Los Ministros de Dios Debemos Tener Buenos Modales

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 Los ministros de Dios debemos tener buenos modales “Háganse imitadores de Dios.” (EFE. 5:1)  LA EXPERTA en etiqueta Sue Fox recalcó la importancia de la conducta respetuosa con estas palabras: “Los buenos modales no son algo de lo que podamos prescindir de vez en cuando. Hay que ser amables en todo momento y en todo lugar. Eso siempre funcionará”. Las personas corteses no suelen tener problemas con los demás, y los pocos que tienen, los resuelven pronto. Pero lo contrario también es cierto: los m alos modos producen conflictos, rencores y amarguras. 2 Los cristianos verdaderos nos caracterizamos por ser corteses. Aun así, debemos estar alerta para no adoptar los malos modales que tan comunes son hoy día. En este artículo veremos principios bíblicos que nos ayudan a rechazar las malas actitudes del mundo y atraen a la gente a la adoración pura. A fin de comprender lo que implica la cortesía, analicemos el ejemplo de Jehová y el de su Hijo. Jehová y su Hijo: ejemplos de bondad y cortesía 3 Jehová es un dechado perfecto de bondad y cortesía. A pesar de ser el Soberano del universo, trata a los seres humanos con amor y respeto. Por ejemplo, al dirigirse tanto a Abrahán como a Moisés empleó un término hebreo que puede traducirse con la expresión “por favor” (Gén. 13:14; Éxo. 4:6). Cuando sus siervos cometen errores, él es “misericordioso y benévolo, tardo para la cólera y abundante en bondad amorosa y apego a la verdad” (Sal. 86:15). ¡Qué diferente de algunas personas, que pierden los estribos cuando los demás no cumplen sus expectativas! 4 Jehová también demuestra su amabilidad por la forma en que escucha a los seres humanos. Cuando Abrahán le hizo preguntas relacionadas con los habitantes de Sodoma, las fue respondiendo pacientemente (Gén. 18:23-32). Dios no consideró que tomar en cuenta las preocupaciones de Abrahán fuera una pérdida de tiempo. Él escucha las oraciones de sus siervos y la súplica del arrepentido (léase  Salmo 51:11, 17). ¿Verdad que deberíamos imitarlo escuchando atentamente a quienes nos hablan? 5 La amabilidad es una de las muchas cualidades que Jesucristo aprendió de su Padre. Aunque su ministerio le exigía mucho tiempo y energías, siempre fue paciente y cortés. En todo momento estuvo dispuesto a ayudar a los más desfavorecidos, como los leprosos, los ciegos y los mendigos. Aun cuando la ocasión no fuera la más oportuna, no dejaba de atenderlos. Con frecuencia interrumpía lo que estaba haciendo para socorrer a los afligidos. También mostró extraordinaria consideración a quienes pusieron su fe en él (Mar. 5:30-34; Luc. 18:35-41). Si seguimos su ejemplo siendo amables y serviciales, nuestros familiares, vecinos y otras personas lo notarán. Además, glorificaremos a Jehová con nuestra conducta y seremos más felices. 6 Los líderes religiosos judíos consideraban que quienes no conocían la Ley eran “unos malditos” y los trataban como tales (Juan 7:49). Pero Jesús fue muy di ferente; él respetaba a los demás y lo demostró llamándolos por su nombre, como hizo con Marta, María, Zaqueo y muchos otros (Luc. 10:41, 42; 19:5). Es cierto que la cultura o las circunstancias dictan cómo hay que dirigirse a los demás, pero los siervos de Jehová siempre se esfuerzan por tratarse con afecto. No permiten que las diferencias de clase les impidan mostrar a sus hermanos y a otras personas el respeto que se merecen (léase Santiago 2:1-4). 7 Dios y su Hijo tratan con bondad a personas de todas las naciones y razas. Eso las dignifica, y además atrae a quienes tienen sed de la verdad. Claro está, lo que se considera buenos modales difiere de un sitio a otro. Por eso, en vez de seguir un protocolo estricto, nos guiamos por los principios bíblicos, los cuales nos permiten ser flexibles y tratar con respeto a los demás, sin importar dónde vivamos. A continuación veremos cómo puede la cortesía hacer más productivo nuestro ministerio cristiano. El saludo y la conversación 8 En la vida tan acelerada que hoy día es común en muchos lugares, no es raro que dos personas se crucen sin siquiera decirse “hola” o “buenos días”. Por supuesto, no se espera que

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Los ministros de Dios debemos tener buenos modales 

“Háganse imitadores de Dios.” (EFE. 5:1) 

LA EXPERTA en etiqueta Sue Fox recalcó la importancia de la conducta respetuosa con estaspalabras: “Los buenos modales no son algo de lo que podamos prescindir de vez en cuando. Hay

que ser amables en todo momento y en todo lugar. Eso siempre funcionará”. Las personascorteses no suelen tener problemas con los demás, y los pocos que tienen, los resuelven pronto.Pero lo contrario también es cierto: los malos modos producen conflictos, rencores y amarguras.

2 Los cristianos verdaderos nos caracterizamos por ser corteses. Aun así, debemos estar alertapara no adoptar los malos modales que tan comunes son hoy día. En este artículo veremosprincipios bíblicos que nos ayudan a rechazar las malas actitudes del mundo y atraen a la gente ala adoración pura. A fin de comprender lo que implica la cortesía, analicemos el ejemplo de Jehováy el de su Hijo.

Jehová y su Hijo: ejemplos de bondad y cortesía 3 Jehová es un dechado perfecto de bondad y cortesía. A pesar de ser el Soberano del

universo, trata a los seres humanos con amor y respeto. Por ejemplo, al dirigirse tanto a Abraháncomo a Moisés empleó un término hebreo que puede traducirse con la expresión “por favor” (Gén.

13:14; Éxo. 4:6). Cuando sus siervos cometen errores, él es “misericordioso y benévolo, tardo parala cólera y abundante en bondad amorosa y apego a la verdad” (Sal. 86:15). ¡Qué diferente dealgunas personas, que pierden los estribos cuando los demás no cumplen sus expectativas!

4 Jehová también demuestra su amabilidad por la forma en que escucha a los seres humanos.Cuando Abrahán le hizo preguntas relacionadas con los habitantes de Sodoma, las fuerespondiendo pacientemente (Gén. 18:23-32). Dios no consideró que tomar en cuenta laspreocupaciones de Abrahán fuera una pérdida de tiempo. Él escucha las oraciones de sus siervosy la súplica del arrepentido (léase  Salmo  51:11, 17). ¿Verdad que deberíamos imitarlo escuchandoatentamente a quienes nos hablan?

5 La amabilidad es una de las muchas cualidades que Jesucristo aprendió de su Padre. Aunquesu ministerio le exigía mucho tiempo y energías, siempre fue paciente y cortés. En todo momentoestuvo dispuesto a ayudar a los más desfavorecidos, como los leprosos, los ciegos y los mendigos.

Aun cuando la ocasión no fuera la más oportuna, no dejaba de atenderlos. Con frecuenciainterrumpía lo que estaba haciendo para socorrer a los afligidos. También mostró extraordinariaconsideración a quienes pusieron su fe en él (Mar. 5:30-34; Luc. 18:35-41). Si seguimos suejemplo siendo amables y serviciales, nuestros familiares, vecinos y otras personas lo notarán.Además, glorificaremos a Jehová con nuestra conducta y seremos más felices.

6 Los líderes religiosos judíos consideraban que quienes no conocían la Ley eran “unosmalditos” y los trataban como tales (Juan 7:49). Pero Jesús fue muy diferente; él respetaba a losdemás y lo demostró llamándolos por su nombre, como hizo con Marta, María, Zaqueo y muchosotros (Luc. 10:41, 42; 19:5). Es cierto que la cultura o las circunstancias dictan cómo hay quedirigirse a los demás, pero los siervos de Jehová siempre se esfuerzan por tratarse con afecto.No permiten que las diferencias de clase les impidan mostrar a sus hermanos y a otras personas elrespeto que se merecen (léase  Santiago  2:1-4). 

7 Dios y su Hijo tratan con bondad a personas de todas las naciones y razas. Eso las dignifica, yademás atrae a quienes tienen sed de la verdad. Claro está, lo que se considera buenos modalesdifiere de un sitio a otro. Por eso, en vez de seguir un protocolo estricto, nos guiamos por losprincipios bíblicos, los cuales nos permiten ser flexibles y tratar con respeto a los demás, sinimportar dónde vivamos. A continuación veremos cómo puede la cortesía hacer más productivonuestro ministerio cristiano.

El saludo y la conversación 8 En la vida tan acelerada que hoy día es común en muchos lugares, no es raro que dos

personas se crucen sin siquiera decirse “hola” o “buenos días”. Por supuesto, no se espera que

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vayamos saludando a todo el que encontremos en una calle concurrida. Sin embargo, hay muchasotras situaciones en que saludar es apropiado y aconsejable. ¿Tiene usted la costumbre desaludar? ¿O sigue caminando sin sonreír ni decir palabra? Aun sin quererlo, alguien podría adquirireste mal hábito, que en realidad demuestra falta de educación.

9 Jesús preguntó: “Si saludan a sus hermanos solamente, ¿qué cosa extraordinaria hacen?¿No hace la misma cosa también la gente de las naciones?” (Mat. 5:47). Respecto a la importancia

del saludo, el asesor Donald Weiss escribió: “A nadie le cae bien que los demás pasen de largo sinmirarlo siquiera. Realmente no hay excusa que logre apaciguar a quienes hemos pasado por alto.La solución es sencilla: salude a los demás y hable con ellos”. En efecto: si tenemos cuidado deno tratar con frialdad o indiferencia a quienes nos rodean, obtendremos buenos resultados.

10 Veamos el caso de Tom y Carol, un matrimonio cristiano que vive en una gran ciudad deNorteamérica. Ellos procuran iniciar conversaciones agradables con sus vecinos a fin de tenerbuenos resultados en el ministerio. Refiriéndose a Santiago 3:18, Tom dice: “Tratamos de ser amigables con la gente. Nos acercamos a los que vemos fuera de sus hogares y a los que trabajanen el vecindario. Les sonreímos, los saludamos y les hablamos de lo que les interesa: los hijos, susperros, sus casas, el empleo... A la larga, nos ven como sus amigos”. Carol añade: “En otraocasión les damos nuestro nombre y les preguntamos el suyo. Les decimos lo que estamoshaciendo en el vecindario, pero tratamos de ser breves. Con el tiempo, podemos hablarles másacerca de las buenas nuevas”. De esta manera, Tom y Carol se han ganado la confianza de

muchas personas. Un buen número de ellas ha aceptado publicaciones bíblicas, y algunas hanmanifestado un sincero interés por la verdad.

Cuando no es fácil ser cortés 11 A veces, las personas a las que predicamos nos tratan con rudeza. Eso no nos sorprende,

pues Jesús dio esta advertencia a sus discípulos: “Si ellos me han perseguido a mí, a ustedestambién los perseguirán” (Juan 15:20). No obstante, responder con aspereza a los comentariosdespectivos podría agravar la situación. ¿Cómo deberíamos reaccionar, entonces? El apóstolPedro escribió: “Santifiquen al Cristo como Señor en su corazón, siempre listos para presentar unadefensa ante todo el que les exija razón de la esperanza que hay en ustedes, pero haciéndolo

 junto con genio apacible y profundo respeto” (1 Ped. 3:15). Así es, una respuesta amable, apacibley respetuosa puede suavizar la actitud de quienes nos insultan (Tito 2:7, 8).

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¿Podemos prepararnos para reaccionar como Dios desea cuando recibamos comentariosnegativos? Claro que sí. Pablo nos da esta recomendación: “Que su habla siempre sea con gracia,sazonada con sal, para que sepan cómo deben dar una respuesta a cada uno” (Col. 4:6). Si nosacostumbramos a ser corteses con nuestra familia, con los compañeros de trabajo y de estudios,con los hermanos y con los vecinos, estaremos mejor preparados para afrontar las burlas y losinsultos de una manera digna de un cristiano (léase  Romanos  12:17-21). 

13 Veamos un ejemplo que demuestra que los buenos modales surten efecto en situacionesdifíciles. En Japón, un vecino y un señor que lo estaba visitando se burlaron de un Testigo quellamó a la puerta. En vez de dejarse provocar, el hermano se despidió cortésmente y se marchó.Continuó predicando en el territorio, pero entonces se dio cuenta de que el visitante lo observaba apoca distancia. Cuando el Testigo se le acercó, el señor le dijo: “Creo que le debo una disculpa.

 Aunque lo tratamos mal, noté que usted siguió sonriendo. ¿Qué tengo que hacer para ser así?”.Este hombre estaba totalmente desesperanzado, pues había perdido su empleo, y su madre

acababa de fallecer. El Testigo le ofreció un estudio bíblico, y él lo aceptó. En poco tiempo yaestudiaba la Biblia dos veces por semana.

El mejor modo de aprender buenos modales 14 Los siervos de Dios de tiempos bíblicos se aseguraban de que sus hijos aprendieran las

normas básicas de cortesía en el hogar. Fíjese en la amabilidad y cariño con que Abrahán e Isaacse dirigieron el uno al otro en Génesis 22:7. En el caso de José también se hizo patente que suspadres lo habían educado bien, pues cuando estuvo encarcelado fue cortés incluso con los demásprisioneros (Gén. 40:8, 14). Y su manera de dirigirse al faraón demuestra que había aprendidocómo comportarse ante personas de alto rango (Gén. 41:16, 33, 34).

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15 Uno de los Diez Mandamientos que Jehová dio a los israelitas es este: “Honra a tu padre y atu madre para que resulten largos tus días sobre el suelo que Jehová tu Dios te da” (Éxo. 20:12).Un modo de honrar a los padres era siendo respetuoso con ellos. Por ejemplo, la hija de Jeftédemostró un respeto sobresaliente por su padre cumpliendo con el voto que él había hecho, apesar del gran sacrificio que eso significó para ella (Jue. 11:35-40).

16 Es fundamental enseñar buenos modales a los hijos. Para relacionarse bien con la gente

cuando sean adultos, los niños tienen que aprender cómo contestar el teléfono, saludar a losvisitantes y comportarse a la mesa. Hay que ayudarles a comprender por qué deben sostenerles lapuerta a otras personas, ser bondadosos con los mayores o enfermos y ofrecerse a ayudar aquienes llevan paquetes pesados. Deben entender la importancia de pedir las cosas conamabilidad, dar las gracias, disculparse y así por el estilo.

17 Enseñar buenos modales a los hijos no tiene por qué ser difícil. El mejor modo es darles elejemplo. Kurt, de 25 años, explica cómo aprendieron a ser educados él y sus tres hermanos:“Veíamos la bondad con que se hablaban papá y mamá, y la paciencia y consideración con quetrataban a los demás. Antes y después de las reuniones, papá iba a hablar con los hermanosmayores y siempre me llevaba con él. Yo observaba cómo los saludaba y el gran respeto quesentía por ellos”. Kurt agrega: “Con el tiempo adquirí esos mismos modales. Tratar a la gente concortesía se volvió algo natural en mí. Ya no lo hago porque deba hacerlo, sino porque deseo  hacerlo”. 

18 ¿Qué sucederá si se enseñan buenos modales a los hijos? Lo más seguro es que podránhacer amigos y llevarse bien con los demás. Además, estarán mejor preparados para el futuro,pues sabrán relacionarse con patronos y compañeros de trabajo. Y, desde luego, los hijos que secomportan con corrección y amabilidad llenan de orgullo y alegría a sus padres (léase  Proverbios  23:24, 25). 

Los buenos modales nos diferencian del mundo 19 “Háganse imitadores de Dios, como hijos amados”, escribió Pablo (Efe. 5:1). Si queremos

copiar el ejemplo de Jehová y su Hijo, debemos aplicar principios bíblicos tales como los citados eneste artículo. De ese modo evitaremos caer en la hipocresía de ser corteses solo por conveniencia,por ejemplo para ganarnos el favor de nuestros superiores o conseguir algún beneficio material(Jud. 16).

20 En los últimos días de su malvada dominación, Satanás está decidido a eliminar los valoresque Jehová ha establecido, como el respeto a los demás. Pero jamás podrá acabar con los buenosmodales de los cristianos verdaderos. Por eso, resolvámonos a seguir el sobresaliente ejemplo debondad que Dios y su Hijo nos han puesto. De ese modo, nuestra manera de hablar ycomportarnos nos diferenciará claramente de quienes prefieren actuar con rudeza. Además,nuestra conducta alabará el nombre de Jehová y atraerá a las personas sinceras a la adoraciónpura.