Los Derechos Humanos. Estados Unidos y Los Conflictos Internacionales

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DEBA TE POLITICO

Esta serie analiza los puntos neurálgicos de las prácticas o teorías internacionales, con el fin de abrir la discusión, la reflexión crítica y el espíritu democrático y creativo.

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© IEPALA, 1985 Villalar 3, 28001 l\.ildrid Tfno. 4350071

© Editorial Fundamentos, 1985 Caracas 15. 28010 l\lladrid Tfno. 419 96 19

ISBN: 84-85436-24-9

ISBN: 84-245-0437-2

Depósito Legal: M--!3.005·1985 lmpn'!So en España. Printed in Spain Impreso por Técnicas Gt·áficas. Las l\.iltas 5. 28039 Madrid

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R. 2-2.2-3 t;o

Estados Unidos y los Conflictos Internacionales

·Presentación

Durante el curso 84-85, como es habitual en IEP ALA, he­mos organizado unos Ciclos monográficos de «mesas redon­das» celebradas en los «JUEVES INTERNACIONALES», di­rigidos fUndamentalmente a aquellas personas que· no dispo­nen a diario de tiempo para seguir los cursos ordinarios del Instituto en los que, de forma sistemática y más profunda, se analizan y estudian los problemas internacionales que domi­nan la situación del Tercer Mundo.

El objetivo de estos Ciclos es exponer y discutir los temas más acuciantes que en el campo internacional van configuran- ' do el mundo actual, con el fin. de descubrir las claves de expli­cación y/o interpretación de los acontecimientos sociales, poli­ticos, económicos, militares o ideológicos que se suceden y la correlación de fuerzas que los originan. Es una tarea de divul­gación cultural y política. dirigida a formar conciencias y ra­cionalizar intuiciones.

Tienen, pues, un carácter coloquial, expuesto en lenguaje hablado, directo y sin pretensiones de rigurosidad académica. Hasta, en muchos momentos, utilizan el tono problematizador necesario para abrir el debate público.

Han sido unas jornadas de debate político y, por tanto, ca­ben ajustadamente en esta Colección de Cuadernos. que quie­ren ampliar el diálogo y, si posible fuera, universalizarlo, por­que «hablando se entiende la gente» o, al menos, se conoce mejor, aunque no pueda entenderse. En ciertos temas refleja-

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dos en el Cuaderno, es casi imposible el entendimiento mutuo. Los conflictos analizados están cargados de una prepotencia tan irracional que ni el análisis de los intereses objetivos -sean o no legítimos-- puede explicarlos suficientemente. Hay una sobredosis de subjetividad personal, colectiva, estruc­tural o estatal-aunque suene a contradictorio-- que hace que los conflictos vayan más allá de lo antagónico para caer en lo absurdo, mantenidos por la sola «razón» del poder: «porque puedo; porque si». En esas situaciones la «ideología» juega una.función determinante y necesita convertirse en absoluto. Síntomas similares se dieron en las etapas históricas de gran crisis dominadas por el fcmatismo y el delirio.

Los compÓrtamientos exacerbados de nacionalismo, de mi­litarismo, de hegemonismo ... ; la ausencia de mecanismos de control y de conciencia por parte de las inmensas mayorías; la gran manipulación ideológica y {a inversión total de la ética ... hacen que la política de Estado -de algún Estado-- se haya convertido en la superestructura no sólo «con cierto grado de autonomía», sino cuasi divina y absoluta, que impone sus leyes supremas sobre los dominios de las relaciones económicas, so­ciales, políticas, culturales y hasta personales, en grados jamás sospechados por los tratadistas de la alienación.

No es que la consciencia de la humanidad y de los hombres se haya quedado atrofiada. También ha crecido, y mucho, has­ta cotas de lucidez nunca logradas; pero sin eficacia de trans­formación está recluida en la subjetividad o en la privaticidad de lo pequeño y apenas significante. Dándose, con ello, una in­superable contradicción: muchos hombres-individuo «saben la realidad» hasta sus más profundas raíces y entresijos, existen enormidad de hombres-colectivo radicalmente descontentos ... Pero no es posible arlicular ese potencial de fuerza para cam­biar el gran aparato con j'i:lcilidad.

En este horizonte sin fines es el Sistema de los Estados he­gemónicos el que impone su ley implacable con total impuni­dad, pudiendo --por ejemplo-- proclamar ante la opinión mundial sin ningún viso de pudor que, un dia cualquiera: 23 de marzo de 1985, Reagan justifica a la policía sudafricana por

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asesinar a dieciocho negros; y al ejército israelí por sus matan­zas en el sur del Líbano... Y tales declaraciones no repugnan a los representantes de otros Estados ni, por tanto, conllevan al­gún tipo de acción que ose contestar al todopoderoso.

El tiempo forzado a pasar a un ritmo rapidísimo se encarga de borrar referencias significativas para encontrar la identidad de la condición humana y acumula galopantemente negación tras negación que sólo legitiman la muerte.

Sin embargo, es necesario seguir afirmándonos en la vida con humilde terquedad, confiando -aun con dificultad- en el ser humano.

En el balanceo desde la utopía a la desesperación, segui­mos analizando, dialogando y abriendo caminos de solidari­dad, por si ocurre algo -/,qué?- que sea posible y anuncie lo nuevo. Mientras tanto, es necesario que no nos engañemos con respecto a la naturaleza de los grandes conflictos y sus genera­dores: Estados Unidos y sus aliados no son inocentes.

IEPALA

Israel y los Derechos Humanos

Israel y los Derechos Humanos

Paquita Cobos

En primer lugar, y como preámbulo, quisiera corregir cor­dialmente a Carmelo, que me ha presentado como especialista; hablar de especialidad no es en absoluto correcto. Sencillamen­te, diría que para abordar este apartado, soy una persona sensi­bilizada por la sitúación de los Derechos Humanos en el mo­mento actual, y que a la hora de hablar de ellos, es imprescin­dible abordar el tema de Palestina.

En el Derecho Internacional existe, evidentemente, un re­conocimiento jurídico expreso del principio del derecho a la autodeterminación palestina; del derecho a disponer de su te­rritorio y al ejercicio de sus propios derechos. Un reconoci­miento expreso que, sin embargo, tiene unas consecuencias que no se adaptan a ese reconocimiento.

La verdad es que hablar de la autodeterminación de Palesti­na es algo tan manido, como hablar, en general, de la autode­terminación de todos los pueblos que no pueden disponer de sí mismos -porque a eso se limita el no poder autodeterminarse.

Digo que es manido, porque, efectivamente, es un principio consagrado internacionalmente y ya trazado como objetivo en la Carta de las Naciones Unidas y que, si bien inicialmente no se recoge el principio en la Declaración Universal de Derechos Humanos, sí se hace con posterioridad, e incluso antes de su consagración en los Pactos Internacionales de las Naciones Unidas, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos

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Paquita Cobos

y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.

La preocupación que latía en la propia ONU entonces y en la comunidad internacional, obligó a la Asamblea General a reconocer, por primera ve:z este derecho, como algo imprescin­dible, además, para el desarrollo de los Derechos Humanos, ya en 1950. Lo cual abocaría a penetrar un poco en ese mundo no catastrófico, pero sí un tanto pesimista -si tenemos en cuenta que han pasado treinta y cuatro años-- del que antes se habló, porque ha transcurrido demasiado tiempo desde su enuncia­ción y, sin embargo, seguimos en una posición, evidentemente, muy negativa en relación a su posibilidad de ejercicio.

No se confomtó con enunciar ese derecho la Asamblea Ge­neral de la ONU, en esa fecha, sino que durante todo este pe­riodo --desde 1952 y sucesivamente- ha insistido hasta con­sagrar ese principio como derecho, expresamente, en los Pactos Internacionales ya entrados en vigor en el año 1966, afirmando algo tan evidente como es que si un pueblo no puede autode­terminarse, es imposible que pueda ejercitar el resto de los de­rechos civiles y políticos inicialmente, y todo su corolario de derechos económicos, sociales y culturales.

Esa preocupación de la comunidad internacional ha ido rei­terándose, no ya sólo en 1974, en que se produjo en relación específicamente con ia situació.n de Palestina la Resolución de la ONU que recogía su derecho a la autodeterminación, sino incluso en 1960, 70, 71 y 75 cuando era tan grave la situación que se resolvió constituir un Comité Especial para estudiar es­tos asuntos. Incluso en la ONU se llegó a acordar la fecha del 29 de noviembre como Jornada Internacional de la Solidaridad con Palestina.

Digamos, pues, que desde el punto de vista formal, progra­mático; desde el punto de vista, en definitiva, teórico, existe esa preocupación a nivel internacional y en la comunidad interna­cional, son los Estados que la componen y adoptan las sucesi­vas Resoluciones.

Pero, evidentemente, en el camf)o de los Derechos Huma­nos, no hay que conformarse sólo con el reconocimiento que

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puedan hacer los textos internacionales, ni siquiera con las vo­luntades que los Estados puedan patentizar en los foros ihter­nacionales (foros concretos y reducidos de las Comisiones de Derechos Humanos, Conferencias, Sub-Comisiones de Dere­chos Humanos de la Asamblea General de la ONU, etc.), sino que hay que forzar a que eso se lleve a la práctica. Los Estados que no tienen ningún inconveniente en proclamar su acepta­ción de esos principios de cara a la opinión pública internacio­nal, deben llevarlos a la práctica de una forma comprometida.

Pese a todos los reconocimientos no se ha posibilitado que se lleven a cabo. lPor qué no ha sido posible? Bueno, si busca­mos primeros culpables, diríamos que, ante todo, éstos son los países que tienen mayor área de influencia. En segundo lugar, vendrían los países que por omisión, en muchas ocasiones, y por conveniencias políticas y económicas, fomentan esa falta de posibilidad.

Desde este punto de vista, mi preocupación se centra en afirmar, una vez más, que pese a la consagración y a la efectivi­dad que pudiera pensarse que existen en relación a unos Pactos Internacionales, éstos tienen una eficacia limitada, ya que no existe vinculación que ileve aparejada la obligatoriedad de su cumplimiento; no hay un sistema supranacional de control.

Ese el el motivo, evidentemente, por el que determinados Estados, como Israel, no han hecho nunca ningún tipo de caso a ninguna de las sucesivas Resoluciones de la Asamblea Gene­ral de la ONU. Ni a ninguno de los llamamientos efectuados por la Comisión de Derechos Humanos y por la Sub-Comisión de Derechos Humanos referentes al tema de Palestina. Y no han hecho ningún caso por una sencillísima razón. Por una cuestión primero, de «escudería» política -hay que decirlo así de claro-- y en segundo lugar, porque cuenta con el aval, com-prensible en este supuesto, de la superpotencia, de los EE.UU., que, de una forma sucesiva, veta las Resoluciones en el Conse­jo de Seguridad. Tampoco quisiera dar una visión catastrofista, pero como creo que esos supuestos se mantendrán, esta vía es bastante dificil que consiga que el derecho a la autodetermina­ción consagrado pueda llevarse a la realidad.

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Paquita Cobos

Un derecho a la autodeterminación que, en sí mismo, lleva implícito el reconocimiento y la posibilidad de ejercicio del resto. No creo que deba hacerse relación de los derechos que se violan, porque se violan todos desde el momento en que se im­posibilita el ejercicio de todos.

Y a no solamente se trata de una ocupación del territorio, de una anexión imperialista que imposibilita el ejercicio de cual­quier otro tipo de derecho, sino que atenta contra el derecho esencial a la vida, violado de modo absoluto. Atenta también contra el derecho a la expn~sión de la propia cultura -y en eso va implícito el propio reconocimiento del Pueblo Palestino, como tal. Y, en definitiva, digamos que enlaza con el punto de vista político, que, a su vez, enlaza con el punto de vista jurídi­co, tan importante y tan grave cuanto que va a atentar constan­temente a la paz. (Y yo doy más importancia a la paz que a las consideraciones que hacen los responsables de la política nor­teamericana, cuando añaden «seguridad»; porque las alegacio­nes en tomo a la «paz y seguridad» que los responsables de la Administración manifie:stan aparecen bajo una interpretación absolutamente restringida que no tiene nada que ver con lo que la «paz y seguridad» internacional representan; es decir, dere­cho a la vida, en primer lugar y, después, el ejercicio de los de­más derechos.)

Por otra parte, habrta que tener también en cuenta que no solamente no se respetan las Resoluciones de la ONU, sino tampoco las Conve:nciones de otro ámbito. Por ejemplo, es ab­solutamente llamativo en supuestos muy graves de aplicación del Derecho Humanitario, cómo de una forma reiteradísima, se viola todo tipo de p1receptos que se consagran en las Con­venciones de Derecho Humanitario, concretamente en las Convenciones de Ginebra.

En muchísimas ocasiones, las organizaciones mismas que trabajan en ese ámbito del Derecho Humanitario, no saben di­ferenciar exactamente cuál sería en ese momento, no ya sólo la reivindicación, sino la denuncia expresa de los cómplices. De­nunciar de forma expresa los cauces que utilizan para obviar su responsabilidad no ya en la falta de aplicación del derecho general a la autodeterminación, sino en cuestiones concretas

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del derecho humanitario, como puede ser el derecho a la vida ... ; torturas masivas, malos tratos masivos ... las muchísi­mas ocasiones en que la gente permanece en las cárceles de una forma irracional y, por supuesto, desconocida para la opi­nión pública internacional.

No digo que determinadas organizaciones internacionales que trabajan en este ámbito quieren obviar los temas de una forma absoluta, pero sí que no se posibilita que a través de de­terminados comités que viajan a los lugares, pueda darse publi­cidad a todo ello.

Toda esta ineficacia, presumo, tiene que ver no solamente con el sistema de control limitado de la aplicación de los prin­cipios internacionales, sino con la propia voluntad política de los Estados que, en- la práctica, hacen caso omiso de aquello a lo que se han comprometido; porque las Resoluciones y los compromisos internacionales son el producto de la vinculación concreta e inmediata que en un momento dado han aprobado. Pero que, como hemos visto, no tiene canalización, trayectoria en la práctica.

Y ésa es la eterna contradicción que afecta a las exposicio­nes que, desde el punto de vista jurídico, existen en el marco internacional; y la falta de respuesta que no solamente puede centrarse en Palestina, sino en múltiples conflictos, no ya cata­logados como «conflictos internacionales», sino en el propio ámbito interno de reconocimiento por parte de múltiples Esta-dos ...

... Incluida Españá, que puede perfectísimamente hacer un rechazo expreso de la situación de ocupación que viven deter­minados pueblos --concretamente Palestina- y que, sin em­bargo, a la hora de la praxis de su relación internacional, po­dríamos planteamos que tiene, digamos, alguna explicación que dar de si su compromiso llega hasta el extremo de las ma­nifestaciones que hace en el foro internacional, o no lo hace.

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Roberto Mesa

Israel Estado satélite de EE.UU.

Roberto Mesa

Me corresponde hablar de lo que es un poco el plantea­miento genérico del Ciclo: la política internacional de los EE.UU.: EE.UU., sus aliados y los conflictos internacionales.

Con la vieja amistad y confianza que me une a los organiza­dores, empezaré criticando el enunciado del Ciclo. Me parece que es falso hablar de los EE.UU., sus aliados y los conflictos internacionales: EE.UU. no tienen aliados; Israel no es un alia­do de los EE.UU. EE.UU. es una superpotencia, y la idea de aliado, de igual a igual, no existe. Se podría hablar de EE.UU. y sus Estados-vasallos, Estados-satélite o Estados-interme­diarios. Sería una utopía., verdaderamente gozosa, pensar que puede haber en el mundo capitalista países que se encuentran en un pie de igualdad con EE.UU.

Es ésta una reconvención amistosa, aunque también carga­da de política ... Como siempre, aparece la palabra política en todo análisis de la realidad internacional.

Bueno, para ir caldeando el ambiente, diré también que en la presentación se ha dicho una cosa muy cierta, y es que Pa­lestina no sólo nos afecta porque es un tema que llama a la conciencia de la Humanidad por la violación constante a los Derechos Humanos que allí se comete, la violación a las nor­mas del Derecho Internacional..., sino porque España está in­mersa en un mundo muy próximo a Palestina. España es un país mediterráneo -aunque se nos trate de convencer de que

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somos un país eminentemente atlántico; que somos atlantistas de toda la vida- y nada de lo que pase en el mundo árábe le puede ser ajeno a España; máxime cuando suceden una serie de fenómenos importantes en el mundo árabe: unos en el Ma­greb, otros en el Mediterráneo Oriental, que, de alguna mane­ra, conmueven, más de lo que algunos pensaban, a la opinión pública española.

De todas formas, hay algo -ya se ha hablado de los mu­chos años que llevamos en esta batalla- que realmente a mí no me desilusiona, aunque me preocupe. Y es cómo la opinión pública española va perdiendo conciencia de ciertos temas; el «revolucionario», el <<izquierdista» europeo quiere revolucio­nes triunfantes y rápidas: no sabe adecuarse al ritmo lento de la historia; y, claro, el ejercicio de la solidaridad con los pueblos se hace muy penoso porque lleva mucho tiempo. Hay que que­darse a la puerta de la historia y ver cómo pasan los años y, a veces, las generaciones -y de esto los palestinos saben mucho. Hablaba antes con los compañeros de la OLP de cuántas gene­raciones de palestinos han vivido, han nacido y muerto en el exilio ... Hay que tener una larga paciencia porque el combate histórico es largo también.

Hablar de política exterior norteamericana con respecto al tema palestino es ahora --en octubre de 1984, cuando estamos esperando saber quién será nuestro Presidente para los próxi­mos cuatro años, a partir de noviembre- algo dificil. Las mis­mas elecciones israelíes han sido un fenómeno muy importan­te, cuyos resultados también será muy importante tenerlos pre­sentes en unas circunstancias como las actuales, donde se ha llegado a un Gobierno de Unión Nacional (de Sagrada Unión Nacional), que ha emparejado a compañeros de cama quepa­recía que nunca se encontrarían en el mismo lecho: desde Si­mon Peres al general Sharon. Todo lo cual también inhabilita una de las aspiraciones más frecuentes que se planteaban en ciertos medios --españoles y no españoles-: «Ya veremos qué ocurre cuando haya un gobierno laborista en Israel».

Bien. No hay un gobierno laborista en Israel a parte entera; pero tampoco en el programa del gobierno laborista (evidente­mente, los programas electorales siempre son un tanto artifi-

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Roberto Mesa

ciales: tratan de recoger simpatías y papeletas de voto) hay unas diferencias abismales en cuanto a la defensa y fortaleci­miento del actual Estado de Israel que le diferencien de las res­tantes formaciones políticas.

Así que estamos en un tiempo muerto; en un tiempo de e~­. pera para saber qué va a ocurrir en diciembre del 84 y enero del 85 en que habrá --como se dice ahora- una importante «movida» diplomática e internacional.

Hay que tener presente también, en esta aproximación a la política internacional de EE.UU., que Palestina es un frente entre otros. Ahora mismo, quizás el frente más importante de la política exterior imperialista es Centroamérica, como todos sabéis: Nicaragua,. Centroamérica y toda América del Sur re­presentan un frente muy importante (aunque más agudizado en Centroamérica). Aquí merece la pena recordar lo evidente: ya habéis visto c;ómo en veinticuatro horas una de las cosas más importantes que se: habían hecho para Centroamérica: Contadora, y un proyecto de Tratado, ya escrito, muy comple­to --que realmente e:ra un proyecto absolutamente logrado--; pues bien, en veinticuatro horas ha naufragado porque ha sido torpedeado por EE.UU. Es decir: iEE.UU. no está por la paz en Centroamérica!

Otro frente también importante está en Africa Austral. También en Europa Central, desde la instalación de los «Pers­hing» y los «Ciuisse». Otro frente es España: España ya es mayor de edad e:n política exterior, y la permanencia de Espa­ña en la Alianza Atlántica no podemos decir que sea algo de­masiado considerable para EE.UU.: pero para nosotros, como españoles, sí lo es, y ele vital importancia ...

~ Y, evidentemente, también está Oriente Medio. Y dentro de Oriente Medio hay un obstáculo para la paz: este obstáculo se llama Palestina. Es imposible pensar que en Oriente Medio haya una situación de paz -para emplear los términos que se utilizan en la jerga de Naciones Unidas o en la jerga diplomáti­ca- «justa y duradera», mientras no haya una solución, tam­bién justa y duradera para la Causa Palestina. Pero, evidente­mente, EE.UU. no ·~stá por abonar esa posibilidad. El Plan

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Reagan para Oriente Medio era una versión aún peor de lo que fue el Plan Roger en 1970. Y, de vez en cuando, incluso se re­sucita el espantapájaros de la Federación Jordano-Palestina, que es una forma bastarda de eludir el problema y no cumplir lo que es no ya una demanda de todo palestino, sino una de las exigencias de la Comunidad Internacional organizada a través de sus foros más importantes, como las Naciones Unidas que hace ya diez años --desde noviembre del 7 4- reconocieron oficialmente el derecho a la autodeterminación del Pueblo Pa­lestino: el derecho a tener un Estado libre y soberano, y su re-presentación legítima, encarnada en la OLP.

¿Qué dificultades hay para ello? Evidentemente, están en la mente de todos. De qué forma apoyó EE.UU. la acción en el sur del Líbano ... Todo esto se prolonga hasta nuestros días. Hoy hay una noticia en la prensa: EE.UU. ha rechazado la me­diación que le había solicitado el gobierno libanés para que se acelerase la retirada de las fuerzas israelíes de ese país.

Ya hubo unos intentos de distensión que fueron fructíferos al final del mandato de Annuar El Sadat --que fue la firma de los Acuerdos de Camp David- pero, evidentemente, para im­poner una paz americana; porque incluso el propio Plan de Fez, que tampoco enloquecía de entusiasmo y regocijo a los palestinos, no fue bien acogido por EE.UU.

USA tiene señalada una acción muy concreta en el Cercano Oriente: fortalecer constantemente a Israel. No hay que olvidar que este país existe económicamente (no me refiero ya a una nación judía, sino a un Estado con unas estructuras concretas) gracias al apoyo financiero norteamericano. Esto no creo que pueda ser objeto de discusión, a no ser que queramos discutir -y no creo que sea el caso a estas alturas- sobre el sexo de los ángeles ... Eso por una parte. Por la otra: fomentar las divisio-nes en el Mundo Arabe.

Y, para ello, el Mundo Arabe presenta una gran fragilidad: gobiernos de todo tipo; gobiernos reaccionarios; gobiernos re­trógrados; gobiernos vendidos; conflictos interminables, como el irano-iraquí, que hacen aún más inestable la zona y distraen la atención ... ; extrañas alianzas entre Israel y algún que otro

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, Roberto Mesa

gobierno islámico, que pueden completar ciertos ejes más o menos conocidos, como puede ser Tel-Aviv/Pretoria, con otro punto de referencia islámieo ...

Pero, entiéndaseme bien: cuando hablo de gobiernos árabes reaccionarios lo hago con todas las salvedades; con las contra­dicciones que tienen que mantener esos gobiernos y también respetando algo que en Europa olvidamos (como tenemos esa facilidad cartesiana para la síntesis, automáticamente confun­dimos gobiernos y pueblos): que los pueblos árabes, en general, y sin ·ninguna excepción, siguen siendo solidarios de la Causa Palestina y precisamente por eso la Causa Palestina cuenta con la enemistad de una serie de gobiernos árabes. ¿Por qué? Por­que la Causa Palestina ,es un revulsivo para los pueblos árabes, y porque tomando conciencia de la Causa Palestina se pueden producir procesos revolucionarios -hipotéticamente- en go­biernos árabes que llevarían a una desestabilidad de la zona ...

Desestabilización que no entra dentro de los planes de EE.UU. ¿por qué? Porque desde hace unos años -prácticamente desde la guerra del 73, desde la guerra de Octubre y en los años siguientes- el Mar Mediterráneo se ha convertido en un mar norteamericano, de hegemonía nortea­mericana, por la debilidad mostrada en la zona por la otra gran potencia, que, de alguna forma, podría contrabalancear el ejer­cicio de fuerza estadounidense, y que es la Unión Soviética. Desde la salida de los consejeros soviéticos de Egipto, algunas dificultades en las relaciones con Libia y el fortalecimiento del frente capitaneado por Arabia Saudí y otros gobiernos de la zona, el único país con el que mantiene unas relaciones esti­mables es Siria: y Siria --para entendemos, y los amigos árabes me entenderán también- hace la guerra por su cuenta en la Cuestión Palestina ... y una guerra no muy aconsejable.

Y esto me lleva al punto último, que sería ver (aunque no quiero anticiparme a lo que vaya a decir el compañero palesti­no) que esta situación dificil, esta situación en la que se registra una agresividad del imperialismo que no se recuerda desde los años de la «guerra fría>•, obliga a las organizaciones de Resis­tencia Palestina a plantearse la lucha de una forma distinta a como lo hacían hasta ahora. iLíbreme Dios y otros consejeros

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celestiales de dar recomendaciones! Pero, quizás, la lucha pa­lestina está pasando por uno de los momentos más importantes y difíciles de su historia, como es el de afrontar una nueva si­tuación. Porque el Pueblo Palestino ya ha obtenido en el plano de la legalidad jurídica internacional todo lo que tenía ·que conseguir. Ahora sólo le queda una cosa y es que se materiali­cen esos derechos que la comunidad internacional les ha reco­nocido.

Esto obliga a dar forma a una nueva estrategia, en la que, además, preócindir los palestinos de los países árabes es algo de todo punto imposible. Tienen que contar con ellos y con sus contradicciones. La lucha palestina no se conseguirá llevar a una fase victoriosa, a una fase triunfante, si no encuentra detrás y a su lado a un pueblo y a unos gobiernos árabes unidos. Todo ello podría ser algo a discutir, pero es hacia lo que hay que tender.

Creo que las circunstancias en los meses venideros van a ser difíciles para una recomposición de fuerzas en el Mediterráneo Oriental. Se están dando movimientos diplomáticos contradic­torios; alianzas que hace unos meses parecían «contra natura>>, hoy tienen la justificación de la llamada «alta política•>.

La única solución para la Cuestión Palestina, y no parece que el momento sea el más propicio, pasaría por la convocato­ria de una Conferencia Internacional, en la que participasen, en pie de igualdad, Israel y la OLP, que incluyese también la asistencia, lógicamente, de los EE.UU. --es parte interesada-, de la Unión Soviética y de los países de las dos riberas del Me­diterráneo; y que arrancase, desde el principio, con el recono­cimiento del derecho del pueblo palestino a la autodetermina­ción.

Voy a finalizar con esto. Ustedes me disculparán si es una visión un tanto catastrófica; pero, la verdad, ahora mismo «pintan bastos» --como dicen los castizos- y exponer una si­tuación optimista sería mentirles o tratar de engañarles a uste-des.

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Representante de la Oficina de la OLP en Madrid

EE. UlJ. y la defensa de Israel

Representante de :la Oficina de la OLP en Madrid

En esta conferencia, hablar del tema palestino sería muy extenso. Por lo tanto, vamos a centramos en la cuestión verda­deramente central del Ciclo, que es la política norteamericana y los conflictos internacionales; en este caso, el conflicto de Oriente Medio y su eje central: la Cuestión Palestina.

Pues bien, para empezar y de manera telegráfica, hablaré de la influencia de la política· norteamericana en la creación del Estado de Israel y después de su creación; y el porqué y el cómo se produce esto. Todo ello es muy amplio, pero puede resumirse, para empezar, con una declaración de Jimmy Car­ter, que hizo cuando era Presidente de los EE.UU. Carter dijo que la defensa de Israel ·c<es una carga tan necesaria para Esta­dos Unidos como la defensa de nuestro propio territorio». Esta es una frase que refleja la importancia que tiene el Estado de Israel para la política exterior norteamericana no sólo en Oriente Medio, sino en otras partes del mundo, como Latinoa-. mérica, y Africa, sobre todo.

Las relaciones entre EE.UU. e Israel comienzan antes de la creación del Estado, en 1948. A finales del siglo pasado -sabiendo ya que había un proyecto preparado por los ingle­ses para la creación del Estado-- los EE.UU. empieza a man­dar norteamericanos judíos a Palestina, que está bajo mandato otomano, para formar unas colonias que llaman «Experimen­tales». Dichas colonias se establecieron sobre todo en la zona norte de Palestina, en la Galilea y en el valle del lago Tiberia-

EE.UU. y la defensa de Israel

des. Pues bien, a partir de la perfilación de la política inglesa de ayuda masiva al movimiento sionista, tras su fundación en 1897, EE.UU. entra en consultas directas con Gran Bretaña, conoce la Declaración Balfour antes de que se produzca y dan su conformidad a dicha Declaración del 2 de noviembre de 1917. En esta Declaración, Gran Bretaña, a través de Lord Bal­four deja clara su posición favorable a la creación de un hogar nacional para los judíos en Palestina.

También EE.UU. presiona a Inglaterra para aumentar la emigración judía a Palestina, en unas etapas en que Inglaterra necesitaba del apoyo árabe en la Segunda Guerra Mundial. Y cuando aumentaron las protestas árabes por este aumento de la emigración judía, Gran Bretaña, para proteger sus intereses es­tratégicos en la zona de Oriente Medio, cedió. No obstante, presionada directamente por EE.UU., vuelve a acelerar el rit­mo de la emigración judía hacia Palestina.

No podemos ignorar que en 194 7, la Resolución de parti­ción de Palestina, quizás no hubiera tenido lugar sin la presión directa de EE.UU. Esta Resolución dividía Palestina en dos Es­tados: Estado para los judíos, y Estado árabe. Pero cuando se ve claramente la acción de apoyo y ayuda directa de EE.UU. al Estado de Israel es a finales de los años 50, cuando, tras la Se­gunda Guerra Mundial Norteamérica se ha convertido en la gran potencia, cabeza visible de un bloque militar, y aumenta su ayuda directa al Estado de Israel, que ya había sido creado en 1948.

Quiero dar algunos ejemplos de esta política de apoyo:

Anualmente, se designa por parte de EE.UU. la cantidad de 5.000 millones de dólares para el Estado de Israel. Según los cálculos realizados, si Israel dejase de percibir 100 millones de dólares todos los años, equivaldría a 11.000 parados, con la in­cidencia que ello tendría en la ya bastante quebrantada estruc­tura económica israelí. Esto refleja la importancia de la ayuda directa en dinero que recibe de EE.UU.

También, las armas que tiene el Estado de Israel son «made in USA>»>. Es cierto que en los últimos años tiene claro auge la industria armamentística del propio Estado de Israel, pero todo

Representante de la Oficina de la OLP en Madrid

lo fabrica con patentes de los EE.UU.; es decir, Israel es una es­pecie de agencia de las armas norteamericanas.

No puede negarse, en este aspecto que, por ejemplo, en la guerra del 73, cuando Israd se enfrentó en el Sinaí, sobre todo al ejército egipcio, tuvo un descalabro militar en los primeros días. Los expertos militares calcularon que Israel tenía capaci­dad militar para aguantar una guerra abierta durante sólo die­cisiete días. EE.UU. hizo un puente aéreo ~1 más grande co­nocido hasta ahora- para apoyar militarmente al ejército is­raelí que< pudo recuperar posiciones y avanzar incluso, en el frente del Sinaí y en el frente del Golán.

Cuando se habla de la ayuda recibida por el Estado de Is­rael, hay que compararla con la presunta ayuda o intercambio en armamento con los países árabes. Tomemos el caso de los aviones «Awacs» ... todo el mundo sabe el revuelo que se levan­tó en Israel y su condena de la venta de estos aviones a Arabia Saudí. Pues bien, a cambio de la venta de estos aviones (que todo el mundo sabe que a nivel militar no significan más que una cuestión defensiva, qu(~ su radio de acción son 300 millas), EE.UU. proporciona a Israel un satélite de vigilancia, un saté­lite espía, que es capaz de controlar todos los movimientos mi­litares en la zona de Oriente. A cambio de unos anticuados aviones «Phantom», que vc!ndió a Arabia Saudí (a los que fal­taban los bidones de gasolina necesarios para entrar en comba­te ... ; o sea, eran piezas de museo y no tenían efectividad mili­tar), Israel recibió 66 avionc!s «F-18» de los Estados Unidos.

Ejemplos como éstos podríamos citar muchos ... Por ejem­plo, Camp David. Lo que se llamó <<Acuerdos de Paz de Camp David>>. No quiero entrar en su detalle, en qué tipo de paz sig­nificaron, pero podemos de:cir que EE.UU. ofreció a cambio a Israel ayuda militar por valor de 3.000 millones de dólares. Pa­recen acuerdos «de guerra»,. en vez de acuerdos «de paz», vien­do la cifra de armamento que ha recibido Israel a cambio.

Es bien conocido ya que la última guerra del Líbano ha sido planeada conjuntamente por el Pentágono y la Adminis­tración sionista de Israel: Alexander Haig y Ariel Sharon. En Líbano, se utilizaron las armas más sofisticadas, nunca emplea-

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das hasta ese momento en ninguna otra guerra. Por ejemplo, la bomba de vacío, con la cual atacaron solamente un edificio en Beirut de muchas plantas. Este edificio, bombardeado con una sola bomba, ha sido convertido en escombros con sus cuatro pisos subterráneos, matando a más de trescientas personas. Es la primera vez en la historia que se emplea este tipo de arma­mento. Y las demás armas convencionales, la mayoría de ellas conocidas, y de gran sofisticación y poder destructivo, también fueron usadas. Pues bien, para colmo (apareció en el periódico El Pais, aquí en España) una declaración norteamericana dijo que el Pentágono estaba muy satisfecho del resultado desusar­mas utilizadas 'en la guerra del Líbano. Es decir, también sirve de laboratorio de armas nuevas en la zona.

Pues bien, vamos a ver por qué EE.UU. adopta esta política respecto a Israel. Palestina, Oriente Medio, es una zona estraté­gicamente muy importante a nivel económico (petróleo, etc.), a nivel geopolítico y ·a nivel estratégico-militar, no solamente para Oriente Medio, sino para una zona bastante amplia que limita, quizás, trazando un círculo, cuyo centro está en Jerusa­lén, de 3.000 km., llegamos a la frontera de la URSS, todo el Golfo y la zona africana. Esto es de una importancia vital para EE.UU. Para EE.UU. mantener un ejército de 450.000 solda­dos norteamericanos en la zona equivaldría a muchísimos mi­llones de dólares. Y digo 450.000 soldados porque es el núme­ro del ejército israelí, con la reserva, capaz de movilizarse en 24 horas en caso de necesidad. Este ejército, este poderío mili­tar de Israel está a disposición del patrón: el patrón es, en este caso, EE.UU., que ofrece toda la ayuda y todo el apoyo por­que, a través de Israel, obtiene ventajas.

Ventajas muy importantes, como la militar: tener un Esta­do tan poderoso militarmente, comparado con los Estados de la zona, capaz de actuar como gendarme para proteger sus in­tereses particulares en el área. Israel, con su presencia en Pales­tina, ocupando la tierra de Palestina, es un escollo muy dificil de salvar (hasta ahora no ha podido ser salvado) para la unidad de la Nación Arabe. Israel mantiene una política agresiva de romper la economía y la moral del mundo árabe, de los Esta­dos árabes de la zona. No podemos olvidar qué hizo la guerra

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Nosotros, la 0LP, cuando hemos planteado nuestra lucha, cuando hemos iniciado nuestra lucha para conseguir una iusti­da Para nuestro pueblo, sabíamos desde el Principio que no es­tábamos luchando contrajudios; esto sería una fonna de falsear la realidad. Es un mito que haya una lucha entre judíos y Pa­lestinos o árabes: la lucha del pueblo Palestino, con su van­guardia, la OLP, es contra una base mi/itar, una presencia ex­tranjera en territorio nacional palesHno. Pero la amenaza que representa la existencia de esta base militar no es solamente para el pueblo Palestino (Porque, de momento, nosotros nos hemos visto convertidos en refugiados, en una fuerza militJu muy inferior a la del Estado de Israel, si vamos a comparar), ya que Israel no deja de cumplir sus tareas de expansión y de im. pedir cualquier logro a nivel árabe.

No Podemos olvidar, por ejemplo, un hecho significativo (que aquí se dio corno noticia y luego no se volvió a hablar de él): el bombardeo de la central nuclear iraquí de Tamuz. Por qué Israel, de repenJe, saca sus aviones y bombardea una cen.

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Nosotros sabemos, nos damos cuenta, de que la realidad es que estamos enfrentándonos a EE.UU. en la zona. Unos ·EE.UU. que están directamente en el· área a través de sus Flo­tas, la VI y la VII; las fuerzas de intervención rápida están ahí; la última invasión del Líbano por el ejército norteamericano todavía está presente con la presencia del Estado de Israel -su

X:\base militar- y con la de otros aliados que tiene en la zona. ~hPero, al mismo tiempo, esto no debe hacemos pensar que ante

un enemigo tan potente, nosotros no podamos hacer nada.

" Como dijo bien el profesor Roberto Mesa, el pueblo palesti­no no puede luchar solo; tiene que luchar con las masas árabes,

;:(;9n el pueblo árabe que está tan amenazado como nosotros. Y ,jse está viendo, día a día, que no solamente el territorio palesti­<:no,es el afectado, sino que son también otros territorios y la si­

>,,tuación del mundo árabe está como está por el plan que se He­a ,cabo en la zona. Y también porque no estamos solos los

i::yá.rabes, porque el mundo se está dando cuenta de que la lucha

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no se puede dividir. Lo que está ocurriendo ahora en Latinoa­mérica o en Centroamériica no es ajeno a Io que está ocurrien­do en Oriente Medio o en Africa o en cualquier parte del mun­do. Por lo tanto, somos muchos los que estamos luchando con­tra el mismo enemigo; cada uno en su trinchera, pero ayudán­donos mutuamente. Cuando Vietnam obtuvo su victoria, la victoria la sentimos todos en nuestra propia carne, porque vi­mos con gran orgullo cómo es posible la derrota del imperialis­mo norteamericano directamente. Esto es importante tomarlo como ejemplo, ya que no es tan dificil derrotar al imperialis­mo; no es tan dificil m:ien1tras sepamos quién es el que está ver­daderamente golpeándonos, y con quién, con qué amigos po­demos contar en esta lucha tan larga y penosa y que cuesta ge­neraciones, como es el caso del Pueblo Palestino, que lleva más de cincuenta años de lucha continua y ha perdido cientos de miles de mártires: un pueblo de casi cinco millones de los cuales en su propia tie:rra no vive apenas ni un millón y me­dio; el resto se han convertido en refugiados en más de sesenta países del mundo.

La situación del pue:blo palestino no está aislada, pues, de la situación internacional. Es un conflicto muy importante. No nos tienen que convenc,er de quién es el enemigo principal de nuestro pueblo, porque los aviones que están bombardeando diariamente nuestros campamentos de refugiados, las bombas de napalm, de fracción, las bombas de vacío, llevan todavía su «made in USA». Por lo tanto, sabemos quién es, verdadera­mente quién es el culpable de la desgracia de nuestro pueblo y por qué lo pretende: porque controlándonos a nosotros, a Oriente Medio, EE.UU. gracias a su control (por cierto, EE.UU. controla aquí y en muchos sitios ... esto es evidente) del petróleo, por ejemplo, tiene en sus manos, sin exagerar, la eco­nomía de Occidente, y esto es un hecho.

Para acabar, y volviendo a la cuestión de que no estamos aislados, que nadie está en una isla ni puede decir «ésta es mi casa y lo que ocurra a 2 km. no es asunto mío» ... En la guerra del año 67, en la guerra del 73 y en la última invasión al Líba­no, hay indicios de que se utilizaron las bases norteamericanas en España. Yo no quiero meterme en la política interna espa-

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ñola, pero sí decir que mi pueblo sufre a consecuencia qe la presencia militar norteamericana en España. Es evidente y no puede negarse. Y, repito, esto no es injerencia en la política in­terna de ningún país, sino aclarar y dar datos sobre .la situación · por la que atraviesa nuestro pueblo.

Tenemos derecho a defender nuestro pueblo: la Carta de las Naciones Unidas dice que cualquier pueblo·que se sienta ame­nazado o perseguido tiene derecho a utilizar todos los medios a su alcance para conseguir la justicia. Pues bien, nosotros lucha­mos por eso, nuestra lucha quiere eso: conseguir la justicia que es parte de la justicia que debe haber en este mundo.

Algunos extractos de las respuestas de los miembros de la mesa en el coloquio

- Quisiera hacer una "puntualización a lo que antes se dijo de que el fracaso de la invasión israelí fue gracias a la decisiva in­tervención siria. No queremos quitar méritos a na:die, pero en la última invasión israelí al Líbano, Siria firmó el «alto el fue­go» al quinto día, y esto puso fin al combate entre el ejército is­raelí y el ejército sirio; mientras, la resistencia palestina, junto a los patriotas libaneses, luchaban 89 días en el cerco de Bei­rut, en el sur del Líbano. Es cierto que Siria es un país que debe estar en la primera trinchera de lucha contra el Estado de Israel y no solamente porque «quieran» a los palestinos, sino porque su propia tierra está amenazada; está ocupada en las al­turas del Golán. Por lo tanto, Siria debe luchar contra Israel para defenderse, si no quiere hacerlo por otros motivos.

- Con respecto a Arafat, si es realista o posibilista ... o sobre las diferencias internas: bueno, yo lo que digo es que hasta aho­ra no se ha inventado un pueblo que esté hecho a la medida de una máquina japonesa de precisión, o alemana, en que todos salen rubios, de ojos azules, etc ... El pueblo palestino, como

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cualquier otro pueblo, tiene de todo, pero agravado por la si­tuación propia de estar fuera de su tierra, mezclado en otros ámbitos, viviendo en unas sociedades cada una con sus propias peculiaridades.

- Pues bien, en el seno de la OLP siempre han existido co­rrientes de opinión y distintas organizaciones porque -por lo menos lo pretendemos-- somos demócratas; es decir, cada uno puede opinar como mejor le parezca, como crea más justo. Y hemos conseguido algo importante: que todos estemos de acuerdo en el objetivo final de nuestra lucha; y muchas cues­tiones más. Pero tamblén tenemos diferencias en la interpreta­ción de una cuestión u otra; a veces, son diferencias bastante importantes, pero esto no es ninguna vergüenza ni nada negati­vo, porque, insisto, somos un pueblo más de los que hay en este mundo que tiene sus fuerzas vivas y sus estructuras políti­cas.

- El pueblo palestino hemos conseguido, durante muchísi­mos años, mantener una cuestión fundamental: entre una selva de armas (porque la mayoría de nuestro pueblo, sobre todo en Líbano, por ejemplo, estaba armado) no ha habido enfrenta­mientos armados y hemos podido solucionar nuestras diferen­cias dentro de un marco democrático en el seno de la OLP o, más aún, en el seno del Consejo Nacional Palestino. Ahí cada uno expresaba su opinión y había mayoría o minoría, como en todas partes.

- Por desgracia, en los últimos meses ha habido una situación donde se dijo que los palestinos estaban pegándose tiros entre sí. Quiero aclarar -aunque no haya mucho tiempo para ello, pero es importante conocer esto-- que es verdad que hay una

.. máscara palestina: pero detrás de ella hay caras, nombres co­nocidos, gobiernos, planes, etc., que están empujando esta mano, que quizás sí es palestina, a disparar contra otro palesti­no. Es decir, la presunta división interna en el seno de la OLP no es del todo interna, sino que se ha producido por factores externos, bien claros y definidos.

- Nosotros en el Líbano no pudimos decir «de aquí no pasa­rán>> y 1cerrar el camino a la invasión israelí y derrotarla, por-

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que no había forma de hacerlo; no teníamos medios. Alguien ha mencionado antes a Leningrado: Leningrado pudo mante­ner su resistencia heroica porque estaba esperando ai Ejército Rojo que se acercaba día a día. Pero los combatientes palesti­nos y libaneses en Beirut lucharon durante tres meses sabiendo que no había ningún ejército de ningún color que se acercara a ayudarles, sino todo lo contrario: la agresión y el genocidio im­perialista israelita y norteamericano iba en aumento ... Y así re­sistimos tres meses. Salimos de Beirut -la dirección y los com­batientes de la OLP salieron de Beirut- pero no han podido quebrar a la OLP; todo lo contrario: en el mundo se empezó a ver otra nueva dimensión de la lucha del pueblo palestino; se vio la salvaje actuación del ejército israelí. Hemos sido derrota­dos militarmente, pero hemos salido fortalecidos moral y polí-ticam~nte a nivel internacional.

- Pues bien, vino después la segunda etapa· que consistía en quebrar a la OLP por dentro, porque mientras nosotros (a pe­sar de que no somos muy numerosos y no estamos demasiado bien armados) mantuviéramos nuestra fuerte unidad, ésta nos protegía y nos hacía difíciles de vencer. Eramos como el mer­curio: no se nos podía agarrar por ninguna parte. Pero la nueva intentona ha resultado muy grave y pudo hacer mucho daño. Afortunadamente, conseguimos resistirla. Fue un intento de di­visión interna; un complot para crear unos fantasmas, unas ca­ras y unos nombres apenas conocidos un día antes y empuja­dos por todo el poderío ... ¿y por qué no decirlo?, sirio, libio ... y alguien detrás de ellos (aunque quizás nosotros sí lo sabemos) para crear esta división interna. - Como he dicho antes, no puedo negar, e incluso es bueno, que dentro de la OLP ha habido corrientes, pero jamás habían llegado a enfrentarse con las armas; ni tampoco ahora.

- Lo ocurrido en Siria es totalmente ajeno (\l pueblo palesti­no; son manos, quizás árabes, pero al servicio del enemigo.

- Yo quiero añadir algo, porque quizás puedo hablar con un poco más de libertad que tú, por razones obvias. Quería aña­dir, para enriquecer las anécdotas de ·la resistencia siria en Lí­bano, algo que no tuvo suficiente difusión y es cómo, en un

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momento concreto, el frente sirio se abrió para dejar paso al ejército israelí para que llegara hasta el valle de la Becaa, don­de estaban las fuerzas palestinas. O sea, hay aquí una conducta nociva y hay que condenar una serie de hechos (hay que hablar con toda claridad y, además, hay amplia información de todo).

- Hemos hablado mucho del enemigo principal, que es Esta­dos U nidos; del aliado o vasallo que es Israel, pero otro de los grandes enemigos que tiene la causa palestina son los gobiernos

árabes. - Por otra parte, no hay que olvidar que la OLP no es un par­tido; es un Movimiento de Liberación Nacional, en el cual se incluyen una serie de opciones políticas: una serie de agrupa­ciones con ideologías bastante diversas, desde grupos marxistas hasta religiosos de muy distintas tendencias, que, todos juntos, han tenido que combatir precisamente esos famosos intentos de manipulación que de:sde gobiernos árabes se han hecho de la causa palestina. Múchos de ustedes recordarán todavía aque­llos famosos frentes: el lFrente de Rechazo y el Frente de Fir­meza, que un amigo egipcio me decía que «es un frente único: el de la firmeza del rechazo o el del rechazo de la firmeza>>, pero es un frente que tie:nd1~ a paralizar toda acción militar pa-lestina. - Respecto a si Arafat es un hombre realista o posibilista, se plantea un tipo de problema que no es teórico y es que en los Movimientos de Liberación tercermundista tiene un papel muy importante la figura del líder. Cada movimiento se asocia a una figura concreta: desde Ho Chi Minh hasta Lumumba, Ben Bella en su época, Nkruma, Mao ... y cada uno con sus propias connotaciones: se le rodea de una serie de virtudes ca­rismáticas ... Los líderes también se gastan: en el caso palestino son ya bastantes los años que lleva Arafat al frente de la OLP. Fue elegido democráticamente para ese puesto, no ha sido dis­cutido hasta ahora y habria que decir que por ciertos defectos de información se magnifica la figura de Arafat. Arafat es uno más, rodeado de un equipo de figuras tan importantes como él, y podrían ser más si el terrorismo israelí no hubiera realizado una acción tan selectiva. Porque aparte de bombardear campos de refugiados hay una acción terrorista muy importante que es

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la de eliminar cabezas de la resistencia. Recordemos aquel año verdaderamente terrorífico en que murió el representante de la OLP en París, el representante de la OLP en Roma, el repre­sentante de la OLP en Nicosia: cuatro personalidades muy im­portantes de la OLP en un edifido, en una misma noche, en Beirut. E incluso en plena Gran Vía madrileña en la cafetería Morrison murió un agente del servicio secreto israelí que tenía una misión muy concreta que era eliminar al representante de

la OLP en Madrid ... - Bien, yo creo que el tema hoy «Arafat sí o Arafat no» pier­de relativa importancia, porque el pueblo palestino en su di­rección ha pasado por un proceso de depuración que puede ofrecer bastantes Arafats a la resistencia si consigue poder do­minar esos intentos de división que sufre, siempre desde fuera y en la mayoría de las ocasiones incluso financiados por go-

biernos árabes. - Sin embargo, hay un test muy importante. Todos sentimos una gran admiración por el pueblo palestino que está en el exi­lio, y una mayor admiración todavía por el pueblo palestino que está en los territorios ocupados: pues bien, donde no se dis­cute el liderazgo de la OLP es en los territorios ocupados, ni las poblaciones de Cisjordania y Gaza se plantean estas luchas po­líticas que a veces están como mar de fondo en la dirección ex-

terior de la OLP. - Y o pienso que Arafat es realista y posibilista al mismo tiempo. l.Por qué? Porque su posición no es una posición de fuerza, sino que es una posición, ahora mismo, a la defensiva en una situación dificil. Ahora mismo lo más importante que tiene la OLP por conseguir es que se realice -y se va a lograr­la celebración del Consejo Nacional Palestino, del que saldrá otra vez fortalecida la OLP y que pueda asumir que hay una si­tuación nueva y que hay que hacer un planteamiento nuevo. Yo creo que la prensa magnifica mucho el liderazgo, que evi­dentemente existe, pero que ahora mismo la tesitura de la desa-parición o no de Arafat no sería una tragedia para la causa pa­lestina: sería un problema grave, sí, pero hay nuevas generacio­nes palestinas que podrán seguir en la dirección pensando, ade-

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más, que la dirección de Arafat es mucho más colegiada que la de otros gobiernos democráctic:os. - En cuanto a la información·, actualmente hay una serie de organizaciones en España quf: van desde Derechos Humanos, IEPALA, etc., que realmente inundan de información. Es de­cir, se puede saber desde lo que está pasando en Guatemala, hasta en· Palestina, pasando por cualquier otro lugar del mun­do, pero parece que vivimos de espaldas a la realidad que nos rodea, o que la política exterior española se reduce a dos te­mas: entramos o no en la Comunidad; salimos o no de la OTAN. Y ahí acaba todo el diseño de nuestro mundo exterior. Claro esto es muy corto y no tiene ninguna visión (bueno, en algunos tiene una visión de muy largo alcance ... ) y nos amputa de una serie de posibilidades reales que la política exterior es­pañola podría tener que, sin hegemonismos ni jugar a «la gran potencia», se podrían llevar a cabo. Y yo creo que la forma es habitual: sensibilizar a la opinión pública y que esa opinión pública sea la que, luego, a través de acciones masivas, haga mella en el poder.

- Tenemos un caso muy concreto: ¿por qué se atrasa el refe­réndum sobre la permanencia o no en la Alianza Atlántica? Porque, evidentemente, hay una conciencia muy generalizada contra la permanencia. Por qué no se podría crear un senti­miento, una opinión pública y entonces sí se podría por lo me­nos intentarse, manejando categorías jurídicas, políticas y tam­bién razones éticas. Para mí la ética es política, y hacer un es­tado de opinión es tarea. ética. Conseguir eso sería muy impor­tante. Y no es ninguna exageración. Por ejemplo, la conciencia que había en España durante los acontecimientos de la guerra de Vietnam, está en la mente de todos. Sin embargo, esa con­ciencia ante los problemas internacionales no existe. Y voy a decir una cosa quf: a lo mejor molesta a los compañeros pales­tinos y es que por una serie de razones (de lengua y otras) su la­bor se podría entender mucho mejor, a nivel de opinión gene­ral, como es la situación en Centroamérica y Nicaragua.

- Estoy de acuerdo con que la información que ofrece la OLP es corta, raquítica; no podemos negarlo. Pero ¿por qué? Bueno, quizás porque no podemos tener una gran experiencia en la in-

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formación a nivel de Occidente y llevamos poco tiempo, y con libertad menos todavía. Pero tampoco hay que negar que nos faltan muchos medios. Por ejemplo la agencia central de infor­mación palestina, que es W AF A, que es la que ofrece informa­ción sobre la lucha del pueblo palestino, de la situación, etc., en menos de tres años cambió de sede cuatro veces. En Beirut ha sido totalmente destruida con la invasión. Se trasladó a Siria y tuvo que salir corriendo de Siria porque allí no podía dar la información que quería, sino la que quería el gobierno sirio: si no, no había información. Se fue a Túnez y no encontró me­dios suficientes para poder trabajar. Y ahora está en la isla de Chipre, intentando desde allí llevar adelante su trabajo. Y no hablo de la cantidad de compañeros que trabajaban en la infor­mación y que han caído en combate, de la renovación continua de cuadros, etc. Verdaderamente es una situación muy dificil, y a pesar de ella, W AF A sigue trabajando ... aunque se le ponen muchas dificultades.

Voy a dar un ejemplo pequeñito: aquí, en la Oficina de la OLP en Madrid, tenemos un télex que está conectado con los centros de la información de España, con la agencia EFE, etc., etc., y casi diariamente transmitirnos noticias para que ellos las publiquen si quieren ... pero parece que no quieren ... No se pu­blican esas informaciones. Más aún: queremos contestar a un artículo que sale en El País o en otro periódico -su­pongamos--: pues tenemos que mandar trescientas «cartas al directom para que publiquen una, si es que se publica.

- Otra cuestión JllUY importante es la deformación de la in­formación. Es decir, hay verdaderamente un intento de sabota­je a la información. Por ejemplo, cuando un locutor de la TVE dice «el Restablecimiento de relaciones diplomáticas con Is­rael...» (es decir, que había relaciones y que se han roto y se van a establecer de nuevo).

- Otro ejemplo, cuando dicen «el conflicto entre judíos, ára­bes y cristianos ... ». Esto es falta total de información, porque un árabe puede ser judío o cristiano, como su hermano budis­ta, o cualquier otra cosa.

- Pienso que hay posibilidad de información para el que

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quiere informarse. Otra •::osa muy distinta es la manipulación que se hace en los medios informativos, y eso es muy grave. Afortunadamente, en España se lee muy poca prensa ... Y la te­levisión... pues, bueno, la gente ve los telediarios, pero... Ha habido un caso muy concreto, verdaderamente espeluznante, que es. el Tratado de Uxda entre Libia y Marruecos. ¿Qué vi­sión dio la prensa? Pues que era una alianza contra España. Bueno, ése es un caso concreto de manipulación.

- Hay que hablar de los dos fenómenos. Posibilidad de infor­mación hoy, sí la hay. Ahora bien, hay que tener un grado sufi­ciente para saber seleccionar la. buena de la manipulada. La prensa -no es un secreto- está controlada por las grandes agencias de información. Ell periódico más importante de Espa­ñalhastajhace:poco informa.ba'dello que pasaba en Oriente Me­dio a partir de lo que escribía el corresponsal del New York Ti­mes, en Tel-Aviv; informaba de lo que pasaba en Beirut o en El Cairo ... nada más. ¿Quién informa de lo que pasa en Oriente Medio en la Radio Nacional de España?: un señor que vive en Jerusalén, que es sefard[ o tiene una procedencia de este tipo ... y que es sionista. - Leningrado no es Be:irut, evidentemente. Ni la URSS es Lí­bano, ni el pueblo soviético es el pueblo palestino. Pero la comparación no era en sentido numérico. Para nosotros ha sido Beirut mucho más importante que Leningrado porque era nuestra batalla, con todos los respetos para Leningrado y lo que significó. - La destrucción que sufrió Beirut... El «miércoles negro» Beirut fue bombardeada por los israelíes con dos veces y media la potencia de la bomba de Hiroshima ... ¿y eso qué significa? Pues significa que todo queda arrasado totalmente. Y eso no lo decimos nosotros, lo dijeron los periodistas que vivieron el cer­co de Beirut. También han utilizado lo más selecto de las ar­mas de destrucción en el cerco de Beirut y en bombardeos de pueblos chiquitos que ni siquiera venían en el mapa y que han sido arrasados totalmente.

- Pues bien, con respecto a Siria ... , antes nos criticaban amis­tosamente por qué no cargamos. Porque si queremos hablar

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claramente, podemos quizás escandalizar a mucha gente sobre el papel que hacen algunos gobiernos árabes contra la causa palestina. Siria no es vanguardia en la lucha contra el imperia­lismo norteamericano e Israel. Nunca lo demostró, y si alguien opina lo contrario que lo demuestre con datos reales. Nunca lo fue y ·si hay que nombrar actos de Siria que por desgracia van contra la OLP y contra la lucha del pueblo palestino, sí hay muchos ejemplos que dar. Y justamente violando también los derechos humanos: antes de la invasión de Líbano, pocos me­ses antes, las ciudades de Hems-Hmah importantes en la pro­pia Siria, han sido arrasadas por el ejército sirio bajo la excusa de que allí se hospedaban unos elementos de los Hermanos Musulmanes. Miles de ciudadanos sirios fueron arrasados tam-bién.

En cuanto al pacto con la URSS, voy a dar un ejemplo que no se conoce: cuando empezó el enfrentamiento, la invasión del ejército sirio al Líbano, en seguida se firmó el acuerdo de «alto el fuego» y desde el primer día abrió la brecha de la mon­taña hasta que los blindados israelíes aniquilaron los cohetes antiaéreos. Eso en la historia nunca había ocurrido; es decir, tan adentro entraron los tanques israelíes sin ninguna resisten­cia. que pudieron aniquilar en su suelo a los cohetes SAM-9 y SAM-12, los más sofisticados. Hay un pacto de defensa mutua entre la Unión Soviética y Siria. Cuando Assad fue a la URSS para negociar por qué Siria no estaba entrando en combate verdadero contra el ejército israelí, les dijeron los dignatarios soviéticos que por qué Siria no luchaba teniendo armas y un ejército suficiente para oponerse a la invasión israelí. El gobier­no sirio dijo que tenía miedo de un ataque por sorpresa de al­gún país vecino --quizás se refería a Jordania. La dirección so­viética le contestó «meted vuestro ejército en la guerra del Lí­bano, porque es vuestra guerra. Y la Unión Soviética, con que dejéis los "serenos" (guardias nocturnos) en la frontera, garan­tiza que ningún soldado enemigo podrá penetrar en territorio sirio». Porque hay un Pacto de Defensa mutua en caso de que alguien ataque a Siria, no a territorio libanés, y tampoco hicie-ron nada.

Yo no quiero desacreditar a nadie, porque si hablo de Siria

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