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Papeles el tiempo de los derechos LOS DESAFÍOS DE UNA EDUCACIÓN EN DERECHOS HUMANOS: ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE BRASIL Y ESPAÑA Belloso Martín, Nuria Filosofía del Derecho Universidad de Burgos (España) [email protected] Gorczevski, Clovis Derechos humanos Universidad de Santa Cruz do Sul (Brasil) [email protected] Palabras Clave: educación, derechos humanos, educación para la ciudadanía, autonomía, democracia. Número: 20 Año: 2014 ISSN: 1989-8797

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Papeles el tiempo de los derechos

LOS DESAFÍOS DE UNA EDUCACIÓN EN DERECHOS

HUMANOS: ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE

BRASIL Y ESPAÑA

Belloso Martín, Nuria

Filosofía del Derecho

Universidad de Burgos (España)

[email protected]

Gorczevski, Clovis

Derechos humanos

Universidad de Santa Cruz do Sul (Brasil)

[email protected]

Palabras Clave: educación, derechos humanos, educación para la ciudadanía,

autonomía, democracia.

Número: 20 Año: 2014

ISSN: 1989-8797

2

Comité Evaluador de los Working Papers “El Tiempo de los Derechos”

María José Añón (Universidad de Valencia)

María del Carmen Barranco (Universidad Carlos III)

María José Bernuz (Universidad de Zaragoza)

Manuel Calvo García (Universidad de Zaragoza)

Rafael de Asís (Universidad Carlos III)

Eusebio Fernández (Universidad Carlos III)

Andrés García Inda (Universidad de Zaragoza)

Cristina García Pascual (Universidad de Valencia)

Isabel Garrido (Universidad de Alcalá)

María José González Ordovás (Universidad de Zaragoza)

Jesús Ignacio Martínez García (Universidad of Cantabria)

Antonio E Pérez Luño (Universidad de Sevilla)

Miguel Revenga (Universidad de Cádiz)

Maria Eugenia Rodríguez Palop (Universidad Carlos III)

Eduardo Ruiz Vieytez (Universidad de Deusto)

Jaume Saura (Instituto de Derechos Humanos de Cataluña)

1

LOS DESAFÍOS DE UNA EDUCACIÓN EN DERECHOS HUMANOS:

ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE BRASIL Y ESPAÑA1

Belloso Martín, Nuria

Filosofía del Derecho

Universidad de Burgos (España)

[email protected]

Gorczevski, Clovis

Derechos humanos

Universidad de Santa Cruz do Sul (Brasil)

[email protected]

Resumen: Se analiza la formación y educación en derechos humanos en dos ámbitos

diferenciados, como son Brasil y España. A partir de una introducción histórica, en la

que se plantea la evolución que ha experimentado la educación, de privilegio a derecho,

se hace un rápido recorrido de los textos principales en los que se ha plasmado.

Seguidamente se aborda el porqué y el para qué una educación en derechos humanos, su

contenido y objetivos, el método y técnicas más aconsejables para un adecuado

aprovechamiento. Se advierte que los obstáculos a los que debe de hacer frente una

educación en derechos humanos son especialmente complejos tales como el carácter

ideológico que tiene la educación, lo que provoca diversos puntos de vista y, en

ocasiones, encendidas polémicas; tampoco resulta fácil determinar la metodología más

adecuada ya que pueden aplicarse varias estrategias. Tanto la formación de un jurista

integral como la de un buen ciudadano hacen imprescindible la formación en derechos

humanos.

Abstract: Analyzing the formation and education on human rights in different ambits, as are Brazil

and Spain. From a historical introduction, in which is questioned the developments that

education has experienced, from a privilege to a right, makes a quick pass by the main

texts that recognize as such. Then it approaches the "why" and the "what for" of a

human rights education, its content and objectives, the method and the most advisable

techniques for proper use. Warns that the obstacles that preclude education for human

rights are especially complex such as the ideological character who has the education,

which causes many points of view, and at times, controversial issues. Also it is not easy

to determine the most appropriate methodology, once can apply different strategies.

1 Este trabajo tiene su origen en una comunicación presentada en el Congreso Internacional “El tiempo de

los derechos. Los derechos humanos en el siglo XXI”, organizado en el marco del proyecto ‘El tiempo de

los derechos. Consolider-Ingenio 2012’ y celebrado en la Universidad de Cádiz del 5 al 7 de junio de

2014.

2

Both the formation of a integral jurist as that of a good citizen is essential at the

formation on human rights.

Key words: education, human rights, citizenship education, personal autonomy, democracy

Introducción

La educación es una tarea que afecta a múltiples agentes: familias, profesores, escuelas,

Administraciones (autonómicas, nacionales e internacionales), Estados, medios de

comunicación, confesiones religiosas, y tantas otras. La educación no puede limitarse a

una concepción utilitarista que busca exclusivamente formar profesionales competentes

y eficaces que satisfagan la demanda laboral, capacitarlos técnicamente y ponerlos al

servicio del mercado. La educación quedaría reducida meramente a lo útil y lo

pragmático. Por ello, como recomienda A. Martínez-Carbonell2, para producir un

cambio de paradigma en la educación hay que comenzar por superar los lastres que

acompañan a la educación actual: el nihilismo, el relativismo y la renovación

tecnológica, entre otros. Superarlos implica un cambio cultural que repercutirá, a su vez,

en un cambio de mentalidad de los ciudadanos.

El objetivo final debe ser un nuevo modelo de educación humanista, preocupada por el

bien de las personas y que se plasmará en una mayor preocupación por los derechos

humanos. Esta formación humanista va más allá de la educación por la pura eficiencia

ya que contribuirá a una interpretación crítica de la realidad. La educación en derechos

humanos se configura como un instrumento imprescindible en orden la consecución de

un ciudadano humanista3 y con espíritu crítico.

2 A. MARTÍNEZ-CARBONELL LÓPEZ, “Claves educativas para responder a los actuales retos de

Europa”, en Persona y Derecho, vol.66, 2012, pp.218. 3 Vid. M.C. NUSBAUM, Sin fines de lucro. Por qué la democracia necesita más las humanidades, Trad.

de Mª.V. Rodil., Katz Editores, Buenos Aires, 2010; también, vid. F. SAVATER, El valor de educar,

Ariel, Barcelona, 1997.

3

Los profesores de asignaturas como “Teoría del Derecho”, “Filosofía del Derecho” y

“Derecho Constitucional”, entre otras, dedican una parte significativa de sus programas

docentes a enseñar los derechos humanos en las Facultades de Derecho. Sin embargo, la

formación en derechos humanos no debería de limitarse exclusivamente a quienes

cursan estudios jurídicos. La educación en derechos humanos es imprescindible para el

jurista y para el operador jurídico, pero también para todos los ciudadanos,

independientemente de la profesión que desarrollen. La educación en derechos humanos

proporciona los fundamentos del civismo de una sociedad4, es decir, una educación en

derechos humanos eficaz no solo proporciona conocimientos sobre los derechos

humanos y mecanismos para protegerlos, sino que además, desarrolla las aptitudes

necesarias para promover, defender y aplicar los derechos humanos en la vida cotidiana.

La educación en derechos humanos debe ser un compromiso que se adquiera no sólo a

nivel nacional o regional, sino de carácter mundial, de todos los países y gobiernos

democráticos que consideren que la educación en la cultura de la paz y los derechos

humanos es la única vía posible para desligarse de las ataduras de la ignorancia, de la

opresión, de la intolerancia y de la guerra. No puede limitarse a ser un compromiso

jurídico exclusivamente de los Estados miembros de las Naciones Unidas5. Se trata de

una tarea en la que se deben de implicar los poderes públicos, la sociedad civil y los

formadores. Ello permitirá una adecuada difusión de la educación en derechos humanos,

un plan de promoción de la capacitación para educar en derechos humanos, y un

fomento de la cooperación con organizaciones y asociaciones que trabajen con derechos

humanos6.

4 S. Ribotta utiliza la terminología de “educar en y para los derechos humanos”. El contenido sería el de

educar cívicamente en los valores de la democracia, la igualdad, la libertad, la solidaridad, la tolerancia-

aceptación, el pluralismo político e ideológico. En definitiva, educar cívicamente en y para la paz y la

convivencia regional, nacional y mundial (S. RIBOTTA, “Educación en y para los derechos humanos: la

educación en convivencia mundial. El desafío del siglo XXI” en S. RIBOTTA (ed.), Educación en

Derechos Humanos. La asignatura pendiente, Dykinson, Madrid, 2006, p.155. Por nuestra parte, vamos a

utilizar indistintamente “educar en” y “educar para” los derechos humanos, ya que entendemos que la

finalidad de ambos acaban convergiendo.

5 Vid. Declaración y Programa de Acción de Viena, A/CONF, 157/23, de 12 de julio de 1993, y la

Declaración del Decenio de las Naciones Unidas para la Educación en la esfera de los derechos

humanos, A/RES/49/184, del 6 de marzo de 1995. 6 Vid. J. DEWEY, Democracia y educación. Una introducción a la filosofía de la educación, trad. de L.

Luzuriaga, Morata, Madrid, 2004 (1916); también, J. DOMÍNGUEZ y R. FEITO, Finalidades de la

educación en una sociedad democrática, Octaedro, FIES, Barcelona, 2007.

4

1. La educación: de privilegio a derecho

El reconocimiento de la importancia de la educación para la formación del individuo –y,

por consiguiente, para la formación de una sociedad– remonta a las primeras sociedades

políticamente organizadas. Cuando se crean segmentos privilegiados, la educación

comienza a dirigirse a la formación de las clases dominantes, educados para conquistar,

gobernar y dirigir. Precursoras de la sociedad occidental, en Grecia y en Roma la

educación no era distinta, sólo tenía acceso al conocimiento quien disponía de

abundantes bienes.7

Con la invasión de los pueblos bárbaros y la fragmentación del poder, la

cultura grecorromana evita su completa desaparición gracias a la acción de la Iglesia -

única institución que mantiene alguna unidad- y que asume la tarea de educar. La

educación empieza entonces a perseguir un fin más ambicioso: el de la salvación del

alma y de la vida. Se desarrolla en los monasterios y escuelas catedralicias y se

convierte en la principal herramienta de la Iglesia para mantener y reforzar sus dogmas

y poderes, a la vez que se continúa destinando a la formación de las clases dominantes -

nobles y aristocracia- a la que ahora se agrega una nueva clase: el clero.

La idea de popularizar la educación llevándola a todas las capas sociales

comienza a partir del siglo XVI, periodo en el que la sociedad europea vive profundas

transformaciones. La ruptura de la unidad religiosa por la Reforma, el descubrimiento

del Nuevo Mundo, el auge de una nueva ciencia y de un nuevo método de

7 En el siglo IX a. C., en Esparta, Licurgo, percibiendo la importancia de la educación para el Estado, la

hizo obligatoria para los niños a partir de los 7 años. También en Roma, durante el Imperio, la educación

comienza a ser pública. En ambos casos, la educación está dirigida a intereses del Estado. Mientras el

objetivo de Roma era romanizar el mundo, permitiendo acceso a la cultura romana y capacitar

funcionarios para la burocracia estatal, Esparta tenía como objetivo transformar al individuo en un

soldado ideal: valiente, luchador, conquistador, obediente a las leyes y a la jerarquía, y capaz de soportar

el trabajo duro. En Atenas, como los esclavos garantizaban la supervivencia de los ciudadanos, les

correspondía a los jóvenes financieramente favorecidos el que se dedicaran a la política y a la cultura. La

democracia exigía gran habilidad con las palabras y conocimiento para dirigir los negocios públicos. La

escuela sofista surge para atender a las necesidades de las clases más pudientes. Todo comienza, dice

Brandão, cuando la riqueza de la polis griega creó en la sociedad estructuras de oposición entre libres y

esclavos, entre nobles y plebeyos. A partir de entonces, la educación empieza a dirigirse a los varones de

la elite guerrera y, más tarde, a la elite togada. Lo mismo ocurrió en Roma cuando una nobleza

enriquecida con la agricultura y el saqueo abandona el trabajo de la tierra por el de la política y crea las

reglas del Imperio. La educación se convierte entonces en un instrumento para preparar al futuro guerrero,

al funcionario imperial y a los dirigentes del Imperio (Cfr. C. RODRIGUES BRANDÃO, O que é

educação. 40ª ed., Brasiliense, São Paulo, 2001, pp. 37-51).

5

conocimiento, el desarrollo del primer capitalismo, el desarrollo del comercio y de la

industria, la ascensión de la burguesía, la caída del feudalismo y el surgimiento del

Estado Moderno, el renacimiento cultural desarrollando ideas de una cultura centrada en

el hombre y ya no en Dios, el racionalismo rechazando las explicaciones religiosas que

ya no justificaban los fenómenos naturales y tantos otros factores, contribuyen a esta

expansión de la educación.

En este momento de grandes transformaciones la educación va a ocupar

papel destacado como centro de interés y preocupación por parte de intelectuales y de

políticos, empezando a considerarla como una poderosa herramienta para transformar

la naturaleza humana en el sujeto exigido por los nuevos tiempos.

Hasta entonces, por incompatible con el dogmatismo religioso, la educación

había venido rechazando el pensamiento aristotélico que impulsaba la búsqueda de la

verdad real por medio del cuestionamiento libre. A partir del siglo XVII, como afirma

Martínez de Pisón,8 destacados pensadores ponen de manifiesto el estado de debilidad

de la educación como consecuencia del excesivo control clerical, así como la división

entre congregaciones rivales. Denuncian el fanatismo religioso, la ignorancia y la

superstición e incrementan las propuestas sobre la educación y sobre su carácter

reformador.

En este periodo en el que el saber no era un conocimiento autónomo y tampoco

se había alcanzado un nivel de especialización como el de la actualidad, son los

filósofos los que elaboran las primeras propuestas sobre educación. Estas propuestas

pedagógicas del Iluminismo, así como la formulación de una nueva utopía social y

política, no habrían sido posibles sin la contribución del pensamiento de Locke,

Rousseau, Voltaire, Clalotais, D’Alambert, Diderot, Genovesi, Schiller, Basedow, Mill,

Humboldt y tantos otros.

La educación ya era objeto de preocupación por parte de las autoridades

políticas y especialmente de la Iglesia, que pretendía depositar en las órdenes religiosas

la responsabilidad de la enseñanza de los hijos de la nobleza y de la pujante burguesía,

pues sus pretensiones y su poder se hacían débiles ante el suceder de los nuevos

8 J. MARTÍNEZ DE PISÓN, El Derecho a la educación y la libertad de enseñanza, Dykinson, Madrid,

2003, p. 18.

6

acontecimientos. Pero los cambios en el saber, en la ciencia y en el orden social también

afectaron a las propuestas educativas imperantes. Inicia entonces una tendencia a

extender la educación a otras capas sociales como preludio de la escolarización

universal, un intento de secularizar los contenidos y una mayor intervención de los

poderes públicos en este ámbito. Las iniciativas, en principio, serán puntuales y muy

concretas y, por eso, tienen una repercusión social bastante limitada.

Pero el interés por la educación se hace creciente entre filósofos e

intelectuales, sobre todo por el deseo de introducir la razón en las cosas humanas. La

educación era uno de los instrumentos más poderosos en contra de lo que se

consideraban los mayores errores de la humanidad: la superstición, el fanatismo, los

dogmas religiosos. A partir de la segunda mitad del siglo XVIII se abrirá un periodo de

desarrollo de la teoría de la educación y, al mismo tiempo, en virtud del comienzo de los

impulsos revolucionarios, surgirá la oportunidad de su reconocimiento jurídico. Se va a

producir el paso de la discusión teórica al mundo del Derecho, aunque su status jurídico

sea objeto de polémica durante todo el siglo XIX, ya que el derecho a la educación no

tendrá el mismo tratamiento ni carácter que los otros derechos y libertades, prontamente

reconocidos en las primeras Declaraciones. El derecho a la educación no surge con la

primera generación de derechos sino que habrá que esperar a que alcance su

reconocimiento con los derechos económicos, sociales y culturales.9

A partir de las primeras décadas del siglo XX las constituciones nacionales

comienzan a referirse a la educación como derecho. Es un periodo en el que inicia una

nueva sensibilidad con respecto a los derechos sociales y, por consiguiente, se produce

un incremento de los compromisos del Estado con objeto de garantizar a todos los

ciudadanos el derecho a la formación general.

Las primeras manifestaciones constitucionales reconociendo la educación

como derecho se contemplarán en la Constitución Mexicana de 1917 y en la

Constitución alemana de 1919. Asimismo, la creación de sistemas públicos de

educación extensivos a todas las capas sociales y su determinación de obligatoriedad

solamente se producirá a partir del surgimiento del Estado Social, principalmente a

9 J. MARTÍNEZ DE PISÓN, El Derecho a la educación y la libertad de enseñanza, Ibidem.

Sobre los derechos económicos, sociales y culturales, vid. B. DE CASTRO CID, Los derechos

económicos, sociales y culturales. Análisis a la luz de la teoría general de los derechos humanos.

Universidad de León Secretariado de Publicaciones, 1993.

7

partir de la Segunda Guerra Mundial cuando los Estados, principalmente los más

desarrollados, comienzan a destinar un elevado porcentaje de las inversiones públicas

para cubrir los gastos de la educación, cumpliendo así este compromiso social. Desde

entonces, con avances y retrocesos, se ha mantenido como derecho social y deber del

Estado de ofrecerla.

Actualmente, a pesar del protagonismo del discurso neoliberal y del

desmantelamiento del Estado Social, la educación está consagrada como un derecho

fundamental ampliamente reconocido en la mayoría de las constituciones de los Estados

modernos y por textos internacionales relativos a los derechos humanos. Como

acertadamente recuerda Martínez de Pisón, se trata de una conquista histórica, fruto de

tensiones, de luchas, de iniciativas de todo tipo y también de un desarrollo doctrinal no

exento de polémicas.10

2. El derecho a la educación en las Declaraciones Internacionales

2.1. Ámbito mundial

En ámbito internacional, la cuestión de la educación como un derecho

surgirá por primera vez en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, de

194811

, que ya en su preámbulo, convoca a “cada individuo y cada órgano de la

sociedad” a que, teniendo siempre presente la Declaración, se esfuercen, a través de la

enseñanza y de la educación, por promover el respeto a los derechos y libertades allí

previstos. Después, en el artículo 26 expresa que toda persona tiene derecho a la

educación, que esta será gratuita y obligatoria, por lo menos en los grados elementales y

fundamentales y que deberá estar orientada en sentido del pleno desarrollo de la

personalidad humana y en el fortalecimiento del respeto por los derechos humanos y por

las libertades fundamentales. Además, la educación deberá promover la comprensión, la

tolerancia y la amistad entre las naciones y grupos raciales o religiosos, a favor del

mantenimiento de la paz.

10

J. MARTÍNEZ DE PISÓN, El Derecho a la educación y la libertad de enseñanza, cit., p. 54. 11

Es un documento declarativo que fue adoptado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su

Resolución 217 A (III), el 10 de diciembre de 1948, en París. En el mismo se recogen, en sus 30 artículos,

los derechos humanos considerados básicos, a partir de la carta de San Francisco de 1945.

8

Con todo, es el Pacto Internacional sobre Derechos Económicos, Sociales y

Culturales, de 196612

, el que además de ampliar este derecho, le da también

exigibilidad, pues posee fuerza vinculante para los Estados que lo han ratificado. En

este Pacto, los Estados reconocen expresamente el derecho de toda persona a la

educación y están de acuerdo que ésta deberá hacer realidad el pleno desarrollo de la

personalidad humana y del sentido de su dignidad y fortalecer el respeto por los

derechos humanos y libertades fundamentales. También se afirma que la educación

deberá capacitar a todas las personas para que participen efectivamente de una sociedad

libre, favorecer la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y

entre todos los grupos raciales, étnicos o religiosos y promover las actividades de las

Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz. Entre diversas medidas, se

comprometen a: (a) garantizar el pleno ejercicio de ese derecho; (b) hacer la educación

primaria obligatoria, gratuita y accesible a todos; (c) hacer generalizada y accesible a

todos la educación secundaria en sus distintas formas, y la superior, con base en la

capacidad de cada uno, así como implementar progresivamente su gratuidad; (d)

implementar programas de educación para adultos que no han recibido educación en la

edad apropiada; e (e) implementar un sistema adecuado de becas de estudio y mejorar

continuadamente las condiciones materiales del cuerpo docente.

La educación en derechos humanos es un proceso a lo largo de toda la vida que

construye conocimientos, aptitudes, actitudes y comportamientos, encaminados a la

promoción y defensa de los derechos humanos. Esta definición guía el Programa

Mundial para la educación en derechos humanos (Resolución 59/113 A de la Asamblea

General, una iniciativa mundial de las Naciones Unidas) que, desde 2005, ha promovido

la aplicación de medidas concretas para integrar la educación en derechos humanos en

todos los sectores.

En su primera etapa (2005-2009), el Programa Mundial se centró en el sistema escolar.

La segunda etapa (2010-2014)13

dirige su atención a las personas y entidades que toman

12

Fue adoptado por la Asamblea General de las Naciones Unidas mediante la Resolución 2200A (XXI),

de 16 de diciembre de 1966 y entró en vigor el 3 de enero de 1976. Las partes se comprometen a trabajar

para la concesión de los derechos económicos, sociales y culturales de las personas, incluidos los

derechos laborales y los derechos a la salud, la educación y un nivel de vida adecuado. 13

El Plan de Acción para la segunda etapa fue aprobado en el Consejo de Derechos Humanos en

septiembre de 2010 (Resolución 15/11 del Consejo de Derechos Humanos) (Fuente: Naciones Unidas

(2012). Programa Mundial para la educación en derechos humanos. Segunda etapa 2010-2014-Plan de

Acción. A/HRC/15/28).

9

el relevo en la formación de la ciudadanía y líderes del mañana, como las instituciones

de enseñanza superior y aquellas otras que tienen la responsabilidad de respetar,

proteger y hacer efectivos los derechos de los demás, ya se trate de funcionariado

público y fuerzas del orden, o de las mujeres y hombres que forman parte del personal

militar14

.

2.2. Ámbito regional americano

Como ya es conocido, más confianza que en los sistemas universales o

mundiales de derechos humanos, se ha puesto en los sistemas regionales. Así, en el

ámbito americano, hay que destacar la Carta de la Organización de los Estados

Americanos, aprobada el 30 de abril de 1948. Después de declarar sus propósitos, los

Estados americanos reafirman sus principios, de entre los cuales se destaca la educación

de los pueblos, que se deberá orientar a la justicia, a la libertad y a la paz. Acuerdan los

Estados que la igualdad de oportunidades, la eliminación de la pobreza crítica y la

distribución equitativa de la riqueza y de la renta, así como la plena participación de sus

pueblos en las decisiones relativas a su propio desarrollo son, entre otros, sus objetivos

básicos y para alcanzarlos conviene dedicar sus mayores esfuerzos a la consecución de

metas específicas, de entre ellas la rápida erradicación del analfabetismo y ampliación,

para todos, de las oportunidades en el campo de la educación. Así, declaran atribuir

primordial importancia al estímulo de la educación, de la ciencia, de la tecnología y de

la cultura, buscando cooperar entre sí, con objeto de atender a las necesidades de la

educación, promover la investigación científica e impulsar al progreso tecnológico para

su desarrollo integral.

En noviembre de 1969, se aprueba la Convención Americana sobre

Derechos Humanos, también conocido como el Pacto de San José de Costa Rica. En

ella, los Estados-partes se comprometen a adoptar todas las providencias necesarias,

14

Pueden consultarse los Informes de Amnistía Internacional: “Educación en derechos humanos: una

asignatura suspensa”, de febrero de 2003 y “La formación en derechos humanos de los cuerpos de

seguridad y funcionarios de prisiones en España. Una asignatura pendiente”, de septiembre de 2001.

España, como la gran mayoría de los países miembros de Naciones Unidas, no ha cumplido con las

recomendaciones de Naciones Unidas en materia de derechos humanos, y ha ignorado las Directrices en

orden a la elaboración de los diversos planes nacionales de acción para la educación en el ámbito de

derechos humanos con motivo del Decenio de las Naciones Unidas para la educación en la esfera de los

derechos humanos (1995-2004) (A/52/469 de 20 de noviembre de 1997) así como tampoco de los

sucesivos planes del Programa mundial para la Educación en Derechos Humanos (2005-2007) de la

Asamblea General de las Naciones Unidas (Resolución 59/113 de 17 de febrero de 2005).

10

tanto en ámbito interno como de cooperación internacional, con objeto de conseguir

progresivamente la plena efectividad de los derechos que provienen de las normas

económicas y sociales así como también sobre educación, ciencia y cultura,

contempladas en la Carta de la Organización de los Estados Americanos.

En los últimos años, un incontable número de textos internacionales sobre

los más diversos temas hacen referencia directa a la educación, muchos de ellos

eligiéndola como la más eficaz forma de implementación de lo pactado15

.

2.3. Ámbito regional europeo

El sistema europeo comprende el sistema de protección de derechos humanos en

Europa establecido por el Consejo de Europa, así como el régimen más específico

desarrollado dentro de la Unión Europea. Seguidamente, vamos a hacer una breve

reflexión en relación a ambos ámbitos.

A nivel regional europeo, la educación juega un papel esencial en la promoción

de los valores fundamentales del Consejo de Europa: la democracia, los derechos

humanos y el Estado de Derecho así como la prevención de las violaciones de los

derechos humanos. Más aún, la educación cobra cada vez más protagonismo como

medio para facilitar la defensa contra la violencia, el racismo, la xenofobia, la

discriminación y la intolerancia.

15 Entre los más significativos cabe destacar: La Convención Internacional sobre la eliminación de todas

las formas de discriminación racial; la Convención para la represión al tráfico de personas y del lenocinio;

la Convención Interamericana para prevenir, punir y erradicar la violencia en contra de la mujer

(Convención de Belém do Pará); la Convención sobre la eliminación de todas las formas de

discriminación en contra de la mujer; la Convención-marco sobre medio ambiente del MERCOSUL; la

Convención-marco de las Naciones Unidas sobre cambio del clima; el Protocolo de Kioto a la

Convención-marco de las Naciones Unidas sobre cambio de clima; la Convención sobre la diversidad

biológica; la Convención Interamericana para la eliminación de todas las formas de discriminación en

contra de las personas portadoras de deficiencia; Declaración sobre la eliminación de todas las formas de

intolerancia y discriminación fundadas en la religión o en las convicciones; Declaración de Principios

sobre la tolerancia; Declaración sobre el derecho al desarrollo; Convención sobre los derechos de las

personas con discapacidad y tantas otras de incontestable importancia. Parece que, finalmente, la sociedad

internacional ha tomado conciencia de la relevancia de la educación para la consecución de los objetivos

establecidos en la Carta de las Naciones Unidas y en la Declaración Universal de los Derechos del

Hombre.

11

Esta creciente toma de conciencia se refleja en la adopción, por parte de los

cuarenta y siete países miembros de la Organización, de la Carta del Consejo de Europa

sobre Educación para la ciudadanía democrática y Educación en los derechos

humanos, en el marco de la Recomendación CM/Rec (2010)716

. La Carta es el resultado

de amplias consultas a lo largo de varios años y no es vinculante. Será una referencia

importante para todos aquellos que trabajan en la educación para la ciudadanía y los

derechos humanos. Su aplicación hará que los Estados miembros tomen medidas sobre

estos temas y, al hacerlo, contribuirán a diseminar las buenas prácticas y a mejorar la

calidad de la educación en Europa y en el resto del mundo.

La Carta se refiere a la educación para la ciudadanía democrática y la educación

en derechos humanos17

. En relación al primer objetivo, “la educación para la ciudadanía

democrática”, da especial relevancia a la educación, la formación, la sensibilización, la

información, las prácticas y las actividades que, además de aportar a los alumnos

conocimientos, competencias y comprensión y de desarrollar sus actitudes y su

comportamiento, aspiran a darles los medios para ejercer y defender sus derechos y

responsabilidades democráticas en la sociedad, para apreciar la diversidad y para jugar

un papel activo en la vida democrática, con el fin de promover y proteger la democracia

y el Estado de Derecho (art.2.a) En relación al segundo objetivo, “la educación en

derechos humanos”, se refiere a la educación, la formación, la sensibilización, la

información, las prácticas y las actividades que, además de aportar a los alumnos

conocimientos, competencias y comprensión y de desarrollar sus actitudes y su

comportamiento, aspiran a darles los medios para participar en la construcción y

defensa de una cultura universal de los derechos humanos en la sociedad, con el fin de

promover y proteger los derechos humanos y las libertades fundamentales (art.2.b).18

16

Disponible en <http://www.coe.int/t/dg4/education/edc/Source/Charter/EDC_Charter_ES.pdf> (Acceso

el 10.09.2013). 17

Es decir, en la Carta no se tratan explícitamente las áreas relacionadas con la educación intercultural, la

educación para la igualdad, la educación para el desarrollo sostenible y la educación para la paz, excepto

en la medida en que estos temas se solapan e interactúan con la educación para la ciudadanía democrática

y la educación en derechos humanos. 18

Se diferencia entre educación formal, no formal e informal: “La educación formal” concierne al sistema

estructurado de educación y formación que comienza en la escuela infantil y primaria y que continúa en la

enseñanza secundaria y universitaria. Es impartida, normalmente, en los centros de enseñanza general o

profesional y conlleva una titulación (art.2.c); “La educación no formal” se refiere a todo programa

educativo planificado destinado a mejorar una serie de aptitudes y competencias fuera del marco de la

enseñanza formal (art.2.d); por último, “la educación informal” se refiere al proceso por el que cada

12

La Carta reconoce que la educación para la ciudadanía democrática y la

educación en derechos humanos están estrechamente ligadas y se refuerzan

mutuamente. Se diferencian más por el tema y el alcance que por los objetivos y las

prácticas. La educación para la ciudadanía democrática destaca los derechos y las

responsabilidades democráticas y la participación activa, en relación con los aspectos

cívicos, políticos, sociales, económicos, jurídicos y culturales de la sociedad, mientras

que la educación en derechos humanos abarca una gama más amplia de derechos y

libertades fundamentales en todos los ámbitos de la vida (art.3).

Entre los objetivos y principios establece que un elemento fundamental de toda

educación para la ciudadanía democrática y los derechos humanos es la promoción de la

cohesión social, del diálogo intercultural y de la conciencia del valor de la diversidad y

la igualdad, incluida la igualdad entre hombres y mujeres; para ello es esencial adquirir

los conocimientos, las aptitudes personales y sociales y la comprensión que permitan

reducir los conflictos, apreciar y comprender mejor las diferencias entre creencias y

grupos étnicos, establecer un respeto mutuo por la dignidad humana y los valores

compartidos, fomentar el diálogo y promover la no violencia para la resolución de los

problemas y los conflictos (art.5.f). Uno de los objetivos fundamentales de toda

educación para la ciudadanía y los derechos humanos no sólo es aportar a los

estudiantes conocimientos, comprensión y competencias, sino también reforzar su

capacidad de acción en el seno de la sociedad para defender y promover los derechos

humanos, la democracia y el estado de derecho (art.5.g).

En relación a las políticas de implantación, la Carta establece que los Estados

miembros deberían incluir la educación para la ciudadanía democrática y la educación

en derechos humanos en los programas de educación formal en los niveles de infantil,

primaria y secundaria, así como en la enseñanza y la formación general y profesional y

también en la superior y universitaria. Los Estados miembros deberían seguir apoyando,

revisando y actualizando la educación para la ciudadanía democrática y la educación en

individuo adquiere, a lo largo de la vida, actitudes, valores, competencias y conocimientos gracias a las

influencias y los recursos educativos de su entorno y a su experiencia cotidiana (familia, compañeros,

vecinos, reuniones, bibliotecas, medios de comunicación, trabajo, tiempo libre, etc.) (art.2.e).

13

derechos humanos en estos programas con el fin de garantizar su pertinencia y asegurar

la continuidad de esta materia (art.6). Esto lo armoniza con la necesidad de formación:

Los Estados miembros deberían ofrecer a los profesores, al personal relacionado

con la educación, a los responsables de juventud y a los formadores, la

formación inicial y continua, y el perfeccionamiento necesario en materia de

educación para la ciudadanía democrática y la educación en derechos humanos,

que garantice el conocimiento y comprensión en profundidad de los objetivos y

principios de esta materia y los métodos apropiados de enseñanza y aprendizaje,

así como otras habilidades necesarias para sus actividades educativas (art.9).

Lo complementa con exigencias de evaluación, revisión e investigación de los

resultados obtenidos (arts. 10-16).

En cuanto a la política educativa de la Unión Europea, se configura actualmente por dos

líneas estratégicas: la dimensión europea de la educación como modo de configurar la

ciudadanía europea y la estrategia de Lisboa dirigida a hacer de Europa la economía

más dinámica y competitiva basada en el conocimiento.

En cuanto al primer aspecto, el Tratado de Maastricht de 1992 y el de Ámsterdam de

1997 supusieron un giro en el planteamiento educativo de la Unión. La creación de la

“ciudadanía europea” supuso una necesidad de reforzar la dimensión europea de la

educación como estrategia educativa para dar a conocer a los europeos sus derechos y

obligaciones, promover el sentido de pertenencia y de identidad europea y ser

conscientes de unos valores compartidos. En 1997, la Comisión Europea, mediante el

documento “Towards a Europe of Knowledge”19

dio una directriz general que consistió

en la gradual construcción de un área europea de educación abierta y accesible a los

ciudadanos, que se estructuró en torno a tres ejes: la formación permanente, la

dimensión europea y la educación por competencias20

.

En cuanto al segundo aspecto, según el Tratado de Lisboa, la Unión reconoce los

derechos, libertades y principios enunciados en la Carta de los Derechos fundamentales

19

Disponible en <http://eur-

lex.europa.eu/LexUriServ/LexUriServ.do?uri=COM:1997:0563:FIN:EN:PDF> (Acceso el 05.10.2013). 20

Cfr. A. MARTÍNEZ-CARBONELL LÓPEZ, op.cit., pp. 204 y ss.

14

de 7 de diciembre de 2000, tal como fue adaptada el 7 de diciembre de 2007, la cual,

proclama, tendrá el mismo valor jurídico que los Tratados21

.

La Estrategia de Lisboa es consecuencia de que en el año 2000 los jefes de gobierno y

de Estado de los quince países que integraban entonces la Unión Europea, acordaron

como objetivo estratégico para la primera década del nuevo milenio:

Convertirse en la economía basada en el conocimiento más competitiva y

dinámica del mundo, capaz de crecer económicamente de manera

sostenible con más y mejor empleo y con mayor cohesión social.

Sin embargo, los informes de seguimiento del Programa “Educación y Formación

2010”22

pusieron de manifiesto la falta de éxito y la dispersión de las medidas que cada

país había ido adoptando que, junto a la actual crisis económica, hacen necesario

replantear la Estrategia de Lisboa. Se ha propuesto un nuevo plan estratégico de

“Educación y Formación” hasta el año 202023

que promueve el aprendizaje permanente,

la enseñanza no formal y potenciar la movilidad de alumnos y profesores. El reto

educativo que tiene Europa ante sí es el de conciliar la formación tecnológica y

científica con una propuesta de orientación humanista. La ciencia y la técnica no bastan

por sí solas para solucionar los problemas.

3. ¿Por qué y para qué una educación para los Derechos Humanos?

A pesar de que el reconocimiento de la educación como herramienta eficaz

para la formación de un individuo remonte a milenios, es en los últimos años cuando la

21 Vid. la Ley Orgánica 1/2008, de 30 de julio por la que se autoriza la ratificación por España del Tratado

de Lisboa, por la que se modifican el Tratado de la Unión Europea y el Tratado Constitutivo de la

Comunidad Europea, firmado en la capital portuguesa el 13 de diciembre de 2007. En esta ley Orgánica

se reproduce el texto íntegro de la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea. La Carta

reconoce, en su artículo 14, el derecho a la educación. Sobre los valores en Europa, vid. A. E. PÉREZ

LUÑO, Nuevos retos del Estado constitucional: valores, derechos garantías, Cuadernos de la Cátedra de

Democracia y Derechos Humanos, 2, Universidad de Alcalá, 2010, pp.35-54.

22Disponible en

<http://europa.eu/legislation_summaries/education_training_youth/general_framework/c11086_es.htm>

(Acceso el 30.04.2014). 23

Disponible en

<http://europa.eu/legislation_summaries/education_training_youth/general_framework/ef0016_es.htm>

(Acceso el 30.04.2014).

15

sociedad ha tomado conciencia de la relevancia de una educación dirigida a los

Derechos Humanos. Es una ingenuidad pensar que la educación resolverá todos los

problemas actuales de la humanidad. Sin embargo, puede ayudar a entender sus causas

y ofrecer material para analizar y llevar a cabo un diagnóstico con la consiguiente

adopción de actitudes y comportamientos que permitan neutralizar los males

contemporáneos. Educar para los derechos humanos es crear una cultura preventiva,

fundamental para erradicar la violación de los mismos. Con ella conseguiremos

efectivamente dar a conocer los derechos humanos, distinguirlos, actuar a su favor y,

principalmente, disfrutarlos. La educación en derechos humanos es un poderoso

instrumento para la prevención de las violaciones de derechos humanos, fomentando la

conducta y las actitudes basadas en la tolerancia, la solidaridad y el respeto. Si se

consiguen crear sociedades donde la protección de los derechos humanos sea

comprendida por todos –y la responsabilidad es de todos– la educación en derechos

humanos puede desempeñar un papel muy importante en la protección de estos

derechos.24

La necesidad de una educación enfocada a los derechos humanos aparece de

forma incipiente e indirecta en la Carta de las Naciones Unidas – “[... ] tomar medidas

efectivas para evitar amenazas a la paz [...] llegar, por medios pacíficos y en

conformidad con los principios de la justicia y del derecho internacional, a un ajuste o

solución de las controversias [...]” (Artículo 1, ítem 1); “Desenvolver relaciones

amistosas entre las naciones, basadas en el respeto al principio de igualdad de derechos

y de autodeterminación de los pueblos [...]” (Artículo 1, ítem 2); “promover y estimular

el respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales para todos, sin

distinción de raza, sexo, lengua o religión”. (Artículo 1, ítem 3) y, de forma explícita, en

la Declaración Universal de los Derechos del Hombre – “[...] cada individuo y cada

órgano de la sociedad, teniendo siempre presente esta Declaración, se esfuerce, a través

de la enseñanza y de la educación, por promover el respeto a esos derechos y

libertades,[ ....]”. (Preámbulo)

24

G. PECES-BARBA MARTÍNEZ, “La incorporación del derecho y de los derechos humanos en la

educación”, en S. RIBOTTA (ed.), Educación en Derechos Humanos. La asignatura pendiente,

Dykinson, Madrid, 2006. pp. 25-44; también, vid. G. PECES-BARBA MARTÍNEZ (con la colaboración

de E. Fernández García, R. de Asís Roig y F.J. Ansuátegui Roig), Educación para la ciudadanía y

derechos humanos, Espasa Libreros, Madrid, 2007.

16

La UNESCO -agencia especializada de las Naciones Unidas para la

Educación, la Ciencia y la Cultura- atenta a las necesidades de la educación, adoptó

innumerables acciones internacionales para llevar a cabo una educación en derechos

humanos. De entre sus principales acciones cabe destacar: el Congreso Internacional

sobre la Enseñanza de Derechos Humanos (Viena, 1978); el Congreso de Malta y la

Recomendación sobre la Enseñanza, Documentación e Información sobre Derechos

Humanos (Malta, 1987); el Foro Internacional Educación para la Democracia (Túnez,

1992); el Congreso Internacional sobre Educación para los Derechos Humanos y la

Democracia y la elaboración del Plan de Acción Mundial para la concretización de esta

educación (Montreal, 1993); y, por último, la 44ª Reunión de la Conferencia

Internacional de Educación (1994).

Sensibilizada con la respuesta de la sociedad internacional a las iniciativas

de la UNESCO, la Asamblea General de las Naciones Unidas, a través de la Resolución

49/184, del 21 de diciembre de 1994, proclamó que el decenio que se comenzaría el 1º

de Enero de 1995 sería designado como Decenio de las Naciones Unidas para la

Educación en Derechos Humanos. Atendiendo a la determinación de la Asamblea

General, la Alta Comisaria de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

presentó un Plan de Acción denominado “Plan de acción de las Naciones Unidas para la

Educación en el Ámbito de los Derechos Humanos, 1995 a 2004: Educación en el

Ámbito de los Derechos Humanos. Lecciones para la vida”.25

Define la educación para

los Derechos Humanos como:

[…] el conjunto de actividades de capacitación, difusión e información

encaminadas para crear una cultura universal en el ámbito de los

derechos humanos, actividades que se realizan transmitiendo

conocimientos y moldeando actitudes [....].

Y especifica sus objetivos: (a) fortalecer el respeto a los derechos humanos y a las

libertades fundamentales; (b) desarrollar plenamente la personalidad humana y el

sentido de la dignidad del ser humano; (c) promover la comprensión, la tolerancia, la

igualdad entre los sexos y la amistad entre todas las naciones, las poblaciones indígenas

y los grupos raciales, nacionales, étnicos, religiosos y lingüísticos; (d) facilitar la

25

A/51/506/Add.1, 12 de diciembre de 1996.

17

participación eficaz de todas las personas en una sociedad libre; (e) intensificar las

actividades de las Naciones Unidas en el mantenimiento de la paz.

La Asamblea General declara expresamente que considera fundamental para

el éxito de las actividades previstas en el plan de acción, la participación activa no solo

de los gobiernos y de los órganos especializados de las Naciones Unidas, sino

especialmente de organizaciones no gubernamentales, organizaciones de base

comunitaria y asociaciones profesionales. Para ello hace un llamamiento e insta a

las organizaciones no gubernamentales internacionales, regionales y

nacionales, particularmente las interesadas en las cuestiones relativas a la

mujer, al trabajo, al desarrollo y al medio ambiente, así como a todos los

demás grupos dedicados a la justicia social, a los defensores de los derechos

humanos, a los educadores, a las organizaciones religiosas y a los medios de

información, a que amplíen su participación en la educación escolar y no

escolar, en el ámbito de los derechos humanos y que cooperen con el Centro

de Derechos Humanos en la ejecución de las actividades del Decenio de las

Naciones Unidas para la educación en derechos humanos.26

4. Contenidos y objetivos

La relevancia de la educación para el individuo y para la sociedad, así como

la necesidad de implementar una educación dirigida al conocimiento, al respeto y al

ejercicio de los derechos humanos parece ser materia absolutamente pacífica y unánime.

Esta es sin duda la mejor forma de afianzarlos y protegerlos. Sin embargo, a pesar de

que el propio Plan de Acción de las Naciones Unidas haya apuntado los objetivos, el

gran desafío está en la definición concreta de los contenidos que se han de abordar, pues

la cuestión es propicia a la ideologización27

. Por su parte, Asís Roig apunta otros dos

desafíos más: el problema de la metodología y la cuestión del poder.28

26

Introducción, ítem 6. A/51/506/Add.1, 12.12.1996. 27

El derecho a la educación ha sido objeto de numerosas controversias en aras de una clarificación de su

contenido e interpretación, tanto doctrinal como jurisprudencial. Esta polémica se ha proyectado también

sobre la educación en derechos humanos, pues está aquejada tanto de perplejidades como de

problemáticas adyacentes que acaban derivando en polémicas socio-políticas y jurídicas, llegando hasta el

18

El primer desafío, la cuestión de la ideología, tiene que ver con el hecho de

que la educación no es un instrumento neutro (aunque algunos aún así la definan y

modernamente hay una tendencia, vinculada a la ideología de la globalización, en

concebirla así). De esta forma, la simple opción por esta educación es una cuestión

ideológica, así como lo será también la definición del propio contenido porque hay una

multiplicidad de concepciones y conceptos sobre derechos humanos.

El segundo problema, el de la metodología tiene que ver con la falta de un

acuerdo acerca de cómo se impartirá esa educación. Básicamente hay dos posiciones:

aquellos que defienden como estrategia un modelo de educación formal, es decir, a

través de una asignatura específica, con contenido fijo y evaluaciones formales y,

aquéllos otros que defienden un modelo de educación transversal, es decir, la cuestión

de los derechos humanos estaría presente en todos los contenidos de las más diversas

asignaturas.

El tercer desafío, el problema del poder, se refiere a otro tipo de cuestión, un

poco alejada de la principal, pero que interfiere en esta de forma contundente. Se trata

de la determinación de quiénes serán los educadores y quién definirá los contenidos y

Tribunal Constitucional algunos de los aspectos relacionados con la misma. Así, uno de los primeros

interrogantes que surgen es si se debería educar en derechos humanos en la escuela (V. BELLVER

CAPELLA, “Diez preguntas sobre educación y Derechos humanos en un mundo globalizado”, en

Estudios de Filosofía del Derecho y Filosofía Política. Homenaje al Profesor Alberto Montoro

Ballesteros, Universidad de Murcia, EDINUM Munera, 2013, pp. 356). Junto a esta cuestión, se puede

apuntar la controversia que se ha suscitado en España con ocasión de la implantación de la asignatura de

“Educación para la ciudadanía” y si se trataba de educación o adoctrinamiento (Sobre las vicisitudes

jurídicas de esta asignatura, vid. L. PRIETO SANCHÍS, “Educación para la ciudadanía y objeción de

conciencia”, en Persona y Derecho, nº60, 2009, pp.209 y ss.; también, G. PECES-BARBA MARTÍNEZ,

“La incorporación del derecho y de los derechos humanos en la educación”, en S. RIBOTTA (ed.),

Educación en Derechos Humanos, cit., pp.26-44; también, N. BELLOSO MARTÍN, “La implantación de

la disciplina ‘Educación para la ciudadanía’: ¿adoctrinamiento estatal o valores constitucionales?”, en C.

Gorczevski (Organizador), Direitos Humanos, Educaçâo e Cidadania, Universidade Federal do Rio Grande

do Sul, Porto Alegre 2007, pp.195-242. Otro tema objeto de polémica ha sido la presencia de símbolos

religiosos en las escuelas públicas, como los crucifijos, llegando hasta el Tribunal Europeo de Derechos

Humanos (Sentencia del TEDH Lautsi c. Italia, de 3 de noviembre de 2009. Sobre el análisis de esta

sentencia Vid, entre otros, S. CAÑAMARES ARRIBAS, “La cruz de Estrasburgo, en torno a la sentencia

Lautsi v. Italia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos”, en RGDCDEE 22, 2010, pp. 1-13; T.

PRIETO ÁLVAREZ, Libertad religiosa y espacios públicos. Laicidad, pluralismo, símbolos, Pamplona

2010; MÜCKI, S., “Crucifijos en las aulas: ¿lesión a los derechos fundamentales?” En RGDCDEE 23,

2010, pp.1-15; Sentencia del Tribunal Europeo de Derechos del Hombre, de 18 marzo 2011 - Recurso n.

30814/06 - Lautsi e altri c. Italia). También la cuestión de la prohibición del velo integral, burka y niqab,

de forma absoluta en los espacios públicos, es un tema complejo y de difícil solución. Por este motivo, en

los últimos años, media Europa, se está planteando su regulación adoptándose diferentes soluciones,

haciendo que el debate se produzca tanto en el ámbito político como en el jurídico. 28

R. DE ASÍS ROIG, “Palabras Previas”, en S. RIBOTTA (ed.), Educación en Derechos Humanos, cit.,

pp.10-11.

19

los objetivos (la cuestión de los educadores es, sin duda, una gran dificultad de orden

práctica que abordaremos seguidamente).

Para asegurar que el enfoque de la educación en derechos humanos no sea

manipulado por los gobernantes de turno y evitar la politización de la asignatura, puede

limitarse su contenido al estudio de los derechos humanos (historia, fundamentación,

evolución) y a los derechos y libertades garantizados en nuestra Carta Magna, a los

principios que rigen nuestro Estado, a las obligaciones y responsabilidades de los

gobernantes y, especialmente a la utilización de las garantías constitucionales, así como

el estudio de las Declaraciones Internacionales de Derechos Humanos, evitándose la

discusión sobre casos concretos y concretamente, sobre temas que no son pacíficos para

la sociedad.

Hay que recordar que los instrumentos de garantía y organización político-

jurídica de nuestro Estado se insertan en el contexto global en el que vivimos. Así,

además de los valores establecidos en nuestras Constituciones, necesariamente hay que

abordar los nuevos elementos que se encuentran en el horizonte político-cultural. Las

guerras, la contaminación ambiental, la amenaza nuclear, el incremento de la pobreza,

las desigualdades sociales, los riesgos de los avances tecnológicos, el recrudecimiento

de las manifestaciones de discriminación, violencia y exclusión social, étnica, racial y

de género, son hechos que no se pueden dejar de abordar. Así, por ejemplo, la propuesta

de Sánchez Rubio, abarca temas tales como los siguientes: 29

(1) Democracia: como ciudadano, son innumerables las esferas de ejercicio

de nuestros derechos y la actuación de manera participativa en la

consecución de los objetivos establecidos por la soberanía popular.

29

D. SÁNCHEZ RUBIO, Educación para la ciudadanía y los derechos humanos. Propuesta didáctica,

Algaida, Madrid, 2007.

Por su parte, S. Ribotta, subraya que la educación en derechos humanos permite englobar diversas

temáticas que, a veces, fragmentariamente, están presentes en el diseño curricular: Educación en un

ejercicio responsable de la ciudadanía (Educación para la democracia); Educación para gestionar el

conflicto y fomentar la paz (educar para la cultura de la paz); Educar para aceptar al diferente, bien sea

diferente por opinión, raza, religión, etnia, lengua (educación en tolerancia y pluralismo); Educar en el

respeto al entorno natural y en la responsabilidad con las generaciones futuras (educación medioambiental

y en un desarrollo sostenible); Educación para ser autónomos, capaces de tomar nuestras propias

decisiones y asumir las consecuencias (educación para la libertad).(S. RIBOTTA, “Educación en y para

los derechos humanos: la educación en convivencia mundial. El desafío del siglo XXI”, cit., p.156).

20

(2) Cultura de la paz: cuando se expresa la preocupación por buscar

soluciones pacíficas a los conflictos, se promueven valores democráticos de

convivencia social, se preservan las relaciones humanas y se crece como

sociedad al mismo tiempo en que se crece individualmente.30

(3) Solidaridad y cooperación: una característica de todo ser humano es la

predisposición a ayudar a quien lo necesite. El principio de la solidaridad y

de la cooperación deberá ser trabajado y valorado.

(4) Diversidad y multiculturalismo: una característica marcada de la

sociedad moderna fue su rápida transformación en comunidades

multiculturales, multiétnicas y multirreligiosas. Así, la aceptación del

pluralismo y una educación multicultural junto al respeto a las diferencias es

vital para que se evite el racismo, la xenofobia y el odio de quien no

entiende lo diferente.

(5) Género y sexualidad: una de las más antiguas discriminaciones es la

cuestión de género que, incluso actualmente, difícilmente se aborda en las

escuelas con la profundidad que merece. También habría que dedicar

atención a la delicada cuestión de la opción sexual.

(6) Consumo responsable: el sistema capitalista nos impone una cultura

consumista altamente dañosa, que descuida los derechos de los

consumidores así como la protección del medio ambiente. Los ciudadanos

deben conocer bien sus reales necesidades y sus derechos como

consumidores.

(7) Medio ambiente: una ciudadanía responsable comienza dentro de

nuestras casas, utilizando el agua con criterio, ahorrando energía, separando

la basura para reciclaje y tantas otras medidas sencillas y eficaces que

contribuirán a la preservación ambiental y al desarrollo sostenible.

30

Para profundizar el tema vid. C. GORCZEVSKI, Jurisdição Paraestatal: Solução de conflitos com

respeito a cidadania e aos direitos humanos na sociedade multicultural, Imprensa Livre, Porto Alegre,

2007.

21

Y también habría que estar atento a una necesaria adaptación a las

realidades locales: responsabilidad en el tránsito, drogas, violencia urbana y otros

temas importantes para las comunidades locales. Son los objetivos específicos que

van a determinar los contenidos y estos se deberán fijar por la sociedad en respuesta

a la siguiente cuestión: ¿cómo queremos que sean nuestros hijos? Es evidente que la

educación debe formar ciudadanos responsables y participativos y, como recuerda

Kymlicka, ésta ha sido una de las principales razones para hacer la escuela pública y

obligatoria.31

Por lo tanto, la educación deberá incluir también, pero superándola en

gran medida, la educación cívica. Así, no se puede restringir únicamente a las

cuestiones nacionales, como sostenía Aristóteles cuando afirmaba que un ciudadano

debería ser educado en armonía con la forma de gobierno con la que vivía.32

El

contenido ideal es el que encuentra el equilibrio entre un contenido puramente de

derechos humanos (más universal) y un derecho de ciudadanía (más local).

5. Métodos y Técnicas

Siendo el ejercicio de los derechos humanos y de la ciudadanía una cuestión

fundamentalmente cultural, de mentalidad y hábito, su efectiva concretización

solamente será realidad si insistimos a través del proceso educacional. Cualquiera de las

formas es eficaz: por la educación formal, a través de una asignatura específica, por el

modelo de educación transversal, o incluso mediante la educación no formal. Optar por

una vía no significa necesariamente eliminar la otra33

. Nos atrevemos a discrepar de

Kymlicka cuando afirma que “las escuelas tienen un papel inevitable, en parte porque

ninguna otra institución social puede tomar su lugar”.34

La educación puede producirse

en cualquier lugar: en las empresas, en los clubs, en las iglesias, en las asociaciones y

sindicatos, etc. Educación no es sólo enseñanza y enseñanza no es un sólo tipo de

educación definida por los planes de estudio escolares. Acierta la Carta Magna

brasileña cuando establece que el Estado tiene el deber de garantizar la educación, pero

31

W. KYMLICKA, La Política Vernácula. Nacionalismo, multiculturalismo y ciudadanía. Paidós,

Barcelona-Buenos Aires-México, 2003, p. 343. 32

ARISTÓTELES, Política, Texto Integral. Martin Claret, São Paulo, Livro VIII, Capítulo I, p. 267.

33 La Constitución Brasileña, en su artículo 205, prescribe que: “A educação, direito de todos e dever do

Estado e da família, será promovida e incentivada com a colaboração da sociedade, visando ao pleno

desenvolvimento da pessoa, seu preparo para o exercício da cidadania e sua qualificação para o trabalho

[...]”, por lo que entendemos que no se puede restringir la educación a la enseñanza escolar formal.

34 W. KYMLICKA, La política vernácula. Nacionalismo, multiculturalismo y ciudadanía, cit., p. 351.

22

no su monopolio. Muchos Estados reconocidamente democráticos reivindican el

monopolio educacional –eficaz forma de moldear a un ciudadano-, permitiéndole el

acceso a la versión oficial y tal vez, a una educación domesticadora. En la educación

también se debe respetar la opción de eligir entre la oferta pública y la privada, pues la

ciudadanía comienza con libertad: ciudadano es, ante todo, un hombre libre y el hombre

libre es un ciudadano.

En España, las diversas reformas educativas que se han ido produciendo, han ido

acompañadas de un debate intenso. En líneas generales, se han decantado por una

formación integral del alumnado, que contemple de manera armónica tanto los aspectos

intelectuales como los morales y que potencie el desarrollo de su personalidad, sin

olvidar el contexto social en el que éste vive35

. La dimensión curricular desde una

concepción humanista con la incorporación de los problemas sociales, a través de los

temas transversales, supuso en la práctica la aceptación por parte del sistema educativo

de una función ético-moral de la educación que complementaba la científica36

.

35 La decidida orientación humanizadora de esta reforma educativa se intenta plasmar en diseños

curriculares desde una triple perspectiva: en los contenidos actitudinales de cada área curricular, en

algunas materias optativas y a través de los llamados ejes, materias o temas transversales. No nos

detenemos en un análisis del derecho a la educación en la Constitución española porque no es el tema que

estamos tratando. Vid. Mª.I. GARRIDO GÓMEZ, La política social de la familia en la Unión Europea,

Dykinson, Madrid, 2000, pp.191-194.

36 En el ámbito español, un pionero en la educación en derechos humanos ha sido J. Tuvilla Rayo.

Subraya que las editoriales, las ONG y los centros de formación del profesorado no deben ser ajenos a

esta tarea. Destaca una innumerable producción de materiales, tales como: La enseñanza de los derechos

humanos (R.Sánchez Freís/ L. Jiménez Quesada, Ariel, Barcelona, 1995), Guía de los Derechos Humanos

(J. Beltrán/ A.Roig, Alambra Longman, 1993), Educación en Derechos Humanos. Propuestas didácticas

(Sección Española de Amnistía Internacional, Madrid, 1995), Cómo educar para la democracia:

estrategias educativas (G. Pérez Serrano, Popular, Madrid, 1997), Derechos Humanos y Educación.

Textos fundamentales. Textos complementarios (F. García Moriyón, Ediciones de la Torre, 1999), entre

otras muchas. (J. TUVILLA RAYO, “La educación en Derechos humanos en España”

<http://www.adide.org/revista/index.php?option=com_content&task=view&id=420&Itemid=65> (acceso

el 07.08.2013). También cabe destacar: J. TUVILLA RAYO, Educación para la Paz y los Derechos

Humanos: Propuesta curricular, Consejería de Educación y Ciencia de la Junta de Andalucía y AGFA,

Sevilla, 1995; J. TUVILLA RAYO, Educar en los Derechos Humanos, Madrid, Editorial CCS, 1998;

23

Para que la educación en derechos humanos sea realmente efectiva, Mestre

Chust sugiere que se divida la transmisión de las informaciones en tres etapas: (1) Etapa

cognitiva: donde se presentan al alumno informaciones detalladas sobre los derechos

humanos (historia, valores, fundamentación, concretización...) adaptados a su

desarrollo, tanto moral como de aprendizaje. (2) Etapa emocional: donde se debe hacer

que el alumno sienta emociones relacionadas con los derechos humanos y sus

violaciones. Mediante imágenes, textos, películas, se podrá hacer sentir emociones a

través de su identificación con las víctimas. Hacer que compartan la rabia, la frustración

y la desesperación, que puedan entender lo que sienten las víctimas de las violaciones

de los derechos humanos.37

(3) Etapa activa: después de informar y emocionar, se

deberán aprovechar estos elementos para que los alumnos puedan canalizar sus deseos

de actuar. Este es un instrumento fundamental, ya que el objetivo de la educación para

los derechos humanos no es que los alumnos se limiten a conocer la situación de los

derechos humanos, ni tampoco que simplemente se identifiquen con las víctimas. Su

X.R. JARES, Educación y Derechos humanos. Estrategias didácticas y organizativas. Madrid, Editorial

Popular, 2002; F. GIL CANTERO.; G. JOVER, D. REYERO, La enseñanza de los derechos humanos. 30

preguntas, 29 respuestas y 76 actividades. Barcelona, Paidós, 2001, entre otras. En la labor de difusión de

los derechos humanos y, en particular, de los derechos de los niños y niñas en los centros educativos, hay

que subrayar el papel de las instituciones de defensoría del pueblo, estatal y autonómicas, entre cuyas

publicaciones destacamos las editadas por el Ararteko del País Vasco (Materiales para la educación en

derechos humanos y Materiales basados en la Convención sobre la infancia), del Defensor del Menor de

Andalucía (La Convención sobre los derechos de los niños/ as: propuestas para educación secundaria) y

del Defensor de Navarra (Estrategias de incorporación de valores y derechos en la educación

secundaria), de 2013).También cabe mencionar otros textos y materiales como: AMNISTÍA

INTERNACIONAL (edit.), Educación en Derechos Humanos. Propuestas didácticas. Los libros de la

Catarata y Sección Española de Amnistía Internacional, Madrid, 1995; AMINISTÍA INTERNACIONAL,

Educación en derechos humanos: asignatura suspensa. Informe sobre la formación en las escuelas de

magisterio y facultades de pedagogía y ciencias de la educación en materia de derechos humanos,

febrero, 2003; AA.VV., Plan Andaluz de Educación para la Cultura de Paz y No Violencia; Consejería

de Educación y Ciencia de la Junta de Andalucía, 2001; La enseñanza de los derechos humanos.

Actividades prácticas para escuelas primarias y secundarias, ACNUDH Naciones Unidas, New

York/Ginebra, 2004.

37 J.V. MESTRE CHUST, La necesidad de la educación en Derechos Humanos, Editorial UOC,

Barcelona, 2007, p. 31-33.

24

verdadero objetivo es el de crear ciudadanos activos, participativos, defensores y

seguidores de los derechos humanos.38

¿Y en cuanto al modelo pedagógico? Es significativa la falta de referencia de

modelos en las Declaraciones Internacionales. Entendemos que esto viene a corroborar

la idea de que lo más importante no es el modelo. Independientemente de que se utilice

una pedagogía tradicional, renovada, tecnicista, libertadora o crítica social, el ejemplo

es lo más importante. Como dijo Turgot “o problema essencial da educação é dar o

exemplo”39

. En este tema afirmamos que el principio didáctico más eficaz es el de vivir

los derechos humanos, pues “ninguém pode ensinar verdadeiramente se não ensina

alguma coisa que seja verdadeira ou válida a seus próprios olhos”.40

Efectivamente,

una educación dirigida a los derechos humanos no se cumple únicamente a nivel

discursivo. La dicotomía entre el discurso y la práctica es la negación de cualquier

posibilidad educativa41

. Esto quiere decir que no se puede educar para el respeto a

aquellos a quienes no respetamos; no se puede hablar de fraternidad a los que

oprimimos; es hipocresía predicar la participación de aquellos a quienes callamos.

6. Obstáculos

Además de las dificultades ya referidas, la implementación de una

asignatura dirigida a los derechos humanos -o su abordaje de forma transversal– debe

hacer frente a otros obstáculos de orden práctico, entre los que cabe apuntar:

(1) La fijación de contenidos: como hemos explicado, la educación es capaz

de cambiar al individuo y a la sociedad y, considerando que el tema a abordar es

extremadamente propicio a la ideologización, la fijación de los contenidos que se deben

de trabajar debe ser el resultado de un consenso político. Nuestra historia política

demuestra la existencia de una fuerte bipolarización de ideas y son raros los momentos

de consonancia.

38

J.V. MESTRE CHUST, La necesidad de la educación en Derechos Humanos, Ibidem. 39

"Le grand point de l’éducation c’est de preacher d’exemple” (Turgot (1727– 781). Carta a Mme. de

Graggigny). 40

J.C. FORQUIN, Escola e Cultura, Artes Médicas, Porto Alegre, 1993, p. 9. 41

R. BRISOLLA BALESTRERI, “O que é educar para a cidadania”, en Educando para a Cidadania. Os

direitos humanos no currículo escolar, Seção Brasileira da Amnistia Internacional/Centro de

Assessoramento a programas de educação para a cidadania, Porto Alegre/São Paulo, 1992, p. 10.

25

(2) Voluntad política: en España, el Ministerio de Educación o, al menos,

las Consejerías de Educación de las Comunidades Autónomas, deberían haber dictado

unas directrices comunes para el diseño de los planes de estudio en el EEES. Sin

embargo, no ha sido así dejando que cada Universidad hiciera su diseño particular –que

poco tiene que ver con la movilidad de estudiantes que se presentaba como el reto

siguiendo las directrices del Plan de Bolonia-. La reducción a cuatro años de los

estudios del Grado en Derecho ha llevado a que esta temática haya tenido que hacerse

un hueco en los planes de estudio como asignatura optativa o bien, como algunos temas

del programa de otras asignaturas, como “Teoría del Derecho”. En relación a Brasil, a

pesar de que haya elaborado un Plan Nacional de Educación en Derechos Humanos y

con ello haya asumido al compromiso oficial de elaborar políticas públicas educativas

para la efectiva consolidación de una cultura de derechos humanos, este documento no

posee fuerza vinculante. Se trata de un instrumento orientador de acciones educativas, y

solamente sugiere algunas acciones.42

No hay una iniciativa más contundente como, por

ejemplo, implementar una asignatura de Derechos Humanos obligatoria en los distintos

niveles de enseñanza. Tampoco es asignatura que integre el plan de estudios de las

Facultades de Derecho o de la formación de docentes.

(3) El desconocimiento del tema: si bien en España la asignatura goza de

amplia difusión43

, cuestión distinta es en Brasil. Hemos consultado el plan de estudios

de más de cuarenta cursos de Pedagogía, de Educación y de Derecho en diversas

Facultades, Centros universitarios y Universidades de todo el territorio, abarcando -

aunque de forma aleatoria-, todas las regiones del país. El resultado ha sido que de los

planes de estudio de Derecho, sólo nueve ofertan la asignatura de “Derechos Humanos”

como asignatura obligatoria y seis cursos la ofertan como asignatura optativa. Ninguno

42

Como declaró la propia coordinadora del Comité Nacional de Educación en Derechos Humanos: “O

documento traz sugestões de ações programáticas que servirão para orientar os Estados na perspectiva da

inclusão da educação de direitos humanos” (A. MONTEIRO, Coordinadora del Comité Nacional de

Educación en Derechos Humanos. Entrevista publicada en el diario Tribuna Popular. 12/06/2007).

(www.jornaltribunapopular.wordpress.com/2007/06/12). 43

Aguilera Portales apunta que: “[…] es urgente y vital activar una educación para los derechos humanos.

Los derechos humanos constituyen un conjunto de facultades e instituciones que, en cada momento

histórico, han ido concretando las exigencias de la dignidad, igualdad y libertad humana, exigencias

fundamentales que forman parte de sociedades democráticas desarrolladas. Si queremos educar nuevos

profesionales para una reforma de la administración de justicia, es preciso revitalizar una Educación

fuerte en valores cívico-jurídicos y democráticos”. (R.E. AGUILERA PORTALES, “La formación del

jurista en una nueva enseñanza del Derecho”. Accesible en <

http://fldm.edu.mx/pdf/revista/no1/la_formacion_jurista_en_una_nueva_ensenanza_del_derecho.pdf>

(Acceso el 02.05.2014); también, vid. R. VÁZQUEZ, “Derecho y Educación”, en Introducción a la

Filosofía del Derecho (entre la libertad y la igualdad), Trotta, Madrid, 2006, pp. 225-255.

26

de los planes de estudio de las Facultades de Educación la ofertan, ni tan siquiera como

asignatura optativa. En los planes de estudio de la Titulación en Pedagogía, solamente

uno ofrece la asignatura.44

Entonces, ¿de qué manera se va a tratar al tema cuando es

claramente desconocido por los propios profesores?

(4) Personal cualificado: además de que no se presta atención a esta materia

en los diseños curriculares de los estudios jurídicos, tampoco es objeto de estudio en los

cursos de formación de profesores. La falta de persona especializado y cualificado en la

materia contribuye a que apenas se tome en consideración la educación en derechos

humanos.

Consideraciones finales

La importancia y la necesidad de implementar una educación dirigida a los

derechos humanos no es una cuestión pacífica. A pesar de que esté recomendada por las

Naciones Unidas, reconocida por los Estados y por la sociedad, se detecta un conjunto

de obstáculos de orden práctico para su implementación como asignatura autónoma o

incluso como tema transversal.

En el contexto brasileño, esta cuestión se agudiza porque además de las

dificultades ya referidas hay un desconocimiento del objeto casi total. Ningún plan de

estudios de Pedagogía y/o Educación contempla esta materia. Incluso, en las

titulaciones jurídicas, son excepcionales las que ofrecen la oportunidad de un profundo

y serio abordaje del tema. Así, de hecho hay una gran carencia de profesionales

preparados para asumir dicho encargo. Por lo tanto, son necesarias políticas públicas

para la formación de estos profesionales, lo que nos lleva a otra cuestión: ¿hay

efectivamente voluntad política por parte de nuestros gobernantes en implementar esta

educación?

En el contexto español, si bien la materia no ha podido ocupar el lugar que le

corresponde en los planes de estudio de ámbito universitario, sin embargo, su difusión

44

En este sentido, afirma Monteiro: “A temática será abordada de forma interdisciplinar, o que significa

dizer que professores de todas as matérias deverão trabalhar temas ligados aos direitos humanos,

utilizando, por exemplo, notícias de jornais e revistas, textos do Estatuto da Criança e do Adolescente”

(Ibidem).

27

ha sido meritoria gracias a la constitución de Institutos de Derechos Humanos45

y

Observatorios de Derechos Humanos vinculados a Universidades así como numerosos

materiales educativos que se han ido diseñando al objeto de hacer realidad una

enseñanza de los derechos humanos46

. Desde resúmenes detallados de la legislación

nacional e internacional reguladora, a Informes de Observatorios de Derechos Humanos

y Asociaciones, libros y revistas, páginas web, juegos interactivos, unidades didácticas

transversales diseñadas en función de las diversas franjas de edad escolar para una

mejor comprensión por parte de los alumnos. Las líneas de actuación han sido variadas:

desde la educación transversal en valores a una educación para la paz y otras varias47

.

Concretamente, cabe destacar dos propuestas de buenas prácticas para impulsar y

difundir la educación en derechos humanos. La primera es la implantación en los

centros escolares de la mediación escolar, como uno de los instrumentos que permiten

enseñar los derechos humanos de igualdad, paz, libertad, solidaridad, y valores como

respeto, comprensión y empatía, entre otros48

; la segunda, es la formación de

profesorado especializado en educar en derechos humanos.

45

Cabe destacar, entre otros, el Instituto de Derechos Humanos Bartolomé de las Casas de la Universidad

Carlos III de Madrid (<http://portal.uc3m.es/portal/page/portal/instituto_derechos_humanos>), el Institut

de Drets Humans de la Universitat de València <http://idh.uv.es/> y el Institut de Drets Humans de

Catalunya <http://www.idhc.org/esp/11_institut.asp> donde se pueden encontrar publicaciones, informes

y legislación sobre Derechos Humanos así como información sobre reuniones científicas, Jornadas y

Congresos relacionados con los derechos humanos. 46

Destacamos la Guía de Recursos Educativos sobre Derechos Humanos, en la que se ofrece una

información muy completa sobre páginas web, unidades didácticas webquest, libros y revistas, informes

anuales y derechos humanos y cine. Constituye un instrumento idóneo para los formadores en Derechos

humanos, ya que pueden encontrar toda la actualidad al respecto (en las diversas páginas web, donde se

contienen los enlaces, material y actividades online para poder hacer trabajar a los alumnos y que

conozcan, mediante actividades interactivas, los derechos humanos. El recurso cinematográfico es

también interesante, para acercarse a los derechos humanos a partir de la esclavitud, del maltrato, de la

opresión, de la desigualdad, de la falta de libertad de expresión (<

quhttp://web.educastur.princast.es/cpr/gijon/recursos/GuiaDerechosHumanos.pdf>) (acceso el

09.08.2013). En cuanto a materiales específicos para la educación en derechos humanos, se puede

consultar Materiales para la educación en Derechos Humanos. Al final del documento, en forma de

anexo, aparece una bibliografía comentada en la que se presta especial atención a los libros de educación

en Derechos Humanos y a las guías de recursos existentes. Incluye criterios para la evaluación

(<http://www.ararteko.net/webs/ipfvitoria/mateduc2000/mateduc2000C.pdf>) (acceso el 09.08.2013).

También destacamos Los cuadernos de ejercicio para la enseñanza de los derechos humanos de la

UNESCO. La forma de inserción de estos contenidos responde a las nuevas concepciones acerca de la

transversalidad del currículo (<http://unesdoc.unesco.org/images/0013/001373/137336s.pdf>) (acceso el

09 de agosto de 2013). 47

Destacamos la labor que desarrolla la Fundación Carta de la paz

(www.cartadelapza.org/secretaria@cartadela paz.org)

48 El contexto educativo se perfila como el caldo de cultivo por excelencia, para que desde temprana edad,

los alumnos reciban una formación inscrita en una cultura de la paz, de la resolución de conflictos por

otras vías que no sean las de utilizar la mera fuerza, el argumento de la autoridad, el engaño, la presión o

la decisión de terceros. Conviene fomentar una educación en valores y en derechos humanos, que impulse

el desarrollo de conductas autónomas y responsables desde edades tempranas. La difusión de la

28

Educación para la paz, educación para la democracia y la ciudadanía y

educación para el desarrollo, como apunta Ribotta, forman una tríada de imprescindible

conexión: la de los seres humanos entre sí, la de los seres humanos con la sociedad y

con el Estado y, también, con la naturaleza y medioambiente49

. Por su excepcional

importancia, el tema de la educación para los derechos humanos no puede permanecer a

merced de la voluntad política de los gobiernos de turno o adscrito a un eventual interés

político de los Estados para su implementación. La sociedad como un todo y cada

ciudadano de forma individual puede y debe asumir tal tarea y de forma transversal, en

todas las oportunidades, por cualquier medio, discurrir sobre derechos humanos. Como

afirma Osuna Fernández-Largo:

[...] estou absolutamente convicto que sempre que se discute sobre direitos

humanos, se está contribuindo para sua propagação. Eles não possuem outro

instrumento de difusão senão as convicções que geram à consciência humana.

Equivoca-se quem pensa que os direitos humanos se impõem com as armas, com

os decretos arbitrários do poder político ou violando a autonomia das

consciências.50

Urge, pues, promover las acciones necesarias para que la implantación y difusión de

una educación en derechos humanos sea una realidad. Tanto la formación de un jurista

integral como la de otros muchos profesionales y ciudadanos, lo hacen necesario.

Ignorarlo podría ser un error peligroso porque, como decía Hobbes, “[…] el infierno no

es más que la verdad descubierta demasiado tarde”.

mediación, como forma complementaria de resolución de conflictos, constituye un excelente instrumento

para la consecución de estos objetivos. Para una información más amplia, vid. N. BELLOSO MARTÍN;

A. J. SASTRE PELÁEZ, “La mediación en el ámbito escolar como instrumento de prevención de las

diversas formas de diferencia y de violencia”, Tiempo de Mediación. Liderazgo y Acción para el cambio.

Ponencias Expertos en Mediación. VIII Conferencia internacional. World Mediation Forum Libro Digital.

Vol. I- Valencia, 2012, pp.93-101.

49 S. RIBOTTA, “Educación para la paz en un mundo violento. Claves históricas, conceptuales y

metodológicas”, en Working Papers, nº7, 2011, pp.1-25.

50 A. OSUNA FERNANDEZ-LARGO, “Presentación” a C. GORCZEVSKI, Direitos Humanos. Dos

primórdios da humanidade ao Brasil de hoje, Imprensa Livre, Porto Alegre, 2006.

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