Los Cistercienses

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1 PARA CONOCER MEJOR LA ORDEN CISTERCIENSE

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Para conocer mejor la orden del Cister - Documentos históricos y jurídicos

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PARA

CONOCER MEJOR

LA ORDEN

CISTERCIENSE

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Imprimatur

Romæ, e nostra Curia Generali, die 21 Martii 2002

Fr. MAURUS ESTEVA

Abbas Generalis O.Cist.

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PARA CONOCER MEJOR

LA ORDEN CISTERCIENSE

CURIA GENERAL DE LA ORDEN CISTERCIENSE

ROMA

2001

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Para conocer mejor la Orden Cisterciense

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PRESENTACIÓN

El Colegio Internacional de San Bernardo en Roma, de la Orden

Cisterciense, ha organizado en el mes de septiembre de 2001, un Curso de

Formación Monástica para los Maestros y las Maestras de Novicias, al que

han asistido también abadesas, monjes y monjas.

La docencia ha requerido un trabajo intenso para los profesores que

han explicado los temas programados y también para nosotros con el estudio

personal y la preparación de los documentos contenidos en la publicación

que ahora ofrecemos. Las materias impartidas nos han puesto sobre la pista

de despegue que nos lleva a conocer mejor nuestra identidad monástica

cisterciense, ya que no se ama lo que no se conoce. Este curso intensivo en

la Curia General ha suscitado en cada uno de los participantes la necesidad

urgente de penetrar más profundamente en la Historia de la Orden, con el

compromiso de continuar nuestra reflexión personal, compartida con los

miembros de nuestros monasterios, sobre la teología de la vida monástica y

otros muchos aspectos de la vida consagrada.

Estos días de vida en común, además del conocimiento personal y de

los intercambios con otros monjes y monjas de diversas nacionalidades y

continentes, nos han abierto todavía más el horizonte estable de unión y

amor a nuestra Orden.

El libro que os ofrecemos contiene los documentos fundamentales

para explicar nuestra identidad a los nuevos candidatos que desean formar

parte de nuestras comunidades, documentos que, a su vez, son parte básica

de nuestra formación permanente. Las lecciones recibidas durante el Curso

serán publicadas separadamente y han constituido para nosotros una

excelente introducción para nuetro trabajo de preparar, en las diversos

grupos lingüísticos, la edición que nosotros llamamos "textos para conocer

mejor la Orden Cistercense", debitamente revisados por personas

competentes y servirán como un manual de iniciación que hoy ponemos

entre las manos de nuestras comunidades, para conocer las raíces de la

Orden y su identidad, que es nuestra manera concreta de vivir la Regla de

San Benito, según la cual hemos emitido nuestra profesión, y en cuyo

Prólogo leemos: Ceñidos, pues, nuestros lomos con la fe y la observancia de

las buenas obras, sigamos sus caminos, tomando por guía el Evangelio, a fin

de que merezcamos ver en su reino a Aquel que nos llamó (Ef. 6, 14-15; Lc.

12,35) R.B. Pról. 21.

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Presentación

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La Iglesia, en el Concilio Vaticano II, promulgó el decreto Perfectae

Caritatis para la renovación de la vida religiosa, y la Orden Cisterciense ha

dado su respuesta concreta y fiel en el Capítulo General especial de 1968-

1969. Os presentamos en este volumen los principales documentos

elaborados, aprobados y promulgados en este importante Capítulo, y

añadimos además otros textos presentados en Capítulos posteriores, según

las necesidades del momento. Estos documentos han contribuido a formar la

conciencia colectiva del Capítulo General del año 2000, que los ha releído,

después de haberlos experimentado durante más de treinta años, dándoles

una nueva aprobación en esta primera asamblea en la que participaron las

abadesas y delegadas, junto a los abades y delegados. Esta relectura y nueva

aprobación de los documentos han dado una mayor fuerza y oficialidad a los

textos reveladores de nuestra identidad hoy en día.

Para profundizar en los noviciados los temas presentados en este

volumen añadimos algunos títulos de obras realizadas en los últimos

decenios y en diversas lenguas: para el estudio de los textos primitivos,

A.ALTERMATT – H.BREM, Einmütig in der Liebe, Langwaden-Brepols

1998; Origines Cisterciennes. Les plus anciens textes, Cerf 1998; para la

historia del monaquismo, A.MASOLIVER, Historia del monaquisme

cristià, Publicacions Abadia de Montserrat, 1978 y El Monaquismo

cristiano, Ediciones Encuentro, Madrid 1994; para la historia de la Orden,

L.LEKAI, Los Cistercienses. Ideales y realidad, Editorial Herder, Barcelona

1987.

A manera de resumen, presentamos el contenido de los documentos

reunidos en este libro.

INTRODUCCIÓN: LA FUNDACIÓN DEL MONASTERIO DE CISTER

Publicado con ocasión de las celebraciones del IX centenario de la

fundación de Cister, esta síntesis presenta una visión de conjunto de los

orígenes cistercienses. Su autor, Dom Policarpo Zakar, ilustra los textos que

nos han llegado a la luz de los conocimientos adquiridos en estos últimos

decenios sobre el movimiento de renovación monástica del siglo XI, y

permite así comprender mejor las intenciones de nuestros Padres Fundadores

y el alcance de su empresa. Esta breve noticia de Cister, al despertar nuestro

interés por este tema, constituye una excelente introducción a un estudio más

profundo de los textos primitivos cistercienses en sus versiones sucesivas.

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Para conocer mejor la Orden Cisterciense

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1º LOS ORÍGENES DE LA ORDEN CISTERCIENSE

Bajo el subtítulo Breves observaciones sobre los estudios de los

últimos diez años (1954-1964), este artículo ha sido publicado en la Analecta

S. Ord. Cisterciensis XX (1964) 103-138, después puesto al día por Notizie

Cistercensi III (1970). Su contenido no ha sufrido cambios por

descubrimientos posteriores en esta materia. Su autor se ha hecho eco del

Decreto Perfectae Caritatis nº 2: … reconózcanse y manténganse fielmente

el espíritu y propósito; de los fundadores, así como las sanas tradiciones,

todo lo cual constituye el patrimonio de cada instituto, y, ya en el Capítulo

General de 1968, él ha abierto con esta misma cita (ver anexo nº8 de aquel

Capítulo General) el debate sobre el estudio del patrimonio cisterciense, y ha

motivado con ello a sus alumnos que han escrito varias tesis sobre la historia

de la Orden, enriqueciendo el patrimonio sobre él que el mismo autor ha

escrito otros estudios como: Polycarpe ZAKAR, El Patrimonio Cisterciense,

1986; Polycarpe ZAKAR, La legislazione cistercense e le sue fonti dalle

origini fino al 1265; Varios autores: I Cistercensi e il Lazio, Rome 1978,

127-134.

2º LA VIDA CISTERCIENSE ACTUAL

Es el nuevo título dado por el Capítulo General del año 2000, a lo

que nosotros conocemos con el nombre de Declaración del Capítulo

General de la Orden Cisterciense sobre los principales elementos de la vida

cisterciense actual (anexo nº21 del Capítulo General especial 1ª parte en

1968, y anexo n°8 del Capítulo General especial 2ª parte en 1969). Este

documento ha sido y es la respuesta dada por la Orden Cisterciense a la

renovación de la vida religiosa querida por la Iglesia, y expresada por el

Decreto Perfectae Caritatis del Concilio Vaticano II, respuesta que ha sido

reafirmada por el Capítulo General comenzando el III milenio. Su texto ha

servido de base para la redacción de la parte doctrinal en la mayor parte de

las nuevas Constituciones de las Congregaciones que componen la Orden, y

en consecuencia es un texto constitucional que, por voluntad de la Santa

Sede, es incluso nombrado entre los documentos que figuran en el artículo 3

de las Constituciones de la Orden, en el que leemos: los principios

evangélicos y teológicos de la vida Cisterciense y su unión con la Iglesia así

como sus valores fundamentales, además de hallarse en la Regla de san

Benito y en las Constituciones de cada Congregación, se encuentran

descritos en la Declaración del Capítulo General sobre la vida cisterciense

actual.

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Presentación

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3º PRINCIPALES ETAPAS DE LA HISTORIA CONSTITUCIONAL DE LA

ORDEN CISTERCIENSE

El Capítulo General de 1980, once años después del Capítulo

General especial que elaboró la Declaración y las Constituciones de la

Orden, las examinó de nuevo y apruebó, después de haberlas revisado en el

Capítulo General precedente, del año 1974. Como preparación del último

debate que precedió a la presentación del texto a la Santa Sede para su

aprobación, poniendo fin al período ad experimentum, se leyó este

documento titulado Historia sumaria del derecho constitucional de la Orden

Cisterciense (ver anexo n°25 del Cap. Gen. 1980) que fue enseguida

corregida y aumentada por el autor para presentarla como tesis de su

doctorado en Derecho Canónico con el título actual. Su presentación fue

para los Capitulares una revelación sobre las circunstancias que han dado

origen a cada uno de los textos jurídicos por los que se han regido los

monasterios de la Orden Cisterciense desde sus comienzos hasta nuestros

días. Es interesante también ver la descripción del camino recorrido desde la

destrucción de Cîteaux hasta la celebración de un nuevo Capítulo General –

prácticamente habían pasado cien años desde el último que tuvo lugar en el

antiguo Nuevo Monasterio – y la elección de un Abad General dotado de los

derechos y deberes que tuvo el de Cîteaux. La exposición llega

prácticamente hasta nuestros días.

4º HISTORIA DE LA CURIA GENERAL DE LA ORDEN CISTERCIENSE

Esta narración complementa el documento precedente describiendo

las vicisitudes por las cuales se pasó debido a la falta de una casa que fuera

la sede de las competencias del Abad de Cîteaux. El conocimiento de este

largo camino hace comprender la importancia de la institución,

aparentemente débil en sus facultates juridicas, pero fuerte, y no solo

moralmente, porque el Abad de Cîteaux era quien convocaba el Capítulo

General, suprema autoridad de la Orden. Se nos explica como se llena este

vacío jurídico con el nombramiento de un Presidente General, hasta la

reactivación del Capítulo General y la elección de un Abad General, y

también los diversos proyectos de Constituciones, a partir de las de 1900

hasta las que han sido aprobadas después del Concilio Vaticano II. Se puede

seguir también la difícil y costosa búsqueda de una sede para el Abad

General, que acabó con la construcción de la actual Casa General. Las

consecuencias de la destrucción de Cîteaux son evidentes así como la

manera mediante la que ha sido mantenida la legitimidad histórica y jurídica

de la institución. La lectura de este documento en el Capítulo General de

1985 (ver anexo nº15 de aquel Capítulo General) ha sido para los Capitulares

la introducción al tema de los Asistentes del Abad General, para tomar una

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decisión sobre los monjes colaboradores de la Curia General y sobre las

diversas formas de colaboración.

5º CONSTITUCIONES DE LA ORDEN CISTERCIENSE

Definen la identidad de la Orden Cisterciense como unión de

Congregaciones monásticas, con sus respectivos Capítulos de Congregación

(abades y abadesas) y sus Moderadores supremos, y también la integración

de todas las Congregaciones en un Capítulo General único, compuesto de

abades y abadesas, delegados y delegadas, presididos por el Abad General.

Las Constituciones de las diversas Congregaciones están en armonía con las

de la Orden y éstas, unidas a la Declaración del Capítulo General sobre la

vida cisterciense actual, estructuran todo el conjunto. Consultando el

Protocolo y los anexos de los Capítulos Generales de 1968-69, 1974, 1980,

1990 y del año 2000, se puede seguir el camino recorrido para dar un texto

jurídico que comprenda la realidad de nuestros monasterios respetando el

pluralismo legítimo.

6º PROGRAMA DE FORMACIÓN EN LA ORDEN CISTERCIENSE

Es un documento muy util para la iniciación de los candidatos a la

vida monástica en la Orden Cisterciense. Se da un programa de estudios, y se

subraya la responsabilidad de las comunidades en su puesta en práctica. Este

texto ha sido presentado al Sínodo de la Orden en 1994, y el Capítulo

General del año 2000 lo ha ratificado.

7º ESTATUTO DE FUNDACIONES

Nos presenta las normas sobre la manera de hacer una fundación,

con las diversas etapas a seguir hasta que una casa llegue a ser independiente

de su casa fundadora, y también lo que se requiere para que un monasterio

pueda continuar subsistiendo como tal, e incluso sobre la suspensión de

algunos de sus derechos o la supresión total del monasterio. El Sínodo de

1994 había aprobado ya este texto y el Capítulo General del año 2000 lo ha

hecho de nuevo.

8º REGLAMENTO PARA EL DESARROLLO DEL CAPÍTULO GENERAL

El Capítulo General de 1968/69 elaboró y aprobó este texto como

punto de partida para regular sus sesiones, y el del año 2000 ha hecho las

modificaciones necesarias ante la nueva realidad de un Capítulo General

único (abades, abadesas, delegados, delegadas). Se describe el orden a seguir

en la preparación y el desarrollo de los Capítulos. Es un documento que

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Presentación

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puede servir de norma, haciendo las adaptaciones necesarias, para la

celebración de los Capítulos de Congregación.

9º MENSAJE DEL CAPÍTULO GENERAL DE LA ORDEN CISTERCIENSE A

LOS MIEMBROS DE LA ORDEN SOBRE LA COMUNIÓN EN LA FAMILIA

CISTERCIENSE.

Este documento ha nacido, después de la celebración del IX

Centenario de la fundación del antiguo Cîteaux, para promover la concordia

con otras Órdenes y monasterios que reclaman este mismo origen.

* * *

Queremos agradecer a nuestras comunidades la oportunidad que nos

han dado de participar en este Curso de Formación Monástica organizado

por iniciativa del Abad General, porque él es promotor y coordinador de los

proyectos y planes comunes, que exceden las posibilidades de las diversas

comunidades o Congregaciones, pero que son útiles o convenientes a todos

o a muchos (Declaración sobre la Vida Cisterciense actual n° 123). Al

llegar al final del Curso, felices por todo lo aprendido, podemos ofrecer a

nuestros monasterios este manual a fin de impulsar su difusión, empresa en

la que nos sentimos comprometidos asumiendo nuestra responsabilidad

personal. Esperamos y queremos que ésto sea el primer paso de nuestra

contribución para seguir la consigna del Santo Padre al clausurar el Año

Santo: duc in altum, y comenzar así la nueva evangelización en la forma que

nos es propia.

Colegio Internacional de San Bernardo en Roma, septiembre 2001.

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LA FUNDACIÓN DEL

MONASTERIO DE CISTER

El artículo original, escrito por Dom Policarpo Zakar, ha aparecido

con el título: Our Common Beginnings : 900 Years ago, en :

Commemorating the 900th Anniversary of Cistercian Beginnings (1098-

1998) and 40 Years of Cistercian Life in Texas (1958-1998), Cistercian

Monasteri O.L. of Dallas, Irving, Texas 1998, p.8-17. El autor ha revisado el

texto en algunos párrafos.

LA FUNDACIÓN DEL MONASTERIO DE CISTER

En el año 1098, el Abad Roberto y veintiuno de sus compañeros

dejaron el monasterio de Molesme y se fueron a un lugar llamado

Cistercium, a veinte quilómetros de la villa de Dijon. Allí establecieron un

nuevo monasterio que durante unos veinte años, llevó simplemente el

nombre de Nuevo Monasterio.

En opinión de muchos, aún en nuestros días, esta fundación tuvo

lugar como una respuesta al hecho de que la disciplina religiosa de los

"Benedictinos", incluídos los de Molesme, se había relajado y necesitaba una

cierta reforma. Por lo tanto, según esta teoría, la "Orden Cisterciense",

apareció como "una versión reformada" del monaquismo benedictino. Sin

embargo, comoquiera que ningún acontecimiento histórico es tan simple

como parecía el nuestro por la forma concisa de su redacción literaria, este

artículo tiene el objetivo de aclarar la cuestión, de describir lo que pasó en

Cister en el año 1098, y, después, de asignar su significado a la fundación.

Si la palabra "Orden" (en el sentido canónico de Orden religiosa) se

toma en su significado actual, hay que dejar claro ante todo que hace 900

años nadie pensaba en "fundar la Orden Cisterciense", por la simple razón de

que en el siglo XI no existían aún la "Orden religiosa" como tal, incluida la

"Orden Benedictina". De hecho, en sentido estricto, lo que nosotros

llamamos hoy la "Orden Benedictina" es sólo una confederación de

Congregaciones monásticas (creadas bajo el Papa León XIII, el 12 de julio

de 1893), que ella misma declaró, en el momento de su fundación, que no

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La fundación del monasterio de Cister

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tenía la intención de constituir una "Orden" en sentido canónico.

ALGUNAS PALABRAS EN RELACIÓN A LAS FUENTES

Durante siglos, los historiadores sacaron sus conocimientos sobre los

orígenes de Cister de dos documentos: dos Exordia, el Exordium Magnum y

el Exordium Parvum. El primero es una obra compuesta de hechos, leyendas

y reflexiones teológicas. El nombre de su autor es Konrad, monje de

Claraval, y terminó su trabajo en los últimos años del siglo XII. Cuando

murió, en 1221, era Abad de Eberbach. La segunda obra, anterior, es una

compilación mucho más corta, que sin embargo contiene datos históricos

más fiables sobre los orígenes de Cister. Está compuesta de 17 pequeños

capítulos y su autor es desconocido.

El primer descubrimiento importante de la historiografía moderna

referente a los orígenes de Cister tuvo lugar a principios de nuestro siglo

cuando Tiburcio Hümpfner, monje de Zirc en Hungría, encontró en Austria

un manuscrito que contenía el texto íntegro del Exordium Magnum. Pudo

demostrar, basándose en él, que después de la canonización de san Roberto

en 1222, los capítulos del Exordium Magnum que criticaban a Roberto por

haber abandonado Cister fueron retirados, y fue sólo un texto mutilado el

que se transcribió en la mayor parte de los códices. La publicación hecha por

el P. Hümpfner en 1908, de los fragmentos hasta entonces desconocidos,

llevó a los historiadores a suponer que podían esperar inevitablemente otras

sorpresas a propósito de los primeros tiempos de Cister.

Estos descubrimientos no se hicieron esperar mucho tiempo. En

1927, un Canónigo de Toulouse, antiguo trapense llamado Roberto Trilhe,

descubrió un manuscrito que contenía a la vez un breve resumen de dos

capítulos sobre los orígenes de Cister y la Carta de Caridad, la primera

Constitución de los Cistercienses, en una versión de cuatro capítulos, más

corta que el texto conocido. Sin embargo, el descubrimiento más importante

que hizo Trilhe fue darse cuenta de que este "resumen" de la Carta Caritatis

era de hecho una versión precedente, y aún desconocida, del mismo texto.

Un tercer descubrimiento tuvo lugar en 1939 en Ljubljana (Eslovenia)

cuando Josef Turk halló una versión todavía anterior del mismo documento,

que se había perdido, y a la que él llamó Carta Caritatis Prior.

Después de la Segunda Guerra Mundial se empezó la búsqueda

sistemática y la comparación de las fuentes, y pronto quedó claro que todas

las opiniones precedentes sobre el Exordium Parvum habían sido

incorrectas. Dos correcciones fundamentales serían especialmente aportadas:

primeramente, no había sido escrito en 1119, sino más tarde; en segundo

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lugar, no se había redactado como una "introducción" histórica a la Carta

Caritatis, sino que era más bien una segunda versión de un documento

anterior y más corto, que Trilhe había descubierto y había llamado Exordium

Cistercii. Después de estos descubrimientos, los historiadores empezaron a

darse cuenta de que Cister se había establecido como una fundación entre

otras muchas parecidas, y que, para poder contar su "verdadera historia", hay

que considerar su contexto histórico, incluyendo todos los movimientos

monásticos contemporáneos.

LOS INICIOS DE CISTER Y LA REGLA DE SAN BENITO

Tanto el Exordium Magnum como el Exordium Parvum subrayan

que Cister había sido fundado con la intención de una vuelta a la "pureza" de

la Regla de san Benito (puritas Regulae, rectitudo Regulae). ¿Qué

significaba esta expresión a finales del s.XI? Para comprender su sentido,

tenemos que dar un vistazo rápido a la manera como la Regla fue

históricamente utilizada en el monaquismo occidental.

Las Reglas, cuyo fin último es organizar la vida monástica al

servicio del Evangelio, empezaron a ser escritas desde el s. IV. La Regla de

san Benito, redactada a mediados del s. VI, se distinguió por ocupar un lugar

destacado entre estas primeras Reglas. Según la Regla Benedictina, el

monasterio es la escuela del servicio divino, en la que los monjes viviendo

en comunidad bajo su Superior, Cristo, son conducidos por el camino de los

mandamientos de Dios. Su vida representa un equilibrio en el que la

alabanza de Dios (opus Dei), la lectura espiritual (lectio divina), el trabajo

manual (labor manuum) y las demás ocupaciones cotidianas se funden

armoniosamente.

Para los fundadores de Cister, lo mismo que para los monjes de la

Edad Media en general, el ejemplo de la vida de Benito era de gran

importancia. Lo que sabemos de ella se encuentra en la biografía del Papa

Gregorio Magno, escrita en forma de una serie de diálogos. En esta obra,

Benito es descrito como un "hombre de Dios" (vir Dei), un hombre que vivía

de Dios y para Dios. Describe a Benito recibiendo a una multitud de gente de

la vecindad y, aunque no era sacerdote, asumiendo la misión de conducirlos

a la fe por "una predicación continua" (praedicatione continua). Gregorio

escribe también que Benito enviaba hermanos a la ciudad vecina para

exhortar a las religiosas que allí vivían. Sin embargo, el pasaje más

importante para el futuro de la Regla es el que a continuación refieren los

Diálogos: él (Benito) escribió una Regla para los monjes, una obra clara en

su presentación y notable por su moderación (discretione praecipuam).

Muchos historiadores piensan que es precisamente a través de esta frase de

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La fundación del monasterio de Cister

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Gregorio Magno que la Regla de san Benito alcanzó su importancia en la

historia de la Iglesia y de la civilización occidental.

Pero hay que hacer esta aclaración: Benito no fundó una Orden

religiosa en el sentido que lo hicieron más tarde santo Domingo o san

Ignacio. Escribió "simplemente" una Regla, y hasta en la Regla, deja un

amplio campo de posibilidades a la discreción del Abad del monasterio; esto

muestra una visión abierta y bastante "humana", equilibrada y moderada, de

la vida monástica. Algunos ejemplos pueden ayudar a comprender el espíritu

de la Regla de Benito. En un tiempo en que los mismos Papas no eran

verdaderamente elegidos, sino que el Papa reinante nombraba simplemente a

su sucesor (o en que, según una práctica general, en los monasterios, los

Abades de una cierta edad designaban sus sucesores), Benito prescribió que

el Abad fuera escogido por elección.

Benito era, con toda evidencia, un legislador bastante humilde y

modesto. Por ejemplo, después de haber dispuesto con gran cuidado el uso

litúrgico de los salmos, y de haber llenado diez capítulos con normas

detalladas sobre el orden de la salmodia, añadió: Pero, ante todo, insistimos

en que si a alguien no le gusta esta distribución de los salmos, adopte otra

que le parezca mejor (RB 18,22). Benito quería que el Abad del monasterio

mostrara una modestia parecida en la dirección de su monasterio. Por

consiguiente, prescribió que, para todo asunto importante, el Abad debería

escuchar el parecer de todos sus monjes, y añadió las siguientes palabras: Lo

que nos hace decir que hay que consultar a todos los hermanos, es que a

menudo Dios revela al más joven lo que es mejor (RB 3,3). La Regla llama

la atención sobre el hecho de que, en la vida del monasterio, cada cosa debe

estar en su lugar, y que la oración, el trabajo y el descanso han de repartirse

en un equilibrio armonioso.

Según la tradición, Benito murió el año 547 y poco después, en el

577, sus monjes fueron expulsados de Montecasino, y el célebre monasterio

no fue restaurado antes de 170 años. Los monjes de Benito encontraron

refugio en Roma y, por consiguiente, durante mucho tiempo se ha admitido

que, después de la muerte de Benito, en los monasterios de Roma la vida

estaba organizada según su Regla. Pero recientes investigaciones han

demostrado que no era éste el caso. En realidad, después de Benito empezó

una época de "reglas mixtas", la mayoría de los monasterios se inspiraban en

varias Reglas, incluida la de Benito. Resulta que incluso los Diálogos del

Papa Gregorio reflejan una mezcla de varias Reglas y observancias

diferentes, de modo que es bastante inexacto hablar del mismo Papa

Gregorio como de un "Benedictino".

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Para conocer mejor la Orden Cisterciense

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Curiosamente es en Inglaterra donde por primera vez, hacia fines del

s. VII, la Regla de Benito se hizo documento base de la vida monástica,

hecho que puede ser atribuido a los elogios del Papa san Gregorio en sus

Diálogos sobre la Regla. Otro paso significativo hacia una amplia adopción

de la Regla benedictina, tuvo lugar en tiempos de Carlomagno, que quería

que la vida monástica se organizara en su Imperio según Reglas y

costumbres idénticas. Otro Benito, Benito de Aniano, estaba entonces

estableciendo la Regla benedictina como referencia, a través de sus dos

obras sobre la vida monástica, de influencia notable (Codex Regularum y

Concordia Regularum), ambas basadas en la "Regla romana" de san Benito.

Hay que mencionar todavía otro factor en la formación de la vida y

costumbres benedictinas: la "clericalización" general de la vida monástica

durante la Edad-Media. Las oraciones litúrgicas empezaron a tomar una

amplitud que antes no habían alcanzado nunca, en tanto que el trabajo

manual perdía importancia. Fue Benito de Aniano el que introdujo lo que se

llamaba "la triple oración" (trina oratio), la recitación cotidiana de quince

salmos, cinco para los vivos, cinco para los difuntos en general y cinco para

personas en particular recientemente fallecidas. Los monjes tenían que

recitar estos quince salmos además de los prescritos por la Regla y añadir

diez salmos suplementarios después de la oración de la noche, en invierno, y

cinco en verano. Los delegados de la Corte imperial carolingia

inspeccionaban todos los monasterios e imponían en todas partes idénticas

costumbres y observancias.

Parecidas tendencias experimentaron los monasterios pertenecientes

a la reforma cluniacense del siglo X, en los que la "triple oración" consistía

en un conjunto de treinta salmos. Finalmente, el Oficio Divino recitado

cotidianamente en Cluny se incrementó hasta el punto de que cada día los

monjes tenían que rezar 215 o incluso 240 salmos. La oración de la mañana

en Cluny (llamada Prima o "primera hora") comprendía ella sola 26 salmos.

Toda la organización de la vida monástica había llegado a grandes

deformaciones. Para mostrar un ejemplo notable, los Abades vivían bajo la

jurisdicción de Cluny perdiendo la independencia, dejando como único

verdadero Abad al Abad de Cluny, que tomó el título de Abbas Abbatum.

En reacción a semejante cambio, un nuevo movimiento vio la luz en

Italia, y se extendió hacia el Norte. Bajo la influencia de este movimiento,

que alentaba la vida eremítica y ponía el acento en la soledad, la pobreza y el

silencio, san Roberto fundó Molesme el año 1075. Habiéndose enriquecido,

Molesme cayó otra vez rápidamente bajo la influencia de Cluny, y el

monasterio se apartó de sus primeras aspiraciones. Viendo esta evolución

con consternación, un grupo de monjes empezó a hacer planes de cara a una

nueva fundación, que se pudo realizar el 1098.

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La fundación del monasterio de Cister

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LA FUNDACIÓN DE CISTER SEGÚN EL EXORDIUM

CISTERCII Y EL EXORDIUM PARVUM

Estos dos documentos no contienen ninguna indicación sobre la

fecha en que fueron compuestos. Los manuscritos en los que sobrevivieron

no se pueden datar más que con dificultad. El manuscrito más antiguo que

contiene el Exordium Cistercii fue escrito alrededor de 1130, mientras que el

más antiguo manuscrito que contiene el Exordium Parvum es de origen más

tardío.

Estos dos documentos difieren mucho en su juicio sobre el

monasterio de Molesme. El Exordium Cistercii, por una parte, establece lo

que sigue de una manera positiva:

Como sabemos, en la diócesis de Langres hay un monasterio, de

gran renombre y notable por sus virtudes religiosas. Desde sus

orígenes, la divina bondad lo ilustró en poco tiempo por los dones

de su gracia, lo ennobleció con hombres ilustres y lo hizo tan

potente por los bienes materiales como por sus virtudes… Ellos [los

fundadores de Cister] constataron unos y otros que si bien en este

lugar se vivía honesta y santamente, con todo, la Regla que ellos

habían profesado no era allí tan bien observada como lo exigían su

deseo y su propósito (EC I)

En el texto del Exordium Parvum, por otra parte, leemos el pasaje

siguiente, pasaje más crítico:

Estos hombres [los fundadores de Cister], cuando estaban en

Molesme, hablaban a menudo entre sí, bajo el influjo de la gracia de

Dios, de la transgresión de la Regla de los Monjes del

bienaventurado Padre Benito, la deploraban y se entristecían todos,

porque veían que ellos mismos y los demás monjes habían

prometido por una profesión solemne observar esta Regla, pero no

la observaban, y se hacían por consiguiente, con todo conocimiento

de causa, culpables de perjurio… Entonces este Abad y sus

hermanos, fieles a lo que habían prometido, resolvieron

unánimemente ordenarlo todo en este lugar [es decir, en Cister]

según la Regla de san Benito y conformarse a ella, rechazando todo

lo que se oponía a esta Regla… (EP III y XV).

En varios manuscritos falta el inciso: con todo conocimiento de

causa, culpables de perjurio. Pero aun sin estas palabras, el texto ofrece un

juicio muy duro sobre Molesme, en tanto que el Exordium Cistercii presenta

una visión sustancialmente distinta. En todo caso, aparece claramente que

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Para conocer mejor la Orden Cisterciense

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los monjes, en camino hacia Cister tenían la intención de poner en práctica la

Regla de san Benito de manera distinta a la de Molesme.

EL MOMENTO Y EL LUGAR DE LA FUNDACIÓN DE

CISTER

En cuanto a la fecha exacta de la fundación, el Exordium Cistercii lo

mismo que el Exordium parvum, mencionan simplemente el año 1098, sin

ninguna precisión suplementaria. El Exordium Magnum establece que la

fundación tuvo lugar en la fiesta de san Benito, el 21 de marzo, que coincidía

con el Domingo de Ramos. Pero desde luego hay que recordar que esta fecha

se puso por escrito cien años después del acontecimiento, y que su

significado simbólico se ha subrayado intencionadamente en el texto.

Podemos, en efecto, preguntarnos, por la oportunidad de hacer la fundación

una semana antes de Pascua.

En cuanto al lugar preciso de la fundación, el Exordium Cistercii

contiene la siguiente descripción:

Llegaron a un lugar de horror y una vasta soledad. Juzgaron que

este lugar salvaje convenía muy bien al designio austero concebido

en su corazón (EC I).

La frase referente a un lugar de horror y una vasta soledad, es una

cita bíblica del Deuteronomio (32,10), y así debe ser entendida como la

expresión de un ideal teológico (la "peregrinación a través del desierto"

según el Éxodo) más que como una descripción geográfica. Encontramos

otra descripción parecida en el Exordium Parvum:

Se dirigieron llenos de alegría hacia una soledad llamada Cister,

situada en la diócesis de Chalons; y a causa de la espesura de los

bosques y de los matorrales espinosos, no era frecuentada por los

hombres y no era habitada más que por las bestias salvajes. Al

llegar allí, estos hombres de Dios comprendieron que este lugar era

tanto más adecuado a la vida religiosa cuya idea habían concebido

y por la que habían venido, cuanto más despreciable e inaccesible

parecía a los seglares. Cortaron y quitaron los matorrales y los

espinos e hicieron un claro en la maleza (EP III).

Las fuentes contemporáneas, sin embargo, indican que, aunque

Cister estuviera cubierto de bosque, no era un lugar totalmente deshabitado.

En efecto, el Conde Rainaldo, propietario entonces de estas tierras, había

dado también a los monjes una pequeña iglesia situada en la propiedad, y

que debía haber sido construida por y para algunas personas que vivían en

Page 20: Los Cistercienses

La fundación del monasterio de Cister

20

los alrededores. Además, es bien sabido que una gran carretera muy

transitada pasaba muy cerca del lugar donde se sitúa actualmente el

monasterio, y la hipótesis según la cual su primer emplazamiento estaba más

al Norte no se ha probado hasta el presente. Es muy probable que los

fundadores del monasterio no empezaron su obra en un lugar realmente

desierto.

SAN ROBERTO, PRIMER ABAD DE CISTER

Nacido hacia el 1028, en las cercanías de Champaña, Roberto fundó

Molesme en 1075, y tenía 70 años cuando condujo a sus veintiún

compañeros a Cister, cuya fundación fue descrita en un relato dado en 1122

al 1123 por Guillermo de Malmesbury. Según todos los indicios, la cabeza

del movimiento era Esteban Harding, que había sido benedictino en

Inglaterra, después estudiante en París y que, a través de sus viajes por Italia,

había entrado en contacto con los recientes movimientos monásticos de esa

región. Muy influenciado por lo que había visto, empezó a poner en cuestión

todo ejercicio monástico que no estuviera prescrito o mencionado en la

Regla: empezó a estar agitado por apremiantes preguntas sobre su razón de

ser (ratione eorum efflagitare coepit). Esta actitud condujo al principio

según el cual, en cuanto a los ejercicios de la vida monástica, tenían que

abandonar todo lo que no se correspondía con la Regla de san Benito.

Aunque Roberto fue el Abad fundador, en Cister mismo, hasta el

siglo XVII su nombre no era mencionado en la lista de Abades. Esta omisión

muestra claramente que, entre sus propios compañeros, algunos se sintieron

heridos porque pasados 18 meses había regresado a su fundación anterior.

Aún hoy, los Cistercienses hablan de Roberto como de un fundador "a

medias", porque no perseveró en su fundación. Por consiguiente, su historia

personal sigue siendo un misterio que pide aclaraciones.

El Exordium Cistercii es bastante breve a este respecto, y el

Exordium Parvum no hace más que reproducir una carta de Hugo, el legado

del Papa, al Arzobispo de Langres. Encontramos en ella las siguientes breves

directivas: Nosotros lo (a Roberto) remitimos a vuestra Dilección, para que

lo devolváis como Abad a la iglesia de Molesme, pero de tal manera que si,

más adelante, su ligereza acostumbrada (solita levitate) le hiciera

abandonar de nuevo esta iglesia… (EP VII).

Es verdad que la expresión ligereza habitual expresa una opinión

más bien negativa sobre su carácter, pues sugiere que se había habituado a

tomar decisiones no sólo con facilidad, sino también con una nota de

irresponsabilidad. El autor del Exordium Mágnum es tan duro en su opinión

Page 21: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

21

sobre san Roberto, que lo acusa de haber perdido su celo monástico. Pero,

como se ha dicho más arriba, poco después de que el Exordium Magnum se

hubiera escrito, Roberto fue canonizado (la canonización fue favorecida por

los Cistercienses, por las noticias que tenemos), y por lo tanto los capítulos

que formulaban un juicio negativo fueron eliminados de todas las copias

posteriores. Fue sólo en 1908 que reapareció un texto del manuscrito

original.

EL OBJETIVO Y EL SIGNIFICADO DE LA FUNDACIÓN

DE CISTER

Aunque la complejidad de esta cuestión merece ser tratada aparte,

uno de los puntos más importantes sobre el papel del trabajo en el esquema

monástico, puede ser estudiado aquí rápidamente. En nuestros días se

acostumbra definir el programa de la Regla de san Benito: Ora et labora.

Pero lo que se sabe menos es que esta frase no se encuentra en la Regla, y

que incluso no se formuló hasta finales del siglo XIX por Mauro Wolter,

fundador de la Abadía benedictina alemana de Beuron. El mismo Benito

habla del trabajo manual en el cap. 48 de su Regla, y su tesis es que la

ociosidad es enemiga del alma. Añade a continuación:

Si los hermanos se ven obligados, por la necesidad o la pobreza, a

trabajar ellos mismos en las cosechas, que no se aflijan; es entonces

cuando son verdaderos monjes, cuando viven del trabajo de sus

manos, según el ejemplo de nuestros Padres y de los apóstoles. Pero

que todo se haga con moderación, por consideración a los débiles

(RB 48, 7-9).

San Benito tenía ciertamente presente la enseñanza paulina: Si

alguien no quiere trabajar, que tampoco coma (2Tes. 3,11). Sin embargo,

también había admitido las costumbres y opiniones de su tiempo que no

consideraban el trabajo de los campos como una ocupación adecuada para

monjes. En efecto, es interesante ver lo que dice sobre este respecto la Regla

del Maestro (Regula Magistri), escrito contemporáneo que san Benito

conocía bien, y que había utilizado frecuentemente para redactar su Regla.

Su punto de vista refleja sin ninguna duda alguna la mentalidad de los

monjes del siglo VI en Italia. Según el cap. 86 de la Regla del Maestro, los

monjes tenían que arrendar sus tierras para no tener la preocupación de

cultivarlas.

Además, en el largo pasaje que sigue, se desarrollan más dos

interesantes argumentos. En el primero, el autor establece que el trabajo de

los campos es una ocupación adecuada para los que no pueden ocuparse de

Page 22: Los Cistercienses

La fundación del monasterio de Cister

22

las cosas espirituales; en segundo lugar, que los monjes tenían que ayunar, y

que por eso no se les podía pedir el trabajo físico que requería el trabajo de

los campos. En resumen, en la perspectiva del siglo VI, no tenemos que

esperar que se dibuje una "teología del trabajo" como la que desarrollaría en

nuestros días. De hecho, a estas dos razones dadas por la Regla del Maestro,

hay que añadir una tercera basada en el entorno sociológico que

predominaba entonces en el monaquismo primitivo. Dejar el mundo detrás sí

para retirarse a un monasterio (recessus in monasterium) era, en la

antigüedad tardía, modelarse en la práctica de los nobles que se retiraban a

sus posesiones rurales (secessus in villam). Además, como era el caso para

todas las haciendas de aquel tiempo, los monasterios eran administrados con

la ayuda de servidores remunerados por los trabajos físicos.

En adelante, el estatuto del trabajo conoció cambios considerables.

San Bonifacio, pedía a sus monjes el trabajo misionero, mientras que

Carlomagno, en su "Instrucción General" (admonitio generalis), dirigida a

los monasterios de su Imperio, decretó para cada monasterio la obligación de

dirigir una escuela. Es así como en la época carolingia, los monasterios se

convirtieron en centros de un trabajo intelectual intenso, y los monjes fueron

considerados como guardianes de la herencia cultural. En tiempo de san

Benito de Aniano, la vida monástica se centró principalmente en la liturgia.

Esta preocupación contribuyó a la decisión de Cluny de excluir a los niños

de sus monasterios, por más que se mencionen numerosas veces en la Regla

de san Benito. Como las actividades litúrgicas ocupaban una parte cada vez

más importante de la jornada, ya no había bastante tiempo para un trabajo

manual o intelectual serio. Este último aspecto fue modificado por los

fundadores de Cister. No sólo introdujeron la institución de los hermanos

conversos (y, además de éstos, estuvieron prontos a contratar obreros

remunerados), sino que esperaban de todos los monjes que dieran una parte

importante de su tiempo al trabajo cotidiano.

En conclusión, no hemos de imaginarnos que en 1098 la primera

comunidad vivía de la misma manera que Benito en Montecasino en el siglo

VI. Cister imitó a Cluny en un punto: excluyó la presencia de los niños en el

monasterio. Además, la institución de los hermanos conversos, establecida

en Cister, no podía ajustarse perfectamente en la trama de la vida que san

Benito había concebido. Sin embargo, aun conservando un cierto número de

costumbres del tiempo de san Benito de Aniano, Cister llegó a restablecer

una nueva armonía entre oración en común, lectura espiritual y trabajo

manual, y éste es uno de sus logros específicos para la renovación de la vida

monástica.

Page 23: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

23

¿Los fundadores de Cister habían pensado alguna vez en "fundar"

una nueva Orden religiosa? Muy probablemente no. Un tal diseño hubiera

sido anacrónico en su tiempo. Por lo demás, estaban simplemente demasiado

ocupados en vivir su vida.

Page 24: Los Cistercienses

24

Page 25: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

25

LOS ORÍGENES DE LA ORDEN

CISTERCIENSE

Breves observaciones sobre los estudios de los últimos

quince años (1954 – 1969)

El presente estudio, escrito por P. Policarpo Zakar, ha aparecido en

alemán en la revista Analecta S. Ord. Cisterciense 20 (1964) 103-138; su

título original es: Die Anfänge des Zisterzienserordens. Kurze Bemerkungen

zu den Studien der letzten zehn Jahre. Ha sido actualizado por el mismo

autor en la traducción italiana del 1970 en Notizie Cistercensi III (1970), y

traducido al español, francés y portugués por los alumnos del primer Curso

para Formadores de la Orden Cisterciense en el año 2001.

El antiguo maestro de la historia de la Orden Cisterciense, P.

Gregorio Müller, en 1927, escribió en el epílogo de su libro Historia de la

Orden, lo siguiente:

Precisamente al final nos enteramos de una noticia sensacional, esto

es, que el tolosano D. A. Trilhe ha descubierto un códice de cuyo

contenido se desprende que la Historia de la fundación y de los

orígenes de la Orden debería ser expuesta de un modo totalmente

diferente, dado que incluso la CC, tal como generalmente hasta

ahora es conocida, no sería la original, sino una posterior

ampliación. Esperamos con ansia las publicaciones que el citado

autor hará sobre esto1

Trilhe no pudo publicar el texto descubierto, porque falleció poco

después (3 de mayo de 1930). Por otra parte, tan poco como él hizo su amigo

P. Otto Ducourneau O.C.S.O. (+1929), de la Abadía de Acey, el cual

también deseaba publicarlo. El texto apareció impreso solamente en el 1932.

La edición fue preparada por el P. Tiburcio Hümpfner de la Abadía de Zirc2.

1 G. MÜLLER, Vom Cistercienser Orden, Bregenz 1927, 258 (una reimpresión de los

artículos publicados aparece en Cist. Chronik 37 (1925) - 39 (1927).

2 T. HÜMPFNER, Exordium Cistercii cum Summa Cartae Caritatis et fundatio primarum

quattuor filiarum Cistercii, Vác 1932, 31 páginas.

Page 26: Los Cistercienses

Los orígenes de la Orden Cisterciense

26

Se trata del códice manuscrito latino 4346 de la Biblioteca Nacional de París,

el cual junto al ya conocido Exordium Parvum y el Exordium Cistercii

contiene otros cuatro capítulos, a los cuales él, por causa de una expresión

del texto, dio el título de Summa Cartae Caritatis3. Hümpfner se limitó a la

edición del texto4 y expuso su opinión diciendo que se trataba de un resumen

de la primitiva CC, aprobada por Eugenio III en el 1152, pero que sin

embargo presentaba un texto de la CC más antiguo que el hasta entonces

conocido5. Durante mucho tiempo no se fue más allá, ni se examinó

minuciosamente el texto descubierto y no se lo comparó con la tradicional

CC en todas sus particularidades, sino que se intentó buscar la original CC6.

El año 1939 trajo finalmente la sorpresa: Joseph Turk, profesor de la

Universidad de Laibach, descubrió, en el manuscrito 31 de la Universidad de

Laibach, una versión más antigua de la CC, que él llamó CC Prior, para

distinguirla del texto hasta entonces conocido, al que dio el nombre de CC

Posterior. En el 1942 publicó, en una primera edición en esloveno, su

trabajo con un sumario en latín,7 y finalmente en el 1945 publicó su trabajo

en latín8. En el 1948 investigó todavía más minuciosamente los orígenes de

la Orden Cisterciense y publicó sus opiniones con el título Cistercii Statuta

Antiquissima9. Con estas publicaciones se dio un paso muy importante en

nuestra historiografía. Las opiniones de Turk fueron generalmente valoradas

3 Quae quidem Carta [Caritatis] largius continet et quae diximus, sed nos summam tantum

eorum hic breviter perstringemus.

4 La edición de HÜMPFNER fue criticada por TURK 2, 139 y LEFÈVRE 2, 79.

5 T. HÜMPFNER, op. cit. 28: In his capitulis habemus summam Cartae Caritatis primitivae,

illius scilicet Cartae, quam Papa B. Eugenius III approbavit. Secundum approbationem

Eugenii III, correctio Cistercii, si necessarium esset, fit a tribus Abbatibus Firmitatis,

Pontiniaci et Claravallis. De Abbate Morimundi Eugenius III nihil dicit, sicuti et textus noster

hic publicatus. Quaeritur nunc, quando, cur et quomodo mutata sit Carta Caritatis?

Quaestiones istae adhuc sunt dilucidandae.

6 O. DUCOURNEAU, Les origines cisterciennes, Revue Mabillon 23 (1933) 189: On le voit,

par le peu qui vient d'être dit, entre le texte original de la Charte de Charité et le texte connu,

il devait y avoir bien des divergences; combien donc il est à souhaiter qu'on retrouve le texte

primitif.

7 Prvotna Charta Caritatis; Akademija znanosti in umetnosti y Ljubljani, Filolosko historicni

razred, historicna sekcija, Ljubljana 1942, 57pg.

8 Cfr. TURK 1, véase el elenco de abreviaturas.

9 Cfr. TURK 2, (el volumen apareció solamente en el 1949).

Page 27: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

27

y nadie sospechaba que los orígenes de Cister, para los historiadores,

suscitarían bien pronto graves problemas10

.

De hecho ya en el 1952 Jean Leclercq O.S.B. publicó un artículo

sobre un manuscrito que él descubrió en la biblioteca de Trento; este

manuscrito, ciertamente, es más antiguo que el descubierto por Turk11

. Este

descubrimiento reanimó las investigaciones sobre los orígenes de la Orden

Cisterciense. Entre el 1954 y el 1956 J.-A. Lefèvre publicó 14 artículos en

distintas revistas12

, que en parte él mismo compendió, amplió y corrigió en la

tesis presentada en el 1956 en la Universidad de Lovaina, tesis que, sin

embargo, todavía no se ha publicado13

.

Con sus escritos Lefèvre ha puesto en duda muchas tesis

tradicionales, bastantes las ha rechazado y ha hecho aparecer los orígenes de

la Orden Cisterciense con una visión totalmente distinta de la que hasta el

día de hoy se tenía. Lefèvre fue criticado duramente por algunos

historiadores, pero después del 1956 escribió muy poco, sin responder a las

objeciones posteriores14

. El resultado es que, en lo referente a los orígenes de

la Orden Cisterciense no se ve demasiado claro15

.

10 Cf. con todo el artículo de K. SPAHR, Neue Beiträge zur Ordensgeschichte, Cist. Chronik

58 (1951) 30-34.

11 J. LECLERQ, Une ancienne rédaction des coutumes cisterciennes, RHE 47 (1952) 172-

176.

12 Son los artículos citados en el elenco de las abreviaturas de LEFÈVRE 1 hasta LEFÈVRE

14.

13 J.A. LEFEVRE, Les codifications du droit constitutionnel de Cîteaux (1114-1265),

dactilografiado, 327 páginas. Desde aquí queremos expresar al señor J.A. Lefèvre nuestro

sincero agradecimiento por haber puesto a nuestra disposición un ejemplar de esta tesis ya en

el 1956.

14 ´Publicó solamente un artículo junto con B. Lucet en el 1959, véase LEFÈVRE 15; el

artículo La Bulle Apostolicae Sedis pour Cîteaux avait-elle une souscripcion longue?: Revue

Bénéd. 74 (1964) 111-143 y el artículo A propos de la division des Instituta Generalis Capituli

en collections séparées dans le ms. de Laibach 31: Analecta Cisterciensia 21 (1965) 110-111.

15 Léase por ej. la frase siguiente del gran medievalista D. J. LECLERCQ O.S.B.: L'histoire

de ces débuts (de Cîteaux) fait actuellement l'objet de recherches dont les résultats ne sont

pas encore définitifs. On retient aujourd'hui que les abbés des quatre premières filiales de

Cîteaux se donnèrent, en 1114, un premier statut qu'ils appelèrent Charte de Charité, puis

avant 1119, une première législation, désignée, à cause du récit par lequel elle commence,

comme le Petit Exorde: J.LECLERCQ–F.VANDENBROUCKE–L.BOUYER, La spiritualité

du Moyen Age, Aubier, París 1961, 234. Para todos queda claro que a Dom J. Leclercq deben

habérsele escapado algunos errores, porque en el 1114 Cîteaux tenía solamente dos filiales y

no cuatro; los Primeros cuatro Abades aparecen, como tales, solo en el 1163; L'Exordium

Parvum no nació ciertamente antes del 1119 y nadie incluye bajo este nombre la "primera

Page 28: Los Cistercienses

Los orígenes de la Orden Cisterciense

28

No se distingue claramente lo que es seguro de lo que es una simple

hipótesis, lo que es esencial de lo que es secundario.

Desde hace algunos años se tiene más quietud sobre la cuestión.

Nosotros nos servimos de este hecho para referir simplemente el estado de la

cuestión, porque nos faltan relaciones resumidas16

, y en italiano hasta este

momento apenas se ha escrito. Se trata solamente de una discusión suscitada

por los franceses17

.

No exentos de preocupaciones hemos decidido escribir este trabajo,

porque la materia es muy extensa18

y no deseamos añadir una nueva teoría a

las muchas que ya existen. Pero como hemos tratado esta cuestión en las

lecciones de Historia de la Orden en la facultad teológica del Ateneo

Pontificio de San Anselmo, hemos creído que nuestra opinión, expuesta a

modo de anotaciones, podría haber sido útil para algunos.

En nuestras notas haremos uso frecuente de expresiones como "me

parece", "la tesis no nos ha convencido" etc., todo porque no queremos

juzgar categóricamente con un sí o con un no. Estas expresiones significan

que nosotros consideramos como insuficientes las pruebas alegadas sobre

aquel punto. Una forma más decidida de hablar requeriría formular tesis

propias y probarlas, pero nosotros con este trabajo no tenemos intención de

hacer tal cosa. Para evitar repeticiones, nuestras observaciones críticas se

limitan únicamente a los estudios del P. Van Damme, porque si de una parte

los resultados positivos y los límites serán puestos a punto claramente ya en

la descripción de los autores que le preceden, por otra parte sólo los trabajos

del P. Van Damme, al menos en cuanto sabemos, hasta ahora han sido

sometidos a un examen crítico.

Sea también expresamente manifestado, que frecuentemente no

queremos tocar cuestiones particulares y que de ningún modo tenemos la

legislación" cisterciense. Pero esta primera equivocación demuestra la confusión de hoy.

Todavía se ven las dificultades, si se confrontan por ej. las tres ediciones de la conocida

historia de la Orden de L. J. LEKAI: The White Monks, Okauchee 1953. Sigue las opiniones

de Turk; Les Moines Blancs, París 1957, sigue las opiniones de Lefèvre y la alemana, edición

a cargo del P. Dr. Ambrogio Schneider (Geschichte und Wirken der Weissen Mönche,

Colonia 1958) da una tercera versión. También las próximas traducciones española e italiana

que contienen todavía algunas variantes.

16 Véase el trabajo de Knowles del que hablaremos al final del artículo.

17 La tesis de Lefèvre son seguidas también por V. DAMMERTZ, Das Verfassungsrecht der

benediktinischen Mönchskongregationen, St. Ottilien 1963, 26-32.

18 Solamente los artículos de Lefèvre constan de 381 páginas.

Page 29: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

29

intención de dar una bibliografía completa. Igualmente la omisión de

algunos artículos u opiniones no es expresión de un juicio19

.

La discusión hoy día versa principalmente sobre dos cuestiones, que

de hecho dependen una de la otra, es decir, sobre las cuestiones de fechas y

del texto crítico. Estas cuestiones tienen gran importancia, porque toda la

historia de los orígenes de la Orden Cisterciense depende de la solución de

este problema y sólo de esta forma puede ser vista y comprendida la

evolución del derecho primitivo de la Orden.

I. TESIS E HIPÓTESIS DE J.-A. LEFÈVRE

a) La tesis fundamental

Lefèvre trata sobre todo de establecer la relación entre la CC, CC2 y

la Summa CC y sus respectivas fechas. Después de una lectura superficial ya

aparece claro que la CC2 es el documento más reciente entre estos, mientras

es mucho más difícil establecer las relaciones entre la CC1 y la Summa CC y

por consiguiente datarla.

Para resolver el problema, Lefèvre examinó sistemáticamente los

manuscritos, que antes de él se habían tenido en muy poca consideración20

.

Además de esto él ha constatado que en algunos manuscritos se encuentran

primeramente una introducción histórica, después una composición de

textos, a continuación estatutos más pequeños, el Liber Usuum y con

frecuencia los Usus Conversorum21

.

Según Lefèvre, especialmente lo cuatro primeros elementos son

necesarios para una completa codificación y por ello divide los manuscritos

en "completos" e "incompletos" La confrontación de los manuscritos

19 Nosotros trataremos, por ejemplo, las investigaciones sobre S. Bernardo únicamente si

tienen relación con nuestras cuestiones. Cfr. entre otros L. GRILL, Der hl. Bernhard als

bisher unerkannter Verfasser des Exordium Cistercii und der Summa CC, Cist. Chronik 66

(1959) 43-57 y J. LECLERQ, L'Exordium Cistercii et la Summa CC sont-ils de Saint

Bernard ?, Revue Bénéd. 73 (1963) 89-99.

20 En su tesis (véase más arriba p.27 nota 13), describe 44 manuscritos en 99 páginas; también

en sus artículos habla abundantemente de ellos.

21 En Laibach 31 no se encuentra ningún Usus Conversorum. Faltan también los últimos

capítulos de Ecclesiastica Officia (cfr. abajo pág.30 nota 25).

Page 30: Los Cistercienses

Los orígenes de la Orden Cisterciense

30

"completos", esto es Trento 1711 y Laibach 3122

, presenta el siguiente

cuadro23

:

Trento 1711 Laibach 31

1) Introd. Literaria:

2) Constituciones:

3)Estatutos de los

Cap.Gen.:

4) Eclesiástica Officia:

5) Usus Conversorum:

Ez. Cistercii (cap. 1-2)

Summa CC (cap. 3-6)

Capítulos 7-26 del Ms.

Capítulos 27-143 del Ms.

Numeración propia24

Ex. Parvum

CC1

Instituta Cap. Gener

123 números25

Actualmente faltan

Como los textos no dicen nada respecto a sus orígenes26

, Lefèvre

comenzaba confrontando los textos correspondientes. Los Usus

Conversorum no fueron puestos en cuestión, porque en Laibach 31, al menos

hoy, faltan y también en Trento 1711, y como demuestra la numeración

independiente, no formaban parte del corpus primitivo.

Respecto a Eclesiástica Officia, de la comparación de los textos

aparecía claro desde el principio que Trento 1711 mostraba una redacción

más antigua, por lo menos veinte años de diferencia27

. La confrontación de

las Instituta Generalis Capituli apud Cistercium demostró que también en

22 "Completos" también son, en cierto sentido, el manuscritos 1207 de la Biblioteca Santa

Genoveva de París y el ms. 1247 de la Biblioteca municipal de Metz (Cfr. LEFÈVRE 15,8-9).

23 Cfr. por ej. LEFÈVRE 12,53, también 5,25.

24 J. A. LEFÈVRE 5,25.

25 En la indicación de los capítulos (folio 25r) se encuentran 123 números, pero de hecho

faltan las últimas páginas del manuscrito y por ello falta el final del nº 118 y los siguientes

estatutos. Cfr. C. NOSCHITZKA, Codex ms. 31 Bibliot. Univ. Labacensis, Analecta SOC 6

(1950) 1-124. TURK 1,17 por tanto en sus indicaciones no es exacto cuando habla solamente

de los números 121: Capita ultima 118-121 tantummodo desunt LEFÈVRE 12,53 también

habla solamente de los números 121.

26 La fecha de origen de los manuscritos Laibach 31 y Trento 1711 es bastante determinable.

El origen del códice 1711 de Trento es asignada por el Pr. B. Bischofi hacia la mitad del siglo

XII (Analecta SOC 12 (1956) 157). El Laibach ciertamente es anterior al 1175 (cfr. ibidem 6

(150)3). Lefèvre, siguiendo Turk, cree sobre la base de los estatutos 30-33-36-37 de las

Instituta Generalis Capituli (las cuales en Laibach 31, confrontando las determinaciones del

Cap. Gen. de septiembre 1152, tienen una estructura más antigua) poder fijar el origen del

manuscrito antes del 1152; LEFÈVRE 3, 165 y ID., 9.93.

27 B. GRIESSER, Die Ecclesiastica Officia Cisterciensis Ordinis des Cod. 1711 von Trient,

Analecta SOC 12 (1956), 174, data la redacción del texto inmediatamente después el 1134.

Ya J. LECLERQ (cfr. pág. 5 nota 11) la ha fijado antes del 1140.

Page 31: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

31

este caso Laibach 31 tiene una forma más reciente28

. Lefèvre examinó

después "la introducción literaria" de los documentos y pensó que el breve y

simple Ex. Cistercii era mucho más antiguo que el Ex. Parvum, y que este,

según él, era una especie de "libro blanco"29

. Esto significa que para Lefèvre,

entre los tres textos confrontados, el de Trento 1711 contenía siempre un

texto más antiguo que Laibach 31. En base a estas razones, Lefèvre suponía

la misma cosa para el cuarto documento, la Charta Caritatis, es decir, la

prioridad del texto contenido en el Ms. Trento 1711 (Summa CC) respecto a

la CC1. Después trató de probar su tesis también con argumentos internos

30.

Los manuscritos de Trento 1711 y Leibach 31 contienen –así

pensaba Lefèvre- dos codificaciones: Trento la primera, Laibach la segunda.

Y puesto que nosotros conocemos hasta el 1152 solamente dos

confirmaciones pontificias de toda la codificación cisterciense, Lefèvre dató

la codificación contenida en Trento 1711 en 1119, y la del manuscrito de

Laibach 31 en 115231

. Esta opinión forma la tesis fundamental de Lefèvre.

Pero aceptar que la Summa CC haya sido presentada a Calixto II y

confirmada como parte de la codificación del 1119 es una gran dificultad

para su teoría. De hecho la Summa CC es introducida por el Exordium

Cistercii con las siguientes frases:

Nec cessavit ei Deus in dies multiplicare gentem…, donec tam de

suis quam de filiis filiorum suorum viginti infra annos circiter

duodecim, de solis patribus monasteriorum…laeta mater

conspiceret…32

.

28 LEFÈVRE 3 y LEFÈVRE 4.

29 LEFÈVRE 9 y LEFÈVRE 10. La expresión una especie de libro blanco se encuentra en

LEFÈVRE 12,55, que por lo demás sigue a Turk 2,39.

30 LEFÈVRE 2. Volveremos pronto sobre esta cuestión.

31 Cfr. por ej. LEFÈVRE 5,25 y ID., 12, 53-54

32 La puntuación de esta proposición es un problema difícil. Nosotros ponemos las dos

posibilidades una frente a la otra.

Nec cessavit ei Deus in dies multiplicare gentem

donec tam de suis quam de filiis donec tam de suis quam filiis

filiorum suorum, filiorum suorum viginti,

viginti infra annos circiter, infra annos circiter duodecim,

duodecimi de solis patribus monasterium de solis patribus monasteriorum

laeta mater conspiceret laeta mater conspiceret

La cuestión es por consiguiente: Cister ha tenido 12 Abades en 20 años – así pensó TURK

2,74-78 y LEFÈVRE 2, 90 y LEFÈVRE 9,83-84- o bien 20 Abades en 12 años como piensan

otros autores.

Page 32: Los Cistercienses

Los orígenes de la Orden Cisterciense

32

Unde et scriptum illud Cartam Caritatis competenter voluit

nominari… Quae quidem carta, sicut ab eodem patre [Stephano]

digesta et a praefatis viginti Abbatibus confirmata, sigilli quoque

apostolici auctoritate munita est, largius continet ea, quae diximux,

sed nos summam tantum eorum hic breviter perstringemus33

.

Del texto se deduce que en aquel tiempo:

1) La confirmación ya se había efectuado (munita est);

2) La Orden tenía ya veinte Abades;

3) La Summa CC es solamente un resumen (largius continet…

breviter perstringemus).

La Summa CC no pudo pues ser presentada a Calixto II de esta

forma con el Ex. Cist. en el 1119.

Lefèvre pensaba, por ello, que:

1) La frase de la subsiguiente aprobación sería una interpolación

posterior34

.

2) Los viginti Abbates es un error de uno de los primerísimos

copistas, el cual en vez de doce Abades habría escrito veinte35

.

3) La palabra Summa de ningún modo significa un resumen, sino un

nuevo orden sistemático de los estatutos36

.

Además hay que tener presente que los autores no están de acuerdo ni en cuanto al terminus

ad quem de estos años, ni en cuanto al terminus a quo de estos doce o veinte años (1118/19:

veinte años de la fundación de Cister; 1124/25: doce años desde la entrada de S. Bernardo,

etc.).

Por cuanto respecta a la puntuación, tanto para Turk como para Lefèvre es decisiva: Non enim

arbitrata est incongruum (mater cisterciensis) si Sancti Benedicti, cuius amplectebatur

instituta, imitaretur et exempla, donde ellos ven una alusión a los 12 monasterios de S. Benito

en Subiaco. También el Ex. Parvum, cap. XVIII, habla de doce monasterios.

Una tercera posibilidad de puntuación ofrecería del texto todavía un tercer sentido: …donec

tam de suis quam de filiis filiorum suorum, viginti infra annos, circiter duodecim de solis

patribus monasteriorum…

33 Ex. Cist. Cap. II.

34 LEFEVRE 2,85: La phrase comprend une incise, dans laquelle s'est précisément glissée la

confusion entre les XX années et les XII abbés: quaequidem carta (sicut ab eodem patre

digesta, a praefatis XX (!) Abbatibus confirmata sigilli quoque apostolici auctoritate munita

est) largius continet ea quae diximus. Lefèvre no habla de otro modo de esta dificultad que

resulta para él de la subsiguiente aprobación.

35 LEFÈVRE 2,80, nota 17. Ya Turk 2,76 pensaba que tenía que corregir los 20 Abades del

manuscrito con el número 12.

36 LEFEVRE 2,85.

Page 33: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

33

Lefèvre ha considerado todas estas afirmaciones como tesis

demostrada. En sus artículos concernientes a la cuestión no aparece ninguna

duda ni incertidumbre37

.

b) El origen de la Carta Caritatis

Junto a la cuestión fundamental de la fecha, Lefèvre se ocupó al

mismo tiempo también de un análisis crítico de los textos mencionados.

También sobre este punto él ha presentado muchas tesis.

Ya en su primer artículo piensa poder probar que el texto de la CC1

publicado por Turk está interpolado38

, es más, afirma incluso que del texto se

puede deducir cómo nació la CC1. Según Lefèvre:

1) En el 1114 surgieron los tres primeros capítulos, que sólo el Abad

de Cister dio a sus monasterios hijos; él habla siempre en primera persona

del plural (Cap. I-III);

2) En el 1115-1116 se añadieron a estos capítulos nuevas decisiones

que fueron redactadas después de la fundación, por parte de Cister, de

nuevos monasterios hijos: los capítulos que hablan del conventus annuus

Abbatum. Estos capítulos tienen un estilo distinto. Son impersonales,

conjuntivos, ya no se dan sólo por el Abad Esteban, sino que son decisiones

colectivas de los Abades, las cuales más tarde en la CC2

serán todavía

modificadas un poco (Cap. IV-VII);

3) En el 1118-1119, después de la fundación de los monasterios

hijos también por parte de las primeras fundaciones de Cister, fueron

necesarios otros estatutos (Cap. VIII-XI)39

.

Lefèvre no fue el primero en fijar el orígen de la CC antes del 1119.

Ya O. Ducourneau dedujo del prefacio de la CC (antequam Abbatiae

Cistercienses florere inciperent), que debía ser fechada en el 111340

. Lefèvre

37 Véase p.ej. LEFEVRE 2, 93: Telles sont les preuves convergents qui font de la Summa CC,

la vraie constitution de 1119… . Cfr. ID., 1253; LEFEVRE 4, 242 nota 6 escribe: Je donne

les arguments convergents qui militent en faveur de cette hypothèse… .

38 LEFÉVRE 1,8-14. La interpolaciones serían: una proposición en el cap. IV en donde

aparece descrito que el visitador, aunque ocupe el puesto del Abad de la casa visitada, como

así también los demás Abades que hayan venido, no debe comer con los huéspedes, sino en el

refectorio con la comunidad (excepto quod non… in hospitio comedat); otra proposición en el

cap. VIII: Ipsi vero cum his quos genuerint, annuum Capitulum non habebunt, que Lefèvre

data entre el 1135-1140, y otras todavía.

39 Cfr. LEFEVRE 2, 77-78.

40 D.O. DUCOURNEAU, Les origines cisterciennes, Revue Mabillon 23 (1933) 187.

Page 34: Los Cistercienses

Los orígenes de la Orden Cisterciense

34

data los tres primeros capítulos en el 1114 y se basa en el documento de

fundación de Pontigny41

y en el juramento que el primer Abad de Pontigny

prestó al Obispo de Auxerre42

. Según Lefèvre, en la fundación de La Ferté

(1113) esta Carta todavía no existía y no era necesaria, porque esta Abadía

como el mismo Cister estaba situada en la misma diócesis de Chalon-sur-

Saône, mientras que para Pontgny era necesaria, porque esta fundación

estaba sujeta al Obispo de Auxerre43

. Pero como en el 1114 toda la CC no

podía todavía existir, Lefèvre creyó poder constatar la evolución descrita

más arriba.

Pero así surgió la cuestión: ¿cómo se puede sostener que la CC1

existiese ya en el 1119, cuando, según Lefèvre, en el mismo año, no ya esta

constitución, sino la Summa CC fue aprobada por la Santa Sede, mientras

que la CC1 tal

como la poseemos en el manuscrito de Laibach, únicamente en

el 1152 habría recibido por primera vez la confirmación pontificia?.

Lefèvre no ve en esto una gran dificultad, por lo menos cuando él,

según sus sistema, debe datar la Summa CC el 1119 y la CC1 el 1152 como

constitución aprobada por el Papa. La evolución, según su opinión, se ha

desarrollado de la forma siguiente: la CC nació en los años 1114-1118 con

sucesivas añadiduras al núcleo original que constituían los tres primeros

capítulos. Nosotros ya no tenemos el texto puro de esta CC original, pero

ciertamente lo podemos reconstruir con un análisis minucioso. En el 1119 se

hizo una clara y bien ordenada codificación en la Summa CC, y en los

capitula. Con el tiempo se hicieron necesarias nuevas prescripciones. La

Summa CC, en cuanto constitución confirmada por el Papa, permaneció

intacta, mientras que la CC -que no tenía la aprobación de Roma- fue

reelaborada muchas veces. Por eso en el 1152 se quiso recibir del Papa una

nueva aprobación del entonces derecho de la Orden y por ello se presentó la

CC1, tal como se encuentra en el manuscrito de Laibach

44.

41 LEFEVRE 1, 17-18. La mencionada frase del documento suena: Eo tempore… suscepit

Domnus Stephanus Abbas Pontiniacensem ecclesiam ad Abbatiam ibi ordinandam, carta vero

caritatis et unanimitatis inter Novum Monasterium et Abbatias ab eo propagatas compositam

et corroboratam idem pontifex (Antissiodorensis) et canonicorum conventus ratam per omnia

habuerunt. T. HÜMPFNER, Exordium Cistercii…, Vác 1932, 19. Lefèvre piensa que la

expresión en plural et Abbatias ab eo propagatas se puede explicar diciendo que Pontigny

estaba ya virtualmente fundada en el momento de estas negociaciones.

42 Ego Hugo, Pontiniacensis Abbas subjectionem, reverentiam tibi Domino Humbaldo

episcopo… et sanctae sedi Autissiodorensi, salvo ordine nostro, perpetuo me exhibiturum

promitto. El texto en MANRIQUE, Cisterciensium… Annalium t. I, Lyón 1642, 76.

43 LEFEVRE 1,21-22.

44 LEFEVRE 2,93-94.

Page 35: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

35

Resumiendo, según Lefèvre, el orden de los documentos es el

siguiente:

1) La CC original, que nació entre el 1114 y el 1118 y que no se

diferencia substancialamente de la CC1, de la cual hoy no

conocemos el texto exacto;

2) La Summa CC del año 1119;

3) La Carta Caritatis Prior, que fue aprobada en el 1152 por

Eugenio III;

4) La Carta Caritatis Posterior, la cual solamente hacia el 1190

recibió la forma que nosotros hoy conocemos45

.

Lefèvre, por consiguiente, de ningún modo piensa que la entera CC1

sea una derivación de la Summa CC, pero sostiene que el texto que se

encuentra en la CC1

es sustancialmente el mismo que el de la CC primitiva

que nació en los años 1114-1118. Nosotros subrayamos estos puntos porque

la cuestión del orden de los documentos, según nuestra opinión, tiene mayor

importancia que la cuestión de sus fechas.

c) Las Instituta Generalis Capituli apud Cistercium

Lefèvre examinó, como ya hemos mencionado, también la relación

de los veinte capitula del manuscrito de Trento 1711 con las Instituta

Generalis Capituli apud Cistercium46

. Estos últimos fueron publicados

varias veces, pero fechados muy distintamente. J.M. Canivez, por ejemplo,

ha publicado en la edición de las Statuta Capitolorum Generalium el texto

del manuscrito de Dijon 114 (antes 82), pero lo dividió en dos partes, sin

explicar la razón de esta forma de proceder. Publicó los estatutos 1-85 sobre

la base de una hipótesis de Manrique47

con el título: 1134: Statutorum

annorum praecedentium prima collectio, y dató los estatutos 86-92 en el año

1152, porque el Estatuto 86 empieza con las palabras Anno…115248

. Lefèvre

45 LEFEVRE 15,13.

46 Se trata del cap. VII (Ut nemo recipiat ad aliam ecclesiam conversum ire volentem) hasta el

cap. XXVI (De sculpturis et picturis et cruce lignea), en donde Trento 1711 tiene una

continuada enumeración de los documentos. Lefèvre ha publicado por vez primera estos

capitula: LEFÈVRE 2, 101.104.

47 A. MANRIQUE, Cisterciensium…Annalium t. I, Lione 1642, 271. La hipótesis de

Manrique es rechazada por F. KOVACS, A propos de la date de la rèdaction des Instituta

Gen. Cap. apud Cistercium, Analecta S.O. Cist. 7 (1951) 85-89.

48 J.M. CANIVEZ, Statuta Capitulorum Generalium O.Cist., Vol. I, Lovaina 1933, 13-32 y

45-49. Canivez los publicó como del año 1134 y dató también las Statuta ipsus anni 1134

(según el manuscrito latino 12169, f. 115 de la Biblioteca Nacional de París), sin preguntarse

cual era la relación de estos estatutos con los otros. Este ejemplo demuestra con cuánta

Page 36: Los Cistercienses

Los orígenes de la Orden Cisterciense

36

ha examinado aproximadamente una docena de manuscritos, para determinar

qué manuscrito nos conserva la versión más antigua. Él se decide por

Laibach 31, porque los estatutos contenidos en él, en correspondencia con

las tres anteriores recopilaciones, están divididos en tres grupos49

, y también

porque pensaba que estos estatutos se pusieron juntos de esta forma antes del

1151, dado que los cuatro estatutos (30-33-37-36) acerca de la erección de

los monasterios se encuentran en una forma que más tarde fue cambiada por

el Capítulo General del 115250

.

d) El Exordium Parvum

Hemos mencionado ya la opinión de Lefèvre, según la cual el Ex.

Cistercii se ha de considerar como la carta de acompañamiento a la solicitud

de aprobación de la Summa CC escrita en el año 1119, y el Exordium

Parvum fue recopilado sólo en el año 115151

. Antes de Lefèvre todos

pensaban, sin más, que el primero en sostener esta hipótesis había sido el

mismo S. Esteban Harding, aunque ya era sabido que el primero en sostener

esta hipótesis había sido B. Tisser en el 166052

. Además se admitió que el

Exordio Parvum fue recopilado en el 1119 53

. Lefévre rechazó esta

cautela hay que hacer uso del primer volumen de Canivez. Y ya que los cinco primeros

volúmenes de esta edición están agotados, permítasenos expresar el deseo de que estos

volúmenes no sean reproducidos fotomecánicamente, sino que sean reelaborados

profundamente, tomando en consideración las recensiones (por ej. las de G. RATH, Cist.

Chronik 48 [1936] 50-61 y los nuevos estudios.

49 LEFÈVRE 3, 116-171, especialmente pág. 106, nota 26. Los estatutos del segundo grupo

no están numerados en Laibach 31, que en el tercer grupo empieza nuevamente con el uno,

mientras que los de los otros códices están numerados correlativamente.

50 LEFEVRE 3, 165.

51 LEFEVRE 9; ID., 12 y 13.

52 B. TISSIER, Bibliotheca Patrum Cisterciensium, Bonnefontaine 1660, Vol. I al final del

prefacio: Parvi (Exordii) authorem arbitramur esse S. Stephanum, Cistercii Abbatem. Initio

enim eius haec verba habentur: Nos primi huius Ecclesiae fundatores, etc. Unus ergo ex illis

primis hoc scripsit. Hunc autem fuisse S. Stephanum, videtur elici ex iis quae de ipso S.

Stephano dicuntur. Nam cum de S. Alberico agit, de eo honorifice loquitur: cum autem de

seipso S. Stephano agitur, quilibet alius ab ipso laudes eius non tacuisset…

53 GUIGNARD F., XXX-XXXIV, pensaba que ya en el siglo XII había la costumbre en la

Curia papal de adjuntar unas relaciones históricas de la naciente Institución para obtener la

aprobación de las Constituciones. En el 1119 esta relación habría sido el Exordium Parvum.

Según Guignard el Abad Esteban Harding publicó en el 1120 esta relación, después de haber

recibido la aprobación papal de la CC añadiéndole el capítulo XVIII, donde se menciona las

doce Abadías entonces existentes.. Guignard quería referir los ocho años mencionados en este

capítulo, a la fundación de La Ferté: …en moins de huit ans depuis que l'Abbaye de La

Ferté…était sortie de Cîteaux: ib., XXXIV.

Page 37: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

37

afirmación en su "tesis fundamental"54

y trató de demostrarla también con un

análisis interno del texto. Confrontó por eso cada una de las partes del

Exordium Parvum con el Ex. Cistercii, y creyó poder constatar que el

primero (Ex.P.) describe los acontecimientos con estilo libelístico y satírico

para defender Cister contra las acusaciones de sus adversarios, mientras que

el Ex. Cistercii trata todas las cuestiones muy objetivamente, aunque no

contiene ningún documento como el Exordium Parvum55

.

Lefèvre, con todo esto, dio su propia interpretación a algunos

documentos del Ex.P. 56

, pero examinó bien los manuscritos, dividiéndolos

en dos grupos, según contenga o no, una frase importante del tercer

capítulo57

.

Él descubrió además que todos los manuscritos no contenían una

cláusula del Privilegium romanum de Pascual II del 110058

.

54 Cfr. más arriba p.29.

55 LEFEVRE 9, 104-105: Quant à l'Exordium Parvum, il traite ces événements dans le ton du

pamphlet et de la satire… L'Exordium Cistercii est un récit sobre et serein des origines

cisterciennes, présentées selon un ordre strictement chronologique et sans tentative de les

expliquer ou de les justifier par des arguments très subjectifs…

56 Del hecho de que el capítulo I del Exordium Parvum ya tiene por título Exordium Cist.

Cenobii, mientras que el tercer capítulo se titula De egressu Cisterciensium monachorum de

Molismo, Lefèvre concluye que el Exordium Parvum no ordena cronológicamente sus partes y

que la Epistula Hugonis Legati en realidad fue dada a los monjes que ya se encontraban en

Cister el 21 de marzo 1098, y por ello tal día debe significar el término en que Cister fue

eregido canónicamente como Abadía. Según nuestro autor la carta no contiene en ninguna de

sus formas el permiso de abandonar Molesme, como en cambio presenta el autor del Exodium

Parvum. Cfr. con relación a lo dicho: LEFÈVRE 13,10-11.

57 LEFÈVRE 9, 90 e ID. 14: el texto reza así: Nam viri isti apud Molismum positi… videntes

se hanc regulam solemni professione servaturos promississe eamque minime custodisse et ob

hoc perjurii crimen scienter incurrisse et propter hoc… La frase et ob hoc… incurrisse falta

en muchos manuscritos y en todas las antiguas ediciones.

58 LEFÈVRE 13, 16-17: sub apostolicae Sedis tutela specialiter protegi quamdiu vos ac

successores vestri in ea quam hodie observatis disciplinae ac frugalitatis observantia

permanseritis, salva Cabilonensi Ecclesiae canonica reverentia. Lefèvre ha encontrado la

omisión de la frase en la Bula del Abad Juan de Cirey, publicado en Dijon en el 1491 (las

páginas de la Bula no están numeradas; según nuestra numeración sería la pagina 8), en

Mansi (XX, 980) y en Cherubini (I, 30). La frase se encuentra también en CH. HENRIQUEZ,

Regula… et privilegia O. Cist., Amberes 1630, 51 y en A. MANRIQUE, Cist. Ann. t. I, Lione

642, 22, pero falta en J. PARIS, Nomasticon Cisterciense seu Antiquirores Ordinis

Cisterciensis Constitutiones, París 1664 (21670), si bien a él esta proposición, en la lucha por

los derechos de la Strictior observantia, hubiese podido ofrecerle grandes ventajas, así como

en el pequeño libro, L'ancien gouvernement de l'Ordre de Cîteaux, París 1674, 347. Valdría

la pena indagar la historia de esta proposición. Se podría también pensar que esta proposición

se habría inventado en el 1491, para demostrar que el permiso dado por la Santa Sede y por el

Page 38: Los Cistercienses

Los orígenes de la Orden Cisterciense

38

e) Las cinco Bulas Sacrosancta.

Lefévre examinó del mismo modo las aprobaciones papales de la CC

otorgadas después del 1152; estas Bulas empiezan todas con la palabra

Sacrosancta. Descubrió también una Bula escrita el 15 de octubre 1163,

Bula desconocida anteriormente59

. La importantísima novedad en esta

aprobación papal es la introducción de la visita canónica anual de la Abadía

de Cister, que antes no estaba prescrita. La visita debian efectuarla los cuatro

Primeros Abades. Entre ellos, por primera vez, aparece el Abad de

Morimondo60

.

Lefèvre ha delineado de esta manera un cuadro de los inicios de la

Orden Cisterciense que en muchos puntos se diferencia del tradicional.

Examinó muchos manuscritos, destacó bien algunas debilidades de las tesis

tradicionales y al mismo tiempo demostró que los primeros textos

constitucionales de la Orden Cisterciense, y mayormente aun las

instituciones, tuvieron una verdadera y notable evolución. Con sus

Capitulo General respectivamente en los años 1475 e 1481, con el cual se permitía comer

carne tres veces a la semana, sería contrario al Privilegium Romanum del 1100.

La edición del Ex. Parvum a cargo de J. MARILIER, Chartes et documents concernant

l'Abbaye de Cîteaux, Bibliotbeca Cisterciensis, I, Roma 1961, 48-49 contiene la propuesta

quamdiu… permanseritis, pero no hace alusión al problema.

59 LEFÈVRE 11.

60Quoniam autem Cisterciensis Ecclesia mater est omnium vestrum et alium patrem Abatem

super se non habert, per quatuor primos Abbates, de Firmitate, de Pontiniaco, de Claravalle,

de Morimondo annua ibidem visitatio fiat. El Capítulo V de la Summa CC usa la expresión

Abbas Cisterciensis… ipse omnium caput, La Bula habla de la Cisterciensis Ecclesia mater…

omnium. VAN DAMME 4, 75 piensa que el Abad de Morimondo es ya Proto-Abad entre los

años 1142-1147, porque en el 1142 junto al Abad de Cister sólo los Abades de La Ferté,

Pontigny y Claraval suscribieron el pacto de amistad con los Premonstratenses. Pero en el

1147 en el procedimiento de afiliación de Savigny, ya se habla de los cuatro Protoabades: …

et in continenti concessus est ei (Abbati Saviniacensi) prioratus omnium Abbatum Ordinis per

Domum Cisterciensem et quattuor primos Abbates (S. BALUZE, Miscellaneorum t. IL Paris,

1679, 311). De hecho el Abad de Savigny recibió en el Capitulo General el puesto siguiente al

de Morimondo, realidad que podía acontecer todavía por causa de la fundación de Savigny,

probablemente acaecida en el 1115 como de hecho hacia notar BOUTON, 425. La Bula

Sacrosancta de Adriano IV en el año 1157 conocía solamente tres Protoabades. Por otra parte,

hoy sabemos que Baluze no ha escrito bien la abreviatura p' del ms.lat. 4862 de la Biblioteca

Nazional de París: Él ha leído per en vez de post. El texto exacto es: post Domnum

Cisterciensem et quattuor primos Abbates. El texto dice solamente que el Abad de

Morimondo ocupaba el quinto lugar en la precedencia, siendo en el orden de las fundaciones

el quinto monasterio y no afirma que existiese ya en el 1147 el "grupo de los cuatro

Protoabades ". Véase sobre esta cuestión las ulteriores precisiones en el artículo: P. ZAKAR,

Réponse aux Quelques à-propos du Père Van Damme sur les origines cisterciennes:

Quelques conclusions: Andecta Cist. 21 (1965) 139-143.

Page 39: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

39

numerosos trabajos publicados en el espacio de apenas tres años, dio un

impulso vital a las investigaciones históricas.

2. LA POSICIÓN DEL P. JEAN DE LA CROIX BOUTON

El Padre Jean de la Croix Bouton O.C.S.O. de la Abadía de

Aiguebelle fue el primero que, bajo el seudónimo de Gérard de Beaufort,

formuló observaciones sobre las tesis de Lefèvre. Publicó un estudio sobre la

Carta Caritatis casi contemporáneamente a los dos primeros artículos de

Lefèvre y en el postscriptum tomó posición contra la tesis de éste último61

,

posición que más tarde mantuvo en la historia de la Orden por él redactada62

.

El P. Bouton en su artículo analizando la CC la confrontó con la

Summa CC, llegando a las siguientes conclusiones: el prólogo de CC es

posterior, porque Esteban Harding no podía hablar de sí en tercera persona63

;

en los diversos manuscritos la CC1 no presenta un contenido idéntico y las

diferencias no se limitan a pequeñas variantes de manuscritos64

; dice que a

primera vista la Summa CC parece de origen posterior a la CC1: de hecho la

Summa CC usa ya la terminología Abbas-pater y Abbas-filius para referirse

a las generaciones de los monasterios siguientes a la primera, mientras que la

CC1 conoce solamente las relaciones entre Cister y las Abadías-hijas

fundadas directamente por Cister. La Summa CC además compendia varias

veces la prescripciones de la CC1 por otra parte los dos documentos difieren

uno del otro en algunos puntos65

. Las diferencias principales, según él, son

tres:

a) Los derechos del visitador están descritos ámpliamente, es decir,

más exactamente limitados por la Summa CC que por la CC1 66

;

b) La Summa CC no dice nada todavía acerca de la uniformidad de

la observancia y de los libros litúrgicos67

;

61 BOUTON, 437.

62 Fiches 23-29, pg. 89-116.

63 BOUTON, 394.

64 Ibd, 395.

65 Ibd, 395-6.

66 BOUTON, 397: On est déjà surpris de voir le resumé plus détaillé que le texte…. La

Summa CC Cap. III tiene las siguientes prescripciones que faltan en la CC1: …non ejus

novitium in monachum benedicere; non ejus monachum ipso invito inde abducere; non alium

ad habitandum introducere.

Page 40: Los Cistercienses

Los orígenes de la Orden Cisterciense

40

c) La Summa CC no conoce la prohibición hecha a los Abades de

una filiación de acudir juntos al Capítulo anual, prohibición sin

embargo que consta en la CC1 68.

De esto él concluye que la Summa CC se refiere a un texto

precedente a la CC1, texto que nosotros no conocemos y que, él dice,

debemos llamar la primerísima CC, Carta anteprior69

.

Acerca de la datación, el P. Bouton, especialmente en la ya

mencionada Historia de la Orden, opta por la siguiente posición:

1) El texto aprobado por Calixto II en el 1119 no era la CC, y menos

aún la Summa CC, sino un texto más breve y más simple de la CC1,

texto que nosotros todavía no conocemos70

.

2) La Summa CC tiene su origen entre el 1120 y el 1123.

3) La CC original (CC primitiva) es del año 1114 y contiene en

sustancia los siete primeros capítulo de la CC1.

4) El capítulo octavo se escribió en el 1118 ó el 1119, después de la

fundación de Trois Fontaines, la primera hija de Claraval.

5) Los capítulos noveno y undécimo no pudieron surgir antes del

1116.

6) El capítulo décimo se tomó de la Summa CC y se incorporó más

tarde.

7) La CC2 se sitúa entre el 1165 y el 1178; su división en cinco

capítulos con sus respectivos títulos (De uniformitate Ordinis, etc…)

no es anterior al 131671

.

67 BOUTON, 397. Es necesario hacer notar que entre las "capitula" (X) se encuentra ya el

estatuto: Quos libros non licet habere diversos. P. Bouton piensa todavía que las capitula son

de origen ligeramente posterior, de lo contrario se hubiesen incluido en el texto. Escribe

todavía: Il nous semble que l'enchaînement des idées dans le chapitre De Generalis Statuto de

la Summa parait plus logique dans le développement du principe posé en premier lieu:

nullam exactionem imponere.

68 La CC1, cap. VIII: Ipsi vero cum his quos genuerint, annuum Capitulum non habebunt.

BOUTON, 401, scrive: Là encore il y a eu évolution, et la Summa se rélève une disposition à

laquelle la CC Prior a apporté une modification. Se podría todavía objetar a P. Bouton: Si la

Summa CC es un compendio de la CC para uso de los noviciados (cómo es que él sostiene

siguiendo a Turk, en el artículo citado, pag. 432: manuel d'histoire de l'Ordre… en vue

d'instruire les novices), entonces él no debe maravillarse si ha omitido algún punto de la CC

que no se consideraba importante la los novicios.

69 BOUTON, 401-402: Constatons-le une fois de plus: la Summa se réfère à un texte

antérieur au ms. 31 de Laybach. Más tarde él usó para primitiva CC el título de CC primitiva

en el lugar de la infeliz expresión Carta anteprior.

70 Fiches 23, p. 89.

Page 41: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

41

8) El Exordium Parvum es de los años 1111-1112, ya que fue escrito

por la primera generación de los Cistercienses, es más, por el mismo

Abad Esteban Harding, para la segunda generación; el capítulo

decimoctavo fue añadido únicamente en el 112072

.

Por lo tanto P. Bouton no tiene ni las tesis "tradicionales" ni la de

Lefèvre.

Es más, en el mencionado postscriptum de su artículo73

, P. Bouton

critica las tesis de Lefèvre:

1) Él no puede creer que los Cistercienses hayan presentado a

Calixto II solamente un resumen de la CC (para él la Summa CC es

solamente un resumen, cosa que en cambio Lefèvre discute);

2) La tesis de Lefèvre según la cual la proposición del segundo

capítulo del Exordium Cistercii74

sicut ab eodem parte digesta…munita est

es una interpolación, no se comprueba75

.

3) El Exordium Cistercii no puede proceder de Esteban Harding

porque en él se lee: Venerabilis Pater Stephanus sagacitate pervigili mire

providerat discretionis scriptum… Domnus Stephanus… religionis,

paupertatis disciplinaeque regularis ardentissimus amator, fidelissimus

71 Véase especialmente ficha 28, p. 110.111, donde él presenta su tesis de forma esquemática

y trata de datar todos los estatutos de la CC1 y CC2.

72 Fiche 23, p. 90. Entre tanto el P. Bouton ha cambiado de opinión. En la introducción de la

traducción francesa del Exordium Parvum, aparecida en ciclostil en el volumen Autour de la

spiritualité cistercienne III (volmén 15º de la serie Pain de Cîteaux, Chambarand, 1962), p.

102, él por motivo del capítulo XVIII data el Exordium Parvum entre octubre del 1119 y

octubre del 1120.

73 BOUTON, 433.

74 Cfr. más arriba p.31.

75 A esta objeción responde desde el 1955 A. D'HERBLAY, Le problème des origines

cisterciennes, RHE 50 (1955) 164: Lefèvre ha demostrado desde el principo que el todo uno

constituido por el Exordium Parvum .Summa CC- Capitula fue presentado a Calixto II, queda

claro que en el Exordium Cistercii, presentado al Papa no podía existir mención alguna de la

aprobación. Si en el texto que hoy poseemos está, habría que concluir que se trata de una

interpolación: la preuve qu'il réclame est déjà donnée car il est clair comme le jour — c'est

une lapalissade — que dans un document présenté au Pape pour demander son approbation,

il ne peut pas être question de trouver mention de cette approbation comme déjà obtenue. Si

elle y figure, c'est qu'elle a été ajoutée postérieurement. Rien d'étonnant qu'après

l'approbation obtenue en 1119, les copistes se soient plus à en faire état dans leurs

codifications.

Page 42: Los Cistercienses

Los orígenes de la Orden Cisterciense

42

aemulator. Estas frases no las habría podido escribir el mismo Esteban

Harding,

Como se puede ver, el P. Bouton ha contribuido con sus

observaciones a la solución de las cuestiones relacionadas con los orígenes

de la Orden Cisterciense76

3. LAS DIFERENTES REACCIONES A LAS TESIS DE

LEFÈVRE

A la breve crítica del P. Bouton77

y del P. Columbano Spahr78

siguieron varias recensiones. Las más importantes son las de A. D'Herblay79

,

F. Masai80

, J. Marilier81

, que aceptan las tesis de Lefèvre. Con las tesis de

76 Algunas veces verdaderamente él se ha confundido. En la pag. 426 se traduce el estatuto 34

de la Instituta Generalis Capituki (Ed. TURK 2, 21) que reza así: Quod filia semel per annum

visitet matrem ecclesiam: Statuit… Cisterciensis conventus, quatinus… matrem ecclesiam per

Abbatem suum, si sanus fuerit, visitet filia. Si sanus fuerit (si tiene buena salud) en Bouton

dice: s'il est de bon sens (si tiene buen sentido común), en vez de s'il est en bonne santé como

había hecho notar A. d'Herblay. BOUTON, 426 tiene otra observación que puede conducir a

error: L'Abbé di Cîteaux qui n'avait que dix monastères à visiter en 1119, en avait 40 en 1130

(Cfr. lettre de S. Etienne Harding à l'Abbé de Sherborne, dans Collectanea O.C.R. 1936, t.

III, p. 66-69) et deux cents en 1145. En la carta de S. Esteban a la que Bouton se refiere no

exite ninguna palabra acerca de su derecho o deber de visita en las cuarenta Abadias. San

Esteban escribe así : Nunc enim qui solus de terra mea et pauper egressus sum: dives et cum

quadraginta turbis viam universae carnis laetus ingredior… Bajo ninguna forma queda

demostrado que el Abad de Cîteaux en los primeros tiempos de la Orden haya tenido –aunque

solo sea por un breve periodo- el derecho de visitar las Abadías no fundada directamente por

la Cîteaux. El texto de la CC, capítulo IV, Cum vero Novi Monasterii Abbas ad aliquod

horum coenobiorum visi-tandi gratia venerit… (TURK 1, 54) se refiere solamente a las

Abadías hijas directa de Cîteaux. La afirmación de las 200 Abadías para visitar en el año

1145 cae por sí mismo. Cfr. también V. HERMANS, Commentarium Cisterciense historico-

practicum in Codicis canones de religiosis, Roma 1961, 156-157.

77 Véase más arriba p.40.

78 K. SPAHR ha escrito una pequeña nota sobre el último artículo de LEFÈVRE: Die Anfânge

von Cîteaux; en Bernhard von Clairvaux, Internationaler Bernhardkongress Mainz 1953,

Wiesbaden 1955, 222, nota 19. Cfr. también su artículo: Charta Caritatid, in Lexikon für

Theologie und Kirche, 2 ed., II (1958) 1033, donde Spahr data la CC2 al 1152. Las tesis de

LEFÈVRE son descritas también por V. DAMMERTZ, Das Verfassungsrecht der

benediktinischen Mönchskongregationem, St. Ottilien 1963, 26-32.

79 Véase más arriba nota 75.

80 Scriptorium 11 (1957) 119-123.

81 Annales de Bourgogne 29 (1957) 132.

Page 43: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

43

Lefèvre se alinearon también algunos libros, tales como los de L.J. Lekai82

y

C. Bock83

, en los últimos años J.F. Lemarignier84

y V. Dämmertz85

.

Solamente C. Noschitzka manifestó algunas reservas86

.

4. LA CRÍTICA DE WINANDY

J. Winandy, Abad emérito de Claraval (Luxemburgo)87

fue el

primero en someter a crítica profunda las tesis de Lefévre. Él reconoce a

Lefèvre el gran mérito de haber planteado la cuestión de una manera

completamente nueva, piensa que la bella elaboración por él edificada se

presenta en algunas partes peligrosamente débil88

.

Resumamos de este modo sus observaciones:

1) La tesis de que el Exordium Cistercii sea el prólogo literario de la

codificación del 1119 no es aceptable, porque para el autor del prólogo la

aprobación papal ya se había otorgado (sigilli quoque apostolici auctoritate

82 Les moines blancs, Histoire de l'Ordre Cistercien, París1957, passim. P. Lekai ha mitigado

algunas tesis de Lefèvre. Poco más tarde (Cîteaux 11, 1960, 159) escribió la siguiente frase:

En outre, le problème est encore susceptible de discussions ultérieures et, en l'état actuel des

recherches, il est extrêmement périlleux de proposer une quelconque opinion en lui attribuant

une valeur durable. (Además del problema sigue estando sujeto a ulteriores discusiones, y en

el momento actual de las investigaciones es muy peligroso proponer cualquier opinión

atribuyéndole valor duradero).

83 Les Codifications du droit Cistercien (serie de artículos aparecidos en Collectanea O.C.R.

1947, 55); el fascículo: Westmalle 1955, 157-59.

84 Les institutions ecclésiastiques en France de la fin du Xe à milieu du XIIe siècle, Histoire

des institutions françaises au Moyen Age (editado por F. Lot e R. Fawtier) volúmen III, París

1962, 127-132.

85 Véase p.42 nota 78.

86 Die kirchenrechtliche Stellung des resignierten Regularabtes…, Analecta S.O. Cist. 13

(1957) 157-178, donde trata de jus constitutionale primigenium dell'Ordine. En la página 171

escribe: Por lo que respecta a la Summa CC podremos decir genéricamente de ella que,

cuando trata nuestro tema, constituye un estado intermedio CC1 y la CC2; pero ateniéndonos

a las palabras y al uso de las expresiones, la Summa CC son mucho más próximas a CC1.

Dos son los argumentos principales de C. Noschitzka: primero, la sustitución de la expresión

Abbas Novi Monasterii de la CC1 por la expresión pater-Abbas de la Summa CC (pater-Abbas

= Abad de la casa madre); según la Summa CC el Abad de Cister asume la denominación de

Abbas Cisterciensis y no la de Abbas Novi Monasterii.

87 Véase en el elenco de las abreviaturas, bajo el nombre WINANDY.

88 WINANDY, 49: … les pages qui suivent voudraient relever, dans la belle construction

édifiée par M. Lefèvre, les endroits qui me paraissent grevés d'une dangeureuse faiblesse.

Page 44: Los Cistercienses

Los orígenes de la Orden Cisterciense

44

munita est) y la teoría de Lefèvre de que la frase sea una interpolación tardía

no se ha demostrado en modo alguno89

.

2) La Summa CC es un resumen de la CC (hic breviter

perstringemus), y no el texto presentado al Papa.

3) No es probable que San Esteban en el 1119 haya podido escribir

frases tan elogiosas de su persona como las que se encuentran en el

Exordium Cistercii90

.

4) Winandy cree que no se puede corregir viginti Abbates del

Exordium Cistercii por duodecim Abbates, porque en todos los manuscritos

está escrito viginti; en la frase precedente del Exordium Cistercii no hay que

leer "veinte años y doce Abades", sino "veinte Abades y doce años"91

. Según

Winandy el terminus ad quem de estos doce años es el 1119, y el terminus a

quo es el 1107, que, según él, es el año de la elección de Esteban Harding

como Abad de Cister, y no el año 1112, que con frecuencia se ha tomado

como el año de entrada de San Bernardo en Cister (según Winandy, San

Bernardo entró en Cister en el 1113)92

.

5) El Exodium Parvum es, siempre según Winandy, de origen

ciertamente posterior al Exordium Cistercii (así lo consideraba también

Lefèvre), pero no es la introducción histórica de la CC presentada a Eugenio

III: de hecho Eugenio III, Cisterciense, no tenía necesidad de ella; además, la

CC1 con los Instituta Generalis Capituli no podían ser presentadas al Papa a

causa de su contenido híbrido y carente de importancia. Winandy también

hace una observación de que la CC1 no se corresponde en algunos puntos

con la Bula Sacrosancta de este Papa; esto para él es otro argumento

contrario a las tesis de Lefèvre. El Exordium Parvum y la CC1, según

89 Ibid, 51.

90 Cui successit Domnus Stephanus, homo natione Anglicus, religionis, paupertatis

disciplinaeque regularis ardentissimus amator, fidelissimus aemulator. Winandy escribe

(pág.53): Pour parler en ces termes de saint Etienne, l'Exordium Cistercii a dû être écrit soit

après la mort de ce dernier (1134), soit ailleurs qu'à Cîsteaux; de toute faço, à l'insu de

l'intéressé. Data el texto entre el 1119 y el 1148 (En el 1148 se escribe el primer libro de la

Vita prima Bernardi, por lo cual Guglielmo de S. Thierry usó con toda seguridad el Exordium

Cistercii.

91 Véase p.31 nota 32.

92 El problema del año de entrada de San Bernardo lo trataremos más adelante, p.53 en la nota

129.

Page 45: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

45

Winandy, nacieron entre el 1134 (año de la muerte de Esteban Harding) y el

115293

.

De esta forma D. Winandy ha llegado a conclusiones totalmente

distintas de las de Lefèvre, a pesar de reconocer que sus tesis y sus hipótesis

deben mucho a los trabajos de Lefèvre94

.

5 LAS INVESTIGACIONES DEL P. JEAN BAPTISTE VAN

DAMME

P. J. B. Van Damme O.C.S.O., de la Abadía de Westmalle, realizó

primeramente una minuciosa investigación sobre cada una de las cuestiones

suscitadas por Lefèvre. Primeramente escribió cinco artículos en Collectanea

O.C.R.95

, después examinó las Instituta Generalis Capituli apud Cistercim96

,

las cuestiones jurídicas de los inicios97

y finalmente cada uno de los estatutos

93 WINANDY, 69 contesta que la CC' y los Instituta Generalis Capituli verdaderamente son

una codificación presentada a la Santa Sede, como lo sostiene la tesis principal de Lefévre y

escribe: C'est une compilation informe, où abondent les redites, où les status sont venus sans

ordre s'ajouter les uns aux autres, au fur et à mesure qu'en édictaient les chapitres généraux

successifs, où l'on passe et repasse des règles concernant la Constitution de l'Ordre à des

prescriptions ayant trait aux détails les plus minimes de l'observance, où la mesure d'avoine

à donner aux chevaux des moines de passage voisine avec la punition à infliger aux abbés

négligents ou boudeurs qui, présents à Cîteaux, s'abstiennent à paraître à une réunion du

chapitre général. Y a-t-il quelque apparence qu'un tel fatras ait été présenté à l'approbation

pontificale? . Winandy no demuestra que l'Exordium Parvum no haya tenido su origen antes

del 1134. Él escribe solamente (p. 70): … on le voit malaisément rédigé avant la mort de

Saint Etienne (1134) – porque él ve en el Exordium Parvum una cierta crítica al tercer Abad

de Cîteaux. Nótese igualmente que Winandy se confunde respecto a la canonización de San

Roberto di Molesme cuando escribe : Quant à l'opinion cistercienne, il ne faudrait pas

oublier que c'est le chapitre général de Cîteaux qui a demandé la canonisation de Saint

Robert (cfr. lettre d'Honorius III aux évêques de Langres et de Valence et à l'abbé de Cluny,

25 janvier 1221, P.L. 157, 1228). On ne voit pas sur quoi M. Lefèvre peut s'appuyer pour

attribuer cette démarche à l'habilité du successeur de Saint Robert à Molesme (Anal.

Bolland., 1956, p. 8), WINANDY 67, n. 3. El Abad emérito de Claraval evidentemente no

conocía el estatuto 53 del Capítulo General del año 1220: Petitio Abbatis Molismensis de

scribendo Domino Papae pro canonisatione venerabilis Roberti Abbatis exauditur.

94 Ibid., 75: …si elles (les conclusions) s'écartent notablement de celles de M. Lefèvre, elles

lui doivent néanmoins beaucoup.

95 Véase en el elenco de las abreviaturas, VAN DAMME 1.

96 VAN DAMME 2. Este artículo, que trata de un argumento muy complicado, ha sido

examinado en Réponse aux "Quelques à propos" du Père Van Damme sur les origines

cisterciennes: quelques conclusions: Analecta Cist.21 (1965) 155-162.

97 VAN DAMME 3.

Page 46: Los Cistercienses

Los orígenes de la Orden Cisterciense

46

de la CC que él hace remontar al 116598

; P. Van Damme en sus artículos

procede sistemáticamente: trata en un primer lugar la cuestión de la

primerísima, originaria CC, después la CC del 1119, el Exordium Parvum y,

finalmente CC2. Nosotros seguimos aquí su exposición, pero seguidamente

añadimos nuestras observaciones.

a) La primissima Carta Caritatis

Según el P. Van Damme la primerísima CC ("la verdadera CC

primitiva") es del 1113, y se remonta por lo tanto, lo más tarde, al tiempo de

la fundación de La Ferté. Él admite que los documentos apenas nos dicen

explícitamente nada de esto99

, pero piensa que el primer origen de la Carta

Caritatis hay que remontarlo a aquellos años, porque entonces Cister

ciertamente ya pensaba en las nuevas fundaciones, y sin un documento

jurídico la nueva Orden no hubiese estado al seguro de las ingerencias de los

Obispos. Una nueva fundación de Cister, aún sin estar exenta de la

jurisdicción del Obispo, era una limitación del derecho del Obispo diocesano

sobre esta nueva Abadía; por ello, al realizar una fundación era necesario

presentar al Obispo la Carta de Caridad, para evitar en el futuro

malentendidos.

El P. Van Damme piensa que puede demostrar sus afirmaciones

también por las palabras del Exordium Cistercii donde se dice que el Abad

Esteban "con gran previsión había previsto" y había redactado un escrito

formulado con admirable discreción y prudencia, y precisamente(como por

su parte dice el prólogo de la CC) antequam Abbatiae Cistercienses florere

inciperent. Por consiguiente, según el P. Van Damme la CC primerísima se

remonta lo más tarde al 1113100

, como ya había procurado probar el P. Otto

98 VAN DAMME 4.

99 VAN DAMME l, 1958, 30: Si les documents n'en ont conservée aucune trace au moment

de la première fondation, celle de La Ferté en 1113…

100 VAN DAMME 1, 1958, 40-41. Para entender el método del autor tenemos que citar el

relativo inicio, cosa que no podemos hacer por falta de espacio. El P. Van Damme en aquellas

páginas opina que desde el 1113 se pensaba en el Capítulo General de una gran familia (sous

la dépendance…du Patriarche de la grande Famille). Citamos también las últimas frases:

Enfin,on lit dans les sources qu'Etienne abatí eu la prévoyance, "providerat", de rédiger un

écrit admirable de discrétion et de prudence (Exordium Cistercii), et cela préalablement aux

premières fondations, "antequam Abbatiae Cistercienses florere inciperent (CC Prior et CC

Posterior). Aucune raison ne permet pas de fixer ce debut à la seconde plutôt qu'a la première

fondation. Les documents nous enseignent que la CC existait dès le debut de l'expansion de

l'Ordre, c'estàdire dès, 1113, et aucun indice positif n'a été allégué jusqu'ici pour écarter de

cette date.

Page 47: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

47

Ducourneau con los mismos argumentos101

. Él ve confirmada su teoría en el

documento de fundación de Pontigny, donde se hace mención de la CC102

.

Seguidamente el P. Van Damme trató de identificar el texto de esta

primerísima CC, texto que Lefèvre y Winandy habían identificado en los tres

primeros capítulos de la CC1 y el P. Bouton en los siete primeros

103.

Después de una atenta lectura de la CC1, piensa que se pueda

argumentar que la primerísima CC está formada por el primer capítulo de la

CC1. Según él, de hecho, la primera palabra del prólogo de la CC Antequam

tiene una estrecha relación con la primera palabra del segundo capítulo

Nunc. Lo que está antes de esta palabra Nunc del segundo capítulo y se

introduce por Antequam, primera palabra del prólogo, se escribió antes de la

fundación de La Ferté, y por tanto constituye, la primerísima CC. Trata

también de probar su argumentación confrontando el prólogo de la CC1 con

el primer capítulo de la misma CC1: en ambos pasajes cree encontrar las

mismas ideas104

. No es fácil decir qué grado de certeza el P. Van Damme

quiere atribuir a sus afirmaciones. ¿Se trata de una tesis o simplemente de

una conjetura más o menos probable?. Comenta que no hay elementos

positivos para precisar la evolución de la CC del 1113 al 1119: en estas

condiciones se pueden elaborar solamente hipótesis y suposiciones, y el

historiador tiene que mantener un prudente silencio. En cambio él, en el

título que da a estas conclusiones promete una respuesta simple y segura; y

un poco más adelante escribe: La confrontación del prólogo con el primer

capítulo de la CC1 demuestra con evidencia que el redactor de la CC

pretendía separar de alguna manera el primer capítulo de la CC de todo el

101 D. Otón DUCOURNEAU, Les origines cisterciennes, Revue Mabillon 23 (1933) 186-188.

Para Doucoumeau la palabra florere significa únicamente esistere (exister, prendre

naissance). Van Damme no cita el trabajo de Ducourneau, pero sus argumentos son casi

indénticos. Él no acepta la teoría de Ducourneau según el cual la frase del prólogo de la CC

decretum inter cisterciense coenobium et caetera ex eo nata debería traducirse el acuerdo

entre Cister y los otros monasterios que serán fundados por Cister: él retiene que la

sobredicha palabra sea una interpolación posterior: VAN DAMME 1, 1948,159.

102 Véase p.34 nota 41 y ss.

103 Véase mas arriba pp.33 y 40 ; et WINANDY, 52.

104 VAN DAMME 1, 1958, 47-48: Chose intéressante: cette introduction à la CC composée

par Etienne et ses frères, avant l'expansion de l'Ordre, renferme trois idées que l'on retrouve

exactament dans le chapitre premier de la CC Prior. A l'Antequam de l'introduction répond…

le nunc vero; le lien logique est clair.

Page 48: Los Cistercienses

Los orígenes de la Orden Cisterciense

48

resto precisamente porque el capítulo primero de la CC constituía por sí

mismo el texto del 1113105

.

La exposición del autor no nos ha convencido. Que se hubiera tenido

que llegar a un acuerdo con el Obispo de Chalon-sur-Saône para la

fundación de La Ferté, es cierto por el derecho general de la Iglesia106

. Pero

de este hecho a la conclusión de una CC originaria hay un salto que resulta

tanto o más grande si se quiere identificar esta primerísima CC con el primer

capítulo de la CC1. Los argumentos presentados no son sólidos.

Sería necesario examinar minuciosamente todavía una vez más el

texto conocido como carta de fundación de Pontigny. ¿El texto es con

seguridad del año 1114?107

. ¿No se podría tratar de una interpolación

posterior en la frase Cartam vero Caritatis et unanimitates inter Novum

Monasterium et Abbatias ab eo propagatas compositam et corroboratam?108

105 Ibid., 46: Toutes ces réflexions nous engagent à garder un silence prudent sur le texte

exact de la CC primitive; pero en la pagina 47 escribe: …La comparaison montre à l'évidence

que, dans l'intention du rédacteur de la CC Prior, celle de 1113 fut constituée uniquement par

le premier chapitre de la CC Prior. En un siguiente artículo (VAN DAMME 3, 129) califica

su tesis como "opinión", la considera como cosa que no puede ponerse en duda. En VAN

DAMME 1, 1959, 155 se lee también cuanto sigue: D'après l'état actuel des textes, la CC

originale date de 1113 et nous est conservée intégralement dans le chapitre 1 de la CC Prior.

Aquí cabe preguntarse de nuevo qué quiere decir la frase d'après l'état actuel des textes. O los

textos que hoy conocemos no nos dan una información segura, y entonces nos debemos

limitarnos a avanzar por simple conjeturas sin ofrecer sólidas afirmaciones como aqui lo hace

el P. Van Damme; o también los textos ya suficientes para adquirir una sólida afirmación, y

entonces el status quaestionis tampoco cambiará si mañana descubriéramos nuevos

manuscritos.

106 Véase por ejemplo J. GAUDEMET, Histoire des Instititions françaises au Moyen Age,

volumen 3, París 1962, 237-238.

107 J. B. MAHN, L'Ordre Cistercien et son gouvernement dès origines au milieu du XIIIe

siècle (1098-1265), París 1945, 64, n.2 escribe ya: …rien ne prouve que cette notice soit bien

de 1114. El texto que hoy conocemos proviene del Cartularium Pontiniacense que fue escrito

alrededor del 1170 (hoy ms. 9887 de la Biblioteca Nacional de París). En el texto no exite

ninguna fecha. VAN DAMME 1, 1958; 41, el n. 13: …Dans la charte de fondation de

Pontigny, même dans l'hypothèse que son rédacteur en 1125 aurait eu l'intention…, donde él

no explica porque haya datado el documento el 1125. J. MARILIER, Chartes et documents

concernant l'Abbaye de Cîteaux, Biblioteca Cister-ciensis, Roma 1961, 66 pensó que el texto

fue redactado después de la muerte del Obispo Humboldo, por lo tanto después del 1116. Es

un hecho que el mencionado Obispo Humboldo murió en Auxerre lo más tarde el 20 de

noviembre del 1115. Observese que en este texto Cister se le llama Novum Monasterium id

est Cistercium.

108 Véase la explicación de Lefèvre sobre la ya virtualiter sucedida fundación de Pontigny,

p.34 nota 41.

Page 49: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

49

Tenemos la impresión de que del Exordium Cistercii y del prólogo

de la CC1 el P. Van Damme deduce mucho más de lo que los mismos textos

refieren. Porro a principio cum novos in ramos novella coepisset pullurare

plantatio (Exordium Cistercii) difícilmente significa la fundación de La

Ferté: es más probable que esta frase se refiera a los años siguientes

(pullurare)109

. El texto del prólogo de la CC1 en ningún caso quiere precisar

el año de la composición de la CC. El mismo P. Van Damme sabe que el

texto del prólogo es problemático en algunos puntos110

, y ha tenido dificultad

para su datación111

.

Por consiguiente, nosotros estamos de acuerdo con el P. Van

Damme en reconocer que hasta este momento no existe una prueba positiva

para demostrar que la primerísima CC no pueda remontarse hasta el 1113;

pensamos sin embargo, que tampoco se ha probado que desde el 1113

existiese ya una parte de la CC, aunque sólo fuera el primer capítulo. La

función del historiador no consiste en demostrar que una posibilidad tenga

que ser excluida, sino en remontarse de las fuentes a los hechos.

b) La Carta Caritatis del 1119

En relación con la CC del 1119 el P. Van Damme concuerda con la

tesis de Dom Winandy, según el cual el texto aprobado por Calixto II el

109 Pullurare dice ya según Lactancio, San Jerónimo y otros autores una proliferación no sólo

continua, sino también abundante. Cfr. A. BLAISE – H. CHIRAT, Dictionnaire latin –

français des auteur chrétiens, Turnhout 1963, 684.

110 Así por ejemplo, la expresión per Abbatias in diversis mundi partibus corporibus divisis.

Van Damme piensa que el autor del prólogo (el Abad Esteban Harding, según él) quería

nombrar únicamente algunas Provincias y pensaba proveer para el futuro. En base al capítulo

XVIII del Exordium Parvum, él piensa también que la expresión quorum exemplo senes,

juvenes diversaeque aetatis homines in diversis mundi partibus animati…superba colla jugo

Christi suavi subdere se tenga que aplicar a aquellos que entraron en las doce Abadías

existentes entonces en Francia: VAN DAMME 1, 1958, 158. Ciertamente que en el siglo XII

se representaba la partes mundi distintamente de cómo nos la representan hoy: todavía nos

parece que la interpretación referida no esté exenta de dificultades. Hay que preguntarse

todavía si se puede, quien, con el capítulo XVIII pueda probar alguna cosa. Volveremos más

adelante sobre esta cuestión. Hasta Van Damme piensa que el prólogo de la CC hoy conocido

haya sido interpolado en épocas sucesivas. Véase más abajo, p.50 nota 118. 111 VAN DAMME 1, 1958, 167-168: Avant de formuler la conclusion de ce paragraphe,

extrayons de ce long examen la liste des passages dont l'appartenance à la teneur originale

de la CC Prior est exclue ou douteuse : Introduction : la première partie date d'après 1119.

Sin embargo él no precisa cuando tuvo su origen la primera parte, es decir, no dice con

certeza en cuales de los años sucesivos al 1119 fue escrita la primera parte. BOUTON 394,

pensaba que el prólogo fuera del 1120, sin embargo ellos, en las Fiches 28, pag. 110-111

menciona el prólogo solamente junto a la CC1 del 1151.

Page 50: Los Cistercienses

Los orígenes de la Orden Cisterciense

50

1119 no era de ningún modo la Summa CC que nosotros conocemos hoy112

;

disiente sin embargo de Dom Winandy cuando se trata de definir el texto del

1119. Es decir, el P. Van Damme piensa, que Dom Winandy sostuvo la tesis

de que la CC del 1119 estaba constituida por los capítulos 3º, 4º y 9º del

manuscrito encontrado en Trento (Ms. 1711)113

y se maravilla no poco de

que el Abad emérito de Claraval no haya probado su (pretendida) tesis114

.

Además el P. Van Damme excluye el 1119 y data la Summa CC al 1123-

1124115

.

Después de esta exposición, se esfuerza por reconstruir el texto

aprobado el 1119, somete a un análisis la CC1 e intenta rechazar la aserción

de Lefèvre y Winandy sobre el pretendido carácter híbrido de la CC1

demostrando su lógica extructura116

.

Al final de su análisis el P. Van Damme llega a la conclusión de que

la CC1 presenta una ligera evolución respecto a la CC del 1119

117. Piensa

particularmente que:

1) El prólogo fue interpolado más tarde, porque la disposición de

presentar la CC a los Obispos para la ratificación se estableció

después de la aprobación papal; los Obispos eran aquellos en cuyas

diócesis, se fundaban los monasterios118

.

112 Véase más arriba, p.43s. Van Damme añade un nuevo argumento: el Exordium Cistercii y

la Summa CC forman una única cosa y tienen el mismo autor; en el Exordium Cistercii se

habla de San Esteban en tercera persona; por consiguiente, San Esteban no es el autor del

Exodium Cistercii y tampoco es el autor de la Summa CC, mientras que él es, según todas las

fuentes, el autor (principal) de la CC. Sin embargo se podría objetar a Van Damme que

también en el prólogo de la CC se habla de San Esteban Harding en tercera persona. Y si Van

Damme acepta a San Esteban como autor del prólogo de la CC (VAN DAMME 1, 1958,48),

se le podría aceptar también como autor de la Summa CC. 113 VAN DAMME 1, 1958, 57: Examinons maintenant la thèse de Dom Winandy qui voit la

CC de 1119 dans une partie seulement de la Summa CC. Cette partie comprendrait trois

passages, retrouvés respectivement dans les chapitres III, IV et IX du Trente 1711. 114 Ibid., 57-58: Pour déterminer ce choix le Révérendissime Père n'apporte aucune preuve

tirée directement des découvertes paléographiques… pour soutenir des thèmes tellement

neufs…, on aurait aimé une argumentation solide et détaillée. 115 Volveremos sobre esta cuestión en el próximo punto.

116 WINANDY, 52: Lorsqu'on lit attentivement la Summa CC, on s'aperçoit bientôt qu'on est

en présence d'un texte hybride, aussi hybride que la CC Prior. Cfr. p. 45 nota 93.

117 VAN DAMME 1, 1958, 168: A la rigueur on peut reconnaître que la CC Prior représente

un état légèrement évolué de la CC de 1119.

118 VAN DAMME 1, 1958, 159-160: Él cita también el texto del manuscrito 30 de Laibach

(cfr. TURK l, 61): Supradictum itaque decretum seu Cartam Caritatis cum praedicti patres

ipsius conditores ab Apostolicae Sedis gratia confirmatum jure perpetuo obtinuissent, inter se

Page 51: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

51

2) En el sexto capítulo, quizá un párrafo sea de origen posterior119

.

3) La autenticidad del capítulo décimo no es del todo segura.

4) Hechas estas excepciones, el texto de la CC1 que nosotros hoy

conocemos es el texto aprobado por Calixto II.

Nosotros estamos de acuerdo con el P. Van Damme en admitir que

el texto presentado al Papa el 1119 no era la Summa CC, sino la CC, aunque

podemos pensar que esta CC del 1119 sería un poco más breve y más

sencilla que la CC1 que conocemos hoy.

La reconstrucción del prólogo hecha por el autor no nos ha

convencido. Nos inclinamos mucho más a admitir que todo el prefacio es de

origen posterior. La expresión del texto in diversis mundi partibus, el hecho

de que se hable de San Esteban Harding en tercera persona (mientras que en

el primer capítulo se habla en primera persona del plural) parecen indicar un

origen posterior120

.

non improvide statuerunt… quod nulla deinceps Abbatia Ordinis in alicujus antistitis dyocesi

fundaretur, antequam praedictum decretum… ipse ratum haberet propter materiam

discordiae ac scandali inter alterutrum evitandum.

Exponemos el texto reconstruido por Van Damme paralelo al texto de los manuscritos (en

cursiva las palabras que Van Damme considera interpoladas):

Textos de los manuscritos: Prefacio de la CC del 1119 según VAN DAMME:

Antequam Abbatiae

Cistercienses florere inciperent

Domnus Stephabus Abbas

et fratres suit

ordinaverunt, ut nullo modo in alicujus

antistitis dioecesis fundarentur.

In hoc ergo decreto praedicti fratres

mutuae pacis futururum praecaventes

naufragium, elucidaverunt et statuerunt

Antequam Abbatiae (ecclesiae?)

florere inciperent

Stephanus Abbas

et fratres sui

mutuae pacis futururum praecaventes

naufragium, elucidaverunt et statuerunt….

119 Se trata de esta frase: si vero (Abbas Novi Monasteri) praesens fuerit, nihil horum agat,

sed in refectorio comedat; prior autem loci negocia cenobii disponat.

120 Conocemos un solo manuscrito (Codex Lat. Monacensis 28224) de la CC2 que no tiene la

prefación; esto también puede significar que el texto acaecía bien sin prefación. Vale la pena

citar la prefación de la CC2 del manuscrito de Laibach 30 (texto de TURK 1,57): Antequam

Ordo Cysterciensiutn esset plurimum dilatatus, Domnus Stephanus Abbas Cisterciensis cum

conventu suo ceterique Abbates praedicti Ordinis de conventuum suorum consensu unanimi

quoddam statutum seu decretum concorditer ediderunt, in quo idem patres mutuae pacis,

caritatis disciplinaeque naufragium praecaventes dilucide statueront ac in suis scriptis suis

posteris reliquerunt quo pacto, quo modo, qua cantate tam ipsi quam monachi eorundem per

Abbatias diversis mundi partibus corporibus divisi animis indissolubiliter unirentur….

Page 52: Los Cistercienses

Los orígenes de la Orden Cisterciense

52

No sabríamos, en cambio, explicarnos cómo haya hecho el P. Van

Damme para atribuir a Dom Winandy la tesis según la cual el texto aprobado

en el 1119 consiste en los capítulos 3º, 4º y 9º del manuscrito 1711 de Trento

(esto es, los capítulos 3º y 4º de la llamada Summa CC y el capítulo 9º de las

Capitula). Nosotros hemos leído atentamente bastantes veces el texto de

Dom Winandy, pero no hemos encontrado en ningún punto una semejante

afirmación. La tesis de Dom Winandy relativa a los capítulos en cuestión

tiene el siguiente sentido: El Exordium Cistercii, que con la Summa CC

forman una sola cosa, es de origen posterior al 1119, y por eso no pudo ser

presentado al Papa en el 1119121

. Además, según Dom Winandy, la Summa

CC no ha llegado hasta nosotros en su forma original. La Summa CC con las

Capitula que conocemos tiene un carácter híbrido: también por este motivo

no pudo ser presentada al Papa en la forma que conocemos hoy. Dom

Winandy trató después de reconstruir la forma original de la Summa CC, que

él piensa haber encontrado en los tres capítulos en cuestión; pero no

solamente no sostiene nunca que éstos fueron presentados en el 1119 a

Calixto II, sino que excluye tal posibilidad al pensar que el Exordium

Cistercii fue redactado después de 1119 (y antes del 1148) y que estos tres

capítulos seguían al Exordium Cistercii y formaban una sola cosa con él.122

.

El mismo P. Van Damme trata de construir un "sistema", sistema

que él piensa que es sostenido también por Dom Winandy123

. Pero el Abad

de Claraval era prudente, corrigió la tesis de Lefèvre124

en puntos esenciales

y renunció a construir un sistema completo, que consideraba como cosa

prematura.

121 Véase más arriba p.44 nota 90.

122 WINANDY, 53: …le texte actuel de la Summa CC ne représente nullement la codification

présentée à l'approbation de Calliste II en 1119, mais une complilation postériure, laquelle a

rassemblé tant bien que mal,à la suite de l'Exordium Cistecii, le résumé qui suivait

primitivement ce dernier. escribe sobre la datación del Exordium Cistercii: Le premier de ces

textes (Exordium Cistercii) a été rédigé entre 1119 et 1148. Il a dû se présenter d'abord sous

une forme purement narrative et descriptive: après un bref récit des origines de Cîteaux, il

donnait un aperçu succinct de la Charte de Charité, que l'on peut, semble-t-il, retrouver au

moins en partie dans l'amalgame juridique qui l'a remplacé dans la suite. En la página 53 ya

hizo la siguiente constatación: Si donc il est vrai, comme je crois l'avoir montré, que

l'Exordium Cistercii est postérieur au 23 décembre 1119, date de l'approbation par Calliste II

de la Charte de Charité… La Summa CC si sola no será datada por él ni en la forma

conservadora del manuscrito ní en su (de Winandy) texto reconstruido, porque ella, según él,

forma una sola cosa con el Exordium Cistercii; por tanto si el Exordium Cistercii, posterior al

1119 deberá ser también la SummaCC .

123 VAN DAMME 1, 1958,57.

124 Véase más arriba p.43s.

Page 53: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

53

c) El Exordium Cistercii y la Summa Cartae Caritatis

El P. Van Damme formula sus tesis de la siguiente manera:

La Summa CC se remonta al año 1123 ó 1124 y nos da fielmente el

contenido de la CC del 1119. Ésta, sin embargo, no quiere ser un

resumen servil de la CC completa, sino que constituye una

redacción muy personal de ella125

.

Rechaza con Dom Winandy la propuesta, hecha por Turk y por

Lefèvre, de corregir todos los manuscritos reduciendo el número de los

Abades de veinte a doce126

y refiere la expresión citada a los veinte Abades

ya en activo en sus cargos127

. Así se da el terminus post quem: el 1123, año

en el que la Orden contaba con veinte monasterios. Otro elemento útil a la

datación de la Summa CC, el P. Van Damme lo encuentra en un lugar del

Exordium Cistercii en el que se dice que la Orden en unos doce años tenía

veinte monasterios128

, mientras que el Exordium Parvum (Cap. XVIII) nos

refiere que la Orden en ocho años poseía doce monasterios. Según el P. Van

Damme el terminus a quo de estos dos enunciados es en el 1112, es decir en

el año, según él, que San Bernardo entró en la Orden129

. Estando así las

cosas, la Summa CC se puede datar el 1124.

Una cierta dificultad presenta también el hecho de que después de la

aprobación de la CC por parte de los veinte Abades, el texto del Exordium

Cistercii habla de una confirmación papal quae quidem carta, sicut…a

praefatis viginti Abbatibus confirmata, sigilli quoque apostolici auctoritate

munita est… Pero nosotros no sabemos nada de una confirmación papal de

la CC alrededor del 1124. El P. Van Damme piensa sin embargo que la

expresión no significa una confirmación subsiguiente a la aprobación de los

veinte Abades, sino que se trata simplemente de la del 1119. De hecho no se

dice que la CC "después de esto" fue confirmada también por el Papa, sino

125 VAN DAMME 1, 1959, 156: La Summa-CC date de 1123 ou 1124, et donne fidèlement le

contenu de la CC authentique de 1119. Cette Summa-CC ne veut cependant pas être un

résumé servile de la CC complète, mais elle en constitue une rédaction très personnelle.

126 Véase más arriba p.31.

127 WINANDY, 58 piensa que a finales del 1119 podría existir 20 Abades, algunos de los

cuales tal vez eran simples monjes, designados como Abades de las nuevas fundaciones

todavía no realizadas.

128 Este texto ha sido citado por nosotros p.31.

129 VAN DAMME 1, 1958, 55: Quant au terminus a quo de ces douze ans environ il est aussi

plus conforme aux sources et à la tradition de la placer à l'entrée de Saint Bernard, dont la

date la plus probable est le mois d'avril 1112.

Page 54: Los Cistercienses

Los orígenes de la Orden Cisterciense

54

que tenía "también" (quoque) esta confirmación. El P. Van Damme cree que

puede interpretar de esta manera la frase más arriba citada, a pesar de que el

texto del Exordium Cistercii habla primeramente de la aprobación de los

veinte Abades y después de la confimación papal130

.

El P. Van Damme sitúa el terminus ante quem en el año 1124, a

pesar de admitir que esta datación presenta una cierta dificultad131

. Se apoya

en primer lugar en los estudios que tratan de probar que la Summa CC fue

usada por los Premostratenses y por los Canónigos de Arrouaise en el 1128-

1130 para sus estatutos, y en segundo lugar en el hecho de que la Summa CC

en el manuscrito 1711 de Trento forman una sola cosa con los Ecclesiástica

Officia, que hay que datar entre el 1130 y el 1134132

. Cree que se pueden

fijar las fechas con suficiente precisión, sirviéndose de los textos del

Exordium Cistercii, porque un relato histórico, a menos que existan razones

positivas contrarias, se data según el último acontecimiento en ella

mencionado133

. El Exordium Cistercii habla de veinte Abades existentes en

la Orden entre finales del 1123 y principio de 1124: por consiguiente, la

Summa CC, así como el Exordium Cistercii, son de este tiempo.

Acerca de la datación del Exordium Cistercii y de la Summa CC el

P. Van Damme ha seguido por su camino. Su tesis se puede considerar como

una hipótesis probable, a pesar de que algunos de los elementos de los que él

se ha servido sigan siendo problemáticos: de ningún modo es seguro, por

ejemplo, que San Bernardo entrase en Cister el 1112; las mejores tradiciones

manuscritas y muchos grandes eruditos que precedieron a Vacandard, tal

como Manrique, Mabillon y los Bollandistas fijaron la entrada de San

Bernardo en Cister en 1113134

.

Surge ahora la cuestión de si el Exordium Cistercii y el Exordium

Parvum tienen en común el terminus a quo 135

. También la cronología de las

130 Ibid 54-55.

131 Ibid., 59: Le terminus ad quem est plus difficile à déterminer.

132 Véase p. 30 nota 27.

133 Véase WINANDY 60-63. Entre tanto H. Bredero ha publicado su trabajo fundamental

sobre la Vida primera de San Bernardo: Analecta S.O, Cist. 17 (1961) 3-72; 2115-260 y 18

(1962) 3-59. Bredero ha demostrado.

134 VAN DAMME, 1 1958, 60: Un récit historique est généralement daté, à moins de raisons

positives en sens contraire, de l'événement qui le termine.

135 Véase más arriba p.53 nota 129, donde hemos citado el texto. Si San Bernardo entró en

Cister el 1113, entonces los ocho años del Exordium Parvum terminan en el 1121, y no en el

1119 como pensaba el P. Van Damme.

Page 55: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

55

primeras fundaciones es muy incierta: se puede constatar a través de una

exhaustiva lectura de Janauschek136

. El P. Van Damme se sirve del principio

en base al cual un relato histórico es contemporáneo del último

acontecimiento en el mencionado. Pero si este principio es generalmente

válido para el terminus post quem, no lo es igualmente para el terminus ante

quem. Por otra parte las investigaciones acerca del derecho primitivo de la

Orden de los Premonstratenses y de los Canónigos de Arrouasise están en

alta mar y cargadas todavía de muchas hipótesis137

.

d) El Exordium Parvum

Lefèvre piensa que el Exordium Parvum se escribió el 1151 y que

contiene muchos anacronismos138

. El P. Van Damme impugna en dos

artículos los argumentos de Lefèvre139

, y después en un tercer artículo trata

de probar su tesis que suena así:

El Abad Esteban Harding compiló el Exordium Parvum en nombre y

con la colaboración de aquellos de entre los primeros fundadores de

Cister que en tiempo de la compilación todavía vivían. La

compilación se desarrolló en distintas fases y concluyó antes del 23

de diciembre 1119140

.

De las palabras de la introducción Nos Cistercienses primi hujus

Ecclesiae fundatores. El P. Van Damme piensa que hay que deducir que

algunos de los primeros fundadores tomaron parte en la redacción del

trabajo. Según él, sin embargo, el Abad Esteban Harding sigue siendo el

136 Cfr. J. JANAUSCHEK, Originum Cisterciensium t. 1, Viena 1877, 3-11 y WINANDY 56,

en n. 4.

137 Según I. J. VAN DEN WESTELAKEN, Premonstratenser wetgeving (1120-65) Analecta

Praemonstratensia 38 (1962) 7-43, el texto de la primera codificación de los Premostratenses

(que debe ser anterior al 1113, porque es ratificada en abril de 1113 por Inocencio II) es hasta

ahora desconocida. La codificación publicada por R. Van Waefelghem (Cfr. TURK 2, 142-

43) él la atribuye a los años 1140-1165. Pero Van de Westelaken piensa que en esta

codificación de los años 1140-1165 se pueden encontrar elementos que los Premostratenses

tomaron de los Cistercienses antes del 1131.

138 Véase p.36.

139 VAN DAMME 1, 1958, 374-390, y 1959, 70-86. No queremos discutir este cuestión. Las

teorías de Lefèvre sobre esto fueron impugnadas por CH. DEREINE, La fondation de Cîteaux

d'après l'Exordium Cistercii et l'Exordium Parvum, en Cister 10 (1959) 125-139.

140 VAN DAMME 1, 1959, 156: L'abbé Etienne Harding rédigea l'Exordium Parvum au nom

et avec le concours des cofondateurs encore en vie au moment de la composition, qui se fit

par étapes et se termina avant le 23 décembre 1119. Ibd., 156, dice también que a esta

datación le atribuye una gran probalidad.

Page 56: Los Cistercienses

Los orígenes de la Orden Cisterciense

56

autor principal porque el prefacio del Hymnarium (escrito ciertamente por

este Abad) concuerda en muchas cosas con la introducción del Exordium

Parvum. Además el Exordium Parvum se parece mucho a la CC1: ambos

tienen el mismo tono, la misma elevación mística, el mismo celo por la

observancia regular141

.

Nuestro autor trata también, del mismo modo, de responder a una

posible objeción: el capítulo XVII del Exordium Parvum habla del Abad

Esteban Harding en tercera persona y lo alaba; ¿Se puede aún conciliar esto

con su paternidad y humildad? El P. Van Damme es de la opinión que este

texto no es en modo alguno inconciliable con la humildad del gran Abad,

porque los hermanos habrían impuesto el texto a la redacción. Así se

explicaría también el uso de la tercera persona.

Sobre la datación en el 1119, se apoya en el último (XVIII) capítulo

del Exordium Parvum, donde se dice que la Orden, después de ocho años

además de Cister contaba ya con doce monasterios. La decimosegunda

fundación (Fontenay) tuvo lugar en octubre de 1119, y la decimotercera

(Tiglieto) en octubre de 1120. Y puesto que en el Exordium Parvum no se

menciona aún la Bula de Calixto II del 23 de diciembre de 1119, piensa

poder sostener con mucha probabilidad que el Exordium Parvum quedó

definitivamente redactado antes del 23 de diciembre de 1119.

He aquí nuestras observaciones:

Los argumentos expuestos por el P. Van Damme acerca de la

participación de algunos de los fundadores de Cister en la redacción del

Exordium Parvum no convencen.

Ni muchos menos ha sido demostrado que Esteban Harding sea el

autor del Exordium Parvum. Es verdad que en el prefacio del Hymnarium y

en la introducción al Exordium Parvum encontramos muchas expresiones

parecidas. Cierto, pero el prefacio del Hymnarium puede también no haber

sido escrito por el mismo Abad Esteban, sino por otro que escribía en su

nombre. Ni el estilo puede demostrar la identidad del autor: de hecho no se

trata de un estilo muy característico y personal.

Una dificultad mucho más grave contra esta tesis nosotros la

encontramos en el tenor mismo del capítulo XVII: Huic successit quidam

frater Stephanus nomine… qui et ipse…de Molismo illuc advenerat, qui

amator Regulae et loci erat. Hujus temporibus… Es muy difícil decir que la

palabra erat sea una exigencia de la gramática (advenerat – erat). Erat se

141 VAN DAMME 1, 1959, 152.

Page 57: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

57

dice de Esteban Harding en pasado, como de uno que ya no vive. El autor

del Exordium Parvum escribe, ciertamente, para los que vendrán después;

(Nos… fundatores successoribus nostri…); mas él no puede hablar de su

tiempo como de una cosa ya pasada142

. Esta manera de hablar no solo

excluye a San Esteban como autor del Exordium Parvum, sino que impide

datar el Exordium Parvum en el 1119. Al menos así nos parece.

No es más apremiante el argumento presentado por el P. Van

Damme para el capítulo XVIII. En el capítulo XVII el discurso era sobre el

desarrollo de la Orden. Que en ocho años han visto la luz doce monasterios,

se menciona como ejemplo del ritmo del desarrollo143

. Pero puede ser que el

autor mencione precisamente este ejemplo con la intención de limitarse a los

inicios de la Orden144

.

El silencio del Exordium Parvum acerca de la Bula papal del 1119

no es un argumento para demostrar que el Exordium Parvum fuera escrito

antes de la concesión de la Bula papal. El autor quería precisamente limitarse

a los primeros documentos, y probablemente pensó que la CC con su

introducción y la siguiente Bula del 1119 completaban de manera eminente

su texto145

.

e) Posterior desarrollo de la CC

Turk pensaba que una primera forma de la CC había sido aprobada

por Eugenio III el 1152 porque en la Bula de este Papa se encuentran

142 Es aconsejable recordar que el estilo de la introducción al Exordium Parvum no es

consecuente: Nos… fundatores successoribus nostris stilo praesenti notificamus, quam

canonice…cenobium et tenor vitae illorum exordium sumpserit. Donde esperaríamos un

pronombre en primera persona, encontramos la palabra illorum, que no está del todo bien

referida a la palabra successoribus.

143 La división en dieciocho capítulos acontece probablemente más tarde.

144 El P. Van Damme piensa que el capítulo XVIII es sólo un apéndice al Exordium Parvum

ya que no trata más del exordium de Cister. Efectivamente, este capítulo falta en algunos

manuscritos. Cfr. Lefèvre 14. Además nos parece que para el autor del Exordium Parvum el

terminus a quo del "ejemplo" sean los ocho años de la fundación de La Ferté, la cual coincide

con el año de ingreso de San Bernardo en Cister, Cfr. en p. 55, nota 136. Es sorprendente la

ausencia, en el capítulo XVIII, de los nombres de las primeras fundaciones de Cister, y de una

alusión a la CC, la cual según Van Damme debía existir en su forma primitiva lo más tarde a

finales del 1113.

145 Quizá valga la pena examinar la coincidencias existentes entre el capítulo XVIII del

Exordium Parvum y la prefación de la CC, cuyo origen muy probablemente sea posterior a la

misma CC: véase más arriba.

Page 58: Los Cistercienses

Los orígenes de la Orden Cisterciense

58

estatutos que faltan en la CC1, y sin embargo se conservan en la CC

146 La

opinión de Lefèvre es en cambio que la CC1 fue confirmada sólo en 1152

147,

colocando a la CC2 entre el 1190 y el 1200

148.

Esto induce al P. Van Damme a indagar sobre el proceso de

transformación por el cual la CC1 se convirtió en la CC

2. Afronta la cuestión

en un largo artículo149

, en el que avala también algunas de las

investigaciones de Turk y del P. Bouton150

.

Según el P. Van Damme el texto de la CC aprobado por Calixto II el

1119 sufrió modificaciones desde 1124151

; a las primeras modificaciones

siguieron más tarde otras. A pesar de no conocer todos los motivos por los

que la CC1 se transformó en CC

2, nuestro autor no se entretiene en indagar

sobre este proceso de transformación; quiere precisar el tiempo en el que la

diferentes modificaciones fueron aprobadas por Roma. Según su opinión, la

Orden primero modificó algún punto de la CC1 y después presentó a la Santa

Sede el texto modificado152

.

Desde el día en que Lefèvre descubrió la Bula de Alejandro III del

1163153

, conocemos cinco confirmaciones papales que empiezan siempre con

la palabra Sacrosancta. La primera fue dada por Eugenio III el 1152, la

segunda el 1153, la tercera el1157, la cuarta el 1163 y la última el 5 de

agosto de 1165. Estas Bulas contienen a menudo literalmente los estatutos de

146 TURK 1, 28-34.

147 Véase p.35.

148 LEFEVRE 15,13. El manuscrito 601 (entonces 354) de Dijon que ya contiene la CC2, se

escribió según Guignard, LXX entre el 1191 y el 1194. Así la CC2 podría seguramente haber

sido redactada antes del 1194. Pero sin embargo se ha observado que la CC no queda rastro en

el manuscrito 114 (antes 82) el cual fue escrito entre el 1173 y el 1191.

149 VAN DAMME 4

150 Véase TURK 1,28-34; TURK 2, 114-128 y Fiches 28, pag. 111-112. Citamos las

conclusiones del P. Bouton: Après la dernière approbation d'Alexandre III en 1165, il fallait

un simple remaniement dans l'ordre des statuts pour transformer la CC Prior ainsi évoluée en

CC Posterior. A quelle date fut y operé ce remaniement? Avant 1191, sans aucun doute….

Piensa además, poder precisar: Si cette hypothèse est exacte (es decir que el Ordo de Chalais

asumió en el 1178 la CC2 de los Cistercienses), c'est entre 1165 et 1178 que la CC Posterior a

été établie. Acerca de la CC de Chalais véase J.B. Van Damme, La Charte de Charité de

Chalais, Cister 14 (1964) 81-104.

151 Ibd., 52. Creemos entender que para el P. Van Damme la Summa CC es el compendio de la

CC renovada en el 1124 se identifican.

152 VAN DAMME 4, 52 y 55.

153 LEFÈVRE 11.

Page 59: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

59

la CC y son casi todas del mismo tenor; se diferencian únicamente en

aquellos puntos que aprueban las modificaciones introducidas.

El P. Van Damme presenta, uno al lado del otro, los textos

distribuidos en 30 estatutos154

de la CC1, de la CC

2 y de las Bulas; después

confronta los textos y analiza las modificaciones que a menudo trata de

explicar basándose en los datos históricos. Concluye que con la quinta Bula

Sacrosancta los estatutos de la CC2 ya estaban completos, y completa estaba

la CC2 ya antes del 5 de agosto de 1165

155: pero presenta esta tesis como un

resultado no absolutamente definitivo156

.

Este trabajo en algunas de sus partes resulta ser un comentario a las

dos CC. El autor sitúa sistemáticamente el desarrollo de la Orden

Cisterciense entre el 1119 y el 1165157

, y nos hace ver claramente cómo los

Padres del Capítulo general del siglo XII, abiertos a las circunstancias de los

tiempos cambiantes, sabían adaptarse a ellas, modificando, cuando era

necesario, incluso la CC.

Este artículo nos parece el más útil y precioso de los que han

aparecido hasta ahora: con él conseguimos realmente una mejor

comprensión de la CC. El abundante material recopilado por el P. Van

Damme con tanta diligencia merece por sí solo nuestro aplauso. Gran

importancia, aunque no sean del todo nuevas, son las precisiones acerca de

la unidad de observancia del siglo XII (especialmente después de la

afiliación de Cadouin y de Savigny)158

, las observaciones sobre el Capítulo

General159

y sobre los derechos del Abad de Cister160

.

Otra cuestión, en cambio, es afirmar que el autor haya conseguido

demostrar su tesis, según la cual la CC2 existía ya antes del 5 de agosto de

154 Cfr. TURK 1, 57-61. La CC2 es dividida en capítulos por Van Damme en base a los

manuscritos de la Clementina (VAN DAMME 4, 55 n. 1). Según nuestro parecer, habría sido

mejor omitir del todo los títulos de esta división posterior, o al menos tratar de clarificarlos y

mejor comprenderlos. Únicamente en el siglo decimocuarto, probablemente, se introdujeron

los títulos de cada capítulo. Títulos que seguidamente influyeron mucho en la interpretación

de los textos.

155 VAN DAMME 4, 52.

156 Ibd., 55: Ces remarques, si elles nous mettent d'une part en garde contre la prétention

d'une information complète et de conclusions définitives….

157 Ibd., 99-104.

158 Ibd., 59-67.

159 Ibd., 78-79.

160 Ibid., 102-103.

Page 60: Los Cistercienses

Los orígenes de la Orden Cisterciense

60

1165. Hacemos estas reservas no sólo a causa del estatuto 18 (confirmación

del nuevo Abad por parte del Abad-Padre), que el autor, como él mismo

admite, no ha conseguido datarlo161

, sino también porque tenemos dudas

sobre la forma de modificar la CC tal como la expone el P. Van Damme. Es

verdad que conocemos algunos manuscritos (por ejemplo el ms. 31 de

Laibach) que aún conservando la forma de la CC1, presentan ya algunos

estatutos nuevos con la forma propia de la CC2 162

, pero nos parece que no se

ha demostrado que los Cistercienses se hayan comportado siempre como

dice el P. Van Damme, es decir, que primero modificaron la CC y después

presentaron a la aprobación papal el texto intencionadamente modificado. En

este caso el orden progresivo de los estatutos contenidos en las Bulas debería

corresponder al orden progresivo de los estatutos contenidos en las CC

corregidas; esto no sucede en la Bula del 1165, que sigue mucho más de

cerca el orden progresivo de la CC1.

Por consiguiente podemos afirmar que todos los estatutos de la CC2

tenian la confirmación papal desde el 1165. Sin embargo, con muchísima

probabilidad, no estaban aún reunidos en la forma de la CC2 que nosotros

hoy conocemos. El P. Van Damme no ha estudiado suficientemente ésta

problemática163

.

f) El pequeño libro Documenta pro Cisterciensis Ordinis historiae

ac juris studio

En 1959 el P. Van Damme publicó un pequeño libro que, por su

formato (solamente son 28 páginas) y por el módico precio, ha hecho posible

a muchas personas una fácil consulta de los primeros textos de la historia de

la Orden Cisterciense. En él se incluyen también dos documentos respecto a

Molesme: el primero se refiere a la erección de Aulps en Abadía (1097); el

segundo trata de la organización de las relaciones entre Molesme, Aulps y

Balerne (1110) y que el P. Columbano Spahr llama Concordia Molismensis 164

. En el mismo librito se han incluido también el Exordium Parvum, la CC1

según un manuscrito de Zurich165

y los 26 primeros capítulos del manuscrito

1711 de Trento.

161 Ibd., 87-88.

162 Cfr. LEFÈVRE 1,7, nota 7.

163 Cfr. La opinión del P. Bouton, más arriba p.37 nota 56.

164 El significado de estos documentos lo explica bien VAN DAMME 3, 128-131.

165 Zurich, Biblioteca Central, Car C. 175.

Page 61: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

61

Este pequeño libro con frecuencia nos ha sido útil para nuestras

lecciones; fue óptima la idea de publicarlo. Lamentablemente la edición deja

mucho que desear: no se publican importantes variantes de los

manuscritos166

; la edición sigue en la numeración de los capítulos la

numeración del manuscrito de Zurich, que no es la habitual, lo que puede

causar dificultades en las citas167

; la puntuación es defectuosa y algunos

errores tipográficos dificultan su lectura168

.

166 El P. Van Damme afirma que no quería bajo ningún concepto dar una edición "crítica". En

la página 5 escribe: In adnotationibus…solummodo prout intellectui necessarium videtur,

comparatio fit istius codicis (T) cum aliis codd. Pero en un libro de caracter científicos, el

texto, además de ser de algún modo comprensible, debe ser también preciso. En las siguientes

líneas, L. significa Laibach 31, ed. NOSCHITZKA, Analecta S.O.Cist. 6 (1950); P. significa

París, Bibl. S. Geneviève 1207, ed. TURK 2, 81-82 y LEFÈVRE 2,97-104.

En la pág. 6 línea 5 y 9: Privil. Romanorum, mientras los demás códice tienen Privil.

Romanum, como por otra parte también en el pequeño libro, en la pág. 10 línea 9.

En la pág. 10 línea 23 se da Romanorum como lectio varians L.D. Romano; en lugar de

Romanum.

En la pág. 12 línea 1, se encuentra de nuevo Privil. Romanorum.

En la pág. 10 línea 1, prudentiae - L. tiene providentiae.

En la pág. 11 línea 10, promiserunt - L proposuerant.

En la pág. 15 línea 26, domnus Stephanus et fratres sui - L.: Domnus Stephanus Abbas et….

En la pág. 16 línea 6, exactionis - L.: exactionem.

En la pág. 17 línea 9, Abbates -L.: Abbatias.

En la pág. 17 línea 28, gaudeat (alia) -L.: gaudeant (monachi).

En la pág. 20 línea 24, ecclesia (Abbatem qui) - L.: ecclesiae Abbatem quae.

En la pág. 22 línea 9, discedere - P.: dissidere.

En la pág. 21 línea 20, en el texto se debería poner el título De egressu Cisterciensium

monachorum de Molismo (según el códice P. y el elenco de los capítulos de Trento 1711). La

frase Incipit usus cisterciensium monachorum debería ser llevada más bien al aparato.

167 Los Instituta Monachorum cisterciensium de Molismo venientium constituyen el capítulo

XV del Exordium Parvum en todas las ediciones, en la mayor parte de los manuscritos, y

también en el elenco de los capítulos del manuscrito de Zurich. Pero en el texto de este

manuscrito el capítulo no está numerado (p.13), de modo que el capítulo siguiente aparece

como capítulo XV etc…, en vez de capítulo XVI etc… El P. Van Damme cuando publicó este

manuscrito debería haber corregido el error del copista y uniformar la numeración de su

edición con la numeración de las otras ediciones.

168 A los lectores del pequeño libro les será útil indicat algunos errores tipográficos:

pág. 5 línea 22 en vez de: carni sarcina se lee: carnis sarcina

11 22 ne pauperes utpote pauperes

11 33 assunt sunt

15 27 antistis antistitis

17 37 die qua inter se constituent die quam inter se constituent

19 21 diffusione discussione

21 1 statuimus statuistis

21 33 qui singulos movent quod singulos movet

Page 62: Los Cistercienses

Los orígenes de la Orden Cisterciense

62

Es deseable una segunda edición en la que se corrijan estos defectos:

mientras tanto sería bueno advertir a los lectores con una hoja que pueda

insertar en librito.

El P. Van Damme empezó a interesarse por los orígenes de la Orden

Cisterciense cuando quiso refutar las tesis de Lefèvre. En muchos puntos ha

logrado su objetivo, tanto más fácilmente cuanto que Dom Winandy, con

fuertes argumentos, ya había refutado la tesis fundamental de Lefèvre, que

suponía que la Summa CC era la Constitución de la Orden del 1119 y que la

CC1 era la Constitución de la Orden del 1152.

En este trabajo suyo el P. Van Damme casi siempre ha propuesto de

nuevo las tesis tradicionales. Por desgracia no siempre ha distinguido

cuidadosamente lo que está científicamente probado de lo que puede ser

aceptado como simple hipótesis, o incluso de lo que debe permanecer

indefinido dada la pobreza de las fuentes.

Algunas hipótesis, que son simples posibilidades, son usadas más

tarde por el P. Van Damme como tesis demostrada, sin darse cuenta de que

con tal procedimiento queda comprometida la solidez de toda su

construcción.

No obstante estos defectos que nos permitimos señalar, debemos

reconocer que el vasto material recogido por el conocido estudioso y sus

observaciones prestan un gran servicio a las investigaciones sobre los

orígenes de la Orden Cisterciense.

6. LA RELACIÓN DEL PROFESOR DAVID KNOWLES

David Knowles, insigne historiador del monacato en Inglaterra169

,

profesor emérito de la Universidad de Cambridge, impartió en 1962, dentro

26 18 regulam regula

26 26 cibro cribro

No hemos podido consultar el manuscrito de Zurich. Pero las variantes de T se encuentran en

el aparato de TURK 1, 53-56. Sin embargo es posible que algunas de las variantes reportadas

en la página 133 número 3 sean lecciones equivocadas o también errores tipográficos.

También los errores tipográficos aportados por nosotros pueden ser variantes, que con todo al

menos se deberían corregir en el aparato. Si se exceptúan los dos primeros documentos que

han sido tomados de la edición de J. Laurent, la ortografía de los otros documentos es errática.

Hubiese estado bien también numerar las líneas para hacer más fácil y rápida su consulta.

169 Piénsese, por ejemplo, en su The Monastic Order in England (943-1216), Cambridge 1940

(21949), The Religious Orders in England, 3 vol., Cambridge 1948,1959, etc.

Page 63: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

63

de la Birkbeck Lectures en el Trinity College de Cambridge, unas lecciones

sobre los problemas más discutidos de la historia monástica, es decir, sobre

las relaciones de la Regula Magistri con la Regla de S. Benito y sobre los

primeros documentos de la historia de la Orden Cisterciense. El texto de

estas dos lecciones apareció el 1963170

.

El autor puso por escrito sus lecciones limitándose a exponer las

tesis de Lefèvre171

sin analizarlas a fondo. Knowles no pretendió presentar

una teoría propia. Por eso nuestro cometido es precisar si él ha interpretado

rectamente las tesis de Lefèvre y sus afirmaciones corresponden a los datos

de hecho.

La relación de Knowles es de agradable lectura, porque el auto, más

que discutir las cuestiones técnicas, describe el significado de la

problemática introducida por Lefèvre para la historia de los orígenes de la

Orden Cisterciense. Pero precisamente en esto se revela su debilidad; en

efecto, él en sus afirmaciones resulta superficial y poco exacto. Además, su

relación presenta poquísimas notas; esto constituye quizá otra causa de las

muchas inexactitudes que en ella se encuentran. Si hubiese tratado de

documentar sus observaciones habría descubierto bien sea elementos

discutidos en los que los autores ni siquiera han pensado, o bien elementos

absolutamente ajenos a las afirmaciones de los autores ya mencionados.

Después de una breve exposición del hallazgo de Turk, Knowles

describe la tesis fundamental de Lefèvre. Piensa que Lefèvre ha confrontado

tres codificaciones "completas" encontradas en los manuscritos de Trento

1711, Laibach 31 y en los textos de Dijon que Guignard había publicado.

Knowles además de esto afirma que Turk ha considerado que los textos

editados por Guignard eran para el dossier presentado en 1153 a Eugenio

III172

, mientras que Lefèvre los habría fijado aproximadamente en 1163173

.

170 Véase KNOWLES en el elenco de las abreviaturas.

171 WINANDY y VAN DAMME 1 (solamente los dos artículos primeros) son mencionados

únicamente en la pág. 220. Efectivamente, ni siquiera han sido consultados todos los artículos

de Lefèvre, aunque se ennumeren en la pág. 198. Por ejemplo, en la pág. 204 se habla a la vez

de las cuatro Bulas Sacrosancta, mientras que Lefèvre, más exacto, descubrió una quinta. Por

otra parte, LEFÈVRE 11 no fue utilizado por Knowles, aunque él cita la única Bula de

Alejandro III por él conocida como si fuera del año 1163 y no del 1165.

172 KNOWLES 211. El año 1153 ciertamente es un error de imprenta o una equivocación. La

Sacrosancta de Eugenio III es del 1 de agosto 1152. Algunas líneas anteriores Knowles

escribía: el dossier de Eugenio III en 1152.

173 Así KNOWLES, 211; pero en la pág 212 escribe que según Lefèvre, la CC2 en su forma

definitiva es la de situarse cerca del 1180.

Page 64: Los Cistercienses

Los orígenes de la Orden Cisterciense

64

Estas observaciones atribuyen a Turk y a Lefèvre algo que ellos

nunca han afirmado. Turk sabía muy bien por el examen de las Bulas

Sacrosancta que la CC2

en la forma publicada por Guignard, no pudo ser

presentada en 1152174

. Además la teoría de los manuscritos "completos"

(Knowles los llama dossier) proviene solamente de Lefèvre, a pesar de que

él no incluyó en su tesis fundamental el tercer grupo (los textos de Dijon)

nombrados por Knowles, porque este tercer "grupo", al menos en los

manuscritos conocidos hoy, no existe, ya que Guignard ha recogido los

textos de sus Monuments primitifs buscando aquí y allá en diferentes

manuscritos.

Knowles en varios puntos parece olvidarse de todo esto. Al principio

de su artículo explícitamente habla de diferentes manuscritos de Dijon, que

publicó Guignard y también los indica en una nota175

; confunde después

Dijon 601 (antes 354), que contiene la CC2, con Dijon 114 (antes 82) de las

Consuetudines176

, y en la descripción de la tesis fundamental de Lefèvre

estos textos de diferentes códices se convierten en un único "grupo"177

.

174 Véase más arriba, p. 58 nota 146.

175 KNOWLES, 199, donde expresamente recuerda que el manuscrito 601 contiene CC2, el

633 el Exordium Parvum y el 114 los Instituta.

176 Ibid., 201-202 describe el manuscrito 601 del modo siguiente: El texto (de la CC) era

aparentemente puro, y cuando después Guignard hubo publicado la edición del ms. 601 de la

biblioteca Municipal de Dijon, entonces se llegó al convencimiento general de que se había

dicho la última palabra. El manuscrito de Dijon, escrito en sus diversas partes entre el 1191

y el 1236, provenía de Cister y en él se decía que era el ejemplo para toda la Orden, con la

inscripción "ut praesens liber sit exemplum invariabile…". El mismo texto – como demostró

Guignard – había sido compuesto entre 1173 y 1191, porque contiene en su calendario la

fiesta de S. Tomás de Canterbury, que fue canonizado en 1173… Knowles aquí confunde el

manuscrito 601 (antes 354) de la CC2 con el 114 (antes 82) que no contiene la CC, sino

solamente las Consuetudines y que Guignard (XXVI) data entre 1173 y 1191. Al manuscrito

114 es el a menudo es llamado manuscrit-type por las palabras referidas también por

Knowles. El manuscrito 601, que contiene la CC2, según Guignard (LXX) se escribió entre

1191 y 1194, y fue propiedad de la Abadía de Belleveaux y sólo después del 1480 llegó a

Cister; en efecto no aparece todavía en el catálogo de 1480.

177 KNOWLES, 210-211: Lefèvre…sostiene que estos demuestran la existencia de tres grupos

de manuscritos, cada uno hecho en base a cuatro documentos según el esquema siguiente. La

enumeración procede con el orden cronológico de los manuscritos de cada grupo… Grupo

III: Exordium Cistercensis Cenobi – Carta Caritatis (CC2) – Consuetudines (algunos

decretos) – officia Ecclesiastica, etc. Colección de los M(onumentos) P(rimitivos)

Aquí hay que hacer notar que: a) el Ex. Cisterciensis Cenobii (Ex.P.) en los Monuments

Primitifs de Guignard fue tomado del manuscrito 633 (antes 378) que se tiene que datar entre

el 1224 -1236 (Guignard LX); b) la CC se tomó del manuscrito 601 (véase más arriba nota

176); c) Las Consuetudines en Guignard comprenden los Eclesiástica Oficia, las Instituta

Generalis Capituli apud Cistercium y los Usus Conversorum que se encuentran en este orden

Page 65: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

65

Lefèvre no ha afirmado nunca esto, porque conocía muy bien que este

"grupo", aun si tal vez existió en algún manuscrito, de ningún modo se podía

comparar con la codificación contenida en Trento 1711 y en Laibach 31. Así

debemos afirmar que Knowles no ha descrito del todo bien la tesis

fundamental de Lefèvre.

En otras ocasiones nuestro autor no sólo no rechaza algunas tesis de

Lefèvre sobre la CC, sino que en muchos puntos las aprueba178

. Ve que lo

esencial no está en la datación de los documentos, sino en el hecho de que la

CC ha tenido un largo desarrollo, que hoy es innegable.

De modo totalmente diverso juzga la teoría de Lefèvre con

referencia al Ex.C. y al Ex.P. Afirma que Lefèvre de ningún modo ha

probado que el Ex.P. no se haya escrito antes del 1152 y que el Ex.C. ya

existía en 1119. Es verdad que Knowles acepta la tesis de Lefèvre según la

cual el Ex.P es un escrito oficial sobre los inicios de la Orden, pero rechaza

precisamente por esto la opinión de Lefèvre, que había querido sostener que

el Ex. P. trata de los orígenes de la Orden Cisterciense de una manera más o

menos falsa. No obstante esto, Knowles declara seguidamente que tiene

dificultades para datar en 1119 el Ex. P. en la forma que hoy se conoce,

porque se afirma demasiado explícitamente que el escrito proviene de los

verdaderos fundadores de Cister.

Knowles aquí confunde el manuscrito 601 (antiguamente 354) de la

CC2

con el 114 (antes 82) que no contiene la CC sino solamente las

Consuetudines y que Guignard (XXVI) ha datado entre 1173-1191. El

manuscrito 114 es aquel que a menudo es llamado manuscrit-type por las

palabras citadas también por Knowles. El manuscrito 601, que contiene la

CC2, según Guignard (LXX) fue escrito entre 1191-1194 y fue propiedad del

la Abadía de Belleveaux, y sólo después de 1480 llegó a Cîteaux; en efecto

no aparece aún en el catalogo de 1480.

en el manuscrito 114. Por consiguiente las Consuetudines, por una parte no se pueden poner

al mismo nivel que las Instituta Generalis Capituli como hizo Knowles –por otra parte

contienen los Oficia Eclesiástica que Knowles intencionadamente muestra aparte. En la pág.

215 por ej. escribe: Este (el Ex. P) sirve como de introducción a la Carta Caritatis (CC2) en la

colección oficial de los M(onuments) P(rimitifs).- "Colección oficial" realizada por Guignard

en 1878….

178 KNOWLES, 211: Lefèvre con una cantidad de argumentos complicados, pero al mismo

tiempo convincentes, demostró que el grupo II (Ex.P. – CC1 – Instituta cap. gen. – Oficia

Eccl. del ms. de Laibach 31) era la colección de Eugenio III en 1152-3 - Knowles un poco

más adelante, pags. 212-213 cree debe seguir a Lefèvre y sin embargo data la CC1 en 1119.

Page 66: Los Cistercienses

Los orígenes de la Orden Cisterciense

66

Pero una tal insistencia es demasiado llamativa para ser aceptada

incondicionalmente179

. Knowles no pretende resolver este problema, sólo

quiere indicarlo .

Recapitulando, digamos que prevemos que la relación del profesor

Knowles hallará amplia difusión entre los estudiosos y terminará por atraer

su atención sobre nuestro problema: en esto consistirá su mérito. Tenemos,

sin embargo, que deplorar que este famoso profesor, que tan ásperamente

criticó el método de exposición de Turk y Lefèvre180

, no haya él mismo

evitado errores tan desagradables181

.

7. LOS ARTÍCULOS DE LA DOCTORA EDITH PÁSZTOR

Después de la publicación de nuestro artículo en alemán182

, la

doctora Edith Pásztor ha escrito dos artículos sobre los origenes

179 KNOWLES, 219.

180 KNOWLES,209: Ni Turk ni Lefèvre pueden pretender ser maestros en claridad. Ibd., 220-

221: Los historiadores que desean familiarizarse con los temas de esta materia deben

recorrer un arduo ejercicio de cincel y por consiguiente hacerse dueños de los suyos (de

Lefèvre) dispersos y no bien asimilados artículos. Ni Turk ni Lefèvre han demostrado

dominar todos los ejercicios de la pericia de un estudioso. Los dos se han precipitados

demasiado al publicar sus hallazgos, antes de que pudieran ser plenamente digeridos y

considerados; los dos, en consecuencia han utilizado una enorme cantidad de espacio para

una materia que habría merecido ser examinada severamente y ordenada antes de la

redacción final del artículo y los dos finalmente, han demostrado ser escritores desordenados

y jueces impulsivos.

181 Además de los mencionados errores queden puntualizados también los siguientes: en pág.,

203 Knowles por ej. Escribe: Turk describe sus descubrimientos en un artículo en esloveno en

una oscurísima publicación en la revista Kapisztrán Nyomda, pp. 5-10, 27-8. En esta frase

hay algunos errores: a) Kapisztrán Nyomda no es una revista sino la tipografía S. Juan de

Capristano de Vác (Hungría) donde el P. Hümpfner publicó su librito (Exordium Cistercii…).

(Knowles tacha a este librito de oscura publicación, aunque evidentemente, ni siquiera lo ha

conocido). Si la Kapisztrán Nyomda fuese una revista como Knowles pensaba, debería haber

citado no sólo la página sino también el año de la revista; b) El trabajo de Turk apareció como

libro en la serie de las publicaciones de la Academia eslovena de las ciencias (véase p.26 nota

7) por consiguiente, no es un artículo y no se trata de una publicación "oscurísima".

En la pág., 210 Knowles escribe: …de la llamada Summa CC se ha pensado por mucho

tiempo que era un tardio resumen de la CC editada por Guignard (CC2 de Turk)…

¿Pero quién ha sostenido esta opinión?. La Summa CC fue publicada por vez primera en 1932

y ya Hümpfner (véase p.26 nota 5) hizo notar que es anterior a la CC entonces conocida

(=CC2).

182 Véase la presentación del artículo.

Page 67: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

67

cistercienses. El primero183

podría ser definido, de algún modo, como una

recensión de nuestro trabajo, el segundo184

, en cambio, examina toda la

problemática desde el punto de vista metodológico, ya que, afirma Pásztor,

el hecho de que muchos interrogantes todavía permanezcan en suspenso,

depende sobre todo… de los límites de muchos de estos estudios, conducidos

sin aquellas exigencias críticas, filológicas e históricas, que sin embargo,

son indispensables en tales investigaciones185

. Pásztor aplica estos criterios a

los estudios de Lefèvre y de Van Damme, analizando los problemas de la

CC186

y de las fuentes narrativas, y especialmente los documentos contenidos

en el Exordium Parvum187

. Al final la autora insiste muy oportunamente en

la necesidad de situar los orígenes cistercienses en el marco histórico del

tiempo188

.

El artículo de Pásztor ha sido recensionado por Van Damme189

, que

lo ha aclamado con "alegría y gran esperanza" poniendo de relieve el valor

de la objetividad y la imparcialidad190

. Van Damme en general acepta las

críticas que le dirige Pásztor, pero en algunos puntos trata de defender sus

posiciones pero sin corraborarlas con nuevos argumentos191

.

El artículo de Pásztor repite y completa lo que se ha dicho en nuestro

artículo publicado en alemán. Queda fuera de duda que no se dará ningún

paso adelante en las investigaciones sobre los orígenes cistercienses, hasta

183 E. PÁSZTOR, Estudi e problemi relativin alle primi fonti cisterciensi: Annali della Scuola

Especiale per Archivisti e Bibliotecari del'Universitá di Roma 4 (1964) 137-144.

184 E. PÁSZTOR, Los orígenes de la Orden Cisterciense y la reforma monástica: Analecta

Cist. 21 (1965) 112-127.

185 Ibd., 113.

186 Ibd., 113-119.

187 Ibd., 119-126.

188 Ibd., 126 s. Nos contentamos con estas breves puntualizaciones, dado que el artículo de la

Pásztor está escrito en italiano, y es fácilmente accesible en las Analecta Cisterciensia

Redacción y administración: Piazza Tempio di Diana,14 – 00153 Roma).

189 J.B. VAN DAMME, Los orígenes cistercienses, Cîteaux 18 (1967) 263-265.

190 Ibd., 263.

191 Dado que no se trata de cuestiones de mayor relieve, para más detalles remitimos a la

recensión misma de Van Damme. Pero permítasenos preguntar cómo pudo llegar Van Damme

a afirmar que según la Pásztor los fundadores de Cister estuvieron dos veces en Lyon por la

primera carta del legado de Hugo: …la lettre du légat Hugues nie implicitement que les

fondateurs soient halles deux fois à Lyon pour avoir una audience… (Cister 18 [1967] 263),

cuando la Pásztor simplemente escribe: Los monjes regresan de Lyon a Molesmes… (p. 125).

Page 68: Los Cistercienses

Los orígenes de la Orden Cisterciense

68

que no se observen minuciosamente las recomendaciones metodológicas de

la autora.

8. LA BULA AD HOC IN DE CALIXTO II (1119)

En 1964 J.A. Lefèvre ha dedicado un largo artículo para discutir si la

Bula Ad hoc in de Calixto II, que por vez primera aprobaba la constitución

de los Cistercienses, tenía una "suscripción larga" o no192

. Por diferentes

razones en éste artículo, hasta ahora, no hemos recensionado el trabajo de

Lefèvre, pero antes de concluir la presente reseña deseamos tratarlo.

Lefèvre sintió curiosidad por el hecho de que en el ms. Car. C. 175

de la Biblioteca Central de Zurich la Bula termina con el siguiente texto:

Ego Kalixtus katholicae ecclesiae episcopus confirmavi ut pitantiae

non administrentur in refettorio apud Cistercium tempore Generalis

Capituli. Finit Karta caritatis. Amen193

.

Lefèvre se preguntaba si las palabras ut pitantiae…Capituli podían

ser consideradas como añadidas por el Papa mismo en el momento de la

firma o no, o sea, planteaba la cuestión de la autenticidad de esta

"subscripción larga". Con este fin ha descrito ampliamente los trece

manuscritos anteriores al siglo XVI contenidos en la Bula para ver sus

derivaciones y para llegar a las conclusiones que la subscripción le permita

resolver194

.

El examen muestra que de los trece manuscritos solamente nueve

llevan la firma: tres de ellos la llevan en forma breve, por lo tanto sin las

palabras ut pitantiae…Capituli195

, cuatro en forma larga 196

y otros dos

manuscritos contienen un texto más largo todavía197

.

192 J.A. LEFÈVRE, La Bulle Apostolicae Sedis pour Cîsteaux avait-elle une souscription

longue?, Revue Bénédectine 74 (1964) 111-143. En adelante citaremos este artículo con la

sigla LEFÈVRE 16. Notemos ya aquí que la Bula no empieza con las palabras Apostolicae

Sedis, como haría suponer el título del artículo de Lefèvre, sino más bien con Ad hoc in

Apostolicae Sedis…

193 Véase la edición de J.B. VAN DAMME, Documenta pro Cisterciensis Ordinis historiae

ac juris studio, Westmalle 1959,21. El texto se cita ya en TURK 1,18.

194 Éste examen ocupa 24 página: LEFÈVRE 16, 113-135.

195 Son los manuscritos Metz 1247, Donaueschingen 413 y Tarragona 88.

196 Son los manuscritos Heiligenkreuz 131. Lilienfeld 108, Zwetti 141 y Zurich Biblioteca

Central Car. C. 175. (Nótese que Lefèvre en este artículo en lugar de Car. C. 175 escribe casi

Page 69: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

69

Lefèvre se ha preguntado frecuentemente si podía ser probable que

el Papa, en su firma, hubiese añadido esta decisión sobre las pitantiae. Al

presente se inclina por la hipótesis198

de la autenticidad de la suscripción

larga 199

y cree que las reglas de la cancillería de Calixto II no constituyen

dificultad200

.

La extraña fórmula del ms. de Zurich ya había sido observada por

Turk:

Scriptor…subscriptionem Papae inepte ad aliquod statum

adiunxit201

quod Capitulum Generale Ordinis Cistercensis a. 1120,

postquam CC a Papa iam approbata fuit, decreverat, scil. Ne

Abbatibus in Capitulo Generali congregates pictantiae amplius

administrarentur. Textus hoc modo confuses est…202

Para Turk se trataba de un error del copista y para él la "subscripción

larga" de hecho no era auténtica.

Van Damme, recensionando el artículo de Lefèvre, ha expresado

algunas dudas sobre la autenticidad de la suscripción203

. Resalta que Lefèvre

no ha examinado suficientemente si se trata del error de un copista, porque

los manuscritos que contienen la suscripción breve parecen ser de mucha

siempre erróneamente C.275 (pp. 120, 130, 131, 132, en cambio en las pp. 134 y 142 escribe

"C. 175").

197 Se trata de dos manuscritos ingleses: Londres , Brit. Mus. Addit 18148 y Manchester,

Rylands Libr. Lat. 319.

198 Subrayamos que esta vez el mismo Lefèvre habla de una hipótesis: Je me rallie quant à

moi, à cette hypothèse qui permet d'espliquer d'une manière plausible la composition du

texte; LEFÈVRE 16,139.

199 Ibd., 140: II n'est plus possible d'affirmer que la présence d'une souscription longue à la

Bulle de Calixte II soit due à la fantaisie d'un copiste, ni à une interpolation du XIIIe siècle,

dont on ne voit pas le motif ou l'intérêt à cette époque-là. La souscription longue a donc bien

été donnée, en 1119, par Calixte II à la demande des Capitulants, désireux de voir approuver

solennellement un statut d'actualité sur la pitance des abbés.

200 LEFÈVRE 16,135 s. Los dos ejemplos invocados en la nota 1 de la pág. 136, pero no son

de hecho ad rem!.

201 Hubiera sido mejor decir: …ad subscriptionem papae inepte titulum alicuius statuti

adjunxit…

202 TURK 1,18.

203 J.B. VAN DAMME, Problème des origines de Cîteaux: Collectanea Cist. 27 (1965) 239-

242.

Page 70: Los Cistercienses

Los orígenes de la Orden Cisterciense

70

más importancia: tres manuscritos conteniendo la CC1 y otros dos

manuscritos completos de la Bula tienen la suscripción Breve204

.

Entrar en el examen de cada manuscrito para la cuestión de la

"subscripción larga" aquí quedaría fuera de lugar, pero permítasenos

proponer para la explicación del fenómeno una hipótesis, que no vemos

propuesta hasta ahora por nadie.

Después de los estudios de Lefèvre, los estudiosos sostienen

unánimamente esta ordinaria sucesión de los documentos en las familias de

manuscritos que contienen el primitivo habeas cisterciense:

1) Exordium Parvum

2) CC con la Bula de Calixto II

3) Instituta Capituli Generalis apud Cistercium, Eccl. Officia, etc.

Hasta hoy conocemos siete manuscritos conteniendo la CC205

. En

todos estos, la CC1 está precedida por el Exordium Parvum, que es, por

consiguiente, una introducción a la CC1. Hay que señalar que todos estos

manuscritos contienen también el capítulo De Abbatiis del Exordium

Parvum, capítulo, que sin embargo, falta al final del Exordium Parvum

cuando está seguido no de la CC1 sino de la Bula de Calixto II y de la CC

2.

La tabla siguiente permite ver mejor la sucesión de los documentos:

Ms. Ex. Parvum CC1 Bula CC

2 Inst.Cap.

Gen. cc. 1-

17

c. 18

De Abbatiis

= c. 12 de

la CC1

= c.18 del

Ex. P.

Tipo I 1 2 3 4 5

Tipo II 1 falta falta 2 3 4

El hecho curioso, por lo tanto, es el siguiente: la Bula de Calixto II

en el tipo II de los manuscritos aparece como número 18 del documento. Sin

embargo en el manuscrito de Zurich el capítulo Abbatiis tiene el número

17206

, de modo que también allí la Bula, y aún toda la CC con la Bula

constituye prácticamente el número 18. Ahora bien, la fórmula ut

204 Se trata de los manusritos indicados en la nota 176 y de los manuscritos París, Bibl. Nat.

Lat. 15292, fol. 236v. y Dijon, Bibl. Municip. 598, p. 135s. (De éste último no habla Lefèvre

en su artículo).

205 Son Laibach (Ljubljana), Bibl. Univ. 31, Metz 1247, Tarragona 88 y 162, Poblet EC 27,

Lisboa, Bibl. Nat. F. Alcobaça 187, Zurich, Bibl. Centrale Car.C. 175. No contamos aquí el

ms. 413 de Donaueschingen, el cual tiene una estructura particular y contiene solamente los

capítulos 10 y 11 de la CC1.

206 J.B. VAN DAMME,Documenta…, Westmalle 1959, 21.

Page 71: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

71

pitantiae…Capituli es el título en el n. 19 de las Instituta Capituli Generalis.

La explicación más simple del error del copista nos parece la siguiente: el

copista después de haber transcrito los dieciocho primeros números, en lugar

de empezar con el número 1 de las Instituta Capituli Generali, pasó al

número 19 de éstos, que tiene el título: Ut pitantiae… Capituli. Con otras

palabras: el hecho de que el título Ut pitantiae…Capituli lleve el número 19

hace suponer como se llegó al error207

. Y una vez hecha la confusión, toda

una familia de manuscritos quedó contaminada.

Veamos ahora la "suscripción larga" en los seis manuscritos

descritos por Lefèvre. Los seis manuscritos se dividen claramente en tres

grupos: el primero está constituido por el ms. Car. C. 175 de Zurich, que

contiene la CC1; el segundo por dos manuscritos ingleses; el tercero por tres

manuscritos austriacos.

a) El ms. Car. C. 175 de la Biblioteca Central de Zurich

Ya que el ms. no da ningún número a las Instituta monachorum

cisterciensium de Molismo venientium que constituye en todos los

manuscritos y ediciones el capítulo 15 del Exordium Parvum, el capítulo De

Abbatiis se convierte en capítulo 17. La CC constituye el capítulo o número

18 –hay que tener en cuenta que la Bula de Calixto II, de nuevo por un error,

se convierte en capítulo 11 en vez de 12 de la CC – y al final está la

"suscripción larga", que es el título del número 19 de las Instituta Capituli

Generalis.

Que la numeración continua de los documentos estuviera en uso, se

ve claramente por ej. en el caso del ms.88 de Tarragona, en el que la CC

después de los 18 números del Exordium Parvum recibe el número 19208

.

Ciertamente no era el copista del ms. de Zurich el primero en

introducir la "suscripción larga", porque éste códice no contiene las Instituta

Cap. Gen., sino las Consuetudines quae servantur in domo Cisterciensis

matre Ordinis209

. El error se encontraba pues ya en el ms. transcrito por el

que copió el ms. de Zurich.

207 Ésta hipótesis nos parece la explicación más simple del hecho. Lamentablemente ninguno

de los manuscritos con la "suscripción larga" conocidos hoy contiene las Instituta Cap. Gen.:

por ello esta hipótesis no puede ser comprobada.

208Véase dos textos más de la Carta Caritatis Prior: Poblet 2 (1949) 59.

209 Cf. B. GRIESSER, Consuetudines Domus Cisterciensis: Analecta S.O.Cist. 3 (1947) 138-146.

Page 72: Los Cistercienses

Los orígenes de la Orden Cisterciense

72

b) Los mss. Londres, British Mus. Addit. 18148 y Manchester,

Rylands Libr. lat. 319.

Estos dos manuscritos se pueden tratar juntos: falta en los dos el

capítulo de Abbatiis, la Bula de Calixto II constituye el número 18, y la

firma del Papa se encuentra seguida del texto siguiente:

Ego Callixtus catholice ecclesie episcopus confirmavi ut pitancie

non administrentur in refectorio apud Cistercium tempore Generalis

Capituli. Nos Abbates illo tempore decem, sicut solemus Cistercium

post annum, venientes, rogabamus domnum Stephanum et, fratres,

ne nobis in refectorio solite pitantie post duo pulmenta regularia

presentarentur quia et in refectorio in distributione harum rerum

videbatur esse quedam inquietudo fratum et in mora illa diminutio

dormitionis fratum. Tunque Abbate illo et fratibus consentientibus

stabilivimus ne ista nobis illo tempore amplius fierent210

.

Aquí no sólo tenemos el título, sino también el texto del número 19

de las Instituta Cap. Gen…! Por eso el error aquí es todavía más claro, tanto

que incluso en el ms. de Londres el texto ut pitantie…fierent ha sido después

tachado.

c) Los mss. Heiligenkreuz 131, Lilienfeld 108 y Zwettl 141

Estos son de la misma familia, pero no son "tipos puros" en cuanto a

la sucesión de los documentos. Son también tardíos, y contienen la CC2.

Después de los 17 números del Exordium Parvum (falta por lo tanto

el caput de Abbatiis) sigue la Bula de Calixto II, seguida a su vez de la CC.

También aquí nos hace pensar el hecho de que después de la Bula, que

resulta número 18 del Exordium Parvum, viene el título del número 19 de las

Instituta Cap. Gen.

Nótese sin embargo que Lefèvre ha intentado dar también una

edición crítica de la Bula de Calixto II. Lamentablemente la edición no

puede satisfacer porque contiene numerosos errores de transcripción211

. La

210 LEFÈVRE 16, 111.

211 He aquí el elenco de las equivocaciones de Lefèvre: LEFÈVRE 16,142s.:

línea 9 loco Gratulemur lege congratulantes

14 Necessariis necesaria

17 Gratulantes congaudentes

19 Decrevimus decrevistis

22 Nostri nostre

25 Satisfaciat satisfaciant

Page 73: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

73

suscripción en su edición es breve, a pesar de su hipótesis de la autenticidad

de la "suscripción larga". Así para el texto completo será necesario recurrir

todavía a la edición Nomasticon Cisterciense212

, porque el texto en las

ediciones Mansi, Migne, y también en el Marilier, contiene algunos

errores213

.

Hemos llegado al final de nuestra relación. Esperamos haber

conseguido clarificar, en la medida de lo posible, las diversas tesis. De todo

lo dicho aparece evidente que la cuestión de la datación de los primeros

documentos históricos de la Orden Cisterciense presenta una problemática

muy difícil. Esto podría desagradar a algunos. Para otros la nuestra podrá

parecer una cuestión vana: si para la recta interpretación de la CC el Abad de

Cister y los cuatro Protoabades antes de la Revolución Francesa no dudaron

en emprender procesos unos contra otros durante más de cien años, ¿los

historiadores contemporáneos tal vez querrán, quizá bajo otra forma,

reemprender las antiguas hostilidades?. Nosotros pensamos, en cambio, que

esta discusión es muy útil, es más, necesaria. Ha llevado, hasta ahora, al

siguiente balance:

1) El problema de la datación de los documentos más discutidos no

está todavía definitivamente resuelto. La discusión, por consiguiente, no ha

alcanzado el fin que se había propuesto.

2) De las contribuciones a la discusión que se ha desarrollado hasta

ahora, queda confirmado claramente que la CC y las instituciones de la

30 Confirmavi confirmavi et subscripsi

32 Datur Datum

32 Sedeloco Sedeloci

33 Diacono diaconi

212 H. SÉJALON, Nomasticon Cisterciense, Solesmes 1892,73s.

213 MANSI 21, 190 y MIGNE, Patr. Lat. 163, 1147 contienen cuatro errores: numerando las

líneas según la edición de Lefèvre:

linea 5 loco Recta lege recte

23 confirmationi et constitutioni confirmationi huic et constitutioni

29 laicos professos laicos vel professos

32 Sodoloci Sedeloci

J. MARILIER, Chartes et documents concernant l'Abbaye de Cîteaux (1098-1182), Biblioteca

Cisterciensis, 1, Roma 1961, 81 d contiene las equivocaciones siguientes: (Numeramos la

líneas de la edición de Marilier)

línea 18 loco nostre lege vestre

19 pertubatione perturbatrix

25 diaconus diaconi

Page 74: Los Cistercienses

Los orígenes de la Orden Cisterciense

74

Orden Cisterciense han experimentado una larga evolución, que ya hoy

puede ser descrita a grandes líneas, aunque serán posibles pequeños cambios

a causa de la datación todavía no definitivamente resuelta.

3) La discusión, como hemos dicho, no ha clarificado del todo la

historia de los primeros decenios de la CC, pero ha contribuído mucho al

recto conocimiento de la CC, que durante siglos era la única conocida y

sobre la que tanto se había discutido.

4) La investigación sobre los orígenes de la Orden Cisterciense tiene

todavía mucho camino por recorrer. Nos parece que ha llegado el tiempo de

preparar una edición verdaderamente crítica de los documentos

recensionados sobre la base de todos los manuscritos, y de publicar un

detallado comentario al menos sobre la CC2. Con esto se daría un gran paso

adelante sobre la historiografía de los inicios de la Orden Cisterciense214

. En

la espera de esto sería útil abandonar las discusiones inútiles y estériles.

214 También el P. Van Damme parece ser de esta opinión: Nous sommes toujours conscients

de n'avoir fait que du provisoine. En vue d'aboutir à des conclusions valables, on devra

abandonner les disputes non fondées sur des textes critiquement étabilis, et souhaiter que

l'édition de ces textes ne se fasse plus attendre longtemps. Hic labor, hoc opus!: J.B. VAN

DAMME, Les origines Cisterciennes, Cîteaux 18 (1967) 265.

Page 75: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

75

ELENCO DE LAS ABREVIATURAS

BOUTON G. DE BEAUFORT (alias Jean de la Croix BOUTON), La Charte de

Charité Cistercienne et son évolution, RHE 49(1954) 391-437.

CC Carta Caritatis.

CC1 Carta Caritatis Prior, ed. TURK 1,52-56.

CC2 Carta Caritatis Posterior, ed. TURK 1,57-61.

Documenta Documenta pro Cisterciensis Ordinis historiae ac juris studio collecta a

J.B. Van Damme, Westmalle 1959.

Ex. Cist. Exordium Cistercii (incipit: In Episcopatu Lingonensi) ed. LEFEVRE 2,

97-98.

Ex. Parvum Exordium Parvum (incipit: Nos Cistercienses), ed. Documenta, 5-15.

FICHES J. de la Croix BOUTON, Histoire de l'ordre de Cîteaux, Westmalle 1958-

1968.

GUIGNARD Ph. GUIGNARD, Les monuments primitifs de la règle cistercienne

publiés d'après le manuscrits de l'Abbaye de Cîteaux, Dijon 1878.

KNOWLES D. KNOWLES, The Primitive Cistercian Documents, en: Great

Historical Enterprises. Problems in Monastic History, London-

Edinburgh, s.a. (1963) 199-224.

LAIBACH Laibach (Ljubljana), Universitätsbibliothek, Ms. 31, ed. Anacleta S.O.

Cist. 6 (1950) 1-124.

LEFÈVRE 1 J. A. LEFÈVRE, La véritable Carta Caritatis primitive et son évolution.

1114-1119. Coll. OCR 16 (1954) 5-29.

LEFÈVRE 2 ID., La véritable constitution Cistercienne de 1119, Coll. OCR 16 (1954)

77-104.

LEFÈVRE 3 ID., A propos de la composition des Instituta Generalis Capituli apud

Cistercium, Coll. OCR 16 (1954) 157-182).

LEFÈVRE 4 ID, Pour une nouvelle datation des Instituta Generalis Capituli apud

Cistercium, Coll. OCR 16 (1954) 241-266.

LEFÈVRE 5 ID, Les traditions manuscrites des Usus Conversorum de Cîteaux, Coll.

OCR 17 (1955) 11-39.

LEFÈVRE 6 ID, L'évolution des Usus Conversorum de Cîteaux, Coll. OCR 17 (1955)

65-97.

LEFÈVRE 7 ID, Un texte inconnu de l'Exordium Cistercii et de la Summa CC dans la

ms. Melun 55, Coll. OCR 17 (1955) 265-271.

LEFÈVRE 8 ID, A propos des sources de la législation primitive de Prémontré, Anal.

Praem. 30 (1954) 12-19.

LEFÈVRE 9 ID, Le vrai récit primitif des origines cisterciennes est-il l'Exordium

Parvum?, Le Moyen Age 61 (1955) 79-120 e 329-361.

LEFÈVRE 10 ID, A propos d'un nouxeau texte de la CC Prior dans le ms. Metz 1247,

Revue Bénéd. 65 (1995) 90-109.

LEFÈVRE 11 ID., Une Bulle inconnue d'Alexandre III dans le ms. Dijon 87, Cist.

Chronik 62(1955) 1-8.

LEFÈVRE 12 ID., S. Robert de Molesme dans l'opinion monastique du XIIe et du XIIIe

siècle, Anal. Bolami. 74 (1956) 50-83.

LEFÈVRE 13 ID., Que savons-nous du Cîteaux primitif?, RHE 51 (1956) 5-41.

LEFÈVRE 14 ID., Les traditions manuscrites des l'Exordium Parvum, Scriptorium 10

(1956) 42-46.

LEFÈVRE 15 ID., B. LUCET, Les codifications cisterciennes aux XIIe et XIIIe siècle

d'après les traditions mannuscrites, Analecta SOC 15 (1959) 3-22.

SUMMA CC Summa Cartae Caritatis, ed. LEFÈVRE 2, 99-181 y Documenta 23-25.

Page 76: Los Cistercienses

Los orígenes de la Orden Cisterciense

76

TRENTO 1711 Trento, Biblioteca Comunale, Manoscritto 1711, ed. Documenta 21-28

(Ex. Cist.; Summa CC, Capitula) e Analecta SOC 12 (1956) 153-288

(Eccles. Oficia).

TURK 1 J. Turk, Charta Caritatis Orior, Analecta SOC 1(1945) 11-61.

TURK 2 ID., Cistercii Statuta antiquissima, Analecta SOC 4 (1948) 1-159.

VAN DAMME. 1 J.B. VAN DAMME, Autour des origines cisterciennes Coll. OCR 20

(1958) 37-60; 153-168; 374-390 e 21 (1959) 70-86; 137-156. Los

artículos han aparecido también en "separata" con el mismo título:

Westmalle 1959, pg. 95. Nosotros citamos según el número original de las

páginas y de los artículos, por tanto, VAN DAMME 1, 1958, 48 significa:

Coll. OCR 20 (1958) 40.

VAN DAMME 2 ID., Genèse des Instituta Generalis Capituli, Cîteaux 12 (1961) 28-60.

VAN DAMME 3 ID., Formation de la Constitution Cistercienne, Esquisse historique,

Studia Monastica 4 (1962) 111-137.

VAN DAMME 4 = ID., La Constitution Cistercienne de 1165, Analecta SOC 19 (1963) 51-

104.

WINANDY = J. WINANDY, Les origines de Cîteaux et les travaux de M. Lefèvre,

Rev. Bénéd. 67 (1957) 49-76.

N.B. - Suponemos un conocimiento, aunque sólo sea muy sumario,

de los documentos estudiados por nosotros. Dos de ellos refieren los

orígenes de la Orden: el primero (Ex. Parvum) que consta de diecinueve

capítulos, incluye también en el texto ocho documentos; el segundo (Ex.

Cistercii) consta solamente de dos capítulos. En cuanto a la CC hay que

distinguir cuatro documentos: la CC primitiva, la CC1, la Summa CC y la

CC2. Su contenido ha sido expuesto en nuestro artículo.

Page 77: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

77

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78

Page 79: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

79

LA VIDA CISTERCIENSE ACTUAL

(Declaración del Capítulo General de la Orden

Cisterciense del año 2000)

INTRODUCCIÓN

1. FINALIDAD DE ESTA DECLARACIÓN

1

Nosotros, los miembros del Capítulo General, congregados para

proceder a la renovación acomodada de nuestra Orden1, oídos los diversos

pareceres y tras madura deliberación, deseamos establecer en primer lugar

los elementos principales de nuestra vocación y de nuestra vida, para indicar

los fundamentos sobre los cuales debe descansar toda la obra de renovación.

En esta Declaración queremos exponer sincera y noblemente

nuestros propósitos acerca de la renovación acomodada, los fines que

perseguimos y los caminos a seguir para conseguirlos.

2

Con nuestra Declaración de ninguna manera queremos impedir

ulteriores reflexiones o nuevas soluciones, ya que también las futuras

generaciones cistercienses tendrán el derecho y la obligación de buscar

nuevas soluciones más idóneas y mejores de vida monástica, del mismo

modo que lo hicieron los Fundadores de Cister en el siglo XII, y las

generaciones que les siguieron. Así pues seremos verdaderos seguidores de

los Padres que fundaron el Nuevo Monasterio, si no cesamos de buscar

1 Texto del Cap. Gen.del 1968/69 revisado y aprobado en el Capítulo General del 2000. En

1968/69, las sesiones del Capítulo General especial duraron, el año 1968, en Roma, desde el

21 de septiembre al 12 de octubre; y en la del año 1969, en Marienstatt, en el Westerwald,

desde el 22 de julio al 11 de agosto. Todos los miembros de la Orden recibieron una

"Consulta personal", de la cual hubo 1.392 respuestas. Además se dio también una "Consulta

para los monasterios", cuyas preguntas había que presentar y responder comunitariamente.

Los resultados fueron evaluados por una Comisión creada especialmente para esto, y enviadas

a los Abades. Antes del Capítulo General del año 2000 se hizo una nueva consulta a las

comunidades para la adaptación de algunos puntos.

Page 80: Los Cistercienses

La vida cisterciense actual

80

nuevos caminos y maneras mediante los cuales podamos vivir siempre con

más plenitud nuestra vocación según la voluntad de Dios.

2. FUENTES DE NUESTRA VIDA

3

Para poder establecer los elementos fundamentales de la vida

cisterciense de hoy, es necesario, ante todo, señalar las fuentes en las cuales

podamos hallar las ideas básicas y el impulso necesario para ordenar nuestra

vida religiosa, y cómo hemos de usar de ellas.

a) El Evangelio y el Magisterio de la Iglesia

4

El Evangelio, y especialmente la vida y la doctrina de Cristo, tal

como vienen expuestas en el Evangelio, explicadas por el Magisterio

siempre vivo de la Iglesia, y reflejadas en la conciencia y la experiencia de la

misma Iglesia2, es la fuente primaria, la ley suprema y la norma a la cual

debemos conformar nuestra vida. Entre los documentos del Magisterio de la

Iglesia, para nosotros ocupan un lugar privilegiado en estos momentos las

Constituciones y los Decretos del Concilio Vaticano II, especialmente el

Decreto Perfectæ Caritatis, y documentos posteriores del Magisterio de la

Iglesia que tratan de la vida monástica y consagrada los cuales nos urgen

para realizar la renovación de nuestra vida.

b) La tradición monástica

5

Los principios de la vida cisterciense de hoy día descansan sobre la

tradición monástica. Evidentemente, debemos tener presente toda la

tradición del monacato cristiano, es decir, de una parte aquella que precede y

aquella que sigue a san Benito, y de otra parte la que corresponde al período

inicial de Cister, y la que corresponde a la vida cisterciense de los siglos

posteriores. En la obra de renovación hemos de hacer los posibles para que

nuestra vida cisterciense actual sea una continuación fecunda y orgánica de

los valores de la tradición monástica. No ignoramos en absoluto la índole

2 Véase el decreto Perfectæ Caritatis, 2a. Cf. igualmente, Abad Anselmo SCHULZ, OSB,

Nachfolgen und Nachnamen. Studien uber das Verhältnis der Neutestamentlichen

Jügernschaft zur nachchristlichen Vorbildethik (Munich 1962); Jünger des Herrn. Nachfolge

Christi nach dem Neuen Testament (Munich 1965) y Unter dem Anspruch Gottes. Das

neutestamentliche Zeugnis von der Nachahmung (Munich 1967); así como F. WULF,

Kommentar zum Dekret über die zeitgemässe Erneuerung des Ordenslebens, en Das Zweite

Vatikanische Konzil, volumen II (Friburgo de Brisgovia 1967), p. 250-307.

Page 81: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

81

histórica de esta tradición, que ha de ser interpretada y juzgada según los

criterios de la ciencia histórica. Las recientes investigaciones tanto en

historia como en teología del monacato demuestran claramente la

multiplicidad y variedad de los esfuerzos realizados y de las formas del

monaquismo antiguo, y exigen la distinción entre los elementos

permanentemente válidos y los elementos transitorios3.

Por consiguiente, hemos de estudiar diligentemente las tradiciones y

los documentos de toda la historia monástica, y valernos de ellos con

prudente fidelidad y libertad, al establecer los principios y obligaciones de

nuestra vida.

c) Regla de san Benito

6

La Regla de san Benito, testimonio excelente de las ideas y de las

experiencias del monaquismo antiguo, ocupa y ocupará un lugar principal

entre los documentos de vida monástica. Los monjes benedictinos y

cistercienses estudiaban la Regla con meditación asidua, la interpretaban y la

adaptaban sin cesar a las necesidades del tiempo en que vivían4. En

consecuencia las ideas principales de la Regla penetraron toda la historia de

Occidente, y todavía hoy constituyen la parte más importante de la herencia

monástica. Para nosotros, pues, constituye no solamente una fuente

permanente de inspiración para ordenar rectamente nuestra vida, sino que,

tanto en lo que concierne al criterio fundamental de la vida espiritual como

en las formas constitutivas de la vida cenobítica, la Regla de san Benito

conserva una plena autoridad en sus elementos esenciales y permanentes5.

3 La literatura relativa a esto es muy rica y en gran parte francesa. Permítasenos aludir aquí

únicamente a los más conocidos trabajos. Ph. SCHMITZ, Jean LECLERQ, K. HALLINGER,

B. STEIDLE, y: Théologie de la vie monastique. Etudes sur la Tradition patristique,

Théologie, 49 (París1961) y Théologie de la vie monastique d'après quelques grands moines

des époques moderne et contemporaine, Revue Mabillon 51 (1961) 91-302.

4 Véase A. DIMIER, Les concepts de moine et de vie monastique chez les premiers

Cisterciens, Studia Monastica 1 (1959) 409: …cabe señalar que, por encima de los textos

oficiales en que los primeros Cistercienses codificaron su legislación, no se encuentra la

expresión regula ad litteram.

5 Aquí se traduce palabra por palabra el texto del Congreso de los Abades de la Confederación

Benedictina del año 1967 Sobre la vida benedictina, que en el texto original latino dice: Sive

agatur de linea fundamentali vitae spiritualis sive de formis bene definitis structuræ vitæ

coenobiticæ, Regula Benedicti plenam ostentat auctoritatem in suis elementis essentialibus et

permanentibus (16b). La traducción alemana aparecida en Erbe und Auftrag 45 (1969) 30, no

es exacta.

Page 82: Los Cistercienses

La vida cisterciense actual

82

7

La Regla es también un documento histórico, íntimamente

relacionado con las condiciones de su tiempo6. También su uso y sus

interpretaciones a través de los siglos se ha adaptado a las condiciones y a la

mentalidad de cada época; con todo, puede decirse que nunca se ha

practicado ad litteram (al pie de la letra), sino según las diversas

interpretaciones o acomodaciones7. En nuestra época, por el hecho de

haberse modificado profundamente las condiciones de la vida humana

mucho más que en cualquier período precedente, la Regla, escrita en el siglo

VI, mucho menos puede ordenar todos los aspectos de nuestra vida. Tal

fidelidad material ni siquiera responde a la intención de San Benito, ni a la

libertad con que los monjes de las pasadas centurias habían usado la Regla.

De una manera más inmediata, la Regla se encarna en la tradición y

en la vida actual de cada monasterio, que, bajo la luz del Espíritu Santo y la

auténtica dirección del Abad, conserva la Regla como inspiración siempre

actual y viva. Por esto, debemos considerar y vivir la Regla de modo que,

abandonados aquellos elementos que son demasiado contingentes e incluso

ya superados, sea siempre para nosotros la verdadera maestra de la vida.

En este sentido, pues, la Regla ha de ser fuente y norma de nuestra

vida, sirviéndonos de ella con filial reverencia y libertad cristianas, en orden

a la renovación de nuestra vida, de modo que no sea una colección de

prescripciones materiales que opriman e impidan encontrar las soluciones

verdaderamente válidas para nuestros problemas.

d) Las tradiciones cistercienses

8

Ha de estar constantemente ante nuestro espíritu todo cuanto se

refiere a la tradición cisterciense, es decir: los documentos de los orígenes

cistercienses, los escritos de los maestros y maestras eminentes de la vida

espiritual de la Orden, las vidas de nuestros Santos, la historia y la

6 Actualmente tenemos un comentario completo a la RB de acuerdo con el estado de las

investigaciones recientes en la obra La Règle de saint Benoît, a cargo de A. DE VOGÜÉ y J.

NEUFVILLE, Sources Chétiennes, 181-186 (París 1971-1977). También pueden hacer un

buen servicio, por ejemplo, los siguientes trabajos: B. STEIDLE, Die Regel des St. Benedikt.

Eingeleitet, übersetzt und aus alten Mönchtum erklärt (Beuron 1952); San Benito. Su vida y

su Regla, BAC,115 (Madrid 1954); y A. DE VOGÜÉ, La communauté et l'abbé dans la Règle

de Saint Benoît (Bruges 1961).

7 P. DESEILLE, L'Évangile au désert, des premiers moines à saint Bernard (París 1965),

especialmente las p. 68 y ss., y A. VEILLEUX, De l'interprétation d'une règle monastique,

Collectanea Cisterciensia 31 (1969) 195-209.

Page 83: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

83

experiencia de nueve siglos de existencia8. Hemos de conocer todo esto

diligentemente, juzgándolo y repensándolo con el mismo espíritu de

fidelidad y libertad de que hemos hablado antes, en vistas a nuestro trabajo

de renovación.

La tradición no hemos de considerarla como algo ya pasado, sino

como una realidad viva y actual, que tiende hacia el futuro con dinamismo y

exige nuevas aplicaciones correspondiendo a las nuevas condiciones de vida.

A este fin es necesario descubrir la íntima fuerza de la tradición, que solo

podemos hallar mediante el estudio y la conformidad de nuestra vida con

ella9.

Pero la tradición cisterciense no ha de restringirse a sus orígenes aun

cuando la referencia a los primeros momentos posea un valor

importantísimo, hemos de tener en cuenta también la posterior evolución,

que, por la introducción de nuevos elementos, contribuyó no poco a formar y

determinar la orientación de nuestra vida, a la vez que dio origen a sanas

tradiciones.

e) Participación y promoción de la vida actual de la Iglesia y la

sociedad

9

Debemos conocer también íntimamente las necesidades y los deseos

de la Iglesia, e instigados por ellas, hemos de procurar ordenar nuestra vida

de modo que estemos dispuestos a su servicio, como hicieron nuestros

antecesores cistercienses. La Orden Cisterciense, siendo parte viva y activa

de la Iglesia militante, debe y desea apreciar con diligencia sus normas y

8 Sobre los documentos de los tiempos fundacionales, véase P. ZAKAR, Die Anfänge des

Zisterzienserordens, Analecta S.O.Cist. 20 (1964) 103-138, donde también se dan los últimos

datos sobre las fuentes. La bibliografía sobre los escritos de la Orden es inmensa. Ya ha

aparecido la edición crítica de la obra de san Bernardo en Ediciones Cistercienses de Roma,

en 9 volúmenes. La mejor introducción a la teología de san Bernardo continúa siendo E.

WILSON, La théologie mystique de saint Bernard, (París 1947). Sobre la literatura restante,

véase H. WOLTER, Die mittelalterliche Kirche, II (Herder 1968) 16-18. Indicaciones

metodológicas de J. LECLERCQ, Comment aborder saint Bernard?, Collectanea

Cisterciensa 19 (1957) 18-21. Para el resto de los escritos de la Orden, véase L.J. LEKAI, Los

Cistercienses. Ideales y realidad (Barcelona 1987), cap. XVII sobre "Espiritualidad y

erudición", p. 303-323.

9 Véase sobre todo Y. CONGAR, La Tradition et les traditions, 2 v. (París1960-1963); así

como J. RATZINGER, Tradition, artículos del Lexikon für Theologie und Kirche, 10 (19622)

293-299, y Kommentar zur Offenbarungskonstitution, LfThK-Ergänzungsband II (1967) 498-

500 y 515-528.

Page 84: Los Cistercienses

La vida cisterciense actual

84

propósitos, los cuales debe promover y ayudar con todas sus fuerzas y

posibilidades.

Como la Iglesia siente el gozo y las tristezas, las esperanzas y las

angustias del mundo de hoy, e, íntimamente unida al género humano, se

preocupa en prestarle ayuda10

, así nosotros hemos de percibir con espíritu

abierto las necesidades y los afanes de la sociedad humana, y, guardando la

índole propia y fundamental de cada Congregación o monasterio, estar a su

servicio de modo eficaz.

Por lo tanto, en la obra de nuestra renovación, hemos de considerar

todo esto de modo que las formas y las tareas de nuestra vida respondan a las

necesidades de la sociedad moderna. Debemos investigar las diversas

opiniones, juicios y costumbres de nuestros iguales, entre los que vivimos, y

apreciar cuanto de bueno y de justo encontremos en ellos, con lo cual

podremos adquirir muchas ventajas para nuestra propia utilidad11

.

f)Acción e inspiración del Espíritu Santo

10

La fuente más importante y ubérrima de nuestra vida es la acción y

la inspiración del Espíritu Santo en nosotros. Creemos firmemente, en

efecto, que el Espíritu de Dios está también operando en nosotros,

iluminando nuestros corazones para que conozcamos mejor la voluntad de

Dios y la sigamos con más prontitud. Nada es tan importante para nosotros

como sondear con sinceridad de corazón nuestra vida y nuestra vocación,

bajo la luz del Espíritu Santo y responder fielmente a sus impulsos. Esta

operación, aunque misteriosa, se manifiesta de una manera especial en la

fraternal unión de los hermanos buscando formas aptas y dignas del servicio

de Dios, con el fin de buscar sinceramente la voluntad de Dios. El diálogo

digno y abierto, la sincera y común deliberación, la cooperación responsable

de todos los miembros, son, en primer lugar, los medios por los cuales se nos

manifiestan los impulsos y mociones, del Espíritu Santo.

10 Véase el comienzo de la Constitución pastoral Gaudium et Spes.

11 Perfectæ Caritatis, 3.

Page 85: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

85

3. CRITERIOS A SEGUIR

a) Sentido de la realidad

11

Nuestra intención no es exponer ideales teóricos y alejados de la

realidad de la vida, para conservar o restaurar formas caídas en desuso, sino

más bien examinar nuestra vida actual, moderna, real, perfeccionarla y

señalar los principios para su renovación. Es la vida monástica cisterciense

del XXI que deseamos revisar, aquella vida genuina y eficaz que

corresponde a la vocación concreta que Dios nos ha dado. En efecto, Dios

nos llama en este momento actual, nos quiere santos en esta época, en este

nuestro tiempo, con las posibilidades de los hombres de hoy; quiere que

sigamos a Cristo estando al servicio de los hombres por medio de la caridad.

Nuestra actuación debe estar siempre fundamentada en la verdad y

en la realidad de la vida. Por esto en nuestra Declaración queremos tener

siempre ante los ojos las posibilidades, exigencias y obligaciones tanto de

los individuos como de nuestras comunidades, así como también las de la

Iglesia y las de la vida del mundo moderno.

Este sentido de la realidad, de ninguna manera hemos de pensar que

significa la aceptación o aprobación de las imperfecciones y de los vicios de

la situación actual como si, satisfechos con la vulgar y corriente realidad, no

quisiéramos tender siempre a lo mejor. Rechazamos con razón tal modo de

pensar, como contrario a la misma esencia de la vida religiosa, es decir, a la

búsqueda de la vida de perfecta caridad. Sabemos muy bien que los ideales

más nobles y los propósitos más sublimes, de nada servirían si los hombres a

quienes se proponen no los aceptan libre y espontáneamente y los ponen en

práctica eficazmente.

b) Unidad de vida

12

La renovación de nuestra vida religiosa ha de abarcar todos los

aspectos de la vida, y por esta razón debemos tener en cuenta todos sus

elementos constitutivos, y a cada una de sus partes debemos atribuir la

importancia que les es propia. Sería completamente falso valorizar algunos

aspectos de nuestra vida, como si en ellos solamente se realizase la esencia

de la vida cisterciense, descuidando algunas otras dejándolas como

suplementarias, o incluso como un obstáculo para vivir realmente nuestra

vida monástica. Por tanto, somos y debemos ser verdaderamente

cistercienses en todos y cada uno de los momentos de nuestra vida, no

solamente cuando nos reunimos para la oración o en el cumplimiento de las

Page 86: Los Cistercienses

La vida cisterciense actual

86

observancias comunitarias, sino también y de una manera especial en los

trabajos, en los estudios, en el ministerio sacerdotal, en la oración privada,

en el servicio de los hombres en sus necesidades, etc.

Buscamos, pues, una visión integral que armonice y regule todas y

cada una de las partes de nuestra vida en un solo y único servicio de Dios.

Puesto que algunos elementos de la vida cisterciense actual, no conciernen a

todos los miembros de la Orden (por ejemplo, el sacerdocio) o no se refiere a

todos los monasterios (como la educación de la juventud o la cura pastoral)

con todo debe examinarse la importancia de tales actividades y reconocer

todo su valor. Los elementos de la vida monástica que en la Regla o en los

inicios de la Orden apenas se conocían, por esta misma razón no han de ser

considerados, sin más, como secundarios o sospechosos. La vida monástica

como toda vida, en el decurso del tiempo, crece, evoluciona, asimila muchos

elementos nuevos y rechaza muchos de los elementos antiguos.

c) Diversidad concorde

13

Las formas institucionales, en las cuales hoy concretamente se

manifiestan las realidades de la vida cisterciense, son las diversas

comunidades vivas y eficientes. Es patente que nuestras comunidades, en el

decurso del tiempo y según las diversas regiones, han adoptado formas

diversas de vida y servicios distintos. Esta diversidad, en si misma, no ha de

deplorarse como si fuera una degeneración perversa, sino al contrario, ha de

ser reconocida no solamente como un hecho indiscutible, sino también como

un signo de vitalidad y como una invitación de Dios a actuar12

. Porque los

valores y las diversas obras que realizan cada una de las Congregaciones y

los monasterios, si están avalados por la mutua confianza, por la cooperación

de las comunidades, pueden servir al bien y al progreso de toda la Orden.

Por tanto, vale mucho más la concordia en la diversidad, que la forzada y

discorde uniformidad13

. Por esto el Capítulo General aprueba y promueve la

legítima autonomía de cada Congregación y monasterio para establecer su

forma de vida, y se propone prestarles ayuda en esta tarea14

.

12 Cf. Sant BERNARDO, Apologia ad Gulielmum, 8 (edición crítica, III (Roma 1963), 88, p.

17): Et quid mirum, si in hoc exsilio, peregrinante adhuc Ecclesia, quædam huiuscemodi sit

pluralis… unitas unaque pluralitas.

13 Sobre el juego de palabras concors diversitas - discors uniformitas, véase la construcción

bernardiana: …intelligens…Ecclesia hanc suma quodammodo discordem concordiam

concordemve discordiam (loc. cit., p. 27).

14 Véase igualmente el número 87.

Page 87: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

87

Por eso el trabajo de más importancia en la renovación consiste en

que cada comunidad conozca y reconsidere sus fines y sus valores propios, y

determine las formas de vida más aptas para alcanzarlo. En efecto, el peso

del trabajo incumbe ante todo a cada una de las comunidades. El Capítulo

General desea pues prestarles su ayuda, al coordinar y promover el esfuerzo

de la renovación, pero no puede de modo alguno ni suprimir ni asumir los

deberes u obligaciones de los monasterios y de las Congregaciones15

.

d) Continuidad vital de las tradiciones cistercienses

14

De las consideraciones precedentes nace en nosotros el deseo de

renovar la realidad de la vida cisterciense de tal manera que sea la natural

continuación y como la orgánica explanación tanto de la tradición monástica

en general como la de la cisterciense en particular. Ciertamente, queramos

conocer (y ahora con más fidelidad que nunca) las tradiciones monásticas y

cistercienses, y de ellas extraer cuantos valores nos sea posible para que nos

sirvan de inspiración y utilidad. Sin embargo, no queremos que estas

tradiciones nos restrinjan o impidan la solución de los problemas que la vida

moderna plantea, de los cuales, por razón de las condiciones de vida, tan

distintas, los antiguos nada o casi nada pudieron conocer. No nos está

permitido renunciar a la responsabilidad propia al organizar nuestra vida

religiosa, ni hemos de temer el adoptar caminos o soluciones nuevas. La

historia ha de ser para nosotros maestra de vida, no la señora o dominadora;

ha de advertirnos e inspirarnos, pero nunca ha de ser un impedimento en

nuestro camino.

15 Aquí se enuncia el principio de subsidiariedad (véase nº. 86), para su aplicación al nº 15.

Page 88: Los Cistercienses

La vida cisterciense actual

88

PRIMERA PARTE

NUESTRA ORDEN EN SU EXISTENCIA CONCRETA

1. LA ORDEN CISTERCIENSE DE HOY COMO REALIDAD SOCIAL

15

Nuestra Orden es, ante todo, una realidad social. Está formada, en

efecto, por diversas Congregaciones, diversos monasterios y por individuos,

unidos entre sí por múltiples relaciones. Cada uno de nosotros debe formarse

una verdadera imagen de esta realidad concreta, no limitándose a conocer la

estadística de los monjes, sino ante todo su vocación, sus obligaciones, sus

aspiraciones y las circunstancias concretas en las cuales los miembros de la

Orden viven su vocación.

Hoy existen monasterios cistercienses en Europa, en Asia16

, en

África17

y en las dos Américas18

, en condiciones culturales y económicas

muy diversas. Algunos de entre ellos están en tierras de misión, pero la

mayor parte están diseminados en aquella parte de la tierra que, hasta

nuestros días, ha estado impregnada de tradiciones cristianas, y que en gran

parte lo está aún. Algunos de nuestros monjes pertenecen a la llamada Iglesia

oriental (los monjes etíopes) mientras que los demás difieren entre sí por

razón de lengua, mentalidad así como por el tenor la vida propia de cada

región. Dado que la Orden tiene una diversidad geográfica, cultural, social y

eclesiológica constituye un estado de cosas muy complejo. En muchas

cuestiones, por así decirlo, cada comunidad tiene sus problemas y

necesidades, derivadas de sus circunstancias especiales.

16 La Orden Cisterciense tiene en el Vietnam tres Abadías, dos Prioratos conventuales y dos

Prioratos simples de monjes, y tambien un Priorato conventual y otro simple de monjas; más

un Priorato conventual de monjes en Suiza.

17 La Congregación de Casamari tiene en Etiopía un Priorato conventual (Asmara), cinco

simples (Mendida, Keren y Addis-Abeba, Hosanna y Gondar).

18 En América del Norte la Orden tiene tres Abadías (Rougemont en Canadá, Spring-Bank y

Dallas en Estados Unidos), un Priorato conventual de monjes y otro de monjas (New

Ringgold y Valley of our Lady) y un Priorato simple (Fátima, Trenton). Por lo que refiere a

América del Sur, la Orden tiene en Brasil tres Abadías (Itatinga, Itaporanga y Jequitibá), una

Abadía nullius (Claraval, Minas Gerais), también dos Abadías de monjas (Itararé y Campo

Grande), otra Abadia de monjes (São José de Río Pardo) y un Priorato conventual de monjas

(Monte Castelo), una residencia de monjes (São Paulo); en Bolivia hay una Abadía femenina

(Apolo) y un Priorato simple también femenino (Colegio Ave María, La Paz).

Page 89: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

89

La Orden Cisterciense mantiene relaciones amistosas con las

Comunidades de Amigos de nuestros actuales monasterios, con las de los

suprimidos y con las Comunidades Cistercienses que son de la Confesión

Augustana.

16

También aparece una gran variedad en el género de vida a que cada

monasterio se siente llamado. Algunos de nuestros monasterios intentan

llevar la vida que se conoce como contemplativa, mientras que otros ejercen

diversas obras de apostolado, tales como la cura pastoral en las parroquias,

educación de la juventud en las escuelas, varias obras propias del ministerio

sacerdotal, trabajos científicos y culturales, etc. La gran mayoría de nuestros

hermanos, en los monasterios masculinos, no solamente están iniciados en el

sacerdocio, sino que el ejercicio del sacerdocio ministerial está considerado

como parte integrante de su vocación19

. La proporción entre la oración y el

trabajo, la intensidad y la forma de contacto con el mundo exterior, el valor

da la actividad ejercida fuera del recinto del monasterio, la naturaleza y la

forma de vida comunitaria está concebida con tal diversidad, que primero

aparece la variedad antes que la unidad. Esta última puede descubrirse mejor

en las aspiraciones y valores de la vida monástica que en la uniforme

ordenación de la vida.

17

La diversidad, sin embargo, en algunos aspectos y cuestiones

fundamentales no es tanta que haga imposible para nuestra Orden todo

trabajo común de renovación, o al menos, casi superfluo. Ciertamente, como

ya hemos indicado, las Congregaciones y los monasterios han de adoptar

decisiones particulares sobre diversos puntos. Pero dado que poseemos

muchos valores que provienen de la tradición común, y en todas partes

tratamos de resolver casi los mismos problemas que tiene planteados nuestra

Madre la Iglesia contemporánea, y que además no son extraños al mundo

actual, que se asocia con gran rapidez, la elaboración de soluciones comunes

en muchos sectores de la vida, no sólo son provechosos y posibles, sino

también evidentemente necesarios. Las necesidades comunes exigen

soluciones comunes en los casos siguientes:

a) en las cuestiones referentes a los medios fundamentales de la vida

religiosa, como son los votos emitidos según los consejos evangélicos, la

vida comunitaria, el trabajo, el apostolado, la vida litúrgica y similares;

19 En la consulta de la Orden, a esta pregunta fue respondida por 521 monjes, 457 de los

cuales (por tanto un 87%) consideraban el presbiterado como parte esencial de su vocación.

Page 90: Los Cistercienses

La vida cisterciense actual

90

b) en los valores fundamentales de la vida monástica que

corresponden a la tradición espiritual de la Orden y a la vida espiritual de la

Iglesia de hoy;

c) en los problemas generales de la estructura jurídica de los

monasterios, Congregaciones y Ordenes, en las cuestiones que atañen el

oficio de los Superiores, y la participación responsable de todos los

religiosos en los asuntos del monasterio;

d) en las formas de cooperación y ayuda mutua entre las diversas

comunidades, en especial en cuanto a las decisiones comunes y a los

proyectos.

Todo cuanto establecemos de una manera general, exige la ulterior

aplicación a cada una de las Congregaciones y monasterios.

2. LA ORDEN CISTERCIENSE COMO REALIDAD HISTÓRICA

18

Nuestra Orden -como cualquier individuo y cualquier sociedad

particular-, conserva en si misma su pasado, lleva consigo la herencia y la

autoridad no sólo de la historia propia desde los orígenes de Cister, sino

también de la historia del monaquismo en general, cuyas raíces se remontan

a los primeros siglos del cristianismo. Por tanto, nos será de gran provecho

recoger brevemente las principales fases de la historia monástica así como su

importancia20

.

a) Desde los orígenes del monacato hasta san Benito

19

Desde los orígenes de la Iglesia existían formas primitivas de vida

monástica (los confesores, las vírgenes, cuya vida llaman algunos

"monaquismo doméstico"). En el siglo III, además de las formas antedichas,

aparecen los anacoretas y los cenobitas en toda la Iglesia, y a partir del siglo

IV, se redactan las "Reglas" que tenían por misión ordenar las nuevas

instituciones monásticas y transmitir a la posteridad las experiencias de los

"Padres espirituales". No obstante, el Evangelio continua siendo la "Regla no

regulada", a la cual todas las demás habían de estar sometidas21

.

20 Véase A. VEILLEUX, Évolution de la vie religieuse dans son contexte historico-spirituel,

Collectanea Cisterciensia 32 (1970) 129-154. En ingles: The Evolution of the Religious Life

in the Historical and Spiritual Context, Cistercian Studies 6 (1971) 8-34.

21 Esta constatación es muy importante, porque, por ejemplo, a menudo se ha descrito la

Regla de san Benito como un "compendio del Evangelio para los monjes". Sobre esto el Abad

Page 91: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

91

20

Sin duda alguna la Regla de san Benito sobresale entre todas. De las

demás reglas el santo Patriarca resumió cuanto había de importante en su

mínima Regla de iniciación22

según la cual el monasterio es considerado

como la escuela del servicio divino23

, en la cual la comunidad, bajo la

paternidad de Cristo24

, del cual hace sus veces el Abad para servir a los

hermanos, en el armónico equilibrio el opus Dei, de la lectura divina, del

trabajo y otros ejercicios, a la luz del Evangelio corren por el camino de los

mandamientos de Dios.

21

La Regla, que ordena la actividad en el interior del monasterio, en

cierto modo recibe un complemento en la Vida de san Benito que nos

describen los Diálogos de san Gregorio; aunque esta Vida no sea

históricamente perfecta en todas sus partes25

, a pesar de todo, nos enseña

como, según la tradición, este santo Padre recibía a los que iban al

monasterio y de que manera se conducía fuera del monasterio. San Gregorio

nos muestra a san Benito que con su predicación continua atraía a la fe a las

multitudes que habitaban en los aledaños, y que también enviaba

frecuentemente a sus hermanos al pueblo vecino para exhortar a las almas26

.

b) El monacato benedictino hasta los orígenes de Cister

22

La Regla de san Benito no era la única regla en uso, ni tampoco

gozaba de aceptación universal hasta el tiempo de san Benito de Aniano

A. Veilleux, en la consideración 22 de su artículo citado, dice: …la Règle…condensé de

l'Évangile. En réalité, une telle expresión est fort équivoque. Ceux qui l'emploient donnent

facilment l'impression de croire que l'auteur de la Règle y aurait ramassé tout ce qui, dans

l'Évangile, est utile aux moines, de sorte que ceux-ci puissent se dispenser de recourir

directement à l'Éscriture. Ce serait là une grossière erreur. Le rôle de la Règle n'est pas de

remplacer l'Évangile, mais d'y conduire et d'aider à en comprendre les exigences (loc. cit., p.

198).

22 RB 73,8.

23 RB, Pról. 45.

24 RB, Pról. 21 y 49.

25 Véase C. LAMBOT, La vie et les miracles de S. Benoït racontés par S. Grégoire le Grand,

Revue Liturgique et Monastique 19 (1933-1934) 137-165.

26 Sant GREGORIO EL GRANDE, Dialogorum Liber II, cap. 8 (PL 66, col. 152) y cap. 19

(PL 66, col. 170). Véase también una buena edición con traducción castellana en San Benito.

Su vida y su Regla, obra ya citada, p. 133-239. A. DE VOGÜÉ ha publicado la edición crítica

en la colección Sources Chrétiennes, 21, 260 y 265 (París1978-1980).

Page 92: Los Cistercienses

La vida cisterciense actual

92

(época de la llamada "Regla mixta"). Pero a partir de aquel momento

lentamente se fue introduciendo en todos los monasterios del Imperio

Carolingio. Desde entonces en el monaquismo occidental se manifestó una

cierta uniformidad de vida, que permitió llamar a aquel monaquismo

"Benedictino".

Los Sínodos celebrados en los siglos IX-XI procuraron distinguir

con mayor precisión las diferencias existentes entre los monjes y los

canónigos regulares, aunque con escasos resultados. De hecho, el número de

monjes que recibían las órdenes sagradas aumentaba cada vez más, pasando

así a formar parte del estado clerical, mientras que los canónigos regulares

buscaban organizar su vida según los usos monásticos. Además durante los

siglos X y XI, los monjes, abandonando la simplicidad de vida,

incrementaron sensiblemente la actividad de la liturgia en el monasterio, que

pesó sobre el conjunto de la vida monástica hasta hacer perder el equilibrio

existente entre oración y trabajo27

.

c) Orígenes cistercienses

23

Sin embargo, en el siglo XI, entre los monjes así como entre los

canónigos regulares, aparecen nuevos movimientos espirituales con el

propósito de volver de nuevo a la verdadera pobreza evangélica, al trabajo

manual, a la pureza de la Regla y a las fuentes auténticas del monacato

antiguo.

Cister fue fundado con este fin. Los Fundadores del Nuevo

Monasterio restituyeron el equilibrio entre vida litúrgico y el trabajo, si bien

no aplicaron a la letra todas las disposiciones de la Regla. Conservaron

diversas funciones litúrgicas ignoradas por san Benito e introducidas

posteriormente (como por ejemplo la misa conventual cotidiana), y así quedó

alterado el horario de la jornada monástica primitiva. Además admitieron

hermanos conversos, sin los cuales, según ellos decían, no podían observar

noche y día los preceptos de la Regla28

. Así, pues, en muchos puntos

27 Véase Ph. SCHMITZ, L'influence de Saint Benoît d'Aniane dans l'histoire de l'Ordre de

Saint Benoît, en Il monachesimo nell'alto medioevo a la formazione della civiltà occidentale

(Centro Italiano di Studi sull'Alto Medioevo, Spoleto 1957) 401-415, así como La liturgie de

Cluny, en Spiritualità Cluniacense (Todi 1060) 84-99, y especialmente la p. 89: Si nous

faisons le bilan de la journée liturgique à Cluny, nous arriverons à un résultat surprenant:

avec la quarantaine de psaumes de l'office prescrit par S. Benoît, la communauté a récité, en

un seul jour, quelque 215 psaumes…

28 Exordium Parvum, chap. XV.

Page 93: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

93

interpretaban la Regla no según su sentido histórico del siglo VI, sino de

acuerdo con interpretaciones posteriores.

Desde los comienzos, los monasterios fundados por Cister o por sus

filiales eran Abadías sui iuris, unidas entre sí según las prescripciones de la

Carta de Caridad, y sus Abades cada año se reunían en Cister para celebrar

el Capítulo General con el fin de promover el bien de las almas de los

monjes que se les habían confiado.

Desde los primeros decenios del siglo XIII, los Abades de nuestra

Orden promovieron fundaciones de monasterios de monjas y las ayudaros

para organizar su vida. Los conventos de monjas así como también los

monasterios de monjes, hasta el año 1184, estaban bajo la jurisdicción de los

Obispos. Una vez obtenida la exención, muchos monasterios de monjas

fueron incorporados a la Orden.

Al inicio, las Abadesas fundadoras hacían la visita regular a las

Abadías hijas, y las filiaciones tuvieron también sus Capítulos, pero por

causa de la ley de la clausura, que en la Edad Media fue cada vez más

rigurosa para las monjas, la visita pasó al Padre Inmediato y los Capítulos de

Abadesas ya no se celebraron más.

d) Evolución de la Orden hasta el siglo XIX

24

Dado que la Orden crecía aceleradamente con la fundación de

centenares de Abadías y con la incorporación de varias Congregaciones (la

Congregación de Savigny, y la de Obazine, ya en tiempos de san Bernardo),

la semejanza en las costumbres (similitudo morum) 29

que existía al

principio, lenta y gradualmente perdió su uniformidad.

La transformación de la vida social, intelectual, y política ejerció su

influjo incluso en el desarrollo de la Orden; por esta razón, el Capítulo

General procuraba adaptar la legislación de la Orden a las exigencias

siempre nuevas, e incluso en el mismo siglo XII no dudó en retocar en

diversas ocasiones y no ligeramente la Carta de Caridad30

.

25

Más adelante, el gran número de Abades que tenían el derecho de

participar en el Capítulo General, condujo a la creación del Definitorio, que

29 Cf. Charta Caritatis Prior, cap. III.

30 Este desarrollo ha sido muy bien descrito por J.-B. VAN DAMME, La constitution

cistercienne de 1165, Analecta S.O. Cist. 19 (1963) 51-104.

Page 94: Los Cistercienses

La vida cisterciense actual

94

recibió su forma constitucional en 126531

y la conservó hasta la Revolución

Francesa. Por este motivo, pero también a causa de las guerras y de otras

dificultades, los Abades comenzaron a participar en el Capítulo General con

menos frecuencia. Contemporáneamente en diversas regiones, en particular

en la Europa central y en la Europa oriental así como en Portugal, la vida

cisterciense adoptó nuevas formas.

En los siglos sucesivos, a estas razones se añadieron otras, políticas

y eclesiásticas, como es la institución de la encomienda, que en cada región

exigía nuevas soluciones. Así en la Orden aparecieron las Congregaciones

(por disposición de los Romanos Pontífices en el 1425 tuvo origen la

Congregación de Castilla, en 1497 la Congregación de San Bernardo de

Italia, en 1507 la Congregación Portuguesa, y en el siglo XVII, con el

consentimiento del Capítulo General, se formaron las Congregaciones de

Calabria y Lucania, la Romana, la Aragonesa y la de Alemania Superior)32

.

26

Durante estos siglos aumentaba cada vez más la tendencia hacia el

sacerdocio en la Orden, y muchos monasterios aceptaron diversas

responsabilidades de ministerio pastoral; después del Concilio de Trento en

muchas partes de la Orden la cura pastoral en las parroquias vino a ser la

forma principal de trabajo y la actividad preferida de muchos monjes

sacerdotes33

.

27

La instrucción de la juventud en las escuelas tiene profundas y

sólidas raíces en la tradición monástica antigua, y, si bien los Cistercienses

de los comienzos de acuerdo con las circunstancias de aquellos momentos,

habían renunciado a dedicarse a esta actividad, más adelante la aceptaron

bajo formas diversas. La enseñanza en las escuelas de derecho público fue

31 Véase la Bula Parvus fons de Clemente IV, del 9 de junio de 1265, con la Ordinatio que

contiene, en J.-M. CANIVEZ, Statuta Capitulorum Generalium O. Cist., III (Lovaina 1935)

22-32.

32 Véase la descripción que hace A. MASOLIVER, Origen y primeros años (1616-1634) de la

Congregación Cisterciense de la Corona de Aragón (Poblet 1973) 21-35.

33 Véase B. SCHNEIDER, Österreichs Zisterzienserpfarren – Erbe des Josephinismus? Eine

statistiche Untersuchung über die Pfarrseelsorge der Zisterzienserklöster in Österreich,

Studien und Mitteilungen 78 (1967) 275-302. El trabajo presentado por B. NIEDERMOSER y

B. SCHNEIDER al Capítulo General de 1968 (De cura animarum, præsertium in paroeciis)

cuenta con una documentación histórica muy rica (cf. Materia Capituli Generalis Specialis,

fascículo I, f. 125-159).

Page 95: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

95

aceptada en muchos monasterios especialmente a partir del siglo XVIII,

cuando tuvo lugar la aparición del sistema moderno de educación34

.

28

La Orden sufrió graves daños en el siglo XVI a causa de la Reforma

Protestante y de sus consecuencias, pero en el siglo XVII en muchas

regiones comenzó un nuevo florecimiento35

. La mayor parte de las Abadías

que en este período, participaban en los deberes y solicitud de las iglesias

locales mediante la aceptación de la cura pastoral y la actividad de enseñar,

procuraron adaptar su vida a estas nuevas obligaciones. La Revolución

Francesa, el josefinismo y las secularizaciones que les siguieron rápidamente

en otros países no sólo destruyeron gran parte de los monasterios sino

también radicalmente la organización de la Orden.

Al suprimirse Cister, como que no había unas Constituciones de la

Orden aptas para superar las dificultades, y sin posibilidad de convocar el

Capitulo General, el antiguo derecho constitucional de la Orden se cambió.

Al morir el Abad de Cister, la misma Santa Sede se hallaba en grandes

dificultades y sólo de manera provisoria pudo proveer para la Orden. Pero al

regresar Pío VII de la cautividad de Napoleón a Roma, enseguida instituto

cabeza de la Orden que fue, desde entonces hasta 1880, el Abad Presidente

de la Congregación de San Bernardo en Italia. Sin embargo la jurisdicción de

este Abad Presidente General casi únicamente se limitaba a la confirmación

de los neolectos Abades de la Estrecha Observancia, pero se hizo de este

modo para que, se conservara la unidad de la Orden.

Cuando en el año 1834 fue erigida la primera Congregación de la

B.M.V. de la Trapa, se decía claramente que aquella Congregación estaba

bajo la jurisdicción del Abad General.

Los esfuerzos para convocar un Capítulo General de todos los

Abades no tuvieron feliz éxito36

y así el primer Capítulo General, después,

34 No existe sobre el tema ninguna exposición de conjunto publicada. Por esto, es deseable

que se edite pronto el ensayo de P. CSIZMAZIA, O. Cist., De scholis monasteriorum

publicis. Materia Capituli Generalis Sapecialis, fascículo III (Roma 1968), f. 1-23. Pueden

encontrarse algunos datos en L.J. LEKAI, Los Cistercienses, p. 309-323.

35 Véase, sobre esto, LEKAI, op. cit., p. 156-183.

36 ZAKAR, Der Versuch für das Jahr 1864 ein Generalkapitel des gesamten

Zisterzienserordens einzuberufen, Analecta Cist. 44 (1988) 201-244.

Page 96: Los Cistercienses

La vida cisterciense actual

96

de la Revolución Francesa, solamente se celebró en el año 1880 y sus

miembros fueron determinados por la Santa Sede37

.

En el año 1892 en el Capítulo de la unión de tres Congregaciones de

la Estrecha Observancia38

, los Padres Capitulares libremente constituyeron

una Orden autónoma: la Orden de los Cistercienses Reformados de la B.M.V

de la Trappa. León XIII, vista la imposibilidad de reunir las dos Ordenes, en

el año 1892 habló de Familia Cisterciense, concediendo a la Orden de los

Cistercienses Reformados todos los privilegios de la Orden Cisterciense.

e) La historia de la Orden en nuestro siglo

29.

Ya en el XIX siglo muchas veces los Abades de los restantes

monasterios se reunieron en Capítulo General, y ya dentro de nuestro siglo

por tres veces se redactaron las Constituciones del Régimen Supremo de la

Orden39

. Contemporáneamente, muchos monasterios que no pertenecían a la

Orden y la Congregación de Casamari, se unieron a ella40

, a la vez que tenían

lugar nuevas fundaciones en tierras de misión.

Después de la segunda guerra mundial los monasterios de monjas de

España e Italia formaron Federaciones de derecho pontificio que tienen

grandes méritos tanto en el aspecto espiritual como en el material y conviene

que su trabajo, para el bien de los monasterios y de la Orden, continúe.

Así se ha ido formando nuestra Orden tal como existe hoy día, que

abraza una realidad bastante compleja. Por esta razón es sumamente

necesario que en el trabajo de renovación las diversas comunidades

conozcan ante todo sus obligaciones y sus fines, y que los determinen con

claridad y sinceridad. Una tal clarificación ayudará a infundir vitalidad y

comprensión recíproca en el seno de la Orden.

37 ZAKAR, Il Capitolo Generale dell'Ordine Cistercense del 1880, dans les Analecta Cist. 34

(1978) 390-442

38 Véase LEKAI, Los Cistercienses ; STARK, Die Trennung der "Observantia Strictior" vom

Zisterzienserorden (1880-1892). Geschichte und Dokumente, en Analecta Cist. 48 (1992)

105-310, et ZAKAR, Momenti essenziali della storia costituzionale dell'Ordine Cistercense,

en Analecta Cist. 53 (1997) 208-365, sobre todo p. 282.

39 El Capítulo General de 1900 elaboró la primera Constitución de la Orden. Vinieron después

las Constituciones de 1925 y 1933, aunque las últimas constituyen sólo un trabajo parcial.

Finalmente, de las Costituciones postconciliares de 1969, 1981 y 1990 han salido las del año

2000, vigentes en nuestros días, con las pequeñas adaptaciones a la situación de un Capítulo

General único.

40 La Congregación de Casamari se unió a la Orden el año 1929.

Page 97: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

97

3. LA ORDEN CISTERCIENSE COMO PARTE VIVA DE LA IGLESIA Y

DEL MUNDO CONTEMPORÁNEO

30

La historia de nueve siglos ha dejado huellas profundas en nuestra

Orden, que ha sido siempre parte integrante de la Iglesia y del mundo, y

como tal ha participado en sus cambios y en sus crisis. También hoy en el

interior de la Orden resuenan vigorosamente los movimientos, las

aspiraciones, las convicciones y las angustias de nuestro tiempo, y en gran

parte determinan nuestro trabajo de renovación. Sería demasiado prolijo

exponer aquí los principales movimientos de la. Iglesia y del mundo, aunque

se intentase hacerlo sumariamente. Muchos de estos problemas de la Iglesia

en el mundo contemporáneo, que son objeto de estudio, en gran parte se

encuentran en los documentos del Concilio Vaticano II y en posteriores

documentos de la Iglesia, que someten muchos problemas de la Iglesia a

examen en el mundo actual. Aquí deseamos tan solo exponer y aplicar a

nosotros mismos algunas principales preocupaciones de la vida religiosa

moderna.

a) Renovación teológica

31

En los últimos decenios la teología católica se ha renovado

profundamente, y puede decirse que se halla aun en estado de rápida

evolución. El movimiento bíblico escruta la Escritura con métodos nuevos,

el movimiento patrístico descubre tesoros de la tradición teológica y del

património cisterciense hasta ahora ignorados, el movimiento litúrgico

ilumina con nuevo esplendor la vida sacramental y la vida de oración de la

Iglesia. La antropología teológica, la eclesiología, la teología de la vida

religiosa, para citar solamente algunos campos en que se trabaja

intensamente, en muchos aspectos presentan aspectos nuevos y un

conocimiento nuevo de la vida de Dios en nosotros41

. Los elementos

principales de la vida cisterciense actual y nuestro esfuerzo de renovación

han de estar regulados por las perspectivas dignas de encomio de esta

teología contemporánea, que ya ha dado frutos importantes en el Concilio

Vaticano II.

41 Entre los trabajos dignos de mención, hay que registrar el de H. VORGRIMLER – R. VAN

DER GUCHT, Bilanz der Theologie im 20. Jahrhundert (Friburgo de Brisgovia 1969-1970),

en 4 vols. Versión castellana: La Teología en el siglo XX, BAC mayor, 5-7, 3 vols. (Madrfid

1973-1974).

Page 98: Los Cistercienses

La vida cisterciense actual

98

b) Dignidad de la persona humana

32

Hoy más que nunca somos conscientes de la dignidad y de la

libertad de la persona humana. Sabemos que Dios os atrae hacia Él no a la

fuerza, sino con amor, y espera nuestra adhesión personal. Justamente, el

hombre de nuestro tiempo rechaza las imposiciones que oprimen la

personalidad, ya que nadie es capaz de llevar a término una obra que agrade

a Dios, si se ve obligado sea por la fuerza, sea por el temor. La psicología

por añadidura ha demostrado suficientemente la gran importancia que tiene

para la entera vida humana el desarrollo de la personalidad, que incluso en

nuestro ambiente ha de ser tenida en gran consideración42

.

c) Sentido comunitario

33

En nuestra época, de una parte, se profesa gran estima a las formas

comunitarias de vida en las cuales la persona establece el diálogo con los

demás, y así se manifiesta y se perfecciona; de otra parte, la eclesiología

contemporánea indica con claridad la naturaleza comunitaria de la salvación

como nota esencial de la revelación cristiana43

. Movidos por estas razones,

hemos de procurar que entre aquellas personas a quienes la vida de

comunidad y los fines y ocupaciones también comunes une íntimamente,

existan igualmente unas relaciones verdaderas y sinceras en orden a una vida

más comunitaria.

d) Nueva valoración de las criaturas, del trabajo y del progreso

humano

34

En nuestros días, incluso en la teología se aprecia cada vez más el

valor positivo que el conjunto de las cosas creadas tiene para la entera vida

humana, así como el trabajo y el progreso humano, y su importancia se

refleja también en la economía de la salvación44

. Por esto es necesario que

crezca en nosotros el sentido da responsabilidad, apreciando junto con toda

la comunidad humana los valores terrestres. Reconozcamos también que

nosotros debemos participar en el trabajo destinado a promover aquel

42 Cf. B. HÄRING, Personalismus in Philosophie und Theologie (Munich 1968)- Véase

igualmente Gaudium et Spes, 15-17, 24-26, 84 y otros.

43 Gaudium et Spes, 85.

44 Gaudium et Spes, 33-39.

Page 99: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

99

progreso mediante el cual todo lo creado se somete más y más al poder del

hombre, y toda la sociedad, razonable y justamente, puedan tener la parte

que les corresponde de los frutos de su trabajo. Solamente con este trabajo

realizado con toda seriedad se obtiene la santificación de todas las cosas en

Cristo, y el retorno de toda criatura a su Creador.

e) Ecumenismo y actividad misionera

35

En estos últimos años, no sólo se han multiplicado los contactos con

los cristianos no católicos, sino que también se ha renovado el espíritu con el

cual se desarrollan estos contactos. Hoy sentimos cada vez más la

responsabilidad común de buscar la unidad de la Iglesia45

, y por esta razón

sería útil que incluso en nuestros monasterios, si existen las condiciones

necesarias y según sus propias posibilidades hagan cuanto sea posible para

favorecer y promover la unidad de la Iglesia. Hemos de ser conscientes

también del deber que nos incumbe incluso a nosotros en relación con la

difusión del Evangelio en las tierras de misión, promoviendo, según las

energías disponibles, la actividad evangelizadora a la que tanto queda aun

por hacer46

.

Sabemos además que la Iglesia católica no rechaza nada de aquellas

cosas que son santas y verdaderas en las religiones no cristianas. Con respeto

mutuo, pero excluido todo sincretismo, nuestros monasterios reconozcan

aquellos bienes espirituales y morales y también aquellos valores

socioculturales que se encuentran en las religiones no cristianas y así

promuevan la paz de la familia cristiana.

f) Deseo de la autenticidad, culto de la simplicidad y de la

sinceridad

36

Al igual que nuestros contemporáneos, abrigamos también nosotros

el gran deseo de amar los auténticos valores, incluso en la vida religiosa y

monástica, y por esta razón optamos por formas de vida sencilla capaces de

expresar sinceramente lo que pensamos47

: es necesario que nuestras acciones

revelen el estado interno del alma. Deseamos conocer el sentido de nuestros

45 Véase el decreto conciliar Unitatis redintegratio.

46 Sobre las misiones, véase también la decisión del Capítulo General, Acta Curiæ Generalis

O. Cist. 18 (1969), estatuto 15, p. 92.

47 Sacrosanctum Concilium, 34.

Page 100: Los Cistercienses

La vida cisterciense actual

100

ritos, y queremos que nuestras ideas correspondan a nuestro modo de

expresarnos48

. Con el corazón lleno de sinceridad y con el espíritu abierto

queremos vivir para Aquel que escruta los corazones y no juzga según las

apariencias. Con el amor a la simplicidad nos sentimos estrechamente unidos

al ideal de nuestros Padres Fundadores49

.

37

De esta manera nuestra Orden participará en los movimientos vitales

de la Iglesia y de la historia de este siglo, y mientras acude constantemente a

las fuentes de la tradición, tiene presente también el futuro. No es lícito creer

que toda la perfección consista en mantenerse inmóvil en las formas de

comportarse que la Iglesia o la Orden aceptó en los siglos pasados o que no

nos acerquemos sí no es con desconfianza a las maneras comunes de

comportarse de los hombres de hoy; estas maneras, por el contrario, pueden

experimentarse de acuerdo con la enseñanza de san Pablo: examinad todas

las cosas; aquello que sea bueno, retenedlo50

.

Incluso nosotros, al igual que la Iglesia, tenemos el deber de

observar los signos de los tiempos, y de interpretarlos a la luz del Evangelio;

y así, una vez hallada la norma válida para nuestra generación, podremos

responder a quienes nos pregunten51

. Es necesario conocer y comprender el

mundo en el cual vivimos, es necesario conocer y comprender sus

esperanzas, sus deseos, sus tendencias, ya que, solamente de este modo,

nuestros monasterios podrán ser fuentes de edificación del pueblo cristiano52

.

48 Véase RB 19,7 y Sacrosanctum Concilium, 90.

49 Véase Exordium Parvum, XV y XVII.

50 1 Te 5, 21. Este apartado es casi una cita palabra por palabra de la encíclica Ecclesiam

suam de Pablo VI, del 6 de agosto de 1964, AAS 56 (1964) 631.

51 Gaudium et Spes,4; y Unitatis redintegratio, 4.

52 Perfectæ Caritatis, 9.

Page 101: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

101

SEGUNDA PARTE

VALORES FUNDAMENTALES DE LA VIDA

CISTERCIENSE ACTUAL

38

Nuestra Orden, en su existencia concreta, como hemos expuesto más

arriba, presenta a la vez un pluralismo y una diversidad bastante grandes, si

bien se trata de una diversidad concorde y que no carece de unidad. Esta

unidad viene dada no solo del fin común de los miembros de la Orden, sino

también de la comunidad de medios que han de utilizarse para obtener el fin

propuesto, y los medios no han de ser considerados como elementos

separados sino en síntesis vital.

Que quede bien claro que con esta nuestra Declaración no queremos

elaborar una especie de tratado de la vida monástica que hemos prometido

vivir en la Orden Cisterciense; exponemos solamente algunos puntos que

hoy pueden y deben dar inspiración y directiva a nuestras acciones y a

nuestras instituciones53

.

A. FIN Y NOTAS ESENCIALES DE LA VIDA CISTERCIENSE DE HOY

DÍA

1. VOCACIÓN DE BUSCAR A DIOS SIGUIENDO A CRISTO EN LA

ESCUELA DE LA CARIDAD

39

Nuestra vida no puede tener otro fin último que Dios, a quien todos

debemos glorificar, y hacia quién hemos de ir, ya que es el sumo bien y la

suprema felicidad para el hombre; mediador y camino para llegar a Dios

Padre es Cristo, que está presente en la Iglesia, en la comunión de los

hermanos en los sacramentos.

Hemos abrazado la vida monástica para poder alcanzar este fin

mediante una consagración especial que nos orienta en este sentido directa y

radicalmente, y nos dispone al mismo asidua y eficazmente.

53 . Conviene tomar seriamente esta Declaración del Capítulo General, que sólo trata de la

problemática de la vida cisterciense, y no de la vida religiosa en general, etc.

Page 102: Los Cistercienses

La vida cisterciense actual

102

40

Los monasterios de nuestra Orden deben favorecer la vocación de

cada uno de sus miembros, la deben conservar y hacerla progresar. Por tanto,

el fin de buscar a Dios no es solamente una obligación individual54

; toda la

estructura general de la vida del monasterio, escuela del servicio divino, la

autoridad y la doctrina del Abad, la levadura de la justicia divina55

han de

servir para fomentarla. En esta finalidad reside la razón última de la vida de

nuestros monasterios. Todos los demás bienes, ya sea la reputación social, la

utilidad humanitaria o civil, las ventajas materiales deben estar subordinadas

a este fin y deben ser convenientemente adaptadas al mismo y nunca deben

ser preferidas al progreso espiritual, a la corrección de las costumbres y al

progresso de las virtudes.

41

Dado que los monasterios han de estar al servicio de las vocaciones

de cada uno de los religiosos, hemos de tener presente que, aun deseando ser

útiles al monasterio, vendremos a ser extraños al mismo monasterio, y

convertiremos en vana y sin valor nuestra vida monástica si perdemos el

espíritu de nuestra vocación. La vocación y la respuesta dada a la vocación

es lo que hace al monje y únicamente de ahí deriva la razón de la existencia

de los monasterios y de la Orden.

42

Como sea que a Dios sólo se llega por Cristo a través de la caridad,

hemos entrado en la escuela de la caridad. La caridad indivisiblemente y al

mismo tiempo debe abrazar a Dios y al prójimo, que ha sido creado a imagen

de Dios y ha sido redimido con la Sangre de Cristo. Por esta razón la caridad

sincera se debe manifestar en el doble servicio de Dios y del hombre, y no es

lícito separar entre sí estos dos servicios como si el servicio de Dios no fuese

al mismo tiempo servicio del hombre, o que el servicio del hombre, animado

por una verdadera caridad, no fuese un obsequio prestado a Dios56

. En la

unidad del acto de caridad tiene su fundamento la unidad de nuestra vida de

oración y las ocupaciones materiales, nuestra solicitud en el trabajo se

integra con el culto divino y el tiempo de la contemplación se completa con

las ocupaciones útiles a la sociedad humana. Y dado que la caridad es la

54 Véase G. TURBESSI, "Quærere Deum". Variazioni patristiche su un tema centrale della

Regula S. Benedicti, Benedictina 14 (1967) 14-22, y 15 (1968) 181-205 (con bibliografía).

55 RB. 2,5.

56 Cf. K. RAHNER, Sobre la unidad del amor de Dios y el amor al prójimo, en Escritos de

Teología, VI, p. 271-272; así como F. WULF, op cit, p. 258.

Page 103: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

103

perfección de las demás virtudes, incluso los ejercicios de piedad y de la

observancia regular han de estarle subordinados.

2. RESPUESTA A LA VOCACIÓN DADA EN LA PROFESIÓN

43

Buscamos a Dios no a causa de un mérito nuestro, sino porque Él

nos ha amado en primer lugar57

, nos ha buscado y nos ha invitado a entrar en

comunión con su misma vida. Por esta razón nuestra vocación, que nos ha

sido dada por el cielo, mediante la cual incesantemente Cristo nos invita a

dar una respuesta llena de amor, va profundizándose en el esfuerzo constante

de buscar a Dios en Cristo. Con nuestra profesión según la Regla de san

Benito damos una respuesta permanente, dedicando toda nuestra vida al

servicio de Cristo. De tal modo, nuestra profesión constituye una

consagración particular de toda nuestra existencia, consagración que tiene

sus raíces en el sacramento del bautismo, que se formula con mayor claridad

en la profesión y que la Iglesia asocia al sacrificio de la Misa58

.

3. SERVICIO DE LA IGLESIA

44

Como sea que nuestra profesión ha sido recibida por la Iglesia,

nosotros estamos totalmente a su servicio. Para nosotros, Cristo está presente

en la Iglesia, con la cual está inseparablemente unido. Por lo tanto, el

servicio de Cristo es y debe ser servicio de la Iglesia, ya sea por medio de la

oración y de la penitencia, ya por diversas formas de apostolado. Así nuestra

vida será un ejemplo de un fiel cumplimiento de la vocación cristiana, será

testimonio de aquella vida nueva en Cristo, que ya desde ahora es inicio y

signo de la vida eterna del Reino de los cielos.

45

Nuestra Orden goza del privilegio de la exención, y sin embargo,

cada comunidad, tanto de derecho como de hecho, forma parte de la Iglesia

local, participa plenamente tanto de sus beneficios y de sus gracias, como de

sus dificultades, de sus persecuciones y de sus tribulaciones. Por esta razón

nuestros monasterios tienen la responsabilidad moral de socorrer, en cuanto

sea posible, las necesidades de la Iglesia. De modo particular recae esta

responsabilidad sobre nuestros monasterios masculinos, por el hecho de que

la mayor parte de sus miembros ha recibido el sacerdocio. Y el sacerdocio

57 1Jn 4,10.

58 Lumen Gentium, 45.

Page 104: Los Cistercienses

La vida cisterciense actual

104

del Nuevo Testamento está destinado al servicio ministerial en sus diversas

formas59

. Por esta razón hemos de procurar que nuestras comunidades

monástico-sacerdotales según las intenciones de la Iglesia y las necesidades

locales, estén dispuestas para ejercer el ministerio pastoral conveniente. Esto

no significa que podamos cambiar por motivos pastorales y según nuestros

criterios ciertos elementos de la vida monástica como la liturgia y otros

elementos de la vida comunitaria. Ante todo es necesario establecer las

formas de ministerio sacerdotal que podemos ofrecer a la Iglesia como

nuestro servicio personal.

Prestando nuestro servicio a Dios y a la Iglesia, queremos

permanecer bajo la protección de la Santísima Virgen María, Madre de la

Iglesia y Patrona de la Orden, a la cual nosotros, siguiendo el ejemplo de

nuestros Padres, veneramos con devoción filial ya sea implorando su

intercesión, ya sea imitando su vida.

B. MEDIOS COMUNES NECESARIOS PARA ALCANZAR EL FIN DE

NUESTRA VIDA CISTERCIENSE EN EL MOMENTO ACTUAL

46

Dios nos llama no solamente al fin expuesto más arriba, sino

también a que utilicemos los medios que Él nos ofrece, y en particular los

consejos evangélicos, la vida en la comunidad cisterciense, la vida de

oración, el amor a la cruz y el servicio que debemos prestar a la comunidad

humana con nuestra actividad.

1. LA VIDA ESPECIALMENTE CONSAGRADA A DIOS Y A LA

IGLESIA MEDIANTE LA PRÁCTICA DE LOS CONSEJOS

EVANGÉLICOS60

47

Nosotros abrazamos los consejos evangélicos de un modo especial

para seguir como discípulos a Cristo, nuestro maestro, y así estarle más

59 Véase la enseñanza del Concilio Vaticano II sobre el ministerio de los presbíteros,

especialmente en Presbyterorum Ordinis, 4.

60 Véase F. WULF, Gebot und Rat, Geist und Leben 39 (1966) 321 y 252-256; S. LEGASSE,

L'appel du riche. Contribution à l'étude des fondements scripturaires de l'état religieux (París

1966), muy importante; K. RAHNER, Sobre los consejos evangélicos, en Escritos de

Teología, VII, p. 435-468; J.M.R. TILLARD, Le fondement évangélique de la vie religieuse,

"Nouvelle Revue Théologique" 101 (1969) 916-955; y W. PESCH, Ordensleben und Neues

Testament, "Ordensnachrichten", cuaderno 40 (1971) 1-8.

Page 105: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

105

unidos, y mediante nuestra observancia monástica acercarnos a El cada vez

más íntimamente.

a) La castidad

48

La castidad voluntaria, aceptada por el Reino de Dios, no consiste en

la simple renuncia al matrimonio61

y a las alegrías de la familia natural, sino

que nos debe procurar una gran libertad para dedicarnos las cosas de Dios y

de la Iglesia con todas nuestras fuerzas físicas y psíquicas. Mediante la

profesión religiosa queremos dar testimonio, de una manera más directa y

profunda, de la gran esperanza cristiana del mundo futuro, en el cual los

hombres no contraen matrimonio62

. Por esta razón la castidad es un signo

escatológico eminente de nuestra vida.

49

Esta total consagración de si mismo a Dios ha de ser la base para

edificar la familia monástica. En esta familia de Dios la caridad común y la

identidad de vocación aseguran el amor y la ayuda mutua de los diversos

miembros. De una parte, cada uno debe sobrellevar con toda fidelidad las

cargas de los demás63

, y por otra, todos participamos en las gracias y

virtudes propias de cada uno. Así, abrazamos de modo eminente la vida

comunitaria de salvación, que Dios mismo instituyó para el género humano

en la Iglesia. Así Dios dilata nuestros corazones para que seamos capaces de

amar a todos nuestros prójimos, y en primer lugar a nuestros hermanos/

hermanas que conviven en el monasterio, con una caridad sincera y activa.

b) La pobreza64

50

No practicamos la pobreza como una simple privación o como

desprecio de los bienes materiales, sino más bien para conseguir la libertad

de los hijos de Díos, que se sirven de este mundo como si no se sirviesen de

él65

, conscientes de que pasará la apariencia de este mundo66

. Por esta razón

61 Sobre la actual cuestión exegética, véase Th. MATURA, La vie religieuse au tournant

(París 1971) 82-85.

62 Mt 22,30 y paralelos.

63 Ga 6,2.

64 Véase K. RAHNER, Teología de la pobreza, en Escritos de Teología, VII, p. 469-514.

65 Cf. 1C 7,31.

66 Ibídem.

Page 106: Los Cistercienses

La vida cisterciense actual

106

deseamos ser pobres con Cristo pobre67

, renunciando a la posesión y a la

adquisición de las riquezas. De este modo somos verdaderos discípulos de la

escuela de la primitiva Iglesia, en la cual nadie decía que algo era suyo, sino

que todas las cosas eran de todos.68

De esta manera el corazón está libre de

las preocupaciones materiales, para que nuestro corazón esté donde esta

nuestro tesoro, que es en Cristo y en la Iglesia.

51

Sin embargo mientras vivamos tenemos necesidad de servirnos de

las cosas de este mundo; por esto el espíritu de pobreza que dimana del voto,

ha de ordenar el uso de los bienes para utilidad nuestra y del prójimo;

observado el debido respeto hacia las criaturas hemos de disponer todas las

cosas de tal modo que nuestra renuncia proporcione ayuda a los pobres de

nuestro tiempo. Por este motivo destinemos parte de nuestras ganancias para

utilidad del prójimo y de la iglesia. E igualmente, dediquémonos a aquellos

trabajos que nos permitan satisfacer nuestras necesidades, y asimismo

ayudar a los demás69

y a conservar la naturaleza creada sana e intacta.

c) La obediencia70

52

La obediencia significa, ante todo, tener el corazón abierto para

recibir el estímulo del Espíritu Santo: el cual sopla donde quiere y nos

manifiesta la voluntad de Dios de diversas maneras. Y así como el alimento

de Cristo era hacer la voluntad de Aquel que le había enviado, y, tomando la

forma de siervo, se hizo obediente hasta la muerte y muerte de cruz71

, así

también nosotros, deseosos de seguir a Cristo muy de cerca, hemos de

buscar la voluntad del Padre y seguirla con el espíritu bien dispuesto.

Con mucha frecuencia, la voz de la Iglesia, la enseñanza y las

exhortaciones del Sumo Pontífice, de la Santa Sede, de los Obispos y de los

67 Cf. Exordium Parvum, cap. XV.

68 Cf. Act 4, 32; RB 33,6. Véase J. DUPONT, Études sur les Actes des Apôtres. La

communauté des biens aux premiers jours de l'Église, Lectio Divina 45 (París 1967) 503-519.

69 Véase Perfectæ Caritatis, 13.

70 J. GRIBOMONT, Obéissance et évangile selon S. Basile le Grand, La vie spirituelle.

Supplément 21 (1952) 192-215; Jean LECLERCQ, Pour l'histoire de l'obéissance au moyen

Âge, Revue d'ascétique et mystique 41 (1965) 125-143; H. KRAUSS, Der Gehorsam

gegenüber Menschen in den Ordenssatzungen. Reflexionen zu einer zeitgemässen Anpassung

des Ordensgehorsams, Geist, und Leben 39 (1966) 252-264; H. RONDET, L'obéissance.

Problème de vie, mystère de foi (Lyón 1966).

71 Fl 2,8.

Page 107: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

107

Abades, -que no deben tan solo dirigir la actividad externa, sino que es

necesario que formen nuestra espiritualidad-, nos transmiten la voz de Dios.

53

Por esta razón, los monjes, deseosos de cumplir la voluntad de Dios

con espíritu de fe y de amor, ansían ser gobernados por un Abad, el cual

hace las veces de Cristo72

; a él prestan humildemente obediencia según las

normas de la Regla y de las Constituciones, contribuyendo con su

inteligencia, su voluntad y con los dones de la gracia, a la realización de sus

preceptos y el cumplimiento de las funciones que se les asignan, sabiendo

que de este modo colaboran a la edificación del Cuerpo de Cristo según los

designios de Dios. De este modo la obediencia religiosa de ninguna manera

disminuye la dignidad de la persona humana, sino más bien la conduce hacia

la madurez con la amplia libertad de los hijos de Dios.

54

La obediencia religiosa, aun cuando consista en la ejecución material

del mandato del Superior, está siempre dirigida a Dios, y es un acto humano

libre y personal que comporta una decisión madura y responsable. Las

nuevas condiciones que nuestro tiempo presenta, requieren nuevas formas de

mandar y de obedecer y exigen nuevas relaciones entre Superiores y

súbditos. Nuestra época rechaza todo cuanto presenta resabios de servilismo,

de paternalismo o de veneración por las formas feudales, y, justamente,

desea que siempre y en todo lugar se tenga en cuenta la dignidad de la

persona humana. Además, dado que las condiciones actuales de trabajo y las

funciones de los súbditos muy frecuentemente exigen conocimientos

especiales, y suponen la responsabilidad personal de cada uno de los monjes,

los Superiores deben dejar amplio margen a la iniciativa privada, y en sus

disposiciones han de procurar más impartir órdenes generales de amplias

miras, en lugar de disponer las cosas particulares y concretas. Hoy mucho

más que en el pasado es necesario que los Superiores formulen sus preceptos

después de haber oído el parecer de personas competentes y después de

haber consultado a sus cohermanos, permaneciendo siempre dispuestos a

acoger ulteriores sugerencias. Quedando intacta la potestad de los Superiores

de decidir y disponer lo que debe hacerse, éstos deben escuchar con agrado a

los hermanos; éstos, a su vez, que expresen su parecer respetando la

personalidad y el juicio de los demás, exponiendo su opinión con razones

válidas, sin seguir la inclinación de su corazón.

72 RB 2,2 y 63,13. Véase DE VOGÜÉ, op. cit., p. 128-144, II.

Page 108: Los Cistercienses

La vida cisterciense actual

108

55

El bien de la obediencia religiosa será mantenido en la vida

monástica sólo cuando los Superiores, juntamente con los hermanos,

concordes y con sinceridad buscan la voluntad de Dios, y recuerdan que la

obediencia debe prestarse no a la autoridad humana sino siempre a Dios que

nos llama. El bien de la comunidad exige que los preceptos sean claros,

firmes y que obliguen a los hermanos sin equivoco alguno; sin embargo, el

gobierno del monasterio no puede prescindir de la colaboración responsable

de todos para el bien del monasterio, de la Orden y de la Iglesia. Es

precisamente en este íntimo consentimiento de todos, que tiene por base la

vocación común y la profesión religiosa, que descansa el cotidiano ejercicio

de la autoridad y de la obediencia73

.

2. LA VIDA DE ESTABLE CONVIVENCIA FRATERNA SEGÚN LA

TRADICIÓN CISTERCIENSE74

56

El monje, siguiendo su vocación, considera la reunión de los

hermanos en el monasterio como la familia de Dios y también su propia

familia. Sabe muy bien que Cristo está presente en el monasterio de un modo

especial, ya que está presente en cualquier lugar en el cual dos o tres

personas se reúnen en su nombre75

. Nosotros deseamos ordenar nuestra vida

de tal manera que realice una vez más el ejemplo de la Iglesia primitiva,

ejemplo que exige unidad de corazones y de espíritus76

, no solamente en la

oración, en la doctrina de los Apóstoles, en la comunión de la fracción del

pan y en la común posesión de los bienes materiales, sino también en la

comunidad de fines, de obligaciones, de responsabilidades y de acción. Al

73 Y. CONGAR, Au milieu des orages. L'Église affronte aujourd'hui son avenir (París 1969),

p. 75, lo ha subrayado así: … il existe une voie plus profonde de détermination de nos

comportements que la voie d'une decisión tombant d'une autorité, à savoir la voie d'une

maturation des consciences personnelles au sein d'une communauté fraternelle.

74 Un signo de la naturaleza de la vida monástica es el hecho de que los religiosos, por la

profesión, se convierten en miembros de una determinada comunidad de monjes (y sólo a

través de ella miembros, respectivamente, de una Congregación y de la Orden). El Capítulo

General no se ha planteado el problema de la estabilidad, porque no ofrece ningún problema

dentro de la Orden Cisterciense. Véase, sobre el tema, A. DE VOGÜÉ, op. cit., p. 57-67; V.

DAMMERTZ, Das Verfassungsrecht der benediktinishen Mönchskongregationen (Santa

Otilia 1963) 107-112; y P. ZAKAR, De sensu termini "stabilitas", en Materia Capituli

Generalis Specialis, fascículo I (Roma 1968), f. 35-39.

75 Véase Mt 18,20.

76 Act 4,32.

Page 109: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

109

igual que el Apóstol, que deseaba alegrarse con los que estaban alegres, y

llorar con los que lloraban77

, así también es necesario que la prosperidad o la

adversidad, las alegrías o las tristezas, las dificultades y las ventajas de cada

uno de los hermanos las sintamos como propias. Pero lo que más debe atraer

la solicitud de los hermanos es la vida espiritual del monasterio, de modo

que todos se sientan responsables en cierto modo de la salvación eterna y de

la perseverancia en la vocación de los demás. De este modo la misma vida

de comunidad sirve de dirección espiritual, en sentido amplio, en cuanto

fortifica a los débiles, anima a los tímidos, excita el celo de los negligentes y

cada día nos recuerda a todos los valores de nuestra vida de servicio.

57

La solicitud por la observancia de la vida común no es únicamente

obligación de los Superiores, si bien a ellos corresponde en primer lugar

suprimir los vicios y los abusos mediante la exhortación, la admonición y la

corrección. Pero los Superiores podrán satisfacer esta obligación con más

facilidad y con más eficacia si la comunidad demuestra tener paciencia con

los hermanos y fidelidad a los valores de la vida religiosa y sabe mantener el

equilibrio entre el amor que se debe al que ha faltado con el odio que ha de

tenerse al pecado.

Ha de procurarse que la vida común no se convierta en una carga

pesada78

o en una ocasión de faltar a la caridad; es necesario que se viva

realmente como en la escuela de la caridad, en la cual nos respetamos

mutuamente79

, y con agrado nos obedecemos los unos a los otros. En esta

escuela de la caridad incluso hemos de saber sacar provecho de nuestras

flaquezas para progresar en el amor, y así, con el ejemplo y la doctrina de los

hermanos iremos avanzando de modo seguro hacia el Señor.

Es una obligación propia del Abad instruir a la comunidad en la vida

espiritual, y exhortar a la práctica de las virtudes; sin embargo el Abad puede

delegar a ciertos hermanos una parte de esta función que le es propia. Es

sumamente oportuno que se den a los hermanos conferencias de

espiritualidad, así como que los hermanos se comuniquen los dones de la

gracia e inteligencia que posean.

77 Rm 12,15.

78 Las palabras de san Juan Berchmans (Mea máxima pænitentia vita communis) han sido a

menudo mal entendidas. Véase sobre esto M. OLPHE-GALLIARD, La vie commune et

l'apostolat dans la Compagnie de Jesús, en La vie commune (editor A. PLÉ) (París 1956) 71.

79 Rm 12,10; RB 63, 17 y 72,4.

Page 110: Los Cistercienses

La vida cisterciense actual

110

58

Además, en la vida de comunidad hemos de cultivar el patrimonio

de las tradiciones monásticas para encontrar aquellas formas auténticas de

vida monástica aun válidas hoy día, y en modo particular la tradición vital de

nuestros monasterios, para conservar, hacer fructificar y transmitir sus

valores a los demás. También ha de procurarse un conocimiento exacto de

las comunidades mayores como la propia Congregación y el conjunto de la

Orden, lo cual sin duda será una ayuda eficaz para vivir mejor nuestra

vocación.

3. LA VIDA DE ORACIÓN

59

El monje que busca a Dios imitando a Cristo y desea servirle, se da a

la oración muy a menudo. El espíritu y el corazón se elevan a la

consideración de las cosas divinas ya sea con la meditación de la Palabra de

Dios que se nos revela, ya sea con la oración común o privada, que es como

la respuesta a la Palabra de Dios. De esta manera podemos hallar la fuente de

inspiración de todos nuestros actos, y al mismo tiempo, podemos conocer

mejor y rectificar con más frecuencia la dirección de nuestra vida.

60

Del mismo modo que la vocación es una gracia de Dios, así nuestra

posibilidad de orar no nos viene de nosotros mismos, sino del Espíritu Santo,

por el cual clamamos: Abba, Padre80

. Con la frecuencia de los sacramentos,

y de modo especial, en la celebración cotidiana de la Eucaristía, va

aumentando asiduamente en nosotros la vida de la gracia, y nuestra oración

se une sacramentalmente a los actos salvíficos de Cristo.

Tal como demuestran toda la tradición monástica y las disposiciones

de la Iglesia, los monjes están llamados de modo especial a continuar en la

Iglesia la oración de Cristo, ya sea en la celebración de la misa y del oficio

divino -que, necesariamente, han de ocupar el primer lugar en su vida-81

, ya

sea en las demás formas de oración, la cual debe empapar toda su vida.

80 Rm 8,15; RB 2,3.

81Véase RB 43,3 y K. RAHNER, Devoción personal y sacramental, en Escritos de Teología,

II, p. 115-140; Tesis sobre la oración "en nombre de la Iglesia", en Escritos de Teología, V,

p. 459-479; y Das Gebet des einzelnen und die Liturgie der Kirche, en Strukturen kirchlicher

Existenz (Festchrift F. Wulf) (Würzburg 1968) 189-198.

Page 111: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

111

61

En la celebración eucarística se hace presente el sacrificio de Cristo

ofrecido una vez para siempre en la cruz diariamente ofrecido por nosotros y

las acciones humanas que son un culto a Dios se convierten en signo eficaz

de las acciones de Cristo, y así el don y la Palabra de Dios, y la respuesta de

los hombres, mediante las alabanzas y las acciones de gracias, contribuyen

en el más alto grado a la gloria de Dios y a la santificación del hombre.

Todos los ministerios eclesiásticos están ordenados a la celebración de la

Eucaristía, que es el verdadero centro de toda la liturgia, así como de la

entera vida cristiana82

. Por esta razón es necesario que ocupe el primer lugar

en importancia en nuestra vida el sacramento de piedad, signo de unidad,

vínculo de caridad, convite pascual, en el cual se recibe Cristo, la mente se

llena de gracia y se nos da la prenda de la gloria futura83

. La adoración de

Cristo presente en la Eucaristía es una ayuda para que la activa participación

en el sacrificio de Cristo se continúe eficazmente todo el día.

62

En la reforma del oficio divino, que ha de continuar hasta

completarse, es necesario tener presente en primer lugar la unidad y la

armonía que han de existir entre liturgia y las demás actividades de la vida

religiosa. De hecho, si bien la liturgia es la cima hacia la cual tiende la

acción da la Iglesia, y a la vez, la fuente de donde dimana toda su fuerza84

,

sin embargo no agota toda la acción de la Iglesia y del programa monástico.

Por esta razón la vida de la comunidad está ordenada de tal modo que

permita una celebración provechosa de la liturgia, y a la vez, la estructura y

las formas litúrgicas sean tales que puedan alimentar y animar la vida

cotidiana. Que el peso de la jornada no ahogue la liturgia, ni las formas

litúrgicas sean tales que, al margen de la mentalidad moderna, hagan estéril

su celebración.

63

A la vida de oración pertenece también la lectio divina la cual

requiere una educación idónea y unas ciertas condiciones para que pueda ser

de verdad una lectura que lleve a la oración, reposada y asidua. Adornada

con estas cualidades, la lectura divina ayuda eficazmente al monje a ser más

82 Sacra Congregatio Rituum, Instructio de cultu mysteri eucharitici, del 25 de mayo de 1967,

AAS 59 (1967) 539: Eucharisticum mysterium sacræ Liturgia, immo totius christinæ viíta, est

vere centrum.

83 Sacrosanctum Concilium, 47. Cf. S Augustin, In Io. Evang. Tract. XXVI, VI, 13 : PL 35,

1613 y Breviario Romano, Corpus Christi, Ad II Vesperas, antiph. ad Magnificat.

84 Sacrosanctum Concilium, 10.

Page 112: Los Cistercienses

La vida cisterciense actual

112

y más el "hombre de Dios", y le hace sentir claramente la presencia de Dios

y le hace comprender mejor su voluntad.

Para favorecer este espíritu de oración tiene una gran importancia la

observancia del silencio. Respetando con fidelidad el tiempo de silencio,

nuestros corazones se disponen para oír mejor la Palabra de Dios y para

cumplirla con más generosidad.

64

La unidad de vida se manifiesta en la armónica fusión de las diversas

partes85

. En primer lugar, hemos de procurar que la actividad litúrgica de

nuestros monasterios sea como una luz ardiente y brillante que se difunda

por toda la iglesia local; que nuestras celebraciones atraigan a los cristianos

de los alrededores a una participación activa y ofrezcan al pueblo cristiano

una fuente abundante para su vida espiritual.

4. EL HUMILDE SEGUIMIENTO DE CRISTO,CARGADO CON LA CRUZ

65

La vida del monje ha de consistir en seguir a Cristo, que se hizo

humilde. Sinceramente arrepentidos de nuestros pecados y conscientes de

nuestras limitaciones, así como de haber sido rehabilitados por la

misericordia divina, debemos buscar la gloria de Dios, y no la nuestra.

Animados por este espíritu de humildad hemos de aceptar serenamente las

tribulaciones y las privaciones, debemos estar contentos aun cuando sean

escasas las compensaciones y los medios de subsistencia.

La vida monástica solamente puede subsistir bajo el signo de la cruz.

Dado que seguimos el amor de Cristo, y nadie puede ser mayor que Él,

hemos de recorrer el largo camino de la renuncia, y mortificamos nuestros

miembros para servir al Dios vivo; Cristo nos llama cada día, al igual que a

sus apóstoles, a cargar con la cruz.

66

La participación a la cruz de Cristo, a la que hemos sido llamados, se

manifiesta muy a menudo de la forma siguiente:

- humillándonos huyendo de la vanagloria y de las ambiciones

egoístas;

- cumpliendo exactamente el trabajo cotidiano, que actualmente

impone frecuentes sacrificios, que muy bien pueden parangonarse con las

austeridades de la vida monástico antigua;

85 Véase Perfectæ Caritatis, 18.

Page 113: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

113

- ejercitando la paciencia con la cual hemos de soportar las

enfermedades del cuerpo y del espíritu, la debilidad de nuestras facultades y

el peso de la vida común;

- amando a nuestros enemigos, perseguidores y calumniadores;

aceptando la vejez y la muerte, de tal manera que manifestemos nuestra fe y

nuestra esperanza en la vida eterna.

67

Del mismo modo que en el bautismo prometimos oponernos y

resistir a Satanás y a todas sus propuestas, mediante la vida monástica

queremos huir del mundo en la medida que está sujeto al diablo; deseamos

rechazar los deseos de los ojos, la concupiscencia de la carne y la soberbia

de la vida. La huida del mundo ha de entenderse sobre todo como la

separación interna de la mentalidad de este siglo que no espera nada más allá

del sepulcro, y en esta vida únicamente valora los placeres del cuerpo y del

corazón.

La separación externa del "mundo" -practicada de maneras muy

distintas según los diversos monasterios-, es un signo y a la vez un medio de

esta separación interior.

68

El amor a la cruz y la decidida oposición al espíritu de este mundo

no deben hacernos indiferentes a los auténticos valores existentes en él y que

hemos de utilizar en nuestro servicio del reino de Dios. Los valores técnicos

y económicos, sociales y culturales no han de ser para nosotros como algo

ajeno, sino más bien su utilización enriquece nuestra vida y nos hace entrar

íntimamente en el seno de la familia humana.

5. NUESTRO TRABAJO

69

Como todos los hombres, nosotros, monjes, también estamos sujetos

a la ley común del trabajo, y muy seriamente86

; mediante nuestro trabajo

colaboramos a hacer este mundo cada vez más perfecto, y a poner en

práctica los designios de Dios sobre este siglo, al mismo tiempo que

realizamos nuestra propia vocación. De hecho, es erróneo afirmar que la

perfección del alma y los intereses de la vida presente se contraponen

cuando es posible obtener una perfecta compatibilidad. Para alcanzar la

perfección cristiana nadie está obligado a alejarse necesariamente de los

asuntos de la vida normal; dado que esta ocupación, hecha de modo debido,

86 Véase Perfectæ Caritatis, 14.

Page 114: Los Cistercienses

La vida cisterciense actual

114

no solo no pone en peligro la dignidad del hombre y del cristiano, sino más

bien la perfecciona87

.

Precisamente por esta razón, nuestro trabajo no es solamente un

remedio contra la ociosidad, o una ocupación cualquiera para llenar el

tiempo, sino que es una parte constitutiva de nuestro esfuerzo para adquirir

la perfección cristiana. Al mismo tiempo, es también un servicio fraterno a la

comunidad monástica y a los hombres que viven en el mundo, siempre y

cuando realicemos nuestro trabajo con competencia y con sentido do

responsabilidad.

70

Dado que el valor del trabajo depende también del modo correcto de

ejecutarlo, es una obligación grave de los Superiores procurar que sus

colaboradores, sean clérigos o laicos, estén preparados concienzudamente,

incluso con preparación técnica si es necesario, para que puedan realizar del

mejor modo posible sus trabajos, teniendo presente que en nuestra época de

especialización y en las circunstancias actuales no basta la buena voluntad y

la dedicación personal.

Los trabajos principales que se realizan en las diversas

Congregaciones y en nuestros monasterios cistercienses son los siguientes

(el orden de enumeración no significa, de hecho, orden de preferencia o de

importancia):

a) Educación de la juventud

71

La instrucción y la educación de la juventud en las escuelas y en los

colegios se adaptan óptimamente a la vida monástica, y aquellos que se

dedican a esta actividad contribuyen muchísimo a la difusión del reino de

Dios y al perfeccionamiento de la sociedad humana. En efecto, tratan no solo

de enriquecer el intelecto, sino toda la persona, demostrando la relación

íntima que existe entre las artes, las ciencias humanas y el espíritu cristiano;

y mientras comunican la verdad de las cosas creadas, conducen a los

alumnos hacia la fuente de toda verdad y de toda la creación, es decir hacia

Cristo en persona88

. Además, atendiendo que cuanto hagamos al más

87 Véase la encíclica Mater et Magistra, de Juan XXIII, del 15 de mayo de 1961, AAS 53

(1961) 460, o, según la numeración corriente, núm. 254-255.

88 Véase la Declaración Gravissimum Educationis del Concilio Vaticano II, sobre la

educación cristiana de la juventud.

Page 115: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

115

pequeño de los hermanos de Cristo89

, lo hacemos a Cristo mismo, en la

educación de la juventud se sirve a Cristo de modo eminente.

b) Ministerio pastoral

72

El sacerdocio del Nuevo Testamento en su plenitud no es un

sacerdocio simplemente cultual, sino que está ordenado al servicio de la

comunidad cristiana90

. Sin duda alguna, el ministerio pastoral, sea el

ordinario en el monasterio, en las parroquias, en las misiones entre los

infieles91

, sea el extraordinario en conferencias y ejercicios espirituales, en

predicaciones al pueblo cristiano, en la administración de los sacramentos en

otros casos semejantes, es de mucha eficacia en la edificación del Cuerpo

Místico que es la Iglesia. Los monjes-sacerdotes de nuestra Orden mediante

esta actividad ofrecen un servicio insigne a los hombres: obedecen a la

vocación del Espíritu Santo, sirviendo con rectitud, como el servidor

prudente y fiel que distribuyó el pan a sus consiervos92

.

89 Véase Mt 25,40. El Capítulo General de 1968 trató también, en su estatuto 26, de la

educación de la juventud, Acta Curiæ Generalis 17 (1968) 45ss. El citado estatuto subraya:

1. La formación y educación de la juventud, tan fuertemente arraigadas en la tradición

monástica, también hoy se presentan como una tarea comunitaria muy compatible con la

vida y los compromisos de la comunidad monástica, y es igualmente útil para la

sociedad y para la Iglesia.

2. Los monasterios que tienen escuelas han de encontrar cada vez más una unidad

armónica y bien eficaz entre este trabajo y el resto de los deberes de la vida monástica,

sobre todo por lo que se refiere a la vida espiritual y a la distribución del día.

3. La formación religiosa y escolar de la juventud ha de responder incondicionalmente a

las exigencias actuales; por eso, hay que hacerse un deber de conciencia de la

enseñanza técnica y del estudio continuado.

4. Aunque los modelos escolares tradicionales son también hoy importantes, ciertamente es

preciso que estemos igualmente abiertos a nuevas formas de escuela y de formación

cristiana. Sólo así se prestará un verdadero servicio a la Iglesia y a los hombres.

5. El Capítulo General recomienda una estrecha relación y el intercambio de experiencias

entre los monasterios, por lo que se refiere al trabajo de la educación. Los profesores y

formadores han de tener reuniones con colegas de otras Ordenes, y estar al corriente de

los nuevos conocimientos pedagógicos.

90 Véase Presbyterorum Ordinis.

91 El Capítulo General de 1968 hizo también una Declaración sobre la cura de almas, Acta

Curiæ Generalis 17 (1968) 46 estat. 27.

92 Véase Lc 12,42.

Page 116: Los Cistercienses

La vida cisterciense actual

116

c) Trabajo manual

73

El trabajo manual debe ser considerado por nosotros no sólo como

un elemento muy útil y frecuentemente necesario para la vida común, sino

como signo de solidaridad con todos los hombres, principalmente con los

pobres, que, con el trabajo cotidiano y humilde, procuran lo necesario para

su vida y la de los suyos. Es también un instrumento eficaz, de abnegación

de si y de participación en la cruz del Señor, de servicio a prójimo,

principalmente a los hermanos en el monasterio. Por esto nunca sea

considerado como una mera ocupación indiferente para la vida espiritual

sino que se ejerza de manera competente y eficaz como un instrumento de

caridad.

d) Trabajo científico y cultural

74

Muchos de nuestros hermanos, en diversos monasterios, contribuyen

notablemente a la promoción de las ciencias sagradas y profanas,

dedicándose a la investigación filosófica, teológica, histórica, sociológica, o

de las ciencias naturales. Esta actividad tiene una gran importancia no sólo

con relación a las diversas disciplinas, sino también para toda la vida

monástica que adquiere verdaderos tesoros con el conocimiento más

profundo de las cosas creadas y de las relativas a la fe. Ha de darse un valor

especial a las ciencias teológicas, de las cuales se puede obtener un provecho

mucho más importante sea en orden a la vida espiritual de los monjes, sea en

orden a la dirección espiritual de las almas, sea para el ministerio

pastoral93

.Este trabajo científico comporta grandes valores: la fidelidad a la

verdad, el sentido de la solidaridad a causa de la necesaria cooperación con

otros, una creciente conciencia de responsabilidad y otras semejantes.

e) Hospitalidad

75

Una forma de apostolado monástico muy antigua es la hospitalidad,

que hoy no debe ofrecerse solamente como un alivio material, sino más bien

debe proporcionar un alimento espiritual bajo formas diversas y apropiadas.

Todos los huéspedes sean recibidos como a Cristo, porque él mismo

nos ha de decir: huésped fui y me recibisteis. Léase ante los huéspedes, en

cuanto sea posible, la ley divina, para que sean edificados, y después se les

93 Véase Gaudium et Spes, 54-59.

Page 117: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

117

trate humanamente. La hospedería tenga asignado un hermano y la casa de

Dios sea sabiamente administrada por hombres sabios94

.

f) Recreación

76

Para poder atender felizmente y con entusiasmo nuestras diversas

actividades, hemos de apreciar en su justo valor la renovación de nuestras

fuerzas mediante la recreación. Al establecer el horario del monasterio

hemos de hacer atención para que se mantenga un sano equilibrio entre la

vida de oración, de trabajo y la recreación, teniendo en cuenta cuanto nos

enseña la psicología y la medicina a este particular. La recreación,

debidamente ordenada a su fin, no ha de ser considerada como una

desviación del espíritu monástico, sino que es una condición indispensable

para tener una vida bien ordenada. Solamente de este modo podremos poner

en práctica el precepto del Apóstol: Dios ama al que da con alegría95

.

94 RB 53.

95 2C 9,7.

Page 118: Los Cistercienses

La vida cisterciense actual

118

TERCERA PARTE

ORGANIZACIÓN DE LA VIDA DE LA ORDEN Y DE SUS

COMUNIDADES

77

Habiendo descrito los rasgos principales de nuestra Orden en su

existencia concreta y explanados brevemente los valores fundamentales de la

vida cisterciense, resta ahora considerar la organización de la vida práctica y

las convenientes estructuras jurídicas tanto de las diversas comunidades y

Congregaciones como de toda la Orden. Ciertamente, no basta exponer la

doctrina acerca de los fines y valores de nuestra vida, sino que también han

de buscarse las razones prácticas y jurídicas mediante las cuales viene

ordenada la vida de nuestras comunidades de modo que se alcancen los fines

propuestos.

A continuación vamos a exponer únicamente aquellos elementos o

principios que, a nuestro juicio, son necesarios para resolver los problemas

de hoy día, dejando la concreta organización de la vida de las comunidades a

las Constituciones de la Orden, y de las Congregaciones así como a los

Estatutos de carácter local96

. En primer lugar, expondremos los aspectos

fundamentales de cualquier organización jurídica, y de todo ejercicio de la

autoridad; después trataremos de modo más concreto del régimen y

organización de los monasterios, de las Congregaciones y de la Orden; y,

finalmente, diremos algo de las relaciones de nuestra Orden con las demás

Ordenes monásticas y con los distintos organismos de la Iglesia.

78

Todo lo que se dirá a continuación vale también para los monasterios

de nuestras monjas, a no ser que por su misma naturaleza aparezca lo

contrario97

. Las monjas de nuestra Orden no constituyen una "segunda

Orden" junto a una "primera Orden" (formada por los monjes), sino que

todos forman parte de la misma Orden Cisterciense. Los monasterios de

monjas son, en realidad, monasterios sui juris, aun cuando en el foro

jurisdiccional, dependan del Padre Inmediato o del Obispo. Además, muchos

de ellos son miembros de nuestras Congregaciones, gozando de leyes

96 El Capítulo General de 1969 decretó también unas nuevas Constituciones de la Orden, que

fueron revisadas por los Capítulos Generales de 1974, 1980, 1990 y del 2000, que las aprobó

definitivamente. Presentadas a la Santa Sede, ésta las confirmó el 23 de octubre del 2000, y

han sido publicadas en Acta Curiæ Generalis 44 (2000) 46-67.

97 Véase el canon 606 del CIC de 1983 (o canon 490 del anterior Código de 1917).

Page 119: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

119

semejantes a las de los monjes. Por lo tanto, es indudable que ha de

promoverse de modo eficaz y constante, si bien poco a poco, la participación

de las mismas monjas en todas las decisiones que atañen a su propia vida, e

incluso en los asuntos relativos a la propia Congregación y al conjunto de la

Orden.

A. ASPECTOS FUNDAMENTALES DE LA ESTRUCTURA JURÍDICA

1. LA COMUNIDAD MONÁSTICA ES UNA SOCIEDAD DE

VOLUNTARIOS

79

Siguiendo nuestra vocación, entramos en un monasterio cisterciense,

escogido por nosotros libremente, para recibir allí la doctrina de la escuela

del servicio del Señor98

; después, al emitir nuestra profesión, aceptamos

voluntariamente los valores e ideales de nuestro monasterio99

. Por esta razón,

la vida monástica no se nos ha impuesto sino que nosotros mismos la

aceptamos con libre y voluntaria dedicación. Así pues, nuestras comunidades

están formadas por voluntarios, todos los cuales aspiran a los mismos fines,

que conocen y que aman, de tal manera que vivamos bajo un mismo techo

llenos de un mismo espíritu, teniendo un solo corazón y una sola alma100

.

80

Así pues, el fundamento de la comunidad monástica es la entrega

libre y voluntaria de los monjes, los cuales estiman en gran manera los

valores y las ocupaciones del monasterio, considerándolos como algo propio.

Esta libre entrega y gozosa convicción son la fuerza motriz de la observancia

de las leyes y de la obediencia, y el fundamento de toda estructura jurídica.

Si faltan, la comunidad monástica, al igual que cualquier otra sociedad

voluntaria, no podrá mantener una verdadera vitalidad. Es de gran

importancia que los monjes conserven viva y alegremente aquella entrega

que les llevó a aceptar libremente la vida monástica; y cualquier ordenación

u organización de la vida de comunidad ha de tener en cuenta aquella libre

disposición y aplicación, para suscitaría y promoverla.

98 RB, Pról. 45.

99 Para vivir la profesión "según la Regla de san Benito", es preciso que haya el propósito –

aunque no se anãdiera nada ulteriormente- de observar las Constituciones, la Declaración "La

vida cisterciense actual" y otras leyes semejantes, como también los Usos y Costumbres de

cada monasterio, que completan la Regla o bien la adaptan a las circunstancias locales.

100 Act 4,32.

Page 120: Los Cistercienses

La vida cisterciense actual

120

2. LA VIDA DE LOS MONASTERIOS EXIGE UNA ORDENACIÓN DE

LEYES Y PRECEPTOS DE LOS SUPERIORES

81

Si bien la comunidad monástica ha de estar fundamentada en la

caridad a Cristo y a los hermanos, así como en la voluntaria aceptación de

los fines y de los objetivos del propio monasterio, sin embargo, en cuanto es

una unión estable de hombres constituida para obtener un fin determinado,

tiene necesidad también de una estructura sólida, es decir, de una ordenación

conveniente por medio de leyes y preceptos de los Superiores. De este modo,

la estabilidad y la continuidad de la vida se fortalecen, los esfuerzos de todos

los miembros se aplican más eficazmente al fin común, la vida y la actividad

de todos pueden coordinarse en la paz. Además de las leyes y demás

estatutos escritos, mediante los cuales vienen establecidos los aspectos más

permanentes de la vida, es necesario también que exista la autoridad

personal del Abad y de los Oficiales del monasterio con el fin de que puedan

disponer con responsabilidad y presteza los modos concretos de actuación

que no pueden ser determinados con minuciosas leyes en las presentes

condiciones tan variadas y mutables de la vida moderna. Para establecer las

leyes y las normas convenientes, tienen un papel importante los Capítulos,

Consejos y demás órganos representativos de la comunidad, y en ciertos

casos, determinados por el derecho, incluso con voto deliberativo. Estos

mismos órganos deben ayudar a los Superiores y a los Oficiales a tomar

decisiones concretas, en aquellos casos en que, según el derecho, es

competencia del Abad o de un oficial determinado del monasterio

determinar. Con todo hay que procurar que esta intervención no venga a

suprimir o debilitar los derechos y responsabilidades de los interesados.

82

La autoridad de las leyes y de los Superiores el monasterio, si bien

tiene mucho de común con la legítima autoridad civil de la sociedad, sin

embargo no pueden sin más equipararse. En primer lugar, la autoridad en el

monasterio viene ejercida de tal manera que presenta un carácter eclesial, el

cual proviene de una parte de la aprobación de la Regla y de las

Constituciones por la Santa Sede, y de otra, de la aceptación de nuestra

profesión por la Iglesia101

. De donde se sigue que el amor al monasterio

procede del amor a la Iglesia, a la cual nos unimos íntimamente por razón de

nuestra profesión, y aquel amor aumentará en la medida en que crezcamos

101 Lumen Gentium, 44 y 45, y A. MÜLLER, Das Problem von Befehl und Gehorsam in

Leben der Kirche (Einsiedeln 1964) 178-187 (la obediencia religiosa); M. MOTTE, Théologie

de l'obéissance religieuse, en L'obéissance (París 1951) 63-92.

Page 121: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

121

en el amor a la Iglesia. Además presenta también un carácter íntimamente

religioso, por cuanto la raíz de la obediencia monástica no es la necesidad o

la oportunidad humana, sino nuestra misma vocación y nuestra dedicación

voluntaria al servicio de la Voluntad de Dios. Aquellos que, en el seno de la

comunidad, detentan la facultad de legislar o de mandar, vienen a ser como

instrumentos para llegar a conocer cual es la voluntad concreta de Dios sobre

una determinada comunidad. Así pues, si bien no es lícito identificar

simplemente la obediencia a Dios con la obediencia prestada a un hombre,

sin embargo en la vida monástica en un sentido real obedecemos a los que

ocupan las veces de Cristo, y la obediencia prestada a los mayores entra a

formar parte del servicio de Dios102

.

La autoridad en las comunidades monásticas posee unas raíces

mucho más profundas que la autoridad en las sociedades meramente civiles;

sin embargo las experiencias y los nuevos métodos de ésta última no pueden

despreciarse ni desatenderse, sino más bien examinarlos con espíritu abierto.

Con mucha frecuencia, puede hallarse algo útil en las diversas mutaciones

sociales o en las nuevas formas de gobierno que, incluso para nosotros,

presente valores a aprovechar para una mejor organización de la vida

monástica actual103

.

3. PRINCIPIOS CRISTIANOS DE LEGISLACIÓN Y GOBIERNO

APLICADOS A NUESTRA VIDA

83

En la organización y legislación de la vida monástica, así como en el

ejercicio de la autoridad personal han de tenerse muy en cuenta los

principios sociológicos, fundados en el derecho natural, que en estos últimos

tiempos han sido mejor conocidos y proclamados con gran insistencia por el

Magisterio de la Iglesia. Entre estos principios son de gran importancia para

nosotros los principios correlativos de dignidad de la persona y solidariedad,

y de subsidiariedad y pluralismo legítimo dentro de una unidad necesaria.

84

El principio de la dignidad de la persona humana, precepto

fundamental de la doctrina social católica, enseña que el sujeto y el fin de

todas las instituciones sociales es y debe ser la persona humana104

. Así pues,

102 Véanse los núm. 52-55 de esta Declaración, así como B. SCHÜLLER, Gesetz und Freiheit

(Dusseldorf 1966) 31-41.

103 Véase Gaudium et Spes, 44.

104 Gaudium et Spes, 25, y la encíclica Mater et Magistra de Juan XXIII AAS 53 (1961) 453.

Page 122: Los Cistercienses

La vida cisterciense actual

122

todas las estructuras jurídicas nuestras han de estar ordenadas ante todo a

este fin, de modo que nuestros hermanos puedan conseguir de modo más

perfecto y fácil su propia perfección, y realizar las exigencias de su vocación

de un modo más conveniente. La dignidad sagrada de la persona humana105

,

fundada en la naturaleza del hombre y aún más en su vocación sobrenatural,

así como los derechos inalienables que de ella proceden106

, han de ser tenidas

en cuenta y respetadas también en la legislación y gobierno del monasterio y

de la Orden.

De donde se sigue que las prescripciones de las leyes o los mandatos

de los Superiores no han de mantener a los monjes en una dependencia

pueril, sino más bien han de conducirlos hacia una madura libertad cristiana

y a una responsable participación en el gobierno para bien de toda la

comunidad, valorando en lo justo su personal competencia y dejando un

margen amplio a sus prudentes iniciativas.

85

De este principio de la dignidad de la persona en modo alguno se

sigue que debamos caer en el defecto del individualismo. A este principio le

corresponde el principio de la solidariedad. La persona humana, por razón

de su naturaleza necesita de la vida social107

, y, además, ha recibido una

vocación sobrenatural esencialmente sobrenatural. En efecto, el beneplácito

de Dios ha sido salvar a los hombres no individualmente, es decir sin

ninguna conexión mutua, sino que ha querido reunirlos para formar un

pueblo, y, mediante el vínculo del Espíritu Santo, congregarlos en el Cuerpo

de Cristo108

. Nuestra vida cenobítica ha de expresar de un modo especial y

manifestar ante el mundo esta naturaleza comunitaria de la salvación y de la

vida cristiana.

Una apta legislación y un régimen monástico jugaran un papel muy

importante en el establecimiento y conservación de esta unión solidaria de la

vida, si promueven en lo posible el acuerdo de todos en lo que atañe a los

fines y valores propios, si coordinan eficazmente los esfuerzos en orden al

fin común, y se proponen establecer unas formas de vida familiar aptas y

105 Mater et Magistra, loc. cit., y Pacem in terris de Juan XXIII, AAS 55 (1963) 273, así como

Perfectæ Caritatis 14 (al final), y Gaudium et Spes, 31.

106 Véase el comienzo de la Declaración sobre la libertad religiosa del Concilio Vaticano II

(Dignitatis humanæ), y I. BEYER, De iuribus humanis fundamentalibus in statuto iuridico

christifidelium assumendis, Periódica de re morali et canonica 58 (1969) 29-58. Véase

también Gaudium et Spes, 26.

107 Gaudium et Spes, 25 (la interdependencia entre la persona humana y la sociedad).

108 Véase Lumen Gentium, 9 y el núm. 44 de esta Declaración.

Page 123: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

123

adecuadas. Llevados por este espíritu de solidariedad, cada uno de los

miembros de la comunidad ha de aceptar con agrado y prontitud los oficios

que se le señalen en el servicio de los hermanos y del bien común, aun

cuando a veces puedan ser ingratos.

86

El principio de la subsidiariedad ordena las relaciones entre los

individuos y la comunidad, y entre las comunidades menores y las

comunidades mayores. Establece que la autoridad superior de una

comunidad más amplia debe dejar a las comunidades subalternas atender a

aquellas cosas que por si mismas pueden hacer no solamente bien, sino muy

a menudo mejor que dicha autoridad superior. En el caso en que los

inferiores no puedan o demuestren una negligencia en cumplir su obligación,

la autoridad superior prestará auxilio y ayuda. De esta manera, la vitalidad y

la responsabilidad de los inferiores permanece y la autoridad superior puede

cumplir más fácilmente su misión propia, es decir, la misión de coordinación

y, cuando es necesario, de tomar una decisión superior109

.

En nuestro caso esto vale tanto para las diversas comunidades

locales, como para las Congregaciones y la Orden entera. En el monasterio

es propio del Superior promover y dirigir para el bien común110

las prudentes

iniciativas y responsabilidades personales de los hermanos y de los Oficiales

del mismo. Las autoridades de las Congregaciones y de la Orden cumplen de

modo óptimo su función, si, respetando la legítima libertad y las

características propias de los diversos monasterios y Congregaciones, les

aseguran una ayuda práctica que les permita alcanzar sus propios fines con

mayor facilidad y seguridad, mientras se preocupan también de elaborar y

promover proyectos y planes mucho más vastos, de utilidad para todos los

demás, pero que sobrepasan las posibilidades de los mismos.

87

El Principio del pluralismo legítimo dentro de una unidad necesaria

es una consecuencia de lo que se ha dicho hasta aquí. Es necesario reconocer

la necesidad de un pluralismo legitimo, es decir, la diversidad de los

miembros que se unen para formar una sola realidad, así como no es lícito

109 Este principio fue muy claramente formulado por Pío XI en su encíclica Quadragesimo

anno, AAS 23 (1931) 203; también lo formuló la encíclica Mater et Magistra, AAS 53 (1961)

414; y Pío XII la empleó en su alocución sobre la Iglesia AAS 38 (1946) 145, del 20 de

febrero de 1946. A menudo la aplicación de este principio no es fácil, ya que no se puede

siempre establecer con precisión cuando es realmente necesaria la ayuda superior y cuál es la

ayuda posible.

110 Véase Lumen Gentium, 13.

Page 124: Los Cistercienses

La vida cisterciense actual

124

suprimir la variedad de facultades y cualidades de los individuos en nombre

de la unidad. Incluso en el monasterio existen carismas distintos, cada uno

tiene su propio don, y a cada uno se le da una manifestación del Espíritu con

el fin de ser útil a la comunidad111

. La diversidad de los miembros es de

utilidad para todo el cuerpo, y cada uno de los individuos solamente

mediante una comunión de los diversos dones puede llegar a ser partícipe de

la plenitud del Espíritu.

Lo mismo hay que decir de los monasterios y Congregaciones de

nuestra Orden, los cuales difieren en no pocas cosas en lo que hace

referencia a la evolución histórica, a la índole natural de los hermanos, a las

circunstancias sociales y culturales, y a las tareas y obligaciones que han de

atender según las necesidades de la Iglesia local. Las diferencias, sin

embargo, no impiden que los diversos miembros formen una unidad vital;

más aún, la variedad de dones puede proporcionar a la Orden una mayor

fuerza y vitalidad, siempre y cuando se mantenga el sentido de la comunión

y la voluntad de cooperación112

.

El que pueda obtenerse el equilibrio entre el pluralismo y la unidad,

en gran parte depende de una legislación apta y de un recto ejercicio de la

autoridad. La seguridad de poder tender a los propios fines mediante leyes

estables, una clara determinación de las diversas competencias, una

exposición clara de los fines y planes comunes, el establecimiento de formas

prácticas de mutua ayuda son medios, junto con otros muchos, que han de

incitar a todos a buscar y promover con tesón la unidad. Del mismo modo, es

sumamente provechoso que las autoridades de la Orden o de las

Congregaciones no vean con recelo y desconfianza las notas particulares o

los fines propios de las comunidades, sino más bien han de hacer que cuanto

bueno y válido en ellas aparezca, sea fomentado lo más posible y sea de

utilidad para todos. Al contrario, las diferentes comunidades deben

esforzarse en conocer las exigencias de unidad de la Orden, y siempre han de

estar preparadas para promoverla juntamente con las demás comunidades de

la misma Orden y con los órganos de la autoridad superior.

111 Véase 1C 7,7; RB 40,1 y 1C 12,7.

112 Véase lo que se ha dicho sobre el núm. 13.

Page 125: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

125

4. LA PROBLEMÁTICA ACTUAL DE LA LEGISLACIÓN MONÁSTICA –

LA LEY ES PARA LA VIDA

88

Una cierta estructura jurídica y la ordenación de la vida mediante

leyes, tal como hemos visto, son absolutamente necesarias para toda

comunidad monástica; sin embargo no son en modo alguno como unos fines

que han de buscarse por si mismos, sino tan solo medios de gran importancia

ordenados a los fines propios de la vida monástica. La ley es para la vida y

no al revés113

; cuanto viene establecido y prescrito por las leyes debe

promover y ayudar la vida de los individuos y de las comunidades, así como

facilitar la realización de los fines propios, y en ningún caso impedir o

sofocar. La causa de la intranquilidad y de la "crisis de autoridad" que se

manifiesta en nuestros días, no sólo en la sociedad civil, sino también en la

Iglesia y las comunidades religiosas, en gran parte proviene del hecho de que

las leyes y las formas institucionales frecuentemente no responden de un

modo suficiente al actual estado de las cosas y a las justas exigencias de la

vida, y en consecuencia, aparecen a los súbditos como disposiciones sin

valor, inoportunas y absurdas114

. Corresponde a los órganos competentes

hacer que las leyes y las instituciones promuevan y sostengan la vida actual

de las comunidades, y no impidan a evolución de la vida a causa de su

carácter desfasado e incongruo. El Concilio Vaticano II precisamente nos ha

prescrito esto cuando ha decretado que debemos examinar detenidamente las

constituciones y demás reglamentos de los monasterios, Congregaciones y

también de la misma Orden, y las revisemos convenientemente, suprimiendo

cuantas disposiciones hayan perdido actualidad y valor115

.

113 Véase el axioma: Los sacramentos son para los hombres, y la palabra del Señor: el sábado

es para el hombre, no el hombre para el sábado (Mc 2,27).

114 Véase Gaudium et Spes, 4 y 7.

115 Véase Perfectæ Caritatis,3; la expresión "anticuadas" (obsoletæ) que se encuentra allí ha

sido interpretada en el núm. II/17 del motu-proprio Ecclesiæ Sanctæ de Pablo VI, 6 de agosto

de 1966: Hay que tener por anticuado todo lo que no constituye la naturaleza y los fines del

Instituto y que, habiendo perdido su significado y su fuerza, realmente ya no ayuda a la vida

religiosa; pero sin embargo hay que tener en cuenta la existencia de un testimonio que el

estado religioso tiene el deber de dar según su misión.

Page 126: Los Cistercienses

La vida cisterciense actual

126

89

Para que la estructura de gobierno y la legislación puedan servir

verdaderamente a las necesidades de la vida, importa considerar lo que

sigue:

a) Las leves no han de multiplicarse en exceso: la libertad de acción

y las iniciativas no han de restringiese mediante normas minuciosas.

Solamente han de regularse mediante leyes aquellas realidades o aspectos de

la vida que exigen una cierta uniformidad de acción o una coordinación de

fuerzas en orden a alcanzar los fines comunes. Todo lo demás ha de ser

dejado a la responsabilidad de los Superiores y de los Oficiales, y a la libre y

responsable decisión de los hermanos y las hermanas.

b) Las leves han de ser adaptadas constantemente a las condiciones

de la vida. Dado que las condiciones de la vida, las exigencias y las

actividades constantemente cambian, y, especialmente en nuestra época, los

cambios son mucho más profundos y rápidos, por esta misma razón los

medios que ordenan la vida, es decir las leyes e instituciones jurídicas, han

de ser revisadas y reformadas constantemente. Medios e instituciones que en

otros tiempos aparecían como útiles e incluso como inmejorables, con el

cambio de las circunstancias, han perdido la fuerza y la utilidad, y aún en

ciertos casos pueden impedir la evolución de la vida. Los ideales y las

prescripciones de los mismos fundadores en lo que hace referencia a la

organización de la vida monástica y a las estructuras jurídicas, aún cuando

han de ser tenidas en veneración, sin embargo no son normas inmóviles o

perennes, dado que también ellos estaban íntimamente conexos a las

condiciones siempre mudables de su época. En consecuencia, es necesario

ponderar prudentemente si responden y en qué medida a las nuevas

exigencias de la vida116

.

Una tal revisión de las leyes y normas de vida no ha de ser pospuesta

durante largo tiempo, con peligro de que, por razón de normas demasiado

rígidas o desfasadas, se pierda la vitalidad de la comunidad, y se originen

tensiones peligrosas entre los hermanos. En las Constituciones y Estatutos

locales han de señalarse los medios y las razones legítimas por las cuales las

respectivas comunidades puedan pedir y obtener la revisión o la mutación de

las leyes.

116 Este desarrollo y esta necesidad son precisamente tenidos en cuenta por la Charta Caritatis

Prior, cuando se dice a los Abades reunidos en Capítulo General: …cuando hay algo a

mejorar o a promover en la observancia de la Regla o de las disposiciones de la Orden, han

de disponerlo, y también han de renovar entre ellos el bien de la paz y del amor mutuo.

Charta Caritatis Prior, estatuto 13, Analecta S.O.Cist. 1 (1945) 54.

Page 127: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

127

c) Continuidad de la ley: respecto de la tradición. La vida, aunque

variada y mudable, presenta sin embargo una extraña continuidad y

tenacidad. Por tanto, en la ordenación de nuestra vida hemos de prestar

atención para no rechazar la totalidad de la tradición cisterciense, de la cual

ya hemos hablado117

, interrumpiendo así la continuidad de la vida monástica

de modo violento. Así como es peligroso retener formas de organización

anticuadas y leyes inadecuadas, del mismo modo es peligroso separarnos

violentamente de los valores de nuestra tradición, y en nombre de la

acomodación derribar los elementos fundamentales de nuestra vida118

. Es

necesario que en la revisión de las estructuras jurídicas o en la nueva

legislación tengamos presentes las experiencias de los siglos pasados, y que

conservemos una continuidad natural y una armonía con la tradición. Sin

embargo, hay que evitar que la fidelidad a la tradición nos lleve a un

inmovilismo o a una falsa seguridad, y también que no nos impida ver los

nuevos postulados de la vida ya en la Iglesia, ya en la sociedad civil de

nuestro tiempo.

d) Las leyes y los demás estatutos solamente serán útiles a la vida en

la medida en que prescriban una prudente y posible norma de obrar. Si

establecen cosas penosas o extrañas al hombre de hoy, si invitan a la

negligencia respecto a las leyes, o imponen responsabilidades difíciles de

soportar, incluso los hombres bien dispuestos se sentirán tentados por la

amargura. Que en cambio la ley sea simple y clara, para no conturbar el

curso normal de la vida mediante exageradas complicaciones o

ambigüedades. Tenga en cuenta siempre la realidad de nuestros monasterios

y de nuestros monjes, y no establezca nada que sea extraño o alejado a las

formas de vida de los mismos, sin que ello quiera decir aprobación de las

imperfecciones o de los defectos existentes. Que sea moderada, y que más

bien señale de una manera positiva el camino del bien, antes que hacerlo de

modo negativo, para que pueda ser observada con agrado por los monjes de

buena voluntad. La misma doctrina nos hace comprender que la norma de

actuar muchas veces se establecerá mucho mejor mediante directivas de gran

flexibilidad, señalando las diversas posibilidades de acción que mediante

leyes y prescripciones detalladas.

117 Véanse los núm. 5 y 8 de esta Declaración.

118 Véase Perfectæ Caritatis, 2.

Page 128: Los Cistercienses

La vida cisterciense actual

128

5. LA PARTICIPACIÓN DE LAS COMUNIDADES EN EL

ESTABLECIMIENTO DE LAS LEYES

90

Las condiciones de la vida moderna así como el Concilio Vaticano II

exigen que en la preparación de las leyes y en la disposición de

determinaciones que atañen a la comunidad, todos los miembros han de

participar de alguna manera119

. Los miembros de las comunidades no sin

razón se sienten extraños a las normas de vida y a las decisiones tomadas si

todo viene dispuesto únicamente por los Superiores o por un grupo

restringido de consejeros. Esta participación de todos ha de realizarse de

modo y en grado diverso (consultas previas a los individuos y a las

comunidades; votaciones del Capítulo conventual; elección de Oficiales y

delegados; derecho a hacer proposiciones, etc. ), teniendo en cuenta que es

absolutamente necesario en todas partes y todos los niveles de la estructura

de la Orden han de establecerse formas aptas de una participación real y

activa.

6. EL EJERCICIO DE LA AUTORIDAD PERSONAL

91

Mientras que las leyes y las demás normas escritas regulan los

aspectos más generales y permanentes de la vida monástica, la organización

de la vida concreta de cada día y las decisiones particulares en puntos

concretos corresponden a la autoridad personal de los Superiores y de los

Oficiales. El ejercicio de esta autoridad en nuestros tiempos es, ciertamente,

mucho más difícil y complicada que antes, ya sea por razón de los signos de

los tiempos, ya sea por razón del cambio de actitud del hombre moderno con

respecto a la autoridad.

De una parte, a causa de la rapidísima mutación y evolución de todo,

que ni puede preverse, ni puede regirse con leyes generales, muchos aspectos

de la vida exigen una decisión personal y rápida de los Superiores, incluso

en campos que son extremadamente complejos y requieren muchas veces

una real pericia técnica. De otra parte, los hombres de nuestro tiempo tienen

menos reverencia al oficio de Superior, y exigen de él cualidades y

perfecciones no ordinarias, juzgando dura y abiertamente sus errores y

deficiencias; desean ver claramente las razones por las cuales se ha mandado

119 Cf. Perfectæ Caritatis, 4, y Ecclesiæ Sanctæ, 18.

Page 129: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

129

algo; no prestan una obediencia fácil si lo mandado repugna de alguna

manera el juicio personal o la conveniencia propia120

.

Aunque la función de aquellos que ejercen la autoridad en la

comunidad sea algo verdaderamente arduo, sin embargo no es una labor

inútil la que se ha aceptado; mas aún, si se trata de encontrar formas y

métodos más aptos para gobernar, la labor que se haga puede ser muchísimo

más eficaz que la que se podía hacerse en cualquier otro tiempo: los

religiosos de nuestra época están mucho más bien dispuestos a una

cooperación sincera y activa, a una participación junto con los Superiores a

la solicitud por el bien común, e incluso están mejor preparados para una tal

participación.

92

A este nuevo modo de ejercer la autoridad corresponde:

a) que los Superiores informen debidamente a los hermanos de los

asuntos del monasterio o de la Orden, que expongan sinceramente y sin

misterios los problemas que se planteen, y que busquen conocer los puntos

de vista y las propuestas de los hermanos.

b) que no teman una crítica prudente o una censura, así como no

rehuyan las correcciones que se manifiesten necesarias.

c) que, conscientes de la complejidad y multiplicidad de su función,

los Superiores no crean que todo lo pueden hacer por si solos, sino más bien

compartan sus tareas con hermanos competentes, deseando aprovecharse de

su experiencia.

d) que concedan una amplia libertad de acción a todos los hermanos

y de modo especial a los Oficiales o a aquellos a los que se les ha asignado

una misión especial, y respeten su competencia en el oficio que les haya

confiado; por otra parte que no descuiden de pedir una relación detallada de

cuanto les ha confiado o han realizado.

B. EL RÉGIMEN DE LOS MONASTERIOS

93

Expuestos los principios generales que han de tenerse en cuenta y

aplicar en cualquier forma de organización y gobierno de la Orden y de las

comunidades, hemos de tratar ahora de las cuestiones especiales que se

refieren al régimen del monasterio, de la Congregación y de la Orden.

120 Véase lo que dice la nota 114.

Page 130: Los Cistercienses

La vida cisterciense actual

130

Comenzamos por el monasterio que es el elemento primario y fundamental

de la organización monástico. El centro de la vida del monasterio es el Abad;

en consecuencia es necesario que empecemos por describir su imagen.

1. EL ABAD DEL MONASTERIO Y SUS COLABORADORES

a) El Abad es pastor de almas, mediador de la Palabra de Dios y

maestro espiritual.

94

El Abad es ante todo pastor de almas, es decir, su función es en

primer lugar espiritual, encaminada al bien de las almas121

. Su autoridad es

un ministerio, tiene el carácter de un humilde servicio, de acuerdo con la

doctrina y el ejemplo de Cristo, cuyas veces hace en el monasterio122

. Por

esta razón conviene que exprese y demuestre a los hermanos aquel amor

paterno con el cual el Dios Padre ama a los monjes123

.

95

El Abad es además el mediador de la Palabra de Dios, y ha de llevar

a cabo su oficio de intérprete de la Sagrada Escritura en las diversas

circunstancias de la vida cotidiana. Nunca el Abad ha de considerarse

superior a la Palabra divina, sino más bien cada vez más ha de estarle sujeto.

96

No es de menor importancia aquel otro oficio que el Apóstol llama

discernimiento de espíritus124

. El Abad ha de aplicarse a reconocer si cada

uno de sus monjes es conducido por el Espíritu de Dios, o bien por

aspiraciones plenamente terrenas, fruto de su propia fantasía, o engañado por

los espíritus de la mentira. Para que pueda distinguir la voz del Espíritu de

cualquier otra voz, el Abad debe estar versado en doctrina y experiencia de

las cosas espirituales.

b) El Abad es vínculo de unidad

97

El Abad es vínculo de unidad de la comunidad, que ha de promover

el acuerdo de todos y cada uno de los hermanos en orden a los fines

121 Por esta parte el Capítulo General de 1968 llevó a término un trabajo preparatorio.

122 RB 2,2; véase también Perfectæ Caritatis,14.

123 Perfectæ Caritatis, 14.

124 1C 12,10.

Page 131: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

131

comunes, y coordinar las aficiones y los trabajos de todos. Así pues, el Abad

debe en gran manera estimar, comprender y tratar con el debido respeto la

personalidad de los hermanos. El Abad ha de tener para todos tiempo

suficiente disponible, así como un espíritu abierto, y será de su incumbencia

procurar una activa y responsable obediencia de parte de todos así como una

cooperación generosa de los individuos, de tal manera que las cualidades de

todos fructifiquen al servicio de Dios. Esfuércese para suscitar un diálogo

sincero y abierto; haga participantes a todos los hermanos de todos los

asuntos y proyectos de la vida del monasterio y de todos los negocios de la

casa, ya que en el fondo es algo que les atañe a todos. Asuma, sin embargo,

las responsabilidades que le corresponden por razón de su cargo, si debe

adoptar una decisión que, después de un maduro examen, le aparece como

voluntad de Dios.

98

El Abad como promotor de unidad debe suprimir cuanto pueda

introducir una cierta separación entre él y sus hermanos, lleve vida

comunitaria junto con los hermanos, mostrándose como ejemplo de fidelidad

y celo; restrinja en lo posible al mínimo aquellas cosas que comportan una

ausencia del monasterio. Una vez elegido Abad, no por esto ha dejado de ser

monje y hermano entre los hermanos, y cual vínculo de unidad y caridad

trate de entregarse por los hermanos en el amor de Cristo.

c) Los auxiliares del Abad

99

La imagen del Abad que, siguiendo las tradiciones de la Orden y la

opinión de los hermanos, hemos tratado de presentar, demuestra muy a las

claras que el Abad tiene tantas y tan diferentes misiones y funciones en la

vida de comunidad, que raramente podrá hallarse un hombre que pueda

llevarlas a cabo de modo plenamente satisfactorio. Y sin embargo, estas

misiones y funciones no pueden omitirse simplemente alegando las

limitaciones de la persona humana. De ahí se sigue que el Abad prudente,

consciente a la vez de sus obligaciones y de sus limitaciones, procurará

buscarse colaboradores aptos; no solamente los Oficiales regulares del

monasterio o aquellos que deben ocuparse de los asuntos económicos y

administrativos, sino también otros que puedan prestarle auxilio en sus

funciones pastorales, espirituales, para establecer la unidad y para coordinar

las características de todos y cada uno.

100

El Abad, reservándose la suprema dirección e inspección, en cuanto

sea posible ha de encomendar a Oficiales expertos y a otros hermanos

merecedores de confianza los asuntos económicos y administrativos, la

Page 132: Los Cistercienses

La vida cisterciense actual

132

organización cotidiana de las actividades y negocios (permisos concretos,

ordenación de trabajo, la correspondencia, la recepción de los huéspedes y

las demás relaciones) con el fin de quedar más libre en orden a desempeñar

su propia función.

101

Entre los Oficiales del monasterio, ocupa el primer lugar el Prior, el

cual el Abad tiene a su lado como socio y ayudante, de tal manera que,

estando el Abad ausente o impedido, preside el monasterio. Para la

formación y preparación de los monjes jóvenes han de demostrar su solicitud

y talento el Maestro de novicios y el Maestro de profesos, el oficio de los

cuales es de gran importancia y responsabilidad por el hecho de tener entre

manos la simiente de la futura cosecha. El Maestro de la liturgia ha de asistir

al Abad en la preparación y realización de una digna liturgia eucarística y del

oficio divino. En la administración de los asuntos materiales del monasterio,

ayuda al Abad el Cillerero, a quien incumbe cuidar de todo cuanto atañe al

patrimonio, procurando y conservando todo lo que sea necesario para la vida

de la casa.

2. EL CAPÍTULO CONVENTUAL Y EL CONSEJO DEL ABAD

102

El Capítulo conventual participa en el gobierno de la casa siempre

que se trate de asuntos de gravedad para el monasterio, y especialmente en

los casos prescritos por las Constituciones de la Congregación y por el

derecho común. El Capítulo conventual mediante un acto verdaderamente

colegial, elige el Abad, y colegialmente también se toman decisiones

relativas a la actividad del monasterio, a la admisión y formación de nuevos

candidatos, a la administración de los bienes.

103

Ahora bien, no ha de restringiese la función del Capítulo conventual

únicamente a los casos, en los cuales los Capitulares por derecho común o

particular han de dar su voto deliberativo o consultivo; los hermanos deben

ser reunidos a menudo con el fin de mantener un coloquio, un diálogo

verdaderamente fraterno, con el fin de procurar una eficaz participación y

solicitud de los hermanos en bien del monasterio125

. Así el Capítulo

conventual ha de ser un foro de información de los asuntos del monasterio,

de la Congregación y de la Orden, y a la vez el lugar donde los Oficiales

hacen una relación de las gestiones realizadas y los expertos exponen las

cuestiones actuales.

125 Perfectæ Caritatis, 14.

Page 133: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

133

104

Los temas a tratar en el Capítulo han de escogerse, con la ayuda del

Consejo del Abad, teniendo en cuenta los deseos y los problemas propuestos

por cualquiera de los hermanos; han de comunicarse a la comunidad de

modo apto y con tiempo suficiente para el estudio y la reflexión de los temas

propuestos. En ciertas materias será mucho más conveniente dar la respuesta

por escrito. La obligación de secreto que se restrinja a aquellas cosas que

reclaman una absoluta discreción; de cara al exterior del monasterio, los

hermanos han de usar una máxima discreción siempre que se trate de asuntos

de la comunidad monástica.

105

En todas las comunidades han de disponerse medios aptos para que

todos los hermanos, incluso los que viven fuera de la casa, puedan estar

informados de modo habitual, detalladamente y en el momento oportuno de

los asuntos del monasterio, de la Congregación y de la Orden.

106

El Consejo del Abad, llamado comúnmente de los seniores126

,

formado por un número más reducido de miembros, ha de ser convocado

oportunamente en todas las necesidades de la familia monástica, en asuntos

de mera utilidad y, especialmente, en los casos en que ha de tratarse algo

secreto. Es costumbre que este Consejo esté formado por miembros elegidos

por la comunidad y designados por el Abad, a partes iguales.

107

Si se llevan a la práctica los principios y consejos que acabamos de

exponer, las comunidades podrán adquirir un nuevo vigor, serán como

familias que, llenas de caridad127

, habitan en la casa de Dios, y como

escuadrón fraterno bien ordenado, gozando de una firme unidad128

, en la cual

cada uno llevando a cabo su propia función, sirve a todos y se siente

robustecido por los demás.

126 RB 3,12.

127 Véase RB, Pról. 45; 31,19 y 53,22.

128 RB 1,5.

Page 134: Los Cistercienses

La vida cisterciense actual

134

C. LAS CONGREGACIONES CISTERCIENSES

1. ORIGEN RAZÓN Y FINES DE LAS CONGREGACIONES

CISTERCIENSES

a) Orígen de las Congregaciones

108

San Benito en su Regla no trata de la unión de diversos monasterios

entre sí, sino tan sólo se preocupa de la organización interna del monasterio.

En el transcurso de la historia, sin embargo, aparecieron diversas formas de

unión de monasterios, cuyo fin era procurar que se llevase una vida religiosa

en los monasterios. En ciertas uniones de este género, se evitaron los

peligros de un aislamiento mediante la formación de una Congregación, en

la cual, sin embargo, se conservó la autonomía legítima de los monasterios;

en otras, en cambio, se llegó a una forma centralizada, en la cual los diversos

monasterios dependían de una Abadía central, tal como fue en Cluny, y

también en las fundaciones de Molesmes129

.

109

Los Fundadores de Cister, mediante los principios expuestos en la

Carta de Caridad, se esforzaron en asegurar la autonomía legítima de los

monasterios, y a la vez la unión necesaria y la mutua ayuda por medio de los

Capítulos Generales y las visitas anuales130

. Sin embargo, debido al ingente

crecimiento de la Orden, y también al cambio de ciertas condiciones de la

vida a lo largo de los años, aparecieron las Congregaciones, que ya hemos

mencionado antes brevemente131

.

Así pues nuestra Orden consta de hecho según definió este Capítulo

General de modo explícito, de las siguientes Congregaciones monásticas132

:

1) Congregación de la Regular observancia de S. Bernardo o de

Castilla,

129 Por otra parte, el monasterio de Molesme ya había reconocido como monasterios sui iuris

a los monasterios de San Juan de Alps y de Balerne antes de nuestra Carta de Caridad. Véanse

los documentos de 1097 y 1110 en J.–B. VAN DAMME, Documenta pro Cisterciensis

Ordinis historiæ ac iuris studio ( Westmalle 1959) 3-5.

130 Estos principios son afirmados clarísimamente tanto en la Charta Caritatis Prior como en

la Charta Caritatis Posterior.

131 Véase más arriba, núm. 24 y ss.

132 Cf. el artículo 1 de las Constituciones de la Orden. Se ha mencionado las Congregaciones

segun las respectivas datas de erección.

Page 135: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

135

2) Congregación de S. Bernardo en Italia,

3) Congregación de la Corona de Aragón,

4) Congregación de Mehrerau,

5) Congregación de María, Medianera de todas las gracias, en

Bélgica y Holanda,

6) Congregación Austriaca,

7) Congregación de la Inmaculada Concepción, o de Sénanque,

8) Congregación de Zirc,

9) Congregación del Purísimo Corazón de María, en Bohemia,

10) Congregación de Casamari,

11) Congregación de María, Reina del cielo y de la tierra, en

Polonia,

12) Congregación de la Santa Cruz, en Brasil,

13) Congregación de la Sagrada Familia, en Vietnam,

14) Congregación de los Monasterios Cistercienses de San

Bernardo133

,

y otros monasterios de monjes o monjas no incorparados a ninguna

Congregación134

.

Las Federaciones de Monasterios de Monjas, que son de derecho

pontificio, tienen grandes méritos y continuara su trabajo para utilidad de los

monasterios y de la Orden.

b) El principio de subsidiariedad y el pluralismo en las

Congregaciones

110

Los principios de subsidiariedad y de pluralismo legítimo tienen una

gran importancia en la estructuración de las Congregaciones. Todo aquello

que cada monasterio por su parte, y con competencia eficaz y conocimiento

de las condiciones locales, puede llevar a cabo, debe quedar de su

incumbencia. Los órganos superiores de las Congregaciones tienen por

misión ayudar con su consejo fraterno los propósitos de las diversas

comunidades, coordinar sus esfuerzos hacia los fines comunes y, si los

hubiese, corregir los abusos; así como representar dichas comunidades ante

las autoridades eclesiásticas y civiles. De acuerdo con el principio del

pluralismo, han de ser reconocidas las notas específicas y las ocupaciones

especiales de los diversos monasterios, y la diversidad de los carismas, todo

133 Carta de la CISCSVA del Abad General P.Zakar, el 20 de abril 1995: Analecta Cist. 53

(1997) 339-340.

134 Véase Elenchus Monasteriorum Ordinis Cisterciensis.

Page 136: Los Cistercienses

La vida cisterciense actual

136

lo cual ha de ser orientado hacia la concordia de los fines comunes sin que

esto ponga en peligro la unidad de la Congregación.

111

A pesar del principio del pluralismo, entre los monasterios existe en

muchas ocasiones no solamente el vínculo de una organización jurídica, sino

también un ideal común. La descripción de este ideal y de los principales

medios para alcanzarlo ha de hacerse en las Constituciones de cada

Congregación, elaboradas por el Capítulo de la propia Congregación,

después de haber consultado las comunidades interesadas, y, finalmente,

aprobadas por la Santa Sede. Es por esto que las Constitutciones de cada

Congregación deben ser consideradas como la norma inmediata y concreta

de vida.

c) Razón y fines de la Congregación

112

La unión de nuestros monasterios bajo la autoridad del Capítulo de

la respectiva Congregación y bajo el Abad Presidente tiene como fin,

principalmente, procurar que en los dichos monasterios florezca la vida

cisterciense en todo su fervor; que la observancia regular pueda ser

mantenida mucho más fácilmente; que se puedan prestar sin pérdida de

tiempo los auxilios de la mutua caridad en las circunstancias necesarias; que

los esfuerzos de las diversas comunidades puedan ser coordinados en orden a

un plan que exige el trabajo de todos; que se puedan impugnar más

eficazmente los obstáculos que dificultan, la vida de los monasterios; que

puedan realizarse con mayor seguridad y facilidad aquellas tareas que la

Iglesia y la sociedad moderna espera de los monasterios. Además de este fin

común, cada Congregación de la Orden puede tener un fin especial, el cual

ha de ser enunciado con toda claridad en las Constituciones propias135

.

2. EL CAPÍTULO DE LA CONGREGACIÓN

113

El Capítulo de la Congregación es la suprema potestad en cada

Congregación, de acuerdo con los principios antes expuestos. Estará

formado por todos los Superiores mayores y por delegados, con voz

deliberativa, los cuales serán elegidos para este oficio por todos los

miembros de la Congregación, de acuerdo con las Constituciones de la

propia Congregación.

135 Véase el artículo 18 de las Constituciones de la Orden.

Page 137: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

137

114

La función principal del Capítulo de la Congregación es ser foro de

deliberación fraterna y de legislación, con el fin de:

a) elaborar constituciones adaptadas a nuestro tiempo, en las cuales

se determinen claramente los fines, los ideales, y las ocupaciones comunes

de la Congregación.

b) preparar y publicar los Usos, Declaraciones y demás

Instrucciones, mediante las cuales los principios de las Constituciones de la

Congregación se acomodan a las exigencias de los tiempos y lugares.

c) investigar nuevas posibilidades de vida y trabajo; comunicar y

coordinar las experiencias y los intentos de cada uno de los monasterios para

utilidad de todos.

d) elaborar proyectos y planes a realizar con la contribución de los

esfuerzos de todos; tratar de hallar solución a las dificultades mediante un

empeño común.

e) promover un uso mejor y más razonable de las energías materiales

y personales de todos los miembros de la Congregación.

Para proveer al máximo al bien común, es sumamente importante

que el Capítulo de la Congregación se reúna a menudo, y si aparece útil, será

conveniente que se celebren otras reuniones de los miembros del Capitulo.

3. EL ABAD PRESIDENTE DE LA CONGREGACIÓN

115

El Abad Presidente gobierna la Congregación de acuerdo con el

espíritu del Capítulo de la misma Congregación, y es un signo de la unión

fraternal que forman los diversos monasterios. Su misión es prestar servicio

para que en las diversas familias monásticas exista, se afirme y aumente una

vida monástica de acuerdo con las Constituciones de la propia

Congregación.

Debe fomentar las relaciones entre los monasterios en orden al bien

de toda la Congregación. En este campo, los Abades y los monjes de todos

los monasterios han de ayudar al Abad Presidente, procurando mantener

entre ellos relaciones fraternas, recibiéndose los unos a los otros,

colaborando en sus afanes comunes, participando en conferencias para tratar

de temas espirituales o administrativos, en una palabra para conocerse y

amarse cada vez más.

Page 138: Los Cistercienses

La vida cisterciense actual

138

4. LA VISITA REGULAR

116

La Carta de Caridad establece una visita anual, que el Abad del

monasterio fundador o un delegado suyo, según la ley de filiación, debe

realizar. La finalidad de esta visita era para promover el fervor, y, en caso de

necesidad, para aportar una corrección fraterna en la caridad. La visita anual

era el nervio de la estructura jurídica de la Orden, y fue objeto de gran

estimación por parte de todos, incluso de personas ajenas a la misma.

Ciertamente, mucho se debe a esta institución en orden a fortalecer y

promover la vida de los monasterios.

El Visitador, una vez ha realizado el escrutinio, muy a menudo

puede dar al Abad local óptimos consejos, dirigir su atención a ciertas

cuestiones y problemas que quizá el Abad no ha percibido, o al menos no se

ha dado plena cuenta de su concatenación y de sus aspectos personales. Si el

Visitador comprendiera que en aquel monasterio no se observan ciertos

preceptos de nuestra Orden, procure corregirlo caritativamente de acuerdo

con el Abad local.

La ley de la filiación hoy día solamente está en vigor en algunos

monasterios. En lugar de la antigua relación casi natural, que era la base de

la filiación, hoy encontramos generalmente la unión de monasterios diversos

en Congregaciones, en las cuales, de ordinario el Visitador es el Abad

Presidente de la Congregación, a excepción de aquellos casos en los cuales

aun rige la ley de filiación o cuando las Constituciones de la Congregación

disponen otra cosa.

117

La finalidad de la visita es la misma que la del principio, si bien

ciertos aspectos del modo de llevarla a término han de adaptarse a las nuevas

condiciones. Las visitas incluso en nuestros tiempos conviene que se hagan a

menudo, si bien quizá no todas sean visitas canónicas. Téngase en cuenta

para esto las necesidades de cada comunidad.

El Visitador no es, ciertamente, ni un legislador ni un "reformador",

sino más bien debe promover un examen de conciencia de todos. La solución

de los problemas difícilmente puede venir de una imposición, sino tan solo

de una interna persuasión. Como es natural, esto requiere muchas cosas tanto

de parte del visitador como de parte de los visitados.

El Visitador, cuya función es ante todo un servicio de caridad, ha de

procurar ante todo comprender el estado psicológico de la comunidad. Para

que la visita aporte al monasterio un auténtico incremento, es necesario

Page 139: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

139

atender debidamente a la autonomía legítima del monasterio y a sus fines

propios convenientemente aprobados.

Los que son visitados conviene que con toda humildad y sinceridad

expongan cuanto crean conveniente, buscando en verdad el bien de las almas

y el progreso de la comunidad en el servicio de Dios. No olviden los límites

a que está sujeto el Visitador, a saber, el ámbito limitado de materias en las

cuales el Visitador puede intervenir, y las posibilidades reales de sus

intervenciones. Muchas veces la visita no produce ningún fruto por el hecho

de que muchos miembros de la comunidad esperaban del Visitador una

actuación inconsiderada e infundada, declarándose muy pronto

decepcionados sin comprender que el Visitador no podía realizar imposibles.

5. IMPORTANCIA DE LAS CONGREGACIONES EN LA ESTRUCTURA

DE LA ORDEN

118

Las Congregaciones tienen una importancia vital en nuestra Orden:

ya que, de un lado, los diversos monasterios son demasiado pequeños y

débiles para que puedan vivir y trabajar en una plena y absoluta

independencia y suficiencia (autarquía); de otro lado, la Orden misma

contiene una diversidad y discrepancia tal en la observancia, en las formas y

tareas de la vida, que no puede ser gobernada mediante normas y métodos

uniformes. Así, la Congregación es o debe ser aquella unidad de acción, viva

y concreta, que aúna las fuerzas de diversas casas que poseen los mismos

ideales y las mismas tareas. De ahí se sigue la necesidad y la utilidad de las

Congregaciones en la estructura de nuestra Orden.

D. EL RÉGIMEN DE LA ORDEN

1. LA ORDEN ES UNA UNIÓN DE CONGREGACIONES. UNIDAD Y

DIVERSIDAD

119

Nuestras Congregaciones se unen entre sí para formar la Orden

Cisterciense, ya sea en virtud del fin e ideal común, ya sea por razón de las

estructuras comunes y de los órganos jurídicos. El fin primario de esta unión

es la mutua comunicación, la mutua ayuda práctica para el mantenimiento y

perfeccionamiento de la vida monástica136

. Nuestras Congregaciones, debido

136 Cf. El art. 2 de las Constituciones de la Orden.

Page 140: Los Cistercienses

La vida cisterciense actual

140

a las diferencias en la evolución histórica, y en las condiciones culturales y

sociales, presentan diferencias notables tanto en las formas y tradiciones

monásticas, como en las tareas y ocupaciones. Estas diferencias, sin

embargo, no destruyen la unidad superior de la Orden; más aun, si los

carismas distintos, fruto de la variada gracia de Dios, se distribuyen y

comunican en bien de todos, esto sirve para aumentar el vigor y la vitalidad

de la Orden. Es sumamente necesario que este pluralismo se comprenda bajo

el punto de vista de su positiva significación social y espiritual, y las fuerzas

diversas, que se complementan, se unan para una cooperación práctica y

eficaz.

2. EL CAPÍTULO GENERAL Y EL SÍNODO DE LA ORDEN

120

El Capítulo General de la Orden es el órgano central de la

deliberación fraterna, y también órgano legislativo y judicial, quedando a

salvo la autonomía legítima que según el derecho común y particular

corresponde a cada Congregación y a cada monasterio137

.

La función del Capítulo General es promover la consecución del

ideal común de la Orden. Así pues es de su incumbencia:

a) Declarar y explicar los valores fundamentales que constituyen

nuestra común vocación (cristiana, religiosa, monástica y cisterciense), aun

cuando estos valores no puedan ser llevados a la práctica por todos de la

misma manera.

b) Promover de modo eficaz la comunicación entre las diversas

Congregaciones, la mutua ayuda y la cooperación en las funciones comunes.

121

La función estrictamente legislativa del Capítulo General, aun

cuando tiene su importancia, en nuestros tiempos ya no es su función

primaria. Debido a la diversidad de formas y aspectos de la vida de nuestras

comunidades, así como también a la rapidísima evolución de las condiciones

de vida, una regulación uniforme mediante leyes propiamente dichas aparece

como algo imposible o inútil. En consecuencia, el Capítulo General raras

veces establecerá leyes que obliguen a todos los monasterios y monjes de la

Orden, limitándose a dar normas generales que después, según las

necesidades particulares de las regiones o de las Congregaciones deberán ser

adaptadas. Mientras de una parte se restringe el campo de la función

legislativa del Capítulo General, de otra parte aumenta la importancia de las

137 Cf. El art. 52 de las Constituciones de la Orden.

Page 141: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

141

otras actividades del Capítulo que ya hemos indicado (interpretación de los

fines y valores; deliberación fraterna de mutua ayuda en los casos comunes,

etc.)

122

En los primeros siglos de la Orden, de acuerdo con las

prescripciones de la Carta de Caridad y de los Romanos Pontífices, se

celebraba el Capítulo General todos los años. En nuestros tiempos, debido a

la frecuencia de los Capítulos de las diversas Congregaciones de una parte, y

de otra a causa de los gastos del viaje al Capítulo, que son sumamente

gravosos para ciertos miembros, el Capítulo General se celebra más

espaciadamente, cada cinco años. Con más frecuencia tendrá lugar la

reunión del Sínodo de la Orden.

El Sínodo de la Orden es un colegio convocado con el fin de discutir

los asuntos relativos a toda la Orden para proponer al Capítulo General las

cuestiones que han de decidirse, y, en el caso de una cierta urgencia, de

acuerdo con las Constituciones de la Orden, tomar una determinación previa

en espera de la decisión definitiva del próximo Capítulo General.

Corresponde al Sínodo también urgir la puesta en práctica de las decisiones

de la Santa Sede o del Capítulo General, según las necesidades; recoger

informaciones fidedignas del estado de la Orden, con el fin de promover

mejor a su buena marcha; examinar las relaciones que el Abad General

presente del estado general de la Orden, y los Abades Presidentes del estado

de la propia Congregación138

.

3. EL ABAD GENERAL

123

Elegido por el Capitulo General, el Abad General dirige la Orden de

acuerdo con el espíritu del Capítulo General y las normas de las

Constituciones, promoviendo los fines de nuestra unión.

El Abad General es:

a) promotor y vínculo de la unidad fraterna en la Orden, en el

sentido de que ha de estar dispuesto a acomodarse a genios diferentes,

abrazando con un justo e imparcial desvelo, promoviendo y representando a

todas las familias de la Orden. Los valores e ideales comunes de la Orden ha

de hacérselos suyos tanto en su modo personal de comportarse, como en los

actos oficiales. Ha de sentir con la Orden, la cual existe de hecho en nuestras

138 Cf. El art. 70 de las Constituciones de la Orden.

Page 142: Los Cistercienses

La vida cisterciense actual

142

comunidades concretas, interesándose con espíritu abierto en sus problemas,

tendencias y opiniones;

b) promotor y coordinador de los proyectos y planes comunes, que

exceden las posibilidades de las diversas comunidades o Congregaciones,

pero que son útiles o convenientes a muchos. En la concepción y en la

elaboración de tales proyectos, ha de tener una parte activa; además ha de

suscitar las iniciativas de los demás; finalmente, los ha de llevar a la práctica

con sus consejos y actuaciones;

c) con su autoridad refrendada por las Constituciones, y utilizándola

al servicio de todos, es el Padre, y también el hermano entre los hermanos,

según el espíritu de Cristo, deseoso de aprovechar más que de señorear.

Mediante sus cartas sus sermones y las demás formas de comunicación con

la Orden, se comporta como cohermano, condiscípulo y consiervo del Señor,

buscando junto con todos sus demás hermanos la verdad y la voluntad de

Dios. Lleno él mismo de la convicción y de la apreciación de los valores de

la vocación religiosa, ha de procurar mostrar a los hermanos y comunidades

las nuevas perspectivas y posibilidades, infundiéndoles así una sólida

esperanza del futuro;

E. LA COLABORACIÓN CON LAS DEMÁS ÓRDENES MONÁSTICAS Y

CON LA JERARQUÍA

124

Nuestra Orden tiene mucho de común, como es natural, con las

demás Órdenes monásticas. Por tanto, es sumamente importante la

colaboración con ellas en todos aquellos aspectos que son comunes a todos

los monjes, como por ejemplo, favorecer los estudios del patrimonio

monástico, en la investigación de las cuestiones litúrgicas, en la solución de

los problemas jurídicos, en la formación e instrucción de novicios y juniores,

en encontrar nuevas y aptas formas de vida comunitaria, de la distribución

del tiempo o de la manera de gobernar.

Conviene además que oremos los unos por los otros, que nos

prestemos con gusto y caridad una ayuda mutua, y que nos comuniquemos

del mejor modo posible cuanto acaece en la Orden, las Congregaciones y los

monasterios.

125

Nuestra Orden, nuestras Congregaciones, nuestros monasterios junto

con todos los monjes y monjas -si bien no del mismo modo- han sido

Page 143: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

143

declarados exentos de la jurisdicción de los ordinarios de lugar139

por los

Romanos Pontífices, en virtud de su función primacial en toda la Iglesia, con

el fin de asegurar mejor la realización de la vida monástica, según la índole

propia de nuestra Orden. Esta exención, sin embargo, no impide que

nuestros monasterios, en ciertos aspectos, según las normas del derecho

común y particular, estén sometidos a la jurisdicción de los Obispos140

, ni

tampoco que nuestros monasterios, según su propia vocación, colaboren

íntimamente con la iglesia local.

Deseamos honrar siempre con nuestra obediencia y reverencia al

Romano Pontífice y a los Obispos, como sucesores de los Apóstoles, y

prestarles auxilio en la medida en que nos es posible, teniendo en cuenta

nuestra vocación. Es de suma importancia que en las obras de apostolado se

dé una cooperación ordenada con la jerarquía, así como con todo el clero

diocesano y regular, tal como viene establecido y recomendado por los

sínodos diocesanos y demás reuniones semejantes141

.

Así, trabajamos en pro de aquella comunión eclesial que tanto hemos

de amar y cuyo punto álgido hallamos en la celebración de la Eucaristía, en

la cual ofrecemos a Dios nuestras preces por la jerarquía y por todo el pueblo

de Dios.

139 Véase Lumen Gentium, 45.

140 Véase el decreto Christus Dominus del Concilio Vaticano II. 35,3.

141 Cf. Christus Dominus, 35,5.

Page 144: Los Cistercienses

La vida cisterciense actual

144

CONCLUSIÓN

NECESIDAD DE UNA RENOVACIÓN CONSTANTE

126

Al poner fin a esta Declaración sobre los elementos principales de la

vida cisterciense actual no podemos pensar de ninguna manera que con lo

que acabamos de exponer (aun cuando todo se pusiese en práctica) hemos

hecho cuanto cabía en orden al trabajo de renovación de nuestra vida. Del

mismo modo que la Iglesia militante está llamada por el mismo Cristo a una

constante reforma, de la que tiene necesidad sin cesar en cuanto es una

institución humana y terrena142

, del mismo modo tanto la Orden, como las

diversas Congregaciones, los monasterios y sus monjes, estamos llamados a

un trabajo semejante.

Esta constante reforma es necesaria por el hecho de que la historia

humana, avanzando con ritmo cada vez más rápido, origina nuevas

circunstancias, crea nuevas posiciones y nuevos problemas, a los cuales,

incluso nuestra vida en aquellos aspectos sujetos a cambio, deberá

adaptarse143

. Además, la necesidad de este continuo renovarse es la

consecuencia del hecho de que nunca realizamos plenamente nuestro ideal;

tenemos pues necesidad de una conversión continua y sincera, mediante la

cual -como individuos y como comunidad- nos conformaremos a la imagen

de Cristo, Hijo de Dios144

.

142 Véase la encíclica Ecclesiam suam de Pablo VI, AAS 55 (1963) 797.

143 Gaudium et Spes, 5.

144 Cf. Rm 8,29 y Col 1,15.

Page 145: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

145

Page 146: Los Cistercienses

146

Page 147: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

147

MOMENTOS ESENCIALES DE LA

HISTORIA CONSTITUCIONAL DE

LA ORDEN CISTERCIENSE

El presente estudio escrito en italiano por Dom Policarpo Zakar

apareció en la revista Analecta S. Ord. Cisterciense 53 (1997) 208-365 ; su

título original es: Momenti essenziali della storia costituzionale dell'Ordine

Cistercense, y ha sido traducido al español, francés y portugués por los

alumnos del primer Curso para Formadores de la Orden Cisterciense en el

año 2001.

INTRODUCCIÓN

La intención de este trabajo1 es trazar a grandes rasgos la historia del

derecho constitucional de la Orden Cisterciense2, desde la Carta Caritatis

hasta las Constituciones aprobadas por la Santa Sede el 16 de octubre de

19903.

Por "derecho constitucional" entendemos el conjunto de normas

fundamentales propias de la Orden elaboradas generalmente por el Capítulo

General y aprobadas por la Santa Sede, que regulan el gobierno de la Orden.

Por consiguiente, no es todo el corpus legislativo de los

Cistercienses el objeto de este trabajo, porque no se pretende tratar de las

normas disciplinares y litúrgicas, las disposiciones concernientes a la vida

interna de la comunidad, que frecuentemente están expuestas a

modificaciones. Conviene, no obstante, añadir que antiguamente no siempre

1 El elenco de las abreviaturas bibliográficas se encuentra al final de este documento.

2 Las Constituciones de la Orden de la Estrecha Observancia, Orden que nació en 1892 de la

unión de tres Congregaciones de la misma observancia, se tratarán separadamente.

3 Estas constituciones se encuentran publicadas en las Acta Curie Generalis Ordinis

Cistercensis – Commentarium officiali, Nova Series, 37 (1991) 17-45.

Page 148: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

148

se han tenido en cuenta estas distinciones y que en los textos

constitucionales había elementos que hoy serían excluidos4.

No son objeto de este trabajo las llamadas codificaciones, es decir,

las recopilaciones sistemáticas de los Estatutos de los Capítulos Generales5.

Para comprender bien el derecho constitucional actual de una Orden,

es necesario conocer su historia, su evolución.

Después de un brevísimo preámbulo presentaremos los cinco autores

de nuestro siglo que se han ocupado de la materia. El trabajo mismo será

dividido en seis Capítulos:

1) Los orígenes de la Carta Caritatis Prior hasta finales del siglo

XIV.

2) Las Congregaciones cistercienses hasta la Revolución Francesa.

3) Desde la Revolución Francesa hasta finales del siglo XIX.

4) Desde las Constituciones del año 1900 hasta el Capítulo General

del 1930

5) Desde las Constituciones del año 1933 al Capítulo General del

1968

6) Desde el Capítulo General especial de los años 1968/69 al

Capítulo General de 1995.

En el apéndice se encontrará el texto de las Constituciones del

1925/1926. inédito hasta 1997

No es nuestra intención proporcionar una bibliografía completa de la

materia, y por dos razones: 1) en los trabajos citados se encuentra

generalmente una bibliografía referente a la legislación cisterciense del

periodo; 2) un buen número de libros y de artículos está hoy del todo

superado, porque una parte considerable de las fuentes no era entonces

conocida de estos autores.

4 Véanse los cánones 578-579 del CIC/1983 y los comentaristas de estos cánones, por ej. D. J.

ANDRÉS, Il diritto dei religiosi, Roma 1984, 24s; J. DAMMERTZ, Die geistliche Dimension

des Ordensrechts im neuen Codex Iuris Canonici, Ordenskorrespondenz 25 (1984) 261-275,

y R. HENSELER, Ordensrecht, Münsterischer Kommentar zum Codex luris Canonici, Essen

1987, 62-65.

5 Cfr. B. LUCET, La codification cistercienne de 1202 et son évolution ultérieure,

Bibliotheca Cisterciensis 2, Roma 1964, 34 y Id., Les codifications cisterciennes de 1237 et

1257, París 1977.

Page 149: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

149

1. ESTADO DE LOS ESTUDIOS SOBRE LA CUESTIÓN

No existe una historia del derecho constitucional cisterciense que

desde el inicio de la Orden abarque hasta nuestros tiempos. Existen, sin

embargo, algunas obras que revisten todavía un notable interés sobre esta

materia; a éstas nos parece útil referirnos brevemente.

El primer estudio a examinar es el del Abad de Gerleve, Raphael

Molitor, el cual dedica a la Orden Cisterciense más de cincuenta páginas de

su historia del derecho benedictino6. De hecho no podemos olvidar que en

los primeros decenios la Congregación de Beuron trató de seguir el ejemplo

de Cister.

Molitor naturalmente no conocía la evolución que experimentó la

Carta Caritatis, pero en cuanto a la Carta Caritatis (Posterior) sus

observaciones todavía hoy tienen su peso. Por ejemplo él observa que, en

esta ley, no existen trazas de una jurisdicción habitual del Abad de Cister

sobre toda la Orden7, y hace notar también que Eugenio IV, en el 1438, al

dar los títulos de Abbas Ordinis y Pater Abbas Ordinis, no los dedujo de la

Carta Caritatis8. Molitor piensa que el hecho de que el Abad de Cister

presidiera una asamblea de 4-500 Abades, le confiere una importancia

creciente, como también el hecho de que, después del Capítulo, fuera él

mismo el que debería aplicar los decretos capitulares y decidir las causas

urgentes. De este modo el Abad de Cister se convertía en el "Vicario" del

Capítulo.

Las verdaderas novedades de los Cistercienses según Molitor son:

1) Capítulo General y visita canónica anuales;

2) exclusión de las cellae porque cada fundación debía llegar a ser

cuanto antes una Abadía.

Así tenemos, en comparación con Cluny, una descentralización o al

menos una centralización muy mitigada9.

Molitor se ocupa muy brevemente también de las Congregaciones

cistercienses y sostiene que éstas han destruido la unidad de la Orden,

6 R. MOLITOR, Aus der Rechtsgeschichte benediktinischer Verbände, I., Verbände von

Kloster zu Kloster, Münster in W. 1928.

7 R. Molitor aporta trece argumentos como fundamento de su tesis. Cfr. p. 182

8El autor hace notar el hecho de que, en el Concilio de Basilea, el Abad de Cister está entre

los "Generales" de las Ordenes. Ibd., 179.

9 Ibid., 204.

Page 150: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

150

aunque admite que tal unidad estaba ya muy debilitada cuando aparecieron

las Congregaciones10

.

El objeto principal del trabajo de I. Eicheler11

son las

Congregaciones cistercienses. El autor examina su nacimiento desde el

punto de vista de los primeros textos constitucionales de la Orden

Cisterciense y sigue el juicio de los Capítulos Generales, distinguiendo entre

Congregaciones "independientes" y Congregaciones "dependientes" del

Capítulo General.

Según Eicheler la reforma de los monasterios era solo un pretexto

para la constitución de las Congregaciones, porque la reforma se podría

haber realizado también con otros medios. Según el autor en el derecho

constitucional primigenio las Congregaciones no estaban previstas, es más,

en algunos puntos, contradecían su espíritu12

, a pesar de que en este caso,

sería necesario distinguir entre fin y medios.

***

Otra síntesis fue publicada en 1933 por el P. Matteo Quatember; ésta

tenía que servir de introducción al comentario del nuevo texto de las

Constituciones preparado por él13

.

Quatember resume la finalidad del derecho constitucional

cisterciense de la manera siguiente:

Nuestros santos Padres esperaban ante todo, del derecho

constitucional primitivo que redactaron,…que estableciese y

constituyese una cierta unión jurídica de tipo familiar para todos los

10 Ibid., 208.

11 I. EICHELER, Die Kongregationen des Zisterzienserordens. Ursprung der

Cisterzienserkongregationen und ihr Verhältnis zur Verfassung und zum Generalkapitel des

Ordens : Studien und Mitteilungen zur Geschichte des Benediktinerordens und seiner Zweige

49 (1931) 55-91 ; 188-221 ; 308-340.

12 Ibid., 227 : Aus diesen Angaben geht es zur Genüge hervor, daß die Kongregationen nicht

nur gegen den Wortlaut der ursprünglichen Verfassung sind, sondern auch in mancher

Hinsicht gegen den Geist derselben verstoßen haben. P. 334 : Aus allem dürfen wir aber auch

schließen, daß zum Zweck der Reform besondere Klosterverbindungen nicht notwendig

waren. P. 334s : Das Ziel der Bewegung der Zisterzienser war die wörtliche Befolgung

dessen, was die Regel wörtlich enthielt.

13 El autor efectivamente no da nunca indicación de su propio nombre [M. Quatember],

Commentarium iuris constitutionalis Ordinis Cistercensis, Introductio: Conspectus iuridico-

historicus evolutionis iuris constitutionalis Ordinis Cisterciensis: Acta Curiae Generalis, O.

Cist. II (1993) 29-48.

Page 151: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

151

monasterios Cistercienses, para establecer y conservar por una

parte la conformidad de la profesión religiosa con la observancia

regular y por otra parte la uniformidad de la observancia regular en

toda la Orden14

.

Evidentemente Quatember tampoco sabía en aquel tiempo que la

Carta Caritatis entonces conocida había tenido una evolución de al menos

cincuenta años. Según el autor, fue la Carta Caritatis la que introdujo el

verdadero concepto de Congregación monástica15

.

Quatember hace notar después que, dada la multitud de las

fundaciones, con frecuencia hasta físicamente no era posible participar en el

Capítulo General anual o efectuar la visita canónica cada año. De ahí la

necesidad de que el Abad de Cister tuviera una autoridad ordinaria vicaria,

por más que precisamente este hecho generó más tarde tantos litigios y

desidencias en la Orden.

El autor hace mención después brevísimamente de las constituciones

papales más importantes y explica que el alma, el espíritu de la Orden no se

encontraba nunca en la observancia literal de la Regla de San Benito, sino en

la unidad de la observancia según las reglas dadas por el Capítulo General16

.

Continúa, pues, la enumeración de las codificaciones del derecho

cisterciense, la obra de los Capítulos Generales, para pasar a las

Constituciones del 1783, concluyendo con la historia brevísima del derecho

cisterciense en el siglo XIX17

.

***

14 Ibid., 31. Ss. Patres nostri primigenio iure constitutionali ab ipsis condito… hoc imprimis

spectabant, ut statueretur et constitueretur unio quaedam iuridica ad modum familiae

omnium monasteriorum Cisterciensium ad hoc, ut stabiliretur et conservaretur in monasteriis

Cisterciensibus ex una parte conformitas professionis religiosae cum observantia regulari, ex

altera parte vero uniformitas observantiae regularis in toto Ordine.

15 Quatember se apoya en el P. Bastien OSB (Compendium historico-iuridicum de regimine

monasterii in OSB, ms., p.12) para afirmar: Totus Ordo Cisterciensis efformat

Congregationem monasticam ad normam can. 488,2, non vero singulae Congregationes

Ordinis Cistercensis efformant unaquaeque propriam congregationem monasticam, ibid, 32,

nota 2.

16 Ibid., 40-41.

17 En su Commentarium el autor llega solamente al art. 4, letra i: Acta Curiae Gen. O. Cist. 2

(1933) 56-84. El resto, por cuanto hemos podido conocer, no ha sido elaborado. –Quatember

juzga así el trabajo de Molitor más arriba citado: Auctor huius operis immensum materiale

congessit, at, ubi de Ordine Cistercensi agit, non omnia bene digessit neque etiam omnia

quae de constitutione Ordinis Cisterciensis dicit, approbari possunt.: Acta Curiae Generalis

O. Cist. 2 (1933) 33, nota 1.

Page 152: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

152

El estudio siguiente es el del P. Columbano Bock, monje de

Scourmont OCSO. Bajo el título Les codifications du droit cistercien publicó

una serie de artículos con un rico aparato bibliográfico18

. El autor define así

la finalidad de su trabajo:

También, nos proponemos, en el presente estudio, describir la

historia del derecho cisterciense, con el objetivo principal de

resaltar en él las diferentes codificaciones realizadas durante los

siglos, así como las tentativas infructuosas de las nuevas

codificaciones y las aspiraciones profundas hacia una refundición

completa del derecho cisterciense en un código oficial y exclusivo19

.

Bock, ya al corriente de la evolución de la Carta Caritatis,

efectivamente no presenta una historia del derecho, sino más bien una

bibliografía bastante completa, también del derecho litúrgico cisterciense.

Para el periodo sucesivo a la Revolución Francesa el autor es muy sucinto,

especialmente en todo lo referente a las Constituciones de la Orden

Cisterciense del siglo XX.

La obra, muy útil aún hoy, necesita con todo una puesta al día.

***

El último volumen del que debemos hacer mención es Das

Verfassungsrecht der benediktinischen Mönchskongregationen in Geschichte

und Gegenwart de Viktor Dammertz20

. El autor trata, como ya indica el

título, de las Congregaciones benedictinas, pero examina, bajo algunos

puntos de vista, también las Cistercienses, siendo bien notorio que IV

Concilio Lateranense recomendó a los Benedictinos de tomar de los

Cistercienses algunos elementos constitutivos para la formación de las

Congregaciones21

.

18 Eran 13 intervenciones en la revista Collectanea O.C.R. 9 (1947) 249-252; 341-350; 10

(1948) 118-127; 278-290; 11 (149) 151-166; 334-352; 12 (1950) 101-117; 161-175; 14

(1952) 4-29; 191-207; 16 (1954) 266-283; 17(1955) 159-185; 253-264. Los artículos se han

recopilado en un volumen (216pp.) en el 1956.

19 Ibid., p. 3. Aussi se propose-t-on, dans la présente étude, de retracer l'histoire du droit

cistercien, dans le but spécial d'y relever les differentes codifications réalisées au cours des

siècles, ainsi que les tentatives infructueuses de nouvelles codifications et les aspirations

profondes vers une refonte complète du droit cistercien en code officiel et exclusif

20 Kirchengeschichtliche Quellen und Studien 6, St. Ottilien 1963.

21 Véanse pp. 27-34: Das Vorbild der benediktinischen Zweigorden. Die Verfassung der

Zisterzienser. Para el Concilio Lateranense IV, Constitutiones 12. De communibus Capitulis

monachorum (= C 7 X III.35, Friedberg 2, 600-601): In singulis regnis sive Provinciis fiat de

triennio in triennium, salvo iure dioecesanorum pontificum, commune Capitulum Abbatum

Page 153: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

153

Para Dammertz las Congregaciones monásticas benedictinas tienen

cuatro características esenciales:

1.La Congregación monástica se compone de varios monasterios sui

iuris a los cuales los monjes son incorporados por la profesión.

2.El Presidente de la Congregación no tiene la potestad dominativa y

jurisdiccional universal sobre la unión, sino únicamente ciertas

facultades conferidas por CIC, las Constituciones y los decretos de la

Santa Sede.

3.La Congregación monástica es una unión especial de los

monasterios y hace de intermediaria entre cada monasterio y la Santa

Sede.

4.La Congregación monástica está subordinada directamente a la

Santa Sede, aunque forme parte de la Confederación Benedictina.

Dammertz cambia por esto la definición legal del can. 488 § 2 del

CIC/1917 y afirma que la Congregación monástica es una unión federal de

varios monasterios sui iuris, que está directamente subordinada a la Santa

Sede22

.

Por esto, para Dammertz, en este libro suyo, los Valleumbrosianos,

los Silveltrinos, los Mechitaristas no forman una Congregación monástica,

mientras que los Camaldulenses (tanto la Congregatio Camaldulensis OSB,

como la Congregatio Eremitarum Camaldulensium Montis Coronae), los

Olivetanos, los Benedictinos de Hungría son "Ordenes" monásticas. En

cuanto a las dos Ordenes Cistercienses, Dammertz concluye que se trata de

Congregaciones monásticas, aunque no todo lo afirmado en el CIC/1917

puede ser aplicado a estas uniones23

.

Dammertz publicó su libro en el 1963. En base a la Lex propria de la

Confederación Benedictina, aprobada por la Santa Sede el 25 de marzo de

1982, todas las Congregaciones benedictinas reunidas en la Confederación

son Congregaciones monásticas, habiendo efectuado, entretanto, el ingreso

atque priorum Abbates proprios non habentium, qui non consueverunt tale Capitulum

celebrare ; ad quod universi conveniant… Advocent autem caritative in huius novitatis

primordiis duos Cisterciensis ordinis Abbates vicinos, ad praestandum sibi consilium et

auxilium opportunum, cum sint in huiusmodi Capitulis celebrandis ex longa consuetudine

plenius informati…Huiusmodi vero Capitulum aliquot certis diebus continue iuxta morem

Cisterciensium celebretur…Ordinentur etiam in eodem Capitulo religiosae ac circumspectae

personae, quae singulas Abbatias eiusdem regni sive Provinciae non solum monachorum sed

etiam monialium, secundum formam sibi praefixam, vice nostra studeant visitare…

22 DAMMERTZ, op. cit., 142s.

23 Ibid., 144-153

Page 154: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

154

en ella también algunas Congregaciones consideradas por Dammertz como

no-monásticas.

2. LAS FUENTES

Nuestro trabajo abarca no solamente la fuentes publicadas, sino

también no pocos manuscritos y documentos de archivo, de los cuales se

darán indicaciones al tratar cada fase del desarrollo del derecho

constitucional.

Pero aquí se hace necesario hacer inmediatamente mención de una

fuente importantísima, esto es, de los Estatutos de los Capítulos Generales en

la edición del P. J.-M. Canivez.

En los años 1933-1941, en ocho grandes volúmenes, el P. Joseph-M.

Canivez, monje de Scourmont, publicó una edición de estatutos24

. La obra ha

prestado y presta grandes servicios, porque es la única fuente que permite

conocer el trabajo de los Capítulos Generales hasta la Revolución Francesa.

Desafortunadamente la edición se basa sobre pocos manuscritos, contiene

algunos errores y con frecuencia es arbitraria en las dataciones de los

estatutos.

Uno de los trabajos más urgentes sería rehacer o al menos corregir la

edición de los estatutos, considerado también el hecho de que la edición está

actualmente agotada25

.

3. EL MÉTODO

Una historia completa del derecho constitucional cisterciense que

trate hasta de los mínimos detalles requeriría algunos volúmenes. Aquí

procuraré dar una mirada de conjunto, para facilitar después los estudios

particulares.

24 Statuta Capitulorum Generalium Ordinis Cistercensis ab anno 1116 ad annum 1786,

Lovaina 1033-1941. La mejor recensión de la obra es de G. RATH, Cist. Chronik 48 (1936).

No todos los volúmenes de la edición de Canivez tienen el mismo valor.

25 Véase C. WADDELL, Toward a New Provisional Edition of the Statutes of the Cistercien

General Chapter c. 1119-1189, en : Studiosorum Speculum, Studies in Honor of Louis J.

Lekai, O. Cist. Edited by F.R. Swietek and J.R. Sommerfeldt, Cistercian Studies Series 151,

Kalamazoo, Michigan 1993, 389-419. Los tres volúmenes a principios del año 1998 no se

encuentran todavía en comercio. En la Abadía de Zwettl (Austria) se conserva el manuscrito

que L. Janauschek preparaba para la edición de las Statuta. Ya sobre la base de este

manuscrito pueden ser corregidos tantos errores de Canivez.

Page 155: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

155

Dado que los orígenes de la Orden Cisterciense son más estudiados

en comparación con otras épocas, se reservará una atención particular a la

historia constitucional de las Congregaciones. Dado que las fuentes no se

pueden encontrar fácilmente, hemos preferido citar los textos más

importantes.

La evolución del derecho constitucional de una Orden, por otra

parte, puede ser en cualquier manera comparada con el crecimiento de un

árbol, donde las raíces son siempre las mismas, pero en el que en tantos

aspectos externos cambian, porque el árbol debe ser podado un gran número

de veces, con la finalidad de que se verifique el principio del succisa virescit

( lo que ha sido cortado, reverdece).

La evolución, por lo demás, no se ha terminado todavía. La

participación de las monjas en el gobierno de la Orden está en pleno

desarrollo y nos llevará ciertamente a fórmulas inéditas. [En el momento de

editar este volumen ya se ha celebrado un primer Capítulo General único, el

del año 2000, en el que participaron también con pleno derecho todas las

Abadesas y delegadas, y las Constituciones de la Orden y el Reglamento del

Capítulo General fueron acomodados a las nueva situación].

En cuanto a la exposición de la materia, la tarea es difícil; desde el

momento que existen personas que conocen la materia, debo seguir la regla

de San Gregorio Magno:

Trataremos brevemente la materia, para que la exposición sea

instructiva para los que no la conocen, sin ser pesada para los que

la conocen26

.

26 Gregorio Magno, Homilia XIII in Evangelia, PL 76, 1123: …(materiam) sub breviate

transcurramus, quatenus expositio ita nescientibus fiat cognita, ut tamen scientibus non sit

onerosa.

Page 156: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

156

I. LOS ORÍGENES: DE LA CARTA CARITATIS PRIOR

HASTA FINALES DEL SIGLO XIV

Hasta el 1927, en cuanto a los inicios de Cister, había una gran

unanimidad. Se creía que la Charta Caritatis conocida en aquellos tiempos

era del 1119 y de San Esteban Harding, y que el Exordium Pervum (dicho

Parvum en contraposición al Exordium Magnum) había sido redactado

también éste por S. Esteban Harding27

. Pero ya en el 1927, en el epílogo de

su Historia de la Orden Cisterciense, Gregor Müller, director de

Cistercienser Chronik, escribía:

…nos enteramos de una noticia sensacional, esto es, que el tolosano

D.A. Trilhe28

habría descubierto un códice, de cuyo contenido se

desprende que la historia de la fundación y de los orígenes de la

Orden debería ser expuesta de forma totalmente distinta, dado que

hasta la Charta Caritatis, tal como ahora es generalmente conocida,

no sería la original, sino una ampliación posterior 29

.

La investigación aún no se ha finalizado, es más, pienso que estamos

sólo al inicio, porque todavía hoy debo suscribir las conclusiones del 1970:

El problema de las dataciones de los documentos más discutidos no

está todavía definitivamente resuelto30

.

De las contribuciones de la discusión se confirma claramente que la

Charta Caritatis y las instituciones de la Orden Cisterciense han

sufrido una larga evolución, que hoy puede ser descrita a grandes

líneas.

27 Para un bibliografía véase F. DE PLACE, Bibliographie raisonnée des premiers documents

cisterciens (1098-1200), Citeaux 35 (1984) 7-54.

28 Auguste (P. Robert) Trilhe nació el 16 de junio 1866; en el 1883/1888 y 1900/1901 estaba

en S. María del Desierto, ocso, después, profesor de derecho canónico en Tolosa, se dedicó al

estudio de la historia cisterciense. Murió el 3 de mayo 1930: Analecta Cist. 21 (1965) 139 y

260-261. Hoy sabemos que Trilhe no exageraba en el 1927. Sobre la cuestión existe una

literatura bastante vasta, sólo J.A. Lefèvre ya ha escrito 15 artículos. He tratado la materia en

Analecta Cist. 20 (1964) 103-138 y 21 (1965) 138-166. Mi trabajo ha sido traducido al

italiano y publicado en Notizie Cistercensi, con el subtítulo Brevi osservazioni sugli degli

ultimi quindici anni (1954-1969). Sólo estas "breves" observaciones constan de 51 páginas.

29 G. MÜLLER, Vom Cistercienser Orden, Bregenz 1927, 258.

30 Cfr. Jean LECLERCQ, S. Bernard et les débuts de l'Ordre Cistercien, Actas Congreso

Internacional sobre San Bernardo en O Cister en Galicia y Portugal 17-20 octubre 1991,

Vol. I. Orense 1991, 41-52. Leclercq (p. 41) afirma: Il subsiste toutefois beaucoup

d'obscurités.

Page 157: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

157

La investigación sobre los orígenes de la Orden Cisterciense tiene

todavía mucho camino que andar. Nos parece que ha llegado el

momento de preparar una edición verdaderamente crítica de los

documentos analizados sobre la base de todos los manuscritos31

y de

publicar un detallado comentario al menos de la Charta Caritatis

Posterior…En espera de esto sería útil abandonar las discusiones

inútiles y estériles.

1. LAS DIVERSAS REDACCIONES DE LA CARTA CARITATIS

Existen tres versiones de la Carta Caritatis, es decir, la Carta

Caritatis Prior, la Summa Cartae Caritatis y la Carta Caritatis Posterior.

Cister, después de no pocas dificultades iniciales32

, en el 1113 podía

fundar la Abadía de La Ferté33

. Éste es también el año de entrada de S.

Bernardo en Cister34

. En el 1114 siguió la fundación de Pontigny35

, pero no

31 He proporcionado una descripción sumaria de los noventa manuscritos en el artículo

Consuetudines Cistercienses del Repertorium Fontium Medii Aevi, vol. III, Fontes C, Roma

1970, 636-639. Cfr. J. de la Cruz BOUTON – J.-B. VAN DAMME, Les plus anciens textes

de Cîteaux, Achel 1974; segunda edición 1985. P. Crisógono Waddell O.C.S.O está

preparando una edición crítica de los primeros documentos.

32 Los comienzos fueron marcados, por una parte, por el éxodo de algunos monjes que con

Roberto volvieron a Molesme, y por otra parte, por la falta de vocaciones: Exordium Cistercii

2,7 (ed. J. BOUTON – J.-B. VAN DAMME, p. 113): In huius vere diebus verum esse patuit

quod scriptum est : Oculi Domini super iustos et aures eius ad preces eorum. Nam cum

pusillus grex solum hoc piangeret quod pusillus esset, hoc solum, inquam, metuerent et

metuerent usque ad desperationem, Christi pauperes suae se non posse relinquere paupertatis

heredes, vicinis quippe hominibus vitae quidem in eis honorantibus sanctitatem sed

abhorrentibus austeritatem et ita resilientibus ab illorum imitatione quibus appropinquabant

devotione. Exordium Parvum 17,10 (ibid., 81s): Ergo istis temporibus visitavit locum illum

Deus, viscera misericordiae suae effundens super se petentes, ad se clamantes, coram se

lacrimantes,die ac nocte longa profundaque suspiria trahentes, et fere ostio desperationis

adpropinquantes, pro eo quod pene successoribus carerent.

33 La fundación ahora se hacía necesaria, desde el momento que, con el notable aumento del

número de monjes, los medios de manutención y el espacio vital resultaban insuficientes:

Tantus erat numerus fratrum apud Cistercium quod nec substantia, quam habebant eis

sufficere, nec locus in quo manebant eos convenienter poterat capere (Org. en Mâcon,

Archives de Saône-et-Loire H 24, ed. en J. MARILIER, Chartes et documents concernant

l'Abbaye de Cîteaux 1098-1182, Biblioteca Cisterciensis 1, Roma 1961, n. 42, p. 66).

34 F. GASTALDELLI, Le più antiche testimonianze biografiche su San Bernardo. Studio

storico-critico sui "Fragmenta Gaufridi" : Analecta Cisterciensia 45 (1989) 43 : pertanto il

noviziato di Bernardo e dei suoi compagni dovette cominciare verso la fine di maggio 1113.

Cfr. aussi G. PENCO, Incontro con S. Bernardo : Cîteaux e il monachesimo del suo tempo,

Milán 1994, 175. Los monjes de Claraval querían sostener frecuentemente que la Orden debía

Page 158: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

158

conocemos el documento de aquel año que regulaba la relación entre Cister

y Pontigny. Después en el 1115 fueron fundadas Claraval y Morimond. Para

asegurar la cura animarum, para establecer las relaciones entre casa-madre y

casa-hija se redactó la Carta Caritatis cuya primera aprobación papal es del

1119.

Hasta el año 1939 se consideraba que el texto conocido de la Carta

Caritatis era el texto único y original, compuesto por S. Esteban Harding y

sus hermanos hacia el 1118-1119. Pero en el 1939 se encontró una versión

de la Carta Caritatis ciertamente más antigua que la hasta entonces

conocida, que por su descubridor, monseñor J. Turk, fue llamada Carta

Caritatis Prior; el texto tradicionalmente conocido recibió por lo tanto el

nombre de Carta Caritatis Posterior. Además de estas dos redacciones

existe todavía una especie de sumario de la Carta Caritatis, más

precisamente de la Carta Caritatis Prior, el cual refleja, sin embargo, de

alguna manera, un estadio intermedio entre las dos Cartas Caritatis, y es

conocido con el nombre de Summa Cartae Caritatis.

De la Carta Caritatis Prior se conocen actualmente ocho

manuscritos36

, de los que el más antiguo está contenido en el ms. 31 de la

Biblioteca Universitaria de Ljubljana (redactado entre el 1147 y 1152),

descubierto y publicado por Turk37

: por consiguiente, para hablar

cautamente, no hay que excluir para nada que este texto no sea en todo

idéntico al que aprobó Calixto II en el 1119.

El texto de la Carta Caritatis Prior fue, más tarde, varias veces

renovado, como nos lo demuestra no solamente la Summa Cartae Caritatis,

sino también la comparación de las cinco Bulas papales, introducidas

todo a S. Bernardo, cómo que sin él Cister hubiese desaparecido, etc…, y es por éste motivo

que registran el ingreso en el monasterio en el 1112 o incluso en el 1111. No obstante, San

Bernardo no tiene necesidad de nuestras mentiras.

35 En el Cartulario de Pontigny hay un documento, redactado después del año 1116, del cual

algunos deducen que ya en el 1114 habría existido al menos un esbozo de la Carta de

Caridad. Domnus Stephanus Abbas suscepit Pontiacensem ecclesiam ad Abbatiam inibi

ordinandam, cartam vero caritatis et unanimitatis inter Novum Monasterìum et Abbatias

propagatas ab eo compositam et corroboratam idem pontifex (Humbaldus) et canonicorum

conventus ratam per omnia habuerunt : M. QUANTIN, Cartulaire général de l'Yonne, vol. I,

1854, textus n. 122 ; J. MARILIER, supra cit. (note 33), n. 43, p. 66.

36 Véase el elenco en J. de la Croix BOUTON – J. B. VAN DAMME, Les plus anciens textes

de Cîteaux, Achel 1985, p. 89.

37 Un verdadero misterio sigue siendo la desaparición de tantos manuscritos de la Carta

Caritatis Prior, cuya redacción, por otra parte, hasta el 1939 no se conocía para nada.

Page 159: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

159

siempre por las palabras Sacrosancta Romana Ecclesia, con las que los

Papas, desde el 1152 al 1165, confirmaron la constitucione cisterciense38

.

Junto a las tres relaciones de la Carta Caritatis hay que recordar

aquí también las dos narraciones primitivas sobre los orígenes de Cister, ya

que en las Consuetudines, de hecho, la Carta Caritatis está generalmente

precedida de un texto de carácter histórico39

.

El Exordium Cistercii (incipit: In Episcopatu Lingonensi) está

compuesto solamente de dos capítulos y sirve claramente para introducir la

Summa Cartae Caritatis40

.

El Exordium Parvum41

(incipit: Nos Cistercienses) es un libro

blanco, revela su Sitz im Leben:

Nosotros Cistercienses, primeros fundadores de esta iglesia, damos

a conocer por medio de este escrito a nuestros sucesores con qué

conformidad a las leyes canónicas, con qué alta autoridad,…su

monasterio y su género de vida empezaron42

.

Todo tiende a demostrar en este escrito que, en la fundación de

Cister, todo los cánones han sido observados y que todo se ha hecho con

aprobación papal y del Obispo.

2. EL FONDO COMÚN DE LAS DIFERENTES REDACCIONES

Císter fue fundado por los monjes provenientes de Molesme y en la

Carta Caritatis pusieron en práctica los principios ya adoptados en aquel

38 Véase el elenco de las cinco Bulas en F. DE PLACE (supra cit. nota 27), 25s.

39 Los manuscritos empiezan generalmente con las siguientes palabras: Incipiunt

consuetudines Cisterciensium o Incipit Liber Usuum Cisterciensis Ordinis.

40 El texto finaliza con estas palabras: Quae quidem carta… largius continet ea quae diximus,

sed nos summam tantum eorum hic breviter perstringemus. – En cuanto a la fecha del escrito,

Turk y Van Damme creían que el Exordium Cistercii era un resumen de el Exordium Parvum;

para Waddell el Exordium Parvum es posterior, escrito entre el 1134 y el 1137. Cfr. C.

WADDELL, The Exordium Cistercii and the Summa Cartae Caritatis. Discussion

reassumed: J.R. Sommerfeldt, en Cistercians Ideal and Studies in Medieval Cistercian

History III, Kalamazoo 1978, 30-61.

41 Llamado así para distinguirlo del Exordium Mágnum, texto mucho más voluminoso, Cfr. B.

GRIESSER, Exordium Magnum Cisterciense sive narratio de initio Cisterciensis Ordinis

auctore Conrado, Series Scriptorum S.O.Cist. 2, Roma 1961.

42 Exordium Parvum 1,1: Nos Cistercienses, primi huius ecclesiae fundatores, successoribus

nostris notificamus, quam canonice, quanta auctoritate… coenobium et tenor vitae illorum

exordium sumpserit.

Page 160: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

160

cenobio en lo concerniente a algunas de sus fundaciones, que se

caracterizaban como monasterios sui iuris43

.

Molesme había fundado en el 1097 la Abadía de S. Juan de Aulps y,

en el documento referente a esta fundación, ya se trataban los principios de

una institución jurídica conocida bajo el nombre de filiación. Molesme en

este caso transformaba la cella (sistema de Cluny) en Abadía sui iuris,

estableciendo los derechos y obligaciones recíprocos. Un paso ulterior se

cumplió después en el 1110 en la llamada Concordia Molismensis, cuando S.

Juan de Aulps fundó a su vez la Abadía de Balerne. En esta fundación se

establecía que Balerne tendría con su casa-madre la misma relación que ésta

tenía con Molesme.

Tal principio de filiación fue ulteriormente desarrollado y precisado

en la Carta Caritatis, con la definición de los derechos del Abad del

monasterio fundador (llamado Padre Inmediato): a) visita regular al menos

anual; b) cuidado y administración de la Abadía-hija sede vacante;

c) presidencia y confirmación de la elección del nuevo Abad y la

correspondiente aceptación de la renuncia, después de haber consultado a los

Abades cistercienses vecinos44

.

Leyendo y comparando las dos Cartas (la Carta Caritatis Prior y la

Carta Caritatis Posterior), se nota enseguida que los tres primeros capítulos

son exactamente idénticos, excepto en una sola palabra45

, y se distinguen

también desde el punto de vista estilístico de los otros capítulos.

Después de una advertencia previa importantísima sobre el contrato

que hay que estipular con el Obispo antes de las fundaciones, en ambas

versiones de la Carta Caritatis se ordena que todos los monasterios

cistercienses sean independientes, autónomos aun en las cuestiones

43 Cfr. Cap. I de la Carta Caritatis Prior y Posterior. El texto es el siguiente: Quia unius veri

regis et magistri nos omnes servos licet inutiles esse cognoscimus, idcirco Abbatibus et

confratribus nostris monachis… nullam terrenae commoditatis seu rerum temporalium

exactionem imponimus. … Curam tamen animarum illorum gratia caritatis retinere volumus,

ut si quando a sancto proposito et observantia sanctae regulae (paululum), quod absit,

declinare temptaverint, per nostram sollicitudinem ad rectitudinem vitae redire possint.

44 Carta Caritatis Prior, capítulos 5 y 11.

45 Se trata de la palabra paululum, que falta en la CC Posterior. CC Prior: Ut si quando a

sancto proposito et observantia sanctae regulae paululum quod absit temptaverint declinare.

En el 1170 no se podía mantener más ésta palabra, no obstante la "santidad" e "intangibilidad"

de los tres primeros capítulos. De hecho era necesario admitir que no se observaba más

simplemente "la Regla de S. Benito", porque se habían introducido los hermanos conversos, y

no se aceptaba la responsabilidad de la educación de los jóvenes, etc.

Page 161: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

161

económicas, sin que sea reclamada por parte de Cister ninguna contribución

a las Abadías-hijas.

Cister mantiene solamente el derecho del cuidado de las almas para

que si, Dios no lo quiera, intentasen alejarse del santo propósito de la

observancia regular, puedan volver a llevar una vida ejemplar por medio de

nuestra solicitud.

La Orden de Cluny presentaba una organización verdaderamente

centralizada: el Abad del Cluny era el "Abad de los Abades". Molesme, sin

embargo, ya en el 1097 había fundado el monasterio de Aulps como

monasterio sui iuris. Cuando éste a su vez fundó Balerne, también la nueva

fundación fue inmediatamente autónoma46

. Esto es, estaba ya vigente la ley

de la filiación.

La relación de una Abadía-hija con la Abadía-madre es la misma que

regulaba las relaciones entre Cister y las hijas directamente fundadas por

Cister. El Padre Inmediato tiene una jurisdicción "ordinaria propia", no

"vicaria" o "delegada". Esta jurisdicción incluye la visita anual, en la que no

tiene un poder ilimitado, por cuanto la Abadía-hija es sui iuris.

La Carta Caritatis impone también la observancia común de la

Regla de S. Benito:

Que de un solo modo se entienda y se cumpla la Regla por todos.

Queremos pues y prescribimos que observen en todo la Regla del

bienaventurado Benito tal como es observada en el Nuevo

Monasterio47

. Que no introduzcan otro sentido en la lectura de la

santa Regla, sino que, tal como nosotros la comprendemos y la

observamos en el momento actual, así la comprendan y también la

observen también ellos, como nuestros predecesores; esto es, como

nuestros santos Padres los monjes del Nuevo Monasterio la

comprendieron y observaron48

.

Hay que observar, sin embargo, que las expresiones de la Carta

Caritatis son menos insistentes respecto a la Regla de S. Benito qua las del

46 Cfr. Abbatiae Alpensis creatio (1097), en J. BOUTON – J.-B. VAN DAMME, op. cit. (nota

31) 19s, y la Concordia Molismensis (1100): ibid., 130s.

47 Cister es llamado en los documentos, hasta el 1119 Novum Monasterium

48 Carta Caritatis, cap. 2: Ut uno modo ab omnibus intelligatur regula et teneatur. Nunc vero

volumus illisque praecipimus, ut regulam beati Benedicti per omnia observent, sicut in Novo

Monasterio observatur. Non alium inducant sensum in lectione Sanctae Regulae, sed sicut

antecessores nostri, sancti patres, monachi scilicet Novi Monasterii, intellexerunt et tenuerunt,

et nos hodie intelligimus et tenemus, ita ipsi intelligant et teneant.

Page 162: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

162

Exordium Parvum. En el Exordium Parvum el motivo de la fundación se

concreta en el hecho de que en Molesme no se observaba la Regla de S.

Benito49

. En los Instituta monachorum cisterciensium de Molismo

venientium (Decisiones de los monjes cistercienses venidos de Molesmes)50

se afirma:

Luego este Abad y sus hermanos, no olvidando sus promesas,

resolvieron unánimemente ordenarlo todo, en este lugar, según la

Regla de san Benito y ajustarse a ella, rechazando todo lo que se

oponía a esta Regla, a saber, los hábitos y las pieles, los estambres,

las capuchas y los calzones, los peines y los cubrecamas, las ropa de

cama y también la diversidad de los manjares en el refectorio, la

grasa y todas las otras cosas contrarias a la pureza de la Regla. Así,

estimando que la rectitud de la Regla tenía que ser por encima de

todo el ejemplo de su vida, se adaptaron y se sometieron a ella,

tanto para las cosas eclesiásticas como para las otras

observancias51

.

Los Cistercienses, pues, rechazaban quidquid regulae refragabatur,

quae puritati regulae adversabantur(las cosas contrarias a la puerza de la

Regla) para observar la rectitudo regulae. El Exordium Parvum no dice que

se pretendía observar la Regla de S. Benito a la letra; esta expresión será

usada más tarde52

.

49 En la mayoría de los manuscritos se encuentra la expresión et ob hoc periurii crimen

scienter incurrisse. Palabras ciertamente muy fuertes que se hallan en la mayoría de los

manuscritos antiguos (aunque faltan en algunos) así como en todas las ediciones impresas, de

modo que no parece lícito dudar de su autenticidad.

50 Es el título del cap. XV del Exordium Parvum.

51 Exordium Parvum, 15,2-4: Dehinc Abbas ille et fratres eius, non immemores sponsionis suae,

regulam beati Benedicti in illo loco ordinare et unanimiter statuerunt tenere reicientes a se

quidquid regulae refragabatur, froccos videlicet et pellicias ac staminia, caputia quoque ac

femoralia, pectina et coopertoria, stramina lectorum ad diversa ciborum in refectorio fercula,

sagimen etiam et cetera omnia quae puntati regulae adversabantur. Sicque rectitudinem regulae

supra cunctum vitae suae tenorem ducentes, tum in ecclesiasticis quam in ceteris observatio-

nibus regulae vestigiis sunt adaequati seu conformati.

52 Cfr. P. SALMON, L'ascèse monastique et les origines de Cîteaux, en Mélanges saint

Bernard, XXXIVe congrès de l'Association bourguignonne des Sociétés savantes, Dijon, 1953,

Dijon 1954, 282. K. SPAHR, Die Regelauslegung im "Neukloster": En Festschrift zum 800-

Jahrgedächtnis des Todes Bernhards von Clairvaux, Viena-Munich 1953, 22-30 ; E.

MIKKERS, Le rôle de la Règle de S. Benoit dans l'Ordre de Cîteaux, Collectanea

Cisterciensia 35 (1973) 210-217; L.J. LEKAI, Ideals and Reality in Early Cistercian Life and

Legislation, en J.R. Sommerfeldt, Cistercians Ideals and Reality, Studies in Medieval

Cistercian History III, Kalamazoo, Michigan 1978, 30-61; Id., The Early Cistercians and the

Page 163: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

163

Junto al principio de la filiación, la Carta Caritatis establece en la

Orden Cisterciense otra institución, esto es, el Capítulo General anual, en el

que los Abades de la Orden, bajo la presidencia del Abad de Cister traten de

la salvación de sus propias almas y de las que los son confiadas, ordenen si

algo hay que corregir o añadir en la observancia de la S. Regla o a las

costumbres de la Orden y fomenten entre sí el bien de la paz y de la

caridad53

.

La organización cisterciense, pues, se basaba en las Abadías

completamente independientes en su economía. La Carta Caritatis Prior,

como, por lo demás, también la Carta Caritatis Posterior, establece ya en su

inicio: Que la iglesia-madre no exija ningún contribución temporal de la

hija54

. Era misión del Capítulo General socorrer a la Abadía que,

eventualmente, llegara a encontrarse en dificultades económicas. Incluso los

poderes del visitador eran muy limitados:

Que no se atreva a tratar, ordenar o tocar nada en las cuestiones

del monasterio al que ha llegado, contra la voluntad del Abad o de

los hermanos. Pero en el caso de que viera que los preceptos de la

Regla o de nuestra Orden en aquel monasterio no fuesen

observados, tratará de corregir caritativamente con el Consejo del

Abad55

.

Pero la independencia no era absoluta, porque estaba moderada por

al común observancia. La Carta Caritatis insiste mucho en que la Regla sea

entendida y observada por todos de la misma manera, de modo que todos

dispongan de los mismos libros eclesiásticos y costumbres. Se quiere así

lograr que en nuestras acciones no haya discordancia, sino que vivamos en

una sola caridad, con una sola regla y con parecidas costumbres56

.

Rule of Saint Benedict, Mittellateinisches Jahrbuch 17 (1982) 96-107. G. PENCO, Le correnti

monastiche dei secoli XI-XII di fronte alla Regola di S. Benedetto: Cîteaux e il monachesimo

del suo tempo, Milán 1994, 25: Non si dice mai però, in tali testi, che si vuole osservare la

Regola "alla lettera", ma in tutte le sue esigenze: artius, perfectius, fidelius, plenarie die ac

nocte, maximo studio, per omnia.

53 Carta Caritatis Prior, 7,2.

54 Ibid., 1,3.

55 Ibid., capítulos 3 y 6.

56 Se pueden consultar sobre esta cuestión: J.-B. VAN DAMME, La Constitution Cistercienne

de 1165, Analecta S.O.Cist. 19 (1963), 51-104, con un comentario de cada uno de los

estatutos de la CC; Id., Les pouvoirs de l'abbé de Cîteaux aux XIIe et XIIIe siècles, Analecta

Cist. 24 (1968), 47-85; L.J. LEKAI, Ideals and reality in early cistercian life and legislation:

in Cistercian ideals and reality, Cist. Studies 60, Kalamazoo, Mich., 1978, 4-29; G. (J.-B.

Page 164: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

164

De este modo se quería conservar el primer fervor y la disciplina. Al

principio, mientras los monasterios se encontraban en regiones vecinas entre

sí, donde la mentalidad era idéntica y también los Padres Inmediatos podían

cumplir fácilmente sus visitas anuales, esta tendencia a una cierta

"uniformidad" no planteaba problemas. Pero con el crecimiento de la Orden,

con monasterios esparcidos en toda Europa, las cosas cambiaron

notablemente.

Pero la uniformidad de las observancias admitía concretamente

numerosas excepciones, especialmente cuando se asociaban a la Orden

Cisterciense Congregaciones ya existentes. Esto vale, por ejemplo, para la

Congregación de Cadouin. Cadouin se incorporó el 28 de octubre de 1119, o

sea dos meses antes de la aprobación de la Carta Caritatis (23 diciembre

1119) y en 1132 era ya prácticamente una Congregación; entre sus

monasterios, Ardorel, fundado en 1124, poseía parroquias y algunos

religiosos habitaban fuera del monasterio; otros, itinerantes, vivían de la

colecta de limosnas57

.

3. PARTICULARIDAD DE LAS REDACCIONES

No es este el lugar para emprender un minucioso estudio comparado

entre la Carta Caritatis Prior, la Summa Cartae Caritatis y la Carta

Caritatis Posterior o para describir la evolución de cada una de las

instituciones. Bastarán algunas indicaciones sobre las principales

características peculiares.

O.F.M.) AUBERGER, L'unanimité cistercienne primitive, mythe ou réalité. Cîteaux, Studia et

Documenta, vol. III, Achel 1986; Id., Aperçus nouveaux sur les origines de Cîteaux, en

Cîteaux, ses origines, ses fondateurs, Association des Amis de Sénanque (Colloque 10-11-12

sept. 1985), Sénanque 1986, 57-104; Id., Les Cisterciens à l'époque de Saint Bernard, en

Bernardo Cistercense, Atti del XXVI Convegno storico internazionale, Todi 8-11 octubre

1989, Spoleto 1990, 19-41; Id., La législation cistercienne primitive et sa relecture

claravallienne, en Bernard de Clairvaux. Histoire, mentalités, spiritualité, Sources

Chrétiennes 380, París 1992, 181-208; B.P. MCGUIRE, Who founded the Order of Cîteaux?

The Joy of learning and the Love of God. Studies in Honor of Jean Leclercq, Cistercian

Studies Series 160, Kalamazoo, Michigan 1995, 389-413.

57 La colecta de limosnas está bien estudiada por L. DE LACGER, La Règle mitigée de

Cîteaux au XIIe siècle. A propos d'Ardorel en Albigeois: Bulletin de la littérature

ecclésiastique, Tolosa 1922, 187-211, y por J. de la Croix BOUTON, Negotia Ordinis, en

Bernard de Clairvaux 180-182. L. de Lacger escribe: En fait… Ardorel posséda l'église de la

paroisse où elle était située… et son annexe Le Rialet, des granges telle que La Rode où elle

détachait un prieur en permanence…, des censives, occasionnant des reconnaissances

périodiques, des fours et moulins banaux…, enfin une petite seigneurie à juridiction haute et

basse, impliquant la défense militaire et le ius gladii, en DHGE 3 (1924) 1618.

Page 165: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

165

La Carta Caritatis Prior es el espejo de la relación entre la Abadía

de Cister y sus fundaciones directas, mientras la Summa Cartae Caritatis se

refiere ya más en general al Padre-abad en relación con las Abadías-hijas.

a) La Carta Caritatis Prior

La Carta Caritatis Prior fue compuesta cuando los monasterios

fundados por Cister hacía sólo pocos años que existían y no tenían, salvo

raro casos, monasterios fundados por ellos (Abadías-hijas). Así, el principal

motivo de interés de la Carta Caritatis es más la relación de Cister con los

monasterios inmediatamente fundados por la Abadía-madre, que no el

principio general de la filiación con sus consecuencias jurídicas.

La Carta Caritatis Prior prevé la visita anual de todos los

monasterios, excluido Cister58

. Pero se considera la vacatio sedis de Cister

que, en caso de que se verifique, conlleva la asunción del papel de

administrador por parte del Abad de La Ferté.

El papel del Abad de Cister es muy grande en el Capítulo anual, que

tenía que celebrarse en su Abadía. Este Capítulo, además, según la Carta

Caritatis Prior, representa una ampliación del Capítulo del monasterio de

Cister y participan en él no sólo los Abades, sino también los monjes de

Cister59

. La Carta Caritatis establece:

Todos los Abades… vayan al Nuevo Monasterio (= Cister) y allí

obedezcan en todo al Abad de aquel lugar y al Capítulo en la

corrección de los errores y en la observancia de la S. Regla o las

costumbres de la Orden60

.

La Carta Caritatis Prior tribuye también un cierto poder al Obispo

local en los procesos contra los Abades. El Ordinario del lugar, con todo,

antes de la fundación del monasterio tenía que renunciar a los demás

derechos que le corresponderían según el derecho común: la visita regular, la

58 Esta fue introducida para Cister solo el 15 octubre 1163 con la Bula Sacrosancta de

Alejandro III, y eran visitadores los cuatro Protoabades, Abades de las cuatro fundaciones de

Cister, o sea La Ferté, Pontigny, Clairvaux y Morimond. Cfr. J.-A. LEFÈVRE, Une Bulle

inconnue d'Alexandre III dans le ms. Dijon 87, Cist. Chronik 62 (1955) 1-8.

59 Carta Caritatis Prior, 7,3: Hanc vero clamationem nonnisi abates faciant.

60 La Summa Cartae Caritatis es aún más clara: Que todos obedezcan con reverencia y

humildad al Abad de Cister y a aquel santo colegio (conventui). Y que los acusados pidan

perdón arrodillados, pero esta acusación la hagan sólo los Abades. – lo que demuestra

claramente la presencia también de los no-Abades, o sea, de los monjes de Cister. SCC 4,3.

Page 166: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

166

presidencia de la elección del nuevo Abad, con la confirmación, y la

aceptación de las dimisiones.

b) La Summa Cartae Caritatis

El más antiguo manuscrito de este texto, que puede datar entre el

1130 y 1135, se halla en el ms, 1711 de la Biblioteca Municipal de Trento.

Aunque se presenta como un resumen de la Carta Caritatis, la Summa

precisa las relaciones entre el Abbas-pater y el Abbas-filius y describe más

ampliamente que la Carta Caritatis Prior los derechos del visitador.

c) La Carta Caritatis Posterior

Prescribe la visita anual de Cister por parte de los cuatro

Protoabades, nombra a éstos como administradores en caso de vacatio sedis

y pone mayormente de relieve la función del Capítulo General, en el que ya

no participan los monjes de Cister. El texto fundamental a este respecto es el

siguiente:

En el caso de que hubiese surgido una controversia entre algunos

Abades o de que se haya propalado una culpa cometida por uno de

ellos tan grave que sea merecedora incluso de la suspensión o la

deposición, que se atengan sin ninguna reserva a lo que se

establezca en el Capítulo. Pero en el caso de que surgiese dificultad

por la diversidad de las opiniones, aténganse irrefragablemente al

juicio del Abad de Cister y de aquellos de los reunidos que sean

considerados más adecuados y capaces de un parecer más sano61

.

La Carta Caritatis Posterior fue redactada probablemente después

del 5 agosto 1165. De hecho, el orden de los estatutos contenidos en la Bula

Sacrosancta de Alejandro III, que lleva esta misma fecha, sigue mucho más

de cerca el orden de la Carta Caritatis Prior que el de la Carta Caritatis

Posterior.

4. LAS DIFERENCIAS ENTRE LAS CARTAS

Después de haber ilustrado las características de las tres redacciones

de la Carta Caritatis, veamos las diferencias entre las dos cartas:

1) En la Carta Caritatis Posterior el Abad-Padre, para visita anual

de los monasterios, puede delegar en otro Abad, esto es, ya no está obligado

a hacerla personalmente tal como estaba prescrito en la Carta Caritatis

61 En latín: sanioris consilii, en Carta Carit. Post. III.

Page 167: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

167

Prior. La razón es obvia: muchos Padres-abades habrían tenido que estar

siempre de viaje, porque tenían muchas Abadías-hijas. La Carta Caritatis

Prior fue escrita para las pocas Abadías-hijas de la Borgoña, la Carta

Caritatis Posterior para las Abadías esparcidas por toda Europa. Las

consecuencias son notables: las relaciones entre Abadía-madre y Abadía-hija

sufrieron las consecuencias, porque el contacto se hizo mucho menos

intenso, menos frecuente, reduciéndose frecuentemente la visita a un acto de

administración ordinaria. Pero ésta es la realidad.

2) En segundo lugar, siempre en relación con la visita de las

Abadías, en la Carta Caritatis Posterior está presente una gran novedad: se

prescribe, en efecto, que también Cister sea visitado, y precisamente por los

cuatro Protoabades, cosa que en la Carta Caritatis Prior no estaba de ningún

modo prevista.

3) Finalmente, una transformación, que tal vez es aún más

importante, se da en el Capítulo General anual. Mientras en la Carta

Caritatis Prior todos los Abades han de estar presentes en el Capítulo, en el

que tomarán parte también los monjes de Cister, de suerte que no es otra

cosa que un Capítulo ampliado de la Abadía de Cister, casi a la manera del

capítulo tercero de la Regla de San Benito, en la Carta Caritatis Posterior se

realiza un cambio radical, como quiera que el Capítulo se convierte en un

Capitulum Abbatum y sólo participan en él los Abades. Es, pues, un colegio

soberano, superior hasta al Abad de Cister, que desde este momento ya no es

mas que primus inter pares, Presidente del Capítulo General, pero sedente

Capitulo, y nada más.

4) Después del descubrimiento de la Carta Caritatis Prior, Mons.

Turk propuso la tesis de la "paternidad universal" del Abad de Cister,

sosteniendo que, al menos en la Carta Caritatis Prior, el Abad de Cister

tenía derecho a visitar todos los monasterios de la Orden, y no sólo los

fundados directamente por Cister. Tal tesis no sólo no encuentra

demostración, sino que se encuentra claramente contradicha por los hechos.

Nótese que una parte importante del estatuto 11 de la Carta Caritatis

Prior ha desaparecido completamente en la redacción de la Carta Caritatis

Posterior.

El texto suprimido es el siguiente:

Queremos, sin embargo, y nos reservamos esto: que todos los

Abades de cualquier sitio vengan al Nuevo Monasterio62

el día que

62 Así se llama a Cister. Cfr. J. MARILIER, Le vocable "Novum Monasterium" dans les

premiers documents cisterciens, Cistencienser Chronik 57 (1950) 81-84.

Page 168: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

168

hayan establecido de común acuerdo, y allí obedezcan en todo al

Abad del este lugar y al Capítulo en la corrección de las

desviaciones y de la observancia de la Santa Regla y de la Orden63

.

J.-B. Mahn afirma:

… la CC no propone más que dos poderes. El del Capítulo General

sobre toda la Orden y el del Abad Padre sobre su Abadía hija64

.

J.-B. Van Damme escribe:

… durante los siglos XII y XIII, el Abad de Císter ha sido

considerado siempre un primus inter pares, que ejerce ciertas

funciones administrativas bien determinadas, concedidas a su

persona en virtud de su dignidad de sucesor de la casa y de la

Orden de Císter. Su título más elevado, que obtiene sin discusión

hacia el año 1205, es el de presidente del Capítulo General y cabeza

del Definitorio, pero las facultades referentes a esto estaban

definidas por reglamentos detallados.

La nota esencial que habría hecho de él un "Abad General", esto es,

un poder de jurisdicción, por débil que fuera, le faltaba

completamente65

.

5) La misión del Obispo diocesano es diferente en las dos

redacciones. Cuando un Abad es indigno, según la Carta Caritatis Prior,

debe ser llamado el Obispo diocesano para proceder a la admonición y, si

63 Cap. VII : Illud tamen volumus nobisque retinemus ut omnes Abbates cunctarum partium illa

die quam inter se constituerint, ad Novum Monasterium veniant, ibique Abbati eius loci et

Capitulo, in sinistris corrigendo et in observantia Sanctae Regulae vel Ordinis obedient per

omnia. Como se ha dicho, este texto ya no está presente en la Carta Caritatis Posterior, por

buenas razones.

64 J.B. MAHN, L'Ordre Cistercien et son gouvernement, des origines au milieu du XIIIe

siècle, 1098-1265, París 1945, 229 : … la Carta Caritatis ne fait état que de deux pouvoirs:

celui du chapitre général sur tout l'ordre et celui de l'abbé-père sur son Abbaye-fille directe.

65 J.-B. VAN DAMME, Les pouvoirs de l'Abbé de Cîteaux aux XIIe et XIIIe siècles, Analecta

Cist. 24 (1968) 85 : … aux XIIe et XIIIe siècles, l'abbé de Cîteaux a toujours été consideré

comme un primus inter pares, exerçant certaines fonctions administratives bien deerminées,

décernées à sa personne par égard pour sa dignité de successeur des fondateurs de la maison

et de l'Ordre de Cîteaux. Son titre le plus élevé qu'il obtient de plein droit vers l'année 1205,

est celui de président du chapitre général et de chef du définitoire, mais les facultés qui s'y

rapportent étaient defines par des règlements détaillés. La note essentielle qui aurait fait de

lui un "abbé général", à savoir un pouvoir de juridiction, si ténu fût-il, sur l'ordre entier, lui

manquait complètement.

Page 169: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

169

viene el caso, la deposición del Abad. A partir del 1152 sin embargo ya no

fue necesario recurrir al Obispo66

.

Este rápido repaso demuestra como la Carta Caritatis ha

experimentado una evolución, que hoy puede ser descrita a grandes líneas, si

bien quedan algunos problemas abiertos, por causa de la datación de los

textos, y, especialmente por cuanto respecta a algunos estatutos de la Carta

Caritatis Prior, diversas cuestiones no definitivamente resueltas.

Es fácil percibir la grandeza y los beneficios de la constitución

cisterciense de la Carta Caritatis. Los monasterios son autónomos y tienen,

por lo tanto, la posibilidad de iniciativas, intervenciones y acciones

inmediatas; pueden adaptarse en tantas cosas a las exigencias locales, como

en distintos puntos que prevé la misma Regla de S. Benito; tienen la

independencia económica.

La Orden Cisterciense, introduciendo un sano federalismo, pone con

la Carta Caritatis un factor de equilibrio entre dos fuerzas contrastantes: la

voluntad de autonomía y la de ser controlados para ser fieles al "santo

propósito". No podemos olvidar, además, que los Abades de los monasterios

son elegidos por los monjes, por ello en el Capítulo General de Cîteaux se

reúne una asamblea de elegidos, a modo de los modernos parlamentos.

Bien pronto, sin embargo, en la Orden Cisterciense se afianzaron

diversas tendencias, que se acentuaron con el tiempo, marcando en particular

al otro lado del Rin, un diferente modus vivendi…67

.

5. LA EVOLUCIÓN DE LA EXENCIÓN DE LA ORDEN68

Antes de proceder a la fundación de un monasterio, los Cistercienses

pedían al Obispo un decretum en el que éste prometía no ingerirse en los

asuntos internos del monasterio69

. Los Abades rendían de este modo el

66 J.-B. VAN DAMME, La constitution cistercienne de 1165, Analecta S.O.Cist. 19 (1963)

98s.

67 J.B. AUBERGER, Les Cisterciens à l'époque de S. Bernard, 41 (nota 54): Comment se fait-

il que très tôt, dès le XIIe siècle, les accents soient mis sur des points différents d'un côté et de

l'autre du Rhin? Y aurait-il une question de tempérament? Car il semble qu'outre le Rhin à

cette époque-là, on ait été plus attiré par le pragmatisme que par la contemplation… C'est, en

effet, une loi quasi générale de constater que plus on s'éloigne de l'époque de fondation, plus

les idéaux sont spiritualisés, l'écart ne cessant de grandir entre le réel et l'idéal.

68 Véase J.-B. MAHN, L'Ordre Cistercien et son gouvernement des origines au milieu du

XIIIe siècle (1098-1265), París1945, 119-155.

69 Cfr. el Prólogo de ambas versiones de la Carta Caritatis.

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Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

170

tradicional homagium al Obispo diocesano, pero con la cláusula salvo ordine

nostro70

. Por eso la intervención del Obispo se limitaba al caso de una

admonición y eventual deposición del Abad.

San Bernardo era contrario a la exención71

y, en la primera parte del

siglo XII, los Cistercienses efectivamente no la necesitaron. Todo parece

indicar que Alejandro III (1159-1181) y Lucio III (1181-1185) quisieron con

esto premiar a los Cistercienses por su actitud durante los cismas. La

exención de las censuras y correcciones de los Obispos fue otorgada con la

Bula Monasticae sinceritas de Lucio III, del 21 noviembre 118472

.

6. EL NACIMIENTO DEL DEFINITORIO

Por lo que se refiere al siglo XII no tenemos noticias de casos en que

un Abad de Cister por sí solo haya querido dirimir cuestiones relativas a

monasterios no directamente fundados por Cister o que haya visitado tales

monasterios; en el siglo XIII, sin embargo, los Abades de Cister trataron de

extender su jurisdicción más allá de la propia filiación. La controversia que

de esto surgió con el Abad de Clairvaux fue resuelta por la autoridad del

Cardenal Conrado de Urach el 22 octubre 1222, en la convención de

Bernières73

. He aquí el texto de la resolución:

70 A. MANRIQUE, Cistercensium seu verius ecclesiasticorum Annalium a condito Cistercio

t. I, Lyón 1642, 76 transcribe el texto del homagium del Abad de Pontigny del año 1114: Ego

Hugo Pontigniacensis Abbas subiectionem, reverentiam et obedientiam a sanctis Patribus

institutam secundum Regulam sancti Benedicti, tibi, Domine Humbalde Episcopo, tuisque

successoribus canonice substituendis et sanctae Sedi Antissioderensi salvo ordine nostro

perpetuo me exhibiturum promitto. Así también la fórmula de Honorio III en la Bula Si adhuc

Amalech del 18 diciembre 1224 (MAHN, 262) y las fórmulas en LUCET 1, 38 y LUCET 2,

214-215. Cf. También V. DE BUCK, De exemptione regularium, Bruselas 1869, 87. Este

texto se encuentra también en las Decretales de Gregorio IX, lib. V,3., (Friedberg II, col. 767),

pero allí se profesa también la obediencia a la Sede Apostólica: …tibi, domine episcope… et

sanctae sedi apostolicae salvo ordine meo… Pero Friedberg anota en el aparato que la palabra

apostolicae falta en tres manuscritos.

71 Cfr. S. Bernardi Epistola 42 seu Tractatus de moribus et officiis episcoporum, caput 9:

Abbates exemptionibus praepostere studentes arguuntur, en S. Bernardi Opera, vol. VII,

Roma 1974, 127-131; PL 182, 830-834; De consideratione, liber III, cap. 4: De praelatis qui

impatientes subiectionis ambiunt ad emancipationem, ibid., vol. III, 441-446; PL 182, 766-

769.

72 MESCHET, 28s, donde se data la Bula, erróneamente, en el año 1183.

73 Bernières era una granja de la Abadía de Vauluisant (Dióc. de Sens). Estaban presentes el

Card. Conrado, los Obispos de Chartres y de Carcasona (los tres cistercienses), el Obispo de

Langres, los Abades de Cister, La Ferté, Pontigny, Morimond y dieciséis otros Abades. –

Page 171: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

171

El Abad de Císter, aunque sea Padre de la Orden y de la iglesia de

Císter, madre de todos nosotros, no pasará visita sino en las propias

hijas 74

.

El Capítulo General del 1238 tomó la siguiente decisión:

El Capítulo General declara que las sentencias de suspensión y de

interdicto dictadas por Juan, en otro tiempo Abad de Cister, contra

la Abadía y la comunidad de Châlis, han de ser definidas como

nulas, ya que ningún Padre Abad tiene jurisdicción más que sobre

sus mismas Abadías hijas.

Es más, prohibe rigurosamente a todos los Padres Abades, con la

autoridad del Capítulo General, que en adelante se atrevan a

sentenciar por propia autoridad si no es contra personas de Abadías

que son hijas suyas inmediatas, y así en la forma debida y según

está establecido por la Orden75

.

Sin embargo, en lo que se refería a las competencias del Abad de

Cister, la cuestión no había sido aún definitivamente resuelta, hasta el punto

de que la asamblea de los Abades el 27 de mayo de 1264, en presencia de

Luis IX, tomó la siguiente decisión:

Con respecto a la cura de almas, que pide el Abad de Císter sobre

toda la Orden, se responde negativamente. Y de modo semejante se

Conrado de Urach fue monje de Villers 1209-1214, de Clairvaux 1214-1217, de Cister 1217-

1219, Cardenal desde 1219. Murió el 29.9.1227.

74 Abbas Cisterciensis, quamvis sit Pater Ordinis et Cisterciensis Ecclesiae, mater omnium

nostrum, tamen non nisi in propriis filiabus habebit visitationem. Sobre las fuentes de esta

decisión, véase B. GRIESSER, Zur Rechtstellung des Abtes von Cîteaux. Kontroversen um

Abt Johannes von Cîteaux (1236-38), en Festschrift zum 800-Jahrgedächtnis des Todes

Bernhards von Clairvaux, Viena-Munich de Baviera, 259-295, especialmente p. 266, nota 20.

75 Stat. Cap. Gen. 1238:9: Sententias suspensionis et interdicti a loanne quondam Abbate

Cistercii in Abbatem et conventum Karoliloci (Châlis) latas Capitulum Generale definiendo

pronuntiat esse nullas, cum nullus pater Abbas iurisdictionem habeat nisi in propriis filiabus.

Districte vero prohibetur omnibus patribus Abbatibus, auctoritate Capituli Generalis, ne de

cetero propria auctoritate sententiare praesumant, nisi in personas Abbatiarum quae sunt suae

filiae immediatae, et hoc modo debito et secundum Ordinis instituta– N.B. Canivez en su

edición de los Statuta Capitulorum Generalium Ordinis Cisterciensis ab anno 1116 ad annum

1786, lee I. como "Iacob", pero se trata del Abad Juan, que era Abad de 1263 a 1238. Véase

también este texto en el Libellus Antiquarum Definitionum, D. VIII, 3: H. SÉJALON,

Nomasticon Cisterciense, Solesmes 1892, 431.

Page 172: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

172

responde de modo negativo por lo que hace a la corrección de

culpas sobre toda la Orden, que pide el Abad de Cister76

.

Los grandes problemas de este periodo son la formación del

Definitorio y las dificultades siempre crecientes para ejercer la paternidad,

especialmente en la visitas anuales.

En 1200 los monasterios cistercienses eran más de 500 y, en el siglo

XIII, fueron fundados otros 169. Este crecimiento tuvo sus consecuencias

sobre el Capítulo General y condujo a la creación del Definitorio como

institución estable aunque éste necesariamente no pudo responder

plenamente a sus obligaciones, como en cambio, en el inicio de la vida de la

Orden, había logrado hacer el Capítulo General.

La Carta Caritatis Posterior ya no experimentó ningún retoque, ni

siquiera cuando Clemente IV, en la Bula Parvus fons del 9 junio 1265,

instituyó el Definitorio de 25 Abades:

Además, establecemos y ordenamos que en dicha Orden, según la

laudable costumbre observada hasta el presente, se tenga cada año

un Capítulo General en el cual sean instituidos veinticinco

definidores de la manera siguiente: el Abad de Císter, en cuanto

padre, nombra cuatro definidores de su propia filiación, a los que él

juzgue aptos para ejercer la carga de definidores. Luego los dichos

cuatro Protoabades, cada uno en su filiación, presentarán cinco al

dicho Abad de Cister, en particular o en presencia de los otros;

sobre estos cinco, el Abad de Cister descartará a uno y eligirá

cuatro de ellos que él crea capaces. De esta forma habrá veinticinco

definidores, contando los de su filiación con los otros; el Abad de

Cister nombrará él mismo a estos definidores y a los cuatro

Protoabades al Capítulo el segundo día del Capítulo y los instituira

definidores77

.

76 De cura animarum, quam petit Abbas Cistercii per totum Ordinem, denegatur. Item de

correctione culparum per Ordinem Universum, quam petit Abbas Cistercii, similiter denegatur.

77 Nomasticon Cisterciensis, 367-376: Insuper statuimus et ordinamus quod in Ordine

praedicto, iuxta morem laudabilem hactenus observatum, annis singulis Generale Capitulum

celebretur, in quo viginti quinque Definitores statuantur hoc modo : Abbas Cistercii tamquam

pater, primus nominet quatuor Definitores de generatione sua speciali, quos idoneos esse

crediderit ad definitionis officium exercendum. Et exinde praedicti primi quatuor Abbates,

scilicet quilibet eorum de generatione sua, quinque dicto Abbati Cistercii seorsum vel coram

aliis nominabit ; ex quibus quinque Abbas Cistercii, uno praetermisso, quatuor eligat quos

sufficientes esse crediderit. Et sic viginti Definitores erunt, suis quatuor cum ceteris enumeratis ;

quos et praedictos quatuor primos Abbates idem Abbas Cistercii in Capitulo die secunda

Capituli nominabit et definitiores instituet. Para las ediciones véase A. POTTHAST, Regesta

Page 173: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

173

Ya que de esta manera el Abad de Cister podía eliminar a cualquiera

de los cinco Abades propuestos, la controversia continuó. Se llegó a un

compromiso el 15 septiembre 1265 con la Ordinatio Domini Guidonis, tit. S.

Laurentii in Lucina Presbyteri Cardinalis pro diffinitione habenda:

Por el bien de la paz… ordenamos y establecemos que cada uno de

los cuatro Proto-abades, cuando vayan al Capítulo General, nombre

a cinco Abades que el Abad de Cister pueda elegir como

definidores, de tal suerte sin embargo, que dos de ellos, que un

Padre Abad haya querido elegir por nombramiento, no puedan ser

rechazados o destituidos por el Abad de Cister. Pero de los otros

tres, el Abad de Cister prescindirá del que quiera, e instituirá a los

otros dos como definidores junto con los antes mencionados78

.

No sabemos cuando dejó de aplicarse este uso.

La Clementina establecía, además, que la administración de todo

monasterio vacante, incluso la de Cister, pasara al Prior local y que la

destitución de los Abades correspondiera al Capítulo General.

La Bula Parvus fons establecía también las modalidades de la

elección del Abad de Cister. La Carta Caritatis Posterior (estatuto 23)

precribía:

Sin embargo, para la elección del Abad de Cister, que se convoquen

para el día señalado y designado, al menos quince días antes, los

Abades de las casas que salieron de Cister y, entre ellos, los que

estos Abades y los hermanos de Cister reconozcan aptos. Y que,

reunidos en nombre del Señor, los Abades y los monjes de Cister

eligen a un Abad79

.

Pontificum Romanorum inde ab a. post Christum natum 1198 ad a. 1304, Berlín 1875, n.

19185.

78 Stat. Cap. Gen., t. III, 31: Pro bono pacis… ordinamus et constituimus quod quilibet de

quatuor primis Abbatibus veniens ac Capitulum Generale quinque Abbates domno Cisterciensi

volenti Diffinitores eligere nominabit, ita tamen quod duo ex ipsis quos pater Abbas nominans

praeeligere voluerit, per Abbatem Cistercii illa vice amoveri non poterunt vel dimitti. De tribus

vero residuis quemcumque voluerit Abbas Cisterciensis relinquet, et alios duos Diffinitores

instituet cum praedictis.

79 Carta Caritatis Posterior stat. 23 : Ad electionem autem Cisterciensis Abbatis, praefixa et

nominata die, adminus per quindecim dies convocentur ex Abbatibus quorum domus de

Cistercio exierunt et ex aliis quos praedicti Abbates et fratres Cistercienses idoneos noverint.

Et congregati in nomine Domini Abbates et monachi Cistercienses eligant Abbatem.

Page 174: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

174

Clemente IV decretó:

En cuánto a esta disputa surgida, a propósito de que esta costumbre

no era observada según el tenor de esta Carta: sabiendo que,

aunque eso haya sido ordenado desde el origen por los Abades de

dicha Orden, sin embargo esta costumbre ha caído en desuso, y que

ahora, según el uso común, sólo los monjes del monasterio vacante

son reconocidos teniendo voz en la elección del Abad: queremos y

ordenamos que esta costumbre sea conservada, porque la juzgamos

laudable y razonable, ya que reconduce al derecho común algo que

fue establecido sobre la convocación de los Abades salidos de Cister

(como los Padres Abades hasta ahora lo han observado) y otras

convocatorias de este género, tanto para Cister como para los

demás monasterios de la misma Orden, como está previsto en la

Carta, sea observado inviolablemente tanto en Cister mismo como

en los demás monasterios. Y aunque los que han sido llamados así

no tengan voz en la elección, con todo su presencia puede ser muy

provechosa80

.

El Papa decidía pues que los Abades hijos de Cister, y ante todo por

tanto los Protoabades, deberían ser convocados, pero negaba su voz activa en

la elección del Abad de Cister.

Entonces ya no se tenía un solo texto constitucional "aggiornato",

sino que a la Carta Caritatis (Posterior) había que añadir la Constitución

Clementina, por no hablar de la legislación ulterior81

.

Los Definidores no eran elegidos por los Abades, sino por los

Protoabades, del modo antes dicho. No era un sistema muy feliz, ya que las

80 Nomasticon Cisterciense, p. 370 : Super quo contentione orta, quod id non servabatur iuxta

ipsius Cartae tenorem : Nos intendentes quod, quamvis ab antiquo per Abbates dicti Ordinis ita

fuerit ordinatum, id tamen in desuetudinem abiit, et iam communi con-suetudine soli monachi

vacantis monasterii vocem in electione Abbatis habere noscuntur : huiusmodi consuetudinem

volumus et praecipimus observari, eam laudabilem et rationabilem iudicantes, cum ad ius

commune reduxerit, quod fuerat contra iuris communis regulas constitutum : ita quod ea quae

de vocandis aliquibus Abbatibus, quorum domus de Cistercio exierunt (quod quidem de patribus

Abbatibus hactenus est servatum) et cetera quae de vocatione huiusmodi, quoad Cisterciense,

necnon quoad alia, eiusdem Ordinis monasteria, in Carta ut praemittitur, continentur, eadem

tam in ipso Cisterciensi quam in aliis monasteriis inviolabiliter observetur. Licet enim praedicti

sic vocandi vocem in electione non habeant, eorum tamen praesentia posset esse multipliciter

fructuosa

81 En el Libellus Antiquarum Definitionum O.Cist. (Nomasticon Cisterciense, 367-470) la

Distinctio I tiene por título: De institutione et ordinatione Ordinis Cisterciensis, en el n.1 está

la Carta Caritatis (Posterior), en el n. 2 la Bula Parvus fons.

Page 175: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

175

"generaciones" de los cuatro Protoabades no eran de la misma importancia,

en la mayoría de los casos entre los Definidores predominaban los franceses.

Muy pronto el papel de los Abades no-definidores se redujo al de un cartero,

pues no tenía que hacer otra cosa que llevar a casa los estatutos elaborados

por los Definidores82

. Así se comprende también como los Abades

empezaron a buscar excusas para no acudir al Capítulo General, enviando en

su representación al Prior o a otro monje, y acabando por no enviar a nadie.

Permítaseme transcribir una cita del gran estudioso especialista en

los Capítulos Generales de aquella época:

El simple estudio del mismo mecanismo del Capítulo General deja

… entrever como una grieta en el edificio: los Cistercienses poseían

una buena institución "representativa", pero no la amaban. ¿Por

qué? Porque era demasiado costosa, y esto no tanto por ella misma

como por los viajes anuales que suponía y porque mantenía a los

Abades alejados demasiado tiempo de sus Abadías… mientras

imponía dispendios ruinosos de hospitalidad a los monasterios

obligados a recibirlos.

Los Cistercienses no pusieron remedio a todos estos inconvenientes

más que con medidas de detalle: dispensas temporales,

espaciamiento de las sesiones a causa de los Abades que estaban

demasiado lejos de Císter y, cosa grave, permisos de no ir a

Capítulo concedidos como premios.

En el fondo, ¿era verdaderamente útil esta multitud de Abades en

las sesiones del Capítulo? Muy pronto – como pasa siempre en

asambleas demasiado numerosas – el Capítulo no legisló ni juzgó

más que por medio de Delegados y Comisiones…

¿Qué trabajo queda pues a los asistentes? Simplemente, tomar nota

de las definiciones y encargarse de llevarlas a su Abadía. Habría

bastado con un monje-secretario para toda una región, dirá tal vez

alguien. Sí, sin duda … Pero no olvidemos que la Orden

Cisterciense no es de ningún modo una comunidad de monjes todos

iguales …sino una comunidad de Abadías autónomas, y que cada

una de las Abadías tiene derecho a hacer sentir su voz… Se produjo

82 En los siglos siguientes los Abades no-definidores tenían que asistir a las conferencias en

las que se resolvían "casos de conciencia" o e trataban materias espirituales.

Page 176: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

176

una crisis… El número demasiado elevado de Abadías es

probablemente su causa esencial83

.

Debemos recordar la lección: una asamblea demasiado numerosa no

funciona.

Es necesario, sin embargo, hacer otra constatación.

Con la Bula Parvus fons de Clemente IV del 1265 el Definitorio

asumió definitivamente una importancia decisiva, en cuanto que su creciente

autoridad destruyó progresivamente el prestigio del Capítulo General.

La Parvus fons modificó algunas disposiciones de la Carta Caritatis

Posterior, la cual sin embargo permaneció en adelante intangible; no se

modificó más como tampoco se actualizó su texto, como sucedió un siglo

antes, pero se introdujeron algunas "añadiduras".

Es fácil interpretar este fenómeno como señal de debilidad. Las

Constituciones de los Estados modernos continuamente se adaptan.

Pensemos en los Estados Unidos de América. Los Cistercienses después de

casi 150 años del nacimiento de la Carta ya no tuvieron el valor de retocar la

constitución, causando así no pocas dificultades.

Existe también otra posible explicación: en el 1265 la Escolástica ya

había formado muchos Abades cistercienses a través del Colegio de S.

Bernardo de París. La Escolástica mantenía para los textos un respeto mayor

del que mostraba la mentalidad precedente. Quizá también por ésta razón la

Carta Caritatis Posterior ya no fue más actualizada sino simplemente

transcrita, a pesar de no ser ya válida en algunas de sus disposiciones.

83 J.-B. MAHN, L'Ordre Cistercien…, París 1945, 258s : La simple étude du mécanisme

même du chapitre général laisse… entrevoir comme une fissure dans l'édifice: les Cisterciens

possédaient une bonne institution "représentative", ils ne l'aimaient pas. Pourquoi? Parce

qu'elle coûtait trop cher: non pas tant en soi… que du fait des voyages annuels qu'elle

supposait et qui tenait les abbés trop longtemps éloignés de leurs Abbayes… tout en imposant

des charges d'hospitalité ruineuse aux monastères tenus de les recevoir. A tous ces

inconvéniants les Cisterciens ne remédièrent que par des mesures de détail: dispenses

temporaires, espacement des sessions, pour les abbés trop éloignés de Cîteaux et, chose

grave, permissions de pas venir au chapitre accordées comme des récompenses. Au fond,

cette foule d'abbés aux séances du chapitre était-elle bien utile? Très vite – comme toujours

dans les assemblées trop nombreuses – le chapitre ne légiféra et ne jugea que par délégués et

commissions. Quel travail reste-t-il donc aux assistants? Le simple enregistrement des

définitions et le soin de les rapporter à leur Abbaye. Un moine-secrétaire y eut bien suffi pour

toute une région, dira-t-on? Oui, sans doute…Mais n'oublions pas que l'Ordre Cistercien

n'est point une communauté de moines égaux entre eux… mais une communauté d'Abbayes

autonomes; que chacune des Abbayes a le droit de faire entendre sa voix…Une crise

surgit…Le trop grand nombre d'Abbayes en est probablement la cause essentielle.

Page 177: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

177

La Bula Fulget sicut stella de Benedicto XII, Papa cisterciense,

datada 12 julio 1335, no tiene relevancia constitucional: daba disposiciones

ante todo acerca de la administración de los bienes temporales y las visitas

canónicas, pero también contenía capítulos sobre la restauración de la

disciplina monástica y regulaba los estudios en los colegios de la Orden84

.

7. LAS DIFICULTADES EN EL EJERCICIO DE LA PATERNIDAD

INMEDIATA

La visita anual de los monasterios producía ciertamente muchos

beneficios. Si seguidamente hablaremos solamente de las dificultades, lo

hacemos para poder comprender mejor su recorrido evolutivo.

Las dificultades no eran las mismas en todas partes. Algunos Abades

tenían filiaciones muy numerosas y por esto debían ausentarse con

frecuencia de su monasterio y por bastante tiempo. La dificultad más grande,

sin embargo, derivaba de que las Abadías, queriéndolo o sin quererlo, tenían

que adaptarse a las circunstancias locales, las cuales, con la disolución del

universalísmo medieval, se estaban diversificando notablemente. La

consecuencia era para la visita, que la inspección requería para el visitador

un notable esfuerzo cuando se daban diferencias suficientemente grandes

entre la manera de vivir y de obrar del monasterio del visitador y la del

monasterio visitado. También las relaciones instituidas por las filiaciones

con el tiempo se habían debilitado, sobre todo en los casos donde la lengua

de los visitados era distinta de la de los visitadores. En este proceso tuvieron

un peso considerable, naturalmente, también cuestiones políticas,

nacionalistas, y así sucesivamente. Por esto es fácil comprender que los

Padres Inmediatos más o menos frecuentemente renunciaban a efectuar las

visitas anuales. Por esta razón el Capítulo General nombró visitadores

extraordinarios; pero ni de este modo resultó posible resolver el problema y

se llegó así a la constitución de los Vicariatos y al nacimiento de las

Congregaciones.

84 El texto de la Bula se encuentra en Nomasticon Cisterciense, 473-495. Cfr. J.-B. MAHN,

Le Pape Benoît XII et les Cisterciens, París 1949 y L. BOEHM, Papst Benedikt XII. (1334-

1342) als Förderer der Ordensstudien. Restaurator, Reformator oder Deformator regularer

Lebensform? En Secundum Regulam vivere. Festschrift für P. Norbert Backmund O. Praem.

Hrsg. V.G. Melville, Windberg 1978, 281-310.

Page 178: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

178

8. LAS COMISIONES CONFIADAS A LOS ABADES DE CISTER Y SUS

TÍTULOS

En esta época el Abad de Cister recibía a menudo el encargo de

desempeñar comisiones especiales, con la autoridad del Capítulo General,

análogamente, por lo demás, a otros Abades85

.

El título del Abad de Cister era aún el simple de los orígenes de

Abbas Cistercii86

, Domnus Cistercii87

. En el siglo XIV el título se hizo más

solemne: Reverendus in Christus Pater et Dominus, Abbas Cistercii88

, para

llegar al final del siglo, en la época del gran cisma de Occidente, al de totius

Ordinis caput89

.

Fue Eugenio IV quien, en tiempo del Concilio de Basilea y de

Ferrara, el 13 diciembre 1438, en la Bula Ad universalis Ecclesiae regimen,

le atribuyó el título de Abbas Generalis90

.

9. EL INFLUJO DE LA CARTA CARITATIS SOBRE LAS

CONSTITUCIONES DE LAS DEMÁS ORDENES RELIGIOSAS.

Será suficiente una simple referencia a este influjo.

El descubrimiento y el estudio de la Carta Caritatis Prior y de la

Summa Cartae Caritatis han permitido profundizar en el influjo de esta

última sobre le derecho constitucional de las demás Ordenes religiosas. Este

influjo no se limitó a determinadas instituciones jurídicas, y numerosos

textos cistercienses, por ejemplo los Usos, fueron a menudo transcritos,

directa o indirectamente, ad litteram. Encontramos así en las constituciones

de los monjes de Chalais91

, de los Premonstratenses92

, todas redactadas

85 Cfr. Stat. cap. gen. 1301:7; 1392: 28; 1395:44; 1452:30; 1461:118.

86 Stat. cap. gen. 1266:16.

87 Ibid., 1265:15.

88 Ibid., 1391:16.

89 Ibid., 1396:50

90 MESCHET, 80s: …exhibita nobis nuper petitio exhibet quod nonnulli Cisterciensis Ordinis

Abbates… praedictum Abbatem Generalem, Visitatores et Reformatores huiusmodi

contemnentes.

91 Cfr. J. –B. VAN DAMME, La Charte de charité de Chalais, Cîteaux 14 (1963) 81-104.

92 Cfr. L.C. VAN DIJCK, Les origines du pouvoir de l'abbé général de l'Ordre de Prémontré

(1120-1177), Tongerloo 1953.

Page 179: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

179

probablemente hacia el 1130-35, capítulos enteros sobre la ley de la

filiación, sobre el Capítulo General anual, sobre la construcción de las

Abadías, sacados de la Summa Cartae Caritatis. Por lo demás, también los

Cartujanos experimentaron el influjo de la Carta Caritatis, aunque habían

nacido antes de los Cistercienses, ya que su primer Capítulo General, que

desde 1155 se hace anual, es del 1142. La institución del Capítulo General

pasó también a los canónigos regulares de S. Víctor, a los Gilbertinos, a

Grandmont, a Val-des-Choux, etc.93

.

10. LOS MONASTERIOS DE LAS MONJAS CISTERCIENSES94

Queda claro que también en las relaciones de los monasterios

femeninos con la Orden Cisterciense ha habido una larga evolución.

Ninguna de las tres redacciones de la Carta Caritatis contiene referencias de

las monjas; siendo la materia menos conocida, será necesario, por tanto,

considerar algunos detalles históricos.

a) Jully y Tart con sus hijas

Hacia el 1113 el sucesor de S. Roberto en Molesme, el Abad Guido,

fundó un monasterio femenino en Jully, donde se reunían las esposas y otras

mujeres ligadas por vínculos familiares con los monjes de Molesme y de

Cister95

: al escoger los maridos hacerse monjes, a las mujeres no les quedaba

otro remedio que entrar a su vez en el monasterio. Los tiempos eran aquellos

en que al marido le competía toda decisión en el matrimonio. Parece que la

observancia fue desde el principio la cisterciense; posteriormente fueron

93 J. –B. VAN DAMME, La "Summa Cartae Caritatis" source de constitutions canoniales,

Cîteaux 23 (1972) 5-54. La cuestión de la exención de la Orden será tratada en el capítulo

siguiente.

94 No es responsabilidad mía documentar una bibliografía, ni tan siquiera "esencial". Cfr. por

esto Jean de la Croix BOUTON ocso, Les moniales cisterciennes, 3 volúmen, Aiguebelle-

Grignan 1986-1988; y la larga introducción de Brigitte DEGLER-SPENGLER: Die

Zisterzienserinnen in der Schweiz, Helvetia Sacra III/3/2, Berna 1982, 507-574 (texto no muy

sereno contra una historia "oficial" de la Orden que no existe). Este trabajo ha sido traducido

también en inglés: The Incorporation of Cistercian Nuns into the Order in the Twelfth and

Thirteenth Century, Hidden Springs, Cistercian Monastic Women, I, Cistercian Studies Series

113A, Kalamazoo, Michigan 1995, 84-134.

95 Cfr. Abbé JOBIN, Histoire du prieuré Jully-les-Nonnains, París 1881.

Page 180: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

180

diferentes Abades de la Orden los que dieron un reglamento a este

monasterio96

, que era un Priorato bajo la jurisdicción de Obispo.

Hacia el 1125 S. Esteban Harding fundó Tart, 12 km. al norte de

Cister; la primera Abadesa provenía de Jully97

. La fundación nació en

función de mujeres que querían seguir la observancia del "Nuevo

Monasterio". En ente tiempo la Orden Cisterciense no gozaba aún de la

exención, y está claro que también este monasterio quedó sometido a la

jurisdicción del Obispo. La exención incluso del poder de excomulgar, llegó

sólo con Lucio III, el 21 noviembre 1184. Estando así la cuestión para los

monjes masculinos, se comprende fácilmente que hasta los años ochenta del

siglo XII faltaron las condiciones para que pudiese resultar "atractivo" la

incorporación de las monjas. Con la incorporación a una Orden exenta se

obtenía la exención también para el incorporado98

.

P. De Pascual ha afirmado que S. Esteban Harding incorporó Tart en

112099

, olvidando de este modo que la incorporación sólo podía ser

efectuada por la Santa Sede, y que para ello también el Capítulo General

habría tenido que intervenir, etc.

Los documentos auténticos son los siguientes:

1) La Bula Prudentibus virginibus del Papa Lucio III del 1º

diciembre 1184, en la que el Pontífice dispone que se observe la clausura de

la Regla de S. Benito, cap. 66100

.

96 Cfr. J. LECLERCQ. Etudes sur S. Bernard et le texte de ses écrits. Analecta

Claraevallensia, S. Bernard et les moniales de Jully, Analecta S.O.Cist. 9 (1953) fasc. 1-2,

192-194.

97 Cfr. B. HENE, Einiges über die Cistercienserinnen, Cist. Chronik 9 (1897) 48-57; 84-89;

110-118; E. CONNOR, The Abbeys of Las Huelgas and Tart and Their Filiations: Hidden

Springs. Cistercian Monastic Women I, Cistercian Studies Series 113 A, Kalamazoo,

Michigan 1995, 29-48.

98 Hay que tener también en cuenta el hecho de que la incorporación de las monjas a una

Orden (masculina) nace cuando el concepto de "Orden" religiosa ha llegado a ser

suficientemente claro: H. GRUNDMANN, Religiöse Bewegungen im Mittelalter, 2. Aufl.,

Hildesheim 1961; edición en italiano: Movimenti religiosi nel Medio Evo, Bolonia 1974.

99 F.R. DE PASCUAL ocso, Los monasterios autónomos, Commentarium pro Religiosis 74

(1993) 30: S. Esteban Harding incorpora a la Orden el monasterio femenino de Tart (1120).

– Pero cfr. también la afirmación mucho más matizada del P. LÉKAI: Después el 1147

(integración en la Orden Cisterciense de las Congregaciones de Savigny y de Obazine con los

monasterios femeninos a ella afiliados), también Tart fue reconocido como fundación de

Cister, y por tanto miembro de la familia cisterciense.

100 Véase el art. cit. en la nota 84, p. 40, nota 43.

Page 181: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

181

2) Un documento escrito por el Abad de Cister entre 1196 y 1200,

donde se dice que Tart es hija de Cister101

.

3) Los estatutos de cinco Capítulos de las Abadesas, que no pueden

ser llamados "Generales". Tart tuvo 18 hijas y cada año celebraban el

Capítulo bajo la presidencia del Abad de Cister102

.

Por estos estatutos sabemos que las Abadesas hijas de Tart estaban

obligadas a asistir al Capítulo de las Abadesas. La Abadesa de Tart como los

Abades en su filiación directa. Los temas tratados se refieren a la prohibición

de comer carne, a las normas referentes al modo de vestir, a las modalidades

del pago del tributo debido a Tart.

La incorporación pleno iure debió efectuarse hacia el final del siglo

XII. No disponemos hoy de ningún documento explícito al respecto.

b) Coyroux y Les Blanches

En 1147 Esteban, Abad de Obazine, se presentó al Capítulo General

y pidió que la Orden Cisterciense asumiese no solamente la Abadía de

Obazine, sino también Coyroux, es decir la parte femenina del monasterio de

Obazine, porque en efecto se trataba de un doble monasterio.

El Papa Eugenio III estaba presente en el Capítulo y la petición fue

acogida103

.

En 1147 fue aceptada también la incorporación de la Abadía

femenina de Les Blanches, de la Congregación de Savigny, pero no se

conoce exactamente qué cambios esta aceptación de las monjas haya

comportado bajo el aspecto jurídico104

.

101 PL 185, 1413-1414. M. de FONTETTE, Les religieuses à l'âge classique du droit canon,

París 1967, 35s.

102 Ph. GUIGNARD, Les monuments primitifs de la Règle cistercienne, Dijon 1878, p. 643, se

equivoca cuando llama "Generales " a estos Capítulos: Statuts des chapitres généraux tenus à

l'Abbaye de N.D. de Tart. Los estatutos son del año 1268, 1269, 1272, 1290 y 1302 (p. 643-

649). – Se equivoca también G. Müller al hablar de "Capítulo General": G. MÜLLER,

Generalkapitel der Cistercienserinnen, Cist. Chronik 24 (1912) 65-72. – También A. Dimier

llama "Generales" a estos Capítulos, aunque no fueron tales: A. DIMIER, Chapitres généraux

d'abbesses cisterciennes, Cîteaux 11 (1960) 268-275.

103 Cfr. Vie de saint Etienne d'Obazine, ed. M. AUBRUN, Clermont 1970, B. BARRIÈRE.

L'Abbaye cistercienne d'Obazine en bas Limousin. – Les origines, le patrimoine, Tulle 1977;

EAD., Le cartulaire de l'Abbaye Cistercienne d'Obazine (XIIe et XIIIe siècle), Clermont

Ferrand 1989; M.-A. DIMIER, Fontmourlhes: DHGE 17 (1971) 986-987.

104 J. de la Cruz BOUTON, Les moniales cisterciennes, vol. I, Histoire externe, Aiguebelle

1986, 66, escribe: Le Chapitre Général se trouva pour la première fois affronté au problème

Page 182: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

182

No disponemos de los estatutos del Capítulo General del 1147, y

mucho menos de las actas. Sin embargo, no hay duda de que la

incorporación de las Congregaciones de Obazine y de Savigny señala un no

pequeño cambio respecto a los principios de la reforma cisterciense. Estos

monasterios fueron aceptados junto con sus iglesias, con el diezmo, y podían

mantener también algunos usos particulares. Los historiadores retienen que

el compromiso fue ejecutado por el bien de las almas105

.

En 1161 el Abad de Clairvaux escribía:

Cuando los monjes de Savigny decidieron pasar a nuestra Orden, se

les concede la dispensa de tener iglesias con sus beneficios. Pues

pareció difícil prohibirles los beneficios de esta clase en una región

conocida por su infertilidad. Si, pues, alguno tiene alguna cosa que

decir contra esto, sobre la percepción de beneficios de ese género,

vuestra sinceridad reconocerá que los Padres de la Orden los han

revestido, así de misericordia106

.

des fondations féminines lorsque les Congrégations de Savigny et d'Obazine demandèrent

leur aggregation à Cîteaux. Ces deux congrégations comprenaient des monastères féminins :

Les Blanches pour Savigny, Coyroux et Fontmourlhes pour Obazine. Si les moines devenaient

cisterciens, les femmes devenaient-elles cisterciennes ? Oui et non. … aucune uniformité

n'existait entre ces monastères de moniales qui surgissaient et suivaient plus ou moins les

coutumes cisterciennes. – J.-M. CANIVEZ, (Les) Blanches, en DHGE 9 (1937) 104-105. Para

Savigny véase también la Bula Pax Ecclesiae del 19 septiembre 1147 de Eugenio III: Jaffé

9139, Migne 180, 1282; C. AUVRAY – A. LAVEILLE, Histoire de la Congrégation de

Savigny, t. II, Rouen-París 1897, 366-388, y t. III (1898) 5-25. F.R. SWIETEK y T.M.

DENEEN, "Ab antiquo alterius ordinis fuerit": Alexander III on the Reception of Savigny into

the Cistercian Order, RHE 89 (1994) 5-29.

105 L.J. LEKAI (Ideals and Reality in Early Cistercian Life and Legislation, en Cistercian

Ideals and Reality, Cistercian Studies Series 60, Kalamazoo, Mich. 1978,9) por ejemplo

escribe: One can hardly suppose that someone with Saint Bernard's intelligence could

overlook the discrepancies between the economic basis of the new admitted abbeys and that

of the original Cistercian foundations… Why then did he promote the fusion? As I see it, the

spiritual benefits of the union outweighed the drawback of the compromise.

106 Carta del Abad de Clairvaux, Guillermo, al Obispo de Avranches, citada en B.

GRIESSER, Registrum epistolarum Stephani de Lexington, ASOC 8 (1952) 189: Cum

Savigniacenses in nostri Ordinis societatem transire decreverunt, dispensatione in hoc parte

habita ecclesias et earum beneficia permissi sunt habere. Durum namque visum est loci cognita

infecunditate ab huiusmodi eos prohibere beneficiis. Si quis ergo de perceptione talium

beneficiorum adversus eos loquitur, noverit sinceritas vestra huius Ordinis Patres misercorditer

hoc eis indulsisse.

Page 183: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

183

c) Las Huelgas de Burgos y sus hijas

En este caso la situación es muy clara. Tenemos dos Bulas papales.

La primera, Prudentibus virginibus, es del 2 enero 1188107

, y la segunda, que

empieza con las mismas palabras, es del 12 mayo 1188108

.

La primera Bula es casi ad verbum el privilegium commune tal como

se encuentra en la Bula Religiosam vitam, en las fórmulas de la Cancillería

papal109

, con sus 21 puntos; en la segunda Bula se enumeran las posesiones

de Las Huelgas de Burgos y se encuentra también explícitamente la exención

del poder punitivo del Obispo, ya que en esta época la incorporación se

llama libertas a potestate correctionis.

También la filiación de Burgos tenía sus Capítulos, a partir del 1189,

bajo la presidencia del Abad de Cister: tenemos, pues, otro caso de Capítulos

de Abadesas.

d) Otros monasterios

En las relaciones con los monasterios femeninos se llegó también a

una solución curiosa: el Capítulo General permitía que un monasterio de

monjas incorporado tuviera sus propios sacerdotes y conversos110

.

Entre los papeles del P. Leopoldo Janauschek en Zwettl he

encontrado un Estatuto del Capítulo General del 1208 hasta hoy

desconocido:

A todos los Abades, Priores y subpriores de la Orden de Cîteaux, R.

De La Ferté, G. de Pontigny, V. de Clairvaux y P. de Morimond,

Abades, saludos en el Señor.

107 Amancio RODRÍGUEZ LÓPEZ, El Real Monasterio de las Huelgas de Burgos y el

Hospital del Rey, tomo I, Burgos 1907, 323 s. El editor sitúa la Bula en el año 1187. Es

necesario hacer presente que el autor era autodidacta e ignoraba tanto la "cronología" como la

"diplomática" (ciencias auxiliares de la historia). Clemente III fue Papa desde el 20 diciembre

1187 (no lo era aún el 2 enero 1187); la Bula está data con el stylus incarnationis, se trata,

pues, de la cronología florentina que a diferencia de nosotros retrasa el inicio del año al 25 de

marzo. Sobre el Monasterio de las Huelgas de Burgos véase también la tesis doctoral del

fundador del Opus: José María ESCRIVÁ, La Abadesa de las Huelgas, Madrid 1944, 415 pp.

108 Ibid, 326-329.

109 M. TANGL, Die päpstlichen Kanzleiordnungen von 1200-1500, Innsbruck 1894, 229-232.

110 Habla de ello el P. Juan de la Cruz Bouton, pero refiriéndose a un tiempo posterior: J.

BOUTON, I, p. 70: Une heureuse solution fut trouvée: elle consistait à autoriser les moniales

à avoir des convers. Dès 1224 il est parlé des convers des moniales d'Argensolles…

Page 184: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

184

Os damos a conocer a todos que, por la autoridad del Capítulo

General y de toda la Orden de Cister, hemos acordado que la

Abadesa y el convento de San Antonio de Paris, junto con todas sus

hijas, sean plenamente incorporadas y unidas a nuestra Orden.

Y concedemos a sus conversos, que imiten en todo a la Orden, que,

cuando vengan a nuestros monasterios, sean admitidos con los

conversos en la iglesia, en el capítulo, en el refectorio, en el

dormitorio.

Pero a los clérigos, que tienen capa y escapulario y observan el

tenor de vida de los monjes, les concedemos igualmente que sean

recibidos detrás del coro en nuestras iglesias y que se les sirva con

honor en el interior de los muros del monasterio, en un lugar

conveniente y separado de los laicos. Que estos clérigos lean su

profesión, escrita según la fórmula de la Orden, delante del altar y,

después de haberla leído, que la depositen sobre el mismo.

Que los conversos prometan estabilidad en presencia de la Abadesa

en el capítulo y que hagan profesión, según la fórmula de la Orden,

delante de esta mima Abadesa.

Dado en el año de gracia 1208111

.

Así, bajo la misma dirección y bajo el mismo techo, viven monjas y

conversas, conversos y sacerdotes que hacen profesión en las manos de la

Abadesa.

La edición de los estatutos de los Capítulos Generales del P.

Canivez, en cuanto a los monasterios de las monjas es muy incompleta: no

menciona ni siquiera la incorporación de Las Huelas de Burgos. La primera

incorporación de un monasterio femenino registrada por Canivez es la de

111 Universis Abbatibus, Prioribus, subprioribus Cisterciensis Ordinis fr. A. Cisterciensis, R. de

Firmitate, G. Pontiniacensis, V. Claraevallis et P. Morimundi dicti Abbates, salutem in Domino.

Notum facimus universitati vestrae quod nos auctoritate Capituli Generalis et totius Ordinis

Cisterciensis concessimus Abbatissae et conventui S. Antonii Parisiensis et omnibus filiabus

suis, quod sint plenarie incorporatae Ordini nostro et unitae. Concessimus et conversis

earumdem, quod ex toto Ordinem imitentur, ut, cum ad domos nostras venerìnt, simul cum

conversis in ecclesia, in Capitulo, in refectorio, in dormitorio admittantur. Clericis vero earum

habentibus cappas et scapularia, qui servant ordinem monachorum, hoc quoque concessimus, ut

retro chorum in nostris ecclesiis recipiantur et infra septa monasterii in loco competenti et a

laicis separato eis honestius ministretur. Qui videlicet clerici professionem secundum formam

Ordinis scriptam coram altari legant et lectam super altare ponant. Conversi vero coram

Abbatissa in Capitulo stabilitatem promittant et secundum formam Ordinis eidem Abbatissae

professionem faciant. Actum anno gratiae 1208.

Page 185: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

185

Moncey del 1213, y sigue la de Eisenach, en la diócesis de Maguncia, del

1214112

.

Como el número de los monasterios femeninos crecía, se

establecieron reglas sobre las distancias de los monasterios masculinos:

Que no sean construidas a menos de seis leguas de nuestras

Abadías…113

Se insiste en la clausura:

Por lo demás, que las monjas incorporadas a la Orden sean de

estricta clausura, y no tengan nada propio, como ha sido aprobado.

Es lícito, sin embargo, a las Abadesas salir con dos monjas para los

asuntos indispensables, con el permiso del Abad al que están

confiadas, pero esto no debe hacerse, de todas formas, sino

raramente y con decencia…114

En 1220, el Capítulo General consideró que el número de las

Abadías femeninas era demasiado elevado, y por eso se promulgó el

siguiente estatuto:

Ha sido aprobado por la autoridad del Capítulo General no

incorporar ninguna Abadía de monjas de otra Orden115

.

Las monjas de nuestra Orden serán claustrales, y las que no quieran

serlo deben saber que son excluidas de la protección de la Orden116

.

112 Stat. Cap. Gen. 1213:59; 1214:52.

113 Stat. Cap. Gen. 1218:4 : non construantur infra sex leucas a nostris Abbatiis.

114 Stat. Cap. Gen. 1218:84 : Moniales quae de cetero incorporantur Ordini, sicut definitum est,

penitus includantur et nullum habeant proprium. Liceat tamen Abbatissae cum duabus egredi

propter inevitabiles causas, de licentia Abbatis cui commissae sunt, si potest fieri, quod tamen

rarissime fiat et honeste…

115 Stat. Cap. Gen. 1220:4 : Inhibetur auctoritate Capituli Generalis ne aliqua Abbatia

monialium de cetero Ordini incorporetur.

116 Stat. Cap. Gen. 1220:4: Moniales Ordinis nostri includantur, et quae includi noluerint, a

custodia Ordinis se noverint eliminatas. Ya antes de 1145 Idung de Prüfening escribe sobre la

clausura: Nunc ad terciam quaestionem considerandam exilis tractatus noster continuetur,

quae talis est : si sanctimoniales feminae et monachi, cum unam habeant Regulam sancti

Benedicti, ita et unam debeant habere clausurae custodiam. Hic ipsa sexuum naturalis

diversitas rationi plurima darei adiumenta, si ratiocinantis tale esset ingenium, quod suo

acumine loco hoc convenientia eligere posset argumenta… dicendum est quod sexus

femineus, cum sit fragilis, maiorem custodiam et artiorem clausuram requirit. Illa ergo

clausurae custodia, quae ex Regula sancti Benedicti habetur, illi quae sponsae Christi

debetur inpar et inferior est. Non enim sanctus Benedictus scripsit Regulam illis sacris

Page 186: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

186

No hay que pensar, sin embargo, que este estatuto tuviese un sentido

absoluto. En el mismo Capítulo se incorporaron tres monasterios femeninos,

y lo mismo sucedió en los Capítulos del 1221 y del 1223117

.

El Capítulo General del 1228 parece ser más decidido:

Que ningún monasterio de monjas sea construido en nombre o bajo

la jurisdicción de nuestra Orden, o asociado a la Orden.

Pero si entre los monasterios de monjas no asociados todavía a la

Orden, o bien en construcción, quieren seguir nuestras instituciones,

no se lo impedimos; pero no aceptamos el cuidado de sus almas ni

tomamos la carga de la visita de estos monasterios.

Si alguien presenta alguna pregunta al Capítulo a este propósito, o

si la dice con conocimiento de causa a otro, con lo que podría

debilitar institución tan útil, si es monje o converso que sea enviado

a su propio monasterio y que no pueda volver sino por la autoridad

del Capítulo General. Si es Abad, que sea sometido a pan y agua118

.

Las monjas encuentran entonces otra solución. Es la época de la

petitio papae, y es el Papa mismo quien pide la incorporación a la Orden…

Dado el gran número de estatutos, para los que se referían al

Capítulo General se llegaron a compilar codificaciones, que en 1237 y

1257119

introducen para las monjas una distinción especial, la XV.

virginibus, sed monachis tantum, in qua conceditur monacho in viam dirigi pro aliquo

responso et in nundinis vendere et emere quae necessitas et utilitas monasterii postulat, quod

nulla ratione convenire et nimis indignum esse et terrenae regis, nedum coelestis regis

sponsae nemo dubitat. cfr. R.B.C. HUYGENS, Le moine Idung et ses deux ouvrages :

"Argumentum super quatuor questionibus" et "Dialogus duorum monachorum", Spoleto

1980, 69-74).

117 Stat. Cap. Gen. 1220:54, 58 ; 1221:55 ; 1223:31.

118 Stat. Cap. Gen. 1228:4: Nulla monasteria monialium de cetero sub nomine aut sub

iurisdictione Ordinis nostri construantur vel Ordini socientur. Si quod vero monasterium

monialium nondum Ordini sociatum vel etiam construendum nostras institutiones voluerit

aemulari, non prohibemus ; sed curam animarum earum non recipiemus, nec visitationis

officium eis impendemus. Qui vero super hoc faciendo petitionem ad Capitulum deportaverit

vel aliquid scienter procuraverit, per quod possit institutio tam utilis enervari, si monachus

fuerit vel conversus a domo propria emittatur, non reversurus nisi per Capitulum Generale.

Si Abbas fuerit, sit in pane et aqua.

119 Cfr. LUCET 1 y LUCET 2.

Page 187: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

187

En la codificación del 1257, Dist. XV, el estatuto 3 afirma:

Ni las Abadesas ni las monjas pueden acceder personalmente al

Capítulo General, sea la razón que sea120

.

La incorporación con la fórmula de la Cancillería papal llevaba

consigo una exención total. En la Cancillería papal, junto a los textos

cistercienses, están los de los Agustinos, Benedictinos, Premonstratenses y

Cartujos. Estas Ordenes prevén la institución de la incorporación en el

sentido aquí expuesto: monjes y monjas constituyen una única Orden.

Para las Clarisas en el mismo formulario de la Cancillería papal la

situación es distinta. El título es: Privilegio de las monjas claustrales según

el instituto de las Hermanas de San Damián de Asís121

.

La diferencia se explica por el hecho de que la observancia de las

clarisas, dada su clausura severísima, era muy distinta de la ideada por S.

Francisco para sus hermanos, los cuales no tenían que vivir siempre dentro

de los muros de una clausura.

Por eso Gregorio IX, tal vez más conocido bajo el nombre Card.

Ugolino, en 1227 (14 diciembre) no habla de "incorporación" de las Clarisas,

sino sólo de un "encargo" confiado a los Hermanos Menores. La fórmula

jurídica que resulta de este "encargo" es muy distinta de la incorporación,

prefigurando más bien el Superior regularis del CIC del 1917, donde la

exención es menor.

También S. Francisco conocía el peso que conlleva la cura de las

monjas, pero no lo rehusaba:

Que no haya ninguna vocación femenina sería una ofensa, pero el

no ocuparse de las que han sido llamadas es la mayor

inclemencia122

.

Aquí interviene un factor decisivo con la legislación general de la

Iglesia para la clausura de las monjas, al que se añade el hecho de que tantos

monjes y tantas monjas habían entrado en los monasterios sin vocación,

simplemente por la imposición de la familia, que tenía que proveer a sus

120 Stat. Cap. Gen. 1257:XV:3 : Nec Abbatissae seu moniales quacumque de causa

personaliter accedant ad Capitulum Generale.

121 Privilegium monialium inclusarum iuxta institum sororum S. Damiani Asisiatis. M.

TANGL, Die päpstlichen Kanzleiordnungen von 1200-1500, Innsbruck 1894, 241; se habla

de un Ordo S. Clarae.

122 Non eas vocasse nulla fuisset iniuria, non curare vocatas, summa est inclementia.

Page 188: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

188

numerosos hijos123

. Hecho frecuentemente hoy ignorado, que tenía pésimas

consecuencias, especialmente en conexión con la encomienda, a causa de la

cual en los monasterios ya no se podía proceder a las elecciones, sino que

eran más bien los reyes los que nombraban a los Abades y a las Abadesas,

para compensar a ciertas familias por los servicios prestados.

La clausura monástica, comprendida la femenina, no es una

institución prefabricada, nacida de la mente de cualquier Obispo o pontífice.

La clausura ha sido vivida primero, repetidamente modificada, después

codificada.

Desde el siglo VI al IX son los Obispos los que dan las reglas, desde

el siglo IX al XIII las Órdenes religiosas. De acuerdo con las costumbres del

tiempo y el hecho de que tanta gente entraba en el monasterio sin vocación,

bien pronto se formuló el dicho según el cual para una mujer existian

solamente dos soluciones: Aut murus aut maritus – o el muro de la clausura

o un marido.

Bonifacio VIII en la Bula Periculoso et detestabili del 5 mayo 1298

escribe:

Deseando aportar un remedio saludable al peligroso y detestable

estado de ciertas monjas (que habiendo relajado los lugares de la

honestidad e impúdicamente desechado la modestia monástica y el

pudor de su sexo, divagan fuera de sus monasterios en casas

seculares, y admiten frecuentemente en el interior del monasterio

personas sospechosas124

, que ofenden la castidad que ellas han

querido espontáneamente125

, para oprobio de la vida religiosa y

escándalo de muchos), prescribimos por la presente constitución,

válida irrefutablemente a perpetuidad, para todas y cada una de las

monjas del presente y del futuro, de la familia religiosa o de la

Orden que sean,… de permanecer en clausura perpetua en su

monasterio, de tal manera que no haya para ninguna de ellas

ninguna razón o causa… que les de la facultad de salir después de

123 G. HUYGHE, Histoire de la clôture des religieuses, en La séparation du monde;

Problèmes de la religieuse d'aujourd'hui, París 1961, 95-113. P. 110: Au début, les couvents

étaient peuplés de candidates à la vie religieuse venues de toutes les classes de la société. Peu

à peu le recrutement diminue, et, dans beaucoup de monastères, il se limite aux familles

nobles de la région. Elles trouvent pour leur cadette un avenir tranquille, ou du moins doté

sur les fonds et les biens des couvents…

124 Aquí tenemos ya la distinción entre clausura activa y pasiva.

125 Y de ésta "voluntad espontánea" con frecuencia no se podía hablar. Tantos votos eran

inválidos, como, del resto, tantos matrimonios, también de soberanos…

Page 189: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

189

sus monasterios,… y que la entrada o el acceso no sea abierto a

nadie126

.

Y Jean Leclercq OSB comenta:

De este modo se promulga una ley universal a causa del caso

particular de "algunas" monjas, cuya conducta es "peligrosa y

detestable".

Ahora bien, ¿Por qué hay peligro?

No por su vida de oración, sino por su "castidad". Para proteger a

ésta última se toman medidas para el mundo entero y para todos los

futuros siglos… Sin duda, más adelante, se hace una alusión a

aquella gran libertad espiritual que, tradicionalmente, se

consideraba como una de las condiciones de la vida contemplativa y

casi su equivalente: "Servire Deo liberius"(Servir a Dios más

libremente).

Pero este motivo se considera secundario. El más importante, cuya

afirmación se reitera, es el de suprimir toda ocasión de lujuria… La

clausura se convierte en un bien en sí misma, y el primero de todos,

aquél al que los demás se han de sacrificar, empezando por la

pobreza: la vida claustral exige rentas y reduce la posibilidad de

trabajar…

Este documento merecería un análisis ulterior, porque ha ejercido

un influjo perdurable: ha quedado a la base de la legislación sobre

la clausura de las monjas hasta casi nuestros días127

.

126 Ae FRIEDBERG, Corpus luris Can., II. Sexti Decretalium lib. II, tit. XVI, De statu

regularium, 1053-1054 : Periculoso et detestabili quarumdam monialium statui (quae

honestatis laxatis habenis et monachali modestia sexusque verecundia impudenter abiectis,

extra sua monasteria nonnumquam per habitacula saecularium personarum discurrunt, et

frequenter infra eadem monasteria personas suspectas admittunt in illius, cui suam

integritatem voluntate spontanea devoverunt offensant, in religionis opprobrium et scandalum

plurimorum), providere salubriter cupientes praesenti constitutione perpetuo irrefragabiliter

valitura sancimus, universas et singulas moniales, praesentes et futuras, cuiuscumque

religionis sint vel Ordinis… in perpetua in suis monasteriis debere de cetero permanere

clausura ita, quod nulli earum sit vel esse valeat quacunque ratione vel causa… monasteria

ipsa deinceps egrediendi facultas… nullique… personae ingressus vel accessus pateat ad

easdem…

127 J. LECLERCQ, Clausura: DIP, II, 1975, 1175: In tale modo viene emanata una legge

universale a causa del caso particolare di "alcune" monache, la cui condotta è "pericolosa e

detestabile". Ora, per che cosa vi è pericolo ? Non per la loro vita di preghiera, ma per la

loro integrità. Per proteggere quest'ultima vengono prese misure per il mondo intero e per

tutti i futuri secoli… Senza dubbio, più avanti, viene fatta una allusione a quella grande

Page 190: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

190

Con esta ley de clausura, que será aún más rígida en tiempos del

Concilio de Trento, estaba claro que no se podía salir, ni siquiera para un

Capítulo de las Abadesas.

Había, pues, reuniones de Abadesas de la filiación de Tart y de las

Huelgas de Burgos, pero nunca participación de las Abadesas en el Capítulo

General. Será sólo en 1974 que algunas Abadesas estarán presentes en

Casamari en el Capítulo General como "observadoras".

En cuanto al número de los monasterios femeninos cistercienses, los

autores no están de acuerdo: Cottineau indica 873 monasterios, Canivez 818,

Lékai 752. La distinción entre monasterios incorporados y monasterios no-

incorporados pero que viven según los usos cistercienses es difícil128

.

***

El descubrimiento de que hay tres redacciones de la Carta Caritatis

ha aumentado notablemente nuestros conocimientos del derecho

constitucional cisterciense de los primeros siglos cistercienses.

Sabemos poca cosa sobre el funcionamiento de los Capítulos

Generales del siglo XII, pero es cierto que las dificultades crecían con el

gran número de los participantes y de los temas a tratar, por no hablar de lo

largo de los viajes que los Abades procedentes de lejos tenían que hacer.

La Carta Caritatis Posterior ya no sufrió ningún retoque, pero en el

siglo XIII nació el Definitorio – regulado por la Parvus fons de Clemente IV

del 1264 – que se convirtió en un "añadido" a la Carta Caritatis. Pero el

Definitorio por su composición ya no pudo responder plenamente a sus

funciones.

Las relaciones jurídicas de los monasterios femeninos, cada vez más

numerosos, se esclarecen con la institución de la incorporación después de

que la Orden haya obtenido la exención.

libertà spirituale che, tradizionalmente, era considerata come una delle condizioni della vita

contemplativa e quasi il suo equivalente : "Servire Deo liberius". Ma questo motivo viene

considerato secondario. Il più importante, e quello la cui affermazione viene reiterata, è di

sopprimere ogni occasione di lussuria… La clausura diviene un bene in se stessa, e il primo

di tutti, quello al quale altri devono essere sacrificati, a cominciare dalla povertà : la vita

claustrale esige delle rendite e riduce la possibilità di lavorare… Questo documento

meriterebbe un'ulteriore analisi, poiché ha esercitato un durevole influsso : esso è rimasto

alla base della legislazione sulla clausura delle monache fino quasi ai nostri giorni.

128 J. BOUTON, op. cit., I,83-84.

Page 191: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

191

II. DE LOS ORÍGENES DE LAS CONGREGACIONES

HASTA LA REVOLUCIÓN FRANCESA

1. ORÍGENES Y NATURALEZA DE LOS "VICARIATOS"

Con el transcurrir del tiempo, por varias razones – guerras,

calamidades naturales, pero también por falta de recursos económicos -,

numerosas Abadías-madres cesaron de existir, y así las Abadías-hijas ya no

tuvieron a su visitador natural. Muchos Abades-Padres, por otra parte, no

pudiendo visitar a las Abadías-hijas, con frecuencia renunciaban a tales

visitas. Para remediar, al menos parcialmente, esta situación, el Capítulo

General del 1422 promulgó el siguiente estatuto:

…para suplir…el Capítulo General ha creído prudente enviar a

determinados reinos y provincias unos cuantos reformadores que

serán designados más abajo…

… el Capítulo General concede y permite que cada año, de

cualquier Provincia del país de Alemania, se elijan algunos Abades

que irán en nombre de los demás Abades de la misma Provincia al

Capítulo General cisterciense, llevando las contribuciones de la

Orden y las excusas de asistencia de los otros

…el Capítulo General, pues, asigna para la Provincia

de…reformadores que, ciertamente, ejerzan su actividad de reforma

sin perjuicio de los Padres Abades; es decir, que en los monasterios

en que los Padres Abades pasen visita anualmente y lo hagan de

manera provechosa, dichos reformadores no visiten129

.

Todo esto no fue suficiente. Por esto, en el 1585, en el congreso de

los Abades de Alemania Superior en Fürstenfeld, el Abad de Cister,

Edmundo de la Croix (1584-1604), proponía la solución siguiente:

129 Stat. cap. gen. 1422:22 : … ad supplendum… Capitulum Generale in certis regnis ac

provinciis certos reformatores inferius nominandos… non improvide duxit deputare…

Capitulum Generale concedit et indulget, ut singulis annis de qualibet Provincia in partibus

Alemanniae certi eligantur Abbates, qui nomine aliorum Abbatum eiusdem Provinciae

Capitulum Generale Cisterciense visitent, contributiones Ordinis et excusationes ceterorum

secum deferentes. … Deputat ergo Capitulum pro Provincia… Qui quidem reformatores

negotium reformationis exerceant sine praeiudicio patrum Abbatum, videlicet quod in

monasteriis in quibus patres Abbates annuatim visitaverint et visitare fructuose velint, dicti

reformatores non visitent. Cfr. También 1433:42. – En este Capítulo, por lo demás, estaban

presentes solamente 23 Padres Capitulares, signo evidente de la gravedad del problema.

Page 192: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

192

Los cuatro Reverendos Coabades Hijos de nuestro Monasterio de

Císter, es decir La Ferté, Pontigny, Claraval y Morimond, en los

monasterios de ambos sexos de la que llamamos su filiación, tienen

jurisdicción inmediata o mediata, que declaramos que ha de ser

conservada en todo salva e íntegra, y que en ninguna parte ha sido

derogada, ni lo será, por estos Estatutos de reforma.

Con todo, como no siempre pueden visitar convenientemente los

monasterios que están bajo su jurisdicción, ni pueden prestarles los

servicios y ayudas que para su gobierno piden de su autoridad, por

eso, aunque satisfazgan esta obligación suya, cuando no pueden

ellos mismos, por otro, que se conserve la jurisdicción como propia

y de cada uno, y que no se dé con esta ocasión ninguna confusión en

la Orden, a causa de la multiplicidad y diversidad de los Vicarios;

exhortamos y suplicamos fraternalmente en el Señor a los mismos

Reverendos Coabades nuestros, que en adelante cada uno de ellos

encomiende su Vicariato a nuestro Vicario, en aquellas Provincias

donde tienen monasterios que estén bajo su jurisdicción; pero en

virtud de este Vicariato los visitará con la autoridad del Padre Abad

de ellos, y declarará en su carta de visita de qué filiación son, cosa

que mandamos a todos y a cada uno de nuestros Vicarios, para que

no hagan de otro modo130

.

En el texto los derechos de los Protoabades y de los Padres

Inmediatos son admitidos claramente, pero el Abad de Cister ya había

hablado precedentemente de un "Vicario general" (era el Abad de Salem) a

quien se confiaba la siguiente misión:

130 H.B. SCHNEIDER, Fürstenfelder Reformstatuten von 1595, Analecta Cist. 39 (1983) 63-

180. Texto citado en las pp. 171-172: Quattuor Reverendi CoAbbates nostri Cistercii Filii

nuncupatae de Firmitate, de Pontigniaco, de Claravalle et Morimundo, in suae filiationis, ut

vocamus, monasteriis utriusque sexus immediatam vel mediatam iurisdictionem habent, quam

in omnibus salvam et integram servandam esse, nec ulla in parte per haec reformationis

statuta eidem derogatum esse vel fore declaramus. Verum quia illi sibi subjecta monasteria

non semper commode visitare possunt, nec eis illa exhibere officia et adjumenta quae pro

illorum regimine ab eorum auctoritate requiruntur, propterea ut huic suae obligationi quando

per se non valent, per alterum satisfaciant, ut propria cujusque jurisdictio retineatur, nec

occasione ipsius ulla in ordine confusio interveniat per multiplicitatem et diversitatem

Vicariorum, ipsos RR. CoAbbates nostros fraterne in Domino monemus et rogamus, ut eorum

quisque suum Vicariatum committat deinceps Vicario nostro in illis Provinciis in quibus

habent sibi subjecta monasteria, cuius quidem Vicariatus vigore auctoritate Patris Abbatis

eorum ipsa visitabit et in sua visitationis carta cuius filiationis erunt, declarabit, quod

omnibus et singulis Vicariis nostris, ne aliter faciant, praecipimus.

Page 193: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

193

Sin embargo el Vicario general visitará… todos los monasterios de

su incumbencia en toda la mencionada Alemania Superior, en el

plazo de un sexenio antes de su Capítulo131

.

¿Cómo se explica éste texto?

En los primero siglos, el oficio del "Vicario general" era

desconocido132

. Los Vicarios nombrados por el Capítulo General se

llamaban Vicarii o Vicarii provinciales o también Vicarii generales

Provinciae, porque eran Vicarios de un cierto número de Padres Inmediatos.

Hacia finales del siglo XVII, sin embargo, se usaba casi generalmente la

expresión Vicarii generales. Alguna vez se llamaban Vicarii generales seu

Visitatores, pero el título Vicarius generalis se convirtió en el habitual.

Los Vicarios tenían que ser elegidos por los Padres Inmediatos, ya

que el derecho de éstos sobre las Abadías-hijas tenía que ser conservado.

Pero muy pronto los nombramientos fueron hechos sólo por el Abad de

Cister, sin el concurso de los Protobades.

El modo de proceder del Abad de Cister acreditó en la Orden la

opinión de que los Vicarios provinciales eran Vicarios del Abad General.

Título cada vez más usado. Además, como nadie conocía bien el origen de

los "Vicariatos generales", no era raro que se presentasen en Cister Abades

que pedían el nombramiento de "Vicario general".

"Vicario general" significaba Vicario común de los Padres

Inmediatos, ya que sólo éstos tenían la que hoy llamamos potestas ordinaria.

Al principio el Abad de Cister, debía tener el consenso, al menos de los

cuatro Protoabades; tal consenso, sin embargo, se buscó cada vez menos,

queriendo los Abades de Cister excluir de hecho, de estos nombramientos, a

los cuatro Protoabades. De ahí, en buena parte el triste y famoso conflicto

entre el Abad de Cister y los Protoabades. Cuando los Vicarios generales

empezaron a ser nombrados por el Abad de Cister solo, entonces se difundió

la opinión de que estos Vicarios eran Vicarios del Abad General, opinión

privada, en realidad, de fundamento jurídico.

El nombramiento de estos Visitadores (=Vicarios generales)

constituyó una cuestión espinosa en algunos Capítulos Generales de los

siglos XVII y XVIII. Baste citar el texto siguiente:

131 H.B. SCHNEIDER, art. cit., 172: Vicarius autem generalis visitabit… omnia suae

commissionis in praedicta tota Superiore Germania in spatio et tempore sexennii ante suum

Capitulum

132 Cfr. G. MÜLLER, Studien über das Generalkapitel 49, Cist. Chronik 19 (1907) 306-309.

Page 194: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

194

Sin embargo el Muy Reverendo señor Abad de Claraval, para no ser

lesionado en su derecho, pidió que fuera incluida en las actas del

Capítulo General la protesta transcrita a continuación en los

siguientes términos:

Sin perjuicio de la reverencia y veneración debidas al Reverendo

Señor Abad de Císter… Nos, fray Pedro, Abad de Claraval,

protestamos, tanto en nombre propio como en el de los Padres

Abades…, contra el nombre y título de General introducido en dicha

Bula y, corrientemente, tanto en el Breve133

antes citado como en

otras letras extendida por el mencionado Reverendo Señor Abad de

Císter, no pudiendo soportar de ningún modo ni en conciencia que,

bajo el pretexto de este presente Generalato, sean minados los

fundamentos de nuestra Orden; y por eso afirmamos solemnemente

la nulidad de las Definiciones, y protestamos contra las

usurpaciones de nuestra autoridad y de la de los demás Padres

Inmediatos, porque se oponen a la jurisdicción de los monasterios

sujetos a Nos y a ellos; y eso aún más por lo que hace a las visitas,

confirmaciones y otras cosas parecidas que nos pertenecen por

derecho o por concesión de los Sumos Pontífices…. 13 de mayo de

1667.

En el mismo Capítulo se encuentra una protesta en el mismo sentido

del Abad de Kaisheim, etc134

.

El nombramiento de estos Visitadores o Vicarios generales no creó

inicialmente nada nuevo en el plano constitucional. También los "Capítulos

provinciales" celebrados bajo la presidencia de estos Vicarios generales eran

sólo reuniones de Abades, y no tenía como consecuencia una unión de los

monasterios. Pero algunos Vicariatos tenían una forma tan estable,

133 Cfr. El Breve In Suprema del 19 abril 1666 de Alejandro VII, debajo p.168.

134 Stat. cap. Gen. 1667:78 – CANIVEZ, VII, p. 458 : Hanc autem infrascriptam

protestationem Adm. R.D. de Claravalle, ne suo iuri detrahatur, Capituli Generalis actis

inseri petiit tenoris sequentis.Absque praejudicio reverentiae et venerationis debitae R.D.

Cisterciensi… nos fr. Petrus Abbas Claraevallis protestamur tam nostro nomine quam patrum

Abbatum… contra nomen et titulum Generalis in dicta Indictione et passim tam in praedicto

Brevi quam in aliis litteris a dicto R.D. Cisterciensi obtentis insertum minime ne tuta

conscientia ferre valentes, praesenti hujus Generalatus praetextu Ordinis nostri fundamenta

convelli ; ac proinde protestamur de nullitate diffinitionum, usurpationum paternae nostrae

auctoritatis ac ceterorum patrum immediatorum iurisdictioni in subdita nobis et sibi

monasteria adversantium ; idque maxime quoad visitationes, confirmationes et cetera

huiusmodi ad nos de iure aut indulto Summorum Pontificum pertinentia… 13 Maii 1667. In

eodem Capitulo protestatio eiusdem tenoris Abbatis Caesariensi(Kaisheim), etc

Page 195: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

195

celebraban tan regularmente sus Capítulos con estatutos propios, que

terminaron por asemejarse mucho a las Congregaciones. Pero todavía no

constituyeron una persona jurídica colegial, y menos aún fueron de "derecho

pontificio", desde el momento que la Santa Sede no intervenía en su

erección. Por eso aun los Vicariatos de gran importancia, como el de

Polonia, erigido el 18 junio 1580 por el Abad de Cister, o el de Bohemia (del

1616) no pueden ser equiparados a las Congregaciones erigidas por la Santa

Sede135

.

2. LAS CONGREGACIONES MONÁSTICAS CISTERCIENSES

Scire leges non hoc est verba eorum tenere, sed vim ac potestatem

(Conocer las leyes no es poseer sus palabras, sino su fuerza y su poder)136

.

Debo hacer tres observaciones previas:

1) Observación jurídica previa

El canonista, después de la promulgación del Código del 1917, en

los casos que en el Código se encuentra una definición legal, tiene la

tentación de pensar que la definición vale también para las instituciones que

son mucho más antiguas que el Código.

Esto se verifica también en el caso de las Congregaciones

monásticas, que en el can. 488, 2 del CIC/1917 son definidas como unión de

algunos monasterios independiente bajo el mismo Superior137

.

Pero si tomamos esta definición en sentido estricto, se deduce de ella

que también la primera Congregación monástica moderna, la de Santa

Justina (hoy llamada de Montecassino), erigida el 1º enero 1419 por Martín

V, no habría sido nunca una realmente una Congregación monástica, porque

no tenía monasterios sui iuris. Del mismo modo, también la Congregación

Húngara OSB o los Silvestrinos o los Valleumbrosianos no serían

135 Al menos hasta ahora no he logrado encontrar ningún vestigio de la erección de la

Congregación Polaca en este período, y esto probablemente por la senzilla razón de que, hasta

nuestro siglo, no se trató de una Congregación erigida por la Santa Sede. Cfr. Statuta

reformationis Monasteriorum Cisterciensis Ordinis institutae, Cracovia 1581. En los

documentos se encuentra con frecuencia el término Congregatio, pero generalmente se añade

a continuación "o Provincia". Así, por ej., en los Estatutos publicados en 1745: Statuta

Ordinis Cisterciensis tam antiqua quam novissima per Capitula Generalia ac etiam et

provincialia pro Polona Congregatione Cisterciensium sancita et definita…

136 Celsus, L, 1701,3; P. KRÜGER, Corpus Iuris Civilis, vol. I, Berlín 1928, 34.

137 En el Código del 1983 no existe tal definición.

Page 196: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

196

Congregaciones monásticas, aunque ciertamente lo son, ya que entraron en

la Confederación Benedictina como Congregaciones monásticas. Las notas

en esta cuestión son:

1. La erección pontificia, con la que la Congregación se hace sui

iuris, de derecho pontificio, y tiene una personalidad jurídica

propia138

.

2. La unión de los monasterios (y no sólo de los Abades, como en el

caso de un Vicariato o Provincia).

3. El Capítulo (General) de la Congregación con poder legislativo,

administrativo y judicial.

4. Constituciones propias, generalmente aprobadas por la Santa

Sede.

Las Congregaciones Cistercienses erigidas por la Santa Sede tenían

estas notas y sus privilegios. Su autonomía con respecto al Capítulo General

de la Orden era diversa y definida en las propias Constituciones y en los

documentos de la Santa Sede.

En algunas Congregaciones erigidas por la Santa Sede la

terminología no era unívoca y constante (se hallan también los términos de

Vicariatus, Provincia), pero esto no cambia su naturaleza. Como conclusión

de esta parte se puede indicar que la naturaleza de las Congregaciones hay

que examinarla caso por caso y que no hay que seguir teorías apriorísticas.

2) Premisa eclesiológica previa

El Capítulo General de la Orden Cisterciense no está por encima del

Papa y no es infalible. Los actos por él decididos y con frecuencia

confirmados por los Romanos Pontífices ciertamente tienen un valor jurídico

propio, aunque el Capítulo General de la Orden suscita protestas al respecto.

En otras palabras: aunque es bien sabido que algunos Capítulos Generales de

la Orden emitieron decretos contra tal o cual Congregación, tales decretos no

pudieron y no pueden modificar los emanados de la Santa Sede.

Actualmente, después de los Concilios Vaticanos I y II, debe ser

afirmado todavía más claramente, ya que el galicanismo, que tuvo un

destacado influjo en la eclesiología del Definitorio cistercienses, ha sido

condenado.

138 R. MOLITOR, Aus der Rechtsgeschichte benediktinischer Verbände, Münster en W. 1928,

322 : Der wesentliche Unterschied zwischen der Provinz, wie sie von Innozenz III. und

Benedikt XII. vorgesehen war, und der Congregatio monastica liegt…darin, daß diese

Kongregation vom Papste…förmlich zu einer juristischen Person errichtet wird. Darin liegt

auch ihr größter Unterschied von der Provinz.

Page 197: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

197

Una segunda conclusión: si la Santa Sede erige una Congregación

cisterciense como tal (y si ésta posee las características más arriba

indicadas), entonces esta Congregación no sólo adquiere la personalidad

jurídica, sino que se hace también miembro de la Orden Cisterciense,

mientras la Santa Sede no cambie este estado. La Santa Sede consideró

siempre, por ej., la Congregación de Castilla una Congregación cisterciense,

aunque el Capítulo General de la Orden formuló protestas.

Por lo demás, según tengo noticia, el Capítulo General, a pesar de

diversas sanciones, como eran por ej. el entredicho, no declaró nunca que tal

o cual Congregación no pertenecía a la Orden, excepto la Congregación

Fuliense, después de que la Santa Sede separara de la Orden Cisterciense a

los Fulienses, los únicos para los que se haya declarado: Fulienses pro no

professis habendos esse (hay que considerar a los Fulienses como no

profesos)139

.

Nótese que, por ej., la decisión de Alejandro VII del 19 abril 1666

(In suprema), en la que no aparece ninguna discriminación entre las diversas

Congregaciones:

8. Se han de celebrar los Capítulos Generales… y han de asistir a

ellos todos los Abades, si no están impedidos legítimamente y

excusados por causas justas, y también los Abades delegados por las

Congregaciones…

9. Aunque sólo los Definidores tendrán voto deliberativo en la

elaboración de Definiciones [25 Definidores], todos los Abades y

demás personas idóneas… tendrán voto consultivo.

11. Y como hoy surgen muchas cuestiones, (…) en los tiempos entre

dos Capítulos se han de reunir… el Abad de Císter y los cuatro

Protoabades, con los visitadores Provinciales de los monasterios de

ambas observancias, los Presidentes de las Congregaciones… y que

hagan relación del estado de sus Congregaciones ante el Abad

General y los cuatro Protoabades 140

.

139 Stat. cap. gen. 1605: 42.

140 Canivez, VII, 428s: 8. Capitula generatia…celebrentur eisque omnes Abbates, nisi legitime

impediti aut ob iustas causas excusati, simul et Abbates a Congregationibus deputati… adesse

teneantur…9. Licet autem soli diffinitores vocem decisivam in diffinitionibus condendis habeant

(= 25 Definitores…) tamen omnes Abbates et aliae personae idoneae…vocem consultativam

habebunt. 11. Et quia inter dies multa emergunt negotia… inter duo Capitula…ipse

Cisterciensis et quatuor primarii Abbates conveniant cum aliis ex visitatoribus provincialibus

monasteriorum utriusque Observantiae, praesidibus Congregationum… certioresque faciant

dictum Abbatem Generalem et quatuor primarios de statu Congregationum suarum.

Page 198: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

198

3) Observación histórica previa

La historia de las Congregaciones cistercienses está aún por escribir,

pero los documentos esenciales se pueden encontrar bastante fácilmente en

los archivos.

***

(1) LA CONGREGACIÓN DE CASTILLA

Fue erigida el 24 octubre 1425 con la Bula Pia supplicum vota de

Martín V141

. La Congregación fue confirmada con la Bula Etsi pro

cunctorum de Eugenio IV el 25 septiembre 1437, con la que se concede al

Abad de Cister (pero sólo a él personalmente) la visita de los monasterios de

la Congregación.

El Superior de la Congregación era el Abbas Generalis Reformator

O.Cist. Regularis Observantiae in Regnis Hispaniae (Abad General

Reformador O. Cist. de la Regular Observancia en los Reinos de España) y

el Capítulo de la Congregación tenía poder legislativo "autónomo", las

decisiones no tenían que ser confirmadas por nadie.

Con un Breve apostólico Clemente VIII, el 5 julio 1593, concedía

El Abad General Reformador actual, mientras dure su cargo, pueda

hacer, ejecutar, ordenar y ejercer libre y lícitamente en todos y cada

uno de los monasterios de uno y otro sexo de dicha Congregación…

semejantemente todas y cada una de las cosas que los otros

Superiores y Prelados Ordinarios pueden y deben hacer y ejercer en

sus monasterios de uno y otro sexo, y perpetuamente le concedemos

e impartimos, con autoridad apostólica y de acuerdo con estas

letras, libre y plena jurisdicción, superioridad, facultad y

potestad…142

141 HENRIQUEZ, Regula Constitutiones et privilegia Ordinis Cisterciensis, item

congregationum monasticarum et militarium qua Cisterciense institutum observant, Amberes

1630, 246-252, y E. MARTÍN, Los Bernardos españoles, Palencia 1953, 104-106. Una buena

bibliografía en L.J. LÉKAI, Los Cistercienses, Herder 1987, 559-560.

142 HENRIQUEZ, p. 371: Moderno et pro tempore existenti Generali Reformatori, ut in

omnibus et quibuscumque dictae Congregationis utriusque sexus monasteriis… omnia et

singula, quae alii utriusque sexus Monasteriorum Superiores et ordinarii Praelati in illis facere

et exercere possunt et debent… similiter facere, exequi, ordinare et exercere libere et licite

valest, Apostolica auctoritate tenore praesentium plenam, liberam et omnimodam

iurisdictianem, superioritatem, facultatem et potestatem perpetuo concedimus et impartimur…

Page 199: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

199

Por mandato del mismo Clemente VIII la S. Congregación del

Concilio el 28 julio 1596

1. estableció que los monasterios de monjas que estuviesen sujetos a

monasterios masculinos unidos a la Congregación de la Regular

Observancia en España, se sometieran a la visita del Reformador

General,

2. juzgó que el Capítulo General de la mencionada Congregación

podía establecer penas especiales contra los Padres Inmediatos de

los monasterios de monjas si no observaban las decisiones de la

Congregación 143

.

La Congregación era una unión de 40 monasterios masculinos y

pertenecían a ella, en diverso grado, cerca de treinta monasterios de

monjas144

.

La historia de la primera Congregación de la Orden es muy compleja

y muy dolorosa. La incomprensión entre el Capítulo General y el gobierno

de la Congregación era recíproca. El Capítulo General no se daba cuenta de

la situación particular de los monasterios de Castilla y tenía un miedo

enorme a que en otras partes pudiesen surgir situaciones análogas. La

Congregación estaba protegida por el rey de España y también por la Curia

Romana, y por consiguiente las controversias y conflictos se prolongaban

hasta el infinito.

El Capítulo General del 1493 reconoció la Congregación y su

estructura145

y, en 1515, se concluyó un pacto; pero en 1517 el pleito volvió

a encenderse, porque la Congregación quería agregar nuevos miembros e

introducir también en éstos los Abades trienales. He aquí el texto del

estatuto:

Este Capítulo General, afectado por la gran ingratitud, el celo

desordenado y la desviación de aquellos que se llaman de la

Congregación de los trienales [la Congregación de Castilla], de la

misma Orden, en los Reinos de España, que, no satisfechos con la

143 HENRIQUEZ, p. 374: 1. statuit monasteria monialium subiecta monasteriis virorum in

Congregatione Regularis Observantiae in Hispania subdi visitationi Reformatoris Generalis et

2. censuit Capitulum Generale praefatae Congregationis posse statuere poenas speciales

Patribus Immediatis monasteriorum monialium, si non observant decisiones Congregationis.

144 Cfr. P. ZAKAR, De statu iuridico Monasteriorum Monialium Foederationis Regularis

Observantiae S. Bernardi in Hispania: Commentarium pro Religiosis 72 (1991) 93-120.

145 Stat. Cap. Gen. 1493:52.

Page 200: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

200

responsabilidad que recientemente les ha sido concedida por la

Orden, visitan prevaleciéndose de la autoridad de las Bulas… otros

monasterios de la Orden no trienales, y como despreciando la

autoridad de la Orden y del Capítulo General, así como el pacto

benévolamente hecho con ellos, intentan ahora atraer hacia sus

costumbres otros monasterios y unirlos a su Congregación.

Por eso, deseando en la medida de lo posible impedir este abuso,

prohibe estrictamente a cada una de las personas de toda al Orden,

en virtud de la saludable obediencia y bajo pena de excomunión

latae sententiae y con las demás censuras de la Orden, que

obedezcan en esto o en cualquier otra cosa a estos trienales… de

modo que los monasterios no trienales se unan a los trienales…146

En esta época la Congregación estaba constituida por 24 monasterios

de monjes; en 1559 habían llegado ya a 39147

.

La Santa Sede, concediendo privilegios particulares a esta

Congregación, reconocía también los demás privilegios concedidos a la

Orden; por esto consideró siempre la Congregación de Castilla como una

Congregación cisterciense, es decir, perteneciente a la Orden Cisterciense.

Así, por ej. en el Breve Romanus Pontifex de Gregorio XIV del 28 junio

1591148

.

Los monasterios masculinos fueron suprimidos en el 1835, pero no

los femeninos, en los que la Congregación continuó existiendo. El 8

diciembre 1994 la Santa Sede procedió a la reorganización de la Congregatio

146 Stat. Cap. Gen. 1517:17: Praesens Capitulum Generale nimia ingratitudine permotum

inordinato zelo et excessu eorum qui dicuntur de Congregatione triennalium eiusdem Ordinis

in regnis Hyspaniae, qui non contenti commissione eis nuper ab Ordine concessa, cetera

monasteria Ordinis non triennalia…bullarum auctoritate visitant et quasi contemnentes dicti

Ordinis et Capituli Generalis auctoritatem et pactum cum eis benevole initum, alia huiusmodi

monasteria ad ritum suum in dies trahere moliuntur et suae Congregationi unire. Quapropter

huic abusui pro posse obviare cupiens districte prohibet et singulis personis Ordinis universi,

in virtute salutaris oboedientiae et sub excommunicationis latae sententiae poena, et aliis

Ordinis censuris, in his aut aliquo eorum ipsis triennalibus oboediant… ut monasteria non

triennalia cum triennalibus uniantur…

147 A partir de este momento los estatutos de los Capítulos Generales hablan sólo de los

pleitos con la Congregación (1618: 30; 1651: 98, etc.); en 1683 se llega incluso al interdictum

generale (est. 167). Las relaciones siguieron en este estado hasta la Revolución Francesa

(1686: 154; 1699: 116; 1738: 261; 1765: 54; 1768: 134).

148 HENRIQUEZ, 356-360. Para las Constituciones de la Congregación, cfr. Definiciones

Cistercienses de la Sagrada Congregación de S. Bernardo y Observancia de Castilla,

Valladolid 1633 y, con el mismo título, Santander 1786.

Page 201: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

201

Regularis Observantiae S. Bernardi seu de Castella en un monasterio de

monjes y en doce de monjas. Las Constituciones para los monjes y

(separadas) para las monjas fueron aprobadas con fecha el mismo día.

El mismo 8 de diciembre 1994 fue erigida una nueva Congregación

monástica femenina Cisterciense, la Congregatio Monialium Cisterciensium

de S. Bernardo (hablaremos de ella en el momento oportuno).

(2) LA CONGREGACIÓN DE SAN BERNARDO EN ITALIA

La Congregatio S. Bernardi in Italia fue erigida el 23 diciembre 1497

por Alejandro VI con la Bula Plantatus in agro Dominico. Pío III revocó en

el 1503 la Bula de Alejandro VI, pero Julio II, el 24 marzo 1511, la

reconfirmó con la Bula Ex paternae caritatis officio149

.

La Congregación fue admitida al Capítulo General del 1518150

, es

más, en el Capítulo del 1605 además fue concedido al Presidente de la

Congregación tomar puesto después de los cuatro Protoabades, por lo tanto

después del Abad de Morimond151

.

Urbano VIII en diez años aprobó tres veces las Constituciones de la

Congregación: con el Breve In sede Principis Apostolorum, del 21 marzo

1631; con el Breve Alias a nobis el 2 de enero 1634, y con el Breve

Sacrosanctum apostolatus officium del 15 de enero 1641152

, en el que se

introdujo íntegramente todo el texto de las Constituciones, de 114 capítulos.

No queda duda alguna sobre la pertenencia de la Congregación a la

Orden Cisterciense. El Breve Pastoralis officii, concedido por Alejandro VII

el 5 marzo 1660 con ocasión de la unión de la Congregación Romana (véase

más abajo n. 5) con la Provincia de Toscana de la Congregación de S.

Bernardo, prescribía:

Que al menos un Abad, a no ser que tenga un impedimento legítimo,

se quede en el Capítulo General en Francia, con poder suficiente

otorgado por parte de los Padres que dirigen la Congregación153

.

149 HENRIQUEZ, 397-399. La revocación se explica por el hecho de que Milán estaba en

aquel tiempo ocupada por los franceses… La trienalidad de los Abades italianos era

considerada muy peligrosa por éstos, y de ahí surgió su intervención ante la Santa Sede.

150 Stat. Cap. Gen. 1518:64.

151 Stat. Cap. Gen. 1605:26.

152 Minuta orig. en ASV, Segr. Brevi 895, fol. 303-353.

153 Bull. Rom. VI, pars V. p. 54: Quod saltem unus Abbas cessante legitimo impedimento cum

sufficienti mandato Patrum Regiminis ad Capitulum Generale in Gallia adire teneatur

Page 202: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

202

La Congregación comprendía 47 monasterio de monjes y se dividía

en dos Provincias: de Toscana y de Lombardia. Los Monasterio de Toscana

fueron suprimidos el 12 agosto 1783, pero los que se encontraban en el

Estado Pontificio y en el Ducado de Parma fueron incorporados a la

Congregación Romana, constituida ex novo y separada de la Provincia de

Toscana. En el 1798 también los monasterios de Lombardia experimentaron

la suprensión: perteneciente a la Provincia Lombarda, sobrevivía en Roma

solamente la Abadía de S. Croce.

Los Pontífices concedieron a esta Congregación todos los privilegios

de la Orden Cisterciense y de las otras Congregaciones de la Orden154

. El

responsable de la Congregación se llamaba en los documentos papales

"Presidente" o "Presidente General"155

.

Las Constituciones de la Congregación fueron nuevamente

aprobadas por la Santa Sede el 16 noviembre 1831 y la Congregación fue

considerada siempre como Congregación monástica156

. Después del CIC/

1917 las Constituciones fueron aprobadas el 9 junio 1925157

.

Las Constituciones de la Congregación fueron discutidas y

aprobadas también por el Capítulo General del 1963 (est. 8), y después

aprobadas por la Santa Sede el 2 julio 1966 y el 29 junio 1990.

(3) LA CONGREGACIÓN DE ALCOBAÇA O DE PORTUGAL

La Congregación fue erigida el 26 octubre 1567 por S. Pío V con la

Bula Pastoralis officii158

.

Se trataba de una Congregación monástica autónoma, pero

perteneciente a la Orden Cisterciense, como indican los estatutos de los

Capítulos Generales contra los Superiores de esta Congregación159

.

154 Cfr. el breve Gregorio XIV Romanus Pontifex del 5 Sept. 1591 (Henriquez, 408-410).

155 Para otros elementos de organización de la Congregación de S. Bernardo véase G. Viti, I

Cistercensi della Comune e della Stretta osservanza in Italia nel Settecento. Appunti per una

ricerca, en Settecento Monástico Italiano, Italia Benedettina IX, Cesena 1990, 279-287.

156 Cfr. Analecta Cist. 36 (1980) 83, donde se afirma que la Congregación de S. Bernardo

pertenece a la Orden Cisterciense pero que, en aquel momento, no está sometida a la

jurisdicción del Abad General: Decreto de la Congr. VV RR del 20 julio 1891.

157 Prot. N. 2806/24 C. 49.

158 ASV, Reg. Vat. 2017, fol. 48r-50r.

159 Stat. Cap. Gen. 1738: 261; 1765: 54; 1768: 134.

Page 203: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

203

El Abad de Alcobaça era de derecho "Abad General" de la

Congregación y, para evitar la encomienda, el cargo de Abad era de duración

trienal. Era una unión de 14 Abadías de monjes y de 12 Abadías de monjas.

Los monasterios masculinos fueron suprimidos por el Estado el 30

mayo 1834. El decreto del 5 agosto 1833 prohibía a las monjas recibir

novicias; así en el 1886 moría la última de las monjas en Portugal.

(4) LA CONGREGACIÓN DE LA CORONA DE ARAGÓN

La Congregación fue erigida por Paulo V con el Breve Pastoralis

officii160

el 19 abril 1616. El Capítulo General de la Orden Cisterciense había

concedido ya su licencia en el 1613161

.

El responsable de la Congregación, llamado "Vicario general", era

siempre elegido por el Capítulo de la Congregación y, inmediatamente

después, confirmado auctoritate totius Ordinis¸ sin ninguna intervención del

Capítulo General o del Abad de Cister.

Las Constituciones de la Congregación, por mandato del Capítulo

General del 1683, fueron aprobadas por el Abad de Cister, después también

por el Capítulo General del 1686162

, pero con la condición de que fueran

redactadas nuevas Constituciones, hecho que no aconteció hasta la

Revolución Francesa. Por esta razón en el 1790 las Constituciones del 1626

fueron nuevamente publicadas163

.

El Presidente de una elección abacial en virtud de las Constituciones

tenía la facultad de confirmar los Abades elegidos.

La Congregación era autónoma; ni los decretos del Capítulo ni las

elecciones tenían necesidad de una confirmación, por esto, después de la

supresión de Cister, no hubo ninguna dificultad para la vida de la

Congregación.

Estaba constituida por la unión de 16 Abadías de monjes y 9 de

monjas. Los monasterios masculinos fueron suprimidos en el 1835, pero la

160 HENRIQUEZ, 447-452, y A. MASOLIVER, Origen y primeros años (1616-1634) de la

Congregación Cisterciense de Aragón. Síntesis histórica y documentos, Poblet 1973, 307-

316.

161 Stat. Cap. Gen. 1613:67

162 Stat. Cap. Gen. 1683:19 ; 1686:31, 64.

163 Deffinitiones Congregationis Cisterciensis Coronae Aragonum editae seu reformatae anno

Domini 1626, Valladolid 1790.

Page 204: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

204

Congregación continuó viviendo en los monasterios femeninos (Vallbona,

Casbas, Cadins y Valldonzella) y, desde el año 1940, también en la Abadía

de Poblet. La Congregación ha vuelto a vivir plenamente en el 1987. Las

Constituciones para los monjes han sido aprobadas el 20 junio 1989, las de

las monjas el 4 de abril 1990.

(5) LA CONGREGACIÓN ROMANA

La Congregación Romana de la Orden Cisterciense fue erigida el 6

abril 1623 con el Breve Sacrosancti apostolatus ministerio.

El Capítulo General de la Orden había dado su consentimiento ya en

el 1613164

y la Congr. VV RR emitió el correspondiente decreto el 12 agosto

1616.

En el Breve de Gregorio XV se dice:

Que todos los antedichos monasterios, sus Prelados…Religiosos,

Novicios, Conversos y otras personas sean comunes y, formando

como un único cuerpo entre sí, se refieran inmediatamente a la

citada Congregación; y que el monje profeso de uno de los citados

monasterios sea tenido por profeso en todos los demás165

.

Las Constituciones fueron aprobadas por la Santa Sede el 2 octubre

1643. En ella, el responsable de la Congregación es llamado Praeses o

Presidente del Regimiento.

Como los Monasterios de la Congregación tenían pocos monjes, el 5

marzo 1660 ésta fue unida, por una unión extintiva, a la Provincia Toscana

de la Congregación de S. Bernardo en Italia166

. El 12 febrero 1762 Clemente

XIII separó los monasterios que antes formaban la Congregación de la

Provincia de Toscana constituyendo así una tercera Provincia de la

Congregación de S. Bernardo en Italia167

.

164 Stat. Cap. Gen. 1613:26.

165 Texto en A. TAMBURRINI, De iure Abbatum, t. II, Lyón 1659, 495-497: Quod omnia

monasteria supradicta, illorum Praelati…, Religiosi, Novitii Conversi aliaeque personae sint

communia et tamquam unicum corpus inter se ad dictam Congregationem immediate spectent,

monachusque ex uno dictorum monasteriorum professus tamquam in omnibus aliis professus

habeatur…

166 ASV, Segr. Brevi 1208, 465-470.

167 Breve Sacrosanctum Apostolatus ministerium, ASV, Segr. Brevi 3499, fol. 1080r – 1087v.

Page 205: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

205

(6) LA CONGREGACIÓN DE ALEMANIA SUPERIOR

La erección de la Congregación de Alemania Superior fue precedida

de una fase relativamente larga de preparación, en el curso de la cual el Abad

de Cister tuvo parte activa.

Parece que la manera de comportarse de los Abades de Claraval y de

Morimond en el Capítulo General del 1601 hubiera inducido al Abad

Edmundo de la Croix a revisar la organización de la Orden y a proceder a la

erección de las Congregaciones. La carta del 29 julio 1602, dirigida al Abad

de Ebrach, aporta al respecto nuevos elementos de conocimiento que hasta

hoy no teníamos:

…No se debe tolerar la insolencia de los que, no siendo más que

miembros, intentan de todas las maneras igualarse a la cabeza si no

se les pone impedimento. Al final, nuestra Orden tendría varias

cabezas, como un monstruo. He preferido apaciguar esta oposición

por la modestia antes que exacerbar más… Los autores de este

monopolio fueron solamente los Abades de Clairvaux y Morimond

que, porque son numerosos monasterios en su línea respectiva,

pretenden ser los únicos y supremos Superiores…

Desde el momento que no hay nada que esperar de esta división,

sino la confusión y la desolación, no se ve mejor opinión, para

salvar a nuestra Orden, gobernarla y conservarla, que aquella en la

cual nuestros ancianos han pensado ya, que es la de reducir cada

Provincia en Congregación. Como las otras Órdenes que son para

nosotros ejemplo, tienen sus Capítulos trienales, hay visitadores

provinciales trienales, jefes y Superiores Generales respectivos, con

otras condiciones que son las más adaptadas y útiles a cada

Provincia, a la manera de las Congregaciones de Toscana y de

Lombardia en Italia, que obedecen al único Abad General de

Cîteaux y no tienen tantos ni tan diferentes visitadores, lo que en

unos casos se establece para una es a menudo abrogado por la

otra168

.

168 Würzburg, Staatsarchiv, Ebracher Akten 457, 14f: … non esse tolerandam eorum

insolentiam, qui, cum sint membra capiti se aequare modis omnibus conantur, nisi eis

obsisteretur. Tandem noster Ordo velut monstrum plura capita habiturus esset. Hanc

contentionem malui cum modestia compescere, quam illam magis exacerbare… authores autem

ipsius monopolii soli fuerunt Abbates Claraevallis et Morimundi, qui quod plura sint monasteria

suae cuiusque lineae, se eorum solos ac supremos esse Superiores praetendunt… Interea

divisioni huic ac futurae nisi prospiciatur confusioni et desolationi, nulla ratione meliore

succurri posse videtur nec Ordo noster regi et conservari commodius, quam quod iam pridem

maiores nostri meditati sunt, singulae Provinciae in Congregationem redigantur. Ut alii

Page 206: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

206

El 27 diciembre 1618 los Abades de Salem, de Wettingen (el cual

representaba también a los Abades de Neuburg, de Tennenbach y de S.

Urbano), el Comisario del Abad de Hauterive y el Comisario del Abad de

Cister fijaban 21 puntos para la erección de la nueva Congregación.

El n. 4 de este proyecto prevé:

En primer lugar y principalmente, la Congregación se regirá por un

Presidente a elegir, de entre los Abades, por los Padres del

Capítulo169

.

El mismo Abad de Cister habla, en su carta del 19 enero 1619, de un

"Presidente" de la Congregación.

El Capítulo General del 1623 dio la aprobación de parte de la

Orden170

, y el Papa Urbano VIII el 10 julio 1624, a petición del Abad de

Salem, confirmó la Congregación, concediéndole los privilegios de la

Congregación de Castilla171

.

Es de gran importancia otro Breve de Urbano VIII Cum sicut

accepimus, del 17 octubre 1624, en el que se confirma el Decreto ya

emanado de la S. Congregación del Concilio que exhortaba al Abad de

Cister, Nicolás II Boucherat, a amonestar a todos y a cada uno de estos

Abades de Alemania Superior (exponiéndoles la intención y voluntad de la

Santa Sede, que así lo desea) a que se unan a dicha Congregación172

.

ordines nobis sunt exemplo, habent Capitula sua triennalia, triennales sunt provinciales

visitatores et correspondentes capiti suo et Generali Superiori, cum aliis conditionibus, quae

unicuique Provinciae essent convenientes et utiliores, ad instar Congregationis Tusciae et

Lombardiae in Italia, quae soli Abbati Cisterciensi Generali oboediunt nec tot et tam diversi

habentur visitatores, quorum saepius, quod unus statuti, alter abrogat - Agradezco al Dr. L.

Scherg esta comunicación.

169 Nomasticon, 569-575: Primo et principaliter Congregatio regetur a praeside per patres

capituli ex numero Abbatum eligendo.

170 Este estatuto falta en la edición de los estatutos de los Capítulos Generales de Canivez.

Véase el texto en: G. LOBENDANZ, Die Entstehung der Oberdeutschen

Zisterzienserkongregation (1593-1625), Analecta Cisterciensia 37 (1981) 66-342: 310-311

(Disertación Anselmiana).

171 ASV, Segr. Brevi 691, fol. 336-343; LOBENDANZ, 317-324.

172 ASV, Segr. Brevi, vol. 694, fol. 221: omnes et singulos Abates Germaniae Superioris

(proponendo eis mentem et voluntatem Sanctitatis Suae hoc desiderantis) ut dictae

Congregationi sese uniant.

Page 207: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

207

En el Breve el romano Pontífice prescribe al Abad de Cister:

Te mandamos… que exhortes y amonestes con Nuestra autoridad a

todos y a cada uno de los Abades de los monasterios que aún no se

han unido, y que les ordenes y mandes en virtud de santa obediencia

que se unan y se adapten en todo y por todo a esta Congregación

provincial173

.

El Decreto de la S. Congregación del Concilio, interprete del

Concilio de Trento, afirma claramente que, por una parte, según los decretos

tridentinos los monasterios de la Orden Cisterciense no deben estar

necesariamente unidos en una Congregación; por otra, sin embargo, que la

unión corresponde plenamente a estos estatutos. Por eso la S. Congregación

insistió en amonestar a aquellos monasterios que no quería entrar

espontáneamente. Para una simple Provincia no hubiese sido necesario tanta

preocupación.

La historia de la Congregación de Alemania Superior no ha sido aún

escrita y las Constituciones han sido publicadas solamente en parte. Por esto,

para la historia institucional, añadimos solamente algunos particulares

hallados en el curso de nuestras investigaciones.

En 1646 la Congregación de Alemania Superior pidió y obtuvo los

privilegios de la Congregación de Castilla y la de S. Bernardo en Italia. Así

prescribe el Breve de Inocencio X Divina disponente clementia del 1º junio

1646:

Ya que se nos ha expuesto que dicha Congregación…fue

canónicamente erigida e instituida, pero, para que esta institución y

erección quede confirmada, el Presidente y el Capítulo… desean

que se la defienda con la protección de la confirmación apostólica y

que por Nos tenga participación en los privilegios antes concedidos

por la Santa Sede a las Congregaciones de los monje de Italia y

España de la misma Orden;

Nos … confirmamos y aprobamos con Nuestra autoridad apostólica

y de acuerdo con estas letras la erección e institución de dicha

Congregación, que, como acabamos de decir, se ha hecho

canónicamente, y le añadimos la fuerza y el vigor de la inviolable

173 ASV, Segr. Brevi, vol. 694, fol. 228rv; LOBENDANZ, 331-332: Tibi… mandamus, ut

omnes et singulos Monasteriorum Abbates, qui eidem nondum adscripti sunt, auctoritate

Nostra moneas et horteris ac eisdem in virtute sanctae oboedientiae praecipias et mandes,

quatenus Congregationi provinciali huiusmodi in omnibus et per omnia sese uniant et

conforment.

Page 208: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

208

firmeza apostólica … así como hacemos participar a la misma

Congregación, y a sus monasterios tanto de hombres como de

mujeres y al Presidente … monjes y monjas… en todos y cada uno

de los privilegios, prerrogativas, concesiones, facultades,

exenciones… gracias e indultos existentes de cualquier género, tanto

espirituales como temporales, concedidos a las citadas

Congregaciones de Italia y España de la misma Orden… y lo

confirmamos y aprobamos, de acuerdo con las presentes letras, con

la autoridad apostólica.

Además, con la misma autoridad y tenor concedemos y permitimos

al antes citado Presidente actual y al que haya en cada momento, de

la citada Congregación de Alemania Superior, que… pueda visitar

cualquiera de los monasterios… de la misma Congregación 174

.

Pero en el Capítulo de la Congregación, tenido en los días del 27 al

30 de agosto del 1654, el título de "Presidente" fue cambiado:

Pero para que la Congregación estuviera más de acuerdo con las

primeras instituciones de los Padres cistercienses, el Reverendísimo

Señor Claudio Vaussin… confirmó y ordenó que, en adelante, el

Superior de la Congregación no sea llamado Presidente, sino

Vicario de la Congregación; y que los Vicarios de las Provincias,

por un indulto especial, sean llamados Vicarios generales de las

Provincias, como por ejemplo el Vicario general de Suabia…175

.

174 Breve inédito: ASV, Segre. Brevi 1011, fol. 623-627: Cum… sicut Nobis… expositum fuit…

Congregatio praedicta… canonice erecta et instituta fuerit, quo vero institutio et erectio

huiusmodi firmius subsistat, Praeses et Capitulum… illam apostolicae confirmationis praesidio

vallari illique grattas et privilegia hactenus a Sancta Sede Congregationibus Italiae et

Hispaniae monachorum, eiusdem Ordinis concessa, per Nos communicari desiderent, Nos…

erectionem et institutionem dictae Congregationis canonice utpraefertur factam apostolica

auctoritate tenore praesentium confirmamus et approbamus illique inviolabilis apostolicae

firmitatis vim et robur adjicimus… necnon eidem Congregationi illiusque tam virorum quam

mulierum monasteriis… ac Praesidi… monachisque et monialibus… omnia et singula privilegia,

praerogativas, concessiones, facultates, exemptiones… gratias et indulta cuiusvis generis

existentia tam spiritualia quam temporalia dictis Congregationibus Italiae et Hispaniae eiusdem

Ordinis… concessa… apostolica auctoritate tenore praesentium confirmamus et approbamus…

communicamus. Praeterea praefato moderno et pro tempore existenti primodictae

Congregationis in Germania Superiori Praesidi, ut… possit per alium visitare quaecumque

monasteria… eiusdem Congregationis… eisdem auctoritate et tenore concedimus et indulgemus.

175 Cfr. Capítulo Nacional, Stadt am Hof 1752,13: Ut vero Congregatio… securior consisteret

sub primis Cisterciensium Patrum institutis, Rev.mus D. Claudius Vaussin… confirmavit

ordinavitque, ut imposterum Congregationis Superior non vocetur Praeses, sed Vicarius Con-

gregationis, Vicarii vero Provinciarum speciali indultu vocentur Vicarii generales

Provinciarum, v.g. Vicarius generalis Sueviae…

Page 209: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

209

Está claro que, a pesar del cambio del título, la naturaleza de la

Congregación no quedó cambiada; la nueva terminología muestra por otra

parte cómo en esta materia no se tenían ideas del todo claras.

Después de la publicación del Breve In suprema, de Alejandro VII,

en el 1666 la Congregación de Alemania Superior elaboró un memorial para

el Capítulo General del 1667. Cito algunos parágrafos:

Memorial. Primero: Hay que perseverar constantemente en nuestra

Congregación, pero especialmente en lo que hace referencia a sus

fundamentos puestos al principio, por los que fueron suprimidas

Paternidades y Filiaciones.

Motivo. Porque consta que la Congregación no se puede sostener

con semejantes Paternidades, ya que fue erigida y confirmada por

Sumos Pontifices con la supresión de estas Paternidades como

fundamento esencial. Si esto no se observara, subsistiría siempre, en

los otros monasterios, una justa causa para separarse de la

Congregación. Y como ellos saben claramente que las

reclamaciones de tales Paternidades o Filiaciones son más

ambiciosas que provechosas -y que ya antes de la erección de la

Congregación hemos experimentado como aptas para la destrucción

de la buena regularidad-, tienen mucha más razón para huir de un

tal dominio que otros la puedan tener para someterlos a él176

.

Resulta evidente que todo esto estaba dirigido, sobre todo, contra el

Abad de Morimond, a la línea del cual pertenecían los monasterios de la

Congregación. En el mismo documento leemos todavía:

Sobre los puntos del Breve papal relativos a la reforma de la Orden

Cisterciense.

Primero: Hay que insistir ante todo en las Ordenanzas de nuestra

Congregación y en su buena tradición, tal como se ha dicho antes, y

hacerse escuchar debidamente con súplicas, no fuera que nos las

176 Copia en el Archivo de Stams: Primo : Constanter perseverandum esse in nostra

Congregatione, sed in quantum suis ab initio positis fundamentis insistit, quibus abrogatae

fuerunt Paternitates et Filiationes. Motivum : Quia constat cum eiusmodi Paternitatibus

Congregationem stare non posse, quae cum harum abrogatione, veluti essentiali fundamento

erecta fuit, et a Summis Pontificibus confirmata. Quod nisi observetur, manet semper aliis

Monasteriis iusta causa, se a Congregatione separandi. Et cum clare cognoscunt, eiusmodi

Paternitatum seu Filiationum repetitiones ambitiosas esse potius quam proficuas, immo ad

destructionem bonae regularitatis, ante erectionem Congregationis iam expertae, iustiorem

habent causant tale dominium fugiendi quam alii illud affectandi.

Page 210: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

210

quitaran por fuerza, cuando a nosotros lo mismo nos da esta disputa

de los franceses.

Y, por lo tanto, en segundo lugar: hay que suplicar que ninguno de

los abstinentes sea destinado a visitar nuestros monasterios, ni

nadie que no sea Abad (…). Todo esto que hemos dicho, tanto de

nuestra Congregación como de los puntos del Breve papal, ha de ser

solucionado, en la medida de lo posible, por algún procurador

entendido, debidamente diputado por la Congregación y que actúe

en nombre de todos, no fuera que de otro modo nos esforzáramos en

vano…177

.

Así el Memorial circa articulos reformationis et circa

Congregationis nostrae regimen (sobre los artículos de la reforma y sobre el

gobierno de nuestra Congregación).

En el Capítulo General del año 1667 protestaron los Padres

Inmediatos, cuyos derechos de paternidad inmediata habían sido

lesionados178

.

Añadimos todavía otro documento.

Letra o resumen en nombre de todos y cada uno de los Abades de la

Congregación cisterciense de Alemania Superior contra el Abad de

Morimond, al que se opone resistencia y se contradice, por

exhortación del Abad de Císter, por parte de los miembros de

177 Circa puncta Brevis papalis de reformatione Ordinis Cisterciensis. Primo : Ante omnia

insistendum nostrae Congregationis Ordinationibus et bonae consuetudini, ut supra dictum est

et debita supplicatione interveniendum ne iis privemur inviti, utpote qui ab hoc Gallorum lite

longe fuimus alieni. Ac proinde secundo : Supplicandum, ne nullus ex Abstinentiariis ad

visitanda nostra monasteria destinetur, nec ullus nisi Abbas… Quae omnia supradicta tam de

Congregatione nostra quam de punctis Brevis papalis expediri debebunt, quantum fieri potest

per aliquem a Congregatione rite deputatum procuratorem idoneum, nomine omnium agentem,

ne alioquin frustra fatigemus…

178 Así el estatuto 79 en Canivez (VII, p. 458s): Ne autem per qualibet Congregationis

Germanicae statuta contra ius paternitatis patribus Abbatibus aliquid inferri possit, contra

protestati sunt RR.DD. Lucellensis, Ebracensis nomine proprio, et R.D. Caesariensis per

procuratorem, quam protestationem actis Capituli Gen. inseri requisierunt tenoris sequentis :

Nos fr. Bernardinus Lucellensis et fr. Albericus Ebracensis monasteriorum Abbates hisce

profitemur, quod publicae protestationi pro conservandis in Ordine iuribus paternitatum

antiquissimis, nos quoque subscripsimus et contra eorumdem iurium in Capitulo nationali

anno 1654 Rotwillae celebrati sine primi patris nostri adm. R.D. Abbatis de Morimundo

consensu et in ipsius praeiudicium factam suppressionem solemniter protestamur ; eorumque

restitutionem in integrum de iure et iustitia reposcimus, Capitulo Generali humillime

supplicantes, ut hanc nostram protestationem actis Capituli inserere… dignetur. – Actum

Cistercii die 14 maii 1667.

Page 211: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

211

nuestra Congregación y sobre todo del Abad de Salem, a causa de

las no competentes visitas de aquél a dicha Congregación y de su

ambición de superioridad sobre nuestra Congregación. Con la

evidente insinuación de que, si el Ilustrísimo P. Abad General no

ayudara generosamente a su Congregación y a la nuestra, ésta,

apartándose de Císter, elegiría su propia cabeza179

.

He aquí el texto de aquella insinuación abierta para separarse de

Cister:

Si a pesar de la esperanza que nos ha dado vuestra magnanimidad,

creyéramos que se nos defraudará y que la Orden se dividirá en

partes, los extranjeros o bien suplicaríamos al Rey Florecientísimo

[de Francia] que quitara la causa de la escisión, o bien nosotros

mismos nos consideraríamos en libertad respecto a la dependencia

de los Abades de Císter y a la obediencia que hasta ahora les hemos

prestado, y tendríamos que instituir nuestro propio rey y nuestra ley,

cosa que no sería difícil ni imposible de obtener en Alemania, con la

protección de la Majestad Imperial y de los Príncipes católicos…180

La Congregación era una unión de 26 monasterios de monjes y 36

monasterios de monjas y estaba dividida en cuatro Provincias.

(7) LA CONGREGACIÓN DE IRLANDA

Esta Congregación es poco conocida. Fue erigida por Urbano VIII el

29 junio 1626 y se llamaba Congregatio S. Malachiae et S. Bernardi.

El 18 septiembre 1638 celebró un Capítulo, en el que fue elegido el

Presidente de la Congregación. Las actas del Capítulo del 1639 – cuando el

Abad General era el Card. de Richelieu - fueron aprobadas por la Santa

179 Se encuentra en Karlsrube, Generallandesarchiv, Fasc. 98/2157, proviene de la Abadía de

Salem, es del 2 de julio 1672: Epistola seu deductio nomine omnium ac singulorum Abbatum

Congregationis Cisterciensis Superioris Germaniae contra Morimundensem cui resistitur et

contradicitur hortatu Abbatis Cistercii a membris Congregationis nostrae et maxime ab Abbate

Salemitano propter incompetentes Illius in dicta Congregatione visitationes et ambitionem

superioratus in Congregatione nostra. Cum aperta insinuatione, si Ill.mus D. Generalis

generose non adiuvet Congregationem suam et nostram, haec a Cistercio recedens proprium

caput electura sit.

180 Si praeter spem de vestra magnanimitate susceptam nos destitui et Ordinem in partes secari

senserimus vel exteri Florentissimo Regi pro tallendo scissionis scopulo supplicabimus vel pro

dependentia et obsequio hactenus Abbatibus Cisterciensibus praestito, in libertatem ipsi nos

vindicabimus, staturi proprio regi ac legi ; quod cum Imperatoriae Maiestatis Principumque

catholicorum in Germania praesidio nec impossibile nec difficile erit impetratu…

Page 212: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

212

Sede. La Congregación tuvo breve vida a causa de la persecución de los

católicos en Irlanda.

(8) LA CONGREGACIÓN DE CALABRIA Y LUCANIA

La Congregación fue erigida por el Papa Urbano VIII el 12 julio

1633 con el Breve Sacrosanctus apostolatus ministerio181

. El Capítulo

General de la Orden, por su parte, había dado ya su consentimiento en mayo

1605182

.

(9) LA CONGREGACIÓN DE LA ESTRECHA OBSERVANCIA EN

FRANCIA183

La Congregación fue erigida el 11 marzo 1623 por el Cardenal La

Rochefoucauld, Visitador Apostólico, y desde este momento fue dotada de

Capítulos propios y Constituciones. La confirmación papal fue dada el 19

abril 1666 por Alejandro VII en el Breve In suprema.

La Abadía de la Trapa entró en esta Congregación en el 1662; en el

1664 fue Abad regular suyo el Abad De Rancé que introdujo, a partir del

1667, una observancia mucho más severa. Sin embargo, La Trapa continuó

jurídicamente siendo un monasterio de la Estrecha Observancia, aún cuando

en Italia en el 1705 se reformó Buonsollazzo y en el 1717 Casamari184

. Una

Congregación de la Trapa fue erigida únicamente en el 1834185

.

Las Congregaciones Cistercienses antes de la Revolución Francesa

eran por lo tanto nueve, sin contar la Congregación de los Fulienses. Las

181 A. TAMBURRINI, De jure Abbatum, II 499-501.

182 El estatuto falta en la edición de Canivez, pero se encuentra por ej. en París, en el ms.

Arsenal 783, 757-762. El texto es casi idéntico al ya citado por la Congregación Romana.

183 Véase P. ZAKAR, Histoire de la Stricte Observance de l'Ordre Cistercien depuis ses

débuts jusqu'au généralat du Card. De Richelieu (1606-1635), Bibliotheca Cist. 3, Roma

1966, 338pp. J.D. LELOCZKY, Constitutiones et acta Capitulorum Strictioris Observantiae

O.Cist. (1624-1687), Bibliotheca Cist. 4, Roma 1967, 255pp. L.J. LEKAI, The Rise of

Cistercian Strict Observance in Seventeenth Century France, Washington, D.C. 1968, 261 pp.

184 Es de notar que el 31 junio 1775 Pío VI, con el breve Suplices preces, prescribió que

después del noviciado no se hiciera en seguida la profesión solemne, se la hiciera preceder de

un periodo de diez años de profesión simple. El texto fue publicado por G. VITI, I Cistercensi

della Comune y de la Stretta Osservanza in Italia nel Settecento. Appunti per una ricerca,

Settecento monástico italiano, Italia Benedettina 9, Cesena 1990, 302-303.

185 Cfr. L.J. LEKAI, The Rise of the Cistercian Strict Observance in Seventeenth Century

France, Washington, D.C. 1967.

Page 213: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

213

Congregaciones de Castilla, de S. Bernardo en Italia y de Portugal fueron

erigidas con una Bula papal, las otras fueron al menos confirmadas con un

Breve apostólico.

Tenían sus propias Constituciones aprobadas por la Santa Sede la

Congregación de Castilla, de S. Bernardo en Italia y la de Portugal. Aunque

no las constituciones completas, los elementos constitucionales de mayor

relieve fueron aprobados en el Breve de erección de la Congregación de la

Corona de Aragón, de la Romana, de la de Calabria y Lucania; con el Breve

In suprema fue aprobada la Congregación de la Estrecha Observancia en

Francia.

De estas nueves Congregaciones quedan todavía hoy cuatro: la

Congregación de Castilla, la de S. Bernardo en Italia, la Congregación de la

Corona de Aragón y la Congregación de Meherau, heredera de la de

Alemania Superior.

3. LAS FACULTADES Y LOS TÍTULOS DEL ABAD DE CISTER

Hasta el siglo XV el elegido era confirmado inmediatamente después

de la elección por el presidente de la elección, que generalmente era el Padre

Inmediato o su delegado. Bajo el influjo del Concilio de Basilea, a partir del

1433 (esta. 39) el Capítulo General empezó a instituir un examen para los

elegidos respecto a la edad, la ciencia, la conducta moral y se dio al Abad de

Cister la facultad de dirigir estos exámenes si el Capítulo no estaba

reunido186

. Tal praxis, sin embargo, no se hizo universal, ni tan siquiera en el

siglo XVIII.

El Abad de Cister Andoquio Pernot (1727-1748), por eje., el 14

diciembre 1728 pedía informaciones referentes al Abad de Lilienfeld,

Crisóstomo Wieser. Obtenídas las explicaciones, el 28 febrero 1729 el Abad

de Cister escribía a Lilienfeld:

He leído con atención y entendido las cosas que Vuestra Muy

Reverenda Señoría ha expuesto en larga lista sobre la costumbre

especial y propia de la Provincia Austríaca con respecto a no pedir

al Abad de Císter las confirmaciones de las elecciones abaciales;

costumbre que no repruebo en absoluto y que no tengo dificultad en

admitir, para que se conserve íntegra y salva187

.

186 Estat. Cap. Gen. 1466: 52.

187 Lilienfeld, Stiftsarchiv, Schachtel 33, Alte Registratur O/IV, Fasz. 24: Quae Rev.da Adm.

Dominatio Vestra pro consuetudine Provinciae Austriacae speciali ac propria de non petenda

Page 214: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

214

A lo largo de todo el siglo XVIII los Austriacos –y no por el

¡josefinísmo! – no solicitaron la confirmación de las elecciones abaciales,

siguiendo la praxis, por ejemplo de la Congregación de la Corona de

Aragón188

.

El P. Vicente Hermans escribe:

Por tanto, el derecho de confirmar pertenecía en propiedad al Abad

Padre, y a un Delegado suyo sólo si se le daba potestad especial

para ello. (cfr. Stat 1269:13, Rituale 1689. VIII.3.8.15; 4.4. etc.). Si

este derecho no se delegaba, había que enviar al Abad Padre las

actas de la elección, o bien un ejemplar de copia. (Rit. Ibid.)189

.

También en Alemania Inferior no se solicitaba la confirmación del

elegido al Abad de Cister. Pero el Abad de Altenberg, en el 1779, aunque ya

hubiese tenido la confirmación del Abad de Morimond, recibió ad

sollemnitatem también la del Abad de Cister. En el documento se encuentra

si embargo una indicación: Confirmación generalicia enviada por propia

iniciativa, a pesar de que no se pidió, ni se pedirá en el futuro 190

.

No existe duda alguna sobre la superioridad del Capítulo General

respecto al Abad de Cister. En ésta época el Capítulo General

frecuentemente commissionaba al Abad de Cister, como también a los

Protoabades, a visitar en nombre del Capítulo General los monasterios de la

diversas regiones y naciones. Con frecuencia se pedía también un Breve

papal para corroborar la delegación.

En el siglo XV presenciamos un gran litigio entre el Abad de Cister,

Jean de Cirey (1476-1503) y el de Claraval, Pierre Virey (1471-1496); un

litigio que produjo unas obras importantes y significativas sobre la

ab Abbate Cistercii electionum Abbatialium confirmationibus longa serie exposuit, attento

animo perlegi et intellexi quae consuetudo, ut eidem salva et integra permaneat, facile patior

nulloque modo improbo.

188 Véase más arriba p.168.

189 Commentarium…, p. 187: Jus confirmandi ergo Patri-Abbati proprie competebat, et eius

delegato tantum si potestas specialis ad hoc data esset (cfr. Stat. 1269:13, Rituale 1689.

VIII.3.8.15 ; 4.4. etc.). Si hoc ius delegatum non erat, acta electionis vel eorum exemplar

transscriptum Patri Abbati mittenda erant (Rit. ibid.).

190 H. MOSLER, Urkundenbuch der Abtei Altenberg, II., Düsseldorf 1955, 596: Confirmatio

generalitia motu proprio transmissa, licet non petita, nec in futurum petenda.

Page 215: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

215

interpretación del derecho constitucional cisterciense191

, pero no textos

constitucionales explicativos.

La Bula Exposcit tuae devotionis sinceritas, del 9 de anril de 1489,

del Papa Inocencio VIII, concedió al Abad de Cister la facultad de conferir

las cuatro órdenes menores y de celebrar in pontificalibus – derecho que con

la misma Bula recibieron también los cuatro Protoabades192

… – de dar la

ordenación subdiaconal y diaconal a todos los miembros de la Orden (los

cuatro Protoabades tenían esta facultad solamente para la propia línea);

bendecir los Abades de la Orden (ésta facultad se extendió más tarde en el

sentido de que el Abad de Cister podía delegar para esto a los Protoabades, a

los Presidentes de las Congregaciones y a los Vicarios generales).

Pío IV en la Bula In eminenti, del 1 de octubre 1563193

, nombraba al

Abad de Cister con el término de Abad General. Y en ésta época, el mismo

Abad de Cister añadía a su título la palabra Generalis, escribiendo Abbas

Cistercii Generalis (Abad General de Cister).

El cambio se explica –al menos parcialmente– por el hecho de que

en el concordato con Francia solamente los monasterios de los "Generales"

estaban exentos de la encomienda. En este periodo se introdujo también el

uso de convocar el Capítulo General con una indictio. La del 1573 empezaba

así: Nos… Abad de Cister, haciendo uso de la plena autoridad de esta Orden

Cisterciense y de su Capítulo General…194

.

En el 1600 la indictio empezaba de este modo: Fr. Edmundo de la

Croix, Abad de Cister… cabeza de toda la Orden Cisterciense, usando de la

autoridad plenaria de su Capítulo General…195

.

191 Sobre esta materia véase la disertación de S. IGLIOZZI, I maggiori dissidi fra Cîteaux e

Clairvaux (dal secolo XIII alla bolla di Innocenzo VIII del 1489). Contributi storici, Piona

1976 y W.J. TELESCA, Jean de Cirey and the Question of an Abbot General in the Order of

Cîteaux in the Fifteenth Century: Studies in Medieval Cistercian History II, Cistercian

Studies Series 124, Kalamazoo, Michigan 1976, 186-207.

192 MESCHET, 135-138.

193 MESCHET 151-159.

194 Esta. Cap. Gen. 1573, Indictio: Nos… Cistercii Abbas… dicti Ordinis Cisterciensis et

Capituli Generalis eiusdem plenaria fungens auctoritate…

195 Texto inédito. Cfr. Stams, Stiftsarchiv, R II. N. 15: Frater Edmundus a Cruce, Abbas

Cistercii… totius Ordinis Cisterciensis caput, Capituli Generalis eiusdem plenaria fungentes

auctoritate.

Page 216: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

216

En la indictio del Capítulo General del 1609 se lee: Fr. Nicolás

Boucherat, Abad de Cister, cabeza y Superior de toda la Orden Cisterciense,

usando de la autoridad plenaria de su Capítulo General…196

Contra éste título de "General" protestaron fuertemente los

Protoabades, entre ellos también el de Claraval, Denis Largentier. El Abad

de Salem, escribiendo el 2 de abril 1613, decía en cambio que no

comprendía la razón de tal protesta:

Es muy extraño que en nuestra Orden la autoridad y el título de

General se hayan puesto en duda, ya que esta cuestión no se presenta

ni por lo más remoto entre los Cartujos, los Premostratenses, los

Dominicos, los Capuchinos,los Franciscanos, los Jesuitas ni en

ninguna de las Ordenes que tienen General, con una profesión,

instituto y vocación semejantes a la nuestra, que es someterse y no

querer presidir…197

4. LA CONSTITUCIÓN IN SUPREMA DE ALEJANDRO VII (1666)

Junto a las prescripciones disciplinares, presentadas casi como un

comentario de la Regla de S. Benito, la Constitución del 19 abril 1666

también tocaba algunos puntos del derecho constitucional de la Orden. Así el

estatuto de celebrar cada tres años el Capítulo General, pero con la

obligación de tener también entre los dos capítulos un Capítulo intermedio.

El Papa establece muy claramente que sólo los definidores tienen voz

decisoria en el Capítulo General, pero el Abad General y los cuatro

Protoabades pueden atribuir a los Abades beneméritos, y también a otras

personas, voz consultiva198

. La Estrecha Observancia obtuvo otro cambio

196 Stat. Cap. Gen. 1609: Frater Nicolaus Boucherat, Abbas Cistercii… universi Cisterciensis

Ordinis caput et Superior Generalis Capitulique Generalis eiusdem plenaria auctoritate

fungentes…

197 Cist. Chronik 41 (1929) 83: Mira certe res in Ordine nostro auctoritatem et titulum

Generalis in dubium vocari, cuius ne quaestio unquam habita vel in Ordine Carthusianorum,

Praemonstratensium, Dominicanorum, Capucinorum, Franciscanorum, PP. Soc. lesu et aliorum

suos Generales habentium, quorum professio, institutum et vocatio aeque nostra est, subesse

debere, non praeesse velle…

198 Licet autem soli Definitores vocem decisivam in definitionibus condendis habeant, tamen

omnes Abbates et aliae personae idoneae et de Ordine bene meritae, iudicio Abbatis

Generalis et quattuor primorum Abbatum designandae et post electionem Definitorum

nominandae, vocem consultativam habebunt (n. 9), Nomasticon Cisterciense, 594.

Page 217: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

217

constitucional: la mitad de los definidores nombrados deben ser de la

Estrecha Observancia, al menos en el Capítulo General del 1667199

.

5. LAS CONSTITUCIONES DEL 1783

M. Quatember escribía en el 1933:

La recopilación de las Constituciones de la Orden de 1783,…

largamente preparada y después de varias tentativas, constituye un

verdadero código de derecho constitucional y de disciplina de la

Orden Cisterciense y puede ser llamada la última redacción de las

Constituciones generales o comunes de la Orden Cisterciense….

Aprobadas por la autoridad de los Capítulos Generales de 1783 y

1786, están divididas en dos partes: en la primera parte se ocupan

"de disciplina particuliari" y contienen la organización de la

disciplina monástica, del gobierno y de la administración de cada

monasterio; la segunda parte trata "de disciplina generali" y

organiza el reglamento y la administración de toda la Orden.200

.

Sobre estas Constituciones el P. G. Müller hace el justo juicio

siguiente:

Aunque estas Constituciones han salido a la luz bajo la influencia

del poder secular, respiran el espíritu cisterciense. Estas

Constituciones comunes de la Orden Cisterciense a pesar que no

pueden ponerse en práctica a causa de los malos tiempos, son, sin

embargo, de gran importancia, porque ellas muestran la última

forma de organización y de Constituciones de la Orden Cisterciense,

de Cister y de las cuatro primeras Abdías todavía existentes, porque

ellas constituyen la última fase de la evolución del antiguo derecho

constitucional de la Orden Cisterciense, a saber, el derecho sobre el

199 … in Definitorio vocem decisivam habeant Abbates viginti quinque, videlicet Abbas

Cistercii et quattuor primarii Abbates, item Definitores decent ex Communi, et totidem ex

Stricta Observantia (n. 41). Ibid., 603.

200 Acta Curiae Gen. O. Cist. 2 (1933) 43s: Constitutionum Ordinis Cisterciensis collectio

anni 1783…, diu praeparata et pluries tentata, constituit veram codificationem iuris

constitutionalis et disciplinaris Ordinis Cisterciensis et vocari potest ultima redactio

Constitutionum generalium seu communium Ordinis Cisterciensis, auctoritate Capituli

Generalis anni 1783 et 1786 approbatae, dividuntur in duas partes : prima pars agit "de

disciplina particulari" et continet ordinationem disciplinae monasticae et regiminis

administrationisque singulorum monasteriorum ; secunda pars vero agit "de disciplina

generali" et ordinat regimen et administrationem totius Ordinis.

Page 218: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

218

que reposaba la preeminencia de Cister, madre de la Orden, y del

Abad de Cister, Padre común de la Orden201

.

Se trata de afirmaciones que hay que "matizar" hoy que conocemos

las actas del Capítulo General del 1783, desconocidas también para el mismo

Canivez202

.

El contexto histórico era arduo para las órdenes religiosas,

especialmente para los monjes, porque en todos los países el estado se

mostraba cada vez más hostil en las cuestiones relacionadas con la vida

religiosa. En el 1773 el Papa Clemente XIV había suprimido la Compañía de

Jesús, el 12 de enero de 1782 José II, emperador de Austria y rey de

Hungría, suprimía las Abadías que no eran de "utilidad pública". Esto

significaba para la Orden Cisterciense, entre otras cosas, la fuerte

disminución de los Abades extranjeros participantes en el Capítulo General,

con notables consecuencias en la lucha entre el Abad de Cister y los

Protoabades.

El litigio entre ellos impuso la elaboración de las nuevas

Constituciones de la Orden. Desde 1738 al 1765 no se celebró ningún

Capítulo General. El 12 marzo 1760 los Protoabades recurrían al Gran

Consejo de Francia afirmando que el Abad de Cister trataba de modificar el

gobierno de la Orden pasando de una forma aristocrática fundamentada

sobre la ley a una forma monárquica, donde todo dependía del Abad de

Cister.

El 14 de marzo 1761 el Gran Consejo promulgó una disposición, en

gran parte favorable a los Protoabades. El Abad de Cister, Francisco Trouvé

201 Etsi hae Constitutiones sub influxu potestatis saecularis ortae sint, tamen adhuc spirant

spiritum Cisterciensem. Hae Constitutiones communes Ord. Cisterciensis, quamquam ob

iniurias temporum interitumque Cistercii exsecutioni mandari non potuerunt, tamen maximi

sunt momenti, quia exhibent ultimam formam organizationis et constitutionis Ordinis

Cisterciensis, Cistercio et quatuor primariis Abbatiis adhuc existentibus, quia constituunt

ultimam phasen evolutionis iuris antiqui constitutionalis Ord. Cisterciensis, illius scilicet iuris,

quod nitebatur praeeminentia Cistercii, matris Ordinis, et Abbatis Cistercii, Patris communis

Ordinis. El texto ha sido publicado en Cist. Chronik 53 (1941) 10-20; 33-45; 65-78 según un

manuscrito copiado por L. Janauschek di Zwettl. Janauschek indicaba su fuente con la sigla

"SF", que nadie había sabido identificar. Se trata en realidad de un manuscrito conservado

hoy en Mehrerau, la Collectio Capitulorum Generalium, copiada de un ms. de Salem por

Ursus Victor Frey de Wettingen, y de ahí la sigla SF (Salem/Frey). El texto se encuentra

también en Karlsruhe, Badisches Generallandesarchiv 98/2148, foll. 139r-165v.

202 Se encuentran en Karlsruhe, loco citato (nota precedente), 139r-165v y han sido

publicados por L.J. LEKAI, The Acts of the Cistercian General Chapter of 1783: Analecta

Cist. 34 (1978) 200-249.

Page 219: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

219

(1748-1707) se dirigió entonces directamente al Rey de Francia. En este

clima empezó el Capítulo General del 1765, en presencia de un comisario

real. Los Capitulares, como era de esperar, estaban profundamente divididos

sobre la cuestión referente a la función del Definitorio.

Después del Capítulo ambas partes se dirigieron por una decisión al

respecto al Parlamento de Dijon, el cual el 18 marzo 1766 dio razón al Abad

de Cister. Los Protoabades entonces apelaron al Rey de Francia.

En el Capítulo General del 1768 estaban ya dos comisarios reales,

que al inicio de la primera sesión hicieron distribuir un cuestionario, que

constaba de cien puntos: He aquí el esquema de las preguntas:

1. El Capítulo General (1-14)

2. El Definitorio (15-30)

3. Las Comisiones intermedias (31-34)

4. Las Elecciones (35-46)

5. Los cuatros Primeros Abades (47-53)

6. De los Vicarios generales (54-58)

7. Los Priores (59-64)

8. Los confesores para las monjas (65-66)

9. Los Ecónomos y Oficiales del monasterio (67-70)

10. Las Constituciones (71-79)

11. El gobierno (80-91)

12. Cuestiones económicas (92-100)203

De este modo ya desde el 1768 los Capítulos Generales trabajaron

no poco para llegar a un resultado. En el 1771 se elaboró un esquema, al que

sin embargo el rey de Francia negó la aprobación, es más con un Arrêt du

Conseil d'Etat du Roy(Estatuto del Consejo de Esstado del Rey) del 25 abril

1783 se pidió que se dispusiera una nueva redacción, teniendo en cuenta los

119 artículos formulados según los deseos de la Corte de Francia. El

Capítulo del 1783 se vio obligado, ya en la sesión cuarta, a pedir a la

Comisión de los Redactores que respetara tales voluntades.

Las Constituciones quedan articuladas así:

Parte I. La disciplina particular

Sección I. El culto divino

203 Cfr. G. MÜLLER, Vom Cistercienser Orden, Bregenz 1927, 211: De Capitulo Generali

(1-14) De Definitorio (15-30) De comitiis intermediis (31-34) De electionibus (35-46) De

quatuor primis Abbatibus (47-53) De Vicariis generalibus (54-58) De Prioribus (59-64) De

monialium confessoribus (65-66) De cellerariis et aliis monasterii officialibus (67-70) De

Constitutionibus (71-79) De regimine (80-91) De rebus temporalibus (92-100)

Page 220: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

220

Sección II. Los votos

Sección III. El Alimento de las almas204

Sección IV. La vida regular

Sección V. El noviciado

Sección VI. Estudios comunes y privados y los diferentes

trabajos de los monjes

Sección VII. La biblioteca

Sección VIII. La enfermería205

Sección IX. Derechos y deberes206

Sección X. Los hermanos conversos

Sección XI. Los empleados

Sección XII. La hospitalidad

Sección XIII. La limosna

Sección XIV. La administración del monasterio

Sección XV. Las monjas

Part. II. La disciplina general

Sección I. Las asambleas ordinarias

Sección II. Los Abades Generales Cistercienses y sus

derechos

Sección III. Los cuatro Primeros Abades

Sección IV. Paternidad inmediata

Sección V. Trabajos públicos

Sección VI. Las visitas

Sección VII. Las Abadías regulares vacantes

Sección VIII. Las contribuciones

Sección IX. Los seminarios y colegios207

204 Esta sección trata en el Cap. I. De sacramentorum usu, nel Cap. II. De meditatione

quotidiana et annua sui recognitione.

205 Esta sección trata en el Cap. III. De defunctis (De officiis erga defunctos et de rebus

reliquis monachi).

206 Cap. I. De Superioribus cuiusque loci. Cap. II. De rerum administratoribus.

207 Pars I. De disciplina particulari

Sectio I. De cultu divino. – Sectio II. De votis. – Sectio III. De pabulo animarum. –

Sectio IV. De vita regulari. – Sectio V. De novitiatu. – Sectio VI. De studiis communibus et

privatis variisque monachorum operibus. – Sectio VII. De bibliotheca. – Sectio VIII. De

infirmitorio. – Sectio IX. De iuribus et muniis. – Sectio X. De fratribus conversis. – Sectio XI.

De famulis. – Sectio XII. De hospitalitate. – Sectio XIII. De eleemosyna. – Sectio XIV. De

rebus monasterii. – Sectio XV. De monialibus.

Pars II De disciplina generali

Page 221: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

221

Al principio del texto se hace sobresalir la función de Cister en la

vida litúrgica:

Sección I. C.I. Art. I. La manera de celebrar la Obra de Dios208

.

1. Que la uniformidad propia de los Cistercienses y prescrita para

cada monasterio en la Carta de Caridad se mantega, y que se

observe religiosamente la forma prevista en la Regla de nuestro

Bienaventurado Padre san Benito, del cap. 8 al cap. 20, como la

iglesia de Cister ha guardado por costumbre hasta hoy, ella es

contemplada como la madres de todas las iglesias de la Orden en

las Definiciones de la Carta de Caridad209

, de Eugenio III210

y de

Pío V211

.

La uniformidad en la liturgia de las horas se recomendaba

fuertemente, especialmente la distribución de los salmos contenida en los

capítulos que van desde el octavo al vigésimo de la Regla de S. Benito212

,

subraya también la función de la Abadía de Cister.

Sectio I. De comitiis ordinis. – Sectio II. De Abbate Generali Cisterciensi eiusque iuribus. –

Sectio III. De quatuor primariis patribus ordinis. – Sectio IV. De paternitate immediata. –

Sectio V. De publicis officialibus. – Sectio VI. De visitationibus. – Sectio VII. De vacantibus

Abbatiis regularibus. – Sectio VIII. De contributionibus. – Sectio IX. De seminariis et

collegiis.

208 Sectio I. Cap. I. Art. I. De ritu operis Dei. Uniformitas Cisterciensibus congenita et in

charta caritatis praescripta in singulis monasteriis perseveret formaque in regula Beatissimi

P.N. Benedicti a cap. VIII usque ad XX religiose observetur, prout hactenus consuevit

ecclesia Cisterciensis, cui tamquam matri aliae omnes ecclesiae ordinis ex charta caritatis,

Eugenii III et Pii V Definitionibus conformari tenentur.

209 La Carta Caritatis Prior y la Posterior, respecto a este punto, presentan el mismo texto:

Nunc vero volumus illisque praecipimus, ut regulam beati Benedicti per omnia observent

sicut in Novo Monasterio observatur. Non alium inducant sensum in lectione sanctae regulae.

210 La Bula Sacrosancta de Eugenio III 1º agosto 1152 (Nomasticon Cist. P.75) reza:

Statuistis…ut in omnibus monasteriis de Ordinei vestro, sicut in Cisterciensi ecclesia, beati

Benedicti Regula perpetuis temporibus observetur…, uniformiter intelligatur ab ómnibus et

inviolabiliter observetur.

211 Cfr. el breve de Pío V Ex innumeris curis (MESCHET, p. 167): Missae sacrificium et alia

omnia divina officia diurna et nocturna quotidie in choro psallendo iuxta ritum dicti Ordinis

sine intermissione celebretur.

212 S. Benito sin embargo dice, en el cap. 18, vv. 22-25: pero advertimos que si a alguno no le

agrada tal distribución de los salmo, lo disponga también de manera diferente, de la manera

que mejor juzgue, con tal de que se recite cada semana el salterio todo entero, los ciento

cincuenta salmos…

Page 222: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

222

Al Abad de Cister en adelante se le reconoce sin dificultad el título

de "Abbas Generalis Cistercii", y también se le reconoce la facultad de

poder visitar cualquier monasterio de la Orden y poder delegar esto a otros.

Si cualquier cuestión no hubiese sido resuelta unánimemente se debía tratar

en el Definitorio. El Capítulo General podía poner veto, pero tal oposición

podía ser anulada por el Definitorio. Dado que los textos no son fácilmente

accesibles, nos permitimos aportar algunas citas más largas.

Part II. La disciplina general.

Sección I. Las asambleas ordinarias.

Cap. I. El Capítulo General.

Art. I. El tiempo, notificación, convocatoria, presidencia y lu

gar del capítulo General.

1. Cada tres años, se celebrará en Cister, el día de luna cuarta

después de la semana de Pascua, el Capítulo General, para el cual

el Rvmo. Abad General convocará, habitualmente al menos tres

meses antes del día establecido, a los Abades y a todos lo que tienen

el derecho de intervenir en el Capítulo.

2. Ya sea que el Rvmo. Abad de Cister haya omitido el hacer la

convocatoria, ya sea que las letras de notificación, de forma

accidental, no les hayan llegado, todos han de estar en Cister al

menos la vigilia del día citado, con el fin de que no puedan reunirse

en Dijon, o en otro lugar, desde donde puedan ponerse en camino en

forma de cortejo aparatoso, cosa de la cual deben abstenerse

absolutamente de ahora en adelante213

.

Art. V. El nombramiento y la institución de los definidores y de los

otros Oficiales del capítulo General y el juramento que deben

pronunciar214

.

213 Todo esto fue recibido en el Arrêt(Estuto) regio del 25 abril 1783 (Nomasticon Cist., 686),

también la prescripción de que no se haga más el ingreso solemne de Dijon: …sans qu'ils

puissent s'assembler à Dijon, ny en aucun autre lieu, pour arriver avec l'appareil d'un

cortège que Sa Majesté veut n'avoir plus lieu à l'avenir.

214 Pars II. De disciplina generali. Sectio I. De comitiis ordinis. Cap. I. De Capitulo Generali.

Art. I. De tempore, indictione, convocatione, praeside et loco Capituli Generalis

1. Quolibet triennio apud Cistercium celebrabitur Capitulum Generale die lunae quartae post

pascha hebdomadis, ad quod Rvms Abbas Generalis tribus saltem ante statutum diem

mensibus more solito convocabit Abbates, eosque omnes, quibus Capitulum interveniendi ius

competit.

2. Sive Rvms Abbas Cistercii convocare omiserit, sive indictionis litterae casu fortuito ad eos

non pervenerint, omnes nihilominus accedere ad Cistercium tenebuntur in vigilia diei supra

Page 223: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

223

En cuanto a la composición del Definitorio, se ha vuelto al texto de

la Parvus fons del 1265, no teniendo en cuenta las aclaraciones aportadas en

el Capítulo General del mismo año:

3. El Definitorio contará siempre con 25 definidores; el Rvmo. Abad

General, ciertamente, los 4 Primeros Padres que son definidores por

derecho, y otros 20 Abades que serán elegidos, en tanto en cuanto

sea posible, en número igual en cada filiación. El Abad General de

Cister, como Padre, nombrará los 4 Primeros Abades;

seguidamente, cada uno de los Primeros Padres nombrará 5 Abades

en presencia del Rvmo. Abad General, en particular o delante de los

demás; sobre estos 5, el Rvmo. Abad General podrá excluir

solamente uno, y así serán 20 Definidores215

.

El método de trabajo resultaba muy complicado cuando algún tema

no había sido aprobado por unanimidad:

Art. VI. La manera de deliberar

2. Todos los asuntos serán necesariamente presentados al Capítulo

General; los que no hayan sido decididos por un sufragio unánime

de votos serán remitidos por el Capítulo a los definidores, para que

sean examinados y decididos según el número de votantes, pero si se

llega a la igualdad de votos, el voto del Rvmo. Padre decidirá…

dictae, ita ut non possint Divionem neque in alium locum convenire, unde proficiscantur, in

comitatus sequentis apparatu, a quo posterum prorsus abstinebitur.

Art. V. De nominatione, institutione Definitorum aliorumque Capituli Generalis officialium et

de eorum iureiurando.

3. Definitorium semper constabit XXV Definitoribus ; Rvmo nimirum Abbate Generali, IV

primariis patribus, qui iure Definitores sunt, et XX aliis Abbatibus, qui pari numero, quantum

fieri potent, in unaquaque filiatione seligentur. Abbas Generalis Cistercii tamquam pater

nominabit primus IV Abbates ; deinde unusquisque primariorum patrum V Abbates Rvmo

Abbati Generali seorsum vel coram aliis nominabit, ex quibus V Rvmus Abbas Generalis

unum solum potent excludere et sic XX Definitores erunt.

215 Así la Parvus fons (Canivez, III, 26). Pero como de tal manera el Abad de Cister podía

eliminar cualquiera de los cinco Abades propuestos, los Protoabades estaban descontentos.

Finalmente se llegó a un compromiso el 15 Sept. 1265 con el Ordinatio Domini Guidonis, tit.

S. Laurentii in Lucina Presbyteri Cardinalis pro diffinitione habenda (Canivez, ibid. 31) : Pro

bono pacis… ordinamus et constituimus quod quilibet de quatuor primis Abbatibus veniens ac

Capitulum Generale quinque Abbates domno Cisterciensi volenti Diffinitores eligere

nominabit, ita tamen quod duo ex ipsis quos pater Abbas nominans praeeligere voluerit, per

Abbatem Cistercii illa vice amoveri non poterunt vel dimitti. De tribus vero residuis

quemcumque voluerit Abbas Cisterciensis relinquet, et alios duos Diffinitores instituet cum

praedictis. Texto traducido p.168. No sabemos cuando se abandonó este uso.

Page 224: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

224

3. La definiciones presentadas por el Definitorio, según el método

explicado más arriba, y consignadas por escrito, seán sometidas al

juicio del Capítulo General por los promotores que expusieron sus

diferentes puntos de vista y argumentos; si estas definiciones son

aprobadas por votación unánime, recibirán el mandato de ejecución

provisoria hasta el próximo Capítulo General en el que, si han sido

confirmadas por un consentimiento de nuevo unánime, obtendrán

toda la fuerza y el efecto de un estatuto.

4. Pero si una votación en el capítulo se opone a las definiciones,

serán de nuevo remitidas al Definitorio y sufrirán un nuevo examen;

y lo que resulte de este estatuto, será provisionalmente válido, hasta

que sea confirmado o rechazado por el Capítulo General

siguiente216

.

Después de la sesión I, sobre las reuniones de la Orden, sigue la

sección sobre el Abad General, antes admitida bastante fácilmente, pero

después fuertemente contestada.

Sección II. El Abad General de Cister y sus derechos.

1. El Abad General de Cister goza, tan pronto como ha tenido lugar

la elección, de todos los derechos atribuidos a la sede de su Abadía

General, sin esperar la confirmación de la Sede Apostólica. Es

216 Art. VI. De forma deliberandi

2. Negotia quaelibet ad Capitulum Generale necessario deferentur ; quae autem unanimi

suffragio votorum diiudicata non fuerint, remittentur a Capitulo ad Definitores, ut

perpendantur et iuxta votantium numerum dirimantur ; quodsi vota pari lance librari

contigerit, Rvms dominus noster sua praeponderabit…

3. Definitiones iuxta mox praefatam methodum a Definitorio prolatae et literis consignatae

Capituli Generalis iudicio subicientur per promotores, qui varias opiniones earumque

argumenta praeferent ; quodsi unanimi calculo definitiones illae comprobentur, provisorie

executioni mandabuntur usque ad Capitulum Generale subsequens, cuius si consensu pariter

unanimi confirmentur, omnes vim et effectum statuti iam obtinebunt.

4. Si vero unum in Capitula suffragium definitionibus adversetur, ad Definitorium denuo

deferantur et nova examini subiciantur ; quidquid autem ab ipso statutum fuerit, provisorie

valeat, usque dum a Capitulo subsequente Generali confirmetur aut reiciatur.

Art. VIII. De competentia iurisdictionis Capituli Generalis et Definitorii répète pratiquement

cette méthode de travail : Competentia et iurisdictio Definitorii singula complectitur negotia

et causas omnes, quas dirimendas et diiudicandas ad ipsum reiecit Capitulum Generale ex

votorum unanimitatis defectu ; Capituli vero potestas et iurisdictio in eo sistit, quod,

quaelibet negotia ipsius iuris sint, publice proponi et deliberari debeant, ultimato etiam

definiri possint unanimi votorum suffragio vel istius unanimitatis defectu ad Definitorium

remitti ; ita ut Definitorium nihil decidere valeat et dirimere, quod in Capitulo prius

propositum et deliberatum non fuerit ab ipso notatum et reiectum ad Definitorium deficiente

unanimitate.

Page 225: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

225

declarado como única cabeza, Superior General y Padre de la

Orden. Puede él mismo ejercer el poder pleno del Capítulo General,

cuando los Capitulos Generales o los intermediarios no estén

reunidos, pero de tal forma que no pueda hacer sino lo que esté

exento de estatutos generales en vigor o editar de nuevo217

.

El texto es una traducción exacta de la versión francesa del Arrêt

(Estatuto). De esto resulta claro que la confirmación papal de la elección

hecha en el consistorio, - hecho que, de otra parte, confirma que Cister era

una Abadía consistorial – representaba solamente una solemnidad. El texto

no trata de la aprobación real, a pesar de que ésta, probablemente, habrá sido

considerada necesaria por la corte francesa.

2. El Abad General tendrá sólo el derecho de conferir la bendición a

todos los Abades y Abadesas de la Orden que se lo pidan, por sí

mismo o por otros delegados suyos…; sin embargo, el derecho de

confirmar los susodichos Abades recae solamente en los Padres

Inmediatos 218

.

El Abad de Cister, Jean de Cirey, obtuvo en el 1489 el privilegio de

bendecir los Abades y Abadesas219

; tal privilegio fue modificado en el

1596220

y en el 1604 en el sentido de que el Abad de Cister podía para la

bendición delegar a los Presidentes de las Congregaciones y a los Vicarios

generales.

3. El derecho de visitar todas las casas de la Orden sin excepción,

incluso aquellas que tienen un primer Padre, será ostentado por el

dicho Abad General o los que haya delegado para este oficio. Es

217 Sectio II. De Abbate Generali Cisterciensi eiusque iuribus

1. Fruetur Abbas Generalis Cistercii statim post electionem neque expectata sedis apostolicae

confirmatione omnibus iuribus suae Abbatiae Generalis sedi attributis. Solus nuncupabitur

caput, Superior Generalis et pater ordinis. Potent ille, dum vacabunt Capitula Generalia aut

intermedia, plenariam Capituli Generalis potestatem exercere, ita tamen, ut non possit aut

facere quemquam immunem ab exsequendis generalibus statutis aut nova condere.

218 2. Abbas Generalis ius habebit solus cunctis ordinis Abbatibus et Abbatissis

benedictionem petentibus ipse aut per alios a se delegatos benedictionis munus

impertiendi… ; ius autem confirmandi praedictos Abbates ad solos patres immediatos

pertinebit.

219 Bula Exposcit tuae del 4 abril 1489: MESCHET, 137: Tibi et successoribus tuis dumtaxat

ut munus benedictionis huiusmodi, quibuscumque Ordinis Abbatibus et Abbatissis

impendere : ac Abbatibus et Abbatissis praedictis, ut dictum munus a Te et successoribus tuis

recipere libere et licite possitis ac possint…

220 Breve Commoditati monasterium, del 24 julio 1595, de Clemente VIII: MESCHET, 196s.

Page 226: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

226

solamente en el transcurso de estas visitas que él mismo, o los

delegados nombrados por él, podrán deponer provisionalmente de

su cargo a los Superiores por causa de su negligencia, y poner otro

en su lugar…; pero el derecho de instituir definitivamente recae

solamente sobre los Padres Inmediatos, cada uno en su filiación,

estando excluido el Abad General221

.

Sin embargo lo anterior no excluye los derechos de los cuatro

Protoabades en sus filiaciones:

Sección III. Los cuatro Primeros Padres de la Orden.

1. Los Abades de La Ferté, Pontigny, Clairvaux y Morimond

conservarán los derechos que son reconocidos para los 4 primeros

Padres de la Orden; gozarán en las Abadías de su filiación de los

derechos que goza el Abad General en las Abadías de la fundación

de Cister 222

.

Los puntos respecto a los Padres Inmediatos tratan de los

monasterios dados en encomienda y de los monasterios de las monjas, pero

no regulan claramente toda la materia.

En la sección quinta se trata de los "Oficiales públicos", es decir, de

los Procuradores generales y de los Vicarios generales.

Se subraya que los Vicarios generales son delegados del Capítulo

General y no de los Padres Inmediatos223

. Estos presiden las elecciones en

221 Breve Romanum decet del 30 enero 1604: 3. Ius visitandi omnes ordinis domos nulla

excepta et etiam eas, quas tenent primi patres, erit penes dictum Abbatem Generalem vel

penes eos quos ad hoc officium delegaverit. In solo visitationum illarum cursu poterit ille,

poterunt et legati ab eo nominati Superiores negligentiae causa a suo munere ad tempus

amovere, aliquem in eorum sufficere… ; ius vero definitive instituendi erit penes solos

Abbates immediatos, quemcumque in sua filiatione, excluso Abbate Generali. – Petentibus: se

trataba de un privilegio del cual podían hacer uso los Abades, pero desde los tiempos de

Benedicto XII se podía pedir la bendición también a cualquier Obispo que estuviese en

comunión con la Sede Apostólica. Los Capítulos Generales del 1628 (esta. 29) y 1651 (esta.

47) prohibieron recibir la bendición de los Obispos.

222 Sectio III. De quattuor primariis patribus ordinis. 1. Abbates de Firmitate et Pontigniaco,

de Claravalle et de Morimundo ius suum retinebunt quo nuncupantur IV primarii Ordinis

Patres; iisdem iuribus gaudebunt in Abbatias suae filiationis, quibus gaudet Abbas Generalis

in Abbatias filiationis Cisterciensis.

223 6. Pollent Vicarii generales iurisdictione quae apud eos ab institutione usque ad

revocationem permanet ; non enim sunt delegati a patribus immediatis, sed instituti ad hoc a

Capitulo Generali, ut ex iurisdictione ea praestent in singulis respective Provinciis quae

necessaria iudicant ad reformationem monasteriorum sibi commissorum.

Page 227: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

227

los monasterios cuando el Padre Inmediato no reside en la Provincia224

, cada

año están obligados a la visita regular de los monasterios de su Provincia225

.

Sin embargo antes de que la revisión de las Constituciones fuera

ultimada, los Padres presentaron a los Comisarios reales diversos

documentos:

1) "Représentations" (exposiciones), sobre las cuales se ha votado y

donde el Abad de Cister con gran frecuencia se ha abstenido. Se trata de un

texto muy largo226

;

2) "Remontrances" (correcciones) donde se trata el problema del

Definitorio y

3) del escrito de los Abades de lengua alemana, sobre el "voto

unánime" requerido en las deliberaciones del Capítulo General.

Es evidente que todos aquellos que estaban a favor de estas

mociones no podían aprobar el texto de las Constituciones.

El clima creado en el Capítulo aparece muy claramente de una

declaración al Abad de Cister, emitida en el penúltimo día de la asamblea:

El Abad General, resumiendo el número de estas exposiciones, ha

observado que varias estaban sido decididas contra unas

deliberaciones hechas unánimemente y sin reserva [por el

Capítulo], en el momento de la redacción de las Constituciones;

pero que él se habia reservado, como había hecho siempre, dar su

adhesión pura y simple, a la sentencia del 25 de Abril último: el

mismo sentimiento de obediencia le haría recibir todas las

decisiones que quisiera tomar el Rey, pero que no quería ofrecer al

Rey observaciones[del Capítulo] sino sobre la disposición de la

sentencia que podría tender a disminuir, por las fusiones de

[comunidades], el número de casas de una Orden, de la cual él tenía

el honor de ser la cabeza, y después, como se ha tenido alguna

noticia para atenerse a la disposición de la sentencia que determina

de nuevo la conventualidad, P. Abad General ha observado que, no

224 10. Jus etiam ipsis inest omnium Vicariatus sui monasteriorum electionibus praesidendi, si

domus patris immediati in eadem non sit Provincia.

225 Sectio VI. De visitationibus. 1. Singulis annis semel in quolibet monasterio fiat visitatio

regularis a Vicariis generalibus ad hoc, ut fidelem Vicariatus rationem reddere possint in

Capitulo Generali. Patribus Abbatibus licitum non sit quemlibet delegare ad visitanda suae

filiationis monasteria et processus faciendos, nisi Vicario generali legitime impedito, absente,

mortuo vel suspecto.

226 En el Nomasticon Cisterciense hay 18 páginas, 704-721.

Page 228: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

228

siendo unánime el parecer del Capítulo, dejó todo pura y

simplemente a la sabiduría de Su Majestad y a las disposiciones de

la sentencia, que él adopta en toda su extensión227

.

El Capítulo se encontraba ante un dilema: o aceptar la imposición

real o resistir sin ninguna esperanza de poder ganar la batalla. El Comisario

real repitió el 22 septiembre 1783 (26ª sesión) sus postulados:

1) el valor jurídico de las Constituciones depende de la aprobación

real;

2) el rey decidirá sobre tener en cuenta o no las representaciones del

Capítulo General;

3) hasta la aprobación de las Constituciones la Orden será regida

según las leyes antiguas, si éstas no están en contradicción con la voluntad

real formulada en el Arrêt;

4) las decisiones del Capítulo General, que no se refieran a

cuestiones inherentes a las Constituciones tendrán un carácter provisional

hasta el próximo Capítulo General.

¿Quién hubiese podido jamás distinguir entre las leyes "antiguas" y

las prescripciones predominante en toda la materia de el Arrêt? El Capítulo

no podía hacer otra cosa, al final de la 26ª sesión, que aceptar los deseos de

la Corte y cambiar así las Constituciones del 1771. La última frase del

Protocolo de está sesión ilustra claramente las dificultades en las cuales en

que se debatían los Padres:

El Capítulo ha aprobado unánimemente todas éstas y después,

dando las más humildes gracias a los Exc. Comisarios, a la

pregunta del Abad de Vaucelles, ha concluido y establecido según su

pensamiento, con voz unánime, que los artículos 11, 12, y 13, que

están contenidos con el Título Primero de las sentencias de los

Capítulos Generales, sean observados y tengan poder de ejecución.

227 Nomasticon Cist., 716s: M. L'Abbé Général, se résumant sur tous les nombres de ces

représentations, a observé que plusieurs étoient arrêtées contre des délibérations qui ont été

unanimes et sans réserve, lors de la rédaction des Constitutions; qu'il protestoit, comme il

avait toujours fait, de son adhésion pure et simple à l'arrêt du 25 Avril dernier: que le même

sentiment d'obéissance lui feroit recevoir toutes les décisions qu'il plairoit au Roy de rendre,

mais qu'il ne vouloit offrir au Roy des représentations que sur la disposition de l'arrêt qui

pourroit tendre à diminuer par des réunions le nombre des maisons d'un Ordre dont il avoit

l'honneur d'être le chef, et depuis, comme il y a eu quelque avis pour s'en tenir à la

disposition de l'arrêt qui détermine la conventualité à neuf, M. l'Abbé Général a observé que

l'avis du Chapitre n'étant plus unanime, il s'en referoit purement et simplement à la sagesse

de Sa Majesté et aux dispositions de l'arrêt, qu'ìl adopte dans toute son étendue.

Page 229: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

229

Así decretado y establecido todo esto, el Rvmo. Abad de Morimond

ha declarado al presente Capítulo que, para tranquilidad de su

conciencia, daba su (asentimiento) provisional; y en caso de

necesidad en su filiación, a todos los Vicarios generales, todos los

poderes que les son concedidos por la sentencia; y una vez que

todos los Abades y Priores a título perpetuo, que estaban presentes

en el Capítulo hubieron firmado los documentos, se ha terminado la

sesión228

.

Los Padres, por lo tanto, no pensaban en una verdadera y definitiva

aprobación229

.

Ni siquiera el Capítulo General del 1786 resolvió los problemas. El

rey de Francia emitió mientras tanto dos nuevos decretos230

y un nuevo texto

de las Constituciones fue discutido. Las relaciones escritas del Capítulo son

contradictorias231

. Basten dos ejemplos:

Sesión undécima, 14 mayo 1786:

Nuestro Rvmo. Abad General se ha levantado durante la sesión,

exponiendo en el Capítulo su pensamiento: las definiciones del

último Capítulo General no estaban todas de ninguna manera para

ser aprobadas en el Capítulo actual, ya que podía haber cosas

contrarias a varios decretos establecidos por el Consejo; era

228 Ibid., 248 : Quibus omnibus unanimiter Capitulum annuit et postquam humillimas

actionum gratias Excellentissimis Commissariis rependissent requirente D. Abbate de

Valcellis ad eius mentem unanimi voce fuit conclusum et statutum quod articuli 11. et 12. et

13. qui continentur sub titulo primo arresti de Capitulis Generalibus observarentur et forent

executioni mandati. Hoc sic decreto et statuto, R. Adm. D. Abbas de Morimundo praesenti

Capitulo declaravit quod pro suae conscientiae tranquillitate det (assensum) provisorie ; et in

casibus necessitatis in sua filiatione omnibus Vicariis generalibus eas omnes potestates quae

sunt ipsis per arrestum concessae ; atque cum omnes Abbates et Priores titulo perpetui, qui

erant in Capitulo praesentes, subscripsissent redactionibus finita est sessio.

229 Las Congregaciones de la Orden no solamente no tenían una ley cuadro, sino que de ella se

hacía apenas mención cuando se hablaba de los miembros del Capítulo General: De comitiis

adeundis : 1. Ad Capitulum Generale accedere tenentur omnes Abbates, qui nulli

Congregationi adscribuntur, e Congregationibus Praesides seu Vicarii generales earundem

et Abbates deputati ac Priores titulo perpetui… 4. Ceteri Congregationum Abbates iure libero

Generale Capitulum adire valeant nec absentiae excusatione vel poena teneantur: Cist.

Chronik 53 (1941) 65.

230 P. ZAKAR, Regelungen zur Ausübung der Rechte des Abtes von Cîteaux nach der

Französischen Revolution (1790-1900), Analecta Cist. 23 (1967) p. 237, notas 2-4.

231 Tenemos dos Protocolos del Capítulo, uno en latín (Nomasticon Cist. 614-647), el otro en

frances (Nomasticon Cist. 729-760).

Page 230: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

230

preciso, pues, pensar en ellas de nuevo y, si era necesario,

retractarlas. La prudencia de nuestro Rvmo. Padre Abad General ha

sido seguida de unánimes aplausos232

.

En el texto francés, hecho redactar por los Comisario Reales se lee:

El P. Abad General ha propuesto confirmar las sentencias del

Capítulo General de 1783, cuya lectura se había hecho en las

últimas sesiones, salvo los cambios que han sido aportados por las

sentencias del Consejo subsiguiente y salvo las reservas, mociones y

deliberaciones a tomar sobre este tema, que parezcan convenientes,

en el presente capítulo. Hemos observado que era preciso así mismo

redactar la sentencia a hacer sobre este tema, a saber: que se

aprobaba y confirmaba el Capítulo General todo lo que no era o

sería derogado, bien sea por las dos Sentencias últimas o por el

presente Capítulo233

.

En efecto, después de la Revolución Francesa, nadie ha tomado estos

textos como derecho vigente, y ni siquiera como auxilio para resolver

algunas cuestiones actuales.

6. LOS MONASTERIOS FEMENINOS DESPUÉS DE LA BULA

PERICULOSO (1298)

En el concilio de Trento, en la sesión 25-a (3-4 diciembre 1563), fue

aprobado el Decretum de regularibus et monialibus, en el cual no solamente

se renovaba la constitución Periculoso de Bonifacio VIII, sino que se

añadían sanciones graves, comprendida la excomunión, para los trasgresores

de la ley de clausura234

.

232 Nomasticon Cist. 630: Sessionem orsus est Rmus noster Abbas Generalis, exponens

Capitulo opinari se non omnes omnino Capituli Generalis ultimi definitiones a praesenti

Capitulo approbandas esse, cum inter eas quaedam esse possent variis sanctioris Consilii

decretis adversae ; quas ideo pensare iterum, et ubi opus fuerit, retractare expediret. Rmi

domni nostri Abbatis Generalis prudentiam communis applausus secutus est.

233 M. l'Abbé Général a proposé de confirmer les arrêtés du Chapitre Général de 1783, dont

la lecture avoit été faite dans les dernières séances, sauf les changements qui y ont été

apportés par les arrêts du Conseil subséquents sauf encore à se réserver de faire à ce sujet

dans le présent chapitre telle représentation et de prendre telles délibérations qui

paraîtroient convenables. Nous avons observé qu'il falloit ainsi rédiger l'arrêté à faire à ce

sujet, savoir: qu'on approuvait et confirmoit le Chapitre général en tout ce à quoi il n'étoit

ou ne seroit pas dérogé, soit par les deux Arrêts ultérieurs, soit par le présent Chapitre.

234 Conciliorum Oecumenicorum Decreta, ed. 3ª, Bologna 1973, 776-784.

Page 231: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

231

Sobre la situación de los monasterios femeninos en ésta época,

habría mucho que decir. Hago unas pocas observaciones:

En Italia la situación era tan desastrosa que Gregorio XIII, el 15

febrero 1580, con la Bula Universi Dominici agri, quitó la exención a todos

los monasterios de monjas y las sometió a los ordinarios del lugar:

…por los plenos poderes que Nos hemos recibido del Señor,

eximimos y liberamos a perpetuidad todos y cada uno de los

monasterios, Prioratos, lugares y conventos de Monjas de la citada

Orden en todas las Provincias y lugares de Italia, incluso los

recientemente reformados o reestablecidos, y a todas y cada una de

las Abadesas y otras presidentas, así como a las monjas profesas,

novicias y conversas de dicha Orden, y de cualquier otra, al igual

que sus iglesias, capillas, bienes y derechos espirituales y

temporales que posean, de toda superioridad, visita, corrección y

cualquier otra sujeción, dominación y poder de los Padres Abades,

definidores, presidentes, monjes y otros ministros de la Orden de

Cister y de todas sus Congregaciones, y las ponemos a todas y en

todo bajo la sujeción y el cuidado, jurisdicción, visita y corrección

de los Obispos, Arzobispos, primados o patriarcas de su ciudad o

diócesis, o, si son nullius, de los que tienen más cerca, a los que

encomendamos, en virtud de santa obediencia, recibir esta carga lo

más pronto posible y aplicarse a ejercerla con toda solicitud y

vigilancia…235

235 ASV, Segr. Brevi, vol. 91, fol. 104r-105v. (Pero es una Bula!). Exemptio monialium

Ordinis Cisterciensis in Italia a superioriate monachorum eiusdem Ordinis et subjetio

Ordinario locorum (La Bula no se encuentra en el Bullarium Romanum): … de traditae a

Nobis a Domino potestatis plenitudine omnia et quaecumque monasteria, Prioratus, loca et

conventus Monialium dicti Ordinis omnium Provinciarum et locorum Italiae, etiam recens

reformata et restituta, universasque et singulas Abbatissas et alias praesidentes ac moniales

professas, novitias et conversas praedicti et quorumcumque aliorum ordinum, necnon

ecclesias, capellas, bona et jura quaecumque earum spiritualia et temporalia ab omni

superioritate, visitatione, correctione et quacumque alia subiectione, dominio et potestate

patrum Abbatum, diffinitorum, praesidentium, monachorum et aliorum ministrorum dicti

Ordinis Cisterciensis eiusque Congregationum omnium perpetuo eximimus et liberamus

eaque omnia episcopis, archiepiscopis, primatibus vel patriarchis suae quodque civitatis vel

dioecesis aut si nullius sunt, vicinioribus eorumque curae, iurisdictioni, visitationi et

correctioni omnino subiicimus, quibus singulis in virtute sanctae oboedientiae mandamus ut

hoc munus quamprimum suscipiant, omnique studio et vigilantia in eo se exercere

procurent… El mismo Papa, con el Breve Exposcit debitum, del 1º enero 1583, dispuso que

las Abadesas de los monasterios femeninos italianos fuesen elegidas por un trienio: Bull.

Rom., IV/4, p. 2.

Page 232: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

232

De ahí nació un conflicto diplomático: el Rey de Francia, bajo la

presión del Abad de Cister, protestó, pero Gregorio XIII se mantuvo firme

en su decisión236

.

La situación en Francia, por la encomienda237

, era pésima.

Desde el punto de vista constitucional el cambio afectó sólo al hecho

de que muchos monasterios de monjas fueron incorporados a las

Congregaciones, y así después de la Revolución Francesa, en algunos casos

fueron dichos monasterios femeninos los que mantuvieron vivas, al menos

desde el punto de vista canónico, las Congregaciones, mientra los

monasterios masculinos eran suprimidos por el Estado.

Como conclusión de esta parte permítasenos citar al P. Roger de

Ganck:

En el período de 1265 hasta el final del Antiguo Régimen, el Abad

de Cister no tenía "juridiction ordinaire et propre" más que en su

Abadía y en aquellas de las cuales era Padre Inmediato. Igual que

los demás Padres Inmediatos. La juirdicción del Abad de Cister con

respecto a la Orden era simplemente delegada por el Capítulo

General… el Capítlo General no transfirió nunca la cura animarum

de la Orden entera (las dos "ramas") al Abad de Cister y el título,

bastante tardío, de "Abad General" no fue más que esto: un título238

.

***

En el siglo XIV aparecían muy claramente los límites del primer

derecho constitucional cisterciense, porque era muy difícil, es más, con

236 Véase el Breve Maiestas tua del 19 Marzo 1582, ASV, Arm, 42, vol. 145, f. 119: Super

negotio Monasteriorum Monialium Cisterciensium…

237 De la cuestión hablo en mi libro: P. ZAKAR, Histoire de la Stricte Observance…, Roma

1966, 33-38: la historia empieza con el concordato del 1516, con el que se unian los intereses

del rey de Francia a los del Papa, contra el (futuro) protestantismo. En el 1531 sólo la Abadía

de Cister podía contar con una elección regular, pero también allí en el 1635 fue elegido el

Card. De Richelieu… En Francia la Orden Cisterciense contaba con 228 Abadías de monjes,

pero los Abades regulares durante algunos periodos no superaron el número de 15.

238 Les pouvoirs de l'Abbé de Cîteaux de la Bulle Parvus fons (1265) à la Révolution

francaise: Analecta Cist. 27 (1971) 3-63. La cita es conclusión del artículo, en la p. 63: Dans

la période de 1265 jusqu'à la fin de l'Ancien Régime, l'Abbé de Cîteaux n'avait "juridiction

ordinaire et prope" que dans son Abbaye et dans celles dont il était Père Immédiat comme

n'importe quel Père immédiat. La juridiction de l'Abbé de Cîteaux vis-à-vis de l'Ordre était

simplement déléguée par le Chapitre Général… le Chapitre Général ne transféra jamais sa

cura animarum de l'Ordre entier (les deux "branches") à l'Abbé de Cîteaux, et que le titre

assez tardif d' "Abbé Général" ne fut que juste cela : un titre.

Page 233: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

233

frecuencia imposible, para los Abades, participar en los Capítulos Generales

anuales. Además, para los Abades fundadores de algunos monasterios era

frecuentemente imposible visitar anualmente las Abadías por ellos fundadas.

Se buscaba entonces, en diversas partes de Europa un remedio, un

cambio de la organización. El origen de los "Vicariatos" y de las

Congregaciones cistercienses no viene, por lo tanto, simplemente por una

relajación de la disciplina o por razones políticas, aunque estos elementos

tienen su peso, sino más bien para tener una organización más práctica.

El Capítulo General, al inicio, era más favorable a la formación de

"Vicariatos" que a las Congregaciones monásticas pero, a partir del siglo

XVII frecuentemente era el Abad General el que ayudaba o sugería la

formación de las Congregaciones.

Alejandro VII en el 1666, con el Breve In Suprema, retocaba

algunos puntos del derecho constitucional de la Orden y poquísimos años

antes de la Revolución Francesa el rey de Francia intentó dar nuevas

Constituciones a la Orden, pero el Capítulo General del 1786, el último antes

de la Revolución, no las aprobó, y menos aún la Santa Sede.

En los monasterios femeninos en éste periodo, la clausura es, en

cuanto al reglamento, cada vez más estrecha. Muchos monasterios de monjas

son incorporados a las Congregaciones, en algunos casos fueron los

monasterios femeninos los que conservaron su Congregación monástica

viva, después de la secularización de las Abadías masculinas.

Page 234: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

234

III. DESDE LA REVOLUCIÓN FRANCESA HASTA FINAL

DEL SIGLO XIX

El derecho constitucional cisterciense fue radicalmente cambiado

por la Revolución Francesa que conllevó la supresión de la Abadía de Cister

y de todos los demás monasterios franceses. El Capítulo General ya no se

podía celebrar en Cister y el Abad de Cister tenía que retirarse a la vida

privada. Era necesario encontrar nuevos remedios. Quatember resume así la

situación:

…La supresión de Cister conlleva una transformación substancial

del antiguo derecho constitucional de la Orden Cisterciense. Tal

cambio, aunque se haya hecho con la autoridad de la Santa Sede,

necesita, a pesar de todo, el consentimiento de los que están

afectados por este cambio substancial. Puesto que toca a cada uno

en particular debe ser aprobado por todos… Por lo tanto estas

Congregaciones cistercienses, que habían sido erigidas antes de la

supresión de Cister, deben todas y cada una, aceptar el cambio

substancial del antiguo derecho constitucional de la Orden239

.

1. EL NOMBRAMIENTO DE UN ABAD PRESIDENTE GENERAL DE LA

ORDEN

Para remediar del mejor modo posible la situación, del Abad de

Cister, Francisco Trouvé, delegó sus poderes en el Abad Vicario del

Vicariato belga240

, después en el Presidente de la Congregación de Alemania

Superior, luego en el Procurador General Romano, Alano Bagatti. Después

239 M. QUATEMBER, Commentarium…, Acta Curiae Gen, O. Cist. 2 (1933) 46, nota 4: …

suppressio Cistercii secum tulit mutationem substantialem iuris constitutionalis antiqui

Ordinis Cisterciensis. Talis mutatio vero etiamsi fit auctorarite Sede Apostolica, tamen

indiget consensu eorum, qui hac mutatione substantiali tanguntur. Quod enim omnes, uti

singulos tangit, ab omnibus probari debet… Quapropter illae Congregationes Cistercienses,

quae iam ante suppressionem Cistercii erectae fuerant, singulae assentire debuerunt

mutationi substantiali iuris constitutionalis antiqui Ordinis.

240 José II el 28 de noviembre 1781 dispuso que todos los monasterios cistercienses de los

Países-Bajos Austriacos formasen una "Congregación" independiente y el 1º mayo 1782 se

tuvo un Capítulo de la "Congregación" con la participación de 14 Abades. Cfr.

D. BERLIÈRE, Le Chapitre provincial des Cisterciens belges en 1782: Revue Bénédictine 10

(1893) 498; J.-M. CANIVEZ, L'Ordre de Cîteaux en Belgique des origines (1132) au XXe

siècle, N.-D. de Scourmont 1926, 55-58, R. DE GANCK, Un peu d'histoire autour du

Vicariat belge: Collectanea O.C.R. 9 (1939) 199. Pero como esta "Congregación" no fue

erigida por la Santa Sede, no la consideramos como tal.

Page 235: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

235

de la muerte del Abad de Cister (1797) se hizo necesaria la intervención de

la Santa Sede241

.

El 15 de septiembre 1797 la Congregación VV. RR. concedió todas

las facultades propias del Abad de Cister a los Presidentes de las

Congregaciones y a los Vicarios Generales de cada Provincia hasta el

momento que fuera elegido el nuevo Abad de Cister o hasta que la Santa

Sede no hubiese dispuesto de otro modo. Pío VI, el 19 enero 1798, confirmó

este decreto242

.

Después de la caída de Napoleón, el 30 septiembre 1814 Pío VII

decidió dar a la Orden un Superior, constituyendo al Abad Presidente

General de la Congregación de S. Bernardo en Italia como Superior General

de toda la Orden, pero sin someter todos los Cistercienses bajo su

jurisdicción. Así se inicio un nuevo periodo en la historia de la Orden, en el

cual, hasta finales del año 1880, el oficio del Abad General permaneció

unido a la persona del Abad Presidente de la Congregación de Italia.

A partir del año 1816, cuando se llegó a la elección de un Abad de la

Estrecha Observancia en Por-du-Salut, el Superior de la Orden adquirió

también la facultad de confirmar los Abades elegidos de los Trapenses. Una

facultad sin embargo que se reveló casi del todo de naturaleza normal, desde

el momento que todos los nuevos Abades fueron confirmados, excepto uno

cuyo mal comportamiento era públicamente conocido. El Presidente General

de la Orden no tenía jurisdicción alguna sobre las Congregaciones de

Castilla, de Portugal, de Aragón, - que poco después experimentaron graves

supresiones- pero ni siquiera sobre la Congregación Suiza, de la cual

hablaremos pronto. No obstante, la unidad de la Orden fue salvaguardada243

.

241 He tratado toda la materia, publicando 25 documentos, en el artículo: Regelungen zur

Ausübung der Rechte des Abtes von Cîteaux nach der Französischen Revolution (1790-1900)

I: Analecta Cist. 23 (1967) 226-294. La segunda parte del artículo no ha sido publicada

todavía.

242 ZAKAR, ibid., 278s.

243 Basta citar el Breve Libentissime quidem de Pío VII, del 10 diciembre 1816, dirigido al

Obispo de Le Mans: (V. HERMANS, Commentarium Cisterciense historico-practicum in

Codicis Canones de Religiosis, Roma 1961, 441, el cual tiene erróneamente como data el 16

diciembre 1816): :… ut praedictum monasterium (Portus Salutis) et ecclesiam in titulum

Abbatiae auctoritate nostra Apostolica eleves et erigas cum expressa tamen lege praestandi

immediatam et perpetuam communionem per Superiores monasterii huiusmodi cum Superiore

Generali ipsius Ordinis, penes Sanctam Sedem commorante, ut unitas et indivisibilitas

semper integra maneat.

Page 236: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

236

2. LAS CONGREGACIONES CISTERCIENSES DEL SIGLO XIX244

Después de la Revolución Francesa algunos monjes de la Abadía de

La Trapa, bajo la guía del P. Agustín de Lestrange245

, se trasladaron a Suiza

y en el antiguo monasterio de los cartujos de Valsainte introdujeron una

regla de vida muy severa. Registrando el éxito de la empresa, el 30

septiembre 1794 Pío VI dio la facultad al Nuncio en Suiza de elevar el

monasterio a Abadía de la Congregatio B.M.V. de Trapa246

. Esto ha hecho

opinar a algunos historiadores que desde este momento comenzase a existir

la Congregación de la Trapa.

Se verifica, al contrario, un caso de petición subrepticia, o sea de

reticencia de la verdad247

, porque la petición que había sido sometida al

Pontífice parecía presentar a esta Congregación como existente, aunque no

lo era. Existía solamente la Congregación de la Estrecha Observancia y La

Trapa era miembro de esta Congregación. Se trató por consiguiente sólo de

la erección en Abadía.

El Abad de Lestrange recibió todas las facultades que las

Constituciones de la Orden atribuían a los Padres Inmediatos. Pero,

efectivamente, los monasterios por él fundados no eran sui iuris, sino en

todo dependientes de su fundador.

Después de un largo trabajo los monasterios fundados por el Abad

de Lestrange en el 1834 formaron la Congregación de la Trapa y en 1836 la

Congregación Belga de la Trapa248

.

244 El número entre paréntesis representa el número progresivo de las Congregaciones,

contando aquellas que surgieron antes de la Revolución Francesa.

245 Agustín de Lestrange nació en el 1754, sacerdote en el 1778, luego monje y maestro de

novicios en La Trapa, en el 1791 restaura Val-Sainte. Murió el 16.7.1827 en Vaise, cerca de

Lyon.

246 Breve Officii humilitatis nostrae, Nomasticon Cisterciense, 650-652. Séjalon da al Breve

el título siguiente; Breve Pii Papae VII Nuntio Apostolico apud Helvetios committens

erectionem Congregationis B.M.V. de Trappa (p. 650). Pero V. HERMANS, L'Abbé General

et les Cisterciens Reformes, Analecta Cisterciensia 24 (1968), 125, lo corrige: On peu

s'étonner à bon droit que le Bref parle à plusieurs reprises de ce monastère comme

appartnant "à la Congrégation de la Trappe". Une congrégation monastique de la Trappe

n'avait jamais existé et il faudra interpréter ce mot "Congregatio" dans le sens d'une

observance…

247 Cfr. Can. 63 del CIC 1983.

248 Véase p.168s.

Page 237: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

237

1(10) LA CONGREGACIÓN SUIZA

El Breve de Pío VII del 12 diciembre 1806, referente a la erección

de la Congregación, estaba dirigido al Nuncio Apostólico en Suiza. Aunque

el Breve no lo diga explícitamente, dado que los correspondientes

monasterios habían sido antes miembros de la Congregación de Alemania

Superior, es legítimo considerar la Congregación como continuación de

ésta249

.

El Presidente de la Congregación, llamado "Abad General", era

elegido por turno, de trienio en trienio, entre los Abades de Wettingen, S.

Urbano y Hauterive, un Capítulo de la Congregación no se ha reunido nunca.

A los Abades Generales se les otorgaron todas las facultades y los derechos

de los que en otro tiempo gozaban los Abades Generales de la Orden

Cisterciense.250

El 4 junio 1825 el Presidente General de toda la Orden Cisterciense

manifestó el deseo de tratar de la unión con los Cistercienses de Suiza, pero

el 12 agosto 1825 recibió una respuesta totalmente negativa:

Nuestra Congregación Helvético-Cisterciense nos parece bastante

firme, siendo así que el benemérito Papa Pío VII la ha dotado

abundante y recientemente de todas las facultades, privilegios y

exenciones mediante una Bula251

, sin que se haya hecho mención de

que nos uniéramos a los Cistercienses de Roma, cosa que

ciertamente el Sumo Pontífice no hubiera dejado de recomendar… si

la hubiese considerado necesaria, positiva y oportuna.

Vale más seguir los antiguos caminos, y ya que la Congregación de

Benedictinos que también hay en Suiza no tiene ningún vínculo

especial con los Romanos ni con otros monasterios, tampoco a

nosotros nos parece necesaria una tal vinculación, para que se

conserve la conformidad y se excluya y evite cualquier

disensión…252

249 Breve In sublimi, Analecta Cist. 24 (1968) 262s. Sobre esta Congregación véase W.

WOSTRI, Die Schweizer Zisterzienserkongregation, Diss. Anselmiana, Analecta Cist. 24

(1968) 161-301.

250 quibus Abbates olim Generales O. Cist… ex Sedis Apostolicae indulgentia gaudebant.

251 El documento papal en cuestión no era una Bula, sino el Breve In sublimi.

252 Ibid., 287s: Congregatio nostra Helveto-Cisterciensis nobis videtur satis firma, quum a

b.m. Pio Papa VII sit omnibus facultatibus et privilegiis et exemptionibus per bullam abunde

et dudum instructa, quin ibidem mentio facta, sit coadunandi nos cum Cisterciensibus

Romanis, quod certe non omisisset monere Summus… Pontifex, si id necessarium, ratum aut

Page 238: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

238

Después de las supresiones, respectivamente del 1841 y del 1848,

solamente la Abadía de Wettingen pudo continuar su vida, pero en el 1859

también este monasterio tuvo que entrar en la Congregación Austro-

Húngara, porque el nuevo sitio, Mehrerau, se encontraba en territorio

austriaco. La Congregación continuó existiendo en los monasterios

femeninos. En el Catálogo del 1860 el Abad de Wettingen figura con los

siguientes títulos: Superior General de la Sagrada Congregación Helvético-

Cisterciense y Visitador y Padre Inmediato de cuatro monasterios de

monjas253

.

Después de la fundación de Marienstatt (1888), Wettingen-Mehrerau

salió de la Congregación Austro-Húngara; en el 1891, en el Capítulo

General, la Congregación es mencionada como "Vicariato", pero en las

constituciones publicadas en el 1894 aparecía ya con el nombre de

"Congregación"254

.

Actualmente la Congregación se compone de siete monasterios

masculinos y trece monasterios femeninos, todos incorporados255

.

2(11) LA CONGREGACIÓN DE LA B.M.V. TRAPA

El 3 octubre 1834 la Congregación VV. RR. promulgó un Decreto,

que empieza con las palabras Kalendis Octubris, con el cual quedaba erigida

la Congregatio Monachorum Cisterciensium B. Mariae de Trappa256

, del

1847, dividida después en dos Congregaciones.

opportunum duxisset. Satius est antiquis inhaerere vestigiis, et quum Congregatio

Benedictinorum, quae pariter exstat in Helvetia, nullum habeat specialem nexum cum

Romanis aut aliis coenobiis, neque nobis eiusmodi nexus videtur necessarius, ut conformitas

servetur ad tollendas et praecavendas omnes dissensiones…

253 Superior Generalis S. Congregationis Helveto-Cisterciensis ac Visitator et Pater

Inmediatus quattuor Virginum asceteriorum.

254 Statuta Congregationis Helveto-Germanicae (1894); - Statuta Congregationis Augiensis

olim per Superiorem Germaniam S.O.Cist. revisa… (1919). Los Statuta Congregationis

Augiensis olim Helveto-Germanicae fueron aprobadas por la Santa Sede el 4 junio 1923

(2085/22 C. 73).

255 Las Constituciones para los monjes fueron aprobadas por la Santa Sede el 13 octubre 1989,

para las monjas el 22 febrero 1990. Cfr. Die Zisterzienserkongregation von Mehrerau.

Geisliche Grundlagen – Konstitutionen – Geschichte – Klöster, Bregenz 1995.

256 Analecta Cist. 27 (1971) 87-89.

Page 239: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

239

En el Decreto, en el n. 2, se dice:

El Moderador General de la Orden Cisterciense gobernará la

Congregación de la Trapa, y confirmará cada uno de los Abades257

.

3(12) LA CONGREGACIÓN DE LOS TRAPISTAS DE BÉLGICA

La Congregación fue erigida por Gregorio XVI con el Breve Cum

religiosae familiae del 22 abril 1836.

Este Monasterio [de Westmalle] y los otros ya erigidos o que se

erigirán en Bélgica constituirán una Congregación especial unida a

toda la Orden, que presidirán los Abades del Monasterio de

Westmalle canónicamente elegidos, como Vicarios generales del P.

Presidente General de la Orden Cisterciense, que reside en Roma.

El mismo Abad de Westmalle… y la elección de los Abades habrá de

ser confirmada por el Presidente General de la Orden

Cisterciense.258

La única facultad del Presidente General de la Orden era esta

confirmación de los nuevos Abades elegidos.

La Congregación era totalmente autónoma, tenía un Capítulo propio

y las decisiones no tenían que recibir aprobación de nadie.

En el 1892 la Congregación se unió con las otras dos

Congregaciones trapenses de Francia, constituyendo la Orden de los

Cistercienses Reformados de B.M.V. de la Trapa.

4(13) EL "VICARIATO" DE BÉLGICA

Los monjes de Locus S. Bernardi ad Scaldim, monasterio suprimido

con la Revolución Francesa, después de la entrada de una decena de jóvenes

que habían hecho su noviciado en la Abadía de S. Cruz en Jerusalén, en

Roma, en los años 1830-1836, empezaron en el 1836 su vida monástica en

Bornem y en el 1844 podían abrir nuevamente Val-Dieu.

257 Huic Moderator Generalis Ordinis Cisterciensis praeerit, et singulos Abbates confirmabit.

258 El texto del Breve está publicado en : Analecta Cist. 28 (1972) 223s: Hoc Monasterium

(Westmallense) et reliqua in Belgio erecta vel erigenda peculiarem Congregationem cum toto

Ordine coniunctam constituent, cui praeerunt Abbates Monasterii Westmallensis canonice

electi uti Vicarii generales P. Praesidis Generalis Ord. Cisterciensis, qui in Urbe

commoratur. Ipse Abbas Westmallensis… et Abbatum electio a Praeside Generali Ordinis

Cisterciensis confirmanda erit…

Page 240: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

240

El Presidente General de la Orden de la época, Livio Fabretti,

comentó la situación jurídica en una carta dirigida a un Consultor de la

Congregación de los VV. RR.:

Serán… indispensables extraordinarias facultades para la elección

de los sujetos para formar el primer Capítulo General de donde

toma base la ejecución de las indicadas Constituciones para el

Vicariato o Congregación de los Cistercienses en Bélgica259

.

En la audiencia del 28 agosto 1846, Pío IX instituyó el Vicariato

O.Cist. de la Común Observancia de Bélgica las leyes contenidas en el

Apéndice (Vicariatus O.Cist. Communis Observantiae Belgii iis legibus,

quae in Appendix continentur)260

.

El apéndice de las Constituciones se halla igualmente:

I. El Presidente General de Italia confirmará cada uno de los

Abades y Priores titulares.

II. Presidirá el Vicariato de Bélgica un Vicario general, que habrá

que elegir cada cinco años de entre los Abades, en el Capítulo, y ha

de ser confirmado por el Reverendísimo Presidente de Italia; este

[Vicario general] ha de tener la plena potestad de Abad de Císter y

de Padre Inmediato:

1. Presidirá la elección de un nuevo Abad, y lo bendecirá después a

que haya sido confirmado por el Presidente.

2. Visitará los monasterios.

3. Juzgará las causas entre personas regulares; pero se puede

apelar al Capítulo [de la Congregación] contra su sentencia.

III. El Capítulo se celebrará cada cinco años… en el monasterio del

Vicario general… Si los Prelados son cuatro, hay que elegir, entre

los monjes del Capítulo precedente…

VII. El Procurador General, que es elegido por la Congregación de

Italia, gestiona también los asuntos de los monasterios del Vicariato

de Bélgica261

.

259 ASV, S. Congr. OO. y RR., Positiones (Malinas — Cistercienses de la Común

Observancia en Bélgica, agosto 1846): Saranno… indispensabili straordinarie facoltà per

l'elezione de' soggetti a formare il primo Capitolo Generale da cui prende base l'esecuzione

delle indicate Costituzioni per il Vicariato o Congregazione de' Cistercensi del Belgio.

260 Ibd. El 8 febrero 1854 fueron modificados por la Santa Sede algunos artículos: Prot.

Congr. OO. RR. Sezione Regolari n. 21026/3.

261 Constitutiones seu Declarationes Monachorum Cisterciensium Communis Observantiae in

Belgio in Regulam S. Patris Benedicti, Tournai s.a ; Nomasticon Cisterciense, 669 :

I. Praeses Generalis Italiae singulos Abbates et Priores titulares confirmabit.

Page 241: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

241

La Congregación Belga, después del CIC/1917, elaboró nuevas

Constituciones, presentadas a la S. Congregación de los Religiosos por el

Procurador General Raimundo Bazzicchi262

. El III título de estas

Constituciones trata de los Asistentes del Presidente General de la

Congregación y el Secretario (De Assistentibus Praesidis Generalis

Congregationis et de Secretario).

El Abad Bazzicchi explicaba así este título:

La denominación de "Presidente General" en vez de "Vicario

general" deriva de que así se estableció en el último Capítulo

General de la Orden del año 1925, para ir de acuerdo en esto con

las demás Congregaciones263

.

El Consultor de la Congregación de los Religiosos, Domingo

Tavani, el 9 febrero 1927, dio su parecer favorable pidiendo que se hiciera

una nueva instancia de aprobación264

.

A la Congregación, que hoy se llama Congregatio B.M.V.

Mediatricis Omnium Gratiarum, pertenecen actualmente tres monasterios de

monjes (Bornhem, Val Dieu y Marienkroon) y uno de monjas (Colen,

Kerniel). Las Constituciones para los monjes fueron aprobadas el 23 enero

1990265

, para las monjas el 14 julio 1992266

.

II. Vicariatui Belgii praesit Vicarius generalis, de quinquennio in quinquennium inter

Abbates in Capitulo eligendus et a Rev.mo Praeside Italiae confirmandus, qui (Vicarius

generalis) iurisdictionem omnimodam Abbatis Cistercii ac Patri Immediati habeat :

1. Electioni neo-Abbatis praeerit, eumque a Praeside confirmatum benedicet ; 2. Monasteria

visitabit. 3. Causas inter personas regulares iudicabit ; licet tamen ab eius sententia ad

Capitulum (Vicariatus) appellare.

III. Capitulum quolibet quinquennio… celebretur in monasterio Vicarii generalis…quod si

quattuor ex praelatis non habeantur, inter monachos a Capitulo praecedenti eligantur…

VII. Procurator Generalis, qui a Congregatione Italiae eligitur, negotia Monasteriorum

Vicariatus Belgii etiam peraget.

El Vicariato estaba hasta el 1850 sometido a la visita apostólica de F.T: Cornélis, nombrado

Visitador Apostólico el 27 julio 1834.

262 Raimundo Bazzicchi nacido en el 1874, Profeso de la Congregación de S. Bernardo en

Italia desde el 1891, Procurador General desde el 1920 al 1934, m. 20 mayo 1960.

263 Dictio "Praesidis Generalis" loco "Vicarii generalis" derivat ex eo quod ita statutum fuit

in ultimo Generali Ordinis Capitulo anni 1925, ad uniformitatem habendam hac in re cum

aliis Congregationibus. Petición del Abad Bazzicchi, 12 junio 1926.

264 Estas Constituciones no fueron nunca aprobadas, porque el texto enviado a la S.

Congregación de los Religiosos, por motivos no del todo claros, se perdió.

265 Prot. N. C 84/1/89.

Page 242: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

242

5(14) LA CONGREGACIÓN ANTIQUIORIS REFORMATIONIS

DE LA TRAPA (LLAMADA SEPT-FONS)

La Congregación nació con Decreto de la Congr. OO. RR. del 25

febrero 1847 que sancionaba la división de la Congregación de la Trapa:

Que en Francia cada una de las dos Congregaciones tenga su

Vicario general, dotado de toda potestad, para que pueda

administrarla rectamente267

.

También esta Congregación era autónoma. La única facultad

reservada al Abad General de la Orden era la confirmación de los nuevos

Abades.

La Congregación, en el 1892, se unió, con unión extintiva, con las

otras dos Congregaciones Trapense. La unión de las tres Congregaciones en

una nueva Orden será tratada en el Apéndice.

6(15) LA NUEVA CONGREGACIÓN REFORMADA DE LA TRAPA

Fue erigida con el mismo decreto del 25 febrero 1847 y para esta

Congregación vale todo lo dicho arriba en el n. 5 (14).

7(16) LA CONGREGACIÓN AUSTRO-HÚNGARA

La Congregación fue erigida por el Cardenal F. Schwarzenberg,

Visitador Apostólico268

, el 5 abril 1859, salvada la decisión definitiva de la

Santa y Apostólica Sede (salva definitiva decisione Sanctae et Apostolicae

Sedis) y el mismo día fueron aprobadas también las primeras

Constituciones269

.

La Santa Sede el 30 junio 1859 aprobó los decretos de la visita:

266 Prot. N. C 109/1/92.

267 In Gallia utraque Congregatio suum habeat Vicarium generalem, omni potestate

praeditum ad eam recte administrandam. Véase más arriba p.168.

268 Friedrich Schwarzenberg nació el 6 de abril 1809, con 26 años era Arzobispo de Salzburgo

(1835), en el 1842 Cardenal, desde el 1850 Arzobispo de Praga, m. 27 marzo 1885. El

nombramiento de Visitador Apostólico es del 25 junio 1852, la visita fue cerrada el 23 junio

1859.

269 N. KONRAD, Die Entstehung der Österreichisch-Ungarischen Zisterzienserkongregation,

Diss. Anselmiana. Bibli. Cist. 5, Roma 1967, Doc. 28, p. 263. Véase también M.J. TOMANN,

Österreichische Zisterzienserkonstitutionen. Zeitdokumente einer Kongregation, ihre

Geschichte und Entwicklung (1859-1984), Heiligenkreuz 1987, 239 pp.

Page 243: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

243

Quiere… el Santo Padre, que los mismos regulares sepan que, de los

decretos dados durante la visita apostólica, nadie puede dispensar

sin consultar a la Sede Apostólica…270

.

Un Capítulo de Abades fue convocado en el 1869 por mandato de la

Santa Sede con el fin de conceder los asuntos y los cargos… a la

Congregación Belga y a la Alemana271

.

El Superior de la Congregación era llamado Vicarius generalis, pero

después de la elección por parte del Capítulo de la Congregación éste era

confirmado por la Santa Sede272

. En una carta escrita el 18 junio 1876 por el

Abad General Teobaldo Cesari273

, el Abad Wackarz de Hohenfurth274

se le

llamaba: Rev.me Pater Abbas ac Praeses Generalis Amplissime275

.

Las Constituciones de la Congregación Austro-Húngara fueron

presentadas en el 1859 y en el 1869 a la Congregación VV. RR., la cual, no

sabemos por que motivo, no las aprobó. La primera aprobación pontificia de

las Constituciones llegó después del CIC/1983, el 4 abril 1987276

.

8(17) LA CONGREGACIÓN DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE

SÉNANQUE

León Barnouin, vicario parroquial de la Diócesis de Aviñón277

, con

la aprobación de su ordinario, se retiró junto algunos compañeros en soledad.

270 KONRAD, 276: Vult… Beatissimus Pater, ut regulares ipsi sciant a decretis in apostólica

visitatione latis neminem inconsulta Apostólica Sede dispensare posse…

271 Ibid., 283: ad effectum dumtaxat providendi negotiis et officiis… Congregationum Belgii et

Germaniae. "Alemania" se refiere a la monarquía austro-hungara. Véase más abajo p.168.

272 Cfr. la aprobación: el 15 abril 1859 Cardenal Schwarzenberg (KONRAD, 264); el 26

agosto 1869 (Ex AudientiaSanctissimi: Konrad, 121, nota 77), el 7 enero 1876 (Ex Audientia:

ASV, Congr. VV. Y RR., Prot. 3854); el 18 junio 1880 (Ex Audientia, ASV, Congr. VV. Y

RR., Prot. N. 2002/12) y el 28 junio 1890 Ibid., Prot. N. 18.987/13).

273 T. Cesari, nacido en el 1804, profeso de la Congregación de S. Bernardo en Italia en el

1822, Procurador General en el 1850, Abad General desde el 15 abril 1856, m. 29 abril 1879.

274 Leopold Wackarz, nacido en el 1810, profeso solemne el 1.3.1835, Abad de Hohenfurt

desde 1857, Vicario general de la Congregación Austro-Húngara desde el 7 octubre 1875.

Abad General 17 junio 1891, final del generalato 2 octubre 1900, m. 13 diciembre 1901.

275 Copia de las cartas en el Archivo de Lilienfeld.

276 Prot. N. C19b-1/84.

277 L. Barnouin nació el 18 octubre 1815, sacerdote en el 1843, el 26 febrero 1869 Abad, m. 8

junio 1888.

Page 244: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

244

El 26 abril 1854 adquirió la antigua Abadía de Sénanque278

y desde 1856

trató de unir su fundación a la Orden Cisterciense. Pío IX aprobó la erección

de Sénanque como casa religiosa el 20 noviembre 1857, pero sin concederle

ni el título abacial ni la exención. Después de tres meses de noviciado

Barnouin hizo la profesión en las manos del Abad Presidente General de la

Orden en la Basílica de la S. Cruz en Jerusalén.

El 6 marzo 1863 Sénanque fue afiliada a la Congregación de

S. Bernardo en Italia y Pío IX, el 16 agosto 1867, procedió a la erección de

la Congregación. En el 1869 Barnouin tomaba posesión de la famosa isla de

Lérins y el antiquísimo monasterio fue elevado a la categoría de Abadía en

Septiembre 1871.

La Congregación se llamaba también de la "Media Observancia",

media entre la Estrecha Observancia y la "Común".

El 27 junio 1889 todos los miembros de la Congregación, reunidos,

pidieron a la Santa Sede la aprobación definitiva de las Constituciones. Un

solo monje, P. Benedetto Labat, pidió –como nos cuenta el Procurador

General de la Orden, H. Smeulders279

- que la Congregación se redujese a una

simple Provincia de la Orden.

El quisiera que la Congregación de Sénanque sae reducida a una

simple Provincia de la Orden.

"Apenas veo", dice, "la utilidad de constituir dentro de la Orden

Cisterciense una nueva Congregación en sentido estricto, es decir,

con Capítulo General, etc. Pase que los Senanqueses tengan

Constituciones especiales; pero ¿no es verdad que en el gobierno

podría alcanzarse una mayor unidad con el Muy Reverendo P.

General, suprimiendo el Capítulo General a los de Sénanque, que

serían llamados a un Capítulo General que reuniera a los monjes

delegados para esto por cada una de las Congregaciones

inmediatamente sujetas a la autoridad del Reverendo P. Presidente

General? Habría así un único Capítulo General, al que

correspondería la elección del P. General, etc. En este caso, las

Congregaciones particulares, esto es, la de Sénanque y las otras, en

278 Cfr. N.B. AUBERTIN, L'approbation des Constitutions de la Congrégation Cistercienne

de l'Immaculée Conception de Sénanque. La reconnaissance d'une "observance" (1854-

1892): Analecta Cist. 44 (1988) 225-307.

279 H. Smeulders, nacido el 13 mayo 1826, Profeso solemne el 22 diciembre 1844, sacerdote

en el 1850, Procurador General desde 24 mayo 1871, Abad titular de Valdiponte 20 abril

1878, m. 28 junio 1892.

Page 245: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

245

realidad se convertirían en Provincias de la Orden, y sería

encomendado al Reverendísimo P. General, de acuerdo con su

Consejo, el cuidado de elegir Vicarios generales o provinciales280

.

Pero Smeulders prosigue en su voto:

Así el P.M. Benito Labat, en las letras dirigidas el año próximo

pasado al Eminentísimo [Cardenal] Prefecto. Pero juzgo que hay

que desechar este sistema, a pesar de que contenga elementos no

despreciables. Primero, porque propone una transformación radical

del Instituto de Sénanque, que nadie más que él pide… Así, pues,

dejando de lado esta única voz discordante, podemos afirmar que

toda la Congregación implora con unánime consenso la aprobación

de sus Constituciones281

.

En la Parte II de las Constituciones. (Declaraciones sobre los

primitivos estatutos de la Orden Cisterciense o el Gobierno de la

Congregación – Declarationes in statutum primaevum Ordinis Cisterciensis

seu de Regimine Congregationis), en los puntos 132-135, acerca del Vicario

general se dice:

La Congregación estará bajo la dirección del Vicario general, que

tendrá la plena jurisdicción de Abad de Císter y de Padre

Inmediato, es decir:

1º Presidirá la elección de un nuevo Abad;

2º Visitará los monasterios;

280 Congregationem Senanquensem redactam vellet ad simplicem Provinciam Ordinis

Cisterciensis. Vix video, inquit, utilitatem in Ordine Cisterciensi novam Congregationem

stricte sumptam, id est cum Capitulo Generali, etc. etc. instituendi. Quod Senanquenses

habeant Constitutiones speciales, transeat ; sed nonne in Regimine posset fieri unio maior

cum Adm. R.P. Generali, supprimendo Capitulum Generale Senanquensibus, qui vocarentur

ad Capitulum Generale coalescens ex monachis deputatis ad hoc a singulis

Congregationibus, immediate subiectis auctoritati R.P. Praesidis Generalis ? - Inde unicum

esset Capitulum Generale, ad quod pertineret electio P. Generalis, etc. etc. Hoc posito,

Congregationes particulares, et Senanquensis et aliae fierent revera ut Provinciae Ordinis -

et RR.P. Generali, cum consilio conveniente, committeretur cura eligendi Vicarios generales

seu Provinciales…

281 Ita P. M. Benedictus Labat in Litteris anno proxime elapso ad Eminentissimum

Praefectum datis. At enim hoc systema, quamquam elementa contineat non spernenda,

seponendum reor. 1. Quod radicalem Instituti Senanquensis proponat transformationem,

quam nemo praeter ipsum unum petit… Itaque, retusa hac una voce discordante, affirmare

possumus, totam Congregationem unanimi consensu implorare suarum Constitutionum

approbationem.

Page 246: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

246

3º Juzgará, con su Consejo, las causas que haya entre personas

regulares; pero se puede apelar al Capítulo General contra su

sentencia282

.

En el Titulus V (nn. 145-150), El Capítulo General, se lee:

La finalidad propia de esta Congregación es:

1º Ofrecer los bienes de la vida solitaria a aquellas almas que,

llamadas por Dios a la perfección en este estado, no crean poder

observar las austeridades primitivas de la Orden Cisterciense;

2. Formar una sociedad de monjes especialmente dedicados a

honrar e imiotar la Virgen María Inmaculada, y ayhudar las almas

que lloran en el Purgatorio…283

Las Constituciones antedichas fueron aprobadas por León XIII en la

audiencia del 11 mayo 1892, el correspondiente Decreto de la Congregación

VV. RR. es del día siguiente. Las Constituciones después fueron de nuevo

aprobadas el 18 febrero 1922284

.

La Congregación de Sénanque siempre ha sido llamada

"Congregación", tanto en la Orden, como en la Santa Sede, nunca

"Provincia".

Uniéndose definitivamente en el 1892, la Congregación de Sénanque

reforzó el principio de pluralismo vigente en la Orden, porque la vida que

allí se llevaba en bastantes puntos se distinguía de la vida de los

Cistercienses de Italia, de Bélgica o de la Monarquía Austro-Húngara. Cada

uno respetaba la vida del otro y los monjes de Sénanque no pretendieron

nunca imponer su propio modelo de vida a los otros ni los otros imponerles

los suyos.

Después del CIC/1983 las Constituciones para los monjes fueron

aprobadas el 1º mayo 1987285

, para el Monasterio femenino de Catagniers el

282 Costit. 1892, p. 35: Congregatio erit sub directione Vicarii generalis, qui omnimodam

jurisdictìonem Abbatis Cistercii ac Patris immediati habebit, videlicet : 1. Electioni

NeoAbbatis praeerit ; 2. Monasteria visitabit ; 3. Causas inter personas regulares judicabit

cum suo Consilio ; licet tamen ab eius sententia ad Capitulum Generale appellare.

283 Finis proprius huius Congregationis est : 1. Vitae solitariae beneficia offerre animabus

illis quae, ad perfectionem in hoc statu a Deo vocatae, primitivas Ordinis Cisterciensis

austeritates observare posse non praesumunt ; 2. Efformare coetum Monachorum qui honori

et imitationi Immaculatae Virginis Mariae necnon solatio animarum in Purgatorio lugentium

sese specialiter impendant…

284 Nr. 3468/21. C. 12.

285 C. 12. 1/85.

Page 247: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

247

26 mayo 1989286

. Algunas modificaciones, tendientes a permitir la

participación de la Abadesa de Castagniers en el régimen de la

Congregación, fueron aprobadas el 7 septiembre 1995287

.

3. EL CAPÍTULO DE LOS ABADES DEL 1869

Éste Capítulo con frecuencia es considerado como el primer

Capítulo General de la Orden después de la Revolución Francesa288

. Después

de las respuestas negativas y a menudo despreciativas de los Abades de la

Estrecha Observancia repecto a la tentativa de celebrar un Capítulo General

de la Orden289

, un evento de tal género no entraba en el programa. Como ya

hemos dicho más arriba290

el Capítulo fue convocado únicamente con el fin

de conceder los asuntos y los cargos… a la Congregación Belga y a la

Alemana291

.

En el Capítulo se habló también de las Constituciones de la Orden.

Así, por ejemplo, los Padres realizaron una distinción entre potestas absoluta

y potestas suprema, considerando que el Capítulo General tenía un poder

"supremo", sin que existiera en la Orden otra autoridad superior al Capítulo

General, pero no "absoluto", porque, según el parecer de éstos Padres, el

Capítulo General no podía cambiar la observancia regular introducida en las

Congregaciones292

. En cuanto a la jurisdicción del Abad General, un Padre

fue del parecer de que, en defecto de las Constituciones de la Orden, la

286 Prot. N. 71933/87.

287 Prot. N. 1515/95.

288 Para la historia y la preparación de este Capítulo véase N. KONRAD, Die Enstehung der

Österrichisch-Ungarischen Zisterzienserkongregation: Bibl. Cist. 5, Roma 1967. (Dissert.

anselmiana).

289 Cfr. P. ZAKAR, Der Versuch für das Jahr 1864 ein Generalkapitel des gesamten

Zisterzienserordens einzuberufen: Analecta Cist. 44 (1988) 201-224.

290 Véase más abajo p.168.

291 N. KONRAD, Die Entstehung der Österreichisch-Ungarischen Zisterzienserkongregation:

Bibl. Cist. 5, Roma 1967, 283: ad effectum dumtaxat providendi negotiis et officiis…

Congregationum Belgii et Germaniae. "Alemania" se refiere aquí a la monarquía austro-

ungara.

292 Absolutam utique non esse, quia nequeat mutare observantiam constitutam, supremam

tamen esse, quia in Ordine non sit auctoritas, ad quam a sententia Capituli Generalis

appellari possit (KONRAD, 296).

Page 248: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

248

jurisdicción del Abad General tenía que ser precisada en las Constituciones

de las Congregaciones293

.

Las decisiones de éste Capítulo fueron presentadas a la Santa Sede,

pero nunca fueron aprobadas. Ignoramos la razón de este silencio. Tal vez la

dificultad provenía del hecho de que lo austriacos pedían que el Abad

General permaneciese en el cargo de por vida, propuesta que no gustaba ni a

los italianos ni a la Santa Sede294

.

Los Capítulos Generales, al no tener la Orden unas constituciones

válidas, tenían que ser convocados con especiales decretos de la Santa Sede.

Así sucedió para los capítulos tenídos en el 1880295

y en el 1891296

.

Con la muerte del Abad General Bartolini (26 julio 1890) se hizo

necesaria la celebración de un nuevo Capítulo General que eligiese otro

Abad General. Misión no fácil, porque ya no era posible elegir como Abad

General al Abad presidente de la Congregación de S. Bernardo, al

encontrarse esta Congregación entonces muy reducida a causa de las

supresiones. En estas circunstancias la Congregación VV. RR., el 18 febrero

1891, permitió que el Abad General pudiera también residir fuera de

Roma297

.

Cuando en el 1897 finalizaron los seis años del Abad General

Wackarz, en aquel momento con ochenta y siete años, la Congregación VV.

RR. no quiso proceder a una confimación de la situación para otros seis

años, sino sólo para dos, ordenando que antes de dos años se tuviese un

Capítulo General en Roma298

.

293 Iurisdictio Abbatis Generalis dimetienda est ex Constitutionibus cuiusque Provinciae.

Ibid., p. 295.

294 Cfr. P. ZAKAR, Il Capitulo gen. dell'Ord.Cist. del 1880: Analecta Cist. 34 (1978) 91-393.

el Abad Teobaldo Cesari permaneció, efectivamente, Abad General hasta su muerte, pero con

confirmaciones por parte de la Santa Sede renovadas anualmente, entre el 1870 y el 1872, y

después desde el 1873 ad nutum, dada las circunstancias especiales.

295 Véase la nota precedente. para el Decreto de la Congregación VV. RR. del 3 octubre 1879,

ibd., pp. 406-407.

296 M.I. KRONPASS – P. ZAKAR, Die Wahl Leopold Wackarz' zum Generalabt.

Vorgeschichte, Verlauf, Konsequenzen, wichtige Dokumente des Generalkapitels vom Jahre

1891: Analecta Cisterciensia 36 (1980) 1-86. El Decreto de la Congr. OO. RR. se encuentra

en las pp. 69-70. La unión de las tres Congregaciones Trapenses en una Orden nueva será

tratada en el Apéndice.

297 M.I. KRONPASS – P. ZAKAR, art. Cit., 69-70.

298 Cfr. P. ZAKAR – H.B. SCHNEIDER, Der Versuch der Trappisten, sich wieder mit dem

Zisterzienserorden zu vereinigen (1896-1898): Analecta Cisterciensia 45 (1989) 276-428; el

Page 249: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

249

En cuanto a la convocación de los capítulos Generales del 1897 y del

1900 un Decreto de la Santa Sede no fue exigido, pero parece que fue debido

a la errónea opinión de que las decisiones del Capítulo del 1869

representasen unas "Constituciones"299

.

decreto del 18 junio 1897 está en la p. 375s: …non ultra biennium… et omnia disponantur de

iure disponenda pro Capitulo Generali in hac Alma Urbe celebrando.

299 El Abad General Wackarz escribe en la indictio del 1º mayo 1897: statuimus ut iuxta

Constitutionum Nostrarum praescripta…: cfr. P. ZAKAR – H.B. SCHNEIDER, Der Versuch

der Trappisten, sich wieder mit dem Zisterzienserorden zu vereinigen (1896-1898): Analecta

cist. 45 (1989) 276-428. La indictio está en la p. 374. Véase también el Protocolo del Capítulo

General del 1897 (P. ZAKAR – H.B. SCHNEIDER, ibid., 391). Ad tollendam omnem

inconvenientiam, quae in electionibus Superiorum occurrit, ita ut omni sexennio ad S.

Congregationem Episcoporum et Regularium recurrere debeamus, inde Decreta et maximas

difficultates experimur : Reverendissimus Procurator Generalis proponit, ut lex quaedam

firma et stabilis conficiatur pro electione Generalis et omnium Superiorum… La estructura de

éste proyecto se encuentra en TOMANN, op. cit. 172.

Page 250: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

250

IV. DESDE LAS CONSTITUCIONES DEL AÑO 1900 AL

CAPÍTULO GENERAL DEL AÑO 1930

1. LAS CONSTITUCIONES DEL AÑO 1900

El Capítulo General del año 1900 fue convocado en Roma, no

solamente para elegir un nuevo Abad General300

, sino también para elaborar

nuevas Constituciones301

.

Ya en el Capítulo General del 1897 se advirtió la necesidad de tener

unas Constituciones válidas302

, y también la Santa Sede insistía cada vez más

en ésta dirección303

.

La cuestión más espinosa era la de la residencia del Abad General,

porque la idea de una residencia romana no gustaba a los Abades austriacos.

De hecho ellos no podían imaginarse cómo un Abad austriaco abandonase su

Abadía para fijar su residencia en Roma, en una casa que todavía no existía,

la cual una vez erigida, no sería de todos modos rica de recursos

económicos.

El proyecto de las Constituciones regulaba de esta forma la cuestión

de la residencia del Abad General:

IX La residencia del Superior General.

El Superior General reside ordinariamente en Roma. Sin embargo,

para que se conserve enteramente la libertad en la elección, puede

elegirse como Superior General un miembro de no importa qué

Congregación o Provincia de la Orden de Cister. Por esta razón, el

elegido puede residir en intervalos regulares en su monasterio de

profesión, a causa de los asuntos particulares y absolutamente

inevitables que surgen, pidiendo primero el permiso a la Santa

Sede304

.

300 L. Wackerz (1891-1900 como Abad General) tenía noventa años.

301 Cfr. B. SCHEDL, Das Generalkapitel des Zisterzienserordens im Jabre 1900: Analecta

Cist. 51 (1995) 111-320.

302 Véase nota 288.

303 Véase B. SCHEDL, op. cit., Doc. 9 del 17 mayo 1899, 228.

304 Ibid., 280 : IX. De residentia Superioris Generalis. Sedes Superioris Generalis ordinaria

sit in Urbe. Attamen ut electionis omni ex parte servetur plena libertas, Superior Generalis e

quacunque Ordinis Cisterciensium Congregatione seu Provincia eligi potest. Qua de causa

peculiaribus et prorsus inevitabilibus causis interventientibus, praevia S. Sedis licentia

implorata, electus identidem in professionis domo resideat.

Page 251: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

251

Esta propuesta no gustaba al Consultor de la Congregación VV.

RR.305

y era fácil pensar que la cuestión se convertiría en un gran problema

para el Capítulo, suponiendo que antes se habría tratado la cuestión de la

residencia, después se procedería a la elección del Abad General. Sin

embargo se procedió de manera contraria. Primero fue elegido el Abad

General, después se expuso la cuestión de la residencia306

.

El Capítulo por otra parte, no aprobó un texto del todo elaborado,

sino solamente los principios que lo habrían de animar. El trabajo

redaccional competía al Abad General, al Procurador General y a cuatro

Comisarios elegidos307

. El texto de las Constituciones fue presentado a la

Congregación. VV. RR., con una relación del Procurador General Plácido

Magnanensi308

, el 5 julio 1901. La Congregación respondía con un voto del

Consultor del 15 septiembre 1901 y las Constituciones fueron aprobadas el

22 febrero 1902.

Las Constituciones aprobadas tratan, primero, del Capítulo General,

después de la elección, residencia y Consejo del Abad General, finalmente

de sus "funciones"309

.

La questión de la residencia del Abad General es así formulada:

29. El Abad General es elegido de por vida, como se había hecho

siempre en la Orden. Su residencia estará en Roma, según el deseo

305 Ibid., 272 y 280.

306 Protocólo del 2 octubre 1900: SCHEDL, 305. n. 11: Legitur propositio… respiciens

residentiam Abbatis Generalis. Capitulum tamen Generale votis Eminentissimi D. Cardinalis

Protectoris annuens discussionem super hac propositione differt et progreditur statim ad

electionem Abbatis Generalis.

307 Véase el Protocolo del Capítulo General del 1900, nn. 16, 22, 43 (SCHEDL, op. cit., 307,

309, 315).

308 P. Magnanensi, nacido el 17 junio 1866, profeso de la Congregación de S. Bernardo en

Italia el 9 marzo 1885, Procurador General 1900-1910, Abad Presidente de la Congregación

de S. Bernardo 1910-1925, m. 20 abril 1935.

309 M.J. TOMANN, op. cit., 64-73. Cap. I. De tempore celebrationis Capituli. – Cap. II. De

Capituli Generalis convocatione. – Cap. III. De electoribus qui accedere possunt et debent

Capitulo Generali. – Cap. IV. De forma in Capitulo servanda. – Cap. V. De absolutione a

Censuris. – Cap. VI. De electione Scrutatorum. – Cap. VII. De electione Abbatis Generalis. –

Cap. VIII. De residentia Abbatis Generalis. – Cap. IX. De consilio Abbatis Generalis. – Cap.

X. De functionibus Abbatis Generalis. – Cap. XI. De Vicariis generalibus et Assistentibus. –

Cap. XII. De Visitatione Regulari. – Cap. XIII. De Procuratore Generali. – Cap. XIV. Abbati

Generali quomodo succedatur. – Cap. XV. De sessione ultima Capituli Generalis.

Page 252: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

252

del Soberano Pontífice y la costumbre de otras Órdenes

religiosas310

.

Las facultades y las funciones del Abad General quedan así

descritas:

Cap. X. Las funciones del Abad General.

33. El Moderador supremo de la Orden será el Abad General, y son

de su competencia todos los derechos y privilegios concedidos desde

antiguo a los Abades de Císter y después a los Superiores Generales

de la Orden; y su título será: "Abad General de la Orden

Cisterciense".

34. Así, pues, pertenecen al Abad General el Gobierno Supremo y la

suprema jurisdicción; pero que cada cual conserve los privilegios de

honor y lo demás, mientras no sea en detrimento de aquellos.

35. Le corresponderá:

1. Convocar el Capítulo General cada cinco años y presidirlo;

defender en la medida de lo posible las observancias de los

institutos y la uniformidad, y al mismo tiempo solucionar las

dificultades relativas a toda la Orden.

2. Sobre los bienes o las personas de una comunidad no puede

disponer nada, ni establecer nuevas leyes si no lo exige la

necesidad; y éstas no valen más que hasta el Capítulo General

siguiente, en el que serán confirmadas de nuevo si así parece

oportuno a los Padres Capitulares.

3. No tiene el menor derecho a cambiar las Constituciones de

ninguna de las Provincias, porque la elaboración de las

Constituciones es un derecho reservado al Capítulo General, con la

excepción, ciertamente, de las Constituciones aprobadas por el

Sumo Pontífice; y ni el Abad General ni ningún tipo de Capítulo

pueden cambiar las cosas que han sido sancionadas por la Santa

Sede. Así, pues, en el caso de que se considere necesario un cambio,

siempre hay que pedir la aprobación de la Santa Sede.

4. Que le sea concedido el tratar los asuntos que llegan al Capítulo

General, si es posible, para que tome junto con el Consejo de los

310 29. Abbas Generalis, prout olim semper in Ordine obtinuit, eligitur ad vitam. Residentiam

autem suam ex mente Summi Pontificis et iuxta consuetudinem aliorum Ordinum

Religiosorum habebit in Urbe.

Page 253: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

253

Asitentes una decisión, que no tendrá valor sino hasta el próximo

Capítulo General.

5. El resto, que decida siempre con el consejo de los Asistentes, de

tal suerte que dependa de su consentimiento para los asuntos de

gran importancia que conciernen a toda la Orden… pero en los

temas que atañen a una Congregación particular, es suficiente que

tenga el consentimiento de los asistentes de la Provincia en cuestión.

6. Debe dar cuenta de su administración al Capítulo General.

7. El derecho de confirmar la elección de todos los Abades y Priores

regentes pertenece al Abad General.

8. Los nuevos libros litúrgicos no pueden ser editados sin la

aprobación de la Santa Sede311

.

Las Constituciones tienen algo más que lagunas. No dice casi nada

del Capítulo General, y menos todavía de la relación entre el Capítulo

General y el Abad General, entre el Capítulo General y las Congregaciones.

311 Constitutiones de supremo Ordinis Cist. Regimine, Romae 1902, 14-16 :

Cap. X. De functionibus Abbatis Generalis.

33. Supremus in Ordine moderator erit Abbas Generalis, cui omnia iura et

privilegia authentica olim Abbatibus Cistercii et postmodum Superioribus Generalibus

Ordinis concessa competunt ; ipsiusque titulus erit : "Abbas Generalis Ordinis Cisterciensis".

34. Supremum igitur regimen et suprema iurisdictio pertinent ad Abbatem

Generalem, privilegia autem honoris aliaque, quatenus his non officient, retineat

unusquisque.

35. Ipsius erit : 1. Capitulum Generale quolibet quinquennio convocare eique

praesidere ; item Institutorum observantias et uniformitatem tueri in quantum potuerit

simulque difficultates expedire quae totum Ordinem respiciunt. 2. De bonis aut personis

Communitatis statuere non potest neque novas leges faciat, nisi necessitas exegerit eaeque

non valent nisi usque ad futurum Capitulum Generale, ubi de novo confirmentur si ita

Patribus Capitularibus visum fuerit expedire. 3. Nullum quoque ius habet mutandi

Constitutiones singularum Provinciarum, quia Constitutionum delineatio ius est Capitulo

Generali reservatum ; exceptis utique Constitutionibus a Summo Pontifice approbatis ; neque

enim Abbas Generalis neque quodcumque Capitulum mutare possunt quae a Sancta Sede

fuerunt sancita. Igitur casu quo huiusmodi mutatio necessaria visa fuerit, semper approbatio

S. Sedis exquiri debet. 4. Negotia quorum expeditio ad Capitulum Generale pertinet, ad ipsum

deferat, si fieri potest, secus de consilio Assistentium decisionem ferre poterit, quae tamen

valorem tantum habebit usque ad proximum futurum Capitulum Generale. 5. De coetero

continuo agat cum consilio Assistentium, ita ut in negotiis maioris momenti quae totum

Ordinem respiciunt teneatur eorum consensum… habere, in negotiis autem singulas seorsim

Provincias spectantibus, sufficiet consensus assistentis illius Provinciae de qua agitur. 6. In

Capitulo Generali rationem reddat suae administrationis. 7. Ad Abbatem Generalem spectat

ius confirmandi electionem omnium Abbatum et Priorum regentium. 8. Novi libri liturgici edi

non possunt absque S. Sedis approbatione…

Page 254: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

254

Se comprende bien que la aprobación fue dada solamente ad experimentum

seu usque ad convocationem proximi Capituli Generalis (ad experimentum o

hasta la convocatoria del próximo Capítulo General).

Los Capítulos Generales del 1905312

, 1910 y 1920 efectivamente no

cambiaron las Constituciones; esto acontenció únicamente con el Capítulo

del 1925.

2. LAS CONSTITUCIONES DEL 1925313

Con motivo de dichas lagunas de las Constituciones de los años

1900/1902 y de la promulgación del Codex Iuris Canonici en el 1917, era

necesario elaborar nuevas Constituciones de la Orden.

El texto propuesto a los Padres Capitulares del 1925 comprendía

treinta y un puntos y siete páginas, valga decir que se trata de un texto

bastante breve, que se divide en cuatro títulos:

I. El Capítulo General (núms. 1-16);

II. El Abad General (núms. 17-21);

III. El Procurador General (núm. 22);

IV. Los Superiores de las Congregaciones (núms. 23-30)314

.

En el texto propuesto en los nn. 25 y 26 leemos:

25. Corresponde exclusivamente a la Sede apostólica crear nuevas

Congregaciones, suprimir las creadas, separar monasterios de su

Congregación monástica y unir a ella otras. (Cod. Iur. Can., Canon

494 1).

26 Si casualmente sucediera que se extinguiera del todo una de las

citadas Congregaciones, corresponde al Capítulo General, o fuera

312 En el Archivo de la CIVCSVA, indicación C17, se encuentra una carta mutilada del Abad

General De Bie, escrita en el 1909, después del 5 mayo. Aquí se lee: Revera in Capitulo de

Stams (1905) quaedam mutata fuerunt et accuratius delineata. Eae autem mutationes post

Capitulum oblatae fuerunt S. Congregationi Episcoporum et Regularium, sed nullum venit

responsum. Post aliquod tempus mihi dictum fuit omnia haec tradita fuisse alicui Consultori,

qui nondum responsum suum attulerat ; promissio tamen mihi facta fuit, quod responsum S.

Congregationis mox ut fieret mihi communicaretur. Nihil autem umquam recepi… Quidquid

sit, nihil publicare potui, quia nihil recepi. Ipsa autem acta (Capituli) fuerunt publicata.

313 M.J. TOMANN, op. cit., 82-88.

314 Están entreparéntesis los números del texto aprobados por la Santa Sede: I. De Capitulo

Generali (nn.1-16) ; II De Abbate Generali (nn.17-21) ; III. De Procuratore Generali (n.22) ;

IV. De Superioribus Congregationum (nn.23-30).

Page 255: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

255

del tiempo de Capítulo al Abad General con el consentimiento de los

Asistentes, disponer de sus bienes, salvadas las leyes de la justicia y

la voluntad de los fundadores. (l.c.2)315

.

El Relator de la materia era el Abad de Stams, Esteban Mariacher, el

cual parece que haya sido también el autor del proyecto de las

Constituciones. Al final añadía:

… se ha elaborado un nuevo esquema de Constituciones, que

contiene todas las modificaciones y adiciones hechas en los

anteriores Capítulos Generales, y algunas cosas – contiene sólo

nueve capítulos nuevos – que hay que someter a nueva votación.

Propongo, por tanto, que este nuevo esquema sea aceptado por los

Reverendísimos Capitulares como base de discusión316

.

Como se lee en el Protocolo, para tratar de las Constituciones fueron

suficientes dos sesiones317

.

Se aprueba igualmente el artículo 27 y se establece que, en la

edición oficial de las Constituciones, el nombre de Presidente

substituya a los nombres de Vicario o Superior de Congregación,

todas las veces y donde quiera que salga.

Art. 29. "Que el Padre Abad confirme inmediatamente con la

autoridad de la Orden… al electo presente y que da el

consentimiento, y así confirmado tenga la plena administración en

uno y otro gobierno… Después de la confirmación dada por el

Padre Abad, el neoelecto está obligado a pedir la confirmación

solemne en el término de ocho días al Capítulo General, o, si no está

reunido, al Abad General.

315 Serán los números 24 y 25 del texto aprobado:

25. Novas Congregationes condere, conditasque supprimere, monasteris a sua monastica

Congregatione separare et alii unire ad unam pertinet Sedem Apostolicam (Cod. Iur. Can.,

Canon 494 1).

26. Si forte contingat, ut una ex praedictis Congregationibus penitus extinguatur, ad

Capitulum Gen. vel extra tempus Capituli, ad Abbatem Generalem cum consensu

Assistentium spectat, de bonis ejus statuere, salvis justitiae legibus et fundatorum voluntate

(l.c. 2).

316 … novum schema Constitutionum exaratum est, quod omnes mutationes et additiones quae

in antecedentibus Capitulis Generalibus facta sunt, continet et pauca, tantummodo novem

capita, nova exhibet, quae scrutinio novo subjicienda sunt. Ergo propono, ut hoc novum

Schema tamquam fundamentum discussionis a Rev.mis Capitularibus acceptetur.

317 La cuarta y la quinta sesión, tenídas el 2 y 3 octubre.

Page 256: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

256

El art. 30. que deberá ser releído así: "compete al Abad Presidente

presidir la elección de los Abades o Priores regentes de su

Congregación, confirmar a los Abades nuevamente elegidos, los

Priores regentes, así como a las Abadesas y Prioras regentes,

salvando los derechos de Paternidad…"

Entonces, una vez finalizada la discusión de las Constituciones

"Sobre el Gobierno Supremo de la Orden Cisterciense", el Rv.mo

Abad de Stams propone que el texto así definido sea presentado a la

aprobación de la Santa Sede…318

La Congregación de Mehrerau primero aplicó el CIC/1917 a los

propios estatutos, en el Capítulo tenido desde el 26 al 30 agosto 1919. Aquí

fue reformada la terminología: no se habla de "Provincia", ni tan siquiera de

un Capítulo "provincial", sino del Capítulo de la "Congregación" y al

Superior de la Congregación se le llama Abbas Primarius (nn. 5 y 6).

Las principales novedades de las Constituciones del 1925 respecto a

las del 1900/1902 son las siguientes:

(1) La función del Capítulo General está claramente descrita,

también en las relaciones con el Abad General, mientras que en el

1900 todo esto se daba por supuesto;

(2) El Abad General es tercera instancia en las causas contenciosas;

(3) Es totalmente nuevo el título De Superioribus Congregationum,

porque las Constituciones precedentes trataban solamente De

Supremo Regimine.

El consultor de la S. Congregación para los Religiosos era P. Pierre

Bastien, profesor de la Facultad de Derecho Canónico de S. Anselmo,

318 pp.10-11 del Protocolo.

Approbatur art. 27. et statuitur, ut in editione officiali Constitutionum nomen Praesidis

substituatur nominibus Vicarii vel Superioris Congregationis, quotiescumque et ubicumque

occurrerit.

Art. 29. Electum praesentem et consentientem… Pater Abbas electioni praesidens statim

confirmet Ordinis auctoritate et sic confirmatus plenam administrationem in utroque

regimine habeat… Ultra confirmationem a Patre Abbate datam neoelectus in Capitulo

Generali vel, si non sedet, ab Abbate Generali solemnem confirmationem intra octiduum

petere tenetur.

Art. 30 sic efformandus erit : "Praesidis erit praeesse electionibus Abbatum vel Priorum

regentium suae Congregationis ; confirmare neoelectos Abbates, Priores regentes,

Abbatissas et Priorissas regentes, salvis iuribus Paternitatis…"

Nunc peracta discussione Constitutionum "De Supremo Ordinis Cisterciensis Regimine",

Rev.mus Stamsensis proponit, ut textus ita definitus proponatur approbandus S. Sedi…

Placet.

Page 257: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

257

todavía entonces existente, que pedía un único pequeño cambio en el punto

12319

.

El Congreso de la Congregación encontró mayores dificultades

cuando se empezó a tratar sobre la residencia del Abad General.

El Capítulo General del 1925 proponía el siguiente texto:

18. Del mismo modo que en otros tiempos el Abad General

gobernaba toda la Orden desde su monasterio de Cister, así en

nuestra época no parece necesario que el Abad General fije su

residencia de forma permanente en Roma, y, en consecuencia, no

tiene necesidad la renunciar al gobierno de su monasterio; es

suficiente que resida parte del año en Roma, en la Casa General,

para tratar los diferentes asuntos320

.

El Congreso dejó la decisión sobre éste punto al Sumo Pontífice. Se

lee en las actas:

Los Estatutos han sido examinados por el Consultor P. Bastien OSB

y el Congreso de la S. Congregación también los ha examinado y es

del parecer de que se pueden aprobar definitivamente321

.

Pío XI prescribió después la residencia romana del Abad General:

18. La residencia habitual del Abad General, y a cuantos se le

confie el régimen de toda la Orden será en Roma322

.

El texto del decreto de aprobación es el siguiente:

El Santísimo Señor Nuestro Pío XI, Papa por divina providencia, en

la audiencia concedida al infrascrito Cardenal Prefecto de la

Sagrada Congregación para los asuntos de los Religiosos, el día 10

319 Pidió, es decir, añadir el texto siguiente: si quae decreta totum Ordinem respicientia

condita fuerint, quam primum in quolibet coenobio promulgentur. Así el voto del 15 junio

1926. Las Constituciones fueron presentadas a la Santa Sede el 18 abril 1926.

320 18. Sicut olim Abbas Generalis ex suo monasterio Cistercii totum Ordinem regebat, ita et

nostris temporibus necessarium non videtur, ut Abbas Generalis semper sedem suam in Alma

Urbe fìgat, proinde opus non erit sui monasterii renuntiare regimini, sed sufficiet, si pro

varietate negotiorum per aliquod tempus anni Romae in Domo Generalitia resideat.

321 Gli statuti sono stati esaminati dal Consultore P. Bastien OSB ed il Congresso della S.

Congregation li ha anche esaminati ed e del parere che si possano approvare

definitivamente.

322 18. Residentia habitualis Abbatis Generalis, cui totius Ordinis regimen commissum est,

erit in Urbe Roma.

Page 258: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

258

de agosto de 1926, después de haberlo considerado con

detenimiento, se dignó aprobar y confirmar definitivamente el texto

de las Constituciones sobre el Gobierno Supremo de la Orden

Cisterciense de la Común Observancia, antes aprobadas

experimentalmente, pero que ahora, con algunas modificaciones

introducidas y adaptado al CIC, tal como se contiene en este

ejemplar… con las enmiendas que en él se han introducido, aprueba

y confirma definitivamente según el tenor de este decreto…

Cardenal Camilo Laurenti, Prefecto.

Vicente La Puma, Secretario323

La noticia de esta aprobación, acerca del cambio aportado sobre la

cuestión de la residencia del Abad General, no se conoció hasta el 31 julio

1927, cuando se reunió el Capítulo General. El Abad General como no tenía

intención de cambiar de residencia, dimitió enseguida.

Es curioso deber constatar que el texto de estas Constituciones

definitivamente aprobadas por Pío XI, nunca fueron publicadas.

3. TRES NUEVAS CONGREGACIONES

1(18) LA CONGREGACIÓN DE ZIRC324

La Congregación fue erigida con el Breve de Pío XI del 27 enero

1923325

.

En una carta del 20 agosto 1920, dirigida al Capítulo General de la

Orden, el Abad de Zirc, Remigio Békefi326

, se expresaba así:

323 SS. D.N. PIUS Divina Providentia PP. XI in Audientia habita ab infrascripto Card.

Praefecto S. Congregationis Negotiis Religiosorum Sodalium praepositae, die 10 augusti

1926, re sedulo perpensa, textum Constitutionum de Supremo Regimine Ordinis Cisterciensis

communis observantiae, iam pro experimento approbatum, nunc vero nonnullis mutationibus

inductis et CIC conformatum, uti continetur in hoc exemplari… cum emendationibus insertis,

definitive approbare et confirmare dignatus est, prout praesentis Decreti tenore definitive

approbat et confirmat… C.Card. Laurenti, Praefectus. Vinc. La Puma, secret.

324 Cfr. P. ZAKAR, Consuetudines und Constitutiones Zircenses (1814-1941), Analecta Cist.

38 (1982) 181-332.

325 Extat in Hungaria, cist. Chronik 35 (1923) 74s.

326 R. Békefi, nacido el 3 agosto 1858, profeso de Zirc del 1877, elegido Abad de Zirc, 19

septiembre 1911, nombrado Abad por el Rey de Hungría el 21 septiembre 1911, m. 21 mayo

1924.

Page 259: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

259

Entre las peticiones… propuestas al Capítulo General se encuentra

también la nuestra de constituir la Congregación Húngara, que

desea organizar su vida según unas Constituciones propias…

Suplicamos al Venerable Capítulo que se desmiembre la

Congregación Austro-Húngara y que los Húngaros se constituyan

en Congregación Independiente bajo el inmediato derecho de visita

del Padre Abad General residente en Roma327

.

En el Protocolo del Capítulo General del 1920 están citadas las

palabras del Abad de Zirc:

…estamos convencidos de que a estas horas podemos alcanzar muy

bien esta finalidad, si se nos permite organizar nuestra vida

constituyendo una Congregación independiente, de acuerdo con las

Constituciones que hemos presentado328

.

En el Breve de Pío XI se afirma que la Congregación en aquel

tiempo contaba con 169 monjes y que la Abadía de Zirc tenía siete casas

filiales.

El Breve dispone:

Nos… la erigimos en Congregación Húngara separada, con el título

de Congregación de Zirc, y la constituimos de la Orden

Cisterciense, en el mismo grado y forma que las demás

Congregaciones que pertenecen a ella… Decretamos además con

nuestra misma autoridad que esta Congregación se rija de

conformidad con la Constitución General de la Orden

Cisterciense… Prescribimos, con todo, que redacten lo antes posible

unas Constituciones particulares y las envíen a Roma para obtener

la aprobación de la mencionada Congregación de los

Religiosos…329

327 Inter vota… Capitulo Generali proposita invenitur etiam nostra de instituenda

Congregatione Hungarica quae secundum proprias Constitutiones vitam instituere

desiderat… Supplicamus Venerabile Capitulum, ut Congregatio Austriaco-Hungarica

dismembretur et Hungari in sui iuris Congregatione sub immediata visitatione Patris Abbatis

Generalis in Urbe residente constituantur…

328 … persuasum nobis est, nunc temporis optime hunc finem prosequi posse, si nobis in

Congregatione sui iuris constitutis secundum Constitutiones propositas vitam instituere atque

ordinare licuerit.

329 Nos… in Congregationem separatam Hungaricam erigimus et constituimus, sub titulo

Congregationis Zircensis ad Ordinem Cisterciensem, eodem gradu et forma ceteris

Congregationibus pertinentibus… Insuper decernimus eadem Nostra auctoritate, ut haec

Page 260: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

260

En el proyecto de las Constituciones elaborado poco después330

, la

terminología es constante. Se habla siempre del Capítulo de la

Congregación, nunca de una "Provincia" y al Superior de la Congregación se

le llama Presidente. En el proyecto se dice:

Los Cistercienses que viven en el Reino de Hungría… sienten la

necesidad de constituir una Congregación independiente, aprobada

por la Sede Apostólica, con el nombre de Congregación Húngara de

la Sagrada y Exenta Orden Cisterciense, que siga la observancia

común de la Orden Cisterciense y goce de los mismos derechos y

privilegios que las demás Congregaciones [Austríaca, Helvético-

Germánica, Belga, Francesa e Italiana] 331

.

Las Constituciones de la Congregación fueron aprobadas ad

septennium pro experimento332

el 20 junio 1941. Para esta ocasión, el 16

julio 1941, el Abad General Edmundo Bernardini333

escribió una carta a los

monjes de Zirc, de la cual citamos algunos fragmentos:

Ahora, finalmente, al cabo de más de veinte años, superadas

numerosas dificultades, trabajos y angustias, ha llegado a feliz

término lo que era un deseo: la Congregación de Zirc ha obtenido

una ley aprobada por la Sede Apostólica, y esta autoridad

eclesiástica suprema, a la que hemos de obedecer también en virtud

del voto de obediencia, ordena y establece tanto la constitución de

la Congregación de Zirc como la vida y observancia regular de los

Cistercienses húngaros, y esto de tal manera que, sin el beneplácito

apostólico, no se pueda cambiar ni abrogar ni derogar en absoluto

Congregatio regatur ad formam Constitutionis Generalis O.Cist. Verumtamen praecipimus,

ut peculiares quam primum redigantur Constitutiones et transmittantur ad Urbem pro

approbatione obtinenda a supradicta Religiosorum Congregatione…

330 Constitutiones regulares Congregationis Hungaricae S. et Ex. Ord. Cisterciensis ad CIC

redacta, Budapest 1920.

331 Liber I, cap. I. De ipsa Congregatione, p.9 : Iam Cistercienses in Regno Hungariae… in

illam se sentiunt necessitatem redactos, ut nomine Congregationis S. et Exempti Ord. Cist.

Hungaricae sui iuris Congregationem - Sede Apostolica adprobante (Can. 494 1) - consti-

tuant, quae Ordinis Cisterciensis observantiam communem teneat ; quaeve iisdem ac ceterae

(Austriaca, Helveto-Germanica, Belgica, Gallica et Italica) Congregationes iuribus et

privilegiis polleat.

332 El sentido de la expresión ad septennium pro experimento será aclarado infra.

333 E. Bernardini, nacido el 9 febrero 1879, profeso de la Congregación de S. Bernardo en

Italia desde el 1895, Abad Presidente de la misma Congregación en los años 1925-1937, Abad

General el 15 septiembre 1937, dimitió el 21 septiembre 1950, m. 11 enero 1955.

Page 261: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

261

ningún artículo de estas Constituciones, ni ahora ni nunca en el

futuro.

Porque, una vez la Santa Sede ha aprobado una cosa, nadie la

puede cambiar ni abrogar, excepto la misma Sede Apostólica. Ahora

bien, la cláusula "por siete años, a prueba", según la práctica y el

estilo de la Curia, no significa que las Constituciones, una vez

transcurridos los siete años, ya no obliguen, sino que estas

Constituciones han de ser experimentadas al menos siete años, de

modo que no se puedan presentar antes de transcurridos siete años

a la definitiva aprobación de la Sede Apostólica.

Si, pues, estas Constituciones, pasados siete años, necesitan, a juicio

del Abad Presidente y del Capítulo de la Congregación de Zirc, en

vista a su definitiva aprobación, ser experimentadas más

largamente, nada impide que se las someta a una prueba más larga,

hasta que se pueda llegar a su definitiva aprobación; sin que en este

caso sea necesaria ninguna prórroga de la aprobación dada por la

Santa Sede a estas Constituciones, para poder hacer la prueba más

larga.

La Santa Sede, la primera vez que aprueba las Constituciones que se

presentan a la aprobación apostólica, ordinariamente las aprueba y

confirma por siete años, pro experimento, con la intención de que se

experimenten ciertamente durante siete años, pero sin excluir una

prueba más larga; mientras tanto las Constituciones aprobadas

obligan a los súbditos, hasta que obtengan la aprobación definitiva

de la Santa Sede. Una vez obtenida, se hace valer esta regla del

derecho: en derecho, toda corrección es odiosa. Es decir, entonces,

una vez obtenida la aprobación definitiva, los cambios, a causa del

principio que acabamos de citar, es más difícil que se aprueben334

.

334 Nunc tandem, post spatium plus quam viginti annorum, superatis innumerabilibus

difjficultatibus, laboribus et angoribus, id quod in proposito erat ad felicem exitum perductum

est : Congregatio Zircensis accepit legem a Sede Apostolica approbatam, qua summa

auctoritate ecclesiastica, cui etiam vi voti obedientiae obedire debemus, tam constitutio

Congregationi Zircensis quam et vita observantiaque regularis Cisterciensium Hungaricorum

ordinatur et statuitur, et quidem ita, ut sine beneplacito Apostolico nihil omnino in hisce

Constitutionibus vel mutati vel abrogari vel cuicumque articulo derogari possit neque nunc

neque umquam in futuro. Quod enim semel a Sancta Sede approbatum existit, a nemine

mutari potest vel abrogari nisi a Sede Apostolica sola. Clausula vero "ad septennium pro

experimento" iuxta praxim stylumque Curiae non significat, Constitutiones, elapso septennio,

non amplius obligare, sed harum Constitutionum saltem ad septennium experimentum fieri

debere ita, ut ante septennium elapsum non possint ad approbationem definitivam Sedi

Apostolicae praesentari. Si igitur hae Constitutiones septennio elapso, sub respectu

Page 262: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

262

La Abadía de Zirc con sus casas filiales fue suprimida por el Estado

el 8 septiembre 1950 y, únicamente en el 1989 pudo reemprender su vida.

Las Constituciones de la Congregación fueron aprobadas por la Santa Sede

el 8 marzo 1991.

2(19) LA CONGREGACIÓN DEL PURÍSIMO CORAZÓN DE LA

VIRGEN MARÍA

La Congregación fue erigida con el Breve Refert ad Nos de Pío XI

del 27 enero 1923335

y representó la unión de dos monasterios masculinos

(Ossegg y Hohenfurth) y de tres monasterios de monjas (Marienthal,

Marienstern, Himmelspforten).

En el Protocolo del Capítulo General del año 1920 con fecha del 8

septiembre se lee:

El Rvmo. Abad de Hohenfuth ha demostrado en una larga relación

la necesidad de desmembrar (la Congregación Austro-húngara), a

causa de la evolución política en Bohemia y pide…

Como no se ha encontrado a nadie que contradiga a este orador, el

Capítulo ha aprobado la petición según sus poderes, y el Rv.mo P.

Abad General ha prometido que este desmembramiento, según el

Código de Derecho Canónico can. 494§1, sería recomendado ante

la Sagrada Congregación de Religiosos336

.

approbationis definitivae ulteriore experimento iuxta iudicium Abbatis Praesidis et Capituli

Congregationis Zircensis indigeant, nihil obstat, quominus eaedem ulteriori experimento

subjiciantur, usquedum ad earum definitivam approbationem deveniri possit, quin in hoc casu

prorogatio approbationis Sanctae Sedis harum Constitutionum pro ulteriore experimento

necessaria sit. Sancta Sedes Constitutiones primum pro approbatione Apostolica praesentatas

approbans easdem ordinarie ad septennium pro experimento approbat et confirmat

intendens, ut saltem ad septennium experimento quoque probentur, quin excludat ulterius

experimentum, durante quo Constitutiones approbatae subditos obligare pergunt, usquedum

approbationem definitivam S. Sedis obtinuerint. Qua approbatione definitiva obtenta, valet

Regula luris : omnis correctio in iure odiosa. Tunc, approbatione definitiva scilicet obtenta,

difficilius ob principium modo adductum mutationes approbantur.

335 Cist. Chronik, 35 (1923) 73s.

336 Protocolo, p.9 : Rev.mus D.D. Abbas Altovadensis propter evolutionem politicam

Bohemiae longiori relatione demonstravit necessitatem dismembrationis (Congregationis

austro-hungaricae) et rogat… Cum nemo fuisset, qui huic Oratori contradiceret, Capitulum

approbavit hanc petitionem, in quantum poterat, et Rev.mus P. Abbas Generalis promisit,

hanc dismembrationem ad normam CIC can. 494,1 S. Congregationi Religiosorum

commendaturum esse.

Page 263: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

263

En el Breve Apostólico se dice:

… Nos… in Congregationem Bohemiae distinctam erigimus et

constituimus sub titulo Purissimi Cordis B. M. Virginis et cum

eodem gradu et forma ac ceterae Congregationes Ordinis

Cisterciensium……(Nos… erigimos y constituimos en Congregación

particular de Bohemia bajo el título del Purísimo Corazón de la

Virgen María, con el mismo rango y en la misma forma que las

otras Congregaciones de la Orden de Cister)337

.

Después de la segunda guerra mundial Hohenfurth y Ossegg fueron

suprimidas por el Estado y el 12 enero 1959 Hohenfurth se unió, previo

Rescritpo de las S. Congregación de los Religiosos y con una unión aeque

principali, a Rein338

. La unión se deshizo en mayo del 1991.

La Congregación nunca tuvo Constituciones aprobadas por la Santa

Sede y subsisten todavía en el 1997 notables dificultades para una

aprobación, dada la situación de los monasterios masculinos en la República

Checa.[Aprobadas el 25 de febrero de 1999. Prot.n. C 76 – 1/94]

3(20) LA CONGREGACIÓN DE CASAMARI

Casamari, donde en el 1717 se introdujo la observancia de la

Trapa339

, en el 1892 no se unió a otras Congregaciones de los Trapenses para

formar la Orden de los Cistercienses Reformados340

. El Abad General de la

Orden Cisterciense fue el Visitador Apostólico permanente desde 1º de abril

337 … Nos… in Congregationem Bohemiae distinctam erigimus et constituimus sub titulo

Purissimi Cordis B. M. Virginis et cum eodem gradu et forma ac ceterae Congregationes

Ordinis Cisterciensium…

338 Prot. N. 1623/58.

339 Véase el Breve Exposuit Nobis de Clemente XI del 7 abril 1717. Casamari no obstante esta

nueva observancia continuó perteneciendo a la Provincia de Toscana, de la cual fue separada

el 23 diciembre 1762 con el Breve Quaecumque ad maioris regularis disciplinae

observantiam de Clemente XIII. Desde el 1821 Casamari ya no formó más parte de la

Congregación de S. Bernardo. Cfr. M. QUATEMBER, De statu iuridico Casaemarii, ms. en

el ACGOC, 13-16.

340 Cfr. el Memoriale dove si dimostra non essere opportuno, essere invece pregiudizievole

variare lo stato attuale del Monastero di Casamari del Abad Gabriel M. Paniccia, el cual

firma "de los CC.RR" - de los Cistercienses Reformados, del 8 septiembre 1892, impreso en

Frosinone en el 1892, 26 páginas. ACGOC, Constituciones de Casamari. – Desde el 1717 en

casi todos los documentos pontificios Casamari es llamado Ordinis Cisterciensium

Reformatorum Beatae Mariae de Trappa o Ordinis Cisterciensis Strictioris Observantiae.

Page 264: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

264

1916341

. El Abad General Francisco Janssens342

, después haber concluido la

visita canónica, el 23 diciembre 1927 tuvo una reunión capitular con los

monjes de Casamari. También P. Mateo Quatember343

, asistió a esta reunión.

Tenemos el Protocolo de la sesión:

En este Capítulo fueron discutidas y aprobadas las Constituciones de

la futura Congregación, que tienen como título:

Constituciones de la Congregación monástica de Casamari, de la

Sagrada Orden Cisterciense de la Común Observancia…

(Constitutiones Congregationis monasticae Casamariensis S. Ord.

Cisterciensis Communis Observantiae…)

En el Procolo se lee:

Después del artículo 3, que dice: "la unión de esta Congregación

con la Orden Cisterciense de la Común Observancia, consintiendo

ambos Capítulos Generales, es decir, el de la Sagrada Orden

Cisterciense y el de la Congregación de Casamari, será

deliberada…, añádase el artículo 3 bis:

La Congregación monástica de Casamari goza de todos los

privilegios concedidos a la Orden Cisterciense, con la que también

comunica en cuanto a privilegios344

.

El 16 diciembre 1927 el Abad General Francisco Janssens, Visitador

Apostólico de Casamari, añadió un Appendix ad Constitutiones

Congregationis Casamariensis. En él se lee:

Todos los capitulares están de acuerdo en que, observando todo lo

que en derecho haya que observar, se haga la unión con la Sagrada

Orden Cisterciense. El Abad General promete que tan pronto como

341 El Breve Ex pastoralis muneris officio de Pío X del 15 abril 1905 constituía al Abad

General de la Congregación de Subiaco como Visitador Apostólico. Los documentos

correspondientes se encuentran en el Archivo de Casamari.

342 F. Janssens, nacido el 20 febrero 1881, Trapense en Achel 1901-1903, Profeso de Pont

Colbert el 20 agosto 1904, Abad de Pont Colbert el 2 octubre 1924, Abad General el 1º agosto

1927, dimitió el 21 enero 1936, m. el 23 abril 1950.

343 M. Quatember, nacido el 1 agosto 1894, profeso solemne de Hohenfurth el 4 agosto 1918,

Procurador General del 1934 al 1950, Abad General 21 septiembre 1950, m. 10 febrero 1953.

344 III. n. 3, p.2 : Post articulum tertium qui dicit : "Unio huius Congregationis cum Ord.

Cisterciensi C.O., consentiente utroque Capitulo Generali, i.e. S. Ordinis Cisterciensis et

Congregationis Casamariensis…in consilio est" addatur articulus 3bis : Congregatio

monastica Casamariensis gaudet omnibus privilegiis Ordini Cisterciensi concessis quocum

etiam communicat relate ad privilegia.

Page 265: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

265

pueda preguntará por carta a los Definidores Generales de la

Sagrada Orden Cisterciense y a otras personas competentes en esta

materia si aceptan esta unión. Y, una vez recibida la respuesta

afirmativa, el Ilustrísimo Abad General acudirá enseguida a la

Santa Sede para que la Congregación de Casamari sea

canónicamente erigida como Congregación monástica de la

Sagrada Orden Cisterciense345

.

El Abad General escribió después, el 14 enero 1928, al Abad

Presidente de la Congregación del Sagrado Corazón de Jesús (Austriaca):

… La Congregación Italiana de Casamari, de la que soy Visitador

canónico, me pidió, en la visita canónica que llevé a cabo, que

nuestra Sagrada Orden los reciba como una de las demás

Congregaciones que integran nuestra Sagrada Orden. Ya he

hablado de este asunto tan importante con varios Reverendísimos

Abades, por ejemplo con los de Zirc y de Mehererau, y todos están

de acuerdo en que les recibamos, lo que es una gran ventaja para

nuestra Sagrada Orden. Ruego, pues, a Vuestra Paternidad

Reverendísima y Amadísima que me quiera responder si está de

acuerdo346

La respuesta del Abad Gregorio del 20 enero 1929 dice:

Si la Congregación de Casamari de la Orden Cisterciense se une a

nuestra Orden, esto representará un incremento y un beneficio no

345 ACGOC, Costituzioni di Casamari. El Appendix lleva la firma del Abad General: Fr. M.

Franciscus Janssens, Abbas gen. S.O.Cist. ac visitator canonicus: Omnes Capitulares

conveniunt, ut unio cum S. Ordine Cisterciensi, praestitis de iure praestandis fiat. Abbas

Generalis promittit se quamprimum per litteras Definitores Generales S.O.Cist. aliasque hac

in re competentes personas interrogaturum esse, utrum assentiant huic unioni. Accepto vero

responso affirmativo, Ill.mus Abbas Generalis absque mora Sanctam Sedem adibit, ut

Congregatio Casamariensis canonice erigatur tamquam Congregatio monastica S. Ordinis

Cisterciensis.

346 ACGOC, Constituciones di Casamari : Congregatio Italica Casamariensis, cuius sum

visitator canonicus, me rogavit in visitatione canonica, quam peregi, ut Ordo Sacer noster

illos accipiat sicut alias Congregationes integrales S. Ordinis nostri. Iam locutus sum de hac

re maximi momenti cum pluribus Abbatibus reverendissimis, v.g. Zircense, de Mehrerau, et

omnes consentiunt, quod est magnum emolumentum pro S. Ordine nostro, quod ipsos

recipiamus. Rogo ergo Paternitatem Vestram Rev.mam ac Carissimam, ut velis mihi

rescribere, si es consentiens …

Page 266: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

266

pequeño para la Orden, razón por la que consiento de muy buena

gana a la unión347

.

Para una erección de la Congregación de Casamari, era necesario

tener en cuenta también el hecho de que solamente el monasterio de

Casamari era sui iuris, S. Domenico y Valviscolo y las otras casas en cambio

eran estrictamente dependientes348

.

No hay duda de que en estos años, tanto antes como después del

Capítulo General del 1925, las Congregaciones cistercienses se han

considerado "monásticas", como dicen también las Constituciones

definitivamente aprobadas en el 1926349

.

También P. Mateo Quatember era de esta opinión al escribir la

primera parte del estudio de la situación jurídica de los monasterios de

Casamari y la filiación de la casas dependientes350

, donde precisamente se

habla de Congregación monástica. Pero posteriormente, cambió de idea,

cuando empujaba para la definición legal de la Congregación monástica del

can. 488§2351

, no pudiendo imaginar que Congregaciones monásticas

347 Si Congregatio Casamariensis O.Cist. Ordini nostro unitur, hoc haud parvo tam

incremento quam emolumento Ordini erit, quapropter unioni libentissime consentio…

348 En aquel tiempo Casamari tenía un "Prior regente", ad nutum Sanctae Sedis, confirmado

por la Santa Sede el 27 abril 1928: S. Congre. de los Religiosos Prot. N. 3048/24. Los

profesos de Casamari en este momento eran 50, 18 sacerdotes, 19 profesos estudiantes de

teología, 13 conversos. En Casamari vivían 35 profesos, en San Domenico 6, en Valviscolo 3,

en Cotrino 3 y en Martano 3.

349 Es curioso constatar que en la copia auténtica de estas Constituciones, que se encuentran

en el ACGOC, en la p. 15 junto a la frase a sua congregatione monastica está escrito a lápiz

"falsch", es decir, "es falso".

350 Se trata de un escrito mecanografiado de 83 páginas, redactado en el 1928, antes del 20

julio. ACGOC, Constituciones de la Congregación de Casamari. De statu iuridico Monasterii

Casamariensis domorumque filiarum ab eo dependentium, p. 5: Ordo Cisterciensis comunis

observantiae dividitur in congregationes monasticas quae simul sumptae constituunt Ordinem

Cisterciensem communis observantiae… La palabra monastica fue tachada después con la

pluma. – p. 32: Casamarium domusque eius filiales omnia nunc expectant… ut Sancta Sedes

benigne concedat… erectionem canonicam Congregationis monasticae Casamariensis…

También aquí fue tachada más tarde la palabra monasticae. – Sin embargo, en la p. 79,

M. Quatember, partiendo del hecho de que para él la Confederación Benedictina no era

persona moral, concluía que las Congregaciones cistercienses no constituían Congregaciones

monásticas.- El Consultor de la S. Congregación de los Religiosos para la cuestión de

Casamari (erección en Congregación, Constituciones) era el P. Vermeersch S.J.

351 Veniunt nomine… Congregationis monasticae plurium monasteriorum sui iuris inter se

coniunctio sub eodem Superiore… - Can.. 488, 6: Provinciae plurium religiosarum domorum

inter se coniunctio, partem eiusdem religionis constituens.

Page 267: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

267

pudiesen unirse en una persona moral superior. Él pensaba –erróneamente-

que la Confederación Benedictina no fuese una persona jurídica y de éste

presupuesto sacaba sus conclusiones352

.

Nótese la opinión del P. Quatember en mérito a propósito de la

cuestión de si Casamari con sus Prioratos pudiera ser agregado como

monasterio autónomo con casas dependientes, bajo la inmediata potestad

del Abad General de la Orden o, respectivamente, del Capítulo General de

la Orden.

La primera forma [arriba descrita] hay que excluirla, y esto por una

doble razón:

a) El nuevo derecho constitucional de la Orden Cisterciense de la

Común Observancia aprobado por la Santa Sede el día 10 de agosto

de 1926, de ninguna manera prevé el caso de que un monasterio

autónomo sea puesto inmediatamente bajo la potestad del Abad

General o del Capítulo General de la Orden, sino que está

íntegramente fundado y construido sobre una institución jurídica

propia de esta Orden, esto es, la Congregación cisterciense. Es

verdad que dos monasterios sui iuris autónomos, esto es, Pont-

Colbert en Francia y Szczyrzyc en Polonia, están inmediatamente

bajo la potestad del Abad General y del Capítulo General. Pero esto

se hizo por razón de circunstancias especiales gravísimas, visto que

la incorporación de estos monasterios a una Congregación

cisterciense ya constituida es imposible por el momento, y que

aquellos dos monasterios, por falta de casas filiales, no pueden ser

erigidos como Congregación cisterciense. Este caso extraordinario

y enteramente excepcional desaparecerá tan pronto como sea

posible la unión de estos monasterios con alguna Congregación

cisterciense, cuando sean vencidas las dificultades que a ella se

oponen, o bien haya base suficiente para erigir una Congregación

cisterciense propia. Pero como la situación jurídica de estos

monasterios es un caso absolutamente extraordinario, excepcional y

352 Fue A. Larraona el primero en declarar que la Confederación Benedictina era una persona

moral colegial: Comm. pro Relig. 12 (1931) 247, nota 446. Esta doctrina fue aprobada por la

Lex propria de la Confederación Benedictina por Pío XII el 21 marzo 1952: Confederatio…

personae moralis collegialis figuram, ad normam CIC (c. 99,100) induit.La Lex propia,

puesta al día el 25 marzo 1982 por la Santa Sede (Prot. N. B. 123-1/81), eb el n. 3

dice:Confoederatio… personae iuridicae et quidem universitatis personarum collegialis

induit, ex qua tamen nec novum Institutum religiosum nec nova monastica Congregatio

oritur, in: Ius proprium Confederationis Benedictinae, Roma 1985, p. 8.

Page 268: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

268

transitorio, el nuevo derecho constitucional de la Orden no lo

contempla ni lo prevé.

Además es bien odioso, en derecho, multiplicar los casos

excepcionales sin necesidad, ya que así el derecho común

constitucional resulta perturbado y minado en sus mismos

fundamentos.

Así, pues, por una razón muy grave, es decir, que se mantenga ileso

y se observe el derecho constitucional de la Orden Cisterciense, hay

que excluir la primera forma por la que Casamari podría unirse a la

Orden Cisterciense.

Pero también por otra razón:

b) Porque, en el caso de Casamari y de sus casas filiales, hay base

suficiente para erigir una Congregación Cisterciense propia353

.

La Congregación de Casamari fue erigida, después de estos

antecedentes, el 15 agosto 1929:

353 Estudio citado p. 168 en la nota 350: … tamquam monasterium autonomum cum

dependentia sub immediata potestate Abbatis Generalis Ordinis, resp. Capituli Generalis

Ordinis. Primus modus (supra descriptus) excludendus est et quidem ex duplici ratione : a)

Jus novum constitutionale Ordinis Cisterciensis communis observantiae a Sancta Sede die 10

augusti 1926 approbatum nullo modo providet casui, ut monasterium sui iuris immediate

subiiciatur potestati Abbatis Generalis vel Capituli Generalis Ordinis, sed ex integro fundatur

et superaedificatum est super instituto iuridico et proprio huic Ordini, nempe Congregationis

Cisterciensis. Est quidem verum duo monasteria sui iuris autonoma, scil. Pontis Colberti in

Gallia et Ciricii in Polonia immediate potestati Abbatis Generalis et Capituli Generalis

subiecta esse. Sed hoc factum est, quia propter circumstantias speciales gravissimas quum

incorporatio istorum monasteriorum cum aliqua Congregatione Cisterciensi iam constituta

pro hic et nunc impossibilis est tum quia illa duo monasteria propter defectum domorum

filialium non possunt tamquam Congregatio Cisterciensis erigi. Hic casus extraordinarius et

omnino exceptionalis tolletur, quam primum vel unio istorum monasteriorum cum aliqua

Congregatione Cisterciensi sublatis difficultatibus contrariis possibilis erit vel sufficiens

substratum ad erigendam propriam Congregationem Cisterciensem aderit. Quia vero status

iuridicus illorum monasteriorum est casus omnino extraordinarius et exceptionalis et

pertransiens, ius novum constitutionale Ordinis talem casum non respicit nec illi providet.

Iamvero certe est res odiosa in iure casus exceptionales sine necessitate multiplicare et sic ius

commune constitutionale perturbare et in suis fundamentis concutere. Ergo ex ratione

gravissima, scil. ut ius constitutionale Ordinis Cisterciensis illaesum servetur et observetur,

excludendus est primus modus quo Casamarium cum Ordine Cisterciensi per se uniri posset.

Sed etiam ex alia ratione : b) quia in casu monasterii Casamariensis domorumque eius

filialium sufficiens substratum adest ad erigendam propriam Congregationem Cisterciensem.

Page 269: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

269

Decreto.

Esta Sagrada Congregación para los asuntos de los Religiosos ha

considerado maduro el actual estado religioso, moral y económico

de la antigua y célebre Abadía de Casamari, de la Orden de Cister,

hasta el presente directamente bajo la Santa Sede por un Visitador

Apostólico, quien da ahora esperanzas de ver reflorecer en ella el

espíritu religioso y la disciplina regular, y de acrecentarse en el

futuro.

De esta forma, a fin de que sea posible favorecer su bien y

crecimiento, el asunto ha sido sometido a la augusta consideración

de SS. Nuestro Señor Papa Pío XI. Desde la audiencia concedida

con benevolencia al abajo firmante Cardenal Prefecto, después de

haber escuchado el punto de vista del Rev.mo Abad General de la

Orden de Cister y con el acuerdo previo del Capítulo General de

esta misma Orden354

, Su Santidad ha decretado, a tenor del presente

Decreto, que erige y constituye en Congregación sui iuris a esta

misma Abadía de Casamari, con todas sus casas y monasterios, y

que la agrega a la susodicha Orden de Cister C.O. con todos los

derechos y privilegios de los que usan y disfrutan las otras

Congregaciones de esta misma Orden según las Constituciones. Que

sea expedido el Breve355

.

Dado en Roma, por el Secretario de la Sagrada Congregación de

los Religiosos, el 15 de agosto de 1929, fiesta de la Asunción de la

Beatísima Virgen María.

L.S. Alexis Henri Marie Card. Lépicier, O.S.M. Prefecto.

Vincente La Puma, Secretario. 356

354 En las Actas publicadas del Capítulo General Extraordinario del año 1927 no existe huella

de tal decisión.

355 El Breve Beati Petri Apostoli del 14 diciembre 1929 repite las mismas fórmulas: AAS 23

(1931) 369-370.

356 Decretum. Haec Sacra Congregatio Negotiis Religiosorum Sodalium praeposita mature

perpendit actualem conditionem religiosam, moralem atque oeconomicam pervetustae et

illustris Abbatiae Casamariensis, Ordinis Cisterciensis, quae iamdiu immediate subiecta

Sanctae Sedi per Visitatorem Apostolicum, nunc spem dedit fore ut in ea spiritus religiosus ac

regularis disciplina refloreat et in dies augeatur. Itaque ut eiusdem bona et incremento

provideri queat, res subiecta est augustae considerationi SS. Domini Nostri Pii PP. XI. Porro

Sanctitas Sua in audientia diei 24 iulii 1929 benigne concessa infrascripto Cardinali

Praefecto, audito voto Rev.mi Abbatis Generalis Ordinis Cisterciensis et praehabito consensu

Capituli Generalis eiusdem Ordinis, erigere decrevit, prout praesentis Decreti tenore erigit et

constituit in Congregationem sui iuris cum omnibus domibus ac monasteriis eidem Abbatiae

Page 270: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

270

El mismo día la S. Congregación de los Religiosos promulgaba otro

decreto, con el cual nombraba a los Oficiales mayores de la Congregación,

donde se habla explícitamente de una Congregación monástica:

Ya que en la Congregación de Casamari recientemente erigida y

agregada a la Orden Cisterciense C.O…. a causa de las situaciones

particulares en las cuales se encuentra la nueva Congregación

monástica en los primeros tiempos de su erección, que no falte

proceder a la celebración de un Capítulo General para designar a

sus Oficiales, esta misma S. Congregación …357

Pero debía, sin embargo, haber alguna dificultad acerca de las

Constituciones, porque se remonta al 27 julio 1930 una carta del Cardenal

Lépicier, Prefecto de la Congregación de los Religiosos, dirigida al Abad

General, que transcribimos:

Ya que nos parece que las Constituciones de la Congregación de

Casamari han sido aprobadas debidamente por la Sede Apostólica

en lo que concierne a cada artículo, estamos llamados por nuestro

cargo a haceros esta advertencia: que nadie presuma de discutir

dichas Constituciones en el Capítulo General de toda la Orden

Cisterciense C.O., que tendrá lugar en Mehrerau dentro de poco y

que usted presidirá358

.

Del 6 al 8 de agosto 1930 se celebró el Capítulo General de la

Orden, al cual, además del Abad de Casamari, asistieron también dos

Casamariensi subiectis eamque adgregat praefato Ordini Cisterciensi C.O. ; cum omnibus

iuribus ac privilegiis, quibus aliae Congregationes eiusdem Ordinis fruuntur et gaudent ad

normam Constitutionum. Expediatur per Breve.

Datum Romae, ex Secretaria Sacrae Congregationis de Religiosis, die 15 augusti 1929, festo

B.M.V. in Coelum Assumptae.

L.S.Alexius Henricus Maria Card. Lépicier, O.S.M. Praefectus, Vincentius La Puma,

Secretarius.

357 S. Congreg. de los Religiosos, Prot. N. 4811/28. Cum in Congregatione Casamariensi

noviter erecta et adgregata Ordini Cisterciensi C.O… ob peculiaria adiuncta in quibus

versatur nova Congregatio monastica in primordiis suae erectionis, procedi nequeat ad

celebrationem Capituli Generalis ad munia eiusdem designanda, haec eadem S. Congre-

gatio…

358 Cum nobis constet Constitutiones Congregationis Casamariensis, rite, quoad singulos

articulos, ab Apostolica Sede fuisse adprobatas, ideo muneris nostri partes esse ducimus

admonitum te facere, ne quisquam in Capitulo Generali totius Ordinis Cisterciensis C.O.,

quod propediem apud Mehrerau celebrabitur et cui praeeris, de dictis Constitutionibus

discutere praesumat.

Page 271: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

271

delegados de la Congregación359

y en el cual el Abad General Francisco

Janssens informó sobre la erección de la Congregación de Casamari y P.

Mateo Quatember lo hizo en cambio sobre el estado jurídico de la

Congregación, mientras que la cuestión de las Constituciones parece que no

fue tocada360

. En el mismo Capítulo se expuso la cuestión de cómo debía

estar representada la Congregación de Casamari en los Capítulos Generales

y para esta finalidad se nombró una Comisión361

.

Para una visión de conjunto de la historia de las Constituciones de la

Congregación de Casamari, referimos aquí los sucesos relacionados entre los

años 1940 y el 1943.

El Decreto de la visita apostólica de la Orden del 25 julio 1940 dice:

Que la Congregación de Casamari se conforme a todas las

disposiciones en vigor para el gobierno de la Orden. Ante todo, que

todo lo que es contrario a las Constituciones, aprobadas por la

Santa Sede en 1934, sobre el Gobierno Supremo de la Orden, sea

retirado de las Constituciones actuales de la Congregación de

Casamari, que desde que existen no han sido nunca aprobadas por

el Capítulo General o por el Abad General de la Orden...362

El 15 octubre 1940 el Abad General Edmundo Bernardini comunicó

sus observaciones a la Santa Sede363

, enviando después otras observaciones

el 7 noviembre 1942364

, tanto a la S. Congregación de los Religiosos, como

al Consultor de este dicasterio365

y al Abad de Casamari.

359 Acta Cap. Gen. O.Cist. anno MCMXXX die 6 et seq. celebrati, p. 3-4.

360 Rev. D. Matthaeus Quatember longiore excursu perspicue tractat historiam monasterii

Casamariensis et exponit praeclare statum iuridicum Congregationis Casamariensis tum ante

quum post approbationem a Sancta Sede factam: ibid, p. 4. No tenemos el texto de esta

relación.

361 Ibid., pp.4-5.

362 S. Congre. de los Religiosos, Prot. N. 8469/37: Congregatio Casamariensis sese conformet

omnibus dispositionibus pro gubernio Ordinis vigentibus. Imprimis ex Constitutionibus

actualibus Congregationis Casamariensis, quae numquam a Capitulo Generali vel ab Abbate

Generali Ordinis prout nunc existunt, adprobatae sunt, omnia ea expungantur, quae

Constitutionibus de Supremo Ordinis Regimine, a Sancta Sede anno 1934 adprobatis,

contraria sunt… Este número fue añadido al Decreto a petición de la Curia General O. Cist.

363 Pro memoria, Discrepantiae Constitutionum Congregationis Casamariensis S. Ordinis

Cisterciensis a Constitutionibus de supremo S. Ordinis Cisterciensis regimine, 6 páginas:

ACGOC, Constituciones de Casamari.

364 Copia animadversionum Abbatis Generalis relate ad Constitutiones Congregationis

Casamariensis, die 7 nov. 1942 (litteris tabulis publicis inscriptis) ad Abbatem Praesidem

Page 272: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

272

Después de estos antecedentes. el 3 junio 1943, fue concedido un

Breve apostólico de Pío XII, con el cual las Constituciones de la

Congregación de Casamari, incluidas en el mismo Breve, quedaban

aprobadas366

.

El Breve de Pío XII contiene en la parte final las siguientes palabras:

Deseamos, en consecuencia, que el Buen Dios conserve y protega

esta Congregación monástica … Establecemos esto, decretando que

la presente carta sea y permanezca siempre firme, válida y eficaz,

que produzca y obtenga efectos plenos y por entero; que sostenga

plenamente esta misma Congregación de Casamari ahora y en el

futuro, que debe ser debidamente comprendida y aplicada; que todo

lo que se haga contra esta Congregación, sea por quien sea, por la

autoridad que sea, sea nulo y sin valor, ya sea hecho con

conocimiento de causa o por ignorancia. Sin ningún obstáculo de

las Constituciones y ordenanzas Apostólicas, ni de cualquier otra

cosa...367

Después del Breve, el Abad General presentó un nuevo Pro memoria

de 11 páginas el 5 septiembre 1944, diciendo que algunas de sus

observaciones habían sido respetadas, pero existían todavía puntos

inconciliables con las Constituciones de la Orden368

; añadió dos páginas de

Corrigenda para concluir como sigue:

Congregationis Casamariensis transmissarum. Copia earumdem etiam Consultori Rev.mo P.

Goyeneche tradita est: ACGOC, ibid., 10 páginas.

365 Era el P. Servo Goyeneche, C.M.F., profesor en la Facultad de Derecho Canónico en el

Laterano.

366 Cum ex Summi Pontificatus: AAS 35 (1943) 390-292. ACGOC, Protocollo

Corrispondenza 1943-1945 con fecha del 31 diciembre 1943, M. Quatember escribía: die 15

nov. 1943 infrascriptus operationem chirurgicam subiit ac ideo nihil facere potuit. Reversus

in Domum Generalitiun ex clinica die 24 dec. 1943, die 31.XII.43 nonnulla negotia expedire

coepit.

367 Ibid., p. 392: Ominamur nunc propterea, ut benignissimus Deus hanc monasticam

Congregationem servet ac foveat…Haec statuimus, decernentes praesentes Litteras firmas,

validas atque efficaces semper exstare ac permanere; suosque plenos atque integros effectus

sortiri et obtinere ; eidem Congregationi Casamariensi nunc et in posterum plenissime

suffragari : sicque rite judicandum esse ac definiendum; irritumque ex nunc et inane fieri si

quidquam, secus, super his, a quovis auctoritate qualibet, scienter sive ignoranter contigerit

attentati. Non obstantibus Constitutionibus et Ordinationibus Apostolicis ceterisque in

contrariis quibuslibet…

368 Articuli vero, qui in Constitutionibus Congregationis Casmariensis approbatis unitati

Ordinis eiusque Constitutionibus repugnant, sunt imprimis sequentes…: ACGOC, Cost. De

Page 273: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

273

Necesarias tanto para lo que se refiere al derecho constitucional de

la Orden como para cuanto hace referencia al derecho común

eclesiástico, y también para conservar la unidad de la Orden y

evitar el escándalo en la misma, estas correcciones no son nada más

que la ejecución del Decreto de Visita Apostólica, y no tocan la

aprobación Pontificia, en referencia a las Constituciones de la

Congregación de Casamari. Pues la aprobación Apostólica de las

Constituciones religiosas, bajo cualquier forma que se haya hecho,

no impide, lejos de esto, por una aprobación posterior, la

modificación de algunos artículos de tales Constituciones, siempre y

cuando el bien común de la Orden lo exija369

.

La S. Congregación de Religiosos dio el 3 enero 1945 una respuesta

oral evasiva, diciendo que la cuestión se responderá después de la

presentación del resto de las partes de las Constituciones de la Orden. Las

Constituciones de la Orden del 1933370

nunca se completaron, pero la

cuestión se presentó de nuevo al Capítulo General del 1958371

.

Para completar la cuestión de las Constituciones de Casamari,

añadamos que la Congregación para los Religiosos y los Institutos Seculares,

después de haber examinado el voto de la Comisión de la Orden Cisterciense

instituida para el examen de las Constituciones, el 21 mayo 1979 aprobó las

constituciones de la Congregación de Casamari ad decennium372

.

Casmari. En las pp. 2-4 se insiste en el hecho de que las Congregaciones cistercienses no son

Congregaciones monásticas.

369 Quae correctiones, utpote necessariae sub respectu iuris constitutionalis Ordinis quam

etiam sub respectu iuris communis ecclesiastici, et etiam ad servandam unitatem Ordinis et

ad evitandum scandalum in Ordine, nihil aliud sunt quam executio Decreti Visitationis

Apostolicae, et non tangunt ipsam approbationem Pontificiam Constitutionum

Congregationis Casamariensis qua talem. Nam approbatio Constitutionum religionum

Apostolica, in quacumque forma facta sit, non impedit, quominus, approbatione secuta,

modificationes aliquorum articulorum talium Constitutionum fiant, ubicumque et quoties id

bonum commune Ordinis exigat. ACGOC, Procura. Gen. O. Cist. Protocollo Corrispondenza

1943-1945: 143/144: S. Congregación de Religiosos: Abbas Generalis rogat reformationem

Constitutionum Congregationis Casamariensis. 3.1.1945 P. Subsecretarius S. Congregationis

de Religiosis (era el P. A. Larraona, C.M.F.) mihi dixit, S. Congregationem de Religiosis hanc

quaestionem resoluturam esse postquam reliquae partes Constitutionis Ordinis pro

approbatione praesentatae fuerint. Quaestio omni cum diligentia resolvetur a Sancta Sede.

370 De éstas hablaremos enseguida.

371 Véase más abajo p.168.

372 Prot. N. C 19-1/78.

Page 274: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

274

Después de la publicación del Código del 1983 las constituciones

fueron nuevamente examinadas y aprobadas por la CIVCSVA el 1º

noviembre 1995373

.

373 C. 19-1/95.

Page 275: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

275

V. DE LAS CONSTITUCIONES DEL 1933 AL AÑO 1968

1. PREPARACIÓN DEL CAPÍTULO GENERAL 1933

Es curioso constatar que en el Capítulo General del año 1930 (tres

años después de la notificación de la aprobación definitiva) no se habló más

de las Constituciones del 1925, ni se dijo una sola palabra de la publicación.

Se habló, en cambio, de Constituciones "comunes". Citamos el Protocolo:

…El Ilustrísimo Abad General [Janssens] propone que, antes de

solucionar la cuestión de la nueva edición del Ritual Cisterciense, se

trate de si hay que hacer o no unas Constituciones generales

comunes. Estas Constituciones comunes vienen exigidas por la ley

fundamental de la Orden sobre la común observancia y

uniformidad.

El Ilustrísimo Abad General declara, con dolor, haber encontrado

diversos usos monásticos con ocasión de sus visitas a los diversos

monasterios. Por eso propone que el Capítulo General delibere

sobre la oportunidad de unas Constituciones comunes para la Orden

Cisterciense y las haga efectivas… para que, mediante unas

Constituciones comunes, se restablezca la uniformidad dentro de la

Orden Cisterciense…374

Ante estas propuestas, el Reverendísimo Abad de Heiligenkreuz,

respondió que él aceptaría una tal propuesta si estas Constituciones

contenían sólo directrices generales (Rahmengesetz). El

Reverendísimo Abad de Marienstatt propone que en estas

Constituciones sólo se ponga lo que contiene el mismo CIC…

Después, el Muy Reverendo P. Justino Baranyay deseaba que, en la

elaboración de las Constituciones comunes, se codificasen

ciertamente los principios generales, pero en cambio ninguna

prescripción sobre la observancia, porque éstas han de acomodarse

a las diferentes funciones y ocupaciones de las diversas

Congregaciones y naciones. Porque la experiencia enseña que unas

Constituciones comunes para toda la Observancia Común no serían

puestas plenamente en práctica…

374 Prot. p. 10 Cierto, es difícil imaginarse cómo hubiese sido posible en el 1930 restablecer

una "uniformidad". El Abad Janssens, por otra parte, provenía de Pont Colbert, y en aquel

tiempo se pensaba que este monasterio se convertiría en el centro de una nueva Congregación,

la de la Adoración Perpetua.

Page 276: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

276

Efectivamente, nadie se manifestó a favor de estas Constituciones

comunes, pero esto no impidió al Abad General concluir de la siguiente

manera:

El Ilustrísimo Abad General pone fin a estas discusiones

preguntando al Capítulo General, si le da la facultad de abrir

camino para redactar unas Constituciones comunes de la Orden.

El Capítulo General consiente a esta propuesta y concede al Abad

General la facultad pedida375

.

El Capítulo General, por lo tanto, dio su consentimiento viam

sternendi, sin votación.

En su "carta encíclica" del 4 junio 1931 el Abad General Janssens

escribió:

Aunque la falta de uniformidad en las Constituciones de las diversas

Congregaciones… nos entristece bastante, por ser tan contraria a la

Carta de Caridad y a las instituciones de nuestros Santos Padres,

con todo, nos ha consolado no poco ver el deseo que sienten

nuestros hijos… de que se restituya y restaure nuevamente la

conformidad y uniformidad en las Constituciones y Ritos.

El último Capítulo General (1930), respondiendo a este deseo y a

esta necesidad, promulgó dos decretos verdaderamente saludables y

375 Prot. p. 10: Ill.mus Abbas Generalis (Janssens) proponit, ut antequam ad solutionem

quaestionis de nova Ritualis Cisterciensis editione deveniatur, de Constitutionibus

generalibus communibus pro omnibus monasteriis Ordinis sive conficiendis sive non

tractetur. Tales Constitutiones communes ex lege fundamentali Ordinis de communi

observantia et uniformitate exiguntur. Illmus Abbas Generalis cum dolore, occasione

visitationum suarum in diversis monasteriis, diversos usus monasticos se invenisse declarat.

Propterea proponit, ut de opportunitate Constitutionum communium Ord. Cist. Cap. Gen.

deliberet et ad effectum deducat… ut mediantibus Constitutionibus communibus uniformitas

in Ordre Cisterciensi restituatur. …ad has propositiones Rev.mus Abbas de S. Cruce in

Austria animadvertit, se huiusmodi propositioni assentire, si haec constitutiones contineant

solummodo summa delineamenta (Rahmengesetz). Rev.mus Abbas de Marienstatt proponit, ut

hisce constitutionibus solummodo redigantur, quae in ipso CIC continentur… Deinde

Pl.R.P. Justinus Baranyay desiderat, ut in conficiendis Constitutionibus communibus summa

quidem principia codificentur, nulla vero praescripta de observantia, quia haec sese

accommodare debent diversis officiis ac muneribus variarum Congregationum et nationum.

Nam experientia docet communes Constitutiones relate ad Communem Observantiam ad

effectum plenum non deduci… Ill. Abbas Generalis hisce discussionibus finem imponit

interrogans Capitulum Generale, utrum sibi facultatem det, viam sternendi ad exarandas

Constitutiones communes Ordinis. Capitulum Generale huic propositioni assentit ac Ill.

Abbati Generali facultatem expetitam concedit

Page 277: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

277

muy necesarios para el bien de nuestra amada y venerada Orden, a

saber:

1º que se redacten unas Constituciones comunes a toda la Orden

Cisterciense;

2º que se prepare una nueva edición, corregida, del Ritual

Cisterciense.

Con estos decretos que acabamos de mencionar, el Capítulo

General no sólo ponía el dedo en la llaga que deforma la Orden

Cisterciense para curarla, sino que satisfacía también el deseo y la

aspiración de la Santa Sede.

El Abad Janssens prosigue:

Nos, ateniéndonos a estos decretos del venerable Capítulo General,

determinamos que esto se haga de esta manera: … por lo que hace a

la redacción de las Constituciones comunes de la Orden

Cisterciense:

1º Estas Constituciones las elaborarán, por orden nuestra, hombres

versados en el derecho eclesiástico común y en el particular de

nuestra Orden, y de manera que, ciertamente:

a) se completen y amplíen, en primer lugar, las Constituciones sobre

el Gobierno Supremo de la Orden ya aprobadas por la Santa Sede el

día 10 de agosto de 1926376

, que aún son deficientes en muchos

aspectos;

b) y, en segundo lugar, se resuelvan y ordenen sistemáticamente, de

acuerdo con el CIC, aquellos asuntos jurídicos que conciernen a los

actos y a las solemnidades prescritas por el derecho común regular,

como son por ejemplo la admisión a la vida religiosa377

.

376 Acta Capituli Generalis de 1925, p.20–30, donde se encuentran estas Constitutciones

impresas. N. B. El texto publicado es aquel que fue aprobado solamente por el Capítulo

General, no el aprobado por la Santa Sede. En las Acta Curiae Generalis O.Cist.,

Commentarium officiale, 2 (1933) 48, nota 5 se lee: Hae Constitutiones inveniuntur in Actis

Capituli Generalis anni 1925. Mutationes, quas hae Constitutiones occasione definitivae

approbationis passae sunt, minimae sunt, excepto articulo de residentia Abbatis Generalis.

377 Quamvis… difformitas in Constitutionibus singularum Congregationum… Nos vere magna

tristitia affecerit, utpote tam contraria Cartae Caritatis et Institutis SS. Patrum nostrorum,

tamen haud mediocriter consolati sumus videntes desiderium Filiorum nostrorum… quo

afficiuntur, ut conformitas et uniformitas in Constitutionibus et Ritibus denuo restituatur ac

restauretur. Capitulum Generale ultimum (1930) huic desiderio ac necessitati respondens

duo Decreta pro nostro Ordine dilectissimo ac venerabilissimo vere saluberrima ac

pernecessaria condidit, scilicet : 1. ut Constitutiones communes totius Ordinis Cisterciensis

Page 278: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

278

El 8 diciembre 1931 el Abad General Janssens publicó otra carta

encíclica, en la cual leemos:

Las Constituciones Generales de la Orden constituyen el

fundamento indispensabley la condición sine qua non para el

reforzamiento y la consolidación de nuestra Orden. Mientras no

existan, nuestra venerable Orden queda débil y poco firme. Por esto,

debemos trabajar con todas nuestras fuerzas y lo mejor que

podamos para que nuestra venerable Orden reciba, en cuanto sea

posible, las Constituciones Generales por la autoridad del Capítulo

General y de la Sede Apostólica378

.

La redacción de estas nuevas Constituciones fue confiada al P.

Mateo Quatember, el cual precisaba así su intención:

En la redacción de las Constituciones sobre el Gobierno Supremo

de la Orden Cisterciense, hemos tendido a procurar:

a) suplir las lagunas que las Constituciones sobre el Gobierno

Supremo todavía tienen; y, en la medida de lo posible, considerando

el cambio de circunstancias y de tiempo, ciertamente según el

espíritu del antiguo derecho constitucional de la Orden;

b) omitir la codificación del derecho privilegiado de la Orden

Cisterciense, no fuera que, sin necesidad, los privilegios de la Orden

se expusieran al peligro de abrogación;

c) restaurar, en la medida que sea posible en nuestros tiempos, el

antiguo derecho constitucional de la Orden, es decir, aquella

redigerentur ; 2. ut nova editio Ritualis Cisterciensis emendata praeparetur. Quibus modo

memoratis Decretis Capitulum Generale non solummodo manum ad plagam Ordinem

Cisterciensem deformantem, ut sanaretur, apposuit, verum etiam desiderio votoque S. Sedis

satisfecit… Nos autem hisce Decretis venerabilis Capituli Generalis obsequentes ea hunc in

modum executioni mandamus : … quod Constitutiones communes Ordinis Cisterciensis

redigendas attinet : 1. Hae Constitutiones iussu Nostro a viris in iure ecclesiastico communi

et particulari Ordinis nostri versatis conficiuntur et quidem hoc modo ut a) primo

Constitutiones de supremo Ordinis Regimine a Sede Apostolica die 10 augusti 1926 iam

approbatae, cum in plurimis adhuc deficiant, perficiantur ac amplificentur ; b) secundo illa

negotia iuridica, quae actus sollemnitatesque a iure communi regulari praescriptos

concernunt, ut sunt v.gr. admissio in religionem, etc. ad normam CIC resolvantur ac

systematice ordinerentur.

378 Acta Curiae Generalis O.Cist. 1 (1932) 1-5: Constitutiones Generales Ordinis constituunt

fundamentum quoddam indispensabile ad modum conditionis sine qua non corroborationis et

consolidationis Ordinis nostri. Quamdiu hae non habentur, tamdiu Ordo noster venerabilis

qua talis debilis est et infirmus. Quapropter omnibus viribus omnique modo meliori quo

possumus adlaborabimus, ut Ordo noster venerabilis, quam primum fieri hoc potent,

auctoritate Capituli Generalis et Sedis Apostolicae accipiat Constitutiones Generales.

Page 279: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

279

Constitución de que gozaba la Orden Cisterciense antes de la

Revolución Francesa379

.

La estructura de las constituciones en la intención del P. Quatember

debería haber sido la siguiente:

Primera parte: El gobierno de la Orden Cisterciense

Sección I: El Gobierno Supremo de la Orden

Sección II: El gobierno de las Congregaciones de la

Orden Cisterciense.

Sección III: El gobierno de los monasterios de la Orden

Cisterciense.

Segunda parte: La observancia regular

Tercera parte: Las monjas de la Orden Cisterciense380

.

Solamente la sección primera de la Primera parte fue elaborada por

el P. Quatember, el resto nunca fue redactado. Él afirma en sus

Praenotamina:

Las Constituciones sobre el Gobierno Supremo de la Orden

Cisterciense, bajo la forma en las que son presentadas hoy a examen

del Capítulo General, parecerán problamente muy largas a algunos;

sin embargo, esta elección se ha hecho por varias razones y por

necesidad. Las exponemos a continuación:

379 Acta Curiae Gen. 2 (1933) 6s. In redigendis Constitutionibus de Supremo Regimine Ord.

Cist. ducti sumus tendentia intentioneque : a) supplendi lacunas quibus scatent adhuc

Constitutiones de Supremo Regimine ; et quidem, quoad fieri potuit, consideratis

circumstantiis et temporibus mutatis, ad mentem iuris antiqui constitutionalis Ordinis ;

b) omittendi codificationem iuris privilegiati O.Cist., ne privilegia Ordinis periculo de vel

abrogationis sine necessitate exponantur… c) restaurandi, quoad nostris temporibus fieri

potest, ius antiquum constitutionale Ordinis, h.e. illam constitutionem qua Ordo Cisterciensis

ante revolutionem Gallicam gaudebat. Antes de publicar el esquema de las Constituciones

nuevas, P. Mateo Quatember consultó a P. Dr. Karl Kreh, canonista de Mehrerau, mandándole

también algunas notas concernientes a las fuentes de lo elaborado. La respuesta del P. Kreh

comprende dos partes: 1) Einige Bemerkungen grundsätzlicher Art. (Observaciones de fondo)

y 2) Notulae ad singulos articulos Constitutionum de Supremo Regimine Ordinis

Cisterciensis (donde habla de todos los artículos del Esquema), 11 páginas: Archivo del

Monasterio Mehrerau.

380 Acta Curiae Generalis O.Cist. 2 (1933) 6.

Pars prima : De regimine Ordinis Cisterciensis. Sectio I : De Supremo Ordinis Regimine.

Sectio II : De regimine Congregationum O.Cist. Sectio III : De regimine monasteriorum

O.Cist.

Pars secunda : De observantia regulari.

Pars tertia : De monialibus Ordinis Cisterciensis.

Page 280: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

280

a) Ya que la Orden Cisterciense está dividida en nuestros días en

varias Congregaciones, que son gobernadas por sus propios

Estatutos, este elemento, que por otra parte no es contrario a la

unidad y a la uniformidad de la Orden, debe ser tenído en cuenta en

la codificación del derecho constitucional de la Orden. La Orden de

los Trapenses ha restaurado el derecho constitucional primitivo de

la Orden en sus Constituciones aprobadas por la Santa Sede el 26

de enero de 1925, excluyendo y eliminando las diversas

Constituciones e introduciendo para todos y en toda la Orden la ley

de la filiación o paternidad. Tal restauración era relativamente fácil

para los Trapenses, cuyos monasterios existentes en la actualidad

son todos o bien nuevas fundaciones o bien monasterios levantados

en el siglo pasado o en nuestra época, y, aún más, la Orden de los

Trapenses existe jurídicamente solamente dede 1892381

. La

construcción de una nueva casa es siempre más fácil y puede

acomodarse más perfectamente y mejor a las exigencias del día. Sin

embargo, aunque la división de la Orden en Congregaciones se

corresponde poco con el derecho primitivo de la Orden, esta

división es absolutamente legítima, necesitada por las

circunstancias de los tiempos y lugares y más conveniente para las

dificultades políticas, bastante graves en nuestra época. Puesto que

reconocemos la legitimidad de las Congregaciones de la Orden

Cisterciense, es preciso al mismo tiempo deplorar que estas

Congregaciones difieran tanto entre sí en cuanto a las

Constituciones382

.

b)La otra razón que impulsa a la redacción de un largo texto de las

Constituciones sobre el Gobierno Supremo de la Orden, es la de

definir y determinar concretamente las relaciones jurídicas entre el

Abad General, los Definidores y los otros Superiores de la Orden en

381 Es necesario hacer notar que la Orden de los Cistercienses Reformados fue constituída

precisamente en el 1892, es decir ya con la unión (y eliminación) de las tres Congregaciones

preexistentes. Las Constituciones del 1925 de los Trapenses sobre este punto no cambiaron

nada.

382 Sin embargo en las Notificationes Curiae Generalis (Acta Curiae Generalis Ordinis

Cistercensis, commentarium Officiale, 1 (1932) 29) ya había dicho: Cum Congregationes

Ordinis Cisterciensis non sint Congregationes monasticae ad normam can. 488, n. 2, sed

Provinciae ad normam can. 488, n. 6, constituentes partem eiusdem religionis, scilicet

Ordinis Cisterciensis, non vero proprium Ordinem ad modum Congregationum monasticarum

confoederatarum in Ordre S. Benedicti, patet Praesides singularium Congregationum Ordinis

Cisterciensis ad relationem quinquennalem non teneri, sed unice Abbatem Generalem pro

universo Ordine Cisterciensi hanc relationem quinquennalem exhibere debere.

Page 281: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

281

el Capítulo General. De esta manera, la posición jurídica del Abad

General, con respecto tanto a la Orden entera como a la Santa Sede,

es mejor asegurada y reforzada383

.

En Zirc el Proyecto fue leído atentamente y el 11 febrero 1933 el

Abad Presidente Adolfo Werner formuló al Abad General una presisa

pregunta relacionada con la naturaleza jurídica de las Congregaciones

cistercienses:

…Que se me conceda no esconder a Vuestro corazón la ansiedad de

mi alma en lo que concierne a la cuestión de saber si las

Congregaciones de nuestra Orden son verdaderamente monásticas o

solamente Provincias. Esta frase expresada en las " "Actis Curiae

Generalis Ord. Cist." P. 29s no nos parece clara, en cuanto a que no

se le pueden oponer razones encontradas en los cánones citados en

el mismo lugar, según la historia de nuestra Orden y también en

comparación con la Orden Benedictina384

.

383 Acta Curiae Generalis O. Cist. 2 (1932) 6-7: Constitutiones de Supremo Ordinis

Cisterciensis Regimine in forma in qua nunc Capitulo Generali ad examen proponuntur

probabiliter a nonnullis iudicabuntur nimis extensae ; attamen consulto hoc factum est ob

multiplicem rationem respective necessitudinem ; et quidem : a) Cum Ordo Cisterciensis

nostris diebus divisus sit in plures Congregationes, quae Statutis propriis reguntur, in

codificatione iuris constitutionalis Ordinis hoc elementum, de cetero unitati et uniformitati

Ordinis haud raro contrarium, respici debuit. Ordo Trappistarum ius constitutionale Ordinis

primigenium in Constitutionibus suis a Sancta Sede die 26 ianuarii 1925 approbatis

restauravit seponendo eliminandoque diversas Constitutiones et introducendo ubique in toto

Ordine legem filiationis seu paternitatis. Apud Trappenses talis restauratio relative facilis

erat, cum monasteria Trappistarum nunc existentia omnia sint sive de novo fundata sive

saeculo elapso et currente resuscitata et insuper Ordo Trappensium iuridice existat

solummodo inde ab anno 1892. Novae domus constructio semper facilior est et exigentiis

dierum melius perfectiusque accommodari potest quam adaptatio domus antiquae. Attamen,

non obstante quod divisio Ordinis in Congrégationes haud correspondeat iuri primigenio

Ordinis, tamen haec divisio est omnino legitima, necessata circum-stantiis temporum et

locorum, et difficultatibus politicis, nostris diebus sat gravibus, melius occurrit. Cum vero

legitimitatem Congregationum Ordinis Cisterciensis earumque utilitatem agnoscamus, simul

quoque hoc non obstante, deplorandum est, quod hae Congregationes inter se nonnumquam

quod ad constitutionem attinet maxime differant. b) Alia ratio, quae redactionem extensam

Constitutionum de supremo Ordinis Cisterciensis regimine suadeat, est, ut relationes

iuridicae Abbatem Generalem inter et Definitores et reliquos Superiores Ordinis in concreto

in Capitulo Generali determinentur et definiantur. Hoc modo positio iuridica Abbatis

Generalis tum relate ad Ordinem Universum quum relate ad Sanctam Sedem in tuto ponitur

et corroboratur.

384 ACGOC, Zirc. Prot. 61/1933: …Concedatur mihi, ut cor Vestrum non celem aliquam

anxietatem animi mei, quae respicit quaestionem, num sint Congregationes Ordinis nostri

revera monasticae an tantum Provinciae. Sententia ista in "Actis Curiae Generalis Ord.

Cist." P. 29 infra expresa nobis non videtur considerari posse tam clara, ut non possint

Page 282: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

282

No sabemos si y cómo haya respondido el Abad General a esta

observación.

2. EL CAPÍTULO GENERAL DEL 1933

Fue muy importante, en la discusión general, el discurso que tuvo el

Abad Presidente de la Congregación de Zirc, en un latín verdaderamente

perfecto385

:

1. … el Capítulo que ahora hemos de celebrar no parece ocasión

idónea para tratar de este esquema, porque hasta ahora sólo se ha

publicado la sección I de la primera parte de las Constituciones. En

cambio, hoy día es costumbre que, para el estudio del esquema de

una ley, se dé todo el esquema entero a los diputados [el Abad de

Zirc era, por razón del cargo, miembro de la Cámara Alta del Reino

de Hungría]; sólo así se puede juzgar con equidad de cada una de

las partes de la ley que se elabora.

2. Después, el esquema parece redactado con unos criterios tan

especulativos que muchos de sus elementos más bien se sacan de

fuentes históricas que no se fundan en el tiempo presente. Pero el

sentido práctico desaconseja totalmente dejar de lado la vida real,

que no siempre puede adaptarse a las condiciones de tiempos

pasados. Sería más conforme a esta verdad de experiencia que las

Constituciones de las diversas Congregaciones de nuestra Orden

primero se revisaran y se adaptaran a la vida corriente de hoy.

Después, de esta fiel imagen se podrían sacar las Constituciones

generales. ¡Que nadie se deje llevar de las ilusiones! La forma de

vida y las ocupaciones son en nuestra Orden de naturaleza tan

diversa que difícilmente puede prescribirse a priori la unidad

constitucional; sería más fácil a posteriori.

¡No nos hemos de quejar de las Congregaciones, ya que las ha

hecho nacer la misma dureza de la vida; porque en la vida existen

naciones diferentes, con climas diferentes, con temperamentos

rationes adversae adferri in canonibus ibidem citatis, ex historia dein Ordinis nostri et

demum etiam ex comparatione Ordini S. Benedicti facta.

385 12 octubre 1933, sesión III. El discurso no está incluido en las actas, pero se encuentra en

el ACGOC, Capítulo General 1933, y algunos fragmentos ha sido publicados por mí en

Analecta Cist. 38 (1982) 228-229. el Abad de Zirc era de oficio miembro de la Cámara Alta

de Hungria. A. Werner, nacido el 15 mayo 1887, profeso de Zirc el 30 mayo 1883, Abad de

Zirc desde 25 junio 1924, murió el 5 febrero 1939.

Page 283: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

283

diferentes, y nadie sería capaz, ahora mismo, de enumerar todas

estas diferencias!…

5. Cualquier Congregación ha de tener unas Constituciones

específicas, por medio de las cuales se dirija el curso de la vida. Las

Constituciones han de ser congruentes con la vocación y razón de

vida especial de las Congregaciones de la Orden.).

6. Ya que los Estatutos de las Congregaciones incluyen por

naturaleza una cierta idea de su autonomía, creo que la Orden

Cisterciense es una sociedad tal que la podemos llamar coalición de

corporaciones, coalición en la que es ley suprema la Constitución

particular.

7. Me apresuro a hacer notar… que no hay que temer ningún

peligro de parte del Capítulo [éste]. Pero como se trata de elaborar

una ley, hay que mirar y excluir hasta la posibilidad, disponiendo

los puntos de las Constituciones de tal manera que, tiempo a venir,

todos puedan estar plenamente seguros en cuanto al uso de sus

artículos.

8. … los miembros del Capítulo, en el estado presente de la Orden,

se nutren de estas energías religiosas, y las Congregaciones

correspondientes tienen diferentes formas de oficio local y también

diferente observancia religiosa. Cuando se les diera la materia a

tratar, tendrían que conocer más a fondo todas las circunstancias de

la Congregación respectiva y hacer de ellas objeto de un estudio

particular, para poder juzgar con equidad. Ahora bien, los

capitulares no tienen tiempo para semejante investigación.

9. El Capítulo, en determinadas circunstancias, produce una cierta

angustia en los religiosos. Muchos de los Capitulares, en efecto,

hechos a la observancia de la propia Congregación, tienden –

ciertamente con la mejor intención – a formarse una idea de las

demás Congregaciones a imagen suya. De este modo los religiosos

siempre sospechan de las innovaciones que pueda introducir el

Capítulo, y a veces llevan a cabo sus trabajos sintiéndose

interiormente divididos.

10. Por lo que hace a la 4ª ("elaborar leyes que obliguen a toda la

Orden"):

Como los Estatutos especiales proveen de la manera más apta al

bien de la Orden, no podemos aprobar una propuesta tal que, sin

ninguna restricción, afirme simplemente: "el Capítulo General tiene

derecho a elaborar leyes que obliguen a todos. Creo que hay que

Page 284: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

284

sobrentender aquí: "salvados los estatutos particulares". Pero, para

evitar la duda, pienso que es necesario añadir esta cláusula: "desde

el momento que ellos no se oponen a los estatutos particulares ni a

la vocación especial de cada una de las Congregaciones". 386

386 (1)… Capitulum nunc celebrandum non videtur apta occasio pertractandi hoc Schema,

quia tantum I. sectio partis I. est hucusque publicata Constitutionum. Sed mos fert hodie

perscrutandi schemata legum, ut totum Schema legis prosternatur deputatis ; sic potest

tantum aequum iudicium ferri de singulis partibus legibus ferendae.

(2) Dein Schema hoc methodo speculativa exaratum esse videtur, dum potius ex fontibus

historicis hausa sint nonnulla elementa, quam fundata statu praesenti. Sed sensus practicus

omnino dissuadet a praetermittenda vita reali, quae non potest semper adaptari

condicionibus elapsis. Huic veritati experimentali magis consentaneum esset, si prius

reviderentur et vitae nunc fluenti accommodarentur Constitutiones singularum

Congregationum Ordinis nostri. Ex hac deinde imagine fideli essent abstrahendae

Constitutiones Generales. Nemo se tradat illusionibus ! Vita et occupatio in Ordine nostro

tam multiformis naturae sunt, quibus unitas constitutionalis aegre a priori praescribi potest ;

facilius a posteriori.

Congregationes nullo modo deplorandae sunt, nam vita dura eas procreavit, quia in vita sunt

nationes diversae sub diversis climatibus, cum diverso temperamento et quis potest subito

omnes istas difformitates enumerare !…

(5) Congregatio quaevis Constitutiones… speciales habere debet, quibus cursus vitae

dirigatur. Constitutiones hae vocationi et rationi vitae specialis Congregationum Ordinis

congruentes esse oportet…

(6)… Quum Statuta Congregationum ideam autonomiae cuiusdam earum ex rei natura

involvant, Ordinem Cisterciensem societatem talem esse censeo, quam coalitionem

corporationum appellare possumus, in qua lex suprema constitutio particularis est.

(7) Propero adnotare… periculum ex parte (huius) Capituli non esse timendum. Cum autem

de lege ferenda agatur, providendum est, ut etiam possibilitas eius excludatur punctis

Constitutionum eo pacto concinnandis ut aetas Posterior de usu articulorum piene tutior fiat.

(8)… Membra Capituli in statu praesenti Ordinis ex talibus viribus religiosis coalescunt,

quorum Congregationes diversas offici localis formas et etiam diversam observantiam

religiosam habent. Cum res iudicanda eis referretur, deberent adiuncta rerum

Congregationis respectiva profundius cognoscere et obiectum studii particularis facere, ut

iuste iudicare possent. Ad inquisitionem eiusmodi Capitulares tempus non habent.

(9) Capitulum in datis rerum circumstantiis semper aliquem angorem animis religiosorum

injecit. Capitulares enim observantiam Congregationis suae plurimi facientes - utique ex

voluntate optima - propensum animum habent ad imaginem suam formare ceteras

Congregationes. Hoc modo religiosi ex parte Capituli semper innovationes suspicantur et ad

tempus opera sua divisis animi viribus peragunt.

(10) Ad 4 a ("leges Ordinem Universum obligantes condere") : Cum saluti Ordinis Statuta

specialia aptissime provideant, non possum probare propositionem talem sine quadam

restrictione simpliciter affirmantem : "Capitulum Generale ius habet leges Universum

obligantem condere". Credo subintelligendum esse : "salvis statutis particularibus". Ad dubia

tamen evitanda clausulam hanc adiungendam esse puto : Statutis particularibus et vocationi

speciali singularum Congregationum non adversantes.

Page 285: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

285

En el Protocolo se dice después:

Para responder a esta advertencia… el Ilustrísimo Abad General

expuso esto: Toda la Orden Cisterciense, así como la Sede

Apostólica, no sólo reconoce, sino que también admira la labor

pedagógica llevada a cabo por la Congregación de Zirc desde hace

tantos años, con gran provecho, en las escuelas de grado medio en

Hungría. Por eso nunca se ha decretado nada por parte del

Capítulo General contra esta finalidad particular de la

Congregación de Zirc. Al contrario, todos los Cistercienses desean,

con la mayor benevolencia, que la Congregación de Zirc siga este

camino, especialmente por el hecho de que el Sumo Pontífice, el

Papa Pío XI, en su carta encíclia "Quoniam saeculum" del día 20 de

julio de 1930, con ocasión del Centenario de la admisión de san

Bernardo de Claraval entre los Doctores de la Iglesia, dio este

encargo a nuestra Orden:

"No ceséis, pues, los que os llamáis Cistercienses de la Común

Observancia, de educar debidamente a los muchachos en vuestros

colegios, con nuevo impulso; ellos, efectivamente, son la esperanza

de un tiempo mejor"387

.

Tres temas fueron discutidos y votados en particular durante el

Capítulo.

El primero se refería al nombre de la Orden, o sea si la Orden

Cisterciense se tenía que llamar así (O.Cist.) o "Sacer Ordo Cisterciensis"

(S.O.Cist.). Fue votada la segunda fórmula.

La segunda cuestión era la de la perpetuidad de los Abades. Citamos

el Protocolo:

Entonces, el Ilmo. Padre Abad General ha puesto delante la otra

cuestión, concerniente a la elección vitalicia de los Abades de los

387 Protocolo, p. 22s: Ad… animadversionem Ill.mus D. Abbas Generalis haec exponit :

Universus Ordo Cisterciensis et etiam Sedes Apostolica non tantum agnoscit, sed et

admiratur laborem paedagogicum Congregationis Zircensis in scholis mediis Hungariae inde

iam a tot annis cum tam salutari fructu praestitum. Ideoque ex parte Capituli Generalis

numquam quidquam contra hunc scopum peculiarem Congregationis Zircensis decernetur, e

contra maxima cum benevolentia omnes Cistercienses exoptant, ut Congregatio Zircensis hac

via pergat, praesertim cum ipse Summus Pontifex Pius PP. XI in Encyclica "Quoniam

saeculum" d.d. 20 iulii 1930 occasione Centenarii cooptationis S. Bernardi Claraevallensis

inter Doctores Ecclesiae Ordini nostro sequens mandatum dederit : Ne cessetis igitur

quotquot estis Cistercienses a Communi Observantia appellati, alacritate nova,

adolescentulos in collegiis vestris rite educare ; ipsi enim spes sunt melioris aevi.

Page 286: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

286

monasterios. Pues, ha expuesto él, en ciertas Congregaciones de la

Orden, son elegido por tres o seis años. Ya que tal práctica no es

conforme ni a la Regla de san Benito que nosotros profesamos, ni a

las instituciones de la Orden Cisterciense de la cual somos

miembros388

, el Ilmo. Padre Abad General ha instado al presente

Capítulo General a definir que debe elegirse de por vida a los

Abades de toda la Orden Cisterciense.

La votación se hizo por sufragio secreto. Se obtuvieron 39 votos a

favor de la elección de los Abades vitalicios y 4 votos en contra…389

.

El tercer punto concernía a las Constituciones de la Congregación de

Sénanque, porque allí los Priores claustrales eran elegidos y no nombrados,

como prescribe la Regla de S. Benito. El Capítulo, parece ser que sin

votación, dicidió deber cambiar lo prescrito por las Constituciones390

.

El Capítulo General, legislando así contra las Constituciones

aprobadas por la Santa Sede, fue más allá de sus poderes.

El 22 octubre 1933, apenas siete días después de la clausura del

Capítulo, D. Plácido Magnanensi391

, antiguo Abad Presidente de la

Congregación de S. Bernardo en Italia, con una larga carta protestó entre

otras cosas contra la decisión referente a la perpetuidad de los Abades y a la

elección de los Priores claustrales:

El otro defecto, que a mi parcer presenta el Capítulo General recién

celebrado se refiere… a las disposiciones ratificadas por mi

Congregación cisterciense

388 La perpetuidad de los Abades en aquel tiempo era considerada como nota esencial de la

vida benedictina y cisterciense. La cuestión tocaba a la Congregación de S. Bernardo en Italia,

de Sénanque y de Casamari.

389 p.29s : Tunc Ill.mus proponit aliam quaestionem concernentem electionem Abbatum

monasteriorum ad dies vitae. In nonnullis enim Congregationibus Ordinis Abbates, ita

exponit Illmus, ad tres vel sex annos eliguntur. Cum talis usus neque Regulae S. Benedicti,

quam profitemur, neque institutis Ordinis Cisterciensis, cuius membra sumus, conformis sit,

Ill.mus D. Abbas Generalis quam maxime instat, ut a praesenti Capitulo Generali definiatur

Abbates monasteriorum ad dies vitae eligendos esse in universo Ordre Cisterciensi. Fit

votatio per secreta suffragia. 39 suffragia feruntur pro electione Abbatum ad dies vitae, 4

suffragia feruntur contra…

390 Ibid., p. 30.

391 Fue desde el 1900 al 1910 Procurador General de la Orden, desde el 1910 al 1925 Abad

Presidente de la Congregación de S. Bernardo en Italia, Consultor de la S. Congregación de

los Religiosos.

Page 287: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

287

de Italia. Esta Congregación, autónoma hasta a la segunda mitad de

lo siglo pasado, en virtud de su cuadro de fundación consistente en

algunas Constituciones Apostólicas y en especiales estatutos en

forma específica por la Santa Sede, ha tenido siempre una forma de

gobierno democrático o constitucional.

Es de notar además, que con la unión con el resto de la Orden,

efectuada como ya he dicho, nada fue cambiado de su organización

y nada se intentó cambiar, sino que se dejaron en pleno virgor todas

las leyes por las cuales estaba regulada, como por otra parte

también se hizo para las demás Congregaciones de la Orden. En el

último Capítulo General sin embargo se decretó contra toda ley que

el Abad Presidente de la Congregación de Italia en el futuro fuera

perpetuo, en lugar de cada seis años, como prescriben las

Constituciones vigentes, y los Superiores de los diferentes

monasterios más que ser elegidos, fuesen constituido "ad nutum"

por el Abad Presidente. Que esta prescripción capitular por tanto

sea defectuosa y reclame por sí misma una disposición adecuada me

parece cosa evidente: la sola reflexión de que ella cambiaría

esencialmente el organismo de nuestra Congregación, dándole una

forma de gobierno plenamente autocrático, quita a mi juicio toda

duda al respecto…392

.

Aparece claro que las decisiones del Capítulo General no cambiaron

para nada las constituciones de las Congregaciones de S. Bernardo en Italia,

de Sénanque y de Casamari.

392 ACGOC, Congregación de S. Bernardo. L'altro difetto, che a mio avviso presenta il

Capitolo Generale testé celebrato riguarda… le disposizioni sancite per la mia

Congregazione Cistercense Italiana. Questa Congregazione, autonoma fin dopo la metà del

secolo scorso, in forza delle sue tavole de fondazione consistenti in alcune Costituzioni

Apostoliche ed in speciali statuti in forma specìfica della Santa Sede, ha avuto sempre una

forma de governo democratico o costituzionale. È da notare poi, che con l'unione al resto

dell'Ordre, avvenuta come sopra ho detto, nulla fu cambiato della sua organizzazione e nulla

vi fu intenzione de cambiare, ma furono lasciate in pieno vigore tutte le leggi dalle quali era

regolata, come del resto fu fatto anche per le altre Congregazioni dell'Ordre. Nell'ultimo

Capitolo Generale invece si è decretato contro ogni legge che l'Abbate Presidente de la

Congregazione Italiana per l'avvenire sia perpetuo, anzi che sessennale, come prescrìvono le

Costituzioni in vigore, ed i Superiori dei diversi monasteri piuttosto che essere eletti, vengano

costituiti ad nutum de l'Abate Presidente. Che questa disposizione capitolare pertanto sia

difettosa e reclami da se stessa un provvedimento adeguato mi pare cosa evidente : il solo

riflesso ch'essa verrebbe a cambiare essenzialmente l'organismo della nostra Congregazione,

dandole una forma de governo addirittura autocratico, toglie a mio giudizio ogni dubbio al

riguardo… El 25 octubre 1933 escribieron en el mismo sentido 37 monjes de la misma

Congregación.

Page 288: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

288

3. LA APROBACIÓN PONTIFICIA DE LAS CONSTITUCIONES DEL

1933

El 3 mayo 1934393

la S. Congregación de los Religiosos aprobó ad

experimentum las Constituciones ya aprobadas por el Capítulo General, pero

con una notable modificación. La letra b) del art. 4, que decía Statuta

singularum Congregationis Ordinis approbare, fue simplemente suprimida,

con el argumento approbatio Constitutionum Congregationum est ius S. Sedi

reservatum (la aprobación de las Constituciones de las Congregaciones es

un derecho reservado a la Santa sede)394

.

De las Constituciones de los años 1933/34 destaco también dos

puntos.

Las Constituciones del 1925 daban la facultad de confirmar a los

nuevos Abades elegidos a los Abades Presidentes o, allí donde existían, a los

Padres Inmediatos (art. 29), las Constituciones del 1833 daban esta facultad

al Abad General junto con el Abad Presidente o también al Padre Inmediato.

En caso de discrepancia, sin embargo, la confirmación del Abad General

prevalecía y era decisiva395

. En cuanto a la visita se mantenía siempre un

espacio de diez años de la visita canónica ordinaria para el Abad General,

pero éste podía efectuar la visita también con más frecuencia si lo

consideraba oportuno (54e).

Las Constituciones de los años 1933/34 ampliaron las facultades y

los derechos del Abad General, pero no por esto cambiaron la naturaleza

jurídica de las Congregaciones.

393 El 1º mayo el Secretario de la Congregación fue recibido en audiencia papal; es del 2 mayo

una carta del mismo Secretario y del 3 mayo la aprobación. Cfr. el texto auténtico en

ACGOC, Constituciones 1934.

394 Approbatio Constitutionum Congregationum est ius S. Sedi reservatum. En las Acta Curia

Generalis S. Ordinis Cisterciensis 3 (1934) 27s, se trata dar otra explicación: Sancta Sedes

propria sua et suprema auctoritate… suppressit : art. 4b : "Statuta singularum

Congregationum approbare". Hic articulus enim abhinc et in futuro, cum ex una parte Statuta

Congregationum Ordinis in Capitulis earundem provincialibus definiantur et ex altera parte

Capitulum Generale Ordinis habeat potestatem decreta Capitulorum provincialium

singularum Congregationum Ordinis recognoscendi et approbandi vel etiam, si contra statuta

communia Ordinis sunt, reprobandi, superfluus est atque omitti potest. 395 Art. 54b: (… ad Abbatem Generalem spectant) ius confirmandi electiones vel

nominationes omnium Abbatum et Priorum Conventualium Prioratuum sui iuris necnon

Abbatissarum et Priorissarum monasteriorum monialium Sacro Ordini Cisterciensi

incorporatorum, et quidem in utroque casu cumulative cum Praesidibus diversarum

Congregationum Ordinis respective cum Patribus immediatis, ubi lex filiationis viget, ita

tamen, ut in casu dissensus confirmatio Abbatis Generalis praevaleat sitque decisiva.

Page 289: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

289

Los años que siguieron a la aprobación de las Constituciones De

Supremo Regimine fueron muy turbulentos. La Santa Sede nombró el 15

febrero 1935 D. Humberto Noots, O. Praem., Visitador Apostólico de toda la

Orden396

y el Abad General Janssens tuvo que presentar la dimisión,

aceptada el 15 enero 1936. El nuevo Abad General fue escogido el 15

septiembre 1937 en la persona de D. Edmundo Bernardini. La visita

apostólica se cerró después el 3 julio 1940.

El 8 septiembre 1940 el Abad General comunicaba a la Orden:

…Referente a las Constituciones comunes de la Orden, que nadie se

dedique a ellas con afán, para que no resulten destruidas ni la vida

ni la actividad que desde hace siglos es propia de cada una de las

Congregaciones.

…Nuestra mayor preocupación será que ante todo se revisen y

completen las Constituciones sobre el Gobierno Supremo de la

Orden Cisterciense, que tienen aún muchas lagunas, y que al mismo

tiempo cada una de las Congregaciones de la Orden reciba unas

Constituciones conformes al Código de Derecho Canónico,

adaptadas a las propias finalidades y aprobadas por la Santa

Sede… Así, pues, que no se suspenda el trabajo de revisión de las

Constituciones de cada una de las Congregaciones de la Orden, sino

que se progrese en este trabajo sumamente necesario y saludable,

hasta que esté acabado del todo…

A pesar de todo esto, y lo que pueda presentarse, no se interrumpe el

trabajo de redacción de las Constituciones comunes de la Orden.

Aprobada ya por la Santa Sede el año 1934 la primera parte de

estas Constituciones sobre el Gobierno Supremo de la Sagrada

Orden Cisterciense, quedan aún por hacer las partes siguientes: el

gobierno de las Congregaciones de la Orden; el gobierno de los

monasterios de la Orden; las monjas de la Orden Cisterciense, y,

finalmente, la observancia regular. Pero estas partes no pueden

recibir una redacción definitiva antes de que sean elaborados, y al

menos aprobados por el Capítulo General, los Estatutos de cada

una de las Congregaciones…397

396 H. Noots, nacido el 21 junio 1881, profeso de Tongerloo en el 1905, el 15 mayo 1920

Procurador General de los Premostratenses, 15 septiembre 1921 Abad titular, el 30 septiembre

1937 Abad General, dimitió el 18 septiembre 1962, m. 24 julio 1967.

397 … Quod ad Constitutiones communes Ordinis attinet, nemo anxiis curis, ne iisdem vita et

activitas unicuique Congregationi iam a saeculis propria demoliatur, impleatur… Cura nobis

maxima erit, ut ante omnia Constitutiones de supremo S. Ordinis Cisterciensis regimine quae

Page 290: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

290

La S. Congregación de los Religiosos, como ya hemos dicho, el 21

junio 1941 aprobó las Constituciones de la Congregación de Zirc y Pío XII,

con el Breve apostólico Cum ex Sumi Pontificatus del 13 junio 1943, las

Constituciones de la Congregación de Casamari398

.

4. EL CAPÍTULO GENERAL DEL AÑO 1950

El Capítulo General siguiente fue celebrado en el año 1950 y en él

fue decidida la revisión de las Constituciones de Supremo Regimine (estat.

3); lo cierto es que sin embargo la decisión no tuvo continuidad y ni siquiera

las otras partes previstas en el 1933 han sido elaboradas.

Véase, sin embargo, el Estatuto 110:

En las cuestiones de disciplina claustral el Capítulo General no da

decisiones generales, sino que advierte a los Capítulos de cada una

de las Congregaciones para que vigilen que no se originen abusos y

para que se supriman los abusos existentes399

.

5. EL CAPÍTULO GENERAL DEL 1958

El Capítulo General del 1953 no consideró las cuestiones

constitucionales; sin embargo se ocupó de ellas el del 1958.

Desde el segundo día fue planteada la cuestión de la naturaleza

jurídica de las Congregaciones cistercienses, sobre todo para proceder a la

multis adhuc lacunis scatent, excolantur et perficiantur, atque simul singulae Congregationes

Ordinis accipiant Constitutiones, Codici luris Canonici conformatas, fini earum speciali

adaptatas et a Sancta Sede adprobatas… Idcirco ne suspendatur labor revisionis

Constitutionum singularum Congregationum Ordinis, sed in hoc opere pernecessario ac

salutari progrediatur, donec perfectum existat… Quibus omnibus non obstantibus, immo

concurrentibus, labor in redigendis Constitutionibus communibus Ordinis non intermittitur.

Desunt adhuc, approbata iam a Sancta Sede anno 1934 prima parte harum Constitutionum de

Supremo S. Ordinis Cisterciensis regimine, sequentes partes : de regimine Congregationis

Ordinis ; de regimine monasteriorum Ordinis ; de monialibus Ordinis Cisterciensis, ac

tandem de observantia regulari. Quae partes vero definitivam redactionem accipere

nequeunt, antequam Statuta singularum Congregationum exarata et saltem a Capitulo

Generali approbata fuerint…

398 AAS 35 (1943) 390-392.

399 Acta Cap. Gen. 1950, 31: In quaestionibus de disciplina claustrali decisiones Generales

Capitulum Generale non fert, sed Capitula singularum Congregationum admonet, ut caveant,

ne abusus oriantur, et ut abusus existentes tollant.

Page 291: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

291

ejecución de los Estatutos Generales anexos a la Constitución Apostólica

Sedes Sapientiae de Pío XII del 31 mayo 1956.

En los Estatutos promulgados por la S. Congregación de los

Religiosos se pedía la confirmación o al menos el visto bueno del Moderador

Supremo de la Religión antes del nombramiento del maestro de novicios, del

maestro de los profesos temporales, de los profesores de filosofía y teología.

El Supremo Moderador tenía también otras facultades (erección y traslado

de la sede, dispensas). Surgió la cuestión de quién fuese competente en dar el

nihil obstant, si el Abad General o los Abades Presidentes de las

Congregaciones cistercienses400

. Competente era el Abad Presidente de la

Congregación monástica, pero la cuestión era si las Congregaciones

cistercienses eran verdaderas Congregaciones monásticas en el sentido del

derecho canónico o no.

La argumentación contra la tesis según la cual las Congregaciones

cistercienses son Congregaciones monásticas a norma del derecho procedía

de una comparación con la Confederación Benedictina.

La Orden de San Benito no es como tal ni una Orden centralizada ni

una persona jurídica en el sentido del Derecho Canónico, tal como

enseñan unánimemente todos los canonistas. Existe, ciertamente, la

Confederación de los Benedictinos que llaman "negros", pero esta

Confederación hasta ahora no ha sido nunca erigida por la Santa

Sede como persona moral en el sentido del Derecho Canónico, sino

que es sólo una "Confederación fraterna"401

.

En el Capítulo nadie puso de relieve que esta sentencia era errónea y

que ya en el 1931 el P. Larraona402

demostraba que la Confederación

400 Los Estatutos hablan de los Abades Presidentes de las Congregaciones monásticas en los

artículos 19,2; 20,2; etc.

401 M. QUATEMBER, De statu iuridico Monasterii Casamariensis domorumque filialium ab

eo dependentium, ms: ACGOC, Constituciones de Casmari, p. 79s: Ordo S. Benedicti, qua

talis nec est Ordo centralizatus nec est persona iuridica in sensu iuris canonici, ut omnes

Canonistae unanimiter docent. Adest quidem Confoederatio Benedictinorum quos nigros

vocant, sed haec Confoederatio usque ad hodierna tempora numquam a Sancta Sede erecta

est tamquam persona moralis in sensu iuris canonici, sed est tantummodo "fraterna

Confoederatio…" Quatember cita P. BASTIEN, Praelectiones iuris regularis ordinis S.

Benedicti, ms; C. BUTLER, Le monachisme bénédictin, París 1924, 270ss; R. MOLITOR,

Religiosi iuris capita selecta, Ratisbona 1909, 224ss. Un folio anónimo con estas tesis de

M. Quatember del 1929 fue distribuído a los Padres Capitulares durante la discusión.

402 Commentarium pro Religiosis 12 (1931) 247, nota 446.

Page 292: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

292

Benedictina es persona moral colegial, doctrina ratificada definitivamente

por Pío XII el 21 marzo 1952 en el n. 6 de la Lex Propria:

La fraterna asociación que entraña la Confederación, reviste la

figura de una persona moral colegial para que pueda unir las

familias más íntima y fuertemente y alcance con mayor eficacia su

finalidad, de acuerdo con el CIC (cánones 99 y 100)403

.

Después de largas discusiones el Capítulo General, consultado el

Secretario de la S. Congregazione de los Religiosos, P. A. Larraona, otorgó

las facultades antes dichas a los Abades Presidentes, pero el 8 octubre 1958

con 45 votos contra 4 aprobó el texto siguiente:

El Capítulo General establece los siguientes principios sobre la

naturaleza jurídica de las Congregaciones en la Sagrada Orden

Cisterciense:

Los términos del derecho común usados en el Código de Derecho

Canónico (Congregación monástica y Provincia) no se pueden

aplicar en sentido pleno a la Sagrada Orden Cisterciense.

La Sagrada Orden Cisterciense es la unión de diversas

Congregaciones y monasterios independientes bajo el Capítulo

General y el Abad General. La Congregación cisterciense es

verdaderamente la unión de varios monasterios por sí mismos

independientes bajo un mismo Superior, formando parte de la

Sagrada Orden Cisterciense. Hasta un solo monasterio

independiente, con sus casas dependientes, puede formar una

Congregación cisterciense, o bien puede tener la condición de

independiente, tan solo, toda la Congregación como tal.

La dependencia de cada una de las Congregaciones con respecto al

Capítulo y al Abad General se determina en las Constituciones

sobre el Gobierno Supremo de la Sagrada Orden. El carácter del

régimen interno de cada Congregación cisterciense, en cambio,

viene determinado por las Constituciones de cada una de las

Congregaciones.

Las relaciones entre estos conceptos y los del CIC son las

siguientes:

403 S. MAYER, Die Benediktinische Konföderation, Quellen, Beuron 1956, 80s: Fraterna

consociatio, quam Confoederatio secum fert, ut intimius ac fortius familias iungere valeat et

efficacius suum finem consequatur, personae moralis collegialis figuram, ad normam C.I.C.

(c. 99, 100) induit.

Page 293: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

293

a) Los derechos que el CIC o el derecho común atribuyen al

Moderador supremo de una Congregación monástica, son ejercidos

por aquellos a quienes conceden los mismos derechos las

Constituciones sobre el Gobierno Supremo y las Constituciones de

cada una de las Congregaciones.

b) Si esta división de derechos no se determina claramente en las

Constituciones existentes, el Capítulo General de la Orden atribuye

estos mismos derechos al Abad General o bien a los Abades

Presidentes de las Congregaciones Cistercienses.

c) Lo mismo hace el Capítulo General de la Orden, o bien, cuando

no está reunido, y hasta el próximo Capítulo General, el Abad

General con el Definitorio, en el caso de que la Sede Apostólica

concediera en el futuro algunos derechos nuevos al Supremo

Moderador de la Congregación monástica…404

La S. Congregación de los Religiosos después aprobó el 12 enero

1960 la Ratio Studiorum elaborada por el Capítulo General405

, en la que las

facultades del Supremo Moderador eran concedidas a los Abades

Presidentes406

.

404 Protocollum Capituli Generalis S.O.Cist. 1958, 41: De natura iuridica Congregationum in

S. Ordine Cisterciensi Cap. Gen. sequentia principia statuit : Termini juris communis in

codice Iuris Canonici ("Congregatio monastica" et "Provincia") pleno sensu in S.O.Cist.

applicari non possunt. S. Ordo Cisterciensis est unio diversarum Congregationum ac

Monasteriorum sui iuris sub Capitulo et Abbate Generali. Congregatio Cisterciensis vero est

unio plurium Monasteriorum per se sui iuris sub eodem Superiore, partem S. Ordinis

Cisterciensis constituens. Etiam unicum monasterium sui iuris, cum domibus dependentibus,

efformare potest Congregationem Cisterciensem vel potest ratio "sui iuris" in tota

Congregatione tantum verificari. Dependentia singularum Congregationum a Capitulo et ab

Abbate Generali determinatur in Constitutionibus de Supremo S. Ordinis Regimine.

Character regiminis interni uniuscuiusque Congregationis Cisterciensis vero determinatur a

Constitutionibus singularum Congregationum.

Relationes inter hos conceptus et conceptus CIC autem sunt sequentes : a) Iura quae a CIC

seu iure communi Supremo Moderatori Congregationis monasticae attribuuntur, exercentur

ab illis, quibus Constitutiones de Supremo Regimine et Constitutiones singularum

Congregationum eadem iura tribuunt. b) Si haec divisio iurium a Constitutionibus

existentibus non clare determinatur, eadem iura Capitulum Generale Ordinis Abbati Generali

vel Abbatibus Praesidibus Congregationum Cisterciensium attribuit. c) Idem fit a Capitulo

Generali Ordinis, vel eo non sedente, usque ad proximum Cap. Gen., ab Abbate Generali cum

Definitorio, in casu quo Sancta Sedes Apostolica in posterum quaedam nova iura Supremo

Moderatori Congregationis monasticae attribuet…

405 Prot. N. 1627/58.

406 Véase los artículos 19, 26, 31, 33, etc. El texto aprobado en Acta Curiae Generalis

S.O.Cist. NS 7 (1959) 22-49.

Page 294: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

294

Un nuevo hecho, que demostraba una tendencia en la misma

dirección, se verificó cuando el 3 octubre 1962 Mons. Pericles Felici,

Secretario del Concilio Vaticano II, comunicó a todos los Abades

Presidentes que el Papa Juan XXIII los había convocado al Concilio con voz

deliberativa407

.

La Congregación de los Religiosos comunicó después el 17 octubre

1962, a petición del Abad General, que esta convocatoria no había

pretendido de todos modos resolver todavía la cuestión de la naturaleza

jurídica de las Congregaciones cistercienses408

.

6. EL CAPÍTULO GENERAL DEL 1963

El Capítulo General celebrado en Stams en el 1963 confirmó el

Estatuto del 1958 referente a la naturaleza jurídica de las Congregaciones,

pero en esta ocasión con 23 votos positivos contra 22 negativos409

.

El Capítulo seguidamente estableció que no se empleen más,

indistintamente, los términos de "Presidente" y "Vicario general" para los

Superiores de las Congregaciones cistercienses410

sino que hay que usar

siempre la expresión "Presidente", y que no se use más para las

Congregaciones el término "Provincia"411

.

Se decidió también que en el Annuario Pontificio las

Congregaciones de la Orden salgan de la misma manera que hasta ahora

han aparecido las dos Congregaciones italianas412

.

407 Prot. N. 158 CV/62. En el CIC/1917 can. 223, 1 se lee: Vocantur ad Concilium, in eoque

ius habent suffragii deliberativi : … Quarto : Abbas Primas, Abbates Superiores

Congregationum monasticarum ac supremi Moderator religionum clericalium exemptarum…

408 Prot. N. 1408/60.

409 En el 1958 habían sido 45 votos positivos contra 4.

410 Cfr.stat.n.5:Acta Curiae Gen,. NS 11(1963)20

411 Ibid., est. 6: ut non amplius adhibeantur "Praeses" ac "Vicarius generalis" permixtim, sed

semper sit adhibenda expressio Praeses de Superioribus Congregationum cisterciensium.

Terminus "Provincia" non amplius adhibeatur pro Congregationibus.

412 Ibd., est. 7: Annuario Pontifìcio exhibeantur Congregationes Ordinis eo modo quo usque

nunc duae Congregationes Italicae exhibebantur.

Page 295: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

295

7. LAS CONGREGACIONES

1(21) LA CONGREGACIÓN POLACA

No sabemos exactamente en que fecha el Presidente de la

Conferencia Episcopal Polaca, teniendo facultades especiales, erigió la

Congregación Polaca. Fue en el 1953 ó 1954. Ya el Capítulo General del año

1950 (est. 20) permitía que los monasterios de Szczyrzyc, Jedrejów,

Henrików y Oliwa formaran una Congregación bajo la presidencia del Abad

de Szczyrzyc y que el Monasterio de Mogila pudiera ser incorporado a ésta

más tarde. La S. Congregación de los Religiosos emitió su Decreto en tal

sentido el 6 enero 1964413

:

…confirma y ratifica la erección en Congregación separada e

independiente de los monasterios de Mogila, Szcyrzyc, Jedrzejów,

Wachok y Oliwa… ya llevada acabo con su autoridad por el

Cardenal Primado de Polonia. Además, el mismo Sagrado

Dicasterio establece que la nueva Congregación, que lleva el título y

tiene el patrocinio de Santa María Virgen Reina del Mundo, sea

valorada y se rija en el mismo grado y forma que las demás

Congregaciones de la Orden Cisterciense, según los Estatutos de la

Orden y las propias Constituciones, que han de ser redactadas lo

antes posible y sometidas a la aprobación de esta Sagrada

Congregación para los Religiosos…414

.

Las Constituciones fueron aprobadas el 21 junio 1989415

.

2(22) LA CONGREGACIÓN DE BRASIL

La Congregación fue erigida por Juan XXIII con el Breve apostólico

del 29 diciembre 1961:

413 Prot. N. 11557/63.

414 Acta Curiae Gen. NS 12 (1964) 13s: … erectionem in Congregationem distinctam sui iuris

monasteriorum de Clara Tumba, de Ciricio, de Andreovia, de Vanchocio et de Oliva… iam

per Cardinalem Primatem Polonorum effectam sua auctoritate confirmat et ratam habet.

Statuit insuper idem Sacrum Dicasterium quod nova Congregatio, quae sub titulo ac

patrocinio B.M.V. Reginae Mundi venit, eodem gradu et forma ac ceterae Congregationes

Ordinis Cisterciensis polleat et regatur ad normam Statutorum Ordinis et propriarum

Constitutionum, quae quam primum redigantur et ab hac Sacra Congregatione de Religiosis

approbandae, subjiciantur…

415 C. 19bis/1/88. Véase también DIP II (1975) col. 1528.

Page 296: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

296

…atentamente sopesadas las cosas necesarias, en virtud de estas

letras y con nuestra autoridad Apostólica, separamos los

monasterios… de las antes mencionadas Congregaciones de la

Sagrada Orden Cisterciense, y los erigimos en Congregación aparte

e independiente, en el mismo grado y forma que son propios de las

demás Congregaciones de la misma Orden… decretamos y

definimos que la Congregación así por Nos erigida se rija según los

Estatutos de la Orden y las propias Constituciones, que hay que

elaborar lo más pronto posible y presentar a la aprobación de la

Sagrada Congregación de Religiosos…416

Las Constituciones de la Congregación fueron aprobadas: el 7 marzo

1989 para los monjes417

, el 5 septiembre 1989 para las monjas418

. Algunas

modificaciones fueron aprobadas el 6 septiembre 1995419

.

3(23) LA CONGREGACIÓN DE LA S. FAMILIA EN VIETNAM

La Congregación fue erigida el 6 octubre 1964 con el Decreto de la

S. Congregación de los Religiosos420

. En el Breve apostólico, con la misma

fecha, se lee:

… erigimos y constituimos con nuestra autoridad Apostólica las

Abadías del Vietnam… en Congregación peculiar e independiente

de la Sagrada Orden Cisterciense, con el nombre y título "de la

Sagrada Familia", en el mismo grado y forma que son propios de

las demás Congregaciones de la misma Orden. Además, decretamos

y definimos, con estas letras y nuestra autoridad, que la

Congregación así erigida por Nos se rija de manera estable según

los Estatutos cistercienses y las Constituciones propias, que hay que

elaborar lo antes posible, de acuerdo con las circunstancias del

416 AAS 54 (1962) 507s: … omnibus rei momentis attente perpensis, harum litterarum vi,

auctoritate Nostra Apostolica, monasteria… a praedictis S.O. Cisterciensis Congregationibus

sejungimus et in Congregationem distinctam sui iuris erigimus, cum eodem gradu et forma,

quae ceteris eiusdem Ordinis Congregationibus propria sunt… decemimus et definimus, ut

Congregatio sic per Nos erecta regatur ad normam Statutorum Ordinis et peculiarium

Constitutionum, quae quam primum conficiantur et S. Congregationi de Religiosis

proponantur ad approbandum…

417 C. 19bis/1/83.

418 C. 109/3/88.

419 C. 19bis/1/95. Véase también DIP II (1975) col. 1538s.

420 Prot. N. 1769/63.

Page 297: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

297

lugar y de las personas, y presentar a la aprobación de la Sagrada

Congregación de Religiosos. Sin que refute nada en contra…421

La Congregación, dada las circunstancias, no tiene todavía

Constituciones aprobadas por la Santa Sede. [Actualmente ya las tienen].

421 AAS 58 (1964) 130s.: … auctoritate Nostra Apostolica, Abbatias… in peculiarem sui iuris

S. Ordinis Cisterciensis Congregationem, titulo "Sanctae Familiae" appellandam… in

Vietnamia erigimus et constituimus, cum eodem gradu et forma, quae ceteris eiusdem Ordinis

Congregationibus propria sunt. Praeterea iisdem hisce Litteris et auctoritate Nostra

decernimus et definimus, ut Congregatio sic per Nos erecta ad normam Statutorum

Cisterciensium atque peculiarium Constitutionum, quae, ad adiuncta loci et personarum

accommodatae, quam primum erunt conficiendae Sacraeque Congregationi de Religiosis ad

approbandum proponendae, stabiliter regatur. Contrariis quibusvis nihil obstantibus… Véase

también DIP II (1975) col. 1534-1536.

Page 298: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

298

VI. DESDE EL CAPÍTULO GENERAL ESPECIAL DE LOS

AÑOS 1968/69422 AL CAPÍTULO GENERAL DEL 1995

El Capítulo General Especial para la accommodata renovatio se

celebró en dos sesiones, la primera en el 1968, la segunda en el 1969.

El Capítulo fue preparado por una emplia serie de consultas a cada

monasterio así como a cada monje y monja. Además, dos largas sesiones del

Definitorio, desde el 16 noviembre al 2 diciembre 1967 y desde el 9 al 22

mayo 1968, fueron dedicadas a la preparación de los trabajos del Capítulo.

1. LOS STATUTA GENERALIA ORDINIS CISTERCIENSIS DEL 1968

El Capítulo Especial mismo fue celebrado desde el 23 septiembre al

12 octubre 1968 (31 sesiones) en Roma y desde el 22 julio al 11 agosto 1969

en Marienstatt (35 sesiones). Después de las relaciones sobre las funciones

del Capítulo General y sobre la naturaleza jurídica de las Congregaciones

cistercienses se tuvieron 20 intervenciones en materia constitucional.

Finalmente, el 1º octubre 1968 la Congregación Austriaca propuso los

Statuta Generalia Ordinis Cisterciensis como base para la discusión

siguiente. Después de las votaciones preliminares y el examen de los modos

fue preparado un texto definitivo, el cual obstuvo 51 placet sobre 70, o sea el

74% de los votos. El texto de estos Statuta Generalia:

Art. 1. La Orden Cisterciense está formada por la unión de

Congregaciones monásticas y de los monasterios que no forman

parte de ninguna Congregación.

Art. 2. El fin de esta unión es:

a) encontrar inspiración y ánimo mutuos y procurar ayuda

mutua para llevar y cumplir la vida monástica según la Regla de san

Benito:

b) estar representados en común y más eficazmente ante la

Santa Sede, las autoridades civiles y las otras Ordenes.

Art. 3. La Orden Cisterciense está gobernada por el Capítulo

General y por el Abad General, según las Constituciones del

Gobierno Supremo de la Orden, que son redactadas por el Capítulo

General de la Orden y aprobadas por la Santa Sede.

422 Hablamos de un Capítulo General especial siguiendo la terminología del Motu Proprio

"Eclesiae Sanctae" de Pablo VI del 6 agosto 1966: AAS 58 (1966) 776. Cfr. M.J. TOMANN,

op. cit., 114-117.

Page 299: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

299

Art. 4. El Capítulo General de la Orden Cisterciense es el órgano

central de deliberación fraterna, legislativa y judicial, estando, sin

embargo, salvada la autonomía legítima que pertenece a cada

Congregación y monasterio, según el CIC y las Constituciones

propias.

Art. 5. La actividad del Capítulo General se concretiza en leyes,

decretos, resoluciones, declaraciones y proposiciones.

Art. 6. La leyes y decretos del Capítulo General obligan a toda la

Orden por entero, a menos que estos sean contrarios al fin

específico o a las Constituciones de una Congregación.

Art. 7. Las Congregaciones cistercienses son Congregaciones

monásticas según las reglas del derecho. Cada Congregación está

gobernada por el Capítulo de la Congregación respectiva y por el

Abad Presidente de la Congregación, según las Constituciones

redactadas por el Capítulo de la Congregación y aprobadas por la

Santa Sede.

Art. 8. El órgano legislativo propio de cada Congregación de la

Orden Cisterciense es el Capítulo de la Congregación respectiva423

.

El Statutum Generale Ordinis Cisterciensis fue evidentemente

tenido como modelo para la redacción de las nuevas Constituciones de la

Orden. Para este fin fue elegida una Comisión de cinco miembros424

.

423 Stat. Cap. Gen. 1968:4. Acta Curiae Generalis S.O.Cist. N.S. 17 (1968) 35:

Art. l. Ordo Cisterciensis constat Congregationibus in eo unitis et monasteriis ad nullam

Congregationem pertinentibus.

Art. 2. Finis huius unionis est : a) Mutua inspiratio et exhortatio, mutuumque adiutorium

praestandum ad vitam monasticam secundum Regulam S. Benedicti ducendam atque

perficiendam ; b) Repraesentatio communis et efficacior relate ad Sanctam Sedem,

auctoritates civiles et alios Ordines.

Art 3. Ordo Cisterciensis regitur a Capitulo Generali et ab Abbate Generali secundum

Constitutiones de Supremo Regimine Ordinis a Capitulo Generali exaratas et a Sancta Sede

approbatas.

Art. 4. Capitulum Generale Ordinis Cisterciensis est eius forum centrale deliberationis

fraternae, legislativum et iudiciale, servata tamen autonomia legitima quae iuxta CIC et

Constitutiones proprias unicuique Congregationi et monasterio competit.

Art. 5. Actuositas Capituli Generalis absolvitur legibus, decretis, resolutionibus,

declarationibus et propositis.

Art. 6. Leges et decreta Capituli Generalis obligant totum Ordinem nisi contra finem

specialem vel Constitutiones alicuius Congregationis sint.

Art. 7. Congregationes Cistercienses sunt Congregationes monasticae ad normam iuris.

Unaquaeque Congregatio regitur a Capitulo Congregationis respectivae et ab Abbate

Praeside Congregationis secundum Constitutiones a Capitulo Congregationis exaratas et a

Sancta Sede approbatas.

Art. 8. Organum legislativum uniuscuiusque Congregationis Ordinis Cisterciensis proprium

est Capitulum respectivae Congregationis.

Page 300: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

300

2. LAS CONSTITUCIONES DEL 1969

La Comisión tuvo dos sesiones, a la segunda asistieron como peritos

también el Abad Presidente de la Congregación de Mehrerau, D. Casiano

Lauterer y el P. Viktor Dammertz, futuro Abad Primado de la Confederación

Benedictina y hoy Obispo de Augsburg.

El Proyecto fue enviado después a todos los Padres Capitulares y se

consultó para tener un parecer al P. Anastasio Gutiérrez C.M.F., profesor de

derecho de los religiosos en la Pontificia Universidad Lateranense y a P.

Vicente Hermans, canonista y Procurador General de la Orden de los

Cistercienses de la Estrecha Observancia. Los dos dieron su nihil obstat.

En el Capítulo General del año 1969 en la discusión General

hablaron 28 Padres, algunos a favor, otros en contra del proyecto de las

Constituciones. El Proyecto fue aceptado como base de discusión con 56

placet (80%), mientras los non placet fueron 14 (20%).

En la discusión especial hubo 80 intervenciones y, en el curso de 125

votaciones, 1178 fueron los placet iuxta modum, lo cuales representaban

efectivamente 215 modos.

En mérito al texto enmendado, en 72 votaciones, solamente tres

artículos fueron votados con más de 10 non placet:

el art. 1: (La Orden es una unión de Congregaciones monásticas): 11 non

placet (15%), 62 placet (85%);

el art. 72,1: Padres sinodales elegidos: 13 non placet (18%), 60 placet;

el art. 93,1: Abad General elegido por diez años: 11 non placet (15%), 62

placet.

El 10 de agosto 1969 se llegó a la votación final sobre el texto, con

61 placet (84,7%) de los votos válidos; los non placet fueron 11,

abstenciones una.

La estructura de las Constituciones aprobadas era la siguiente:

Primera parte. Naturaleza, fin y miembros de la Orden

Cisterciense.

Segunda parte. Las Congregaciones monásticas.

Capítulo I: Naturaleza y fin de las Congregaciones monásticas

cistercienses.

Capítulo II: Los diversos tipos de monasterios y la estabilidad.

424 Los miembros eran: P. Policarpo Zakar (presidente), P. Godofredo Venuta, P. Malaquias

Falletti, P. Guy Luzsénszky y el Abad Gabriel Weinberger.

Page 301: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

301

Capítulo III: El Capítulo de la Congregación.

Capítulo IV: El Abad presidente y su Consejo.

Capítulo V: La visita regular en la Congregación.

Tercera parte. El gobierno de la Orden.

Título I. El Capítulo General de la Orden.

Título II. El Sínodo de la Orden.

Título III. El Abad General de la Orden y su Consejo.

Título IV. El Procurador General425

.

El art. 1. declara:

La Orden de Cister, que ha salido de la archi-abadía de Cister, está

formada por la unión de Congregaciones monásticas, y por los

monasterios que no forman parte de ninguna Congregación426

.

El problema por tanto tiempo discutido había sido por consiguiente

resuelto. Los miembros inmediatos de la Orden son las Congregaciones (art.

7); el Capítulo ordinario de las Congregaciones debe ser trienal (art. 33); el

Capítulo de la Congregación prepara las Constituciones de la Congregación

que deben ser sometidas a la aprobación de la Santa Sede después del nihil

obstat de la Comisión elegida por el Capítulo General para examinar la

conformidad de las Constituciones de cada Congregación con las

Constituciones de la Orden (art. 31ª).

Las novedades, junto a esta Comisión para el examen de las

Constituciones, son las siguientes:

a) Fue constituido un Sinodo de la Orden, el cual es un colegio: casi

un Capítulo intermedio, mucho más de lo que anteriormente lo era el

Definitorio, que era simplemente el Consejo del Abad General. El Sinodo se

reune normalmente dos veces entre dos Capítulos Generales427

.

425 Pars I. De Ordinis Cisterciensis ratione, fine et membris

Pars II. De Congregationibus monasticis. Cap. I. De Congregationum monasticarum

Cisterciensium ratione et fine. Cap. II. De specibus monasteriorum et de stabilitate. Cap. III.

De Capitulo Congregationis. Cap. IV. De Abbate praeside eiusque consilio. Cap. V. De

visitatione regulari in Congregatione.

Pars III. De regimine Ordinis. Tit. I. De Capitulo Generali Ordinis. Tit. II. De synodo

Ordinis. Tit. III. De Abbate Generali Ordinis eiusque consilio. Tit. IV. De Procuratore

Generali.

426 Ordo Cisterciensis, qui ex archicoenobio Cistercii originem suam petit, constat

Congregationibus monasticis et monasteriis ad nullam Congregationem pertinentibus in eo

unitis.

427 Art. 70-78.

Page 302: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

302

b) Hay un Consejo del Abad General, compuesto de cuatro

miembros elegidos por el Capítulo General, cuya convocatoria es mucho

más fácil que la del antiguo Definitorio428

.

c) Las elecciones de los Abades son confirmadas por el Abad

Presidente o por el Padre Inmediato, si lo hay429

.

d) El derecho de visita le compete al Abad Presidente o al Padre

Inmediato, pero también el Abad General, con ciertas condiciones, puede

visitar cada monasterio430

.

e) El reglamento para evitar conflictos entre Capítulo General y cada

una de las Congregaciones. El art. 53 de las Constituciones establece:

La actividad del Capítulo General se concreta en leyes y decretos

que obligan a toda la Orden, a no ser que vayan contra la finalidad

especial o contra las Constituciones de alguna Congregación

aprobadas por la Santa Sede, y también en resoluciones,

declaraciones y propuestas. En caso de duda acerca de si algo va

contra la finalidad especial o contra las Constituciones de alguna

Congregación aprobadas por la Santa Sede, el Capítulo General

decide la cuestión, después de oír la relación de la parte afectada431

.

Para los monasterios y para las Congregaciones no se podía y no se

pretendía hacer nada mas que una ley marco; pero también así, en el art. 25

de las Constituciones, el verbo final en vez de debent fue cambiado por

possunt432

.

El mismo Capítulo aprobó después también la tercera parte de la

Declaratio Capituli Generalis Ordinis Cisterciensis de elementis praecipuis

428 Art. 96-100.

429 Art. 38b.

430 Art. 38c – art. 84.

431 Art. 53 Actuositas Capituli Generalis absolvitur legibus et decretis, quae obligant totum

Ordinem, nisi contra finem specialem vel Constitutiones a Sancta Sede approbatas alicuius

Congregationis sint, necnon resolutionibus, declarationibus et propositis. In casu autem

dubii, utrum aliquid contra finem specialem vel Constitutiones a Sancta Sede approbatas

alicuius Congregationis sit, Capitulum Generale, audita relatione, partis gravatae, rem

decidit.

432 Art. 25. Si in aliqua Abbatia vel Prioratu conventuali postea notabiliter defecerit

monachorum numerus in art. 24 resp. 23 praescriptus, quaedam iura et privilegia Abbatiae

vel Prioratus conventualis a Capitulo Congregationis suspendi possunt. El Sinodo del 1994

dio después estatutos más precisos: Statutum de fundationibus: Acta Curiae Gen. O.Cist. NS

39 (1994) 13-23.

Page 303: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

303

vitae Cisterciensis hodiernae, la cual tiene como título: De vita Ordinis et

communitatum eius recte ordinanda433

.

Bastará exponer algunos puntos de las Constituciones.

De las Constituciones resulta claramente la unión de las dos ramas,

masculina y femenina, en una única Orden. Las monjas cistercienses no

constituyen una "segunda Orden", puesta junt a la "primera", la de los

monjes, sino que constituyen en todo y por todo parte de la misma Orden

Cisterciense. Por esto, ya en el 1969 se formuló el principio:

…no existe duda que ha de ser promovida, con tal que sea

cautamente pero constate y eficazmente, la participación de las

monjas en las decisiones relacionadas no solamente con su vida,

sino también con su Congregación o toda la Orden434

.

Después de haber aplicado los principios cristianos de legislación y

de gobierno, como también el pricipio de subsiliaridad y del legítimo

pluralismo, aunque en el ámbito de la necesaria unidad, se pasa al gobierno

de los monasterios, de las Congregaciones y de la Orden.

En el Capítulo General del 1974 las Constituciones fueron

examinadas de nuevo y, no obstante se hubiera introducido la posibilidad de

presentar enmiendas, no se produjo ningún cambio relevante. Sobre el texto

enmendado el número máximo de non placet fue 9. El conjunto del texto fue

aprobado con el 98,2% de los votos válidos435

.

El Capítulo General del 1980 aprobó nuevamente las Constituciones

con 49 votos (89%) y deliberó, con 45 votos, que fuesen sometidas a la

aprobación de la Santa Sede.

La Santa Sede no ha tramitado petición de mayores cambios y con

fecha 25 diciembre 1981, las Constituciones fueron aprobadas436

.

Después de la publicación del nuevo Código en el 1983, la

Congregación para los Religiosos y los Institutos Seculares otorgó la

facultad a los Superiores Generales con su Consejo de adaptar las

433 La Declaratio ha sido preparada por una Comisión de tres miembros: el Abad Presidente

Karl Braunstorfer (presidente), el Abad Presidente Kassian Lauterer y P. Policarpo Zakar

(secretario).

434 Declaratio 78.

435 El texto de las Constituciones del año 1974 se encuentra en Actis Curiae Generalis O.Cist.

NS. 23 (1974) 10-39.

436 Véase el texto en ACG NS 29 (1981) 12-41.

Page 304: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

304

Constituciones a los dictamenes del Código437

. Este trabajo ha sido conluído

el 10 diciembre 1987438

. El elenco de estas pequeñísimas modificaciones o

correcciones fue sometido por el Capítulo General de nuevo a examen de la

Santa Sede439

la cual dio una nueva aprobación el 16 octubre 1990440

.

3. LA CUESTIÓN DE LA PARTICPACIÓN DE LAS MONJAS EN EL

RÉGIMEN DE LA ORDEN CISTERCIENSE

La cuestión de la participación de las monjas en el gobierno de la

Orden más bien es una materia de iure condendo(derecho por establecer)

que de iure condit (derecho establecido). Ahora ya se entreven los grandes

principios que deberan servir de directivas para el trabajo legislativo todavía

por desarrollar.

Hemos dicho ya que la Declaratio de elementis praecipuis vitae

Cisterciensis hodiernae del 1969 subrayaba la necesidad de promover la

participación de las monjas también en la dirección de las Congregaciones y

de la Orden441

. Esto significaba también seguir las orientaciones de las otras

Ordenes monásticas. La primera señal clara procedía de los Cistercienses de

la Estrecha Observancia.

(1) LA EVOLUCIÓN DE LAS TRAPISTINAS

Con el permiso de la Santa Sede, el Abad General de la Orden de los

Cistercienses de la Estrecha Observancia, Dom Gabriel Sortais, convocó una

asamblea de Abadesas en el 1959. Una segunda reunión tuvo lugar en el

1964 y una tercera en el 1968. A las Abadesas se les aclaró enseguida que

las deliberaciones de sus reuniones no serían sometidas a la aprobación de la

S. Congregación para los Religiosos, sino al Capítulo General (de los

Abades).

En el 1968, con 20 votos a favor y 19 en contra, las Abadesas

formularon la petición de participar en el Capítulo General (de los Abades),

especificando bien como tal petición no fuese planteada en términos de

imposición. En el 1969 los Abades expusieron la necesidad de una consulta

437 AAS 76 (1984) 498s.

438 El texto se encuentra en ACG NS 35 (1988) 6-27.

439 Véase ACG NS 37 (1991) 5-6 y 13.

440 Ibd., 12.

441 Véase más arriba nota 365.

Page 305: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

305

más profunda de las monjas antes de pronunciarse sobre la petición,

solicitando de forma no oficial la opinión de la Congregación.

El Capítulo General de los Abades del 1969 aplicando bien una

distinción entre "capítulos legislativos" (los capítulos Generales) y reuniones

regionales, en el voto 8bis ha decidido:

Se debería permitir a las Abadesas participar en las conferencias

regionales de los Abades442

.

Como se consideraba que para dejar la clausura las monjas tenían

necesidad de la autorización de la Santa Sede, se presentó una petición con

la finalidad de que las Abadesas pudieran participar en las reuniones

regionales.

La respuesta a tal petición está en la carta del Cardenal Antoniutti,

del 15 julio 1970. El Cardenal se prununcia en contra de la participación de

las Abadesas en el Capítulo General legislativo. He aquí la carta:

Sacra Congregatio pro Religiosis et Institutis Saecularibus

Prot. N. 1788/64

Roma, el 15 julio de 1970

Muy Reverendo Padre,

La Sagrada Congregación para los Religiosos y los Institutos

Seculares ha examinado con cuidado la petición presentada por el

Procurador de vuestra Orden, con visitas a obtener que las Monjas

Cistercienses puedan participar en las reuniones de los Abades.

Después de un atento estudio de los diferentes aspectos del

problema, la Sagrada Congregación ha sometido la cuestión al

mismo Soberano Pontífice. Este, en la Audiencia concertada con el

Cardenal Prefecto (el 22 de enero último) ha respondido que no es

oportuno que las Monjas asistan a las Asambleas de los Religiosos.

Ellas pueden, sin embargo, reunirse entre sí, si así lo desean, y

celebrar sus propias asambleas con vistas a la adaptación de sus

Constituciones, según las directrices del Concilio.

Un importante movimiento insiste cada vez más sobre la madurez de

la mujer en nuestro mundo moderno. Es importante tenerlo en

cuenta y dejar a las Monjas la autonomía que les llega. Es a ellas, y

no al Capítulo de los Monjes, a quien pertenece estudiar, discutir y,

442 Compte rendu du Chap. Gén., 1969, 137 : On devrait permettre aux Abbesses de

participer aux conférences régionales des abbés

Page 306: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

306

en la medida que no esté reservado a la Santa Sede, decidir su

propia legislación.

Esta disposición no intenta escindir a la Orden Cisterciense

Reformada en dos Órdenes distintas, sino que atribuye a las Monjas

una justa y necesaria autonomía, y confía personalmente al Abad

General, que guarda toda su autoridad sobre las ramas masculinas

y femenina, según las Constituciones aprobadas por la Santa Sede,

el cuidado de mantener la unidad que se impone. Los Padres

Inmediatos, continuando su obra benéfica según las santas

tradiciones de la Orden, sabrán igualmente contribuir a esto con

todas sus fuerzas.

Acepte, muy Reverendo Padre, la expresión renovada de mi

religioso afecto en Nuestro Señor.

I.Card. Antoniutti, préf.

E. Heston Secre.443

.

Así nació el Capítulo (separado) de las Abadesas Trapenses. La carta

del Cardenal Antoniutti subrayaba la unidad de la Orden de los Cistercienses

de la Estrecha Observancia, pero creando dos capítulos Generales, al menos

en aquel momento, no respondía a los deseos de las comunidades femeninas.

443 El original está en francés. Sacra Congregatio pro Religiosis et Institutis Saecularibus

Prot. N. 1788/64

Rome, le 15 juillet 1970

Mon Très Révérend Père, La Sacrée Congrégation pour les Religieux et les Instituts Séculiers

a examiné avec soin la requête présentée par le Procureur de votre Ordre en vue d'obtenir

que les Moniales Cisterciennes puissent participer aux réunions des Abbés. Après une étude

attentive des différents aspects du problème, la Sacrée Congrégation a soumis la question au

Souverain Pontife lui-même. Celui-ci, dans l'Audience accordée au Cardinal Préfet (le 22

janvier dernier) a répondu qu'il n'est pas opportun que les Moniales assistent aux Assemblées

des Religieux. Elles pourront cependant se réunir entre elles, si elles le désirent et célébrer

leurs propres assemblées particulièrement en vue de l'adaptation de leurs Constitutions selon

les directives du Concile. Un fort mouvement insiste de plus en plus sur la maturité de la

femme dans notre monde moderne. Il importe d'en tenir compte et de laisser aux Moniales

l'autonomie qui leur revient. C'est à elles, et non au chapitre des Moines, qu'il appartient

d'étudier, de discuter et, dans la mesure où cela n'est pas réservé au Saint Siège, de décider

de leur propre législation. Cette disposition n'entend pas scinder l'Ordre des Cistercien

réformés en deux Ordres distincts mais attribue aux Moniales une juste et nécessaire auto-

nomie, et confie personnellement à l'Abbé Général, qui garde toute son autorité sur les

branches masculine et féminine selon les Constitutions approuvées par le Saint Siège, le soin

de maintenir l'unité qui s'impose. Les Pères Immédiats, en continuant leur œuvre bienfaisante

selon les saintes traditions de l'Ordre, sauront également y contribuer de toutes leurs forces.

Veuillez agréer, mon Très Révérend Père, l'expression renouvelée de mon religieux

dévouement en Notre-Seigneur.

I. Card. Antoniutti, préf. E. Heston Secr.

Page 307: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

307

(2) EL CAPÍTULO GENERAL DEL 1974 CON LAS ABADESAS

"OBSERVADORAS"

En la Orden Cisterciense, dadas las grandes diferencias también en

la rama femenina, parecía más seguro seguir el ejemplo de la Congregación

Benedictina, donde desde el 1973 las Abadesas eran admitidas como

"observadoras". En el Capítulo General tenído en Casamari en el 1974

estaban presentes ocho Abadesas.

El Capítulo General del 1974 instituyó, después, una Commissio pro

Monialibus de la que formaban parte las ocho Abadesas ya mencionadas. La

misión de esta Comisión fue formulada así:

El Capítulo decide constituir una Commissio pro monialibus,

compuesta por monjas, en funciones hasta el próximo Capítulo

General, que estudie los problemas de las monjas y favorezca la

cooperación interregional con los medios que le son propios. Que

haga una relación de sus trabajos en el próximo Capítulo

General444

.

(3) LOS CAPÍTULOS GENERALES DEL 1985 Y 1990

La Commissio pro Monialibus desempeñó tan bien su propio

cometido, movilizando los monasterios femeninos, que en el Capítulo

General del 1985 se pudo dar un paso adelante significativo: los Padres

Capitulares se manifestaron de acuerdo en que las Abadesas, de forma

todavía por precisar, de ahora en adelante tomasen parte en la elección del

Abad General. He aquí el texto del estatuto:

Puesto que, según la más antigua legislación de la Orden, los

monasterios de las dos ramas, es decir, de monjes y monjas,

constituyen una única Orden Cisterciesne, participan de su

patrimonio y están sometidas de la misma forma al Superior de la

Orden, el Capítulo General desea que las Abadesas de la Orden

tomen parte eficaz en la elección del Abad General, de la manera a

determinar con más precisión en el próximo Capítulo, observando lo

que debe ser observado445

.

444 Capitulum decernit, ut constituatur Commissio pro monialibus ex monialibus constans,

munere fungens usque ad proximum Capitulum Generale, quae Commissio problematibus

monialibus studeat et cooperationem interregionalem promoveat, cum mediis quae eidem

videntur aptae. De suis laboribus proximo Capitulo Generali relationem faciet.

445 Stat. Cap. Gen. 1985:17: Cum secundum antiquissimam legislationem Ordinis, monasteria

duorum ramorum, id est monachorum ac monialium, unicum Ordinem Cisterciensem

Page 308: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

308

El Capítulo General del 1990 decidió, por consiguiente, que la

Commissio pro Monialibus tuviera quince miembros y asignó a la Comisión

una responsabilidad muy importante:

Entre este Capítulo y el próximo, que la Commissio pro Monialibus

y el Sínodo de la Orden preparen un Esquema sobre el fin último de

incluir a las monjas en el gobierno de la Orden en los Capítulos

Generales, que trabajen en describir las fases y las etapas sucesivas

por las que se puede llegar a tal fin446

.

En lo referente a la elección del Abad General, el Capítulo admitía a

las quince Abadesas, miembros de la Commissio pro Monialibus, en la así

llamada preelección, que no tiene un valor canónico:

Que se proceda así en la próxima elección del Abad General : Antes

del primer escrutinio requerido por la ley, que se tenga un

escrutinio indicativo o preparatorio para manifestar la opinión de

los participantes sobre los candidatos. Que los miembros de la

Commissio pro Monialibus tengan, igualmente, voz activa en este

escrutinio y que sus votos se cuenten con los votos de los miembros

del Capítulo. Pero que las Monjas no tomen parte en los escrutinios

posteriores447

.

(4) EL CAPÍTULO GENERAL DEL 1995

Como era de esperar, este Capítulo señaló ulteriores pasos hacia

adelante acerca de la participación de las monjas en el régimen de la Orden.

Estas decisiones del Capítulo al respecto:

constituant, eiusdem patrimonium participent et eodem modo capiti Ordinis subsint,

Capitulum Generale desiderat, ut Abbatissae Ordinis, modo in sequenti Capitulo pressius

determinando, in electione Abbatis Generalis partem habeant efficacem, servatis de iure

servatis.

446 Stat. Cap. Gen. 1990:19: Inter Capitulum hoc et proximum Commissio pro Monialibus et

Synodus Ordinis Schema quoddam elaborent de fine ultimo includendi moniales in regendo

Ordine in Capitulis Generalibus, atque phases passusque successivos describere satagant,

quibus talis finis obtineri possit.

447 Ibid., Est. 18: In electione proxima Abbatis Generalis ita procedatur Ante primam

scrutationem a lege requisitam, habeatur scrutinium indicativum vel praeparatorium ad

mentem participantium de candidatis manifestandam. In qua scrutatione membra quoque

Commissionis pro Monialibus vocem activam habeant et vota earum cum votis membrorum

Capituli connumerentur. In scrutiniis vero ulterioribus Moniales non amplius partem

habeant.

Page 309: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

309

Después de haber subrayado la unidad de la Orden Cisterciense se

decidió que en el 1997 ó 1998, con el permiso de la Santa Sede, se celebrará

un Capítulo General de la rama femenina, que tendrá la misión de preparar

las nuevas Constituciones de la Orden y de hacer posible que en un futuro la

Orden Cisterciense pueda celebrar bajo un mismo techo y al mismo tiempo

el Capítulo General de los monjes y el Capítulo General de las monjas, con

la presidencia del Abad General. He aquí el texto de los estatutos al respecto:

11. Según la más antigua legislación de la Orden, los monasterios

de monjes y monjas constituyen una única Orden Cisterciense,

participan de su patrimonio y están sometidos de la misma forma al

Superior de la Orden.

En el Capítulo de las monjas de la Orden, sea ordinario o

extraordinario, son llamados con voz deliberativa:

a) el Abad General;

b) todas las Superioras mayores de la Orden;

c) una delegada de los monasterios en los cuales, en el día de la

convocatoria del Capítulo General, haya más de veinticinco

profesas incluidas las de votos temporales, dos delegadas si hay

cincuenta y una profesas incluidas las de votos temporales, y tres si

hay sesenta y seis profesas448

Para la elección del Abad General y del Procurador General los dos

capítulos se unen, pero el número de las monjas votantes no debe superar el

número de los monjes votantes:

12. En la elección del Abad General y del Procurador General,

todos los miembros del Capítulo General de las monjas gozan de voz

activa y sus votos son contados al mismo tiempo que los de los

monjes. Pero si el número de monjas en el Capítulo General supera

el número de monjes, solamente las Superioras mayores tendrán voz

activa449

.

448 11. Secundum antiquissimam legislationem Ordinis monasteria monachorum et monialium

unicum Ordinem Cisterciensem constituunt, in eiusdem patrimonio participant et eidem capiti

Ordinis subsunt.

Ad Capitulum Generale monialium, Ordinis sive ordinarium sive extraordinarium cum voce

deliberativa vocandi sunt : a) Abbas Generalis ; b) omnes Superiorissae maiores

monasteriorum Ordinis ; c) una delegata e monasteriis, in quibus in die indictionis Capituli

Generalis habentur plus quam viginti quinque professae saltem a votis temporariis, duae

autem delegatae, si habentur quinquaginta et una professae saltem a votis temporariis, tres

autem si habentur septuaginta sex professae.

449 12. In electione Abbatis Generalis et Procuratoris Generalis omnia membra Capituli

Generalis monialium voce activa gaudent et vota earum insimul cum illis monachorum

Page 310: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

310

El Capítulo General de las monjas elige cinco Abadesas o monjas

como miembros del Sinodo de la Orden y tres substitutas.

13. El Capítulo General de las monjas elige cinco Abadesas o

monjas como miembros del Sínodo de la Orden, y también tres

sustitutas450

.

Del Consejo del Abad General se dice:

14.El Consejo del Abad General es competente para los asuntos de

los monjes y de las monjas. Pero si se trata de cuestiones de gran

importancia para las monjas, dos Abadesas pueden ser llamadas

por el Abad General como expertas451

.

4. UNA NUEVA CONGREGACIÓN

1(24) LA CONGREGACIÓN DE LOS MONASTERIOS DE LAS MONJAS

CISTERCIENSES DE S. BERNARDO

Antes de cerrar esta parte debemos hacer mención del hecho de que

la CIVCSVA instituyó el 8 diciembre 1994 una nueva Congregación

monástica, compuesta por 26 monasterios de monjas que formaban hasta

entonces la Federación de Monjas Cistercienses de la Regular Observancia

de S. Bernardo en España. La nueva Congregación es llamada:

Congregación de los Monasterios de Monjas Cistercienses de S.Bernardo.

El mismo día la Congregación para los Institutos de Vida consagrada ha

aprobado también las Constituciones, en las que no se dice nada ni de la

Orden Cisterciense, ni de la Orden de los Cistercienses de la Estrecha

Observancia. Al mismo tiempo fue aprobado un estatuto sobre la asociación

espiritual452

de dicha Congregación a la Orden de los Cistercienses de la

Estrecha Observancia.

computentur. Si autem numerus monialium in Capitulo Generali monialium numerum

monachorum superat, tantum Superiorissae maiores habent vocem activam.

450 13. Capitulum Generale monialium eligit quinque Abbatissas vel moniales uti membra

Synodi Ordinis, necnon tres substitutas earum.

451 14. Consilium Abbatis Generalis competens est in negotiis monachorum et monialium. Si

autem agitur de quaestionibus maioris momenti monialium, possunt vocari ab Abbate

Generali ut peritae duae Abbatissae.

452 Se habla de "asociación espiritual" sólo en el Decreto referente al Estatuto, en el Estatuto

la palabra "espiritual" no aparece.

Page 311: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

311

Según este Estatuto el Abad General de la Orden Cisterciense de la

Estrecha Observancia puede visitar los monasterios de la nueva

Congregación cuando lo desee (3b); a él son enviados todos los documentos

relacionados con la Congregación, para que la conozca mejor; él preside

también el Capítulo de la Congregación, pero sin voto deliberativo; los

asuntos de la Congregación ante la Santa Sede deben ser tratados o por el

Abad General O.C.S.O. o por el Procurador General O.C.S.O.

Surgió así la cuestión de si esta nueva Congregación formaba parte

de la Orden Cisterciense o no.

A tal pregunta la CIVCSVA respondió el 20 abril 1995 así:

Reverendísimo Padre,

Después que la CIVCSVA, el 8 de diciembre de 1994, haya puesto

varios monasterios de monjas Cistercienses en España bajo la única

Abadesa Presidenta, estableciendo de esta manera una

Congregación monástica de monjas, las dificultades entre la Orden

Cisterciense y la Orden Cisterciense de la Estrecha Observancia, a

propósito de la inscripción de dichos monasterios en una u otra

Orden, ya aparecidas desde hace algunos años, se ha agravado por

el hecho de que el Estatuto de asociación espiritual de dicha

Congregación Monástica con la Orden Cisterciense de la Estrecha

Observancia ha sido aprobada por la Sede Apostólica.

Según la práctica de este Dicasterio, está libremente permitido a los

monasterios de monjas que se encuentran, de la manera que sea, e

incluso solamente por un tiempo, bajo la vigilancia particular de los

Obispos, de asociarse espiritualmente con el Instituto masculino que

ellas prefieran, aunque ellas pertenezcan ciertamente a una Orden.

Esta misma razón es válida oportunamente para la Congregación

monástica de las monjas en la que todos y cada uno de los

monasterios que forman la Congregación están puestos bajo la

vigilancia del Obispo. Sin embargo, esto no modifica en nada los

lazos entre estos monasterios y su propia Orden. En verdad, las

monjas de los monasterios de que se trata habían elegido establecer

con la Orden Cisterciense de la Estrecha Observancia una

asociación más estrecha, que esta Congregación ha rehusado

conceder para no hacer brotar mayores dificultades entre la Orden

Cisterciense y la Orden susodicha.

Es por ésto que este Dicasterio declara que los monasterios de la

Congregación monástica recientemente erigida, es decir, la

Congregación de las Monjas Cistercienses de S. Bernardo, son y

Page 312: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

312

pertenecen a los monasterios de la Orden Cisterciense, que, sin

embargo, desde 1858 y después de trienios y trienios, fueron

sustraídas del poder tanto del Capítulo como del Abad General de

la Orden, y ahora igualmente los Obispos, y sometidos bajo la única

autoridad de la Abadesa Presidente y de la Santa Sede, según las

Constituciones aprobadas por la misma Sede Apostólica.

Pidiendo al Señor para usted y su Orden toda prosperidad en este

tiempo pascual, quedo

Add. mus in Christo E. Card. Martinez, Praefectus

+ Fco Javier Erràzuriz O., a secr.

---------------------------------------------------------

Rev.mo P. Polycarpo Zakar, Abbati Gen. O.Cist.

Romae453

.

453 Reverendissime Pater, Postquam Congregatio pro Institutis vitae consecratae et

Societatibus vitae apostolicae, die 8 decembris anni 1994, aliqua monasteria monialium

Cisterciensium in Hispania sub unius Abbatissae Praesidis auctoritate collocavit hoc modo

Congregationem monasticam monialium statuens, difficultates inter Ordinem Cisterciensem

et Ordinem Cisterciensium Strictioris Observantiae de ascriptione praefatorum

monasteriorum uni vel alteri Ordinum, jam ante aliquot annos exortae, graviores evaserunt

ex eo quod Statutum de associatione spirituali dictae Congregationis Monasticae ad Ordinem

Cisterciensium Strictioris Observantiae a Sede Apostolica approbatum fuit. Iuxta praxim

huius Dicasterii, monasteria monialium quae quocumque modo, etsi solummodo ad tempus,

sub peculiari vigilantia Episcoporum inveniuntur, libere consociari in spiritualibus

permittuntur cum Instituto virorum quod maluerint, quamvis cuidam Ordini certe pertineant.

Eadem vero ratio opportune valere visa est pro Congregatione monastica monialium in qua

omnia et singula monasteria quae Congregationem efformant actu erant vigilantiae

Episcoporum concredita. Quod autem nullo modo mutat nexum haec monasteria inter et

proprium Ordinem. Re vera, moniales monasteriorum de quibus agitur, arctiorem

associationem cum Ordine Cisterciensium Strictioris Observantiae exoptaverant, quam haec

Congregatio concedere renuit ne difficultates inter Ordinem Cisterciensem et supradictum

Ordinem graviores exoriri contingent. Quapropter hoc Dicasterium declarat monasteria

Congregationis monasticae nuper erectae, v.d. Congregaciòn de las Monjas Cistercienses de

S. Bernardo esse atque remanere monasteria Ordinis Cisterciensis, quae autem, iampridem

ab anno 1858 et semper de triennio in triennium, a potestate tum Capituli tum Abbatis

Generalis Ordinis subtracta fuerunt, nunc etiam Episcoporum, atque soli auctoritati

Abbatissae Praesidis et Sanctae Sedis subiecta, iuxta Constitutiones ab eadem Sede

Apostolica approbatas.

Omnia fausta Tibi et Ordini Tuo a Domino in hoc paschali tempore adprecor, atque

permaneo.

Add. mus in Christo E. Card. Martinez, Praefectus

+ Fco Javier Erràzuriz O., a secr.

Rev.mo P. Polycarpo Zakar, Abbati Gen. O.Cist. Romae

Page 313: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

313

Por lo tanto, la Congregación forma parte de la Orden Cisterciense, y

es sometida solamente a la autoridad de la Abadesa Presidente y de la Santa

Sede, pero no se dice tan siquiera si ésta exención de la autoridad del

Capítulo General es temporal.

Page 314: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

314

CONCLUSION

La intención este trabajo era la de describir los momentos y los

puntos principales de la evolución del derecho constitucional cisterciense.

La corriente monástica de Cister fue en el siglo XII – como bien dice

Gregorio Penco – la cumbre de todo el proceso vivido en el mundo

monástico precedente y contemporáneo454

. Y ésto vale no solamente por la

riqueza de la doctrina monástica, y por su expansión externa, sino también

por la organización jurídica dada por la Carta Caritatis. La intuición

fundamental del derecho constitucional era muy preciosa, pero también el

valor con el que los Capítulos Generales cambiaron la carta fundamental

siguiendo la evolución de la Orden. Salvaguardando los tres primeros

capítulos de la Carta no pocas prescripciones fueron cambiadas de manera

orgánica, modificando la misma Carta.

Sin embargo la expansión de la Orden en toda Europa, el gran

número de Abadías, las distancias frecuentemente, para la época, enormes,

entre las Abadias-madres y las Abadías-hijas hacían muy dificil la asistencia

al Capítulo General anual y la visita canónica también anual. El problema se

sentía fuertemente ya en el siglo XIII, por consiguiente una nueva radical

revisión constitucional se hacía necesaria. Era fatídico que muy pronto fuese

olvidado el hecho de que la misma Carta Caritatis había sufrido una larga

evolución. Así en el 1265 con la Bulla Parvus fons empezó la época de las

additamenta455

, sin revisiones constitucionales de mayor importancia y con

el peligro de fijarse en un servilismo de una legislación que con frecuencia

ya no era practicable, y por consiguiente superada.

La función creciente del Definitorio no podía garantizar el mismo

impulso de los Capítulos Generales del primer siglo. Las dispensas de la

participación en el Capítulo General y la rarificación de las visitas de los

Padres Inmediatos no eran una solución. Entre tanto también la societas

christiana medieval mostraba evidentes signos de debilidad.

Así surgieron nuevas formas de unión entre los monasterios, las

Congregaciones, que se habían hecho con frecuencia necesarias para evitar

la encomienda y para conservar la observancia regular.

454 G. PENCO, Cîteaux e il monachesimo del suo tempo, Milán 1994, 9: Penco cita también a

Andrés Wilmart: Cîteaux fut la floraison suprême de l'idéal monastique (WILMART, Le

triple exercice d'Etienne de Sallai, Revue d'Ascétique et de Mystique 11 (1930) 356).

455 Véase más arriba I. 6).

Page 315: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

315

El Capítulo General, a menudo, no llegó a comprender bastante la

situación real y compleja de cada una de las regiones, de donde vinieron

litigios y luchas sin fin. Poco a poco, sin embargo, también el Abad de Cister

vio la necesidad de las Congregaciones, aunque no se llegó a repensar toda

la estructura de la Orden con una revisión constitucional profunda.

Así en la Orden Cisterciense se han ido creando divisiones

peligrosas: los que veían la necesidad de poner al día la legislación luchaban

con cuantos no querían oír hablar de "novedades". Con frecuencia se

olvidaba la distinción entre el fin y los medios que debían conducir a éste. La

tradición se identificaba con una legislación, olvidando así las leyes de la

vida.

La Revolución Francesa y las secularizaciones subsiguientes

llevaron consigo también problemas constitucionales muy graves, agravados

además por el hecho de que con el pasar del tiempo el sentido de la unidad

de la Orden se fue debilitando siempre más. Hay que reconocer que

bastantes monjes de la Orden no sentían la necesidad de restablecer esta

unidad, ni de conocerse recíprocapmente, de querer profundizar las raíces

comunes. De hecho existía una división "psicológica" entre las dos

observancias. De aquí en resumidas cuentas los intentos de separación de los

Cistercienses de la Estrecha Observancia del resto de la Orden, tentativas

coronadas por el éxito en el 1892.

Sólo en el 1900 el Capítulo General elaboró las primeras

Constituciones después de la Revolución Francesa. Los problemas también

entonces no faltaron y es significativo que en el 1920 el nuevo Abad General

elegido continuase residiendo en su Abadía fuera de Roma. También las

Constituciones del 1925 querían dejar abierta la puerta para una residencia

no romana, de este modo Pío XI tuvo que intervenir para cambiar de rumbo.

Precisamente este cambio se demostró mortal para las Constituciones del

1925, las cuales, no obstante la aprobación pontificia, nunca fueron

publicadas en la forma aprobada456

.

Las Constituciones del 1933 ha quedado como un trabajo inacabado,

porque trataban solamente del régimen supremo de la Orden. Mientras tanto

se advirtió siempre más la cuestión de la naturaleza jurídica de las

Congregaciones, en el sentido de que algunas Congregaciones afirmaron

firmemente ser Congregaciones monásticas a norma del Código, tesis no

admitida por otras. La solución podía venir sólo del estudio y de la reflexión

postconciliar.

456 Se encuentran en el Apéndice II de este trabajo.

Page 316: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

316

Las Constituciones del 1969 son más completas que las precedentes

y hasta hoy no han creado mayores problemas a la unidad de la Orden.

Page 317: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

317

APÉNDICE I

LAS CONSTITUCIONES DE LA ORDEN DE LOS

CISTERCIENSES DE LA ESTRECHA OBSERVANCIA

No es misión de este trabajo describir minuciosamente la historia de

la separación de los Cistercienses de la Estrecha Observancia del resto de la

Orden, pero es necesario decir muy claramente que en el año 1892, en el

momento de su unión, las tres Congregaciones de los Trapenses se separaron

de la Orden Cisterciense dando vida a otra Orden, porque existía y existe una

única Orden Cisterciense457

.

La Orden de los Cistercienses de la Estrecha Observancia nació en el

1892, no por una división de la Orden en dos ramas, sino por una verdadera

y propia separación. La Congr. VV.RR tratando la cuestión sopesó

escrupulosamente las palabras y puso claramente la cuestión de la unidad de

la Orden.

Veamos los textos más importantes.

(1) El Secretario de la Congr. VV.RR., para el Congreso del 28 junio

1892, escribía458

:

Trapenses – Capítulo General.

En el último Congreso se leyeron los puntos que el Vicario general

de la Observancia Antigua459

concertó con el Em.mo Protector460

que

se debían proponer a examen del Capítulo; el último está titulado:

Autonomía y dice así:

457 Cfr. M. STARK, Die Trennung der "Observantia Strictior" vom Zisterziensenorden (1880-

1892), Geschichte und Dokumente: Analecta Cist. 48 (1992) 105-310.

458 Archivo de la CIVCSVA, T 34. Estos textos son inéditos. José M. Granniello, barnabita, n.

El 8 febrero 1834, Secretario de la Congr. VV.RR. el 8 enero 1892, Card. el 12 junio 1893, m.

el 8 enero 1896.

459 Era el Abad de Sept-Fons, Sebastian Wyart, pronto primer "Abad General de la Orden

Cisterciense Reformada de la Trapa".

460 Cardenal Rafael Monaco La Valetta, nacido el 23.2.1827 en L'Aquila. Teatino, Cardenal

desde el 13.3.1868, Protector de los Trapenses desde el 29.11.1876, Secretario de la S.

Congregación de la Inquisición el 15.2.1884, Decano del S. Colegio. Murió el 14.7.1896. Cfr.

R. RITZLER – P. SEFRIN, Hierarchia Catholica Medii et Recentioris Aevi VIII (1846-1903),

Padua 1979, 18, 63.

Page 318: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

318

"El Capítulo plenario está llamado a manifestar a la S.

Congregación si quiere permanecer bajo la jurisdicción nominal del

General de la Común Observancia, hoy Rv.mo Abad de Hohenfurt

en Boemia461

, o bien prefiere formar una observancia de

Cistercienses reformados autónoma".

En torno a éste punto, atendida su gravedad, me fue ordenado

escuchar al Santo Padre; pero un largo discurso que me hizo el

Rv.mo P. Smeulders462

me ha convencido de que por ahora sería

más oportuno no tocar tal cuestión, que el Superior General de los

Trapenses se contentase con el título de Vicario general, con la

diferencia de que mientras hoy los Vicarios generales de los

Trapenses son tres, en adelante sería uno; y así los Trapenses

continuarían formando un solo cuerpo con los Cistercienses de la

Común Observancia. Expondré brevemente las razones y luego se

vea si conviene o no proponer la duda al Santo Padre.

De una parte la dependencia del Abad General de la Común

Observancia es algo casi meramente nominal463

y honorifico. De

hecho, esta dependencia importa solamente dos cosas es decir, 1º

461 Leopoldo Wackarz, nacido el 3.5.1810, elegido Abad General el 17.6.1891 en Viena. Cfr.

Cist. Chronik 14 (1902) 41-47; 73-77.

462 Abad Enrique Smeulders, nacido el 13.5.1826, monje de Bornhem, el 24.5.1871 fue

elegido Procurador General, desde el 1883-1885 asumió la responsabilidad del Delegado

Apostólico en Canada, desde 1887 la de Consultor de la Congr. OO. RR. Murió el 26 junio

1892 en Roma en la Abadía de San Bernardo alle Terme. Cfr. la Necrología de B. HENE,

Cist. Chronik 4 (1892) 252-253 y G. BATTISTA, Il Procuratore Generale dell'Ordine

Cisterciense e la separazione dei Cisterciensi Riformati (1890-1892), Analecta Cist. 34

(1978) 330-345.

463 El Abad General de la Orden Cisterciense, desde el 1815 al 1892, tenía la facultad de

confirmar a todos los nuevos Abades elegidos de la Estrecha Observancia y efectivamente ha

ejercido éste poder. Baste citar el Breve Libentissime quidem de Pío VII, del 10 diciembre

1816, dirigido al Obispo de Le Mans (V. HERMANS, Commentarium Cisterciense historico-

practicum in Codicis Canones de Religiosis¸Roma 1961, 441, el cual indica erróneamente

como fecha el 16 diciembre 1816): … ut praedictum monasterium [Portus Salutis] et

ecclesiam in titulum Abbatiae auctoritate nostra Apostolica eleves et erigas cum expressa

tamen lege praestandi immediatam et perpetuam communionem per Superiores monasterii

huiusmodi cum Superiore Generali ipsius Ordinis, penes Sanctum Sedem commorante, ut

unitas et indivisibilitas semper integra maneat… La Historia demuestra después que también

en los tiempos de Dom Gregorio Bartolini (1880-1890) el Abad General tenía una influencia

mucho más que "nominal" sobre la vida de las Congregaciones de los Trapenses. Cfr. M.

Stark, art. Cit., especialmente pp. 126-138. En el 1891 pocos se acordaban del texto de Pío

VII del 1816, más bien se decía: Il nous semble que vu le nombre important de nos maisons,

nous avons acquis le droit de vivre d'une vie autonome. Véase M.I. KRONPASS–P. ZAKAR,

Die Wahl Leopold Wackarz' zum Generalabt: Analecta Cist. 36 (1980) 3-86, cit. P. 31.

Page 319: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

319

que el Abad pueda hacer la visita464

. Pero esta no se efectuará más

que raramente y hasta cuando se efectúe no podrá más que ayudar a

los Trapenses. En segundo lugar conlleva que el Abad General

confirme la elección del Vicario general. Y también esto es de

poquísima importancia. Hecha la unión se podría prescribir que

cuando el Capítulo General no es presidido por un Delegado

Apostólico el Abad General, para ejercitar el derecho de

confirmación, debe presidir la elección personalmente o a través de

un Abad delegado suyo con plenos poderes. De éste modo es

evidente que la dependencia del Abad General no crea ningún

inconveniente.

Al contrario la independencia presenta dificultades gravísimas por

tres partes, y primero por parte del mismo Abad General y aún

mejor diré de toda la Común Observancia. De hecho, el Procurador

General me dijo, que el Abad General está muy maravillado y

dolido al tratar de la unión sin tener en cuenta alguna de los

derechos de tercero. El mismo Procurador General protestó

repetidamente de que si se conserva la dependencia él no sólo es

favorable a la unión, sino que la promoverá con todo el empeño.

Cuán encendido están los ánimos465

se puede deducir de esto, que

hace once días que se le pidió al Rv.mo P. Smeulders que restituyera

la posición; y el respondió que la llevaría él mismo, pero hasta

ahora no la ha llevado; vino el sábado466

, me habló largamente de

esta cuestión y dijo que está escribiendo467

.

En segundo lugar habrá dificultades de parte de los Abades

Trapenses. Que los de Francia quieren la independencia es bien

464 De esta facultad no existe rastro en los documentos anteriores. En los decretos del

3.10.1834, 22.4.1836 y 25.2.1847 se lee: Huic [Congegationi] Moderator Generalis praeerit,

et singulos Abbates confirmabit.

465 Para captar los estados de ánimo se vea también la carta del Procurador General de la

Orden de los Cistercienses Reformados de B.M.V. de Trapa, P. Triburcio Benoist. Él escribía

el 23 mayo 1894: … la regla que rige a los hermanos conversos fue dictada por San

Bernardo; durante siete siglos ésta se ha conservado intacta, excepto en algunos monasterios

de la Común Observancia pero que ya no son cistercienses más que de nombre. Archivo

CIVCSVA, T 34.

466 Era el 25 junio 1892; aquel día Smeulders enfermó. Murió el 28 junio 1892, el día del

Congreso.

467 Smeulders efectivamente no consiguió terminar su voto: Véase M. STARK, art. cit. Doc.

41 Analecta Cist. 48 (1892) 270-274.

Page 320: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

320

cierto, pero no es cierto que tales sean los sentimientos de todos. El

Abad General escribió al P. Smeulders que no sólo de Austria y de

Alemania, sino incluso de América vinieron Abades Trapenses a

hacer acto de obsequio, y les han mostrado mucho respeto y afecto;

por consiguiente no llega a entender cómo ahora en un instante, ya

no lo quieran reconocer.

En tercero y último lugar no es insensato el temor de que se

originarían, al menos indirectamente, dificultades también por parte

de algún gobierno: también en Alemania existen Trapenses, hay

Trapas en posesiones africanas, y es sabido que ni Alemania, ni

Austria aman a los franceses.

Ahora bien, todas estas dificultades se evitarían, prescribiendo que

el Superior General de los Trapenses tendrá el título de Vicario

general y que no se quita la dependencia del Abad General.

Y en el esquema de decreto, el Secretario de la Congregación

proponía:

Relación con la Orden antigua de Cister. Ésta unión de las

Congregaciones de los Trapenses no quita, ni merma la unión con

las Congregaciones de la Común Observancia y la dependencia del

Abad General.

La decisión del Congreso del 28 junio 1892 fue que el Secretario de

la Congregación tratase primeramente con el Cardenal Protector de los

Trapenses y después lo refiriese al Papa.

(2) En las notas del Secretario de la Congregación para el Congreso

de la Congr. OO. RR. del 1º julio 1892 se lee468

:

En los últimos dos congresos al establecer las normas para el

Capítulo General me fue dicho que interrogara antes al Em.mo Sig.

Card. Protector y después escuchara el oráculo de Su Santidad en

torno a tres puntos:

1. En cuanto al Capítulo General, está fuera de cuestión que hay

que decir que Su Santidad quiere expresamente que se convoque;

pero en cuanto a la unión debe decirse que "quiere" o solamente

"desea", el Em.mo Protector sugiere: vehementer optat.

[…]

468 Archivo de la CIVCSVA, T 34. Estos son textos inéditos.

Page 321: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

321

3. En tercer lugar, el Proyecto deja también para la discusión del

Capítulo la autonomía, es decir, si se debe o no conservar la

dependencia del General de los Cistercienses.

En el último Congreso se observó que la prudencia aconsejaría

conservarla porque es casi nominal469

, y por otra parte quitarla

presenta graves dificultades. Pero el Em.mo Protector me dijo que

pidiese y suplicase al S. P. que decretase una separación perfecta.

Por otra parte también aquí se convino que podría dejarse a la

discusión del Capítulo. ¿Tengo que presentarlo a la audiencia?

La S. Congregación comprendía bien las dificultades, pero el

Cardenal Protector de las Congregaciones de los Trapenses estaba por una

"separación perfecta".

El Protocolo refiere las respuestas de León XIII:

Ex Audientia diei 1 iulii 1892: Sanctissimus respondere dignatus est:

Ad primum: vehementer optat.

Ad tertium: relinquatur discussioni Capituli Generalis.

La cuestión de la unidad de la Orden se dejó a la discusión del

Capítulo General.

b) El Congreso del 12 julio 1892 preparó después el Decreto que

lleva fecha del 20 julio. Aquí se dice:

1. Sanctissimus Dominus Noster omnio mandat ut congregetur

Generale Capitulum diversarum Observantiarum Trappensium…

7. Sanctissimus D.N. vehementer exoptat, ut praedictae

Observantiae unam tantum Congregationem efforment sub unius

Superioris regimine.

11. De Congregationis regimine: Capitulum videbit utrum magis

expediat iurisdictionem manere Abbatis Generalis Observantiae

Communis vel potius constituere observantiam Cisterciensium

reformatam autonomam.

c) En el mismo Capítulo, el presidente Card. Camilo Mazzella S.J.,

delegado del Card. Protector, hizo votar solamente sobre la segunda

cuestión, es decir Utrum magis expediat constituere observantiam

Cisterciensium reformatam autonomam. Con 44 votos contra 7 se votó por

la "autonomía", con la propuesta de que la nueva Orden se llamase (el

469 Véase más arriba p. 100.

Page 322: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

322

Protocolo está en lengua francesa): Ordre des Cisterciens Réformés ou bien

Ordre des Cisterciens Réformés de N.D. de la Trappe.

d) el Congreso de la Congr. OO. RR., el 15 noviembre 1892, aprobó

las decisiones del Capítulo, pero con el texto siguiente:

Autonomia: sub unius Apostolicae Sedis dependentia, salvis…;

Nomen: Congregatio Cisterciensium Reformatorum de Trappa.

El Papa, en la audiencia del 18 noviembre 1892, aprobó este texto y

así lo hizo también el Congreso del 25 noviembre. En la redacción original

del Decreto, del 8 diciembre 1892, se dice todavía: Congregatio

Cisterciensium Reformatorum B.M.V. de Trapa. Sin embargo en el Congreso

del 16 diciembre 1892 tenemos la resolución:

Permittitur nomen Ordinis

e) Cuando el Decreto de la S. Congregación de los OO. y RR, del 8

diciembre 1892, fue publicado, se podía percibir todavía una cierta duda,

porque en el n. I. y en el III. se habla de "Orden", pero en el n. II se dice:

Haec Congregatio existet autonoma sub unius Apostolicae Sedis

dependentia…470

El Breve Pastoralis officii del Papa León XIII del 17 marzo 1893

tiene el mismo texto471

.

Por esto debemos concluir que la unión de las tres Congregaciones

produjo, por voluntad del Capítulo, la autonomía y también la separación del

resto de la Orden, y, por consiguiente, la creación de una nueva Orden.

1. LAS CONSTITUCIONES DEL 1894

El Decreto del 20 julio 1892 de la Congr. OO. RR. dictaba también

reglas para la redacción de las Constituciones472

y el Decreto de la misma

Congregación del 8 diciembre 1892 tenía que servir como fundamento de

este trabajo. El proyecto fue presentado el 1º marzo 1894; el 2 mayo fue

designado el Consultor en la persona del P. Giacchino Corrado de los

Clérigos Regulares de la Madre de Dios, el cual presentó sus 67

470 Acta Sanctae Sedis 26 (1893-1894) 166.

471 Ibid., p. 169 y Leonis XIII Pontificis Maximi Acta, vol. XIII, Roma 1894, 83-87, con la

diferencia de que en el Breve se ha añadido un n. IX. que falta en el Decreto del 8 diciembre

1892: Oleum ac butyrum ad condimentum permittimus.

472 Nn. 24-27 del decreto, texto en M. STARK, art. cit. 277-278.

Page 323: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

323

observaciones, en 21 páginas, el 19 junio 1894473

. No resultó difícil

responder a las propuestas del consultor, así que el 23 julio P. Corrado esta

vez sólo en seis páginas, podía dar su placet. El Congreso del 10 de agosto

aprobó las Constituciones y el 13 de agosto se tuvo la aprobación pontificia

y el correspondiente decreto es del 25 agosto 1894.

Las Constituciones se articulan en tres partes:

De regimine Ordinis

De observantiis

De ingressu in Ordine474

.

El nombre de la Orden es: Ordo Cisterciensium Reformatorum

Beatae Mariae Virginis de Trappa, como en el decreto del 8 diciembre 1892

y en el Breve Pastoralis muneris officio de León XIII, del 17 marzo 1893475

.

El 3 julio 1899, el nombre será, después, ligeramente cambiado, omitiendo

las palabras Beatae Mariae Virginis de Trappa, en Ordo Cisterciensium

Reformatorum476

.

Aquí bastará resaltar algunas particularidades que después fueron

modificadas en las Constituciones posteriores.

El Abad General tiene doble voto ya sea en el Capítulo General ya

en el Definitorio477

; el Papa confirma la elección del Superior General478

; los

profesos simples son también miembros del Capítulo conventual, si son in

Sacris479

. El noviciado es de dos años480

, después se profesan los votos

473 S. Congreg. de los VV. RR., Prot. N. 1159/14.

474 El texto está precedido por una "Declaratio praevia", que ha afirmado no formar parte de

las Constituciones "ya que no es uso de la S.C. aprobar los proemios".

475 Leonis XIII Pontifici Maximi Acta, vol. 13 Roma 1894, 83-87.

476 Véase el Rescripto de la Congr. OO. RR. del 3 julio 1899 en Hermans, op. cit., 52.

477 Art. 11.

478 Art. 27.

479 Art. 47: Vocales in Capitulo sunt Choristae omnes in monasterio stabilitate firmati, etiam

simpliciter professi, qui sint in sacris constituti. El mismo criterio se estableció en el art. 61.

480 Post biennium novitiatus vota simplicia emittant ad triennium; quo transacto vota

solemnia emittere possint et valeant… Rescripto "Sanctissimus D.N. Pius" ex Audientia

Assessoris S. Officii del 5 febrero 1868, con el cual ha sido restituida la solemnidad de los

votos a los Trapenses bajo condición de un noviciado de dos años. Nomasticon Cisterciense,

660-661.

Page 324: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

324

simples pero perpetuos de parte del que profesa481

. La dispensa de estos

votos está reservada al Papa. La dimisión de los profesos simples puede ser

realizada por el Abad General con los Definitores482

. Para la profesión de los

hermanos conversos el Abad no debe pedir una votación del Capítulo

conventual483

.

El Abad General tiene un Consejo de cinco miembros, elegidos por

el Capítulo General; su selección según las lenguas muestra la distribución

de los monasterios en aquel momento:

29. Consilium quod Abbati Generali adsidet Definitores quinque

constituunt: nimirum duo Gallicae linguae, tertius Germanicae,

quartus Anglicae, quintus Neerlandicae, eliguntur a Patribus

Capitularibus ad quinquennium.

Un problena especial presentaba la cuestión acerca de la Abadía de

dónde debía ser titular el Abad General.

En el 1892 se pensaba en la Abadía di Tre Fontane, pero la idea fue

pronto abandonada tanto que ya en el Decreto del 8 diciembre 1892 está

escrito:

Sedes Abbatis Generalis, eius Definitorii ac Procuratoris Generalis

erit Romae. - Abbatia quae in titulum deinceps assignabitur Abbati

Generali erit princeps in toto Ordre honore et auctoritate 484

.

Las Constituciones del 1894 repiten que el Abad General tiene que

residir en Roma, refiriendose (n.5) a una visita canónica por parte de cuatro

Abades a la "Abbatia Generalitia", sin que esta, sin embargo, fuese

ulteriormente determinada. En el 1898, con la restauración del Monasterio

de Cister, la solución fue obvia: que el Abad General asumiese el título de la

Abadía de Cister. El 3 julio 1899 la Congr. OO. RR.. dio su consentimiento a

la pregunta:

ut Sanctitas vestra Ecclesiam nostram de Cistercio declarare

dignetur Principem in toto Ordre nostro Reformato honore et

481 Art. 159: Novitii, post biennium tirocinii, vota simplicia emittant. Haec vota pepetua erunt

ex parte voventis, et eorum dispensatio reservata est Romano Pontifici cui professi, gravibus

urgentibus causis, preces porrigere poterunt.

482 Art. 160.

483 Art. 176: Pro conversorum professione suffragia conventus non requirintur.

484 STARK, art. Cit., 307.

Page 325: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

325

auctoritate, Sedemque Titularem in perpetuum cuiuslibet Abbatis

Generalis 485

.

2. LAS CONSTITUCIONES DEL 1925

Después de la publicación del CIC el texto de las Constituciones ha

sido revisado486

, pero los cambios son mínimos. Hacemos mención del

hecho de que los miembros del capítulo conventual son los coristas profesos

solemnes487

y que después del noviciado, que permanece bienal, se emiten

los votos temporales488

. Para la admisión de los hermanos conversos al

noviciado y a los votos, valen las mismas reglas que para los monjes489

. En

cuanto a la residencia del Abad General se dice:

[Abbas Generalis] ipso facto electionis suae Abbas constituitur

Archicoenobii de Cistercio. Residet tamen in Alma Urbe cum

Procuratore Generali et Definitoribus.

La aprobación pontificia fue concedida con el Breve Monachorum

vita el 26 enero 1925490

.

3. LAS CONSTITUCIONES DEL 1990

Después de la celebración del Concilio Vaticano II, el cambio más

vistoso fue la convocación del Capítulo General de las Abadesas491

. Notemos

que en aquel momento ningún monasterio de monjas trapenses estaba

incorporado a la Orden de los Cistercienses de la Estrecha Observancia.

Varias veces, a partir del 1972, fue propuesto a la S. Congregación para los

Religiosos que concediera al menos a algunos monasterios femeninos de la

Orden de los Cistercienses de la Estrecha Observancia la incorporación, pero

solamente el 6 abril 1979492

se alcanzó un compromiso, en virtud del cual el

485 HERMANS, 452-453.

486 Véase por ejemplo los artículos 9,46, 145, ect.

487 Art. 47.

488 Art. 159.

489 Art. 176: …servatis, pro novitiatu, votis temporariis et solemnibus, omnibus regulis ut

supra monachis.

490 AAS 17 (1925) 64-68.

491 Véase más arriba la carta del Cardenal Antoniutti.

492 Prot. N. 28724/71 – la pregunta estaba allí desde el 1971.

Page 326: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

326

Padre Inmediato del monasterio de las monjas, con el consentimiento del

Obispo diocesano, podía presidir la elección de la Abadesa, aceptar sus

dimisiones, presidir el rito de la profesión, controlar la economía del

monasterio.

Los Trapenses tienen ahora dos capítulos distintos, incluso cuando

se reunen juntos, bajo la presidencia del Abad General.

Potestas ecclesiastica regiminis in totum Ordinem in Capitulo

Generali Abbatum residet493

.

La unidad de la rama masculina y de la rama femenina viene

subrayada, tanto más ya que la existencia de dos capítulos Generales – de los

Abades y de las Abadesas- podría causar alguna dificultad. Las

Constituciones establecen (C. 72,1):

Cistercienses monachi et moniales Strictioris Observantiae unum

Ordinem constituunt, eiusdem patrimonii traditionem participantes,

inter sese collaborantes et mutuum multimode auxilium praestantes,

ratione quidem habita sanarum diversitatum et complementaritatis

donorum eorum.

Hay una interdependencia entre el Capítulo de los Abades y de las

Abadesas:

72.2. Omnia quae ad integritatem patrimonii Ordinis et ad Ordinis

structuras pertinent… pertractantur a Capitulis Generalibus tum

Abbatum cum Abbatissarum.

Referente a la elección del Abad General las Constituciones del año

1990 dicen:

Abbas Generalis a duobus Capitulis Generalibus monachorum

nempe et monialium, separatis sessionibus, eligitur. Electus

reputatus est ille qui maioritatem absolutam in utroque Capitulo

obtinuerit. Electio fit ad tempus non definitum. Confirmatione non

indiget. Electus autem esse aut fuisse debet in Ordine Abbas.

Las Constituciones para los monjes y para las monjas, las dos

aprobadas por la CIVCSVA el 3 junio 1990, son casi indénticas y tienen la

misma estructura:

Pars I. De patrimonio cisterciensi

Pars II. De Domo Dei seu de Monasterio

493 Const. 77,2.

Page 327: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

327

1. De conversatione cistercensi

2. De servitio auctoritatis

3. De administratione bonorum temporalium

4. De institutione

5. De separatione a communitate et monasterii suppressione

6. De fundationibus

Pars. III. De Ordine Cisterciensi Strictioris Observantiae

1. De filiatione

2. De Superiorum conventibus

3. De Abbatis Generalis munere.

A los artículos de las Constituciones con frecuencia se les añaden

statuta que contienen precisiones en las materias constitucionales, que

siguen siendo sin embargo competencia del Capítulo General y que, por

consiguiente pueden ser cambiadas sin tener que recurrir a la Santa Sede. Así

por ejemplo las Constituciones disponen simplemente que el Capítulo

General se celebre temporibus statutis, mientras que los statuta precisan:

Capitulum Generale ex solito singulis triennis convocatur.

En lo referente al nombre de la Orden, en el texto de las

Constituciones hay siempre la locución: Ordo Cisterciensis Strictioris

Observantiae494

, en cambio en el decreto de la CIVCSVA se lee: Ordo

Cisterciensium Strictioris Observantiae.

Ya el art. 2 de las Constituciones define, repitiendo las palabras del

Decreto Conciliar Perfectae Caritatis n. 7, la naturaleza e índole de la

Orden:

Hic Ordo est institutium monasticum quod ad contemplationem

integre ordinatur; monachi propterea, intra saepta monasterii, sub

Regula Sancti Benedicti se divino cultui dedicant, atque Divinae

Majestati humile simul ac nobile servitium praestant in solitudine

ac silentio, in assidua prece et alacri poenitentia, monasticam

conversationem modo in his Constitutionibus definito ducentes.

Los Abades son elegidos por tiempo indefinido o por tiempo

determinado. El art. 39.4 de las Constituciones establecen:

Abbas vel Prior maior ad tempus non definitum eligitur. Attamen ad

tempus definitum eligi potest, iuxta condiciones a Capitulo Generali

statutas.

Y los estatutos del 1990 precisaban:

494 C. 1, C. 71.

Page 328: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

328

Quando duae tertiae partes Capituli conventualis id optant, idem

Capitulum ab Abbate Generali, consilio eius audito, licentiam

obtinere potest Abbatem ad tempus definitum sex annorum eligendi.

In electionibus subsequentibus, quamdiu communitas ad regimen

mandati abbatialis ad tempus non definitum non redierit, pars

absolute major suffragiorum sufficit ut Capitulum conventuale

talem licentiam obtineat.

En el 1993 el reglamento fue cambiado, por consiguiente para un

abadiado por tiempo determinado de seis años ya no es necesario pedir el

consentiemiento al Abad General:

Quando duae tertiae partes Capituli conventualis id optant, idem

Capitulum Abbatem ad tempus definitum sex annorum eligere

potest. In electionibus subsequentibus, quamdiu communitas ad

regimen mandati abbatialis ad tempus non definitum non redierit,

pars absolute maior suffragiorum sufficit ut Capitulum Abbatem ad

tempus definitum sex annorum eligere possit.

Las elecciones de los Superiores Mayores deben ser confirmadas por

el Abad General (39.6).

Es signo de los tiempos que se hable también de inculturación:

C. 70 De adaptatione culturae locali

Ubicumque terrarum nova eriguntur monasteria, fundatores fiant

loci illius amatores. Vita monastica ad nullam formant culturalem

nec systema politicum, oeconomicum aut sociale alligatur, sed,

quantum fieri potest, quae de locali cultura merito valeant,

recipiantur quasi nova quaedam instrumenta, quibus Cisterciensis

patrimonii thesaurus exprimi ac locupletari possit.

Una novedad respresentan en las Constituciones la Comisión Central

y las Conferencias regionales.

La Comisión Central no es simplemente una Comisión preparatoria

del Capítulo General, sino que tiene también funciones de consejo.

Dadas las diversidades presentes entre las diferentes regiones, se han

organizado conferencias regionales. Las Constituciones dicen (C.81):

Ordinis communitates in Regionibus a Capitulo Generali

approbatis aggregantur. Quae conferentiae regionales

communionem et cooperationem fraternam in singulis areis

geographicis vel in universo Ordre fovent. Regionales conferentiae

ex monachis monialibusque simul componi possunt.

Page 329: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

329

APENDICE II

LAS CONSTITUCIONES DE LA ORDEN CISTERCIENSE

DEFINITIVAMENTE APROBADAS EN EL 1926 POR PÍO XI

Las Constituciones que siguen fueron definitivamente aprobadas en

la Audiencia del 10 de agosto 1926 por el Papa Pío XI, pero el texto

aprobado hasta ahora no ha sido impreso.

En las notas indicaremos las variantes más importantes al texto

propuesto por el Capítulo General del 1925.

CONSTITUTIONES DE SUPREMO ORDINIS CISTERCIENSIS REGIMINE

TITULUS I. DE CAPITULO GENERALI

CAP. I De ipso Capitulo Generali.

1. Suprema Ordinis Cisterciensis potestas residet in Capitulo

Generali.

2. Capitulum Generale ordinarium celebratur omni quinquennio.

3. Praeter Capitulum ordinarium convocari, debet Capitulum

extraordinarium vel Congregatio Assistentium Generalium, quotiescumque

vel gravis necessitas vel utilitas Ordinis id exposcit.

CAP. II De convocatione Capituli Generalis.

4. Tres menses ante Capituli Generalis celebrationem Abbas

Generalis cum consilio Assistentium et Procuratoris Generalis mensem et

diem designet, in quo Capitulum celebrabitur, mittens ad omnes Abbates et

Priores Regentes litteras convocationis simul cum schedula, in qua materia

tractanda annuntietur.

5. Capitulo Generali interesse debent omnes Abbates actu regimen

exercentes et Priores Regentes, item Assistentes et Procurator Generalis.

Quoad Congregationem Hungaricam huic Capitulum confirmat jus jam in

Augia Maiore concessum mittendi quattuor repraesentantes, Abbatem

nempe Zircensem, Priorem Sti Gotthardi, Superiorem Agriensem et

Superiorem Budensem, et hoc eo usque sententia definitiva de

Constitutionibus ejusdem Congregationis non intercesserit.

6. Abbas autem et Prior vocalis justa de causa absens mittere debet

alium monachum sacerdotem seu delegatum cum speciali schedula, per

Page 330: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

330

quam hic legitimare débet suam delegationem causamque absentiae

delegantis explicare.

7. Hic delegatus in omnibus vocem activam habebit cum obligatione

implendi specialia mandata delegantis, ubi data fuerint, delegans autem

sicut et ceteri Capitulares voce passiva gaudet.

8. In singulo autem quinquennali Capitula Generali per majorem

suffragiorum numerum designandum erit monasterium, ubi proximum

Capitulum Generale celebrabitur. Ubi autem locus designatus eo tempore

aptus non erit vel ubi agitur de Capitulo Generali extraordinario intra

quinquennium habendo, Abbatis Generalis erit de consensu Assistentium

locum designare opportunum.

Cap. III De forma in Capitulo servando.

9. Die et hora statutis Abbas Generalis Missam solemnem de Spiritu

Sancto cantabit, cui omnes intererunt. Deinde Capitulares hora indicata

convocantur ad aulam Capituli et sedeant omnes eo Ordine ac gradu, quem

unicuique munus et dignitas in Capitulo tribuit, videlicet:

a) Assistentes Generales juxta Ordinem electionis et

Procurator Generalis;

b) Superiores Congregationum;

c) Abbates juxta tempus electionis;

d) Priores Regentes juxta tempus electionis;

e) Delegati juxta tempus electionis et dignitatem delegantis.

Praeses Capituli erit Abbas Generalis, eove deficiente, Assistens

Ordine primus supervivens, si fuerit Abbas, qui et orationem inauguralem

ad Capitulares habebit. Deinde duo sive Capitulares sive alii Religiosi

sacerdotes vel proponente Praeside per acclamationem destinentur vel per

schedularum suffragia, eliguntur, qui munere scribarum seu Notariorum

fungentur quique statim post nominationem juramentum emittent de

fidelitate et silentio servando.

Munus vero Notariorum est omnia scripto exarare (duobus

exemplaribus), quae in Capitulo aguntur.

10. Ante electionem Praeses Capituli absolvat omnes in hunc, qui

sequitur, modum: "Ego humilis Praeses auctoritate Apostolica absolvo

omnes et singulos Capitulares praesentis Capituli a vinculo cuiuscumque

excommunicationis, quomodolibet per eos et per eorum quemlibet incursae

idque ad effectum dumtaxat validitatis electionum in Capitulo praesenti per

eos faciendarum. In Nomine Patris et Filii et Spiritus Sancti. Amen".

Page 331: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

331

Qui omnes assurgunt apertisque capitibus sese humiliter inclinent

hujusmodi absolutionem approbantes. Deinde Praeses faciat se absolvi ab

excommunicatione forma ut supra, mutatis mutandis, ab Abbate, qui in

Capitulo primus sedet post ipsum.

11. Duo scrutatores a Patribus Capitularibus per schedulas

eligantur, cuius electionis scrutinium perficiatur a duobus Praelatis

senioribus praesentibus, quorum munus erit schedulas singulorum

vocalium, etiam delegatorum, in capsulam immissas aperire et electos per

schedulas pronuntiare.

In paritate votorum ille censeatur electus, qui est professione

senior, et si professi eodem die, senior aetate495

. Scrutatores sic rite electi

super Dei Evangelia coram omnibus praestent juramentum de referenda

veritate et servanda fidelitate sub poena excommunicationis ipso facto, si

forte fefellerint, incurrenda, a qua non possunt absolvi nisi ab Abbate

Generali vel ab alio ab ipso delegato, praeterquam in articulo mortis496

.

Post juramentum scrutatorum omnes etiam electores juramentum

praestabunt497

.

12. Ultimo sessionum die vel seguenti cantabitur Missa de Requiem

pro animabus Fratrum, Sororum et Benefactorum Ordinis infra

quinquennium defunctorum, cui omnes intererunt Capitulares.

Postquam rebus negotiisque Capitularibus finis fuerit impositus,

omnibus in Capitulo congregatis unus e Notariis referat atque altiore voce

legat, quaecumque per Patres Capitulares decreta, sancita et ordinata

fuerint, nisi, quod melius videtur, singula vice in sessionibus praelegantur,

quae in anteriore sessione fuerint decreta. Tunc enim sufficiet ultimam

praelegere sessionem. Omnes Capitulares Protocollum subscribant idque

sigillo Ordinis apposito in Archivo conservabitur; facta cuilibet Capitulari

facultate copiam desumendi.

Procedant ad Ecclesiam vel oratorium eo gradu et Ordine, juxta

quem sessionem habuerint in Capitulo. RR. Abbate Generali intonante "Te

Deum" ea omnia, mutatis mutandis, serventur et peragantur, quae statuta

sunt in libro Usuum Ordinis.

495 En el texto propuesto por el Capítulo General faltaban las palabras: Et, si professi eodem

die, senior aetate.

496 Han sido quitadas las palabras: Formula iuramenti desumatur ex libro Usuum Ordinis.

497 Han sido canceladas las palabras: iuxta Ordinis consuetudines.

Page 332: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

332

Si quae decreta totum Ordinem respicientia condita fuerint, quam

primum in quolibet coenobio promulgentur498

.

Capitulares ante discessum summam statutam solvent pro Capituli

sumptibus.

Expensas pro itinere solvat separatim unumquodque monasterium.

CAP. IV De materia in Capitulo Generali tractanda.

13. Defuncto Abbate Generali vel alio quocumque modo ejus

munere legitime vacante, novus Abbas Generalis eligitur ad dies vitae per

suffragia secreta. Eligendus erit ordinarie ex Abbatibus Regentibus et

quidem cum majoritate absoluta suffragiorum. Quodsi autem duae ex tribus

suffragiorum partes conveniant in Abbatem non Regentem, eo ipso ut rite

electus habeatur. Idem esto, si idem numerus suffragiorum conveniret in

simplicem sacerdotem Ordinis sollemniter professum et ex matrimonio

legitimo natum vel in Assistentem aut Procuratorem Generalem forte non

Abbatem, qui exinde plenum jus ad abbatialem dignitatem acquirunt. Si

electus in Abbatem Generalem erit absens, haec servanda, sunt:

a) notificetur absenti electio quamprimum;

b) si electus electionem suam ratam vult habere, accedat statim ad

locum Capituli vel, si in loco remotiore moratur, alium deleget, qui suo

nomine Capitulo praesidere debeat; si secus, significet statim Capitulo

suam recusationem;

c) interim Capitulares ab omni ulteriore opere vacent.

Si Abbas Generalis non eligitur in primo scrutinio, combustis

schedulis illud repetatur. Ne vero in indefinitum scrutinia prolongentur, ii

duo, qui majorem obtinuerunt numerum suffragiorum, quarto scrutinio

subiiciantur illeque electus habeatur, qui majorem numerum suffragiorum

obtinuerit. Si in hoc scrutinio uterque eundem numerum suffragiorum

retulerit, ille censeatur electus, qui est professione senior, et si ambo

professi eodem die, senior aetate499

.

Post singulam vero electionem haec observanda sunt: Suffragiis in

vas missis et collatione eorum facta unus e scrutatoribus pronuntiet, quot

schedulae in vase fuerint repertae; publicet nomina eorum, qui vota

obtinuerunt, simulque enuntiet, quot vota unicuique fuerint attributa. Tunc

publicet electionem in haec verba: "Cum RR.D.NN. habeat […] vota, id est

498 Si quae… promulgentur: texto adjunto de la Santa Sede.

499 El mismo cambio, como en la nota 433.

Page 333: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

333

pluralitatem requisitam, ego NN. scrutator a Vobis electus meo et

RR.VV.PP. nomine eligo et electum esse pronuntio in Abbatem Generalem

totius Ordinis Cisterciensis RR.DD. ". Schedulae autem coram omnibus

comburantur.

Electio autem novi Abbatis Generalis Summo Pontifici notificetur.

14. In quolibet Capitulo Generali ordinario seu quinquennali

eligendi sunt etiam Assistentes Generales, qui Abbatis Generalis Defin-

torium constituunt. Ad hoc munus ex unaquaque Congregatione Ordinis

assumitur unus ex eius Abbatibus aut Prioribus Regentibus. Eorum ordo et

praecedentia in ipso Capitulo Generali definiatur.

15. Pari modo eligitur in ipso Capitulo Generali Procurator

Generalis ad quinquennium, quo elapso, in sequenti Capitulo confirmari

poterit ad novum quinquennium. Si intra quinquennium Procurator

Generalis amovendus esset quacumque de causa, hoc fieri non debet

inconsulta Sancta Sede Apostolica (Can. 517, §2).

Si Capitulo non sedente, Procurator Generalis e vita decesserit,

Abbas Generalis ex consensu Assistentium alium designet, qui loco defuncti

negotia Ordinis apud Sanctam Sedem pertractet usque ad proximum

Capitulum Generale.

16. Electionibus peractis, ipse Illustrissimus Abbas Generalis refert

de statu totius Ordinis, deinde Abbates Visitatores de Visitationibus

regularibus intra quinquennium elapsum peractis, deinde singuli Abbates

de statu personarum, de disciplina monastica et de majoribus forte

difficultatibus uniuscuiusque monasterii. Postremo discutiuntur quaestiones

speciales in litteris convocatoriis assignatae.

TITULUS II. DE ABBATE GENERALI

CAP. I De jurisdictione Abbatis Generalis

17. Supremus in Ordine moderator erit Abbas Generalis, cui omnia

jura et privilegia authentica olim Abbatibus Cistercii et postmodum

Superioribus Generalibus Ordinis concessa competunt, ipsiusque titulus

erit: Abbas Generalis Ordinis Cisterciensis. Capitulo igitur non sedente,

Abbas Generalis supremam jurisdictionem in toto Ordine exercet;

privilegia autem honoris aliaque quatenus huic jurisdictioni non officient,

retineat unusquisque.

Page 334: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

334

CAP. II De residentia Abbatis Generalis

18. Residentia habitualis Abbatis Generalis, cui totius Ordinis

regimen commissum est, erit in Urbe Roma500

.

CAP. III De potestate Abbatis Generalis

19. Cum Abbas Generalis supremam in Ordine jurisdictionis

potestatem exerceat, ad ipsum spectat:

a) Jus confirmandi electionem Superiorum diversarum Congrega-

tionum necnon primorum Patrum Abbatum in Congregationibus, ubi viget

lex filiationis.

b) Jus benedicendi Abbates et Abbatissas et delegandi ad hoc

Superiores Congregationum.

c) Jus peragendi visitationem regularem in omnibus monasteriis et

domibus regularibus totius Ordinis. Hoc officium ita exerceat, ut intra

decennium omnes Ordinis domos per se vel per alium Abbatem Ordinis ad

hoc delegatum visitet. Vicarius generalis debet certior fieri de visitatione

facienda et de iis, quae in visitatione statuta fuerint; ad ipsam quoque

visitationem invitari poterit. Monasterium autem ipsius Abbatis Generalis

visitari oportet a duobus Abbatibus a Capitulo Generali omni quinquennio

designandis.

d) Jus convocandi Capitulum Generale ordinarium et extraordi-

narium eique praesidendi. Quaestiones, quae in Capitulo Generali

tractandae erunt, ipse Abbas Generalis cum consilio Assistentium

Generalium seligat et Capitularibus notificet.

e) Causas earumque acta contra aliquam personam ad forum

contentiosum deducta in tertia instantia cognoscere et, si casus exigat, ad

Sanctam Sedem deferre. Processus vero, qui contra Abbates Ordinis

intenduntur, in secunda instantia Capitulo Generali non sedente ad

Abbatem Generalem devolvuntur.

f) De bonis et personis alicuius communitatis Abbas Generalis

directe disponere nequit; nec valet leges condere totum Ordinem

obligantes, nisi gravis necessitas id exegerit, legesque sic factae non valent

nisi ad proximum Capitulum Generale.

500 El texto propuesto era: Sicut olim Abbas Generalis ex suo monasterio Cistercii totum

Ordinem regebat, ita et nostris temporibus necessarium non videtur, ut Abbas Generalis

semper sedem suam in Alma Urbe figat, proinde opus non erit sui monasterii renuntiare

regimini, sed sufficiet, si pro varietate negotiorum per aliquod tempus anni Romae in Domo

Generalitia resideat.

Page 335: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

335

g) Officiales alicuius monastero. Abbas Generalis directe amovere

non potest nisi ex causa gravis scandali et si Abbas proprius serio

admonitus id facere renuerit.

h) De cetero omnia agat cum consilio Assistentium, ita ut in

negotiis maioris momenti teneatur ad eorum consensum cum majoritate

saltem votorum. Paribus vero suffragiis Abbas Generalis suo voto paritatem

dirimat (Can. 101, n. 1).

CAP. IV Abbati Generali quomodo succedatur

20. Abbate Generali decedente aut eius munere quocumque modo

legitime vacante, ipse Abbas primus inter Assistentes immediate munus eius

exerceat, ita tamen ut nihil novi statuere queat nec quidquam absque

consensu aliorum Assistentium et Procuratoris agere valeat.

21. Praecipua eius etiam cura erit, ut quantocius, saltem intra sex

menses, Capitulum Generale per Procuratorem convocetur, ubi de

successore provideatur.

TITULUS III. DE PROCURATORE GENERALI

CAPUT UNICUM

22. Ad negotia in Urbe apud Sanctam Sedem pertractanda

Procurator Generalis a Capitulo electus deputatur. Sit ipse ex Ordine

nostro, vir doctus et prudens, in rebus Ordinis agendis versatus et Ordinis

amator probatus. Privilegiorum quoque et iurium Ordinis plene sit gnarus

et eorum defensor et propugnator indefessus. In rebus tractandis, quae

Universum Ordinem spectant, consulat semper Abbatem Generalem, sine

cuius consilio et consensu nihil agat. Ubi contra Abbatem Generalem

recursus instituendus sit, indiget consensu Assistentium, saltem quoad

majoritatem votorum; pro negotiis vero cuiuscumque Congregationis

sufficit, audito Abbate Generali, sententia Assistentis et Praesidis

Congregationis respectivi.

Tamen omnino liber sit oportet Procurator Generalis, quando ex

officio informationem et votum dare debet circa negotia ad S.

Congregationem delata vel deferenda.

De cetero omnibus consulitur, ut salva semper et integra manente

facultate ad Sanctam Sedem, ubi opus fuerit, recurrendi, ordinarie ope

Procuratoris Generalis utantur.

TITULUS IV. DE SUPERIORIBUS CONGREGATIONUM

CAP. I De divisione Ordinis in Congregationes

Page 336: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

336

23. Sacer Ordo Cisterciensis hodie in sequentes Congregationes

divisus existit:

a) Congregatio SS. Cordis Jesu in Austria.

b) Congregatio Augiensis, olim Superioris Germaniae.

c) Congregatio S. Bernardi in Italia.

d) Congregatio S. Bernardi in Belgio.

e) Congregatio Senanquensis in Gallia.

f) Congregatio Zircensis in Hungaria.

g) Congregatio Purissimi Cordis Mariae in Cecoslovakia.

h) Monasteria autonoma Pontis Colberti et Ciricii.

24. Novas Congregationes condere conditasque supprimere, mo-

nasteria a sua monastica Congregatione separare et alii uniri ad unam

pertinet Sedem Apostolicam (Can. 494, § 1).

25. Si forte contingat, ut una ex praedictis Congregationibus

penitus extinguatur, ad Capitulum Generale vel extra tempus Capituli ad

Abbatem Generalem cum consensu Assistentium spectat, de bonis ejus

statuere, salvis justitiae legibus et fundatorum voluntate (I.c., § 2).

CAP. II De constitutione Superiorum Congregationum

26. In singulis Congregationibus constituitur Superior Congre-

gationis juxta statuta unicuique propria et vocatur "Praeses".

CAP. III De officio Superiorum Congregationum

27. In singulis Congregationibus Praesidi maxime incumbit cura, ut

disciplinam regularem ad normam Constitutionum et Statutorum propriae

Congregationis tueatur et foveat. Hac autem lege minime derogatur iuribus

Paternitatis ab antiquo in Ordine vigentibus, immo vero haec Paternitatis

iura, ubicumque adhuc vigent, utpote Ordinis nostri lex fundamentalis,

sarta tectaque servari debent.

28. In monasteriis, in quibus Paternitatis jus non amplius viget,

Praeses Congregationis peragit visitationem regularem ordinariam omnium

monasteriorum Congregationis intra terminos a Constitutionibus fixos. In

illo autem anno, quo a RR. Abbate Generali visitatio facienda vel facta est,

Praeses a visitatione abstineat.

29. Praesidis erit praeesse electionibus Abbatum vel Priorum

Regentium suae Congregationis; confirmare neœlectos Abbates, Priores

Regentes, Abbatissas et Priorissas Regentes salvis juribus Paternitatis;

Capitulum Congregationis ad minus quolibet quinquennio convocare eique

praeesse. Acta autem et decreta huius Capituli tribus mensibus ante

Capitulum Generale ad Abbatem Generalem mittantur.

Page 337: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

337

30. Praeses denique in initio cuiusque anni succinctam relationem

de numero monachorum et conversorum deque statu suae Congregationis

ad Abbatem Generalem mittat.

DECRETUM

Sanctissimus Dominus Noster PIUS Divina Providentia PP. XI, in

Audientia habita ab infrascripto Card. Praefecto Sacrae Congregationis

Negotiis Religiosorum Sodalium praepositae, die 10 augusti 1926, re sedulo

perpensa, textum Constitutionum de Supremo Regimine Ordinis

Cisterciensis communis observantiae, jam pro experimento approbatum

nunc vero nonnullis mutationibus inductis et Codici luris Canonici

conformatum, uti continetur in hoc exemplari, cuius autographum in

Archivo eiusdem Sacrae Congregationis asservatur cum emendationibus

insertis, definitive adprobare et confirmare dignatus est, prout praesentis

Decreti tenore definitive adprobat et confirmat.

Datum Romae, ex Secretaria Sacrae Congregationis de Religiosis,

die, mense et anno ut supra.

C. Card. Laurenti, Praefectus

Vinc. La Puma, Secretarius

Page 338: Los Cistercienses

Momentos esenciales de la historia constitucional de la Orden Cisterciense

338

ELENCO DE LAS ABREVIATURAS BIBLIOGRÁFICAS

AAS Acta Apostolicae Sedis.

ASS Acta Sanctae Sedis.

ACG Acta Curiae Generalis Ordinis Cisterciensis, Commentarium

Officiale 1 (1932) - 3 (1934).

ACG NS Acta Curiae Generalis Ordinis Cisterciensis, Commentarium

Officiale, Nova Series.

ANALECTA

CIST.

Analecta Cisterciensia [de 1 (1945) à 20 (1964): Analecta Sacri

Ordinis Cisterciensis].

BOCK C.BOCK, Les codifications du droit cistercien, Westmalle 1956.

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ELENCO DE LAS ABREVIATURAS

ACGOC Archivo de la Curia General de la Orden Cisterciense.

ASV Archivo Segreto Vaticano.

CIVCSVA Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las

Sociedades de Vida Apostólica.

Congr. OO. RR. Sagrada Congregación de los Obispos y Regulares.

Page 341: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

341

Page 342: Los Cistercienses

Historia de la Curia General de la Orden Cisterciense

342

HISTORIA DE LA CURIA GENERAL

DE LA ORDEN CISTERCIENSE

PREFACIO

La Comisión preparatoria del Capítulo General del año 1985 me

encargó escribir una relación,1 porque, desde el día 8 de noviembre del año

1950 habité en la Curia General, y desde el 3 de septiembre de 1955 hasta el

3 de septiembre de 1995, he sido miembro de ella.

A la relación que presenté en el año 1985 he añadido alguna cosas,

pero también he eliminado otras. Creo que estas noticias historicas, aun

siendo incompletas, son suficientes para que veamos los problemas de la

Curia.

1. En el año 2001, puede afirmarse lo siguiente:

1. Desde el año 1927, la Orden Cisterciense posee en Roma una

Curia General propia. Sabemos bien que no es un monasterio propiamente

dicho, y por esto, no tiene los mismos derechos y obligaciones de los otros

monasterios de la Orden Cisterciense, pero a pesar de esto es una casa

religiosa erigida con el beneplácito de la Santa Sede,2 es sui iuris,

3 persona

jurídica, no sólo en derecho canónico, sino también en la República Italiana.4

2. La Curia General, en cuanto a personas físicas, consta del Abad

General, Procurador General, Asistentes, Secretarios y otras personas de la

Orden, que la sirven en diversas secciones, según las necesidades de la

Orden y de la Curia.

1 Texto de la relación de Dom Policarpo Zakar para el Capítulo General del año 1985 en

Casamari (Alleg.15), corregido y aumentado en el año 1994 y en el 2001.

2 Rescripto de la S. Congregación de Religiosos del día 28 de octubre de 1927, Prot. N.

6878/27.

3 Rescripto de la S. Congregación de Religiosos de 23 de julio de 1953, Prot. N. 660/53.

4 Real Decreto del 15 de diciembre de 1932, registrado en la Corte de Cuentas el día 9 de

marzo de 1933. Véase el atestado de la Congregación de Religiosos e Institutos Seculares,

Prot. N. R.G. 81/M del 25 de mayo de 1987, donde se habla también del "Representante

legal" (Legale Rappresentante).

Page 343: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

343

3. La Curia General es propiedad de toda la Orden. Sin embargo, en

el plano catastral, la propiedad la detenta el ente Casa General de la Orden

Cisterciense.

4. A la Curia se le añade el Colegio de San Bernardo en Roma, que

se rige por los estatutos aprobados por el Capítulo General.5

5. La Curia General es mantenida por toda la Orden, en la forma

precisada por el Capítulo General.

5 Véase Estatutos del Capítulo General del año 1990.

Page 344: Los Cistercienses

Historia de la Curia General de la Orden Cisterciense

344

PRIMERA PARTE

HISTORIA DE LA CURIA GENERAL DESDE EL AÑO 1869

HASTA EL AÑO 2001

1. HISTORIA DE LA CURIA DESDE EL AÑO 1869 HASTA EL AÑO

1900

2. Entre los años 1790-1797, el Abad de Cister delegó sus derechos a

diversos Abades.6

El día 19 de enero de 1798, el Papa Pío VI decidió la comunicación

interina de las facultades del Abad General a cada uno de los Vicarios y

Presidentes en sus respectivas Provincia y Congregación, hasta la elección

de un nuevo Abad General, o hasta que la Santa Sede provea de otra

manera.7

3 En el año 1814, el Papa Pío VII, monje de la O.S.B., muy amigo del

Abad Sixto Benigni, constituyó un Abad Presidente General como cabeza de

la Orden, y éste fue el Abad Presidente de la Congregación de San Bernardo

en Italia pro tempore. Con ello, se llenó el vacío de poder en la Orden,

dándole un Abad General (más concretamente: Abad Presidente General) de

toda la Orden.

El Abad Presidente de la Congregación Italiana en aquel tiempo era

elegido por cinco años (en nuestros días lo es por seis), y después de la

elección, pudo escoger libremente un monasterio que sería gobernado por él.

De ahí, que el Presidente General fijaba su residencia en la Abadía de Santa

Croce in Gerusalemme o en la Abadía de San Bernardo alle Terme.

La única facultad concreta del Abad Presidente General de toda la

Orden era confirmar la elección de los Abades de la Estrecha Observancia.

¡Nada más! El primer Abad de la Estrecha Observancia confirmado fue el de

Port du Salut, en el año 1816.

4. La Sagrada Congregación de los Obispos y Regulares, el día 27 de

marzo de 1868, ordenó que el Abad Superior General… convoque el

6 Véase sobre esto el artículo P. ZAKAR, Regelungen zur Ausübung der Rechte des Abtes von

Cîteaux nach der Französichen Revolution (1790-1900), en Analecta Cisterciensia(=ACis) 23

(1967) 226-294.

7 ZAKAR, "Regelungen" (ver nota 6), 278 s.

Page 345: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

345

Capítulo General solamente para llevar a efecto la provisión de los

asuntos… de las Congregaciones de Bélgica y Alemania (léase: Austria).8

El Capítulo celebrado en Roma en el año 1869 no puede

verdaderamente llamarse "General", porque fue convocado para solucionar

las relaciones entre la Congregación de Bélgica y la de Austria y tratar del

Abad General. En las actas de este capítulo leemos:9

18. …primera cuestión: ¿dónde residirá el Abad General?

Se dijo que se originarían grandes dificultades, si no se establecía

las residencia del Abad General; que la ciudad de Roma es el centro

de la catolicidad, y que todas las Órdenes tienen su Superior

General en Roma. Pero también se consideraron las dificultades que

se originarían si un Abad de otra Provincia fuera elegido Abad

General.

El Reverendísimo Abad General dijo que el pensamiento de nuestro

Papa Pío IX era que todas las Órdenes religiosas debían tener los

Superiores Generales en Roma.

Se definió por acuerdo unánime… que debía ser decidida la primera

cuestión: El lugar de residencia debe ser fijo y, ciertamente, en

Roma.

El día 15 de abril de 1869, se presentaba otra cuestión:10

En la relación del Capítulo redactada por los Padres para la

Congregación de Obispos y Regulares escribieron así:

Cuestión segunda: se pregunta si no es posible que algunos jóvenes,

de vez en cuando, sean enviados a Roma, para que allí se dediquen

a los estudios principalmente teológicos, como es uso en algunas

otras Ordenes religiosas, y como también es deseado por la misma

Sagrada Congregación.

Los Padres de la Provincia Austro-Hungárica

I) admitieron bajo diverso aspecto, que podría ser de no poca

utilidad, si algunos jóvenes de sus monasterios recibieran en Roma

formación en diversas materias teológicas. De ahí que:

8 Véase N. KONRAD, Die Entstehung der Österreichisch-Ungarischen Zisterzienserkongre-

gation 1849-1869: en Bibliotheca Cisterciensis, 5 (Roma 1967) Doc. 39, p.182-284.

9 KONRAD (ver nota 8), 292.

10 KONRAD (ver nota 8), 304.

Page 346: Los Cistercienses

Historia de la Curia General de la Orden Cisterciense

346

II) para algunos que tienen más numerosa juventud, y cuyos

monasterios tienen medios suficientes, no representará gran

dificultad que sean enviados allí par estudiar, pero:

III) enviarlos a todos, o a la mayor parte de ellos, a Roma para

estudiar teología, es casi imposible;

El día 9, fue puesta, además, la cuestión de los gastos del Presidente

General:11

Cuestión cuarta: ¿qué retribución parece debe ser establecida para

los gastos del Superior General y el Procurador General por razón

de su oficio? Los Padres prometieron que ellos privadamente

establecerían una suma que sería pagada por los monasterios, ya

sea para el Abad General, ya sea para el Procurador General, a fin

de sufragar los gastos que deberían tener en razón de su oficio.

5. La Santa Sede no aprobó la decisión del Capítulo del año 1869 ni las

Constituciones de la Congregación Austro-Hungárica (llamados Estatutos de

Praga).

La razón principal parecía estar en que los Padres del Capítulo del

año 1869 pidieron 1) que el Abad General fuera elegido de por vida; 2) que

el Abad General Teobaldo Cesari fuera confirmado ad vitam, pero la Santa

Sede no quiso esto.12

El Capítulo General – primero después de la Revolución Francesa,

porque en 1869 solamente se trataba de un Congreso de los Abades

austriacos y belgas para tratar de problemas comunes –, se tuvo en Viena, el

día 29 de abril de 1880, en la residencia que Heiligenkreuz tiene en aquella

ciudad. Se eligió, por seis años, a Gregorio Bartolini, con 13 votos de los 23

Capitulares, y confirmado por la Santa Sede por otro sexenio el día 29 de

marzo de 1886.

11 KONRAD (ver nota 8), 295-313.

12 Cesari fue elegido Presidente General de la Congregación de Italia —y de esta manera,

Abad Presidente de toda la Orden— el día 15 de abril de 1856. Después de la elección hecha

con papeletas, el día 4 de mayo de 1860, es nombrado por Pío IX por un quinquenio. Lo

mismo se hizo en la audiencia del día 12 de mayo de 1865. El día 6 de mayo de 1870, Pío IX

manda que dure mientras gobiernen los que gobiernan. Después, el Capítulo se fue difiriendo

de año en año y, en el 1873, se suspendió la celebración del Capítulo Generale, etc. Cesari

murió el día 29 de abril de 1879, como Abad General.

Page 347: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

347

El Abad General Bartolini residía en Santa Croce, mientras que el

Procurador General Abad Enrique Smeulders, monje de Bornem, lo hacía en

San Bernardo alle Terme.13

6. El día 26 de julio de 1890, murió el Abad General Bartolini. El día

18 de febrero de 1891, se dio un decreto de la Sagrada Congregación de

Obispos y de Regulares, según el cual, el Capitulo, por especial concesión de

la Santa Sede, se celebraría en Viena, en Austria… y además, la misma

Santa Sede estableció quién debería participar en el Capítulo (excluyendo a

los Trapenses). Y se decía que al nuevo Abad General elegido, en cuanto

fuera posible, se le atribuyera la potestad de residir fuera de Roma mientras

durasen las circunstancias…14

El 17 de junio de 1891, fue elegido como Abad General el Abad

Presidente de la Congregación Austro-Hungárica, el Abad de Vyssi Brod

(Hohenfurth), que había nacido el día 3 de mayo de 1810 y por tanto, en el

día de su elección, tenía ya cumplidos 81 años, y fue elegido por seis años.15

7. Terminado el sexenio, el día 25 de abril de 1897, ya fue presentada

la petición, para que Wackarz fuera confirmado por la Santa Sede para otro

sexenio, antes del Capitulo ya convocado para 1897.

El Congreso de la Sagrada Congregación de los Obispos y de los

Regulares pidió, el día 14 de mayo de 1897, el parecer del Cardenal

Protector, Antonio Agliardi.16

El decreto del día 18 de junio de 1897, en lugar de un sexenio,

concedió solamente un bienio, para que, entretanto, se dispusieran todas las

cosas que deben ser preparadas para el Capítulo General que debía

celebrarse en Roma.

13 Era Procurador desde el día 20 de mayo de 1871 hasta el año 1892. Sobre esto, véase:

P. ZAKAR, Il Capitolo dell´Ordine Cistercense del 1880, en ACis 34 (1978) 290-422.

14 I. KRONPASS-P. ZAKAR, Die Wahl Leopold Wackarz zum Generalabat. Vorgeschichte,

Verlauf, Konzequenzen, wichtigste Dokumente des Generalkapitels vom Jahr 1891, en ACis

36 (1980) Doc.12, p.69.

15 De él escribió Smeulders, pidiendo confirmación pontificia: ... puedo atestiguar que es uno

de aquellos raros ancianos que parece estar exento de los achaques de la ancianidad. Magro

de cuerpo, la estatura un poco más alta de lo ordinario, camina erguido, tiene sus propios

dientes y cabellos en la cabeza, rostro abierto, temperamento activo y enérgico…

KRONPASS – ZAKAR, 79 (ver nota 14).

16 KRONPASS – ZAKAR (voir note 14), 197.

Page 348: Los Cistercienses

Historia de la Curia General de la Orden Cisterciense

348

Después, el Capítulo General se celebró durante los días 24-25 de

junio de 1897 en Hohenfurth.17

8. El día 6 de marzo de 1899, Wackarz de nuevo presentó la petición

para que fuera concedida la facultad por la cual el próximo Capítulo

General de la Orden se pueda celebrar en el mes de junio en algún

monasterio austriaco de la Orden.

La Congregación, el día 18 de mayo de 1899, respondió: Non

expedit (No conviene). Después, el día 2 de abril de 1900, el Cardenal

Protector decretó que el Capítulo empiezara el día 1 de octubre de 1900.

El día 11 de septiembre de 1900, Wackarz invitó al Cardenal

Protector que quisiera presidir el Capitulo. El día 24 de septiembre de 1900,

la Congregación de Obispos y Regulares autoriza a ello al Cardenal

Protector Agliardi.

9. Mientras tanto, el Abad General Wackarz elaboró un proyecto de

Constituciones de la Orden – ¡serán las primeras Constituciones después de

la Revolución Francesa! –, en cuyo trabajo consultó también al Abad

Presidente de la Congregación Helvética, Abad de Wettingen-Mehrerau. En

el proyecto del Abad de Mehrerau, se lee:

Además del Capítulo General, y junto a él, hay un Superior Mayor,

que es llamado Abad General, cuyo oficio es para toda la vida, tiene

la residencia en su propio monasterio y su elección es hecha por el

Capitulo General… (art.12).

El día 11 de diciembre de 1899, el Abad de Mehrerau Agustín

Stöckli (1895-24.9.1902), escribió al Abad General Wackarz:

El tema la residencia del Abad General podría provocar la

oposición de Roma, y especialmente de nuestros cohermanos

italianos, pero, en las presentes circunstancias, apenas se

encontraría un Abad alemán que deseara la sede del Abad General

en Roma. Yo casi estoy convencido, de que nuestros cohermanos de

Italia consideran a los no italianos, o como imbéciles o medio

herejes, y en este punto lucharán con todas las energías, y también

encontrarán todos los medios y caminos, de tal manera que la

residencia del Abad General fuera de Roma no sea aceptada.

17 Véase P. ZAKAR - H.B. SCHNEIDER, Der Versuch der Trappisten, sich wieder mit dem

Zisasterzienserorden zu vereinigen (1896-1898), en ACis 45 (1989) 377-392.

Page 349: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

349

También en el proyecto de Constituciones del Abad General

Wackarz constaba la cuestión de la residencia del Abad General. El texto es

el siguiente:

VIII. Sobre la duración del oficio del Abad General:

El Abad Superior General es elegido por diez años para el ejercicio

de su función.

IX. La residencia del Superior General:

La sede ordinaria del Superior General está en Roma. Sin embargo,

para que haya plena libertad de elección, el Superior General puede

ser elegido de entre cualquier Congregación o Provincia de la

Orden Cisterciense. Por lo cual, interviniendo peculiares e

inevitables causas, implorada licencia de la Santa Sede, resida con

frecuencia en la casa de su profesión, a causa de asuntos

particulares y absolutamente inevitables que se presentan, pero

pidendo antes el permiso a la Santa Sede.

La Sagrada Congregación de Obispos y Regulares pasó la propuesta

del Abad General a algún Consultor. Después, el parecer del Consultor fue

enviado, por decreto de la Sagrada Congregación del día 10 de septiembre de

1900 —y a través del Procurador General, Abad Mauro Tinti—, a todos los

Capitulares. En él se lee lo siguiente:

Ya desde el tiempo del Capítulo General celebrado en el año 1869,

se estableció, que la casa llamada general, estuviera en Roma;

también el texto de las Constituciones enviadas a la Sagrada

Congregación mantiene ese punto. Sin embargo, en las mismas

Constituciones se añade: alguna vez, por causas graves, y por

indulto de la Santa Sede, el Superior de la Orden puede residir en el

monasterio en el cual emitió su profesión. Es conforme a esta razón

que, si la Casa General no pudiera constituirse o conservarse en

Roma, se establezca otra cosa: pero no parece admisible que pueda

ser cambiada de monasterio en monasterio cada diez años.

Conviene, pues, que en el Capítulo se trate de tan delicada cuestión.

En el num. IX, ya se dijo algo de la residencia del Superior General.

El segundo parágrafo del número IX se expresa en los términos

siguientes: "Por esto (es decir, que es posible que el Superior

General pueda ser elegido de cualquier Congregación), por

peculiares e inevitables causas, previa licencia implorada a la Santa

Sede, el elegido resida periódicamente en la casa de su profesión",

es una proposición peligrosa. En ella se apoyaría quien, viviendo

bien en el propio monasterio, no quisiera dejarlo por diez años,

Page 350: Los Cistercienses

Historia de la Curia General de la Orden Cisterciense

350

porque ha sido elegido Superior General. Ciertamente, debería

exponer a la Santa Sede sus razones, pero, a quien ardientemente lo

deseara (principalmente en tal tema), no le sería difícil encontrar

motivos y causas para obtener ese fin. De ahí, que digo lo siguiente:

a. que se borre de las Constituciones el segundo parágrafo puesto

en el número IX.

b. que, si la Casa General no pudiera establecerse o conservarse

absolutamente en Roma, por decisión del Capítulo General y con

permiso de la Santa Sede, sea constituida en otro monasterio de la

Orden.

c. que en la Casa General deban habitar, junto con el Superior

General, cuatro Asistentes Generales.

El problema no era fácil. Según opinión del Obispo de Limburg,

Dom Domingo Willi, en otro tiempo Abad de Marienstatt18

, en una carta

suya escrita al Procurador General Mauro Tinti (del día 19 de septiembre de

1900), algunos días antes del Capítulo General, se lee:

Acercándose el Capítulo General, no puedo callar por más tiempo.

Por otra parte, sería difícil dar un consejo sano y suficiente, cuando

todavía no se conoce lo que se tratará en el Capítulo y

principalmente si el futuro Abad General deberá residir en Roma o

si, como en el decenio anterior, alguno de los Abades extranjeros

pudiera ostentar ese supremo oficio de la Orden.

Si el Abad General debiera fijar su residencia en Roma, entonces la

elección resultaría difícil, y más bien debería hablarse de

postulación. Estoy cierto de que, absolutamente ningún Abad,

excepto los italianos, dejaría su Abadía para ejercer el Generalato

en Roma.

Pero, si se tratara de constituir un Abad General de entre los

Abades que tienen el gobierno de un monasterio, que resida en

Roma y administre la Abadía desposada con él por medio de un

procurador, espero que no se encuentre ninguno que dé su

consentimiento a tal proyecto. Pues al Abad que, reservada para sí

su Abadía, estableciera su domicilio fuera de ella, no podría más

que reconocerle y llamarle como traidor de su monasterio. Es decir,

en nuestras Abadías, destituido el legítimo pastor, todo debería

18 M. STARK, Die Trennung der "Observantia strictior" vom Zisterzienserorden (1880-

1892). Geschichte und Dokumente, en ACi 48 (1992) 150 (Nota 188).

Page 351: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

351

encaminarse a la ruina, porque el procurador no gozaría de la

misma autoridad de la que goza el Abad.

Pero, si el futuro Abad General pudiera residir en su monasterio,

entonces la elección sería menos difícil. Es difícil decir quién debe

ser elegido de entre los egregios Abades. Si yo fuera miembro del

Capítulo General, probablemente daría mi voto a Dom Amadeo de

Bornhem. Pero no puedo aconsejar nada sobre este tema.

Si el General debe residir en Roma y no hay ningún Abad dispuesto

a aceptar tal oficio, entonces se debe llegar a la postulación de entre

nuestros monjes. Pero, ¿quién? ¿De entre los egregios monjes

italianos, que venero y amo, o de otras Congregaciones? No sé. Yo,

en esta postulación, tal vez pondría mis ojos sobre el P. Benito van

Doninck, subprior de aquel monasterio (de Bornhem), hombre muy

culto y conocedor de varios idiomas, pero no sé lo que harán los

otros.

Pero alabo la propuesta de Vuestra Paternidad Reverendísima de

comprar la Casa General, si el Abad General debe residir en Roma.

Tal vez será posible adquirir algún antiguo monasterio con una

iglesia aneja. En este caso, pueden habitar en tal casa los clérigos

extranjeros residentes en Roma para cursar estudios. Sobre ese

tema, ninguna otra persona podrá dar mejor consejo que los Abades

y monjes que viven en Roma, porque conocen todas las

circunstancias y todas las casas y monasterios por cotidiano

contacto.

2. HISTORIA DE LA CURIA DESDE EL AÑO 1900 HASTA EL AÑO

1920 (GENERALATO DE BIE)

10. El día 2 de octubre de 1900, bajo la presidencia del Cardenal

Protector, se llegó a la elección del Abad General. En la publicación de las

Actas, en la página 5, leemos:

Se lee la propuesta del R.P. Mauro Tinti referente a la residencia

del Abad General. Sin embargo, el Capítulo General, haciendo caso

del parecer del Eminentísimo Cardenal Protector, aplazó establecer

cualquier decisión sobre esta propuesta y se pasó enseguida a la

elección del Abad General.

De los veintinueve votos dados, examinados, según el ritual, por los

escrutadores, el Reverendísimo Dom Angelo Testa, Abad de Santa Croce, en

Italia, recibió dos votos, y veintisiete el Reverendísimo Dom Amadeo de

Page 352: Los Cistercienses

Historia de la Curia General de la Orden Cisterciense

352

Bie, Abad de Bornhem, en Bélgica. Por tanto, con la mayoría absoluta

establecida por el Capítulo para que la elección sea válida, se eligió Abad

General de la Orden Cisterciense al Reverendísimo Dom Amadeo de Bie,

Abad de Bornhem, en Bélgica.

Así se hizo la elección, pero no se resolvió ni la cuestión de la

residencia ni la duración del oficio, de la que se trató todavía en la misma

sesión tercera por la mañana.

El Eminentísimo Señor Cardenal Protector expuso entonces, en

primer lugar, los principios fundamentales que debían ser tratados

por el Capítulo General.

La primera cuestión capital es, si el Abad General se elige para toda

la vida.

A esta cuestión, todo el Capítulo respondió unánimemente de

manera afirmativa. El oficio, por tanto, del Abad General, según la

mente del Capítulo General, es perpetuo.

La segunda cuestión es sobre la residencia del Abad General.

El Eminentísimo Señor Cardenal Protector dijo: es deseo del Sumo

Pontífice, que el Abad General de la Orden Cisterciense, también

resida en Roma, como los de las demás familias religiosas.

El Reverendísimo Dom Esteban Mariacher [Abad de Stams], pidió

que, sobre una cuestión de tanta importancia, los Capitulares

pudieran intercambiar opiniones entre sí. Del mismo parecer fueron

el Capítulo y el Eminentísimo Cardenal Protector.

La cuestión de la residencia se decidió en la sesión V, el día 3 de

octubre, en la sesión de la mañana (Actas, p.7 s.).

La otra cuestión es, dónde residirá el Abad General. Es algo que

corresponde a la Orden Cisterciense, procurarle residencia en

consonancia con su dignidad y la de la Orden. Sería bien visto de

todos y conforme a sus deseos, si los edificios del antiguo y

venerable monasterio de Santa Croce in Gerusalemme pudieran ser

comprados al Gobierno italiano. La manera de adquirirlos podría

ser ésta: que el precio de la compra pudiera pagarse en sucesivos

plazos, durante un espacio de treinta o cuarenta años, por cada uno

de los monasterios, según el número de monjes. Si puede ser, que el

monasterio, adquirido de esta forma, se coloque bajo la tutela de

algún soberano extranjero, por ejemplo de la del Muy Augusto

Emperador de Austria y Rey Apostólico de Hungría. Esta propuesta

fue aceptada por todos los Capitulares.

Page 353: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

353

Para la ejecución de la propuesta, el Capítulo General pide al

Procurador General y al R.P. Eugenio Torrieri, Prior de Santa

Croce, que examinen y preparen diligentemente y con precisión todo

lo referente a la compra, e informen de todo ello al Reverendísimo

Abad General. Por otra parte, el Reverendísimo Abad General

ruega a los venerables Capitulares, que hablen del tema entre sí,

pero que, fuera de la Orden, quieran observar silencio sobre el

proyecto.

Pero había ahora otra cuestión a resolver por los Reverendísimos

Padres, es decir, dónde residiría el Abad General hasta que la

residencia romana estuviera preparada en la forma dicha. Iniciado

el debate, y siendo diversas las opiniones de los Reverendísimos

Abades, el Reverendísimo Abad General declaró que el tema debía

decidirse por votación.

De veintisiete votantes, se decidió, por 17 votos, que el Abad

General difiriera fijar su residencia en Roma hasta que se terminara

la tramitación de la propuesta de residir en Santa Croce.

Pero, ¿qué pasará si los trabajos se alargan mucho tiempo? La

voluntad del Reverendísimo Abad General es que el Capítulo

General determine exactamente el tiempo para que el Abad General

fije su residencia en Roma.

El Reverendísimo Dom Stephan Roessler, Abad de Zwettl, propuso

esta resolución: la cuestión sobre la residencia romana del Abad

General se difiere un año, pasado el cual, si el Monasterio de Santa

Croce todavía no ha sido adquirido, se provea de otro modo para

tener una residencia en Roma. Esta propuesta agradó a todos los

Capitulares.

11. Casi entre paréntesis, se puede recordar ahora que, en los años 1894-

1898, los Trapenses hicieron todos los esfuerzos para comprar al Gobierno

Italiano la Abadía de Santa Croce en Roma para el Generalato de la nueva

Orden. El Gobierno pidió 1.000.000 de liras italianas (en 1985 serían al

menos 2.892.000.000 de liras, prácticamente 300 mil millones, que en

dólares USA, a 1.600 liras por dólar, serían 1.807.500 dólares). Finalmente,

la Orden de los Cistercienses Reformados de Santa María de la Trapa (éste

era el nombre en aquel tiempo), el día 3 de julio de 1899, recibió un

Page 354: Los Cistercienses

Historia de la Curia General de la Orden Cisterciense

354

rescripto, según el cual Cîteaux era declarado perpetuamente sede titular del

Abad General O.C.R.19

12. Terminado el Capítulo General, el día 20 de noviembre de 1900, el

Abad General emérito, Leopoldo Wackarz, hizo todo cuanto pudo por su

sucesor y, entre otras cosas, escribió lo siguiente (la caligrafía es del Prior de

Vyssi Brod (Hohenfurth) Dom Bruno Pammer, que pronto sería el sucesor

de Wackarz como Abad de Vyssi Brod):

Sinceramente confesamos, que, por parte Vuestra, se ha recibido

una gran pérdida que pide de Vuestra Paternidad Reverendísima,

dejar la propia casa y fijar el domicilio en Roma, a lo que hay que

añadir que los ingresos para vivir no están fijados: considerando

todas estas cosas, reconocemos que ha sido impuesta sobre Vuestras

espaldas una pesada carga.

Referente al domicilio, si nos es permitido dar un consejo a Vuestra

Paternidad Reverendísima, pensamos que sería óptimo, si se

eligiera una casa privada. Esto sería mejor, y el precio para el

alquiler de tal domicilio privado sería pagado por toda la Orden, y

repartido entre cada monasterio. No creemos que deba consultarse

elegir la sede estable en algún monasterio de nuestros hermanos

italianos, porque, ciertamente, tal determinación del domicilio

aumentaría todavía más las molestias e incomodidades de vuestro

oficio. Ya el difunto Procurador General Enrique Smeulders, en el

año 1891, llegada la ocasión, dio esta opinión, de que él no podía

vivir por más tiempo en el monasterio de San Bernardo de Roma, y

que debía procurarse un domicilio privado propio… Por todo esto,

es lícito llegar a la conclusión de que, si entonces la cosa no era

fácil, fijar una sede permanente entre los hermanos italianos, en

nuestros tiempos, en los que la situación no ha mejorado — al

contrario, se ha deteriorado —, es más molesta todavía.

Después se trata del "salario" del Abad General, y del Procurador

General.

El Abad General de Bie, de hecho, el día 20 de noviembre de 1900,

ya anunció al Obispo Willi:

19 Sobre esto hay ahora un buen artículo con 12 documentos inéditos en "Analecta": Hans B.

SCHNEIDER, Der Versuch der Trappisten Santa Croce in Gerusalemme in Rom als Kloster

des Generalabtes zu erwerben (1894-1898). Geschichte und Dokumente, en ACi 40 (1984)

107-149.

Page 355: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

355

Por tanto, en primer lugar, para que nuestra Orden recupere algo

de su nombre, ante todo es necesaria la reforma de nuestra

Congregación Italiana. Cuanto más tiempo permanezco aquí, en

Santa Croce, menos libres tengo las manos, pero cuando ocuparé la

Casa General (que ya he llevado a la Via Merulana), entonces me

ocuparé de ese trabajo…20

Al final del mes, responde a Wackarz (véase allí mismo):

Lo que dice vuestra Paternidad Reverendísima sobre mi domicilio,

es la más estricta verdad —porque el mismo Cardenal Protector

Agliardi me lo dijo, y a eso añadió—: Conviene que estés libre de la

comunidad de los italianos, porque, en cuanto a la misma

Congregación Italiana, tendrás las máximas dificultades o,

ciertamente, muchas más que con las otras. Esto es lo que presiento.

13. La idea de alquilar la Casa General no agradó al Procurador General

Plácido Magnanensi, quien respondió el día 23.12 de 1900 al Obispo

Domingo Willi con estos argumentos:

Consideraciones sobre la carta del Ilustrísimo y Reverendísimo

Señor Obispo de Limburg (Dom Willi, O.Cist.), del día 5 de

diciembre de 1900.

Tema de la Casa General.

En nuestro Capítulo (1900), se estableció que el Abad General debía

residir en Roma y, además, que él mismo tenía derecho a erigir

dentro de un año una residencia que respondiera a su dignidad.

Aquí, puede ser citada la cuestión presentada por el Ilustrísimo y

Reverendísimo Abad en los términos siguientes: ¿es oportuno que

enseguida se compre o se construya la Casa General, o es mejor

que, entre tanto, el Abad General resida en una casa alquilada, y

que la compra de una casa se aplace?

El Ilustrísimo Señor se inclina por la segunda parte, y yo por la

primera, salvada siempre su opinión. Por tanto, es lícito exponer

razones a favor de la primera parte, y poner en la balanza los

argumentos del Ilustrísimo Señor.

1. En el Capítulo General no se hizo ninguna mención de la

residencia del Abad General en una casa alquilada, pero sí que se

habló muchas veces de la compra de una casa, y todos estaban de

20 De Bie, en ACGOC, orig. minuta, sub die..

Page 356: Los Cistercienses

Historia de la Curia General de la Orden Cisterciense

356

acuerdo en ello, como también lo estaban en comprar el Monasterio

de Santa Croce.

2. Si, durante la crisis administrativa, el precio de los edificios en

Roma disminuía de día en día, ahora, pasada aquella crisis, el

precio de los edificios más bien crece cada día; y esto, aún más,

porque todos los edificios que no estaban en buen estado (excepto

unos pocos existentes en lugares menos oportunos o insanos) fueron

vendidos y son habitados.

3. El alquiler de una casa en Roma pide un precio relativamente

alto, si, como ocurre en nuestro caso, la casa alquilada debe estar

dotada de mobiliario, y no creo que, ni el precio requerido para

comprar, sea suficiente para pagar el alquiler.

4. Tal vez, si se aplaza la compra, encontraremos mayores

dificultades, y si verdaderamente las otras Congregaciones están

dispuestas ahora a pagar la respectiva suma de dinero, temo que, si

somos negligentes, después nos digan: "habéis querido esperar

hasta ahora, pues esperad todavía un poco más".

5. Por eso, tal vez, en estos últimos tiempos, todas las Órdenes

regulares prefirieron comprar y edificar casas en Roma más que

alquilarlas.

6. Hay que añadir que, aunque me parezca oportuno comprar esa

casa enseguida, sin embargo, no intento afirmar con esto que se

deba precipitar ese negocio. ¡En manera alguna! Afirmo ser

oportuno que esa compra se haga en la primera ocasión propicia y

usando —por descontado— la debida prudencia, de la que, sin

embargo, no se debe desconfiar bajo los auspicios de nuestro

Ilustrísimo y Reverendísimo Abad General de Bie.

Los argumentos del Reverendísimo Señor Willi se reducen (si no me

engaño) a los siguientes:

1. tener el presupuesto del valor de los terrenos y edificios;

2. la pobreza vigente en Italia;

3. el engaño de aquellos que en Roma construyeron casas;

4. la perversidad de los negociantes;

5. la duda sobre si puede conseguirse la suma necesaria de dinero

para la compra de la casa.

Respondo a todo esto brevemente, como prometí.

A los números 1., 2. y 3, ver más arriba;

Page 357: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

357

Sobre el nº 4. El argumento de la perversidad de los hombres se

generaliza demasiado, porque, si aquel argumento tuviera algún

valor, la casa, ni ahora ni después, sería comprada; pues siempre

hubo hombres perversos y siempre los habrá en el mundo, y

podemos añadir: contra la maldad de los hombres, hay que usar la

prudencia.

Sobre el nº 5. En el Capítulo, la Orden se declara dispuesta a pagar

la suma de 500.000 liras… (en 1994, esto equivale a 2.375.000.000

liras italianas). Por tanto, quien puede lo más, puede también lo

menos. Véase el nº 4.

Todo esto lo escribí bajo el dictado de la razón; pero teniendo

siempre la debida reverencia hacia la decisión de los expertos.

14. Sin embargo, al comienzo del año 1901, se presentó la ocasión de

comprar la casa, pues existe la carta del Abad Teobaldo Grasböck, de

Wilhering, quien el día 5 de mayo de 1901 escribió así al Abad General:

…ciertamente, admito que compré dicha casa por 50.000 francos,

en cuanto que el precio no puede decirse que no sea tolerable para

la Orden, pero juzgar sobre si el edificio es apto y su precio digno,

no es cosa mía…

La casa en cuestión no fue comprada.21

15. En el Capítulo General celebrado en Stams en el año 1905, se tocó la

cuestión del tributo. El texto es el presentado con ocasión de la revisión de

las Constituciones de la Orden (la Santa Sede aprobó las Constituciones en

el año 1902, sólo hasta el próximo Capítulo General, como, por otra parte,

así lo pedían el Abad General y el Procurador General).

21 El día 24 de agosto (Prot. N. 201333/157) el Abad General de Bie fue nombrado Visitador

Apostólico de la Congregación de San Bernardo en Italia.

En su relación, el Abad General dice, que las Constituciones de la Congregación contienen

muchas cosas obsoletas, y que no son de ninguna utilidad.

El día 23 de junio de 1905, oído el consejo del Eminentísimo Protector (Agliardi), de Bie fue

nombrado por el mismo Agliardi, entonces Prefecto de la Congregación de Obispos y

Regulares, como "Abad Presidente General de la Congregación de Italia… ad nutum de la

Santa Sede".

En los días 1-18 de diciembre de 1905, tuvo lugar un Capítulo de la Congregación, donde de

Bie quiso reformar las Constituciones. Enseguida, 20 monjes recurrieron a la Santa Sede,

entre ellos el Procurador General Magnanensi. Por Decreto de 15 de abril de 1910 se puso fin por la Congregación de Religiosos a la

presidencia de Bie, y el día 12 de mayo de 1910, la Congregación nombró a Plácido

Magnanensi Presidente de la Congregación de San Bernardo en Italia.

Page 358: Los Cistercienses

Historia de la Curia General de la Orden Cisterciense

358

Las Constituciones aprobadas (1902), dicen así:

31. Cada monasterio de la Orden, ya sea por cada uno de los

monjes existente en él, ya sea por los ingresos que recibe, debe

contribuir a la honesta y decente sustentación de la Casa General y

de sus habitantes. Esta suma debe ser establecida y aprobada por

cada Capítulo General quinquenal.

El Capítulo General del año 1905 dice:

31. Cada Congregación, según su parte proporcional, debe

contribuir a la honesta y decente sustentación de la Casa General y

de sus habitantes. Esta suma debe ser establecida y aprobada en

cada Capítulo General quinquenal.

Las actas del Capítulo General de la Sagrada Orden Cisterciense,

celebrado en Stams, en la sesión III, p.8, dicen: El Reverendísimo Dom

Teobaldo Grasböck, según el pensamiento de la Congregación Austro-

Hungárica, quiso cambiar el texto de esta manera: Cada Congregación

debe contribuir según una parte proporcional… Este texto fue aprobado por

el Capítulo.

16. El Procurador General Magnanensi, el día 19 de diciembre de 1905,

en su explicación del cambio, escribió a la Sagrada Congregación de

Obispos y Regulares lo siguiente:

Art. 31: Este artículo fue reducido así: Cada Congregación debe

contribuir proporcionalmente para la Casa, etc…

La razón de este cambio se encuentra, a más de la diversidad de

opiniones, en la dificultad de establecer una tasa por cada monje o

según las rentas de propio monasterio, pero principalmente en el

presente estado anormal de no pocos monasterios, especialmente en

Francia. Por esto me parece que el artículo debe dejarse tal como

ha sido corregido, y dejar al Capítulo que, cada cinco años,

determine la suma a pagar por cada Congregación.

El Abad General de Bie, muy enfermo desde el año 1906 (ulceras en

el estómago), estuvo en continua lucha con el Procurador Magnanensi, y la

cuestión de la Casa General quedó en el mismo estado.

17. En el mismo Capítulo General de 1905, celebrado en Stams, en la

sesión quinta, el día 5 de septiembre, se puso de nuevo la cuestión:

El Muy Reverendo D. Eugenio Torrieri interroga al Capítulo: Si el

Abad General de la Orden Cisterciense, referente a su domicilio,

Page 359: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

359

debe permanecer siempre como en el presente, o debe constituirse

una casa, en la que convenientemente pueda habitar y, llegado el

caso, pueda recibir a sus cohermanos que llegan a Roma de

diversas partes del extranjero, y no se vea obligado a enviarlos a un

hotel.

El Reverendísimo Dom Pöck, Abad de Heiligenkreuz, en Austria,

juzga que esta cuestión es inoportuna en nuestros tiempos, porque la

Provincia francesa casi está extinguida, la italiana está

depauperada, la helvético-germánica ha hecho tantos gastos con las

nuevas fundaciones, y en la austro-hungárica casi todos los

monasterios están sobrecargados de gastos.

El Reverendísimo Abad General, para terminar la discusión sobre

este tema, declaró que, si se presentara la ocasión, se dirigiría a los

Vicarios generales, quienes, luego, tratarían el tema con los Abades

de cada una de las Provincias. Esta declaración dejó contentos a

todos.

En el año 1910, en el Capítulo General, el P. Ernesto Szeghy, de

Zirc, que en sus Emlékeim (memorias) escribió sobre sus años romanos, dice

que el Abad de Bie perdió con el Banco Schmidt 50.000 liras (suma igual a

los honorarios del Abad General por casi cinco años en aquel tiempo, que en

1994 serían cerca de 237.500.000 liras italianas); habla de la herencia del

Abad Smeulders, también perdida, etc.22

18. El mismo Szeghy no estuvo contento con esta situación en la Casa.

De ahí, que, dada la ocasión, el día 5 de febrero de 1914, hizo diversas

proposiciones al Abad de Wilhering, Presidente de la Congregación Austro-

Hungárica.

En la propuesta, Szeghy dice: que la Orden Cisterciense tenga una

Casa General, en la que, además del Abad General y del Procurador General,

residan los Asistentes de cada Congregación.

Que la Orden tenga casa para estudiantes, los Asistentes sean al

mismo tiempo Directores espirituales, Prefectos, Tutores etc. Así tendrían

suficiente trabajo, que, de lo contrario, podría faltarles. El texto original dice:

Con total sumisión, como simple monje de la Orden y de la

Provincia, opino lo siguiente:

22 SZEGHY, E., Emlékeim, 2ª edición, Budapest 1982, p.175.

Page 360: Los Cistercienses

Historia de la Curia General de la Orden Cisterciense

360

1. que el Capítulo Provincial designe una Comisión, cuya tarea sea

elaborar un esbozo para el cambio de estatutos pro regimine

generali, a fin de que se pueda tratar de este proyecto en el Capítulo

General, comparándolo con los otros que eventualmente sean

presentados por parte de otras Provincias de nuestra Orden.

2. que el mismo Capítulo reflexione sobre las principales ideas

contenidas en estos nuevos estatutos, y las entregue aprobadas a la

antedicha Comisión como obligatorias:

a. El gobierno central de nuestra Orden consiste desde

ahora, aparte del Abad General o del Procurador General, en un

delegado apoderado de cada Provincia, que debe residir en la Casa

General de Roma. Si se llaman Asistentes o Delegados distintos de

los Asistentes, no importa. Estos Asistentes no serán de alto rango,

ni precederán a los prelados, como tampoco el Procurador General

perderá su precedencia, asegurada por los estatutos actuales. Con

esta propuesta, me refiero al principio de que en nuestra Orden,

aparte el Abad General y el Vicario general (leer Abad Presidente),

no hay dignidad más alta que la que tienen los Abades de régimen.

b. Que la Casa General tenga un colegio en el que, si es

posible, todas las Provincias de la Orden estén representadas por

algún clérigo que curse sus estudios en alguna de las universidades

de Roma, y que, por la vida común, esté más vinculado a los

hermanos de otras nacionalidades. En la Casa General, los

estudiantes, no muy numerosos, serán iniciados en el espíritu de la

Orden.

c. Los Asistentes —o como se les llame—, se dedicarán al

Colegio como Padres espirituales, prefectos, "repetidores" o

profesores de apoyo, etc. Así, tendrán la actividad necesaria,

porque, de lo contrario, puede ser que no tengan suficiente trabajo.

d. Cierto, que esto no puede realizarse sin dinero, pero

pienso que, si se da comienzo al funcionamiento del colegio, y cada

Provincia paga por el alojamiento y alimentación de sus Delegados

o Asistentes, y cada Abadía por sus respectivos estudiantes, no

habrá otros gastos.

e. Si la Casa General debe continuar en una casa de

alquiler o es mejor adquirir una propiedad, es cosa que se puede

decidir más adelante. Por el momento, el tema puede continuar

como hasta el presente y, si es necesario, se alquila otro

apartamento vecino o, más adelante, instalarse en una casa mayor.

Page 361: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

361

Pero estalló la primera guerra mundial, por lo que, en 1915, debió

darse una respuesta negativa, cuando fue ofrecida a la Orden la Iglesia de los

Santos Ángeles en Via Torino.23

El día 25 de junio de 1920, en la Via dello Statuto, 29, murió el

Abad General Amadeo de Bie. En el Necrologio que el P. Adalgott Benz

escribió en la Cistercienser Chronik leemos:

Seguramente, el prestigio del Abad General no se aumentó por el

hecho de que tenía que vivir en una casa miserable de alquiler, y

alguna vez, cuando era necesario un cambio rápido de habitación,

casi se encontraba en la calle. Muchas ideas suyas hubieran podido

dignificar el nombre de la Orden, pero tenía que dejarlas con el

corazón dolorido por la cuestión financiera, como era, por ejemplo,

el proyecto de fundar un colegio para la Orden, en Roma o, al

menos, ampliar la Casa General para este objetivo. Para una

grande representación convienen, en Roma, fondos proporcionados,

invitaciones y recepciones. La suma que tenía el Abad General a su

disposición, de la que debía restar un tercio del total por el importe

del alquiler de su apartamento, no era suficiente para estos

objetivos24

.

3. GENERALATO DE DOM CASIANO HAID (1920-1927)

19. En el Capítulo General, celebrado en Mehrerau en los días 7 al 9 de

septiembre de 1920, la primera cuestión que se puso a debate, fue la de la

residencia del Abad General, y después se hizo la elección. En la sesión del

día 7 de septiembre, por la mañana, Actas, pp.5 y s., se dice:

Para que, después de la elección, no surjan disensiones, el

Eminentísimo Cardenal Protector invitó a cada uno de los electores

para que, cándida y sinceramente, manifestaran si tenían algo

contra ese modo de hacer la elección. Dado que todos callaron, el

Eminentísimo Cardenal Presidente del Capítulo General tocó el

tema apto para provocar nuevas dificultades, es decir, la residencia

del Abad General en Roma. Declaró, que era necesario que el Abad

General residiera en Roma; lo cual, no sólo es su deseo, según

explicó, sino el de la Sagrada Congregación para los Religiosos, y

23 Ver la carta del Abad Szeghy a Mons. Camilo Caccia-Dominioni, del día 12 de abril de

1915: ACGOC.

24 Cist.-Chronik 32 (1920) 129-132 y 145-150. Texto citado: p.149.

Page 362: Los Cistercienses

Historia de la Curia General de la Orden Cisterciense

362

demostró de modo muy lúcido, que esto lo exigía el bien de la misma

Orden, su prosperidad y su honor.

Aunque ninguno de los Capitulares era contrario a esta residencia

en Roma, sin embargo, muchos manifestaban sentencias contrarias,

que se fundamentaban, ya sea en las condiciones del momento

histórico, ya en las dificultades locales. Terminado el debate, los

Capitulares establecieron:

1. El Abad General debe residir en Roma.

2. Dado que, por el momento, esta residencia en Roma es imposible,

el neo-electo Abad General no está obligado a renunciar a su propia

Abadía;

3. Que se constituya una Comisión que estudie esta cuestión;

4. Que todos los monasterios de la Orden contribuyan, según sus

posibilidades, a la formación de la Casa General;

5. La citada Comisión sería elegida por el Padre Abad General.

Después se procedió a la elección del Abad General.

En la sesión IV, día 9 de septiembre, antes del mediodía (Actas,

p.13), se puso la cuestión de la Casa General.

El Reverendísimo Dom Plácido Magnanensi, Abad de Santa Croce

in Gerusalemme, de Roma, reemprende la cuestión de la Comisión

para fundar la Casa General en Roma. El Eminentísimo Cardenal

Protector aconsejó que, primeramente, se constituyera un fondo, al

que él mismo prometió poner su parte; pero por el momento, en

cada monasterio se separarían algunos estipendios de misas para

este fin.

Dado que los gastos del mismo Abad General no pueden ser

subvencionados por su Monasterio de Mehrerau, el Reverendísimo

Abad de Heiligenkreuz, en Austria, Dr. Gregorio Pöck, recomienda

a los Reverendísimos Capitulares lo siguiente:

Antes de que marchemos del Capítulo, debe ser tratada la cuestión

de los gastos del Reverendísimo Abad General, que, residiendo en

Austria, deben ser pagados en moneda austriaca. La suma de estos

gastos no puede fijarse más que hasta el próximo Capítulo General,

a causa de los cambios de valor de nuestra moneda. Para

compensar los gastos del Reverendísimo General, quisiera proponer

al Capítulo la suma de 30.000 coronas, suma que debe ser

distribuida de tal manera, que la Congregación del Sagrado

Corazón de Jesús, mientras exista, aporte dos terceras partes de

dicha cantidad, es decir 20.000 coronas, pero las otras

Page 363: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

363

Congregaciones una tercera parte, es decir 10.000 coronas, que

deben ser recogidas entre los Presidentes cada semestre. Si queda

algún remanente, se destina a un fondo de la Casa General a libre

disposición del Abad General.

A esta propuesta, que fue considerada justa por todos los

Capitulares, el Reverendísimo Abad General añadió otra, que toca a

su casa, y está íntimamente conexa con su elección como Abad

General de toda la Orden, es decir, que quieran ayudarle en la

reorganización de los profesores en la escuela de Mehrerau, de la

que él quedaría apartado a causa de su elección.

20. Un nuevo paso se dio en el Capítulo General del año 1925, en los

días 1-5 de octubre. En las Constituciones de la Orden, elaboradas por este

Capítulo General, en el nº 18, se trata sobre la residencia del Abad General,

y se dice lo siguiente:

Tal como en otro tiempo el Abad General gobernaba toda la Orden

desde su monasterio de Cister, así es en nuestros tiempos, y no

parece necesario que el Abad General fije siempre su residencia en

Roma. Por tanto, no sería necesario renunciar al gobierno de su

monasterio, sino que bastará que, dada la variedad de temas a

gestionar, pase algún tiempo del año en la Casa General de Roma.

Así pues, el Abad General, no debe residir en Roma, pero tiene que

haber allí una Curia General.

El día 3 de octubre, en la sesión antemeridiana, el Reverendísimo

Señor de Marienstatt tuvo una larga relación sobre la cuestión. Una parte de

su exposición (Actas, p.34) es el texto siguiente:

No obstante, hecha abstracción de la residencia personal del Abad

General en Roma, si tocamos la cuestión de la necesidad de poseer

una casa o convento o una sede central en Roma, entonces hay que

decir: Aunque no es absolutamente necesario, sin embargo es de

gran conveniencia y utilidad para toda la Orden, si en Roma existe

una casa. Más aún, un convento que no pertenezca a ninguna

Congregación de la Orden, pero que sea común a toda la Orden y

casi como la Casa Central. Esto se requiere por las razones

siguientes:

a. Es una cuestión de honor de nuestra Orden. Todas las demás

Órdenes poseen tal casa en Roma. Casi sólo la Orden Cisterciense

carece de ella.

Page 364: Los Cistercienses

Historia de la Curia General de la Orden Cisterciense

364

b. El Abad General, aunque no siempre resida en Roma, sin

embargo, cada año debe venir a Roma por algún tiempo, y

representar allí a la Orden ante la Santa Sede, promover su bien, y

tratar con nuestro Procurador General los temas más importantes.

Para este fin, debe existir en Roma una casa conveniente de toda la

Orden.

c. Los Abades y monjes de la Orden que, por algún asunto de las

diversas Congregaciones, tal vez deban venir a Roma, por falta de

casa propia, se hallan en la necesidad de pernoctar en un hotel o en

una casa de otra Orden. Nuestros cohermanos de Santa Croce y de

San Bernardo, ciertamente con agrado y con verdadera hospitalidad

fraterna, recibirían a todos los miembros de la Orden, pero están

faltados de una hospedería necesaria, como existe en los demás

monasterios de la Orden, porque sus casas, en gran parte, están

ocupadas por la autoridad civil. Nuestra misma actual estancia en

esta casa, muy hospitalaria, de nuestros cohermanos

Premonstratenses, debe mostrarnos a todos nosotros la gran

utilidad de poseer una casa propia en Roma.

d. Además, sería útil, si tuviéramos una casa común a toda la

Orden, en la cual habitaran en común aquellos jóvenes monjes, que,

por causa de los estudios, son enviados a Roma por sus Abades.

En nuestros tiempos, cuando tantas emboscadas se preparan a la fe

por los enemigos de la Iglesia bajo el nombre de la ciencia, es

necesario que los monjes estén formados en Teología y Sagrada

Escritura. Por eso, nadie duda de que hay una buena ocasión para

comprar esa casa en Roma. Además, las disposiciones del Sumo

Pontífice referentes al estudio bíblico, que, hasta el presente debe

cursarse exclusivamente en Roma; la necesidad de tener en cada

casa uno o más sacerdotes versados en Derecho Canónico, y que no

ignore la praxis de la Curia, y finalmente, el honor de la Orden,

promoviendo a sus miembros a los estudios teológicos superiores,

todo esto, pide tener una casa común para los estudios en Roma.

Esta casa, recibiendo a todos los hermanos de nuestras

Congregaciones con igual caridad, fomentará igualmente la caridad

fraterna y vinculará más íntimamente las relaciones entre cada una

de las Abadías, y será seminario en el que se podrá aumentar y

fortalecer la uniformidad y la disciplina.

Sobre la posibilidad de comprar la Casa General, sólo puedo decir

ahora pocas cosas. Considerando el valor de la moneda y la

disminución de los lucros de todos nuestros monasterios, parece

Page 365: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

365

imposible que se pueda pagar el precio de tal casa con las

ordinarias contribuciones de la Orden. Me parece posible un

camino a que también recurrió la Orden de los Premonstratenses

para comprar esta casa en la cual ahora vivimos: obtuvo la facultad

de celebrar tres misas en cada una de las casas de la Orden

Premonstratense —como en las nuestras—, la conventual, la de

Beata y la de Difuntos, y mantener para sí el estipendio para

comprar la Casa General.

Si nosotros seguimos su ejemplo, podríamos obtener igual o

parecida facultad, en caso de que también se encontrara el número

suficiente de estipendios, y así se podría comprar en pocos años una

casa como ésta.

Quiera Dios, que, finalmente, nosotros los Cistercienses, igual que

casi todas las demás Órdenes, poseamos una casa que exista casi

como nuestro centro en la capital del Orbe católico, que reciba a

todos los hermanos que vienen a Roma, como en su propia casa, que

provea de techo a los jóvenes hermanos venidos a Roma para cursar

estudios y que, finalmente, aúne más fuertemente a los miembros de

la Orden con vínculos de caridad.

Así se expresaba el Abad de Marienstatt. En el Protocolo (Actas,

p.11), leemos lo siguiente:

Se procede a la tercera exposición: "Sobre la necesidad de adquirir

o construir una Casa General en Roma".

El Reverendísimo Hoffmann ofrece un panorama histórico de esta

cuestión. Afirma que, de todos los esfuerzos hechos para adquirir la

Casa General, casi ninguno tuvo éxito, pero aclara, sin embargo,

que sigue en pié la necesidad de tener esa casa en Roma, pues todas

las Órdenes tienen su casa en Roma. Sin embargo, todavía hay que

superar grandes dificultades, la más pequeña de las cuales no es la

falta de dinero. Pero hay que luchar con todas las fuerzas, para que

toda la Orden adquiera o construya su casa en Roma. La exposición

se aceptó con un gran aplauso. Entonces, el Reverendísimo orador

propuso lo siguiente:

1. Llévese a término cuanto antes el común deseo y promesa de toda

la Orden de poseer en Roma una Casa llamada General.

2. Los medios para comprar la casa recójanse de los estipendios de

dos misas, es decir, de la de Beata y de la de Difuntos, que, en

adelante, en primer lugar y principalmente, deben ser celebradas a

intención del que hace la oferta, añadida la acostumbrada intención

Page 366: Los Cistercienses

Historia de la Curia General de la Orden Cisterciense

366

secundaria de la Orden. Los monasterios que, de tal manera, no

puedan contribuir al antedicho proyecto, contribuyan con todas sus

fuerzas, según la manera que ha sido designada por el Presidente de

la respectiva Congregación. Los hermanos de Zirc son dispensados

de las misas Lambertinas a favor de la Casa General.

3. Se encomienda al Abad General y al Procurador General la

ejecución de esta decisión.

4. Hágase la petición a la Santa Sede por parte del Capítulo

General, para que la misma nos ayude benignamente en esta causa

de la Casa General.

5. Desde el inicio de 1926, comienza la obligación de contribuir

para la Casa General en la forma que más arriba se dijo.

Todas las proposiciones fueron aprobadas.

21. Al empezar el año 1926, se ofreció a la Orden la compra del

convento de los capuchinos. El día 1 de febrero de 1926, el Abad General

Casiano Haid escribió al Procurador Raimundo Bazzicchi en estos términos:

…sobre el convento de los capuchinos. El lugar es apto para la

Casa General, los edificios parecen buenos y bellos; todo parece

recomendable en cuanto puedo juzgar por las fotografías. Pero no

hay nada, o casi nada, de dinero a disposición y, sin tal fundamento,

no me atrevo a comprar. Si la Santa Sede nos ayudara, podríamos

adquirir esa casa o al menos una parte, pero todavía estamos

esperando el permiso para aplicar las misas de Beata y de Difuntos:

¿podemos esperar ayuda eficaz?

¿Ha recibido usted tantas intenciones y estipendios de misas para

todos los monasterios que están dispuestos a celebrarlas? Yo no

tengo intenciones de sobras…

22. El día 13 de julio de 1926, el Abad de Stams, Esteban Mariacher,

por encargo del Abad General, comunicó al Procurador General, que el

Villino Stolberg en Roma, via Giacomo Medici, nº 3, puede comprarse por la

cantidad de 1.300.000 liras (en 1994 son 1.306.500.000 de liras italianas).

Nº 170 del inventario que fue propiedad de la súbdita alemana

Condesa Zinneberg Ana d´Arco viuda Stolberg, pequeña villa en

Roma, via Giacomo Medici, n.3 en el catastro, en la partida 33063,

nn.1938, 2059, con jardín.

Page 367: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

367

Se compone de tres plantas y sótano, con un total de 27

habitaciones. Impuesto: 7.500 liras.

La villa, construida señorialmente, amueblada completamente y con

elegancia, dotada de instalación eléctrica, gas, calefacción, baños,

está magníficamente situada.

Una construcción para vivienda con garaje, situada en Roma, via

XXX Aprile, nº 6, compuesta de una habitación en la planta y dos

pequeñas en el primer piso. Impuesto: 450 liras.

La idea de comprar la Villa Stolberg agradó. Pero, ¿de dónde sacar

el dinero?

El día 22 de enero de 1927, el Abad Bazzicchi hizo la tentativa de

obtener dinero por mediación del Abad de Pont Colbert, Dom Francisco

Janssens. El Abad Procurador General escribía así:

Usted sabe que no es posible comprar casa alguna sin tener dinero.

Y, sin embargo, me toca buscarlo. ¿Cómo puedo hacerlo? Hace

algunos meses, he encontrado en Roma al Sr. A. Schippers, Director

del Nederlandische Landbouwbank de Amsterdam, que ha declarado

estar dispuesto a prestarme alguna suma a condición de contraer

una hipoteca.

Pero nosotros no tenemos inmuebles en Italia y, si los tuviéramos, el

arreglo sería muy complicado. He pensado en Vuestra Paternidad, a

quien será, tal vez, mucho más fácil tener un millón de liras, sea

mediante una hipoteca sobre Onzenoort, sea tomando el dinero de

alguno de vuestros amigos. No soy yo quien sale como garante de

tal suma, sino toda la Orden. Se me ha dicho que ese Banco da

dinero con unos intereses del 5%, pero a los holandeses…

Usted sabe que se ha encargado al Procurador de la compra de una

casa, pero no se le ha dado el dinero necesario. Entonces él está

obligado a buscarlo por todas partes. Usted conoce las

necesidades…

El Abad Janssens respondió afirmativamente, y el día 12 de febrero

de 1927, el Abad Bazzicchi ya le daba las gracias.

23. El día 17 de febrero de 1927, se pidió el indulto de la Santa Sede:

Raimundo Bazzicchi, Abad Procurador General de la Orden

Cisterciense… implora la facultad de contraer una deuda por la

suma de 1.500.000 liras (en 1994, son 1.507.500.000), con una

hipoteca sobre los bienes inmuebles del monasterio de Pont Colbert

Page 368: Los Cistercienses

Historia de la Curia General de la Orden Cisterciense

368

en Francia y Onzenoort en Holanda, con el fin de que pueda ser

comprada una casa llamada General.

Rescripto (Prot. N. 1237/27):

En vigor de las facultades… benignamente encarga al

Reverendísimo Abad General, para que, si lo que ha espuesto es

verdad, con tal de que se observe lo prescrito en el can.534&2, y sea

segura la verdadera necesidad, conceda, según su arbitrio y

conciencia, la facultad de contraer la deuda enunciada, por la suma

de 1.500.000 liras, con hipoteca al efecto de que se trata, con el

menor interés posible por año, con la obligación de cancelar cuanto

antes la deuda por pagos anuales hechos por el Reverendísimo

Superior, y establecidos por él, y enterado cada año el mismo

Superior del pago de la cuota…

El Abad General Haid, el día 8 de marzo de 1927, hizo ejecutar el

rescripto.

24. Entretanto, el Papa Pío XI, en audiencia del día 10 de agosto de

1926, aprobó definitivamente las Constituciones de la Orden, donde el texto,

en el nº 18, cuyo tenor original tenemos en el nº 20 antes citado, está

cambiado así:

La residencia habitual del Abad General, a quien está encomendado

el gobierno de toda la Orden, será la ciudad de Roma.

Y cuando el Abad General Casiano Haid pidió la dispensa de este

artículo, se respondió entonces, que él estaba dispensado para el año 1927,

pero que, en 1928 y 1929, debería residir la mayor parte del año en Roma.25

Por esto, el Abad Casiano Haid decretó la convocatoria del Capítulo

General.

4. GENERALATO DE DOM FRANCISCO JANSSENS (1927-1936)

25. El día 31 de julio de 1927, se tuvo la sesión I en Mehrerau. El texto

del Protocolo es éste:

Ahora, el Abad General pide al Reverendísimo Abad Procurador,

que explique la adquisición de la Casa General, y también, que

hable de la misma casa, de su compra, del derecho y título de

25 Actas del Capítulo General de 1927, p. 8.

Page 369: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

369

propiedad. La casa era dela condesa Stolberg, bien construida,

bella y dotada de todas las cosas que se desean para una Casa

General.

El precio de esa casa es de 1.400.000 liras italianas (en 1994:

1.407.000.000). Dado que esta suma, en el presente momento, no

podía ser pagada con dinero de la fortuna de la Orden, el

Reverendísimo Abad de Pont Colbert contrajo un préstamo de ciento

ochenta mil florines de moneda holandesa.

La familia de la condesa Stolberg, que entretanto había muerto,

recibió 250.000 liras italianas; una suma de 500.000 liras fue

depositada en un banco en Holanda, y la renta de la misma la

disfrutan los herederos de dicha condesa. Vistas todas las

circunstancias, hay que decir, que esta compra debe ser aprobada

absolutamente.

Terminada esa relación bastante extensa, y proponiéndolo el

Reverendísimo Abad de Stams, se eligió una Comisión que

deliberara sobre esa cuestión de tanta importancia y que después

explicara al Capítulo General su opinión. Todos los Capitulares

asintieron. Los miembros de esa Comisión, con los votos de todos,

fueron: el Abad General, los Definidores Generales (en lugar del

Reverendísimo Abad de Heiligenkreuz, proponiéndolo el

Reverendísimo de Schlierbach, se nombró al Reverendísimo de

Lilienfeld), el Abad Procurador General, los Abades de los

monasterios de Pont-Colbert y de Szczyrzyc. Se concluye la primera

sesión.

1. Madurada la cuestión, todos los miembros de la Comisión, tienen

por válidas las gestiones llevadas a cabo entre el Abad General y el

Procurador General, por una parte, y la Condesa de Stolberg, por

la otra. La opinión de todos los que fueron consultados sobre este

tema, como son el Abad Primado de los Benedictinos, el Abad

Procurador General de la Orden de los Premonstratenses, cierto

arquitecto muy experto, la villa Stolberg, no sólo es aptísima para la

Casa General de nuestra Orden, sino también el precio es justo y

razonable. En vista de lo cual, los miembros de la Comisión

aprueban las gestiones realizadas.

2. Surge una gran cuestión: ¿cómo se prevén los pasos necesarios

para defenderse de los intereses? Cada medio año, queda pendiente

de pago la suma de 35.000 liras de intereses y, desde el año 1928,

anualmente, la suma de 30.000, con las que, poco a poco, se

devuelve el capital. Parece, que sólo queda abierto un camino. Cada

Page 370: Los Cistercienses

Historia de la Curia General de la Orden Cisterciense

370

uno de los monasterios debe ser obligado a que aplique cada año en

favor de la Curia un determinado número de misas, sin recibir

estipendio. Aceptar esa carga por el bien común de la Orden, no es

solamente una deuda de honor, sino de conciencia. De esa manera,

se obtendrá con bastante facilidad el dinero que la Orden necesita.

Si algún monasterio, en lugar de celebrar misas, puede dar el

dinero, no hay ningún inconveniente. Es digno de alabanza el

monasterio que podrá dar más pingües estipendios.

3. Referente al título de propiedad, existen dos sentencias: La

primera es que, si es posible, el monasterio de Onzenoort, en

Holanda, que parece estar bastante libre de intervenciones del

Estado, sea declarado persona jurídica. La segunda sentencia es

que, si las leyes italianas no permiten esa solución, se nombre

entonces propietarios de la Casa General a cuatro o seis monjes de

diversa nacionalidad.

4. La petición de la familia Stolberg hecha a la Orden, para que se

pague la mitad del llamado impuesto "patrimonial", es rechazada

unánimemente por la Comisión, excepto el voto del Abad General.

5. No hay impedimento para que la familia Stolberg, si la Orden

vendiera la villa, sea preferida entre los demás compradores.

SESIÓN SEGUNDA (31 de julio de 1927)

Se celebra a las tres de la tarde. Son leídas por el P. Mauro Stratz,

secretario, las actas de las cosas tratadas en la primera sesión. El

Reverendísimo de Stams pregunta si, además de las misas de Beata

y de Difuntos, todavía hay que aplicar otras misas en favor de la

Casa General. A esta pregunta, responde el Reverendísimo de

Marienstatt, diciendo, que el dinero necesario puede obtenerse, si

también se aplica la misa conventual para esa misma intención,

pero el Capítulo General tiene derecho de dispensar de esa

obligación impuesta por los Capítulos Generales.

El Reverendísimo Abad General, después de haber dicho que, dado

que se tiene la dispensa de la Santa Sede para las Misas de Beata y

de Difuntos, pregunta si los Padres Capitulares están de acuerdo en

recibir estipendios para la misa conventual y destinar el total de

ellos a la Casa General. Salvo los Reverendísimos Abades de Rein,

Schlierbach y Zwettl, todos, es decir 24 Padres Capitulares, aceptan

la propuesta. Según el reparto, cada monasterio debe pagar por año

la suma de 5400 liras italianas. Diferentes opiniones surgieron

sobre este tema.

Page 371: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

371

El Reverendísimo de Schlierbach opina, que sería injusto cargar a

un monasterio pequeño con el mismo peso del grande, al pobre

igual que al rico; hay que hacer distinción con respecto al hecho de

los bienes temporales de cada uno de los monasterios.

Lo mismo piensa el Reverendísimo de Bronnbach. En cambio, el

Reverendísimo de Ossek dice que también una pequeña comunidad

religiosa puede ser rica y, en cambio, el Reverendísimo de

Schlierbach cree, que no debe ser evitada la corrección llamada

"reforma de la propiedad" en los próximos años. Por eso, véndase

algo y, con ese importe, dése alguna cantidad a la Orden. El

Reverendísimo de Zwettl en Austria, dijo que ahora no se puede

decidir nada sobre qué propiedades serán vendidas. Nómbrese una

Comisión, que determine lo que es justo y ecuánime sobre el tema.

El Reverendísimo de Hohenfurth propone, que aquellos monasterios

que poseen muchos bienes, ayuden a los que tengan más poco. Esa

propuesta fue aceptada con gran aprobación.

Después, cada uno de los Padres Capitulares, siguiendo el consejo

del Reverendísimo de Ossek, decidieron colaborar en la forma

siguiente: celebrar tres misas diarias a favor de la Casa General:

Abad General, Abades de Marienstatt, de Bornhem, de Ossek, de

Zirc, de Stams, de Lilienfeld, de Wilhering, de Ciricio, de Val Dieu,

de Zwettl en Austria, de Pont Colbert, de Vyssi Brod, de

Heiligenkreuz en Austria, de Lérins; dos misas los Abades de

Bronnbach, de Himmerod, dos misas con una pequeña paga, el

Abad de Rein, una misa el Abad de Schlierbach. La Congregación

de San Bernardo en Italia dice cada mes 32 misas. El Prior de Clara

Tumba paga toda la suma en dinero. El Abad de Sticna, la mitad. La

Congregación de Zirc, que siempre se hizo óptimamente merecedora

de alabanza en la Orden, también mantendrá en el futuro la gloriosa

tradición: cada sacerdote celebrará veinte misas por año por la

intención de todos conocida (por la Casa General). Cuánto pagará

el Monasterio de Sant Miquel (Cuixà), no se sabe, ya que el Abad no

está en el Capítulo, y ninguno de los Padres Capitulares dice haber

conocido el estado económico del monasterio. Faltan todavía a la

suma de 110.000 liras italianas, dos mil liras. El Reverendísimo de

Ossek, de Vyssi Brod, y de Wilhering, de manera espontánea, dan

dos mil liras cada año. Esta es la manera como está organizada una

cosa de tanta importancia.

Después, el Abad General dice, que es necesaria la suma de 30

hasta 40.000 liras para que la Casa General sea habitable en el

Page 372: Los Cistercienses

Historia de la Curia General de la Orden Cisterciense

372

próximo otoño. En el Colegio de San Anselmo, algunas

Congregaciones de la Orden de San Benito, han amueblado las

habitaciones individuales con las cosas necesarias. Este ejemplo

también podría ser imitado por la Orden Cisterciense. Y ciertamente

lo imitaron: los Reverendísimos Abades, General, de Heiligenkreuz

en Austria, de Marienstatt, de Ossek, de Zirc, de Lilienfeld, de

Wilhering, de Pont Colbert, de Vyssi Brod, de Zwettl, que

subvencionarán con su aportación cada una de las habitaciones de

la Casa General. Ante todo, se entiende que deben prepararse la

capilla, el refectorio y la cocina.

Tratadas estas cosas, el Abad General propuso a los Padres

Capitulares establecer un esquema de la Casa General, válido hasta

el próximo Capítulo General. Fue aprobado con pocas enmiendas.

El esquema, corregido, es éste:

I. Del gobierno de la Casa General

1. El gobierno de la Casa General toca inmediatamente al Abad

General. El mismo Abad General obtiene y ejerce todos los derechos

de Superior de la Casa General, y todos sus habitantes le

obedecerán.

2. El Abad General, con el consejo de los Asistentes Generales,

constituirá un Vicario, quien, durante el tiempo en el que él estará

ausente de Roma o se encuentre imposibilitado por otra razón, y no

pueda gobernar la Casa General, hará las veces del mismo,

ejerciendo el oficio de Superior de la Casa General dentro de los

límites establecidos por el Abad General.

II. De la administración de la Casa General

1. El Administrador o Procurador de la de la Casa General será

elegido por el Capítulo General o, si no está reunido, por el Abad

General y por los Asistentes Generales, y gestionará los asuntos

temporales.

2. El Administrador de la Casa General presentará cada mes al

Abad General el estado de cuentas de su administración. Cada año,

hará para el Abad General una relación detallada, entregada por

escrito, para examinar y comprobar. Cada quinquenio. dará al

Capítulo General una relación del estado temporal de la Casa

General.

Page 373: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

373

3. En la Casa General residirán, en cuanto sea posible, hermanos

conversos de nuestra Orden, como ayudantes o laicos de probada

virtud.

III. Promoción de los estudios de la Orden

1. Cada uno de los monasterios de nuestra Orden, envíe uno o más

religiosos a Roma para cursar estudios, pero, no sólo con la

obligación de obtener grados académicos para ser profesores de

Teología, Derecho Canónico, Sagrada Escritura, sino también para

ayudar a sostener la Casa General.

2. Dado que, en nuestra Casa General no habrá maestros profesores

propios de nuestra Orden, sino que los alumnos frecuentarán

diversas universidades de Roma, se recomienda encarecidamente al

Abad General, que él mismo o su Vicario o Administrador, u otro

religioso de nuestra Orden, vigile los estudios y, de tal manera

fomente que los alumnos tengan, en la misma Casa General, dónde

consultar y quién les ayude.

3. En los próximos años, se preparará un programa de estudios, que

será propuesto al Capítulo General.

4. Igualmente, que este Capítulo General encargue al Abad General

la elaboración de un horario de la Casa General, que deberá ser

observado por los alumnos. Ese horario, salvadas las distancias,

elabórese teniendo como ejemplo el del Colegio de San Anselmo o

del Colegio Germánico o el del Angélico. Dado que, en los primeros

años, el Oficio Divino y el Mariano, en la Casa General, no puede

ser todo cantado o recitado en el coro, dígase al menos alguna parte

en común. Cada día, celebrarán la santa misa o recibirán la

comunión, a no ser que estén legítimamente excusados. Deberán ser

observados los ayunos y abstinencias de la Orden, en cuanto las

circunstancias lo permitan. La clausura de tal manera debe ser

delimitada y observada que satisfazga las leyes de la Iglesia y de la

prudencia. Los huéspedes serán recibidos en el locutorio. Las

salidas para pasear y visitar monumentos e iglesias no se harán si

no es con el permiso y bendición del Superior; se regresará antes

del Ángelus. Jamás salga uno solo para pasear, sino por lo menos

dos.26

26 Sobre el Capítulo General de 1927, ver el artículo de M. STRATZ, secretario del Abad

Casiano Haid, Äbteversammlung in Mehrerau, en CistC 39 (1927) 273-278.

Page 374: Los Cistercienses

Historia de la Curia General de la Orden Cisterciense

374

El día 31 de julio de 1927, el Abad General Casiano Haid presentó

su dimisión, y el día 1 de agosto, fue elegido Abad General Dom Francisco

Janssens, que inmediatamente pidió y obtuvo un indulto para retener la

Abadía de Pont Colbert, que conservó después de haber dimitido de su oficio

como Abad General (1936).

26. El día 29 de septiembre de 1927, se firmó el contrato de compra de

la Villa Stolberg y el día 30 de septiembre, el Abad General Janssens, junto

con fr. Pascual de Pont Colbert, comenzó a habitar en la Casa General. El

Procurador General se trasladó a la nueva casa el día 18 de diciembre, y el

Secretario del Abad General, P. Tiburcio Hümpfner, el día 1 de octubre.

Había diez estudiantes.27

En cuanto al conocido precio de 1.400.000 liras italianas, son

180.000 gulden. Según el coeficiente ISTAT para el año 1994, esta suma

sería de 1.407.000.000 de liras.

El tema de adquirir y establecer una Casa General en Roma, fue muy

tratado en el Capítulo General ya desde el año 1900. Después del Capítulo

General del año 1925, celebrado en Roma, el Abad General Casiano Haid,

junto con el Abad Procurador Raimundo Bazzicchi, empezaba a tratar con la

condesa Stolberg, que ofrecía a la Orden comprar su villa en la cumbre del

monte Gianicolo (via Giacomo Medici, nº3).

El préstamo necesario para todo el negocio (liras 1.400.000 =

180.000 gulden), lo hizo el Banco Neederlandische Landbouwbank,

Amsterdam, Filial Lentjes & Drossaert, s´Hertogenbosch.

El Capítulo General extraordinario, celebrado en el año 1927, en

Mehrerau, distribuyó definitivamente esta compra de tal manera, que toda la

Orden debió pagar la suma de 180.000 florines holandeses, dividida en 30

años, con un interés del 5%.

Este préstamo fue inscrito a nombre del monasterio de Onzenoort en

Holanda. El contrato de compra fue establecido el día 30 de septiembre de

1927 —difunta entretanto la condesa—, entre su heredero y el Abad de

Santa Croce in Gerusalemme Dom Edmundo Bernardini, el Abad de San

Bernardo alle Terme Dom Raimundo Bazzicchi, y Balduino Bedini, monje

de Santa Croce in Gerusalemme.

Para amueblar cada una de las habitaciones, pagaban 4.200 liras

italianas los monasterios siguientes: Zwettl, Vyssi Brod, Pont Colbert,

27 Ver T. HÜMPFNER, Domus Generalitia in Urbe, en CistC 41 (1929) 61-65.

Page 375: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

375

Wilhering, Lilienfeld, Zirc, Ossek, Marienstatt, Heiligenkreuz, Mehrerau,

Val Dieu. También dos benefactores pagaban 4.200 liras por una habitación.

Con esta suma, se pagaba todo lo necesario para doce habitaciones de

estudiantes. Para la habitación del secretario del Abad General, Achatius

Mihalyfi, monje de Zirc y Abad titular de Villers, pagaba 5.000 liras

italianas.

Las cosas necesarias para la capilla, la sacristía, refectorio, cocina y

despensa, los muebles para las habitaciones del Abad General, del

Procurador General y de los huéspedes, fueron compradas con otro

préstamo.

Ahora debe describirse la misma casa: la Villa Stolberg fue edificada

en el año 1910. La superficie de toda la propiedad, la casa con un huerto, era

de 1.650 metros cuadrados. La misma casa cubre 360 m2., y para el jardín

quedan pues 1.290 m2.

27. En el Capítulo General del año 1930, se discutió la manera como

cancelar la deuda, para que el préstamo no se arrastrara hasta 1958.

En ese tiempo, se promulgaron también los Estatutos que deben ser

observados en la Casa General de la Orden Cisterciense, con 87 artículos, y

con el horario, en 30 páginas.

Pero la tempestad ya estaba en el aire. En casa de los

Premonstratenses, encontré la carta del P. Mateo Quatember, del día 10 de

mayo de 1932 (!), enviada al Abad Procurador General de la Orden

Premonstratense Dom Humberto Noots.

…estos documentos deberían ser de utilidad para usted, para que,

en caso de de necesidad, puedan ser de ayuda a su preciosa

intervención ante la Congregación de Religiosos en el curso de la

Visita Apostólica de nuestra Orden. No hablo a nadie de esto. Doy

gracias a Dios de que me haya prestado atención…

28. En el Capítulo General de 1933, se redactaron las nuevas

Constituciones sobre el Supremo Gobierno de la Orden. Los artículos 51 y

52 hacen referencia a nuestro tema:

51. El oficio del Abad General es incompatible con el oficio de

Superior de un monasterio, excepto con el oficio de Superior de la

Casa General. Por tanto, sin un indulto especial de la Sede

Page 376: Los Cistercienses

Historia de la Curia General de la Orden Cisterciense

376

Apostólica, el Abad General no puede permanentemente mantener el

título de monasterio alguno de la Orden.28

52. La residencia habitual del Abad General…será Roma, en la

Casa General de la Orden, de la que es Superior regular, según

norma de los Estatutos de la Casa General, aprobados por el

Capítulo General.

29. En el mes de septiembre del año 1934, se celebró el primer Congreso

de Definidores. En el Protocolo de la primera sesión, del día 26 de

septiembre de 1934, leemos:

Ahora sigue la propuesta del Ilustrísimo Señor Abad General, sobre

el préstamo que debería ser hecho por la firma R.S. Toth de

Chicago. Ese Banco prestaría con gusto a toda nuestra Orden

5.000.000 de dólares con un 3´5% de interés. De ese tema, se

tratará todavía en la sesión siguiente por parte del P. Prior Tomás

Roos, en una breve exposición.

A las 11´45, se acaba la primera sesión.

En el Protocolo de la segunda sesión del mismo día, leemos:

Después, el Abad General toma de nuevo la cuestión de la primera

sesión sobre el préstamo de 5.000.000 de dólares (ver la carta de la

firma R.S. Toth ene el apéndice nº 1). Los Reverendísimos

Presidentes, interrogados los Abades de cada una de las

Congregaciones, al inicio del mes de noviembre, darán al

Ilustrísimo Abad General, una respuesta sobre ese tema. Pero la

Casa General ya se encontraba en un difícil estado, porque no se

tenían estipendios suficientes de misas, y por eso, el Ilustrísimo

Abad General quería obtener el préstamo, al menos para la Casa

General, cambiando la deuda de la Orden para la Casa General

contraída en Holanda. Se trata de una suma de 75.000 dólares.

Esa proposición agrada a todos.

30. Sin embargo, la medida ya estaba llena a rebosar. El día 15 de

febrero de 1935, la Sagrada Congregación para los Religiosos nombró, en la

persona del Abad Humberto Noots, Procurador General de la Orden

Premonstratense, un Visitador Apostólico para toda la Orden. El texto del

decreto es éste:

28 Pero el Abad Janssens obtuvo ese indulto especial.

Page 377: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

377

SECRETARÍA DE LA SAGRADA CONGREGACIÓN DE

RELIGIOSOS Nº 8180-34

DECRETO

Es conocido de todos, que la Sagrada Orden Cisterciense aportó

mucho honor a la Iglesia por la santidad de los religiosos, por el

celo de las almas, por la formación cultural y artística en los

monasterios difundidos por todo el mundo. Pero, en los últimos

años, en dicha Orden, por la tristeza de los tiempos y de los países,

pero recientemente también por la impericia de aquellos que tenían

el encargo de la vigilancia, había llegado a contraer grandes

deudas, y no sólo la situación económica de muchos monasterios, y

de la misma Orden, sino también la observancia regular y la vida

religiosa, estaban expuestas a un gran detrimento y crisis, ya que a

nadie le es desconocido el peligro del escándalo de las almas. Mas

ese estado de cosas fue expuesto a la augusta consideración del

Santísimo Señor nuestro Papa Pío XI, felizmente reinante, quien, en

audiencia benignamente concedida al Secretario de esta Sagrada

Congregación de Religiosos, el día 10 de febrero del presente año,

mandó que se constituyera y nombrara, a la manera de esta Sagrada

Congregación que, con el presente Decreto, nombra y constituye

Visitador Apostólico para la Orden Cisterciense, por voluntad de la

Santa Sede, al Reverendísimo Abad Humberto Noots, Procurador

General de la Orden Premonstratense, para que procure ofrecer un

remedio eficaz, a fin que la condición económica y disciplinar en

todos los países pueda restaurarse de la mejor manera en dicha

Orden.

Así pues, que el Visitador Apostólico, con todos los derechos y

privilegios de ese oficio de Visitador, investigue en primer lugar a

los miembros del Gobierno Supremo, el Consejo que preside toda la

Orden, después a las diversas Congregaciones de la Orden y, si es

preciso, a cada uno de los monasterios, sobre la real situación

económica y disciplinar, tomando medidas enseguida contra

aquellos que ofrecen obstáculos, teniendo en cuenta además, que los

Superiores Mayores no realicen nada grave, principalmente en los

casos en que se requiere el consentimiento de los consejeros, y no

contraigan nuevas deudas, de cualquier importancia que sean, sin la

peculiar y previa aprobación del mismo Visitador Apostólico, para

que él mismo, dotado de facultades especiales, provea, en los casos

ordinarios, de la manera que juzgue mejor ante el Señor; y en los

casos extraordinarios, acuda, manifestando su opinión, a esta

Page 378: Los Cistercienses

Historia de la Curia General de la Orden Cisterciense

378

Sagrada Congregación, a la que no omita informar periódicamente

de las cosas realizadas.

Sin ningún impedimento en contra.

Dado en Roma, en la Secretaría de la Sagrada Congregación de

Religiosos, el día 15 de febrero de 1935.

Fr. Alexius H.M. Card. Lépicier, o.s.m., Praef.

Vinc. La Puma, Secret.

31 En el año 1935, no se celebraba el Definitorio. En el año 1936, la

sesión tuvo lugar en Heiligenkreuz, durante los días 9 y 10 de enero. En el

Protocolo de la primera sesión, leemos:

A propuesta del Reverendísimo Señor Abad Visitador Apostólico

(Noots), el Reverendísimo Señor Procurador General (Quatember)

hace su relación sobre el estado económico de la Casa General.

El total de ingresos por año es de 98.000 liras. Los gastos para

pagar las amortizaciones, para la alimentación, etc. son de 163.000

liras. Por lo tanto, anualmente se necesitan todavía cerca de 65.000

liras (según el coeficiente de ISTAT para el año 1994, serían

83.720.000). El estado actual de la Casa General, según la mayoría

de los Abades Presidentes presentes solamente puede resolverse

mediante venta o alquiler de la misma casa. El Reverendísimo Abad

Visitador propone la constitución de un pequeño comité, que debe

administrar las finanzas de la Curia General (Sanierungskommitee),

del que se tratará en la sesión segunda;

El Abad Visitador Noots, hecha la visita en América por mandato de

la Sagrada Congregación de Religiosos, comunica que el

Monasterio de Spring Bank tiene una deuda de 225.000 dólares,

contraída de modo abusivo, hecha en nombre de la Orden a la

Firma Toth, aunque el Definitorio no hubiera dado el

consentimiento. Por tanto, la Santa Sede hace responsable de la

deuda a toda la Orden, porque los que dieron el dinero, lo hicieron

de buena fe, y han sido engañados.

Después, en la sesión segunda, se decide la venta de la Casa

General:

El Definitorio General de la Sagrada Orden Cisterciense,

considerando, que la condición económica en la que se encuentra la

Casa General de la Orden en Roma, es verdaderamente difícil, y

superior a las fuerzas de la Orden; considerado que los gastos de

manutención necesaria no están proporcionados con el fin para el

Page 379: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

379

que debe servir la Casa General, juzga y establece que, hallada la

ocasión favorable, sea vendida al precio mejor que pueda

conseguirse, si eso puede hacerse sin daño de la Orden; y la Curia

General, reducidos al mínimo todos los gastos, sea transferida al

Monasterio de Santa Croce in Gerusalemme, y se establezca allí, en

una parte separada de la Comunidad religiosa de aquel monasterio.

Para realizar esas gestiones, y llevar a término la extinción de las

deudas del mejor y más rápido modo posible, se instituye un

Consejo administrativo, que se regirá por un estatuto aprobado por

el mismo Consejo, y estará obligado a rendir cuentas cada año al

Definitorio General. Serán miembros de ese Consejo el Abad

Visitador, el Abad General, el Abad Presidente de la Congregación

de San Bernardo y el Procurador General. Este Consejo establecerá

la cuota proporcionada para cada Congregación, según cuya

norma, las Congregaciones deberán contribuir en el futuro a la

sustentación de la Casa General.

32. El Consejo administrativo (Sanierungkommitee), el día 24 de enero

de 1936, tuvo una sesión, y estableció la decisión siguiente:

El Consejo administrativo juzga, que la Casa General debe ser

vendida a alguna persona física o moral, que pueda enviar a

Holanda una suma correspondiente al valor de la Casa General, de

tal manera que, de ese modo, pueda ser cancelada la deuda de la

Orden en Holanda.

Después, más en concreto, se determina la manera de proceder para

buscar un comprador de la Casa General.

Estaban presentes el Visitador Apostólico, el Abad Noots, el Abad

Presidente Bernardini, y el Procurador General Quatember.

El día 30 de enero de 1936, el Cardenal Prefecto de la Congregación

de Religiosos, Vicente La Puma, anunció al Visitador Apostólico que Pío

XI, en la audiencia que le había concedida, había aceptado la renuncia del

Abad General Janssens.

El día 13 de julio de 1936, el Consejo Administrativo tuvo una

nueva sesión en Santa Croce, y los presentes eran: Noots, Bernardini,

Quatember.

…se estableció, que se procure la venta de la Casa General de la

mejor manera posible, mediante el Abogado Pocci, para que la

Orden no sufra un peso demasiado grave por las deudas.

Page 380: Los Cistercienses

Historia de la Curia General de la Orden Cisterciense

380

Después, era visitada una parte del Monasterio de Santa Croce,

reservada a la Curia General, y se habló de la adaptación de las

celdas.

Más tarde, el día 15 de septiembre de 1937, la Sagrada

Congregación dió un Decreto, declarando elegidos Abad General Dom

Edmundo Bernardini, y Procurador General el Dom Mateo Quatember.

5. GENERALATO DE DOM EDMUNDO BERNARDINI (1937-1950)

33. El nuevo Abad General, ya el día 11 de octubre de 1937, escribió

una larga carta al P. Procurador General (que entonces no estaba en Roma),

en la que largamente exponía sus razones:

No es conveniente ni deseable, que la Curia General de la Orden

resida en Santa Croce o en San Bernardo, porque no seremos nunca

libres ni independientes, como es necesario…

La solución sería quedarnos donde estamos…Para ello, hay una

única solución: la compra de la casa por parte de una

Congregación extranjera de la Orden…

La compra…sería un óptimo asunto para la Congregación

extranjera. Esta Congregación extranjera…sería la Congregación

húngara…

34. El tercer Definitorio fue celebrado en Zirc, en los días 19 al 21 de

octubre de 1937. Allí, se trataba de la cuota para la Casa General. El elenco

es el siguiente:

El Reverendísimo P. Procurador (Quatember) hace una nueva

propuesta de cuota para la Casa General. Agrada a todos la

proyectada distribución de cuotas, como sigue:

El pago sería anual.

Congrégation d'Autriche 15.000 Liras

Congregación de Mehrerau 10.000 "

Congregación Italiana 1.500 "

Congregación Belga 4.000 "

Congregación Francesa 5.000 "

Congregación Húngara 10.000 "

Congregación Bohemia 10.000 "

Congregación Casamariense 1.500 "

Monasterio de Szczyrzyc 1.500 "

Page 381: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

381

Total 58.500 Liras

(En 1994 = 68.842.800 Liras)

Considerada la frágil situación de los tiempos, proponiéndolo el

Reverendísimo Visitador, se define aquí el estado numérico de cada

contribución, pero de tal manera que cada año se establezcan de

nuevo las cuotas. Hay que notar que la suma proveniente de

Casamari es de 1.500 estipendios y que esta Congregación está

dispuesta a pagar cada año a intención de la Curia. En esto consiste

la contribución de Casamari para la Orden.

Constato que el estipendio de una misa en aquel tiempo era de una lira: La

Congregación de Casamari pagaba las 1.500 liras con 1.500 intenciones de

misas.

Después viene la relación del Visitador Apostólico sobre las deudas:

El Reverendísimo e Ilustrísimo Visitador ofreció una abundante y

detallada información de la gestión económica del Abad General

anterior Dom Francisco Janssens, y la dividió en dos partes

principales, es decir en la historia de la deuda holandesa para la

Casa General y por muchos monasterios principalmente en

Alemania; después el préstamo americano.

1. El Abad General dimitido, para comprar la Casa General, había

contraído una deuda de 180.000 florines en al contexto holandés, en

algunos bancos holandeses. Deuda que ahora descendió

efectivamente a 123.000 florines cuando se abrió el concurso.

Además, para algunos monasterios de la Congregación Augiense y

para otros fines contrajo una nueva deuda por una suma global de

1,300.000 florines. Y esto por diferentes institutos y personas

privadas, aproximadamente unas 800, a menudo de condición

modesta por no decir pobres. Finalmente para el monasterio de

Himmerod, en su precaria existencia, también contrajo una nueva

deuda de 300.000 florines con un 6'5 % de interés; por tanto la

suma total de la deuda, que podemos llamar europea, supera el

1.700.000 florines holandeses.

2. Al mismo tiempo, para satisfacer estas obligaciones y otras

nuevas obras fundacionales en América del Norte, contrajo una

nueva deuda de 500.000$. La mitad de esta deuda, esto es,

250.000$, la contrajo el mismo Abad General dimisionario en

nombre de la Orden, pero ilícitamente y sin saberlo la Orden. La

parte restante carga directamente al monasterio de Spring Bank en

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Historia de la Curia General de la Orden Cisterciense

382

cuanto que el P.Tomás Roos, entonces Prior de Spring Bank, la

contrajo. Esta deuda, casi en su mitad, consta de anualidades.

Sin embargo, la Santa Sede, informada de estas cosas por el

Arzobispo de Milwaukee y por el Delegado Apostólico de América

del Norte, prohibió severísimamente toda ulterior acción al

Reverendísimo Abad Janssens por telegrama y le llamó para

declarar sobre toda esta cuestión financiera de la que no podía dar

ninguna información y entregó de manos de él a manos del

Reverendísimo Dr. Humberto Noots y comunicó a toda la Orden este

decreto y al mismo tiempo constituyó al Reverendísimo Abad Noots

Visitador Apostólico de la Orden Cisterciense.

3. El Reverendísimo Visitador no tuvo otra cosa más importante por

hacer que intentar conocer claramente la confusa situación

financiera de la Orden y evitar una catástrofe cada día más

inminente. El Reverendísimo Abad Janssens en el pasado mes de

enero de 1936 abdicó de su oficio de Abad General.

En el mes de julio de 1936 el monasterio de Onzenoort, en cuanto

cargado con las hipotecas por este préstamo holandés, fue a juicio

ante el tribunal holandés que se llama con el nombre jurídico de

"Bankrott"(bancarrota) y recibió un defensor jurídico en el

momento de la adjudicación. Entonces el Ilustrísimo Visitador

Apostólico, autoridad de la que goza en cuanto Visitador, constituyó

un comité llamado "Godefridus-Stichting" para proteger toda lo que

interesa a la Orden. La Comisión compró al defensor jurídico el

monasterio de Onzenoort por el precio de 35.000 florines

holandeses, dinero entregado al monasterio de Bornem, y al mismo

tiempo convino con el abogado que todo lo que el monasterio de

Onzenoort tiene derecho a exigir de los monasterios extranjeros

será pagado por la Orden con la cantidad de 95.000 florines

holandeses, en cuya suma se incluye también aquella de 35.000

florines, de la que se habla más arriba. Estos 95.000 florines han

disminuido hoy, por obra de las contribuciones de la Orden, a la

suma de 84.735, 39 florines. El elenco de estas deudas es pues el

siguiente:

Por la Casa General (4%) 115.000,00fl

Préstamo con ocasión

de la citada concurrencia (5%) 84.735 '39fl

Préstamo de Antonieta Nelemans

igualmente con ocasión de la concurrencia (5%) 8.000'00 fl

Suma 202.735'39 fl

Page 383: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

383

A todo esto hay que añadir le préstamo de Himmerod, contraído a

nombre de la Orden, pero nunca reconocido por la Orden, por un

importe de 800.000'-fl. ahora 291.000'- fl.

Oídas estas cosas se levantó estupefacto el Reverendísimo Abad

Presidente de la Congregación Augiense quien, con seriedad, dijo

que, por desgracia, él nunca tuvo noticia de todas estas cosas, y que

fueron hechas contra la voluntad de toda la Orden. A esta protesta

espontanea todos se adhirieron unánimemente.

Al num. 2. Las deudas de Holanda se relacionan íntimamente con la

venta de la Casa General y por esto en primer lugar se trata esta

cuestión, pero todo este tema se acabó felizmente por el ruego del

Reverendísimo Abad General al Abad Presidente de la

Congregación Húngara para que esta Congregación compre la

Casa General.

35. El cuarto (y hasta el año 1948 ultimo) Definitorio se celebró en los

días 2 y 3 de diciembre de 1938 en Sticna.. En el Protocolo de la sesión

segunda del día 2 de diciembre (p.4) leemos:

El Ilustrísimo Visitador Apostólico, dando gracias, advierte que la

Congregación Húngara está dispuesta a pagar las deudas

contraídas por la Curia General desde 1927, de lo contrario las

deudas quedarían a la Orden por pagar.

El día 3 de diciembre de 1938, en la sesión tercera (Protocolo p.5 y

siguientes), el Prior de Zirc, D. Albino Kiss, lee el contrato escrito en lengua

latina por el R.P. Julio Hagyó Kovács y por el R.P. Vendelino Hadarits (= el

futuro Abad de Zirc con el nombre de Endrédy), y por el mismo Abad

Adolfo:

La Congregación de Zirc asume la administración de la deuda que

pesa sobre toda la Orden Cisterciense, en el Nederlandische

Landbouwbank, en obligaciones de un valor actual de 110.000

florines, bajo las condiciones siguientes:

1. La Congregación de Zirc debe administrar la dicha suma de

deuda, cancelar y pagar los intereses…

2. La Congregación de Zirc acepta dicha carga, a condición de que

la Casa General pase a ser pacífica posesión suya y libre de toda

carga, con derecho a inscribirla en el registro de la propiedad; …

La Congregación de Zirc concede gratuitamente la Casa General a

disposición del Abad General y de su Curia, pero, mientras dicha

Page 384: Los Cistercienses

Historia de la Curia General de la Orden Cisterciense

384

deuda no se haya extinguido, está dispensada de pagar nada para la

sustentación del Abad General y de la Curia…

Una situación tan espinosa, óptimamente solucionada de esta forma,

hizo que el Ilustrísimo Abad General Bernardini rindiera grandes

alabanzas a la Congregación Húngara, y le manifestara su

agradecimiento, con aplauso de los Reverendísimos Definidores.

El Reverendísimo Abad Presidente de la Congregación del Sagrado

Corazón (Austriaca), en nombre del Congreso de Definidores, para

significar el agradecimiento de toda la Orden, dio gracias al

Excelentísimo Abad Adolfo Werner, Presidente de la Congregación

de Zirc, condecorado por el gobierno civil con el título de

Excelencia por insignes méritos. Todos los Reverendísimos

Definidores, con gran alegría, aplauden.

Preguntando el Ilustrísimo Visitador Apostólico, si esta solución era

definitiva, el Prior de Zirc, delegado del Excelentísimo Abad

Presidente de la Congregación de Zirc, respondió afirmativamente.

Por medio del Ilustrísimo Visitador Apostólico, el Congreso declara,

que el contrato es definitivo.

36. Qué hizo después, de hecho, Zirc, no lo sé, pues no tuve tiempo para

entrar en particularidades. Sé, y veo, que pagó una gran suma de dinero.

Sin embargo, la situación continuó siendo crítica, ya que el Prior de

Phuoc-Son, en su carta del 20 de septiembre de 1939, citó a los pequeños

Anamitas que decían: Pagamos caro nuestro título de Cistercienses. El Abad

General Bernardini le respondió así:

Es verdad que nuestra Orden, que hasta el año 1927 no tuvo deudas,

está ahora oprimida por ellas hasta el máximo, pero, no por culpa

de la propia Orden, sino por causa de un hombre que, aunque de

buena fe, ha contraído deudas para los monasterios fundados y

protegidos por él, contradiciendo e ignorándolo los Asistentes

Generales (= Abades Presidentes) de la Orden, por una suma de

cerca de 1.100.000 dólares… Hay monasterios de nuestra Orden,

que ya contribuyeron con más de 200.000 liras italianas.

37. Entretanto, la Visita Apostólica del Procurador General Noots se

acercaba a su fin para toda la Orden, excepto para la Congregación de Zirc,

pues la Curia General (!), referente a las decisiones de la Visita Apostólica,

propuso a la Santa Sede una nueva redacción para el nº 6, con el tenir

siguiente:

Page 385: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

385

El Abad General de la Orden Cisterciense, por especial rescripto de

la Santa Sede, es instituido Visitador Apostólico, a beneplácito de la

Santa Sede, de la Congregación de Zirc, en Hungría…

Y así se hizo: ¡desde el día 25 de julio del año 1940, la

Congregación de Zirc permaneció bajo Visita Apostólica, hasta el día 9 de

enero de 1959!

Referente a las deudas de la Orden, en el n

julio leemos lo siguiente:

4. El Visitador Apostólico no pudo obtener aún de los monasterios

de la Orden la mayor parte de la suma de dinero, para reparar los

daños causados por el Abad General Janssens. La Orden debe ser

advertida de la obligación de reparar en cuanto sea posible, ahora y

más adelante, los daños y deudas hechos por el propio Abad

General (cuya administración no era inspeccionada), ya a los

pobres, ya a los acreedores, ya a la buena fama de la religión.

Debe insistirse en esto, porque muchos Superiores, parece que se

sustraen absolutamente de esa responsabilidad.

5. Después, se impone al Abad General, que continúe por el camino

empezado, tanto en Holanda, como en América, trabajando por la

extinción de las deudas, y que distribuya el peso ecuánimemente

entre todos los monasterios. Mediante la suma de dinero recogida

por toda la Orden, procure la honesta composición con los

acreedores del Abad Janssens en Holanda.

Sobre el nº 6, transcribimos antes, literalmente citada, la proposición

de la Curia General para la visita apostólica de la Congregación de Zirc.

38. El día 8 de septiembre de 1940, el Abad General Edmundo

Bernardini, escribió una encíclica, en el nº 7 de la cual, se encuentra un

comentario a los números 4 y 5 del decreto de Visita, y se habla después de

la Congregación de Zirc:

Dura lex sed lex (la leyes dura, pero es ley). Y esta ley hablará

todavía por decenios. La decisión de la Santa Sede, sin embargo, no

quita el grado diverso de responsabilidades, que, en Derecho

Canónico, se establece, y en virtud del cual, faltando una persona

moral inferior, es decir, algún monasterio, la persona moral

próxima, esto es, la respectiva Congregación a la que pertenece

aquel monasterio, debe responder de las deudas contraídas por la

persona moral anterior, pero, faltando aquella próxima persona

moral superior, la Orden en nuestro caso, en virtud del antes citado

Page 386: Los Cistercienses

Historia de la Curia General de la Orden Cisterciense

386

decreto, debe responder. Confiamos firmemente en Dios, que los

Abades Presidentes de las respectivas Congregaciones, intentarán

por todos los medios, que la Orden en cuanto tal, y las

Congregaciones inocentes, sean liberadas de esas deudas.

Llegada esta ocasión, el agradecimiento nos empuja para que,

pública y solemnemente, con ánimo grato, demos gracias al

Reverendísimo Abad Presidente de la Congregación de Zirc, y a

toda aquella Congregación, por causa de la ayuda dada a nosotros,

con ánimo noble, generoso y constante. Entre todas las

Congregaciones de la Orden, la Congregación de Zirc, en la ayuda

a la Orden y al Abad General, que se encontraban en gran

necesidad, sobresalió por la devoción filial y la eficaz ayuda, ya

que, cuando el Abad General, oprimido por tan angustiosa

situación, llamó a las puertas de esa Congregación, ésta,

escuchando nuestras instantes súplicas, salvó la Casa General de la

Orden.

La Carta encíclica tuvo también un suplemento para uso exclusivo

de los Superiores. Allí son enumerados cuatro préstamos:

1. Con el nombre de préstamos a la Orden, consintiéndolo el

Capítulo General, en el año 1927, para comprar la Casa General,

se contrajo una deuda por la suma de 180.000 florines. Por cuanto

sabemos, todavía queda por pagar, de este préstamo, la suma de

cerca de 100.000 florines. Pero ya se ha previsto el pago de esta

suma…

2. Otro préstamo, igualmente a nombre de la Orden, pero con el

parecer contrario de los Definidores Generales de la Orden, se

contrajo…a favor del Monasterio de Himmerod, en el año 1931, por

un importe de 300.000 fl.

3. El tercer préstamo, igualmente ilegítimo y contra el parecer de

los Definidores Generales, se contrajo a nombre de la Orden: el que

se hizo en el año 1934 en los Estados Unidos por la suma de

500.000 dólares, en favor de algunos monasterios, especialmente el

de Spring Bank… dicha deuda asciende todavía a 470.000 dólares.

4. El cuarto préstamo, fue contraído por el Reverendísimo Visitador

Apostólico en el año 1936, a nombre de toda la Orden, por la suma

de 100.000 fl., por el naufragio económico del monasterio… en

Holanda.

El día 10 de agosto de 1941, el Abad General escribió al Abad

Alberico Steiger, de Val Dieu, lo siguiente:

Page 387: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

387

Hasta aquí, hemos satisfecho nuestras obligaciones, infelizmente

contraídas, para con aquel instituto bancario, en el año 1927. La

Orden, a causa de los intereses, pagó dos veces la Casa General y,

sin embargo, queda todavía por pagar la mitad del préstamo.

La Orden, desde el año 1927, ya pagó cerca de 2.000.000 de liras

(en 1994, serían 1.550.000.000), por la restitución de las grandes

deudas contraídas. De Suiza, Francia, Holanda y América, nos

llegan cartas que exigen el pago de los intereses y la amortización

de la deuda de la Casa General para con la Orden, y nosotros aquí,

no tenemos nada, absolutamente nada…

Todos, todos nosotros, no sólo los habitantes de la Casa General,

llevamos y debemos llevar las funestísimas consecuencias de

acciones infelices hechas por nuestro predecesor. La Orden, es

decir, el Capítulo General…lo eligió contra el parecer de muchos, y

ahora gemimos bajo el peso de las consecuencias de ese acto

capitular…

39. Sin embargo, desde el año 1941, poco a poco, las deudas fueron

pagadas, más aún, pudo construirse una Curia General nueva del todo. La

decisión 15 del Capítulo General del año 1950 habla de ello en los términos

siguientes:

Por mandato del Capítulo General, y proponiéndolo el Abad

General, fueron elegidos tres examinadores de la Administración de

la Casa General, competentes en tal materia, es decir, el

Reverendísimo Abad Presidente Carlos Braunstorfer, de

Heiligenkreuz, el Reverendísimo Abad Presidente Alberico Steiger,

de Val Dieu, y el delegado del Abad Presidente de la Congregación

de Zirc, R.P. Anselmo Nagy. Estos examinadores, después de haber

revisado diligentemente las cuentas, dieron al Capítulo General, por

escrito, una relación de la revisión hecha, y dijeron que toda la

administración es digna de la máxima alabanza, y que hay que dar

gracias, porque las grandes deudas contraídas, desde el año 1927

hasta 1935, con las que la Casa General estaba oprimida, ahora ya

no existen: la nueva Casa General, con el Colegio Internacional de

la Orden, construida de nueva planta, está sin deudas y todavía

tiene un patrimonio colocado en inmuebles, entre los que se

encuentra la antigua Casa General en el monte Gianicolo, que

ahora será pronto vendida. Sin embargo, se desea, que el método de

contabilidad, que se llama "por partida doble", se introduzca en la

Casa General.

Page 388: Los Cistercienses

Historia de la Curia General de la Orden Cisterciense

388

Aceptada dicha revisión de cuentas, el presente Capítulo General

aprueba las cuentas, y agradece su trabajo a los administradores. El

nuevo Abad General (Quatember) declara solemnemente, que todas

las gracias deben darse a San José, que, de manera milagrosa,

ayudó, para que todas las grandes deudas de la Curia General,

fueran extinguidas, y que la nueva Casa General, construida en el

ejercicio de dos años, le tenga como Protector celestial de nuestra

Orden.

Y así llegó al final, no sólo el Generalato del Reverendísimo Dom

Edmundo Bernardini, que, en el día 21 de septiembre de 1950, abdicó de su

oficio de Abad General en el Capítulo General, sino también la vida de la

primera Casa General de la Orden.

40. En la primera Curia General, ente los años 1927-1950, habitaron 38

estudiantes, si hemos hecho bien la cuenta:

De la Congregación Austriaca:

1. P. Wolfgang Konrad, Rein

2. P. Konrad Fischer, Zwettl

3. P. Thomas Roos, Schlierbach

4. Fr. Rich, Fuchs, Zwettl

De la Congregación Augiense:

5. P. Karl Kreh, Mehrerau

6. P. Sighard Kleiner, Mehrerau

7. P. Thomas Kurent, Sticna

8. P. Placidus Hülster, Marienstatt

9. P. Ildephonsus Winter, Marienstatt

10. P. Theobaldus Rosenbauer, Marienstatt

11. P. Benedikt Stausberg, Himmerod

12. Fr. Pius Philipp, Himmerod

13. P. Stephan Köll, Stams

14. P. Hermann-Joseph Hof, Stams

15. P. Bernhard Bochtler, Seligenporten

16. P. Maurus Leritz, Seligenporten

17. P. Eberhard Krzewitza, Seligenporten

18. P. Cassian Johann, Seligenporten

De la Congregación Belga:

19. P. Petrus Timmermans, Bornem

20. P. Joseph van der Akkel, Bornem

21. P. Benedikt van Luyck, Onzenoort

22. P. Bonifatius Verhoeven, Onzenoort

Page 389: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

389

23. P. Hugo Hepp, Pont-Colbert

De la Congregación Bohemia:

24. P. Matthaeus Quatember, Hohenfurth

25. P. Dominik Kaindl, Hohenfurth

26. P. Canisius Noschitzka, Hohenfurth

De la Congregación de Zirc:

27. P. Georgius Zemplén

28. P. Raymundus Molnár

29. P. Pius Halasz

30. P. Aemilius Naszályi

31. P. Anselmus Nagy

32. P. Raynaldus Köveshegyi

33. P. Alanus Éber

34. P. Anianus Lékai

35. P. Patritius Dalos

36. P. Blasius Füz

De la Congregación de Casamari:

37. P. Raphaël Scaccia

38. P. Petrus Agostini

39. P. Mauritius Buttarazzi

Entre ellos, tenemos:

2 Abades Generales (Quatember, Kleiner)

1 Obispo (Zemplén)

5 Abades (Agostini, Füz, Kaindl, Molnár, Nagy)

6. LA CURIA GENERAL DESDE EL AÑO 1950

41. El Capítulo General del año 1950, estableció que la antigua Casa

General debía ser vendida. Se decidió lo siguiente:

5. El Capítulo General da su consentimiento para que la sede de la

Curia General de la Orden sea transferida de la antigua casa

(Roma, via Giacomo Medici, 3) a la nueva casa en el monte

Aventino (Roma, Piazza Tempio di Diana, 14).

6. igualmente decide, que la Casa General en el Gianicolo sea

vendida, y da poderes al Abad General para ejecutar esta venta.

41 a. En la relación del año para el Capítulo General, los revisores

(Abades C. Braunstorfer, de Heiligenkreuz, A. Steiger, de Val Dieu y el

P. Anselmo Nagy), como Activos, recibieron lo siguiente:

Page 390: Los Cistercienses

Historia de la Curia General de la Orden Cisterciense

390

Casa General antigua 80.000.000 lir.

Casa General nueva (valor en construcción) 260.000.000

Depositado en los Bancos 2.914.710

Divisas 70.920

Fondo en $ 119.964,01 77.975.600

Deudores en ""Analecta" 1.222.422

Diversos monasterios 6.131.350

Valor del Comisariado en $ ca. 27.000 32.500.000

TOTAL ACTIVO: 460.815.002

Saldo Caja 936.309

Fondo de las monjas 6.796.930

Acreedores en $ 4.766,65 3.097.900

Misas por celebrar, cerca de 10.000 a 200 liras 2.000.000

Suma que todavía se debe para la nueva curia ca. 19.000.000

Suma a pagar en el Comisariado cc 27.000 $ 17.000.000

SUMA DE LOS PASIVOS 49.831.139

PATRIMONIO PURO 410.983.683

Según el ISTAT, 1 lira del año 1950, en el año 1983 vale 22,538

liras.

42. Además, redactó un Estatuto para los Asistentes de las Congrega-

ciones en la Curia General, el texto del cual, dice así:

ESTATUTO PARA LOS ASISTENTES DE LAS CONGREGA-

CIONES EN LA CURIA GENERAL

§ 1. Son Asistentes de las Congregaciones en la Curia General,

aquellos que ayudan al Abad General, al Procurador General y a

los Abades Definidores Generales de la Orden en la gestión de los

asuntos de la Curia General, del Colegio Internacional y de toda la

Orden, y que representan en la Curia General los Abade Presidentes

ausentes, después de haber escuchado el parecer del Abad General.

Estos constituyen el Consejo próximo e inmediato de la Curia

General de la Orden.

§ 2. En virtud de su oficio, son solamente Oficiales de la Orden, no

Prelados, y no tienen jurisdicción ni ordinaria ni delegada, tanto en

el foro externo, como en el interno extra-sacramental.

§ 3. Son elegidos de cada una de las Congregaciones de la Orden

fuera de Italia, y constituidos según los Estatutos de cada Congre-

gación, pero necesitan la confirmación del Abad General.

Page 391: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

391

§ 4. Las Congregaciones italianas de San Bernardo y de Casamari

pueden enviar Asistentes, pero no están obligadas a ello. Si no los

envían, los Abades Presidentes de esas dos Congregaciones, en

cuanto residen no lejos de la Curia General de la Orden, deben ser

llamados a las reuniones de los Asistentes, y deben estar presentes.

Estos Abades Presidentes ausentes, o legítimamente imposibilitados

para asistir, pueden enviar a esas reuniones también uno de los

Asistentes de la respectiva Congregación. El Procurador General,

aunque no es ni puede ser Asistente de Congregación alguna, es

miembro, sin embargo, de este Consejo del Abad General.

§ 5. Para el oficio de Asistente pueden ser elegidos sacerdotes

profesos solemnes con 30 años de edad y, al menos, con 10 años de

profesión en la Orden, religiosos de virtud probada, y recomen-

dables por su prudencia y ciencia. El Abad General puede

dispensar, en un caso particular extraordinario, si les falta algún

año de edad y de profesión, escuchado el parecer del Definitorio

General, al menos por escrito.

§ 6. El oficio de los Asistentes dura de Capítulo General a Capítulo

General, a no ser que los Estatutos de alguna Congregación

determinen otra cosa para su Asistente. Son siempre reelegibles.

Antes de que expire el tiempo prescrito en los Estatutos de la

respectiva Congregación, no sean retirados sin consultar con el

Abad General.

§ 7. No hay impedimento para que, "suppositis supponendis", los

Asistentes en Roma se dediquen a estudios especiales, por ejemplo

de Derecho Canónico, Teología, Música Sagrada, y para doctorarse

en la respectiva disciplina.

§ 8. El Abad General les asigna diversos oficios en la Curia General

de la Orden y en la Casa General, oído el parecer del Procurador

General, por ejemplo, Prefectos de estudiantes, Director espiritual,

Confesores ordinarios, Mayordomos, etc. Cuando se trata de algún

oficio que toca a toda la Orden, como es, por ejemplo, el oficio de

Postulador General, tales Oficiales sean elegidos sólo por el

Capítulo General.

§ 9. Los Asistentes de la Curia General residirán habitualmente en

la Casa General de la Orden en Roma. Para ausentarse de la Curia

General, necesitan el permiso del Abad General.

§ 10. El mantenimiento de los Asistentes toca a las Congregaciones

a las que representan.

Page 392: Los Cistercienses

Historia de la Curia General de la Orden Cisterciense

392

§ 11. No hay impedimento para que un Asistente represente dos o

tres Congregaciones, con tal que haya al menos tres Asistentes, sin

contar el Procurador General. Pero el Asistente que representa

muchas Congregaciones, tiene solamente un voto.

§ 12. Cada vez que un Asistente represente dos Congregaciones, en

tal caso, debe hacerse un concordato entre aquellas Congregaciones

sobre la competencia de este Asistente, y deberá ser aprobado por el

Abad General.

§ 13. Los Asistentes de las Congregaciones en la Casa General, en

cuanto tales, no gozan de precedencia fuera de la Curia General,

pero su precedencia se rige por la profesión religiosa y, en paridad

de profesión, prevalece la edad. Sin embargo, dentro de la Curia

General de la Orden, preceden a todos los no Asistentes, pero, entre

ellos, se preceden según la profesión religiosa y, si profesaron el

mismo día, según la edad.

§ 14. Las sesiones de este Consejo del Abad General, serán

anunciadas, y convocados a las mismas también los Abades

Presidentes de las Congregaciones de San Bernardo y de Casamari,

si no tienen Asistentes en la Curia. Las sesiones ordinarias, se

tendrán cada trimestre, o cuatro veces al año, pero el Abad General

puede convocar sesiones extraordinarias, tantas veces como lo crea

oportuno.

§ 15. Los Asistentes, a no ser que sean Abades, no pueden ser

enviados a hacer una visita canónica; pero no hay impedimento

para que el Abad General los envíe para alguna gestión que no

implica ni requiere jurisdicción.

§ 16. Los Asistentes tienen libre correspondencia epistolar, no sujeta

a inspección, sobre temas de la Orden, con el Abad Presidente que

representan.

§ 17. Debe convocarse el Consejo de los Asistentes, además de los

casos que el Capítulo General o el Definitorio establecieren, en los

casos siguientes:

A) Voto deliberativo o decisivo:

a) para los actos extraordinarios administrativos, que se

refieran, ya sea a toda la Orden, ya sea a alguna Congregación o

Monasterio de la Orden, y también cuando se requiera por derecho

el consentimiento del Abad General, si el tema no puede diferirse

hasta el próximo Capítulo General o Definitorio General;

Page 393: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

393

b) en los casos en que se prescribe el consentimiento del

Definitorio General según las Constituciones de Supremo Gobierno

de la Orden, pero no pueda obtenerse oportunamente el

consentimiento de los Definidores Generales y, por otra parte, haya

peligro en la demora. De ese peligro en la demora, juzga el Abad

General, oído el parecer de su Consejo;

c) para determinar la pensión a pagar en la Casa General o

en el Colegio Internacional;

d) cada vez que se trate de una nueva construcción o cambio

substancial de los edificios de la Casa General;

e) en la admisión al noviciado y a la profesión de los

conversos de la Casa General;

f) para iniciar un proceso ante un tribunal, ya sea civil, ya

eclesiástico;

g) en el despido de algún Asistente;

h) en el despido de religiosos, o en controversias que, por

cualquier causa, son llevadas al Abad General, y en las sentencias

que se han de dar a estos casos.

B) Voto consultivo:

Que el Abad General pida el voto consultivo de los Asistentes, en los

casos en los que el Consejo del Abad es requerido por los Abades en

las Abadías, a no ser que se trate de casos que el Abad General

juzgue que deben ser reservados al Definitorio, ya sea según la

norma de las Constituciones de Supremo Gobierno de la Orden, ya

sea porque lo requiere la naturaleza e importancia del tema.

43. El Ilustrísimo y Reverendísimo Dom Mateo Quatember murió el día

10 de febrero de 1953, y el día 8 de mayo de 1953, fue elegido el nuevo

Abad General, Ilustrísimo y Reverendísimo Dom Sighardo K. Kleiner.

En aquella ocasión se dijo:

Los gastos para la Casa General

hasta el Capítulo General de 1950 fueron de 241.890.920 lit.

En los años 1950-1953 59.410.425 lit

Suma: 301.301.345. lit

El préstamo recibido en 1952 de la Banca Vaticana, pudo ser

restituido.

Se decía también allí, que la cuota de 2.000.000 para la Casa

General, no era suficiente, y que sería necesario un subsidio anual de

6.000.000 de liras.

Page 394: Los Cistercienses

Historia de la Curia General de la Orden Cisterciense

394

Después se habló de la venta de la Casa General antigua por

75.000.000 liras italianas, para constituir un fondo. Y se añadió:

Otras posibilidades de crear y aumentar el capital económico de la

Casa General son:

a) Los préstamos hechos a los monasterios, concedidos por la Orden

para pagar sus deudas, poco a poco, pueden ser devueltos al

capital, en cuanto su estado económico se lo permita. Se trataba de

deudas que cada monasterio tenía, y ellos mismos las reconocieron

como tales.29

b) por el aumento de alumnos que viven en la Curia General,

porque, con la multiplicación de alumnos…se distribuyen mejor

entre todos los gastos generales de la Casa.30

c) Por el trabajo del Comisariado en Spring Bank (estipendios de

misas), que, hasta el presente, aportó ya mucho para la construcción

y mantenimiento de la Casa.31

Para acabar estos negocios y para establecer un capital, se necesita

un espacio mínimo de diez años, durante los cuales, con constante

trabajo, deben ser llevados a ejecución.

Con todas estas posibilidades, el capital de la Casa General podría

aumentarse a cerca de 157.000.000 de liras, y sólo con sus réditos,

la Casa General podría ser mantenida, y disminuir bastante la cuota

general.32

43 a. En el Capítulo General del año 1953, Dom Sighardo Kleiner, neo-

electo Abad General, hizo una propuesta sobre el Estado jurídico de la Casa

General S.O.Cist. El texto suena así:

Importancia de la cuestión

1. El Abad General S.O.Cist., si se examinan las Constituciones del

Supremo Gobierno (art.44), no tiene, generalmente hablando, una

29 En cuanto sé, la Curia no recibió nada de estas deudas.

30 En tiempo del Capítulo General de 1953, éramos cuatro los estudiantes de Zirc en la Curia.

31 Con un indulto de la Santa Sede, la Curia pudo retener parte de los estipendios, que, en

general, venían de los Estados Unidos de América, pagando el estipendio en la nación donde

era celebrada la misa, para pagar así las deudas de la Orden, y construir el "capital" para la

Curia, y ayudar a los monasterios de monjas cistercienses.

32 Ver el Protocolo del Capítulo General de 1953, p. 30.

Page 395: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

395

Abadía propia. Por otra parte, la Casa General no es una Abadía.

Así, el Abad General carece de título propio.

Parece conveniente que, siguiendo el ejemplo de la Abadía de

Sant´Anselmo en Roma, cuyo titular es el Abad Primado en oficio, la

Casa General S.O.Cist. sea elevada, observado todo cuanto deba ser

observado según el derecho, al grado de Abadía, cuyo titular sea el

Abad General.

2. Si, como se desea, deben ser admitidos conversos para emitir la

profesión por la Casa General, es necesario que la Casa General

sea casa sui iuris. Dado que su titular, como se ha dicho, sería el

Abad General, esta casa debe ser constituida en casa sui iuris, y

gozar de la dignidad de Abadía.

Título jurídico para la Casa General

Hay que advertir que aquí más bien se trata de un título constitutivo

de derecho, que de un título para usar en la denominación.

Ya existen dos maneras de elevar la Casa General al grado de

Abadía. Puede hacerse por la constitución de una nueva Abadía, o

por el traslado de un título ya existente.

Se aconseja el traslado, por las razones siguientes:

El Abad General S.O.Cist., por derecho, era aquél que sería elegido

Abad de Cister. El Abad de Cister, por derecho, en virtud de la ley

de filiación y generación, era General de la Orden, porque de Cister

todos los monasterios recibieron origen de manera inmediata o

mediata. La jurisdicción del Abad General estaba fundamentada en

la ley de Paternidad y Filiación.

Aunque las Constituciones actuales no insisten ya más en él, sin

embargo, el actual derecho constitucional de la Orden reside

histórica y fundamentalmente sobre ese hecho.

Después de la restauración de la Orden, en el siglo XIX, no era

ajeno a la mente de los Abades Generales, que ellos eran herederos

de los derechos del Abad de Cister.

Pero en 1892, ocurrió algo nuevo. León XIII, por la carta apostólica

"Non mediocri", dio el Monasterio Cister antiguo y famoso (las

mismas palabras de la misma Bula33

), con pleno derecho, a los

33 Se trata de un Breve Apostólico, no de una Bulla, del día 30 de julio de 1902.

Page 396: Los Cistercienses

Historia de la Curia General de la Orden Cisterciense

396

Cistercienses reformados que, diez años antes, se habían constituido

en una nueva Orden.34

Por otra parte, con ocasión de esa restauración de la Abadía

Cisterciense, el derecho constitucional de la Orden Cisterciense no

fue cambiado en palabra alguna.

Una parte de hermanos Cistercienses y de monasterios Trapenses,

por la fundación de la nueva Orden, se separaron de la jurisdicción

del Abad General de la S.O.Cist., y se sujetaron al nuevo General

establecido, pero el derecho del Abad General de la S.O.Cist.

permaneció intacto en cuanto a lo demás.

De ahí, puede concluirse:

1) La jurisdicción del Abad General S.O.Cist., cualitativa e

intensivamente considerada, permanece como antes, sólo

cuantitativa y extensivamente considerada, queda disminuida (N.B.

Aquí no se trata de los derechos del Abad General numéricamente

considerados, que, taxativamente, se enumeran en las

Constituciones, sino de la razón, fuente y fundamento de los

derechos).

2) El Abad General de la S.O.Cist. conservó los derechos del Abad

de Cister en cuanto hacen referencia a su propia Orden, con lo que,

en manera alguna, se lesiona el derecho del Abad General de la

Orden de los Cistercienses Reformados, de tal manera que el Abad

General de la S.O.Cist., según norma de las Constituciones del

34 En realidad, ya por el Rescripto de la Congr. OO. RR., salido de la Audiencia Papal del día

3 de julio de 1899, Dom Sebastián Wyart había sido elegido Abad de la antigua casa de la

B.M.V. de Cister, y la misma, declarada Principal y Abadía General de los Reformados de la

B.M.V. de Trapa, pidió, 1) "que Vuestra Santidad se digne declarar con honor y autoridad,

nuestra Iglesia de Cister, en toda nuestra Orden Reformada, Sede Titular in perpetuum de

cualquier Abad General; 2) que las palabras añadidas B.M.V de Trapa, quiera benignamente

suprimir, de tal manera que, en adelante, nuestra Orden se llame simplemente Orden de los

Cistercienses reformados. Véase el texto en V. HERMANS, Commentarium historico-

practicum in Codicis canones de Religiosis, Roma 1961, 452. Las palabras del Breve Non

mediocri (HERMANS, op. cit., 455) son:….queremos y establecemos que la misma Orden, en

adelante, se llame "Orden de los Cistercienses Reformados o de la Estrecha Observancia", y

su Casa principal, con honor y autoridad, y sede titular para siempre de cualquier Abad

General de la misma Orden, sea el Monasterio de Cister antiguo y famoso, de donde toma

nombre la Familia Cisterciense.

El Abad General de la OCSO recibió igualmente de la Santa Sede el título de Archiabad de

Cister.

Page 397: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

397

Supremo Gobierno de la Orden (art.44), ni siquiera es llamado

Abad de Cister.

3) No sólo históricamente, sino también jurídicamente, es verdad,

que "Cistercium Mater nostra est".

Proposición:

a) El Capítulo General manda, que se pida a la Sagrada

Congregación de Religiosos, el indulto de traslado de los derechos

de la Abadía de Cister, en cuanto que estos derechos pertenecen a la

S. Orden Cisterciense, a la Casa General.

b) Así, que a esta Abadía constituida por traslado, le sea concedido

el nombre de Abadía de San Esteban.

Este nombre: Abadía de San Esteban, es más recomendable, que el

nombre de Abad de Cister, de donde San Bernardo jamás fue Abad.

El Abad General, pues, no es sucesor de San Bernardo, sino de San

Esteban Abad.

El Capítulo General nombró una Comisión para estudiar la cuestión,

pero la Comisión no hizo nada.35

Luego, fue pedido un Rescripto de la Sagrada Congregación de

Religiosos, con el que la Curia General fue declarada sui iuris36

.

44. El Capítulo General, además, decretó la reforma de la Institución de

los Asistentes (decisión 4). El primer esbozo del nuevo Estatuto, se hace en

el Definitorio del año 1954, el texto definitivo se tiene en el Definitorio del

año 1955:

2. Estatutos para los Asistentes en la Curia General de la Orden:

1) Los Asistentes en la Curia General son monjes sacerdotes

profesos, adscritos a la Curia de la Orden, con el fin de ayudar al

Abad General en la promoción del bien común de la Orden, y

también para ejercer los oficios de la Curia y de la Casa General.

2) Es propio del Abad General agregar Asistentes a la Curia,

enviados por sus propios Abades, que, en cuanto les sea posible,

accederán a la petición del Abad General, oído el parecer, al menos

por escrito, de cada uno de los Definidores.

35 Ver Protocolo Cap. Gen.1953, p.30, y Stat. Cap. Gen. 1953:3, Acta Curiae N.S. 1(1953) 6.

36 Rescripto del día 23 de julio de 1953, Prot. N. 660/53.

Page 398: Los Cistercienses

Historia de la Curia General de la Orden Cisterciense

398

3) El número de Asistentes sea, al menos, de cuatro, y, a lo sumo, de

cinco.

4) Los que deben ser nombrados Asistentes, deben tener al menos 30

años, profesos de la Orden desde al menos 10 años, monjes de

virtud probada, recomendados por su prudencia y ciencia. El Abad

General, escuchados los Definidores, al menos por escrito, puede

dispensar de la edad requerida y de los años de profesión.

5) Sean constituidos Asistentes por un quinquenio, por menos del

cual, por razones proporcionalmente graves – que el Abad General

debe manifestar solamente al propio Abad del Asistente –, el Abad

General puede substituirles. Los propios Abades, por las mismas

razones, por ejemplo, si el Asistente es promovido al cargo de Prior

o elegido para el cargo de Maestro de Novicios o de Profesos, puede

llamar de nuevo a su profeso, pero avisado previamente el Abad

General.

6) A no ser que haya una grave razón particular, los Asistentes se

elegirán de diversas naciones, lenguas y Congregaciones.

7) Los Asistentes, en virtud de su cargo, son Oficiales de la Orden,

pero no gozan de jurisdicción ni de derecho de precedencia sobre

los otros miembros de la Orden, sino en la misma Casa General,

donde están y se sientan después de los Priores claustrales (o

Subpriores de los Prioratos conventuales), pero preceden a los

otros.

8) Los Asistentes, con el Procurador General, constituyen el

Consejo del Abad General en cuanto Superior de la Casa General.

Este Consejo debe ser convocado al menos una vez cada trimestre.

El voto de este Consejo es:

I. deliberativo en los casos siguientes:

a) cada vez que se trate de una nueva construcción o cambio

sustancia de los edificios de la Casa General;

b) en la admisión al noviciado o a la profesión de los

Conversos de la Casa General;

c) para iniciar un proceso ante un tribunal, ya sea civil, ya

eclesiástico;

d) para hacer gastos o establecer contratos donde se

requiere el voto deliberativo;

Page 399: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

399

e) para nombrar Asistentes que examinarán los libros de

cuentas del Administrador en aquellos años en que tal revisión no

fue hecha ni por el Capítulo General ni por el Definitorio.

II. el voto será consultivo:

en aquellos temas que atañen a la Casa General, en los que, en las

Abadías de la Orden, los Abades suelen pedir la opinión de su

Consejo, especialmente cuando se trata de recibir como huésped en

la misma Comunidad de la Casa General, por más de tres meses, a

algún monje de la Orden, o, si se presenta el caso, a un religioso de

otra Orden, teniendo en cuenta la equidad por lo que hace a los

gastos; cuando se trata de asuntos de mayor importancia sobre la

administración de publicaciones de la Curia, y de otras cosas por el

estilo.

Pero el Abad General, si, por causa de la naturaleza de la cosa o

por su importancia, juzgara que así conviene, puede diferir alguno

de estos temas enumerados en el presente artículo para presentarlo

al Consejo de Definidores.

9) El Abad General asigna a los Asistentes los varios oficios que

deben ejercerse en la Casa General, u oído el Consejo de

Definidores, cuando se trata de instituir al Rector del Colegio; o

escuchado el Superior Vicario (Prior) de la Casa General nombrado

por él mismo; cuando se trata de la institución del Prefecto de los

Estudiantes y de un Director espiritual, del Confesor ordinario o

extraordinario, del Maestro de conversos. También elige el Abad

General, de entre los Asistentes o de entre los otros que

habitualmente residen en la Casa General, al que será Sacristán,

Cantor, Bibliotecario, Archivero, Secretario del Abad General o del

Procurador General, Administrador, Cillerero mayor y menor.

Cada vez que se trate de oficios que tocan a toda la Orden, por

ejemplo, Postulador General, tales Oficiales son elegidos por el

mismo Capítulo General.

10) Los Asistentes de la Curia General residen, habitualmente, en la

Casa General de la Orden en Roma. Para ausentarse de la Casa

General necesitan el permiso del Abad General.

11) Que estén libres de todo otro servicio o carga. Que tengan

terminado el expediente de estudios, y sus estudios privados

permanezcan absolutamente subordinados a las exigencias de la

Curia, a no ser que el Abad General quisiera encargar a alguno de

ellos cursar estudios especiales para utilidad de la Orden.

Page 400: Los Cistercienses

Historia de la Curia General de la Orden Cisterciense

400

12) Los Asistentes tienen correspondencia epistolar libre de toda

inspección de su Superior mayor.

13) La sustentación de los Asistentes, por lo que hace referencia a la

comida y lavado de la ropa, toca a la Curia General proveer, pero,

en cuanto al vestido y otras cosas necesarias, toca al propio

monasterio. Por el contrario, pueden recibir el estipendio por la

misa que celebrarán. Cuanto adquieran de este modo, lo adquieren

para su monasterio, de tal manera, que están obligados a dar

cuentas de ello a su Abad. Los gastos hechos para la Curia, los

harán con dinero recibido del Administrador, y deberán rendir

cuentas al Abad General varias veces al año.

14) En el tiempo establecido por el Abad General, los Asistentes de

la Curia General pueden dejar la Casa General para unos días de

vacación. Deben ir al propio Superior. Los gastos del viaje al propio

monasterio y el regreso a Roma, serán sufragados por la Curia. Las

ausencias de la Curia, serán de tal manera organizadas por el Abad

General que, durante el verano, al menos dos Asistentes queden al

mismo tiempo en Roma.

No quiero entrar en el análisis de estos Estatutos. Basta notar lo que

se dice, por ejemplo, en el nº 10 del Estatuto del año 1948/50: La

manutención de los Asistentes toca a las Congregaciones que representan,

mientras que, en el nº 13 de los Estatutos del año 1955 leemos: La

manutención de los Asistentes, en cuanto a la comida, lavado y repaso de

ropa, toca a la Curia General…

45. El Definitorio del año 1957, después de la visita de la Curia General,

redactó el estatuto nº 16:

La elaboración de los Estatutos de la Casa General de la Orden, es

encargada al Abad General con el Consejo de la Casa General, y

deben ser presentados al próximo Capítulo General.

46. A causa de dificultades que en aquel tiempo no pudieron ser

superadas, el Definitorio del año 1962 aprobó los Estatutos del Colegio

Internacional de San Bernardo, no de toda la Casa General, Estatutos que,

después, fueron aprobados con algunos cambios en los Capítulos Generales

de 1953, 1968, 1990 y 2000.

47. El Sínodo del año 1973, en los días 3-10 de abril celebrado en Roma,

estableció sus decisiones sobre Curia General:

Page 401: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

401

V. De la Casa General

14. El Sínodo cree necesaria la renovación de los edificios de la

Casa General, y por esto, manda que la parte que sirve a la Curia

General, se adapte con criterios modernos, salvada la monástica

simplicidad, también que se instale la calefacción y agua caliente, y

sea mejorada la comunicación telefónica.

15. El Sínodo encarga a una Comisión de tres miembros elegidos

por el mismo Sínodo, para que haga un proyecto y siga la ejecución

del trabajo.

16. La parte sur de la Casa General, que, por el momento, no es

necesitada ni para la Curia, ni para el Colegio, podría ser destinada

a otra finalidad lucrativa, bajo la vigilancia de la misma

Comisión.37

Por lo demás, ya en el año académico de 1971/72, tuvimos en la

Curia a los estudiantes de los Clérigos Regulares de Somasca, y desde el año

1972/73 —con interrupción durante el trabajo de transformación— también

tuvimos la Curia General O.C.R. de Somasca.

Desde el año 1975, las Hermanas del Santo Volto habitaban en la

parte meridional de la Curia y, desde el año 1982, las Hermanas de la

O.S.B., que estudiaban en Roma (Casa de Santa Lioba). Ambas

comunidades dejaron la casa en los años 1997 y 1998, respectivamente.

48. El Capítulo General del año 1974, en Casamari, trató la cuestión de

los Asistentes. El Estatuto dice:

I. LOS ASISTENTES DE LA CURIA GENERAL DE LA ORDEN

"El Capítulo General, en cuanto a los Asistentes de la Curia

General de la Orden, estableció lo siguiente:

a) Los Asistentes de la Curia General son nombrados por el Abad

General, oído el parecer del Consejo del Abad General.

b) El Abad General puede, si por la naturaleza o la importancia del

tema, lo juzgara conveniente, pasar algunos asuntos, que, según el

Estatuto del Capítulo General del año 1958, pertenecen al Consejo

del Abad General, en cuanto Superior de la Casa, al mismo Consejo

del Abad General, o al Sínodo de la Orden.

37 Acta Curiae 22(1973) 21.

Page 402: Los Cistercienses

Historia de la Curia General de la Orden Cisterciense

402

c) El Sínodo desea que el Capítulo General reconozca con plena

potestad el Estatuto de la Orden sobre los Asistentes en la Curia

General del año 1958.

c bis) El Estatuto será sometido a nuevo examen del próximo

Capítulo General.

c ter) Indíquese además por el Sínodo de la Orden, ¿qué debe

hacerse, por parte de la Curia General, en caso de enfermedad de

algún Asistente?38

49. También es de importancia, la decisión del Sínodo del año 1976,

celebrado en Poblet.39

Referente a la vigilancia de la economía de la Casa General, el

Sínodo desea, que la contabilidad, en cuanto sea posible, sea

llevada con la autoridad y responsabilidad de un Contable poseedor

de un título oficial reconocido ante la autoridad pública, y así sea

presentada a los Visitadores de la Curia General.

Pero en los años en que no hay visita de la Curia General, que el

balance de la Curia General del año precedente, elaborado de este

modo, sea presentado al Consejo del Abad General o al Sínodo.

Desde el año 1973, colaboró con nosotros el Sr. Gian Carlo

Marcucci, contable en la Prefettura degli Affari Economici della Santa Sede,

y porque tiene un título estatal en la materia, desde el año 1974, se le

indicaba los balances a presentar y él mismo los preparaba con la máquina

de cuentas.

50. En las últimas Constituciones de la Orden, aprobadas en el año 2000,

se hace mención de la Curia General en los artículos siguientes:

Art. 54 k) imponer los tributos para las necesidades…de la Curia

General.

s) aprobar los Estatutos del Colegio Internacional de San Bernardo

en Roma…;

Art.74 n) (es propio del Sínodo) elegir dos Abades para la visita de

la Curia General y del Colegio;

38 Acta Curiae 23 (1974) 49.

39 Acta Curiae 24 (1976) 13.

Page 403: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

403

o) escuchar la relación de los Visitadores de la Curia General y del

Colegio de San Bernardo en Roma y, si es preciso, cambiar los

Estatutos del mismo Colegio ad experimentum.

Art.94: El Abad General reside habitualmente en Roma, en la Casa

General de la Orden. Su oficio es incompatible con el oficio de

Superior de algún monasterio sui iuris…

Art.96 § 1 El Consejo del Abad General es distinto del Consejo de la

Casa General.

Art.99 § 1b)…si se trata de la Curia General…

Art.109 § 1 El Procurador General reside en Roma, en la Casa

General de la Orden.

CONCLUSIÓN DE LA PARTE HISTÓRICA

En general, he citado textos sin ningún comentario. Los textos

mismos hablan claramente.

La Orden compró la primera Curia en el año 1927, y antes estuvo

dudando, durante casi 60 años, sobre la necesidad de esa casa. La Curia fue

comprada con un préstamo. Así, pasados pocos años en esta Curia propia de

la Orden, su misma existencia peligraba mucho por las grandes deudas

contraídas por el Abad General Janssens.

La nueva Curia General no conoció el mismo peligro por su

existencia. El mayor problema, principalmente en los últimos años, es el de

los colaboradores.

Page 404: Los Cistercienses

Historia de la Curia General de la Orden Cisterciense

404

SEGUNDA PARTE

TRABAJO ACTUAL DE LA CURIA GENERAL

51. Pertenecen a la Curia General en 1994:

1. El Abad General Policarpo Zakar, nacido en 1930, desde 1950 en la

Curia General, bibliotecario en el año 1953, oficial en el año 1955,

Abad General en los años 1985-1995;

2. Reverendísimo Abad Procurador General, Gregorio Battista, nacido

en 1915, en la Curia desde 1953, Procurador en los años 1953-1995;

3. P. Lebuino van Midden, del Monasterio de Marienkroon, nacido en

1923, Asistente desde 1954;

4. P. Meinrad Tomann, del Monasterio de Heiligenkreuz, nacido en

1957, Asistente desde 1994;

5. P. Sebastiano Paciolla, del Monasterio de Casamari, nacido en 1962,

Asistente en los años 1992-1999;

6. Fr. Romualdo Tran-van-Phien, monje del Priorato B.M.V. de

Fátima, en Orsonnens, nacido en el año 1929, en la Curia en los años

1954-1997.

52. En el Definitorio de 1968, el R.P. Biagio Füz tuvo una relación sobre

la Curia General.40

Dice así:

1. La Curia General tiene como oficio ayudar al Abad General en su

obra de gobernar la Orden. La Curia General, para ese oficio, debe

tener monjes en número y cualidad suficientes, de tal manera, que el

trabajo sea verdaderamente útil y efectivo al servicio de la Orden.

2. El trabajo efectivo de la Curia General requiere cierto número de

personas, de tal manera, que los monjes que trabajan en la Curia

General, puedan cumplir sus cargos, sin excesiva carga de trabajo y

con tranquilidad.

A los trabajos realizados hasta hoy en la Curia General, parece que

debe ser añadido el trabajo de información sistemática a la Orden,

sobre las cosas que interesan a toda la Orden, y para este oficio,

parece necesario el cargo de Secretario, para informar a los

monasterios.

40 Fue el esquema 15, alleg. 52.

Page 405: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

405

3. Considerados los trabajos actuales y la agregación del

Secretario, parece que son necesarias para la Curia General las

personas siguientes41

:

1. Procurador General 1,0

2. Rector del Colegio 0,5

3. Prefecto de los estudiantes 0,5

4. Secretarios del Abad General 1,5

5. Secretario para informar a la Orden 1,0

7. Administrador 0,5

8. Administrador de las ediciones 0,25

9. Redactor de "Analecta Cisterciensis" 0,5

10. Bibliotecario 1,0

11. Archivero 0,25

12. Canonista 0,25

Total 7´75

Por tanto, para el trabajo que, efectivamente, debe realizarse en la

Curia General, se requieren 8 personas cualificadas para los oficios

necesarios y útiles para la Orden (además del Abad General). Las

valoración es bastante baja, y no exagerada.

Se requiere, pues, que los monjes que trabajan en la Curia General

puedan realizar sus oficios con tranquilidad y, si también deben

hacerse otras cosas, se requieren más bien 9 que 7 personas. Hoy

(1968), de hecho, hay solamente 6 personas para todos esos

trabajos, y alguna ayuda por parte de los estudiantes.

Así escribía el Abad Blas en el año 1968.42

53. La Comisión de la Consulta para la preparación del Capítulo General

Especial de los años 1968/69, puso la cuestión de la Curia General.

El elenco de las respuestas:

12 respuestas de los monasterios a la Comisión de la Consulta

1. No esperamos otra cosa de la Curia General, sino que, en el

futuro, continúe haciendo su oficio como ha venido haciendo hasta

41 Después de cada oficio, se ha indicado, según una valoración aproximativa, qué parte del

trabajo diario de una persona requiere este oficio.

42. En el año 1968, había seis personas presentes (además del Abad General): Reverendísimo

Abad Procurador General, P. Blas Füz, P. Gilberto Barnabé, P. Lebuino van Midden,

P. Policarpo Zakar, P. Bruno Schneider.

Page 406: Los Cistercienses

Historia de la Curia General de la Orden Cisterciense

406

el presente. Verdaderamente, no podemos lamentarnos de las

informaciones y ayuda que recibimos del P. Abad Procurador

General o de los Asistentes Generales. (En este momento recibo, por

ejemplo, enviado por el P. Secretario del Abad General, el

"Osservatore Romano" con nuevas indicaciones litúrgicas, que nos

interesan).

2. Que la Curia General, cada mes, en cuanto sea posible,

a. comunique informaciones que haya recibido de cada uno

de los monasterios de la Orden;

b. comunique a los monasterios de la Orden las

disposiciones de mayor importancia de la Santa Sede;

3. Que la Curia General, en los "Acta Curiae Generalis" informe a

los monasterios:

a. sobre la Santa Sede

b. sobre el Capítulo General, Definitorio, Comisión

Litúrgica.

Sería útil, si la Curia General tuviera una revista de

Espiritualidad Cisterciense, en la que escribieran expertos

de las varias Congregaciones de la Orden, pero también no

pertenecientes a la Orden.

4. Que la Curia General dé ayuda moral a los monasterios, y

procure, que las informaciones dadas sean absolutamente exactas.

5. Que dé información periódica.

6. Que la Curia sea órgano de comunicación (servicio de unidad) y

de consulta. Si necesitan más ayuda para los trabajos de la Curia,

tómense laicos para ayudar a los Padres de la Curia.

a. información de todos los acontecimientos de la Orden y

de la Iglesia;

b. información de proyectos, problemas, experimentos,

hechos en la vida monástica;

c. comunicación a los monasterios sobre los Decretos de la

Santa Sede;

d. compónganse cartas circulares según las exigencias del

tiempo actual.

7. Curia General:

a. informaciones:

b. que haya casa de huéspedes para los monjes que van a

Roma

c. dirección del Colegio de la Orden, donde los jóvenes

religiosos puedan conocerse y valorarse.

Page 407: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

407

8. a. Informaciones rápidas y ciertas;

b. aconsejar.

9. Información de todas las cosas que dicen relación con la Orden,

sobre los decretos de la Santa Sede. Redáctese una revista mensual.

10. Edítese una revista, que contenga informaciones de los

acontecimientos recientes de la Orden, cuya redacción esté a cargo

de un Padre con dotes de escritor periodista.

11. Dar información de todas las cosas útiles de saber: decisiones

de la Santa Sede, acontecimientos de la Orden que desde Roma

pueden conocerse de los monasterios. Información sobre la

actividad y viajes del Abad General.

a. Tal vez todo esto pueda hacerse en alguna revista que

esté bien redactada, con estilo periodístico.

b. Dense los Padres necesarios a la Curia General, para

que allí pueda ser realizado el trabajo.

12. Es propio de la Curia General, asistir a toda la Orden y al Abad

General, y promover el bien común, cosa que hará, ofreciendo las

necesarias informaciones, y prestando los varios servicios, ya sea a

la Orden, ya sea a los monasterios, ya sea al Abad General.

a. Informaciones

La Curia General debe ser centro de información y de

comunicación para toda la Orden, de donde pueden sacarse

informaciones relativas a las cuestiones teóricas o problemas

administrativos o proyectos comunes de la Orden, de donde se

reciben mensajes de vida, progresos y experiencias prácticas de

monasterios, y también de países separados por la lengua y la

distancia.

Para que los monasterios puedan tener información sobre

tales temas, redáctese por la Curia General muchas veces al año

una cartas de información, y sea enviada a los monasterios. Se

debería también editar como un aspéndice de las Acta Curiae

Generalis, los comentarios no oficiales sobre problemas actuales de

la Orden. Ya sea en la carta, ya sea en los comentarios, pueden

usarse las lenguas más corrientes en la Orden (alemán, italiano,

francés, español).

Sería bueno que cada Congregación tenga en la Curia algún

delegado con el cargo de Asistente y que comunique a sus

Superiores, por carta, las cosas realizadas.

Page 408: Los Cistercienses

Historia de la Curia General de la Orden Cisterciense

408

b. Ayudas a prestar

1. Una forma oportuna de ayuda es el dinero prestado con

poco interés a los monasterios que son pobres (principalmente de

monjas);

2. En las causas legales, los Superiores y también los

individuos, si lo piden, sean ayudados con consejos jurídicos. En los

casos más graves, en los conflictos con las autoridades civiles o

eclesiásticas, que la Curia General preste la asistencia que pueda;

3. En la Curia General, pueden entregarse los estudios

científicos que ahora se están preparando o escribiendo en la

Orden; así, aquellos que quieran empezar algún trabajo de

investigación, podrían ser informados, para que las fuerzas y

capacidades de la Orden se coordinen mejor, y se eviten

repeticiones supérfluas.

Page 409: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

409

TERCERA PARTE

PROBLEMAS ACTUALES DE LA CURIA GENERAL Y DEL

COLEGIO INTERNACIONAL

54. En el Sínodo del año 1984, se pusieron algunas cuestiones. El

Protocolo dice así:

1. El Abad de Poblet pregunta si el Abad General debe ejercer la

función de Superior de la Casa General.

El Abad General (Kleiner) piensa, que en nuestra situación real es

la mejor solución. El Abad Procurador comunica, que los

Trapenses, en estos últimos tiempos, distinguieron entre los oficios

de Abad General y Superior de la Casa General. El Abad General

sugiere que, en el próximo Capítulo no se decida sobre este tema.

Después de la experiencia del nuevo Abad General, será posible

introducir las oportunas modificaciones.

El P. Policarpo dice: Muchas veces, se han hecho Estatutos para los

asistentes en la Casa General, que no se han llevado a la práctica a

causa de dificultades. En el próximo Capítulo no se debe tratar de

redactar un nuevo Estatuto, sino de la manera práctica de prestar

una ayuda a la Casa General.

El Abad General resume las dificultades en las que se hallan las

Congregaciones de la Orden y los monasterios para dar ayuda. Él

mismo ya no tiene Secretario, y tiene que cuidar de cosas mínimas

por sí mismo. Esto es en detrimento de las cosas más importantes.

Pregunta, si los Padres están de acuerdo, para que en el próximo

Capítulo General se trate de la función de la Curia General.

Todos dan su consentimiento.

55. El mayor problema de la Curia está, ciertamente, en encontrar

colaboradores cualificados y perseverantes. (Se ha hecho la prueba con

muchos Padres, pero muchas veces, después de algunos meses, se

marcharon…) De ahí viene la cuestión: ¡debe darse la facultad al Abad

General para que pueda exigir de cada una de las Congregaciones (o de los

monasterios), que envíen monjes para ejercer oficios de la Curia y del

Colegio Inteernacional?

56. La condición, tanto de la Confederación Benedictina, como de la

Orden Cisterciense de la Estrecha Observancia es, ciertamente, diferente de

Page 410: Los Cistercienses

Historia de la Curia General de la Orden Cisterciense

410

la nuestra. Sin embargo, no sería inútil ver la actual legislación de dichos

institutos.

La Ley propia de la Confederación dada por Pío XII, en el nº 134,

dice lo siguiente:

Es derecho y potestad reservada al Primado, elegir monjes en la

debida proporción con el número de miembros de cada una de las

Congregaciones, de tal manera que, de un mismo monasterio

solamente pueda exigir tener un monje. Los Superiores muestren

buena voluntad hacia el Primado que les pide ayuda. Si en algún

caso, surge conflicto entre el juicio del Superior y la petición del

Abad Primado y éste, consultados el Rector Magnífico y el Consejo

del Primado, creyera que debe insistir en la petición del candidato,

hay que dar el consentimiento al nombramiento del Abad Primado.

En cuanto a si alguna única vez fue impuesto ese artículo a un Abad.

es decir, que contra su voluntad, cediera un monje, resultó que, finalmente,

fue el Abad Primado R. Weakland quien tuvo que ceder…

En la actual Lex propria, se encuentra esto:

Sobre la petición de monjes para ejercer oficios.

58. Todos y cada uno de los monasterios asumen la obligación de

prestar monjes para asuimir los oficios del Colegio y del Ateneo.

Por tanto, es derecho del Abad Primado elegir monjes para esto.

Hágase, sin embargo, de tal manera, que sólo se pueda exigir un

monje de cada monasterio.

58 bis. Excepto el caso en que alguien es elegido para Abad o Prior

conventual, nadie que ha sido nombrado para algún oficio en el

Colegio o en el Ateneo, puede ser llamado de nuevo al monasterio, a

no ser que el Abad Primado consintiera, o la revocación fuera

comunicada por grave causa quince meses antes por el Superior, o

fuera establecida en el momento de hacer la convención del período

de tiempo para prestar el servicio. Puede ser resuelto el caso por

justa causa, según la norma de los Estatutos, ya sea del Colegio, ya

del Ateneo.

58 ter. Si en algún caso surge un conflicto acerca del juicio del

Superior y el del Abad Primado sobre la elección de un monje para

prestar un servicio en el Colegio y en el Ateneo o su revocación,

dirima la cuestión el consejo peculiar del que se trata en el nº 36,

que juzgará de lo bueno y equitativo.

Page 411: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

411

El número 58 contiene el texto aprobado por la Santa Sede. El 58 bis

y 58 el ter pertenecen al Códice accesorio, que el mismo Congreso de

Abades puede cambiar.

57. Legislación actual de los Trapenses.

Los textos a los que se antepone ST, son del Código accesorio, y por

tanto están en la potestad del Capítulo General O.Cist.S.O. Se trata de las

Constituciones aprobadas en el año 1990 por la Santa Sede.43

El texto de los Trapenses:

ST84.1.A El Consejo permanente consta de cuatro miembros

elegidos por el Capítulo General de Abades, de tal manera, que sean

representados los grupos lingüísticos más numerosos de la Orden.

Sean monjes que, al menos, tengan cuarenta años, y con diez años

de profesión solemne en la Orden. Dos miembros del Consejo

permanente son elegidos en cada Capítulo General ordinario.

ST84.1.G El Abad General con su Consejo permanente determinará

para cada monasterio la parte que deberá pagar para subvenir a los

gastos de la Casa General, teniendo en cuenta la economía de aquel

monasterio. Debe ser presentado al Capítulo General un sumario de

los gastos realizados por la Curia General.

ST84.1.H Uno de los consejeros permanentes sea elegido por cada

Capítulo General de Abades, quien, bajo la autoridad del Abad

General, ejercerá el oficio de Procurador General ante la Santa

Sede hasta el próximo Capítulo General. Informará al Abad General

de los asuntos gestionados por él. No pida ninguna facultad o

privilegio para cualquier miembro de la Orden, a no ser que lo

apruebe el Abad General o, al menos, el Superior del peticionario.

58. Nuestro Capítulo General de 1985 estableció:

El Capítulo General, considerando la necesidad de la Casa General,

que trabaja por el bien de toda la Orden y de cada uno de sus

miembros, ruega encarecidamente a todos los Superiores, que

fácilmente accedan a dar un colaborador al Abad General que lo

pide, y no desestimen la petición sin grave causa.44

43. Constituciones y Estatutos de los Monjes de la Orden Cisterciense de la Estrecha

Observancia, Roma 1990.

44. Stat. Cap. Gen. 1985:10, Acta Curiae 33 (1985) 5.

Page 412: Los Cistercienses

Historia de la Curia General de la Orden Cisterciense

412

59. Tema de preparar diversos "cursos" a tener en la Curia. (Para

archiveros, bibliotecarios, historiadores, etc.). Alguno de ellos ya tuvo lugar,

y podrán programarse nuevamente otros, para que el patrimonio escrito y

documental de los monasterios sea custodiado.

60. Pertenecen a la Curia General en el año 2001:

1. El Abad General Mauro Esteva, nacido en 1933, Abad de Poblet

desde 1970 a 1998.

2. Reverendísimo Procurador General Meinrad Tomann, del

Monasterio de Heiligenkreuz, nacido en 1957. Secretario del Abad

General (1993-1995).

3. Reverendísimo Abad Hugo Tagni, nacido en 1944, Abad de

Casamari de 1988 a 1997. Rector del Colegio Internacional de San

Bernardo, Asistente desde 1998.

4. P. Lebuino van Midden, del Monasterio de Marienkroon, nacido en

1923, Asistente desde 1954.

5. P. Vincenz Polek, del Monasterio de Waçhock, nacido en 1963,

Asistente desde el año 2000.

6. Sr Piotr Kulcycki, contable.

7. Sr. Danilo Taglio, chofer, portero y otros servicios.

8. Sr. Christian Varga, jardinería, chofer, varios servicios de tipografía,

y conservación de la casa.

61. El Colegio internacional San Bernardo

Cuando la Curia General de la O.C.R. de Somasca, que desde 1970

habitaba en el tercer piso, dejó nuestra Casa General en 1996, y

posteriormente también las Hermanas del Santo Volto, así como las

benedictinas que habitaban la llamada Casa Santa Lioba, fueron

rehabilitados todos los pisos de la casa a fin de poder aceptar estudiantes

sacerdotes diocesanos, que preparan sus disertaciones en diversas

Universidades de Roma. Su presencia ha requerido añadir un apéndice a los

Estatutos del Colegio de San Bernardo, que ha sido aprobado por el Capítulo

General del año 2000, cosa que ya hab0ia hecho el Sínodo de 1999 en espera

del Capítulo. El número de estudiantes, entre Cistercienses y diocesanos, es

de 50.

Page 413: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

413

CONCLUSIÓN

62. Creo que esta relación, aun siendo incompleta, es suficiente para

hacernos ver los problemas de la Curia, y así aumentar la "sensibilidad" de

todos acerca de ellos. Cuando son bien considerados la finalidad de la Curia,

los diversos oficios a ejercer en ella, los problemas del pasado y los actuales,

tanto más fácilmente se encontrarán soluciones, y más fácilmente se dará

ayuda. Se trata de la Curia de la Orden, pero la Orden somos nosotros. Se

trata, pues, de una cosa nuestra.

Nota. A lo largo de la lectura de esta Historia de la Curia General, hemos

conocido cuánto costó vertebrar la Orden, después de la supresión de Cister

en 1790, hasta dotarla de un Abad General. En efecto, sin él era imposible

convocar el Capítulo General, ya que el primero de los celebrados, después

de la Revolución Francesa, tuvo que serlo por la Santa Sede en 1880. La

destrucción de Cister también hizo necesario proveer de una casa al Abad

General y a sus Asistentes. Así el difícil trabajo del Capítulo General ha

permitido dar nueva formula a la antigua institución jurídica de la Orden.

Page 414: Los Cistercienses

414

Page 415: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

415

Page 416: Los Cistercienses

Constituciones de la Orden Cisterciense

416

CONSTITUCIONES DE LA ORDEN

CISTERCIENSE (2000)

PRIMERA PARTE

RAZÓN, FINALIDAD Y MIEMBROS DE LA ORDEN

CISTERCIENSE

CAPÍTULO I: RAZÓN Y FINALIDAD DE LA ORDEN CISTERCIENSE

Art. 1.

La Orden Cisterciense, que tiene su origen en el archicenobio de

Cister, consta de Congregaciones monásticas y de monasterios no

pertenecientes a ninguna Congregación.

Art. 2.

La finalidad de la unión de las Congregaciones y de los monasterios

es:

a) la mutua exhortación y animación, y el prestarse el mutuo auxilio

de la caridad, para llevar una vida monástica según la Regla de S. Benito y

las tradiciones cistercienses, y para adaptarla continuamente a las

circunstancias de la vida.

b) la común y más eficaz representación ante la Santa Sede, las

autoridades eclesiásticas y civiles, y las otras Ordenes.

Art. 3.

Los principios evangélicos y teológicos de la vida cisterciense y su

unión con la Iglesia, así como sus valores fundamentales, además de estar

descritos en la Regla de San Benito, en la Carta de Caridad y en las

Constituciones de cada una de las Congregaciones, se describen en la

Declaración del Capítulo General sobre la vida cisterciense actual.

Art. 4.

La denominación de nuestra Orden es: Orden Cisterciense.

Art. 5.

La Orden Cisterciense reviste la figura de persona moral colegial y

por tanto puede poseer y reivindicar derechos y bienes propios.

Page 417: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

417

Art. 6.

La Orden Cisterciense se rige por el Capítulo General, el Sínodo de

la Orden y por el Abad General con su Consejo, según estas Constituciones

elaboradas por el Capítulo General de la Orden y aprobadas por la Santa

Sede.

CAPÍTULO II: LOS MIEMBROS DE LA ORDEN

Art. 7.

Las Congregaciones monásticas Cistercienses son miembros

inmediatos de la Orden, pero no cada uno de los monasterios, salvo el art. 8,

ni tampoco cada uno de los monjes. Por tanto cada uno de los monjes

pertenece a su Congregación a través de su propio monasterio y a la Orden a

través de la Congregación.

Art.8

§1 Si algún monasterio de la Orden, observando lo establecido por el

derecho, es separado de la propia Congregación y no es incorporado a otra

Congregación de la Orden, será miembro inmediato, puesto de momento

bajo la tutela del Abad General; y del mismo modo, si existe fuera de la

Orden algún monasterio que sin embargo vive según las tradiciones

cistercienses y de acuerdo con el Capítulo General es incorporado a la Orden

por la Santa Sede.

§2 En relación con los monasterios no incorporados a ninguna

Congregación competen al Abad General las facultades, derechos y deberes,

que se atribuyen a los Abades Presidentes de las Congregaciones por el

derecho universal y por estas Constituciones, además de los derechos

particulares contenidos en los Estatutos propios de tales monasterios, que

deben ser aprobados por el Capítulo General o, cuando no está reunido, por

el Sínodo de la Orden.

Art. 9.

Los monasterios de monjas incorporados por la Santa Sede a alguna

Congregación o inmediatamente a la Orden, pertenecen de derecho a la

Orden y están bajo las autoridades de la Orden según la norma de estas

Constituciones.

Art. 10.

Los monasterios de monjas cistercienses en cuanto a los efectos de

estas Constituciones pueden ser incorporados o agregados, guardando lo

establecido por el derecho, a cualquiera de las Congregaciones monásticas

de la Orden o bien inmediatamente a la Orden, por razones que debe juzgar

el Capítulo General o, cuando no está reunido, el Sínodo.

Page 418: Los Cistercienses

Constituciones de la Orden Cisterciense

418

Art. 11.

Las Congregaciones de monjas, que viven según las tradiciones

cistercienses, pueden ser incorporadas a alguna Congregación conforme al

art. 32 k, o inmediatamente a la Orden conforme al art. 54 o de estas

Constituciones; por otra parte las Congregaciones de hermanas o de oblatas

cistercienses pueden ser agregadas a alguna Congregación o bien a la Orden.

Art. 12.

Cada monasterio de monjas que pida la incorporación, en la medida

de lo posible, debe ser incorporado a alguna Congregación, pero también

puede ser incorporado inmediatamente a la Orden por razones graves, que

debe juzgar el Capítulo General o, cuando no está reunido, el Sínodo.

Art. 13.

Es propio del Capítulo General definir las condiciones según las

cuales las Congregaciones o monasterios de monjas deben incorporarse o

bien las Congregaciones de hermanas o de oblatas cistercienses deben

agregarse a alguna Congregación o inmediatamente a la Orden.

Art. 14.

Las cosas que en estas Constituciones se dicen de los monasterios de

monjes y de los monjes, valen también para los monasterios de monjas y

para las monjas, a no ser que se diga expresamente lo contrario o resulte

evidente por la naturaleza del asunto.

Page 419: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

419

SEGUNDA PARTE

LAS CONGREGACIONES CISTERCIENSES

CAPÍTULO I: RAZÓN Y FINALIDAD DE LAS CONGREGACIONES

MONÁSTICAS CISTERCIENSES

Art. 15

Las Congregaciones monásticas cistercienses son uniones de varios

monasterios, bajo el Capítulo de la Congregación y bajo un mismo Superior,

llamado Presidente.

Art. 16.

Las Congregaciones cistercienses son Congregaciones monásticas

conforme a la norma del derecho. Cada Congregación se rige por las

constituciones elaboradas por el Capítulo de la Congregación y aprobadas

por la Santa Sede, salvo el art. 54 h.

Art. 17.

Fundar nuevas Congregaciones monásticas cistercienses o suprimir

las fundadas corresponde únicamente a la Sede Apostólica, habiéndose

presentado el parecer exclusivamente reservado al Capítulo General. Separar

monasterios de su Congregación y unir otros, según la norma de estas

Constituciones, corresponde a la Santa Sede.

Art. 18.

Además de la finalidad especial que cada una de las Congregaciones

de la Orden pueda tener, la cual debe ser claramente expresada en las propias

Constituciones, la finalidad de las Congregaciones cistercienses es

promover, que en ellas la vida cisterciense florezca en abundancia, que se

guarde íntegra la observancia regular, que sean prestados con mayor

prontitud los auxilios de la mutua caridad en las necesidades, que sean

superados con mayor eficacia los obstáculos a la vida de la Congregación y

de los monasterios, que se presten más segura y fácilmente los servicios que

la Iglesia reclame de la Congregación.

Art. 19.

Corresponde al Capítulo General establecer normas acerca de las

condiciones requeridas para erigir una nueva Congregación de la Orden, así

como determinar la manera de proceder en caso de que alguna de las

Congregaciones existentes se aleje substancialmente de las normas

prescritas.

Page 420: Los Cistercienses

Constituciones de la Orden Cisterciense

420

CAPÍTULO II: LAS CLASES DE MONASTERIOS Y LA ESTABILIDAD

Art. 20.

Nuestros monasterios son o bien autónomos, ya sean Abadías ya

Prioratos conventuales, o bien casas dependientes, ya sean Prioratos simples

ya sean residencias dependientes de otro monasterio autónomo.

Art. 21.

§1 Al Superior de un monasterio autónomo le corresponden los

derechos y deberes de Superior mayor según las normas canónicas y las

Constituciones de la propia Congregación.

§2 Normalmente una Abadía es regida por un Abad y un Priorato

conventual por un Prior conventual.

§3 Un Abad o un Prior conventual son elegidos por el capítulo

conventual, a no ser que las Constituciones de la Congregación concedan al

Padre Inmediato el derecho a nombrar al primer Superior mayor.

§4 Los Abades o Priores administradores, que deben ser instituidos por

razones graves, son nombrados por aquel a quien conceden este derecho las

Constituciones de la Congregación, habiendo sido consultada siempre la

comunidad.

§5 Un Priorato simple y una Residencia se rigen de acuerdo con las

normas de las Constituciones de cada Congregación.

Art. 22.

Cada una de las Congregaciones determinará las condiciones para

fundar una casa dependiente, observando lo establecido por el derecho,

observando el Estatuto de fundaciones y cuanto deba ser observado según el

derecho.

Art. 23.

§1 El Capítulo de una Congregación no puede dar el consentimiento a

la erección canónica de un Priorato conventual a no ser que existan:

a) una comunidad monástica que reúna el número suficiente de

monjes, de modo que al menos haya, además del Prior conventual, ocho

profesos de votos solemnes, que hubiesen declarado tener firme propósito de

pertenecer a aquel monasterio de manera estable;

b) las condiciones para que la nueva comunidad pueda proveer a las

necesidades de la vida conventual;

c) esperanza fundada de que se podrán recibir y educar candidatos

para consolidar y aumentar la comunidad, o bien que allí siempre habrá un

Page 421: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

421

número conveniente de monjes, aunque deban proceder de otros

monasterios;

d) el buen testimonio de vida fraterna en común (cf.CIC can.602) y

lugares aptos para la vida regular;

§2 No podrá dispensar de estas condiciones ni el Capítulo de la

Congregación correspondiente, ni el Capítulo General, si se trata de un

monasterio que haya de ser incorporado inmediatamente a la Orden.

Art. 24.

Un Priorato conventual no puede ser erigido en Abadía por el

Capítulo de una Congregación, a no ser que, además de las condiciones

prescritas en el art. 23, haya al menos trece profesos de votos solemnes.

Art. 25.

Si posteriormente en alguna Abadía o Priorato conventual disminuye

de modo notable el número de monjes prescrito en los art. 24 y 23

respectivamente, algunos derechos y privilegios de una Abadía o de un

Priorato pueden ser suspendidos por el Capítulo de la Congregación.

Art. 26.

Todo cuanto se dice acerca de los Abades en estas Constituciones,

también vale para los Priores conventuales y administradores, a no ser que

resulte evidente lo contrario a causa de la naturaleza del asunto o que se

indique expresamente.

Art. 27.

Un monje puede cambiar la estabilidad desde un monasterio

autónomo a otro con licencia de los Abades de ambos monasterios, habiendo

dado su consentimiento el capítulo del monasterio a donde se hace el

traslado y también el Abad Presidente, cuando se trate del traslado a un

monasterio de la misma Congregación; pero si se trata del traslado a un

monasterio de otra Congregación, se requiere el consentimiento del Abad

General, habiendo sido advertidos previamente los dos Abades Presidentes

respectivos.

Art. 28.

§1 Que las Constituciones de cada Congregación se ocupen de las

condiciones jurídicas, de quien sea puesto al frente de un monasterio que no

sea el suyo como Abad o como Prior conventual.

§2 Que las Constituciones de cada Congregación determinen los

derechos de los monjes, que habiten por un tiempo en un monasterio que no

es el suyo.

Page 422: Los Cistercienses

Constituciones de la Orden Cisterciense

422

Art. 29.

Nuestras iglesias deben ser fundadas y dedicadas en honor de la

Virgen María, reina de cielo y tierra.

CAPÍTULO III: EL CAPÍTULO DE LA CONGREGACIÓN

Art. 30.

El Capítulo de la Congregación es la suprema autoridad en una

Congregación, cuyo poder y jurisdicción emanan de las propias

Constituciones de cada Congregación, y también del derecho común y de

estas Constituciones.

Art. 31.

Es competencia exclusiva de los Capítulos de las Congregaciones:

a) redactar las Constituciones propias de la Congregación, habiendo

al menos oído el parecer de cada comunidad de la Congregación, y sin que

en ellas pueda establecerse nada contra las prescripciones de estas

Constituciones o contra la Declaración del Capítulo General de la Orden

Cisterciense sobre la vida cisterciense actual, así como someterlas a la

aprobación de la Santa Sede, salvo el art. 54 h.

b) pedir cambios de el Costumario de la Congregación aprobadas

por la Santa Sede, habiendo oído antes el parecer de cada una de las

comunidades de la Congregación, salvo el art. 54 h de estas Constituciones.

c) dar a luz las Costumbres de la Congregación, y también

Declaraciones y otras instrucciones, donde se den normas y preceptos que

apliquen los principios de las Constituciones de la Congregación a las

peculiares circunstancias de tiempo y lugar.

d) imponer leyes y decisiones acerca de asuntos tocantes a toda la

Congregación.

Art. 32.

También se reservan a los Capítulos de las Congregaciones, a no ser

que las Constituciones lo ordenen de otro modo o que el Capítulo de la

Congregación disponga otra cosa en cada caso:

a) elegir al Abad Presidente y a su Consejo;

b) velar sobre la gestión del cargo del Abad Presidente y, si se da el

caso, juzgar acerca de ella;

c) aceptar del Abad Presidente la renuncia de su cargo;

d) velar sobre la administración económica de cada uno de los

monasterios de la Congregación y juzgar acerca de ella conforme a las

Page 423: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

423

Constituciones de la Congregación, respetando la autonomía económica de

los monasterios;

e) en materia litúrgica imponer decisiones tocantes a toda la

Congregación, guardando lo establecido por el derecho;

f) decidir por vía judicial o por vía administrativa en segunda

instancia las causas llevadas ante el Abad de algún monasterio, así como en

primera instancia las causas entre los monasterios de la Congregación o entre

los Superiores de los monasterios de la Congregación, respetando el derecho

de recurrir ante el Capítulo General de la Orden o, cuando no esté reunido,

ante el Abad General con su Consejo;

g) dar licencia para erigir un monasterio autónomo, si se dan las

condiciones prescritas en el art. 23;

h) erigir una Abadía, si se dan las condiciones prescritas en el art. 24

de estas Constituciones y en las Constituciones de la Congregación;

i) redactar un estatuto para una Abadía o para un Priorato conventual

conforme al art. 25;

k) dar el consentimiento para incorporar a la Congregación un

monasterio de monjes o de monjas, y también para agregar una

Congregación o federación de hermanas o de oblatas cistercienses, antes de

que se solicite el decreto de la Sede Apostólica, guardando lo establecido por

el derecho;

l) conceder el consentimiento para que se confíe a perpetuidad una

parroquia a un monasterio de la Congregación, a no ser que las

Constituciones propias de la Congregación impongan otra cosa, guardando

lo establecido por el derecho;

m) constituir o cambiar dentro de la Congregación al Padre

Inmediato de un monasterio;

n) decidir acerca de los bienes de un monasterio de la Congregación

enteramente suprimido o extinguido, guardando las leyes de la justicia y la

voluntad de los fundadores.

Art. 33.

Las Constituciones de cada una de las Congregaciones deben fijar la

frecuencia de los Capítulos de la Congregación ordinarios, pero de tal modo

que al menos se deba celebrar un Capítulo de la Congregación cada tres

años, y también deben determinar la manera de proceder, si el Capitulo de la

Congregación no pudiera celebrarse por una causa mayor o por motivos

graves, a juicio del Abad Presidente.

Page 424: Los Cistercienses

Constituciones de la Orden Cisterciense

424

Art. 34.

Prevéase en las Constituciones de las Congregaciones la manera

adecuada de que, además de los Superiores mayores, asistan también al

Capitulo de la Congregación monjes con voz deliberativa, en cuya elección

participen efectivamente todos los miembros de las comunidades, salvo los

novicios.

Art. 35.

Las Actas de los Capítulos de la Congregación deben ser enviados al

Abad General antes de que pasen tres meses desde el final del Capítulo.

CAPÍTULO IV: EL ABAD PRESIDENTE Y SU CONSEJO

Art. 36.

El Abad Presidente tiene los derechos y deberes de un Moderador

supremo de una Congregación monástica, observando las prescripciones de

estas Constituciones y de las Constituciones de la propia Congregación.

Art. 37.

Corresponde al Abad Presidente el cuidado de que en los

monasterios se conserve y fomente la vida conforme a las Constituciones de

la propia Congregación.

Art. 38.

Es propio del Abad Presidente:

a) convocar y presidir el Capítulo de la Congregación;

b) presidir las elecciones de los Abades y Priores conventuales de su

Congregación y confirmar a los electos, a no ser que dispongan otra cosa las

Constituciones de la propia Congregación; con todo las elecciones de

Superiores mayores deben ser comunicadas cuanto antes al Abad General;

c) efectuar la visita regular ordinaria de todos los monasterios de la

Congregación, excepto del propio, según las normas prescritas por las

Constituciones de la propia Congregación.

Art. 39.

En casos particulares el Abad Presidente puede dispensar a cada una

de las comunidades de alguna observancia de la propia Congregación,

salvando la potestad del Capítulo de la Congregación para reconocer o

anular tales dispensas.

Art. 40.

El Abad Presidente tiene que dar razón de su administración en cada

Capítulo da la Congregación, así como presentar una relación acerca del

estado de la Congregación.

Page 425: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

425

Art. 41.

Es competencia del Abad Presidente redactar una relación acerca del

estado de su Congregación para el Capítulo General y para el Sínodo de la

Orden.

Art. 42.

Cualquier miembro de la Congregación tiene libre correspondencia

con el Abad Presidente.

Art. 43.

El Abad Presidente de ordinario gobierna la Congregación con su

Consejo, designado conforme a las Constituciones de la respectiva

Congregación.

Art. 44.

En caso de una necesidad grave y urgente, a no ser que las

Constituciones de la Congregación dispongan otra cosa, el Abad Presidente

con el consentimiento de sus consejeros puede dar un estatuto para toda la

Congregación, el cual, sin embargo, no valdrá más que hasta el próximo

Capítulo de la Congregación, que deberá aprobarlo o rechazarlo.

Art. 45.

Las Constituciones de cada una de las Congregaciones establecerán

el modo de proveer al bien de la Congregación, si el Abad Presidente por

cualquier causa no puede ejercer su oficio, y también el modo de sustituir a

uno u otro de los consejeros impedido o fallecido.

Art. 46.

Si en alguna Congregación está vigente el derecho de paternidad,

tales derechos se ejercerán según las Constituciones de la Congregación.

CAPÍTULO V: LA VISITA REGULAR EN LA CONGREGACIÓN

Art. 47.

El Visitador ordinario de los monasterios de la Congregación es, a

no ser que las Constituciones de la Congregación dispongan otra cosa, el

Abad Presidente, salvando el art. 84 a-e de estas Constituciones.

Art. 48.

Las Constituciones de cada una de las Congregaciones pueden

prescribir la visita del monasterio del Abad Presidente al menos por dos

Visitadores pertenecientes a la Congregación y designados por el Capítulo

de la Congregación, salvando el derecho del Abad General conforme al art.

84 a de estas Constituciones.

Page 426: Los Cistercienses

Constituciones de la Orden Cisterciense

426

Art. 49.

Es propio del Visitador o de los Visitadores indagar acerca del

estado general del monasterio tanto en lo espiritual como en lo temporal

según las normas del derecho común y particular, invitando a un experto en

asuntos económicos, si se prefiere. Procure con discreción mejorar todo

cuanto crea que debe ser enmendado, adaptado o actualizado. Porque la

visita debe efectuarse de tal modo que no se disminuya la legítima

autonomía de los monasterios, sancionada por las Constituciones, ni la

autoridad de los Abades, sino que se reafirme y así la visita sirva de veras al

desarrollo de los monasterios.

Art. 50.

De un decreto de visita se puede recurrir ante el Capítulo de la

Congregación conforme a lo establecido por el derecho.

Art. 51.

Cada uno de los monasterios ha de tener una visita ordinaria cada

trienio.

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Para conocer mejor la Orden Cisterciense

427

TERCERA PARTE

EL GOBIERNO DE LA ORDEN

TÍTULO I: EL CAPITULO GENERAL DE LA ORDEN

CAPÍTULO I: LA POTESTAD DEL CAPÍTULO GENERAL

Art. 52.

El Capítulo General, como órgano central de deliberación fraterna,

legislativo y judicial, es la suprema autoridad en la Orden, respetando sin

embargo la legítima autonomía que corresponde a cada Congregación y a

cada monasterio según el derecho común, las presentes Constituciones y las

Constituciones de cada una de las Congregaciones aprobadas por la Santa

Sede.

Art. 53.

La actividad del Capítulo General se concreta en leyes y decretos

que obligan a toda la Orden, a no ser que vayan contra la finalidad especial o

contra las Constituciones de alguna Congregación aprobadas por la Santa

Sede, y también en resoluciones, declaraciones y propuestas. En caso de

duda acerca de si algo va contra la finalidad especial o contra las

Constituciones de alguna Congregación aprobadas por la Santa Sede, el

Capítulo General decide la cuestión, después de oír la relación de la parte

afectada.

Art. 54.

Se reserva al Capítulo General de la Orden y le corresponde en

especial:

a) establecer leyes que obliguen a toda la Orden conforme a estas

Constituciones;

b) establecer un estatuto que cambie alguna de las Constituciones de

la Orden, el cual sin embargo no puede ser recibido en la práctica, si no ha

obtenido el beneplácito de la Santa Sede a quien compete también la

intepretación auténtica de las misma Constituciones;

c) elegir al Abad General de la Orden conforme al art. 65 § 1;

d) elegir al Procurador General de la Orden, que también presenta

ante la Santa Sede los asuntos de cada una de las Congregaciones conforme

al art. 65 § 3;

e) velar sobre la administración del Abad General conforme al art.

81;

Page 428: Los Cistercienses

Constituciones de la Orden Cisterciense

428

f) aceptar del Abad General la renuncia de su oficio o, si es

necesario, apartarlo del oficio observando lo establecido por el derecho;

g) velar sobre la administración del cargo de Procurador General de

la Orden, y aceptar del mismo la renuncia de su oficio, cuando todavía no

haya acabado el tiempo para el que fue elegido, o bien, si es necesario,

apartarlo del oficio observando lo establecido por el derecho;

h) elegir una Comisión que conste de cinco miembros, cuya función

sea dictaminar si las Constituciones de una Congregación, que deban ser

presentadas a la aprobación de la Santa Sede, contienen algo contrario a

estas Constituciones de la Orden, después de haber oído a los comisarios

designados por el Capítulo de la Congregación respectiva. También es

propio del Capítulo General elegir al menos tres miembros suplentes, que

sustituyan según el orden establecido a los miembros de la Comisión

impedidos por un tiempo o de manera permanente;

i) aprobar los Estatutos peculiares, elaborados por el respectivo

Capítulo conventual, para cada uno de los monasterios no incorporados a

ninguna Congregación, después de haber oído el parecer de la Comisión de

que se trata en la letra h;

k) imponer según la ley de la equidad tributos a todas las

Congregaciones y a los monasterios no incorporados a ninguna

Congregación para las necesidades del Capítulo General y de la Curia

General, y también pedir subsidios caritativos para otras finalidades;

l) dar el consentimiento para erigir o agregar a la Orden una nueva

Congregación monástica cisterciense conforme a los art. 17 y 19 de estas

Constituciones;

m) otorgar el consentimiento a la unión o supresión de

Congregaciones antes de pedir el decreto de la Santa Sede;

n) dar el consentimiento para incorporar a la Orden monasterios de

hombres o de mujeres, que no sean incorporados a ninguna Congregación

conforme a los art. 8 y 12;

o) dar el consentimiento a la incorporación o agregación de

Congregaciones de monjas, a bien a la agregación de hermanas o de oblatas

cistercienses conforme a los art. 10 y 11;

p) dar el consentimiento a la institución de una nueva fiesta de algún

santo o misterio, o bien a la elevación de grado, reducción o supresión de

alguna fiesta para toda la Orden observando lo establecido por el derecho,

así como aprobar la estructura de los ritos comunes de la Orden;

Page 429: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

429

q) dar el consentimiento para establecer contratos, cuando tales

contratos obliguen a toda la Orden, y hacer un estatuto sobre las

formalidades requeridas para estos contratos cuando el Capitulo General no

está reunido;

r) establecer el destino de los bienes de una Congregación

completamente extinguida y de los de un monasterio no incorporado a

ninguna Congregación en caso de ser suprimido, observando las leyes de la

justicia y la voluntad de los fundadores, salvando el art. 74 g;

s) aprobar y cambiar por una causa justa los Estatutos del Colegio

Internacional de San Bernardo en Roma;

t) aprobar el Reglamento de la celebración del Capítulo General y, si

se da el caso, cambiarlo según las normas establecidas allí mismo;

u) elegir a cinco Padres Sinodales y a tres sustitutos suyos y cinco

Madres Sinodales y a sus tres sustitutas conforme al art. 71 § 1, y también

cuatro monjes y dos monjas como miembros del Consejo del Abad General

y a sus sustitutos, conforme al art. 96 de estas Constituciones;

v) constituir diversas comisiones, según las necesidades lo exijan, y

elegir a sus miembros;

x) conceder a alguien un puesto y voto deliberativo en los Capítulos

Generales a causa de los méritos insignes adquiridos para con la Orden;

y) decidir en última instancia las causas dentro de la Orden, sea por

vía judicial o administrativa, si son presentadas ante él; resolver en segunda

instancia las controversias entre monasterios o entre Superiores de una

misma Congregación, y en primera instancia las controversias entre

Congregaciones o entre los Superiores de éstas, respetando siempre el

derecho de recurrir a la Santa Sede. Contra el Capítulo de alguna

Congregación de la Orden se presenta recurso ante el Capítulo General de la

Orden, y contra éste ante la Santa Sede.

CAPÍTULO II: QUIENES TIENEN PUESTO Y VOZ EN EL CAPÍTULO

GENERAL

Art. 55.

Deben ser convocados con voz deliberativa al Capítulo General de la

Orden, tanto ordinario como extraordinario:

a) el Abad General, el Abad General emérito, el Procurador General

y aquellos, a quienes por sus méritos adquiridos hacia la Orden el Capítulo

General concedió voz y voto en los Capítulos Generales.

Page 430: Los Cistercienses

Constituciones de la Orden Cisterciense

430

b) (1) Los Abades y Abadesas, Superiores y Superioras que regian

actualmente una Congregación o un monastero autónomo incorporado a la

Orden.

(2) Igualmente de cada Congregación haya al menos un(a)

delegado(-da) elegido(-da),

(3) y mas, salvo el n. (2), de cada Congregación de la Orden, tantos

Capitulares cuantas veces haya en la Congregación, en el día de la

convocatoria del Capítulo General, el número comenzado de veinticinco

profesos vinculados al menos con votos temporales, non contando el número

de los Superiores y Superioras mayores.

En las Congregaciones donde el número de Superiores y Superioras

Mayores no llega al número establecido para la Congregación, deben ser

elegidos tantos monjes o monjas de votos solemnes para que se obtenga

dicho número; en la elección de estos Capitulares, tiene parte

verdaderamente eficaz al menos los profesos de votos temporarios, excepto

los novicios. Por esto cada Congregación establezca la manera de elegir los

delegados y delegadas de la respectiva Congregación;

c) de los monasterios no pertenecientes a ninguna Congregación,

sino que están directamente incorporados a la Orden, los Superiores y

Superioras mayores y los delegados y delegadas serán convocados según la

misma regla establecida en la letra b, para las Congregaciones, pero en el

sentido que el número de monjes y monjas profesos vinculados al menos con

votos temporales sea computado entre todos estos monasterios juntos;

d) si los derechos de alguna Congregación fuesen suspendidos por el

Capítulo General conforme al art. 19, sus monasterios por lo que concierne a

este articulo serán considerados como monasterios no incorporados a

ninguna Congregación.

Art. 56.

Si alguno de los Capitulares que tienen voz y voto en el Capitulo

General no puede asistir a él, debe, excepto aquellos que son convocados por

los méritos insignes adquiridos para con la Orden o también los delegados de

las Congregaciones, para cuya sustitución ha de proveer cada una de las

Congregaciones, debe enviar al Capitulo General otro monje o monja de

votos solemnes delegado por él con una carta de delegación. Tal delegado o

delegada gozará del derecho de voto deliberativo en el Capitulo General.

Art. 57.

Si alguno de los Capitulares por razones justas no puede asistir a

algunas sesiones o tiene que ausentarse antes del final del Capitulo, puede,

Page 431: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

431

observado el Reglamento del Capítulo General, delegar a otro Capitular,

pero de modo que un mismo Capitular nunca pueda tener más de dos votos.

Art. 58.

Corresponde al Capitulo General hacer un estatuto acerca de los

expertos que sean convocados al Capítulo General.

CAPÍTULO III: TIEMPO Y FORMA DEL CAPÍTULO GENERAL

Art.59.

§1 El Capítulo General ordinario debe celebrarse cada cinco años.

§2 Conforme a estas Constituciones, además del Capítulo General

ordinario, debe convocarse Capítulo General extraordinario, cuando hay que

elegir al Abad General de la Orden o cada vez que lo exija una grave

necesidad o el provecho de la Orden, a juicio del Abad General con el

consentimiento de la mayor parte de los Padres sinodales o a juicio de las

dos terceras partes de los Padres sinodales.

§3 A partir de un Capítulo General extraordinario comienza una nueva

serie de Capítulos Generales de manera que el próximo Capítulo General

ordinario debe celebrarse contando cinco años a partir del último Capítulo

General extraordinario.

Art. 60.

§1 El presidente del Capítulo General será el Abad General o, estando

vacante la sede del Abad General legítimamente por cualquier causa, el

Abad Presidente más antiguo en el cargo abacial, y, si dos hubiesen sido

hechos Abades al mismo tiempo, el más antiguo de profesión.

§2 Si el Abad General o, estando vacante su sede legítimamente, quien

hiciese sus veces, por una razón verdaderamente grave no pudiese

comparecer en el Capítulo General el día fijado ni presidirlo, presidirá otro

Abad delegado por él, o el primer Abad por orden de precedencia en el

Capítulo, si no hubiese delegado a nadie.

Art. 61.

§1 Hecha legítimamente la convocatoria, el derecho de elegir y votar

pertenece a los que estén presentes en el aula capitular.

§2 En las elecciones, si alguno de los electores está presente en la casa,

pero no puede asistir a la elección a causa de una enfermedad, se requerirá su

voto conforme a lo prescrito en el Reglamento del Capítulo General.

Page 432: Los Cistercienses

Constituciones de la Orden Cisterciense

432

Art. 62.

Aunque alguien tenga derecho a sufragio en nombre propio por

diversos títulos, no podrá emitir más que un solo voto. En caso de delegación

ningún Padre Capitular puede tener más de dos votos.

Art. 63.

§1 El sufragio es nulo, si no fuese libre, cierto, absoluto y determinado.

§2 Las condiciones añadidas al voto antes de una elección se

considerarán como no añadidas.

Art. 64.

§1 Para que una definición del Capítulo General obligue a toda la

Orden, se requiere que el asunto, a juicio del Capítulo General, afecte a toda

la Orden y que sea declarada obligatoria para toda la Orden por dos terceras

partes de los votos, salvando el art. 53.

§2 Para que en el Capítulo General se decida acerca de otras cuestiones,

es suficiente y se requiere absolutamente el mayor número de los votos de

aquellos que han emitido voto, descontando los votos nulos; pero si los votos

fuesen iguales, el presidente dirimirá el asunto.

§3 Aquello que afecta a todos individualmente, por todos debe ser

aprobado.

Art. 65.

§1 Para la elección del Abad General se requieren las dos terceras

partes de los votos en los tres primeros escrutinios. Después de un tercer

escrutinio sin efecto se realiza el cuarto, en el cual tienen voz pasiva pero no

activa aquellos dos candidatos, que en el tercer escrutinio hubiesen reunido

la mayor parte relativa de los votos. En este escrutinio basta la mayoría

absoluta de los votos. En caso de empate de votos en el tercer escrutinio

obtiene voz pasiva para el cuarto escrutinio aquél que sea más antiguo de

profesión, y en caso de paridad en cuanto a la profesión, el de más edad; en

el cuarto escrutinio se tendrá por elegido al más antiguo de profesión o

respectivamente de edad.

§2 En las elecciones de Moderadores y de otros Oficiales del Capítulo

General, y también de los miembros de las comisiones a elegir por el

Capítulo General, basta la mayoría relativa de los votos.

§3 En las otras elecciones, que deben hacerse en el Capítulo General, se

requiere la mayoría absoluta de los votos, pero de modo que en el tercer

escrutinio sólo tengan voz pasiva, pero no activa, aquellos dos candidatos

que en el segundo escrutinio reunieron la mayoría relativa de los votos.

Page 433: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

433

Art. 66.

Todas las actas de un Capítulo, tanto las elecciones como los otros

asuntos, deben ser fielmente redactadas por escrito por los notarios.

Art. 67

Las cosas decretadas y definidas por el Capítulo General se

publicarán en las Actæ Curiæ Generalis y serán promulgadas de manera

adecuada en todos los monasterios de la Orden, sea en lengua latina sea en

una traducción.

Art. 68.

Cada monasterio o cada Congregación, según las normas dadas por

la misma Congregación, ha de pagar los dispendios ocasionados por el

Capítulo General, tanto para la manutención como para el viaje, a no ser que

fuese resuelto de otro modo por el Capítulo General.

Art. 69.

En cuanto al rito y a la forma de celebrar el Capítulo General se

observarán las prescripciones del Reglamento del Capítulo General aprobado

por el Capítulo General.

TÍTULO II: EL SÍNODO DE LA ORDEN

Art. 70.

El Sínodo de la Orden es un colegio convocado con esta finalidad,

para discutir debatiendo pareceres los asuntos que afectan a toda la Orden y

proponer decisiones al Capítulo General, o bien, si algunos asuntos urgen,

resolverlos por anticipado hasta la decisión del próximo Capítulo General

conforme a estas Constituciones.

Al Sínodo de la Orden corresponde además urgir la ejecución de las

cosas prescritas por la Santa Sede o por el Capítulo General, si es necesario;

recabar informaciones ciertas acerca del estado de la Orden, para poder

proveer a su mayor bien; y finalmente recibir las relaciones del Abad

General sobre el estado de la Orden, y de los Abades Presidentes sobre el

estado de sus Congregaciones.

Art. 71.

§1 Constituyen el Sínodo de la Orden el Abad General, que convoca a

los sinodales y preside las sesiones, los Abades Presidentes de cada una de

las Congregaciones de la Orden, el Procurador General de la Orden, cinco

Padres y cinco madres sinodales, elegidos por el Capítulo General conforme

al art. 54 letra u, los cuales permanecerán en su oficio hasta el Capítulo

General siguiente.

Page 434: Los Cistercienses

Constituciones de la Orden Cisterciense

434

§2 Si algún miembro del Sínodo de la Orden en virtud de su oficio no

puede asistir al Sínodo de la Orden, que envíe un delegado; en el mismo caso

un sinodal elegido será sustituido por el primero de los sustitutos. En el

Sínodo de la Orden un delegado o sustituto goza del derecho de voto

deliberativo.

§3 El Abad General asesorado por su Consejo o el Sínodo de la Orden

por mayoría absoluta de votos, pueden convocar expertos al Sínodo de la

Orden, para que éstos con su ciencia contribuyan a resolver recta y

sanamente las cuestiones tratadas en el Sínodo de la Orden.

§4 Corresponde al Abad General nombrar, además de al secretario del

Sínodo de la Orden, constituido conforme al art. 74 q, a los notarios y a los

otros Oficiales, asesorado al menos por escrito por su Consejo.

Art. 72.

§1 El Sínodo ordinario de la Orden debe ser celebrado cada dos años,

de tal modo que entre dos Capítulos Generales ordinarios se celebre al

menos dos veces.

§2 Un Sínodo extraordinario de la Orden debe celebrarse cada vez que

lo exija una necesidad grave o urgente, a juicio del Abad General con el

consentimiento de la mayor parte de los Abades Presidentes o a juicio de las

dos terceras partes de los Padres sinodales.

Art. 73.

Las sesiones del Sínodo de la Orden se celebrarán conforme al

Reglamento del Sínodo de la Orden aprobado por el mismo Sínodo de la

Orden.

Art. 74.

Corresponde y se reserva en especial al Sínodo de la Orden, cuando

el Capítulo General no está reunido:

a) decidir y definir las causas, problemas y casos remitidos por el

Capítulo General al Sínodo de la Orden;

b) si el asunto urge y hubiese peligro de grave perjuicio en el retraso,

hacer un estatuto obligando a toda la Orden, a no ser que fuese contra la

finalidad especial o las Constituciones de alguna Congregación, pero este

estatuto no tendrá validez más que hasta el próximo Capítulo General

ordinario o extraordinario, que deberá aprobarlo o rechazarlo. Con todo, el

Sínodo de la Orden no puede hacer un estatuto, que por su naturaleza sea

irreformable, exceptuando las facultades atribuidas expresamente al Sínodo

de la Orden en este artículo;

Page 435: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

435

c) dar permiso para erigir una casa religiosa de la Orden, para la

erección de un Priorato conventual o para la restauración de una Abadía,

cuando se trate de monasterios no pertenecientes a ninguna Congregación,

observando lo establecido por el derecho;

d) dar el consentimiento al traslado, unión o supresión de un

monasterio no perteneciente a ninguna Congregación, observando lo

establecido por el derecho;

e) incorporar inmediatamente a la Orden algún monasterio de

monjas, observando los art. 12 y 13, pero no Federaciones o

Congregaciones;

f) aprobar los Estatutos de monasterios no incorporados a ninguna

Congregación, elaborados conforme al art. 8 § 2 y habiendo oído el parecer

de la Comisión elegida conforme al art. 54 h;

g) establecer el destino de los bienes de un monasterio suprimido no

incorporado a ninguna Congregación y, si se temiese un gran perjuicio en el

retraso, el destino de los de una Congregación suprimida de la Orden,

respetando las leyes de la justicia y la voluntad de los fundadores;

h) destituir al Procurador General de la Orden dentro del tiempo

fijado para el ejercicio de su cargo, observando lo establecido por el derecho;

i) elegir hasta el próximo Capítulo General un Procurador General

en lugar del Procurador General difunto o cuando su oficio está

legítimamente vacante fuera del tiempo del Capítulo General;

k) dar el consentimiento para la convocatoria de un Capítulo General

extraordinario, respetando el art. 88 § 2 de estas Constituciones;

l) constituir una Comisión preparatoria del Capítulo General, si

conviene y si el Capítulo General precedente no hubiese formado esta

Comisión, pero las comisiones instituidas por el Capítulo General

mantendrán totalmente sus funciones;

m) determinar las materias propuestas en la convocatoria del

Capítulo General, salvando el derecho de los Capitulares a proponer otras

materias en el mismo Capítulo General conforme al Reglamento del

Capítulo General;

n) elegir dos Abades Presidentes para hacer la visita de la Curia

General y del Colegio Internacional de San Bernardo en Roma;

o) oír la relación de los visitadores de la Curia General y del Colegio

Internacional de San Bernardo en Roma y, si conviene, cambiar

provisionalmente los Estatutos del Colegio;

Page 436: Los Cistercienses

Constituciones de la Orden Cisterciense

436

p) si no se pudiese celebrar el Capítulo General, elegir a los

miembros del Consejo del Abad General conforme al art. 96;

q) elegir al secretario del Sínodo de la Orden, que no debe ser

necesariamente miembro del Sínodo de la Orden, el cual continuará en su

cargo hasta el siguiente Sínodo de la Orden, y elegir a su sustituto.

Art. 75.

En los casos antes enumerados los sinodales tienen voto

deliberativo, que se ha de pedir y dar durante las reuniones, excepto en los

casos expresados en las letras c, k, m y n del artículo anterior, para los cuales

basta el consentimiento de los sinodales dado por escrito, si el asunto urge y

hay peligro de grave perjuicio en el retraso, en tal caso ejercerán el cargo de

escrutadores el Procurador General y el secretario del Sínodo de la Orden.

El resultado de cada votación hecha de este modo se anotará

exactamente en un cuaderno en especial a esto y será suscrito por el Abad

General y por el secretario del Sínodo de la Orden.

Art. 76.

§1 Tiene valor jurídico lo que, descontando los votos nulos, quiere la

mayoría absoluta de los que emiten sufragio; pero si hubiese empate de

votos, después de tres escrutinios el presidente de la reunión podrá dirimir el

empate con su voto.

§2 En las elecciones hechas conforme al art. 74 i y p se observarán las

prescripciones del art. 65 § 3; en las otras basta la mayoría absoluta de los

votos al principio o bien la mayoría relativa después de dos escrutinios sin

efecto.

Art. 77.

Estando vacante legítimamente la sede del Abad General no se

celebrará el Sínodo de la Orden, sino que se debe celebrar cuanto antes un

Capítulo General para elegir al nuevo Abad General. Sin embargo quien

haga las veces del Abad General puede convocar el Sínodo de la Orden con

el consentimiento de los sinodales pedido por escrito, si es que la celebración

del Sínodo de la Orden parece necesaria para la debida preparación del

Capítulo General.

Art. 78.

Los dispendios ocasionados por el Sínodo de la Orden, tanto a causa

de la manutención como del viaje, deberán satisfacerse según la decisión del

mismo Sínodo de la Orden.

Page 437: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

437

TÍTULO III: EL ABAD GENERAL DE LA ORDEN Y SU CONSEJO

CAPÍTULO I: EL CARGO DEL ABAD GENERAL

Art. 79.

Cuando no está reunido el Capítulo General, la Orden Cisterciense

es gobernada por el Abad General, que conforme a estas Constituciones es

su Moderador supremo, ayudado por el Sínodo de la Orden o por su

Consejo. Su título es: Abad General de la Orden Cisterciense.

Art. 80.

Corresponde al Abad General promover el bien espiritual y temporal

de la Orden y resolver los asuntos urgentes, que no puedan aplazarse hasta el

próximo Capítulo General, observando en todo las prescripciones de estas

Constituciones.

CAPÍTULO II: DERECHOS Y DEBERES DEL ABAD GENERAL

Art. 81.

La potestad con que el Abad General gobierna la Orden, debe ser

ejercida de acuerdo con el pensamiento del Capítulo General, que puede

aprobar o anular lo que haga el Abad General.

Art. 82.

Competen al Abad General todos los privilegios concedidos

antiguamente al Abad de Cister y después a los Superiores Generales de la

Orden, mientras estén todavía en uso y no hayan sido revocados.

Art. 83.

Además de las cosas que le reconocen estas Constituciones o le

atribuyen especialmente las Constituciones de alguna Congregación de la

Orden, atañen al Abad General las siguientes:

a) convocar un Capítulo General ordinario o extraordinario,

observando lo que se debe observar, y presidirlo;

b) hacer un estatuto en caso de una necesidad grave y urgente, con el

consentimiento de los sinodales, el cual debe ser examinado después por el

Capítulo General conforme al art. 74 b;

c) dispensar de las leyes que imponen o prohíben en casos

particulares, pero no de las fundamentales que obligan a toda la Orden;

d) confirmar las elecciones de los Superiores de monasterios

autónomos no incorporados a ninguna Congregación;

Page 438: Los Cistercienses

Constituciones de la Orden Cisterciense

438

e) dar el consentimiento a los cambios de estabilidad conforme al

art. 27;

f) nombrar Administradores de las Abadías o de los Prioratos

conventuales no incorporados a ninguna Congregación, si hay que aplazar la

elección por una causa grave;

g) dar a la imprenta los libros litúrgicos, que se emplearán en toda la

Orden;

h) cuando no esté reunido el Capítulo General, juzgar con su

Consejo en tercera instancia todas las causas, en segunda instancia las causas

contra los Superiores mayores, y en primera instancia las causas contra los

Abades Presidentes, quedando siempre a salvo el derecho de recurrir al

Capítulo General.

Art. 84.

Además corresponde al Abad General:

a) hacer cada tres años la visita regular en los monasterios de los

Abades Presidentes personalmente o por alguien delegado por él mismo, o

bien cada seis años, si el monasterio de un Abad Presidente ya tiene

visitadores designados por el Capítulo de la respectiva Congregación

conforme al art. 48;

b) visitar un monasterio de cualquier Congregación a causa de

graves necesidades o de circunstancias difíciles, con el consentimiento de su

Consejo y habiendo advertido antes al Abad Presidente de la Congregación,

a quien en general tendrá consigo como compañero en la visita;

c) visitar todos los monasterios de una Congregación a causa de

graves circunstancias, habiendo oído al Abad Presidente de la Congregación

y con el consentimiento de los sinodales al menos pedido por escrito;

d) visitar un monasterio de cualquier Congregación, si es invitado

para hacer la visita por la mayoría del monasterio, habiendo oído al Abad

Presidente de la Congregación respectiva;

e) visitar aquellos monasterios cuya visita ordinaria no haya sido

realizada por aquellos a quienes corresponde por dos de los períodos

prescritos por las Constituciones;

f) hacer una estancia paternal en todos los monasterios de la Orden

al menos una vez durante su oficio.

Page 439: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

439

Art. 85.

El Abad General tiene facultad para:

a) impartir la bendición abacial a los Abades neoelectos y delegar

para eso a los Abades Presidentes de las Congregaciones de la Orden, si los

neoelectos piden de él la bendición. Pero en los casos en que se desea que la

bendición abacial sea conferida por algún Cardenal de la Santa Iglesia

Romana, o algún Obispo o Abad, habiendo sido advertido el Abad General,

que se pida a un prelado que tenga esa facultad;

b) conferir a los monjes de la Orden los ministerios de Lector y

Acólito, siempre que cuenten con las letras dimisorias del Superior mayor

propio, observando lo que hay que observar en derecho;

c) oír las confesiones de las personas de la Orden, si éstas se lo piden

espontáneamente, observando lo que hay que observar en derecho.

Art. 86.

El Abad General no puede disponer ni de los bienes ni de las

personas de una comunidad o de una Congregación de la Orden.

Art. 87.

Cada persona de la Orden tiene libertad de correspondencia con el

Abad General.

CAPÍTULO III.: LA ELECCIÓN DEL ABAD GENERAL

Art. 88.

§1 Cuando el Abad General ha muerto, está impedido o su oficio queda

vacante legítimamente del modo que sea, el primer Abad de entre los Abades

Presidentes ejercerá su oficio inmediatamente, pero de manera que no pueda

establecer nada nuevo ni hacer nada sin el consentimiento de su Consejo,

pedido al menos por escrito.

§2 Cuando el oficio de Abad General está legítimamente vacante, el

principal cuidado de quien hace sus veces será que se convoque cuanto

antes, al menos dentro de los seis meses desde la vacante del oficio, un

Capítulo General, donde se elegirá un nuevo Abad General de acuerdo con

estas Constituciones.

Art. 89.

Puede ser elegido para el oficio de Abad General quien sea profeso

solemne en nuestra Orden al menos desde siete años antes, haya sido

ordenado sacerdote y tenga cumplidos treinta y cinco años de edad.

Page 440: Los Cistercienses

Constituciones de la Orden Cisterciense

440

Art. 90.

Se tendrá por elegido a quien hubiese obtenido el número de votos

requerido conforme al art. 65 § 1 de estas Constituciones, o a quien fuese

postulado debidamente conforme al derecho eclesiástico, quedando excluida

la elección por compromiso.

Art. 91.

§1 El elegido como Abad General, al menos antes de que pasen tres

días desde que recibió la noticia de su elección, debe manifestar si acepta la

elección o si renuncia a ella, de otro modo pierde todo derecho adquirido por

la elección.

§2 Si acepta la elección, obtiene enseguida pleno derecho al oficio y no

necesita confirmación alguna; pero su elección se notificará al Sumo

Pontífice.

§3 Si el elegido como Abad General no se halla presente en el Capítulo

General, hay que observar estas cosas:

a) se notificará cuanto antes al ausente su elección conforme al § 1;

b) si el elegido acepta la elección, debe acudir enseguida al Capítulo

General, o bien, si está demasiado lejos, puede delegar a otro, que podrá

presidir en su nombre el Capítulo General conforme al art. 60 § 2.

c) Mientras tanto los Capitulares se abstendrán de toda elección;

pero a fin de no perder el tiempo inútilmente, pueden dedicarse a discutir y

decidir cuestiones especiales, presidiendo interinamente el Capítulo General

el primer Abad conforme al art. 60 § 2, a no ser que presida el delegado de

que se trata en la letra b.

Art. 92.

Si el Abad General legítimamente elegido en el Capítulo General

todavía no fuese Abad, enseguida adquiere pleno derecho a la bendición

abacial; pero entonces, antes de que pasen tres meses, debe recibir la

bendición abacial de cualquier Obispo elegido libremente por él mismo.

Art. 93.

§1 El Abad General es elegido por diez años. Si pasados diez años

desde su elección, no se tuviera Capítulo General conforme al art. 59 § 3,

desempeñará su oficio hasta el siguiente Capítulo General ordinario o

extraordinario. El Abad General siempre es reelegible.

§2 No más allá de haber cumplido los setenta años, a no ser que el

Capítulo General disponga otra cosa, el Abad General debe presentar

espontáneamente la renuncia a su oficio al Capítulo General, que proveerá

teniendo presentes las circunstancias.

Page 441: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

441

Art. 94.

El Abad General reside habitualmente en Roma, en la Casa General

de la Orden. Su oficio es incompatible con el de Superior de un monasterio

autónomo. Por eso el Abad General no puede retener el gobierno de ningún

monasterio sin dispensa de la Sede Apostólica.

Art. 95.

El Abad General, que cesa debidamente de su oficio conforme al

derecho, tiene derecho a volver al monasterio de su profesión o a elegir un

monasterio de la Orden para vivir. Corresponde al Capítulo General proveer

a su digno mantenimiento.

CAPÍTULO IV: EL CONSEJO DEL ABAD GENERAL

Art. 96.

§1 El Consejo del Abad General, que es distinto del Consejo de la Casa

General, lo constituyen cuatro Abades o monjes y dos Abadesas o monjas

elegidos(-as) por el Capítulo General conforme al art. 54 u o por el Sínodo

de la Orden conforme al art. 74 p para el tiempo entre dos Capítulos

Generales.

§2 El Capítulo General o, cuando no está reunido el Capítulo General,

el Sínodo de la Orden, elegirá también dos monjes o dos monjas como

miembros suplentes del Consejo, que sustituyan a los miembros que no

puedan ajercer su cargo por cualquier causa.

Art. 97.

Para la validez de los actos del Consejo se requiere, que además del

Abad General estén presentes al menos dos consejeros, una vez hecha

debidamente la convocatoria de todos los miembros, quedando a salvo el art.

96 § 2. Quienes no pudiesen acudir a la reunión, pueden enviar su parecer

por escrito.

Art. 98.

Hay que convocar el Consejo del Abad General, quedando a salvo el

art. 100:

a) cuando el Abad General necesita del consentimiento o del parecer

de su Consejo según el derecho universal o particular, excepto en los casos

estrictamente reservados al Capítulo General o al Sínodo de la Orden.

b) cada vez que el Abad General, al ejercer los derechos y facultades

de un Abad Presidente o de un Padre Inmediato respecto a los monasterios

no incorporados a ninguna Congregación, necesita del consentimiento o del

parecer de su Consejo según el derecho común o particular.

Page 442: Los Cistercienses

Constituciones de la Orden Cisterciense

442

Art. 99.

§1 El voto del Consejo del Abad General es deliberativo, quedando a

salvo el art. 100:

a) para decidir las causas delegadas por el Sínodo de la Orden a este

Consejo;

b) para dar el consentimiento al inicio de un proceso ante un tribunal

civil o eclesiástico, si se trata de la Curia General o de monasterios no

incorporados a ninguna Congregación;

c) para dictar sentencia en la despedida de religiosos de votos

solemnes, toda vez que la causa hubiese sido presentada ante el Abad

General, observando lo que se debe observar en derecho;

d) cada vez que el Abad General deba dar a la Santa Sede su parecer

en nombre de toda la Orden; sin embargo el Abad General será

completamente libre, cuando por su oficio deba dar información o parecer

acerca de asuntos llevados o presentados a la Santa Sede;

e) cada vez que el derecho común o particular prescriben el voto

deliberativo del Consejo.

§2 En los otros casos el voto es consultivo, quedando a salvo lo

prescrito por los Estatutos de los monasterios no incorporados a ninguna

Congregación conforme al art. 8 § 2, que pueden conceder voto deliberativo

al Consejo del Abad General también en otros casos.

Art. 100.

El Abad General puede pasar al Sínodo de la Orden una cuestión

atribuida a su Consejo, si así lo juzga a causa de la naturaleza o importancia

del asunto

TÍTULO IV: EL PROCURADOR GENERAL

Art. 101

§1 Para los asuntos que deben ser gestionados en Roma ante la Santa

Sede, es delegado por el Capítulo General el Procurador General de la Orden

conforme al art. 65 § 3. Él mismo gestiona también ante la Santa Sede las

causas de cada una de las Congregaciones.

§2 El Procurador General permanece en su oficio hasta el siguiente

Capítulo General ordinario y siempre puede ser reelegido.

Art. 102.

En las cosas a tratar, que atañen a toda la Orden, no ha de hacer nada

sin el consejo y el consentimiento del Abad General.

Page 443: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

443

Art. 103.

Cuando deba iniciarse un recurso ante la Santa Sede contra el Abad

General, no estando reunido el Capítulo General, necesita el consentimiento

del Sínodo de la Orden manifestado en una sesión por dos terceras partes de

los votos.

Art. 104.

§1 Para tratar ante la Santa Sede de los asuntos de cada una de las

Congregaciones necesita el consentimiento del Abad Presidente de la

respectiva Congregación.

§2 Comunique al Abad General los asuntos de mayor importancia de

las Congregaciones, tanto para su información como, acaso, para tener su

consejo y ayuda, y también para poder satisfacer lo requerido por la Santa

Sede.

Art. 105.

Sea sin embargo libre el Procurador General, cuando por su oficio

deba informar o dar su opinión acerca de los asuntos que se han presentado o

se deben presentar ante la Santa Sede. Se encarece a todos que se haga por

medio del Procurador General, quedando siempre a salvo y permaneciendo

íntegra la facultad de recurrir ante la Santa Sede cuando convenga.

Art. 106.

No pedirá a la Santa Sede ninguna facultad para cualquier religioso

de la Orden, a no ser que la petición hubiese sido aprobada por el Superior

mayor del religioso solicitante o por el Abad Presidente de su Congregación.

Art. 107.

Cuidará que los decretos de la Santa Sede, que interesan directa o

indirectamente a la Orden Cisterciense y no hayan sido promulgados en las

Actæ Apostolicæ Sedis, sean publicadas en las Actæ Curiæ Generalis y

lleguen así a conocimiento de los Superiores y miembros de la Orden.

Art. 108.

Si por cualquier causa quedase legítimamente vacante el oficio de

Procurador General, no estando reunido el Capítulo General, se observará lo

prescrito en el art. 74 i de estas Constituciones.

Art. 109.

El Procurador General reside en Roma en la Casa General de la

Orden y corresponde al Capítulo General proveer a su digno mantenimiento.

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Page 445: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

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Page 446: Los Cistercienses

Estatutos de fondaciones – Normas generales

446

ESTATUTOS DE FUNDACIONES

NORMAS GENERALES

Art.1

Este Estatuto sobre Fundaciones ha sido redactado por el Sínodo de

la Orden por mandato del Capitulo General de la Orden, y fue reconocido y

aprobado por el mismo Capitulo General1.

Art.2.

Los Monasterios de la Orden Cisterciense son o bien autónomos

Abadías, o Prioratos conventuales, o bien casas dependientes o Prioratos

simples o residencias dependientes de algún monasterio autónomo.

Art.3.

Los Monasterios de la Orden Cisterciense como en la antigüedad

pueden gozar de plena autonomía, ya de inmediato desde la fundación, o

bien llegar gradualmente a ella.

Art.4.

Cuanto en este Estatuto de los monasterios queda establecido vale

con igual derecho para los monasterios de monjes y de monjas, a no ser que

el derecho disponga expresamente otra cosa o resulte evidente por la misma

naturaleza del asunto.

Art.5.

Las costumbres vigentes al presente contra las ordenaciones de este

Estatuto, quedan en adelante suprimidas en la fundación de un nuevo

monasterio, ni se las permitirá revivir posteriormente.

1 cfr. Stat. Cap. Gen. 1990:28, Acta Curiae Generalis n.s 37 (1991) 10 y Stat. Cap. Gen.

2000:8, ACG 44 (2000) 68-76.

Page 447: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

447

I. DE LA FUNDACIÓN DE UN MONASTERIO

CISTERCIENSE

Condiciones

Art.6.

Un nuevo Monasterio Cisterciense nace por la presencia monástica

al menos de tres profesos de votos solemnes, en casa legítimamente

constituida.

Art.7.

La fundación de un nuevo monasterio Cisterciense se hace teniendo

a la vista la utilidad de la Iglesia y de la Orden. Por lo cual, antes de la

fundación del nuevo monasterio es necesario:

a) tamizar atentamente la oportunidad de la fundación y pensar

maduramente, principalmente si ya existe vida monástica en el lugar, no

vaya a ser que en breve espacio de tiempo haya que llegar a la supresión;

b) buscar información principalmente de los Superiores de otros

Institutos de Vida Consagrada de Religiosos sobre la vitalidad de la vida

cristiana en el lugar, sobre las vocaciones, sobre el sentido religioso en el

pueblo, y sobre todo lo demás que parezca necesario o útil para decidir la

fundación.

c) elegir el lugar apto para la fundación, y poner sobre seguro cuanto

se requiere para establecer debidamente la vida religiosa de los monjes, y

para fomentar las relaciones entre los monasterios de la Orden.

d) pedir al Obispo Diocesano el previo consentimiento prescrito por

el derecho dado por escrito para erigir la nueva casa religiosa.

autoridad competente

Art.8.

La autoridad competente para la fundación de un nuevo monasterio

es la autoridad de la Congregación o de la Orden según la norma de este

Estatuto y de las Constituciones de cada Congregación o de la Orden

observando lo que en derecho debe ser observado.

Page 448: Los Cistercienses

Estatutos de fondaciones – Normas generales

448

Art.9.

En la fundación de un monasterio de monjas, oído el parecer del

Padre Inmediato, si lo hay, se requiere además la licencia de la Santa Sede

prescrita por el derecho2.

Autonomía

Art.10.

La nueva fundación, si no se trata de un monasterio autónomo, por el

mismo derecho carece de toda autonomía, antes bien depende en todo del

monasterio fundador al cual pertenece, y goza de aquella autonomía que le

sea concedida por el Superior del monasterio fundador según la norma del

derecho.

II. DE LAS CLASES DE MONASTERIOS

Art.11.

Cuatro son las clases de monasterio Cisterciense:

a) Residencia;

b) Priorato simple;

c) Priorato conventual;

d) Abadía.

LA RESIDENCIA

Condiciones

Art.12.

Residencia Cisterciense es la presencia monástica en casa religiosa

legítimamente constituida por un fin peculiar al que debe la razón de su

existencia.

Art.13.

Según lo prescrito en el art 6 de este Estatuto, el fin de la Residencia

es criterio de juicio para determinar el número de miembros de la comunidad

y las condiciones de vida común dado que los monjes que viven en la

residencia se emplean casi totalmente en cumplir el fin de la misma

Residencia.

2 cfr.CIC can.609 §. 2.

Page 449: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

449

Autoridad competente

Art.14.

Según lo prescripto en el art.7 de este Estatuto, la Residencia se

funda por un monasterio autónomo, con el consentimiento del Capitulo

conventual, según las Constituciones de cada Congregacion.

Autonomía

Art.15.

Rige la Residencia un Superior nombrado a voluntad del Superior

del monasterio autónomo del que depende la Residencia, oído el voto de su

Consejo.

Art.16.

Si otra cosa no se determina, por el derecho canónico, la Residencia

no tiene ni miembros propios, ni propio Capítulo local, si no que en todo

esto depende del monasterio autónomo al que pertenece.

Art.17.

Los monjes moradores en una Residencia conservan todos los

derechos capitulares en el monasterio autónomo de donde proceden.

EL PRIORATO SIMPLE

Condiciones

Art.18.

El Priorato simple se erige canónicamente si además de los

requisitos generales para las fundaciones se dan las siguientes condiciones:

a) una comunidad monástica que tenga al menos cuatro profesos de

votos solemnes incluido el Prior;

b) un lugar apto para llevar una vida regular;

c) unas condiciones en las cuales la comunidad pueda proveer a las

necesidades de la vida.

Autoridad competente

Art.19.

El consentimiento para erigir un Priorato simple, con el

consentimiento del Capitulo conventual de un monasterio autónomo, lo da:

a) para los monasterios pertenecientes a alguna Congregación el

Capitulo de la Congregación en conformidad con la norma de las

Page 450: Los Cistercienses

Estatutos de fondaciones – Normas generales

450

Constituciones de cada Congregación a no ser que en dichas Constituciones

se establezca otra cosa;

b) para los monasterios incorporados a la Orden que no pertenecen a

ninguna Congregación, el Capitulo de la Orden o el Sínodo de la Orden

según la norma de las Constituciones de la Orden.

Autonomía

Art.20.

Si no hay otra disposición, según el derecho canónico el Priorato

simple no tiene ni miembros propios, ni Capitulo conventual propio sino que

en todo esto depende del monasterio autónomo al que pertenece o, por

derecho particular, del Capitulo de la Congregación, y goza de aquella

autonomía que se le concede por el Superior del monasterio autónomo,

conforme a la norma del derecho.

Art.21.

Los monjes residentes en un Priorato simple conservan los derechos

capitulares en el monasterio autónomo, según las Constituciones de cada

Congregación.

EL PRIORATO CONVENTUAL

Condiciones

Art.22.

En la fundación de un monasterio autónomo, o en el cambio de un

Priorato simple a monasterio autónomo, además de los requisitos generales

para las fundaciones se requiere:

a) una comunidad monástica que comprenda un número suficiente

de monjes, de forma que la constituya además del Prior conventual por lo

menos ocho profesos de votos solemnes, que declaren tener firme propósito

de pertenecer a este monasterio de modo estable;

b) condiciones por las cuales la nueva comunidad pueda proveer por

sí misma a las necesidades de la vida conventual;

c) fundada esperanza de que se recibirán y formarán candidatos

principalmente del lugar de la fundación, para afirmar y aumentar la

comunidad o bien que habrá siempre un número conveniente de monjes, aun

cuando deban provenir de otros monasterios;

Page 451: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

451

d) que den buen testimonio de vida fraterna en común3 y tengan

lugares aptos para ejercitar la vida regular.

Art.23.

De estas condiciones no podrán dispensar ni el Capítulo de la

Congregación respectiva, ni el Capítulo General de la Orden, ni el Sínodo de

la Orden, si se trata de un monasterio fuera de las Congregaciones, que haya

de ser incorporado directamente a la Orden.

Art.24.

Un Priorato simple no se erigirá en monasterio autónomo antes de

que se tenga la certeza de su estabilidad y evolución.

Autoridad competente

Art.25.

El consentimiento para erigir un Priorato conventual, una vez

obtenido el voto deliberativo del Capitulo del monasterio del que depende el

Priorato simple, lo da:

a) para los monasterios pertenecientes a alguna Congregación el

Capitulo de la Congregación según la norma de las Constituciones de cada

Congregación, a no ser que se determine otra cosa en las Constituciones de

cada Congregación;

b) para los monasterios de fuera de las Congregaciones que hayan de

ser incorporados a la Orden, el Capítulo General de la Orden o el Sínodo de

la Orden, según la norma de las Constituciones de la Orden.

Art.26.

La erección de un monasterio de monjas en Priorato conventual se

hará además oído el parecer del Padre Inmediato, si lo tiene.

Autonomía

Art.27.

El Priorato conventual goza de autonomía, esto es, tiene los derechos

y deberes y privilegios que el mismo derecho y la legítima costumbre hayan

atribuido al monasterio autónomo.

3 cfr.CIC can. 602.

Page 452: Los Cistercienses

Estatutos de fondaciones – Normas generales

452

LA ABADÍA

Condiciones

Art.28.

Un Priorato conventual puede erigirse en Abadía si, además de los

requisitos generales para las fundaciones, y las condiciones prescritas en el

art. 22 de este Estatuto, haya una comunidad monástica compuesta al menos

por trece profesos de votos solemnes incluido el Superior.

Art.29.

De estas condiciones no podrá dispensar ni el Capitulo de la

Congregación respectiva ni el Capitulo General o el Sínodo de la Orden, si

se trata de un monasterio fuera de una Congregación directamente

incorporado a la Orden.

Autoridad competente

Art.30.

El consentimiento para erigir una Abadía, con la aprobación del

Capítulo conventual, de un monasterio autónomo, lo da:

a) para los monasterios pertenecientes a una Congregación, el

Capitulo de la Congregación según la norma de las Constituciones de cada

Congregación, oído el parecer del Padre Inmediato si lo hay; a no ser que

disponga otra cosa las Constituciones de cada Congregación;

b) para los monasterios incorporados a la Orden fuera de

Congregaciones, el Capítulo General de la Orden o el Sínodo de la Orden

según la norma de las Constituciones de la Orden y de los presentes

Estatutos.

Art.31.

Un Priorato conventual de monjas se erige en Abadía, oído además

el parecer del Padre Inmediato, si lo tiene.

Art.32.

La Abadía goza de la autonomía, esto es, tiene los derechos,

obligaciones y privilegios que se atribuyen a un monasterio autónomo por el

mismo derecho y por legitima costumbre.

Page 453: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

453

III. DE LA REDUCCIÓN O SUPRESIÓN DE LOS

MONASTERIOS

REDUCCIÓN DE UNA ABADÍA A PRIORATO CONVENTUAL O

SUPRESIÓN

Condiciones

Art.33.

Si posteriormente en alguna Abadía fallara una de las condiciones

para continuar como tal, pueden ser suspendidos algunos derechos y

privilegios de la Abadía por el Capitulo de la Congregación, o si se trata de

monasterio incorporado a la Orden, por el Capítulo General de la Orden o

por el Sínodo de la Orden, principalmente si hubiera disminuido

notablemente el número de monjes prescrito, y fallaran las vocaciones para

reintegrar dicho número.

Autoridad competente

Art. 34.

La Abadía se reduce a Priorato conventual, o consultado el Obispo

Diocesano, se suprime:

a) por decreto del Capitulo de la Congregación según la norma de las

Constituciones de cada Congregación, si la Abadía pertenece a una

Congregación;

b) por decreto del Capítulo General de la Orden, según la norma de

las Constituciones de la Orden si se trata de una Abadía directamente

incorporada a la Orden.

Art.35.

La reducción de una Abadía de monjas a Priorato conventual se hace

oído, además, el parecer del Padre Inmediato, si lo tiene.

Art.36.

La supresión de una Abadía de monjas pertenece a la Sede

Apostólica4 observando lo que en derecho debe observarse.

4 cfr.CIC can. 616 §4.

Page 454: Los Cistercienses

Estatutos de fondaciones – Normas generales

454

Autonomía

Art.37.

La Abadía reducida a Priorato conventual no pierde la autonomía de

la cual goza como monasterio autónomo según el Derecho.

Art.38.

En cuanto a los bienes de la Abadía suprimida se guardan las

prescripciones del derecho, quedando a salvo las voluntades de los

fundadores o bienhechores y los derechos legítimamente adquiridos.

REDUCCIÓN DEL PRIORATO CONVENTUAL A PRIORATO SIMPLE O

SUPRESIÓN

Condiciones

Art.39.

Si después en algún Priorato conventual fallara una de las

condiciones para la erección pueden ser suspendidos algunos derechos y

privilegios de Priorato conventual por el Capítulo de la Congregación, o si se

trata de un monasterio incorporado a la Orden, por el Capítulo General de la

Orden, o por el Sínodo de la Orden principalmente si hubiera disminuido

notablemente el número de monjes prescrito y fallaran las vocaciones para

reintegrar dicho número.

Autoridad competente

Art.40.

Un Priorato conventual sé reduce a Priorato simple, o consultado el

Obispo Diocesano, se suprime:

a) por decreto del Capitulo de la Congregación, según la norma de

las Constituciones de cada Congregación, si el Priorato conventual pertenece

a una Congregación;

b) por decreto del Capítulo General de la Orden, o por el Sínodo de

la Orden conforme a la norma de las Constituciones de la Orden si se trata de

un Priorato conventual inmediatamente incorporado a la Orden.

Art.41.

La reducción de un Priorato conventual de monjas a Priorato simple

se hace, además, oído el parecer del Padre Inmediato si lo tiene.

Page 455: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

455

Art.42.

La supresión de un Priorato conventual de monjas pertenece a la

Sede Apostólica5 observando lo que en derecho debe observarse.

Autonomía

Art.43.

El Priorato conventual reducido a Priorato simple pierde la plena

autonomía de la que gozaba como monasterio autónomo según la norma del

derecho.

En este caso corresponde al Capítulo de la Congregación, o al

Capitulo General de la Orden o al Sínodo de la Orden respectivamente si el

Priorato conventual reducido a Priorato simple pertenece a Congregación o

está incorporado directamente a la Orden, establecer, oída la comunidad, que

el Priorato simple dependa nuevamente del monasterio fundador, o por justa

causa, de otro monasterio autónomo.

Art.44.

En cuanto a los bienes del Priorato conventual suprimido obsérvense

las prescripciones del derecho, quedando a salvo las voluntades de los

fundadores o bienhechores, y los derechos legítimamente adquiridos.

REDUCCIÓN DE UN PRIORATO SIMPLE A RESIDENCIA O SUPRESIÓN

Condiciones

Art.45.

Si posteriormente, en algún Priorato simple fallara al menos una de

las condiciones para ser erigido, el Priorato simple, si se dan las condiciones

determinadas en este Estatuto, debe ser reducido a residencia o suprimido,

observando lo que en derecho debe observarse.

Autoridad competente

Art.46.

Un Priorato simple, legalmente erigido se reduce a residencia o,

consultado el Obispo Diocesano se suprime:

a) por decreto del Capitulo de la Congregación según la norma de

cada Congregación si el Priorato simple pertenece a una Congregación;

5 Cfr.CIC can .616 §4.

Page 456: Los Cistercienses

Estatutos de fondaciones – Normas generales

456

b) por decreto del Capitulo General de la Orden o del Sínodo de la

Orden conforme a la norma de las Constituciones de la Orden si se trata de

un Priorato simple dependiente de un monasterio autónomo incorporado

directamente a la Orden.

Art.47.

La supresión de una casa religiosa de monjas legítimamente erigida

pertenece a la Sede Apostólica6, observando lo que en derecho debe

observarse.

Art.48.

Suprimido legítimamente un Priorato simple, si el Priorato simple

dependía de un monasterio autónomo, los monjes deben retirarse a ese

monasterio.

SUPRESIÓN DE RESIDENCIA

Art.49.

Fallando por cualquier causa el fin de la residencia, la residencia

puede ser suprimida por el Capítulo conventual del monasterio autónomo del

que depende, o por derecho adquirido, por el Capítulo de la Congregación,

conforme a la norma de las Constituciones de cada Congregación,

consultado el Obispo diocesano, y oídos los otros Superiores a quienes

corresponda si la residencia está establecida en interés de diversos

monasterios.

CONCLUSIÓN

Art.50.

Las Congregaciones de nuestra Orden y los monasterios de fuera de

las Congregaciones incorporados a la Orden, están obligados en las futuras

fundaciones a observar las prescripciones de este Estatuto mientras el

Capítulo General de la Orden o el Sínodo de la Orden, según la norma de las

Constituciones de la Orden no disponga otra cosa.

6 Cfr.CIC can .616 §4.

Page 457: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

457

Page 458: Los Cistercienses

458

Page 459: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

459

REGLAMENTO DE FORMACIÓN

EN LA ORDEN CISTERCIENSE

INTRODUCCIÓN

1.

Este Reglamento para la Formación, elaborado por el Sínodo de la

Orden a petición del Capítulo General de la Orden como ley-marco para el

derecho propio de las Congregaciones, ha sido reconocido y aprobado por

este Capítulo General1.

2.

Bajo el nombre de Reglamento para la Formación, en la presente

ordenación se desarrollan las prescripciones para la formación monástica de

los novicios y los profesos temporales y para la formación permanente, y

también para los estudios filosófico-teológicos que se tienen que hacer en la

Orden.

3.

El presente Reglamento para la Formación tiene que ser observado

en la Orden Cisterciense todo entero para la formación de los religiosos,

aunque cada Congregación y cada monasterio no incorporados a una

Congregación tienen que redactar su Programa específico y particular para la

Formación2.

4.

Todo lo que se establece en este Reglamento para la Formación, a

propósito de los monjes, vale igualmente en derecho para las monjas, a

menos que el derecho lo prohíba expresamente en otro lugar o que sea

evidente por la naturaleza misma de las cosas.

1 cfr. Stat. Cap. Gen. 1990:27, Acta Curiae Generalis n.s 37 (1991) 10 y Stat. Cap. Gen.

2000:9, ACG 44 (2000) 77-81.

2 cfr. can. 650 §1 y 659-661 CIC, y también el n.85 de la Instrucción Potissimum Institutionis

de la CIVCSVA, AAS 82 (1990) 470-532.

Page 460: Los Cistercienses

Regolamento de formación en la Orden Cisterciense

460

5.

Los costumarios actualmente en vigor que se opongan a las

prescripciones de este Reglamento para la Formación son suprimidos

completamente y no se permite hacerlos revivir.

6.

En la Orden Cisterciense, la formación ha de tener una extrema

importancia para los Superiores y los monjes, porque la vida y la actividad

del Orden dependen de la formación y porque el bien y el futuro de la Orden

se fundamentan en la formación diligentemente realizada.

PRIMERA PARTE

LOS LUGARES PARA LA FORMACIÓN

7.

Un monasterio autónomo canónicamente erigido tiene, en virtud de

un derecho innato, el derecho de formar a sus miembros en su monasterio de

profesión.

8.

Un monasterio no autónomo puede ser erigido en lugar de formación

según el art.11 de éste Reglamento, observando las reglas del derecho.

9.

Una escuela de filosofía y teología puede ser fundada por una

Congregación o por un monasterio de la Orden, observando las normas de la

Conferencia Episcopal de cada nación sobre la formación de los sacerdotes

así como las otras reglas del derecho3.

10.

Salvadas las disposiciones del art.7, un lugar de formación no puede

ser erigido ni puede ser mantenido si faltan las siguientes exigencias:

a) que el lugar sea saludable y adaptado realmente a favorecer la

vida religiosa y provecho de los estudios;

b) que haya una comunidad adecuada y adaptada, en la que haya

Moderadores y profesores en activo que tengan las cualidades y la

experiencia necesarias y que sean en número suficiente para desempeñar su

función;

3 cf. CIC can. 242.

Page 461: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

461

c) que el lugar disponga de una biblioteca y los demás recursos e

instrumentos necesarios para la naturaleza de los estudios, a fin de realizar

investigaciones profundas sobre la doctrina y adquirir la cultura requerida

según las legítimas exigencias y métodos de nuestro tiempo.

11.

Salvadas las disposiciones del art.7, la erección de un nuevo lugar de

formación, su traslado y su supresión debe ser realizado por decreto escrito

dado por:

a) el Abad Presidente de la Congregación con el consentimiento de

su Consejo, para los monasterios que pertenecen a una Congregación;

b) el Abad General con el consentimiento de su Consejo, para los

monasterios que no están incorporados a ninguna Congregación de la Orden.

Una copia del decreto del Abad Presidente debe ser enviada, lo antes

posible, al Abad General.

12.

El Superior de que se habla en el art. 11 no puede dar su

consentimiento por decreto escrito, sin antes haber comprobado por sí

mismo que las condiciones requeridas por el derecho se cumplen fielmente.

13.

Si en el monasterio no se dan las condiciones requeridas por el art.

10, los alumnos deben ser enviados a otro monasterio de la Orden, a fin de

estimular eficazmente a una sólida formación de los alumnos; tal finalidad

debe ser considerada como ley suprema en esta cuestión.

14.

La vigilancia ordinaria de la observancia de este Reglamento de la

Formación es tarea del Visitador Regular. Por consiguiente, el Visitador

durante su visita ha de tener sumo interés sobre esta materia, y en un capítulo

especial anotará cuidadosamente lo que concierne a la formación.

15.

Que el Visitador transmita, lo más pronto posible después de la

visita, un informe particular sobre la formación, respectivamente al Abad

Presidente o al Abad General.

Page 462: Los Cistercienses

Regolamento de formación en la Orden Cisterciense

462

SEGUNDA PARTE

LA DIRECCIÓN Y LA ORGANIZACIÓN DE LOS

ESTUDIOS

16.

Todos los miembros de la comunidad, por su parte, deben cooperar

con el ejemplo de su vida y la oración en el trabajo de la formación4. Por este

motivo, los Superiores no pondrán, en la medida de lo posible, en los

noviciados y casas de estudios, sino religiosos edificantes por el celo que

ponen en la observancia de la regla5.

17.

Incumbe a todos los Superiores de que se habla más abajo la misión

de velar con prudencia por la formación de los religiosos de la Orden, de

apoyarla y promoverla eficazmente a norma del derecho.

18.

El Capítulo General de la Orden o, si no está reunido, el Abad

General con su Consejo, tienen el derecho de velar con prudencia sobre la

observancia de este Reglamento para la Formación y promover eficazmente

su aplicación.

19.

Incumbe al Capítulo de la Congregación o, si no está reunido, al

Abad Presidente de cada Congregación juntamente con su Consejo,

promover eficazmente la formación de los religiosos en su Congregación y

vigilar la observancia del Reglamento para la Formación de la Orden y de la

Congregación.

20.

§1 El Abad, que en el monasterio hace las veces de Cristo, es el Padre

de toda la comunidad monástica y el primero entre sus consiervos, y por

tanto es el primer Moderador de la formación espiritual e intelectual; por eso

considera como un derecho y un deber en el más alto grado formar a sus

hijos.

§2 Por lo que hace a lo que este Abad no puede dar él mismo, que no

dude en confiarlo a personas idóneas que lo lleven a termino bajo su

dirección.

4 cf. CIC can. 652 §4.

5 cf. CIC 1917, can. 554 §3.

Page 463: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

463

§3 El Abad, al escoger auxiliares para la formación, tendrá por norma

firmísima y fundamental no valerse más que de monjes excelentes, celosos

de su estado, debidamente instruidos en las sagradas disciplinas, fervorosos

y bien dotados de cualidades.

La formación de los novicios

21.

El Maestro de los novicios es un profeso solemne que se empeña con

todas sus fuerzas para que los novicios puedan conocer mejor la vocación

divina y la de su propio instituto, experimenten el propio estilo de vida del

instituto y formen una misma mente, un mismo espíritu y un mismo corazón,

y al mismos tiempo, se verifiquen sus intenciones y cualidades.

22.

La finalidad del noviciado exige que las novicios sean formados bajo

la dirección del Maestro, al cual está reservado el gobierno de los novicios,

bajo la autoridad del Abad.

23.

§1 En materia de estudios para el noviciado, se debe observar cuanto

sigue: los novicios se ocuparán con frecuencia en la lectura y en los

ejercicios espirituales para completar su formación. Conviene que ésta

incluya las siguientes disciplinas:

– introducción en los misterios del Cristo;

– introducción a la Sagrada Escritura, especialmente la explicación

de los Salmos;

– introducción a la Liturgia;

– explicación de la Regla de N.S.P. Benito;

– explicación de las Constituciones de la Orden y de la

Congregación o del Monasterio;

– teología espiritual (ascética y mística)

– historia y espiritualidad de nuestra Orden;

– canto litúrgico.

§2 Las clases de estas materias serán impartidas al menos en 12 horas

semanales, si el noviciado no dura más de un año.

24.

Los encargados de dar estas clases a los novicios serán hermanos

cuidadosamente preparados que, libres de otras tareas, puedan desempeñar

su cometido con provecho y continuidad.

Page 464: Los Cistercienses

Regolamento de formación en la Orden Cisterciense

464

La formación de los profesos temporales

25.

§1 El Maestro de los profesos temporales es un profeso solemne que,

con oportunas advertencias y exhortaciones, forme sus almas para la vida y

las virtudes monásticas, teniendo una directa responsabilidad sobre los

profesos en los límites prudentemente indicados por el Abad.

§2 El Maestro de los profesos temporales ha de tener mucha prudencia,

caridad y demás cualidades requeridas, de modo que, con su virtud, su

doctrina, su experiencia, y su celo por la salvación de las almas y con su

destreza, pueda proseguir y completar la obra de la formación monástica

según la edad de los jóvenes, su madurez, su nivel, etc., con la ayuda de la

gracia de Dios.

26.

La responsabilidad del Maestro de los profesos temporales, no es

incompatible con otras obligaciones, basta que tenga tiempo suficiente para

cumplir bien cada responsabilidad.

27.

Después de la primera profesión, la formación de todos los

miembros se completa viviendo plenamente la vida propia del Instituto y

aplicándose más a la realización de su misión, a condición de que en este

periodo se les den normas propias en el Programa de formación de cada

Congregación o monasterio.

28

El curso de formación monástica se debe continuar, animosamente,

desde la profesión temporal hasta la profesión solemne, aunque se puede

hacer de diversas maneras. El propio monasterio es la escuela del servicio

divino y la propia comunidad es formadora si cumple bien la observancia y

la convivencia fraterna en comunidad.

La formación permanente

29.

La formación espiritual, doctrinal y práctica del religioso tiene que

ser continuada con cuidado durante toda la vida.

30.

Conforme a las normas de la Instrucción Potissimum Institutioni

nn.66-71, cada Congregación y cada monasterio incorporado a la Orden

tienen el deber de preparar y elaborar un Programa de formación permanente

adaptado a sus propios miembros.

Page 465: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

465

31.

Los Superiores deben procurar a los religiosos los medios y el

tiempo necesario para la formación permanente, salvando la disciplina

regular.

Los estudios de filosofía y teología

32.

§1 El Prefecto de estudios tiene la responsabilidad inmediata de los

estudios, preside la organización y la disciplina de éstos, y cuida de la

dirección de los profesores y de los estudiantes en cuanto se refiere a estos

estudios, las clases, los ejercicios, etc.

§2 El Prefecto de estudios es un profeso solemne dotado de una sólida

doctrina y una vasta cultura, sobre todo en lo que concierne a las materias

estudiadas, dotado de juicio bueno y justo, hombre de paz y de concordia,

cumplidor sincero de la voluntad del Abad, amante de los jóvenes.

33.

La formación espiritual de los alumnos y su formación doctrinal

tienen que estar bien armonizadas de modo que todos, según la índole de

cada uno, juntamente con la debida madurez humana, adquieran un espíritu

evangélico y una estrecha unión con Cristo6.

34.

A todos los sacerdotes de nuestra Orden que hayan terminado el

curso teológico, se les exhorta encarecidamente a hacer un año de

experiencia parroquial, durante el cual, bajo el cuidado del responsable, los

alumnos se preparen especialmente para el tipo de apostolado propio de su

monasterio.

35.

Para los oficios de profesores de disciplinas filosóficas, teológicas y

jurídicas, deben ser nombrados por el Abad, después de haber oído a su

Consejo, solamente aquellos que, además de sus virtudes, hayan obtenido el

doctorado o la licenciatura en una universidad o facultad reconocida por la

Santa Sede7.

36.

Se ha de tener cuidado de nombrar distintos profesores que enseñen

Sagrada Escritura, dogmática, moral, liturgia, filosofía, derecho canónico,

6 Cf. CIC can. 224.

7 cf. CIC can. 253 §.1.

Page 466: Los Cistercienses

Regolamento de formación en la Orden Cisterciense

466

historia de la Iglesia y las otras disciplinas, de modo que sean enseñadas

cada una con su método propio8

37.

§1 El Abad, en la medida de lo posible, procurará enviar monjes

idóneos para cursar estudios superiores, de manera que no falten nunca en

los monasterios quienes posean los títulos requeridos para enseñar.

§2 Se recomienda a los Superiores que manden a los monjes idóneos al

Colegio Internacional S. Bernardo en Roma, para que sigan sus estudios en

las Universidades Pontificias.

§3 Si no es posible organizar un lugar de estudios para la filosofía y la

teología, los Superiores deben mandar a los hermanos, principalmente los

destinados al sacerdocio, a institutos reconocidos por su sana doctrina

católica.

38.

En cuánto a otros requisitos y el modo de nombrar Maestros de

novicios, Maestros de profesos y Prefectos de estudios, hágase según el

derecho propio de cada Congregación o monasterio directamente

incorporado a la Orden, observando las disposiciones del derecho.

39.

El curso de formación prescrito se ha de cumplir íntegro y

rigurosamente, en todo su tiempo y grados, por todos los alumnos, y nadie

debe atreverse a dispensar de él o abreviarlo, salvo si lo hace una instancia

superior o por una necesidad apremiante o por una utilidad especial, a juicio

de los Superiores.

CONCLUSIÓN

40.

A la luz de éste Reglamento para la Formación de la Orden

Cisterciense, las Congregaciones y los monasterios incorporados a la Orden

deben preparar su propio Programa de Formación para incluirlo en el

derecho propio, y también fijar leyes concretas para su aplicación.

8 cf. CIC can. 253 §2.

Page 467: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

467

Page 468: Los Cistercienses

468

Page 469: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

469

REGLAMENTO A SEGUIR EN LA

CELEBRACIÓN DEL CAPÍTULO

GENERAL

I. CONVOCATORIA, LUGAR Y TIEMPO DEL CAPÍTULO

GENERAL

1.

El Capítulo General, tanto ordinario como extraordinario, debe

convocarse por lo menos tres meses antes de su celebración por el Abad

General, o bien por quien haga sus veces.

2.

En cuanto sea posible, el Capítulo General precedente designará el

lugar de la celebración del Capítulo General ordinario subsiguiente. Si por

causa grave no pudiese celebrarse en el lugar designado, o bien el Capítulo

General se abstuviese de designarlo, el Abad General o quien haga sus

veces, con el consentimiento de los Sinodales, dado por lo menos por escrito,

designará el lugar oportuno.

3.

El Sínodo en la sesión que inmediatamente precede al Capítulo

ordinario:

a) señala el mes y el día de comienzo del Capítulo General ordinario,

pero si posteriormente debido a nuevas circunstancias fuera necesario un

cambio, el Abad General o quien haga sus veces, con el consentimiento de

su Consejo, determinará otro día;

b) determina las materias que deben ser inscritas en el convocatoria

de dicho Capítulo General, después de oír la relación del Abad General y de

los Abades Presidentes acerca de los deseos de cada Congregación y por los

monasterios no incorporados a ninguna Congregación, la relacion de alguna

Madre Sinodal desiganada oportunamente por el Consejo del Abad General.

4.

El lugar y tiempo del comienzo del Capítulo General extraordinario,

y también la materia que deba tratarse en él, corresponderá designarlos al

Abad General o a quien haga sus veces con el consentimiento de su Consejo,

Page 470: Los Cistercienses

Regolamento a seguir en la celebración del Capítulo General

470

oído el parecer, al menos por escrito, de los Sinodales, a no ser que el mismo

Sínodo ya lo hubiera decidido, observados los números 2 y 3 a), o bien se

hubiera reservado para sí el asunto.

5.

En las letras de la indictio o convocatoria, se enunciará la materia a

tratar en el Capítulo General de manera clara y, en cuanto fuere posible, con

proposiciones concretas, a no ser que la preparación de la materia fuese

confiada por el Capítulo General, por el Sínodo, o por el Abad General con

su Consejo, según la norma 4, a Comisiones especiales; en cuyo caso las

proposiciones de éstas junto con la relación deberán enviarse a todos los

Capitulares, en tiempo oportuno antes del comienzo del Capítulo.

6.

En el anuncio del Capítulo General, ante todo se comunicarán a los

monasterios de la Orden las preces que deberán inserirse en la Oración de los

fieles por el feliz resultado del Capítulo General.

7.

El Sínodo o, en caso de Capítulo General extraordinario, el Abad

General o quien haga sus veces, con el consenso de su Consejo, elegirá

también al Secretario del próximo Capítulo General.

El Secretario del Capítulo General preparare todo lo necesario en

cuanto a la organización técnica del Capítulo General, sea antes sea durante

el Capítulo, y ejecute cuanto le sea confiado por el Capítulo, por el

Presidente o por los Moderadores. Informará de su trabajo y de sus actos al

Abad General.

II. ORDEN DE PRECEDENCIA EN EL CAPÍTULO

GENERAL

8.

§1 El orden de precedencia será el siguiente:

a) El Abad General, el Abad General emérito, los Abades

Presidentes y el Procurador General, si es Abad, y aquellos que por méritos

insignes adquiridos en favor de la Orden tienen asiento y voz en el Capítulo

General;

b) Los Abades de la Orden debidamente confirmados, aun cuando no

hayan recibido la bendición abacial, que en el momento presente ejercen el

gobierno de algún monasterio independiente, y las Abadesas;

Page 471: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

471

c) Los Abades, que están presentes en el Capítulo sea como

miembros del Capítulo, sea como Delegados, pero que en el momento

presente no ejercen el gobierno de ningún Monasterio independiente;

d) El Procurador General, si no es Abad;

e) Los Priores conventuales y las Prioras conventuales;

f) Los Administradores de Abadías o Prioratos independientes;

g) Los Delegados de las Congregaciones elegidos según el art. 55, b

y c de las Constituciones de la Orden.

§2 Entre los que pertenecen a un mismo grado:

a) si se trata de Abades, en los que hay igualdad de cargo, precederá

el más antiguo en abadiato; si hubieran sido hechos Abades al mismo

tiempo, precederá el más antiguo en profesión; y si al mismo tiempo

hubieran hecho profesión, el más anciano en edad;

b) entre aquellos que no son Abades, la precedencia se ordenará de

manera que los más antiguos en el cargo de Prior conventual de un Priorato

independiente, precedan a los demás; si hubieran sido hechos Priores

conventuales al mismo tiempo, precederá el más antiguo en profesión; si

también hubiera paridad en ello, precederá el de más edad; los Delegados, en

fin, se sentarán según el tiempo de profesión, y en caso de paridad se

decidirá por la edad.

III. COSAS QUE DEBEN PREPARARSE

INMEDIATAMENTE ANTES DEL COMIENZO DEL

CAPÍTULO GENERAL

9.

Inmediatamente antes de comenzar el Capítulo General, el Secretario

del Capítulo redactará y distribuirá a todos los Capitulares tres listas:

a) lista de los Capitulares que contenga el nombre de aquellos que

tienen sede y voz en el Capítulo General en virtud de su cargo, y también los

nombres de los que han sido elegidos Delegados (por tanto, relación de

cuantos han sido convocados al Capítulo General);

b) lista de los Capitulares presentes según su orden (cf. n. 8), con la

indicación precisa del lugar y habitación que ocupan;

c) lista de los Consultores y de todos los demás que estén presentes

en el Capítulo General, con la correspondiente indicación de la habitación.

Page 472: Los Cistercienses

Regolamento a seguir en la celebración del Capítulo General

472

10.

Los Delegados elegidos y los Delegados de los Capitulares que

tienen sede y voz en el Capítulo General, antes de la primera sesión

presentarán el documento de su delegación o representación al Abad

General, el cual en la primera sesión del Capítulo, al hacer el reconocimiento

de los Capitulares, lo entregará al primer Notario del Capítulo.

IV.COMIENZO DEL CAPÍTULO GENERAL

11.

En la hora fijada se celebrará la Misa del Espíritu Santo con la

oración Infunde y la conveniente oración de los fieles, concelebrando o

asistiendo todos los Capitulares.

12.

En el Aula del Capítulo, a la hora establecida, todos se arrodillarán

y, entonando el Presidente del Capítulo, todos los Capitulares cantarán el

himno Veni, Creator Spiritus con el versículo y oraciones.

13.

Después de la oración el Presidente del Capítulo dice Benedicite, a

lo que los Capitulares responden Dominus, y el Presidente pronuncia el

discurso de apertura.

14.

Terminado el discurso, se nombran los Notarios del Capítulo

General, y el primer Notario lee seguidamente la lista de los Capitulares

presentes (ver más arriba n. 9 b). Leído el nombre propio, el Capitular se

levanta y dice: Adsum.

15.

Sigue el juramento de los Escrutadores. Los dos Abades o Abadesas

más jóvenes en edad abacial harán el oficio de escrutadores, los cuales

inmediatamente emitirán el juramento siguiente:

Iuro me servaturum secretum de iis quae forsan in scrutationibus

sciverim. Sic me Deus adiuvet et haec sancta Dei Evangelia. (Juro

que guardaré secreto de lo que pueda llegar a saber en los

escrutinios. Así Dios me ayude y estos Santos Evangelios.)

16.

Si debe hacerse elección de Abad General en el Capítulo General,

también el Presidente del Capítulo y todos los electores hacen juramento.

Estando todos en pie, el Presidente del Capítulo, de pie y tocando con ambas

Page 473: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

473

manos el texto de los Evangelios abierto, hará juramento de observar

fidelidad bajo la fórmula siguiente:

Ego Fr. N. testem invoco Deum in electione facienda me sine fraude

et dolo versaturum ac eum electurum quem credam Ordini nostro in

spiritualibus et temporalibus utiliorem. Sic me Deus adiuvet et haec

sancta Dei Evangelia. (Yo Fray N. pongo a Dios por testigo de que

actuaré sin fraude ni engaño en la elección que hay que hacer, y de

que voy a elegir a quien crea más provechoso tanto en lo espiritual

como en lo temporal para nuestra Orden. Así Dios me ayude y estos

Santos Evangelios.)

A continuación todos los electores a la vez, estando en pie en sus

lugares, emiten juramento con esta fórmula:

Ego Fr. N. iuro et promitto omnipotenti Deo eum me electurum

quem credam futurum Ordini nostro in spiritualibus et temporalibus

utiliorem. (Yo Fray N. juro y prometo a Dios omnipotente que voy a

elegir a quien yo crea que será más provechoso tanto en lo

espiritual como en lo temporal para nuestra Orden.)

Después cada uno de los electores según el orden de precedencia se

acercan al Presidente y tocan con ambas manos el texto del Evangelio

diciendo:

Sic me Deus adiuvet et haec sancta Dei Evangelia. (Así Dios me

ayude y estos Santos Evangelios.)

En la elección del Procurador General, de los Moderadores del

Capítulo General, y demás cargos, no emiten juramento ni el Presidente del

Capítulo ni los electores.

17.

Hecho todo lo cual, se procede a la elección de tres Moderadores

escogidos de entre los miembros del Capítulo (los cuales pueden no ser

Abades), cuya misión, sucediéndose entre ellos, consiste en dirigir los

trabajos del Capítulo General preparando las sesiones y ordenando las

intervenciones, de acuerdo con el presente Reglamento.

V. LAS ELECCIONES

18.

Las elecciones se desarrollan como sigue:

A. Si se trata de la elección del Abad General, Procurador General,

Padres y Madres Sinodales, y Consejeros del Abad General:

Page 474: Los Cistercienses

Regolamento a seguir en la celebración del Capítulo General

474

a) El Secretario o la Secretaria del Capítulo General, antes del

comienzo del Capítulo prepara sobres y papeletas en número suficiente [en

el caso que no se utilice el sistema electrónico previsto en el art. 28].

b) El Secretario y sus ayudantes distribuyen a cada votante las

papeletas antedichas. A continuación el elector tomando la papeleta escribe

el nombre de aquel a quien quiere dar su voto. Finalmente los Escrutadores

recogen los sobres con los votos, y los llevan a la mesa del Presidente.

c) Los Escrutadores acudirán al enfermo que no pueda estar

presente, en tanto que se halle en la casa donde se celebra el Capítulo

General, a fin de que también él pueda emitir su voto.

d) Recogidos todos los sufragios, el primer Escrutador los removerá

con la mano, los extraerá de la urna y hará el recuento, de manera que se

compruebe si corresponden al número de los electores. Si tan sólo hubiese

uno de más, el Presidente del Capítulo declarará nula la elección y,

destruidos los sobres con los sufragios que contienen, se repetirá la elección

o sufragio.

e) A continuación el primer Escrutador muestra el voto al segundo

Escrutador, y en el caso de elección del Abad General y del Procurador

General, lee en voz alta el nombre de aquel a quien se ha dado el voto;

después deposita el sufragio en la urna. El segundo Escrutador y los Notarios

anotan los sufragios que cada cual ha obtenido.

f) Únicamente se tienen en cuenta los votos válidos.

g) Terminado el escrutinio de los sufragios, si hubiere el número

requerido de votos, se proclama(n) al elegido (a los elegidos); si no lo

hubiere, después de un breve intervalo se procede a nueva elección.

B. Los Substitutos para el Sínodo, para el Consejo del Abad General y

para las Comisiones, se elegirán después de la elección de los miembros

efectivos, procediendo según la norma de lo dicho en A.

C. Cuando deban elegirse a varios para un mismo oficio, y se requiera

mayoría absoluta de votos, se dan tantos nombres como miembros hay que

elegir.

19.

Los Oficiales del Capítulo General, debidamente elegidos, deberán

asumir de inmediato sus oficios. En la elección del Abad General y del

Procurador General, de los Sinodales y del Consejo, se requiere el

consentimiento de los elegidos, manifestado del siguiente modo:

Page 475: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

475

a) Si el elegido está presente en el Capítulo General, el Presidente

del Capítulo le pedirá si da su consentimiento a la elección.

El elegido le responderá:

Ego N.N. electus in munus Abbatis Generalis (Procuratoris

Generalis) electioni consentio. (Yo …, elegido para el cargo de

Abad General (Procurador General), doy mi consentimiento a la

elecció).

Dicho consentimiento puede también manifestarse con otras palabras

semejantes, mientras expresen claramente el mismo.

El Abad General recién elegido, una vez manifestado su

consentimiento, inmediatamente emite la profesión de fe según la fórmula

prescrita por la Santa Sede1.

b) Si el elegido no está presente, se le notificará cuanto antes la

elección, y se observará lo que prescribe el art. 91 § 3 de las Constituciones

de la Orden.

VI. LOS TRABAJOS DEL CAPÍTULO GENERAL

20.

En el Capítulo General nadie tomará la palabra sino estando de pie,

excepto el Presidente y el Moderador de la sesión, estando todos los demás

sentados escuchando lo que se dice. Si alguno debe leer un texto más

extenso, o por otra causa no puede estar de pie, pedirá permiso al Presidente

para hacerlo sentado.

A nadie le estará permitido interrumpir la intervención o hacer algún

comentario; únicamente el Presidente del Capítulo y el Moderador de la

sesión tienen el derecho y el oficio de intervenir, para que el Reglamento a

seguir en la celebración del Capítulo General sea observado debidamente.

21.

Si álguien por alguna causa mayor, una vez empezada la sesión,

debe salir del aula del Capítulo General, y antes de la sesión no ha podido

notificarlo al Presidente del Capítulo y al primer Notario, comunicará su

salida a los Notarios.

1 cf. AAS 81, 1989, p. 104-106.

Page 476: Los Cistercienses

Regolamento a seguir en la celebración del Capítulo General

476

22.

A su debido tiempo, se dará a conocer a los Capitulares y

Consultores el orden de cada uno de los temas que van a ser tratados. Se

indicará, además, al final de cada sesión, el tema (o los temas) que van a ser

tratados en la sesión siguiente. Corresponde a los Moderadores dar a conocer

dichas indicaciones, después de haberlo tratado entre sí, con el Presidente del

Capítulo y también con los relatores, comunicando también el nombre del

relator del tema respectivo. El parecer de los Moderadores, sin embargo,

deberá someterse a votación del Capítulo General aun cuando lo pida un solo

Capitular.

23.

Los temas a tratar en el Capítulo General se dividen en:

a) relaciones, que de por sí no van destinadas a conseguir ninguna

definición del Capítulo General. Tales son, por ejemplo, las relaciones del

Abad General, de los Abades Presidentes y de otros2, así como también las

relaciones que se presentan a título de información de los Capitulares.

Además, sobre estas relaciones podrán hacerse preguntas, incluso

debates propiamente dichos; y si de ello aparece la necesidad de llegar a

alguna definición, las proposiciones a discutir y a definir deben presentarse

de manera separada, tal como se hace para otros temas.

b) proposiciones sobre algún texto o sobre alguna definición, de los

que se trata en el Capítulo General (aun cuando no necesariamente deba

llegarse a una determinación).

24.

La discusión de los argumentos.

Para que la discusión proceda adecuadamente, y en tanto que sea

posible con agilidad, se observará lo siguiente:

1) El breve resumen del tema o la proposición de una definición se

distribuirá a los Capitulares, de manera que se les deje tiempo suficiente para

que puedan recoger pareceres, madurar juicios y decidir el voto.

2) La discusión, según la naturaleza de la materia, puede dividirse en

discusión general o particular. En la discusión general se trata de principios

fundamentales y generalidades acerca de la materia de que se trata y que se

echan de menos en algún punto, o bien acerca del lugar que ocupa; en la

2 cf. art. 54, 81 y 41 de las Constituciones de la Orden.

Page 477: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

477

discusión especial (una vez terminada la discusión general) se trata sólo de

parte de alguna de las proposiciones.

3) Corresponde a los Moderadores decidir si la discusión debe

dividirse o no en general y especial. Pero el parecer de los Moderadores

deberá someterse a votación del Capítulo General, aun cuando lo pida tan

sólo un Capitular.

4) En el día y orden establecidos, el Moderador de la sesión llama al

relator (o relatores) debidamente señalado, el cual brevemente presenta el

tema. Cuando se trate de cuestiones de mayor importancia, el Relator leerá

su relación, y dentro por lo menos de 24 horas de haberla leída, si no ha

podido hacerlo antes, deberá entregarla por escrito a todos los Capitulares y

Notarios. Después de la relación se podrá hacer alguna pregunta, si en la

exposición a algún Capitular le ha parecido alguna cosa menos clara, a cuya

cuestión el Relator puede dar respuesta inmediatamente; en cambio, no

podrán proponerse opiniones contrarias.

5) Después de la exposición del Relator hecha ante el Capítulo, a no

ser que se interponga una pausa, se puede hacer la discusión en grupos

lingüísticos, concediéndoles el tiempo debido. Allí se designan

oportunamente el relator o los relatores y, si sobre alguna cuestión no hay

unanimidad, expónganse también las opiniones divergentes.

6) Terminado el trabajo en los grupos lingüísticos, el Moderador de

la sesión primeramente llama en el Capítulo a aquellos que, ya antes del

comienzo de la sesión, dieron su nombre para el debate, poniéndolo por

escrito en un papel sobre la mesa de los Notarios; y se hará siguiendo el

orden de la inscripción; después seguirán aquellos que manifiesten en aquel

momento el deseo de hablar. Este deseo se expresará levantando la mano.

7) En cuanto sea posible, todos los oradores redactarán por escrito su

intervención y la entregarán a todos los presentes. Las exposiciones deberán

disponerse de tal manera que primeramente traten de la materia en general, y

luego de las cuestiones en particular, y en cuanto sea posible conservando el

orden del esquema o de la definición propuesta. Quien estime que deberían

enmendarse palabras o aspectos de alguna de las definiciones propuestas,

procure proponer por escrito las fórmulas que deberían substituir a las

anteriores (como "enmiendas"). Se da por terminada la discusión de algún

tema, solamente cuando no haya ningún otro orador que desee hablar del

mismo. Sin embargo, cuando la discusión ya ha sido suficientemente larga y

el tiempo urge, el Presidente del Capítulo juntamente con los Moderadores

propone que el Capítulo decida terminar la discusión. Los debates de mayor

importancia no se pueden dar por terminados, antes que la relación de la cual

Page 478: Los Cistercienses

Regolamento a seguir en la celebración del Capítulo General

478

trata el n. 4) haya sido entregada a todos los presentes, concediendo medio

día para que pueda ser leída por todos los Capitulares.

8) Al final de la discusión tanto general como especial, o bien si se

cree oportuno también al comienzo o al final de las sesiones, el Relator del

tema podrá responder, si es posible con brevedad, a las cuestiones propuestas

por los Capitulares. De manera semejante los Capitulares que hubieren

intervenido en la discusión, podrán declarar haber modificado su

pensamiento sobre el tema.

9) Terminada la discusión, se concederá al Relator (o, si la hubiere, a

la Comisión instituida para alguna materia) un tiempo conveniente, a fin de

preparar el esquema para su nuevo estudio. Entre tanto podrá proseguirse en

el examen de los demás esquemas o proposiciones.

10) Acabado el trabajo necesario (de la revisión de las enmiendas, y

de las intervenciones de los Capitulares) para la modificación del esquema,

el Relator presentará un elenco de las enmiendas con una breve relación de

cada una de las modificaciones. Sobre cada una (o bien de varias a la vez) de

las enmiendas introducidas por la Comisión o por el Relator, los emiten su

voto de placet o non placet.

11) Para que un texto ya definitivamente resuelto se examine de

nuevo, o bien alguna parte del mismo se enmiende, se requiere una petición

por escrito firmada por lo menos por treinta Capitulares. En este caso el

Capítulo General oirá la exposición, que no sobrepase los diez minutos,

hecha por el Orador designado por los peticionarios, y en la sesión siguiente

se decidirá por votación si se acepta o no un nuevo examen del texto.

25.

Nuevas cuestiones:

a) Cada uno de los Capitulares puede proponer nuevas cuestiones,

haciendo la petición por escrito y entregándola al Presidente del Capítulo

General; en esta propuesta debe delinear brevemente el tema a discutir, y las

razones en que se apoya su petición.

b) Corresponde al Capítulo General juzgar sobre la admisión de

dicha petición, después de haber oído la argumentación del peticionario (o

del que representa a los peticionarios), que no deberá superar los quince

minutos. No se hará votación inmediatamente después de la exposición, sino

solamente en la sesión del día siguiente, sobre la inclusión o no inclusión de

lo expuesto, en la lista de los temas a tratar.

Page 479: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

479

26.

No podrán admitirse propuestas que pidan la exclusión de algún

tema inserto en la relación de temas a tratar y aún no discutido.

VII. LAS VOTACIONES

27.

Las clases de votaciones son las siguientes:

1) votación sobre la manera de proceder en el Capítulo General;

2) votaciones sobre las propuestas de definiciones, que pueden ser:

a) votación indicativa, que no decide una determinada

cuestión, pero que expresa de modo general el pensamiento de los

Capitulares, para hacer más fácil el trabajo del Relator (o de la

Comisión);

b) votación consultiva sobre algún esquema o proposición (o

una parte del mismo), que se hace por medio de placet, non placet, y

placet iuxta modum;

c) votación sobre enmiendas por medio de placet o non

placet;

d) votación definitiva por placet o non placet.

El Moderador de la sesión debe indicar siempre de qué clase de

votación se trata.

28.

Los sistemas de votación pueden ser los siguientes:

1) por medio de bolas, en cuyo caso los Escrutadores distribuyen a

cada Capitular tres bolas, una blanca que significa aceptación, otra negra que

significa no aceptación, y una tercera de otro color que significa abstención

de voto;

2) por medio de aparatos especiales construidos para agilizar las

votaciones;

3) por papeletas adecuadas en las cuales, de las respuestas placet,

non placet (y si conviene placet iuxta modum), se borra lo que no interesa o

bien se subraya lo que interesa.

Quien quiera abstenerse de votar, no hará ninguna señal en la

papeleta, o subrayará la palabra abstengo. Las votaciones se hacen según el

método establecido (cf. n. 18 A a.b. d-g), y se omitirá la votación de los

Page 480: Los Cistercienses

Regolamento a seguir en la celebración del Capítulo General

480

enfermos no presentes en el aula, aplicando lo que deba aplicarse. La

votación a mano alzada nunca se admite.

29.

Tiempo oportuno de hacer las votaciones:

No puede hacerse votación inmediatamente después de la

presentación de una propuesta, aun en el caso de que no se haga discusión

sobre ella (ni tan sólo indicativa, cf. n. 27, 2, b), sino solamente al día

siguiente, o a lo sumo en la sesión siguiente, si se trata de votación sobre la

manera de proceder, "indicativa" o "primaria". La votación sobre las

enmiendas y la definitiva, no puede hacerse, observado lo dicho sobre el

orden de las discusiones, sino después de haber entregado a todos los

Capitulares el texto que debe ser votado, por lo menos 24 horas antes de la

votación.

30.

La mayoría necesaria en las votaciones.

a) Sólo se tendrá como definido lo que, observado todo aquello que

prescribe este Reglamento, ha sido definido por el Capítulo General.

b) Para la elección del Abad General se requieren dos terceras partes

de votos en los tres primeros escrutinios. Después de un tercer escrutinio

ineficaz, se hará un cuarto escrutinio en el cual tendrán voz pasiva, y no

activa, solamente aquellos dos candidatos que en el tercer escrutinio

obtuvieron mayoría relativa de votos. En este escrutinio será suficiente

obtener mayoría absoluta de votos. En caso de paridad de votos en el tercer

escrutinio, obtiene voz pasiva para el cuarto escrutinio aquel que es más

antiguo en profesión o promesa, y en caso de igualdad en profesión, aquel

que es mayor en edad; en el cuarto escrutinio se tendrá por elegido el más

antiguo en profesión, o respectivamente en edad. Entre los escrutinios se

hará una pausa.

c) En las elecciones de los Moderadores y demás Oficiales del

Capítulo General, y también de los miembros de las Comisiones que deben

ser elegidos por el Capítulo General, será suficiente la mayoría relativa de

votos.

d) En las demás elecciones que deban hacerse en el Capítulo

General, se requerirá la mayoría absoluta de votos, pero de tal manera que en

el tercer escrutinio solamente tendrán voz pasiva, y no activa, aquellos dos

candidatos que en el segundo escrutinio obtuvieron la mayoría relativa de

votos.

Page 481: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

481

31.

La abstención de voto:

Todo Capitular es totalmente libre de poder abstenerse en cada

votación, sea en la forma descrita anteriormente en el n.28, sea no tomando

parte en la votación.

VIII. LAS COMISIONES QUE ELIGE EL CAPÍTULO

GENERAL

32.

a) Según lo exijan las materias a discutir, el Capítulo General puede

constituir varias Comisiones, cuyos miembros serán elegidos por él mismo

en votación secreta, por mayoría relativa de votos (cf. n. 30 d). Podrán ser

elegidos como miembros de tales Comisiones también los Consultores

presentes en el Capítulo General. Las mismas Comisiones se elegirán su

Presidente y si les parece conveniente podrán llamar a Consultores que estén

presentes en el Capítulo General.

b) La actividad del Capítulo General se concreta en leyes y decretos

que obligan a toda la Orden, a no ser que vayan contra la finalidad especial o

contra las Constituciones de alguna Congregación aprobadas por la Santa

Sede, y también en resoluciones, declaraciones y propuestas. En caso de

duda acerca de si algo va contra la finalidad especial o contra las

Constituciones de alguna Congregación aprobadas por la Santa Sede, el

Capítulo General decide la cuestión, después de oír la relación de la parte

afectada. Este decreto aprobado con 2/3 partes de los votos del Capítulo

General obliga a toda la Orden por decisión de este mismo Capítulo.

c) Corresponde a las Comisiones, para toda clase de asuntos,

proponer al Capítulo General las peticiones que haya que someter a

votación, o bien indicarle el camino que aun queda por recorrer, según el

parecer de la Comisión, antes de poder definirse sobre el tema.

d) Cada una de las Comisiones debe hacer, durante el mismo

Capítulo General, una relación de los trabajos realizados; igualmente, las

proposiciones preparadas por la Comisión deben someterse a la discusión del

Capítulo General.

f) Si en la Comisión no hubiere habido unanimidad acerca de alguna

cuestión, el Relator expondrá brevemente las opiniones divergentes.

Page 482: Los Cistercienses

Regolamento a seguir en la celebración del Capítulo General

482

IX. IDIOMA A USAR

33.

Además de la lengua latina que debe usarse en la redacción de las

cuestiones y definiciones a proponer al Capítulo General, se admite también

el alemán, el francés, el español y el italiano3; lo que habrá sido pronunciado

en una de estas lenguas, debe ser inmediatamente traducido a las otras. Se

debe emplear el latín en las Actas del Capítulo General.

X. COMIENZO Y FIN DE CADA SESIÓN, Y CONCLUSIÓN

DEL CAPÍTULO GENERAL

34.

Cada sesión del Capítulo General, excepto la inaugural del mismo,

empieza como sigue:

En la hora indicada por el Presidente del Capítulo, él mismo recita la

antífona:

Veni, Sancte Spiritus, reple tuorum corda fidelium et tui amoris in

eis ignem accende.

V/. Emitte Spiritum tuum et creabuntur.

R/. Et renovabis faciem terrae.

Oremus.

Deus, qui corda fidelium Sancti Spiritus illustratione docuisti, da

nobis in eodem Spiritu recta sapere et de eius semper consolatione

gaudere, per Christum Dominum Nostrum. Amen.

A continuación el Moderador indica la materia a tratar en la sesión.

35.

Todas las sesiones del Capítulo General, excepto la última, terminan

de este modo:

Estando todos en pie, el Presidente dice:

V/. Adiutorium nostrum in nomine Domini.

R/. Qui fecit coelum et terram.

V/. Fidelium animae per misericordiam Dei requiescant in pace.

R/. Amen.

3 Se ha mantenido, en la traducción, el orden alfabético del original latino.

Page 483: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

483

36.

Al final del Capítulo General, el Abad General entona el himno Te

Deum, añadiendo el Verso y la Oración de acción de gracias.

XI. PROTOCOLO Y PUBLICACIÓN DE LAS

DEFINICIONES

37.

Corresponde a los Notarios redactar el Protocolo, que debe ser

aprobado por el Capítulo General, o bien distribuyendo con antelación, a su

debido tiempo, en folios escritos, el texto del Protocolo.

38.

Cada Capitular, por lo menos dentro de los dos meses siguientes al

término del Capítulo General, recibirá una copia íntegra del Protocolo,

incluidos aquellos alegatos que constituyen parte integral de las discusiones,

exceptuando aquellos alegatos que el Capítulo General juzgue como

secretos, para ser conservados únicamente en el archivo de la Curia General.

39.

Las Definiciones del Capítulo General se publicarán en las Actae

Curiae Generalis, sin notas ni cualquier comentario, a no ser que se añada

con la autoridad del Capítulo General.

40.

Deberá además añadirse, en forma de nota, todo indulto o decreto

obtenido de la Santa Sede acerca de una materia tratada en una definición.

XII. LA AUTORIDAD DE ESTE REGLAMENTO A SEGUIR

EN LA CELEBRACIÓN DEL CAPÍTULO GENERAL

41.

El Capítulo General no puede cambiar el presente Reglamento sino

manteniendo el orden prescrito de debate. Para introducir algún cambio se

requiere y es suficiente, en este caso, la mayoría absoluta de los votos. Para

que, en un caso especial, pueda suspenderse alguna prescripción de este

Reglamento sin discusión previa, se requiere la mayoría de dos terceras

partes de los votos.

Page 484: Los Cistercienses

484

Page 485: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

485

MENSAJE DEL CAPÍTULO GENERAL DE LA ORDEN CISTERCIENSE A

LOS MIEMBROS DE LA ORDEN SOBRE

LA COMUNIÓN

EN LA FAMILIA CISTERCIENSE

I. FINALIDAD DE ESTE MENSAJE

1.

Llegado el jubileo del año 2000, el Capítulo General se alegra de las

crecientes relaciones mutuas y de la comunión vigente en la familia

cisterciense. A todo ello ha dado un impulso especial la nueva e

incrementada cercanía que hemos experimentado entre los miembros, desde

el año 1998, con ocasión del noveno centenario de la fundación de Cister.

2.

Deseando grandemente que todos los monjes y monjas que

consideran como madre a Cister, fundado hace más de nueve siglos, crezcan

en el mutuo conocimiento y en la comunión fraterna, establecemos algunos

principios, para los monasterios y los miembros de la Orden Cisterciense,

para explicar en qué sentido y de qué modo entendemos esta comunión en la

familia cisterciense, y por qué procedimiento se puede incluso hacer más

profunda.

3.

En este tema, ante todo, es preciso tener ante los ojos lo que dice el

Apóstol: manteniéndonos en la verdad, en todo crezcamos en caridad1,–

esto es, queremos reconocer y aceptar sincera y plenamente toda la realidad

de hoy, tal come ella represente hoy a la familia cisterciense después de una

historia de 900 años.

1 Ef. 4,15.

Page 486: Los Cistercienses

Mensaje del Capítulo General de la Orden Cisterciense a los miembros de

la Orden sobre la comunión en la Familia Cisterciense

486

4.

Pretendemos promover la comunión y la caridad en la familia

cisterciense sobre el fundamento de la verdad, evitando la utopía, que más

bien produciría un sentimiento de frustración y a la postre una mayor

enajenación. La razón fundamental que nos invita a un trabajo sobrio y

realista para promover la comunión en la familia cisterciense, proviene de

aquella visión que la misma Carta de Caridad nos recomienda a todos

nosotros, hijos e hijas de Cister, al decir: una caritate, una regula,

similibusque vivamus moribus (vivamos con una misma caridad, una misma

regla y costumbres parecidas)2.

II. ¿QUÉ SE ENTIENDE POR FAMILIA CISTERCIENSE?

5.

La expresión "familia cisterciense" la utilizó ya el Papa León XIII.

Éste, sin duda en el año 1902, o poco tiempo antes, al escribir el Breve

Apostólico Non mediocri a la Orden Cisterciense de la Estricta Observancia,

surgida en el año 1892, para determinar los derechos y privilegios de esa

Orden, usa la expresión "familia cisterciense", con la que abarca las dos

Ordenes, la Cisterciense y la de los Cistercienses de la Estricta Observancia3.

6.

El Papa Juan Pablo II vuelve a tomar las mismas palabras en la carta

apostólica escrita el día 6 de marzo del año 1998, en la que, con ocasión del

noveno centenario de la fundación de Cister, invita a la gran familia

cisterciense a volver a la fuente del carisma de fundadores, para discernir en

ella las promesas de una nueva vitalidad para su camino, que esta llegando

al tercer milenio4.

7.

En la terminología actual, que también se encuentra en el texto

distribuido en la Sinaxis del año 1998 en Cister "familia cisterciense"

significa todas las comunidades que tienen su origen en el antiguo Cister,

aunque no estén unidas jurídicamente entre sí. Estas, según la terminología y

el estado jurídico de nuestro tiempo, se pueden enumerar así:

a) Orden Cisterciense;

2 CC Prior III.

3 cfr. Acta Santae Sedis 35 [1902/03] 385-388.

4 Juan-Pablo II, Carta apostólica de 6 de marzo del año 1998, n.1.

Page 487: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

487

b) Orden Cisterciense de la Estrecha Observancia;

c) Orden de Monjas Cistercienses Bernardas de Esquermes;

d) Monasterios de Monjas Bernardas de la Divina Providencia (de

Suiza);

e) Congregación de las Bernardas de Oudenaarde;

f) Congregación de las Hermanas Cistercienses de la Caridad (de

Anagni, Italia).

En cambio la Congregación de las Monjas Cistercienses de San

Bernardo de España pertenece, según el decreto de la Santa Sede del

día 8 de diciembre del año 1994, a la letra a), pero está bajo la

autoridad inmediata de la Santa Sede.

De las partes arriba nombradas, solamente a) y b) incluyen

miembros de ambos sexos y son de índole global. Por tanto, en lo referente a

la comunión de la familia cisterciense en sentido universal, nuestras

relaciones con la Orden Cisterciense de la Estricta Observancia pensamos

que son de la máxima importancia, mientras que las relaciones con las otras

partes de la familia tienen más bien un carácter local o regional.

III. LAS FORMAS DE COMUNIÓN EN LA FAMILIA

CISTERCIENSE

8.

Al tratar de la comunión en la familia cisterciense, ante todo es

preciso clarificar a qué formas de comunión nos referimos. El Papa Juan

Pablo II, en su exhortación postsinodal Vita consecrata, habla de cierta

comunión espiritual5, que afirma es una nota esencial de la vida consagrada.

Dice en efecto, que la condición de nuestra vida consiste en la comunión

intima con el Señor, la comunión fraterna con los otros miembros de la

comunidad local, y la comunión con la Iglesia, en cuyo corazón están

nuestros monasterios como ecclesiolae, pequeñas iglesias. Con estas

palabras, el Sumo Pontífice nos recuerda la tarea y el deber de profundizar

nuestra comunión con los otros miembros y partes de la familia cisterciense,

pero, de tal modo, que nuestra identidad no sufra ningún detrimento ni la

subestimemos.

9.

Por eso la comunión que deseamos, no se fundamenta en la unidad

jurídica o en la uniformidad de las observancias, sino en la adhesión al

5 VC 51.

Page 488: Los Cistercienses

Mensaje del Capítulo General de la Orden Cisterciense a los miembros de

la Orden sobre la comunión en la Familia Cisterciense

488

carisma de nuestra vocación cisterciense, en un aprecio de la autenticidad

de las varias formas en que el carisma cisterciense se manifiesta, y en el

deseo ardiente de que esa comunión, gracias a la caridad y la amistad,

crezca cada vez más6.

10.

El espíritu de comunión afecta sobre todo a la disposición interna del

ánimo, al modo de hablar, pensar y actuar sobre los demás en la familia

cisterciense. Referente a eso, es importantísimo que los prejuicios y

sentimientos negativos de unos para con otros desaparezcan, y que las

riquezas de gracia y de carisma cisterciense, que se dan por doquier en esa

familia, sean reconocidas de buen grado.

11.

Este espíritu de comunión es más profundo y de mayor importancia

que los intentos de conseguir nuevas formas para su expresión externa, a

base de cambios en las estructuras históricas y jurídicas, o bien en los

nombres con que se designan las diversas partes de la familia cisterciense.

Desde luego, nuestra Orden tiene su identidad y su estructura, que ha

desarrollado en el transcurso de la historia, mediante tradiciones legítimas.

Esta nuestra identidad cisterciense queda bien de manifiesto en las

Constituciones aprobadas por la Santa Sede, y en los órganos que, hoy en

día, configuran la estructura de la Orden (Capítulo General, Abad General,

las distintas Congregaciones, etc.). Nuestra identidad, que hemos recibido

agradecidos como don de Dios Señor de la historia, y que, por eso, hemos

conservado desde los inicios de Cister, tampoco vamos a permitir ahora de

ningún modo que sea puesta en duda. Ni siquiera lo podemos hacer, ya que

esta identidad nos impele y urge a fomentar y promover el espíritu de

comunión con los demás miembros de la familia cisterciense.

12.

El espíritu de comunión reconoce en primer lugar que el Espíritu de

Dios es el espíritu de unidad que nos debe inspirar. Ya que todo progreso en

la iglesia sólo puede triunfar, si surge de la prontitud para escuchar qué dice

el Espíritu a las iglesias7. Si pues nos mueve el Espíritu de Dios, nuestros

esfuerzos no se desvanecerán como un mero sueño ni, lo que sería peor, van

a ser causa de nuevas heridas, sino que, por el contrario, la bondad de Dios

conducirá nuestra comunión, que Él ha hecho nacer, según sus deseos, a una

mayor plenitud.

6 Mensaje de la Sinaxis de la Familia Cisterciense del ano 1998, n. 6.

7 Ap 2,7; Prol. 11.

Page 489: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

489

IV. PARA UNA RECTA COMPRESIÓN DE NUESTRA

HISTORIA

13.

La diversidad que se encuentra manifiesta y copiosamente en la

familia cisterciense, ha sido el resultado de muchas tensiones y heridas que,

sin embargo, estaban a menudo en estrecha relación con el nacimiento de

nuevas realidades y con la conservación de las antiguas. El Papa Juan

Pablo II, guiando a la iglesia hacia el tercer milenio, la ha invitado a realizar

una purificación de la memoria y, como supremo pastor, dio ejemplo él

mismo a su rebaño. Siguiendo ese ejemplo, pedimos perdón de todo corazón

por todas las ofensas que los hijos e hijas de nuestra Orden hayan cometido

contra otros hijos e hijas de la familia cisterciense. Todos nosotros, a la vista

de nuestra historia, reconocemos tener necesidad de una purificación de la

memoria. Esperamos obtenerla de Dios, con la intercesión de nuestros

hermanos y hermanas en la familia cisterciense.

14.

No podemos pasar en silencio la verdad histórica de aquel proceso

histórico, por el que, en el transcurso de los siglos, la diversidad dentro de la

Orden Cisterciense iba creciendo cada vez más, y que fue especialmente

fuerte entre la Reforma y la Revolución francesa. En el decurso del tiempo,

primeramente, a causa de repetidos intentos de reformar la Orden en Francia,

se originó la lucha de las observancias, en la que, las así llamadas "estrecha"

y "común observancia" combatieron entre sí durante un largo período. Por

último, el desenlace de la Revolución francesa y sus tristes consecuencias

casi extinguieron del todo la vida cisterciense. No obstante, pasadas las

perturbaciones de aquel tiempo, por todas partes surgían algunos nuevos

inicios, que sin duda nacieron con gran diversidad y en discontinuidad con la

vida de los tiempos precedentes. Estos nuevos inicios iban muy unidos con

la sensibilidad de aquella época, con las necesidades pastorales de las

circunstancias de aquel tiempo, con la situación política, así como con

distintos rasgos particulares que afectaban a la tradición cisterciense en cada

región o nación.

15.

Por lo tanto, no hay que admirarse de que la vida cisterciense que

renace en el siglo XIX presente señales de multiplicidad y diversidad, de

modo que los logros de tal reflorecimiento se vieron perturbados por

disensiones y tendencias de disolución y de división. Resurgiendo también

las antiguas tensiones, los monasterios que seguían la tradición de la

"Estrecha Observancia de los primeros tiempos, terminaron preocupándose

por formar entre sí una mayor unidad y uniformidad, mientras que los

Page 490: Los Cistercienses

Mensaje del Capítulo General de la Orden Cisterciense a los miembros de

la Orden sobre la comunión en la Familia Cisterciense

490

monasterios de la "Común Observancia", procuraban mas bien conservar

dentro de la Orden las propias tradiciones. Finalmente, en el último decenio

del siglo XIX las tensiones entre ambas observancias llegaron a tal punto

que algunas Congregaciones de la Estrecha Observancia se unían entre sí, y

al mismo tiempo se separaban de las demás Congregaciones cistercienses

para formar una Orden autónoma.

16

Este proceso histórico del nacimiento de la Orden de los

Cistercienses Reformados de Santa María Virgen de la Trapa (después

llamada Orden de los Cistercienses de la Estrecha Observancia o bien, más

recientemente, Orden Cisterciense de la Estrecha Observancia) lo puede

juzgar cada cual como mejor le parezca, pues incluso los hechos históricos

indiscutibles, muchas veces han sido objeto de varias interpretaciones

subjetivas. Por eso, la purificación de la memoria que desea el Sumo

Pontífice Juan Pablo II, requiere que la historia de dicha separación, como

parte de la historia eclesiástica y de la historia de la Orden y de la familia

cisterciense, se mire y se revise con los ojos de la fe. Si pues aceptamos la

verdad histórica creyendo en la providencia de Dios, adelantaremos hasta

poder considerar a estos acontecimientos, no meramente como causa de

pérdida de antiguos valores o como motivo de escándalo, sin que podemos

ver en ellos la gracia de Dios que, prolongando los dones del Espíritu hasta

nuestros tiempos, ha creado esta diversidad dentro de la familia cisterciense

en beneficio de la Iglesia entera.

17.

Y así estamos dispuestos a descubrir, en los acontecimientos de

nuestra historia que condujeron a la diversidad e incluso a la separación, un

sentido más profundo, de modo semejante a aquella feliz culpa (felix culpa)

que se porclama en la alabanza (Exultet) del cirio pascual todos los años.

Ciertamente, si purificamos de este modo la memoria de nuestra historia,

liberados de tensiones y prejuicios y reconociendo con confianza nuestra

propia identidad, nos haremos aptos para que crezca en nosotros el espíritu

de comunión que intentamos promover.

18.

La cuestión de la comunión en la familia cisterciense, que hoy existe

con una gran diversidad, es en su misma raíz el problema de la unidad en la

diversidad, que la Iglesia, sin duda, experimenta de modo universal, y

nuestra Orden de modo especial. Adhiriéndonos a la Declaración del

Capítulo General de los años 1968/69, reconocemos que el pluralismo en

nuestra Orden es ya un aspecto legítimo, que contribuye a enriquecerla. Pero

dicho pluralismo, podemos considerarlo únicamente como un valor positivo,

Page 491: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

491

cuando, no sólo da lugar a la libertad de espíritu, sino que conserva como es

debido la estabilidad de las instituciones y la fidelidad a la tradición.

V. ¿QUÉ PASOS PUEDEN LLEVAR A UNA MAYOR

COMUNIÓN EN LA FAMILIA CISTERCIENSE?

19.

El Capítulo General cree, que el paso de mayor importancia para

promover el espíritu de comunión, consiste en fomentar aquel gran deseo

con que siempre rogamos nos sea dado vivir el carisma de los fundadores de

Cister. Tal como para nuestros Padres, así también para nosotros, el carisma

cisterciense es el don de Dios que siempre deseamos más profundamente y

que siempre queremos hacer realidad. Al inicio del tercer milenio de la

época cristiana y del décimo siglo de la fundación de Cister, necesitamos

sobre todo procurar aquel esfuerzo común de búsqueda con el que junto con

toda la familia cisterciense, aspiramos al carisma inicial, y rogamos a Dios

que, a través de nosotros y en nosotros, siga ofreciéndolo gratuitamente para

que produzca nuevos frutos. ¿Cuál es el alma de la comunión en la familia

cisterciense, sino el fuego de aquel deseo de nueva vida en el seguimiento de

Cristo que tan insignemente iluminó los inicios de Cister?8

20.

Por otra parte, el Capítulo General recuerda el número 3 de la

alocución del Papa Juan Pablo II al Abad General y a las Abadesas presentes

ante él, del día 26 de septiembre del año 1998. En aquella ocasión, el Sumo

Pontífice confirmó que la Declaración del Capítulo General de los años

1968/69 es un documento fundamental de nuestra Orden, que expresa

claramente cuáles son las fuentes de nuestra vida: el Evangelio, el

magisterio de la Iglesia, la tradición monástica, la Regla de san Benito, las

tradiciones cistercienses, la participación activa en la vida de la Iglesia y de

la sociedad, la acción y la inspiración del Espíritu Santo9. Realmente, el

elenco de las fuentes de nuestra vida se encuentra así ya en el artículo tercero

de las Constituciones de la Orden, que establece: Los principios evangélicos

y teológicos de la vida cisterciense, su unión con la Iglesia y sus valores

fundamentales, además de encontrarse descritos en la Regla de san Benito,

la Carta de Caridad y las Constituciones de cada una de las

8 Carta Apostólica de Juan Pablo II, del día 6 de marzo de 1998, dirigida al Abad de Cister.

9 La Vida Cisterciense actual, nn. 3-11. cf. L'Osservatore Romano 26 septiembre 1998, p. 5;

Acta Curiae Generalis Ordinis Cisterciensis. Commentanum Officiale Nova Series, 42 (1998)

17-18.

Page 492: Los Cistercienses

Mensaje del Capítulo General de la Orden Cisterciense a los miembros de

la Orden sobre la comunión en la Familia Cisterciense

492

Congregaciones, se explican en la Declaración del Capítulo General sobre

los principales elementos de la vida cisterciense actual.

21.

Además, el Capítulo General recomienda en gran manera el ejemplo

de los cistercienses de los primeros tiempos. Porque, ya desde un principio,

las relaciones mutuas entre los Cistercienses sobresalieron por la caridad en

Cristo y por la amistad. Según la Carta de Caridad, el bien de la paz y de la

caridad entre los monasterios y entre los Abades era esencial para la vida

cisterciense10

. Era la tarea y la finalidad para cuya consecución servían los

primeros Capítulos de los Abades de la Orden.

22.

Creemos que esta tarea es válida todavía hoy día. Como los hombres

únicamente pueden vivir en mutua amistad si se conocen, el incremento del

mutuo conocimiento representa un paso esencial para promover la comunión

dentro de la familia cisterciense. El primer grado en el conocimiento mutuo,

es la estima de los dones y valores de que gozan nuestros hermanos y

hermanas en la familia cisterciense. Eso se logra sin duda mediante

contactos mutuos, con varios modos de diálogo e información, así como

también con expresiones amistosas de simpatía, de ayuda y de solidaridad.

En ese trabajo por aumentar la comunión, gozamos igualmente de la amistad

de aquellos que, dentro y fuera de la Iglesia Católica (por ejemplo, en el

contexto luterano) están unidos con nuestros monasterios, y procuran

promover espiritual y culturalmente el patrimonio cisterciense.

23.

Una vía muy importante que lleva al contacto y a la cooperación se

puede encontrar en el estudio común del patrimonio cisterciense. En esta

materia, se ha hecho un gran trabajo con buenos resultados, durante el último

centenario. Pero queda mucho por hacer. Ocasiones óptimas para el mutuo

conocimiento y el estudio común eran, y lo son, las celebraciones de los

jubileos de nuestros monasterios y de nuestros miembros. También es muy

importante, que aprendamos a descubrir las necesidades y los problemas de

los demás miembros de la familia, y que podamos desarrollar así formas de

ofrecemos ayuda los unos a los otros, y de mutua solidaridad.

24.

Si con ánimo sincero aceptamos como base los fundamentos aquí

expuestos por el Capítulo General, al observar los signos de nuestro tiempo

que nos impulsan a promover la comunión en la familia cisterciense,

10 CC Prior 7, 2; CC Posterior 13, 5.

Page 493: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

493

confiamos que también se podrá aplicar a nosotros cistercienses aquella

máxima que la liturgia de la Cena del Señor pone en la celebración del

Mandato: Ubi caritas et amor, ibi Deus (Donde hay verdadero amor, allí

está Dios).11

11 Procesional Cisterciense, Westmalle 1946, 31.

Page 494: Los Cistercienses

494

Page 495: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

495

INDICE DE MATERIAS

LA FUNDACIÓN DEL MONASTERIO DE CISTER

LA FUNDACIÓN DEL MONASTERIO DE CISTER........................................................... 13

ALGUNAS PALABRAS EN RELACIÓN A LAS FUENTES .............................................. 14

LOS INICIOS DE CISTER Y LA REGLA DE SAN BENITO .............................................. 15

LA FUNDACIÓN DE CISTER SEGÚN EL EXORDIUM CISTERCII Y EL EXORDIUM

PARVUM ................................................................................................................................. 18

EL MOMENTO Y EL LUGAR DE LA FUNDACIÓN DE CISTER .................................... 19

SAN ROBERTO, PRIMER ABAD DE CISTER ................................................................... 20

EL OBJETIVO Y EL SIGNIFICADO DE LA FUNDACIÓN DE CISTER .......................... 21

LOS ORÍGENES DE LA ORDEN CISTERCIENSE

I. TESIS E HIPÓTESIS DE J.-A. LEFÈVRE ......................................................................... 29

a) La tesis fundamental .................................................................................. 29

b) El origen de la Carta Caritatis................................................................... 33

c) Las Instituta Generalis Capituli apud Cistercium ...................................... 35

d) El Exordium Parvum .................................................................................. 36

e) Las cinco Bulas Sacrosancta. ..................................................................... 38

2. LA POSICIÓN DEL P. JEAN DE LA CROIX BOUTON ................................................. 39

3. LAS DIFERENTES REACCIONES A LAS TESIS DE LEFÈVRE .................................. 42

4. LA CRÍTICA DE WINANDY ............................................................................................ 43

5 LAS INVESTIGACIONES DEL P. JEAN BAPTISTE VAN DAMME ............................. 45

a) La primissima Carta Caritatis ................................................................... 46

b) La Carta Caritatis del 1119 ....................................................................... 49

c) El Exordium Cistercii y la Summa Cartae Caritatis................................... 53

d) El Exordium Parvum .................................................................................. 55

e) Posterior desarrollo de la CC .................................................................... 57

f) El pequeño libro Documenta pro Cisterciensis Ordinis historiae ac juris

studio .......................................................................................................... 60

6. LA RELACIÓN DEL PROFESOR DAVID KNOWLES ................................................... 62

7. LOS ARTÍCULOS DE LA DOCTORA EDITH PÁSZTOR .............................................. 66

8. LA BULA AD HOC IN DE CALIXTO II (1119) ............................................................... 68

a) El ms. Car. C. 175 de la Biblioteca Central de Zurich ............................... 71

b) Los mss. Londres, British Mus. Addit. 18148 y Manchester, Rylands

Libr. lat. 319. ............................................................................................. 72

c) Los mss. Heiligenkreuz 131, Lilienfeld 108 y Zwettl 141 ........................... 72

Page 496: Los Cistercienses

Indice de materias

496

LA VIDA CISTERCIENSE ACTUAL

INTRODUCCIÓN .................................................................................................................. 79

1. Finalidad de esta Declaración ........................................................................... 79

2. Fuentes de nuestra vida ..................................................................................... 80

a) El Evangelio y el Magisterio de la Iglesia ................................................. 80

b) La tradición monástica .............................................................................. 80

c) Regla de san Benito .................................................................................... 81

d) Las tradiciones cistercienses ...................................................................... 82

e) Participación y promoción de la vida actual de la Iglesia y la sociedad ... 83

f)Acción e inspiración del Espíritu Santo ....................................................... 84

3. Criterios a seguir ............................................................................................... 85

a) Sentido de la realidad ................................................................................ 85

b) Unidad de vida ........................................................................................... 85

c) Diversidad concorde .................................................................................. 86

d) Continuidad vital de las tradiciones cistercienses ..................................... 87

PRIMERA PARTE

NUESTRA ORDEN EN SU EXISTENCIA CONCRETA ..................................................... 88

1. La Orden Cisterciense de hoy como realidad social ......................................... 88

2. La Orden Cisterciense como realidad histórica ................................................ 90

a) Desde los orígenes del monacato hasta san Benito .................................... 90

b) El monacato benedictino hasta los orígenes de Cister ............................... 91

c) Orígenes cistercienses ................................................................................ 92

d) Evolución de la Orden hasta el siglo XIX .................................................. 93

e) La historia de la Orden en nuestro siglo .................................................... 96

3. La Orden Cisterciense como parte viva de la iglesia y del mundo

contemporáneo .................................................................................................. 97

a) Renovación teológica ................................................................................. 97

b) Personalismo bien entendido ..................................................................... 98

c) Sentido comunitario ................................................................................... 98

d) Nueva valoración de las criaturas, del trabajo y del progreso humano .... 98

e) Ecumenismo y actividad misionera ............................................................ 99

f) Deseo de la autenticidad, culto de la simplicidad y de la sinceridad .......... 99

SEGUNDA PARTE

VALORES FUNDAMENTALES DE LA VIDA CISTERCIENSE ACTUAL .................... 101

A. Fin y notas esenciales de la vida cisterciense de hoy día ......................................... 101

1. Vocación de buscar a Dios siguiendo a Cristo en la escuela de la caridad ..... 101

2. Respuesta a la vocación dada en la profesión ................................................. 103

3. Servicio de la Iglesia ....................................................................................... 103

B. Medios comunes necesarios para alcanzar el fin de nuestra vida cisterciense en el

momento actual ....................................................................................................... 104

1. La vida especialmente consagrada a Dios y a la Iglesia mediante la práctica

de los consejos evangélicos .............................................................................. 104

a) La castidad ............................................................................................... 105

b) La pobreza ............................................................................................... 105

c) La obediencia ........................................................................................... 106

2. La vida de estable convivencia fraterna según la tradición cisterciense ......... 108

3. La vida de oración .......................................................................................... 110

4. El humilde seguimiento de Cristo, cargado con la cruz .................................. 112

Page 497: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

497

5. Nuestro trabajo ............................................................................................... 113

a) Educación de la juventud ......................................................................... 114

b) Ministerio pastoral ................................................................................... 115

c) Trabajo manual ........................................................................................ 116

d) Trabajo científico y cultural ..................................................................... 116

e) Hospitalidad ............................................................................................. 116

f) Recreación ................................................................................................ 117

TERCERA PARTE

ORGANIZACIÓN DE LA VIDA DE LA ORDEN Y DE SUS COMUNIDADES ............. 118

A. Aspectos fundamentales de la estructura jurídica .................................................... 119

1. La comunidad monástica es una sociedad de voluntarios ............................... 119

2. La vida de los monasterios exige una ordenación de leyes y preceptos de

los Superiores .................................................................................................. 120

3. Principios cristianos de legislación y gobierno aplicados a nuestra vida ........ 121

4. La problemática actual de la legislación monástica – la ley es para la vida .... 125

5. La participación de las comunidades en el establecimiento de las leyes ......... 128

6. El ejercicio de la autoridad personal ............................................................... 128

B. El régimen de los monasterios ................................................................................. 129

1. El Abad del monasterio y sus colaboradores .................................................. 130

a) El Abad es pastor de almas, mediador de la Palabra de Dios y maestro

espiritual. .................................................................................................. 130

b) El Abad es vínculo de unidad ................................................................... 130

c) Los auxiliares del Abad ............................................................................ 131

2. El Capítulo conventual y el Consejo del Abad ............................................... 132

C. Las Congregaciones Cistercienses........................................................................... 134

1. Origen razón y fines de las Congregaciones Cistercienses ............................. 134

a) Orígen de las Congregaciones ................................................................. 134

b) El principio de subsidiariedad y el pluralismo en las Congregaciones ... 135

c) Razón y fines de la Congregación ............................................................ 136

2. El Capítulo de la Congregación ...................................................................... 136

3. El Abad Presidente de la Congregación .......................................................... 137

4. La visita regular .............................................................................................. 138

5. Importancia de las Congregaciones en la estructura de la Orden .................... 139

D. El régimen de la Orden ........................................................................................... 139

1. La Orden es una unión de Congregaciones. unidad y diversidad .................... 139

2. El Capítulo General y el Sínodo de la Orden .................................................. 140

3. El Abad General ............................................................................................. 141

E. La colaboración con las demás Órdenes monásticas y con la jerarquía ................... 142

CONCLUSIÓN NECESIDAD DE UNA RENOVACIÓN CONSTANTE ..................................................... 144

MOMENTOS ESENCIALES DE LA HISTORIA CONSTITUCIONAL

DE LA ORDEN CISTERCIENSE

INTRODUCCIÓN ................................................................................................................ 147

1. Estado de los estudios sobre la cuestión ................................................................... 149

Page 498: Los Cistercienses

Indice de materias

498

2. Las fuentes ............................................................................................................... 154

3. El método ................................................................................................................. 154

I. LOS ORÍGENES: DE LA CARTA CARITATIS PRIOR HASTA FINALES DEL

SIGLO XIV ........................................................................................................................ 156

1. Las diversas redacciones de la Carta Caritatis ........................................................ 157

2. El fondo común de las diferentes redacciones ......................................................... 159

3. Particularidad de las redacciones ............................................................................. 164

a) La Carta Caritatis Prior .......................................................................... 165

b) La Summa Cartae Caritatis...................................................................... 166

c) La Carta Caritatis Posterior .................................................................... 166

4. Las diferencias entre las Cartas ................................................................................ 166

5. La evolución de la exención de la Orden ................................................................. 169

6. El nacimiento del Definitorio ................................................................................... 170

7. Las dificultades en el ejercicio de la paternidad inmediata ...................................... 177

8. Las comisiones confiadas a los Abades de Cister y sus títulos ................................ 178

9. El influjo de la Carta Caritatis sobre las Constituciones de las demás

Ordenes religiosas. ................................................................................................... 178

10. Los monasterios de las monjas cistercienses .......................................................... 179

a) Jully y Tart con sus hijas .......................................................................... 179

b) Coyroux y Les Blanches ........................................................................... 181

c) Las Huelgas de Burgos y sus hijas ........................................................... 183

d) Otros monasterios .................................................................................... 183

II. DE LOS ORÍGENES DE LAS CONGREGACIONES HASTA LA REVOLUCIÓN

FRANCESA..................................................................................................................... 191

1. Orígenes y naturaleza de los "Vicariatos" ................................................................ 191

2. Las Congregaciones monásticas cistercienses .......................................................... 195

1) Observación previa jurídica ..................................................................... 195

2) Observación previa eclesiológica ............................................................ 196

3) Observación previa histórica ................................................................... 198

(1) La Congregación de Castilla ......................................................................... 198

(2) La Congregación de San Bernardo en Italia .................................................. 201

(3) La Congregación de Alcobaça o de Portugal ................................................ 202

(4) La Congregación de la Corona de Aragón .................................................... 203

(5) La Congregación Romana ............................................................................. 204

(6) La Congregación de Alemania Superior ....................................................... 205

(7) La Congregación de Irlanda .......................................................................... 211

(8) La Congregación de Calabria y Lucania ....................................................... 212

(9) La Congregación de la Estrecha Observancia en Francia ............................. 212

3. Las facultades y los títulos del Abad de Cister ......................................................... 213

4. La constitución In Suprema de Alejandro VII (1666) .............................................. 216

5. Las Constituciones del 1783 .................................................................................... 217

Page 499: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

499

6. Los monasterios femeninos después de la Bula Periculoso (1298) .......................... 230

III. DESDE LA REVOLUCIÓN FRANCESA HASTA FINAL DEL SIGLO XIX ............. 234

1. El nombramiento de un Abad Presidente General de la Orden ................................ 234

2. Las Congregaciones cistercienses del siglo XIX ...................................................... 236

1(10) La Congregación Suiza ............................................................................. 237

2(11) La Congregación de la B.M.V. Trapa ....................................................... 238

3(12) La Congregación de los Trapistas de Bélgica ........................................... 239

4(13) El "Vicariato" de Bélgica .......................................................................... 239

6(15) La nueva Congregación reformada de la Trapa......................................... 242

7(16) La Congregación Austro-Húngara ............................................................ 242

8(17) La Congregación de la Inmaculada Concepción de Sénanque .................. 243

3. El Capítulo de los Abades del 1869 ......................................................................... 247

IV. DESDE LAS CONSTITUCIONES DEL AÑO 1900 AL CAPÍTULO GENERAL

DEL AÑO 1930 .............................................................................................................. 250

1. Las Constituciones del año 1900 .............................................................................. 250

2. Las Constituciones del 1925 .................................................................................... 254

3. Tres nuevas Congregaciones .................................................................................... 258

1(18) La Congregación de Zirc ........................................................................... 258

2(19) La Congregación del Purísimo Corazón de la Virgen María ..................... 262

3(20) La Congregación de Casamari .................................................................. 263

V. DE LAS CONSTITUCIONES DEL 1933 AL AÑO 1968 ............................................... 275

1. Preparación del Capítulo General 1933.................................................................... 275

2. El Capítulo General del 1933 ................................................................................... 282

3. La aprobación pontificia de las Constituciones del 1933 ......................................... 288

4. El Capítulo General del año 1950 ............................................................................ 290

5. El Capítulo General del 1958 ................................................................................... 290

6. El Capítulo General del 1963 ................................................................................... 294

7. Las Congregaciones ................................................................................................. 295

1(21) La Congregación Polaca ........................................................................... 295

2(22) La Congregación de Brasil ........................................................................ 295

3(23) La Congregación de la S. Familia en Vietnam .......................................... 296

VI. DESDE EL CAPÍTULO GENERAL ESPECIAL DE LOS AÑOS 1968/69 AL

CAPÍTULO GENERAL DEL 1995 ................................................................................. 298

1. Los Statutas Generalia Ordinis Cisterciensis del 1968 ............................................. 298

2. Las Constituciones del 1969 .................................................................................... 300

3. La cuestión de la participación de las monjas en el régimen de la Orden

Cisterciense .................................................................................................................. 304

(1) La evolución de las Trapistinas ..................................................................... 304

(2) El Capítulo General del 1974 con las Abadesas "observadoras" ................... 307

(3) Los Capítulos Generales del 1985 y 1990 ..................................................... 307

Page 500: Los Cistercienses

Indice de materias

500

(4) El Capítulo General del 1995 ........................................................................ 308

4. Una nueva Congregación ......................................................................................... 310

1(24) La Congregación de los Monasterios de las Monjas Cistercienses de

S. Bernardo ................................................................................................ 310

CONCLUSION ..................................................................................................................... 314

APÉNDICE I: LAS CONSTITUCIONES DE LA ORDEN DE LOS CISTERCIENSES

DE LA ESTRECHA OBSERVANCIA ......................................................... 317

1. Las Constituciones del 1894 .................................................................................... 322

2. Las Constituciones del 1925 .................................................................................... 325

3. Las Constituciones del 1990 .................................................................................... 325

APENDICE II. LAS CONSTITUCIONES DE LA ORDEN CISTERCIENSE

DEFINITIVAMENTE APROBADAS EN EL 1926 POR PÍO XI ................ 329

HISTORIA DE LA CURIA GENERAL DE LA ORDEN

CISTERCIENSE

PREFACIO ........................................................................................................................... 342

PRIMERA PARTE

HISTORIA DE LA CURIA GENERAL DESDE EL AÑO 1869 HASTA EL AÑO 2001 .. 344

1. Historia de la Curia desde el año 1869 hasta el año 1900 ........................................ 344

2. Historia de la Curia desde el año 1900 hasta el año 1920 (generalato De Bie) ........ 351

3. Generalato de Dom Casiano Haid (1920-1927) ....................................................... 361

4. Generalato de Dom Francisco Janssens (1927-1936) ............................................... 368

5. Generalato de Dom Edmundo Bernardini (1937-1950) ........................................... 380

6. La Curia General desde el año 1950 ........................................................................ 389

SEGUNDA PARTE

TRABAJO ACTUAL DE LA CURIA GENERAL .............................................................. 404

TERCERA PARTE

PROBLEMAS ACTUALES DE LA CURIA GENERAL Y DEL COLEGIO

INTERNACIONAL .............................................................................................................. 409

CONCLUSIÓN ..................................................................................................................... 413

CONSTITUCIONES DE LA ORDEN CISTERCIENSE (2000)

PRIMERA PARTE

RAZÓN, FINALIDAD Y MIEMBROS DE LA ORDEN CISTERCIENSE ........................ 416

Capítulo I: Razón y finalidad de la Orden Cisterciense ...................................... 416

Capítulo II: Los miembros de la Orden .............................................................. 417

SEGUNDA PARTE

LAS CONGREGACIONES CISTERCIENSES ................................................................... 419

Capítulo I: Razón y finalidad de las Congregaciones Monásticas Cistercienses 419

Capítulo II: Las clases de monasterios y la estabilidad ....................................... 420

Page 501: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

501

Capítulo III: El Capítulo de la Congregación ..................................................... 422

Capítulo IV: El Abad Presidente y su Consejo ................................................... 424

Capítulo V: La visita regular en la Congregación ............................................... 425

TERCERA PARTE

EL GOBIERNO DE LA ORDEN ......................................................................................... 427

Título I: El Capitulo General de la Orden .................................................................... 427

Capítulo I: La potestad del Capítulo General ...................................................... 427

Capítulo II: Quienes tienen puesto y voz en el Capítulo General ....................... 429

Capítulo III: Tiempo y forma del Capítulo General ............................................ 431

Título II: El Sínodo de la Orden ................................................................................... 433

Título III: El Abad General de la Orden y su Consejo ................................................. 437

Capítulo I: El cargo del Abad General ................................................................ 437

Capítulo II: Derechos y deberes del Abad General ............................................. 437

Capítulo III.: La elección del Abad General ....................................................... 439

Capítulo IV: El Consejo del Abad General ......................................................... 441

Título IV: El Procurador General ................................................................................. 442

ESTATUTOS DE FUNDACIONES - NORMAS GENERALES

I. DE LA FUNDACIÓN DE UN MONASTERIO CISTERCIENSE ................................... 447

Condiciones .................................................................................................. 447

Autoridad competente ................................................................................... 447

Autonomía .................................................................................................... 448

II. DE LAS CLASES DE MONASTERIOS ......................................................................... 448

La Residencia ............................................................................................................... 448

Condiciones .................................................................................................. 448

Autoridad competente ................................................................................... 449

Autonomía .................................................................................................... 449

El Priorato simple ........................................................................................................ 449

Condiciones .................................................................................................. 449

Autoridad competente ................................................................................... 449

Autonomía .................................................................................................... 450

El Priorato conventual .................................................................................................. 450

Condiciones .................................................................................................. 450

Autoridad competente ................................................................................... 451

Autonomía .................................................................................................... 451

La Abadía ..................................................................................................................... 452

Condiciones .................................................................................................. 452

Autoridad competente ................................................................................... 452

III. DE LA REDUCCIÓN O SUPRESIÓN DE LOS MONASTERIOS ............................... 453

Reducción de una Abadía a Priorato conventual, o supresión ...................................... 453

Condiciones .................................................................................................. 453

Autoridad competente ................................................................................... 453

Page 502: Los Cistercienses

Indice de materias

502

Autonomía .................................................................................................... 454

Reducción del Priorato conventual a Priorato simple o supresión ............................... 454

Condiciones .................................................................................................. 454

Autoridad competente ................................................................................... 454

Autonomía .................................................................................................... 455

Reducción de un Priorato simple a residencia o supresión........................................... 455

Condiciones .................................................................................................. 455

Autoridad competente ................................................................................... 455

Supresión de residencia ................................................................................................ 456

CONCLUSIÓN ..................................................................................................................... 456

REGLAMENTO DE FORMACIÓN EN LA ORDEN CISTERCIENSE

INTRODUCCIÓN ................................................................................................................ 459

PRIMERA PARTE

LOS LUGARES PARA LA FORMACIÓN ......................................................................... 460

SEGUNDA PARTE

LA DIRECCIÓN Y LA ORGANIZACIÓN DE LOS ESTUDIOS ....................................... 462

La formación de los novicios ........................................................................ 463

La formación de los profesos temporales ..................................................... 464

La formación permanente ............................................................................. 464

Los estudios de filosofía y teología ............................................................... 465

CONCLUSIÓN ..................................................................................................................... 466

REGLAMENTO A SEGUIR EN LA CELEBRACIÓN DEL

CAPÍTULO GENERAL

I. CONVOCATORIA, LUGAR Y TIEMPO DEL CAPÍTULO GENERAL ........................ 469

II. ORDEN DE PRECEDENCIA EN EL CAPÍTULO GENERAL ...................................... 470

III. COSAS QUE DEBEN PREPARARSE INMEDIATAMENTE ANTES DEL COMIENZO

DEL CAPÍTULO GENERAL .......................................................................................... 471

IV.COMIENZO DEL CAPÍTULO GENERAL .................................................................... 472

V. LAS ELECCIONES ......................................................................................................... 473

VI. LOS TRABAJOS DEL CAPÍTULO GENERAL ........................................................... 475

VII. LAS VOTACIONES ..................................................................................................... 479

VIII. LAS COMISIONES QUE ELIGE EL CAPÍTULO GENERAL .................................. 481

IX. IDIOMA A USAR .......................................................................................................... 482

X. COMIENZO Y FIN DE CADA SESIÓN, Y CONCLUSIÓN

DEL CAPÍTULO GENERAL .......................................................................................... 482

Page 503: Los Cistercienses

Para conocer mejor la Orden Cisterciense

503

XI. PROTOCOLO Y PUBLICACIÓN DE LAS DEFINICIONES ...................................... 483

XII. LA AUTORIDAD DE ESTE REGLAMENTO A SEGUIR EN LA CELEBRACIÓN

DEL CAPÍTULO GENERAL ....................................................................................... 483

MENSAJE DEL CAPÍTULO GENERAL DE LA ORDEN

CISTERCIENSE A LOS MIEMBROS DE LA ORDEN SOBRE LA

COMUNIÓN EN LA FAMILIA CISTERCIENSE

I. FINALIDAD DE ESTE MENSAJE .................................................................................. 485

II. ¿QUÉ SE ENTIENDE POR FAMILIA CISTERCIENSE? .............................................. 486

III. LAS FORMAS DE COMUNIÓN EN LA FAMILIA CISTERCIENSE ......................... 487

IV. PARA UNA RECTA COMPRESIÓN DE NUESTRA HISTORIA ............................... 489

V. ¿QUÉ PASOS PUEDEN LLEVAR A UNA MAYOR COMUNIÓN EN LA FAMILIA

CISTERCIENSE? ............................................................................................................ 491

Page 504: Los Cistercienses

Indice de materias

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La presente edición se terminó de imprimir

en la Tipografia de la Casa General de la Orden Cistercense

el día 21 de marzo 2002,

año del primer centenario de la aprobación por la Santa Sede

de las nuevas Constituciones de la Orden Cisterciense

después de la Revolución Francesa.