Los Darcy Un Amor a Prueba

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1 LOS DARCY: UN AMOR A PRUEBA Por Teresa O´Hagan En Los Darcy: un amor a prueba, la tercer novela que continúa la saga de Elizabeth Darcy en Pemberley y Los herederos del Sr. Darcy, la clásica historia de amor vuelve a sorprendernos con una trama inesperada, más atrevida y compleja. Mientras en casa de los Darcy los herederos crecen y la vida cotidiana va complicándose, nuevos personajes aparecen para desafiar la aparente paz del matrimonio. Pero no solo los Darcy se enfrentarán a estos conflictos, momentos de peligro, celos y desencuentros que envuelven esta nueva historia, donde los personajes llegarán a extremos insospechados en una lucha por mantener su amor o quizá abandonar cualquier esperanza. Se dice que en la guerra y en el amor todo se vale, pero ¿podrán nuestros queridos personajes sobrevivir a esta guerra de tentaciones enmascaradas? Número de Registro: 03-2012-120413182500-01 Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproducción o transmisión total o parcial del contenido de la presente obra en cualesquiera formas, sean electrónicas o mecánicas, sin el consentimiento previo y por escrito del autor. México 2012. Agradezco la extraordinaria colaboración de una de mis lectoras, Nicole Letelier, desde la Universidad de Chile. SINOPSIS En esta novela, que continúa la saga de las obras anteriores, Elizabeth Darcy en Pemberley y Los herederos del Sr. Darcy, se muestra el matrimonio más maduro y estable de los Darcy, esperando la llegada de su tercer heredero: Stephany Darcy. Pero aunque han superado todos los obstáculos, logrando adaptarse y empatar la vida marital con la crianza de los hijos, nuevas pruebas ponen en entredicho la confianza y la tenacidad de los personajes. Una vez más, este libro no es únicamente la continuación de la saga, sino que puede leerse de manera independiente, ya que cuenta con una trama muy diferente a la de los textos anteriores, haciendo hincapié en la complejidad de las relaciones establecidas y presentando nuevos personajes. Uno de los temas más importantes que complejiza la narración es la vida íntima, tanto de Lizzie y Darcy como de Georgiana y Donohue, pero además de constituir un retrato del tema en una época tan distante para los lectores actuales, su importancia radica en los valores que intenta transmitir. Después de que el parto de Lizzie se complica y el Dr. Donohue tiene que realizar una cesárea, se entiende que un futuro embarazo pondría en peligro su vida y la del bebé, por lo que Darcy comprende la importancia de mantener abstinencia. Con un suceso que en un principio podría parecer poco importante, se desata toda una serie de complicaciones en el matrimonio y en la propia personalidad de los personajes, que serán llevados hasta límites inexplorados cuando, con el paso del tiempo, van limitando todo contacto posible. De esta manera el tema de la sexualidad se analiza desde todos los ángulos posibles, el humano, el médico, el religioso y el familiar, por lo que su importancia y sus implicaciones en todos los niveles dan un gran valor a la obra.

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    LOS DARCY: UN AMOR A PRUEBA

    Por Teresa OHagan

    En Los Darcy: un amor a prueba, la tercer novela que contina la saga de Elizabeth Darcy en Pemberley y

    Los herederos del Sr. Darcy, la clsica historia de amor vuelve a sorprendernos con una trama inesperada,

    ms atrevida y compleja. Mientras en casa de los Darcy los herederos crecen y la vida cotidiana va

    complicndose, nuevos personajes aparecen para desafiar la aparente paz del matrimonio.

    Pero no solo los Darcy se enfrentarn a estos conflictos, momentos de peligro, celos y desencuentros que

    envuelven esta nueva historia, donde los personajes llegarn a extremos insospechados en una lucha por

    mantener su amor o quiz abandonar cualquier esperanza. Se dice que en la guerra y en el amor todo se vale,

    pero podrn nuestros queridos personajes sobrevivir a esta guerra de tentaciones enmascaradas?

    Nmero de Registro: 03-2012-120413182500-01

    Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproduccin o transmisin total o parcial del contenido de la presente obra en cualesquiera formas, sean electrnicas o mecnicas, sin el consentimiento previo y por escrito del autor. Mxico 2012.

    Agradezco la extraordinaria colaboracin de una de mis lectoras, Nicole Letelier, desde la Universidad de

    Chile.

    SINOPSIS

    En esta novela, que contina la saga de las obras anteriores, Elizabeth Darcy en Pemberley y Los herederos

    del Sr. Darcy, se muestra el matrimonio ms maduro y estable de los Darcy, esperando la llegada de su

    tercer heredero: Stephany Darcy. Pero aunque han superado todos los obstculos, logrando adaptarse y

    empatar la vida marital con la crianza de los hijos, nuevas pruebas ponen en entredicho la confianza y la

    tenacidad de los personajes.

    Una vez ms, este libro no es nicamente la continuacin de la saga, sino que puede leerse de manera

    independiente, ya que cuenta con una trama muy diferente a la de los textos anteriores, haciendo hincapi en

    la complejidad de las relaciones establecidas y presentando nuevos personajes.

    Uno de los temas ms importantes que complejiza la narracin es la vida ntima, tanto de Lizzie y Darcy

    como de Georgiana y Donohue, pero adems de constituir un retrato del tema en una poca tan distante para

    los lectores actuales, su importancia radica en los valores que intenta transmitir. Despus de que el parto de

    Lizzie se complica y el Dr. Donohue tiene que realizar una cesrea, se entiende que un futuro embarazo

    pondra en peligro su vida y la del beb, por lo que Darcy comprende la importancia de mantener

    abstinencia. Con un suceso que en un principio podra parecer poco importante, se desata toda una serie de

    complicaciones en el matrimonio y en la propia personalidad de los personajes, que sern llevados hasta

    lmites inexplorados cuando, con el paso del tiempo, van limitando todo contacto posible. De esta manera el

    tema de la sexualidad se analiza desde todos los ngulos posibles, el humano, el mdico, el religioso y el

    familiar, por lo que su importancia y sus implicaciones en todos los niveles dan un gran valor a la obra.

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    Por otro lado, la aparicin de nuevos personajes antagnicos como Sir Bruce, primo de la familia Darcy y

    hermano del coronel Fitzwilliam, y el desarrollo de otros ya existentes como la Sra. Willis, que queda viuda

    y en completa libertad para sabotear la frgil estabilidad del matrimonio Darcy, o el Sr. Posset, antiguo

    prometido de Mary que revela sus verdaderas intenciones, van permeando en la historia de tal manera que

    los personajes principales sufren grandes transformaciones y se ven obligados a explorar sus propios lmites,

    personalidades y prioridades.

    Adems, la muerte de Anne, hija de Lady Catherine y esposa del coronel Fitzwilliam constituye una prdida

    ms entre todas las que ha sufrido la familia y complica la relacin entre Darcy y su primo, trayendo

    recuerdos del pasado y poniendo a prueba su lealtad.

    Finalmente, el cierre de la novela es uno de los mayores momentos de tensin y complejidad narrativa, lo

    que transmite muy bien el tono y el argumento de la obra en un baile de disfraces que queda inconcluso y da

    pie a un prximo libro. Es este intento por desenmascarar a los personajes, este juego ldico del disfraz

    donde se muestra una cara y se supone un lado oculto, el que puede resumir esta nueva novela, donde los

    personajes tendrn que descubrirse unos a otros e incluso a s mismos en una trama llena de desafos y

    engaos, encuentros y desencuentros, muy semejante a la vida misma.

    CAPTULO I

    Londres, 1805.

    Cmo se encuentra hoy la Sra. Darcy? inquiri su marido al entrar a su habitacin, despus de haber ido

    a cabalgar a Richmond al amanecer.

    Lizzie se puso de pie para recibirlo y l se acerc para tomarla de las manos.

    Mejor, gracias.

    Sigues estando muy fra not besando sus manos. Quieres tu chal?

    Lizzie asinti mientras l la abrigaba.

    Espero que hoy pueda estar durante toda la fiesta coment ella.

    Es mejor que no te agites demasiado. Debimos haber hecho la fiesta otro da.

    Darcy, es su primer cumpleaos y no quiero que esta fecha pase desapercibida por nadie. Adems, tendr

    ayuda de sobra para que todo salga bien.

    Lizzie tena cuatro meses de embarazo y continuaba con las molestias propias de su estado, haba

    permanecido en reposo durante el ltimo mes y an no haba recuperado el peso que perdi desde el inicio

    de la gestacin, a pesar de que su vientre haba crecido ligeramente. Sus gemelos, Christopher y Matthew,

    quienes se acercaron gateando hacia su padre, eran los festejados de ese da y Lizzie haba preparado, con

    ayuda de Georgiana y de Jane madrinas de los nios, todo lo necesario para un hermoso festejo en

    compaa de la familia.

    Darcy recibi a Matthew en sus brazos y lo levant entre carcajadas del pequeo mientras Lizzie cargaba a

    Christopher, quien se haba quedado a la mitad del camino debido al ataque de tos que persista.

    Era una maana agradable, el da anterior el Dr. Donohue haba autorizado a la Sra. Darcy asistir a la fiesta,

    tambin revis a su ahijado para verificar que, pese a la tos, su estado de salud era bueno.

    Enseguida, Darcy se acerc a su esposa para tomar a Christopher en sus brazos y llevarse a sus hijos al piso

    inferior, donde la Sra. Reynolds y su hija, la Srita. Madison, recibieron a los nios para darles su desayuno

    mientras los Sres. Darcy atendan a sus invitadas, las Bennet, quienes haban llegado a la capital la noche

    anterior y se presentaron unos minutos despus en el saln principal.

    No puedo creer que haya pasado un ao desde que Lizzie por fin dio a luz a sus hijos coment la Sra.

    Bennet mientras descenda por las escaleras con tanto entusiasmo que se escuchaba hasta el saln principal.

    En menos de seis meses nacer su tercer beb. Y, por si fuera poco, en octubre tendremos una hermosa

    boda! La Sra. Mary Posset!

    Ya lo sabemos mam, ya tendrs pronto a tu octavo nieto y tal vez el prximo ao tengas al noveno

    contest Kitty cansada de escuchar la misma conversacin de su madre.

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    Tengo demasiados nietos varones y solo una nia, ojal este sea mujer. Quin iba a decir que yo pudiera

    desear una nieta despus de todas las hijas que tuve? reflexion riendo. Me alegro de que mis hijas

    casadas, incluyendo a Lydia, no tendrn de qu preocuparse como yo de ser despojadas de su herencia por

    falta de legatarios.

    No creo que Wickham tenga mucho para heredarle a tu querida Lydia, solo deudas y problemas se burl

    Kitty. Y Mary tendr que apurarse en tener a su primer hijo en cuanto se case.

    Mary se ruboriz y dese que se olvidaran del tema de su boda, sobre todo en presencia de su prometido,

    que sera presentado a la familia durante la fiesta de sus sobrinos.

    Los Sres. Darcy se pusieron de pie para recibirlas. La Sra. Bennet se adelant a sus hijas para saludar a

    Lizzie con un abrazo.

    Hoy te ves menos plida que ayer, pero ests segura de que podrs estar en la fiesta de los nios?

    El Dr. Donohue ya me lo autoriz mam. Adems, as he estado en los dos embarazos anteriores.

    Y el Dr. Donohue sigue tan guapo como antes? inquiri Kitty, granjendose la mirada de censura de su

    hermana.

    Recuerdo que en el embarazo de Frederic te habas sentido todava ms decada que en estos ltimos

    recalc Darcy.

    Frederic?, as nombraste a tu pequeo, como tu padre? pregunt la Sra. Bennet, recordando al primer

    beb que los Darcy lograron concebir despus de una larga espera de ms de cuatro aos y que haban

    perdido a los seis meses de gestacin.

    S, Frederic, el pequeo que me acompaa y cuida de mi familia indic Lizzie sonriendo.

    Darcy reson en su memoria los terribles momentos de angustia que vivieron cuando su esposa estuvo en

    peligro de muerte, tras haber perdido a su primognito, y los difciles das que le siguieron hasta recuperar

    nuevamente la paz, con el profundo sentido de resignacin que pudieron lograr como resultado del gran

    amor que ambos se propalaban. Ahora le daba una enorme serenidad observar el sosiego de su mujer, a

    pesar de todas las dificultades que vivieron.

    El Sr. Churchill anunci que el desayuno ya estaba servido y Lizzie invit a todos a pasar al comedor.

    Lady Lucas te manda muchos saludos y sus parabienes Lizzie coment la Sra. Bennet. Me dijo que la

    Sra. Collins se encuentra todava en Londres y que no han conseguido todava una nueva abada.

    Qu habr sucedido con la actual duea de Rosings para que los haya corrido de su parroquia desde la

    muerte de Lady Catherine? pregunt Kitty con indiscrecin.

    Yo creo que la Sra. Anne se cans de las falsas loas que el Sr. Collins siempre le propinaba contest

    Lizzie riendo. Aunque debo actualizar tu informacin mam: los Sres. Collins ya tienen un nuevo destino.

    No puede ser. Lady Lucas me lo dijo ayer, cuando la encontramos en Meryton al salir rumbo a esta casa

    asever la Sra. Bennet.

    Lizzie guard silencio, mostrando indiferencia al comentario de su madre.

    Pero no me lo vas a decir?, cul ser su nuevo destino?

    Tal vez ser mejor que esperes a que te lo comente Lady Lucas. A ver qu gana: tu impaciencia o tu

    incredulidad respondi con una sonrisa retadora.

    Kitty se ech a rer mientras Mary las observaba circunspecta.

    Lizzie! exclam la Sra. Bennet. Disculpe Sr. Darcy indic al sentir la implacable mirada de su

    anfitrin, pero usted estar de acuerdo conmigo en que mi hija quiere ocasionarme un ataque de nervios

    que ya a mi edad es muy difcil controlar.

    Segn recuerdo siempre ha sido difcil! testific Kitty.

    Ahora que lo dices, hace poco le que es difcil modificar el temperamento de las personas, ya que es una

    parte de la herencia que nos proporcionan nuestros padres dilucid Mary.

    Entonces Lizzie est predestinada a acabar como mi madre dentro de algunos aos? Cuidado Sr. Darcy!

    Muchos piensan que la persona es inmutable, pero de ninguna manera es as. Porque el carcter de una

    persona es lo que nos distingue de todos los dems y est fuertemente influenciado por todo el aprendizaje

    que adquirimos en la vida, por el dominio de la voluntad, promoviendo hbitos y virtudes, y por el ejercicio

    de la libertad, condicionada por la responsabilidad, el deber y el respeto a las normas sociales y morales,

    dando origen a comportamientos y decisiones nicos en cada individuo.

    Entonces mi madre no tiene remedio.

    Kitty! exclam la Sra. Bennet ansiosa. Deja ya de decir tonteras que la Sra. Darcy no ha podido

    terminar lo que ha querido decir! Prosiga, por favor.

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    Lizzie ri y continu:

    La familia Collins fue consignada hace pocos das a la abada de Kimpton, gracias a la aquiescencia del Sr.

    Darcy esclareci con un orgullo que inflam a su marido.

    Estar establecida tan cerca de Pemberley?

    Quin lo iba a decir? El Sr. Collins que haba escrito a mi padre, en apoyo a Lady Catherine, para que

    impidiera el compromiso de mi hermana con el Sr. Darcy, ahora recibir sus beneficios. Y sin olvidar que t

    fuiste la primera elegida del Sr. Collins se burl Kitty.

    Charlotte es mi amiga, a pesar de su marido. Y te pido Kitty, que te abstengas de hacer ese tipo de

    comentarios durante la fiesta, ya que los Collins estarn invitados.

    Debo aclarar que la primera elegida del Sr. Collins fue Jane, aunque en su momento yo le indiqu que mi

    hija mayor estaba prxima a contraer compromiso con el Sr. Bingley reson la Sra. Bennet.

    Jane? Ya apareci su admirador secreto! Lizzie, y el tuyo lo has visto ltimamente? aludi Kitty

    burlndose, haciendo referencia al Sr. Philip Windsor, quien estaba enamorado de Lizzie desde que la

    conoci. Y has sabido algo del caballero que recibi tu segundo rechazo?

    La seora de la casa guard silencio, pero reprob por completo ese comentario con su mirada, sabiendo que

    a su marido no era grato tocar el tema.

    Y tambin estarn invitados los Sres. Fitzwilliam? indag la Sra. Bennet.

    No, la Sra. Anne ha estado enferma y le han pedido reposo seal Lizzie.

    Acaso estar embarazada?

    No, por lo menos hasta la ltima carta que recibi mi marido del coronel, hace unos das. Adems, llevan

    muy poco tiempo de casados.

    Lo mismo que t llevas de embarazo, acaso fue en Kent donde se logr la concepcin? investig Kitty en

    medio de estruendosas carcajadas. Tus gemelos fueron en Lyme, en tu viaje de pasin, y ahora en Kent!

    Qu pensara Lady Catherine de esto si an viviera? Y en dnde habr sido el lugar de Frederic?

    Lizzie se ruboriz pensando que ni ella misma saba la respuesta.

    He sabido que el libro del Sr. Bennet se ha vendido exitosamente en Londres intervino Darcy cambiando

    de tema, irritado por la temeridad de su cuada. Lo mismo ha sucedido en Hertfordshire, Sra. Bennet?

    Todava recuerdo, Lizzie, la forma en que el Sr. Darcy te besaba cuando los sorprendimos en Londres. As

    te besa siempre? suspir Kitty.

    Oh, s Sr. Darcy! asever la Sra. Bennet. Le agradecemos una vez ms que pudiera apoyarnos con la

    publicacin de la investigacin que por tantos aos realiz mi marido. Precisamente en estos das

    aprovechar para ir a la editorial e informarme de los avances de las ventas.

    Y de recoger el dinero de las regalas! No olvides que prometiste darnos una parte de ese ingreso a tus

    hijas solteras. Cuando se case Mary, me dars la parte que le corresponde?

    Yo me encargar de que no lo recibas y si el dinero que te envo no es suficiente para que guardes silencio

    en esta casa, tendrs que prescindir de l por un tiempo! asegur Lizzie, enfadada por la actitud de su

    hermana, seguida de un absoluto sigilo.

    Los presentes la observaron sorprendidos porque no era comn que diera ese tipo de respuestas, aunque le

    dieron la razn. El desayuno concluy despus de ese incmodo mutismo.

    La Sra. Bennet le avis a Lizzie que saldran a la ciudad para comprar unos accesorios que necesitaban antes

    de que diera inicio la fiesta y, cuando estuvieron listas, se retiraron en su carruaje. Darcy escolt a Lizzie a

    su habitacin para que descansara, mientras los nios eran vigilados por la Srita. Madison en el saln de

    juegos y posteriormente los acost para que tomaran su siesta antes del evento.

    Darcy abri la puerta de su alcoba y cedi el paso a su mujer.

    Me alegro de que tu apetito haya mejorado.

    Yo me alegro de que mi estmago retenga los alimentos por ms tiempo contest Lizzie seriamente.

    Darcy asinti, se acerc a ella y continu, mientras acariciaba su rostro:

    Aunque no pareces muy contenta. Seguramente Kitty, con semejante amenaza, dejar de hacer esos

    molestos comentarios.

    Solo molestos comentarios? Me disgusta de sobremanera que hable de nuestra vida sexual de esa forma!

    Y de todas las formas!

    Darcy ri.

    Te burlas de m? inquiri Lizzie enfadada.

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    No, sabes que no me atrevera dijo abrazndola de la cintura. Pero con tu sensibilidad solo demuestras lo

    importante que es ese tema para ti y, sobre todo, que yo he hecho bien las cosas.

    Sabes que te amo y que te necesito indic, mientras sus manos ascendan por el torso de su marido. Solo

    a tu lado puedo ser feliz.

    Lizzie acerc sus labios a los de su esposo mientras l la abrazaba y la besaba amorosamente por varios

    minutos, hasta que Lizzie solt un suspiro y luego una risita al sentir un leve movimiento en su vientre, en

    tanto Darcy sonrea.

    Cmo quieres que se llame este nuevo miembro de la familia? pregunt l.

    Sr. Darcy, ha venido a acompaarme, a seducirme o a discutir el nombre de su hijo?

    Lo que usted quiera, Sra. Darcy.

    Lizzie lo bes.

    Cuando el primer carruaje se aproximaba a la casa, los Sres. Darcy, quienes platicaban en su balcn, se

    introdujeron nuevamente a su habitacin para encaminarse al saln principal. Los Sres. Donohue fueron

    anunciados y recibidos por los anfitriones. Georgiana se acerc y abraz a su hermana, trayendo en brazos a

    su pequea Rose ataviada con un hermoso vestido de muselina que su madrina le regal. Lizzie bes a su

    ahijada en la frente mientras Darcy saludaba cortsmente al Dr. Donohue.

    Dnde estn los festejados? indag Georgiana.

    En un momento bajan, se acaban de despertar de su siesta coment Darcy.

    Y la Sra. Darcy, cmo est?

    Preciosa, como siempre, y feliz.

    Feliz al sentirme profundamente amada afirm Lizzie con una sonrisa radiante.

    Darcy sonri.

    Me llena de satisfaccin verlos igual de enamorados que hace ms de siete aos asegur Georgiana

    tomando la mano de Lizzie con afecto.

    Y yo estoy complacido de verla igualmente fausta, Sra. Donohue declar Darcy, observando a su

    hermana y a su marido, quien la miraba con profundo cario.

    Georgiana sonri.

    El Sr. Churchill toc a la puerta y anunci la llegada de las Bennet y de los Sres. Gardiner.

    Por fin hemos llegado. No pens que en esta poca del ao hubiera tanta gente en Londres coment la Sra.

    Bennet mientras se abanicaba con entusiasmo. Acaso tienes fro, Lizzie? indag viendo que su hija

    llevaba manga larga y un chal muy abrigador.

    Querida Lizzie, me comentaba la Sra. Bennet que has estado en reposo indic la Sra. Gardiner.

    S ta, pero ya estoy mejor, gracias.

    En todos sus embarazos ha guardado reposo porque se debilita mucho los primeros meses, pero su apetito

    ha mejorado, segn pude ver en la cena de ayer y en el desayuno de hoy inform la Sra. Bennet. Y dnde

    estn mis nietos? No los he visto desde que llegu a esta casa.

    La Srita. Madison ya no debe tardar en bajarlos dijo Lizzie, girando su vista hacia la puerta por donde se

    escuchaba el ruido de sus pequeos. Parece que ya vienen.

    El aya traa a los pequeos en brazos y se introdujo en la habitacin, mientras la Sra. Bennet se acercaba

    para saludar a sus nietos y cargar a uno de ellos.

    Vaya!, los herederos del Sr. Darcy son guapsimos, lstima que soy su ta lament Kitty.

    Y veinte aos ms vieja aclar Lizzie con severidad.

    Ya caminan, Lizzie? pregunt la Sra. Gardiner.

    No, pero en unos cuantos das seguramente nos darn la sorpresa.

    Y cmo le haces para que no destruyan la casa? inquiri Kitty. Recuerdo a Nigel cuando fui a visitar a

    Lydia a Newcastle que no paraba de hacer tiradero todo el da, por toda la casa. Yo creo que su hermano

    Morris sali igual.

    Es cuestin de estar con ellos y ensearles qu deben coger y qu no, adems de darles un espacio donde

    puedan jugar libremente. No todo en la vida son restricciones.

    Lizzie los invit a pasar al jardn, donde haban colocado una mesa elegantemente dispuesta para los adultos

    y una zona de juego para los nios, supervisados por la Srita. Madison y la Sra. Reynolds, que haban

    preparado varias recreaciones para entretener a los festejados y a los invitados de diversas edades.

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    En el camino, vieron a lo lejos los carruajes de los Bingley y de los Collins. Cuando los primeros arribaron

    se reunieron con los congregados, saludando a los presentes y felicitando a los padres y a los festejados.

    Diana Bingley, la ahijada de los Sres. Darcy, de seis aos, y sus hermanos Henry, de cuatro aos, y Marcus,

    de tres, se acercaron a sus tos y los saludaron con propiedad pidiendo que les dieran su bendicin, causando

    que sus padres se sintieran orgullosos. Pocos minutos despus los Sres. Collins anclaron velas, felicitando y

    agradeciendo a sus anfitriones su generosa hospitalidad, con algunas loas exageradas que el Sr. Collins

    propin sobre los atributos de sus actuales bienhechores.

    Respetabilsima Sra. Darcy, le agradecemos de todo corazn que nos haya honrado con esta invitacin tan

    excelsa de la que somos indignos y, he de reconocer que su atavo es muy hermoso y se ve esplndida en su

    estado.

    Si gustan podemos tomar asiento, para que la Sra. Darcy no se agite solicit Darcy de modo engredo,

    irritado por los comentarios del Sr. Collins.

    Sr. Darcy, me es muy grato informarle que ya tenemos todo listo para salir el da de maana hacia la

    rectora de Kimpton y ocuparme del servicio del siguiente domingo, como ha sido su voluntad.

    S Lizzie, muchas gracias por todo dijo Charlotte con deferencia.

    Su casa es una verdadera belleza, el jardn est en excelente estado de conservacin y sus hijos son

    encantadores, segn me ha platicado la Sra. Collins. Espero tener el gusto de conocerlos hoy para darles mi

    bendicin y le aseguro, Sra. Darcy, que incluir al nio Christopher en las oraciones de la parroquia para

    que su salud mejore, como todos lo deseamos.

    Cmo ha seguido su hija Cecile? Me ha comentado mi madre que estuvo delicada hace algn tiempo

    indic Lizzie, conteniendo con toda su voluntad la carcajada que quera lanzar por todas las alabanzas de su

    convenenciero invitado.

    Mi hija Cecile contina con ciertos cuidados, ya que se enferma con mucha facilidad. No puedo entender la

    razn de su estado, a pesar de que los mdicos, incluyendo el honorable Dr. Donohue, nos han tratado de

    explicar su condicin, dicen que en parte se debe a sus progenitores. Claro que yo siempre he gozado de

    excelente estado de salud, al igual que nuestro hijo John, y tampoco puedo culpar a mi esposa por esta

    situacin. Sin embargo, aunado a esto, debo reconocer que la virtud de la Sra. Collins de economizar en los

    gastos de la casa lo mejor posible tal vez haya sido exagerada en algunos mbitos.

    Debe usted agradecer esa virtud de su esposa o esforzarse ms en llevar lo necesario a su hogar.

    Bingley y Kitty se rieron.

    Debo reconocer que cuando la Sra. Collins esperaba a nuestro segundo hijo la economa se vio restringida

    en muchos aspectos, aun con el apoyo de nuestra antigua protectora, situacin que espero no se vuelva a

    repetir en el futuro.

    Y ms teniendo a un nuevo protector tan generoso como el Sr. Darcy coment Kitty.

    El futuro de su familia y su bienestar no debe confiarlo solo a la generosidad de alguna persona, aun

    cuando usted sea hombre de iglesia espet Darcy.

    Despus de semejante declaracin proveniente de un exitoso empresario, todos guardaron silencio, muy

    incmodo para el afectado. La Sra. Bennet, mostrndose sumamente oronda, prosigui:

    Sra. Collins, seguramente ya estar enterada de que mi hija, la Sra. Darcy, ha puesto un exitoso negocio en

    Derbyshire, una florera magnficamente bien montada donde disean unos arreglos florales muy bonitos y

    que ha tenido mucha aceptacin en el condado.

    Tan exitoso que la Sra. Bennet ya empez a verse beneficiada testific Kitty.

    Cmo le haces, Lizzie, para estar al tanto de la florera estando en Londres? pregunt la Sra. Gardiner.

    El Sr. Mackenna me informa por carta una vez por semana de todos los movimientos y ya se ha sabido

    coordinar muy bien con la Srita. Reynolds, el Sr. Weston y el Sr. Bush la vendedora, el jardinero que

    manejaba el invernadero de Pemberley y el proveedor de la fbrica de porcelana del Sr. Darcy,

    respectivamente. Es una persona excepcionalmente eficiente y de toda nuestra confianza, de otra manera

    habra sido muy difcil continuar con el proyecto estando yo postrada en Londres.

    Seguramente Darcy habra encontrado alguna buena alternativa para que pudieras proseguir con el negocio,

    Lizzie coment Georgiana.

    S, como todo un buen empresario. Tal vez, Charlotte, ya que te instales en Kimpton, estuvieras interesada

    en ayudarme a promover la florera.

    La Sra. Collins? indag el Sr. Collins. Eso sera inapropiado!

    Inapropiado? inquiri Lizzie. Eso dice en Los sermones, de Fordyce?

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    Kitty ech la carcajada.

    No, pero dijo desconcertado con tal propuesta.

    Pero

    Las buenas costumbres y las tradiciones de nuestra legendaria cultura reprueban esa posibilidad. La mujer

    debe estar

    Confinada en su hogar, al servicio exclusivo del marido y de los hijos interrumpi Lizzie.

    As es. Adems, la Sra. Collins no tiene habilidades de promotora, como usted dice que necesita.

    La Sra. Collins tiene ms virtudes y habilidades de las que usted tiene conocimiento, Sr. Collins.

    Charlotte lanz una mirada suplicante a su amiga para que guardara silencio mientras el Sr. Churchill

    interrumpi para anunciar la llegada del invitado faltante: el Sr. Posset.

    Mary se ruboriz al escuchar el nombre de su prometido y sentir las miradas de los presentes sobre ella, al

    tiempo que todos se pusieron de pie para saludar.

    Lizzie record la descripcin que haba hecho Kitty del Sr. Posset y cuando lo vio comprendi por qu le

    haba agradado tanto a sus hermanas: era casi tan alto como Darcy aunque ms corpulento, seguramente por

    el trabajo que realizaba en su hacienda, de cabello negro, tez apionada por el sol y ojos verdes que

    observaban de manera misteriosa a los convidados. Despus de una venia se acerc a Mary tomando su

    mano y besndola con cortesa; lo mismo hizo con la anfitriona.

    Usted debe ser la Sra. Darcy. La Srita. Mary me ha hablado mucho de usted y de su familia, le guarda

    copiosa admiracin coment mientras trataba de sostener la mano de la dama por ms tiempo del

    permitido. Sr. Darcy, mis parabienes, tiene usted una esposa muy bella.

    Darcy frunci el entrecejo mientras resguardaba la mano de su mujer debajo de su brazo. La Sra. Bennet

    procedi a hacer las presentaciones con el caballero y enseguida tomaron asiento.

    El Sr. Posset tiene unas haciendas maravillosas en las Highlands, Escocia.

    Maravillosas? musit Kitty.

    Las visitamos el pasado abril y conocimos a su hermana, la Srita. Alissa, una muchacha encantadora.

    En abril haca un fro espantoso, no quiero ni imaginarme cmo ser en invierno, y tardamos muchos das

    en llegar.

    La boda se celebrar en cuatro meses, pronto enviaremos las invitaciones y el Sr. Posset ha alquilado un

    castillo cerca de su propiedad para que toda la familia se hospede. Lstima que mi hija, mi querida Sra.

    Darcy, no pueda asistir, pero espero contar con la asistencia del resto de la familia.

    S, por supuesto respondi la Sra. Gardiner.

    Hasta hoy me ha comentado la Sra. Darcy de su nuevo destino, Sra. Collins, pero su invitacin llegar a la

    Quinta Lucas, si no tiene inconveniente. Esperemos que las nuevas ocupaciones del Sr. Collins les

    permitan acompaarnos.

    En su hacienda se dedican a la agricultura? inquiri el Sr. Gardiner al Sr. Posset.

    A la agricultura, cultivando maz y papa, y a la ganadera, principalmente de ovejas para lograr la venta de

    cordero y su carne, as como la lana a la industria textil de Lancashire y Yorkshire, obteniendo grandes

    rendimientos, adems de recibir ingresos por parte de los inquilinos. He odo que la migracin de los habitantes de las Highlands contina.

    S, sin duda las malas cosechas y las enfermedades azotan a los ms pobres provocando que busquen

    mejores oportunidades de vida en otros lados, la poblacin se ha visto incrementada en los ltimos aos y la

    produccin de alimento es precaria, pero hay varios proyectos de parte de algunos propietarios ingleses de

    mejorar los caminos, abrir escuelas, traer nuevos cultivos y mtodos agrcolas ms eficientes. Aunque ahora

    los dueos estamos en un dilema: la mayora de las tierras aptas para el pastoreo estn ocupadas por los

    inquilinos y se requieren menos empleados para esta actividad. Algunos terratenientes han optado por

    desalojar sus tierras, provocando que aumente la migracin, u obligan a sus colonos a trabajar en

    condiciones infrahumanas. Sr. Darcy, usted como gran empresario, qu me recomendara hacer para

    resolver esta disyuntiva?

    Si nicamente nos guiamos por los nmeros a corto plazo, sin duda el camino fcil es el que estn llevando

    a cabo muchos de sus vecinos. Pero considero que cometen un error garrafal, adems de una gran injusticia,

    que se ver reflejado en el futuro: al desalojar a sus inquilinos provocarn descontento entre la poblacin,

    mayor miseria y posiblemente delincuencia, si no es que levantamientos en contra de los propietarios.

    Asimismo, estn desperdiciando a la mejor materia prima que existe, las personas, si solo las vemos como

    fuente de riqueza, situacin en la que yo siempre he estado en contra, que con un adecuado entrenamiento

  • 8

    pueden ser de gran utilidad. Si el nico negocio verdaderamente rentable es el de las ovejas, yo negociara

    con los inquilinos para que permitieran pastar a mi ganado en las tierras que ellos cultivan a cambio de un

    pago o la disminucin de su renta, adems de apoyarlos a mejorar sus condiciones de vida. Ojal que los

    proyectos de los ingleses de optimizar los caminos, tcnicas agrcolas y abrir escuelas prospere, ya que eso

    ayudara mucho a aumentar la calidad de vida de la comunidad, sin duda yo apoyara esas iniciativas.

    Y usted sabe tocar la gaita? pregunt la Sra. Gardiner.

    La gaita, el clrsach y el acorden interrumpi Kitty. Y canta muy bien el poema de Robert Burns, Auld

    Lang Syne, ojal haya oportunidad de escucharlo otra vez. Es cierto que bajo el kilt no deben vestir ropa

    interior?

    Kitty! exclam Mary ruborizada.

    Faigh amach seo ge be cuin mascull el Sr. Posset en galico escocs acompaado de una sonrisa que le

    eriz la piel.

    Sr. Posset, le puedo ofrecer cerveza o whisky intervino Lizzie para desviar la atencin, pidiendo al Sr.

    Churchill con una sea que trajeran los bocadillos y aperitivos que haban preparado para la ocasin.

    Los mayordomos trajeron varias charolas de plata con bocadillos presentados con la mayor delicadeza que

    sirvieron sobre los finos platos de porcelana dispuestos previamente, segn los deseos de los comensales,

    mientras los nios jugaban animadamente en el jardn. Enseguida distribuyeron las bebidas, en tanto los

    seores continuaron la conversacin.

    ltimamente he escuchado excelentes comentarios sobre sus productos de porcelana, de boca de algunas

    de nuestras amistades, Sr. Darcy indic el Sr. Gardiner, al igual que de las telas.

    Afortunadamente hemos crecido en mercado estos ltimos meses aqu en Londres, tanto en el negocio de la

    porcelana como en el de telas y nuestra produccin ha aumentado prcticamente al cien por ciento.

    Vaya! Quin dira que su negocio crecera tanto a pesar del progresivo podero de Napolon?, ms ahora

    que ha sido proclamado rey de Italia. No se conform con aliarse con Espaa.

    Y ahora menos, ya que el Reino Unido est consiguiendo buenas alianzas con Austria, Prusia y Rusia

    confirm Donohue.

    Y las minas de carbn ahora estn en su apogeo declar Bingley. Aunque los otros dos negocios no

    salieran a flote por la guerra, con los ingresos generados por las minas podramos sostener a los otros

    negocios sin problemas durante algunos aos.

    Y continuar su sociedad con el Sr. Willis en el negocio de la porcelana? pregunt Donohue.

    S, ha resultado una buena asociacin que me permiti sacar adelante la fbrica de telas, a pesar del

    incendio que sufrimos hace dos aos.

    Recuerdo que yo pens que el incendio era en Lyme y por otra razn! As de irresistible y arrebatador es

    el amor? indag Kitty.

    Lizzie se sonroj escondiendo su brillante mirada.

    Me alegro mucho de que todos sus proyectos estn saliendo adelante Sr. Darcy coment el Sr. Collins.

    Eso sin duda beneficia a su hermosa familia y a muchas otras personas. Lo incluir en las oraciones de la

    rectora para que as contine.

    Darcy asinti con petulancia.

    Ya que est destinando sujetos para su oracin, Sr. Collins, acurdese tambin de nosotras y de mi otra

    hija, la Sra. Lydia, y su familia. Su marido ya parti para la guerra y ahora ella est a cargo de sus pequeos

    declar la Sra. Bennet sin obtener respuesta de su interlocutor, quien saboreaba un bocadillo de salmn y

    recordaba la carta que le haba escrito al Sr. Bennet indicndole cul debera ser su comportamiento ante una

    hija que cay en desgracia.

    Todo est delicioso, Lizzie indic Kitty. Si viviera ms tiempo contigo, estoy segura de que acabara con

    sobrepeso.

    Hoy la Sra. Darcy nos ha recibido con suculentos platillos exhibidos elegantemente, como siempre que nos

    honra con su hospitalidad. Nunca hemos sido objeto de tantas atenciones afirm el Sr. Collins.

    Ciertamente, adems de ser una bella mujer, tiene los mejores atributos de una esposa, madre y ama de casa.

    Sin duda posee la gracia superior de una dama refinada, como si hubiera nacido para ser duquesa.

    Darcy endureci su expresin.

    Tal vez sea mejor que modere sus halagos hacia la Sra. Darcy, si no quiere perder el beneficio de su nuevo

    protector espet Kitty riendo.

  • 9

    Le agradezco sus delicadas adulaciones, pero no se sienta obligado a hacerme ese tipo de cumplidos Sr.

    Collins replic Lizzie con una mirada burlona. Espero que no se haya entretenido mucho tiempo pensando

    en ellos, quitndole tiempo a su familia, aun cuando tengan un aire muy natural.

    Kitty y Bingley se rieron.

    Si supiera lo celoso que es el Sr. Darcy, querra desaparecer en este momento mascull Kitty a Charlotte,

    quien estaba sentada a su lado.

    Lizzie observ a sus hijos, sentados sobre el patio y rodeados de todos sus primos, quienes jugaban con ellos

    a hacer torres con cubos de madera. Diana coordinaba la actividad, ayudada por Henry. Por un lado, los

    nios mayores armaban una ciudad con varias casas, castillos, carruajes y tiendas, mientras Marcus traa

    ramas y hojas cercanas para simular el parque donde los nios jugaban, representados por muecos de

    madera. Por otro lado, los festejados y la pequea Rose armaban y desarmaban pequeas e inclinadas torres

    que se derribaban con gran facilidad, ocasionando encantadoras risas al ver esparcir todas las piezas.

    Lizzie sonri gozosa al ver la felicidad de sus hijos. Soaron tanto con ese momento y haban pasado tantas

    complicaciones en el camino que ese da senta recibir la recompensa de su lucha, percibiendo tambin los

    pequeos movimientos de su beb en el vientre.

    Christopher, a pesar de la espordica tos, se vea alborozado al lado de su hermano, y ms cuando descubri

    la ciudad construida por sus primos, gateando hacia esa direccin y destruyendo todo lo que haba a su paso.

    Lizzie ri y se levant para encontrarse con l y darle el beso que tantas ganas tena de regalarle, a pesar de

    su travesura. Lo carg, se sent en una banca con Matthew y rodeada del resto de los nios les ley un

    cuento, representando la historia con unos simpticos tteres que haba preparado das antes con ayuda de

    Georgiana. Los nios escuchaban y observaban atentamente las figuras de tela y las ilustraciones que

    decoraban el libro gigante que sirvi de escenario, transportndose a otro mundo donde el oso se haca

    amigo del conejo y del caballo para lograr ayudar al pato que estaba en aprietos. Las risas y las

    exclamaciones de los nios llegaron hasta la mesa de los adultos, quienes, sin poder evitarlo, suspendieron

    su conversacin y se giraron para presenciar la obra de teatro que se haba montado y que tena tan

    entretenidos a todos los nios. Gust tanto el cuento que los infantes continuaron su juego, ahora recreando

    con los cubos el bosque donde se haba llevado a cabo la historia con los personajes que haban tenido

    diversas aventuras, mientras Lizzie los observaba.

    Despus de un rato de rer y disfrutar de la alegra de los nios, Lizzie se levant para disponer lo necesario

    para la torta de cumpleaos. Esta fue colocada en una mesa destinada para los pequeos, quienes al instante

    la rodearon para descubrir lo que haba en su interior y saborearla. Los adultos se acercaron y Kitty indag:

    Qu habr en la torta de cumpleaos de mis sobrinos? Acaso una moneda para que multipliquen las

    riquezas de los Darcy?

    Lizzie parti los dos pedazos de sus hijos y se los entreg, mientras el Sr. Churchill llevaba los platos para

    los adultos y la Sra. Reynolds reparta a los chiquillos. Christopher y Matthew, tras observar su rebanada,

    probaron el pastel con las manos y encontraron en su interior una figura de madera de un corcel negro, como

    el de su padre que tanto les gustaba. En cuanto se acabaron su rebanada se chuparon los dedos y la Srita.

    Madison les ase las manos y la boca, as como las nuevas figuras, con las que estuvieron jugando el resto

    de la tarde.

    Muchas gracias Georgiana por ayudarme a ilustrar el libro que usamos para el cuento y a hacer los tteres.

    Les encant a los nios.

    Fue una magnfica idea Lizzie!

    Y a ti Jane, te agradezco que hayas podido conseguir las figuras para la torta. Desde que mis hijos ven a su

    padre llegar en su caballo por las maanas quieren hacer lo mismo. Los caballos son sus animales favoritos.

    Fue un placer ayudarte. Adems, con ver la alegra de tus pequeos todo el esfuerzo ha quedado

    recompensado.

    La convivencia se extendi unos minutos ms hasta que los invitados emprendieron el vuelo, al tiempo que

    el clima empezaba a enfriar. Por tal motivo, la Srita. Madison se retir con los festejados a su alcoba,

    mientras los anfitriones despedan a los concurrentes. Afortunadamente para Lizzie, los Sres. Gardiner

    invitaron a las Bennet a cenar fuera de casa, lo que facilit que ella pudiera retirarse tambin a su habitacin

    para descansar y cenar en compaa de su marido, despus de pasar a despedir a sus hijos en la pieza

    adyacente.

    Me alegro de que hayas disfrutado de la fiesta declar Darcy al entrar a su alcoba.

    Y yo me alegro de que, a pesar de los comentarios del Sr. Collins, te hayas mostrado ecunime.

  • 10

    En una sola tarde has recibido tantos halagos de ese seor que estuve a punto de retirar mi oferta de la

    rectora.

    Lizzie se acerc a su marido y lo abraz del cuello, mientras l la rodeaba de la cintura.

    T sabes que para m esos halagos no tienen ningn valor. Solo aprecio los que me hace mi Sr. Darcy.

    Adems, seguramente pas varias horas practicando sus cumplidos ante el espejo para darles un aire lo ms

    natural posible, su arte de lisonjear es una farsa. Ojal que as halagara a su esposa en lugar de

    menospreciarla cada vez que tiene la oportunidad. Darcy, quiero pedirte algo indic pensativa.

    Todo lo que usted desee, madame.

    Puedes hablar con el Sr. Posset? Me preocupa mucho Mary, se va a ir tan lejos y lo conocemos tan poco.

    Darcy la bes en la frente comprendiendo su turbacin, coloc la mano bajo sus rodillas para alzarla en

    brazos y, mientras ella se rea, dijo al dirigirse hacia la cama:

    Por supuesto, pero ahora la Sra. Darcy debe descansar. Ha sido un da muy largo y maana otro tanto.

    Maana? Por qu?

    Porque quiero llevarte al teatro, estrenarn Promesas de enamorados.

    De Elizabeth Inchbald? La crtica dice que es escandalosa.

    Por el infortunio de hablar de los hijos naturales? Es algo que sucede con frecuencia, pero la historia tiene

    un final feliz. Hoy los festejados fueron los nios, maana quiero festejar a mi esposa para agradecerle los

    maravillosos hijos que me ha dado.

    Darcy la bes con cario.

    CAPTULO II

    Lizzie despert despus de haber disfrutado de un magnfico descanso cuando sinti la presencia de su

    marido a su lado. Darcy estaba sentado a la orilla de la cama con el plato obligado de la seora de la casa:

    una corteza de pan y t de jengibre para disminuir sus nuseas matutinas. Lizzie sonri pensando en lo bien

    que haba funcionado la recomendacin de la Sra. Churchill que haban puesto en prctica haca unas

    semanas, si lo hubiera sabido antes tal vez habran sido ms llevaderos sus embarazos anteriores. Sin

    levantarse comi un pedazo mientras observaba lo apuesto que se vea Darcy esa maana.

    No vas a comer tu racin? pregunt ella dedicndole una mirada libidinosa.

    Cre que anoche te haba dejado exhausta y satisfecha dijo riendo, recordando como ella, la primera vez

    que le ofreci la corteza de pan y la fogosa manera en que Lizzie agradeci, razn por la cual Darcy tom la

    decisin de acompaarla todas las maanas para mitigar los efectos de sus besos. Aunque ya con tus cuatro

    meses me siento a salvo de las nuseas.

    Me alegra escucharlo Sr. Darcy, as el sentimiento de culpa desaparecer por completo, aunque no los

    deseos de besarlo.

    Esa es una confesin maravillosa que no puedo desaprovechar murmur acercndose a su mujer mientras

    contemplaba sus hermosos labios hasta unirse con ellos, el nico lugar donde se senta completo aunque su

    corazn se le saliera del cuerpo y lo dejara sin aliento.

    Lizzie lo tom del rostro mientras saboreaba esos labios que la devoraban con avidez sintiendo un calor que

    la abrasaba por dentro, as como las caricias de su lengua que la enloquecan robndole algunos gemidos y

    todos sus pensamientos, dejndole nicamente el deseo creciente de sentirlo ms cerca.

    Pens que haba quedado satisfecho, Sr. Darcy espet Lizzie cuando l se separ lo suficiente para tomar

    un respiro.

    Darcy la volvi a besar.

    Despus del desayuno, los Sres. Darcy se reunieron en compaa de sus hijos con las Bennet en el saln

    principal, donde se haban quedado los regalos que haban recibido los nios el da anterior. Ellos se

    acercaron a las cajas envueltas con papeles de colores y se divirtieron un rato arrancndolos mientras su

    madre les aplauda y los animaba a abrirlos: unos cuentos, pelotas, un caballo para montar, juegos para

    armar, un barco de madera con sus piratas. Terminada esta faena, las Bennet se despidieron porque iran de

    compras para la boda con la Sra. Gardiner a la ciudad.

    Cuando se retiraron, Darcy invit a su esposa a dirigirse al jardn, ya que quera mostrarle algo. Carg a sus

    hijos, ella lo tom del brazo y se encaminaron, disfrutando de los rayos de sol que reconfortaron a Lizzie,

    quien todava se senta friolenta por el embarazo. Los nios admiraron unos pjaros que se haban posado

    sobre el pasto buscando alimento y salieron volando en cuanto sus visitantes se acercaron. Christopher

  • 11

    extendi sus brazos para alcanzarlos mientras que Matthew imitaba el movimiento de las alas, como si

    quisiera emprender igualmente el vuelo. Gracias a los brazos fuertes de su padre no cayeron al piso despus

    de semejante intento, como si se hubieran puesto de acuerdo queriendo desbalancearlo mientras l,

    desprevenido, conversaba con su madre sobre la reunin del da anterior.

    La familia Darcy continu su excursin. Lizzie disfrut mucho de ese paseo, ya que haba quedado

    confinada a su recmara por varias semanas, adems de que con sus hijos no haba podido frecuentar el

    jardn como a ella le gustaba, como medida preventiva a las crisis respiratorias que anteriormente haba

    presentado Christopher, pero que afortunadamente haban disminuido desde que llegaron.

    Al llegar a su destino, Lizzie emiti una exclamacin de sorpresa al ver el regalo que Darcy haba preparado

    para sus hijos: haban instalado tres columpios colgados de la rama de un robusto rbol cerca del quiosco,

    donde a Lizzie le gustaba sentarse a admirar su jardn y platicar.

    Ya que Christopher ha estado mejor podrs salir al jardn ms seguido.

    Darcy acomod a Matthew en el columpio mientras Lizzie le abrochaba el cinturn, en tanto l sentaba y

    aseguraba a Christopher para que pudieran estrenar su regalo. Los columpiaron un rato, disfrutando de la

    alegra de sus hijos.

    Pero este es solo el regalo de los nios. Tengo otro para ti.

    Para m?

    Darcy la tom de la mano y la introdujo en el quiosco, donde haban colocado una hermosa mecedora de

    metal, ataviada con unos cojines que la hacan verdaderamente confortable para la seora de la casa. Lizzie,

    alborozada, lo abraz para agradecerle y luego tom asiento y se meci por varios minutos, descansando la

    espalda y las piernas mientras observaba el regocijo de los pequeos, que pedan a su padre que los

    balanceara otra vez.

    Lizzie cerr los ojos, aspirando el aire que entraba a sus pulmones y que le recorra todo el cuerpo,

    escuchando el jbilo de sus hijos y las risas de Darcy, sintiendo el sol calentar sus piernas, olfateando el

    exquisito aroma de las rosas que estaban a unos metros de distancia, percibiendo el hermoso canto de los

    pjaros, y dio gracias a Dios por todas las bendiciones que haba recibido en la vida: por haber nacido en una

    familia donde el apoyo ms importante lo encontr en su amado padre y en Jane, la valiosa amistad de

    Charlotte, el gran amor de su vida que la segua llenando de felicidad, su primer hijo y ngel que la

    custodiaba desde el cielo, sus gemelos juguetones, el pequeo beb que yaca en su vientre y que deseaba

    intensamente que se encontrara bien, a pesar de los temores que a veces resurgan en su corazn.

    Al ver la pasividad de su esposa, Darcy sonri y continu columpiando a sus hijos, cada vez ms despacio,

    logrando que por fin se quedaran dormidos. Camin despacio hacia el quiosco, se sent junto a su mujer que

    haca lo mismo y sac su libro del bolsillo para proseguir con su interesante lectura.

    Al percatarse del insondable sigilo que reinaba en el jardn, Lizzie despert sobresaltada. Darcy la tom de

    la mano con cario y le dijo que todo estaba bien, pero ella insisti jadeando:

    Los nios estn bien? Dnde estn?

    Disfrutando de un profundo sueo en los columpios.

    Lizzie respir hondamente y se volvi a recargar en la silla, postrando su cabeza en seal de alivio. Luego

    coloc la mano sobre su vientre y pregunt con cierta inseguridad:

    Darcy, crees que este beb se encuentre bien?

    S, por supuesto que s. El Dr. Donohue te revis hace dos das y nos dijo que est creciendo

    satisfactoriamente. Adems, ayer se entusiasm, casi como t, cuando te llenaba de mi amor.

    Lizzie sonri recordando esos extraordinarios momentos.

    Creo que va a ser una persona muy expresiva.

    Como su madre.

    Qu se siente que alguien tan cercano se parezca tanto a ti? indag Lizzie, refirindose a sus gemelos,

    quienes eran copia fiel de su marido, tanto fsicamente como en su personalidad.

    Maravilloso. De cualquier manera es maravilloso.

    Cmo te gustara que se llamara si fuera nio?

    Ahora s quieres discutir el tema?

    Tenas pensado besarme?

    Darcy sonri y se aproxim a ella, acariciando su rostro.

    Tena pensado disfrutar de tu compaa, de cualquier manera que me permitas hacerlo.

    Darcy la bes con afecto. Luego se separ lentamente, saboreando en la mente sus delicados labios.

  • 12

    David murmur, viendo a su mujer a los ojos. Me gustara que se llamara David.

    Y si son dos?

    Otra vez gemelos? Sera grandioso! Tal vez podra ser Anthony.

    Me agradan.

    Y si son nuestras princesas, ya pensaste qu nombres te gustaran?

    Scarlett, Stephany, Sophia. Todava no me he decidido. Supongo que lo sabr al observar sus ojos.

    Seguramente sern preciosos.

    Christopher tosi y se despert, ahuyentando el sueo de su hermano. Darcy bes la mano de su esposa, se

    puso de pie y la ayud a levantarse. Sacaron a los pequeos de los columpios y se dirigieron hacia la casa.

    Al llegar, el Sr. Churchill los recibi y le comunic al Sr. Darcy que el Sr. Boston lo esperaba en el

    despacho.

    El Sr. Boston? indag sorprendido. En un momento me encontrar con l.

    Darcy, pensativo, acompa a su esposa llevando a sus hijos al saln de juegos y luego se encamin a su

    estudio, preguntndose el motivo por el cual el Sr. Boston lo habra ido a buscar, repasando en su mente los

    pendientes de trabajo que tena con l sin recordar algn asunto que ameritara su visita.

    El saln de juegos estaba ubicado en el segundo piso de la residencia. Un saln amplio, iluminado y con

    buena ventilacin, que haban acondicionado especialmente para que los nios pudieran jugar con libertad y

    sin ningn peligro con los juguetes que ms les gustaban y los que haban recibido el da anterior. Lizzie se

    sent en el silln con ellos y les mostr un libro de sus preferidos, leyendo la historia una y otra vez,

    escuchando los balbuceos y las risas de los pequeos. Luego iniciaron nuevamente la exploracin del lugar,

    buscando algn juguete con qu entretenerse, supervisados por la Srita. Madison, quien vigilaba que no se

    cayeran a pesar de querer trepar por los pocos muebles que haban dejado en el lugar: un silln de tres

    lugares con una pequea mesa desprovista de adornos y un taburete para que Lizzie pudiera descansar, una

    cmoda con algo de ropa para los pequeos en caso de necesitar cambiarlos, una mesa redonda con sus dos

    sillas, un librero y los estantes donde se exhiban los juguetes. Dicho saln sin duda haba perdido toda la

    elegancia de los aos anteriores, pero haba ganado en felicidad al ser testigo de las risas de los nuevos

    habitantes de la casa. Matthew fue ayudado a cabalgar en su nuevo caballo, seguido por Christopher,

    mientras su madre los observaba cariosamente.

    Lizzie, aunque sumamente entretenida con el juego de sus hijos, extraaba la compaa de su marido, se

    haba hecho a la idea de pasar todo el da juntos, l mismo le haba comunicado la noche anterior que se

    tomara un da de descanso. Sin embargo, saba que tena muchas responsabilidades que a veces le hacan

    imposible desentenderse del todo, a pesar de tener a su cargo personas muy competentes.

    Pasado un rato, Darcy toc a la puerta, abri y encontr a sus hijos entrenando sus habilidades de

    caminadores. Lizzie se puso de pie y, tras observar cmo los nios se dirigan a saludar a su padre, se acerc

    para recibirlo.

    Todo bien con el Sr. Boston?

    S titube Darcy. Tal vez sera conveniente que nos furamos yendo al teatro, si ya ests lista, para llegar

    a tiempo y con tranquilidad.

    Solo le dar la medicina a Christopher y voy por mi abrigo.

    Ya baj tu abrigo.

    Gracias.

    Lizzie se acerc a la cmoda y sac el frasco de la medicina para Christopher. Enseguida, la Srita. Madison

    se lo acerc en brazos para que le administrara las gotas necesarias para prevenir cualquier espasmo y

    mejorar la tos. Bes a su pequeo en la frente y se despidi de Matthew que estaba en los brazos de su

    padre, l lo dej nuevamente en el suelo para que continuara con su juego antes de proseguir con la dinmica

    de todos los das: su cena, su bao y su descanso.

    Los Sres. Darcy se encaminaron al carruaje que ya los esperaba. En silencio, Darcy ayud a Lizzie a izar y

    luego l ascendi, tom su mano y mir por la ventana el paisaje mientras su mujer lo observaba, esperando

    que algo revelara el motivo de su abstraccin. Luego de un prolongado sigilo, Lizzie brome:

    Acaso ests pensando en otro nombre para el beb?

    No dijo girando la cabeza para encontrarse con la mirada de su esposa y sonri. Disclpame, solo quiero

    disfrutar esta tarde contigo y lo que tu sueo nos permita de la noche complet acariciando su mano entre

    las suyas.

  • 13

    Y qu tan lejos estaban tus pensamientos de aqu? En Pemberley?

    Ahora estn aqu y eso es lo importante.

    Al comprobar el hermetismo de su esposo lo abraz, mientras l la besaba en la frente.

    Lizzie disfrut de la funcin y de la salida en general, haca mucho tiempo que no haban gozado de un

    paseo a solas. Darcy trat de portarse lo ms ameno posible, conversando de algn tema y olvidndose del

    dilogo que haba sostenido con el Sr. Boston y sus desagradables noticias: ya tendra tiempo para pensar en

    ellas.

    Despus Darcy invit a Lizzie a cenar al Piazza, donde siete aos atrs le haba regalado un presente muy

    especial: un hermoso prendedor en forma de gaviota con una rama de olivo que simbolizaba la fertilidad,

    con el cual manifestaba sus mejores deseos para que pudieran cumplir sus sueos, que ahora gozaban

    prdigamente con sus primognitos y el beb que vena en camino.

    Se sentaron en la misma mesa, recordando los tiempos de antao, y platicaron animadamente yendo de un

    recuerdo a otro: de lo felices que haban sido, a pesar de su larga espera, dentro de los aos que haban

    compartido y disfrutado de su soledad y todos los cambios que se haban producido con la llegada de sus

    hijos. La alegra que manifestaba Lizzie se poda respirar en todo el lugar: los caballeros que se complacan

    con sus platillos y otra compaa frecuentemente viraban su mirada hacia esa direccin, contemplando la

    belleza de la seora y su regocijo; las damas observaban con curiosidad a semejante damisela y el gallardo

    caballero que la acompaaba, quien expresaba en su mirada y en su delicado trato toda la devocin que le

    guardaba.

    Cuando los Darcy se disponan a retirarse, la Srita. Bingley les cort sbitamente el paso, y tambin la

    sonrisa, saludndolos con falso entusiasmo.

    Sra. Elizabeth, tanto gusto de verla. Sr. Darcy! se dirigi al susodicho sin poder evitar derretirse con la

    mirada.

    Srita. Bingley correspondi Darcy mientras Lizzie la vea irritada y tomaba del brazo a su marido.

    Debo felicitarlos por el reciente cumpleaos de sus hijos y por el prximo nacimiento, mi hermano me lo

    dijo. Ya se siente mejor, Sra. Elizabeth? se burl.

    Me siento muy bien, gracias.

    Qu alegra escucharlo! Me imagino, Sr. Darcy, que as se ir ms tranquilo a Derbyshire, sabiendo que su

    esposa y sus hijos se encuentran bien.

    A Derbyshire? pregunt Lizzie azorada, viendo a su marido y soltando su brazo sin darse cuenta.

    S, a Derbyshire. Pero, acaso no lo saba, Sra. Elizabeth? se ri.

    Lizzie, sin recuperarse de la sorpresa, regres su mirada a la Srita. Bingley, quien continu:

    Hoy en la tarde Charles recibi una carta y la ley en mi presencia, enseguida le comunic a la Sra.

    Bingley su obligado viaje a Derbyshire a primera hora de la maana.

    Eso no quiere decir que la carta fuera del Sr. Darcy o que l vaya a realizar el viaje.

    La perfeccin de la letra del Sr. Darcy es inconfundible.

    Y por lo visto inolvidable murmur con notable enfado.

    Siento mucho ser la portadora de una noticia a todas luces desagradable para usted. Tambin lo es para

    usted, Sr. Darcy? indag con su adiestrada coquetera. Si gusta, Sra. Elizabeth, puedo hacerle compaa

    en el da.

    Con su permiso, Srita. Bingley dijo Darcy con altanera, sumamente molesto, tomando a su esposa de la

    espalda para que avanzara.

    Lizzie camin tan rpido que Darcy tuvo que soltarla, en tanto la Srita. Bingley los vea alejarse,

    conteniendo la risa que amenazaba con escapar.

    En la salida, el Sr. Peterson se asombr de ver a la Sra. Darcy dirigirse hacia el carruaje, a pesar de que la

    lluvia empezaba a caer, sin aguardar con su esposo como siempre acostumbraba, como si quisiera escapar.

    Enseguida vislumbr al Sr. Darcy y se ape del vehculo para colocarse el impermeable de hule. Darcy se

    apresur para ayudar a Lizzie a subir y se introdujo en l, consciente del enfado de su mujer y sintindose

    culpable por no haberlo evitado aun cuando pudo hacerlo, aunque eso hubiera requerido un comportamiento

    grosero con la Srita. Bingley si se hubieran retirado sin permitir ningn tipo de conversacin. Saba que

    haba tomado la decisin equivocada al haberle dado espacio a la Srita. Bingley para hacer sus maliciosos

    comentarios en lugar de evitarlos y darle prioridad a lo que realmente tena importancia para l, su esposa,

    sin mencionar que, si hubiera hablado previamente con ella, no los habra tomado por sorpresa de ninguna

    manera.

  • 14

    El carruaje inici su marcha.

    Lizzie, disclpame. Te lo iba a decir, surgi

    Me lo ibas a decir? pregunt alzando la voz.

    Por supuesto contest guardando la calma.

    Seguramente s, adems de provocar que hiciera el ridculo enfrente de la Srita. Bingley al parecer hay

    cosas, Sr. Darcy, que usted decide reservarse.

    Reservrmelas?

    S, por ejemplo la vez que te caste de un rbol buscando una orqudea

    Para mi esposa. Sabes que no quera preocuparte.

    Y ahora? Tambin me entero por otra persona de tus planes de realizar un viaje!

    Necesito ir a Pemberley a

    Darcy, yo s que tarde o temprano tendras que ir a Pemberley! Hemos estado fuera cinco meses desde

    que tuvimos que irnos para ayudar a Christopher con su estado de salud, pero me molesta haberme enterado

    de esa forma. Soy tu esposa y tengo derecho a saberlo!, aunque no me agrade que te vayas.

    Sabes que a m tampoco me gusta ir y dejarte sola. Pensaba decrtelo a nuestro regreso. Quera disfrutar de

    tu compaa el tiempo que me quedara en Londres, no s cunto tiempo voy a tardar en regresar.

    Lizzie suspir resonando las ltimas palabras que haba escuchado y que le dolieron profundamente: no s

    cunto tiempo voy a tardar en regresar, pensando en que esta noche sera la ltima que pasara con l hasta

    su retorno. Su orgullo se impondra al amor que senta por l, provocando un estril y absurdo

    distanciamiento? O sera capaz de vencerlo y disfrutar de las ltimas horas en su compaa

    Supongo que la Srita. Bingley por fin cumpli su objetivo de hacerme enfadar indic con la voz

    entrecortada y sintiendo las lgrimas caer sobre sus mejillas.

    Solo si t la dejas musit tomando su mano para ofrecerle su cario sin ofender su excitada sensibilidad

    motivada por el embarazo, pensando que esas lgrimas eran justo lo que quera evitar.

    Tardars muchos das?

    Solamente lo indispensable. Har lo posible por regresar antes de tu cumpleaos.

    Faltan todava unas semanas se lament, abrazando a su marido con afecto.

    Gracias por esta velada tan especial dijo besndola en la frente.

    Todava no me lo agradezca, Sr. Darcy. Apenas viene la mejor parte replic y lo bes devotamente.

    CAPTULO III

    Al salir el alba, Lizzie se encontraba en su habitacin viendo hacia la ventana, era una maana nublada y

    fra, haba dejado de llover haca poco, a pesar de los hermosos das que le haban precedido: pareca que

    solo era el reflejo de lo que Lizzie senta en su corazn con la prxima partida de su esposo.

    Darcy sali de su vestidor, camin hacia su mujer, la abraz cariosamente por la espalda y puso la mano

    sobre su vientre, donde percibi algunas patadas de su pequeo, mientras Lizzie suspiraba confortada,

    recostndose en el hombro de su marido.

    Voy a echar mucho de menos sentir sus brincos susurr Darcy.

    Yo voy a extraar el cario que me demuestras con todos tus detalles, la seguridad que me infundes al estar

    cerca de m, sentir tu calor y tus besos sobre mi piel, tu aliento cuando me susurras al odo, tus hermosas

    palabras cuando me hablas de amor.

    Te escribir todas las noches para decirte que te amo.

    Y yo estar ansiosa de recibir noticias tuyas.

    Promteme que vas a cuidarte y cuidars de este pequeo y sus hermanos inst con preocupacin en el

    tono de voz, recordando el viaje que tuvo que hacer cuando esperaban a Frederic.

    Y t promteme que siempre estar en tus pensamientos dijo mientras se giraba para ver a su esposo.

    Desde que te conoc, has permanecido en ellos.

    Darcy la bes sin querer separarse de su lado, deseando que el tiempo de su ausencia pasara tan rpido como

    aquel beso que quera hacer perdurar hasta su regreso, y luego se march.

    Lizzie sinti un escalofro cuando se cerr la puerta y suplic a Dios que lo protegiera y lo regresara con

    bien. Se asom nuevamente a la ventana y observ cmo su esposo se suba al carruaje y se alejaba,

    internndose en la neblina mientras caan nuevas gotas de lluvia, como las lgrimas que senta derramar en

    su corazn. Camin hacia el retrato de su marido que aos atrs le haba regalado, buscando un poco de

  • 15

    consuelo en esa mirada que antes la haba reanimado, pero ahora solo aumentaba su dolor. l se diriga a su

    casa, donde haba crecido y sus hijos haban nacido, donde ella haba descubierto cualidades que l haba

    mantenido ocultas cuando se vieron por primera vez, donde se haban casado y empezado a conocerse, el

    hogar donde se haba sentido acogida y amada y donde haba vivido innumerables alegras, al que aoraba

    regresar, pero al que haba renunciado temporalmente por la salud de su hijo.

    Lizzie percibi el estmago revuelto y se dirigi al bao para desalojarlo, a pesar de la corteza de pan.

    Seguramente si Darcy hubiera estado con ella, la habra acompaado para ayudarle a sostener con cario su

    cabello mientras le deca algunas palabras de aliento para que se sintiera mejor, limpiando su rostro con un

    pao hmedo y tibio; la habra llevado en brazos a la cama y cobijado por unos minutos hasta que ella

    estuviera bien, mientras acariciaba su rostro y le daba un dulce beso en la frente. Pero esa maana l ya no

    estaba y tena que levantarse sola y as enfrentar la vida hasta su retorno. Tom un pao y lo moj con un

    poco de agua, lo exprimi y se limpi el rostro sintindolo fro y spero, como la soledad que haba

    inundado su corazn tras haber transcurrido tan solo unos pocos minutos de su partida. Con desgana prendi

    la chimenea para calentar el agua de su bao, en tanto se imaginaba en lo que l estara pensando en esos

    momentos, tal vez en las risas que haban disfrutado durante la cena o en los rostros llenos de jbilo de sus

    pequeos mientras eran columpiados por su padre, quiz en ese ltimo beso que pareca no querer terminar y

    en todos los recuerdos que despert de la noche anterior.

    Lizzie se recarg en la pared, cerr los ojos y respir profundamente llenando sus pulmones del vapor que

    empezaba a salir, pensando en que afuera la neblina haca ms fra la maana, deseando que el abrigo que

    llevaba su esposo fuera suficiente para protegerlo del fro. Luego record las manos calientes que la

    acariciaban esa maana al despertar y que ahora estaran fras, aun cuando estuvieran cubiertas por unos

    guantes. Se incorpor y dej caer su bata mientras caminaba hacia la baera, verti el agua caliente y se

    llev la mano al vientre al sentir ligeros movimientos de su pequeo.

    Volte hacia el espejo y vio su silueta, ligeramente abultada a la altura de sus entraas y record la dulce

    mirada con que la observaba su marido, el murmullo que la estremeca al decirle lo hermosa que era cuando

    la estrujaba y la llenaba de su amor. Se sostuvo fuertemente de la orilla de la baera y se introdujo, sintiendo

    el calor en todo el cuerpo, en tanto lo acariciaba y perciba todava los rastros de los besos sobre su piel que

    empezaban a desvanecerse; no pudo evitar rerse al preguntarse si l tambin lo haba notado mientras se

    baaba.

    Pasaran tal vez varias semanas para que l regresara de Pemberley, para que pudiera escuchar su voz y su

    risa, abrazarlo y percibir su calor, sentir sus caricias y sus besos, la maravillosa explosin que provocaba

    cuando se una a ella; aunque unos cuantos das, quiz maana, para recibir sus noticias, sus palabras de

    amor, sus deseos expresados en unas cuantas lneas. Record las semanas de angustia que vivi cuando l

    tuvo que viajar a Oxford, mientras ella permaneca en Pemberley, sin recibir noticias, rogando para que esa

    situacin no se volviera presentar en su vida. Poda tolerar la distancia, pero no la incertidumbre y la zozobra

    derivadas de la incomunicacin de esos das.

    Sinti una lgrima deslizarse en su mejilla y una presin en el corazn que quiso diluir al sumergir su cabeza

    en el agua, olvidar esos tormentosos momentos lavando su cabeza y su cuerpo, pensando en que al menos

    esta vez estara acompaada de sus pequeos, quienes con sus juegos y ocurrencias le ayudaran a olvidar su

    intensa soledad y haran ms pasadera esa ausencia.

    Se levant y se enjuag para luego cubrirse con una tibia toalla, se acerc al fuego para despejar el fro que

    senta, se sec y se coloc su bata para cepillarse el cabello como todas las maanas. Solo que esa maana

    no regresara Darcy de cabalgar, sus hijos lo extraaran y ella los abrazara para darles la tranquilidad que

    en su corazn ya no perciba. Qu sera de ella si l ya no regresara? Al contemplar esa remota

    posibilidad sinti como si cayera en un abismo tan real que ya la haba vivido anteriormente en tres

    ocasiones: cuando casi cay del caballo, cuando viaj a Oxford y cuando se enfrent en duelo en defensa de

    la honra de su mujer, apenas haca pocos meses.

    Record que seguramente Darcy vera asuntos de la fbrica de porcelana, con el Sr. Willis, y que tal vez la

    Sra. Willis quien, a pesar de ser una mujer casada, gustaba de coquetear con los hombres, especialmente el

    Sr. Darcy, propiciara un encuentro casual con su marido, aprovechando la ausencia de la Sra. Darcy. Sinti

    gran enojo al pensar en esa posibilidad, pero su nica alternativa era confiar en el amor de su esposo y

    despejar esos malos pensamientos que solo aumentaban su desazn. Record aquella carta que l mand

    desde Oxford y que recibi hasta el regreso de su marido, en donde le confirmaba la fortaleza de su amor al

  • 16

    haber rechazado tajantemente la instigacin de una mujer, la Srita. Margaret Campbell, quien haba sido la

    responsable de que las cartas del Sr. Darcy no llegaran a su destino.

    Se acerc ms al espejo y observ un moretn que asomaba de su cuello, otro rastro de la pasin de su

    marido que tendra que cubrir con un vestido de cuello alto para evitar cotilleos de la servidumbre o

    preguntas indiscretas de sus invitadas. Se dirigi al vestidor y se atavi con un atuendo sencillo pero

    abrigador; sali a su recmara y escuch la llegada de un carruaje, por lo que, extraada, se asom a la

    ventana sin poder divisar de quin se trataba. Se sent en su tocador, donde se dispuso a recogerse el cabello

    hacindose una trenza y luego un chongo bajo mientras pensaba en que tal vez su marido ya la habra ido a

    buscar a su alcoba de no haberse tenido que ir de viaje. Quiz en ese momento ya estara desayunando en la

    primera parada que tena que hacer para que los caballos descansaran.

    Alguien toc a la puerta, los pensamientos y los deseos de Lizzie se precipitaron a dar conclusiones que solo

    aumentaban su ansiedad. Permaneci esperando con el alma en un hilo, tal vez l haba regresado por alguna

    razn, pero la puerta se abri y toda su ilusin se vino abajo. En ese momento entraba Georgiana, quien se

    acerc para ceir a su hermana que se haba puesto de pie.

    Tu madre y tus hermanas llevan rato esperndote. Te sientes bien?

    S, estoy bien dijo Lizzie con resignacin.

    Pues es muy extrao que te hayas retrasado tanto. Tu madre ya estaba tan hambrienta que les ped en tu

    nombre que pasaran a desayunar mientras vena a ver si estabas bien.

    Gracias, pero t qu haces aqu?

    Cumpliendo el encargo que me dej mi hermano. Ayer recib una carta en la que me peda de una manera

    en que es imposible negarme, que viniera a acompaarte durante su ausencia, claro que me encanta

    visitarte! Por la forma en que me lo dijo pareca preocupado.

    Lizzie sonri conmovida.

    Y me preocup ms al llegar y no encontrarte abajo, a pesar de que ya es tarde.

    Se me fue el tiempo. Mis hijos ya desayunaron?

    S. Me dijo la Sra. Reynolds que estuvieron tocando a tu puerta sin obtener respuesta y dejaron de insistir

    para dejarte descansar. Qu tal les fue en el teatro?

    Bien, y la cena fue muy agradable. Georgiana indic mientras le tomaba las manos con cario, te

    agradezco que hayas venido, apenas hoy se fue y ya lo extrao.

    A m me pasara lo mismo si Patrick tuviera que ausentarse. De hecho me sucede cuando se queda

    cuidando a algn enfermo por la noche.

    Ya desayunaste?

    En mi casa, pero te acompao.

    Ya empiezo a sentir hambre, es buena seal. Tal vez las nuseas desaparezcan por completo.

    Qu buena noticia!

    Georgiana y Lizzie abandonaron la alcoba y se dirigieron al comedor, donde estaban reunidas las Bennet, a

    la mitad de su desayuno. Lizzie salud, se disculp por la demora y se sent en su lugar mientras el Sr.

    Churchill la auxiliaba con la silla y le acercaba la charola de frutas. Lizzie se sirvi mientras la Sra. Bennet

    coment:

    Sra. Darcy, ya nos tena preocupadas.

    No sabamos nada de ustedes! se burl Kitty.

    Hasta que el Sr. Churchill nos inform de la partida del Sr. Darcy hoy al amanecer.

    Esta vez no quiso que lo acompaaras?

    Una mujer embarazada no debe realizar viajes tan largos respondi Lizzie con seriedad. Adems, la

    condicin de Christopher todava no nos permite regresar a casa.

    Si no fuera por eso seguramente te habras ido con l, abandonando a tus hermanas.

    Estando en Londres, con el hospedaje asegurado y la mesa servida, creo que no les hubiera importado.

    S, tienes razn dijo con un suspiro y se dirigi a Georgiana. El Dr. Donohue tambin vendr a revisar a

    la Sra. Darcy o alguno de los pequeos?

    No, hasta donde yo s no tena programado venir.

    Qu lstima! Nos quedan tan pocos das en Londres y me gustara verlo otra vez.

    Verlo otra vez? inquiri, sin saber la razn de su insistencia.

    Tal vez pudiera revisar a la Sra. Bennet. El Dr. Jones ya est muy viejo y se le olvidan las cosas.

    Yo me siento muy bien y no necesito de doctores asegur la Sra. Bennet.

  • 17

    Entonces, tal vez pudiramos invitarlos a cenar Lizzie.

    Es un hombre casado! Comprtate! reprendi Lizzie mientras Georgiana la miraba con desconcierto.

    Y cunto tiempo estar fuera el Sr. Darcy? Es una lstima que se haya ido! murmur entre risas.

    Mam, tienen algn plan para salir hoy?

    S, por supuesto. Tenemos mucho que ver de la boda, ya sabes que solo una tormenta nos impedira salir de

    la casa estando en Londres.

    O una infeccin intestinal se burl Kitty recordando cuando la Sra. Bennet haba cado enferma aos

    atrs.

    Tambin iremos a visitar al Sr. Aslop para ver los avances en las ventas del libro del Sr. Bennet.

    Y a cobrar las regalas!

    Mientras mi madre va a la editorial yo visitar la Biblioteca Britnica. Estoy buscando informacin sobre

    Leonardo Da Vinci coment Mary.

    Ests a punto de casarte y piensas en los libros! Ahora te interesa La Mona Lisa?

    En realidad el cuadro se llama La Gioconda. Leonardo Da Vinci, adems de pintor y escultor tambin fue

    filsofo, escritor, poeta y cientfico, aunque por desgracia la mayora de su obra se ha perdido con los aos.

    Muchos libros de notas estn escritos de forma especular.

    Cmo que especular?

    S, escriba de derecha a izquierda, como en espejo.

    Y as, quin le entenda?

    Solo quien tuviera un espejo en la mano ironiz Lizzie.

    Kitty se ech a rer.

    Posiblemente ese era el objetivo, que nadie ms leyera sus escritos afirm Mary.

    Adems era zurdo y es ms fcil y rpido escribir de esa forma, ya que as no manchas el papel con la tinta.

    Eres zurda o t tambin te has vuelto aficionada a ese personaje? indag Kitty.

    Soy diestra y s, mi marido me ha contagiado algunas de sus aficiones. La vida no se limita a ver pasar a los

    caballeros apuestos en el parque.

    Tras un incmodo silencio, las Bennet partieron hacia la ciudad, dejando a Lizzie en compaa de

    Georgiana. Ellas fueron al saln de juegos donde estaban Christopher, Matthew y Rose, supervisados por la

    Sra. Reynolds y la Srita. Madison, all permanecieron toda la maana, ya que el clima no haba mejorado.

    Georgiana y Lizzie estuvieron comentando y gozando de buenos recuerdos, de cuando se haban conocido

    en Pemberley y la agradable convivencia que disfrutaron mientras la Srita. Darcy vivi con ellos hasta que

    se cas.

    Antes de caer el crepsculo, Georgiana y Rose se retiraron con la promesa de regresar al da siguiente.

    Lizzie se dirigi hacia la habitacin de sus hijos, donde la Srita. Madison les preparaba su bao. Antes de

    acostarlos, Lizzie les ley un cuento como todas las noches y los acompa unos minutos antes de retirarse

    al saln principal, donde las Bennet ya la esperaban para la cena.

    La Sra. Bennet se haba mandado hacer unos vestidos para la boda con el dinero que haba recibido esa

    maana y se mostr orgullosa, recordando a su amado Sr. Bennet que le haba dedicado unas hermosas

    palabras en su libro. Kitty adquiri un sombrero que haba usado hasta que lleg, junto con una bolsa que le

    haca juego. Mary haba permanecido toda la maana en la biblioteca.

    Despus de ir a la editorial y esperar largo rato a que el Sr. Aslop nos recibiera y nos entregara el dinero,

    pudimos ir a varias tiendas coment Kitty.

    Parece que el dinero te quema las manos indic Lizzie.

    Lstima que la tela que me gust para mi vestido no estaba en el color que necesitaba dijo la Sra. Bennet.

    Pero igual se compr dos, uno para la boda y otro de cambio, como si furamos ricas! exclam Kitty.

    No tienes por qu quejarte. Desde que Lizzie se cas con el Sr. Darcy no te ha faltado nada.

    Y les falta mucho que comprar para la boda? inquiri Lizzie.

    Ya pedimos el ajuar de la novia y el vestido, aunque es muy difcil hacer compras con Mary, no le

    entusiasma nada!

    Solo los libros, yo no s qu va a hacer metida en medio de las montaas y una hacienda llena de ovejas

    declar Kitty. Estuvo en la biblioteca en compaa de un caballero, qu pensar tu prometido cuando sepa

    con quin pasaste la maana?

    El Sr. Lauper solo me ayud a buscar la informacin que necesitaba aclar Mary.

    Te dedicaba miradas que denotaban mucho inters.

  • 18

    Quin es el Sr. Lauper? pregunt Lizzie con curiosidad.

    Es el encargado de la biblioteca, al parecer es un puesto importante dentro del Museo Britnico coment

    la Sra. Bennet.

    Es el mismo caballero con quien extraamente platic Mary en la presentacin del libro del Sr. Bennet!

    exclam Kitty. Ni siquiera con el Sr. Posset la he visto platicar tanto.

    Mary, aunque seas reservada en tus cosas soy tu madre y debo estar enterada de tus amistades. El Sr.

    Lauper sabe de tu compromiso?

    Por supuesto mam.

    Lizzie record que aquella tarde su hermana haba conversado largamente con un caballero con quien se

    desenvolva libremente, logrando captar el inters de su interlocutor.

    Y me pregunto si el Sr. Posset sabe en qu inviertes tu tiempo cuando no ests en su compaa insisti

    Kitty.

    l sabe de mi inters hacia los libros y se ha interesado en conocer los avances de nuestra investigacin,

    que continuaremos maana declar Mary.

    Nuestra investigacin?

    El Sr. Lauper tambin es aficionado a Leonardo Da Vinci, adems de que ese es su trabajo: dar asesora a

    los estudiantes y usuarios de la biblioteca. Solo est cumpliendo con su deber.

    Ahora tendr que cambiar mis planes para acompaarte, no puedes ir sola indic la Sra. Bennet.

    Mam, nunca se te ha dado desempear la funcin de carabina, considera que es un lugar pblico, la

    conversacin se enfoca en nuestra investigacin y me imagino que t entre tanto libro podras asfixiarte.

    Kitty se ri.

    Hay demasiado polvo en esos lugares se disculp.

    Cundo qued de venir el Sr. Posset a visitarte? pregunt Lizzie a Mary.

    Dijo que regresara a Londres un da antes de nuestra partida a Longbourn.

    Cuando regres a su recmara, Lizzie se asom a la alcoba de sus pequeos, donde estaba la Sra. Reynolds,

    quien se despidi y se march. Lizzie se acerc a besar a sus hijos, apag las velas y se retir a su

    habitacin, dejando la puerta de comunicacin abierta para escucharlos con facilidad y sentir su compaa,

    algo que mitigara un poco la soledad que la haba invadido desde que suba por las escaleras. Se introdujo en

    el vestidor para cambiarse de ropa, pensando en que tal vez su esposo ya estara en Pemberley, posiblemente

    en su habitacin escribiendo algunas lneas que recibira en los prximos das, lo que el correo tardara en

    llevarla. Ella le escribira por la maana, tal vez sobre el da tan ameno que haba pasado en compaa de

    Georgiana o la enorme soledad que senta al ponerse el sol y al retirarse a su habitacin.

    Despus de asearse, coloc ms lea en la chimenea y observ cmo abrasaba mientras se llevaba la mano a

    su vientre, esperando sentir algn movimiento que le alegrara el alma, pero todo era quietud, silencio,

    sosiego; sin embargo ella aoraba or las risas de sus pequeos, sentir los movimientos de su beb, apreciar

    la proximidad de su marido y la alegra que despertaba con su presencia, escuchar su voz comentando algn

    asunto aunque careciera de importancia. Y solo Dios saba cundo regresara!

    Resignada, se dirigi a su cama, sac los carbones del brasero que calentaban las sbanas y que solo usaba

    en ausencia de su marido, an as tard en entrar en calor, a pesar de que se haba colocado el camisn ms

    abrigador. Apag la vela de su bur y trat de conciliar el sueo sin lograrlo, los pensamientos no dejaban

    de circular por su mente, giraba de un lado a otro tratando de acomodarse y buscaba algo que hiciera

    desaparecer esa tristeza que perciba en su interior, hasta que abraz la almohada de su marido y apreci su

    aroma, recordando las cariosas palabras que le haba dicho la noche anterior y sus arrumacos.

    Darcy haba pasado todo el da de viaje y haba llegado a Pemberley poco antes del anochecer, con la lluvia

    que continuaba cayendo y que haca el trayecto ms arduo. Haca tantos aos que no viajaba solo, desde

    unos das antes de que se casara. A su llegada lo haba recibido el Sr. Smith, quien le dese que hubiera

    tenido un viaje placentero y pregunt con sincero inters por la salud de la Sra. Darcy y sus hijos. Asimismo,

    le ofreci una taza de t caliente y le entreg en una charola de plata la correspondencia que haba llegado a

    Pemberley y que ya no haba sido remitida a Londres por la anunciada visita de su amo. Al retirarse el Sr.

    Smith del saln principal, Darcy sinti un insondable aislamiento al escuchar nicamente el tronar de la

    madera en la chimenea y, en busca de consuelo, gir su mirada hacia el hermoso retrato de su esposa que

    haban pintado despus de su luna de miel, deseando tener su compaa. Ella estaba sentada a la sombra de

  • 19

    un rbol en su jardn, luciendo un sencillo pero elegante vestido de paseo, con las flores que l le haba

    regalado en las manos, mostrando una sonrisa angelical y una mirada que expresaba toda la alegra de

    saberse profundamente amada por quien la observaba a unos cuantos pasos, mientras era esplendorosamente

    pintada por el maestro.

    Apenas ese da por la maana la haba tenido en sus brazos, haba sentido la suavidad y candidez de sus

    labios y le pareca que haban pasado aos. Reson en su memoria el sonido de sus risas, el delicado tono de

    su voz, la sensacin de satisfaccin que le provocaba cuando ella lo miraba y le sonrea, la sutileza y gracia

    que empleaba al hablar

    El Sr. Smith interrumpi su contemplacin, tras llamarlo dos veces por su nombre, disculpndose y

    anunciando que la cena ya estaba servida. Darcy agradeci y se dirigi al comedor. La enorme mesa estaba

    elegantemente dispuesta, con un mantel de seda adornado en el centro con unas hermosas flores

    provenientes del invernadero de la Sra. Darcy; en la cabecera del seor de la casa estaba colocado un juego

    de platos de porcelana con sus cubiertos de plata y sus copas de cristal, un solo lugar. Darcy tom asiento,

    recordando las innumerables ocasiones en que su esposa se haba sentado a su lado, cuando tomaban sus

    alimentos ellos solos o acompaados por Georgiana, o cuando la mesa estaba agasajada con invitados y

    poda observar a su mujer en la otra cabecera. El Sr. Smith le ofreci sus alimentos, haban preparado los

    platillos favoritos de su amo, pero l no se percat de ese detalle. Record la nica vez que se haba sentado

    a esa mesa solo desde que se cas, cuando encontr a su esposa dormida mientras acompaaba a su hermana

    en su alcoba. Tiempo despus se enterara de que Lizzie le brindaba todo el apoyo a Georgiana el da en que

    haba confesado su pasado al Dr. Donohue y que l la haba despreciado. Aun ese da, saba que su mujer lo

    esperaba en su alcoba, en su cama, pero en esta ocasin llegara a ese lugar donde haba sido tan feliz con

    ella sin encontrarla.

    A su espalda sinti la presencia del Sr. Smith, pendiente de sus necesidades, ofreciendo todo su apoyo;

    cuntas veces le haban pedido que se retirara para que pudieran conversar libremente?, ahora agradeca su

    silenciosa compaa. El Sr. Smith le retir el plato y le ofreci oporto, pero l lo rechaz, ponindose de pie

    y despidindose, deseando buenas noches a su colaborador de tantos aos, anhelando l tambin tener

    agradables vsperas. Cogi un candelabro para alumbrar su camino: la noche estaba demasiado oscura, la

    luna yaca escondida tras una gruesa capa de nubes que se precipitaba en forma de lluvia y de granizo, se

    escuchaba en los ventanales la cada de la tormenta, mientras l caminaba y ascenda por las escaleras hasta

    el tercer piso.

    Recorri el pasillo hasta su puerta, la abri encontrando a su alcoba en idnticas condiciones que como la

    haban dejado haca unos meses, la sala que anteceda la recmara estaba ataviada con unas flores, detalle

    que nunca olvidaban en esa casa, y la chimenea estaba encendida calentando la pieza agradablemente. Sin

    embargo, en su corazn perciba un intenso fro que se acentuaba conforme pasaban las horas, desde su

    salida de Londres. Entr en su habitacin, observando la cama que lo esperaba, estaba muy cansado pero

    saba que no podra conciliar el sueo hasta haber escrito unas cuantas lneas a su esposa. Qu difcil era

    estar solo en esas paredes donde haba compartido tantos momentos felices sin su compaa! Estaba en su

    casa, en la casa donde naci y que lo vio crecer, casarse, ser feliz en su matrimonio y tener a sus hijos. No

    obstante, estaba lejos de sentir que era su hogar.

    Encendi algunas velas y se sent en la silla al lado de la mesa, donde escribi la carta que enviara al da

    siguiente antes de ir a cabalgar, si el clima se lo permita, para avisarle a su esposa que haba llegado con

    bien, con el nico consuelo de saber que pronto l recibira tambin noticias de su familia.

    CAPTULO IV

    Pasaron los das, Lizzie escriba por las maanas al recibir novedades de su marido; Darcy responda por las

    noches, tras leer la carta de su esposa, el nico momento del da agradable para l despus de trabajar toda la

    jornada fuera de casa visitando las minas, la fbrica de telas, la de porcelana, la florera y el invernadero de

    la Sra. Darcy. El Sr. Boston y Bingley lo acompaaron y lo apoyaron en todas las marchas, en diversas

    ocasiones se entrevist con el Sr. Willis en su despacho y visitaron la fbrica de porcelana juntos para

    evaluar una posible ampliacin, dada la creciente demanda del producto en distintas ciudades.

    En Londres, Georgiana acompaaba a Lizzie durante el da mientras los primos jugaban en el saln de

    juegos o en el jardn, en los columpios que haca poco haban colocado, cuando el clima era agradable. Las

    Bennet llevaban ms de una semana de visita, en tanto terminaban las compras pendientes, Mary se

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    escapaba a la Biblioteca Britnica para seguir con la investigacin mientras Kitty y su madre visitaban su

    parque favorito, el Hyde Park, ya que por su extensin y excelente mantenimiento era muy visitado por los

    londinenses.

    Dos das antes de la partida de las visitas, en el desayuno, el Sr. Churchill se acerc a su ama con una

    charola de plata y una tarjeta. Ella la tom, la ley y le indic:

    Por favor entregue la tarjeta a la Srita. Mary.

    Para Mary? Ser del Sr. Posset o del Sr. Lauper? inquiri Kitty con imprudencia.

    Mary se sonroj mientras coga la papeleta y la ley, descubriendo que su novio solicitaba una audiencia con

    ella a medio da.

    Vamos! De quin es? pregunt la Sra. Bennet con impaciencia.

    Por supuesto que del Sr. Posset aclar Mary.

    Entonces el Sr. Lauper no podr gozar hoy de tu compaa se burl Kitty. Quieres que te disculpemos

    con l y le expliquemos los motivos de tu ausencia?

    Mary lanz una mirada que exiga el silencio de su hermana.

    Pens que iba a venir hasta maana indic la Sra. Bennet.

    Eso demuestra el gran inters que tiene hacia su futura esposa declar Kitty.

    Ya quedamos con la Sra. Gardiner de visitar Pero Lizzie puede hacer las funciones de carabina. Lizzie,

    tal vez podamos invitar al Sr. Posset a cenar y aprovechar para ultimar los detalles de la boda, yo creo que

    no lo veremos sino hasta muy cercana la fecha y quiero pedirle el dinero del vestido de Mary que ya

    recogeremos maana, aunque si nos lo permites lo podremos dejar aqu para recogerlo cuando viajemos a

    Escocia para el evento.

    Pero acaso vendremos a Londres antes de viajar a Escocia? indag Kitty.

    Solo son veinticuatro millas y as Mary podr despedirse de Lizzie. Despus de la boda ser difcil que

    Mary nos visite.

    La Sra. Bennet continu con su perorata y no le permiti a Lizzie ni siquiera protestar por la funcin que le

    haba encomendado, por lo que se resign a cumplirla con el deseo de aprovechar la oportunidad para

    conocer mejor al futuro marido de su hermana.

    Al concluir el desayuno, la Sra. Bennet y Kitty partieron y Mary permaneci en el saln de juegos,

    esperando el arribo de su pro