Los Judios No Son Pérfidos

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LOS JUDIOS NO SON PÉRFIDOS, PERO DEBEN CONVERTIRSE SI QUIEREN ALCANZAR LA VIDA ETERNA Rafael Bellver Galbis Una de las noticias más importantes de la Iglesia Católica de los últimos años es la aprobación del que podemos llamar Misal de Benedicto XVI, para aquellos que quieran celebrar la Eucaristía según el rito latino del Misal de San Pio V, del año 1570, en uso hasta el Vaticano II (en el que aprobó el llamado Misal de Pablo VI, 1969). Este nuevo misal incluye una fórmula de Oración por los judíos (propia del Viernes Santo) donde no se llama pérfidos, como antes, pero se pide por su “conversión” y su entrada en la Iglesia, en contra de lo que hacía el Misal del Vaticano II. Esta noticia ha molestado a muchos judíos y ha inquietado a muchos católicos, que piensan que estamos ante una seria involución teológica y pastoral. Me gustaría aquí hacer un pequeño recorrido a través del tiempo para analizar bien la famosa oración que tantos quebraderos de cabeza y, quizá, tantos sufrimientos inútiles, ha traído tanto a judíos como a católicos. 1.- Antes del Misal de Pio V Las primeras noticias que tenemos de la introducción de la oración “pro Iudaeis” es de los siglos VII y VIII, Sacramentario Gelasiano. Pero allí la palabra “pérfidos” no tenía el significado

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Documento importante para conocer la verdadera implicación del pueblo judio en la muerte de Jesús.

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LOS JUDIOS NO SON PRFIDOS, PERO DEBEN CONVERTIRSE SI QUIEREN ALCANZAR LA VIDA ETERNARafael Bellver GalbisUna de las noticias ms importantes de la Iglesia Catlica de los ltimos aos es la aprobacin del que podemos llamar Misal de Benedicto XVI, para aquellos que quieran celebrar la Eucarista segn el rito latino del Misal de San Pio V, del ao 1570, en uso hasta el Vaticano II (en el que aprob el llamado Misal de Pablo VI, 1969). Este nuevo misal incluye una frmula de Oracin por los judos (propia del Viernes Santo) donde no se llama prfidos, como antes, pero se pide por su conversin y su entrada en la Iglesia, en contra de lo que haca el Misal del Vaticano II. Esta noticia ha molestado a muchos judos y ha inquietado a muchos catlicos, que piensan que estamos ante una seria involucin teolgica y pastoral.

Me gustara aqu hacer un pequeo recorrido a travs del tiempo para analizar bien la famosa oracin que tantos quebraderos de cabeza y, quiz, tantos sufrimientos intiles, ha trado tanto a judos como a catlicos.

1.- Antes del Misal de Pio VLas primeras noticias que tenemos de la introduccin de la oracin pro Iudaeis es de los siglos VII y VIII, Sacramentario Gelasiano. Pero all la palabra prfidos no tena el significado que poco a poco se le fue dando. Prfido viene de los vocablos latinosper y fide. Por eso, en principio, esa palabra tiene solo una connotacin religiosa. Prfido es slo aquel que se desva de la fe verdadera porque se afirma en su fe (per fide). Lo que ocurre es que muy pronto pas a significar el que tiene mala fe, para acabar significando simplemente malo, perverso. Esta palabra justific indirectamente muchas persecuciones contra los judos.

2.- Misal de Trento: San Pio V (1570)

Este misal latino ha estado en vigor hasta el pontificado de Juan XXIII (que introdujo algunas reformas) y el Concilio Vaticani II, por cuyo mandato se public el nuevo Misal de Pablo VI (1969). Entre sus oracin es principales estaba una de tipo inquietante, llamada pro iudaeis, a favor de los judos, que deca as, segn el texto latino y su traduccin castellana (no oficial):

Oremos pro perfidis Iudaeis: ut Deus et Dominum noster auferat velamen de cordibus eorum; ut et ipsi agnoscant Iesum Christum Dominum nostrum.

Oremus: Flectamus genua. Levate

Omnipotens sempiternae Deus, qui etiam iudaicam perfidiam a tua misericordia non repellis: exaudi preces nostras, quas pro illius populi obcaecatione deferimus; ut agnita veritatis tuae Iuce, quae Christus est, a suios tenebris eruantur. Per eundem Dominum Nostrum Ieus Christo. Amen.(Oremos tambin por los prfidos judos para que Dios quite el velo de sus corazones, a fin de que reconozcan con nosotros a Jesucristo Nuestro Seor.

Oremos. Pongmonos de rodillas. De pie.

Omnipotente y sempiterno Dios, que no excluyes de tu Misericordia ni aun a los prfidos judos: oye los ruegos que te dirigimos por la ceguera de aquel pueblo, para que reconociendo la luz de Tu verdad, que es Jesucristo, salgan de sus tinieblas. Por el mismo Dios y Seor Nuestro. Amn. )

No voy a entrar ahora en la crtica de esta oracin a la que, con toda seguridad, a lo largo de mi vida me habr unido en la oracin universal del viernes santo antes de la reforma de Pablo VI. Solamente dir que ahora, al releerla, me parece una oracin francamente inquietante y que muchos han visto como poco conforme al evangelio, como ya indic Juan XXIII, que en 1959 mand quitar sus palabras ms hirientes: prfidos y perfidia, por lo menos en el sentido que se le ha acabado dando a tales palabras. La parte que dice Para que Dios quite el velo de sus corazones est tomada de la controversia de Pablo con un tipo de judos de su tiempo (2Cor. 3-4). Pero no podemos olvidar que Pablo mismo era judo y que estaba empeado en una polmica interna entre varios grupos de judos (entre ellos el suyo, el mesinico) Pero al universalizar esta imagen del velo, los cristianos que hemos rezado esta oracin hemos acusado al judasmo en su conjunto de ceguera voluntaria o impuesta por Dios (que les habra puesto el velo)Sigue la oracin diciendo: para que reconozcan con nosotros a Jesucristo: no se pide por los judos como tales, para que hagan su camino, para que Dios les bendiga, sino para que se hagan de los nuestros. Ciertamente, eso se pide ante un Cristo crucificado, que es perdn universal (estamos en Viernes Santo, ante la gran Cruz pascual). De ah a decir que los judos han matado a Jess, slo hay un paso, y eso es lo que se ha hecho durante tantos siglos, de un modo histricamente injusto, teolgicamente equivocado y socialmente peligroso. No hace falta recordar la historia, baste decir que, desde esta oracin del Viernes Santo (que deba ser da de reconciliacin universal y de acogida para todos!) muchos cristianos han expulsado a los judos o les han obligado a convertirse. De esa expulsin y conversin forzosa de los judos vive todava cierta historia de Espaa, que no por ser cierta deja de ser reprobable.

3.- Misal del Vaticano II o de Pablo VI (Desde 1969)Es el nico Misal que se ha considerado modelo de la Iglesia catlica. Aqu en la oracin del Viernes Santo que nos ocupa, deca:Oremus et pro Iudaeis, ut ad quos prius locutus est Dominus Deus noster, eis tribuat in sui nominis amore et in sui foederis fidelitate proficere.

Oremus: Flectamus genua. Levate.

Omnipotens sempiterne Deus, qui promissiones tuas Abrahae eiusque semini contulisti, Ecclesiae tuae preces clementer exaudi, ut populous acquisitionis prioris ad redemptionis mereatur plenitudinem pervenire. Per Christum Dominum nostrum. Amen.

(Oremos por el pueblo judo, el primero a quien Dios nuestro Seor habl, para que acreciente en ellos el amor a su nombre y la fidelidad a la alianza. Pongmonos de rodillas. En pie. Dios todopoderoso y eterno que confiaste tus promesas a Abraham y su descendencia, escucha con clemencia las suplicas de tu Iglesia, para que el pueblo de la primera adquisicin merezca llegar a la plenitud de la redencin. Por Nuestro Seor Jesucristo. Amn.)Pasaremos a comentar ahora las novedades de esta nueva versin de la oracin del Viernes Santo cuya traduccin al castellano ha sido en muchas ocasiones adaptada por algunas conferencias episcopales, aunque su sentido es claro en todas ellas.

En primer lugar los judos no son prfidos, no han perdido la fe, ni la han pervertido, sino que son el pueblo al que primero habl Dios por los profetas. La alianza de Dios con los judos se mantiene. Ms aun , no se llama alianza antigua o vieja, sino primera, para as distinguirla, pero no separarla, de la segunda (la de Cristo).En segundo lugar no se pide que los judos de conviertan al cristianismo, ni entren en la Iglesia, sino que sean buenos judos, que vivan en plenitud su alianzaLa tarea de la Iglesia no es, segn eso, convertir a los judos al cristianismo, ni introducirlos en la Iglesia, sino rogar a Dios para que sean buenos judos y vivan en plenitud su alianza.Es evidente que al fondo de esta plegaria hay una esperanza de reconciliacin de todos los hombres, ms acorde con el espritu cristiano. Los cristianos estamos convencidos de que esta reconciliacin y plenitud del judasmo est vinculada a Cristo.

4.- Misal de Benedicto XVI: Misal Neo-tridentino (2008)

Benedicto XVI no ha escrito un Misal nuevo, sino que ha tomado el antiguo (el de Trento) y lo ha fijado en una nueva edicin, en Latn (para aquellos que quieran la misa latina y tridentina), introduciendo en la Iglesia Latina (catlica) una divisin oficial de misales que no haba existido desde Trento. Pues bien, en este Misal, que puede utilizarse junto al del Vaticano II, se ha cambiado as la oaracin por los judos:

Oremus et pro Iudaeis. Ut Deus et Dominus noster illuminet corda eorum, ut agnoscant Iesum Christum salvatorem mnium hominum.Omnipotens sempiterne Deus, qui vis ut omnes homines salvi fiant et ad agnitionem veritatis veniant, concede propitious, ut plenitudine gentium in Ecclesiam Tuam intranet omnis Isarel salvus fiat. Per Christum Dominum nostrum. Amen.(Oremos tambin por los judos. Para que nuestro Dios y Seor ilumine sus corazones para que reconozcan a Jesucristo salvador de todos los hombres.

Dios omnipotente y eterno, que quieres que todos los hombres se salven y alcancen el conocimiento de la verdad que procede de Ti, concede por tu bondad que la plenitud de los pueblos entre en tu Iglesia y todo Israel sea salvado. Por Cristo Nuestro Seor. Amn.)

Las novedades fundamentales de esta frmula son: Los judos no son prfidos, ni tienen un velo ante los ojos. El nuevo texto ha quitado esa palabra del original latino de Trento, aceptando as la reforma de Juan XXIII. Ha suprimido tambin la imagen de velo que tapa sus ojos, pero en el fondo la mantiene, porque pide por su conversin. El texto no incluye la ceguera delos judos, pero en el fondo la supone, pues dice que Jess les tiene que iluminar.

Es una oracin ms confesional que la del Vaticano II. Dios quiere que todos los hombres se salven (cosa que tambin quieren los judos), pero hay algo especial: esta oracin quiere que la salvacin se realice por la entrada de todos los pueblos en la Iglesia; en ese contexto (conforme a un motivo de Pablo en Rm.11,26) se pide que tambin los judos entren en la Iglesia.En este sentido, esta oracin refleja la visin teolgica de la Dominus Iesus (2000), buscando un dilogo religioso abierto a todos, para que todos entren en la Iglesia (en esta Iglesia). El motivo en s es bueno, la finalidad laudable, aunque hay corrientes que piensan que implica un retroceso respecto al texto y teologa del Misal del Vaticano II.

El Vaticano II peda en el fondo un dialogo en libertad y concordia, para que todas las religiones (y en especial el judasmo) hicieran un camino de bien, que poda llegar a la unin final. Los judos tenan que convertirse, para hacerse mejores judos, en la lnea del mensaje ms hondo de Jess (Sermn de la Montaa)Benedicto XVI quiere que los judos se conviertan, pero no para que sean mejores judos, sino para que se hagan cristianos. Desde mi punto de vista esta visin es buena, aunque reconozco que es problemtica y veo lgico que muchos judos hayan protestado. Por ejemplo, la declaracin de los rabinos firmada por el presidente Giuseppe Laras sostiene que con esta plegaria se legitima tambin la praxis litrgica de una idea de dilogo que apunta, en realidad, a la conversin de los hebreos al catolicismo, cosa que obviamente es para nosotros inaceptable.

Sin embargo el cardenal Kasper habl en una entrevista con un medio italiano, un da despus de que los lderes mundiales del judasmo revelaran que la nueva oracin podra implicar un retroceso tras dcadas de dilogo interreligioso. Debo decir que no puede entender por qu los judos no pueden aceptar que podemos hacer uso de nuestra libertad de formular nuestras oraciones, dijo el alemn Kasper, al Corrriere de la Sera. Pensamos que racionalmente, esta oracin no puede ser un obstculo al dilogo porque refleja la fe de la Iglesia y, lo que es ms, los judos tienen oraciones en sus textos litrgicos que a nosotros, los catlicos, no nos gustan. Uno debe aceptar y respetar las diferencias, agreg el Cardenal.Todos, judos, islmicos y cristianos ganaramos mucho en humanidad, espiritualidad, fe y amor, si furamos un poco ms respetuosos con los otros y supisemos profundizar ms en lo que nos une que en lo que nos separa.