Los demonios del convento

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MÉXICO FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES ACATLÁN LOS DEMONIOS EN EL CONVENTO “SEXO Y RELIGIÓN EN LA NUEVA ESPAÑA” AUTOR: FERNANDO BENÍTEZ ASIGNATURA: LA MODERNIDAD Y ELPENSAMIENTO POLÍTICO MEXICANO PROFESOR: ALUMNA: FLORES LÓPEZ STEPHANIE BELINDA GRUPO: 2401 SEMESTRE: CUARTO LICENCIATURA: CIENCIAS POLÍTICAS Y ADMINISTRACIÓN PÚBLICA FECHA DE EXPOSICIÓN: 03 DE MAYO DEL 2012.

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MÉXICO

FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES ACATLÁN

LOS DEMONIOS EN EL CONVENTO

“SEXO Y RELIGIÓN EN LA NUEVA ESPAÑA”

AUTOR: FERNANDO BENÍTEZ

ASIGNATURA: LA MODERNIDAD Y ELPENSAMIENTO

POLÍTICO MEXICANO

PROFESOR:

ALUMNA: FLORES LÓPEZ STEPHANIE BELINDA

GRUPO: 2401

SEMESTRE: CUARTO

LICENCIATURA: CIENCIAS POLÍTICAS Y ADMINISTRACIÓN

PÚBLICA

FECHA DE EXPOSICIÓN: 03 DE MAYO DEL 2012.

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LOS DEMONIOS DEL CONVENTO

Fernando Benítez

ANTECEDENTES DE LA CONDICIÓN DE LA MUJER

Resulta interesante abordar la lectura de manera concreta y directa, pero si somos

objetivos, debemos enmarcarla en la época y condiciones en la que esta fue desarrollada.

Enmarcar el entorno de la sociedad y la condición particular de la mujer me resulta

primordial para la comprensión de la lectura, pues esta establece principios específicos que

debemos delimitar en un contexto histórico.

Para empezar, es lógico notar que la condición de la Mujer dentro de la colonización, era

sumamente distinta a como había sido, pues la mujer indígena en un contexto dentro de su

comunidad era tomada en cuenta de una manera importante, además de considerarse

como un conjunto primordial de las comunidades.

Tras la conquista, los nuevos modelos de dominación fueron establecidos rápidamente

dentro de la Nueva España, dando así la pauta para que la Mujer ocupara otro lugar dentro

de la sociedad, o más bien dentro de las comunidades que empezarían a establecerse.

El cambio, también influyó dentro de la economía, puesto que la Mujer jugaba un papel

primordial dentro de esta ya que mientras el hombre se mantenía regido para el trabajo y

la producción destinada a la exportación, la mujer se encargaba de mantener en pie la

economía del hogar, creando los bienes para el autoconsumo, además de pagar las cuotas

destinadas a los indígenas de la época. Tras esto y las condiciones de económicas el valor

de cambio, es decir, la moneda se modifico a esta, ya no se hacían trueques por mercancías,

sino se destinaba una cantidad por cada una lo cual generó que el trabajo de la mujer se

modificara, dando al trabajo domestico una importancia primordial para la dominación

ejercida por los hombres, los cuales destinaban su labor a la producción con el fin único de

la exportación.

Dentro de la nueva sociedad que se iba gestando, existían clasificaciones dentro de las

mismas mujeres.

Por una parte, encontrábamos a las Mujeres Blancas, las cuales eran consideradas solo

como reproductoras de hijos las cuales estaban recluidas en el hogar lo cual hacia más

sólido el nuevo sistema de dominación establecido.

Por otra parte, encontrábamos a las Mujeres Indígenas, las que además de ser las

encargadas de pagar un tributo, eran las encargadas de generar los valores ya mencionados

para el autoconsumo, es decir la fuerza real de trabajo dentro del mercado interno, que

quizá no era tomada en cuenta como tal.

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Además de solo ser consideradas como reproductoras, porque el placer sexual no era una

condición para ellas.

Por último, las mujeres negras, las más degradadas eran consideradas solo como

reproductoras de esclavos, y simples sirvientas dentro de las casas. Eran de igual forma

explotadas.

Para la época, la mujer debería de tener ciertas condiciones que cumplir para ser

considerada como tal, injustamente se le percibía como pecado, pero la imagen que debía

representar se enmarcaba con características como, ser delicada, necesitada de protección,

madre ejemplar, esposa sumisa y sobreprotectora de ansíanos.

Dentro de ciertas condiciones de la mujer, es importante destacar algunas peculiaridades

que ejemplifican la represión que se tenía hacia ellas.

La virginidad en primer lugar, era una implicación religiosa la cual era de suma

importancia, a diferencia de la época anterior donde las indígenas estaba permitidas no ser

vírgenes, más bien ser sincera, lo cual era el papel importante, la verdad.

En el ámbito del aborto, las mujeres indígenas anteriormente tenían a esta práctica una

consideración normal, en especial las mujeres jóvenes, lamentablemente con los nuevos

regímenes de dominación esto se considero como uno de los mayores pecados, con

catálogos de homicidas para las mujeres que los realizarán.

Dentro de la parte matrimonial, este era más que otra cosa un convenio, un acuerdo

enmarcado principalmente por una dote, donde las mujeres no tenían ni la oportunidad de

elegir a su pareja, este acto solo garantizaba la descendencia familiar. Sin duda el control

del patriarcado formaba parte de la dominación mas especifica hacia la Mujer.

La percepción de la Iglesia sin duda fomentaba las condiciones del trato hacia las mujeres,

pues esta la tomaba como el más claro ejemplo del pecado, dando la culpabilidad a nivel

religioso católico, de los conflictos que se han sucitado para el hombre, lo cual también

provocaba que la misma mujer se auto convenciera de su intento de culpabilidad. Para

darle un semblante a la mujer ideal por parte de la iglesia, se establecida la imagen de la

Virgen María, madre de Dios, la cual se mostraba como el modelo absoluto de la

feminidad, sin mancha, no poseída, venerable, mediadora de salvación, reverso de Eva y

mujer madre.

Dentro de estas mismas épocas cabe destacar que aun a pesar de la poca integración que

tenia la mujer, hubo quienes intentaron llevarla a un reconocimiento, tal es el caso de

Francisco de Miranda, quien se encargaba de difundir la importancia de la mujer siendo

ella la mitad del hombre, buscaba darle derechos en las comunidades, pero casi no era

conocido.

Otro caso donde la Mujer destacó aun en sus condiciones, fue la ya conocida Sor Juana

Inés de La cruz la cual, dedicando su vida a los conventos supo cómo e quilatar su

condición como mujer, ya que ella percibía que estando ahí el convento le ofrecía un

pequeño espacio de libertad e independencia para desarrollar sus capacidades creadoras

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de sus sexo. Incluso en sus trabajos de escritura, se destaca un poco de esta libertad ya que

los temas de estos se enfocaban hacia amor, pasiones, celos, orgullo, esperanza y felicidad.

Es de importancia destacar, que la educación que recibían las mujeres en esa época, solo

era enfocada hacia el ámbito de ser amas de casa, asistían a colegios de amigas donde se les

instruía en manualidades y catolicismo solo hasta los doce años, además si alguna mujer

lograba conseguir un trabajo, era en los mismos lugares como instructoras de futuras

generaciones.

Ya que hemos visto una reseña muy breve de las condiciones en las que las mujeres vivían

en la época, es lógico destacar que la otra opción que ellas tenían era de formar parte del

convento, como lo hizo Sor Juana, el cual era considerando en ese entonces como el

máximo ideal religioso, las cual les daba una opción de vida honorable, era un orgullo para

la familia, una oportunidad de realización para mantenerse lejos de una sociedad machista.

Ellas, eran las formadoras de futuras amas de casa y de futuras compañeras de hábito,

colocándolas como pieza básica en la conformación de la sociedad.

La vida en el convento constaba de tres partes, la fundación, la profesión de una monja, y

su muerte. Dentro de la fundación era importante la formación de más conventos dentro

de las ciudades los cuales las hacían más prestigiosas, en la profesión es importante

destacar así de manera general, que existían tres clases de monjas, las de velo negro las

más consideradas dentro del convento, las cuales pagaban una dote la que las hacia

portadoras de un certificado de pureza de sangre. Las monjas de velo blanco, ellas

dedicaban mas rezos y no formaban parte del coro de honor al que las de velo negro, si, y

por ultimo están las monjas normales las cuales se dedicaban al mantenimiento del

convento.

Para el ritual de su muerte, la celebración era importantísima dentro del claustro, donde

paseaban el cadáver y permitían que por única vez su familia pudiera verlas después de

haber ingresado al convento, las exhibían con flores ya que eso era el manifiesto de una

vida justa y honorable.

LAS DOS CARAS DEL CONVENTO

El libro comienza narrando como es el ritual que se hace para convertirse en monja,

aunque este es uno en particular, el de Sor Juana que, a diferencia de otros era más grande

y solemne, incluso asistieron los Virreyes y la alta nobleza y clero.

Primero se pregunta si se entra al convento por propia voluntad, sin forzamientos y que no

esté ligada por matrimonio ni deudas.

Es un ritual muy parecido a una boda porque se simula que la mujer se estácasada con

Cristo.

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Profesar es morir al mundo y al amor propio y a todas las coas creadas, para vivir sólo a su

Esposo. Para todo has de estar muerta y sepultada, sin padres, parientes, amigas,

dependencias, cumplimientos.

La esposa de Cristo abomina por igual amar y ser amada.

El gran problema consistía en que ser monjas era un hábito social extravagante porque casi

la totalidad carecía de un verdadero espíritu religioso.

La dote era un elemento muy importante para el matrimonio místico o profano.

Se tenía la convicción absoluta de que una muchacha hermosa y pobre estaba condenada

fatalmente a ser una ramera. La mitad de la dote se invertía en casas o en hipotecas al

cinco por ciento y la otra mitad pagaba el sostenimiento de la monja.

Los conventos de monja fueron urbanos: nunca se construyeron en campos o puertos

donde podían ser víctimas de asaltantes y piratas.

Se trataba en realidad de dos iglesias: una publica con su altar mayor y otra privada a la

que nadie tenía acceso.

De tarde las monjas causaban problemas con motivo de la elección de las prioras y

luchaban entre sí armadas de cacerolas y cuchillos de cocina. A veces originaban combates

a garrotazos y puñaladas que reclaman la intervención de las autoridades.

Los conventos eran como una pequeña ciudad donde existen las clases sociales e incluso,

las monjas tenían dos o tres esclavas que con frecuencia trataban de escapar. El color de la

piel fijaba el lugar que se ocupaba en la sociedad.

Aparte de los claustros, había unas llamadas celdas que eran una especie de casas de dos

pisos y las celdas de las monjas ricas estaban revestidas con telas y cuadros.

El monasterio proveía el pan, el carnero o el pescado y la monja se andaba hacer su

comida, sin obligación de acudir al refectorio.

El claustro en que estaban las mojan era casi total, ningún hombre, fuera del médico, podía

entrar al recinto consagrado a las vírgenes y sólo se permitía la entrada de la virreina

acompañada de tres damas y ninguna otra mujer, así fuera marquesa o condesa.

Las monjas sólo abandonan el monasterio en caso de incendio, de grandes terremotos, de

un cerco de herejes o de que malos humores de una monja contagiaran a otras; pero si la

peste se debía al mal temperamento del aire las monjas debían permanecer en el convento

aunque todas murieran.

También en el orden religioso y administrativo se presentaban jerarquías

Las criadas eran llamadas "madres de amor", estas mujeres venían de otro mundo en que

el sexo no producía miedo ni sentimientos de pecado sino placer. Estas metían a las

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monjas en el agua tibia perfumada con hierbas y enjabonaban sus cuerpos y les daban

masajes y acariciaban sus partes íntimas.

En el Manual de Confesores de Monjas se dice expresamente que no se permite la entrada

de los seglares a la clausura para evitarles a las monjas el deseo de pecar, como si la sola

vista de un hombre encendiera en ellas su anhelo imperioso de acostarse con él y las

llenara de pensamientos lascivos.

El cuerpo era algo bestial y debía ser necesario castigarlo y reprimirlo sin cesar.

Monjas, frailes y clérigos se apropiaron con el flagelo del orgasmo que él estaba prohibido.

Quienes tienen vedado el coito encuentra el orgasmo por el camino atroz de la carnicería,

sin experimentar remordimiento alguno, pues el deseo es sabio y poderoso y sabe escribir

derecho con líneas torcidas.

SOR JUANA INES DE LA CRUZ

Biografía

Nace en 1651

Abandonada por su madre, mandándola con su abuelo a los 5 años, cuando regresa a su

casa se da cuenta que otro hombre ocupaba el lugar de su padre, su verdadera madre fue la

iglesia y se autonombro hija de la iglesia , ella en varias ocasiones manifestó su ardiente

deseo de vivir y morir en el seno de la iglesia, sin embargo el convento era una cárcel de

reglas.

De su cuarto de siglo en el convento dos años tuvo la protección de la marquesa de

Mancera, seis la amistad de la condesa de paredes y no menos de cuatro el afecto y el

compromiso de la condesa Galve.

Aunque era muy hermosa el hecho de encontrar un hombre para casarse era muy difícil

porque ¿Qué hombre sufría su evidente superioridad intelectual en una época en que las

mujeres dependían enteramente de la voluntad tiránica del hombre?

Influencias

Padre Núñez de Miranda

Por eso su púnico camino era el convento, aunque creía tener una muy tenue vocación

religiosa y es ahí donde interviene el Padre Núñez de Miranda.

Él sin duda influyó en los virreyes para que le sugirieran tomar el camino de la religión.

Primero eligió el monasterio de las carmelitas descalzas, sin embargo a los tres meses,

Juana Inés, incapaz de sufrir la aspereza de la orden, cayó enferma. Los

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médicosdictaminaron que su complexión era incapaz de resistir el rigor y austeridades de

la regla y Sor Juana volvía al palacio de los Virreyes.

Pero el padre Núñez no se rindió porque estaba decidido a "salvar" al mayor número

posible de mujeres y por esto despuéseligió para Juana el blando monasterio de San

Jerónimo.

Carlos de Sigüenza y Góngora

La poesía de sor Juana, en su conjunto, no puede concebirse sin el antecedente y la

influenciadecisiva de Góngora.

Es el poeta lírico y el poeta satírico que enriquece los géneros populares tradicionales de

España y se le considera uno de los mayores sonetistas del mundo y un innovador.

Obvio como innovador estuvo rodeado de escándalos.

Sin embargo a la Nueva España solo llega el gongorismo, es decir la recurrencia mítica, la

vulgar utilización del latinismo, la retórica privada de su aliento, las hipérboles heladas y

muertas.Donde la poesía se volvió anti poesía.

Sor Juana retoma el romance y la letrilla con excelencia genuina, y escribe sonetos

amorosos que superan a los de su maestro.

Su vida y su obra

Sor Juana era ajena a este mundo. No le hablaba a Cristo, ni el diablo, ni siquiera un ángel

o una muy frecuente anima del purgatorio.

Muchas veces, a la hora de escribir, tenía que acatarse a las reglas que la Iglesia dictaba

para no ser acusada de impía.

Uno de los géneros que más le gustaban era el de los villancicos porque en ellos podía

utilizar el lenguaje de los bandidos o de los pícaros.

Sor Juana fue lo que hoy podríamos llamar un escritor profesional, en el sentido de que

escribíasistemáticamente y dominaba las maestrías literarias; pero nunca pensó que sus

obras tomaran la forma de un libro y contaran con un extenso público. Sus versos

circulaban manuscritos o copiados entre un grupo muy reducido de amigos y casi todos

respondían a una exigencia social.

Cedió a muchas malas costumbres de la poesía cortesana como llorar sin lágrimas la

muerte de un rey detestable o exaltar la llegada de un príncipe o de un virrey que con

certeza serán rapaces y tontos. Tambiénincurrió en el juego de rebajar a un dios para

compararlo a un gobernador. Todo esto para ganarse la vida.

En muchos de sus escritos deja ver cómo aunque en apariencia se sentía satisfecha, en el

fondo era desdichada.

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Sor Juana describía sus más íntimos tormentos, su oposición radical entre ser monja y ser

mujer, sin poder dejar de ser ambas cosas.

Poema la divina lysi

Fue amiga de la esposa del Marqués de la Laguna, la Virreina María Luisa y la Condesa de

Paredes, a quien Juana Inés llama "la Divina Lysi" en sus poemas. Las amistades con

ambas Virreinas fueron muy profundas. Aparentemente, al juzgar por sus poesías, llegó a

sentir el amor. Sin embargo, las posibilidades de matrimonio eran nulas, debido a su

superioridad intelectual y por ser hija natural. Su verdadero interés eran la cultura, la

ciencia y la música.

Compartió 8 años los más felices al lado de la marquesa y por esto le escribe un poema

donde acude al cantar de los catares y en el Sor Juna exalta con deleite el cuerpo de la

divina Lysi y su propio cuerpo

Transito a los jardines de Venus,

Órgano es marfil, en canora

Música, tu garganta que en dulces

Éxtasis aun el viento aprisiona

La respuesta

Para Sor Juana, una carta privada que ella nunca tenía la intención de publicar fue su

ruina. Comenzó cuando ella escribió una crítica de un sermón por Vieyra, un ídolo jesuita.

Cuando él publicó su crítica de Vieyra, también publicó una crítica de su crítica, llamada

"Sor Filotea." La famosa Respuesta a Sor Filoteade Sor Juana fue escrita el próximo año.

Simulando humildad, se defendía a sí misma con la habilidad que ya había demostrado.

También, la Respuesta defiende los derechos de las mujeres para aprender sin censura y

afirma que las mujeres deben tener la posibilidad de dedicarse a las carreras profesionales

y artísticas. Se opone a los hombres que dicen que las mujeres no deben usar sus mentes.

Pero cuando ella fue ordenada a parar su escritura y sus ocupaciones seculares, no tenía

autoridad para desobedecer.

La Carta de Sor Filotea expresa la admiración que el obispo de Puebla siente por Sor

Juana, pero al mismo le recrimina que no emplee su enorme talento en cuestiones

teológicas, sino que lo use en temas profanos. Aunque no se declara en contra de la

educación de la mujer, sí manifiesta su inconformidad con la falta de obediencia que

podrían demostrar algunas mujeres ya educadas. Por último, le recomienda a la monja

seguir el ejemplo de otros escritores místicos que se dedicaron a la literatura teológica,

como Santa Teresa de Ávila o San Gregorio Nacianceno.

Sor Juana concuerda con Sor Filotea en que debe mostrar obediencia y que nada justifica

la prohibición de hacer versos, al tiempo que afirma que no ha escrito mucho sobre la

Escritura pues no se considera digna de hacerlo. También reta, a Sor Filotea y a todos sus

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enemigos, a que le presenta una copla suya que peque de indecencia. No puede calificarse

la suya de poesía lasciva o erótica, por lo que muchos críticos consideran que el afecto que

mostraba por las virreinas era filial, no carnal.

El sueño

En El Sueño Sor Juana Inés de la Cruz trata un tema filosófico. Se plantea la tarea de

determinar si es el hombre capaz de entender la realidad y el conjunto de la creación

valiéndose de su inteligencia. Todo esto se expresará mediante una aventura personal, la

experiencia del sueño. Esto ocurre así, puesto que junto a esa búsqueda intelectual surge la

necesidad de transcender del mundo real, de mirar las cosas desde otro punto de vista, por

lo que Sor Juana pone en marcha el mecanismo literario del sueño tan frecuente en la

literatura clásica. El cuerpo permanece dormido y el alma se libera de esa cárcel al modo

platónico y se lanza a la búsqueda de conocimientos.

En el fragmento que nos ocupa (vv.730-780) se llega a la conclusión de que el intelecto es

incapaz de entender el universo puesto que ni siquiera puede descifrar el misterio que hay

detrás de lo más sencillo de la tierra. Es algo demasiado superior a él que ni siquiera

pudieron dominar poderosos seres mitológicos como Atlante o Alcides.

Las palabras clave en este fragmento serán pensamiento, entendimiento o conocimiento.

Todo se articulará en torno a estos conceptos pues se divagará sobre sus posibilidades. En

esta línea filosófica, el concepto de razón será de gran importancia en el texto de acuerdo

con las pretensiones de Sor Juana de realizar una exposición científica y lógica, por ello,

todo se someterá a su dominio.

Ese tema se desarrolla en el fragmento de acuerdo a una estructura. Podemos establecer

dos partes:

1. Esta primera parte comprendería los versos 730-756. En ella se expone la

imposibilidad del entendimiento humano para comprender las pequeñas realidades

de la vida, los misterios de los pequeños detalles naturales como son las flores.

2. Los versos 756-780 forman la segunda parte. Ahora la autora plantea el hecho de

que si el entendimiento humano no puede descifrar un solo objeto de la naturaleza

y teme enfrentarse a su conocimiento no debería pretender la comprensión de los

hechos del universo, pues es éste de una existencia inmensa.

Rebelión de Belén

En algunas mujeres del convento de velan que habían sido purificadas volvió a encenderse

la llama infernal.

Las mujeres no podían resistir ayunos, disciplinas, cárceles, oraciones, exámenes y oír

hablar del amor sin practicarlo nunca la situación de belén no podía sostenerse más

tiempo.

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Luego de los castigos encendiendo la furia. Algunas rameras no asistían a las pláticas. Se

negaban a confesarse y las más desvergonzadas llegaron a insultar al padre.

Barcia de endureció. Ceder a sus demandas de libertad equivalía a declararse vencido por

los demonios, a confesar que eran más poderosos que dios.

El desnudo femenino representaba algo de tal modo demoniaco y fascinador que no debía

nunca mostrarse y ese obscuro objeto del deseo era la encarnación misma del pecado. Las

partes bajas, las partes vergonzosas y pudendas existían, pero debían ocultarse y no ser

vistas, mucho menos tocadas o penetradas. El mismo vello hablaba del animal, de una

bestialidad impura que contradecía los impulsos superiores del alma. Esta concepción

figuraba un verdadero tabú, algo que si se transgredía condenaba a un infierno igualmente

desproporcionado por ser eterno.

Ni la nobleza ni el poder las privaba de ser mujeres y la única manera de evitar pasiones

consistía en permanecer apartadas de los hombres. Incluso las virtuosas no dejaban de ser

objetos de tentación diabólica. La belleza no debían gozarlas los hombres sino solo

Jesucristo, de modo que todas las hermosas debían ser mujeres de Cristo y no de hombres

quienes en el mejor de los casos, debían conformarse con las feas.

En la nueva España se piensa que no solo el dolor es bueno sino que es una expresión de

sanidad, de autocastigo, de arrepentimiento de culpas. El derramamiento de sangre y de

torturas físicas les producía un gran placer sustituto del goce sexual. Por otro lado no se

medita sobre la vida sino sobre la muerte. Es precisamente el Cristo agonizante en la cruz

para redimirnos del pecado, el modelo existencial supremo de la sociedad novohispana. Así

como Cristo vive pocos años y muere para resucitar, así la vida humana solo representa un

segundo ante la eternidad que le depara la muerte, con la espantosa alternativa de que esa

eternidad pueda significar el infierno con su variante temporal el purgatorio.