Los Cinco 06 - Los Cinco en La Caravana

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    El Club de Los Cinco N 06l Club de Los Cinco N 06

    Los CincoLos Cincoen laen lacaravanacaravana

    Enid Blyton

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    Ttulo original: FIVE OFFIN THE CARAVANTraduccin de Mara Jess RequejoIlustraciones de Enrique Ventura

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    NDICE

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    ste es el sexto libro del Club de los Cinco. En el encontrars aJulin, Dick, Jorge, Ana y Timoteo, el perro, como en todos los demslibros de esta misma coleccin. Cada libro constituye una aventuracompleta.

    Los ttulos son:LOS CINCO Y EL TESORO DE LA ISLAOTRA AVENTURA DE LOS CINCOLOS CINCO SE ESCAPAN

    LOS CINCO EN EL CERRO DEL CONTRABANDISTALOS CINCO OTRA VEZ EN LA ISLA DE KIRRINLOS CINCO EN LA CARAVANALOS CINCO VAN DE CAMPINGLOS CINCO SE VEN EN APUROSLOS CINCO FRENTE A LA AVENTURAUN FIN DE SEMANA DE LOS CINCOLOS CINCO LO PASAN ESTUPENDOLOS CINCO SE DIVIERTENLOS CINCO EN EL PRAMO MISTERIOSOLOS CINCO JUNTO AL MAR

    LOS CINCO TRAS EL PASADIZO SECRETOLOS CINCO EN LA GRANJA FINNISTONLOS CINCO EN PELIGROLOS CINCO EN BILLYCOCK HILLLOS CINCO HAN DE RESOLVER UN ENIGMALOS CINCO JUNTOS OTRA VEZ

    Esperamos que os gusten tanto como los de la serle SieteSecretos.

    Cariosamente,

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    CAPTULO IEL PRINCIPIO DE LAS VACACIONES

    Me encanta el comienzo de las vacaciones de verano dijoJulin. Siempre me da la sensacin de que van a durar siglos ysiglos.

    Al principio marchan tan despacio y tan bien...! repuso Ana,su hermana menor. Lo malo es que en seguida empiezan a galopar.

    Los otros se echaron a rer. Comprendan muy bien lo que Anaquera decir.

    Guau! emiti una voz profunda, como indicando amplio

    asentimiento.Tambin Tim piensa que tienes razn, Ana coment Jorge,

    dando una palmada al jadeante perrazo que reposaba junto a ellos.Dick la imit y Tim les respondi con una cariosa lengetada.

    En aquella primera semana de vacaciones, los cuatro nios sehallaban tumbados en el soleado jardn. Por regla general solanpasarlas en Kirrin, en casa de su prima Jorgina, pero esta vez, paravariar, estaban todos en casa de Julin, Dick y Ana.

    Julin era el mayor de todos, un muchacho alto y robusto, derostro sano y agradable. Le seguan Dick y Jorgina, que pareca ms

    bien un chico con bucles que una nia. Incluso insista en ser llamadaJorge. Las mismas profesoras de su escuela la denominaban as. Anaera la menor, aunque, con gran satisfaccin de su parte, estabacreciendo ms de prisa que ninguno.

    Pap ha dicho esta maana que, si no queramos quedarnosaqu todas las vacaciones, podamos elegir lo que nos gustase hacerconcluy Ana. Yo voto por que nos quedemos aqu.

    Pues yo creo que, para variar replic Dick, podramos pasardos semanas en algn otro sitio.

    Qu os parece si vamos a Kirrin a visitar a los padres deJorge?pregunt Julin, pensando que quizs a ella le agradara.

    No puede ser rechaz sta de inmediato. Estuve en casa amediados de trimestre y mi madre me dijo que pap estabaempezando uno de sus experimentos. Ya sabis lo que eso significa.Tendramos que andar de puntillas, hablar en voz baja y noacercarnos a l durante todo el tiempo.

    sa es la pega de tener a un sabio por padre contest Dick,tendindose boca arriba y cerrando los ojos. Adems, tu madre nopodra atendernos a nosotros y a tu padre al mismo tiempo. Cuandose dedica a uno de sus experimentos, es capaz de dejarse escapar lostomos.

    A m me es simptico el to Quintn, aunque me da miedocuando le entra una de sus rabietas coment Ana. Grita de unmodo...!

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    Bien. Queda decidido que no vamos a Kirrin concluy Julinbostezando , por lo menos en estas vacaciones. T, Jorge, podrs ira ver a tu madre siempre que quieras, una semana o as. Quharemos nosotros entonces, quedarnos aqu todo el tiempo?

    Continuaban los cinco tumbados boca arriba al sol, con los ojos

    cerrados. Qu tarde tan calurosa! Tim estaba echado sobre Jorge,con su rosada lengua colgando y jadeando sonoramente.Vaya, Tim! exclam Ana. Haces ms ruido que si hubieses

    estado corriendo kilmetros y kilmetros. Me ests dando todavams calor del que hace.

    Tim coloc su amistosa pezua sobre la cintura de Ana, que soltun chillido.

    No, Tim! Qu pata ms pesada! Qutamela de encima!Od una cosa. Yo creo que si nos dejasen ir por nuestra cuenta a

    algn sitio, resultara bastante divertido opinJorge, mordiendo unabrizna de hierba y bizqueando los ojos en direccin a! cielo, de unintenso azul. Aquella vez que estuvimos solos en la isla de Kirrin,por ejemplo, nos divertimos como nunca. No podramos marcharnosa algn lado?

    Pero, adnde? repuso Dick. Y cmo? No somos bastantemayores como para llevar un coche, aunque os apuesto que yo sabraconducirlo. Y en bici no sera muy divertido, porque Ana no puedecorrer tanto como nosotros.

    Adems, siempre hay alguien que tiene un pinchazo concluyJulin.

    Sera una cosa fantstica ir a caballo suspirJorge. Lo malo

    es que no. disponemos de ninguno.De uno por lo menos, s. Tenemos al viejo Dobby contestDick. Es nuestro. Sola tirar del carricoche, pero, como ahora ya nolo usamos, se pasa la vida pastando en el prado.

    Y qu? Un caballo no podra llevarnos a los cuatro, tonto dijoJorge. Dobbyno sirve.

    Se produjo un silencio, mientras todos pensaban perezosamenteen las vacaciones. Tim intent cazar una mosca y sus dientes seunieron con un ruidoso chasquido.

    Ojal supiera yo cazar las moscas as! coment Dick,espantando una moscarda. Ven a coger sta, Tim!

    Qu tal os parecera una excursin a pie? apunt Julin, trasuna pausa. Hubo un coro de protestas.

    Quee?... Con este tiempo? T ests loco!No nos lo permitiran tampoco.Qu horror! Andar kilmetros y kilmetros con este calor!Bueno, bueno los calm Julin. Pensad en algo mejor

    entonces.A m me gustara ir a algn sitio donde pudiramos baarnos

    propuso Ana. A un lago, por ejemplo, si es que no podemos ir almar.

    Suena bien dijo Dick. Madre ma! Me estoy durmiendo. Onos damos prisa en resolver este asunto o empezar a dar ronquidos.

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    Sin embargo, el asunto no era tan fcil de solucionar. Ningunoquera ir a un hotel o una pensin, donde los mayores se empearanen ir con ellos y vigilarlos, ni les apeteca tampoco ir a pie o enbicicleta, en aquel caluroso mes de agosto.

    Me parece que vamos a quedarnos todas las vacaciones en casa

    dijo al fin Julin. Bueno, voy a echarme una siestecita.A los dos minutos dorman todos sobre la hierba, excepto Tim.Cuando los chicos se dorman al aire libre, Tim se considerabaobligado a mantener la guardia.

    El perrazo dio un suave lametn a Jorge, su ama, y se sent condeterminacin a su lado, enhiestas las orejas y brillantes los ojos.Jadeaba con fuerza, pero nadie le oa ya. Dormitaban con deleite alsol, tostndose poco a poco.

    El jardn se extenda sobre la falda de una colina. Desde el puntoen que Tim se hallaba sentado, poda divisar un extenso trecho de lacarretera que bordeaba la casa, una carretera ancha, si bien nodemasiado frecuentada, por pertenecer a un distrito rural.

    De pronto Tim percibi el ladrido de un perro en la lejana y susorejas giraron en aquella direccin. Despus oy que pasaba ungrupo de gente por la carretera, y sus orejas se movieron de nuevo.Nada se le ocultaba, ni siquiera el petirrojo que bajaba de un arbustono lejano para coger una oruga. Le gru quedamente, tan slo paraindicar que estaba en guardia, que no se descuidase.

    En aquel momento apareci en la ancha calzada algo que hizo aTim estremecerse de excitacin al olfatear los extraos olores queascendan hasta el jardn.

    Una gran caravana se acercaba serpenteando por la carretera,entre el rumor y el estruendo de las ruedas. Un lento desfile,encabezado por un extrao ser.

    El perro no tena la menor idea sobre lo que sera aquel monstruoque apareca al frente del desfile. En realidad era un enorme elefante.Tim percibi su olor fuerte y anmalo, que encontr desagradable.Tambin lleg hasta l el tufo de los monos y la algaraba de losperros amaestrados. Les contest desafiante.

    Guau, guau, guau!...El fuerte ladrido despert en el acto a los cuatro chicos.Cllate, Tim! reprendi Jorge, enojada. Buena la ests

    armando mientras dormimos.Guau! repeta Tim con obstinacin, empujando con las patas

    a su ama para obligarla a incorporarse. La nia se sent.Inmediatamente vio la caravana y profiri un chillido.

    Eh, vosotros, despertad! Est desfilando un circo! Mirad!Sus primos se incorporaron, despejados ya por completo. Con ojos

    atnitos, contemplaron las carretas que pasaban lentamente y oyeronel aullido de un animal y los ladridos de los perros.

    Mirad ese elefante que arrastra el carromato dijo Ana. Debede ser terriblemente fuerte.

    Por qu no bajamos hasta el portn del camino? propusoDick.

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    Se levantaron y descendieron corriendo por el jardn, dandovuelta a la casa, hasta alcanzar el sendero que desembocaba en lacarretera. El desfile pasaba en aquel momento ante la cancela.

    Constitua un alegre espectculo. Los remolques aparecanpintados con brillantes colores y, desde fuera, semejaban nuevos y

    flamantes. Cortinillas floreadas colgaban ante las ventanas. En elpescante de cada carreta se sentaba el dueo o la duea, dirigiendoal caballo que arrastraba. Slo el remolque delantero iba tirado por unelefante.

    Caramba! No es emocionante? exclam Jorge. Meencantara formar parte de un circo que anduviese vagando todo elao de un sitio a otro. sa es la clase de vida que me gustara.

    Menudo papel haras t en el circo! coment Dick conaspereza. Ni siquiera sabes hacer la rueda.

    Qu es la rueda? pregunt Ana.Lo que hace aquel chico respondi Dick. Mira!Y seal a un muchacho que estaba haciendo rpidos volatines,

    apoyndose sucesivamente en las manos y en los pies, girando comouna verdadera rueda. Aparentaba muy sencillo, pero no lo era, comoDick saba muy bien.

    Qu maravilla! dijo Ana con admiracin. Me gustara saberhacerlo a m tambin.

    El muchacho se les acerc y les dirigi una mueca. A su ladocaminaban dos terriers.Tim empez a gruir y Jorge lo sujet por elcollar.

    No te acerques mucho le grit al muchacho. Tim saltar

    sobre ti. No te conoce.No les haremos dao contest el muchacho, con otra mueca.Tena un rostro feo y pecoso y una cabellera revuelta y descuidada.No permitir que mis perros se coman a vuestro Tim.

    Como si pudieran repusoJorge burlona, echndose a rer.Los terriers se mantenan pegados a los talones del muchacho.

    ste chasque los dedos y de inmediato ambos perros se levantaronsobre sus patas traseras y echaron a andar tras l, muy formales,dando unos curiosos pasitos.

    Oh! Son perros amaestrados? pregunt Ana. Son tuyos?Los dos dijo el muchacho. ste es Ladridosyste Grun.

    Los tengo desde que eran cachorros. Son ms listos que el hambre!Guau! articul Tim, muy disgustado en apariencia al ver a

    sus congneres andar de un modo tan especial. Nunca se le hubieraocurrido que un perro pudiese hacerlo sobre las patas traseras.

    Dnde vais a dar la prxima funcin? pregunt Jorge conansiedad. Nos gustara mucho verla.

    Estamos de descanso repuso el muchacho. Tenemospermiso para acampar con los animales all arriba, en unas colinasque tienen al fondo un lago azul. Es un sitio salvaje y solitario y nomolestaremos a nadie. All mismo instalaremos nuestros remolques.

    Eso suena bien dijo Dick. Cul es tu carreta?La que pasa en este momento contest el muchacho,

    sealando a un carricoche pintado de brillantes colores, azul y

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    Enid Blyton Los cinco 06 Los cincoen la caravanaamarillo en los lados y con las ruedas rojas. Vivo en ella con mi toDan, el payaso principal del circo. Aquel que va sentado en elpescante guiando el caballo.

    Los nios contemplaron al payaso principal, pensando que nuncaen su vida haban visto a nadie con menos aspecto de clown. Llevaba

    puestos unos astrosos pantalones de franela gris y una camisa rojacubierta de porquera, abierta sobre un cuello igualmente sucio.Aparentaba ser una persona incapaz de llegar a hacer una solabroma, ni nada que tuviese la menor gracia. En realidad, parecabastante malhumorado, segn la opinin de los nios, y pona ungesto tan atroz mientras chupaba su vieja pipa, que Ana se sintiinvadida por el miedo.

    No se dign dirigir una sola mirada, pero llam con voz spera almuchacho.

    Nobby, mantente a nuestro paso. Entra en el carricoche yhazme una taza de t.

    El chico les gui un ojo y corri hacia la caravana. Estaba claroque el to Dan lo tena en un puo. Se asom a la ventanilla lateral dela carreta ms cercana a los chicos.

    Siento no poder invitaros a tomar el t a vosotros y al perro grit, pero a Grun y a Ladridos no les gustara ni chispaconocerlo.

    La caravana continu su camino, llevndose al ceudo payaso y algesticulante muchacho. Los chicos siguieron contemplando el paso delos restantes carromatos. Se trataba de un circo bastante grande.Haba una jaula de monos, otra en la que dorma un chimpanc, una

    hilera de preciosos caballos, bruidos y relucientes, y un vagngrande que transportaba bancos, aparatos y tiendas. Pasarondespus los remolques que servan de vivienda a las gentes del circo,con un ejrcito de personajes extraos, sentados en las escaleras desus carretas o andando al lado para estirar las piernas. Al fin,desapareci el desfile y los chicos regresaron lentamente a susoleado rincn. Se sentaron en silencio. De pronto Jorge anunci algoque los hizo a todos ponerse en pie de un brinco.

    Ya s lo que vamos a hacer estas vacaciones! Alquilaremos unremolque y nos marcharemos en l por ah!

    Eso!... Eso!...

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    CAPTULO IILA GRAN IDEA DE JORGE

    Los chicos se quedaron mirando con asombro el excitado yenrojecido rostro de Jorge. Entusiasmado, Dick aporre el suelo conlos puos.

    Una idea fantstica! Cmo no se nos haba ocurrido antes?Una carreta para nosotros! Parece demasiado hermoso para

    ser verdad! dijo Ana. Tambin su rostro se haba cubierto de carmny sus ojos brillaban de emocin.

    Un momento!... Os voy a proponer algo que nunca hemos

    hecho hasta ahora exclam Julin, preguntndose en su interior sisera realmente factible. Resultara algo grandioso si pudiramosacampar en las colinas donde est el lago de que habl ese chico.Podramos baarnos all y, quiz, llegar a hacemos amigos de la gentedel circo. Siempre he deseado conocer la vida de los circos.

    Caramba, Julin, esa idea es an mejor! dijoJorge, frotndoselas manos de satisfaccin. A m me gust ese chico, Nobby, y avosotros?

    Tambin contestaron a coro.El que no me ha hecho gracia ha sido su to prosigui Dick.

    Me parece una mala pieza. Apuesto a que no le permite a Nobbysalirse de la raya, ni hacer nada por su cuenta sin que le haya sidoordenado.

    Julin, crees que pap y mam nos dejarn ir a acampar pornuestra cuenta? pregunt Ana con inters. Me parece la idea msmaravillosa que hemos tenido en la vida.

    Bueno, por lo pronto podemos preguntar y ya veremos. Yotengo edad suficiente para cuidar de todos.

    Bah! protestJorge. No me hace falta niera, gracias. Y detodos modos, si necesitamos a alguien que nos cuide, Tim puedeencargarse de ello. Estoy segura de que los mayores se alegrarn de

    verse libres de nosotros por una o dos semanas. Siempre piensan quelas vacaciones de verano duran demasiado.Nos llevaremos a Dobbypara que tire del remolque exclam

    Ana de sbito, mirando al prado en el que el viejo caballo seespantaba pacientemente las moscas con su larga cola. A Dobbyleencantar!... Siempre he pensado que deba sentirse muy solitario enese prado. El pobre slo sale cuando se lo prestamos a alguien.

    Claro que s. Dobby vendr con nosotros dijo Dick. Serestupendo. De dnde podramos sacar el remolque? Son fciles dealquilar?

    Ni idea respondi Julin. Conoc a un chaval en la escuela...No te acuerdas de l, Dick, aquel grandulln que se llamaba Perry?

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    Enid Blyton Los cinco 06 Los cincoen la caravanaTodas las vacaciones se iba en un remolque con su familia. Me dijoque los alquilaban. Podra enterarme por l dnde los conseguan.

    Pap lo sabr intervino Ana, o, si no, mam. Los mayoressiempre saben esas cosas. A m me gustara una carreta grande ybonita, azul y roja, con una pequea chimenea y ventanas a cada

    lado, una puerta detrs y una escalerilla para entrar y...Los otros la interrumpieron para exponer sus propias ideas. Prontose encontraron hablando todo al tiempo sobre el asunto, de unaforma tan ruidosa que no oyeron acercarse a alguien, que se detuvo asu lado riendo al observar su agitacin.

    Guau! salud Tim con gran cortesa. Era el nico que enaquellos momentos conservaba la serenidad suficiente para advertirlo que ocurra a su alrededor. Los nios alzaron los ojos al or suladrido.

    Ah, hola, madre! dijo Julin. Has llegado en el momentopreciso. Queremos contarte una idea que hemos tenido.

    La madre se sent sonriendo.Parecis muy excitados dijo. Qu pasa?Mam empez Ana antes de que alguien pudiera meter baza

    . Hemos decidido que nos gustara pasar las vacaciones en unremolque nosotros solos. Nos dejaris, mam? Sera tan divertido!

    Vosotros solos? contest la madre con un gesto dubitativo.No s qu deciros...

    Julin puede cuidar de nosotros dijo Ana.Y Tim tambin apuntJorge en el acto.Tim golpe en el suelo con el rabo. Desde luego que podra

    cuidarlo. Acaso no lo haba hecho durante aos y compartiendotodas sus aventuras? Su rabo se mene acompasadamente.Tendr que discutirlo con pap contest su madre. No pongis

    esa cara de desilusin. No puedo decidir una cosa as por mi cuenta ya toda prisa. De todas maneras, puede que nos venga bien, porque sque pap tiene que ir al Norte una temporada y le gustara llevarme.Creo que la idea de un poco de camping para vosotros no le parecerdesacertada. Hablar con l esta noche.

    Podramos llevamos a Dobby para que tirase del remolque,verdad, mam? pregunt Ana con los ojos brillantes. Se sentirmuy feliz con nosotros... Lleva una vida tan aburrida ahora...!

    Ya veremos, ya veremos respondi su madre levantndose.Ahora ser mejor que entris a lavaros. Es casi la hora del t. Tienesunos pelos horribles, Ana. Qu has estado haciendo? Andar con lacabeza en lugar de los pies?

    Todos corrieron adentro para dirigirse al cuarto de bao,claramente animados. Mam no haba dicho no. E incluso pensque podra convenirles. Qu ilusin! Marcharse solos en uncarromato, hacindose su propia comida y lavado, teniendo porcompaa a Dobby y tambin a Tim. Desde luego, la idea era enverdad maravillosa.

    Aquella noche, el padre de los nios regres tarde a casa, lo queconstitua un verdadero fastidio, pues nadie se vea ya capaz de

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    Enid Blyton Los cinco 06 Los cincoen la caravanaesperar mucho tiempo para saber si podan ir o no. Todos se hallabanen la cama cuando lleg, excepto Julin. Cuando al fin ste sedetermin a acostarse, todava no haba noticia alguna.

    Se asom al dormitorio de las nias para explicarles:Pap ha venido cansado y est cenando un poco. Mam no

    quiere molestarle, por lo visto, hasta que se encuentre mejor. As quehasta maana, nada. Mala pata!Las nias refunfuaron. Cmo iban a lograr dormirse con las

    deliciosas imgenes de los carromatos flotando ante sus ojos y sinsaber si podran o no llevarlas a cabo?

    Sopla! exclam Jorge. Tardar un siglo en dormirme.Qutate de mis pies, Tim! Pues s que estoy de humor para tenerteencima!

    Por la maana esperaban a los cuatro nios buenas noticias. Poruna vez acudieron puntuales para desayunar, y Julin explor conansiedad el rostro de su madre. Ella le sonri, asintiendo.

    S, ya lo hemos hablado dijo. Pap dice que no le parecemal. Cree que os sentar bien desfogaros un poco. Pero tendris quellevar dos remolques. Una sola carreta no servir para albergaros alos cuatro y a Tim.

    Pero, mam, Dobby no puede tirar de los dos remolquesobjet Ana.

    Pediremos prestado otro caballo, verdad, madre? preguntJulin. Un milln de gracias, pap, por decir que s! Eres un as!

    Y de primera clase! corrobor Dick.Es un genio! afirm Jorge, araando sin darse cuenta a Tim

    en su excitacin. Cundo podemos irnos, maana?Imposible, mujer replic Julin. Primero debemos conseguirlas carretas, pedir el caballo y hacer el equipaje... Un montn decosas!

    Saldris la semana que viene, cuando vuestra madre y yo nosmarchemos al Norte decidi el padre. Es el mejor momento paratodos. Adems, de este modo, la cocinera disfrutar tambin de unasvacaciones.

    Tendris que mandarnos una postal todos los das, para quesepamos dnde estis o cmo os va.

    Ay, qu cosa ms emocionante! exclam Ana. Mam, se

    me han quitado las ganas de desayunar.Si la sola idea de ir te produce tanto efecto, creo que ser mejor

    que te quedes en casa replic maliciosa su madre.Aterrada, Ana se qued inmvil un momento. Luego, a toda prisa,

    empez a engullir su plato de cereales. Pronto advirti que recobrabael apetito. Pareca demasiado hermoso para ser verdad! Tendrandos remolques y dos caballos. A lo mejor incluso dormiran en literas yguisaran al aire libre y...

    Quedan por completo a tu cargo, entendido, Julin? deca elpadre del muchacho en aquel momento. Ya tienes edad suficientepara tener sentido de la responsabilidad. Los otros tendran que darsecuenta de esto y aceptar lo que t dispongas.

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    De acuerdo, pap respondi Julin, rebosante de orgullo. Yome ocupar de que todo marche bien.

    Eres un sol, Tim! exclam Ana. Te obedecer siempre.Bueno, y tambin a Julin.

    No seas tonta dijo Dick, dando unas palmaditas al perro.

    Estoy seguro de que no nos dejaran ir sin l. Es el ms maravilloso delos guardianes.Desde luego que no os permitiramos marchar sin l confirm

    la madre. Sabindoos con l tendremos la seguridad de que osencontraris bien.

    La situacin era de lo ms emocionante. Cuando los chiquillosterminaron de desayunarse, salieron a discutir entre s lospreparativos.

    Como os dije ayer, yo voto por que subamos a las colinas de lasque habl aquel chico, esas que tienen un lago al fondo, yacampemos all dijo Julin. As tendramos compaa. Y qucompaa ms divertida!

    No debemos instalarnos demasiado cerca del circo. A lo mejorno les hace gracia tener extraos a su alrededor. De todas maneras,nos quedaremos lo bastante prximos para ver pasear al elefante yentrenarse a los perros...

    Y haremos amistad con Nobby, verdad? pregunt Ana convivacidad. A m me ha resultado simptico, pero no quiero tenernada que ver con su to. Es el colmo que un hombre de tan mal geniotrabaje como payaso principal de un circo!, no os parece?

    No s cundo ni de dnde conseguir mam los remolques

    coment Julin. La que se va a armar cuando los veamos aparecer!Vamos a contrselo a Dobbypropuso Ana. Seguramente sealegrar de saberlo.

    Eres una mocosa! respondi Jorge en tono desdeoso. Noentender ni una palabra de lo que le digas.

    No obstante, sigui a su prima y pronto Dobbyescuchaba todo loreferente al maravilloso plan de vacaciones. Hiiiii!... De modo que, enlo que a l concerna, tambin estaba contento!

    Y Tim tambin nos cuidar intervino Jorge. Es tanresponsable como pueda serlo Julin.

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    Tim apenas lograba comprender aquella agitacin, pero lacomparta con entusiasmo. Su inquieta cola no cesaba de agitarse unmomento. Examin a su gusto los carromatos, de punta a cabo, hastaque encontr una alfombrilla cuyo olor le agrad y se tumb encima.ste es mi rincn pareca decir. Si es que nos vamos en estas

    extraas casas con ruedas, ste ser mi rinconcillo.Oye,Jorge, t y yo nos quedaremos con el remolque rojo, no?dijo Ana. Los chicos, que se acomoden en el verde. A ellos no lesimporta el color, pero a m me encanta el rojo. Verdad que va a serestupendo dormir en estas literas? Parecen comodsimas.

    Por fin lleg el da siguiente y apareci por el camino el lechero,en compaa de Trotn, el robusto potrillo negro. Julin trajo a Dobbydel prado. Ambos caballos se oliscaron y Dobby solt un vigorosoHiiiiii!, con caballar cortesa.

    Me da la sensacin de que se van a llevar muy bien exclamAna. Mira cmo se besan. Trotn, t llevars mi remolque.

    Los dos caballos aguardaron en calma a ser enjaezados. Dobbysacudi la cabeza una o dos veces, como si estuviese impaciente porarrancar, y pate un poco.

    Ay, Dobby, a m me pasa lo mismo que a ti! Y a vosotros,chicos? pregunt Ana.

    A m tambin respondi Dick, haciendo una mueca.Acrcate aqu, Dobby... Eso es... Quin va a conducir, Julin? Porturno, no?

    Yo llevar nuestro remolque decidi Jorge. Ana sera undesastre para esto, aunque le permitir que gue un ratillo, de vez en

    cuando. Conducir es cosa de hombres.Bueno, pues t no eres ms que una chica, igual que yo replic Ana, indignada. No eres ningn hombre, ni siquiera un chico.

    Jorge se enfurru. Siempre dese haber nacido varn e inclusopensaba sobre s misma como si lo fuera. No le gustaba que lerecordaran que slo era una chica... Pero ni siquiera a Jorge le podadurar el enfado mucho tiempo en una maana tan agitada comoaqulla. Al poco rato, ya estaba brincando alrededor de losremolques, rindose y gritando igual que los otros.

    Estamos listos? Podemos ya salir? Seguro?S! Vamos!... Julin!... Al muy idiota se le ocurre meterse en

    casa justo en el momento en que vamos a marchar.Ha ido a recoger los pasteles que nos ha preparado la cocinera

    esta maana. Tenemos montones de comida en la despensa. Meentra hambre slo de pensarlo.

    Aqu est Julin. Vamos, pelma! Adis, madre!... Temandaremos una tarjeta todos los das, Prometido!

    Julin trep al pescante del carromato verde, hizo chascar lalengua entre los dientes y grit:

    Arre, Dobby! Ya nos vamos!... Adis, madre!Dick se sent a su lado gesticulando de alegra. El remolque inici

    el descenso por el sendero. Jorge tir de las riendas de Trotn y elpotrillo sigui a la carreta que iba delante. Ana, sentada junto a suprima, agitaba las manos, gozosa.

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    Adis, mam! Por fin empezamos nuestra aventura. Hurra!...Hurra!... Hurra!...

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    CAPTULO IVADELANTE!

    Los remolques bajaban con lentitud por la amplia carretera. Julinse senta tan feliz que cantaba a voz en cuello. Los dems coreabanlos estribillos. Tim ladraba con todas sus fuerzas. Iba sentado a unlado de su ama, y, como Ana ocupaba el otro, se vea literalmenteprensado. Sin embargo, una pequeez as no poda molestarle enabsoluto en un da tan radiante.

    Dobbymantena el paso con constancia, gozando del sol y de labrisilla que le agitaba las crines. Trotn le segua a corta distancia. Se

    mostraba muy intrigado por la presencia de Tim y, siempre que oaladrar al perro o le vea echar una carrera, volva la cabeza paraobservarle. Era fantstico tener dos caballos y un perro por compaa.

    Haban resuelto dirigirse a las colinas en las que esperaban hallarel circo. Julin haba localizado el lugar en el mapa y estaba seguro deacertar el camino si se guiaba por el lago que se extenda al pie de lascolinas.

    Lo veis? haba dicho a los otros sealando en el mapa. Aquest. Se llama el lago Merran. Os apuesto a que encontraremos a losdel circo por all cerca. Es un sitio excelente para los animales, con

    mucha agua y seguramente alguna granja donde aprovisionarse.Adems, nadie les molestar.Tambin nosotros tendremos que buscar esta noche una buena

    granja dijo Dick y pedir permiso para acampar. Es una suertecontar con ese librillo para saber en dnde nos lo concedern confacilidad.

    Ana pensaba con delicia en el crepsculo que se acercaba,cuando se detuviesen para acampar, hacer la cena, dormitar un ratojunto a la hoguera y acostarse despus en las literas. No sabra decirlo que le pareca ms bonito, si vagar en los remolques por aquellasveredas a travs del campo o preparar la acampada para la noche.

    Estaba segura de que aqullas iban a ser las mejores vacaciones quehaban pasado en su vida.Tim se baj del pescante para corretear entre los remolques. Ana

    se acerc un poco aJorge su prima y le dijo:Te has fijado, Jorge, en que todas nuestras vacaciones han

    resultado muy agitadas? Siempre hemos tropezado con un montn deaventuras, muy emocionantes, es verdad, pero, por una vez, megustara pasar unas tranquilas, que fueran unas vacacionescorrientes, no te parece?

    De ninguna manera. A m me gustan las aventuras replicJorge sacudiendo las riendas para obligar a Trotn a caminar ms deprisa. No me importara en absoluto que nos saliera otra al paso...aunque, no te preocupes, Ana, no tendremos esa suerte.

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    Enid Blyton Los cinco 06 Los cincoen la caravanaMirad, en aquel prado. Si nos dieran permiso para acamparjustamente ah, sera estupendo.

    Julin se encamin en seguida a visitar al granjero y Ana marchcon l para pedir que les vendieran algunos huevos. El granjero no seencontraba all, pero su mujer, encantada por el aspecto del alto y

    correcto muchacho, les concedi en el acto el permiso para pasar lanoche en el prado situado junto al riachuelo.Estoy segura de que no pondris aquello perdido con montones

    de basura y desperdicios, ni perseguiris a los animales de la granja,ni me dejaris abiertos los portones, como algunos mal educados hanhecho. Y usted qu desea, cocinerita, algunos huevos recinpuestos? S, desde luego que te los dar, pequea. Puedes cogertambin todas las ciruelas que haya maduras en ese rbol, paraaadirlas a la cena.

    Ya de regreso, y puesto que contaban con tocino entre susprovisiones, Ana dijo que lo freira, junto con un huevo para cada uno.Sentase muy orgullosa de saber guisar. Los das anteriores a lapartida se haba dedicado a ensayar con la cocinera y estaba ansiosapor demostrarles a los dems sus conocimientos.

    Julin, asegurando que haca demasiado calor para guisar dentrode las viviendas, encendi una hermosa hoguera al aire libre. Entretanto, Dick desenganch los caballos, que se dirigieron al riachuelo,metindose en el agua fresca hasta las corvas y retozando llenos dealegra. Trotn restregaba el morro contra Dobby. Trat de hacer lomismo con Tim cuando el perrazo se puso a beber a su lado.

    Verdad que el tocino huele estupendamente? pregunt Ana a

    Jorge, que se ocupaba en sacar los platos y los vasos del remolque.Vamos a beber un poco de cerveza de jengibre, no te apetece? Yoestoy reseca. Eh, vosotros!, mirad cmo casco los huevos en el bordede la taza para frerlos.

    Crac! El huevo se parti contra el filo, pero su contenido cayfuera del tazn, en lugar de hacerlo en el interior. Ana enrojeci antelas ruidosas carcajadas con que corearon su actuacin. Tim acudi enseguida a lamer el desperdicio. En aquellas ocasiones resultaba muytil.

    Eres un cubo de basura estupendo lo alab Ana. Tomatambin esta piel de tocino.

    Despus de aquel primer incidente, Ana fri sin contratiempostodos los huevos y el tocino. Los dems, incluso Jorge, se mostraronasombrados ante su habilidad y se esmeraban en limpiar sus platoscon migas de pan, a fin de que fuesen fciles de fregar.

    Jorge, crees que le gustara a Tim que le friera sus galletas, enlugar de drselas fras? pregunt Ana. Las cosas fritas sabenmucho ms ricas. Estoy segura de que Tim las preferira as.

    Qu va! Bueno se pondra el pobre contestJorge.Por qu? Y t qu sabes?Yo s de sobra lo que le gusta a Tim y lo que no atajJorge.

    Los bollos fritos no le gustaran. Psame las ciruelas, Dick. Tienen unaspecto soberbio.

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    Qu pasa? Estis bien, nias? Ya vamos.Los dos muchachos se acercaban corriendo en pijama, sobre la

    hierba hmeda. Julin tropez de pronto con algo tibio, duro y slido.Dio un respingo. Dick encendi su linterna y, sin poderlo evitar,estall en carcajadas.

    Te has lanzado contra Dobbyde una manera que... Mira, miracon qu cara de susto te mira el pobre. Seguro que habr estadorondando junto a los remolques y haciendo todos esos ruidos quehemos odo. Nias, no pasa nada, era Dobby!

    Ya calmados, volvieron a dormirse hasta bien entrada la maana,sin estremecerse siquiera cuando Trotn se acerc a los remolques,bufando suavemente.

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    CAPTULO VHACIA EL LAGO MERRAN

    Los tres o cuatro das siguientes transcurrieron para los chicos deun modo en absoluto perfecto.

    Cielo azul, sol brillante, riachuelos donde chapotear y baarse... ydos casas sobre ruedas que recorran, chirriando, muchos kilmetros,por carreteras y caminos desconocidos por entero para ellos. Qums podan desear los nios?

    Tim pareca disfrutar ampliamente. Al fin se haba decidido aentablar una gran amistad con Trotn, el caballito negro. Trotn le

    buscaba de continuo para correr a su lado y le llamaba relinchandocuando senta necesidad de su compaa. Tambin se haba hechoamigo del otro caballo y cuando ambos eran desenganchados denoche, los tres animales marchaban juntos al riachuelo de turno y semetan en el agua restregndose cariosamente unos a otros.

    stas son las vacaciones ms divertidas que hemos pasadojams comentaba Ana, mientras guisaba con aplicacin algo en unaolla. Son emocionantes, pero sin peligros. Y aunque Julin se creeque es l quien nos cuida, soy yo en realidad la que cuida de todos. Sino fuera por m, nunca tendrais las camas hechas, ni la comida a

    punto, ni los remolques limpios.Bueno, bueno, no presumas tanto! replic Jorge, que en sufuero interno se senta culpable por permitir que Ana llevase a cabotodas las faenas.

    No estoy presumiendo! contest sta, indignada. Es lapura verdad! T misma,Jorge, no has hecho tu cama ni una sola vez.Y no es que me queje, me encanta tener dos casitas para cuidar.

    Eres un ama de casa en pequeo, pero muy buena la ensalzJulin. No s qu haramos sin ti.

    Ana se ruboriz de satisfaccin. Retir del fuego la cazuela yreparti su contenido en los cuatro platos.

    Venid! exclam en el mismo tono en que su madre lo hubieradicho. Tomaos la comida antes de que se enfre.Gracias. Yo prefiero tomarme lo mo cuando se enfre contest

    su prima. Que barbaridad! Cualquiera dira que es de noche! Haceel mismo calor que a medioda.

    Llevaban ya cuatro das en la carretera. Ana haba desistido deotear el horizonte en busca de las colinas donde esperaban hallaracampada a la gente del circo. En realidad, haca votos en su interiorpor que no llegasen a encontrarlos, ya que se senta completamentedichosa con su labor diaria en aquellos hermosos parajes.

    Tim se acerc a lamer los platos. Los chiquillos le dejaban hacerloporque haban descubierto que as les resultaba mucho ms sencillofregarlos. Ana y Jorge fueron a aclarar los cacharros a un oscuro

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    Dnde estar el campamento del circo? pregunt Jorge derepente, mientras se coma un sndwich de tomate y jamn. No loveo.

    Los chiquillos recorrieron con la vista toda la orilla del lago, que seextenda ms all de donde alcanzaba la vista. Por fin, los

    penetrantes ojos de Jorge descubrieron una pequea columna dehumo que se elevaba en el aire, a una distancia de dos kilmetrosbordeando el lago.

    Deben de haber acampado en aquella hondonada, al pie de lascolinas dijo. Supongo que la carretera llevar hasta all. Podemosseguir ese camino y subir las colinas por detrs.

    S concedi Julin. Tendremos tiempo de sobra para charlarun rato con Nobby y encontrar un buen sitio para acampar antes deque se nos eche la noche encima. Buscaremos tambin una granjadonde podamos comprar comida. Qu cara pondr Nobby cuandonos vea llegar?

    Limpiaron todo, engancharon de nuevo a los caballos y sedirigieron hacia el campamento del circo. Y ahora un poco deemocin!

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    CAPTULO VIEL CIRCO Y NOBBY

    No les llev mucho tiempo avistar el circo. Como Jorge habadicho, estaba asentado en una tranquila hondonada, al pie de lascolinas. Un lugar silencioso, alejado de las zonas habitadas, donde losanimales del circo podan disfrutar de una libertad relativa yejercitarse con toda tranquilidad.

    Los carromatos haban sido colocados formando un amplio crculoy varias tiendas aparecan esparcidas sin guardar un ordendeterminado.

    El inmenso elefante se hallaba atado con una maroma al troncode un rbol. Los perros corran por todas partes y una larga fila decuidados caballos evolucionaba por un prado cercano.

    All estn todos! grit Ana, llena de excitacin, ponindose enpie sobre el pescante para ver mejor. Huy! El chimpanc andasuelto, no? Ah, no! Lo tienen atado con una cuerda. Es Nobby elque est con l?

    S, es l dijo Julin. Qu suerte poder pasearse con unchimpanc vivo! Mirad, el chimpanc lleva pantalones de ftbol.Seguro que lo visten como a una persona cuando sale a la pista.

    Los nios observaban todo con el mayor inters, mientras susremolques se iban acercando al campamento. En aquella clida tarde,apenas se vea a nadie por la explanada. Nobby segua con elchimpanc y una o dos mujeres removan el contenido de suscazuelas, colocadas sobre pequeas fogatas. Pero esto era todo.

    Los perros del circo armaron una gran algaraba al veraproximarse los desconocidos carromatos. Algunos hombres salieronde sus tiendas y levantaron la vista hacia el sendero que conducahasta la explanada. Sealaron a los chiquillos con evidentes muestrasde asombro.

    Nobby, con el chimpanc firmemente asido de la mano, sali del

    campamento para curiosear acerca de los inslitos expedicionarios.Julin lo llam.Eh, Nobby! No pensaras vernos aparecer por aqu, verdad?El muchacho se qued atnito al orse llamar por su nombre. Al

    principio no recordaba en absoluto a los chiquillos. De pronto, dejescapar una excitada exclamacin.

    Por todos los rayos! Sois los chicos que encontr el otro da enla carretera, no? Pero, qu hacis aqu?

    Tim dej escapar un gruido amenazador y Jorge, sujetndolo,pregunt a Nobby:

    Crees que se harn amigos aunque mi perro nunca haya vistoun chimpanc?...

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    No s respondi el muchacho, perplejo. El viejo Pongo hacebuenas migas con los perros del circo. De todos modos, no dejis quevuestro perro se le acerque, o se lo comer vivo. Ya sabis la fuerzaque tienen estos bichos.

    Crees que podra yo hacerme amiga de Pongo? Si me diera la

    mano o algo as, Tim se dara cuenta de que no intenta hacernosdao y no habra complicaciones. Querr Pongo ser amigo mo?Claro! Es el chimpanc ms salado que hay bajo las estrellas,

    verdad. Pongo? Anda, dale la mano a la seorita.Ana no se senta muy decidida a acercarse al animal, pero su

    prima desconoca el miedo. Se adelant hacia la enorme bestia yextendi la mano. El chimpanc la tom en el acto, se la llev a laboca e hizo como si la mordiscara, sin cesar de emitir sonidosamistosos.Jorge se rea.

    Qu simptico! Tim, ves? ste es Pongo, un buen amigo dijo, al tiempo que le daba unas palmaditas en el hombro, parademostrar al perro sus simpatas por el chimpanc. ste correspondien seguida imitando sus movimientos, haciendo amigables muecas. Acontinuacin, le acarici la cabeza y le tir de uno de sus bucles. Timagit la cola dbilmente. Pareca perplejo. Quin sera aquellaextraa criatura a quien su ama pareca querer tanto? Con cautelaavanz un paso hacia l.

    Vamos, Tim, saluda a Pongo orden Jorge. As, ves? yvolvi a estrechar la mano del chimpanc. Pero esta vez el animal nola soltaba, sino que comenz a sacudir su mano arriba y abajo, comosi estuviese manejando la bomba de un pozo.

    No me suelta! exclamJorge.Pongo, prtate bien! dijo Nobby con voz agria.Al momento, el animal dej en libertad la mano de Jorge y se

    cubri la cara con su peludo brazo, como si se sintiese avergonzado.Sin embargo, los chicos se dieron cuenta de que por entre sus dedosasomaban sus maliciosos ojillos, llenos de animacin.

    Es todo un mono comentJorge riendo.No confundas, hombre. Es todo un chimpanc! replic Nobby

    . Mira, ya viene Tim a hacer las paces. Por todos los diablos, se danla mano!

    En efecto, Tim, una vez convencido de que Pongo era un amigo,

    record sus buenos modales y levant la pata derecha, como lehaban enseado. El chimpanc se la estrech con fuerza. Despusdio la vuelta alrededor del perro y repiti el saludo, estrechndoletambin la cola.

    Ante comportamiento tan inslito, el pobre Tim no supo cmoresponder.

    Los chiquillos se retorcan de risa. Por ltimo, Tim se sent sobresu cola, protegindola. Mas en el acto se levant agitndola, al veracercarse corriendo a Ladridos y Grun. Pronto, sin embargo, serecordaron mutuamente.

    Bueno, todo marcha bien. Ya se han hecho amigos comentNobby, complacido. Ahora ellos le presentarn al resto de perros yno habr jaleos. Eh, t, cuidado con Pongo! El chimpanc se haba

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    Enid Blyton Los cinco 06 Los cincoen la caravanaescurrido detrs de Julin y estaba deslizando la mano en el bolsillodel muchacho. Nobby se acerc y le peg en ella con fuerza.

    Malo! Travieso! Ratero!Los chicos volvieron a rerse cuando, de nuevo, el chimpanc

    ocult su rostro, mostrndose avergonzado.

    Tendris que tener cuidado cuando Pongo os ande rondando. Leencanta birlarle las cosas de los bolsillos a la gente. Oye, dime, sonvuestras esas carretas? Vaya elegancia!

    Nos las han prestado respondi Dick. La verdad es quecuando os vimos pasar con todas esas carretas tan alegres se nosocurri que nos encantara marcharnos tambin a descansar, comovosotros. Por eso las pedimos.

    Y como nos habas dicho adnde pensabais acampar prosiguiJulin, os seguimos, pensando que no te importara ensearnostodo esto. Te molesta?

    Qui! Me encanta respondi Nobby, entusiasmado. Uno nose encuentra todos los das con gente que quiera tener tratos con unchico de circo como yo, es decir, gente fina, como vosotros. Me harmucha ilusin ensearos todo esto y podis haceros amigos de todoslos monos, perros y caballos de aqu.

    Oh! Gracias! exclamaron todos a la vez.Eso es hablar de verdad dijo Dick. Corcho! Mirad al

    chimpanc. Quiere estrecharle la cola a Tim, como antes. En la pistadebe ser divertidsimo, verdad, Nobby?

    Es la monda repuso ste. Cuando sale, se hunde el circo derisa. Tendrais que verle actuar con to Dan, que es el payaso

    principal, sabis? Pongo es tan buen clown como mi to. Hay que veractuar a estos dos chalados juntos. Como para revolcarse!Me gustara verlos dijo Ana, quiero decir actuando en la

    pista. Le molestar a tu to que nos ensees los animales y todo lodems?

    Por qu? Bueno, de todos modos no se lo preguntaremos. Pero,por favor, procurad estar muy amables con l. Es peor que un tigrecuando coge una rabieta. Aqu le llaman el Tigre Dan, por esosataques de furia que le entran.

    A Ana cada vez le gustaba menos el aspecto que tomaban lascosas. Tigre Dan!... Sonaba a crueldad y fiereza.

    Supongo que no andar por aqu ahora dijo nerviosa, mirandoa su alrededor.

    No, se ha ido no s adnde contest Nobby. Es un tiposolitario. No tiene ms amigos en el circo que Lou, el acrbata, aquelque est all.

    Seal a un individuo de largos miembros, desmadejado, con unrostro desagradable y una mata de aceitoso pelo negro, que seensortijaba en apretados rizos. Se hallaba sentado en la escalerilla deuna carreta fumando en pipa y leyendo un peridico. Los chiquillospensaron que l y Tigre Dan deban formar una extraa pareja. Malencarados, agrios e insociables los dos. Interiormente todos ellos seprometieron tener el menor trato posible con el acrbata y el payaso.

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    Es buen acrbata? pregunt Ana en voz muy baja, aunqueLou estaba tan lejos que no poda orles.

    Brbaro! De primera! contest Nobby en tono admirativo.Puede trepar por cualquier cosa, y a cualquier sitio. Podra subirse aaquel rbol con tanta facilidad como un mono. Yo le he visto escalar

    un edificio altsimo, subiendo por una tubera. Pareca un gato! Esuna maravilla. Tambin deberas verlo en la cuerda floja. Hasta bailaencima!

    Los nios lo observaron con una mezcla de admiracin, temor yreverencia. l, sintiendo pesar sobre s sus miradas, levant la vista yles dirigi una torva ojeada.

    Vaya! pens Julin. Puede que sea el mejor acrbata delmundo, pero resulta un tipo repulsivo. Entre l y "Tigre Dan" no scon cul me quedara.

    Lou se levant desperezando su cuerpo, como un felino. Susmovimientos parecan suaves y giles. Se desliz junto a Nobby,todava con el ceo fruncido y una agria expresin en el rostro.

    Quines son estos cros? pregunt. Qu hacen aqu,ensucindolo todo?

    Nosotros no ensuciamos nada protest Julin en tono corts.Vinimos a visitar a Nobby. Lo conocamos ya de antes.

    Lou lo mir con repugnancia, como si fuese algo que oliese apodrido.

    Son vuestras esas carretas? pregunt, sealndolas con lacabeza.

    S.

    Sois gente importante, no? dijo desdeoso.Pues no mucho respondi Julin manteniendo a duras penassu cortesa.

    Hay mayores con vosotros?No, yo cuido de todo replic Julin. Y tambin este perro,

    que ataca a quien no le agrada.A Tim, con toda claridad, le desagradaba Lou. Permaneca junto a

    l sin cesar de gruir. Lou levant el pie en direccin al animal. Jorgealcanz a sujetar a ste en el momento preciso.

    Quieto, Tim, quieto! grit. Luego se volvi a Lou con los ojoscentelleantes. No se atreva a pegar a mi perro! le chill. Si lo

    hace, le tirar por el suelo. Aprtese pronto o se le echar encima.Lou escupi con desprecio y gir sobre sus talones para irse.Largaos! dijo. No queremos cros aqu pegados. Ah! Y que

    conste que no me asusta ningn perro. Yo tengo mis sistemas paratratar a los malos bichos.

    Qu quiere usted decir? le grit Jorge, temblando an derabia.

    Pero Lou no se dign contestar. Subi las escalerillas de sucarreta y cerr con un fuerte portazo.

    Tim ladraba furioso, pugnando por arrancarse el collar que su amasujetaba con fuerza.

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    Ya lo habis estropeado coment Nobby con voz lgubre. SiLou os coge otra vez por aqu, os dar de coces. Menudo es! Y tenedmucho cuidado con el perro o desaparecer.

    Jorge estaba alarmada y furiosa.Que desaparecer? Pero, qu dices? Si piensas que mi Tim va

    a dejarse raptar, te equivocas.Bueno, bueno, slo os estoy advirtiendo, no hace falta que tepongas as conmigo protest Nobby. Por todos los rayos! Elchimpanc se ha metido en una de vuestras carretas.

    La reciente escena fue olvidada al instante y todos se abalanzaronhacia el remolque verde. Pongo se encontraba en su interior,sirvindose con liberalidad de una caja de dulces. En cuanto vio a losnios, empez a gemir y se cubri el rostro con las manos, aunque sindejar de chupetear los dulces con glotonera.

    Pongo, eres un bandido! Ven aqu. Voy a tener que darte con elltigo dijo Nobby.

    Oh, no! Por favor! rog Ana. Es un pillo, pero muysimptico. Adems tenemos dulces de sobra. Coge t tambin,Nobby.

    Bueno, gracias contest ste aceptando la invitacin yhaciendo una mueca. Es estupendo tener amigos como vosotros,verdad. Pongo?

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    Hizo rer a los chiquillos imitando algunos de los chistes de su toDan y dando volteretas alrededor de los carromatos, mientrasesperaba a que Ana preparase ms provisiones. Se puso en equilibrioapoyando la cabeza en el suelo y en aquella posicin se comi unsndwich con toda solemnidad, ante el asombro de Tim, que daba

    vueltas y ms vueltas oliscndole el rostro, como si dijese: Quraro! No tiene patas! Algo funciona mal aqu.Al cabo de un rato se sintieron incapaces de pasar un bocado

    ms. Nobby se levant para marcharse, preguntndose, de pronto, sino habra permanecido all demasiado tiempo.

    Lo estaba pasando tan brbaro que se me olvid la hora expres con sbita cortedad. Seguro que me he quedadodemasiado rato. Y sois tan educados que no me habis dicho que melargara. Recrcholis! Vaya una merienda! Un montn de gracias,seorita, por todos esos bocadillos tan riqusimos. Ya s que se menota que no soy tan educado como vosotros, pero os agradezco deverdad este rato tan bueno.

    Pues claro que eres educado rechaz Ana, cariosa. Hassido un invitado magnfico. Vuelve otro da, eh?

    Bueno, gracias. Pues, claro, volver! repuso el muchacho,olvidando su reciente timidez y radiante de alegra. Dnde estPongo? El muy...! Pues no ha cogido uno de vuestros pauelos y seest sonando?

    Ana emito un chillido y luego se ech a rer.Bueno, que se lo guarde. Ya est viejo.Os quedaris aqu mucho tiempo? pregunt Nobby.

    Pues aqu exactamente, no le contest Julin. Hemospensado subir un poco ms por la colina. Arriba har ms fresco. Sinembargo, podramos pasar aqu esta noche. Habamos decidido iniciarla ascensin esta tarde, pero lo mismo podemos hacerlo maana porla maana. As, a lo mejor, maana podramos visitar vuestrocampamento.

    No, tendremos que esperar a que no est Lou dijo Nobby.Cuando le ha dicho una vez a alguien que se largue, no acostumbraandarse con bromas. Pero si sale, no habr pegas. Yo vendr abuscaros.

    Muy bien contest Julin. No es que tenga miedo de Lou ni

    de nadie, pero no quiero ponerte a ti en ningn compromiso,comprendes? Si maana por la maana no podemos visitar vuestrocampamento, seguiremos viaje hacia las colinas. De cualquier modo,siempre cabe la posibilidad de que nos hagas seales cuando Lou sevaya. As podremos bajar a cualquier hora. Y t, siempre que quieras,sube a vernos.

    Y trete a Pongo aadi Ana.Seguro! repuso Nobby. Hasta luego.Se march con los perrillos pegados a los talones y llevando a

    Pongo asido con fuerza por la mano. El animal no quera irse en modoalguno y tiraba hacia atrs como un chiquillo travieso.

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    Los sonidos no parecan proceder de muy lejos. Dos personasdeban de encontrarse hablando all al lado pens Jorge. Oy elrascar de una cerilla y, a su luz, vio a dos hombres que encendan almismo tiempo un cigarrillo. Los reconoci al instante: eran to Dan yLou, el acrbata.

    Qu estaran haciendo all? Sera aqul su punto de reunin ohabran ido a robar algo de los remolques? Jorge deseaba avisar aDick y a Julin, mas no se determinaba a salir del carromato, portemor a que los intrusos la descubriesen.

    Al principio no alcanzaba a entender nada de la conversacin delos dos hombres. Estaban discutiendo algo con muchoapasionamiento. Al fin, uno de ellos levant la voz:

    Bueno, entonces de acuerdo.Volvieron a orse los pasos, que esta vez se acercaban al

    carromato. Los hombres se toparon con l. Lanzando unaexclamacin de sorpresa y dolor, comenzaron a palpar la pared,tratando de descubrir contra qu clase de obstculo habantropezado.

    Ah! Los carromatos de esos seoritingos! oy Jorge quedeca Lou. Todava estn aqu! Y eso que ya les orden a esosmocosos que se largaran.

    Qu mocosos? pregunt to Dan, sorprendido. Evidentementehaba regresado ya de noche y no se haba enterado de la llegada delos muchachos.

    Unos cros que conoce Nobby repuso Lou en tono agrio.Empez a golpear con fuerza la pared de la vivienda. Ana

    despert sobresaltada. Jorge, sobrecogida, no pudo evitar dar unbrinco pese a hallarse prevenida. Tim rompi a ladrar furiosamente,obligando a Dick y Julin a salir de su sueo. El mayor de los chicosencendi su linterna y se asom a la puerta. Su luz ilumin a los doshombres que estaban al pie del carromato de las nias.

    Qu hacen ustedes aqu a estas horas? pregunt Julin. Aqu clase de oficio se dedican? Vyanse!

    Sus palabras, sin embargo, resultaron las menos oportunas quepodan haber sido dirigidas a dos hombres tan iracundos y malencarados como Lou y Tigre Dan, quienes, por otra parte, parecantener el pleno convencimiento de que todo el territorio cercano les

    perteneca al circo y a ellos.Con quin te crees que ests hablando? grit furioso Dan.

    Vosotros sois los que tenis que largaros! Comprendido?No os dije esta tarde que ahuecarais el ala? chill Lou fuera

    de s. Haced lo que os digo, bribones, o suelto a mis perros tras devosotros!

    Ana empez a llorar, mientras Jorge temblaba de rabia y Timgrua sin cesar. Entre tanto, Julin habl con calma, aunque conexpresin resuelta.

    Nos iremos por la maana, como ya le dijimos. Si lo que ustedsugiere es que nos vayamos ahora mismo, ms vale que lo piense dosveces. Este terreno no les pertenece y tenemos el mismo derecho

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    Enid Blyton Los cinco 06 Los cincoen la caravanaque ustedes a acampar en l. Y ahora vyanse y no nos molestenms.

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    Esta correa te ensear a no ser tan gallito! dijo Lou,empezando a desabrocharse el cinturn de cuero que sujetaba suspantalones.

    Jorge solt el collar del perro.A por ellos, Tim! le azuz. No los muerdas, pero dales una

    pequea leccin.Tim salt al suelo y, con un alegre ladrido, se abalanz sobre los

    dos hombres. Saba lo que su ama deseaba de l y, aunque ansiabahincarles el diente a aquellos bandidos, se contuvo. Sin embargo, lofingi de tal modo y con tan fieros ladridos que los hombresretrocedieron francamente aterrados. Lou trat de propinarle unapatada, pero el perro, no acostumbrado a soportar semejante trato,se lanz sobre l y le rasg el pantaln desde la rodilla al borde.

    Aljate, Lou! grit Dan. Ese perro est rabioso, Tencuidado o te saltar al cuello! Llamadlo, chicos, ya nos vamos!Acordaos de salir de aqu maana por la maana o ya veris lo que esbueno. Ya nos las pagaris.

    Viendo que los dos hombres aparentaban verdadera intencin demarchar,Jorge llam al perro de un silbido.

    Tim, Tim, ven aqu! Qudate de guardia hasta que se hayan idode verdad. Y si vuelven, atcalos!

    Mas los dos hombres desaparecieron en seguida. Por nada delmundo volveran a enfrentarse con aquella fiera, cuando menos por elmomento.

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    CAPTULO VIIISOBRE LAS COLINAS

    Los cuatro nios se sentan turbados y confusos por elcomportamiento de aquellos dos hombres.

    Jorge les relat entonces como Tim la haba despertado,gruendo, y como haba odo hablar a los hombres en voz baja.

    Yo, la verdad, no creo que viniesen a robar nada dijo. Meimagino que se habran citado en este lugar para tratar de algosecreto, porque no saban que nuestras carretas se encontraban aqu.La prueba est en que tropezaron con la nuestra.

    Son unos salvajes furibundos contest Julin. Y no meimporta que protestes, Jorge. Voy a cerrar con llave la puerta devuestro remolque. Ya s, ya s que Tim se queda con vosotras, perono puedo correr el riesgo de que vuelvan esos hombres, est o noest Tim.

    Ana pareca todava tan aterrada que Jorge consinti en que Julinlas encerrase, dejando al perro en el interior. Los muchachos semarcharon a su vivienda. Julin la cerr tambin desde dentro,afirmando:

    Estoy deseando alejarnos de aqu y vernos en las colinas. No

    tendr un momento de tranquilidad mientras permanezcamos tancerca del circo. All arriba estaremos seguros.Lo primero que haremos despus de desayunamos ser

    marchamos asinti Dick, acomodndose de nuevo en su litera.Madre ma! Si no llega a ser por Tim, esos dos tipos te hubierancogido.

    Ya lo creo. Y no hubiese podido hacer gran cosa contra ellos.Los dos parecen fuertes y son bastante corpulentos.

    A la maana siguiente, los cuatro se levantaron temprano.Ninguno tena ganas de detenerse, remoloneando en la cama odormitando. Estaban deseando partir antes de recibir una segunda

    visita de Lou y Dan.Vosotras, nias, preparad el desayuno, mientras Dick y yoenganchamos los caballos dijo Julin. As estaremos listos parasalir inmediatamente despus del desayuno.

    Una vez terminado el desayuno y recogidos los utensilios,montaron en los pescantes. Estaban a punto de arrancar cuandovieron que Lou y Dan se acercaban por el sendero.

    Ah! Ya os vais, no? pregunt Dan, haciendo unadesagradable mueca. Muy bien, muy bien. Da gusto ver a unoscros tan obedientes. Adnde os dirigs?

    A las colinas contest Julin. Adems, eso no le interesa.

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    Por qu no vais rodeando la falda de la colina en vez de ir porarriba? intervino Lou. Es un mal sistema subir as, con los carrostirando todo el tiempo para atrs de los caballos.

    Julin estuvo a punto de decir que su intencin no se limitaba asubir derecho a la cima de la colina para cruzar al otro lado. Se

    contuvo. No, mejor sera que aquellos tipos no supiesen que habandecidido acampar arriba. As no podran ir a molestarlos otra vez.Seguimos el camino que nos parece oportuno contest a Lou

    con brusquedad, y ste es colina arriba. Hagan el favor deapartarse.

    Arre a Dobby. Los hombres se vieron forzados a saltar a todaprisa hacia un lado para dejarlos pasar, dirigindoles una furiosamirada. De pronto se oyeron los pasos de alguien que se acercabacorriendo y apareci Nobby, con Grun y Ladridos pegados a sustalones, como era habitual.

    Eh! Por qu os vais tan pronto? les grit. Dejadme ir convosotros un rato.

    No, t te quedas respondi su to, propinndole uninexplicable bofetn. Les mand a esos cros que se largaran y ya loestn haciendo. No quiero extraos pegajosos en este campamento. Ymucho ojo con hacer amistades de esa clase, comprendido? Ocpatede entrenar a tus perros o te dar un tirn de orejas que te har verlas estrellas.

    Nobby lo mir entre furioso y asustado. Conoca demasiado bien asu to como para osar desobedecerle. Gir sobre sus talones,malhumorado, y se dirigi mohno hacia el campamento. Por el

    camino, las carretas lo alcanzaron. Julin lo llam en voz baja.Eh, Nobby! nimo, chico! Te esperaremos en las colinas, perono se lo digas a Lou ni a tu to. Ms vale que piensen que nos hemosido para siempre. Trete a Pongo alguna vez.

    Nobby habl entre dientes, asintiendo con un guio.Tenis razn. Alguna vez llevar tambin a los perros, pero hoy

    no puedo. En cuanto salgan del campamento esos dos, yo os avisarpara que bajis a verlo. Queda claro?

    Estupendo! respondi Julin pasando de largo.Ni Lou ni Dan haban odo una palabra de aquella conversacin, ni

    podan tan siquiera imaginar que se estuviera celebrando ante sus

    propias narices, pues Nobby haba tenido buen cuidado de seguirandando como si tal cosa, sin volver ni aun el rostro hacia susamigos.

    La carretera haca una curva antes de adentrarse en la colina. Alprincipio no era muy pendiente, pues zigzagueaba a travs de la faldadel montculo. A la mitad de su ascensin, las carretas cruzaron unpuente de piedra bajo el cual flua un torrente muy rpido.

    Huy! Vaya una velocidad que lleva ese ro! coment Jorgecontemplando cmo se deslizaba por la pendiente entre murmullos ygorgoteos. Mirad, es all de donde sale!

    Sealaba con el dedo a un punto situado un poco ms arriba, enla ladera, de donde pareca brotar, realmente, el riachuelo.

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    Enid Blyton Los cinco 06 Los cincoen la caravanaLa encantan los chicos, as que os har un buen recibimiento. Dndepensis acampar?

    Nos gustara hacerlo en algn sitio que tuviese buena vistadominando el lago contest Julin. Desde aqu no se ve, pero, a lomejor, un poco ms all encontramos lo que andamos buscando.

    S, tendris que seguir por lo menos durante un kilmetro. Elcamino os conducir hasta all. Cuando lleguis a un grupo deabedules, veris una hondonada muy recogida, como socavada en lacolina, con una magnfica vista sobre el lago. En poco tiempo podrisasentaros all y, adems, estaris a cubierto de los vientos.

    Muchas gracias contestaron los chiquillos a coro, pensando enlo agradable que era aquel campesino y cuan distinto de Lou y Dan,tan atravesados y extraos.

    Iremos primero a ver a su esposa determin Julin y luegoseguiremos hasta el lugar que usted nos indica. Espero que dentro deunos das volveremos por aqu.

    En efecto, conocieron a la esposa del granjero, una ancianaregordeta, de rostro redondo, cuyos diminutos ojillos brillaban demalicia y buen humor. Los recibi con gran alegra, ofrecindolesbollos recin sacados del horno y dndoles absoluta libertad paracoger unas ciruelitas oscuras que se arracimaban en un rbol, junto ala entrada de la vieja casona.

    Convinieron en que Julin pagara al contado, cada da, losartculos que les fuesen proporcionados. Encontraron los precios de lamujer del granjero en exceso bajos, pero sta se neg en redondo acobrar ni un solo penique ms.

    Para m ser una satisfaccin ver esas caras tan lindas en micasa les dijo. Tambin eso forma parte del pago, de acuerdo?Estoy ms que segura de que sois unos chicos educados. Se nota envuestros modales. Y tambin de que no haris ningn dao nininguna locura en la granja.

    Los chiquillos se alejaron cargados con toda clase de provisiones,desde huevos y jamn hasta tortillas y pasteles de jengibre.

    La anciana entreg a Ana, cuando sta se despeda, una botellade licor de frambuesas. Cuando Julin se dispona a pagrsela, semostr muy ofendida.

    Si me apetece hacer un regalo, lo hago. Vaya una mana!

    Tanto pagar por aqu, pagar por all...! Cada vez que vengis ostendr alguna cosilla preparada, pero no te atrevas a intentarabonrmela o tendr que darte con el rodillo.

    Verdad que es simpatiqusima? dijo Ana, mientras volvan alos remolques. Fjate, Jorge, que hasta Tim le dio la pata antes deque t se lo dijeras. Y casi nunca lo hace.

    Acomodaron las cosas en la despensa, se encaramaron a lospescantes, arrearon a Dobbyy a Trotn y se pusieron de nuevo enmarcha.

    Exactamente a un kilmetro hallaron el bosquecillo de abedules.La hondonada escondida debe de estar por aqu dijo Julin.

    S! All est, como incrustada en la colina, Qu sitio ms abrigado!

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    Enid Blyton Los cinco 06 Los cincoen la caravanaParece hecho a propsito para acampar en l. Y qu vista tanmagnfica!

    En verdad que lo era. La empinada ladera descenda casiverticalmente hasta el lago, que yaca a sus pies, extenso, tranquilo,suave como un espejo encantado. Desde la posicin en que se

    encontraban podan divisar la orilla opuesta, separada de ellos poruna gran extensin de agua.Qu azul! exclam Ana, asombrada. Todava ms azul que

    el cielo. Verdad que ser estupendo disfrutar de esta vista tanpreciosa mientras estemos aqu?

    Julin hizo retroceder los carromatos hasta la hondonada. El sueloapareca cubierto de brezos, que formaban una muelle alfombrarojiza. Las campanillas, plidas como el cielo del crepsculo, crecanen las grietas de la pared. Un rinconcillo delicioso!

    Los agudos odos de Jorge captaron el sonido del agua corriente.Anuncindoselo a sus compaeros, comenz a buscar el arroyo que loproduca.

    Sabis una cosa? Hay otro manantial que sale de la colina.Agua para beber y lavarnos, bien cerquita. Tenemos una suerteinmensa, no?

    Desde luego respondi Julin. Hemos encontrado un sitioprecioso y aqu nadie nos molestar.

    Pero haba hablado demasiado pronto!

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    CAPTULO IXUN ENCUENTRO DESAGRADABLE

    Realmente, era divertido estar instalados en un escondite tanconfortable.

    Haban colocado juntos los remolques, y los caballos fuerondejados sueltos en un prado, en el cual pacan los caballos de lagranja cuando haban acabado la jornada. Trotn y Dobby parecanmuy satisfechos en aquella ondulada pradera. Sobre una piedrasocavada caa un hilillo de agua, que se mantena siempre fresca. Losanimales bebieron durante largo rato.

    Tambin es un sitio estupendo para los caballos comentJulin. Se los ofreceremos al granjero para que los utilice, si quiere.Pronto llegar la poca de la recoleccin y a lo mejor le vienen biendos caballos ms. Ellos disfrutarn tambin teniendo otroscompaeros, como antes.

    Casi al borde de la plataforma haba una piedra desgastada,tapizada de brezos.

    Butaca de patio para la pelcula Vistadel lago! exclam Anasentndose en ella. Y est calentita del sol! Qu gusto!

    Voto porque comamos aqu propuso Jorge, sentndose a su

    lado. La piedra es cmoda y amplia y adems tan lisa que podemosponer los platos y tazas sin que se caiga nada. Y menudo panorama,eh! Veis algo del circo desde aqu?

    Hay una columna de humo all a lo lejos contest Dicksealndola. Supongo que pertenece al campamento y... Od, hayuna barca en el lago! Qu pequea se ve!

    A lo mejor es Nobby dijo Ana. Julin, no trajimos unosanteojos? Yo creo que s.

    S, me parece que s replic Julin, tratando de recordar. Yoir a buscarlos.

    Se dirigi a la carreta verde, rebusc en los cajones y volvi al

    poco tiempo con los anteojos colgando en su funda.Vamos a ver dijo, enfocando hacia el lago. S, ahora se vebien. Es Nobby... Anda! Sabis quin viene con l? Pongo!

    Utilizaron los anteojos por turno para contemplar a Nobby y alchimpanc en la barca.

    Debamos hablar con Nobby para que nos hiciese alguna sealdesde el bote cuando Lou y su to estuvieran fuera dijo Dick.Entonces sabramos que no haba peligro y podramos bajar alcampamento a visitarlo.

    S, es una buena idea contest Jorge. Dame los gemelos,Dick. Tim tambin quiere mirar.

    T ests tonta. Tim no sabe emplear los anteojos replic Dick,tendindoselos sin embargo.

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    El animal aplic con gran dignidad los ojos a los cristales y parecimirar por ellos con mucho inters.

    Guau! coment cuando ces en su observacin.Dice que ha visto a Nobby y a Pongo explic Ana. Los otros se

    echaron a rer. Ana casi se lo crea en serio. Era un perro tan listo...!,

    pensaba mientras acariciaba la suave cabezota.El da se haba vuelto en exceso clido. Haca demasiado calorpara hacer nada, ni siquiera bajar al lago a baarse. Los nios sesentan felices de encontrarse en las colinas, puesto que soplaba unasuave brisa que los refrescaba de cuando en cuando. Ya noesperaban volver a ver a Nobby, al menos por aquel da. Quizs al dasiguiente. Si no, bajaran a baarse al lago. Sera fcil verle por all.

    Al poco rato, el banco de piedra se haba recalentado tanto que yano haba manera de permanecer sentados en l. Los muchachos seretiraron al bosquecillo de abedules, donde poda disfrutarse de lasombra. Se llevaron unos libros y Tim se les uni jadeando como sihubiese pasado corriendo todo el da. Continuamente se acercaba almanantial para beber. Ana llen un gran cacharro de agua fresca y lodeposit a la sombra, junto con una taza para sacarla. Durante todoel da, a causa de su sed, pudieron saborear la agradable sensacindel agua lmpida y fra extrada del manantial.

    El lago apareca coloreado de un intenssimo azul, y tan plcidocomo un cristal. La barca de Nobby ya no se hallaba en el agua. l yPongo se haban retirado y ni un solo movimiento turbaba la paz dellago.

    A la tarde, cuando refresque, podemos ir a baarnos propuso

    Julin a la hora del t. Hoy no hemos hecho nada de ejercicio y nossentar bien. No nos llevaremos a Tim por si nos tropezamos con Louo Dan. Nosotros podremos escurrirnos al verlos, pero el perro se lesechar encima tan pronto como los descubra y, si estamos en elagua, no podremos evitarlo.

    Adems, lo mejor es que se quede para cuidar de los remolquesconcluy Ana. Bueno, me voy a enjuagar los platos. Alguienquiere comer ms?

    Qu calor! dijo Dick, tumbndose boca arriba. Ojalestuviramos en la orilla. Me metera en el agua ahora mismo.

    A las seis y media refresc un poco el ambiente, y los cuatro nios

    se dirigieron al lago. Tim se senta dolorido y furioso al ver que no lepermitan acompaarlos.

    Hoy te toca quedarte, Tim orden Jorge con firmeza.Comprendido? No dejes que nadie se acerque. Mucho ojo!

    Guau! contest el animal en tono lgubre, abatiendo la cola.Dejarlo de guardin! No saba su ama que las carretas no podanmarcharse solas y que lo que a l le apeteca era darse un buenchapuzn en el lago? Sin embargo, quedose vigilante en el banco depiedra, hasta ver desaparecer a los muchachos, con las orejas rgidaspara escuchar sus voces y la cola tristemente cada. Luego se volvijunto a la carretera de Jorge y se ech a esperar, armado depaciencia, a que volviesen sus amigos.

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    Entretanto, los chiquillos bajaban por la ladera, tomando por losatajos y saltando como gamos para salvar los empinados desniveles.Cuando subieron en los carromatos, les haba parecido un caminolargo e interminable. Ahora que podan ir a pie por senderos decabras y atajos, lo encontraron mucho ms corto.

    Un profundo corte en el terreno los oblig a volver al sendero, quesiguieron hasta llegar a una curva cerrada, un lugar abrupto yescarpado, donde, ante su desmayo y asombro, se toparon derepente con Lou y el to Dan.

    No les hagis caso aconsej Julin en voz baja. Continuemosjuntos, sin detenernos y haciendo como si Tim viniese detrs.

    Tim, Tim...! gritJorge Ven corriendo!Lou y Dan parecieron tan sorprendidos al ver a los chiquillos,

    como stos haban quedado al divisarlos a ellos. Se pararon y sequedaron mirndolos. Julin oblig a sus compaeros a que seapresuraran.

    Eh, esperad un momento! les grit Dan. Tena entendidoque os habais largado ya ms all de las montaas.

    Lo siento, pero no podemos entretenemos respondi Julin.Tenemos bastante prisa.

    Lou busc a Tim con la mirada. No estaba dispuesto a perder denuevo los estribos y ponerse a gritar, por si acaso aquel feroz animalse le volva a echar encima. Esforzndose en aparentar tranquilidad,se dirigi a los chicos en voz alta.

    Dnde estn vuestros carromatos? Estis acampados por aqucerca?

    Los chiquillos continuaron andando, sin molestarse en responder,y los hombres se vieron forzados a ir tras ellos para hacerse or.Eh! Oye! Por qu no os paris? Si no vamos a haceros nada

    malo... Slo queramos saber si estis acampando aqu arriba. Abajohay sitios mejores.

    Seguid andando murmur Julin. No les contestis. A quviene ahora decimos que es mejor acampar abajo, cuando ayerestaban deseando que nos fusemos? Estn locos.

    Tim, Tim! llam Jorge de nuevo, esperando que los hombresse detendran si la oan llamar al perro. En efecto, cesaron demolestarlos y no volvieron a hablar. Llenos de furia, dieron la vuelta y

    prosiguieron su camino.Bueno, ya nos hemos librado de ellos suspir Dick, aliviado.

    No pongas esa cara de susto, Ana. Lo que me gustara saber es lo quebuscan en las colinas. No creo que sean de los que pasean slo porgusto.

    Dick, no estaremos metindonos en otra aventura, verdad? pregunt Ana de repente, con voz quejumbrosa. No me apeteceninguna. Por una vez, podamos pasar unas vacaciones tranquilas ycorrientes.

    Claro que no vamos a tener aventuras repuso Dick con sorna. No hemos hecho ms que tropezamos con dos tipos malencaradosy ya te imaginas que nos estamos metiendo en un jaleo. Pues sabeslo que te digo? Que me encantara que tuvieras razn. Toda la vida

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    Enid Blyton Los cinco 06 Los cincoen la caravanahemos pasado las vacaciones juntos y siempre nos ha sucedido algofuera de lo normal. Y no te atrevers a decirme que no te gusta luegohablar de ello y contarlo a todo el mundo.

    Bueno, me gusta despus, pero no mientras est sucediendo confes la nia. Me parece que no soy una persona muy

    aventurera.No, desde luego confirm Julin, ayudndola a salvar unprofundo escaln. En cambio eres una personita muy trabajadora,as que no te preocupes. Y adems, si pasara algo, no te gustara quete dejsemos a un lado, a que no?

    No, no! De ninguna manera repuso la pequea. Mira, yaestamos casi en la orilla. Huy! El agua est helada.

    A los pocos segundos estaban todos en el agua. Poco despusapareci Nobby, dando gritos y hacindoles seas.

    Eh! Ya estoy aqu! Mi to y Lou se han largado no s adnde.Viva!

    Acompaaban al muchacho sus dos fieles perritos, pero no elchimpanc. Se arroj al agua en seguida, nadando sin el menor estiloy salpicando aJorge cuando estuvo a su lado.

    Vimos a tu to y a Lou cuando bajbamos le grit sta.Qudate quieto un momento, Nobby, que te estoy hablando. Te decaque nos encontramos a la parejita al bajar. Se dirigan a las colinas.

    A las colinas? pregunt, asombrado, el muchacho. Si ellosno van de compras a la granja. Eso lo hacen las mujeres por lamaana temprano. A qu iran?

    Pues s, nos los encontramos all arriba intervino Dick,

    acercndose con vigorosas brazadas. Creo que se quedaron de unapieza al vernos. Supongo que no nos volvern a molestar.Yo he tenido un da de perros dijo Nobby, al tiempo que les

    mostraba unas seales oscuras en los brazos Mi to me peg comoun loco, por haberme hecho amigo vuestro. Dice que nunca msvuelva a hablar con extraos.

    Por qu? pregunt Dick. Qu tipo ms grosero y msegosta! Bueno. En realidad, no parece que le hagas demasiado caso.

    Desde luego! Ahora est bien lejos, no es verdad? Lo nicoque tengo que hacer es vigilar para que no me vea con vosotros. Enel campamento ninguno se chivar. Todos les tienen una mana...

    Te vimos en el bote con Pongo dijo Julin, aproximndose a suvez para intervenir en la conversacin y pensamos que, si algunavez quieres comunicarnos alguna cosa, puedes ir en el bote yhacernos seales con un pauelo o algo por el estilo. Como tenemosanteojos, te veremos perfectamente y sabremos que est el caminolibre para reunimos contigo.

    Formidable! contest Nobby. Vamos a echar una carrera.Os apuesto a que llego el primero!

    Nobby no haba aprendido a nadar con profesor, por lo que inclusoAna le alcanz. A los pocos minutos se hallaban todos en la orilla,secndose mediante violentos ejercicios.

    Caramba! Estoy hambriento dijo Julin. Sube con nosotros,Nobby, y acompanos a cenar.

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    Los nios contemplaban a Nobby con asombro. Nunca habanconocido a una persona tan extraordinaria. Se paseaba con unchimpanc domesticado de la mano, amaestraba montones deperros, viva con el payaso principal de un circo, saba dar unasvolteretas maravillosas y... resulta que su nica ambicin era andar

    con caballos. Qu tipo! Dick casi lo envidiaba.No has ido nunca a la escuela? pregunt Ana. El muchachodeneg con la cabeza.

    Nunca, no s escribir, aunque leo un poquillo. A casi todos losdel circo les pasa lo mismo, as que a nadie le importa. Por todos losrayos! A lo mejor vosotros s sabis. No me digas que hasta Ana, lachiquitilla, sabe leer un libro!

    S leer hace siglos dijo Ana. Ahora voy ya por lasfracciones.

    Crcholis! Qu son fracciones? pregunt el muchacho,impresionado.

    Pues... eso de los cuartos, medios, siete octavos y todas esascosas. Pero te aseguro que preferira saber dar volteretas como tque hacer quebrados.

    Por qu ladrar Tim? coment Jorge al acercarse albosquecillo de abedules.

    De pronto se detuvo. Acababa de ver dos figuras tumbadas en elsuelo, bajo los rboles. Lou y Tigre Dan. No hubo tiempo para queNobby se escondiese. Ambos hombres lo descubrieron al momento.Se pusieron en pie y esperaron a que los chiquillos se acercaran.

    Jorge daba interiormente gracias al cielo, pensando que, al primer

    silbido o grito, Tim acudira en su auxilio. Julin mir a los hombres y,sorprendido, comprob que parecan estar en plan amistoso. Unasbita sombra pas por el rostro de Tigre Dan cuando pos la vistaen Nobby. No obstante, se desvaneci en seguida.

    Buenas tardes dijo Julin brevemente, dispuesto a seguir sinuna palabra ms, pero Lou se puso ante l.

    Ya hemos visto que habis acampado aqu dijo mostrando susdientes amarillentos en lo que quera ser una sonrisa. Nopensabais iros al otro lado de la montaa?

    No tenemos por qu discutir nuestras decisiones ni con usted nicon su amigo replic Julin con gesto y voz varonil. Nos hemos

    marchado de abajo cuando ustedes nos dijeron, no? Lo que hagamosahora ya no les importa en absoluto.

    S, claro que nos importa apunt Tigre Dan, esforzndosepor parecer tranquilo y educado. Subimos hasta aqu buscando unsitio para traer a alguno de nuestros animales, comprendes? Y noqueremos que corris ningn peligro al quedaros aqu.

    No se preocupe contest Julin con sorna. En las colinas haysitio de sobra para sus animales y para nosotros, creo yo. No semoleste en asustarnos, porque no lo va a conseguir. Nos quedaremosaqu todo el tiempo que nos parezca oportuno y, si necesitamosayuda, avisaremos al granjero y su gente, que estn bien cerca, sincontar con nuestro perro.

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    Habis dejado al perro de guardia? pregunt Lou al orleladrar. Habra que matar a ese animal. Es peligroso.

    Slo es peligroso para los vagabundos y los bandidos intervinoJorge. De lo que deben preocuparse es de alejarse de nuestrocampamento cuando Tim est de guardia. Los har trizas si intentan

    acercarse.Lou comenzaba a perder la paciencia.Bueno, os vais o no? Ya os hemos dicho que necesitamos este

    terreno. Podis bajar y acampar junto al lago si queris.S, eso es concluy Tigre Dan, ante el creciente asombro de

    los nios. As podis baaros en el lago todos los das y Nobby osensear todo el campamento y os podis hacer amigos de losanimales y...

    En aquellos momentos le tocaba el turno a Nobby de sentirsefrancamente atnito.

    Por todos los rayos! No me has puesto negro esta maana porhacerme amigo de estos chicos? pregunt. A qu estis jugandoahora? Nunca en la vida has tenido a los animales en la colina y...

    Cierra el pico! orden Tigre Dan en un tono tan furioso quelos muchachos se quedaron aterrados. Lou propin un codazo a Dan yste se esforz para aparecer de nuevo tranquilo y agradable.

    No queramos que Nobby hiciese amistad con gente tan fina comenz a decir , pero si a vosotros os gusta su compaa, puesadelante. Vosotros bajis, acampis junto al lago y Nobby osensear todo el circo. No se puede hablar ms claro, eh?

    Usted tiene otros motivos para hacernos todas esas

    concesiones dijo Julin, zumbn. Lo siento mucho, pero ya hemoshecho nuestros planes y no pensamos discutirlos con usted.Vmonos intervino Dick. Tenemos que tranquilizar a Tim. Se

    va a quedar sin pulmones de tanto ladrar. Adems, nos debe estaroyendo y no tardar en aparecer por aqu. Entonces s que nos va aresultar difcil separarlo de esos tipos.

    Los cuatro chiquillos se pusieron en marcha. Nobby, indeciso,mir a su to. No saba si ir con ellos o no. Lou volvi a dar a aqul uncodazo.

    Vete, vete con ellos si te apetece, hombre dijo Dan al fin alsorprendido muchacho, tratando de hacer una mueca amistosa.

    Sigue con tus elegantes amigos. Pueden hacerte mucho bien, nocrees?

    La mueca se torn sbitamente dura y Nobby pudo escapar delalcance de sus manos slo gracias a su agilidad. Se senta confuso yse preguntaba qu se escondera tras aquel sbito cambio de opininde su to. Ech a correr tras sus amigos. Tim acudi a su encuentro,ladrando y agitando su peluda cola, frentico de alegra.

    Eres un sol, un sol le dijo Jorge, dndole palmadas , y sabeshacer guardia de maravilla. A que sabas que si te necesitaba daraun silbido, a que s? Eres un sol, de verdad!

    Ahora os preparo la cena anunci Ana. Estamosdesfallecidos, as que mejor ser que dejemos la charla para mientras

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    Enid Blyton Los cinco 06 Los cincoen la caravanaintenten echarnos de l. Y adems, me gustara ver quin es el listoque lo consigue. Me iba a extraar mucho conocerlo.

    El sol se puso, transformando el cielo en una inmensa llamaradarojiza, cuyo reflejo pareci incendiar el lago.

    Nobby, pesaroso, se levant y sus dos fieles perrillos, que haban

    estado jugueteando con Tim, le siguieron.Tengo que irme. Todava he de hacer algunas cosas all abajo.Qu tal si bajis maana a ver los animales? Seguro que Seorona,la elefanta, os gustar mucho. Es un sol. Y Pongo se alegrar de verosotra vez.

    A lo mejor tu to vuelve a cambiar de opinin y no nos quierever por all dijo Dick.

    Os har una seal desde el bote agitando un pauelo. Assabris si hay o no peligro. Bueno, hasta pronto entonces.

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    CAPTULO XIDIVERSIN EN EL CIRCO

    A la maana siguiente, mientras Ana recoga las cosas deldesayuno, ayudada por Jorge, y Dick se diriga a la granja pararecoger lo que la granjera les haba ofrecido, Julin sac los anteojos yse sent en el banco de piedra, esperando ver aparecer a Nobby en elbote.

    Dick se alej silbando. La granjera se mostr encantada de verle yle ense dos grandes cestos repletos de deliciosos alimentos.

    Lonchas de jamn curado en casa por m enumer levantando

    el blanco pao que cubra uno de los cestos y una olla de magro.Procurad guardarlo en un sitio fresco. Esto son lechugas y rbanosque cog de la huerta esta maana temprano, y algunos tomates.

    Qu fantstico! exclam el muchacho, contemplandoencantado la comida. Todas las cosas que nos gustan. Muchsimasgracias, seora Mackie. Qu hay en el otro cesto?

    Huevos, mantequilla, leche y un bizcocho de hojaldre contestla mujer. Creo que con esto tendris bastante hasta maana paralos cuatro. Y en ese papel va un hueso para el perro.

    Cunto le debo? pregunt Dick. Pag la cuenta y cogi los

    cestos. La seora Mackie desliz un paquete en su bolsillo.Slo son unos dulces caseros dijo. ste era el pequeo regaloque les haba prometido. Dick le hizo un carioso guio.

    Bueno, no intentar abonrselos, porque la verdad es que letengo un miedo atroz a su rodillo. Pero muchas, muchsimas gracias.

    Se march encantado, pensando en la alegra de Ana cuandoviese los cestos. Ya se la imaginaba colocndolo todo en la despensa,trasladando la mantequilla a un plato, metido en un cacharro de aguafra, y depositando los huevos en su sitio.

    Tan pronto como lleg, oy que Julin le gritaba.Nobby est en la barca, ven a ver. Nos hace seales con algo

    que no puede ser un pauelo. Tiene que ser una sbana por lomenos.Nobby no duerme con sbanas rechaz Ana. No saba ni

    para qu servan cuando las vio en nuestras literas. A lo mejor hacogido un mantel.

    De todas maneras es algo grande. Sin duda, quiere indicarnosque podemos bajar al campamento con toda tranquilidad dijo Julin. Estis listos?

    Todava no respondi Ana, en tanto vaciaba los cestos queDick haba trado. Tengo que sacar de aqu todas estas cosas y sipretendis que lleve la comida en plan de campo, tendr queprepararla. Fijaos qu cosas ms ricas!

    Todos se volvieron a mirar.

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    Enid Blyton Los cinco 06 Los cincoen la caravanaprofundo desorden. Todo estaba sucio y despeda un tufo repugnante.Ana la mir con desagrado.

    No es tan buena como las vuestras dijo Nobby. Me gustaratener una igual. Vivira como un prncipe. Bueno, qu queris verprimero? El elefante? Venid por aqu.

    Se acercaron al rbol en que se hallaba atado el elefante. LaSeorona arroll la trompa en tomo a Nobby y contempl a losvisitantes con sus inteligentes ojillos.

    Oye, Seorona, te apetece baarte?El elefante trompete y los chiquillos retrocedieron asustados.Luego te llevar prometi Nobby. Y ahora, arriba, vamos,

    vamos, vamos!Ante estas palabras, el inmenso animal lo ci con fuerza por la

    cintura y lo levant hasta colocarlo con sumo cuidado sobre suinmensa cabeza.

    Ana apenas osaba respirar.Oh! Te has hecho dao, Nobby?Qu va! respondi Nobby. La Seorona no hace dao a

    nadie, verdad que no, grandullona?Mientras transcurra la escena, se haba aproximado a ellos un

    hombrecillo de amplia sonrisa y ojos resplandecientes, que brillabancomo si hubiesen sido barnizados.

    Buenos das dijo. Les gusta a ustedes mi Seorona?Querran verla jugar al criquet?

    S, s!exclamaron todos.El recin llegado sac un palo de criquet, que tendi al animal.

    ste lo tom con la trompa y lo agit en el aire. Nobby se desliz conhabilidad hasta el suelo.Yo jugar con ella, Larry decidi, tomando una bola de manos

    del hombrecillo. Desde lejos se la arroj a Seorona, quien la golpecon el palo con excelente puntera. La pelota sali disparada. Julin ladetuvo y se la arroj al elefante otra vez. Y de nuevo el animal ladevolvi de un certero golpe.

    Todos los nios tomaron parte en el juego, disfrutando con todasu alma. Atrados por los gritos y las risas, algunos chiquillos delcampamento se haban acercado a mirar, pero eran tan asustadizoscomo conejos y tan pronto como Julin o Jorge les dirigan la palabra,

    huan a esconderse en sus carromatos. Estaban sucios y harapientos.Sin embargo, casi todos posean hermossimos ojos y un cabelloapretadamente rizado, que reclamaba a voces un buen lavado y unpeine.

    Nobby corri en busca de Pongo, que corra de un lado a otro dela jaula emitiendo angustiosos gruidos, si