Los comunicados 4 & 7, la tentación peruanista de la izquierda

download Los comunicados 4 & 7, la tentación peruanista de la izquierda

of 20

Transcript of Los comunicados 4 & 7, la tentación peruanista de la izquierda

  • 8/2/2019 Los comunicados 4 & 7, la tentacin peruanista de la izquierda

    1/20

    1

    HISTOR

    IAR

    ECIENTE

    |ELG

    OLPE

    DE

    ESTADO

    setiembre07

    23/25

    25 FASCCULOS

    historiareciente1940 | 1950 | 1960 | 1970 | 1980 | 1990 | 2000

    TANQUES EN EL PARLAMENTO / LA DICTADURA HASTA LA CADA DE BORDABERRY

    LOS COMUNICADOS 4 Y 7 / LA TENTACIN PERUANISTA DE LA IZQUIERDA

    DESDE HIROSHIMA A LAS TORRES GEMELAS

    El golpe de Estado

  • 8/2/2019 Los comunicados 4 & 7, la tentacin peruanista de la izquierda

    2/20

    HISTOR

    IAR

    ECIENTE

    |ELG

    OLPE

    DE

    ESTADO

    2

    23/25

  • 8/2/2019 Los comunicados 4 & 7, la tentacin peruanista de la izquierda

    3/20

    3

    HISTOR

    IAR

    ECIENTE

    |ELG

    OLPE

    DE

    ESTADO

    COMUNICADOS DE LOS COMANDOS GENERALES DE EJRCITO Y LA FUERZA AREA P. 7 / COMUNICADO

    N 4 P. 9 / QUN ERA VELASCO ALVARADO?P. 10 / LAS REACCIONES ANTE LOS COMUNICADOS 4 Y 7P. 12 / AMLCAR VASCONCELLOS P. 13 / EL LTIMO DISCURSO DEL SENADOR WILSON FERREIRA

    P. 14 / WASHINGTON BELTRN P. 15 / EL ASESINATO DE RAMN TRABAL P. 16 / LOS REHENES

    P. 16 / ELENA QUINTEROS P. 17 / EL ASESINATO DE CECILIA FONTANA DE HEBER P. 18 / BIBLIOGRAFA

    P. 19 / CONTRATAPA. ZELMAR MICHELINI Y HCTOR GUTIRREZ RUIZ P. 20.

    NDICE DEL FASCCULO

    Del poder civilal poder militar

    RECUADROS

  • 8/2/2019 Los comunicados 4 & 7, la tentacin peruanista de la izquierda

    4/20

    HISTOR

    IAR

    ECIENTE

    |ELG

    OLPE

    DE

    ESTADO

    4

    El 9 de setiembre de 1971, elpresidente Jorge Pacheco Arecofirm el decreto que encomen-daba a los militares la luchacontra la guerrilla. Esa decisinaceler un proceso de cambios

    que se vena produciendo en elinterior de las Fuerzas Armadas.La idea de una guerra formal li-brada contra un enemigo exter-no estaba siendo sustituida porla certeza de un conflicto de ca-rcter interno. La insurreccinrevolucionaria, y las formas deguerra irregular asociadas aella, haban pasado a ocupar elcentro de la atencin.

    Los militares analizaron dis-tintas maneras de neutralizar lasacciones de su nuevo enemigo,pero tambin prestaron aten-cin a las condiciones que po-dan favorecer su reproduccin.Su primera conclusin fue que laguerrilla haba podido crecer y

    justificarse porque haba situa-ciones de pobreza y exclusinen el pas. El siguiente paso fueobservar que el mejor caminopara eliminar esas situacionesera asegurar el desarrollo eco-nmico y social. A partir de all,muchos de ellos dedujeron quela nueva tarea histrica de lasFuerzas Armadas deba consis-tir en proporcionar seguridad

    laf

    otodeportada

    27 de junio de 1973

    Tanques en el Palacio: el daque lleg lo inimaginable.

  • 8/2/2019 Los comunicados 4 & 7, la tentacin peruanista de la izquierda

    5/20

    5

    HISTOR

    IAR

    ECIENTE

    |ELG

    OLPE

    DE

    ESTADO

    1971

    interna para el desarrollo. Ycon eso olvidaron las funcionesespecficas de la institucin a laque pertenecan.

    Seis das despus de haberrecibido la orden de Pacheco, laJunta de Comandantes en Jefese fij un plan en tres etapas. La

    primera era asegurar la realiza-cin de las elecciones previstaspara noviembre y la instalacinde un nuevo gobierno en marzode 1972. La segunda etapa, a laque se deba pasar lo antes po-sible, consista en completar ladestruccin del aparato polti-co-militar subversivo que operaen el pas. La etapa definitivaconsista en proporcionar se-

    [...] las Fuerzas Armadas se estaban otorgando a s mismas

    funciones que iban ms all de las establecidas en la Cons-

    titucin. No slo hablaban de asegurar el desarrollo, sino

    de tomarlo a su cargo. En noviembre de 1971, la lgica queconducira al golpe ya estaba claramente en marcha.

    guridad al desarrollo nacional,lo que inclua apoyar y tomara su cargo planes de desarrolloparciales.

    La primera y la segunda eta-pa eran compatibles con la su-bordinacin del poder militaral poder civil. La sola formu-

    lacin de la tercera desafiabaesa subordinacin, porque lasFuerzas Armadas se estabanotorgando a s mismas fun-ciones que iban ms all de lasestablecidas en la Constitucin.No solo hablaban de asegurar eldesarrollo, sino de tomarlo a sucargo. En noviembre de 1971, lalgica que conducira al golpe yaestaba claramente en marcha.

  • 8/2/2019 Los comunicados 4 & 7, la tentacin peruanista de la izquierda

    6/20

    HISTOR

    IAR

    ECIENTE

    |ELG

    OLPE

    DE

    ESTADO

    6

    Del poder civilal poder militar

    , - posterg largamente ladecisin de poner la lucha antiguerrilleraen manos de los militares porque temalas posibles consecuencias. Y todolo que ocurri despus confirm sus

    prevenciones. La llegada al gobiernode Bordaberry (de la que Pacheco fueresponsable directo), la intensificacinde las acciones tupamaras y la conmo-cin de la poblacin ante la inseguridadcreciente, permitieron que los militaresganaran influencia. Tras la gran ofensivalanzada por el MLN el 14 de abril de1972, el Parlamento acept imponer elestado de guerra interna. En julio de eseao fue aprobada la Ley de Seguridaddel Estado, que cre nuevos delitos ypermiti que civiles fueran procesadospor la justicia militar. El 17 de diciembre,

    cuando el MLN ya estaba militarmentederrotado, el gobierno cre por decretola Junta de Comandantes en Jefe y el Es-tado Mayor Conjunto (Esmaco). La Juntacumpla funciones de asesoramiento alpresidente y el Esmaco era creado comoun rgano de estudio, asesoramiento,coordinacin y planificacin necesariosa los fines de la Seguridad y Defensanacionales.

    Los militares se haban propuestodesplazar a la clase poltica para con-

    vertirse en la gran fuerza histrica queimpulsara el desarrollo nacional. Lospolticos eran vistos como ineficientes

    y corruptos, lo que los converta en los

    principales responsables de la situacinque viva el pas. Curiosamente, el doblediagnstico del que partan los milita-res (la corrupcin es lo que impide eldesarrollo, los polticos son los respon-sables de la corrupcin) era el mismoque hacan los tupamaros. Tambin era

    similar el desprecio que sentan hacia lademocracia. Eso explica por qu, a finesde 1972, un grupo importante de tupa-maros empez a colaborar con sus car-celeros militares para detectar supuestosilcitos econmicos. La experiencia durpoco, pero revel las coincidencias queexistan entre quienes se haban enfren-tado en el campo de batalla.

    En parte movidos por su afn mesi-nico de sanear al pas y en parte impul-sados por clculos tcticos, los militaresse lanzaron a investigar supuestos ilcitoseconmicos sin someterse a ningn

    control por parte del gobierno. El propioBordaberry tuvo que interceder variasveces en favor de allegados que habansido detenidos. En octubre de 1972, losmandos militares desconocieron unaorden judicial que obligaba al PoderEjecutivo a liberar a cuatro mdicos.El desacato llev a la renuncia del co-mandante en Jefe del Ejrcito, generalFlorencio Gravina, y del ministro deDefensa Augusto Legnani.

    En esos mismos das, dos oficiales delBatalln Florida pretendieron detenerilegalmente al actuario del juzgado enel que estaba radicada una vieja denun-

    cia presentada contra Jorge Batlle enla poca de la supuesta infidencia de1968. Batlle interpret el hecho comoun ataque poltico y respondi el 25 deoctubre con un discurso por radio y te-levisin. Entre otras cosas dijo: Quinpuede estar en contra de que se reprimanlos ilcitos en una nacin? Quin puedeestar a favor de un delito y querer el biendel pas? Nadie. Pero de lo que estamosen contra, s, es que, so pretexto de repri-mir los ilcitos, se pase por encima de lossistemas que han garantido permanen-temente la libertad en el Uruguay. Que

    se confunda la represin de los ilcitoscon crear un clima de inseguridad y detemor en la Repblica, y que se crea quellevarse a un actuario y quererse llevarun expediente es querer reprimir un il-cito. Las declaraciones de Batlle fueronconsideradas agraviantes por las FuerzasArmadas, que exigieron y obtuvieron sudetencin. El lder quincista fue liberadorpidamente, pero eso no impidi queretirara a sus tres ministros del gabi-nete de Bordaberry: Francisco Forteza(Economa), Walter Pintos Risso (ObrasPblicas) y Julio Mara Sanguinetti (Edu-cacin). As estaban las cosas cuando

    lleg febrero de 1973.

  • 8/2/2019 Los comunicados 4 & 7, la tentacin peruanista de la izquierda

    7/20

    7

    HISTOR

    IAR

    ECIENTE

    |ELG

    OLPE

    DE

    ESTADO

    Comunicado de losComandos Generales delEjrcito y la Fuerza Area8 de febrero de 1973

    () Habida cuenta de que:

    1) El actual ministro de Defensa Nacional, seor

    General don Antonio Francese, a partir del

    momento de asumir su cargo, ha reconocido

    ante los jerarcas mximos de las Fuerzas, no

    estar informado de la situacin actual de las

    FF.AA., al tiempo que manifest no compartir

    y estar dispuesto a cambiar los lineamientos

    de actuacin, objetivos y conductas que rigen

    actualmente a stas y que fueran expresados

    pblicamente en el Comunicado conjunto

    del da de ayer, lo que en consecuencia las

    retrotraera a la superada poca de ser el

    brazo armado de intereses econmicos y

    polticos, de espaldas al cumplimiento de susmisiones especficas de seguridad nacional

    y a los intereses de la nacin.

    2) Que al alejamiento del seor ex Ministro de

    Defensa Nacional, doctor don Armando Ma-

    let, en el da de la fecha, se agregan el del Co-

    mandante en Jefe del Ejrcito, seor General

    don Csar A. Martnez y el del Comandante

    en Jefe de la Fuerza Area, Brigadier don

    Jos Prez Caldas, el cual fue ignorado por

    su titular. Estos dos ltimos fueron provoca-

    dos y/o decididos por el actual ministro de

    Defensa Nacional, General Francese, lo que

    confirma en los hechos, ser el comienzo de

    lo expresado anteriormente.

    3) Que sin desconocer las altas cualidades

    morales e intelectuales y los servicios pres-

    tados al Ejrcito nacional por el seor General

    Francese, tampoco se puede soslayar su

    infortunada actuacin al frente, sucesivamen-

    te, de los ministerios de Defensa Nacional y

    del Interior, durante los aos 1967 a 1970 e

    inicios de 1971, poca en que la sedicin se

    organiz y consolid en nuestro medio.

    4) Que en este momento y acorde con lo

    establecido en los pargrafos anteriores, el

    seor General Francese regresa al Ministerio

    de Defensa Nacional a cosechar amargos

    y eventuales laureles de unas FF.AA. cuya

    actuacin no le es grata, con la consigna,

    consciente o inconsciente, de esterilizarlasy ofrendarlas como trofeo ().

    En consecuencia, los Mandos Militares del Ejr-

    cito y Fuerza Area han decidido desconocer las

    rdenes del ministro de Defensa Nacional, General

    Francese, al mismo tiempo que sugerir al seor

    Presidente de la Repblica, la conveniencia de

    su relevo.

    El Ejrcito y la Fuerza Area no han encontrado otro

    camino que no sea el presente, para interiorizar al

    seor Presidente de la Repblica de lo expresado

    precedentemente, ya que en el da de hoy se neg

    a recibir personalmente al Comandante en Jefe de

    la Fuerza Area.

    Febrero amargoTras la renuncia de Legnani, el presiden-te Bordaberry design como ministrode Defensa al abogado Armando Malet.Pero tres meses alcanzaron para mostrarque Malet no conseguira controlar la

    efervescente situacin militar. El jueves8 de febrero de 1973, Bordaberry decidisustituirlo por Antonio Francese, un ge-neral retirado que haba sido inspectorgeneral del Ejrcito en 1958 (un cargoque entonces equivala al de comandanteen jefe), ministro de Defensa entre 1967

    y 1970, y ministro del Interior entre1970 y 1971.

    Francese era un militar de firmesconvicciones constitucionalistas y volvia la cartera de Defensa con un objetivoclaro: los militares haban derrotado ala guerrilla y deban volver a los cuar-teles. Las Fuerzas Armadas tenan quededicarse a sus funciones especficas ysubordinarse al poder civil.

    Pero los militares haban decididoque eso era justamente lo que no ibana hacer. En cuanto Francese asumi,renunci el comandante en jefe delEjrcito, general Csar Martnez, quefue sustituido por el general Jos Vero-cay. Francese tambin quiso remover alcomandante en jefe de la Fuerza Area,brigadier Jos Prez Caldas, pero stese neg a dejar el cargo. El Ejrcito y laFuerza Area se acuartelaron. A las ochode la noche, el nuevo jefe del Ejrcito y el

    comandante de la Fuerza Area aparecie-ron en las pantallas de Canal 5, que habasido ocupado por tropas del Ejrcito. Losdos militares anunciaron que desconoce-ran las rdenes de Francese (como ya lohaba hecho Prez Caldas) y reclamaronsu destitucin. El documento que hicie-ron pblico ese da fue el ms claro actode desacato militar que conoca el pasdesde el militarismo en el siglo XIX. LosMandos Militares del Ejrcito y FuerzaArea deca el texto han decididodesconocer las rdenes del ministro deDefensa Nacional, General Francese, al

    mismo tiempo que sugerir al seor Pre-sidente de la Repblica la convenienciade su relevo.

    Desafiado por las Fuerzas Armadas,el presidente Bordaberry apareci doshoras ms tarde en la pantalla de Canal4. Estaba acompaado de Francese yafirm que lo mantena en el cargo.Luego convoc a la ciudadana a ma-nifestar su apoyo concentrndose enla Plaza Independencia. La alocucindel presidente fue retransmitida mstarde en cadena, pero su repeticin sefue interrumpiendo a medida que las

    tropas ocupaban los diferentes mediosde comunicacin.

    En un pas con instituciones politicasvigorosas, la Plaza Independencia hubie-ra debido llenarse. (Eso fue lo que ocu-rri en Plaza de Mayo en 1987, cuando seprodujo un levantamiento militar contrael presidente argentino Ral Alfonsn).Pero no fue eso lo que ocurri aquella

    noche en Montevideo. Bodaberry llegacompaado de un puado de dirigentesruralistas, blancos y colorados, pero soloencontr unas decenas de ciudadanos. Elpresidente atribuy la falta de respuestaal desprestigio del orden democrtico,

    y con eso solo vio parte del problema.Esa plaza vaca representaba ante todoel fracaso de su estilo de gobierno. Perotambin es verdad que, en aquellascondiciones extremas, casi nadie sintila necesidad de distinguir entre el apoyoal gobierno y el apoyo a las institucio-nes. Tampoco sinti esa necesidad el

    Parlamento, que no vio motivos parainterrumpir el receso veraniego.A la maana del da siguiente, 9 de

    febrero, la Ciudad Vieja amaneci ocu-pada por la Armada. Los fusileros nava-les haban interrumpido el trnsito conbarricadas y controlaban un permetroque iba desde la baha hasta la ramblaSur a travs de la calle Juan Carlos G-mez. El Puerto, la Aduana, el Correo,los ministerios de Defensa y Ganadera

    y los juzgados quedaron aislados. Losbarcos de guerra estaban en posicin decombate frente a la costa.

    Los movimientos de la Armada no

    eran actos de insubordinacin ante el po-der civil, sino lo opuesto. El comandanteen jefe del arma, contralmirante JuanJos Zorrilla, haba decidido cumplir su

    juramento de servir a la Constituciny a las instituciones democrticas, queestaban siendo amenazadas. Para esohaba decidido generar un espacio de se-guridad que permitiera al presidente dela Repblica hacerse fuerte y controlarel levantamiento del Ejrcito y la FuerzaArea. (Tambin de la Polica, que a esaaltura se haba sumado a los rebeldes).El operativo haba sido diseado para el

    caso de una gran ofensiva guerrillera,pero ahora era usado contra el resto delas Fuerzas Armadas.

    La respuesta del Ejrcito no se hizoesperar: esa misma maana ocup

    varias emisoras de radio, desde las queexhort a los marinos a unirse a su causa.Tambin tom el control de los diarios.La tensin subi al mximo cuandouna columna de blindados del Ejrcitose dirigi hacia la zona del puerto. Elcontralmirante Zorrilla dio al cuerpode oficiales una orden clara: al primertiro proveniente del Ejrcito se abrirafuego. Todos estaban armados a guerra.

    La probabilidad de que se entrara encombate era muy alta.

  • 8/2/2019 Los comunicados 4 & 7, la tentacin peruanista de la izquierda

    8/20

    HISTOR

    IAR

    ECIENTE

    |ELG

    OLPE

    DE

    ESTADO

    8

    1973

    cronologa 1973 7 de febrero: la Junta de Comandantesen Jefe emite un comunicado en elque rechaza unas declaraciones delsenador Vasconcellos que atribuan a losmilitares la intencin de desplazar a lasinstituciones.

    8 de febrero: Bordaberry sustituye alabogado Armando Malet por el generalAntonio Francese al frente del Ministerio deDefensa Nacional.

    20:00 hs: desde Canal 5, los jefes

    del Ejrcito y la Fuerza Area anuncian quedesconocern las rdenes de Francese y reclamansu relevo.

    22:30 hs: desde Canal 4, Bordaberry anuncia quemantiene a Francese y convoca a la ciudadana areunirse en la Plaza Independencia.

    9 de febrero: fusileros navales cierran la entrada ala Ciudad Vieja. El Ejrcito ocupa varias emisorasde radios. Se emite el comunicado nmero 4. LberSeregni reclama la renuncia de Bordaberry.

    10 de febrero: se emite el comunicado N 1 del

    1973

    Los mandos militares reconocierona Hugo Chiappe Posse el general msantiguo como comandante del Ejrcitoen operaciones. A l respondan los ge-nerales que tenan mando sobre tropas:Esteban Cristi, Eduardo Zuba y Julio C-sar Vadora. Tambin Gregorio lvarez,que era jefe del Estado Mayor Conjunto.Quienes dirigan el levantamiento mili-tar eran hombres diferentes de los quehaban estado asociados a los rumores

    de golpe de estado en los aos sesenta.Su doctrina tambin era otra, porquehaba sido construida como respuesta ala insurreccin guerrillera. Afirmar quehubo alguna continuidad entre aquellosrumores y lo que ocurri en 1973 vacontra la evidencia histrica.

    Durante todo ese da, el contralmi-rante Zorrilla estuvo esperando rdenesde Bordaberry. Pero el presidente noreaccion, pese a que el Consejo deMinistros renunci en pleno para darlemayor libertad de movimiento. Zorri-lla tuvo contactos con algunos lderespolticos (entre ellos Wilson Ferreira) atravs de los cuales supo que Bordaberryestaba en comunicacin con los militaresrebeldes.

    En la noche de ese mismo viernes,en pleno levantamiento del Ejrcito y laFuerza Area, se realiz en 8 de Octubre

    y Comercio un acto del Frente Amplioque estaba previsto con anterioridad.El discurso central estuvo a cargo delgeneral Lber Seregni, que reclam larenuncia de Bordaberry: El seor presi-dente es el nico responsable de no habergobernado con todos los orientales, enbeneficio de todos los orientales. Prefiri

    el aislamiento y la dureza: solo supo sertolerante con algunos corruptos, a quie-nes premi con privilegios y embajadas,con impunidad y con ventajas. Y agreg:Por todas estas razones, entendemosque el seor presidente debera renun-ciar. Y entendemos que esta decisinque le sugerimos va ms all del simpleacto poltico. Es un imprescindiblegesto patritico, idneo, necesario parainsinuar un camino que conduzca a lareunificacin de todos los orientaleshonestos. La presencia del seor Bor-daberry entorpece las posibilidades dedilogo. La renuncia del seor Bordabe-rry abrira una perspectiva de dilogo. Eldiscurso de Seregni contena tambin unmensaje para los militares. Solamente

    a partir de ese dilogo restablecido esviable la interaccin fecunda entre pue-blo, gobierno y Fuerzas Armadas, paracomenzar la reconstruccin de la patriaen decadencia. El lder del Frente Amplioestaba siendo ms amistoso hacia los mi-litares insurrectos que hacia el presidente

    constitucional.Esa misma noche, los militares re-

    beldes dieron a conocer un comunicadoque hara historia. El texto, conocidocomo Comunicado N 4, contena laslneas generales de un programa de go-bierno y propona objetivos tales comoeliminar la deuda externa, reorganizarla administracin pblica y erradicar eldesempleo.

    El Comunicado N 4 mostraba a unasFuerzas Armadas decididas a tomar elpoder y ejercer directamente el gobierno.Sin embargo, lo que ms llam la atencin

    en la poca fue el sesgo peruanista quese crey ver en sus propuestas. Perua-nismo era un trmino que se utilizabapara referirse a la experiencia del generalJuan Velasco Alvarado: un militar quehaba dado un golpe de estado en Per yestaba imponiendo lo que se considerabauna dictadura militar revolucionaria. Laexperiencia era vista con buenos ojos porla izquierda continental.

    El sbado 10 de febrero, tres miem-bros del gabinete renunciante, entre ellosJuan Carlos Blanco, decidieron reunirsecon los rebeldes e intentar un acerca-miento. El objetivo era conseguir que el

    presidente de la Repblica conservara elcargo y, al menos desde el punto de vistaformal, se pusiera al frente de la situacingenerada. Ese mismo da se divulg elComunicado N 7, que complementabalas disposiciones generales del Comuni-cado N 4. El nuevo texto fijaba algunosobjetivos bsicos como el desarrolloenergtico, la modernizacin, tecnifi-cacin y adecuacin de la enseanza,el establecimiento de una poltica deprecios y salarios que asegure el mante-nimiento del poder adquisitivo a todoslos niveles, sin afectar la produccin y

    el suministro de la ms alta calidad deasistencia mdica a todos los habitantesdel pas () cualquiera sea su capacidadeconmica.

    Juan Mara Bordaberry: un presidente golpista.

  • 8/2/2019 Los comunicados 4 & 7, la tentacin peruanista de la izquierda

    9/20

    9

    HISTOR

    IAR

    ECIENTE

    |ELG

    OLPE

    DE

    ESTADO

    rea Naval del Cerro, que desconoce el mando del vice-almirante Zorrilla. Se divulga el comunicado nmero 7.

    11 de febrero: la Armada decide levantar la barricadade la Ciudad Vieja. El almirante Zorrilla renuncia al cargode comandante en jefe de la Armada. Editorial deEl

    Populara favor de los comunicados 4 y 7.

    12 de febrero: mediante un memorndum Bordaberryda un visto bueno general a las aspiraciones militares.

    13 de febrero: Bordaberry concurre a la baseaeronutica Boiso Lanza y acepta todas las exigencias

    1973

    de los mandos insurrectos. Se designa a WalterRavenna como ministro de Defensa Nacional.Ferreira afirma: Consltese al pueblo de laRepblica, y estse a lo que l decida.

    1 de marzo: Bordaberry reconoce laculminacin institucional de la participacin de

    las Fuerzas Armadas en la actividad y desarrollonacionales.

    26 de marzo: la CNT emite una declaracin en laque establece haber valorado los Comunicados 4y 7 de las FFAA.

    1973

    28 de marzo: entrevista de la dirigencia de laCNT con los mandos militares para explicar elsentido de la plataforma del paro.

    29 de marzo: paro general de la CNT.

    31 de marzo: el Parlamento vota la suspensin

    de las garantas individuales por 60 das. 6 de abril: declaraciones de la CNT en donde

    mencionan la reunin del 28 de marzo.

    9 de abril: la Junta de Comandantes en Jefeemite un comunicado en el que marca distanciade la CNT.

    1973

    Al mismo tiempo que ocurran estoshechos, se produca una insurreccin enel rea Naval del Cerro. Un conjunto deunidades de la Armada (entre las queestaban el Servicio de Construcciones,Reparaciones y Armamentos, la Escue-la de Especialidades, y el Servicio de

    Armamento) haban decidido plegarseal Ejrcito y la Fuerza Area. Coman-dados por el capitn Jorge Nader, losinsurrectos tomaron control de un barco

    y estuvieron cerca de un intercambio defuego con otros buques.

    Sin el apoyo del presidente y en-frentado a un quiebre interno, el vi-cealmirante Zorrilla decidi levantar labarricada de la Ciudad Vieja y presentarsu renuncia como comandante en jefe dela Armada. En una entrevista periodsti-ca concedida aos despus, resumi assu percepcin: En todas esas horas no

    tuve el llamado ni el aliento de ningndirigente poltico, de nadie. Es ms, algnasesor mo quiso entrar en contacto conalgunos y no apareci ninguno. No habaninguno en la casa, no pudo ubicar a na-die. As que me pregunt: Yo qu hagoac, solo contra todo? Bordaberry seestaba entrevistando con los generales.Algunos ministros haban ido a hablarcon los generales, Bordaberry no mehaba comunicado nada. Qu voy aestar haciendo yo ac?.

    Zorrilla fue sustituido por el capitnde navo Conrado Olazbal. A partir

    de ese momento, el Ejrcito y la FuerzaArea tuvieron un control total de lasituacin. Numerosos oficiales navalesconstitucionalistas fueron puestos adisposicin de la Justicia Militar. Al dasiguiente, Bordaberry present un docu-mento a los militares en el que resumalos puntos que haban venido discutien-do. El martes 13 de febrero, el presidenteconcurri a la base aeronutica de BoisoLanza, donde se concluy lo que se llamun acuerdo.

    Lo nico que consigui Bordaberryen Boiso Lanza fue conservar el cargo

    de presidente. A cambio de eso, acepttodas las condiciones exigidas por losmilitares. Un comunicado emitido esatarde por la Junta de Comandantes en

    Jefe resuma las novedades. La principalde ellas era la creacin del Consejo Na-cional de Seguridad (Cosena), que estaraintegrado por los ministros de Defensa,Interior, Economa y Relaciones Exterio-res, as como por autoridades militares.Los militares eran en teora subordina-

    dos del Ministro de Defensa, pero en elCosena participaban en pie de igualdad.Otras novedades eran una reorganiza-cin ministerial, la reestructuracin delservicio exterior, la reestructuracin

    Montevideo, 9 de febrero de 1973.

    Los mandos militares conjuntos del Ejrcito y

    la Fuerza Area () sienten el deber moral deinformar lo siguiente: ()

    5) Se han planteado entonces, procurar

    alcanzar o impulsar la obtencin de los

    siguientes objetivos:

    a) Estab lecer normas que incentiven la

    exportacin ()

    b) Reorganizacin del servicio exterior ()

    c) Eliminar la deuda externa opresiva, me-

    diante la contencin de todos aquellos

    gastos de carcter superfluo ()

    d) Erradicacin del desempleo y la desocu-

    pacin mediante la puesta en ejecucin

    coordinada de planes de desarrollo, que

    utilicen el mximo de obra nacional con

    el mnimo de incidencia en la deuda

    externa.

    e) Atacar con la mayor decisin y energa los

    ilcitos de carcter econmico y la corrup-

    cin donde se encuentre ()

    f) Reorganizacin y racionalizacin de la

    admi nis tra cin pbl ica y el sis tema

    impositivo ()

    g) Redistribucin de la tierra buscando la

    mxima produccin por hectrea, median-

    te regmenes impositivos justos y tcnicos

    y una tenencia ms racional, de manera de

    asegurar el acceso a la propiedad a quien

    la trabaje. ()

    i) Extirpar todas las formas de subversin que

    actualmente padece el pas ()k) Asegurar la intervencin o la represen-

    Comunicado N 4

    tacin de las FF.AA. en todo organismo o

    actividad que tenga relacin con aspectos

    concernientes a la seguridad y a la sobe-

    rana nacional. ()m) Establecer disposiciones que permitan

    combatir tan eficazmente como sea posible

    los monopolios instrumentando medidas

    que posibiliten la mayor dispersin de la

    propiedad y un mayor control de los medios

    de produccin. ()

    6) c) Proceder en todo momento de manera

    tal de consolidar los ideales Democrticos

    Republicanos en el seno de toda la pobla-

    cin, como forma de evitar la infiltracin y

    captacin de adeptos a las doctrinas y filo-

    sofas marxistas-leninistas, incompatibles

    con nuestro tradicional estilo de vida.

    7) En consecuencia, quien ocupe la cartera

    de Defensa Nacional en el futuro deber

    compartir los principios enunciados, en-

    tender que las FF.AA. no constituyen una

    fuerza de represin o vigilancia, sino que

    integrando a la sociedad, deben intervenir

    en la problemtica nacional, dentro de la

    Ley y comprometerse a trabajar, conjunta-

    mente con los mandos, con toda decisin,

    lealtad y empeo a fin de poder iniciar la

    recuperacin moral y material del pas.

    El Comandante en Jefe

    de la Fuerza Area

    Brigadier Jos Prez Caldas

    El Comandante en Jefe

    del Ejrcito en OperacionesGeneral Hugo Chiappe Posse

    inmediata de los entes autnomos y laaplicacin rigurosa de los 19 puntosprogramticos contenidos en el Comu-nicado N 4. Los mandos tambin haban

    vetado al dirigente ruralista Juan JosGari (un hombre de extrema confianzade Bordaberry) y a otras cinco personas,

    prohibindoles que ocuparan cargospolticos o diplomticos.

    La actitud de Bordaberry en BoisoLanza parece una aplicacin del prin-cipio: Si no puedes vencerlos, nete a

  • 8/2/2019 Los comunicados 4 & 7, la tentacin peruanista de la izquierda

    10/20

    HISTOR

    IAR

    ECIENTE

    |ELG

    OLPE

    DE

    ESTADO

    10

    10 de abril: la CNT reivindica su derecho aformular opiniones sobre problemas de polticageneral.

    27 de abril: el Poder Ejecutivo enva al Senado lasolicitud de desafuero del senador Enrique Erro.

    30 de abril: la Justicia Militar enva uncomunicado al presidente del Directorio del PartidoNacional, capitn de navo retirado Omar Murdoch,solicitndole aclaraciones sobre una declaracinpblica.

    7 de mayo: se presenta una iniciativa dejuicio poltico a Enrique Erro en la Cmara deDiputados.

    17 de mayo: ante la presentacin de la iniciativaen la Cmara de Diputados, el Senado decide nopronunciarse sobre el pedido de desafuero a Erro.

    1 de junio: vencida la vigencia de la suspensinde las garantas individuales, el Poder Ejecutivoimplanta medidas prontas de seguridad.

    6 de junio: se anuncia que Murdoch ha sidoprocesado sin prisin por la Justicia Militar.

    22 de junio: se archiva en la Cmara deDiputados la solicitud de juicio poltico alsenador Enrique Erro.

    27 de junio: disolucin del Parlamento.Comienzo de la huelga general.

    30 de junio: ilegalizacin de la CNT.

    9 de julio: multitudinaria manifestacin contrariaal nuevo rgimen en el centro de Montevideo.

    10 de julio: designacin de Juan Bruno Iruleguicomo ministro de Salud; Edmundo Narancio enEducacin y Cultura; Eduardo Crispo Ayala en

    973 1973 1973

    Juan Velasco Alvarado fue un militar nacido enPer el 16 de junio de 1910 y muerto el 24 dediciembre de 1977.

    El 3 de octubre de 1968, Velasco derrocal presidente constitucional Fernando BelandeTerry y se autodesign presidente de un go-bierno revolucionario. Velasco se mantuvoen el poder hasta el 30 de agosto de 1975,cuando fue removido por sus compaeros dearmas. Durante esos aos impuso una dicta-dura de izquierda que dio lugar a la expresinperuanismo.

    El gobierno de Velasco expropi un alto

    nmero de empresas privadas para creargrandes monopolios estatales. Entre ellosestaban PetroPer (dedicado a la refinaciny comercializacin del petrleo), MineroPer(explotacin minera) yPescaPer (resultantede expropiar 84 empresas pesqueras y de esta-tizar la comercializacin de harina de pescado).Tambin hizo una reforma agraria, nacionalizlos capitales extranjeros y estableci el controlde cambios.

    Como resultado de estas medidas, lasprdidas acumuladas por las empresas p-blicas pasaron de 46 millones de dlares en1968 a 2.254 millones en 1977; el dficit fiscalaument del 1,7 por ciento del PBI en 1968 al

    12,3 por ciento en 1977; la deuda pblica pasdel 15 por ciento del PBI en 1968 al 48 porciento en 1978; la inflacin pas del 5,7 por

    Quin era Velasco Alvarado?

    ciento en 1969 al 73,9 por ciento en 1978; labalanza comercial pas de un saldo favorablede ms de 200 millones de dlares en 1968 aun saldo negativo de 1.700 millones en 1978;el pas pas de ser un expor tador de alimentosa ser un importador neto; la inversin y laproductividad se desplomaron.

    Junto con el deterioro econmico, la dic-tadura de Velasco trajo una casi total prdidade libertades. Muchos dirigentes opositoresfueron encarcelados o deportados. Se instaluna estricta censura sobre la prensa y los me-dios electrnicos. En 1974 fueron expropiados

    todos los diarios del pas y sus editores fueronenviados al exilio.

    En agosto de 1975, en un clima de inflacindescontrolada y escasez de bienes bsicos,un grupo de altos militares aprovech unserio problema de salud de Velasco paraderrocarlo.

    El 18 de abril de 1973, el diario Ahora,identificado con el Frente Amplio, escriba ensu editorial: Tambin la Revolucin peruanaofrece a nuestros militares el ejemplo de cmola Fuerza Armada del Per se halla comprome-tida seria y profundamente con la liberacin delpas y de Amrica Latina (...) y ha entendidoimprescindible contar con la creciente partici-

    pacin del pueblo en la misma. Creemos quea la nica fuerza que le interesa divorciar alpueblo de sus armas es a la oligarqua.

    ellos. En el discurso que hizo ese da,intent presentar como iniciativa delEjecutivo lo que en realidad era una im-posicin de los militares: Ahora, a travsde estos medios las Fuerzas Armadastendrn el camino jurdico abierto paraabordar la nueva misin que el Poder

    Ejecutivo les encomienda: en setiembrede 1971 recibieron el encargo de asumirla conduccin de la lucha antisubversiva;ahora reciben la misin de dar seguridadal desarrollo nacional.

    Pero lo de Bordaberry no era pu-ramente una capitulacin ante fuerzasms poderosas. Si acept seguir en elcargo de presidente, tambin fue porque

    comparta la orientacin general de losacontecimientos. Aos ms tarde, lmismo aclar este punto en una entre-

    vista con el periodista Alfonso Lessa:Haba coincidencia en los objetivosnacionales. La discrepancia haba sidoel desconocimiento de la autoridad del

    Ejecutivo () No hubo ningn pacto, nohubo un toma y daca. () Fue all que secre el Consejo de Seguridad Nacional;eso fue importante ya que significaba lainstitucionalizacin de la participacinde las Fuerzas Armadas en la funcinpblica.

    Para varios analistas, el autnticogolpe de estado ocurri en esos das de

    febrero de 1973. Aunque el Parlamentosigui funcionando durante unos meses,el poder real haba pasado de los civilesa los militares. Bordaberry segua siendonominalmente un presidente consti-tucional, pero en los hechos se habapuesto al frente de un grupo de oficiales

    insurrectos. Lo que haba ocurrido eraalgo ms grave que una crisis coyuntural:se haba puesto en marcha un procesoque apuntaba a traspasar el gobierno amanos de las Fuerzas Armadas.

    Lo confuso de los episodios de febre-ro es que muchos de quienes luego seran

    vctimas y enemigos del rgimen militarlos vieron con buenos ojos. Pese a que elComunicado N 4 hablaba claramente deextirpar todas las formas de subversin,buena parte de la izquierda quiso ver enese texto, as como en el ComunicadoN 7, el inicio de una experiencia pe-

    ruanista.El primero en reaccionar de estamanera fue el Partido Comunista. En sueditorial del 11 de febrero, el diario El

    Popular(portavoz oficial del PCU), dijoque el dilema no es entre poder civil

    y poder militar sino entre oligarquay pueblo, y que los marxistas-leninis-tas, los comunistas, los integrantes dela gran corriente del Frente Amplio,estamos de acuerdo en lo esencial conlas medidas expuestas por las FuerzasArmadas. El diputado socialista VivinTras tambin apoy los comunicados,aunque encontr resistencia dentro del

    Comit Central de su propio partido.El senador Zelmar Michelini hizo unaprimera valoracin pblica favorable enlas pginas deMarcha. El diario frentista

    Ahora (vinculado al PDC y a la Lista 99)titul el 10 de febrero: Los 19 puntosde los militares definen bases concretasde audaz propuesta de cambio. El 28de marzo, la bancada parlamentaria delFrente Amplio emiti una declaracinen la que ratificaba todo su apoyo acualquier iniciativa progresista, vengade civiles o de militares.

    Entre las voces contrarias resaltaron

    la de Carlos Quijano en la izquierda y lade Amlcar Vasconcellos en el PartidoColorado. Wilson Ferreira hizo unaalocucin radial el 13 de febrero en la

  • 8/2/2019 Los comunicados 4 & 7, la tentacin peruanista de la izquierda

    11/20

    11

    HISTOR

    IAR

    ECIENTE

    |ELG

    OLPE

    DE

    ESTADO

    1974

    Transportes y Jos E. Etcheverry Stirling enIndustria.

    1 de agosto: aprobacin del Decreto deReglamentacin Sindical.

    12 de setiembre: elecciones universitarias.Triunfan las listas de la oposicin en losdiferentes rdenes.

    10 de octubre: cnclave gubernamental en elHotel Nirvana.

    27 de octubre: estalla una bomba en la Facultadde Ingeniera; un estudiante muerto.

    1973

    28 de octubre: intervencin de la Universidad ydesignacin como rector del Prof. Edmundo Narancio.

    19 de noviembre: Bordaberry y el presidenteargentino Juan D. Pern firman el tratado de lmitesdel Ro de la Plata, poniendo fin a las negociaciones ydesavenencias de aos.

    13 de diciembre: integracin del Consejo de Estadocon 25 miembros.

    1974 19 de febrero: aprobacin de la Ley Orgnica de lasFFAA, que incorpora la Doctrina de Seguridad Nacionaly da carcter legal a la Junta de Oficiales Generales.

    28 de marzo: se promulgan las leyesde Inversiones Extranjeras y PromocinIndustrial.

    15 de mayo: la Junta de Comandantes enJefe de las FFAA aprueba el documentoPoltica General de la Repblica.

    27 de junio: creacin del Consejo Econmicoy Social con carcter asesor de la presidenciay participacin de las Fuerzas Armadas.

    25 de julio: creacin de ANTEL.

    1 de setiembre: carta abierta al gobierno de

    1973-1974

    General Juan Velasco Alvarado, el peruanismo en el poder.

    que dijo: Las fuerzas militares que hoyimponen sus condiciones programticasal Presidente de la Repblica (...) infierenun grave dao al pas, no estn habilita-das constitucionalmente para gobernarla Repblica pero tampoco estn capaci-tadas para hacerlo. () No nos sirven los

    salvadores autodesignados, cualquieraque pudiera ser la honradez de su inten-cin. Y si las magistraturas constitucio-nales son dbiles, hay un solo modo dedefenderlas () Consltese al pueblo dela Repblica, y estse a lo que l decida.La propuesta de Ferreira era que Borda-berry renunciara, que el vicepresidenteSapelli asumiera en forma interina yque se llamara a elecciones en un plazode noventa das. Quijano propona uncamino similar. Era una propuesta quepretenda cerrar el paso a los militares,pero era tambin una propuesta que se

    sala de lo establecido en la Constitucin.La solucin constitucional (propuesta enaquel entonces por algunos dirigentescolorados) era que Bordaberry renuncia-ra y Sapelli concluyera el perodo.

    Tan tarde como el 26 de marzo de1973, la central obrera CNT emiti unadeclaracin pblica en la que deca ha-ber valorado los Comunicados 4 y 7 delas FFAA (Fuerzas Armadas) donde sepercibe la intencin de llevar adelantealgunos puntos reivindicativos coinci-dentes con los de nuestro programa. Ladirigencia sindical pidi una entrevista alos mandos militares que se realiz el 27

    de marzo. De parte de los trabajadoresparticiparon los dirigentes Jos DEla,Wladimir Turiansky y Gerardo Costa.De parte de los militares estuvieronGregorio lvarez, Chiappe Posse, PrezCaldas y Olazbal. La CNT propusohacer un paro en apoyo a las propuestasde las Fuerzas Armadas, pero los mili-tares tomaron distancia. El 9 de abril,la Junta de Comandantes en Jefe emitiun comunicado que informaba sobre elencuentro y agregaba que si bien la CNTreconoca la identidad de sus objetivoscon los expresados por las FFAA en sus

    Comunicados nmeros 4 y 7, los mandosmilitares entienden que los caminospreconizados por ambas institucionesson inconciliables.

    Los dirigentes del MLN, que estabanen prisin, rechazaron desde el inicio losComunicados 4 y 7. Pero no lo hicieronpor defender a las instituciones sino pordesconfianza a lo que consideraban unamaniobra demaggica de los militares.Los Tupamaros venan alentando desdehaca aos una expectativa peruanista.

    En un documento de diciembre de 1970haban escrito: Las FFAA de algunospases han demostrado que, frente alatraso de las masas y a la inexistencia deun fuerte proletariado, pueden asumirel rol de vanguardia y de partido (porser el sector ms poderoso, moderno,templado, coherente y disciplinado),desempeando un buen papel en la defen-sa de la soberana, la independencia y eldesarrollo. Por ello, las FFAA no puedenser descalificadas masivamente y no pue-de renunciarse a la poltica en su seno.Si esta vez rechazaron los comunicados

    de los militares, fue porque los conocandemasiado y desconfiaron de ellos.Qu pretendieron hacer los milita-

    res cuando publicaron los Comunicados

    4 y 7? La pregunta es pertinente porque,una vez que tomaron completamente elpoder en junio de 1973, se orientaron enuna direccin muy distinta. Para algunos,en febrero del 1973 exista una faccinperuanista (liderada presuntamentepor el coronel Ramn Trabal) que luegofue derrotada en la interna militar. Para

    otros (incluidos algunos altos jerarcasmilitares de la dictadura), se trat de unatrampa montada para que la izquierdamordiera el anzuelo. Cualquiera seala explicacin, febrero de 1973 aparececomo un momento particularmente os-curo de nuestra vida poltica y como unsmbolo de la extrema debilidad a la quehaban llegado nuestras instituciones.

    27 de junio de 1973Llegado el mes de abril, los militaresplantearon a Bordaberry su voluntadde procesar al senador Enrique Erro, aquien consideraban el principal operadorpoltico del MLN-Tupamaros. Ahoraque la organizacin haba sido derrotada

  • 8/2/2019 Los comunicados 4 & 7, la tentacin peruanista de la izquierda

    12/20

    HISTOR

    IAR

    ECIENTE

    |ELG

    OLPE

    DE

    ESTADO

    12

    74

    1975 7 de enero: destitucin de EdmundoNarancio como ministro de Cultura; asumeDaniel Darracq.

    19 de abril: celebracin del 125 Aniversariodel Desembarco de los 33 Orientales en elmarco del Ao de la Orientalidad.

    20 de octubre: inauguracin de la XIConferencia de Ejrcitos Americanos.Comienza ofensiva de las Fuerzas Conjuntascontra el Partido Comunista.

    9 de diciembre: Bordaberry enva un

    memorando a las FFAA. Los militares discrepancon el presidente.

    1976 7 de enero: Vgh presenta a Bordaberry undocumento en el que discrepa con su solucininstitucional.

    2 de febrero: la Junta de Oficiales Generalesde las FFAA decide no convocar a eleccionesen noviembre de ese ao, mantener elrgimen cvico militar, reactivar los partidos

    tradicionales en una segunda etapa y estudiarlas bases de una reforma constitucional.

    los principales dirigentes polticos reclamandoel pleno funcionamiento de los partidos, sinotras limitaciones que las impuestas por laConstitucin y la ley.

    8 de octubre: reunin del Comit Central delMLN en Buenos Aires.

    19 de diciembre: asesinato del coronelRamn Trabal, agregado militar uruguayo en laEmbajada en Pars.

    20 de diciembre: aparicin de cinco cadveresen Soca, Canelones.

    1975 1975-1976

    Partido ComunistaEditorial del diarioEl Popular,el 11 de febrero de 1973

    () Consideramos que el dilema no es entre

    poder civil y poder militar, que la divisoria es

    entre oligarqua y pueblo, y que dentro de este

    caben indudablemente todos los militares

    patriotas que estn con la causa del pueblo,

    para term inar con el dominio de la rosca

    oligrquica ().

    Las Fuerzas Armadas deben reflexionar

    sobre este hecho: los marxis tas-lenini stas,

    los comunistas, los integrantes de la gran co-

    rriente del Frente Amplio, estamos de acuerdo

    en lo esencial con las medidas expuestas por

    las FF.AA. como salidas inmediatas para la

    situacin que vive la Repblica, y por cierto

    no incompatibles con la ideologa de la clase

    obrera, sin prejuicio de nuestros ideales

    finales de establecimiento de una sociedad

    socialista. ()

    Hoy, como siempre, creemos que para

    esta obra de autntica recuperacin nacional

    se necesita el esfuerzo de todos los orientales

    honestos, sin distincin de civiles o militares,

    con la nica determinacin de ser patriota y

    creer en el Pueblo.

    Carlos Quijano

    Editorial del semanarioMarcha,viernes 16 de febrero de 1973

    () El programa no lo traza el par tido triunfan-

    te, no lo redactan el presidente y sus ministros.

    Lo elaboran, y custodian su cumplimiento, los

    mandos.

    Ciertos exgetas, ms realistas que el rey,

    se han dado a la apasionante y fecunda tarea de

    analizar tales comunicados. Donde dice negro

    debe entenderse blanco y donde se ha puesto

    coma corresponde punto y coma. ()

    Qu hacer?, se preguntan algunos.

    Defender a la Constitucin cien veces

    desconocida y pisoteada por los encargados

    de aplicarla? Defender a un gobierno sinautoridad, que negocia en lugar de resistir y

    Las reacciones ante los Comunicados 4 y 7

    que ha acumulado errores tras errores? Defender

    un rgimen carcomido del cual ese gobierno o

    agobierno es expresin?

    () Puesto que el planteo una vez que se pres-

    cinde de la hojarasca es simple la respuesta tambin

    es simple. La consumacin no es justificacin y el

    poder militar, repetimos, no debe reemplazar al po-

    der poltico. Entonces queda solo una va: consultar

    al pueblo, tantas veces invocado, tantas engaado,

    tantas inducido al error; plebiscitar programas

    concretos, ms que programas planes y proceder

    a nuevas elecciones dado que el poder poltico, en

    uno de sus ms encumbrados representantes, se

    ha hecho el harakiri.

    Lber Seregni

    Fragmentos del discurso en 8 de Octubre y Comer-cio, 9 de febrero de 1973

    () La patria es de todos y se conquista luchando

    junto a todos los verdaderos patriotas. (La patria) la

    construye el obrero y el ama de casa, el estudiante

    (...) y tiene que construirla tambin el militar y el

    campesino.

    () La lnea de accin que se ha trazado el

    Frente Amplio, consiste en prestar su apoyo crtico a

    todas las instancias econmicas, polticas y sociales

    que beneficien la causa popular.

    Wilson Ferreira Aldunate

    Entrevista concedida a Omar Prego.Buenos Aires, junio de 1973

    Los comunicados 4 y 7 son la sarta de pavadas

    ms pavas que yo he visto en mi vida. Son una

    ristra de lugares comunes, y claro, hay quienes

    coinciden con ellos, ya que: cmo no coincidir

    con los lugares comunes?

    Zelmar MicheliniEntrevista concedida a Omar Prego.Buenos Aires, junio de 1973

    Yo soy de los que creen que los comunicados 4 y

    7, quedarn en la historia del pas como un intentode algunos militares de tratar que la estructura eco-

    nmica y social del Uruguay tuviese la posibilidad

    de ofrecer cambios.

    Convencin Nacional de Trabajadores (CNT)Declaracin del 26 de marzo de 1973

    () Con esta ptica hemos valorado los

    Comunicados 4 y 7 de las FFAA donde se percibe

    la intencin de llevar adelante algunos puntos

    reivindicativos coincidentes con los de nuestro

    programa. Nunca hemos pensado que somos los

    nicos que queremos la felicidad de nuestro pueblo

    y nos satisface mucho que en otros sectores que

    no son clase obrera, se manifiesten esas inquietu-

    des; tampoco nos asusta que esas coincidencias

    se expresen no slo en documentos sino en la

    lucha diaria por su concrecin.

    DiarioAhora (Frente Amplio)Editorial del 3 de febrero

    El planteamiento de Vasconcellos () surge

    cuando las FFAA perfeccionan ostensiblemente

    su concienc ia de las disyunt ivas que Uruguay

    enfrenta.

    Cuando comienzan a distinguir entre quienes

    aprovechan la crisis y quienes la sufren; entre

    quienes se han asociado a los intereses extran-

    jeros que nos constrien y quienes no tienen la

    suerte distinta de la que corre la sociedad en que

    vivimos. (La opinin pblica) est a la espera deorientaciones y propuestas de cambio. En la elabo-

    racin de stos, los militares jugarn un papel sin

    exclusivismos ni mesianismos. Mejor, entonces,

    buscar las modalidades de una par ticipacin que

    puede ser positiva.

    Editorial del 14 de febrero

    (...) Del anlisis de estos prrafos extrajimos

    la definicin, que desde el primer momento la

    calificamos de propuesta de cambio. En nuestro

    entender este anlisis sistemtico de la proble-

    mtica nacional y sus posibles soluciones tiene el

    carcter de una importante aportacin a la tareacomn de encontrarle una salida al pas.

  • 8/2/2019 Los comunicados 4 & 7, la tentacin peruanista de la izquierda

    13/20

    13

    HISTOR

    IAR

    ECIENTE

    |ELG

    OLPE

    DE

    ESTADO

    1976

    tres Actos Institucionales sobre proscripcionesde dirigentes polticos, suspensin de laselecciones y reorganizacin del Estado con lacreacin del Consejo de la Nacin.

    12 de junio: Bordaberry reitera sus conceptosanteriores por escrito. Los militares informan

    a Bordaberry que ha perdido la confianza delas FFAA y que le retiran su apoyo. Bordaberryrenuncia a la presidencia. Asume AlbertoDemicheli interinamente.

    14 de junio: el presidente Demicheli firmalos actos institucionales 1 y ,2 por las que

    12 de febrero: el presidente presenta otromemorando a las FFAA y pide que se pronunciensobre sus puntos de vista.

    24 de marzo: visita del presidente de Paraguay,general Alfredo Stroessner.

    9 de abril: la Comisin de Asuntos Polticos(Comaspo) que asesora a la Junta de OficialesGenerales recibe un informe de los delegados de lasFFAA referido a las negociaciones con el presidente.

    21 de abril: visita del presidente de Chile generalAugusto Pinochet.

    20 de mayo: en Buenos Aires aparecen muertosZelmar Michelini y Hctor Gutirrez Ruiz. Susentierros en Montevideo son reprimidos por laPolica.

    1 de junio: Bordaberry enva un nuevomemorando. Reitera sus puntos de vista y su

    oposicin al plan poltico de los militares.8 de junio: Bordaberry enva un nuevomemorando, puntos aclaratorios de la posicindel presidente de la Repblica.

    10 de junio: la Comaspo aprueba los textos de

    1976 1976

    militarmente, tambin deba serlo en elterreno poltico. Pero Erro tena inmu-nidad parlamentaria, de modo que eranecesario desaforarlo (suspenderle tran-sitoriamente su condicin de legislador)para que pudiera ser juzgado.

    El 27 de abril, y tras recibir una soli-

    citud formal de un juez militar, el PoderEjecutivo envi al Senado el pedido dedesafuero del senador Erro. El docu-mento afirmaba que existe semiplenaprueba de la comisin de graves delitosde lesa nacin por el referido ciudadano.El tema pas a ser estudiado por la Co-misin de Constitucin y Legislacin dela cmara alta, que se pronunci negati-

    vamente a partir de un informe jurdicode Washington Beltrn. Pero el gobiernoestaba decidido a procesar a Erro. El 7 demayo, antes de que el Senado se pronun-ciara, un diputado de la Unin Nacional

    Reeleccionista present una iniciativade juicio poltico en la Cmara de Dipu-tados. El doble procedimiento genernuevas tensiones entre el Ejecutivo y elLegislativo.

    Los militares haban decidido au-mentar la presin sobre los polticos engeneral, y no solamente sobre Erro. Yaen noviembre de 1972, la Justicia Militarhaba anunciado que pedira el desafuerode Wilson Ferreira para juzgarlo porunas declaraciones pblicas. Una se-mana despus, el Poder Ejecutivo habainformado que no enviara la solicitudal Parlamento. El 31 de enero de 1973,

    el senador colorado Amlcar Vasconce-llos acus pblicamente a los militaresde querer desplazar a las instituciones,lo que gener como respuesta un durocomunicado de la Junta de Comandantesen Jefe. El conflicto entre Vaconcellos ylos mandos se prolong durante variosmeses, y se hizo ms agudo luego de queVasconcellos publicara un libro extrema-damente crtico de los militares. El 12 de

    junio, la Justicia Militar libr un exhortopara que Vasconcellos fundamentarasus dichos. Los mandos hablaron depedir su desafuero, pero no lo hicieron.

    Paralelamente, la Justicia Militar habainiciado acciones contra el presidentedel Directorio del Partido Nacional, elcapitn retirado Omar Murdoch. El 30

    Naci en Artigas en 1915 y muri en Montevideo en1999. Fue electo diputado por Montevideo en 1951,codirigi el diarioAccin entre 1955 y 1957, y fuemiembro del Comit Ejecutivo del Partido Coloradodesde 1955. Fue ministro de Ganadera y de Hacien-da. Integr en dos oportunidades el Consejo Nacionalde Gobierno. Tras la muerte de Luis Batlle en 1964

    fund su propia agrupacin: Por la ruta de LuisBatlle, lista 315. Fue candidato a la presidencia dela Repblica en 1966 y en 1971, y senador entre1967 y 1973. Estuvo proscripto bajo la dictadura yparticip del triunvirato que dirigi a su partido en-tre 1976 y 1985. Maestro y profesor de pedagogaen los Institutos Normales, fue secretario generalde la Federacin Magisterial del Uruguay.

    Republicano convencido, fue un duro crticode las polticas represivas de Pacheco y Borda-berry, a quienes acus de alentar el crecimientode la guerrilla. En febrero de 1973 alert sobreel avance del poder militar y el peligro de losnuevos latorritos, segn la expresin queacu. En su libroFebrero Amargo, de marzo de

    1973, narr con detalle los acontecimientos quepreanunciaron la disolucin de las Cmaras delmes de junio.

    Amlcar Vasconcellos

    de abril, un juez militar le haba exigidoexplicaciones sobre una declaracinpoltica realizada por los blancos. El 6 de

    junio Murdoch fue procesado sin prisinpor la Justicia Militar. El 25 de junio seraprocesado con prisin.

    El 17 de mayo, el Senado de laRepblica aprob una mocin presen-tada por el Partido Nacional, por laque decida no pronunciarse sobre elpedido de desafuero a Erro. La mocintena una justificacin formal (evitar la

    incompatibilidad que podra surgir delas dos acciones puestas en marcha porel gobierno, una en Senadores y otra enDiputados), pero tena un claro signifi-cado poltico de rechazo a las presionesdel Ejecutivo. El 22 de junio, en medio deuna inmensa tensin poltica, la Cmarade Representantes rechaz la solicitudde juicio poltico al senador Erro por 49

    votos contra 48. Esa decisin fue vividacomo una doble derrota por Bordaberry

    y los militares. En primer lugar, EnriqueErro haba quedado fuera del alcancede la Justicia Militar, pese a que ellos

    crean tener pruebas fehacientes de suvinculacin con el MLN. Por otro lado, elPoder Legislativo en su conjunto estabamostrando una voluntad de indepen-

    Amlcar Vasconcellos: el dolor republicano ante el golpe de Estado.

  • 8/2/2019 Los comunicados 4 & 7, la tentacin peruanista de la izquierda

    14/20

    HISTOR

    IAR

    ECIENTE

    |ELG

    OLPE

    DE

    ESTADO

    14

    1976

    se suspende hasta nuevo pronunciamiento laconvocatoria a elecciones generales y se crea elConsejo de la Nacin.

    17 de junio: Wilson Ferreira se presenta en elCongreso de los Estados Unidos y reclama quecese la asistencia econmica norteamericana al

    gobierno uruguayo para la compra de armas.28 de junio: integrantes de las Fuerzas Conjuntascapturan dentro de la embajada de Venezuela aElena Quinteros, que intentaba asilarse.

    6 de julio: Venezuela suspende relacionesdiplomticas con Uruguay por el incidente de laembajada.

    1 de setiembre: Aparicio Mndez asumecomo presidente por un perodo de cinco aos.Aprobacin de los actos institucionales 3 y 4,

    por los que se reestructura el Poder Ejecutivo yse proscribe a gran parte de la clase poltica.

    2 de setiembre: el presidente de EstadosUnidos, Gerald Ford, ratifica la decisin

    del Congreso de ese pas de suspender laayuda militar a Uruguay por violaciones a losderechos humanos.

    20 de octubre: aprobacin del actoinstitucional N 5, que limita la vigencia de losderechos humanos a los requerimientos de la

    seguridad interna.

    1976 1976

    prohiba atribuir propsitos dictato-riales al Poder Ejecutivo. Tambin sedecidieron incrementos salariales del 50por ciento y subas en los servicios pbli-cos del 20 por ciento. En la madrugadadel 27 de junio, el Palacio Legislativo fuerodeado por vehculos blindados. A las

    7 de la maana, los generales EstebanCristi y Gregorio lvarez tomaron pose-sin del edificio, que a esa altura estabasemidesierto. El golpe de estado habaterminado de consumarse.

    En el momento de la disolucin delas Cmaras, el Consejo de Ministrosestaba integrado por Nstor Bolentini(Interior), Walter Ravenna (DefensaNacional), Juan Carlos Blanco (Relacio-nes Exteriores), Moiss Cohen (Econo-

    ma y Finanzas), Pablo Purriel (SaludPblica), Benito Medero (Ganadera yAgricultura), Jorge Presno (Industria),Carlos Abdala (Trabajo), Mario Ubillos(Transporte, Comunicaciones y Turis-mo), ngel Servetti (Obras Pblicas) yJos Mara Robaina Ans (Educacin).

    El secretario de la Presidencia era l-varo Pacheco Ser y el director de laOficina de Planeamiento era RicardoZerbino. Una vez conocida la decisinde Bordaberry, cinco integrantes de esteequipo renunciaron por discrepar con lamedida: Robaina Ans, Zerbino, Presno,Purriel y el teniente coronel Servetti. Losdems decidieron seguir formando partede lo que haba pasado a ser un gobiernode facto.

    En la maana del 27 de junio, la CNTllam a un paro general que tuvo en losprimeros das una respuesta masiva. Las

    expectativas de una dictadura peruanis-ta haban desaparecido y los dirigentessindicales haban pasado a una posturade fuerte oposicin. Al da siguiente, enun acto realizado en el Paraninfo de laUniversidad de la Repblica, el rectorSamuel Lichtensztejn acus pblicamen-te al gobierno de ser dictatorial. El 6 de

    julio fueron detenidos, encapuchadosy encarcelados los legisladores blancosWalter Santoro, Luis Alberto Lacalle,Carlos Rodrguez Labruna, Miguelngel Galn y scar Lpez Balestra (norecuperaran la libertad hasta el 22 de

    julio). El 9 de ese mes se produjo unagran manifestacin de protesta en elcentro de Montevideo. El Ejrcito sacnuevamente los tanques a la calle. Hubodisparos y duras cargas de la Polica, perono se produjeron muertes. Numerososdirigentes y militantes fueron detenidosbajo el cargo de haber participado enuna asonada. La huelga termin pocodespus de esa manifestacin.

    Para mediados de julio, los militarestenan la situacin controlada. Casitoda la dirigencia sindical y buena partede la dirigencia poltica de izquierda

    estaba presa (la cantidad de detenidosera tal que el Cilindro Municipal se uscomo crcel). El general Seregni habasido detenido tras la manifestacin del

    dencia que los militares considerabanincompatible con el estado de cosascreado en febrero.

    Horas despus de conocerse la de-cisin de los diputados, el presidenteBordaberry se reuni en la residenciapresidencial con los tres comandantes

    en jefe, los miembros del Estado Ma-yor Conjunto (Esmaco) y los jefes delas cuatro regiones del Ejrcito. All elpresidente realiz una exposicin en laque explic los fundamentos y objetivosdel paso que se iba a dar: disolver elParlamento.

    El 26 de junio, a las once y veinte dela noche, Bodaberry firm el decreto646/73, que disolva las Cmaras y lasJuntas Departamentales, al tiempo que

    A altas horas de la noche, en el filo del cambiode da entre el 26 y el 27 de junio de 1973, elSenado de la Repblica tuvo lo que sera sultima sesin en ms de una dcada. En unclima general de agitacin, y poco antes deabandonar el Palacio Legislativo, Wilson FerreiraAldunate pronunci su ltimo discurso comosenador en ejercicio:

    Seor Presidente: a lo largo de todo el

    da de hoy, circularon persistentes rumores,

    que luego terminaron transformndose casi

    en noticia, segn los cuales estara a punto deculminar si es que no ha culminado ya un

    triste proceso que finalizara con la violacin,

    por parte de Juan Mara Bordaberry, de sus

    juramentos constitucionales y un asalto a las

    instituciones y a las libertades pblicas.

    Si eso llegara a confirmarse, como mucho

    tememos que ocurra, habra que decir como

    es corriente en estos casos que a Bordaberry

    y a sus cmplices los juzgar la historia. Y esto

    es verdad. Pero debe agregarse que antes,

    ste, nuestro pueblo oriental de hoy, va a exigir

    responsabilidad y hacerla efectiva contra los

    culpables del atentado y sus cmplices.

    Si ello llegara a confirmarse, seor Pre-

    sidente, nuestro Partido Nacional se consi-

    derar en guerra contra el seor Juan Mara

    El ltimo discurso del senador Wilson Ferreira

    Bordaberry, enemigo de su pueblo. Los seores

    senadores me permitirn que yo, a pesar de

    que la hora exige emprender la restauracin

    republicana como una gran empresa nacional,

    haga una invocacin que me resulta ineludible,

    a la emocin ms intensa que dentro de nues-

    tra alma alienta, y perdonarn que antes de

    retirarme de sala, arroje al rostro de los autores

    de este atentado, el nombre de su ms radical

    e irreconciliable enemigo, que ser, no tengan

    la menor duda, el vengador de la Repblica: el

    Partido Nacional!

    Viva el Partido Nacional!

  • 8/2/2019 Los comunicados 4 & 7, la tentacin peruanista de la izquierda

    15/20

    15

    HISTOR

    IAR

    ECIENTE

    |ELG

    OLPE

    DE

    ESTADO

    9 de julio. Tambin estaban presos seislegisladores blancos y el presidente delDirectorio del partido Nacional. Otroslegisladores (incluidos Zelmar Michelini,Enrique Erro, Wilson Ferreira y HctorGutirrez Ruiz) haban partido al exilioen las horas siguientes al golpe. La huelga

    haba terminado y apenas se viva unclima de oposicin dentro de los murosde la Universidad de la Repblica, quesegua siendo autnoma.

    En ese clima, el ministro del InteriorNstor Bolentini hizo pblica una largalista de ciudadanos a los que se les pro-hiba realizar tareas polticas. En esa listaestaban todos los dirigentes del FrenteAmplio y un gran nmero de dirigentesde los partidos tradicionales, entre losque figuraban Jorge Batlle, Carlos W. Ci-gliutti, Manuel Flores Mora, GuillermoGarca Costa, Luis Hierro Gambardella,

    Raumar Jude, Luis Alberto Lacalle, Aqui-les Lanza, scar Lpez Balestra, DardoOrtiz, Carlos Julio Pereyra, Hctor Lo-renzo Ros, Renn Rodrguez, Julio Ma-ra Sanguinetti, Amlcar Vasconcellos,Alembert Vaz y Pedro Zabalza.

    Para setiembre de 1973 estaba pre-vista la realizacin de elecciones enla Universidad de la Repblica. Esoscomicios no tenan otro propsito queelegir nuevas autoridades universitarias,pero muy pronto adquirieron un altosignificado poltico. Por una parte, laUniversidad de la Repblica haba sidoen los ltimos aos uno de los principalesescenarios de confrontacin. Por otrolado, y tras el golpe de junio, se habaconvertido en el nico mbito en el quetodava era posible a gran escala el libreejercicio del voto.

    Los gobernantes de facto compren-dieron la inconveniencia de una fuerte

    votacin opositora y se propusieronimpedirla. Para eso introdujeron laobligatoriedad del voto en las eleccio-nes universitarias, con el propsito deobligar a pronunciarse a una mayorasilenciosa que normalmente no seguaa los gremios. Pero la maniobra no dio

    resultado. Las listas de sesgo opositor ob-tuvieron el 89% de los votos estudiantiles

    y el 76% de los docentes. La Universidadde la Repblica adquiri ms que nuncaun carcter de reducto opositor. (Pese aser una medida impuesta por la dictadu-ra militar, la obligatoriedad del voto en laUniversidad de la Repblica se mantienehasta hoy).

    El 27 de octubre estall una bombaen la Facultad de Ingeniera. El artefactoexplot en las manos del estudiante quela estaba fabricando, que perdi la vida.Esa explosin pareci confirmar dos

    convicciones ampliamente extendidas

    Cuando se disolvieron las Cmaras, Was-hington Beltrn tena 59 aos y haba sidoelecto por tercera vez senador de la Rep-blica. Abogado, primognito de una figuramtica del Partido Nacional, haba ingresadoa trabajar en el diario El Pas en 1939 yaccedido a su co-direccin en 1961.

    En 1945 fund elMovimiento PopularDivisa Blanca - Lista 400 y fue protago-nista del proceso de reunificacin delPartido Nacional en los aos cincuenta.Con ese objetivo, en 1954 renunci a subanca como diputado del Nacionalismo

    Independiente para incorporase a Re-construccin Blanca. El intento de supe-rar la divisin entre los blancos finalmentefructific y condujo a la victoria electoral

    de 1958. En 1965, Beltrn presidi elConsejo Nacional de Gobierno durante elsegundo colegiado blanco (1963-1967).

    El 10 de febrero de 1973, mientrasse producan los graves acontecimientosque condujeron al acuerdo de Boiso Lan-za, escribi en El Pas: No admitimossoluciones contrarias a la democracia, ala democracia autntica, que es libertad,que es derecho, que es coordinacin res-petuosa de Poderes, que es responsabili-dad. Dos das ms tarde agregaba: Nosabemos si nos encaminamos al ocaso denuestra democracia. No ser necesario

    Washington Beltrn

    mucho tiempo para develar la incgnita.Posiblemente, ya no exista cuando estas

    lneas salgan a la calle. Pero lo dramtico,lo estremecedor, es que se est jugandoel destino, quiz por dcadas de la Rep-blica, en medio del silencio, del silencioinexplicable, del silencio temeroso, delsilencio frvolo de muchos.

    El 29 de junio de 1973, tras la diso-lucin de las Cmaras, continu en lamisma prdica: Nadie puede querer,para esta tierra, el destino de crcel. Yno creemos que nadie pueda pensar quees posible apuntar hacia el maana, sobrelos esquemas de la intemperancia y laradicalizacin. () En esta Repblica sehan cometido muchos errores. Por todos.

    Hemos comprometido por abulia, poregosmo, por comodidad, por demagogia,un pas maravilloso donde todo se nosofreca para ser un oasis de felicidad enel mundo.

    Proscripto durante siete aos por ladictadura, analiz en julio-agosto de 1980,a lo largo de ocho meticulosos artculosenEl Pas, las pautas constitucionales dela dictadura. Dej all claramente estable-cido su rechazo al proyecto que habra deplebiscitarse en noviembre. Desde 1985se dedic intensamente al periodismo.Muri el 19 de febrero de 2003.

    Washington Beltrn en un acto de su lista 400.

  • 8/2/2019 Los comunicados 4 & 7, la tentacin peruanista de la izquierda

    16/20

    HISTOR

    IAR

    ECIENTE

    |ELG

    OLPE

    DE

    ESTADO

    16

    entre los militares. La primera era quela guerrilla haba sido vencida pero noeliminada. La segunda era que la Uni-

    versidad autnoma era util izada porlos guerrilleros como un espacio parareorganizarse y armarse. El 28 de octubrede 1973, el Poder Ejecutivo intervino laUniversidad, destituy a las autoridadesen ejercicio e impuso como rector inter-

    ventor al Prof. Edmundo Narancio.

    La reorganizacinCon la intervencin de la Universidadde la Repblica termin la fase inicial derepresin y se inici un proceso de reor-ganizacin institucional. El primer pasode ese proceso fue la organizacin de uncnclave que se realiz el 10 de octubrede 1973 y reuni a un gran nmero de

    jerarcas civiles y militares. Los primeros

    resultados visibles se produjeron el 13de diciembre del mismo ao, cuando secre un Consejo de Estado de 25 miem-bros que desempeaba la funcin de unParlamento extremadamente debilitado.La presidencia del nuevo rgano fuepuesta en manos del histrico dirigenteherrerista Martn Echegoyen.

    El inicio del esfuerzo de reorganiza-cin no signific, sin embargo, el fin delas actividades represivas. En 1974 seprofundiz la represin poltica. Variosdirigentes tupamaros fueron tomadoscomo rehenes, sometindolos a prisinen condiciones inhumanas. Tambin

    se decidi la clausura definitiva de laspublicacionesMarcha yAhora. Figurasrelevantes de la cultura y el periodismo(como Carlos Quijano y Juan Carlos

    Onetti) fueron detenidas y sometidas ala justicia militar.

    El 1 de setiembre, en una cartaabierta al gobierno, los principales di-rigentes de distintos partidos polticosreclamaron el pleno funcionamientode los partidos, sin otras limitaciones

    que las impuestas por la Constituciny la ley. Pero la poltica represiva con-tinu, focalizndose en la detencin dela dirigencia comunista residente en elpas y de un gran nmero de militantes.Los mtodos ms frecuentes incluan laprisin por delitos de opinin, la falta degarantas en los procesamientos, el man-tenimiento de condiciones carcelarias

    violatorias de los derechos humanos, eluso sistemtico de la tortura y, segn seha podido confirmar recientemente, lasejecuciones de prisioneros.

    El perodo de represin ms intensa

    se prolong hasta el ao 1976, cuandolos militares capturan el aparato arma-do del Partido Comunista. La cada deese aparato, que los comunistas habanorganizado cuidadosamente pero nun-ca haban decidido usar, signific laeliminacin de la ltima posibilidad deresistencia armada en el pas. El aparatoque los tupamaros haban intentadomantener funcionando en el exterior ha-ba colapsado en 1975. Desde entonces,los militares uruguayos se concentraroncasi exclusivamente en ejercer una fun-cin de control sobre el conjunto de la

    sociedad.Con el paso del tiempo se hicieronreconocibles tres caractersticas queseran tpicas de la dictadura uruguaya.

    El coronel Ramn Trabal fue asesinado deseis tiros en Pars, el 19 de diciembre de1974. Dos obreros que trabajaban cercavieron huir a los sicarios, de aspecto eu-ropeo, en direccin a la rue La Fontaine, aorillas del Sena. El asesinato fue atribuidoa la Brigada Internacional Ral Sendic,pero los tupamaros lo niegan.

    Al da siguiente del asesinato, apa-recieron cerca de Soca cinco cuerposacribillados a balazos y con signos detortura. Eran Floreal Garca (31 aos),su esposa Mirtha Teresa Hernndez (29aos), Hctor Daniel Brum (28 aos),Mara de los ngeles Corbo de Brum (26

    aos) y Graciela Martha Estefanell (34aos). Todos haban sido secuestradosen Buenos Aires, trasladados en formaclandestina a Uruguay y recluidos presu-miblemente en el cuartel de San Ramn,en jurisdiccin de la Divisin de EjrcitoIV bajo el mando del general Gregoriolvarez. El nio Amaral Garca, hijo deFloreal y Mirtha, fue ubicado en Argentinadiez aos despus.

    Trabal era un hombre muy cercanoa lvarez y es considerado uno de losidelogos de los Comunicados 4 y 7.Descendiente de dos familias de linajemilitar, se haba educado en el BritishSchool y haba recibido calificacionesmuy destacadas cuando realiz estudiosen Argentina y Estado Unidos. Tambinhaba hecho un breve pasaje por Peren tiempos de Velasco Alvarado. Trabajcomo jefe del Servicio de Informacinde Defensa y fue enviado a Francia enmedio de una crisis militar (cuando elgeneral Chiappe Posse fue relevado porel general Vadora).

    Poco antes de morir, envi a Mon-tevideo cartas en las que revelaba unaprofunda incertidumbre sobre su futuro.Saba que lo estaban siguiendo y afirmque algunos uruguayos haban viajado aPars para vigilarlo. En medios cercanosa Trabal nunca se descart ningunahiptesis. Su asesinato pudo ser un tiropor elevacin contra lvarez en la internamilitar, una accin de guerrilleros autno-mos, un ajuste de cuentas por cuestionesms prosaicas o, como sostienen algunos,una operacin de servicios de inteligenciaajenos a Uruguay.

    El asesinato

    de Ramn Trabal

    Una de las medidas represivas ms terri-bles tomadas por la dictadura consisti enseleccionar a 18 rehenes (9 varones y9 mujeres) vinculados al MLN-Tupamaros.Los hombres (Mauricio Rosencof, EleuterioFernndez Huidobro, Jos Mujica, JorgeManera, Henry Engler, Adolfo Wasem,Jorge Zabalza, Julio Marenales y RalSendic) estuvieron presos en cuarteles devarias regiones militares desde setiembrede 1973 hasta marzo de 1984. Las mujeres(Alba Antnez, Estela Snchez, CristinaCabrera, Flavia Shilling, Gracia Dry, JessieMacchi, Raquel Dupont, Mara Elena Cur-belo y Elisa Michelini) volvieron al Penalde Punta de Rieles a fines de 1976. Esoexplica por qu se suele hablar exclusi-vamente de los nueve varones.

    Las condiciones de detencin fueronextremadamente duras. El sistema de ro-

    Los rehenes

    tacin inclua cambios permanentes entrecuarteles y mtodos de reclusin diferen-tes. A veces estaban solos y a veces de atres. Fueron torturados con frecuencia yencerrados en cubculos de chapa de losque solo se poda salir gateando (perre-ras). Las duras condiciones les genera-ron serias perturbaciones psicolgicas.De alguna manera estbamos todosdesquiciados, ha dicho Rosencof.

    Pese a mltiples intentos, ni losorganismos de defensa de los derechoshumanos ni la organizacin Mdicossin frontera pudieron verlos. En abril de1984, luego de once aos de cautiverio,los nueve rehenes regresaron al Penal deLibertad y fueron puestos en calabozosde castigo, donde permanecieron otrostres meses.

  • 8/2/2019 Los comunicados 4 & 7, la tentacin peruanista de la izquierda

    17/20

    17

    HISTOR

    IAR

    ECIENTE

    |ELG

    OLPE

    DE

    ESTADO

    Una serie de 25 fascculos publicada

    por el diario El Pas con el apoyo del

    Centro de Estudios Jean-Franois Revel.

    Direccin de proyecto

    Pablo da Silveira

    Investigacin y redaccinPablo da SilveiraFrancisco FaigFlix LunaEnrique Mena SegarraMartn Peixoto

    23/25historiareciente AsistenteJos LpezFotografas

    Archivo de El Pas

    Diseo grfico, armado y correccin

    Trocadero

    Publicacin

    El Pas

    Impreso en El Pas

    Depsito legal: 334.251

    La primera fue una participacin nodesdeable de civiles en el ejercicio de lasfunciones de gobierno. Aunque la ltimapalabra la tuvieron siempre los militares,la colaboracin de civiles fue lo suficien-temente importante como para que sehablara de proceso cvico-militar. La

    lista de quienes colaboraron con los mili-tares incluye, entre muchos otros, a Apa-ricio Mndez, Alberto Demicheli, WalterRavenna, Juan Carlos Blanco, AlejandroVgh Villegas, Valentn Arismendi, Ed-mundo Narancio, Enrique Viana Reyes,Raquel Lombardo, Jorge Amondarain,Luis Givogre, Pablo Millor, AlejandroRovira, Estanislao Valdez Otero, MarcialBugallo, Luis Vargas Garmendia, DanielDarracq, Juan Carlos Payse, Oscar Ra-chetti y Walter Belvisi.

    Una segunda caracterstica del r-gimen fue el rpido abandono de las

    pretensiones expresadas en los Comu-nicados 4 y 7. Lejos de avanzar haciaun estado expropiador y dirigista, comohaba ocurrido en el Per de Velasco,en junio de 1974 los militares pusieronla conduccin econmica en manos deAlejandro Vgh Villegas, que le dio unfuerte giro liberalizador. En setiembre de1974, Vgh liber la compra y venta demoneda extranjera, terminando as conel control de cambios . Tambin eliminel impuesto a la renta de las personas f-sicas y el impuesto a las herencias, con loque la recaudacin pas a concentrarse

    en los impuestos indirectos.La filosofa que imperaba en elMinisterio de Economa era favorablea una reduccin del intervencionismoestatal, pero entre los militares habaresistencias. El resultado fue una polticahbrida, a medio camino entre Velasco

    y Pinochet: por un lado se liberalizabanlas finanzas y el comercio, pero al mismotiempo se conservaron todas las empre-sas del estado, se aument el nmero defuncionarios pblicos y se emprendierongrandes obras con financiamiento ygestin estatal, como la represa de Salto

    Grande.Los resultados tambin fueron mix-tos. Entre 1974 y 1981, la economacreci a ms del 4% anual. Las finanzas

    pblicas mejoraron hasta lograr dosaos de supervit fiscal. Pero el salarioreal tuvo una cada promedio anual del4,6 por ciento, hasta acumular una re-duccin del orden del 50 por ciento. Laproporcin de los sueldos en el ingresonacional pas del 41 por ciento como

    promedio para los aos 1968-72, al 25por ciento en 1979. El rgimen concentrel ingreso en no mucha menor medidaque la dictadura chilena, pero el creci-miento econmico fue inferior.

    La tercera caracterstica del rgimenfue su fuerte sentido disciplinador. Losmilitares uruguayos mataron menos quesus pares de la regin, pero impusieronun control sobre la sociedad que nose alcanz en casi ninguna parte. Paralograrlo, la dictadura adopt una largaserie de medidas que incluy la disolu-cin de los sindicatos y de los gremios

    estudiantiles, la ilegalizacin de partidos,la prohibicin de reuniones y actividadespolticas, la intervencin de los rganosde gobierno de la enseanza, la depura-cin de los cuadros docentes, el frreocontrol sobre los planes y programas deestudio, el examen de los antecedentespolticos e ideolgicos de toda personaque aspirara a un cargo directivo encualquier organizacin de la sociedadcivil, la censura a la prensa y a los espec-tculos artsticos (ejercida de manerasdiversas y no siempre explcitas) y el usode trmites como el otorgamiento depasaportes para ejercer un control sobrelas actividades presentes y pasadas de losciudadanos (tpicamente, el certificadode fe democrtica que clasificaba a losciudadanos en las categoras A, B y C).

    La cada de BordaberryUna vez puesta la casa en orden, el r-gimen se pregunt qu hacer en relacina las elecciones generales previstas paranoviembre de 1976. Ni los militares nisus colaboradores civiles estaban incli-nados a que esos comicios se realizaran,pero pronto surgi una diferencia entre

    Bordaberry y casi todo el resto.Bordaberry crea que haba unaoportunidad para refundar las institucio-nes del pas. Muy influido por las ideas

    Nacida en 1945, Elena Quinteros milit enResistencia Obrero Estudiantil, la FederacinAnarquista del Uruguay y en el grupo guerrille-ro OPR 33. En 1969 fue detenida por primeravez, y procesada por asociacin para delin-quir. Tras el golpe de junio de 1973 se asil enBuenos Aires, desde donde particip en 1975en la fundacin del Partido por la Victoria delPueblo. Luego del golpe argentino de marzode 1976, Quinteros regres clandestinamentea Uruguay para organizar acciones contra ladictadura uruguaya. Fue detenida el 24 dejunio de ese ao y trasladada a una unidadmilitar, donde fue interrogada y torturada.

    Liberada bajo vigilancia estricta, con el finde entablar contacto con un dirigente de supartido, logr escapar y entr a los jardinesde la embajada de Venezuela, desde dondefue secuestrada por fuerzas uruguayas apesar de la resistencia de los funcionariosvenezolanos.

    El gobierno del presidente Carlos An-drs Prez exigi la inmediata liberacin deQuinteros, arrebatada en el territorio de laEmbajada. Al negar toda responsabilidad elgobierno uruguayo, Venezuela rompi relacio-nes diplomticas. Segn algunos testimonios,Quinteros habra estado detenida y sometidaa torturas en el Batalln 13 de Infantera

    Blindada. Hasta hoy permanece desaparecida,sin que se conozcan los autores materiales eintelectuales del crimen.

    Elena Quinteros

  • 8/2/2019 Los comunicados 4 & 7, la tentacin peruanista de la izquierda

    18/20

    HISTOR

    IAR

    ECIENTE

    |ELG

    OLPE

    DE

    ESTADO

    18

    del franquismo espaol y del fascismoitaliano, el presidente de facto vea a lademocracia liberal como un mal quedeba ser exterminado Para hacerlo,haba que eliminar para siempre alParlamento y a los partidos polticos,

    y construir un orden que reflejara una

    autoridad autntica (tutelada por lasFuerzas Armadas) y la unidad naturaldel pueblo. Lo que haca falta era edificarinstituciones que expresaran (segn unafrmula proveniente del franquismo) lascorrientes de opinin existentes en lasociedad. Era necesario conocer el puntode vista de los grandes grupos sociales(empresarios, trabajadores, productoresrurales) para que luego un gobiernosostenido por los militares tomara susdecisiones. El modelo era en esencia elcorporativismo inventado por BenitoMussolini.

    Bordaberry decidi poner sus ideaspor escrito y las discuti con su amigoy asesor, el secretario de la Presidencialvaro Pacheco Ser. Luego hizo circu-lar algunas copias entre los miembrosdel gabinete. Pero lo que recibi comorespuesta fue una cerrada negativa. Ale-

    jandro Vgh Villegas le respondi conun documento fechado el 7 de enero de1976, en el que afirmaba que su opinindifera en modo sustancial de la conte-nida en el Memorndum del presidente.Vgh propona a cambio un lento pro-

    ceso de transicin que condujera a unademocracia limitada a partir de 1985.

    El presidente de facto haba adoptadouna postura tan extrema que ni siquieraconsigui apoyo entre los militares gol-pistas. En las discusiones que se sucedie-ron, el propio general Gregorio lvarez

    afirm que Uruguay es Pearol y Nacio-nal, poncho y sobretodo, de modo queno poda pensarse en eliminar a los parti-dos tradicionales. El 2 de febrero de 1976,la Junta de Oficiales Generales decidino convocar a elecciones en noviembrede ese ao, pero al mismo tiempo fijun programa de salida que inclua unalenta reactivacin de los partidos tradi-cionales y una reforma constitucional. Elobjetivo era una democracia tutelada porlas Fuerzas Armadas de la que estuvieraexcluida la izquierda.

    Pero Bordaberry no se desalent.

    En los meses siguientes present variosdocumentos a los militares, en los quebsicamente repeta sus ideas iniciales

    y les peda que se pronunciaran. En unode esos textos, Bordaberry admita queel proyecto o programa poltico queplanteaban las Fuerzas Armadas eradiametralmente distinto del suyo y quereflejaba una concepcin distinta delEstado y de la sociedad. En consecuen-cia, su propia continuidad en el cargodependa de la respuesta que recibierade los militares: No puedo aceptar la

    El martes 5 de setiembre de 1978, poco des-pus de medioda, Cecilia Fontana de Heberdecidi probar el vino blanco Riesling quehaba llegado el 30 de agosto como regaloannimo al apartamento donde vivan MarioHeber y su familia. Era una botella idntica aotras dos que, envueltas en papel de embalarazul, haban llegado a las casas de otros dosdirigentes blancos: Carlos Julio Pereyra y LuisAlberto Lacalle. Tambin era similar la tarjetaque las acompaaba, donde se poda leer:

    El jueves 31 al medioda brindemos por laPatria en su nueva etapa. M.D.N (MovimientoDemocrtico Nacional). De haber logradosus fines, los asesinos habran matado a tresimportantes dirigentes del Partido Nacional ya sus familias. La muerte fulminante de CeciliaFontana permiti advertir a los dems.

    Mario Heber muri en mayo de 1980,convencido de que un grupo paramilitar habaasesinado a su esposa. Muchos sospechan quedetrs del vino envenenado haba personasde convicciones ultranacionalistas, cobijadasbajo la impunidad de la dictadura. En 1985,al comparecer en la comisin parlamentariaque indag el caso, el oficial Vctor Castiglioni

    El asesinato de Cecilia Fontana de Heber

    seal: En lo que me es personal no tengo du-das de que se trataba de personas de extremaderecha. () Se comenzaba a hablar de laapertura poltica en el Uruguay, y a mi juicio,el autor del crimen era alguien que no estabade acuerdo con ella y, con su accin, intentcrear una grave conmocin en el pas paraimpedir que se continuara con ese procesode apertura.

    Segn el periodista lvaro Alfonso, laPolica habra verificado que los asesinos

    compraron las botellas y el papel en un su-permercado de avenida Italia y Bolivia. Peroesta prueba no figura en el expediente judicial.Segn Alfonso, el oficial Hugo Campos Hermi-da, un polica acusado de violar los derechoshumanos que llev adelante la investigacin,crea conocer a los culpables. Poco antes demorir en 2001, habra dicho: Si Batlle medeja violar los derechos humanos un rato, tequiero decir pegarle un par de cachetazos auno que hay que darle, en 48 horas este casoqueda resuelto.

    En los ltimos meses el ex senador CarlosJulio Pereyra ha vuelto a plantear el tema antela Justicia.

    posibilidad de permanencia, porque nopuedo, sin negar profundas conviccionespersonales, compartir las condicionesbajo las cuales ella se operara. Los es-pacios para una posible negociacin seiban cerrando.

    La cada de Bordaberry fue provo-

    cada por una carta que l mismo envia la Junta de Oficiales Generales el 12de junio de 1976. En ella reafirmabasu postura y adems comunicaba queno renunciara a su cargo hasta el 1de marzo de 1977. La Junta respondidiciendo que el presidente ya no tena suconfianza y que se lo haca saber a losefectos que hubiere lugar. Bordaberryentendi el mensaje y renunci. Slo loacompaaron el ministro de Vivienda,Federico Soneira, y Pacheco Ser. Losdems miembros del gabinete perma-necieron en sus cargos.

    Llevado por su fundamentalismo,Bordaberry haba terminado por con-vertirse en el hombre polticamente msaislado del pas. Los militares estabanprofundamente descontentos con suactitud. En un documento secreto dela poca, el entonces jefe del Ejrcito,teniente general Julio Csar Vadora, loacusaba de tener la aviesa intencinde reeditar la histrica pugna entre elPoder Civil y el Poder Militar. En uncomunicado pblico, las Fuerzas Arma-das declararon no querer compartir laresponsabilidad histrica de suprimir losPartidos Tradicionales. Los polticos,

    por su parte, haban pasado a verlo comosu peor enemigo. El propio Bordaberryreconoci el punto aos ms tarde, enuna entrevista con el periodista AlfonsoLessa: Para los partidos polticos, sedar cuenta usted al or esto, era msenemigo yo que las Fuerzas Armadas.Las Fuerzas Armadas queran volver a lademocracia, no queran volver ensegui-da. Queran un proceso que no fue ntidopor la intencin del general lvarez dellegar a la Presidencia de la Repblica atravs del plebiscito que fracas, y esolo dilat. Pero los mandos de las Fuerzas

    Armadas lo que queran era volver alrgimen democrtico, volver a lo que hayhoy, porque la democracia es esto. l noquera, y eso termin con su carrera.

    Tras la renuncia de Bordaberry, asu-mi la presidencia Alberto Demicheli, aquien sucedera poco despus AparicioMndez. El 14 de junio de 1976, Demi-cheli firm las Actos Institucionales 1 y2. El primero de ellos suspenda la con-

    vocatoria a elecciones generales y creabael Consejo de la Nacin (integrado por elConsejo de Estado y la Junta de Oficia-les Generales de las Fuerzas Armadas).El segundo fij las competencias del

    Consejo de Estado y ratific que la pre-

  • 8/2/2019 Los comunicados 4 & 7, la tentacin peruanista de la izquierda

    19/20

    19

    HISTOR

    IAR

    ECIENTE

    |ELG

    OLPE

    DE

    ESTADO

    Achard, Diego:La transicin en Uruguay.Montevideo, Banda Oriental, 1992.

    Alfonso, lvaro:El vino de la muerte.El asesinato de Cecilia Fontana de Heber.

    Montevideo, Fin de Siglo, 2006.Appratto, Carmen y otros: El Uruguay dela dictadura. 1973-1985. Montevideo, BandaOriental, 2004.

    de Arteaga, Juan Jos:Breve historiacontempornea del Uruguay. Mxico, Fondode Cultura Econmica, 2000.

    Beltrn, Washington:Mandato, tinta ypasin. Montevideo, Ediciones de la Plaza,1985.

    Blixen, Samuel:Sendic. Montevideo, Trilce,2000.

    Bordaberry, Juan Mara:Las opciones.Montevideo, 1980.

    Bruschera, Oscar H.:Las dcadas infames .Anlisis poltico 1967- 1985. Montevideo,Linardi y Risso, 1986.

    Caetano, Gerardo; Rilla, Jos:Historiacontempornea del Uruguay. De la colonia alsiglo XXI. Montevideo, Fin de Siglo, 2005.

    Caetano, Gerardo; Rilla, Jos:Breve historiade la dictadura (1973-1985). Montevideo,Banda Oriental, 2006.

    Campodnico, Miguel ngel:Antesdel silencio. Bordaberry. Memorias de unpresidente uruguayo. Montevideo, Linardi yRisso, 2003.

    Comando General del Ejrcito:Testimoniode una nacin agredida. Montevideo,Universidad de la Repblica, 1978.

    Demasi, Carlos (coord):La cada de la

    Armadas al Pueblo Oriental. La subversin.Montevideo, 1977.

    Lessa, Alfonso:Estado de guerra. De lagestacin del golpe del 73 a la cada de

    Bordaberry. Montevideo, Fin de Siglo, 2005.Lessa, Alfonso:La revolucin imposible. Lostupamaros y el fracaso de la va armada en elUruguay del siglo XX. Montevideo, Fin de Siglo,2005.

    Mazzeo, Mario:Charlando con Pepe Mujica.Con los pies en la tierra Montevideo, Trilce,2002.

    Nahum, Benjamn, et l.:Historia UruguayaTomo 8. El fin del Uruguay Liberal. Montevideo,Banda Oriental, 1993.

    Pereyra, Carlos Julio:Soy testigo. Montevideo,Ediciones de la Plaza, 2006.

    Prego, Omar:Reportaje a un golpe de estado.Montevideo, La Repblica, 1988.

    Rocha Imaz, Ricardo: Qu pas en el 73.El Partido Nacional y su larga lucha por laslibertades pblicas. Montevideo, EdicionesBlancas, 2004.

    Servicio Paz y Justicia Uruguay:Uruguaynunca ms. Informe sobre la violacin a losderechos humanos (1972-1985). Montevideo,1989.

    Tricnico, Santiago:Comunicados 4 y 7.Treinta y tres aos despus. Montevideo,Rumbo, 2006.

    Tro