MADRID NUMERO 7-56 H ABRIL 1956

LOS HERBICIDAS SELECTIVOSPor ANDRES GARCIA CABEZON

Ingenicro Al;rúnomo.

\láqtiiua hulverizaclora para herhicida z'4-D acuplada a un tractor, trataudo un culti^^u c^real.

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LOS HERBICIDAS SELECTlVOS

Todos los agricultores conocen lo perjudiciales que sonlas malas hierbas pa^ a sus cultivos y las pérdidas que origi-i^an en las cosechas. Las ccmbaten con labores de arado, gra-da, cttltivador, binador, azada, etc., y con las lentas y costo-sas escardas.

Daños causados por las malas hierbas.

Las malas hierbas absorben el agua y las sales minnra-les de la tierra a través de sus raíces, en perjuicio de laspiantas cultivadas. Su parte aérea también daña y estorbagr.andemente al cultivo, La consecuencia es que las malashie- bas y mal: zas disminuyen el rendimiento de las cosechas-con lo que causan un grave daño al agricultor. Frecuentemen-te las malas hierbas perjudican todavía más que los insectosy las enfermed.ades que atacan a los cultivos.

Además de la disminución de cosecha, las malezas cau-san a veces otros perjuicios graves, como son intoxicacionesal ganado, desmejoran la calidad de la leche, dificultan larecolección de los cereales y otros cultivos, producen moles-tias y heridas a las personas, sirven de refugio a insectos yalimañas, aument^an o erean riesgos de ineenclio, clificultanla circulación del agua en canales y acequias, ete.

Los herbicidas.

Desde hace siglos el agricultor ha luchado contra las ma-las hierbas por medio de labores de cultivo : arar, rastrear,binar y escardar o desyerbar a mano, con z.acho o con azada.Estos métodos sólo consiguen, la mayoría de las veces, com-batir temporalmente las malas hierbas, y deben repetirse can-tinuamente. Son méto^dos de desyerbe poco eficaces, lentos_y costosos.

I a anarición, hace pocos años, del tractor f acilitó y me-joró grande^mente las labores, haciéndolas más oportunas v

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económicas. Sin embargo, el problema de las malas hierbasha continttado, ya due lus métodos mecánicos no son sttfi-cientes generalmente para combatii las con éxito completo.En los tíltimos años han comenzado a utilizarse varios pro-ductos químicos para destruir las malas hierl^.as, a los que sellama herbicidas.

Los herbicidas pueden ser generales ctiando destruye»toda la vegetación con la que entran en contacto. Los her ^^bieidas son selecticos cuando destruyen 1as malas hierbas deun cultivo sin dañar a las 1>lantas cultivadas. ^n esta p^^ibli-cación nos octtparemos solamente de los herbicidas selecti-vos y muy especialmente clel llamado ?,^.-D (se pronuncia:dos, ctt^atro; de).

E1 herbicida `L,4-D.

^1 herbicida 2,q-D constituye ttna cle las aportacionesm^ts notables de la técnica a^ ^ onómica moderna al pro^reso

Fig. t.-:^4áquina pul^^criza<lora ^'^}-ll de tiro .uiimal.

.ie la aá ricultura. Se ha descubierto hace muy pocos añosy su uso s^ ha extendido, rápidamente y en ^ran escala, enalgunos países, debido a los buenos resultados que da y a que^stt empleo es, rel.ativamente, ec^^nóiuic^^.

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El 2,^.-D se preseuta para su uso, generalmente, en formade líquido y tiene un olor a medicina característico. No estóxico para el hombre ni para los animales domésticos, loque es una ventaja indudable. Se usa diluído con agua en lamayoría de los caso.^ y se aplica en pulveriz^ciones.

iVIODp DE ACTUAR.

EI z,q.-ll es absorbido principalmente por las hojas delas plantas tratadas y pasa posteriormente a todas las partesde las mismas (ramas, tallos v raíces), Ilevado por la savia.i,os efectos del herbicida tardan generalmente unos días en^nanifestarse. Las plantas afectadas dejan de crecer, las ho-jas y brotes se abarquillan y se marchitan, las hojas amari-llean y se caen. Pesteriormente las plantas mueren o, por Ic^illenos, queda^n enfermas y no perjudican más.

PLANTAS SENS[BLES AL 2,4.-D.

Nu todas las plantas tienen la misma sensibilidad al her-bicida z,4-D. Las gramíneas, familia botánica a la que per-tenecen los cereales de invierno (trigo, cebada, centeno y ave-na) y^el maíz, son resistentes al 2,4-D a las dosis recomen-^l._Idas. Otras plantas, ]l^.^madas vulgarmente de hoja ancha,^;on sensibles, en mayor o menor grado, al herbicida. Estediferente a^mportamiento es lo que hace selectivo al a,ç-D.ya que permite, por ejemplo, tratar un sembrado de trig^^c:on cíicho herbicida, destruyéndose las malas hierbas y n<^perjudicándose a las plantas de trigo.

EP^/CA DE :1PLiLACIÓN.

Las mala^ hierbas son, generalmente, más sensible^ al^^,^-D cuandu ,cm jeívenes ^^ tiernas, antes de l.a floración,y^ cuando están en crecimiento rápidc^. Esto ocurre normal-nlente en prima^^era. La temperatura ambiente conviene se<ide Ió°C. com^^ mínin^^^, y preferiblemente más elevada p^rrique el efecto cíel hr°rhicida >ea mác rál^^ido.

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^.ULIIVOS DONDE SE EMYLEA Y DUSIS.

Los herbicidas 2,4-D existentes en el cumerciu tienen di-f erente composición y riqueza, por lo que el agricttltor ;le-berá ajustarse a las dusis que dé el fabricante. Aquí dare-mos las dosis, suponiendo que e] herbicida que se emplee ten-ga el 40-44 Por ^oo de un ester de 2,4-D, fórmula corrienteen estos herbicidas.

El herbicicla, 1>ara su uso, se diluye con agua en propor-ción variable, de actterdo con la máqttina pulverizadora que sc^emplee. Sobre esto volveremos más adelante.

En el cultivo de cereales ( trz',qo, ce>bcz,c^a, .ravcn,^z-, cente7i^u

y alpiste) se emplean de o'75 a i'^ litms de^. herbicida^ por hec-tárea. La cíosis eorriente es cle un litro, qt-ie debe aumentarsecuando haya en el cultivo malas hierbas poco sensibles o siel tratamiento se aplica cuando las malas hierbas ya estánalgo maduras. I_,a cebada y la avena deben tratarse general-mente a la dosis inferior, por ser algunas variedades un pocosensibles al ?,q=D.

El tratamiento herbicida se da en prim^lvera, cuando e1^ereal tenga o'TO metros de altura como mínimo, y antes deqtte encane. Las malas hierbas deben estar va todas nacidasy preferiblemente deben ser todavía jóvenes y tiernas. Cuan-do la tierra tiene tempero y la temperatura es buena, los re-sultados son mejores y más rápidos. Conviene pulverizarcuando las plantas estén ya oreadas y no m^jadas por el ro-cío de la noche.

En el cz^lti-vo d^ed rnaíz se necesitan de o'5 a un litro delherbicida por hectárea. Las plantitas de maíz deben ter.Arde o'3o a o'^o metros de altura, cnando se pulverice con e]i^erbicida. Debe evitarse, en lo p^^sible, c^ue el líquido p^enetreentre las hojas y el tallo, para lo que se pulverizan lateral-mente l^as planta5 ajttstando convenientemente las b^qttillasnulverizadoras de la máqttina.

El 2,4-D destruye muchas malas hierbas en el maíz, porlo que no se necesitan dar tantas labores durante el cultivo,salvo las de aporcar.

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Los sorJos, que son plantas semejantes al u^aíz, se tra-tan a la dosis de o'5 a un litro por hectárea.

En el cialtivo cled li.7i^o, que es planta ^^láo sensible al 2,q-D,la dosis del herbicida no debe pasar de o'?^o litros por hec-tárea. Con esa cantidad sólo se destruyen las inalas hierbasinás sensibles al a,4-D, y a las detnás las detiene en su des-arrollo,

El lino debe tener, como in^nimo, o' io inetros de altttracuando se pulverice con. el herbicida, y no debe haber flcre-cido todavía. Al;unas variedades de lino son inás sensible;que otras al 2,4-D. y crnwiene hacer una pequeña prueba an-tes de tratar todo el can^po. Debe darse prefcrencia a los her-bicidas 2,q.-D a base de "an^ina" o"sal sódica", que ;ca^ for-mas menos activas due los "ésteres".

F_n el caaltivo dcl arro^, se emplea el 2,^.-D a razón de i'5a?'^ litros por hectárca. E1 arrozal clebe estar ya inundaclocuand^^ se dé el tratamiento ^• las n^alas hierbas están sobre-saliencl^ clel a^ua. El arroz ha de tLner de o' ^ o a o'r 5 metmsclr altura, cou^^ míninu>, y n^ debe haber encañado todavía.

En la cañ^a ^^^ a.^^rícar, se emplean de i'S a dos litros deherbicida 2,q.-D por hectárea. El tratan^iento se da, tanto enc^tña nueva como en caña vieja.

l.as Jz^cz^Trí^^cas forr,^zjer,as, s^or^o, h^isto ^lcl Sudán y otras,<^sí con^o los céspedes, se pulverizan a la d^sis cle unc^ a doslitros por hectárea.

En los lei^r^e^n-os ^^^cn.ltos, tierras de cultivo sin ,ernbrar.a Io lar^o de caminos, canales, patios y otros lugares doncleperjudiquen las nlalas hierbas, se emplean de unr^ a cuatro li-tms cle herbicida t^or hectárea.

El ?,^-D tiene al^unas otras ^^plicaciones, pero las rese-ñada^ anteriorment^^ son las más importantes.

Malas hierbas que se combaten.

Como va hemos dicho anteriormente, unas malezas sonniás sensibles al 2,4-D que otras, v se destruyen inás fácil-mente con el herbicicla. En general, las plantas anuales s^nmás ^ fáciles de destruir ĉtue las bianttales ^ perennes. Para

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éstas se necesitan a veces dos tratanlientos anuales o cortar-las previamente pulveriz^ando los rebrotes. El momento enque se clr. el tratamiento, como ya henlos señalaclo, influyeniucho en los resultaclos. Un aun?ento en la closis empleaclano compensa gen^ralnlente el retraso en la pulverización.

Las siguientes plant^s, entre otras, se combaten c011 elherbicida ^,4-D con resultado generalmente satisfactorio:

Cadillo, cachurrea inenor o pegotes (Xa^tthi^t^^i spz-

i20s11911).

Aceclera comíin o vinagrera (Pzr^^iex acetos,a).Aceclcrilla (C).ralis acctosclla).Len^ua de vaca (Rztii^acx cris(^i^is).Lolsa o zttrrón de pastor (Capsclla baarsa pastoris).Corregiiela tnenor o garrotilla (Co^tvolvttiliTS arvetasis).

Cardos de varias especies.Abrojo, cardo estrellado, trepacaballos (C,e^it.aurea calei-

tra^a ).Cerraja (Sn^ich^r^s oleráceTis).Cicuta mayor (plar.ta venenosa) (Coni^i^^n 1^aaculatatini).E^tra^uonio, o hierba heclionda (I)^atalrra strcr^^iotii7^r^i).Diente de león o^^n^aráón (Taraxáczs7^a of fici^^zale).L',antén (Pla.ri-taĉto ^^ia jor y otras especies).Malva (Malva silve_rtri.r).Madreselva (I_orazcera ca^jrri foliu^^z).Manzanilla (Matrrca^ria claa^no^^ailla),Ma^arza (Pyretlzrzr^^i parthe^zi^T^zt).Mirabel o enlperadores (Pina^rdi^^ coyonayia).Mostaza blanca (Si^zapis alba ).Mostaza negra (Brassica rzigr,a).Berza silvestre (ITrassica .aspcri f olia y B. sylvestris).Nabo silvestre (Brassica ^iaj^us).Rábano silvestre, rabanillo, rabaniza (Raplz.znus y.apl^a-

11^1 StYlb 1l1) .

^rt1P^a (UYt1C(l 1U'C'11.C).

Cenizo, ceñi^lo (Clae^^ioj^oclirti^^a alb^s^^i).Verclolaga (Portulaca oleracea).Vizna^a o visna^a (^l r^ry^ii vis72aga).Ameo bastardo (As^anii nzajus).

Artemisa o hierba de San Juan (Arte^zi.rr;a vulgc^ris).Amapola (Papaver rho ĉas).Azulejo, Aciano (Ge^^zt.azare;x cyanus).NTijo de sol agreste, abi-emanos (Lithosp.ermu^^i arvense).Aguja de pastor o peine de Venus (Sca^iclix ^ecte^^ii-vc-

néris). Etcétera.

Máquinas pulveriz,adoras corrientes.

Para aplicar el herbicida pueden usarse máquinas pulve-rizadoras corrientes de mochila, de barril con bomba movidaa cnano, de tracción animal, de m^otor o para tractor o"jeep".Las de boquilla pueden usarse con una sola boquilla pulveri-

P^ig. _>.-^fáGuina para 2'q-ll de tiro auimal, vista de lado.

zadora o con dos, separadas 40-4^ centímetros, para obtenermayor rendimiento.

Las máquinas de barril, de tiro animal, de motor o par^^tractor deben Ilevar un caño horizontal de dos o tres centíme-tros cíe diámetro interior, de longitucí variable, pero corrien-temente de seis metros, y su distancia al suelo debe poder-

MALAS HIERBAS COMUNES EN EL íTRlGO

1.-Cizaña. l,oliun: [emulentum,2.-Veza. Vicia cracca.3. -Aciana Centaurea cyunus.4.-Corregiiela. C,orzuolonlns ari,ensis.5.-Rabaniza. Raphnnus raphanistrum.6.-Cardo cundidor. Cirsiun, ar^,ense.

7.-Amapola. Papaver rizoeas.8.-Manzanilla loca. Anacyc(us clanatns.9.-Granta. Cynodon dact^lon.

10.-Espuela de caballero. Delphininnzorientale.

11.-Neguillón. Agrosfemnta gil/,ago.

SEft^'IC[O N3CIONAL DEL TR[G^. -Dibujo del Yrofesoc Dr. Guinea.

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se vari^r tácilmente. L^as boquillas se dispunen espaciadasregularmente en el caño, ^a o'4o-o^45 centímetros entre sípara los tratamientos generales. Para tratar los cultivos demaíz, los picos van agrupados en pares scparados de o'65 aun metro, de acuerdo a la distancia entre las líneas del maíz(figura 5) . L)e esta manera las plantas de maíz se mojan late-ralmente para que no penetre líquido o sólo en pequeiia can-tidad, en las aailas ; es decir, entre las hojas y el tallo.

C^zlculo rlel ^xsto d.e la ^iáquina.-Para poder aplicar elherbicida a,4-D a la dosis debida y no cometer errores, quetanto perjuicio pueden ucasionar, es necesario conocer cxac-tamente la canticl^ad de líquido que se aplica por hectárea conla máquina pulverizadora qtte se vaya a emplear. Así sabre-mos en qué proporción deben mezclarse el herbicida y el aguapara dar el tratamiento. Debe, por consiguiente, tnedirse lacantidad de líquido que da la máqttina por hectárea funcio-nando normalmente, a presión constante y a la velocidadcorriente de trabajo.

Ln las máquinas pulverizadoras cle harril, de tiro animal, de motoro cle tractor que llevan todas, como hemos clicho, tm caño horizontalcon las boquillas pulverizadoras, se micíe, por ejemplo, ]a cantidad cleagua que gasta la máquina cn tm recorrido de 5oa metros y como seconoce la anchura cíe la faja que se pulveriza (supongamos que seismetros) sabremos el número de metros cuadrados tratados. I?n nttestroejemplo serán 6^ 500 = 3.00o metros cuaclraclos y si supon_inos quese han gastado I So litros, tendremos que en tma hectárea ( IO.ooo me-

Ij0trOS CiladradOS), la máquina gastará IO.Oao X =^o0 11trOS.

3.cx>U

51 qtlerenlOS apllCar Un lltr0 de 17er1l1Clda pOr lleCtarea, preparareTnOS

la ^(11tlClon neCeSarla IIle7.ClandO en ía prnp(lrClOn (le Un litr0 de ber-

hicida en 5oc^ litros de agua. Con la mezcla cle agua y herbicida se lle-nará el cíepósito de la máquina pulverizadora.

Con las máquinas pulverizadoras de que nos hemos ocu-pado se ^-astan ^eneralmente de 40o a i.ooo litms por hec-tárea, debiénd^se, en lo posible, emplear la cantidad men^rque permita ía mádttina haciendo una buena pttl^^erización.Debe evitarse que el líquido herbicida lle,;ue al suel^^, debien-do quedar todo él mojando la vegetación formada por la^

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plantas de cliltivo y las malas hierbas. Se emplean boquillasespeciales, de ab.znico y con orificio fino.

Para medir el gasto de liquido por 17ectárea con las máquinas democliiln, debe medirse su gasto e n las condiciones normales de tra-bajo. Para ello se miclen Io litros de agua, y se echan en el depó-sito vacío de la máquina. Se marca en el cultivo una faja de cuatrometros d° ancha, l;or ejemplo, y se pulveriza hasta que se agote ellíquiclo de la máquina. Se mide la ]ongitud de la faja ptilverizada y

Fig. 3.--Campo d•^ trigo cn quc una part^ lia ^i^lo tratada cou 2'a-D. La parte sintratar está llcna dc niala^ liicrbas en flor.

como se conoce la anchura, en nttestro ejemplo es de cuatro metros,una simple multiplicación cle ]a anchura por la longitud, nos dará elnúmero d^ metros cuadraclos tratados. Como la hectárea tiene Io.ooometros cuadrados, se calculará fácilmente el líquido qtte se gasta enuna hectárea. l^n nuestro ejemplo supongamos que la faja de cuatrometros cle at7c110 se pttlv:^rizó en una longitucl cle 4,o metros, lo que dauna superficie tratacla de _} X 40 = t6o metros cuadrados. Como segastaron Io litros, en ttna hectárea ( IO.ooo n7etms cuadrados) se gasta-

IOrán Io.ooo X = 62^ litros. Se preparará entonces el liquido

i6nmezclando la cantidad d° herbicida que deseamos aplicar por hectárea,en la cataidad de líquido que hemos determinado gastamos por hectáreacon la máquina. )3n nuestro ejemplo, si suponemos que la dosis de

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herl^ícicla por hectárea es de un litro, prepararemos el líquido mezclandoen la proporción de un litro de herbicida en 6a5 litros de agua. Conesta mezcla Ilenaremos la máquina pulverizadora.

Prriz^er^itiacr^o^aes a^isladas.-Cuando no sea necesario pul-verizar t^^da la superficie del terreno, sino plantas aislailas oen grttpos, se puede ttsar el herbicida a la dosis del o'^-0'3por i.ooo (dos o tres por mil).

T^:tmbién euanclo no se pueda, o no se quiera, meclir elvolumen tltte da una máquina pttlverizadora, puede emplearseel hc'rbicicla a la d^^sis indicada del o'z ó 0'3 hor ioo.

1Vláquinas pulverizadoras especiales.

^n varios gaíses e^tranjeros donde el emhleo del herbi-

cict.a ^,^}-D está muy generalizado : Estados Unidos, Cai:ldá

y Ar^entina, entre otros, emplean Ináquina^ pulverizadoras

especiale^, bien adaptadas a la labor ^lue ejecutan, ya que

aplican mejor, más rápida y económican^ente el herbicida.

Para sul^^rticies g^randes, como es frecttente en el cultivo de

cercales, se emplean máquinas Inontadas o arrastradas port ractor. l^n supenc^ies más pequeñas se utilizan Ináquinas

(le tll"O a1llIl^al.

^StaS ma(Illlna^ pUlVerlZaClOraS tl^enen CaraCterÍStlCaS CO-

munes, trabajan a p^^ca presión (de i'3 a 2'6 l:ás.^cm.^) ydistribttyen tuiiformen^ente un ^^oltnnen pequeño cle líqttido,

CA/YO PULVER/ZAOOR

Eig. q.^Ca ŭo pulverizador para cereales de una máquina para 2'4-D mostrandolas dos alturas a que puede ir del suelo para una buena pulverización. La posi-

ción :^ moja con una so'a boquilla; la posición B moja con dos.,

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generalmente de 5o a too litros por hectárea. La pequeñ<<cantidad de líquido que reparten esta^ máquinas constituycuna gran ventaja, pues tacilita el tratamiento de superficie^grandes y pequeñas con poca agua, lo que disminuye much^ ^^la cantidad que debe acarrearse y manipularse.

Con estas máquinas pulverizadoras se deben usar boqui-llas pulverizadoras especiales, que se caracterizan p^or darun pequeño volumen de líquiclo pc>r minuto (es frecuente untercio ^de litro por minuto) a las bajas presiones señaladas.Es corriente que dichos picos pulvericen el líquido en unplano en forma triangular o de abanico, en vez de hacerlc^en f orma cónica, como es lo general.

La máqttina pulverizadora especial para 2,q.-D consist^^.esencialmente, en un depósto, de 20o a 400 litros de cabid^^generalmente, donde está el líquido herbicida, y en una pe-queiia bomba cle engranajes, centríf.uga o de pistón, que tomr:el líquido del depósito y lo impulsa a un caño horizontal, don

^ ^ ^f *- O'70-100 --+^

0h0

Ir

Fi^. 5.-Detalle del caño pulverizador especial para tratar cultivos de maíz.

de están los picos pulverizadores. Lleva además dos o tre^filtros, una válvula reguladora de presión, caño de retornc^al depósito del e^ceso de líquido, llaves, manómetros, etc.La bomba se acciona por la toma de fuerza o polea del tractor o"jeep", o por un pequeño motor de gasolina en alguno^]nodelos. En la máquina de tiro animal, una de las rueda^acciona la bomb.^t por medio de una biela y manivela.

El caño cle la máquina pulverizadora es cle longitud variable (seis metros es frecuente), plegable en sus dos extremos y con un diámetro interno de dos ^ tres centímetros.

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La cíis^osieión de las boquillas pulverizací^ras es la n^islnaqtte en las máquinas pulverizacíoras comun^es. La altura clelcailo respect^^ al suelo puecle v.^zriarse fácilmente.

Re^^.dimicnto.-La máqttina pulveriz^adora especial l^ar^^herbicida 2,4-ll sobre tractor (éste debe tener ruedas ncumá-ticas y ser pequeño, con caño de seis metros de longitud) tieneun rendimiento de 4o hectáreas, apr^^^imadamente, por jor-nada de ocho horas de trabajo, a una velocidad de seis ki-lómetros por hor.a. La máquina de tiro animal, como la dcla fotografía, rinde de seis a ocho hectáreas diarias. Si scorganiza bien el trabajo y el suministro de la mácluina Pul-verizadora, se obtiene un mayor rendimiento.

Cálc^r^lo dca c^asto de Irz ^^iáq^ii.i^a c^sp^eci^a.l.-Con l.as u^á-quinas de que estamos tratando es muy importante conocerexactamente el gasto cle líquido que tiene en trabajo norm<tl,para poder aPlicar la cantidad justa de herbicida necesari^lPor hectárea. ^e comprende que debe evitarse emplear ma-

FiP. 6.-Dlodelo ^ic boyuilla ptilverizaclora especial para aplicar herbici^la ^'.}-I ^.

yor o menor cantidac'i de la clebida, I^ues en el primer cas^^l^ueden pr^^clucirse dañ^^s al cttltivo, y en el ^egttnd^ ]os re-^ultacl^^^s n^> >crán, l^r<^bablemetite, satisfact^rios. Debe. porconsiguiente, medirse bien laa canticlacl de lí^^uido <<ue da l^itnáqttina hor hectárea funci^^nand^> nc,rmalmente, es decir.a presi^n constante y a la velocidad unif^,rme de trahaj^^.

Si, por ejemplo, eu un recurridu de ;cw rn^etros y cun un caño ^le seis

^netros (Koo X 6- 3.ucao metros cuadrados) se han ^astado 2i litros.

en una hectárea 1 to.c^^ ui^ tri^s cttadra<l^^s) la mfiquina ^astará t^^.^xx^

2IX-^-^-- - 7« litros. Si yuerem^is aplicar tm litrc^ de herhicida 1»r

.;.^xx>.

hect.írea. pre^^ararem^^^s L•i .^^lución necesaria mezclanclu en la ^ rnliur-ri^ín rle tu^ litrn cle herhicirla ^^ F^ litros de agua.

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ARRO"LALES Y SUPERFICIES MUY GRANDES.

En los arrozales y para superficies muy grandes, se em-plean ae^ oplanos pequeños o helicópteros, que llevan un equi-po pulverizador muy semejante al descrito anteriormentepara los tractores.

Precauciones.

Ya hemos dicho que el herbicida 2,q.-D no es tóxico parael hombre ni para los animales. Debe, sin embargo, evitarseel contacto prolongado con la piel, en especial del productoconcentraclo, y deben lavarse las manos con agua y jabón después cle emplear el herbicida.

Coiz ^e^l ^an^ado.-El ganado puede pastar sin inconvenien-te después de tratado tm campo con el 2,q.-D, salvo que^ hayaplantas v^nenosas para los .animales, en cuyo caso no^^ débenentrar a1 campo en diez o quince días. ^

Durante los primeros días siguientes al tratamiento, lasplantas afectadas por el herbicida acumulan azúcares en la^i-^ojas y se 1^1cen más apetecibles para el ganad^.^, que lascome ávidamente. Si hay plantas tósicas, los anim.ales pue-den sufrir graves trastornos al comerlas. Pasados los díasque se indican, ya no hay peligro.

C'o^a I,as pla^r^^tas.-Generalmente, cuando se pulverizan conel herbicida 2,4-D los cereales de invierno, o los prados, no haypeligro de .af: ctar a otros cultivos o^ plantas útiles. Cuando seemplea el herbicida en el cultiv^ de maíz, arroz y otr^s sembra-dos, en cuyas proximidades h.aya cultivos o plantas sensiblesal 2,4-D, debe evitarse que el vienta lleve el h^rbicida a lo^mismos, pues puede ocasionar daños de consideración. Es2^referible pulverizar cuando no haya vicnto, o colocar a lamáquina pulverizadora una pantalla que evite su ^cción.

En las plantaciones frutales, forestales, viñedos, jardines,terrenos incultos, donde se emplee herbicida para destruirrnal.as hierbas, deben tomarse todas las precauciones necesa-rias para mojar solamente las malas hierbas y no los árboles_y plantas ^ítiles que podrían resttltar perjudicados.

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Cov^ el s^i-ael^_^.-En todos los casos en que se emplee el herbi-cida ^?,4,D para conibatir las malas hierbas, debe evitarse mo-jar el suelo apreci^ablemettte para que el herbicida no penet.-e enla tierra y no puedan absorberlo por las raíces las plantas culti-vadas o íitiles. A través de las raíces, el herbicida no es se-lectivo y es, además, bastante más eficaz que a través de lashojas, por lo que podría causar daños graves.

Si el herbicicla ?,,4-D se aplica con mácluinas pulveriza-doras espcciales como las descritas anteriormente, no hay pe-ligro de mojar el suelo, y^a que los 50 ó ioo litros que se re-l;arten por hectárea queclan mojanclo la parte aérea de lasplantas de cultivo y cle las malas hierbas y no escurre naclacle líyuido al suelo. Con l^as máquinas pulverizadoras corrien-tes hay 1_a posibilidad de qtte el líquiclo lle^ue al suelo; perosi se pttlveriza con la debida p^ ecaución, no debe ocurrir.

C^oia l^as t^^áqiai7aas ^irlveri^adot^as.-Si se dispone de má-çuina pulverizadora especial laara herbicida z,4-D, basta c^^nlavar bien la máduina con agua y jabón después de usarla.Cuando ya no se ^emplee, se lintpiará bien, se s^ca^ á y se aten-derá la botnb.a y m^canism^^s como es debido para su buenaconservación.

Si para aplicar el herbicida se ha empleado una mácluinacorriente, después de su uso es necesario limpiarla muy bienen todas sus nartes : depósito, bomba, mangue:-as, etc. Debelavarse repetidas veces con agua, ag^ua y sosa y dejarla llenadurante veinticuatro horas con agua jabonosa, o con sosa oainoníaco y lavarla después con agua sola. Si el tat^que es demadera, su limpi^za comp'.eta es muy dif:cil.

La má^^uina bien lavada como se ha indicado, puede usar-sc:, ^^neralm^ente, sin inconveniente con insecticidas y fun^ici-clas. Para estar completamente se^uros de que no se va a cau-sar daño a las plantas, debe probarse con agua sc^la en plan-tas muy sensibles al ^.4-D, como el tomate: o o el .algodone-ro, por ejemplo. Si pasados ocho o diez días de pulverizada ĉu?^as pocas plantas, no han sufrido datio al^uno, puecle em-plearse la máquina sin peligro. Indudablemente el mejor sis-tem^a es destinar al^una máquina sólo para herbicidas, y la^clemás para insecticiclas y fungicidas.

Ventajas económicas.

El empleo del herbicida ^ ,4-D elimina numerosas malashierbas de algunos cultivos de una manera^ fácil y rápida ycon muy poca mano de obra, Si se emplea una máquina pul-verizadora especial de tractor o de tirc^ animal, el gasto deltratamiento es pequeño, comparado con el aum^ento de rendi-miento que se obtiene al eliminar oportunamente las mala^hierbas. Así, por ejemplo, si en el cultivo del trigo obtene-mos normalmente i.ooo kilos por hectárea, y al emplear elherbicida a razón de tm litro por hectárea obtenemos un Zopor ioo d^e aumento del rendimiento como promedio, obten-dremos 20o kilos más de cereal por hectárea. Generalmentees más económico y ef icaz el herbicida que el desyerbe mecá-nico o la escarda con obreros. En algunos países extranjero^^-1 empleo del herbicida ^^,4-D se ha extendida rápidamentepor las grandes ventajas que presenta. En nuestro país, un^^^^ez conocido y ensayado por el agricultor, se divul^ará stiuso grandemente.

Otros herbicidas selectivos.

El herbicicla MCPA es p.arecido al z,4^D en su com-l^osición ^^ se emplea de una manera semejante. Es selectivupara l^s mismos cultieos : cereales de invierno, trigo, cebada.centeno, avena, maíz, lino, praderas naturales, etc. Debei^usarse las dosis qtie dé el f.abricante para cada productr^>. I^.nGran Bretati.a se ttsa mucho el 1VICPA.

Hae otros herbici;l,as selectivos, como los dinitr^ ^s, algunos derivados del petróleo, etc., cuyo empleo ^es más limitad^^.y para otros cttltivos. Es seguro que pronto habrá otros her-bicidas selectivos para distintos cultivos, ya que la técnicaagronómica estudia este asunto con mucha intensidad p^r si^gran importancia para la agricultura moderna.

NorA.-La lámina en color incluída en esta Ho)A es reducció q de un cartelmural cuyo dibujo, original del Prof. Dr. Guixrn, nos ha sido facilitado ^ior clSERVTCIO NACTO^NAL DEL TRiGO.

GR.4FICAS UGUINA-MF.LF.NDE"7. VALDES, ĵ - MADRID