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Encuentros de CatequesisPatricia Eclecia

Los cristianos peregrinamos hacia el cielo

Cuento: La diferencia entre el cielo y el infierno.

Un rabino mantuvo una conversación con el señor y estaban en un área neutra entre el cielo y el infierno…. Y el rabino le explicaba que él aún no entendía la diferencia entre el cielo y el infierno.El señor le dijo ven…..acompáñame te mostrare el infierno.Lo condujo a una habitación en medio de la cual había una gran mesa redonda…esta tenia una gran bandeja…que contenía suculenta y abundante comida y alrededor de esta había mucha gente el cual podía alimentarlos a todos e inclusive sobraría…el aroma era tan delicioso que al rabino se le hizo la boca agua…Las personas sostenían unos tenedores el cual su mango era muy largo…..cada persona allí sentada podía llegar a la bandeja y llenar su tenedor….pero como el mago era casi del mismo largo del brazo….no le permitía llevarse la comida a la boca…..El rabino comprendió fácilmente el terrible sufrimiento de aquellas personas que permanecían con hambre aun teniendo la comida allí en frente vio mucha soledad…y desespero.El señor le dijo ahora ven….te mostraré el cielo.Allí estaba la misma gran mesa redonda con los mismos tenedores de mango largo… con muchas personas alrededor de la mesa….y la misma suculenta comida…pero estas personas se veían diferentes….alimentadas se reían hablaban entre sí y además muy solidarias…Entonces el rabino pregunto…..¿señor cual es la diferencia entre esta mesa y la otra si todo es igual? El señor le dijo. Es muy sencillo, como ellos saben que no pueden llevarse el alimento a la boca por lo largo del mango del tenedor…han aprendido a alimentarse unos a otros.

Iluminación cat 989«Si el Espíritu de Aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, Aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos dará también la vida a vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que habita en vosotros (Rm 8, 11; cf. 1 Ts 4, 14; 1 Co 6, 14; 2 Co 4,

14; Flp 3, 10-11).

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Encuentros de CatequesisPatricia Eclecia

Los hombres peregrinamos durante esta vida hacia el cielo, el cielo es la meta de nuestro caminar, en el nos esperan nuestros seres queridos que ya nos precedieron en esta vida.El cielo es la salvación y la vida eterna junto al Padre.Cuando Dios reciba en sus brazos habremos llegado al final de nuestro camino terrenal que recorrimos durante toda nuestra vida.Y como el bautismo es el inicio a una vida nueva, la pascua de Cristo y nuestra propia pascua será el inicio a la vida eterna.Pero si el cielo es la meta ¿para que estamos aquí? Porque seguimos en esta vida? Porque Dios prepara a cada uno de sus hijos para la eternidad.Cada uno venimos a este mundo con una misión que no la conocemos pero Dios si.Muchas veces nos cuestionamos la partida de gente joven, de niños, de bebes, pero ellos tenían una misión en esta tierra que solo Dios conocía, por eso decimos “que el tiempo de los ángeles es mas corto que el de los hombres” ellos son ángeles buenos y puros emisarios del Señor y cuando cumplieron su misión partieron a la casa del padre de donde habían venido.Pero mientras peregrinamos por este mundo podemos pecar y esperar que Dios nos salve y vivir el infierno en esta vida.O seguir un estilo de vida que Dios nos enseña con los mandamientos y caminar hacia la santidad recibiendo los sacramentos y pregustar el reino de Dios en esta vida, porque esperar a morir para ir al cielo si Dios nos va enseñando a vivir el cielo aquí y así nuestro paso a la vida eterna sea una prolongación de nuestro peregrinar por este mundo, pero mas bello y puro libre de la maldad.

1002 Si es verdad que Cristo nos resucitará en "el último día", también lo es, en cierto modo, que nosotros ya hemos resucitado con Cristo. En efecto,

gracias al Espíritu Santo, la vida cristiana en la tierra es, desde ahora, una participación en la muerte y en la Resurrección de Cristo:

Todos vamos al cielo, pero muchas almas deberán terminar de purificarse para vestir la tunica nupcial cat 1682.Como buenos cristianos debemos rezar por los difuntos y en especial por las almas mas necesitadas de la misericordia de Dios.

"Una flor sobre su tumba se marchita, una lágrima sobre su recuerdo se evapora. Una oración por su alma, la recibe Dios."

-San Agustín

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Encuentros de CatequesisPatricia Eclecia

Comentamos:

De que manera peregrinamos por esta vida?Somos misericordiosos con los difuntos?Pregustamos el reino de dios día a día?Somos misericordiosos con los hermanos que sufren?Que profesamos en el credo?Creemos en la vida eterna?Jesús nos dice deja todo y sígueme cuando partimos de este mundo dejamos lo que tenemos y nos llevamos lo que damos .La vida en los que en ti creemos, Señor no termina, se transforma, y al deshacerse nuestra morada terrenal, adquirimos una mansión eterna en el cielo.

OraciónOh Dios, que me has creado a

imagen tuya y has entregado a tu hijo Jesús a la muerte por mi, concédeme la gracia de vivir vigilando en oración, para que pueda salir de este mundo y

descansar con alegría en el regazo de tu amor por toda la eternidad.

Amen

Documento de apoyo

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La comunión de los Santos

Comunión quiere decir "común unión"; y Comunión de los Santos quiere decir unión común con Jesucristo de todos los santos del cielo, de las almas del purgatorio y de los fieles que aún peregrinamos en la tierra.

Es la unión de todos los santos con la Cabeza de la Iglesia, que es Jesucristo, y de todos los santos entre sí. Los del cielo interceden por los demás; los de la tierra honran a los del cielo y se encomiendan a su intercesión, también oran y ofrecen sufragios por los difuntos del purgatorio, y estos también interceden a favor nuestro.

¿Qué es la comunión de los santos?

La comunión de los santos es la unión común que hay entre Jesucristo, Cabeza de la Iglesia, y sus miembros, y de éstos entre sí.

¿Quiénes son los miembros de la Iglesia?

Los miembros de la Iglesia son los santos del cielo, las almas del purgatorio y los fieles de la tierra.

Los que no están en gracia de Dios, ¿participan de la Comunión de los Santos?

Los que no están en gracia de Dios participan de la Comunión de los santos solamente en cuanto pueden alcanzar algunos beneficios del Señor y sobre todo, la gracia de la conversión.