LOS MORISCOS ESPAÑOLES
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Conversin y expulsin de los moriscos espaoles
Propsito: reconocer las ltimas acciones de los cristianos espaoles para consumar laexpulsin de los rabes y los judos de su territorio.
Introduccin
La guerra de Granada (1568-1570), junto con la conversin forzosa de los granadinos
(1500-1501) y la expulsin de los moriscos de la pennsula (1609-1610), son para la
historiografa tradicional los tres grandes momentos de las minoras musulmanas
convertidas en suelo espaol.
Los mudjares rebelados en 1501 haban escogido entre el bautismo o la
expulsin. Su deber de buenos cristianos era conformarse a los patrones culturales de
los castellanos y actuar como vasallos leales.
Julio Valden, asegura que, no se trataba tanto de provocar la expulsin como
de prohibir el culto judo en Espaa. Se ejercieron presiones sobre los judos de Corte,
especialmente las familias del rabino mayor para que se convirtieran (Valden
Baruque, 2001, pg. 85)
La preferencia de los Reyes apuntaba a lograr la conversin. A este respecto,
fracasaron porque aunque no podemos saber cuntos eligieron el bautismo, hay
razones ms que suficientes para afirmar que fueron una minora (Valden Baruque,
2001, pg. 85).
La primera iniciativa de prohibir la residencia, refrendada a los judos de
Andaluca, fue tomada por la inquisicin y refrendada a posteriori por el consejo
(Valden Baruque, 2001, pg. 86)
El decreto de 1492 fue redactado por Torquemada que lo present a la firma de
los Reyes, se trataba pues de una iniciativa inquisitorial (Valden Baruque, 2001, pg.
86).
De este modo cuando en Sevilla (1478-1479) en nuncio Nicols Franco
transmite a los Reyes preocupaciones del papa Sixto IV por la anomala que significaba
el hecho de que los judos siguieran contando con un estatus jurdico, algo que senegaba en el resto de Europa, la abundancia de conversos y la subsistencia de un reino
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musulmn en Granada, Fernando y Isabel toman el hilo de 1462 y deciden poner en
marcha la inquisicin obtenindola adems de medios eficaces. Primer error: esta
eficacia desencaden en Sevilla y su entorno una atroz y cruenta persecucin. El papa
se encoleriz y l mismo nombr a los inquisidores (Valden Baruque, 2001, pg. 87).Isabel lleg a poseer un conocimiento muy amplio y lleno de matices acerca de los
musulmanes de Castilla y Granada, desarroll un alto grado de respeto hacia la cultura
y las personas de aquellos sbditos suyos, pero sus decisiones en materia de poltica
guerrera y (De Mrmol Carvajal, 1991)religiosa estuvieron dictadas por motivos ms
poderosos: la recuperacin del territorio, de defensa de la fe cristiana, la aplicacin de
las normas de derecho y de las concepciones sobre el orden social que eran comunes
en la Europa de su tiempo (Valden Baruque, 2001, pg. 91).
La nacin espaola se configurara como una unidad poltica y religiosa gracias
a la larga lucha contra el islam. La importancia del logro de la unidad poltica. (Lea,
2001, pg. 35)
Tradicionalmente se ha considerado la guerra de la Reconquista mediante la
que Espaa fue gradualmente recuperada del dominio musulmn, como una guerra de
religin. () la historia de la Espaa medieval nos ensea que durante la prolongada
contienda el antagonismo racial o religioso fue escaso. A lo largo de la conquista rabe
la poblacin se someti voluntariamente a los invasores, quienes como gobernantes
no resultaron ms rigurosos que los godos, los conquistadores conservaron su fe y sus
jerarquas eclesisticas hasta que en los siglos XI y XII la irrupcin de bordas de
brbaros fanticos, conocidos como almorvides y almohades, provoc su gradual
desaparicin. De forma similar, cuando el territorio fue ocupado por los cristianos la
poblacin no beligerante apenas se vio afectada. (Lea, 2001, pg. 83)
Antecedentes: Los mudjares en la Edad Media
A los infieles, se les llam mudjares, () la tolerancia en Espaa era reforzada por las
frecuentes alianzas entre los prncipes cristianos y sus vecinos musulmanes. (Lea, 2001,
pg. 84)
La tolerancia en Espaa era reforzada por las frecuentes alianzas entre los
prncipes cristianos y sus vecinos musulmanes. (Lea, 2001, pg. 84)
Los mudjares formaban el sector ms valioso de la poblacin (Lea, 2001, pg. 87), susservicios eran apreciados incluso en tiempo de guerra, la prosperidad del pas apoyaba
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en la capacidad de los moros para el comercio y la industria. Ningn otro recurso era
tan apreciado como las rentas que proporcionaban, y las asignaciones sobre ellas se
consideran las ms seguras en los casos de herencias o dotes, as como para el
sostenimiento de rdenes religiosas o dignidades eclesisticas. De hecho los morosresultaban indispensables para los nobles en cuyas tierras se encontraban asentados,
ya que eran hbiles agricultores y trabajadores infatigables, aportaron estas cualidades
a todos los sectores de la industria, la ciencia o el arte, como mdicos brillarn a la
altura de los judos. (Lea, 2001, pg. 87)
Eran igualmente hbiles calafates y el podero cataln en el Mediterrneo
descansaba en buena parte sobre su capacidad. Introdujeron el cultivo del azcar, la
seda, el algodn, el arroz y otros valiosos productos. (Lea, 2001, pg. 87)
El mandato cornico que hace del trabajo un deber religioso fue plenamente
obedecido, y cada miembro de una familia contribua en la medida de sus posibilidades
al sustento comn. No haba mendigos entre ellos ya que cuidaban de sus pobres y
hurfanos. Contraan matrimonio a edad temprana: las muchachas a los once aos y
los hombres a los doce. (Lea, 2001, pg. 88)
La conversin
La gran cantidad de judos convertidos a la fuerza dio origen a una nueva clase en la
sociedad espaola, la conocida como marranos, conversos o cristianos nuevos, la
solidez de cuya fe se juzgaba dudosa. Libres de todo impedimento, su superior aptitud
para los negocios llev rpidamente a muchos de ellos y a sus hijos a ocupar puestos
relevantes en la Iglesia y en la Administracin. (Lea, 2001, pg. 93)
En 1480 Isabel orden la expulsin de Andaluca, donde eran ms numerosos
los judos. En 1486, Fernando hizo otro tanto en Aragn, pero ambas disposiciones
fueron ms bien expedientes financieros para la venta de exenciones moratorias, ya
que no se lleg a emprender ningn tipo de accin directa. Los mudjares estaban
protegidos por antiguas capitulaciones como la garanta de su derecho al domicilio
propio y al privilegio de su religin, en tanto que los judos carecan tanto de derechos
como de privilegios y su domicilio era una simple cuestin de tcito consentimiento.
(Lea, 2001, pg. 95)
En 1492 la conquista de Granada qued marcada por el decreto de expulsinde los judos (Lea, 2001, pg. 95)
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Cronologa
(Garca Arenal, 1975, pgs. 15-17)
1491 Capitulaciones de Granada (28 de noviembre)
1499 Conversiones realizadas por el cardenal Cisneros y quema de libros rabes en
Granada.
1501 Sumisin de los rebeldes. Pragmtica ordenando conversin de los moriscos
granadinos. Prohibicin de que los moriscos castellanos entren en el Reino de
Granada (20 de julio).
1502 Pragmtica dada a elegir a los musulmanes del Reino de Castilla entre el bautismo
y el exilio (11 de febrero).
1516 El cardenal Cisneros, regente, dicta una pragmtica obligando a los moros a
abandonar su traje y usos, pero queda en suspenso.
1520-1522 Germanas de Valencia, los germandos obligan a bautizarse a los moriscos bajo
amenaza de muerte. Se discute si el bautizo es vlido o no.
1524 El papa Clemente VIII incita a Carlos V a poner fin autorizndole a expulsar a los
que no se bautizaron y absolvindole de los juramentos que hubiera hecho en las
cortes de respetar sus usos y costumbres (15 de mayo).
1525 Carlos V da a elegir a los moros de Valencia entre la conversin y el exilio,
garantizando a los convertidos que quedarn durante cuarenta aos a salvo de la
Inquisicin.
1526 Conversin por edicto de los moros de Aragn. Rebelin de los moriscos
valencianos en Beraguael y en la Sierra de Espadn. Edicto en el que se prohbe el
uso de la lengua, hbito y constumbres de los moriscos granadinos. Se aplaza su
entrada en vigor.
1567 Pragmtica en la que se prohbe a los moriscos las costumbres y la lengua rabe.
1568-1570 Guerra de Granada.
1570 Comienza la deportacin a Castilla de los moriscos granadinos (1 de diciembre).
1575 Bando en el que se ordena el desarme de los moriscos de Valencia (28 de junio).
1585 Guerra de Aragn entre moriscos (labradores de las tierras bajas de la ribera de
Ebro y pastores montaeses).
1609 Se pregona el bando de expulsin de los moriscos valencianos (22 de
septiempre). Prohibicin de que los moriscos castellanos vendan bienes races (14
de noviembre).
1610 Se pregona en Sevilla el bando de expulsin de los moriscos de Andaluca, Murcia y
Villa de Hornachos (12 de enero). Se permite la salida de Castilla a cuantos
moriscos quieran hacerlo (18 de enero). Orden de expulsin de los moriscos de
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Catalua (17 de abril). Se pregona en Zaragoza el bando de expulsin de los
moriscos de las dos castillas, Extremadura y la Mancha (10 de julio).
1614 Se da por terminada la expulsin con la salida de los ltimos moriscos, los del
valle del Ricote, exceptuada hasta entonces por su antigedad y forma de buenos
cristianos.
Documentos
Memorial acerca de la expulsin y de los medios que deben ponerse en prctica para
paliar la ruina del reino. Enviado a la Corte por el P. sobrino (Septiembre de 1909).
Contentandose con que hagamos penita de nuestros pecados y le quitemos de
delante de los ojos una abominacin tan insufrible y fea como esta que tantos aos ha
tolerado su paciencia (Garca Arenal, 1975, pg. 248).
Y cierto que si con ocasin tan apretada estos Moriscos se convirtieran de
verdad () fuera la mejor suerte o suceso que poda dessear, Mas quedo se convirtiese
aun de esas, no podramos quedar seguros que solicitados con enemigos de afuera no
retrocediesen y rebelassen con la sed que tienen de verse seores de Espaa (Garca
Arenal, 1975, pg. 248).
Bando de expulsin de los moriscos de Valencia, pregonado pblicamente en
Valencia el 22 de septiembre de 1609:
El rey y por su majestad: Entendido teneys lo que por tan largo discurso de aos
he procurado la conversin de los Moriscos deste Reyno, y del de Castilla, y los Editos
de gracia que se les concedieron. Lo poco que todo ello ha aprovechado, pues se ha
visto que ninguno se aya convertido, antes ha crecido su obstinacin (Garca Arenal,
1975, pg. 251).
(medidas) para aplacar a nuestro seor que tan ofendido est desta gente:
assigurantome que poda sin ningn escrpulo castigarolos en las vidas y haziendas
(Garca Arenal, 1975, pg. 252).
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El bando:
Que todos los moriscos deste Reyno, assi hombres como mujeres, con sus hijos dentro
de tres das de cmo fuere publicado este vando en los lugares en donde cada unoviue, y tiene su casa, salgan del y vayan a embarcarse a la parte donde el comisario que
fuere a tratar deste le ordenare (Garca Arenal, 1975, pgs. 252-253).
Que cualquiera de los dichos Moriscos que publicado este bando y cumplidos los tres
das fuere hallado () fuera de su propio lugar por caminos () pueda cualquier
persona incurrir en pena alguna prenderle y desvalijarle, entregndole a la Iusticia del
lugar mas cercano; y si se defendiere le pueda matar (Garca Arenal, 1975, pg. 253).
Y para que se conseruen las casas, ingenios de aucar, cosecha de arroz, y los regados
() que en cada lugar de cien casas queden seys con los hijos y mujer que tuvieren,
como los hijos no sean casados no lo hayan sido (Garca Arenal, 1975, pgs. 253-254).
Que ningn cristiano viejo, ni soldado, ans natural deste Reyno () sea osado a tratar
mal de obra ni de palabra, ni llegar a sus haziendas a ninguno de los dichos moriscos, a
sus mujeres e hijos, ni a persona dellos (Garca Arenal, 1975, pgs. 253-254).
Y para que entiendan los Moriscos que la intencin de su Magestad es solo echalles de
sus Reynos, y que no se les haze vexacion en el viaje () permitimos que diez de los
dichos Moriscos () bueluan para que den noticia dello a los dems (Garca Arenal,
1975, pg. 254).
Carta de Lic. Molina, un morisco de Granada, a Jernimo de Loaysa, un caballero de
Trujillo, con fecha de julio de 1611:
El hauernos desterrado de su tierra () ha sido inspiracin divina; porque aqu he
visto pronsticos de ms de mil aos, en que cuentan, lo que de nosotros ha sucedido,
y ha de suceder; y que nos sacara Dios de essa tierra: y que para esto pondra Dios en
el corazn al Rey y sus consejeros, el hazer esto: y que morira gran parte de nosotros
por mar y tierra, y en fin todo lo sucedido (Garca Arenal, 1975, pg. 264)
Conclusiones
(Nos damos cuenta que el islam morisco de esta poca qued) empobrecido ydeteriorado. Los reos son gente modesta e inculta, de conocimientos religiosos casi
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nulos. En Castilla, en un medio rural pobre e inculto, se dio la convivencia estrecha y
diaria de dos comunidades pertenecientes a dos culturas diferentes (Garca Arenal,
Inquisicin y moriscos. Los procesos del Tribunal de Cuenca, 1987, pg. 64).
Hubo una deteriorizacin de la cultura rabe e islmica de los moriscos. Vemos cmoalgunas caractersticas de su patrimonio cultural, tales como la lengua rabe, los
conocimientos mdicos y de farmacopea e incluso su propia religin se van diluyendo
mientras de tien de magia y supersticin (Garca Arenal, Inquisicin y moriscos. Los
procesos del Tribunal de Cuenca, 1987, pg. 115).
El problema morisco: conflicto colonial; en Aragn, en Valencia y en Granada hasta
1570. Sin embargo en Castilla el problema se debe a la inmigracin de granadinos.
Estos no podrn nunca conseguir un lugar en la sociedad castellana. Adems sus
hbitos y modos de vida, tan diferentes a los castellanos, chocan con estos y sern
siempre atribuidos a diferencias religiosas. (Garca Arenal, Inquisicin y moriscos. Los
procesos del Tribunal de Cuenca, 1987, pg. 115).
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Bibliografa
De Mrmol Carvajal, L. (1991). Rebelin y castigo de los moriscos del Reino de Granada.
Mlaga: Arguval.
Garca Arenal, M. (1987). Inquisicin y moriscos. Los procesos del Tribunal de Cuenca.
Madrid: Siglo XXI.
Garca Arenal, M. (1975). Los moriscos. Madrid: Editora Nacional.
Lea, H. C. (2001). Los moriscos espaoles. Su conversin y expulsin. Madrid:
Universidad de Alicante.
Valden Baruque, J. (2001). Isabel la catlica y la poltica. Valladolid: mbito.