Los Incrédulos en el Evangelio de Juan

21
Los Incrédulos en el Evangelio de Juan

Transcript of Los Incrédulos en el Evangelio de Juan

Page 1: Los Incrédulos en el Evangelio de Juan

Los Incrédulos en el Evangelio de Juan

Page 2: Los Incrédulos en el Evangelio de Juan

INTRODUCCIÓN

A. La Incredulidad es descrita como: «Una falta de creencia, debido a las pruebas insuficientes, especialmente en asuntos de religión o fe. La incredulidad sugiere una rechazo positivo a creer en una afirmación, teoría, etc. porque uno está convencido de su falsedad o falta de confiabilidad; la incredulidad implica un escepticismo o una falta de inclinación a creer» (Webster New World College Dictionary, 4 edición, 1553). Webster dice que un incrédulo es «una persona que no cree, duda o acepta algo» (ibíd.).

B. El apóstol Juan no ha colocado en su registro todas las señales que Jesus hizo en su ministerio en Israel (Jn.20:30-31). Él más bien ha seleccionado aquellas señales que transmiten algún elemento para probar la tesis de su libro: ¡Que Jesús es el Cristo!

C. Sin embargo, en una parte de su libro avanzado, el apóstol adelanta su conclusión y nos dice a todos los lectores: «Pero a pesar de que había hecho tantas señales delante de ellos, no creían en él» (Juan 12:37). «Pues aunque había hecho tantos milagros delante de ellos, no creían en él» (Versión Moderna).

Page 3: Los Incrédulos en el Evangelio de Juan

D. A. T. Robertson lo llama «Una terca persistencia en no creer ante toda aquella luz» (Imágenes Verbales, 5: 256).

E. Aunque un número reducido de Judíos creyeron en Cristo (en otra lección se habla de este tema: La Clase de Discípulos en el Evangelio de Juan); la gran mayoría de ellos no creyeron. ¿Por qué no creyeron? ¿Por falta de pruebas que el Hijo de Dios no realizó delante de sus ojos? Juan dice que Jesús hizo muchas señales (Jn.20:30) ¿Fueron las señales de una naturaleza débil y no convincente? Juan dice que estas señales no fueron negadas aun por los enemigos de Jesús . Refiriéndose a la resurrección de Lázaro, los principales sacerdotes y fariseos dijeron: “¿Qué haremos? Porque este hombre hace muchas señales. Si le dejamos así, todos creerán en él” (Jn.11:47-48).

Page 4: Los Incrédulos en el Evangelio de Juan

I. LOS PERSONAJES

A. Los hermanos de Jesús 1. «le dijeron sus hermanos: sal de aquí, y vete a Judea, para que también tus discípulos vean las obras que haces. Porque ninguno que procura darse a conocer hace algo en secreto. Si estas cosas haces, manifiéstate al mundo. Porque ni aun sus hermanos creían en él» (Juan 7:3-5).

2. Juan es el único evangelista que presenta una mayor interacción de Jesús con sus hermanos (hijos de María y José) sólo para decirnos la desafortunada incredulidad de ellos en su hermano como el Hijo de Dios. En un tono más sarcástico que sincero, ellos le sugieren a Jesús exponerse a más grandes multitudes de personas en Jerusalén que las que habitaban Nazaret a fin de producir seguidores.

3. ¿Porque los hermanos de Jesús (que Marcos nos dice estaban compuesto por 4 varones y algunas mujeres, Mar.6:3) habrían tenido problemas en creerle? ¿No era su familiaridad una ventaja sobre el resto? La verdad es que ellos al igual que otros Judíos luchaban con su propia incredulidad. Aunque sabemos Jacobo y Judas creyeron en Jesús más adelante y llegaron a escribir las epístolas que llevan sus nombres (Santiago (o Jacobo) y Judas.

Page 5: Los Incrédulos en el Evangelio de Juan

B. Un Grupo de Judíos durante la Fiesta de los Tabernáculos

A. Mientras los Judíos se dividían a favor y en contra sobre la identidad de Jesús. Unos argumentaban que no podría venir otro Mesías que fuera capaz de hacer más señales que las que Jesús estaba realizando (Jn.7:31). Otros afirmaban que la profecía sobre el verdadero Mesías no respaldaba la procedencia de un Mesías Galileo «¿De Galilea ha de venir el Cristo? ¿No dice la Escritura que del linaje de David, y de la aldea de Belén, de donde era David, ha de venir el Cristo?» (Juan 7:41-42).

B. El grupo de Judíos aquí representado por Juan es aquel no reconoce a Jesús como el Mesías de las profecías porque su procedencia era de Nazaret de Galilea. Evidentemente ellos pasaron por alto que Jesús nació en Belén de Judea conforme a la profecía de Miqueas 5:2. El había nacido en la aldea de Belén, pero se había criado en Nazaret junto a sus padres para cumplir otras de la profecías que sería llamado Nazareno (Mat.2:23; cf. Isa.11:1).

Page 6: Los Incrédulos en el Evangelio de Juan

C. Un Grupo de Judíos distinto al Primero

1. «dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres» (Juan 8:31-32).

2. Con este grupo Jesús debatió largamente como lo muestra el resto del capítulo. Cada vez que Jesús se esfuerza en convencerles con la verdad ellos le lanzan preguntas que revelan su incredulidad e indisposición para creerle. Compare Versículos 33, 48, 53, 57. Cuando ya no tuvieron preguntas para auto justificarse, entonces le lanzaron piedras (v.59) en señal de rechazo y de aparente acusación de blasfemia.

Page 7: Los Incrédulos en el Evangelio de Juan

D. Los Fariseos

1. Los fariseos fueron ese grupo religioso radical completamente indispuesto a creer en Jesús o conferirle cualquier grado de divinidad. De hecho, había un pacto que ellos habían hecho con el pueblo «por cuanto los judíos ya habían acordado que si alguno confesase que Jesús era el Mesías, fuera expulsado de la sinagoga» (Juan 9:22).

2. Aunque no todos los fariseos mantenían celos amargos contra Jesús, hubo algunos pocos que reconocieron a Jesús como Maestro de Dios como Nicodemo (Jn.3:1-2) y el fariseo que invitó a Jesús a su cena para dialogar (Luc.11:37)

3. No solamente, los fariseos se habían declarado ser un grupo opositor y escéptico contra Jesús, ellos también tenían reglas para intimidar al pueblo para que no creyesen en Jesús “pero a causa de los fariseos, no lo confesaban, para no ser expulsados de la sinagoga” (Jn.12:42).

Page 8: Los Incrédulos en el Evangelio de Juan

E. Los Sacerdotes 1. El partido religioso sacerdotal también había declarado su postura frente a Jesús de Nazaret. Siendo un grupo constituido por los sacerdotes de la ciudad y habiendo Jesús desafiado al principio de su ministerio al reprobar la mercadería en el Templo permitida por los sacerdotes mismos (Jn.2:13-16) ellos mantenían el recelo y la ofensa contra Él.

2. Ellos mantendrían sobre «sus ojos» todos los movimientos de Jesús hasta llegar a consumar el plan de acusarlo frente a Pilato y pedir su muerte. Su reacción sería meditada y no tanto precipitada. Caifás, el sumo sacerdote vigente lo expresó el día después que Jesús había resucitado a Lázaro de la tumba cuadro días después de muerto.

3. Aunque los fariseos y saduceos tenían sus diferencias religiosas, ellos fueron capaces de unirse en complot contra Jesús porque «este hombre hace muchas señales. Si le dejamos así, todos creerán en él; y vendrán los romanos, y destruirán nuestro lugar santo y nuestra nación» (Juan 11:47-48).

Page 9: Los Incrédulos en el Evangelio de Juan

F. Pilato 1. Aunque Pilato sabe que los Judíos le han entregado a Jesús por envidia (Mat.27:18; Mar.15:10). Él lo interroga con el protocolo de un gobernante de mano dura pero empieza a titubear ante la presión del pueblo quienes envenenados por los fariseos y sacerdotes presionan y chantajean a Pilato en todo momento para que él juzgue a Jesús como un blasfemo «Nosotros tenemos una ley, y según nuestra ley debe morir, porque se hizo a sí mismo Hijo de Dios» (Jn.19:7).

2. Un diálogo fuerte es sostenido entre Pilato y Jesús quien nunca encuentra «un delito» digno de muerte en él (18:38. 19:4, 6). Sin embargo, no deja de depreciar a Jesús y reclamarle «Tu nación, y los principales sacerdotes, te han entregado a mí. ¿Que has hecho?» (18:35). Ante las respuestas escasas de Jesús, Pilato se desespera y le vuelve a intimidar «¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo autoridad para crucificarte, y tengo autoridad para soltarte?» (Juan 19:10).

Page 10: Los Incrédulos en el Evangelio de Juan

3. Escribí un artículo sobre la personalidad de Pilato según fuentes extra Bíblicas como Josefo y Filón titulado: «Pilato: El Gobernante Intransigente». Pilato se convirtió en una caricatura de juez aquel fatídico día. No solamente fracaso en sostenerse en su calidad de autoridad, sino torció la ley para acomodarla al clamor popular de los Judíos a fin de salvar su propia cabeza. Esta fue la denuncia que lo doblego «Si a éste sueltas [Jesús], no eres amigo de César; todo el que se hace rey, a Cesar se opone» (19:12).

4. En el colmo de su cinismo, Pilato pregunta a Jesús “¿Qué es la verdad? (Jn.18:38). Evidentemente su pregunta no viene de una motivación sincera sino de una simple curiosidad por el personaje que tiene enfrente que cada vez le comienza a parecer más misterioso y enigmático. Sobre todo lo que esa noche ha escuchado de su mujer quien le ha advertido, “no tengas nada que ver con este justo; porque hoy he padecido mucho en sueños por causa de él” (Mat.27:19).

Page 11: Los Incrédulos en el Evangelio de Juan

F. Tomás 1. Tomás, uno de los doce discípulos que Jesús eligió, no debiera estar en este grupo de incrédulos, pero lo está! El había visto muchísimas señales realizadas por Su maestro. Había visto convertir el agua en vino (Jn.2), había escuchado de la sanidad del hijo del siervo del rey (Jn.4), había visto al cojo andar (Jn.5), había visto al ciego de nacimiento ver (Jn.9), había presenciado la alimentación de más de 5 mil personas con cinco panes de cebada y dos pececillos . De hecho, él mismo había estando pasando la comida (6:11), había visto a Lázaro resucitar después de descompuesto su cuerpo (Jn.11) y había visto muchas otras señales no especificadas por Juan (20:30-31). Realmente ¿Tenía motivos Tomás para no creerle a sus compañeros que le decían «Al Señor hemos visto» (20:25)?

2. Sin embargo, el dijo expresa y deliberadamente: «Si no viere en sus manos la señal de los calvos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado no creeré» (Jn.20:25).

Page 12: Los Incrédulos en el Evangelio de Juan

3. Solo Juan narra esta disposición de Tomás ante la realidad de la resurrección de Jesús. Los Sinópticos guardan silencio respecto a este caso. Juan juzgó oportuno incluir la incredulidad de uno de sus compañeros (miembro de los 12). Pero ¿Solo Tomás presentó dificultad para creer que su Maestro se había levantado de la tumba? Por supuesto que No!. Lucas nos dice que cuando las mujeres quiénes habían visto la piedra removida y la tumba vacía, vinieron a dar las nuevas a los apóstoles su primera reacción fue: “Mas a ellos les parecía locura las palabras de ellas, y no las creyeron” (Luc.24:11).

4. ¿Por qué no podría haber estado Tomás junto al grupo de los apóstoles la primera vez? Una razón comenta John Bernard pudo ser su misma decepción por haber visto la muerte de Jesús. “Su ausencia de la reunión con los discípulos en el día de la Resurrección pudo haber sido debido a un sentimiento de que semejantes reuniones eran inútiles” (A Critical and Exegetical Commentary on the Gospel to St. John, Vol. 2,681).

Page 13: Los Incrédulos en el Evangelio de Juan

II. LAS CAUSAS

A. La Obstinación por los Señales

1. «Qué señal, pues, haces tú, para que veamos, y te creamos. ¿Qué obra haces? (Juan 6:30). Esto lo dicen habiéndose servido de los panes y de los peces hasta llenarse un día antes (13-14)

2. Nicodemo llegó de noche con Jesús convencido que Él era más que un Maestro «sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si Dios no está con él» (Jn.3:2).

3. Jesús les reprochó a los Judíos, «Si no viereis señales y prodigios, no creeréis» (Jn.4:48).

4. Pablo también se refirió a esta tendencia natural de los Judíos al decir, «Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura» (1 Cor.1:22-23).

Page 14: Los Incrédulos en el Evangelio de Juan

B. El Orgullo Racial

1. Le respondieron a Jesús cuando él les invitaba a pasar de ser meros seguidores nominales o verdaderamente «mis discípulos» «Linaje de Abraham somos, y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: : Seréis libres» (Juan 8:33). Cuando Jesús les dice ser esclavos del pecado (vv.34-35). Ellos vuelven a reiterarle «Nuestro padre es Abraham» (v.39). Jesús les replica que Abraham nunca intento matar a nadie como ellos lo intentan hacer con él (vv.39-40). Cuando dicen que Dios es su padre, Jesús les vuelve decir que en ese caso «le amarían «porque de Dios he salido y he venido» (v.42) «El que es de Dios, las palabras de Dios oye» (v.47). En todo tiempo de ésta acalorada discusión, los Judíos, se respaldan en su orgullo racial!

2. Cuando la discusión subió de tono, los Judíos le lanzaron a Jesús estas acusaciones: «¿No decimos bien nosotros que tú eres Samaritano, y que tienes demonio? (Juan 8:48). Y nuevamente esta otra: «¿Eres tú acaso mayor que nuestro padre Abraham, el cual murió? Y los profetas murieron! ¿Quién te haces a ti mismo?» (8:52-53). «¿Quién te crees tú» (NVI).

Page 15: Los Incrédulos en el Evangelio de Juan

C. La Ceguera Espiritual

1. Cuando Fariseos comenzaron un interrogatorio intimidador e incesante sobre el hombre que había estado ciego esperando que negará la autenticidad de su curación o negara al que lo había sanado. Ellos lo interrogaron por 3 veces separadas . La primera en el versículo 10. La Segunda en el versículo 15, y la tercera en el versículo 17. Incluso interrogaron a los padres del que había estado ciego esperando que ellos negaran el milagro (v,.18-23).

2. Cuando vino el cuatro interrogatorio. Los Fariseos le recomendaron «Da gloria a Dios; nosotros sabemos que ese hombre es pecador» (v.24). El les respondió, «Si es pecador, no lo sé; una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo» (v.25). Los fariseos indignados con la señal y la firmeza del sanado le acusaron de pecado «Tú naciste del todo en pecado, ¿y nos enseñas a nosotros» Y le expulsaron» (v.34).

3. Días más tarde, cuando vino a conocer por primera vez a Jesús, El le dijo: «Para juicio he venido a este mundo; para que los que no ven, vean, y los que ven, sean cegados» (V.39)

Page 16: Los Incrédulos en el Evangelio de Juan

D. El Endurecimiento Religioso 1. Juan en su evangelio ha acumulado prueba tras prueba que Jesús es el Hijo de Dios. Desde la conversión del agua en vino en las tinajas de Caná hasta la resurrección corporal de Lázaro. Sin embargo, todas estas pruebas han sido rechazadas por muchos judíos, especialmente los líderes religiosos.

2. La preocupación de los fariseos y los sumos sacerdotes es evidenciada: «¿Qué haremos? Porque este hombre hace muchas señales. Si le dejamos así, todos creerán en él; y vendrán los romanos, y destruirán nuestro lugar santo y nuestra nación» (Jn.11:47-48). «¿Qué vamos a hacer? Dijeron. Este hombre está haciendo muchas señales milagrosas.» (–NVI).

3. Los grupos más religiosos se habían comprometido en una campaña anti Jesús. Le preguntaron «¿Hasta cuando nos turbarás el alma? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente» (Jn.10:24), solo ´para enseguida apedrearle. «Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces Dios» (v.33).

Page 17: Los Incrédulos en el Evangelio de Juan

E. El Endurecimiento Moral 1. Muy al principio de este evangelio, Jesús estaba consiente de la condición espiritual de Israel como pueblo y de muchos de los Judíos que le rechazarían ya sea por prejuicio o engaño religioso o endurecimiento moral.

2. «En el mundo estaba, y el mundo por el fue hecho; pero el mundo no le conoció. A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron» (Juan 1:10-11). David Lipe dice que el verbo «recibir» del Griego, paralamanō se refiere al acercarse a una persona a su lado para darle la bienvenida... Esta es la clase de bienvenida que Jesús debió haber recibido cuando Él vino a su hogar; pero su propio pueblo, aquellos que debieron estar familiarizados con Él, le rechazaron» (Truth for Today Commentary, John 1-12; 54,55).

4. «Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas» (Juan 3:19-20). «... Pues quien obra mal, aborrece la luz, y no se arrima a ella, para que no sean reprendidas sus obras (Versión Torres Amat, 1825).

Page 18: Los Incrédulos en el Evangelio de Juan

F. La Arrogancia

1. Cuando los alguaciles habían venido de escuchar a Jesús, en lugar de prenderle dijeron: «Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre!» (Jn.7:46). La reprensión para ellos fue inmediata: «¿Acaso ha creído en él alguno de los gobernantes, o de los fariseos? Mas esta gente que no sabe la ley, maldita es» (vv.48-49).

2. En la discusión de Jesús con los Judíos de Juan 8, ellos se escondieron 3 veces en la justicia de Abraham «Nuestro padre es Abraham» (v.39), «Abraham murió, y los profetas; y tú dices: El que guarda mi palabra, nunca sufrirá muerte» (v.52), «¿Eres tú acaso mayor que nuestro padre Abraham?» (v.53). En ningún momento le aceptaron, siempre se resistieron y finalmente le lanzaron piedras (v.59).

3. Pilato durante el juicio contra Jesús no dejo esconder su típica arrogancia como procurador Romano. Le dijo a Jesús: «Tu nación, y los principales sacerdotes, te han entregado a mí. ¿Qué has hecho?» (18:35). « ¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo autoridad para crucificarte, y tengo autoridad para soltarte?» (19:10).

Page 19: Los Incrédulos en el Evangelio de Juan

1. Tomás como el resto de los apóstoles no había creído a la palabra de las mujeres que habían visto a Jesús resucitado la mañana del primer día de la semana “Mas a ellos les parecía locura las palabras de ellas, y no las creyeron” (Luc.24:11; Cf. Jn.20:18).

2. Cuando vino la primera aparición de Jesús ante los apóstoles, no estando presente Tomás, la noche del primer día de la semana, todos creyeron y se regocijaron en él al ver las señales de la crucifixión en sus manos y en su costado (Jn.20:20)

3. Cuando la noticia fue transmitida a Tomás, él inmediatamente dijo: «Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré» (Jn.20:25). Sin embargo, el escepticismo de Tomás duraría poco al presentarle Jesús las pruebas que demandó y al exhortarle: «Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no sean incrédulo, sino creyente» (21:27). «Y no seas incrédulo, sino hombre de fe» (–NVI).

G. El Escepticismo

Page 20: Los Incrédulos en el Evangelio de Juan

Conclusión

A. El Evangelio de Juan fue escrito para «que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre» (Jn.20:31).

B. Creer es una palabra dominante en todo el evangelio. Juan la usa 98 veces en su evangelio. La fe o creencia es la respuesta correcta a las pruebas presentadas al observador u oyente.

C. La fe es una obra de Dios siempre requerida para salvar. «Esta es la obra de Dios, que creáis en él que él ha enviado» (Juan 6:29). Jesús demandó la fe de los enfermos (Jn.5:6, 8; 9:7; 35) de sus oyentes (Jn.6:29; 12:44-48), como de cada uno de nosotros hoy.

D. «Pero si fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan» (Heb.11:6). »sin fe es imposible agradarle, pues el que se acerca a Dios ha de creer que existe y que recompensa a los que le buscan» (Biblia de Jerusalén).

Page 21: Los Incrédulos en el Evangelio de Juan

E. Aunque las pruebas que Jesús es el Cristo fueron abundantes en el contexto del pueblo de Israel en el primer siglo; el prejuicio, el orgullo y la vanidad religiosa hizo que muchos Judíos permanecieran ciegos. «Para juicio he venido yo a este mundo; para que los que no ven, vean, y los que ven, sean cegados» (Jn.9:39). «Yo he venido a este mundo para juzgarlo, para que los ciegos vean, y los que ven se queden ciegos» (–NVI).

F. La misma incredulidad que hizo a los Judíos tropezar es comúnmente la misma causa de condenación de muchos hoy en día. No permitamos que «el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahoguen la palabra» (Mat.13:22). Tampoco permitamos que la ceguera espiritual nos impida ser verdaderos creyentes. La salvación del alma es al final un asunto de creer o endurecer el entendimiento a la exposición de la palabra de verdad.

G. Debiéramos orar como el Salmista, «Enséñame, oh Jehová, el camino de tus estatutos, Y lo guardaré hasta el fin. Dame entendimiento, y guardaré tu ley, Y la cumpliré de todo corazón» (119:33-34).