SENTENCIA C-567 DE 2000 DE LA CORTE CONSTITUCIONAL

A fin de entender la sentencia de constitucionalidad C-567 de la Corte Constitucional, es

necesario hacer un breve recuento sobre los cuatro tipos de sindicatos que la legislación

colombiana permite a los trabajadores constituir24, aclarando –como ya lo hemos dicho-,

que para la fundación de cualquier clase de organización sindical se requiere un mínimo

de 25 trabajadores, tanto para su constitución, como para su futura subsistencia.

En primer lugar figuran los Sindicatos de Empresa, también conocidos como Sindicatos

de Base, los cuales únicamente pueden estar conformados por trabajadores de una

misma empresa, sin importar su profesión, oficio o especialidad.

En segundo lugar se encuentran los Sindicatos de Industria o por Rama de Actividad

Económica, de los cuales sólo pueden ser miembros aquellos empleados que -sin

importar qué funciones desempeñen-, trabajen para empresas de la misma industria o

rama de actividad económica.

De igual manera están los Sindicatos Gremiales, conformados por personas que

desarrollen una misma especialidad, profesión u oficio, pero que no necesariamente

trabajen en la misma empresa, o siquiera en la misma industria.

24 Código Sustantivo del Trabajo.- Art. 356.-Modificado por la Ley 50 de 1990, Artículo 4o.

27

Por último se encuentran los Sindicatos de Oficios Varios que son aquellos que la Ley

permite crear en los lugares donde no haya un número suficiente de personas que reúnan

los requisitos para crear uno de los otros tres tipos de sindicatos. Pueden estar formados

por cualquier clase de trabajador, independiente de su profesión.

Como lo hemos señalado, la Ley estipulaba que sólo podía haber un sindicato de base en

cada empresa, regulación que fue declarada inexequible por la Corte Constitucional.

En la sentencia de constitucionalidad C-567 de 2000, Magistrado Ponente Alfredo

Beltrán Sierra, se trataron varios temas y se estudiaron varias solicitudes para declarar

inexequibles normas relacionadas con el derecho laboral colectivo. Algunas peticiones

fueron resueltas a favor del peticionario y otras en contra. No obstante lo anterior, para

el tema que estamos estudiando nos interesa examinar una de aquellas solicitudes que

fue decidida a favor del demandante: la declaratoria de inexequibilidad del numeral

primero del artículo 357 del Código Sustantivo del Trabajo, subrogado por el artículo 26

del Decreto Legislativo 2351 de 1965:

“ART. 357.—Subrogado. D.L. 2351/65, art . 26. Representación sindical. 1. En una

misma empresa no pueden coexistir dos o más sindicatos de base. Si por cualquier

motivo llegaren a coexistir subsistirá el que tenga mayor número de afiliados, el cual

debe admitir al personal de los demás sin hacerles más gravosas sus condiciones de

admisión”.

28

Haciendo un recuento histórico sobre la materia y analizando el anterior artículo, el

accionante enfoca su línea argumentativa en dos direcciones. En primer lugar alega que

esta prohibición viola el derecho fundamental a la igualdad en tanto que significa un

“[...] trato privilegiado e injustificado a favor del sindicato de base o de empresa”25

frente a los demás tipos de sindicatos. En segundo lugar afirma que dicha normatividad

vulnera la libertad sindical y el derecho de asociación sindical consagrados en la

Constitución y en los tratados de la OIT sobre la materia suscritos y aprobados por

Colombia.

Será ésta segunda línea argumentativa la que estudiará la Corte, y sobre la que le dará la

razón al demandante.

Asegura el peticionario que el Convenio 87 de la OIT consagra la libertad para los

trabajadores de constituir las organizaciones que estimen convenientes y que cualquier

25 "5. El sindicalismo de base o de empresa ha tenido en nuestra legislación un t rato privilegiado injustificado [...]: "a.-Monopolio sindical.-Estableciendo el monopolio sindical de empresa, respecto de otro sindicato de empresa (art. 26-1, del Decreto 2351 de 1965 y art. 46-4-c, de la Ley 50 de 1990, normas que se demandan). Similar privilegio no existe para las otras formas asoci ativas sindicales. "b.-Directivas (art. 50, Ley 50 de 1990) En cada municipio sólo puede haber una junta directiva, subdirectiva, o Comité, regla razonable cuando se trata de "una sola empresa", pero lesivo cuando se trata de sindicatos que actúan frent e a varias empresas, piénsese por ejemplo en los sindicatos de industria del sector bancario o en los sindicatos gremiales del sector salud. (...) "c.-Fueros sindicales (art. 57, Ley 50 de 1990). La legislación consagra 12 fueros en el domicilio principal, 10 en cada subdirectiva y dos en cada Comité, lo cual también es lógico cuando se trata de sindicato que actúa frente a un solo empleador (sindicato de empresa), pero discriminatorio cuando se refiere a sindicatos de industria o rama de actividad y sindicatos gremiales, los cuales van a tener que defenderse (protegerse) frente a diversidad de empleadores con el mismo número de aforados, dejando sus representantes en muchas empresas sin la protección foral. "d.-Comisión negociadora del pliego de peticiones (art. 432 del CST). Deben ser trabajadores de la empresa, cercenando la autonomía de las organizaciones de industria o rama de actividad, así como de las gremiales, para designar libremente sus propios representant es (negoci adores)." (folios 28 y 29). Sentencia C-567 de 2000 de la Corte Constitucional, Magistrado Ponente, Alfredo Beltrán Sierra:

29

restricción resulta violatorio del mismo. Refuerza éste argumento señalando que “[...]la

Constitución consagró la libertad genérica de asociarse, siendo la única excepción al

derecho de asociación sindical, la establecida para la Fuerza Pública. No puede en

consecuencia, el legislador, a través de un trato privilegiado, restringir los derechos

fundamentales de asociación y de libertad sindical”26.

Al respecto, y en ejercicio del derecho que asiste a todo ciudadano de sentar su posición

en las discusiones con relación a este tipo de procesos de inconstitucionalidad, en la

demanda en comento obran dos intervenciones y el concepto del Procurador General de

la Nación. La intervención del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, en la que no

hubo un pronunciamiento específico sobre ésta norma en particular, centrándose en

temas relativos al registro sindical; la de la ciudadana Sandra Arcila Lizcano quien dijo

que esta prohibición “[...]obedece a motivos de organización y representación de los

mismos trabajadores, pues, es claro que la proliferación de Sindicatos de Empresa tiende

a dispersar el movimiento sindical, en contra de los propios trabajadores”; y por último

el concepto del Procurador quien defendió la constitucionalidad de la norma aludida

señalando que “[...]el éxito de la actividad sindical, radica en la unidad de criterio que

reflejen los representantes de los intereses de la clase trabajadora, frente a un empleador

que busca el menor asomo de falta de claridad o desacuerdo en las peticiones y

exigencias que se plantean con el fin de tergiversarlas de acuerdo a sus intereses o

simplemente desconocerlas”27.

26 Ibídem. 27 Ibídem.

30

Así pues, los argumentos esgrimidos por los intervinientes se encaminan a salvaguardar

la constitucionalidad del artículo demandado, aduciendo que se trata de una norma que a

pesar de imponer una restricción, propende por la unión de los trabajadores evitando que

éstos se dispersen, generando una falta de unidad de criterio que los debilite.

Vistas las anteriores intervenciones, la Corte Constitucional entra a examinar el

problema jurídico de fondo: ¿La prohibición de que en una misma empresa pueda

coexistir más de un Sindicato de Empresa vulnera el derecho fundamental de asociación

sindical? Antes de dar respuesta a esta pregunta, la Corte advierte que el tema deberá

estudiarse no sólo a la luz de las normas constitucionales, sino también bajo el marco del

citado Convenio 87 de la OIT.

Para realizar el correspondiente cotejo constitucional, la Corte basa su argumentación

principalmente en dos acápites de dos normas. En el inicio del artículo 39 de la

Constitución que señala que “Los trabajadores y empleadores tienen el derecho a

constituir sindicatos o asociaciones, sin intervención del Estado”, y en el aparte del

artículo 2 del Convenio 87 de la OIT que estipula que “Los trabajadores y empleadores,

sin ninguna distinción y sin autorización previa, tienen el derecho de constituir las

organizaciones que estimen convenientes [...]”.

Entrando en materia, la Corte comienza su disección tomando posición sobre el

desenlace al que habrá de llegarse una vez revisado el asunto en discusión:

31

“Al comparar la norma constitucional y las del mencionado Convenio frente a la

limitación establecida en los preceptos demandados [Art. 357 del C.S.T .], no se

requieren profundos análisis para llegar a la conclusión de que éstos, en principio,

constituyen una limitación al derecho general de los trabajadores a establecer las

organizaciones sindicales que consideren convenientes”28

Dado que cualquier restricción que la Ley imponga al ejercicio de un derecho

fundamental, debe justificarse a la luz de la propia Constitución, la Corte entonces

reduce su razonamiento a responder el siguiente interrogante: “¿Existe justificación

constitucional para introducir por disposición legal la prohibición de formar Sindicatos

de Base cuando ya exista otro en la misma empresa?”.

Siendo así las cosas, la Corte parte por revisar los argumentos que propenden por la

declaratoria de exequibilidad de la norma, señalando que la justificación según la cual la

ilegalidad de la coexistencia de Sindicatos de Base en una misma empresa redunda en

beneficio de los trabajadores pues fortalece los sindicatos, no es un argumento

constitucional sino de conveniencia. Por este motivo, la Corte no entra a examinarlo,

sino que mantiene su juicio en línea únicamente con los mandatos constitucionales sobre

la materia. De igual manera desvirtúa el argumento de los defensores de la normatividad

en entredicho según el cual, limitar la coexistencia de Sindicatos de Base en una misma

empresa, fortalece la representación de los trabajadores. De acuerdo con la Corte:

28 Ibídem.

32

“[...] éste tampoco es un argumento de índole constitucional, pues no hay que olvidar

que la representación sindical es un asunto que se gana en la misma lucha democrática,

dentro de la propia organización sindical, y no por medio de una legislación que, bajo la

excusa de proteger a los trabajadores, está impidiendo el goce efectivo de un derecho

fundamental, como es el de la libertad sindical”29.

Por último entra la Corte a analizar un factor más allá del artículo 39 de la Constitución

y del artículo segundo del Convenio 87 de la OIT: el artículo primero de la Carta

Política. Al respecto la Corte hace la siguiente disertación:

“De esta suerte, la norma acusada resulta, además, contraria a la propia filosofía que

informa la Constitución Política de 1991, en cuanto ella, en su artículo 1º autodefine al

Estado Colombiano como social de derecho, en el cual son principios esenciales una

organización “democrática, participativa y pluralista, fundada en la dignidad humana”,

principios éstos conforme a los cuales ha de interpretarse, también, el artículo 39 de la

Carta en cuanto garantiza a los trabajadores a constituir sindicatos, lo cual desde luego

ha de entenderse en el sentido de que éstos pueden obedecer a distintas orientaciones

ideológicas, cuya existencia se garantiza por la propia Constitución”30.

En este orden de ideas la Corte resalta la inconstitucionalidad que representa el hecho de

impedir la coexistencia de sindicatos de distintas tendencias dentro de una misma

empresa, máxime cuando la Constitución incluye la democracia y el pluralismo como

pilares fundamentales del Estado. Así pues, para la Corte una prohibición de este tenor

no sería más que una afrenta directa contra los propios principios democráticos que

cimientan la organización estatal.

29 Ibídem. 30 Ibidem.

33

De esta manera, y siendo consecuente con las anteriores consideraciones, en la Sentencia

C–567, proferida el 17 de mayo del año 2000, la Corte resuelve declarar inexequible el

numeral primero del artículo 357 del Código Sustantivo del Trabajo, subrogado por el

artículo 26 del Decreto Legislativo 2351 de 1965, significando entonces el fin de la

prohibición que impedía la coexistencia de dos o más Sindicatos de Base en una misma

empresa.

Por último, sólo hace falta reseñar que los Magistrados Eduardo Cifuentes Muñoz y

Vladimiro Naranjo Mesa aclararon su voto, haciendo la salvedad de advertir que no

están de acuerdo con que los Convenios de la OIT sean incluidos dentro del mencionado

Bloque de Constitucionalidad, por no reunir estrictamente los requisitos que para ello se

requiere, a saber: 1. que reconozcan derechos humanos y 2. que prohíban su limitación

en los estados de excepción31. No obstante lo anterior, los mencionados Magistrados

compartieron la decisión de la mayoría, a pesar de sentar su diferencia sobre este

particular.

31 “ A propósito de los convenios internacionales del trabajo, la propia Constitución se encarga de defini r el rango normativo de que gozan sus disposiciones dentro del ordenamiento jurídico nacional: “ Los convenios internacional es de trabajo debidamente rati ficados hacen parte de l a legislación interna” (C.P. art. 53). La sala cuarta ha decidido modificar esta norma constitucional atribuyendo a los convenios internacional es de trabajo el carácter de normas constitucionales, cali ficación que igualmente extiende a las recomendaciones que fluyen de los órganos de control de la O.I.T.[...] Resulta, por tanto, aventurado que in genere convenios y recomendaciones de órganos de control de la O.I.T., se integren al bloque de constitucionalidad”. Salvamento de voto de los Magistrados Eduardo Ci fuentes Muñoz y Vladimiro Naranjo Mesa. Ibidem.

34

5. LA MULTIAFILIACIÓN SINDICAL: SENTENCIA C-797 DE 2000

DE LA CORTE CONSTITUCIONAL

Continuando con el análisis de los hechos que nos llevarán a desarrollar el tema central

del abuso del derecho de asociación sindical en los Carruseles Sindicales, es necesario

reparar en la sentencia de constitucionalidad C-797 del año 2000, Magistrado Ponente

Antonio Barrera Carbonell.

En dicha sentencia, el accionante demanda la declaratoria de inconstitucionalidad, entre

otros, del artículo 360 del Código Sustantivo del Trabajo:

“C.S.T ART. 360. Afiliación a varios sindicatos.-Se prohíbe ser miembro a la vez de

varios sindicatos de la misma clase o actividad”.

En el sentir del peticionario, el artículo precedente, así como las demás normas que tiene

a bien demandar, violan el preámbulo de la Constitución y varios de sus artículos, entre

ellos el artículo 1º que señala que Colombia es un Estado social de derecho, el artículo

13 que consagra el derecho a la igualdad, el 25 que habla del derecho al trabajo, el 39

que estipula el derecho de asociación sindical, el 53 que incluye los principios mínimos

fundamentales que debe contener el estatuto del trabajo que expida el congreso, además

del 83, 93, 94 y 333 así como los Convenios 87 y 98 de la O.I.T. Afirma éste que

“[...]las normas acusadas desconocen la libertad sindical en lo que atañe con la facultad

que tienen las personas que se afilian a un sindicato para establecer autónomamente sus

35

estatutos y la forma de su organización y funcionamiento”32. Alega que el problema

radica en que a pesar de que el legislador se encontraba habilitado para regular dicha

facultad, ‘desbordó’ sus limitaciones constitucionales atentando contra el derecho

fundamental de asociación sindical y los citados artículos 2 y 3 del Convenio 87 de la

O.I.T donde se consagra el derecho de los trabajadores para constituir las organizaciones

que estimen convenientes y afiliarse a éstas.

Como sustento de lo anterior, la demanda se enfoca en explicar la falta de justificación

que tiene el hecho de que la Ley restrinja el ánimo asociativo de los empleados cuando

la única limitación al respecto es la prohibición constitucional para los miembros de la

fuerza pública que les impide asociarse. Según el actor, “[...]son los estatutos sindicales

los llamados a fijar las condiciones de admisión y no la Ley”33.

Al respecto las únicas intervenciones externas son las del Ministerio del Protección

Social y el concepto del Procurador General de la Nación. La primera se enfila en

señalar genéricamente que el demandante no tuvo en cuenta que la misma Constitución

establece que el funcionamiento y la estructura de los sindicatos se deben sujetar al

orden legal y a los principios democráticos. En la segunda el Procurador concuerda con

los alegatos del peticionario, exponiendo su posición de la siguiente manera:

“Con respecto al artículo 360 [El Procurador] compartió los argumentos del actor “ toda

vez que no existe razón de carácter constitucional o en convenio internacional alguno

32 C-797 de 2000, Magistrado Ponente, Antonio Barrera Carbonell. 33 Ibidem.

36

que restrinja esta posibilidad, pues es cierto que de conformidad con el inciso último del

artículo 39 Superior, se proscribe el derecho de asociación sindical a los miembros de la

fuerza pública[...]”34

Examinados los anteriores argumentos, a favor y en contra, la Corte entra a resolver el

interrogante de si “[...] las normas acusadas violan la Constitución, en cuanto permiten

una injerencia indebida del legislador en asuntos que son privativos de la organización y

administración de los sindicatos [...]”35.

Para responder el anterior problema jurídico, la Corte procede a anunciar de antemano

su posición en contra de la norma, justificando tal postura bajo el argumento de que en

ejercicio de la libertad positiva de asociación una persona se puede afiliar a más de un

sindicato, más aún cuando, según los hemos visto ampliamente, la restricción de la

coexistencia de Sindicatos de Empresa fue declarada inexequible. “Una restricción de

ésta naturaleza –dice la Corte- viola el derecho de la libertad sindical, por la

circunstancia de que no existe razón objetiva y seria, y legítima desde el punto de vista

constitucional que justifique la referida disposición”36.

Adicional a lo anterior, la Corte entra a ponderar un factor de carácter realista. La

restricción de multiafiliación sindical carece de efectos jurídicos: infringir tal

disposición no genera ninguna consecuencia de índole jurídica o sancionatoria.

34 Ibidem. 35 Ibidem. 36 Ibidem.

37

Así pues, no encontrando motivos constitucionalmente válidos para sustentar la presente

prohibición, y siendo una restricción inoperante en cuanto a su exigibilidad, la mayoría

de la Corte resuelve declarar la inexequibilidad del artículo 360 del Código Sustantivo

del Trabajo. Una minoría, compuesta por los Magistrados Eduardo Cifuentes Muñoz,

Vladimiro Naranjo Mesa y Álvaro Tafur Galvis, se encuentran en desacuerdo con parte

de la Sentencia proferida, incluyendo lo relacionado con el mencionado artículo y por

ello deciden salvar su voto parcialmente explicando que en su criterio estos parámetros

designaban un marco de garantías básicas que no contrariaba la Constitución:

“Como puede apreciarse se trata del enunciado del marco básico dentro del cual las

organizaciones sindicales y gremiales del trabajo podían desarrollar plenamente la

autonomía constitucionalmente reconocida, significando el orden legal una garantía

mínima razonable y proporcionada para asegurar la efectividad de los principios

democráticos y el buen funcionamiento de la organización. Las disposiciones en

cuestión [incluido el artículo 360], se repite, proyectaban, junto con las normas que

fueron declaradas exequibles en la sentencia, un marco de garantías básicas que en nada

contrariaba los mandatos constitucionales; por el contrario propiciaban su realización

apropiada, como corresponde a la acción del legislador, en un estado social de derecho,

con el figurado en el Estatuto Superior” 37.

No obstante el anterior salvamento de voto, la Sentencia C-797 del año 2000 declaró

inexequible la restricción que impedía ser miembro a la vez de varios sindicatos de la

misma clase o actividad.

37 Salvamento de Voto de los Magistrados Eduardo Ci fuentes Muñoz, Vladimiro Naranjo Mesa y Álvaro Tafur Galvis, en la sentenci a C-797 de 2000 de la Corte Constitucional, Magistrado Ponente, Antonio Barrera Carbonell.

38

6. EL ABUSO DEL DERECHO DE ASOCIACIÓN SINDICAL

MEDIANTE LA FUNDACIÓN SUCESIVA DE SINDICATOS ENTRE LOS MISMOS TRABAJADORES: LOS CARRUSELES SINDICALES

A través de este escrito hemos sostenido la posición según la cual ningún derecho es

absoluto. Corroborando lo anterior, la Corte Constitucional desde sus mismos inicios ha

señalado:

“El orden constitucional no admite el ejercicio abusivo de los derechos reconocidos

en la Carta (CP art. 95). El preámbulo de la Constitución expresamente consagra como

uno de sus fines asegurar la convivencia, la igualdad y la libertad dentro de un marco

jurídico, democrático y participativo que garantice un orden político, social y económico

justo. Esta finalidad no se podría alcanzar sin la cooperación activa de los particulares

quienes son responsables por infringir la Constitución y las leyes y, además, por abusar

de sus propios derechos, conducta ésta que de aceptarse como práctica social conduciría

a la segura entronización de un orden injusto (CP art. 6). En una perspectiva dinámica, el

ejercicio de los derechos constitucionales debe ser compatible con el respeto de los

derechos ajenos. Se abusa de un derecho constitucional propio cuando su titular

hace de él un uso inapropiado e irrazonable a la luz de su contenido esencial y de sus fines. En este orden de ideas, el abuso es patente cuando injustificadamente afecta

otros derechos y, también, cuando su utilización desborda los límites materiales que el

ordenamiento impone a la expansión natural del derecho, independientemente de que se

produzca en este caso un daño a terceros”38 (negrillas no originales).

En sentencia posterior la Corte ratificó lo anterior:

“[...]todo derecho lleva consigo contraprestaciones y cargas que le quitan su carácter

absoluto, tal como se desprende de la Constitución Política, según la cual el ejercicio de

38 Sentencia T-511 de 1993, Magistrado Ponente Eduardo Cifuentes Muñoz

39

los derechos y libertades reconocidos en ella implica responsabilidades, siendo claro que

el primer deber de toda persona consiste en respetar los derechos ajenos y no abusar de

los propios[...]”39.

En este orden de ideas es claro que los derechos tienen límites y que los ciudadanos

tienen la obligación de ejercerlos responsablemente, respetando los derechos de los

demás y restringiéndose de abusar de los suyos propios.

En el ejercicio del derecho de asociación sindical, los trabajadores no pueden ser la

excepción.

Así pues, una vez dicho lo anterior, y retomando el tema estudiado hasta este momento,

hay dos circunstancias indiscutibles: Hoy en día entre los mismos trabajadores se pueden

fundar las organizaciones sindicales que éstos a bien tengan -incluido más de un

Sindicato de Base por empresa-; y los mismos se pueden afiliar a cuantas organizaciones

sindicales deseen, sin que medie obstáculo legal alguno.

Las demandas de inconstitucionalidad que dieron pie para que sucediera lo anterior

fueron ampliamente revisadas por la Corte Constitucional, analizando a la luz de la

Carta Política la viabilidad de las restricciones legales que limitaban el libre derecho de

asociación sindical de los trabajadores. Como lo hemos visto, la Corte –en su mayoría-,

decidió declarar inexequibles las disposiciones que prohibían la coexistencia de

sindicatos y la multiafiliación sindical, pues a su juicio éstas violaban lo estipulado en la

39 Sentencia T-119 de 1995, Magistrado Ponente José Gregorio Hernández Galindo.

40

Constitución así como en los Convenios 87 y 98 de la OIT, incorporados al Bloque de

Constitucionalidad.

Así las cosas, es en este punto donde cabe retomar la afirmación que se hizo en un

principio según la cual ha habido ocasiones en las que la Corte se ha pronunciado de

manera tal que sus sentencias han abierto las puertas a situaciones que, posiblemente,

nunca fueron previstas.

La intención de la Corte de permitir un ejercicio del derecho de asociación sindical

desprovisto de barreras o limitantes de orden legal aparentemente injustificadas,

permitió la planeación de estrategias para sacarle provecho a ésta nueva situación,

desbordando –seguramente-, el propósito inicial de la Corte Constitucional.

Las sentencias C-567 y C-797 de 2000 abrieron todo un nuevo panorama para que los

trabajadores puedan -abusando de sus derechos-, conseguir una estabilidad laboral

reforzada de la cual, en el giro normal de los acontecimientos (y en concordancia con la

verdadera finalidad del fuero sindical), no tendrían por qué beneficiarse.

La fórmula no es nada compleja. Los mismos trabajadores de una compañía se reúnen

para fundar Sindicatos de Empresa cada menos de 6 meses, obteniendo como resultado

el estar siempre amparados por el fuero de fundadores. Más conveniente aún, quienes

resulten designados en su junta directiva continuarán estando amparados por el fuero

41

aún si al finalizar el lapso de 6 meses de protección que cobija a los fundadores, no se

constituye una nueva organización sindical.

Reduciendo la problemática a su más mínima esencia, y dando una aplicación

matemática a la Ley -asumiendo que la conformación de sindicatos únicamente implica

dar cabal cumplimiento al artículo 36540 del Código Sustantivo de Trabajo- podemos

imaginarnos la siguiente situación hipotética:

Supongamos que en una empresa en la que laboran 30 trabajadores éstos se reúnen y

fundan un Sindicato de Empresa el cual es debidamente inscrito en el registro sindical

del Ministerio de la Protección Social, solicitando por escrito la inscripción en el registro

y anexando los documentos que para tales efectos la Ley exige. Como lo hemos visto,

desde el mismo instante de la constitución del sindicato, los 30 trabajadores gozarán de

fuero de fundadores, perdiendo el empleador la facultad de desvincular a cualquiera de

los trabajadores a su discreción; viéndose restringido su derecho de terminar contratos

40 Artículo 365 (modi ficado por el artículo 45 de la Ley 50 de 1990) REGISTRO SINDICAL. Todo sindicato de trabajadores deberá inscribirse en el registro que para tales efectos lleve el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Dentro de los cinco (5) días hábiles siguientes a la fecha de la asamblea de fundación, el sindicato presentará ante el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, solicitud escrita de inscripción en el registro sindical, acompañándola de los siguientes documentos: a) Copia del acta de fundación, suscrita por los asistentes con indicación de su documento de identidad; b) Copia del acta de elección de la junta directiva, con los mismos requisitos del ordinal anterior; c) Copia del acta de la asamblea en que fueron aprobados los estatutos; d) Un (1) ejemplar de los estatutos del sindicato, autenticados por el secretario de la junta directiva; e) (Modi ficado por el artículo 45432 de la Ley 584 de 2000). Nómina de la junta directiva y documento de identidad. f) (Modi ficado por el artículo 45436 de l a Ley 584 de 2000). Nómina completa del personal de afiliados con su correspondiente documento de identidad. Los documentos de que trata los apartes a), b) y c) pueden estar reunidos en un solo texto o acta.

42

de trabajo unilateralmente sin justa causa pagando la correspondiente indemnización

prevista en la Ley. Si algún trabajador incurre en una falta grave que permita la

configuración de una justa causa para el despido, y la empresa estima conveniente

prescindir de los servicios de dicha persona, deberá solicitar autorización a la justicia

laboral mediante un proceso de levantamiento de fuero que puede tardar años.

Supongamos entonces que unos días antes de vencerse el fuero de fundadores del que

han gozado los trabajadores de la empresa, éstos mismos se reúnan nuevamente y

decidan fundar un nuevo Sindicato de Empresa, registrándolo ante el Ministerio de la

Protección Social y dando igualmente estricto cumplimiento al trámite estipulado en el

mencionado artículo 365 del Código Sustantivo del Trabajo.

Imaginemos que repiten éste procedimiento por una tercera vez.

En menos de un año y medio la empresa tendrá tres Sindicatos de Base cuyos afiliados

en todos los casos serán los mismos trabajadores. No requerirán fundar más

organizaciones pues cada sindicato tendrá una junta directiva que garantiza el fuero

sindical de 10 trabajadores, para un total de 30 fueros, sin contar con los 2 fueros

adicionales para los empleados designados en la comisión de reclamos del sindicato.

Así las cosas, en este caso hipotético, tal vez un poco extremo, todos los trabajadores de

la empresa resultarán amparados por la garantía del fuero sindical.

43

El anterior es un típico ejemplo de lo que se conoce como un Carrusel Sindical41: los

mismos trabajadores se reúnen para fundar sindicatos sucesivamente y así gozar de fuero

sindical de forma permanente, bien sea en calidad de fundadores durante el periodo que

la Ley contempla, bien sea como directivos para quienes ostenten la calidad de

miembros de la junta directiva de la organización sindical. De esta manera, como lo

hemos dicho, cuando los trabajadores se unen con el fin de abusar de su derecho de

asociación sindical y de la garantía del fuero que lo acompaña, el empleador ve

disminuido su derecho a prescindir de los servicios de un empleado a su libre arbitrio,

respetando las demás limitaciones legales diferentes al fuero sindical, y pagando las

indemnizaciones a las que haya lugar. Más aún, le surge la carga de iniciar un

procedimiento que ponga en marcha el aparato judicial del Estado a fin de poder

desvincular válidamente a un trabajador que haya incurrido en una justa causa para el

despido.

Es aquí donde se abre el debate sobre las sentencias de la Corte Constitucional que

hemos estudiado pues claramente lo anterior no sería posible si continuaran vigentes las

disposiciones que prohibían la coexistencia de dos o más Sindicatos de Base por

empresa y el impedimento de ser miembro a la vez de varios sindicatos de la misma

clase o actividad.

41 En la Sentencia del Tribunal Superior de Bogotá, Sala Laboral, del 6 de diciembre de 2002, en el proceso especial de Fuero Sindical de Astrid López Barrera cont ra Bogotá Distrito Capital, Magistrada Ponente Graciela Moreno de Rodríguez, se dijo: “ [...]esta se afilió a otra asoci ación para tratar de mantener su estabilidad laboral y entorpecer la labor del Distrito Capital, hecho denominado en lenguaje vulgar con el nombre de “ Carruseles de organizaciones sindicales”, a través de l as cual es se pret endía impedir la efectividad del retiro de los funcionarios y que se t radujo en una práctica que desnaturaliza el Derecho de Asociación[...]”

44

Al respecto ya hemos dicho que el fuero sindical es una institución encaminada a

salvaguardar al sindicato en sí mismo, ayudando a preservar la materialización del

derecho de asociación sindical de sus afiliados. Dejamos claro que la jurisprudencia

tanto constitucional como laboral se ha pronunciado en el sentido de que éste tiene como

fin proteger de manera especial a los integrantes más importantes del sindicato para que

cumplan con sus deberes, y dificultar la posibilidad del empleador de desvincular

miembros claves del sindicato, reduciendo la organización sindical de tal manera que

legalmente no pueda sobrevivir.

Entendido de esta manera, y mirando la finalidad del fuero como garantía legal y

constitucional, es evidente que fundar sindicatos con el exclusivo propósito de obtener

fueros para quienes participen en su constitución, desborda el espíritu laboral colectivo

que promueve la fundación de organizaciones de trabajadores que propendan por el

bienestar de sus afiliados en el marco de las relaciones obrero-patronales. Ha sido la

misma Corte Constitucional la que ha señalado que “[...] la protección constitucional de

un derecho constitucional exige que su ejercicio sea fiel a su finalidad”42.

Claramente, el ejercicio del derecho de asociación sindical en los Carruseles Sindicales

no sólo no es fiel a su finalidad, sino que vulnera los derechos del empleador al tener

que cargar éste con una serie de empleados amparados por una estabilidad laboral

reforzada obtenida abusando de sus derechos. 42 T-511 de 1993, Magistrado Ponente Eduardo Cifuentes Muñoz

45

En concordancia con éste tema vale la pena traer a colación una sentencia de la sala de

Casación Laboral de la Corte Suprema de Justicia del año 1978 en la que se habla sobre

la aplicabilidad de la teoría del abuso del derecho, haciendo énfasis de la importancia y

validez de su aplicación en el campo del trabajo:

“Considera la Sala que el criterio de equidad que aplicó el sentenciador para resolver

este caso encaja dentro de la teoría jurídica del abuso del derecho, que constituye

además principio general de interpretación de la ley, aplicable en el campo del derecho

privado y con mayor razón en el derecho laboral dado su carácter de orden público [...]

Los principios que han informado la teoría del abuso del derecho tienen plena

vigencia en nuestra legislación laboral... en el cual tiene especial importancia la interpretación finalista o teleológica de la ley”43 (negrillas no originales).

Del anterior análisis es posible concluir, como lo propusimos en un principio, que las

sentencias de la Corte Constitucional que declararon inexequibles las restricciones

legales de la coexistencia de sindicatos y la multiafiliación sindical, abrieron la puerta

para que los trabajadores tuvieran la oportunidad de abusar de su derecho fundamental

de asociación sindical.

Los ejemplos reales que se exponen a continuación, son una muestra clara de dicha tesis.

43 Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Laboral, sent. Nov 7 de 1978. Citada en el el Régimen Laboral Colombiano de Legis Editores S.A., 2004.

46

7. LA HISTORIA DEL CARRUSEL SINDICAL EN LA SECRETARÍA

DE TRÁNSITO Y TRANSPORTE DE BOGOTÁ44

De acuerdo con los hechos recogidos en la sentencia del treinta y uno de octubre de

2002, proferida por la Sala Laboral del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá,

D.C., los señores Pedro Cristancho Marín, José Orlando Cubillos Pastrana, Joaquín

Guillermo Domínguez Leyton, José Saúl Flechas Velasco, Martha González Ruiz y

Tairo Infante Neira, demandaron a Bogotá D.C., para que previo el trámite del proceso

especial de fuero sindical, se les reintegrara a los puestos que desempeñaban y como

indemnización se les cancelara los salarios causados desde el día del retiro efectivo y

hasta cuando fueran efectivamente reintegrados a los cargos.

Los demandantes alegaban haber sido despedidos encontrándose amparados por el fuero

de fundadores que les otorgaba el haber constituido la Asociación Sindical de

Empleados Públicos de las Secretaría de Tránsito y Transporte de Bogotá D.C.

"Asempu-STT” el 27 de julio de 2001. Según obra en el expediente, los demandantes

fueron desvinculados el 28 de septiembre del mismo año, es decir tan sólo 2 meses

después de la fundación de Asempu-STT.

44 Historia reconstruida con base en la sentencia proferida por el Tribunal Superior de Bogotá, Sala Laboral, del 31 de octubre de 2002, en el proceso especial de Fuero Sindical de PEDRO CRISTANCHO y OTROS, contra BOGOTÁ DISTRITO CAPITAL, Magistrado Ponente Miller Esquivel Gaitán.

47

Así las cosas, y si únicamente se tuvieran en cuenta los hechos anteriormente descritos,

sería claro que la Secretaría de Tránsito y Transporte actuó desconociendo la calidad de

aforados de los mencionados trabajadores, debiendo haber tramitado la correspondiente

autorización por parte de la justicia laboral a través de un proceso de levantamiento de

fuero sindical, a fin de poder proceder válidamente con su despido.

No obstante lo anterior, antes de hacer un juicio de tal naturaleza, es necesario tener en

cuenta una serie de particularidades del presente caso que conllevan a desvirtuar dicha

consideración.

Resulta que, según obra en el expediente, 6 meses antes de su despido, el 27 de marzo de

2001, los mismos demandantes habían constituido el Sindicato de Trabajadores de la

Secretaría de Tránsito y Transporte de Bogotá "SINTRASTT". El 30 de abril del mismo

año, el alcalde Mayor de Bogotá de la época expidió un decreto en el que se modificaba

la planta global de cargos de la Secretaría eliminando, entre otros, los cargos de los

demandantes. En cumplimiento de dicho decreto, a los demandantes se les envió una

carta informándolos de tal determinación, aclarando que su fuero de fundadores sería

respetado en su totalidad, razón por la cual su desvinculación sería efectiva a partir del

28 de septiembre de 2001, 6 meses después a la conformación de SINTRASTT. Como

lo hemos visto, dos meses antes de llegar dicha fecha, y con el pleno conocimiento de

que serían retirados de la entidad, los trabajadores implicados fundaron un nuevo

sindicato.

48

Al respecto señaló el Tribunal:

“[Los demandantes] buscan que la protección sindical se extienda más allá del término

que le concede la fundación de SINTRASTT, cuestión que resulta inadmisible dada la

finalidad de la institución del fuero sindical, ya precisada, que no es otra que permitir el

desarrollo del derecho de asociación sindical el cual se encuentra materializado con la

fundación del Sindicato de Trabajadores de la Secretaría de Tránsito y Transporte de Bogotá "SINTRASTT", por lo que la entidad reconoció y respetó la garantía foral

derivada de dicha, de manera que al fundar otra organización sindical con idéntico

propósito en la misma empresa, no tiene razón de existir, más allá de obtener un amparo

ilegítimo, que es lo que se vislumbra del comportamiento de los trabajadores que crearon

a ASEMPU-STT, siendo así, no puede el ordenamiento constitucional y legal proteger

dicha conducta, como claramente lo señala el artículo 95, numeral 1 de la constitución

política y 1603 del código civil, por abuso del derecho”45

De esta manera, y bajo el presupuesto citado, el Tribunal confirmó la sentencia del 23 de

agosto de 2002, proferida por el Juzgado Dieciocho Laboral del Circuito de Bogotá, en

la que se había negado la acción de reintegro de los demandantes por considerar que su

actuación había sido abusiva y que por lo tanto no generaba efectos46.

45 Ibidem. 46 Al respecto es necesario anotar que éste no se trata de un ejemplo aislado. El Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá ya se ha pronunciado en diversas oportunidades indicando que los fueros derivados del abuso del derecho de asociación sindical son ilegítimos y por lo tanto inexistentes, en particular cuando éstos buscan impedir la disminución en el número de empleados de las entidades Distritales. Así lo ha manifestado en la sentencia del 31 de octubre de 2002, en el proceso especial de Fuero Sindical de ROBERTO HUGO LÓPEZ PALOMINO contra BOGOTÁ DISTRITO CAPITAL., en la sentencia del 6 de diciembre de 2002, en el proceso especi al de Fuero Sindical de ASTRID LOPEZ BARRERA contra BOGOTÁ DISTRITO CAPITAL., en la sentencia del 31 de marzo de 2003, en el proceso especial de Fuero Sindical MARCO ANTONIO CONTRERAS CORTES contra BOGOTÁ DISTRITO CAPITAL., en la sentencia del 20 de junio de 2003, en el proceso especial de Fuero Sindical DAVID LEONARDO QUESADA PEÑA contra CONTRALORÍA DE BOGOTÁ., en la sentencia del 31 de julio de 2003, en el proceso especial de Fuero Sindical EDUARDO JAKSON PEREA SANTOS y OTROS contra el INSTITUTO DE DESARROLLO URBANO “ IDU”, Tribunal Superior de Bogotá, Sala Laboral, y en la sentenci a del 29 de agosto de 2003, en el proceso especial de Fuero Sindical de ARIDELFO ELI LEON PEÑA y OTROS, contra BOGOTÁ DISTRITO CAPITAL, Magistrada Ponente Graci ela Moreno de Rodríguez.

49

8. LA HISTORIA DEL CARRUSEL SINDICAL EN PANAMCO

COLOMBIA S.A. 47, ALPINA PRODUCTOS ALIMENTICIOS S.A. 48 Y LA COMPAÑÍA NACIONAL DE CHOCOLATES S.A. 49

Lo sucedido en la empresa Panamco Colombia S.A. después de proferidas las sentencias

de inconstitucionalidad que hemos discutido se asemeja, guardadas las proporciones del

caso, al ejemplo hipotético que propusimos anteriormente. Un grupo significativo de

trabajadores sindicalizados de la compañía se pusieron de acuerdo para fundar sindicatos

sucesivamente, reforzando su estabilidad laboral mediante un continuo fuero de

fundadores que se renovaba permanentemente con la constitución de cada sindicato

naciente. En dos de las organizaciones sindicales de Industria fundadas en el Carrusel

Sindical de Panamco -SINTRALACTEOS y SINTRANALCHOC-, participaron

trabajadores de Alpina y de la Nacional de Chocolates respectivamente, haciendo que

estas empresas también se vieran perjudicadas por el ejercicio abus ivo de los derechos

de sus empleados.

El caso reviste además una particularidad especial. Según las pruebas allegadas a los

expedientes del Ministerio de la Protección Social, los trabajadores de Panamco

involucrados en el Carrusel Sindical se encontraban asociados a una organización

47 Historia reconstruida con base en la Resolución 1286 del 19 de mayo de 2005, expedida por el Ministerio de la Protección Social, y la Sentenci a T-215 de 2006 de la Corte Constitucional, Magistrado Ponente, Marco Gerardo Monroy Cabra. 48 Historia reconstruida con base en la Resolución 4320 del 16 de diciembre de 2005, expedida por el Ministerio de la Protección Social. 49 Historia reconstruida con base en la Resolución 4319 del 16 de diciembre de 2006, expedida por el Ministerio de la Protección Social.

50

sindical que la empresa define como sindicato “madre”, constituida con todas las

formalidades del caso en el año 1996, es decir con anterioridad a las sentencias de

inconstitucionalidad que hemos visto. Como habría de reconocerlo el Ministerio de la

Protección Social, a diferencia de este sindicato madre, las organizaciones sindicales

fundadas por estos trabajadores a partir del año 2000 eran todas de carácter ficticio,

organizaciones de ‘papel’ constituidas con el único fin de obtener fueros para todos

aquellos que participaran en su fundación, o fuesen designados en su junta directiva.

Fue así como en defensa de sus derechos que consideraban lesionados, en el año 2005

Panamco, Alpina y la Nacional de Chocolates instauraron una serie de acciones ante el

Ministerio de la Protección Social solicitando la revocatoria directa del acta de

inscripción de los sindicatos conformados bajo la modalidad del Carrusel Sindical. En la

resolución 1286 del Ministerio se transcriben apartes de la solicitud hecha por Panamco:

“ ...desde el año 2000, se fueron creando cada seis meses en promedio diferentes

organizaciones sindicales al interior de la misma empresa y sus filiales, con el único

propósito de ir generando fueros de fundadores y fueros directivos con los mismos

empleados afiliados a las mismas organizaciones sindicales y sin contar con trabajadores

de otras empresas y en un claro desconocimiento de sus propios principios y normas

estatutarias. El 1 de julio de 2003 se creó la organización sindical SINTRAINDU,

sindicato de industria y también se han venido creando los sindicatos ASTDVEPA,

ATLIVENT, SINTRANALCHOC [con afiliados de la Nacional de Chocolates],

ANTRAPROP, SINTRALACTEOS [con afiliados de Alpina], SINTRAPANAMCO,

SINTRACOCACOLA y SINALTRAPACOL. De las pruebas y documentos que

anexamos a este memorial, su despacho podrá concluir que todas y cada una de las

organizaciones sindicales nacieron y están viciadas de nulidad absoluta, pues los trabajadores fundadores de todas y cada una de las organizaciones mencionadas, eran los

51

mismos que iban fundando y creando la nueva organización sindical, partiendo para ello

de un único y verdadero sindicato que los amparaba a todos y cada uno de ellos y del

cual jamás se han desafiliado denominado SINTRAINDEGA. Aquí surge la conducta

temeraria y fraudulenta, lógicamente violatoria de la ley y la constitución, ya que no

existe ni les asiste ningún derecho de asociación sindical ya que son los afiliados a

SINTRAINDEGA los mismos que en forma repetitiva y después de vencidos sus fueros

de fundadores, van creando las nueve organizaciones sindicales no para ejercer o

garantizar un derecho de asociación, sino para de esa forma fraudulenta evitar, según

ellos50, que la empresa reduzca la mano de obra o despida algún trabajador...”51.

Panamco reforzó sus argumentos explicando que los trabajadores de los sindicatos

fundados con posterioridad al año 2000 no cancelaban cuotas sindicales con destino a

estas organizaciones y, más aún, que la negociación colectiva no se llevaba a cabo con

ninguno de dichos sindicatos sino únicamente con el sindicato SINTRAINDEGA, al

cual todos se encontraban afiliados y el cual era el que verdaderamente representaba los

intereses de los empleados.

El Ministerio de la Protección Social, una vez revisados los argumentos esgrimidos, y

luego de realizar el respectivo análisis de las pruebas aportadas, se pronunció sentando

la siguiente posición:

50 De acuerdo con la citada Resolución 001286., en los expedientes obran copias de las act as de fundación de todos los sindicatos de Carrusel. Según citan las resoluciones, en el numeral 2 del orden del día del acta de constitución de ATLIVENT, “...El compañero Julio Hernán Abello informa que debido a las tácticas de la empresa de reducción de mano de obra, todos los trabajadores nos encontramos frent e a un inminente peligro de despido, por lo tanto y como una lucha por la estabilidad es necesario la creación de una organización gremial, explicando que una de las ventajas es l a protección foral para todos los fundadores del sindicato...”. 51 Citado en la Resolución 001286 del 19 de Mayo de 2005 proferida por el Ministerio de la Protección Social.

52

“Así las cosas, si los trabajadores se organizan en un ente sindical, con propósitos

diferentes al objeto social que debe cumplir ineludiblemente un sindicato de

trabajadores, o simplemente para obtener una protección foral y de esta manera

limitar al empleador en su facultad constitucional y legal de dar por terminados los contratos de trabajo, resulta evidente que no se está cumpliendo con el objeto del

derecho de asociación. Pero, si además de ello, una vez terminada la protección foral que

nace de la fundación de un sindicato, se crea uno nuevo, con los mismos trabajadores, o

con gran parte de los mismos que fundaron el primero, no sólo salta a la vista que se

desvirtúa la naturaleza del derecho de asociación, sino que se está abusando de forma aberrante de dicho derecho” 52 (negrillas no originales).

Con base en las anteriores consideraciones, el Ministerio de la Protección Social

resuelve revocar las resoluciones impugnadas por Panamco, por medio de las cuales se

había ordenado la inscripción de la fundación, el depósito de los estatutos y la

inscripción de las juntas directivas de los Sindicatos de Carrusel, advirtiendo que dicha

revocatoria no significa la cancelación de su registro sindical, la cual sólo procede por

vía judicial.

En el caso de las acciones instauradas por Alpina y la Nacional de Chocolates,

solicitando la revocatoria del acta de inscripción de las organizaciones

SINTRALACTEOS y SINTRANALCHOC, respectivamente, el Ministerio fue igual de

contundente:

“ ...no asiste duda alguna de que el ente sindical que nos ocupa [SINTRANALCHOC]

obtuvo su inscripción de manera ilegal, con abuso del derecho y para causar un perjuicio

a un tercero, que para el caso es el empleador de sus afiliados; que desde su fundación

52 Ibídem.

53

todos sus actos han estado dirigidos exclusivamente a obtener una estabilidad laboral y lejos de cumplir el fin social de un sindicato de trabajadores. En

consecuencia la petición de la COMPAÑÍA NACIONAL DE CHOCOLATES S.A. está

llamada a prosperar”53 (negrillas no originales).

Así pues, el Ministerio de la Protección Social le concedió la razón a las empresas bajo

el entendido de que los empleados que fundaron las organizaciones sindicales sobre las

cuales se solicitó revocar sus actas de inscripción, habían abusado de su legítimo

derecho de asociación sindical para constituir sindicatos con el único y exclusivo fin de

gozar permanentemente de fuero sindical, además de haber incurrido en otras

irregularidades que no vienen al caso.

53 Resolución 4319 del 16 de diciembre de 2006, expedida por el Ministerio de la Protección Social. En igual sentido se pronunció el Ministerio de la Protección Social en el caso de la solicitud elevada por Alpina S.A., en la Resolución 4320 del 16 de diciembre de 2006.

54

9. LA CORTE CONSTITUCIONAL LE DA LA RAZÓN AL

MINISTERIO DE LA PROTECCIÓN SOCIAL Y A PANAMCO COLOMBIA S.A.: TUTELA T-215 DE 2006

Con posterioridad a los pronunciamientos del Ministerio de la Protección Social que

hemos reseñado, el antiguo presidente de SINTRAINDU -sindicato del Carrusel Sindical

en Panamco cuya inscripción en el registro sindical había sido revocada-, junto con un

trabajador de Panamco miembro de la Junta Directiva de SINTRAINDU, despedido por

la empresa con justa causa luego de la expedición de las Resoluciones del Ministerio,

acuden a la acción de Tutela. Dirigen ésta contra el Ministerio de la Protección Social y

contra Panamco Colombia S.A., solicitando que el juez de Tutela proteja sus derechos

fundamentales al debido proceso, igualdad, asociación sindical en conexidad con el

fuero sindical, y a la imparcialidad y moralidad de las actuaciones administrativas, los

cuales consideran les han sido violados.

Tras haber sido denegada la Tutela por improcedente por el Consejo Seccional de la

Judicatura de Cundinamarca y por el Consejo Superior de la Judicatura, la Corte

Constitucional la selecciona para su revisión, llegando a las siguientes conclusiones:

“ ...la Sala desestima que en el presente caso se esté en presencia de una vulneración

de los derechos al debido proceso, al trabajo o de asociación sindical de los demandantes. La organización sindical SINTRAINDU, según lo decidió la autoridad

administrativa competente tras un largo y detenido examen probatorio y con fundamento

en serios argumentos jurídicos, obtuvo la inscripción en el registro sindical de su acta

55

fundacional, estatutos y junta directiva de manera ilegal y abusiva del derecho, sin que

sobre dicha actuación pueda ahora edificar un pretendido derecho a la garantía foral”54

(negrillas no originales).

Así, la Corte Constitucional no sólo valida la actuación del Ministerio en cuanto a la

revocatoria de las Resoluciones que inscribieron las Actas de Fundación de los

Sindicatos de Carrusel, sino que con ocasión del caso del trabajador despedido, quien

alegaba ser directivo de SINTRAINDU, la Corte plasma su posición sobre los fueros

obtenidos mediante estas organizaciones constituidas con el ánimo de reforzar

indebidamente la estabilidad laboral de quienes en ellas participan:

“En tal virtud, el fuero sindical es un mecanismo de protección establecido primariamente a favor del Sindicato, y sólo secundariamente para proteger la estabilidad

laboral de los representantes de los trabajadores. De esta manera, establecido el abuso

del derecho en la conformación de un Sindicato, carece de fundamento jurídico el fuero sindical que sus fundadores o directivos puedan reclamar, pues se trata de un

derecho que, en sus aspectos subjetivos, depende de lleno de la legalidad de la

organización que se pretende proteger”55 (negrillas no originales).

De esta manera la Corte Constitucional consolida la tesis según la cual los fueros

obtenidos mediante la fundación de sindicatos con el único y exclusivo fin de generar

una estabilidad reforzada para los trabajadores que participen en ellos, son ilegítimos y

carecen de validez.

54 Sentencia T-215 de 2006, Corte Constitucional, Magistrado Ponente, Marco Gerardo Monroy Cabra 55 Ibidem.

56

10. PROPUESTA DE REFORMA LEGAL PARA PONER FIN A LOS

CARRUSELES SINDICALES

Con lo visto hasta ahora no hay duda de que la constitución de Carruseles Sindicales es

una práctica abusiva e ilegal que no sólo no merece la protección del Estado, sino que

por el contrario se deben buscar mecanismos para evitar que ésta se pueda dar.

Cabe destacar que, como se ha visto, tanto jurisprudencial como administrativamente ya

ha habido pronunciamientos importantes encaminados a reconocer no sólo la ilegalidad

de los fueros obtenidos al abusar del derecho de asociación sindical, sino de las

organizaciones mismas fundadas exclusivamente para tal fin. Lo ocurrido en la

Secretaría de Transito y Transporte de Bogotá, así como en las empresas Panamco

Colombia S.A., Alpina S.A. y Nacional de Chocolates S.A., es un claro ejemplo de ello.

Sin embargo estas son medidas de choque, acciones correctivas que buscan remediar un

hecho consumado. Una empresa que despida a un trabajador amparado por un fuero

obtenido mediante el Carrusel Sindical, sin haber conseguido previamente una

autorización judicial, está corriendo el serio riesgo de ser condenado a reintegrar al

trabajador a su puesto, ya sea mediante un proceso de reintegro, ya sea acudiendo a una

acción de tutela.

El riesgo se incrementa si se tiene en cuenta que no hay uniformidad en los

pronunciamientos judiciales sobre la materia pues, por disposición legal, los procesos de

57

fuero sindical se deciden en última instancia en los Tribunales Superiores del Distrito

Judicial56 y nunca en la Corte Suprema de Justicia, órgano encargado de unificar la

jurisprudencia en el país.

Y es que si bien la Corte Constitucional ya se pronunció señalando como lo hemos

citado que “...establecido el abuso del derecho en la conformación de un Sindicato,

carece de fundamento el fuero sindical que sus fundadores o directivos puedan

reclamar”57, es necesario materializar ese razonamiento de la Corte Constitucional e

incorporarlo en la legislación poniendo definitivamente fin a esta práctica ilegal de los

Carruseles Sindicales, regulando la figura del Fuero de tal manera que no haya un

incentivo para que los trabajadores incurran en ella.

La necesidad de regular la materia aumenta si se tiene en cuenta que la Corte se ha

manifestado en contra del precepto ampliamente aceptado según el cual, “…si la

formación del sindicato nuevo es ilegal, y por esa razón se le niega la inscripción, el

fuero de fundadores, es inexistente. No es que desaparezca o se suspenda, es que nunca

ha existido…”58.

Al respecto dijo la Corte:

56 Según el artículo 117 del Código Procesal del Trabajo y de la Seguridad Social, las acciones de levantamiento de fuero sindical por parte del empleador y la de reintegro por parte del trabajador (por remisión del artículo 188), pueden ser apeladas ant e el Tribunal, advirtiendo que contra la Sentencia del Tribunal no cabe ningún recurso. 57 Sentencia T-215 de 2006, Corte Constitucional, Magistrado Ponente, Marco Gerardo Monroy Cabra 58 Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá, Sentencia octubre 17 de 1985, Rad. 35.930. Citado en la Sentencia T-1317 de 2005 de la Corte Constitucional, Magistrado Ponente, Jaime Córdoba Triviño.

58

“Si luego la inscripción [del sindicato] resulta rechazada, surgen los efectos propios de

tal decisión, pero dichos efectos no pueden entenderse retroactivos dado que no existe

norma alguna que así lo autorice... Si el empleador o cualquier otra persona con interés

jurídico considera que la organización sindical ha sido constituida de manera ilegitima

en claro abuso del derecho de asociación sindical, debe acudir al juez laboral para buscar

la disolución del sindicato. Adicionalmente, para despedir a quien en virtud de la

constitución el sindicato ha adquirido fuero sindical, el empleador deberá adelantar el

trámite respectivo ante el juez laboral”59

En este orden de ideas, a pesar de que ha habido avances jurisprudenciales, es claro que

éstos son insuficientes para lograr enmarcar dentro de la legalidad la relación entre el

empleador y sus trabajadores, evitando que estos últimos tengan la posibilidad de

obtener una protección foral en contravía de los fines para los que esta garantía fue

creada. Más aún si se toma en consideración la tesis esbozada en esta última sentencia

citada, según la cual aún si los trabajadores fundan un sindicato abusando de sus

derechos, los efectos del fuero son válidos hasta tanto no se establezca su ilegalidad, y

por consiguiente el empleador debe interponer una acción de levantamiento de fuero si

decide dar por terminado el contrato de trabajo de alguno de los trabajadores que haya

participado en el nacimiento de la organización.

Dado que como hemos dicho la Corte ya se ha pronunciado sobre la facultad de los

trabajadores de afiliarse a cuantos sindicatos deseen y de constituir los Sindicatos de

Empresa que a bien tengan, surge entonces la necesidad de plantear un mecanismo

59 Sentencia T-1317 de 2005, ibidem. La Corte pone como referencia la Sentencia de junio 22 de 1982 del Consejo de Estado. Sección Segunda..

59

efectivo que permita poner fin a los Carruseles Sindicales. Entendiendo, por supuesto,

que cualquier regulación que se adopte no debe representar una injerencia indebida por

parte del Estado, ni mucho menos ser un límite injustificado al derecho fundamental de

asociación sindical consagrado en la Constitución y en los Convenios de la OIT suscritos

y aprobados por Colombia.

Para lograr lo anterior es preciso tener en cuenta que el problema de fondo no radica en

la multiafiliación sindical indiscriminada ni en la coexistencia de Sindicatos de Base en

una misma empresa; la esencia del problema son los fueros que se obtienen cuando se

hace un uso abusivo de estas posibilidades. Así las cosas, la única forma efectiva y

constitucional de atacar los Carruseles Sindicales es regulando su razón de ser: el fuero

de fundadores y las organizaciones sindicales conformadas entre los mismos

trabajadores con el único fin de obtener fueros directivos.

La Constitución señala que se debe reconocer a los representantes sindicales “...el fuero

y las demás garantías necesarias para el cumplimiento de su gestión”. Es decir que a

quienes representen al sindicato -bien sea por ostentar la calidad de miembro de la junta

directiva, o por hacer parte de la comisión de reclamos-, el Estado está en la obligación

constitucional de reconocer el fuero, y lógicamente los empleadores de respetarlo.

Cualquier regulación en contravía de este precepto sería a todas luces violatoria de la

Carta Política. Sin embargo, como hemos visto, el mayor incentivo para constituir un

sindicato bajo la figura del Carrusel Sindical es el fuero que la Ley otorga a los

fundadores del mismo, debiendo aclararse que éstos, por su calidad de fundadores, no

60

pueden clasificarse como representantes sindicales en los términos del artículo 39 de la

Constitución.

Así pues, si bien esta protección legal para los fundadores es completamente sana y

entendible, pues busca evitar que un empleador pueda despedir trabajadores al menor

asomo de la constitución de una nueva organización sindical – práctica que en la

realidad sucede recurrentemente-, no obsta para que pueda ser regulada legalmente en

aras de impedir que se abuse de tal prerrogativa legal.

De esta manera, la alternativa viable y constitucional que se propone para reglamentar la

materia sujeto de controversia sería restringir el fuero de fundadores de tal forma que

quien participe en el comienzo de una organización sindical –independiente de si es en

calidad de fundador o de adherente-, no pueda volver a gozar de un fuero de tal

naturaleza mientras la personería jurídica del sindicato cuya conformación le otorgó esa

protección continúe vigente. A menos, claro está, que el trabajador se desvincule de la

empresa y sea contratado en otra donde participe en el nacimiento de una nueva

organización sindical.

Con otra excepción. En aras de flexibilizar esta condición -según la cual quien haya

gozado previamente del fuero de fundadores no pueda volver a gozar de él-, y bajo el

entendido de que puede haber oportunidades en las que genuinamente un trabajador

sienta que no está siendo representado adecuadamente por su actual sindicato y decida

participar en la fundación de uno nuevo, se propone un límite de tiempo a esta

61

regulación, equivalente al periodo de la Junta Directiva elegida en el primer sindicato

que le otorgó el fuero de fundadores, sin que éste pueda ser menor a dos años.

Bajo esta propuesta, los literales a) y b) del artículo 406 del Código Sustantivo del

Trabajo quedarían así:

“Art. 406. Trabajadores amparados por el fuero sindical. Están amparados por el fuero

sindical:

a) Los fundadores de un sindicato, desde el día de su constitución hasta dos (2) meses

después de la inscripción en el registro sindical, sin exceder de seis (6) meses,

siempre y cuando no hayan gozado previamente del fuero del que trata este

literal.

b) Los trabajadores que, con anterioridad a la inscripción en el registro sindical,

ingresen al sindicato, para quienes el amparo rige por el mismo tiempo que para los

fundadores, siempre y cuando no hayan gozado previamente del fuero del que trata

este literal.

[...]”

Incorporando además un tercer parágrafo que establezca:

“PAR. 3°- La condición estipulada en los literales a) y b) del presente artículo no aplica

en los casos en los que un trabajador que haya gozado del fuero establecido en dichos

literales se encuentre laborando en una empresa distinta a la que se encontraba vinculado

al momento de la fundación de la organización que previamente le había otorgado dicho

fuero, ni en los casos en que aún continuando laborando en la misma empresa, el

sindicato que le haya dado la garantía foral inicial haya perdido su personería jurídica

por cualquier motivo, o aún con la personería jurídica vigente, ya se haya cumplido el

62

periodo estatutario de la primera junta directiva electa del anterior sindicato, sin que éste

pueda ser menor de dos (2) años”.

Esto significaría que una persona que haya gozado de fuero de fundadores por haber

participado en el nacimiento de un s indicato que continúe vigente, no podría volver a

gozar de este tipo de fuero sino hasta un año y medio después de que su protección haya

cesado, a menos que se encuentre trabajando para un empleador distinto.

Esta limitación al fuero de fundadores se encontraría ajustada a la Constitución pues

sería una condición razonable encaminada a evitar el abuso que se ha puesto de presente

a través de este trabajo, permitiendo sin embargo que los trabajadores puedan gozar del

fuero de fundadores que les otorgaría haber participado en la constitución de su sindicato

‘madre’.

La misma Corte Constitucional ha sentado su posición respecto a los trabajadores en el

sector público que acuden a los Carruseles Sindicales una vez se enteran de que sus

cargos serán suprimidos, a fin de evitar ser removidos de sus puestos:

“Es importante anotar que, de admitirse lo planteado por la representante de la

actora acerca de la vigencia del fuero circunstancial para los creadores del segundo

sindicato, cabría la posibilidad de que, a sabiendas de que se suprimirán ciertos

cargos, los futuros perjudicados creen un sindicato para estar cobijados por el

fuero de fundadores y unos días antes de que se venza el término de protección, creen otro sindicato, y así sucesivamente, para prolongar de manera indefinida la

vigencia del fuero y, de esa manera, obstaculizar la ejecución de decisiones referidas a la

63

planta de personal. Obviamente, este es un procedimiento inaceptable”60 (negrillas no

originales).

Y concluye:

“ ...no hay dudas interpretativas acerca de que la protección que brinda el fuero sindical

no aplica cuando este ha terminado porque ha concluido el periodo previsto en la ley vigente. Este periodo no se prolonga en los casos en los que es evidente que un segundo

sindicato fue creado con el propósito exclusivo de impedir un programa de

reestructuración que se realiza de acuerdo con la normatividad61”.

Si se entiende que la validez de este razonamiento aplica también para el sector privado,

y en cierto modo así lo ha hecho la Corte en la Sentencia T-215 de 2006 en la acción de

Tutela interpuesta contra Panamco Colombia S.A. y el Ministerio de la Protección

Social, es evidente que una limitación como la propuesta estaría en línea con lo señalado

por la Corte Constitucional, y no representaría un detrimento injustificado en contra del

derecho de asociación sindical de los trabajadores. Más aún cuando, se repite, la

Constitución consagra el reconocimiento del fuero a los representantes del sindicato, sin

que sea dable entender que los fundadores o adherentes del mismo representen al

sindicato, pues desde la misma constitución de la organización sindical se debe nombrar

una junta directiva que sí habrá de representarlo.

Así pues, una regulación de tal naturaleza sería un primer paso para desincentivar la

fundación de Carruseles Sindicales, protegiendo el legítimo derecho de los empleadores

60 Sentencia T-809 de 2005 de la Corte Constitucional, Magistrado Ponente, Manuel José Cepeda 61 Ibidem.

64

de terminar contratos de trabajo unilateralmente, y evitando que los trabajadores abusen

de su también legítimo derecho de asociación sindical.

No obstante la presente propuesta -y a pesar de que lo anterior sería suficiente para

desincentivar en gran medida la modalidad de abuso del derecho de asociación sindical

que hemos visto-, a fin de regular el fuero sindical de tal forma que la constitución de

Carruseles Sindicales pierda cualquier atractivo, es necesario no sólo reglamentar el

fuero de fundadores, sino también impedir que a través de esta práctica los trabajadores

puedan multiplicar los fueros directivos.

Frente a esta necesidad, la propuesta que se plantea es la de implementar una regulación

legal que plasme el principio de la primacía de la realidad en los sindicatos que sean

fundados entre los mismos trabajadores entendiendo que, si una organización sindical se

encuentra conformada en su mayoría por trabajadores que al mismo tiempo se

encuentran vinculados a otra, es claro que éstas comparten una orientación y un

direccionamiento igual, perdiendo sentido que tengan dos órganos directivos diferentes

que los representen frente al empleador, y menos, que ambos se encuentren aforados.

De esta manera, la reglamentación que se propone es la de una configuración de

GRUPO SINDICAL, con la consiguiente UNIDAD DE REPRESENTACIÓN

SINDICAL de las organizaciones sindicales, cuando haya un sindicato en donde la

mayoría de sus afiliados sean miembros de otro. Así pues, si hay una organización X y

una organización Y, y más de la mitad de los afiliados de Y pertenecen a su vez al

65

sindicato X, por mandato legal se debería configurar la existencia de un ‘grupo sindical’,

implicando una unidad en la representación de las organizaciones.

De darse esta situación, la representación sindical frente al empleador -en los términos

del artículo 39 de la Constitución-, estaría plenamente materializada en la junta directiva

del sindicato X, es decir del sindicato al cual más de la mitad de los miembros de Y se

encuentran afiliados. Ambos sindicatos podrán existir independientemente, retener

cuotas sindicales para cada uno, y tener una junta directiva encargada de ejecutar las

funciones que el artículo 373 del Código Sustantivo del Trabajo. Con la aclaración,

como se ha dicho, que la representación sindical frente al empleador la ejercerá el

Sindicato que, utilizando un poco la terminología empresarial, podemos llamar matriz (o

primario, para usar nuestro propio término), es decir X en nuestro ejemplo.

Lo anterior además se prestaría para evitar que sucedan situaciones absurdas como una

negociación colectiva en la que participen X y Y, y uno de los dos llegue a un acuerdo

con la empresa y el otro no. Por un lado algunos afiliados estarían en un sindicato que

logró un acuerdo con la empresa y simultáneamente estarían en otro en el que no,

situación que a todas luces sería, a lo menos, contradictoria. La propuesta que se plantea

es que la negociación colectiva se circunscriba al Sindicato que hemos llamado ‘matriz’

o primario, entendiéndose que en lo que concluya la negociación que adelante el

Sindicato primario, cobijaría al Sindicato ‘secundario’, es decir a Y.

El Código Sustantivo del Trabajo incluiría un artículo que estipule lo siguiente:

66

“Art. XXX. GRUPO SINDICAL.- Se configura un Grupo Sindical cuando hay uno o

varios sindicatos en los que más de la mitad de sus afiliados sean miembros

simultáneamente de otro mismo sindicato. Él sindicato del Grupo que reúna el mayor

número de afiliados del otro u otros sindicatos conformados en su mayoría por

miembros de dicho sindicato, se llamará sindicato primario, y los sindicatos en los que

más de la mitad de sus afiliados sean a su vez miembros del sindicato primario, se

llamarán sindicatos secundarios.

PAR.- Para efectos de la negociación colectiva, la representación del grupo sindical la

ejerce el sindicato primario.

Esto significaría que los dos Sindicatos podrían coexistir, teniendo la representación

sindical para efectos de la negociación colectiva el Sindicato primario, al cual más de la

mitad de los miembros del Sindicato secundario estarían simultáneamente afiliados.

Consecuente con lo establecido en la Constitución en donde se dice que se “Reconoce a

los representantes sindicales el fuero...”, la junta directiva de los Sindicatos Secundarios

no estaría amparada por el fuero sindical pues ésta no ejercería la representación del

sindicato en toda su expresión.

La norma quedaría así:

“Art. 406. Trabajadores amparados por el fuero sindical. Están amparados por el fuero

sindical:

[...]

c) Los miembros de la junta directiva y subdirectivas de todo sindicato primario,

federación o confederación de sindicatos, sin pasar de cinco (5) principales y cinco

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(5) suplentes, y los miembros de los comités seccionales, sin pasar de un (1)

principal y un (1) suplente. Este amparo se hará efectivo por el t iempo que dure el

mandato y seis (6) meses más.

[...]”

Con tan sólo ver las razones que llevaron a la Corte Constitucional a declarar la

inexequibilidad de la coexistencia de Sindicatos de Empresa, podemos ver que en este

caso no habría argumentos para declarar inexequible una regulación como la propuesta.

En síntesis, las consideraciones de la Corte en la Sentencia C-567 de 2000 que llevaron a

declarar inexequible la coexistencia de Sindicatos de Base -la cual ya hemos repasado a

detalle-, se pueden resumir en dos:

1. Primero, que el Convenio 87 de la OIT señala en el artículo 2° que “Los trabajadores...

sin ninguna distinción, y sin autorización previa, t ienen el derecho de constituir las

organizaciones que estimen convenientes...”, y en el artículo 8° que “La legislación

nacional no menoscabará ni será aplicada de suerte que menoscabe las garantía previstas

en el presente Convenio”, y

2. Segundo, que “La norma acusada resulta, además, contraria a la propia filosofía que

informa la Constitución Política de 1991, en cuanto ella, en su artículo 1º autodefine al

Estado Colombiano como social de derecho, en el cual son principios esenciales una

organización “democrática, participativa y pluralista, fundada en la dignidad humana”,

principios éstos conforme a los cuales ha de interpretarse, también, el artículo 39 de la

Carta en cuanto garantiza a los trabajadores a constituir sindicatos, lo cual desde luego

ha de entenderse en el sentido de que éstos pueden obedecer a distintas orientaciones

ideológicas, cuya existencia se garantiza por la propia Constitución”.

68

Inclusive, fue la misma C-567 de 2000 la que dejó sentados los supuestos que permiten

considerar que una regulación como la propuesta se encontraría acorde a la Constitución.

Al estudiar la demanda de inconstitucionalidad presentada en su momento, dijo la Corte:

“ ...si la garantía de la libertad sindical y la protección al derecho fundamental de

sindicalización constituyen la regla general, cualquier limitación a la misma, es una

excepción, que debe estar constitucionalmente justificada. Este es un principio

ampliamente desarrollado por la jurisprudencia de la Corte Constitucional, cuando se

trata de examinar la introducción de restricciones legales a un derecho fundamental”

(negrillas no originales).

Y más adelante explicó:

“Se observa que no se está desconociendo que la Constitución en el artículo 39 citado y

las propias normas del Convenio dejan al legislador nacional la responsabilidad de

establecer por medio de la ley, los preceptos que desarrollen la garantía de la libertad sindical, en aspectos tales como el número de trabajadores que se requieren

para constituir una organización sindical, el domicilio, estatutos, número de

representantes y sus fueros, etc., es decir, en aspectos que permitan la realización plena del derecho de asociación sindical y la efectividad de su ejercicio” (negrillas no

originales).

Acorde con estos preceptos, la propuesta sugerida no sólo sería un acto del legislador

tendiente a permitir la efectiva y plena realización del derecho de asociación sindical,

sino que estaría constitucionalmente justificada dado que tendría como principal objeto

el impedir que se abuse de este derecho, pues, como hemos visto, la misma Corte

Constitucional ha señalado desde sus principios que “[...]la protección constitucional de

69

un derecho constitucional exige que su ejercicio sea fiel a su finalidad”62. Un sindicato

en donde más de la mitad de sus afiliados sean simultáneamente miembros de otro

mismo sindicato debe ser un llamado a la unidad, implicando necesariamente una

representación uniforme de sus afiliados. Un sindicato de esta naturaleza –con una junta

directiva amparada por el fuero sindical-, no podría tener otra intención que la de abusar

del derecho de asociación sindical, excediendo sus fines y por lo tanto desbordando la

orbita de la protección constitucional.

Dicha reglamentación se ajustaría además a lo estipulado en la Constitución pues sería

una materialización de la limitación Constitucional según la cual la estructura interna y

el funcionamiento de los sindicatos se deben sujetar al orden legal y los principios

democráticos, y al deber ciudadano consagrado en el artículo 95 de la Constitución de

“Respetar los derechos ajenos y no abusar de los propios”. No constituiría además un

menoscabo a las garantías previstas en el Convenio 87 de la OIT, pues sería una clara

aplicación de lo estipulado en el Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales

de la Asamblea General de las Naciones Unidas en el que en su artículo 8 establece que

los Estados parte se comprometen a garantizar:

“c) El derecho de los sindicatos a funcionar sin obstáculos y sin otras limitaciones que

las que prescriba la ley y que sean necesarias en una sociedad democrática en interés de

la seguridad nacional o del orden público o para la protección de los derechos y

libertades ajenos”.

62 Sentencia T-511 de 1993 de la Corte Constitucional, Magistrado Ponente Eduardo Cifuentes Muñoz

70

Inclusive es necesario anotar que el contundente argumento usado por la Corte, según el

cual en un Estado democrático es apenas razonable permitir la coexistencia de más de

una organización sindical con “distintas orientaciones ideológicas”, aplica únicamente

para sindicatos conformados por personas distintas. Pues, si más de la mitad de los

miembros de un sindicato se encuentran afiliados a otro, es obvio que éstos compartirán

una orientación ideológica compatible. La propuesta actual contempla permitir la

coexistencia de sindicatos, pero regulando la representación de sus afiliados y los fueros

directivos de las organizaciones constituidas por trabajadores multiafiliados.

Así pues, una reforma legal que plantee unas limitaciones como las propuestas estaría

entonces introduciendo unos condicionamientos constitucionalmente justificados,

encaminados a proteger los derechos y libertades ajenas -en este caso las del empleador-,

evitando amparar una modalidad de abuso del derecho, y propendiendo por una unidad

sindical real.

71

11. CONCLUSIONES

En un principio señalamos que el final del siglo XX estuvo acompañado de una

importante victoria para el sindicalismo colombiano como lo fue la elevación a rango

constitucional del derecho de asociación sindical en el artículo 39 de la Carta Política.

Inclusive, vimos que la Constitución consagra el derecho de asociación sindical como un

derecho de carácter fundamental, lo cual significa que se encuentra ubicado dentro de

aquellos sobre cuya importancia la Corte Constitucional no ha ahorrado calificativos,

señalando que los “...derechos fundamentales constituyen las garantías ciudadanas

básicas sin las cuales la supervivencia del ser humano no sería posible”63.

Con base en lo anterior dijimos que las empresas o entidades donde sus trabajadores

decidan voluntariamente ejercer su legítimo derecho de asociación sindical, están en la

obligación de respetar dicha decisión y permitir que éste sea desplegado libremente sin

que se tomen represalias por tal circunstancia.

Hablamos también de la facultad –junto con sus limitaciones-, que tienen los

empleadores de dar por terminado unilateralmente los contratos de trabajo suscritos con

sus empleados. Así mismo no dejamos duda alguna de que a raíz de la declaración de

inexequibilidad de las normas que prohibían la coexistencia de Sindicatos de Empresa y

63 Sentencia T-418 de 1992 de la Corte Constitucional, Magistrado Ponente, Simón Rodríguez Rodríguez.

72

la multiafiliación sindical, se abrió una puerta para que los trabajadores -abusando de su

derecho de asociación sindical-, puedan truncar esa facultad del empleador de poner fin

a un contrato de trabajo sin necesidad de obtener la autorización de un juez laboral.

No obstante no se trata de permitir que las empresas puedan despedir

indiscriminadamente trabajadores con la única obligación de indemnizarlos. Mucho

menos cuando se trate de trabajadores sindicalizados, así estos no se encuentren

amparados por la garantía del fuero sindical. Admitir lo anterior se prestaría para todo lo

contrario a lo que se ha debatido en el presente escrito y constituiría un abuso por parte

del empleador de las prerrogativas que la Ley le concede, así como un atropello al

derecho de asociación sindical de los empleados.

Afortunadamente, ha sido la misma Corte Constitucional la que ha dicho al respecto:

“La posibilidad de terminación unilateral que la ley otorga al patrono en los

contratos individuales de trabajo, no debe abrir las puertas para que aquél,

amparado en ella, prescinda, sin control ni medida y de manera colectiva o masiva,

de los servicios de los trabajadores bajo su dependencia para mermar el número de miembros activos de los sindicatos. Por este camino, si tal ejercicio arbitrario,

desproporcionado e irrazonable de la facultad legal se admitiera como ajustado a la

Constitución, independientemente del número de trabajadores afectados, todos ellos -por

coincidencia- integrantes del mismo sindicato, de nada valdría la garantía de asociación

que, en la Carta, los favorece, y serían apenas teóricos derechos básicos como el de fuero

sindical, el de negociación colectiva y el de huelga, pues en esa hipótesis -que no acepta

la Corte Constitucional- bastaría con invocar, como en este caso lo ha hecho

"CODENSA", las normas legales en referencia y la facultad patronal de despido sin justa causa mediante indemnización, para lograr, con el beneplácito de los jueces, el

73

desmonte, el debilitamiento o la volatilización de un sindicato, o la sensible disminución

de sus efectivos”64 (negrillas no originales).

Así pues, lo que se ha querido dejar en claro es la necesidad de encontrar un justo medio

entre la facultad del empleador de dar por terminado unilateralmente los contratos de

trabajo suscritos con sus trabajadores, y la estabilidad en el empleo de la que habla el

artículo 53 de la Constitución.

Sin embargo, y a pesar de lo anterior, lo que sí es evidente es que dicha estabilidad en el

empleo no puede provenir de un abuso del derecho. No se puede admitir que los

trabajadores –a través de los Carruseles Sindicales-, ejerzan sus derechos

extralimitadamente, fundando sindicatos con el exclusivo propósito de buscar

perpetuarse en un puesto de trabajo, impidiendo que el empleador pueda tener una

mínima flexibilidad en su nómina de empleados o que las entidades públicas puedan

reestructurarse disminuyendo la cantidad de sus funcionarios.

Y es que si bien es claro que los trabajadores se encuentran en una posición de

subordinación frente al empleador, no por ello se podría alegar que los empleadores no

tengan el derecho a ser protegidos de posibles excesos por parte de sus trabajadores. Más

cuando se trata de asuntos colectivos en los que al unirse los trabajadores pueden llegar a

colocarse éstos en una posición incluso superior a la del empleador, perturbando el buen

64 Sentencia T-406 de 2000 de la Corte Constitucional, Magistrado Ponente, José Gregorio Hernández Galindo.

74

funcionamiento de la empresa y, en situaciones extremas, poniendo en riesgo su misma

viabilidad como unidad de explotación económica.

De esta manera, aunque es necesario reconocer que la justicia laboral ordinaria, el

Ministerio de la Protección Social y la propia Corte Constitucional, ya se han

manifestado en contra de los Carruseles Sindicales, la única solución contundente para

evitar esta práctica abusiva del derecho es, como hemos dicho, mediante una regulación

legal de las prerrogativas que dan lugar a ella: el fuero sindical, y la composición de

sindicatos entre los mismos trabajadores.

Así, si bien tal vez nunca sepamos si la Corte previó las consecuencias que traerían sus

pronunciamientos sobre la coexistencia de Sindicatos de Empresa y la multiafiliación

sindical, lo que sí es claro es que sin una reforma legal como la propuesta, es posible que

todavía esté lejano el fin definitivo de los Carruseles Sindicales.

75

12. BIBLIOGRAFÍA

• Corte Constitucional:

- T-418 de 1992, Magistrado Ponente, Simón Rodríguez Rodríguez.

- T-511 de 1993, Magistrado Ponente Eduardo Cifuentes Muñoz

- T-119 de 1995, Magistrado Ponente José Gregorio Hernández Galindo

- C-225 de 1995, Magistrado Ponente, Alejandro Martínez Caballero.

- T-136 de 1995. Magistrado Ponente: José Gregorio Hernández Galindo

- T-330 de 1997, Magistrado Ponente, José Gregorio Hernández Galindo

- T-326 de 1999, Magistrado Ponente, Fabio Morón Díaz

- T-568 de 1999, Magistrado Ponente, Carlos Gaviria Díaz.

- C-385 de 2000, Magistrado Ponente, Antonio Barrera Carbonell

- T-406 de 2000, Magistrado Ponente, José Gregorio Hernández Galindo

- T-436 de 2000, Magistrado Ponente José Gregorio Hernández Galindo

- C-567 de 2000, Magistrado Ponente, Alfredo Beltrán Sierra

76

- C-797 de 2000, Magistrado Ponente, Antonio Barrera Carbonell

- C-1507 de 2000, Magistrado Ponente, José Gregorio Hernández Galindo.

- T-809 de 2005, Magistrado Ponente, Manuel José Cepeda

- T-1317 de 2005, Magistrado Ponente, Jaime Córdoba Triviño

- T-215 de 2006, Magistrado Ponente, Marco Gerardo Monroy Cabra

• Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá, Sala Laboral:

- Sentencia del 31 de octubre de 2002, proceso especial de Fuero Sindical de

Roberto Hugo López Palomino contra Bogotá Distrito Capital, Magistrada

Ponente Graciela Moreno de Rodríguez.

- Sentencia del 31 de octubre de 2002, proceso especial de Fuero Sindical de

Pedro Cristancho y Otros, contra Bogotá Distrito Capital, Magistrado Ponente

Miller Esquivel Gaitán

- Sentencia del 6 de diciembre de 2002, proceso especial de Fuero Sindical de

Astrid López Barrera contra Bogotá Distrito Capital, Magistrada Ponente

Graciela Moreno de Rodríguez

- Sentencia del 31 de marzo de 2003, proceso especial de Fuero Sindical Marco

Antonio Contreras Cortes contra Bogotá Distrito Capital, Magistrada Ponente

Graciela Moreno de Rodríguez.

77

- Sentencia del 20 de junio de 2003, proceso especial de Fuero Sindical David

Leonardo Quesada Peña contra Contraloría De Bogotá, Magistrada Ponente

Graciela Moreno de Rodríguez.

- Sentencia del 31 de julio de 2003, proceso especial de Fuero Sindical Eduardo

Jakson Perea Santos y Otros contra el Instituto De Desarrollo Urbano,

Magistrada Ponente Graciela Moreno de Rodríguez.

- Sentencia del 29 de agosto de 2003, proceso especial de Fuero Sindical de

Aridelfo Eli León Peña y Otros, contra Bogotá Distrito Capital, Magistrada

Ponente Graciela Moreno de Rodríguez.

• Ministerio de la Protección Social

- Resolución 1286 del 19 de mayo de 2005, Por medio de la cual se resuelve una

solicitud de Revocatoria Directa de la empresa Panamco Colombia S.A.

- Resolución 4320 del 16 de diciembre de 2005, Por medio de la cual se resuelve

una solicitud de Revocatoria Directa de la empresa Alpina Productos

Alimenticios S.A.

- Resolución 4319 del 16 de diciembre de 2006, Por medio de la cual se resuelve

una solicitud de Revocatoria Directa de la empresa Compañía Nacional de

Chocolates S.A.