“LOS HOMBRES DE MUSGO”, de Béjar · Tras la derrota del último rey godo don Rodrigo, en la...

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“LOS HOMBRES DE MUSGO”, de Béjar Data del siglo XII, La leyenda cuenta que el día de Santa Marina, virgen que vivió disfrazada, los bejaranos que estaban escondidos en El Castañar se reunieron en la finca conocida como La Centena para celebrar una misa, tras la cual, y quizás inspirados en la santa, recubrieron sus ropas con el musgo que crecía en las rocas del lugar y, al amanecer, se dirigieron hasta la fortaleza musulmana parapetados tras su camuflaje, con el que consiguieron reconquistar la ciudad. "Al venir el día, los centinelas abrieron la puertas de las murallas por donde entraron los cristianos. Los moros creyeron que eran alimañas o monstruos y salieron corriendo. Al darse cuenta que no lo eran, gritaron ¡traición, traición!", según cuenta la tradición oral bejarana, recogida con posterioridad por los historiadores municipales. Desde ese día, la puerta por la cual se introdujeron los cristianos y reconquistaron Béjar se le dio el nombre de Puerta de la traición. Otras versiones afirman que los hechos sucedieron un 17 de junio, que coincide con Santa Marina, en honor de la cual se construyó una ermita en la finca de La Centena. Los cristianos se apoderaron de la ciudad expulsando a los musulmanes. Desde entonces, el pueblo de Béjar recordó la hazaña año tras año hasta que en el siglo XIV se fundió esta celebración con la del Corpus Christi. La procesión del Corpus se celebra el domingo después del jueves de Corpus y en ella se recuerdan dos de las tradiciones más notorias, junto con la de la Virgen del Castañar que, sin duda, es la más popular y la que mayor número de fieles congrega. La otra tradición pagana que recuerda la fiesta religiosa es la de recubrir la calles con tomillo haciendo una auténtica alfombra por donde pasa la procesión, quedando todo este tomillo bendecido al paso del Santísimo. Posteriormente, las gentes lo recogían por la creencia de que este ahuyentaba los rayos de las tormentas.

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“LOS HOMBRES DE MUSGO”, de Béjar

Data del siglo XII, La leyenda cuenta que el día de Santa Marina, virgen que vivió

disfrazada, los bejaranos que estaban escondidos en El Castañar se reunieron en la

finca conocida como La Centena para celebrar una misa, tras la cual, y quizás

inspirados en la santa, recubrieron sus ropas con el musgo que crecía en las rocas del

lugar y, al amanecer, se dirigieron hasta la fortaleza musulmana parapetados tras su

camuflaje, con el que consiguieron reconquistar la ciudad.

"Al venir el día, los centinelas abrieron la puertas de las murallas por donde entraron

los cristianos. Los moros creyeron que eran alimañas o monstruos y salieron corriendo.

Al darse cuenta que no lo eran, gritaron ¡traición, traición!", según cuenta la tradición

oral bejarana, recogida con posterioridad por los historiadores municipales.

Desde ese día, la puerta por la cual se introdujeron los cristianos y reconquistaron

Béjar se le dio el nombre de Puerta de la traición.

Otras versiones afirman que los hechos sucedieron un 17 de junio, que coincide con

Santa Marina, en honor de la cual se construyó una ermita en la finca de La Centena.

Los cristianos se apoderaron de la ciudad expulsando a los musulmanes. Desde

entonces, el pueblo de Béjar recordó la hazaña año tras año hasta que en el siglo XIV

se fundió esta celebración con la del Corpus Christi.

La procesión del Corpus se celebra el domingo después del jueves de Corpus y en ella

se recuerdan dos de las tradiciones más notorias, junto con la de la Virgen del Castañar

que, sin duda, es la más popular y la que mayor número de fieles congrega.

La otra tradición pagana que recuerda la fiesta religiosa es la de recubrir la calles con

tomillo haciendo una auténtica alfombra por donde pasa la procesión, quedando todo

este tomillo bendecido al paso del Santísimo. Posteriormente, las gentes lo recogían

por la creencia de que este ahuyentaba los rayos de las tormentas.

LA LEYENDA DE LA REINA QUILAMA

Sobre la Leyenda de la Reina Quilama hay, como siempre ocurre con todas las

leyendas, un gran número de versiones sobre cual fue la historia verdadera. En este

relato intentaremos acercarnos a la versión más probable alejándonos de ficciones

creadas con el paso del tiempo.

Para escribir correctamente esta historia debemos en primer lugar situar

históricamente el tiempo en el que transcurrió, para ello empezaremos con la

decadencia del imperio romano a principios del siglo V cuando los Suevos, Vándalos y

Alanos, pueblos nómadas provenientes del norte entraron por los Pirineos

destruyendo cuanto encontraban a su paso repartiéndose a lo largo de la meseta norte

de la Península.

Los Visigodos habían sido mandados por el emperador romano Honorio para someter

a los pueblos invasores, sin embargo, tras la conquista del territorio se establecieron

en la Península Ibérica. Es en este punto cuando ocurrió el hecho que nos ocupa, el

final de los visigodos se produjo tras la guerra civil entre el rey Witiza y Rodrigo que se

había sublevado y consolidado en el oeste de España hasta llegar a adquirir la

supremacía militar y política. Sin embargo no podía ser rey porque según las leyes

godas al estar el rey actual aún vivo el rey que ocupara su trono por alzarse en rebeldía

era considerado usurpador y tirano. Todas estas disputas favorecieron la entrada de

los musulmanes por el sur de España sin encontrar apenas oposición. Finalmente

Rodrigo fue coronado rey en el año 710.

A su vez Rodrigo se había enamorado de la hija del conde Julián llamada Florinda

(conocida por los musulmanes como la Caba que significa prostituta) con quien había

huido. El Conde Julián ofendido por esta acción pretendía recuperar a su hija e hizo un

pacto con los musulmanes conduciéndoles en su expansión hasta llegar a la batalla de

Guadalete en el año 711, donde históricamente el Rey Rodrigo murió terminando la

etapa visigótica española. Sin embargo hay datos suficientes como para pensar que

Rodrigo pudo escapar huyendo hacia el norte, pasando por Toledo donde recogió el

famoso Tesoro de los Visigodos, escondiéndose en la Sierra de Quilamas.

Aquí empiezan a confundirse los datos históricos con las leyendas populares.

El rey que huyó con su amada y con el tesoro visigótico construyó un castillo en Valero

del que se conservan los restos en el que se recuperaba de sus heridas; en su

permanencia en el castillo mandó construir unos pasadizos subterráneos con diversas

salidas a lo largo de toda la sierra por si debían huir en caso de ataque. El Conde Don

Julián que continuaba buscando a su hija persuadió al general musulmán Tarik para

que se dirigiera hacia Toledo para buscar el tesoro. Sin embargo Rodrigo ya había

huido y Tarik decidió no continuar su infructuosa búsqueda. El Conde don Julián no se

rindió y en su afán por encontrar a su hija convenció al general Muza para que se

dirigiera a tierras más al norte para matar definitivamente al Rey Rodrigo y la batalla

final tuvo lugar según los escritos en el pueblo de Segolluela de los Cornejos en el año

713 donde acabaron con Rodrigo. Sin embargo esta batalla no debió de producirse en

dicho pueblo sino en el castillo donde se alojaba Rodrigo con sus hombres. Tras un

asedio de las tropas musulmanas en el tiempo que construían una bastida (torre

gigante para atacar castillos) en una zona cercana (más tarde daría lugar a los cercanos

pueblos de La Bastida y Cilleros de La Bastida –cilla es despensa en árabe-) se produjo

el asalto definitivo. Sin embargo los escasos hombres de Rodrigo huyeron por los

pasadizos siendo alcanzados en gran número en el pueblo de Segolluela (de ahí la

posible confusión). Rodrigo escondió en una cueva cercana a su amada con el Tesoro

donde poco tiempo después ella moriría esperándole, mientras él huía al cercano

pueblo de Viseu en Portugal donde finalmente moriría en el año 714.

Al-quila significa tierra de castillos como lo atestiguan los cercanos castillos del Pico

Cervero en Escurial de La Sierra, Lacurona en Navarredonda de la Rinconada, el de

Monreal en Casafranca, el de Villar de Leche en Endrinal o el Gancho en Garcibuey y al-

quila-ama sería castillo de los amantes, del que tomaría nombre la Sierra. Una leyenda

de la zona corrobora esta versión de los hechos variando únicamente los nombres de

los protagonistas principales por los de Alarico y Quilama pero manteniendo el resto

de datos de forma verídica situando la tradición en la misma época.

Y con esto termina el relato que cada persona continuará contando a su manera

escribiendo la historia a diario…..

La Cueva de la Quilama

Cuenta la leyenda que esta cueva, situada en la Sierra de su mismo nombre, sirvió de

refugio del último rey godo Don Rodrigo y de su bella amante la mora Cava (hija menor

del conde Don Julián, gobernador de Ceuta) a quién el Rey hizo llamar Quilama

haciéndola reina de estos parajes pues el pasaba mucho tiempo lejos de los mismos

debidos a las continuas luchas y aquí moriría la bella Quilama en triste soledad

esperando el regreso de su amado y aquí don Rodrigo le dio sepultura entre grandes

tesoros y vistiendo su tumba de oro "... entre “Entre el castillo y Quilamas hay más oro

que vale España” .

Se dice que en las noches claras, sobre todo por San Juan, surgen de las profundidades

de la cueva lloros y lamentos es el espíritu de la princesa mora que aún llora por el

regreso de su amor.

También cuenta la leyenda que el interior de la cueva esconde un fantástico tesoro

escondido allí por el rey godo Alarico y que muchos han sido los osados a encontrarlo

pero ¡ay de ellos! que no regresaron perdiéndose en los intrincados laberintos y

pasadizos de la cueva.

La Leyenda de la laguna de Segoyuela y del Rey Godo Don Rodrigo.

Tras la derrota del último rey godo don Rodrigo, en la batalla de Guadalete, frente a

los árabes invasores, en el siglo VIII, éste continuó su resistencia y llegó hasta tierras de

Salamanca muriendo en la batalla de Segoyuela, donde sufrió su última derrota. Días

después de su muerte de las calmadas aguas de la laguna de Segoyuela emergió una

mano misteriosa que empuñaba una espada, cuenta la leyenda que un día venidero, la

espada, desde entonces sumergida en el agua, será tomada por quien habrá de

restituir el estatus real perdido de manera tan dolorosa por D. Rodrigo.

Leyenda de la moza santa de Sequeros y el hallazgo de la Virgen de la Peña de

Francia

Sequeros cuenta con una de las leyendas más arraigadas de toda la Sierra de Francia,

la de la profetisa Juana o Moza Santa, por su vinculación con la aparición de la imagen

de la Virgen de la Peña de Francia.

Juana Hernández era una joven de Sequeros y tenía gran devoción a la Cruz, ante la

cual siempre se le veía rezar. Cuentan que una epidemia de peste que llegó a la Sierra

de Francia la hizo enfermar y murió en 1424, pero antes de ser enterrada, esta joven

virtuosa profetizó varios hechos los cuales se cumplieron al poco tiempo.

Entre las cosas que vaticinó la Moza Santa estaba alguna desgracia venidera para sus

padres por una herencia mal adquirida y el descubrimiento de una imagen de la Virgen

en la Peña de Francia, donde estaba escondida desde hacía 200 años.

“Volved vuestro rostro hacia la Peña de Francia y rezad a la Virgen María. Allí está

escondida desde hace doscientos años una imagen suya que pronto será manifestada y

por ella hará Nuestro señor muchos milagros. Esta gloriosa imagen ha de ser mostrada

a un hombre de buena vida”

La talla fue descubierta por el parisino Simón Roland, más conocido como Simón Vela,

al que Dios le hizo conocer que su vocación era caminar en busca de una imagen de

la Virgen ocultada en una peña muy alta. Durante muchos días y muchas noches

escuchaba una voz interior que le decía: “Simón, vela, vela y velarás que en el risco

más alto tú la encontrarás"

Durante varios años buscó la Peña de Francia por la Bretaña francesa y Santiago de

Compostela, hasta que llegó a Salamanca dónde el azar quiso que escuchara unos

carboneros que pregonaban ¡¡¡carbón de la Peña de Francia!!!, se acercó a ellos para

saber del paradero del lugar pero los carboneros al ver tanto interés por parte de

Simón Rolán por la Peña de Francia, se sintieron recelosos y se negaron a darle

información del mismo.

Simón Vela siguió discretamente alos carboneros llegando hasta San Martín del

Castañar dónde unas mujeres le mostraron cuál era el lugar. Cuando llegó arriba

estaba fatigado y era de noche. De nuevo volvió a oír la voz en su interior: "Simón,

vela, vela y no duermas" siendo entonces cuando la Virgen se presentó ante sus ojos y

le indicó el lugar donde hallaría la imagen. Entonces bajó de la montaña para pedir

ayuda y contar lo sucedido, varios hombres creyeron en él porque sus relatos

concordaban con las predicciones de la Moza Santa de Sequeros y le acompañaron

hasta la Peña para ayudarle a buscar la imagen. Cavaron con muchísimo cuidado

seguramente que con el mismo con el que otros cristianos lo habían hecho e para

esconderla del peligro de los infieles así fue como encontraron la imagen, era el 19 de

mayo de 1434 y la profecía de la "moza santa de Sequeros" estaba cumplida.

Por otro lado, la joven Juana Hernández también profetizó que caerían desde el

horizonte tres señales luminosas en forma de cruz que marcarían el lugar donde se

construiría posteriormente el monasterio de Santa María de Gracia, en San Martín del

Castañar, y el Santuario de la Virgen de la Peña de Francia.

"La primera señal caerá sobre las casas del Obispo de Salamanca, que están cerca de

San Martín del Castañar, en las cuales se ha de edificar de aquí a cinco años un

monasterio de la Orden de San Francisco de la Observancia. La segunda caerá sobre la

Peña de Francia, donde la gloriosa imagen ha de ser mostrada a un hombre de buena

vida. Y allí, en el mismo lugar, a reverencia de la madre de Dios, se ha de hacer otro

monasterio de la Orden de los Predicadores, que es del Bienaventurado Santo

Domingo. La señal tercera caerá donde será la devota casa de la Virgen María, nuestra

Señora de la Peña de Francia", y todo se cumplió como ella dijo.

Por último, también vaticinó que ningún rayo caería sobre la población de Sequeros,

algo que se ha cumplido a lo largo de los siglos.

En Sequeros se recuerda con especial cariño la vida e historia de la Moza Santa

durante todo el año, pero en especial durante la celebración de la festividad de la

Santa Cruz de mayo, el día 3, fiesta en la que la procesión parte desde la iglesia de

Santa María del Robledo, donde se encuentran los restos de la profetisa Juana.

Las ánimas benditas de La Alberca

Esta tradición es fiel reflejo de la religiosidad popular y en concreto del culto y

devoción a las Ánimas Benditas, es en La Alberca donde persiste con mayor arraigo.

Al caer el sol en cualquier esquina del pueblo oiremos el repique de una esquila y una

piadosa voz que pide por las ‘benditas ánimas’.

Todos los días del año, al caer el sol, sale la Moza de Ánimas, así se llama a la mujer

que porta la esquila quien ha hecho una manda o promesa. La Moza de Ánimas recorre

todas las calles del pueblo parándose en las esquinas señaladas donde con tres toques

de la esquila entona una salmodia por todos los difuntos:

“Fieles cristianos, acordémonos de las Benditas Almas del Purgatorio con un

Padrenuestro y un Ave María por el amor de Dios…otros tres nuevos toques a la

esquila para continuar Otro padrenuestro y otra Avemaría por los que están en

pecado mortal, para que su Divina Majestad los saque de tal miserable estado”

Cuenta la leyenda que desde que existe esta tradición, tan sólo una noche la moza de

ánimas no salió a hacer su recorrido, era una noche fría de invierno y empezaba a

nevar la moza perezosa al ver que el tiempo empeoraba cada vez mas pensó que por

no salir no salir una noche ¿que iba a pasar? Pasó que todos los habitantes del pueblo

aseguran que esa noche escucharon perfectamente cómo sonaba la esquila, al igual

que todas las noches, al paso por sus casas ¿cómo si la Moza de Animas se quedó en

casa? La esquila salió sola.

LA LEYENDA DE MONLEON

Es tradición que un modesto tejedor tuvo un sueño en el que se veía a sí mismo en lo

alto de un monte sobre el que se abría un pasadizo. El tejedor se internaba por él y

llegaba hasta un lugar donde aparecía una figura zoomorfa: una cabra y un chivo

modelados en oro macizo.

Cuando el hombre despertó de su sueño trató de comprobar hasta qué punto éste

podía ser considerado como una premonición. Se dirigió, pues, hacia el lugar donde se

alzaba el monte que vívidamente había reconocido como formando parte de sus

imágenes oníricas.

Se trataba del Monreal, ubicado en el término del actual pueblo de Casafranca

(Salamanca). Acto seguido, el tejedor buscó la entrada al pasadizo que ya recorriera en

sueños. Habiéndolo hallado, penetró en su interior...Y entonces pudo comprobar que

la premonición onírica se cumplía hasta sus últimos términos: ¡apareció la cabra de

oro!

El hombre dio cuenta del hallazgo al rey, quien premió a aquél otorgándole los cuernos

de la cabra, con el producto de cuya venta el tejedor construyó las murallas y el castillo

de Monleón.

La historia

La villa de Monleón se halla rodeada de una muralla, reforzada en su extremo

suroccidental por un castillo, del que se conserva, únicamente, antes de su

restauración, la soberbia torre del Homenaje, rematada por ocho cubos voladizos.

Antiguo recinto amurallado de Monleón

El castillo forma parte integrante de la estructura defensiva de la villa, que cuenta con

tres puertas: la de la Villa al noroeste, la del Sol a este y la de Coria al mediodía; esta

última se abre junto a la torre del homenaje del castillo, soberbia construcción de

mampostería esquinada en granito. Dicha fortaleza data del siglo XV, aunque ya existía

a finales del siglo XII: en el año 1199, Alfonso IX dona a la reina Berenguela treinta

castillos, el de Monleón entre ellos. El solar de la villa se presenta, hoy, delimitado por

una única línea de muralla. Sin embargo la primitiva fortificación debió de englobar

solamente aquélla parte del recinto que está más próxima al castillo, a juzgar por la

disposición de los edificios y el trazado de las calles colindantes al mismo, así como por

ciertos detalles relativos a la construcción de la muralla: la línea del lienzo oriental,

sobre el que se abre la puerta del Sol, forma un ángulo violento respecto del lienzo que

discurre hacia el noroeste, hasta la puerta de la Villa, dando la impresión de que aquél

fuera abierto en un momento anterior

La memoria popular ha perpetuado la leyenda de las Murallas de Monleón a través de

una coplilla que aún puede escucharse si nos sentamos a “tomar la fresca” por estos

lugares

Ya que te muestras leal

Y no has hecho traición

Con los cuernos de la cabra

Cercarás Monleón

Según otra versión, en cambio, el susodicho tejedor habría traicionado la confianza

que el rey depositara en él:

Tejedor de Peña Cabra

Que al rey fuisteis traidor

Con los cuernos de la Cabra

Cercarás Monleón

Esta última versión la recogió el gran medievalista Ramón Grande del Brío, por cierto,

de labios de su abuelo Ramón, quien ejerció el oficio de tejedor en San Domingo del

Campo, pueblo próximo a Monleón.

Tal como indica el propio estudioso “en alguna medida aquel tejedor debía de hallarse

en posesión de una forma de conocimiento "especial". Lo que en otros términos

podríamos designar con el nombre de "saberes elementales".

LA LEYENDA DEL GIGANTE DE LA CALZADA DE BEJAR

Para los incrédulos, o los jóvenes, que quizás nunca hayan oído hablar de él, debemos

decir que El Gigante de la Calzada existió. Trabajaba de guarda en La Calzada y

posteriormente lo hizo en un circo, donde se exhibía junto a dos enanos.

Los mayores del lugar recuerdan que le hacía los zapatos un tal Fidel que vivía en la

calle Libertad (esquina Nogalera).

Respecto la vida que llevó Fausto (así se llamaba el Gigante), nos contaron que durante

los años que actuaba en el circo fue bastante infeliz, pues al ser una atracción tan

espectacular le mantenían recluido y oculto hasta las actuaciones, ya que no podía

dejarse ver por el pueblo por el que viajara el circo, pues la función perdería toda la

gracia y sorpresa.

La función consistía en presentarle junto a un enano y comentar acerca de ellos que

eran gemelos... y supongo que algún que otro chascarrillo relacionado con ello. Parece

ser que esa desdicha fue una de las razones que le impulsó a dejar el mundo del circo y

volverse a su tierra.

En la foto podemos verle, junto a D. Antolín Velasco Gómez, padre del director de esta

revista, que a la sazón medía 1,70m. Hemos realizado una estimación de su altura,

conviniendo en que estaría en torno a 2,14m, que para aquella época, alrededor de

1933, no estaba mal.

LEYENDA VITOR- BEJAR

Víctor, que así se escribe a pesar que los bejaranos pronunciaban "Vítor", era un señor

altísimo. Nadie ha dado hasta ahora su medida exacta, pero dicen las gentes que le

conocieron, que era un gigante y que su profesión era la de vendedor ambulante de

jabón. Esta mercancía era transportada en un burro en cuyos lomos sostenía unas

hermosas aguaderas.

Se cuenta que Vito montaba en el burro con las piernas encogidas y cuando resolvía

bajarse del animal, las estiraba, el burro continuaba su paso y cuando ya se había

apartado unos metros le ordenaba detenerse.

El amigo Vítor, voceaba calle por calle su mercancía y algunas vecinas del primer piso

salían al balcón y decían: “Vítor, dame una barra de jabón”. Vítor, sacaba de las

aguaderas la barra y alzaba su brazo hasta el balcón, dando al cliente su mercancía.

Esto llamó la atención de los forasteros y de sus paisanos. No había nadie en Béjar y su

comarca que no conociera a este personaje, De ahí viene el dicho “De Béjar y no

conocer a Vítor”.

Nació en Béjar el 12 de abril de 1847, y vivió en Barrionuevo. Hijo de Crisantos Sánchez

y Teodora Chamorro. Murió en Vilanova de Portimao (Portugal) en 1883.

En la segunda imagen distinguimos a Vito con Genaro Gil Pacheco, su inseparable

amigo con el que fue a correr mundo y darse a conocer exhibiéndose en ferias previo

pago. Viajaron por gran parte de España y de ahí viene la celebridad de este paisano,

que después de tantos años consigue que cuando vamos a muchos lugares y

comentamos que somos de Béjar, nos repliquen... “De Béjar y no conocer a Vito”,

(pero conozco a Zacarías que es de menos categoría), de Este otro paisano hablaremos

más adelante.

Las últimas imágenes son de una escultura del famoso Vito, que se halla en Aldeavieja

de Tormes. Se determina la dimensión de Vito con relación al burro, (difícilmente le

llega a la cintura). Se advierte en la impedimenta que transporta el animal los tacos de

jabón.

MEDIDAS DE VITO SEGÚN ACADEMIA MEDICO-FARMACEUTICA DE BARCELONA:

ALZADA TOTAL DE PIE Y DESCALZO 2,12, LA CIRCUNFERENCIA DE LA CABEZA 61 CM,

ANCHO DE ESPALDAS 49 CM, BRAZO 47 CM, ANTEBRAZO 35 CM, MANO EXTENDIDA 24

CM, PIERNA 52 CM, ALTURA DE CARA 14 CM, LONGITUD DE LOS BRAZOS EN CRUZ

2,32, TAMAÑO DE SU PIE LARGO 33 CM, ANCHO 12 CM.

Destaca la compensación del tamaño de sus órganos, aunque su cabeza es un poco

pequeña. Se dice también que su corazón palpita con gran violencia, a 125 latidos por

minuto.

LEYENDA E HISTORIA DE ZACARIAS

Esta historia comienza allá por la época de la Guerra Española, en la que muchos

españoles se alistaron y fueron a luchar a distintos frentes, de izquierdas o de

derechas, a Rusia o a Alemania.

Zacarías, que era un hombre sencillo, y con alguna carencia en “luces”, se alistó y fue al

frente de Rusia a luchar. Estuvo muchos años allí, incluso después de terminar la

guerra, (que por cierto ganaron). Unos años después, atraídos por sus propios paisanos

consiguieron que volviera otra vez a Béjar, y con un camión de una empresa Textil

fueron a buscarle a Madrid, llegando a Béjar y siendo recibido “casi con honores”. En

Béjar, permanecería durante unos años sin conseguir empleo estable, por lo que una

vez casado volvió a emigrar a Francia, con el objetivo de conseguir un porvenir mejor.

Allí permaneció su vida hasta su fallecimiento.

La “Cueva de Salamanca” “El Aula de Satanás”.

Todas las ciudades tienen “lugares espaciales” en los que historia y leyenda se cruzan y

en los que el peso de esta última se impone al de los hechos históricos. Esto ocurre con

la antigua Iglesia de San Ciprián o San Cebrián conocida como la Cueva de Salamanca.

Es espacio que ocupa la cueva es en realidad, la sacristía de la iglesia. Sobre su origen,

unos afirman que fue fundada por Hércules, otros la relacionan con los árabes o con

los celtas. Hay quién sitúa en la cueva la entrada a un laberinto de túneles y pasajes

que recorría todo el subsuelo de la ciudad.

Su fama fue tan relevante que incluso atravesó el mar. Y así, en Iberoamérica se

denominan salamancas a las cuevas, lugares oscuros y ocultos en los que se practicaba

la quiromancia, la nigromancia, la iniciación o la adivinación.

Situada en la Plaza de Carvajal sobre lo que antiguamente fue la Iglesia de San Cebrián,

la entrada a la cueva habría estado tras la sacristía. Famosa por los ritos mágicos que

allí se celebraron. Se puede subir a la Torre del Marqués de Villena (bonita vista) y ver

de cerca y por dentro la muralla. La Cueva ha tenido un gran protagonismo literario.

Cervantes, Calderón de la Barca, Escilla, Torres Villarroel, Feijoo, Botello de Moraes,

Walter Scott o Ricardo de Rojas, son algunos de los autores que han hablado de ella.

La leyenda

Cuenta la leyenda que en este espacio Satanás, bajo la apariencia de sacristán,

impartía doctrinas de ciencias ocultas, adivinación, astrología y magia a siete alumnos

durante siete años, tras de los cuales, uno de ellos, debía quedar de por vida en la

cueva a su servicio. El alumno más célebre habría sido el marqués de Villena.

El origen de esta leyenda esta en las clases que en la sacristía impartía el párroco de la

iglesia. Se llamaba Clemente Potosí, y llegó a ser identificado con el diablo. Este daba

lecciones de astrología, geomancia, hidromancia, piromancia y quiromancia, el

objetivo era aprender técnicas adivinatorias. Los alumnos que acudían a las clases no

revelaban que era lo que aprendían y este hermetismo fomentó la leyenda.

Según la leyenda el número de alumnos era siempre siete, numero con implicaciones

místicas. Los alumnos debían pagar por las clases recibidas. El método era peculiar, se

sorteaba que alumno debía pagar por todos, si al que le tocaba no podía pagar debía

permanecer encerrado en la cueva.

Un año quien perdió el sorteo y debía pagar las clases a todos sus compañeros fue el

Marques de Villena, Enrique de Aragón. Este se encontraba en la ciudad como

estudiante en la Universidad. Cuando tuvo que pagar se encontró en la situación de no

tener dinero para pagar, por lo que fue encerrado en la cueva.

El joven Enrique no se resignó a su destino e ideó un plan para poder escapar. Para ello

se ocultó en el interior de una tinaja, la cual estaba tapada de diversos objetos que se

habían ido acumulando. Al ocultarse en la tinaja procuró que los objetos quedaran tal

y como estaban para no ser descubierto. Cuando el maestro regresó a la sacristía y se

la encontró vacía marchó rápidamente dejando la puerta abierta, la situación fue

aprovechada por el futuro marques para escapar a la iglesia donde se ocultó. En el

interior de la iglesia permaneció oculto toda la noche hasta que cuando se abrieron sus

puertas y pudo escapar del recinto.

En 1580 la iglesia fue derribada, de la cueva se perdió la mitad, la cual fue usada como

carbonería o depósito de desperdicios, hasta su rehabilitación a mediados del Siglo XX.