Los fundamentos de la buena predicacion la forma de la predicación

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LOS FUNDAMENTOS DE LA BUENA PREDICACION “La Forma de la Predicación” INTRODUCCION I. La predicación del evangelio tiene un fondo correcto; pero tiene además un diseño correcto. II. En esta segunda lección haremos énfasis en la forma de la predicación del evangelio. III. Lucas 1:2-3. DESARROLLO I. La buena predicación está enmarcada por la sencillez en la argumentación; cf. Mt 11:25. A. Dios se revela en la sencillez y humildad de su palabra; cf. 1 Cor. 2:1-2. B. NO necesitamos argumentos muy sofisticados o complejos para dar a conocer la voluntad del Señor; cf. Sal. 119:130. C. Nuestra predicación debe estar fundamentada en la verdad; pero debe estar enmarcada por la sencillez y la humildad; cf. 2 Cor. 1:12. II. La buena predicación se desarrolla y extiende a partir de un orden determinado… A. Dios es un Dios de orden. 1. Así lo evidencia la creación; cf. Gn. 1. 2. Así lo demuestra su revelación; cf. He. 2:1-2. 3. Así lo demanda a su iglesia; cf. 1 Cor. 14:40. B. La enseñanza ha de ser ordenada. 1. La palabra “orden” es la única que se repite dos veces en la introducción del evangelio de Lucas; Lc. 1:1, 3. 2. Lucas evidencia una disposición, alineación o estructuración en su narración. Es necesaria una buena distribución o acomodación de la información que se ofrece o enseña.

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LOS FUNDAMENTOS

DE LA BUENA PREDICACION

“La Forma de la Predicación”

INTRODUCCIONI. La predicación del evangelio tiene un fondo

correcto; pero tiene además un diseño correcto.II. En esta segunda lección haremos énfasis en la

forma de la predicación del evangelio.III. Lucas 1:2-3.

DESARROLLOI. La buena predicación está enmarcada por la

sencillez en la argumentación; cf. Mt 11:25.

A. Dios se revela en la sencillez y humildad de su palabra; cf. 1 Cor. 2:1-2.

B. NO necesitamos argumentos muy sofisticados o complejos para dar a conocer la voluntad del Señor; cf. Sal. 119:130.

C. Nuestra predicación debe estar fundamentada en la verdad; pero debe estar enmarcada por la sencillez y la humildad; cf. 2 Cor. 1:12.

II. La buena predicación se desarrolla y extiende a partir de un orden determinado…

A. Dios es un Dios de orden.

1. Así lo evidencia la creación; cf. Gn. 1.2. Así lo demuestra su revelación; cf. He.

2:1-2.3. Así lo demanda a su iglesia; cf. 1 Cor.

14:40.

B. La enseñanza ha de ser ordenada.

1. La palabra “orden” es la única que se repite dos veces en la introducción del evangelio de Lucas; Lc. 1:1, 3.

2. Lucas evidencia una disposición, alineación o estructuración en su narración. Es necesaria una buena distribución o acomodación de la información que se ofrece o enseña.

3. Fuentes…

a. Vine: El orden demuestra que una cosa va antes y otra después.

b. Diccionario de Idiomas Bíblico: El orden evidencia una secuencia de donde una cosa sigue a otra.

c. Diccionario Teológico Ilustrado: La palabra orden hace referencia a una fila de elementos que se suceden; de donde la pluralidad de dichos elementos, está gobernada por la armonía que les da el sentido.

El ejemplo en la predicación de Cristo; cf. Lc. 24:27.

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El ejemplo en la predicación apostólica; cf. Hch. 2:22-36; 13:17-41, etc.

El ejemplo en la predicación de otros ministros; cf. Hch. 7:2-53; 8:35.

C. El orden de la predicación.

a. A veces el orden puede ser temático.

b. A veces el orden puede ser cronológico.

c. Pero siempre debe existir una buena disposición o distribución en la enseñanza que ofrecemos.

III. La buena predicación está regida por la integridad o plenitud.

1. La palabra integridad está relacionada con el abarcamiento del mensaje. Lucas dice: “…después de haber investigado todas las cosas desde su origen.”

2. La buena predicación requiere plenitud; cf. Hch. 20:20; 26-27.

3. La gran diferencia entre una enseñanza superficial y una profunda es su abarcamiento.

CONCLUSIONI. Una buena predicación se determina por la

enseñanza de la verdad, de la mejor manera posible.

II. El reto de cada predicador no solamente es conocer bien la verdad, sino presentarla de una forma sencilla, ordenada e integral.

III. El mensaje del evangelio ha de ser atendido por su contenido; pero llega a ser mejor oído, por su presentación y exposición.