LOS CUENTOS DEL LUNARIO SENTIMENTAL, DE LEOPOLDO LUGONES · Lugones expone una yeta sumamente...

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LOS CUENTOS DEL LUNARIO SENTIMENTAL, DE LEOPOLDO LUGONES Intercalados entre los poemas del Lunario sentimental hay tres cuentos, que sumados a tres piezas en prosa bajo el acápite de «Teatro quimérico», constituyen la parte narrativa de esta obra fundamental en la producción lugoniana 1 Desde el inicio de esta sección del libro nos hacemos cargo de que la prosa del Lunario no refleja el tono o el estilo de los versos. Nos hallamos en presencia de una prosa modernista, relativamente armoniosa y clara, que más se asemeja a la dc Azul, de Rubén Darío, que a las rugosidades de La guerra gaucha o a las muecas irónicas que distinguen la poesía del Lunario. Otro detalle significativo que conviene señalar es que los temas, los personajes y el lenguaje son decadentes, finiseculares, con la nota de spleen de los últimos románticos. Hastio y desaliento a la manera de Bécquer, prosa enfermiza y pálida, en fin, muy poco «lugoniana». El protagonista de «Inefable ausencia» es un esteticista, lleno de fantasías, que prefiere sus sueños a la realidad. Este personaje, primo hennano de las creaciones de Cambáceres, es un joven de rostro casí infantil, pálido y melancólico. Hastiado de su vida repleta de co- modidades y sin obligaciones, se enerva en el fastidio y la inacción. Detestaba, dice Lugoncs, «cl vigor casi grosero de aquella Natu- raleza con su solazo y sus estímulos», y suspira por volver a «la ciudad amiga donde lo esperaba el amor~ aquel amor de enervamientos. tan sutiles» (pág. 218) 2 1 Los tres cuentos son: «Inefable ausencia», «Abuela Julieta» y «La novia imposible». Las prosas del «Teatro quimérico» sc titulan, respectivamente, «Dos ilustres lunáticos» (diálogo), «El pierrot negro» (pantomima) y «Francesca», cuento inspirado en el célebre episodio niedieva! dc Paolo y Francesca de Rimín 2 Junto a ésta y a las demás citas textuales dcl Lunario sentimental aparecen, entre paréntesis, los núnicros de página correspondientes a la siguiente edición: Lnovotno LUGoNLs: Obras poéUeas completas. Ed. Aguilar. Madrid, 1952.

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  • LOS CUENTOS DEL LUNARIO SENTIMENTAL,DE LEOPOLDO LUGONES

    Intercaladosentre los poemas del Lunario sentimental hay trescuentos,que sumadosa trespiezasen prosabajo el acápitede «Teatroquimérico», constituyen la partenarrativa de esta obra fundamentalen la producciónlugoniana1 Desdeel inicio de estaseccióndel libronos hacemoscargo de que la prosa del Lunario no refleja el tonoo el estilo de los versos. Nos hallamos en presenciade una prosamodernista,relativamentearmoniosay clara, que más se asemejaala dc Azul, de Rubén Darío, que a las rugosidadesde La guerragaucha o a las muecasirónicas que distinguenla poesíadel Lunario.Otro detalle significativo que conviene señalares que los temas, lospersonajesy el lenguajeson decadentes,finiseculares,con la nota despleen de los últimos románticos.Hastio y desaliento a la manerade Bécquer,prosaenfermizay pálida, en fin, muy poco «lugoniana».

    El protagonistade «Inefable ausencia»es un esteticista,lleno defantasías,queprefiere sus sueñosa la realidad. Este personaje,primohennanode las creacionesde Cambáceres,es un joven de rostro casíinfantil, pálido y melancólico. Hastiado de su vida repleta de co-modidadesy sin obligaciones, se enervaen el fastidio y la inacción.Detestaba,dice Lugoncs, «cl vigor casi grosero de aquella Natu-raleza con su solazo y sus estímulos», y suspira por volver a «laciudadamigadondelo esperabael amor~ aquelamorde enervamientos.tan sutiles» (pág. 218) 2

    1 Los tres cuentosson: «Inefable ausencia»,«Abuela Julieta» y «La noviaimposible». Las prosasdel «Teatro quimérico» sc titulan, respectivamente,«Dosilustres lunáticos» (diálogo), «El pierrot negro» (pantomima) y «Francesca»,cuento inspirado en el célebre episodio niedieva! dc Paolo y FrancescadeRimín

    2 Junto a ésta y a las demáscitas textualesdcl Lunario sentimentalaparecen,entre paréntesis,los núnicros de páginacorrespondientesa la siguienteedición:LnovotnoLUGoNLs: Obras poéUeascompletas.Ed. Aguilar. Madrid, 1952.

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    En el vocabulario de este cuento figura todo el repertorio delúltimo romanticismo,con la típica decoraciónde ambientearistocrá-tico tan predilecta de los poetasmodernistas.Se hará un catálogodeestos vocablos, siguiendoel orden en que ocurren en el texto. Sontan abundanteslos ejemplos que casi se puede reducir la historiaa una acumulaciónde tristezasy ansiedadesindefinibles.Estos estadosde ánimo revelan el mismo afán de evasión de la realidad que anti-cipa el titulo. En efecto, la inefable ausenciaconsiste en que valemas la emoción, la nostalgia de un amor, que el amor mismo. Larealidad destruye los sueños; la vida aiea lo único bueno que unhombrepuede poseer:su fantasía.«La certidumbre,la materialidadde su encantoque resultabade tenerla allí tan cerca, disminuía suamor» (pág.218) ~.

    Naturalmenle, no hay movimiento en este relato. Todo trans-curre en la quieta y umbrosahabitaciónen que dos amantesse en-cuentranpor última vez. No hay obstáculospara su amor, no hayfuerzas contrariasni separaciónforzosa; sólo la indescriptibleangus-tia de no podergozar de la vida directa y plenamente.Las palabrasparecen torpes imitaciones de sus pensamientos.Las manos enla-zadasestándesagradablementehúmedas.EntoncesRoberto tomó suresolución: «No había remedio. Si quería conservarla excelenciadesu amor tendría que alimentarlo en la soledad.»Habiéndoledado aBlancael primero y último beso,se aleja para siempre,«buscandolaausenciadonde gustaríaeternamentesu tortura.- - con el intento deInás bien amarla,anacoretadel amor perfecto que sólo vive de dolory de imposible» (pág. 220).

    Tres palabras reveladoras: perfecto, dolor, imposible. En ellas.Lugones expone una yeta sumamenteimportante de su espíritu; elpoetaes, sin duda, un perfeccionísta,como el Robertode su cuento.Como a este personaje,se le han oído muchas quejas en su viday en sus escritos. Se lamentabacontinuamentede que la vida nofuera como él la soñaba, siempre puso al arte por encima de larealidad, siemprebuscó embellecerel mundo en que vivía a fuerzade versosy de idealesde vida que no supo imponer. En una palabra.

    Los vocablos más caracteristicosde la obra, que le dan su tono distintivo,son los siguientes:crepúsculo,palidez, fuentes.glorietas,decadencia,claudicación,fiebre, dulzura, pensativo,lirio, oscuridad, fatalidad, llorar, sufrir, horribleníen-te, aislado, suspiro, inercia,atormentada,ansiedad,plenilunio, extasiaba,tristeza.devoción, nostalgia.,místico, idealidad, imaginación, irrealidad, ensueno.suges-tiones. adioses,desventura,separación,inexorable,eternidad,soledad,desgarra-miento, sollozar, despedida,sacriteio. íurarnento, ausencia,tortura, dolor, im-posible, solitario,

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    era un no-conformista.El Lunario sentimental,escrito por «venganzade la vida», es un gesto de rebeldíaentre muchos;otro es la rupturacon el socialismode su juventud;el supremogesto de venganzaqmzahaya sido su suicidio. En todo caso, la obra dc 1909 es una de lostestimonios más dolorosos, o más doloridos, de la incapacidaddelpoetapara adaptarsea la realidad.

    El segundo cuento, «Abuela Julieta», también presentaun casode frustracionesy desencuentros.Los actos fallidos o la imposibilidadde forjar el propio destino pareceser el tema único del libro. Lo queincinúan los versosdel Lunario se ve explícito en los relatos. Ya noes necesarioagrupar los sustantivosy verbos que muevenel relato,basta relatar sucintamentecl argumento.

    Los personajesson tía y sobrino; de familia aristocrática,de es-píritu selecto; tan selecto,que amboshanpreferido cl celibato a com-partir sus vidas con personasde menor calidad. Ya se han quedadosolos, y se apoyan el uno en el otro a lo largo de los años,diceLugones,«desarrollándoseentre ellos una dulce amistad ligeramentevelada de irónica tristeza». El sobrino viene con toda puntualidada visitar a su tía. Primero juegan al ajedrez,despuéscelebranel en-cuentro escuchandomúsica, finalmente, conversando.«La diferenciade edad había concluido por desaparecerpara aquellos dos seres»,explica el autor. Por fin, despuésde cuarentaaños de firme amistady de soledadcompartida,tía y sobrino se confiesan que han vividoenamoradosel uno del otro toda su vida. Naturalmente,ahora es de-masiadotarde.

    Como se puedever, es otra variación sobre el tema de la vidafrustrada, del tiempo malgastadoy de «lo demasiadotarde».Nueva-mente, Lugones presentaun cuento decadente,con sabor a fin desiglo, con personajesabúlicos, en situacionesde inacción y desespe-ranza.

    Cabeobservar,de paso,que esta idea de la vida malgastaday deltiempo irrecuperablese puede encontraren varios pasajesa lo largodel Lunario sentimental, tanto en la parte versificada como en laprosa narrativa. En el poematitulado «La muertede la luna» se lee:

    Y reina en el espíritu, con subconscienciaarcaica,el miedo de lo demasiadotarde (pág. 303).

    Momentos anteshabía esbozadoel tema en dos versos de tre-mendatristeza, por lo mismo que el poetadesliza,como al descuido,palabras irónicas en medio de una rotunda seriedad:

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    Forma el «tic-tac» de un reloj accesorio,la tela de araña, cual siniestro pespunte(pág. 302).

    Paraacentuarel sentidotrágico, aunquela escenatiene elementosde opereta,Lugones insiste en el carácter de Emilio, el sobrino.Es un hombre como el personajedel primer cuento: vive en unmundo poético, al margende la realidad, y ese mundo es muchomásbello que el real. Es decir, Emilio estambiénun esteticista,y quizá.en cierto modo, representeal mismo Lugones. especialmentepor laironía constanteque despliegael autor en estos cuentos. Es sabidoque nunca se ensañatanto la ironía o el sarcasmocomo cuando lavíctima es uno mismo. Contiene,en estecaso, una dosis de autocom-pasión y otra de expiación.

    El siguiente cuento, titulado «La novia imposible»,es otra his-toria de fracaso, y su personajeprincipal es también de «carácterirresoluto», según las palabrasdel autor.

    El protagonistade este cuento es verdaderamenteun personajetrágico; su vida no puedeterminar sino en el suicidio, y efectivamen-te, buscando un amor quimérico, encuentrala muerte en las fríasaguasdel estanquedonde cree que reside la supremabelleza. Faltanaquí los gestos de ironía; el relato está inundado de sombrasy laspalabrasmelancólicas no son en este caso un adorno modernista,sino que tienen todo el peso de un dramapsicológico.

    FI camino del suicidio está sabiamentegraduado.El personajecuenta su niñezy en seguidase advierten los signosdel mal du siécleirremediable. «Desdeniño soñabacon quimeras—dice en su confe-sión—. Tenía un amigo fantástico, un chico semejantea mi, creadopor mí» (pág. 305). Esta confesióntiene un fuerte sabor autobiográ-fico; se sabe que Lugones padeció la soledad del niño genial, queno pudiendo compartir con sus iguales todas las ocurrenciasde sumenteprecoz buscaun compañerofantásticoque le comprenda.Esposible, naturalmente,superareste estado e incorporarseal mundo.pero también es fácil sucumbircuandotal imaginación estácontenidaen frágil vaso.

    En otra ocasión, cuandosu amigo (de carne y hueso)muestrase-ijales de alarmaante sus confidencias,el personajele tranquiliza: «Note entristezcas>~,para luego agregar: «La idea del suicidio ha ger-minado más de una vez en mi cabeza,pero me he sentido cobarde.Yo sólo sería capaz de morir por alguien: por ti, por la mujer aquien amara...El peligro está para mí en el amor. FI amor no esmás que un bello prólogo de la muerte»(pág. 306).

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    Esta declaraciónpudo haber sido escrita por un poeta superrea-lista o por su antepasadoQuevedo; tiene una larga tradición en elpensamientoy en las letras hispánicas. Constituye la esenciamismadel barroco y reapareceen los grandesescritoresde cualquierépoca.La vida es una larga luchay cualquierademán,incluso el amor, ace-lera la muerte. La muertees el descanso,pero al mismo tiempo ins-pira un recóndito terror; entre esasdos tinieblas se debateel hom-bre, impotente.

    Finalmente,el Lunario sentimentaltrae un relato, excelenteen elestilo y en la técnica narrativa, que reactualiza la vieja historia dePaolo y Francesca.Lugones introduce una variante al conocido epi-sodio, y esta variante da la casualidadque se inclina también hacíael tono generalde sus relatos anteriores,es decir, a la frustración, algesto fallido, a los sueñosvanos.

    El recurso que Lugones emplea en la presentaciónde su nuevaversión, que consisteen absolvera los enamorados,es el siguiente:viajando el poetapor Italia, conoció en Foril a un estudianteitalianoque deseabavender cierto pergamino. En este pergamino, que elpoeta compruebaser auténticodel siglo xní, se encuentrauna ver-sión desconocidadel matrimonio de Giovanni Malatestay Francescade Rímíní. Llama la atencióndel poeta el párrafo inicial: «Jamáshubo otra relación que una exaltadaamistad entre Paoloy Frances-ca» (pág. 414). Intrigadopor estaafirmación,el poetadecide comprarel palimpsestoy desentrañarel significado de los caracterescasi jero-grificos en que el cronistahabía escrito su rudo latín.

    En suma, la historia, confiadapor el mismo Malatestaal copistalatino, es la siguiente: siendo Malatestacontrahechoy feo, envió enbuscade su prometida, la hermosaFrancesca,a su hermanoPaolo,quien se casaríapor poder en su nombre. «La joven se desposóasíengañada,y conducidaque fue al castillo conyugal, el esposoverda-dero pasócon ella la primera nochesin dejarsever, pues había en-trado a la alcoba en la oscuridad»(pág. 415). Lógicamente,un ma-trimonio comenzadobajo estos signos no podía gozar una completafelicidad. A Giovanni le mordía la duda de si Francescaamaba aPaolo, puesto que ella creyó al principio que él iba a ser su marido,o si le despreciaría(a Giovanni) por aquelacto engañoso.Paradisi-mular sus temores,Malatesta se refugia en su torre a estudiar lasestrellas. Francescapasa su tiempo en compañíade Paolo, leyendopoesíasy viejos cuentos. Una tarde, el enanodel castillo creyó sor-prender un extraño rubor en las mejillas de Francescay un sos-pechosobrillo en los ojos de su amigo y corrió a prevenir a su amo.

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    Ciego de celos y de ira, bajó el jorobado y mató a su hermanoy a su esposa.Jamáshabían pecado,aunqueen el fondo de susalmas ardía el amor con llama tempestuosa.Los dos jóvenes, comola «abuelaJulieta» y su sobrino,habíanperdido quizá la única opor-tunidad de ser felices. La vida les arrebatala dicha que no supierontomar, y no sólo es irrepetible la ocasiónofrecida, sino que rehusaríaconlíevaterrible castigo.

    Este cuento destacaaún más que los otros, si es posible, el planoidealista o idealizanteen que Lugones concibió el Lunario sentimen-tal. Un mundoquimérico en que el revésinesperado,nuncala lógica,conducelos hechos,en que la contrariedadpersistentelos desvíaha-cia el fracasoy la frustración.Este mundoficticio quizá seanadamás.y nada menos,que una gran alegoría del mundo real, donde tam-poco es posiblevivir una vida plena, ni autodeterminarse,porque lasfuerzas extrañas le escatimanal individuo las pocas oportunidadesque tienede realizarse.

    Las observacionesque siguen sobreel «Teatro quimérico» se handejado para el final de este ensayo porque esta sección del libropertenecea un género distinto y porque las piezas estánescritas enprosay en verso. La primera es un diálogo, la segundauna égloga,la tercerauna pantomimay la cuartaun cuentode hadas.

    El diálogo se titula «Dos ilustres lunáticos» o «La diversión uni-versal». Sus personajes:H. (desconocido;al parecer,escandinavo)yQ. (desconocido;al parecer,español).Es decir, Hamlet y Don Quijote;no hay enigma,aunqueel autoresperahastalas dos últimas lineas deldiálogo para desenmascarara sus dramatis personae. Fiel a la es-tructura total de la obra, es un teatro ideal, abstracto,aunque nocarecepor completo de notas intimistas.

    Habría sido dificil escogera dos personajesliterarios más aptospara un teatro increíble: el sombrío Hamlet, con arrestosde locuray tremendasdudas,hace excelentejuego con el «carácterirresoluto»de «La novia imposible». Don Quijote, por otra parte, encarna elideal extremado,que colinda también con la locura; otro elementoesencialde estaobra, «lunática»de principio a fin.

    Cuando Q. habla de las hazañasde Hércules y H. objeta queéstees un personajefabuloso,Q. replica lleno de indignación:

    «Para los espíritus menguadosfue siemprefábula el ideal»(pág. 314)

    El tema de la discusión que sigue es uno de los predilectosde Lugones. aunqueen este caso asordinasu propia voz para man-

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    tener el predominanteaire fantásticode la obra. fi., por ejemplo.expresasu incredulidaden la democraciaporqueél representaa otrogénero de vida más alto; no puedeaceptarla igualdad sin higiene,sin cultura y bienestar;quiere «la igualdad hacia arriba». Q.. por suparte, no cree en la igualdad ni en leyes o filosofías nuevas. «Sola-mente no puedo ver padecer al débil», dice; su ideal es. pues, lajusticia. Vida espiritual elevaday justicia son las dos banderasqueesgrimen estos dos lunáticos, cuya miopía les oculta la posibilidadde que estos ideales se realicen en una democracia,sistema de go-bierno y organizaciónsocial básicamenteinjustos, que obligan a losespíritus finos a compartir sus vidas con los mediocres.

    Despuésde esta discusión cuasi política. Hamlet se enreda enuna evocaciónsuperrealistade Ofelia. Las auténticasvibraciones delalma enamoradaestán hábilmente ocultadaspor el lenguaje un tan-to despilfarrado del héroe escandinavo; no obstante, se percibeligeramente al poeta lírico temblando de tentación por entregarsea la poesíasentimentalque pretendeaborrecer. «Amé a una mucha-cha rubia y poética; una especiede celestialaguamarina>~,coníienza;pero de inmediato, como la frase le suenademasiadolírica, el per-sonajerecurre a la piruetabarrocadel escamoteo,y continúa: «Dá-bale por el canto y por la costura, no desdeñabalos deportes,peda-leaba gallardamenteen bicicleta.» Es notable la alternación de lasexpresionessarcásticascon las serias, es decir, las genuinas: «A laverdad, era un tanto insípida, como la perdiz sin escabeche.Pero yola quería con una purezatan grande,que me helabalas manos...»(pá-gina 318). «Dejé de amarla cuando descubríque pertenecíaa la in-fame razade las mujeres. No sé bien sí murió o si se metió monja.Para ambascosastenía vocación. ¡Adiós para siempre, novia mía!»(página 319).

    Finalmente,hay un profundo desacuerdoentre los dos caballerospor sus diferentesmodos de considerara la mujer y terminanen unintercambio de tarjetas. Entoncesse reconocenasombrados:

    «Q. (mirando con asombro la cartulina).—¡El príncipeHamlet!

    fi. (leyendocon interés).—¡AlonsoQuijano!»

    «La copa inhallable» es una égloga escritaen alejandrinos,en unacto. Sus personajesson Anfiloquio. joven escultor; Agenor. viejo;flairos, su sobrino; ide y Nais, hijas deAgenor. La fábula es de purosaborgriego, con auguriosque pesansobreel destino de Dairos hasta

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    que cumpla quince años. Para eludir el triste designio, Agenor hacriado a Dairos como varón, siendo en realidaduna niña: Anfiloquio,escultor perfectista,ambula en busca del molde para una copa quededicaráa Diana.

    Esta copa ha de ser «la más bella copa que un cincel griego 1haya hastahoy esculpido en alabastro» (pág. 326). Cuando Dairoscumple quince años se descubresu secreto y al cambiar de ropassurge la bellezasublime de su cuerpovirgen. En la forma de su senoencuentraanfiloquio el molde perfecto para su obra maestra.

    Se destaca,en esta deliciosafábula, el idealismo, la búscíuedadevalores absolutosy aspiracionesde perfección que van delatandotodas las páginas de la obra. Otra vez la quimera, el sueño impo-sible. bajo el irreal influjo de la luna omnipresente.

    «El pierrot negro» es una pantomima al estilo de la commediudel’arte. Sus personajesson Pierrot, Colombina,Arlequín y Polichi-nela, más un alquimista y una sílfide como figuras centrales.Ademáshay ondinas,ninfasde la tierra, pastorasy pastores.

    Pierrot, eterno enamoradode Colombina y eternamenteengañadopor ésta, ha caído en una tina de tintorero y ha quedadocompleta-mente negro. Arlequín y Colombina se ríen de él y se alejan. Pie-rrot empieza a buscar el medio de volver a su color original yencuentraal alquimista que le aconsejaun viaje a la luna comoúnica forma de recuperarel blanco de su traje y de su cara. A suregreso gana otra vez el corazón de Colombina, pero los demásno creen que haya estado en la luna y exigen pruebas.La únicaprueba que tiene Pierrot es un puñado de guijarros que trajo en elbolsillo; al mostrarlos,descubrenasombradosque son diamantesbe-llísimos, que Pierrot obsequiacomplacido a su esquiva enamorada.

    «Los tres besos»,cuento de hadas,es una pieza cuyas intencionesresultanun tanto difíciles de precisar.La intervenciónde la luna y laleyenda fantástica de la fuente ocultan la verdadera anécdota quepareceser el enamoramientode los dos hermanos,Dalinda y Jacinto.El barroquismodel cuento estriba en plantear un enigma al lectory darle unas vagas indicaciones con las cuales debe completar elacertijo. El mágico influjo de la fuente descubreen el alma de loshermanosesteamor «imposible» y en el momentofinal ambos aman-tes son arrebatadospor la luna, porquesu amorno es de estemundo.

    La tramadel juguete dramáticoes la siguiente: Reinaldo, el pro-metido de Dalinda, éstay su hermanose preparanpara un almuerzocampestre,pero ya en la escenasegundaes evidenteque Dalinda nocorrespondeel amor de Reinaldo. Más adelante,Reinaldo trata de

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    conquistara Graciana,unapastoraque conoceel secretode la fuente.Fn seguida,Dalinda ofrece a Graciana dejarle a Reinaldo a cambiode queGracianale cuente la leyendacuyaspalabrasfinales son: «Há-yela, húyela; de esto depende tu fortuna, ¡ ella implica un dilemacon la muerteo con la luna» (pág. 382). Dalinda y su hermanobebende la fuentey rescatanal hada y al duendeque la habitan y en laúltima escenadesaparecenlos cuatro. Cabe mencionar que el haday el duendetambiénson hermanosgemelosy el prodigio ocurre des-pués que Jacintoexpresa:

    «Si es nuestro país futurola luna, vamosallá» (pág. 408).

    Al quedarsolos, los otros protagonistascomentanla maravilla, yuno de ellos, Calixto, dice a Reinaldo:

    «Señor,haga una comediacon esto por argumento»(pág.410).

    Pero Reinaldo respondeque la comediaya estáhecha,pues todolo cíuc acabade sucederes la obra de Leopoldo Lugones,1 Doctoren Lunología. Con esto escamoteapor última vez la verdaderain-tención de la pieza, y el lector se vuelve a perder en un mundodefantasía, en un mundo poético y ademásbarroco, donde los per-sonajes saben que son creaciones de la imaginación de un poetay todo el enredo se resuelve en juguete, en pasatiempo,en humo.como los cuentosde hadas.

    Teniendoen cuenta lo que se ha dicho hasta aquí, creo licitoconcluir que el Lunario sentimentaltiene unidad de tono y de inten-ción. El tono es irreal, deliberadamenteliviano; pero su humor espor momentosescalofriantedebido al contraste que surge entre lamateria de la obra, temas vitales por lo general,a veces trascenden-tales, y los procedimientosestilísticos que el poeta emplea.

    La intención aparentees épater le bourgeois,desquiciar la solem-nidad de ciertas nociones;pero detrásde este histrionismo se estre-mece el poeta lírico al tocar fondo en asuntosde hondo significado.De esta pareja irreductible, lo caricaturescoy lo trágico, surge unarte deshumanizado,un arte de marionetas,de farsa medieval, quese ubica históricamenteentre Banville, Laforgue y los futuristas dela primera posguerra.

    Uno de los poemasque mejor ilustra esto es «Taburetapara más-

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    caras» (págs. 230 y sigs.), donde están desplegados,como en uncuadro del joven Picasso,disfraces, payasos,pierrots, máscaras,ca-retas y caricaturas.La poesíadel Lunario sentimentales también unarte de piruetasy travesura, del sinsentidoy la burla (generalmentedirigida al lector), donde se hallan en promiscuidadlocucionesmo-dernas, como sportswoman,con expresioneslatinas, turris «harneo,amoris causa, y frases comerciales,como «agíteseantes de usarse».

    FI poeta mismo suele enredarseen estas muecasverbales, creaimagenessuperrealistasque abren profundashendidurasen la poesíade aparienciasuperficial y a travésde las cualeses fácil adivinar todoel significado de las atrabiliarias humoradas.Otras veces, el litimornegrocede lugar a fugacesexcursioneslíricas que adquierengran se-riedad. Desglosandode sus contextosalgunaslineas o estrofas de estospoemasse podría formar una especiede muestra antológica de unabelleza que ni el mismo Lugones ha alcanzadoa menudo en susotros poemarios. Por ejemplo, la siguiente estrofa de «Divagaciónlunar»:

    «Cuandoaún no estabala luna, y afueracomo un corazón poético y sombríopalpitaba el cielo de primavera,la noche,sin ti, no eramás que un oscuro frío.Perdida toda forma, entre tantaoscuridad, era sólo un aroma;y el arrullo amoroso ponía en tu gargantauna ronca dulzura de paloma.En una puerilidad de tactosquedos,la mirada perdida en una estrella,me extravié en el roce de tus dedas.Tu virtud fulminaba como una centella...Mas el conjuro de los ruegos vanoste llevó al lance dulcementeinictio,y el coraje se te fue por las manoscomoun pocode agua por un mármol oblicuo» (pág. 241).

    Hay otros poemasque parecenhabersetraspapeladoen los Poe-mas solariegos. El mejor ejemplo de esto es probablemente«Lunacampestre»,donde se encuentrael mismo tono descriptivo que elpoeta usó para cantar las cosashumildes del paisajeargentino. Estepoema es una de las pocas concesionessentimentalesque el autor

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    se permite en este libro que paradójicamentelleva el calificativo de«sentimental».Empieza evocando un atardecercampesino. Las ca-rretas retornany el viejo molino da a la tarde«su compashidráulico».Gradualmentese destacala forma de un sauce en el borde de unaalberca, y mientras la brisa se paraliza «suenanúltimamente las es-quilas pueriles»de los rebaños que vuelven. Entonces:

    «Con la blanca brisa, liéganosde las hijuelas regadíasel cálido perfumede los oréganos.Y entre humedadessombríasde veraniegasalbahacas,una exhalaciónvegetalde vacasolorosas comosandías»(pág. 292).

    Pero estos oasis líricos no hacen más que destacarla afinacióngeneral del libro. También se ha citado la reiteradaaparición de unnúcleode temas: locura, muerte,suicidio. A veces,los temasse pre-sentan en broma: «Haces reír a mi primo loco ¡ interminablemente»(página 206); «Estalla la vertiginosa rueda1 que hacebabearlos éx-tasis del tonto» (pág. 258). En otras ocasiones,el tema se presentaadusto y la locura se ofrece como una soluciónpara una mente de-masiado tensa, como en el consejo que da Hamlet a Don Quijoteen el diálogo comentadoanteriormente: «Ensayad,entonces,la de-mencia. Es el mejor salvoconducto.El loco lleva consigo la ausencia.Al desalojarlo la razón entra a habitarlo el olvido» (pág. 317). Lomismo ocurre con el tema de la muerte; Lugones frecuentementehace juegos verbales con la idea de la muerte y el suicidio, perode pronto se pone serio, revelandoen un relámpagola gravedaddesus pensamientosal respecto:

    «Su obra de porvenir finca en la muerte, que al fin es elúnico camino de la inmortalidad» (pág. 316).

    Así dice Don Quijote a HamicÉ en la página siguiente.Aunque el libro tenga en general un tono displicente y aunque

    Lugones tratara de velar sus emocionesa toda costa, dentro de suconcepto esteticista de la literatura, estas fugaces afirmaciones enboca de sus personajesde algún modo expresan su propio senti-miento. o sus ideas, o al menos sus temores inconscientes.Por eso,la penetrantepágina final del libro que Borges le dedicó es incues-

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    tionable, en sentido general: «Lugonesestá, por decirlo así, un pocolejos de su obra; éstano es casi nunca la inmediatavoz de su in-timidad, sino un objeto elaboradopor él» ~. Borges tiene razón sóloen un sentido muy general, dadas las muchas ocasionesen que seha sorprendido«la inmediata voz de su intimidad». Además, es in-negable la profunda angustia que hostigó constantementea estehombre tan severo consigo mismo como lo fue con los demás. Laprolongadacontención de su fragilidad tras la máscarade aparentefortalezadio a su obra esedesconcertanteabigarramientoque puedeconfundirsecon superficialidado ausenciade grandezaespiritual.

    ROBERT M. SCARIUniversidad de California, Davis (EF. UU.)

    JORGE Luis BORGEs: Leopoldo Lugoncs (ensayo escrito con la colabora-ción dc Betina Edelberg).Ed. Troquel. Buenos Aires, 1955, pág. 97.