LOS NUEVOS CRISTIANOS DE MOROS EN MOTA DEL CUERVO Y EL PARTIDO DE QUINTANAR.
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MOTA DEL CUERVO Y SU HISTORIA
ACTAS DE LAS I JORNADAS DE HISTORIA LOCAL
Óscar Bascuñán Añover
©
Edita: Diputación Provincial de Cuenca.
C/Sargal, n º4 - 16002 Cuenca.
Dirección Técnica: Sección de Publicaciones - Departamento de Cultura.
Diseño portada y maquetación: Elena Sopeña López.
ISBN: 978-84-92711-42-0
Depósito Legal:CU-304-2009
Imprime:Imprenta Provincial de la Diputación Provincial de Cuenca.
C/ Sargal nº 4, 16002 Cuenca
“Que este pueblo se llama la villa de La Mota
elCuervo, y este nombre es muy antiguo, y no
saben por razón de qué se llama ansí, ni hay escri-
tura que lo declare; e que no saben que hay tenido
otro nombre”.
Julián Zarco-Bacas, Relaciones de pueblos
del obispado de Cuenca. Hechas por orden de
Felipe II, Cuenca, Diputación de Cuenca, 1983,
p. 367.
7
LOS “NUEVOS CRISTIANOS DE MOROS” EN MOTADEL CUERVO Y EL PARTIDO DE QUINTANAR.
NÚMERO, UBICACIÓN Y ESTRUCTURA SOCIAL.
Francisco J. Moreno Díaz
Universidad de Castilla-La Mancha
Encuadrado en la comarca natural de La Mancha, el partido de Quintanar fue
una de las demarcaciones administrativas en las que las que estuvo dividido el terri-
torio de la Orden de Santiago en la Península Ibérica a lo largo de la Edad Moderna.
En el centro de dicho distrito, ligeramente escorada hacia el este, se alza Mota del
Cuervo, o “La Mota”, como se la menciona en las fuentes de la época. No parece haber
despertado nunca mucho interés el devenir histórico de dicha localidad durante los
siglos modernos, quizás y muy probablemente porque los moteños y su villa se han
visto permanentemente eclipsados por el ascendiente que sobre los investigadores
han ejercido otras poblaciones como la propia Quintanar, Campo de Criptana o la
quijotesca villa de El Toboso.
65
I Jornadas de historia de Mota del Cuervo
Mapa 1Mota del Cuervo y el partido de Quintanar en los territorios jacobeos
Como ocurre con tantas otras localidades manchegas, es en el siglo XVI
cuando “La Mota” experimenta un importante crecimiento demográfico y económico.
A finales del siglo XV, la localidad contaba con un vecindario que oscilaba entre los
setecientos y los setecientos cincuenta habitantes. Esa cifra se había duplicado tan
sólo treinta años después e incluso se había multiplicado por más de tres a principios
del Seiscientos ya que en 1604 la población se aproximaba a los tres mil habitantes
(750 vecinos)1.
No es de extrañar, por tanto, que el siglo XVI constituyera para Mota el de
consolidación de la propia villa. La existencia en la misma de dos hospitales2, la fi-
nalización de la construcción de la parroquia de san Miguel o la reedificación de la
ermita de san Sebastián3 son sólo algunos ejemplos que pueden avalar dicha consi-
deración. Como también el hecho de que el pueblo viera nacer en estos años a algunos
de sus más destacados personajes históricos como fray Gabriel de Saona, quien tanta
importancia tuvo en la evangelización de las tierras del Nuevo Mundo; o como su
hermano Gaspar; o Jerónimo, el sobrino de ambos, a la sazón fundador del convento
de los agustinos descalzos de la vecina villa de El Toboso4.
El entramado social de Mota del Cuervo en el siglo XVI no debió ser muy di-
ferente del que, por las mismas fechas, presentaban otras localidades vecinas. Tam-
bién en lo referido a las minorías y muy especialmente en lo relativo a los moriscos.
No obstante, y por desgracia, resultan escasos los testimonios que nos dan noticia
de la existencia de comunidades “de antiguos”5 en el partido de Quintanar. Si se dejan
aparte algunos tempranos procesos inquisitoriales y determinadas noticias relacio-
nadas con el cobro de impuestos a los mudéjares, son muy pocas las referencias que
poseemos acerca de la presencia de individuos o comunidades de origen musulmán
en la comarca.
66
1. Ver J. López-Salazar Pérez, Estructuras agrarias y sociedad rural en La Mancha (ss. XVI-XVII),Ciudad Real, Instituto de Estudios Manchegos, 1986, pág. 666, con detalle completo de la evolucióndemográfica de la villa, del partido de Quintanar y del resto de localidades manchegas.2. F. J. Escudero Muñoz, Mota del Cuervo. Historia de nuestras calles desde 1870 hasta la actualidad,Mota del Cuervo, Ayuntamiento, 2006, pág. 33.3. Ibíd., págs. 26-27.4. Ibíd., pág. 128.5. Así llamados en contraposición a los moriscos granadinos, que llegaron a Castilla tras la Guerra delas Alpujarras.
Ello empuja a una primera e inicial consideración: la ausencia de fuentes no
implica necesariamente que los grupos de mudéjares (más tarde moriscos) no estu-
vieran presentes en el territorio del partido de Quintanar. Como mucho, esa situación
nos puede dar cuenta de que las comunidades a las que hacemos referencia estaban
en vías de desaparición, ahogadas por un imparable proceso de asimilación y, porqué
no, también de agotamiento biológico, económico y social6.
Todo así, no cabe duda de que, en tierras de Quintanar, debemos empezar a
hablar del asunto morisco a partir de 1570. Ese año, en noviembre, acababa la Guerra
de las Alpujarras, el conflicto que había enfrentado a los moriscos de Granada con
las tropas de Felipe II. Como represalia a la propia rebelión, el Rey decidió deportar
a los granadinos y establecerlos en Castilla.
El proceso es de sobra conocido y por ello no parece necesario abundar más
en él7. Señálese, sin embargo, un factor que puede resultar de mucha utilidad para
conocer el asentamiento y la posterior distribución de la minoría en tierras quinta-
nareñas. Hace años, en el artículo antes mencionado8, Bernard Vincent trazó las prin-
cipales rutas seguidas por los comisarios encargados de repartir a los moriscos en
Castilla9. El historiador francés, nos hablaba de cuatro grandes itinerarios, de los
cuales, al menos uno resulta de especial interés para nuestro área de estudio.
El primer recorrido que se siguió tenía su origen en las comarcas más orien-
tales del Reino de Granada, a través de las cuales los moriscos se encaminaron hacia
el reino de Murcia para, posteriormente, dirigirse a Albacete y desde allí, por La Man-
cha oriental, hacia Toledo a través de un primer ramal y hacia tierras alcarreñas en
una segunda ruta.
67
I Jornadas de historia de Mota del Cuervo
6. En una situación muy similar a la que se encontraban los grupos presentes en localidades relativa-mente cercanas como Alcázar de San Juan, Uclés y Ocaña. En torno a la comunidad mudéjar de Uclés,ver M. García-Arenal, “Dos documentos sobre los moros de Uclés en 1501”, en Al-Andalus, XLII(1977), págs. 167-181. Igualmente, y para la comunidad mudéjar de Ocaña, ver J. A. García Luján,“Notas sobre los judíos y mudéjares de Ocaña en 1478 y 1480”, en I Congreso Internacional “Encuen-tro de las Tres Culturas”, Toledo, Excelentísimo Ayuntamiento de Toledo, 1982, págs. 315-317.7. Ver B. Vincent, “L’expulsion des morisques du Royaume de Grenade et leur répartition en Castille(1570-1571), en Melanges de la Casa de Velázquez, nº 6 (1970), págs. 211-246. Existe traducción alcastellano: “La expulsión de los moriscos del Reino de Granada y su reparto en Castilla”, en Andalucíaen la Edad Moderna. Economía y sociedad, Granada, Excelentísima Diputación de Granada, 1985,págs. 215-266.8. Ver nota número 7.9. Para más información al respecto véase mapa adjunto al artículo mencionado: B. Vincent, “La ex-pulsión de los moriscos…”, pág. 239.
En segundo término, debe mencionarse aquel otro trayecto que tenía su origen
en la propia Granada y en las comarcas centrales del antiguo reino nazarí y que, muy
posiblemente a través del Campo de Montiel, se internaba en la propia Mancha y se-
guía, rumbo al norte, a través del reino de Toledo, para culminar, al menos en teoría,
en tierras de Castilla la Vieja.
En tercer lugar, el camino que partía de Málaga y Ronda, al oeste del Reino
de Granada, para dirigirse hacia Córdoba y concluir en tierras extremeñas; y, por úl-
timo, aquella última ruta que partía del puerto de Almería y se orientaba exclusiva-
mente y vía marítima hacia Sevilla y, que no obstante, sólo fue utilizada de manera
parcial10.
De todas esas rutas, la que más nos interesa es la primera, aquella a través de
la cual se desplazó la mayoría de los granadinos que se asentaron en el partido de
Quintanar. Cabe señalar, en principio, que el itinerario que Bernard Vincent trazó a
su paso por el partido de Quintanar era sólo supuesto dado que, cuando su trabajo
fue elaborado aún no contaba con información suficiente como para precisar con
exactitud los pasos concretos de las columnas de granadinos deportados. Afortuna-
damente, y gracias al concurso de fuentes de tipo local, poseemos datos que nos ayu-
dan a corroborar la ruta propuesta con gran acierto por el historiador francés.
El 12 de noviembre de 1570, el ayuntamiento de Quintanar escribió al rey pi-
diendo permiso para poder moler determinadas cantidades extraordinarias de cereal
en las aceñas situadas en término de la villa11. Dicha noticia nos da idea de la preo-
cupación de las autoridades municipales y del partido, alarmadas como estaban, de-
bido a que la llegada de los granadinos -que habían partido de sus lugares de origen
durante los primeros días de noviembre-, era poco menos que inminente.
La entrada de los primeros moriscos de Granada en el partido de Quintanar
debió producirse poco después. El día 14 de diciembre, en la propia cabecera, se re-
partieron “a los moriscos de la lista de los de las Cuevas, doze arrobas y cinquenta li-
bras de pan; y a los de Vélez, doze arrobas”12. Todos ellos procedían de la vecina
68
10. Ibid., pág. 230.
11. Archivo Histórico Provincial de Toledo (en adelante AHP To). Sección Diversos. Leg. D-246. Fols. 26r.º-
26v.º 12.XI.1570.
12. AHP To. Sección Diversos. Leg. D-246. Fols. 33r.º-34r.º 19.XI.1570. Ver relación completa de la contribu-
ción de cada localidad en F. J. Moreno, op. cit., págs. 532-533. Documento IV.
localidad de El Toboso por lo que no es de extrañar que la llegada de los granadinos
a Mota del Cuervo fuera incluso anterior y pudiera haberse producido a lo largo de
los primeros días de ese mismo mes.
Pasada la Navidad, el 5 de enero de 1571, el licenciado Bolaños, alcalde mayor
del partido de Quintanar, remitía a la Corona un primer informe acerca de la llegada
de los granadinos a su demarcación13. Su relato, uno de los más detallados de cuantos
contamos en la región manchega14, especificaba muy a las claras el número total de
vecinos de cada localidad, así como los granadinos que, desde mediados de diciembre
del año anterior, se habían asentado en cada villa. En total, y según se desprende del
informe del alcalde, había en la demarcación quintanareña, un total de 2.198 moris-
cos, 204 de ellos en La Mota, lo que convertía a dicha localidad en la cuarta del par-
tido en función del número de nuevos vecinos con los que contaba.
No obstante, las cifras relativas al mes de enero sufrieron notables alteraciones
a lo largo de las semanas posteriores. Debe pensarse que los informes fechados en
aquellos días fueron elaborados a la par que nuevos grupos de moriscos hacían en-
trada en el partido. Esos primeros listados, pues, fueron poco menos que precipitados
y tan sólo nos informan acerca de un proceso que, en el momento mismo de ser “re-
tratado”, aún estaba en marcha. Son, por tanto, cifras parciales, que deben tenerse
en cuenta pero que, en absoluto, reflejan la situación en que quedaron las diferentes
villas como resultado de la llegada y asentamiento definitivos de los moriscos de Gra-
nada.
69
I Jornadas de historia de Mota del Cuervo
13. Archivo General de Simancas. Sección Cámara de Castilla (en adelante AGS. CC.). Leg. 2.160. Fol.34.14. Lo es, no sólo por lo fiel de las informaciones que refleja, sino también porque es uno de los pocosque, conforme al mandato emitido desde Madrid, especificaba el número de armas y pertrechos mi-litares que se habían enviado a la Guerra de Granada desde cada localidad. Para más informaciónacerca de la relación de armas del partido de Quintanar ver J. López-Salazar Pérez, “El mundo ruralen La Mancha cervantina: labradores e hidalgos”, en P. Sanz Camañes (coord.), La Monarquía His-pánica en tiempos del Quijote, Madrid, Sílex Ediciones, 2005, pág. 53.
Debido a la precariedad de dichas noticias y a la percepción de que la situación
originada a principios de año se había visto modificada en no poca medida, la Corona
reclamó nuevas informaciones a las autoridades locales. Lo hizo en marzo, cuando
el proceso de asentamiento de los granadinos estaba próximo a su fin. En general, y
a partir de esos nuevos documentos, se observa que el número de moriscos que se
censaba en cada villa era muy diferente de aquel otro que se había anotado en enero.
En Quintanar, por ejemplo, los moriscos habían crecido en sesenta y cinco
personas, desde los ciento setenta y uno iniciales a los doscientos treinta y seis que
70
(1) Entre paréntesis número de casas.(2) Entre paréntesis número de fallecidos+huidos.(3) Suma de moriscos llegados más población cristiano-vieja. Población cristiano-viejaexpresada en número de habitantes (factor de conversión 3,75 hab./vec.).
FUENTE: AGS. Sección Cámara de Castilla. Legs. 2.160. Fol. 34 y 2.162. Fols. 47 y 157.
se contaron en marzo, incluso a pesar de que en el intervalo habían perdido la vida
o se habían dado a la fuga treinta y tres moriscos.
Otras villas, como Pedro Muñoz habían perdido. Allí, en enero, se contaron
ciento cuarenta granadinos. Sin embargo, en marzo sólo eran treinta y nueve y habían
fallecido o huido trece, lo que implica un desfase de casi noventa personas, las cuales,
muy probablemente sólo recalaron en la villa de manera momentánea. En Villanueva
de Alcardete circunstancias muy parecidas: los doscientos cuatro moriscos de enero
se habían reducido justo a la mitad en marzo y sólo se habían contabilizado treinta
desaparecidos, al menos de manera oficial.
Por su parte, Mota del Cuervo, observó una situación similar aunque menos
acentuada. En el informe remitido a la Corte, el alcalde mayor relataba que “en la
villa de la Mota ay cinquenta y cinco casas y en ellas çiento y ochenta y ocho personas
questán vibos, y se an muerto otros veynte y siete moriscos”15. Dicho de otro modo,
había un desfase de nueve personas.
Las razones que explican esta situación son varias. Tal y como hemos tenido
ocasión de observar, las villas del partido de Quintanar estaban situadas justo en una
de las principales rutas a través de las cuales se desplazaron los moriscos. No es difícil
intuir que muchos de los granadinos contabilizados en enero permanecieran en di-
chas localidades sólo de manera transitoria, en espera de que nuevas órdenes emiti-
das desde Madrid les hicieran encaminarse a otros destinos. Aunque lejos del partido
de Quintanar, donde mejor se observa dicha situación en los territorios manchegos
es en Albacete, convertida en el invierno de 1570-1571 en una de las localidades más
afectadas por el paso de los granadinos en su periplo hacia Castilla. Allí, en enero de
1571, se contaron más de dos mil moriscos, mientras que un año después sólo eran
trescientos cuarenta y cinco, lo cual nos indica que gran parte de los censados en
1570-1571 sólo estaban allí accidentalmente16.
Esa misma posición “estratégica” determinó que, como se ha visto también,
el número de moriscos que fallecieron en el partido de Quintanar tras ser “alistados”
71
I Jornadas de historia de Mota del Cuervo
15. AGS. CC. Leg. 2.162. Fol. 47.16. A. Santamaría Conde, “Albacete y la deportación general de los moriscos granadinos” en I Con-greso de Historia de Albacete (vol. III: Edad Moderna), Albacete, Instituto de Estudios Albacetenses,1984, pág. 45.
en sus villas o poco antes de instalarse en las mismas, fuera uno de los más altos de
toda Castilla la Nueva, pues no en balde perdieron la vida cuatrocientas setenta y
ocho personas, un 21,28% del total de los que llegaron inicialmente. Otra vez, la ge-
ografía puede explicarnos mucho ya que al igual que ésta fue determinante en la
mayor o menor llegada de personas a un territorio o a otro, también influyó de ma-
nera decisiva en el número de personas fallecidas. Nuevamente, Albacete y los terri-
torios de La Mancha oriental nos confirman dicha situación ya que allí el porcentaje
de muertos ascendió a un 26,7%, mientras que otros territorios no situados sobre las
rutas de distribución de moriscos contaron menos bajas17.
El impacto que tuvo la llegada de los granadinos en la comarca quintanareña
fue desigual. Tal y como se ha visto, llegaron al partido casi mil ochocientos moriscos
vivos, pero la distribución por localidades no fue homogénea. Tampoco la percepción
que los vecinos de cada una de ellas tuvieron de la nueva situación. El Toboso, por
ejemplo, no fue, ni de lejos, una de las localidades más afectadas pues al pueblo lle-
garon ciento sesenta y un cristianos nuevos, cifra que tampoco le confería una espe-
cial significación ni importancia, al menos en comparación con otros lugares
castellanos que sí recibieron a muchos más granadinos. Ello no impidió que, cuatro
años después de la llegada de los granadinos, los vecinos de la quijotesca villa con-
cedieran bastante importancia a la llegada de los granadinos pues “con los moriscos
que de las Alpujarras del reino de Granada se truxeron […] nunca tuvo tantos vecinos
ni población como ahora”18. Por cierto, que su consideración era muy similar a la de
los habitantes de Quintanar, quienes no dudaban en afirmar que su población siem-
pre había ido en aumento19.
Desde un punto de vista estrictamente numérico, el partido de Quintanar no
fue la comarca manchega más afectada por la llegada de los granadinos. Su impor-
tancia en el conjunto de Castilla la Nueva es indudable, pero no es menos cierto que
hubo otras demarcaciones en las que el número de granadinos fue mayor, como el
Campo de Calatrava, Ciudad Real o La Mancha oriental.
72
17. Es el caso, por ejemplo, de los partidos de Uclés y Ocaña, con un 3,7 y un 13,8% de fallecidos res-pectivamente. Ver F. J. Moreno Díaz, op. cit., pág. 103.18. J. Zarco Cuevas, Relaciones de los pueblos del Obispado de Cuenca, Cuenca, Excelentísima Dipu-tación de Cuenca, 1983 (edición preparada por Dimas Pérez Ramírez), respuesta 39, pág. 520.19. Ibíd., respuesta 39, pág. 435.
Dentro de la demarcación quintanareña, las villas más afectadas por la llegada
de los granadinos fueron Corral de Almaguer (249); Quintanar de la Orden (236);
Campo de Criptana (223); Socuéllamos (193) y, como hemos visto, Mota del Cuervo
(188), incluso después de restar a la cifra inicial los veintisiete moriscos que fallecie-
ron poco después de su llegada a la villa.
Ahora bien, recibir a muchos moriscos no significa que ello suponga soportar
más presión sobre el territorio, sobre los recursos y sobre la población preexistente
en cada villa. Para analizar esa variable hay que tener en cuenta no sólo a los moriscos
sino también a la población censada en cada localidad en el momento mismo de la
llegada de los nuevos pobladores. Y así miradas, las cosas cambian.
73
I Jornadas de historia de Mota del Cuervo
En función de dicho análisis, y sin que ello supusiera un cambio radical con
respecto a la situación previa, el partido de Quintanar sí fue una de las demarcaciones
manchegas que más presión tuvo que soportar en el conjunto de la región manchega
dado que, a partir de 1571, tuvo que avecindar a casi seis nuevos habitantes por cada
cien ya censados (5,59%). Es cierto que también hubo comarcas en las que esa pre-
sión fue mayor (en Ciudad Real, los moriscos supusieron más del 28% de los habi-
tantes de la ciudad y en La Mancha oriental casi el 8%) pero no es menos verdad que
el número de nuevos vecinos con los que contó la comarca en relación al total de su
población, se situó en el tramo medio-alto dentro del conjunto de los territorios man-
chegos, claramente por debajo de las ya mencionadas pero muy por encima de otras
como Uclés, Ocaña o Almodóvar y, en todo caso, dentro de parámetros muy similares
a los observados en los Campos de Calatrava y Montiel20.
***
Lejos de ser escasa y poco dinámica, la economía de los granadinos asentados
en Castilla presentó unos caracteres que, sin duda, permiten definirla como activa,
diversa, en ocasiones hasta emprendedora y, sobre todo, como complementaria a la
desarrollada por los cristianos viejos. Tanto los protocolos notariales como las fuen-
tes fiscales nos confirman dicha actividad e informan de cómo los granadinos se de-
cantaron por las labores asociadas al sector primario y, dentro de él, al cultivo de
parcelas de secano, algo totalmente lógico si se tiene presente que las fincas dedica-
das al regadío, en la comarca objeto de estudio, fueron pocas y alcanzaron precios
difícilmente asumibles por los cristianos nuevos.
En el sector secundario, los moriscos del partido de Quintanar se dedicaron
de manera preferente a la fabricación de productos textiles y de aquellos otros rela-
cionados con el cuero. Sirvan como ejemplo las actividades desarrolladas por Diego
de Soler y García de Vianos, granadinos residentes en Quintanar, a quienes encon-
tramos comerciando con tejidos diversos (paños, lino y tafetán) en diferentes oca-
74
20. Ver. F. J. Moreno Díaz, op. cit., pág. 107, cuadro 13. Con proporciones sólo inferiores a las ya men-cionadas de Ciudad Real y de La Mancha oriental.; superiores a los partidos de Almodóvar (1,23%);de Ocaña (2,15%); de Alcaraz (3,12%); de Uclés (4,63%) y a las de los Prioratos (2,49%); y muy simi-lares a las del Campo de Calatrava y del Partido de Infantes, con 5,98% y 5,28% respectivamente.
siones a lo largo de la primera década del siglo XVII21; o aquellas otras protagonizadas
por Ana de Salvador, morisca de Puebla de Almoradiel a la que, en 1607, vemos com-
prando nada más y nada menos que setenta y cinco arrobas de lana virgen22.
De cualquier manera, llama la atención, la escasa presencia de cristianos nue-
vos en este sector. Ello no quiere decir que no los hubiera. De hecho, la documenta-
ción notarial da perfecta cuenta de dichas actividades pero, muy probablemente,
aquellos que se dedicaron a labores de este tipo las relegaron a un segundo plano,
dejándolas limitadas, muchas veces, al mero y simple autoabastecimiento o, como
mucho, al comercio a escala local.
Por último, el terciario. La mayor parte de los moriscos que optaron por tra-
bajos relacionados con este sector se decantaron por el comercio, grupo de activida-
des en el que, al tenor de lo observado, parece que tuvieron un papel más destacado
que sus vecinos cristiano-viejos.
Dicha actividad tuvo tres peldaños muy bien definidos. En un primer grupo,
escaso y poco frecuente, se situaron aquellos moriscos que pudieron disponer de un
capital lo suficientemente sólido como para comerciar a gran escala y con diversos
productos (capitales incluidos).
En el segundo escalón estuvieron aquellos relacionados con el comercio al por
mayor. La actividad desplegada por estos individuos tuvo como marco de actuación
un radio de acción comarcal -regional a lo sumo- y se orientó, principalmente, a co-
merciar con mercancías de primera necesidad pero a una escala mediana. Fueron
personajes, casi siempre, dedicados a la compra-venta de mercancías que luego eran
ofrecidas a los minoristas locales: sal, legumbres, vino, aceite y salazones principal-
mente, aunque no faltan aquellos que se convirtieron en proveedores de materia
prima para la industria local. Por ello no es nada extraño encontrarlos asociados a
labores de trajinería o arriería.
75
I Jornadas de historia de Mota del Cuervo
21. Por ejemplo, en 1606, cuando compraron a Bartolomé González, cristiano viejo de la villa, un totalde veintiocho varas y media de tafetán. Ver AHP To. Sección Protocolos Notariales. Leg. 13.169. Fol.741r.º 14.I.1606.22. AHP To. Sección Protocolos Notariales. Leg. 13.070/6. Fols. 115v.º-116r.º 5.IX.1607.
En el partido de Quintanar parece que tuvieron cierta importancia. No en
balde, conocemos que en El Toboso fueron ciertamente importantes (y numerosos).
Tanto que, en 1581, se vieron inmersos en un complejo proceso judicial que les en-
frentó a sus compañeros cristianos viejos debido a que las autoridades municipales
les estaban marginando a la hora de adjudicar contratos para el transporte del grano
con el que debía abastecerse el pósito de la villa23.
Finalmente, e integrados en un grupo mucho más numeroso, encontramos a
los moriscos dedicados al comercio al por menor, aquellos cuya actividad se desarro-
lló casi siempre en el seno de la conocida como “tienda de especiería”, en la que tan
fácil resultó encontrar cualquier tipo de producto.
En general, pues, y tras este breve repaso, nada invita a pensar que los moris-
cos del partido de Quintanar, como los del resto de La Mancha, o como los de Castilla,
presentaran una estructura socio-profesional muy diferente a aquella otra de la que
eran partícipes sus vecinos cristiano-viejos. Si acaso, y como mucho, lo que pueden
señalarse son pequeños matices y leves diferencias que podrían resumirse de la si-
guiente manera:
— en cuanto al sector primario, la escasa presencia de los moriscos en
las labores relacionadas con la ganadería, algo que, cuanto menos, no
deja de llamar la atención.
— también relacionada con el sector primario, la mayor presencia de mo-
riscos en el cultivo de parcelas y fincas de un tamaño reducido y casi
siempre (aunque hay excepciones notables) de secano, debido no tanto
a una preferencia por ello sino a la práctica imposibilidad económica y
material de acceder a la puesta en cultivo de parcelas de un tamaño y ca-
lidad mayores.
— en lo relativo al sector secundario las diferencias fueron pocas. Si
acaso, aquellas que pueden ponerse en relación con la preferencia mo-
risca por determinados oficios, sobre todo con aquellos relacionados con
el ramo del textil y del cuero, aunque ello no impida constatar la presen-
cia de cristianos nuevos en otros trabajos y dedicaciones.
76
23. Ver. F. J. Moreno Díaz, op. cit, págs. 247-248.
— finalmente, en el sector terciario, la importancia de los moriscos en el
comercio y su ausencia, por motivos obvios, en las actividades clericales
o en aquellas otras correspondientes con el desempeño de tareas admi-
nistrativas o con el ejercicio de las denominadas profesiones liberales.
***
Las relaciones que la minoría morisca mantuvo con el tribunal del Santo Ofi-
cio han sido foco de atención recurrente y han ocupado muchas líneas a lo largo de
los últimos años. No es el objetivo último de este trabajo analizar dicha cuestión en
profundidad pues, no en vano, existen a este respecto trabajos lo suficientemente
amplios y solventes como para que cualquier noticia que pueda darse aquí resulte,
cuanto menos, anecdótica24.
En general, no puede decirse que la acción desplegada por el tribunal del
Santo Oficio en contra de los moriscos fuera de una importancia mayúscula, al menos
si dicha labor se compara con la ejercida para con el resto de herejías. Sin embargo,
no es menos cierto que, en algunos distritos, esa actividad sí parece ser más impor-
tante. En el caso del tribunal de Cuenca, entre 1502 y 1610 se incoaron casi tres mil
causas. De ellas, apenas una de cada cinco lo fueron contra moriscos, mientras que
los delitos más juzgados fueron aquellos otros relacionados con las herejías tradicio-
nalmente denominadas como “comunes” (fornicarios, palabras contra la fe, falsos
testigos, blasfemias,…). Podría, pues, decirse que la actividad del tribunal conquense
en contra de los moriscos se caracterizó por ser relativamente importante, a veces,
incluso, ciertamente rígida, pero en modo alguno uniforme a lo largo del tiempo y
del espacio.
77
I Jornadas de historia de Mota del Cuervo
24. El partido de Quintanar perteneció durante la Edad Moderna al distrito inquisitorial de Cuenca.Quien mejor ha estudiado a los moriscos de dicho tribunal ha sido Mercedes García-Arenal, autorade diversos trabajos y de una excelente monografía en la que da cumplida cuenta de cómo fueron lasrelaciones que la minoría mantuvo con el tribunal. Ver M. García-Arenal Inquisición y moriscos. Los
procesos del Tribunal de Cuenca, Madrid, Siglo XXI Editores, 1978. Señálese también el interesantetrabajo de María Ghazali sobre la actuación del tribunal en la villa de El Toboso. Ver M. Ghazali, “L’In-quisition: un pouvoir au service d’une politique de represión et d’acculturation catholique. L’exempled’El Toboso, village de La Manche”, en J. P. Sánchez, L’Inquisition espagnole et la construction de la
Monarchie confessionnelle. 1478-1561, Paris, Editions du Temps, 2002, págs. 166-216.
Tal y como señala Mercedes García-Arenal, la represión contra los moriscos
evolucionó de manera paralela a la propia ubicación de la minoría25. Por ello, no es
de extrañar que la atención de los inquisidores hacia los cristianos nuevos del partido
de Quintanar no fuera importante hasta al menos 1570. De hecho, en los años com-
prendidos entre la conversión forzosa de 1502 y la llegada de los expulsados del an-
tiguo reino nazarí, apenas si podemos contar cuatro procesos en todo el partido26.
Los intereses del tribunal, en estos momentos, se concentraron, en lo referido
a los moriscos, en aquellas zonas más cercanas al reino de Valencia (donde el asunto
era de un calado mucho mayor) y en las localidades de Arcos y Deza, situadas al norte
del propio tribunal, en el obispado de Sigüenza, zona influenciada, en este caso, por
el reino de Aragón, donde los moriscos también eran relativamente importantes.
Las tornas cambian bruscamente a partir de la llegada de los granadinos.
Desde 1571 y hasta la expulsión, los territorios manchegos del tribunal acapararían
gran parte de los esfuerzos del Santo Oficio: en total noventa y nueve procesos en
todo el partido de Quintanar, doce de ellos en Mota, la mayoría en la década de los
ochenta, cuando parece ser que el tribunal prestó una atención especial a las locali-
dades situadas en el priorato de Uclés y en el propio partido de Quintanar, partícipe
en parte del primero.
De ello da cumplida cuenta García-Arenal, quien nos informa de cómo en la
villa de Socuéllamos -y a resultas de la visita de los inquisidores al partido-, sólo entre
1582 y 1589 fueron procesados nada más y nada menos que treinta y dos moriscos,
número bastante importante si se tiene en cuenta que “según el censo de 1581 dicha
localidad contaba con cuarenta y nueve familias moriscas”27.
La situación en Mota del Cuervo debió ser muy parecida. Del total de doce
procesos que hemos podido documentar, nueve se localizan en la misma década de
78
25. M. García-Arenal, “Los procesos de moriscos del tribunal de la Inquisición de Cuenca”, en J. PérezVillanueva (dir.), La Inquisición española. Nueva visión, nuevos horizontes, Madrid, Siglo XXI Edi-tores, 1980, págs. 648-649.26. Uno, en 1516, contra Diego López de Solís y Violante, su esposa, en Villanueva de Alcardete; otro,en 1524 en Corral de Almaguer contra Leonor Lora; otro, también en Corral, en 1532, contra Juan deOrtega; y, finalmente, uno más, en 1570, también en Villanueva de Alcardete. Ver M. García-Arenal,Inquisición y moriscos… op. cit., págs. 151-152.27. M. García-Arenal, “Los procesos de moriscos…” art. cit., pág. 649. También en M. García-Arenal,Inquisición y moriscos… op. cit., p. 2.
los años ochenta del siglo XVI y el resto entre 1590 y 161028. Tal número de causas,
que, en principio, no parece excesivo, convierte a Mota del Cuervo en una de las
villas quintanareñas más afectadas por la acción del tribunal conquense en lo referido
a la acción contra moriscos. Es cierto que hay localidades en las que dicha actividad
fue más importante (la propia villa de Socuéllamos, por ejemplo, con casi cincuenta
procesos entre 1570 y 1610; o Campo de Criptana con más de una veintena), pero no
es menos cierto que, en el partido de Quintanar, hubo localidades con una presencia
morisca muy similar a la de Mota (Corral de Almaguer, Villamayor de Santiago, Vi-
llanueva de Alcardete,…) o incluso mayor (Quintanar, con casi un tercio más de cris-
tianos nuevos) y en las que, sin embargo, la actividad desplegada por la Inquisición
fue menor tanto en términos absolutos como relativos.
Lo más interesante de la actividad inquisitorial desarrollada en Mota del
Cuervo se relaciona con la cadena de procesos abierta entre 1584 y 1585, al hilo de
esa visita inquisitorial que también afectó a los moriscos de Socuéllamos y que ya se
ha comentado. El caso concreto al que se hace referencia es el representado por
Gómez, García, Isabel, Leonor y Diego Abenzaida, todos ellos procesados en los años
citados y, todos ellos, a juzgar por los apellidos, muy posiblemente miembros de la
misma familia29.
Poco sabemos acerca del desenlace final de los procesos en que se vieron in-
mersos los Abenzaida aunque es muy posible que todos, o al menos la mayor parte
de ellos, fueran encontrados culpables o salieran del pueblo tras ser juzgados. De
hecho, y a partir de esas fechas, nada se sabe en la villa acerca de dicha familia puesto
que en el padrón realizado por la propia Inquisición en 1594, ninguno de los moriscos
de Mota del Cuervo aparece con el mismo o similar apellido.
No obstante, y a pesar de que la información de que disponemos por ahora es
poca, el caso de los Abenzaida debe hacernos reflexionar acerca de lo que fue una de
las principales y preferidas formas de operar del Santo Oficio: actuar sobre familias
o grupos reducidos en los que conseguir testimonios incriminatorios, delaciones y
79
I Jornadas de historia de Mota del Cuervo
28. Datos a partir de M. García-Arenal, Inquisición y moriscos… op. cit; S. Cirac Estopañan, RegistroGeneral de los documentos del Santo Oficio de Cuenca y Sigüenza, Cuenca-Barcelona, 1965, (vol. 1);y D. Pérez Ramírez, Catálogo del Archivo de la Inquisición de Cuenca, Madrid, Fundación Universi-taria Española, 1982.29. Todos ellos en M. García-Arenal, Inquisición y moriscos… op. cit., pág. 157.
acusaciones resultó ser mucho más sencillo, fácil y rápido que de cualquier otro
modo.
Ello también debe hacernos caer en la cuenta de que la organización interna
de las comunidades moriscas, su número, composición, estructura interna y evolu-
ción numérica son algunos de los factores clave para comprender muchos aspectos
relacionados con su día a día. Y es por ello, por lo que se ha decidido dedicar parte
de este pequeño trabajo a esas cuestiones.
***
La población del Partido de Quintanar experimentó un constante avance a lo
largo del siglo XVI, situación en nada ajena y totalmente similar a la observada en el
resto de comarcas manchegas30. No obstante, dicho avance se interrumpe desde los
últimos años del Quinientos cuando, en general, comienza a observarse una tenden-
cia a la baja que se prolongará hasta, al menos, los años veinte del siglo XVII.
En cuanto a los moriscos se refiere, la situación es muy parecida si bien cabe
señalar que, en esta ocasión, los descensos se hacen presentes desde el momento
mismo de la llegada de los expulsados de Granada. Tanto es así que, durante los cua-
renta años que median entre 1570 y 1610, la minoría descendió en seiscientas setenta
personas, cifra bastante importante si tenemos en cuenta que, en el mismo periodo
de tiempo, la población total del partido creció en más de tres mil seiscientas, incluso
a pesar de retroceder desde comienzos del Seiscientos. El descenso no sólo lo es en
términos absolutos. Precisamente debido al aumento de la población del partido y
al retroceso de los propios moriscos, la representatividad de la minoría morisca en
el partido de Quintanar se redujo en casi dos puntos y medio, desde el 5,59% inicial
hasta el 3,17% del momento de la expulsión.
80
30. Para datos sobre población en La Mancha durante el siglo XVI, ver. J. López-Salazar Pérez, Es-
tructuras agrarias… op. cit., págs. 666-670.
Las razones que pueden explicar dicha evolución son diversas, pero, resulta
complicado aceptar que pudiera darse una dinámica biológica diferente a la de los
cristianos viejos y, por el contrario, es mucho más plausible achacar las diferencias
al constante proceso de emigración de que fue protagonista la minoría, que, en opo-
sición a los cristianos viejos, siempre optó por moverse de unas comarcas a otras,
aún a pesar de que las leyes dictadas por la Corona trataron de impedirlo31.
Los descensos fueron generales y son muy pocas las villas en las que la pobla-
ción morisca parece crecer: Hinojosos, Villamayor de Santiago, Puebla de Almora-
diel, Villanueva de Alcardete y muy probablemente también, aunque no poseemos
datos para el año 1594, la Villa de don Fadrique. Todas ellas son poblaciones en las
que la minoría no era muy numerosa en origen32 y en las que la población cristiano
vieja también continuó aumentando, lo que hace que, a pesar de que podamos hablar
81
I Jornadas de historia de Mota del Cuervo
Gráfico 1
Evolución demográfica del partido de Quintanar. Moriscos y cristianos viejos
* Cifras de cristianos viejos para los años 1571, 1591, 1597 y 1610.FUENTE: para cristianos viejos, J. López-Salazar Pérez, Estructuras agrarias… op. cit., p. 666;para moriscos: 1571, AGS. Sección Cámara de Castilla. Leg. 2.160. Fol. 34; 2.162. Fols. 47 y 157;para 1589 y 1594, M. García-Arenal, “Los moriscos de la región de Cuenca según los censos esta-blecidos por la Inquisición en 1589 y 1594”, en Hispania, nº 138 (1978), págs. 151-199; para 1610,H. Lapeyre, Géographie de l’Espagne morisque, París, SEVPEN, 1959, pág. 199.
31. M. García-Arenal, “Los moriscos de la región de Cuenca según…” art. cit., págs. 161 y ss.32. A excepción de Hinojosos, en ninguna de ellas los moriscos representan más del 5% del total dela población.
de avances, siempre haya que tener en cuenta que fueron tímidos y escasamente im-
portantes. Por ejemplo en Villanueva de Alcardete, donde, a pesar de que el grupo
morisco creció en más de cincuenta individuos, los incrementos en términos porcen-
tuales fueron de apenas unas décimas con respecto a los cristianos viejos, desde el
5,2% inicial hasta el 5,8% de 159433.
Un segundo grupo de localidades, el más reducido, fue aquel en el que la po-
blación morisca retrocedió y también lo hizo el grupo de los cristianos viejos. Cabe-
zamesada, Corral de Almaguer y Socuéllamos son las villas adscritas a este conjunto,
poblaciones todas ellas en las que los descensos de ambos grupos son similares, si
bien parecen ser algo más acentuados en el caso de los moriscos34.
Por último, aquellas villas en el que la población morisca retrocedió pero la
cristiano-vieja aumentó. Es el grupo más numeroso y en él se ubican las localidades
más importantes, pobladas y ricas del partido: Quintanar, Campo de Criptana, Pedro
Muñoz, El Toboso,…35. Son poblaciones en las que los moriscos pierden importancia,
tanto a nivel absoluto como porcentual. Un ejemplo lo tenemos en la villa de Quin-
tanar, donde los cristianos nuevos vieron reducida su representatividad en el con-
junto en casi un punto, desde el 9,2% de 1571 hasta el 8,4% de 1594.
82
33. Cifras de cristianos viejos para los años 1571, 1591 y 1597 y 1610.34. En Corral de Almaguer, por ejemplo, ambos grupos descienden en términos absolutos pero loscristianos viejos logran subir su representatividad en casi un punto (desde el 94,4% al 95,3%) debidoa unos descensos absolutos menores que los observados en el caso de los moriscos.35. Del resto de localidades poco puede decirse debido a la ausencia de datos: Miguel Esteban única-mente cuenta con datos de población morisca para el año 1571 y en Santa María de los Llanos, almenos hasta donde alcanza nuestro conocimiento, no hubo moriscos censados, al menos de maneraoficial.
Dentro de este grupo se encuentra Mota del Cuervo. Su población morisca no
dejó de retroceder desde el mismo año 1571. Entonces, ya lo hemos visto, fueron cen-
sados un total de ciento ochenta y ocho moriscos, repartidos, como también sabemos,
en un total de cincuenta y cinco casas. Esas cifras, a la altura de 1594, se habían con-
vertido en ciento treinta y cuatro personas y en tan sólo treinta y tres hogares, lo que
representa un descenso nada desdeñable, cifrado en casi en un 30% en términos ab-
solutos y en casi tres puntos en términos relativos.
83
I Jornadas de historia de Mota del Cuervo
* Porcentaje sobre la población total.
FUENTE: Para 1571, AGS. Sección Cámara de Castilla. Leg. 2.160. Fol. 34; 2.162. Fols. 47 y157; para 1589 y 1594, M. García-Arenal, “Los moriscos de la región de Cuenca según loscensos establecidos por la Inquisición en 1589 y 1594”, en Hispania, nº 138 (1978), págs.151-199; para 1610, H. Lapeyre, Géographie de l’Espagne morisque, París, SEVPEN, 1959,pág. 199.
En el análisis efectuado más arriba, se han omitido voluntariamente las cifras
relativas a 1610, el año de la expulsión. Las informaciones que nos proporcionan di-
chos datos son relativamente complejas de analizar porque, si se toman al pie de la
letra, dan a entender que, en el partido de Quintanar, únicamente había población
morisca en cinco de las quince localidades de la comarca: Corral de Almaguer, So-
cuéllamos, El Toboso, Villanueva de Alcardete y la propia Mota del Cuervo.
Ahora bien, gracias al concurso de otro tipo de documentos diferentes a los
emanados del Consejo de Estado (el gestor administrativo de la expulsión), conoce-
mos que había otras localidades en las que también pudo haber población cristiano-
nueva en 1610. En concreto, esas poblaciones, que aparecen en los papeles del
Consejo de Hacienda (el encargado de vender los bienes raíces de los moriscos con
posterioridad al exilio), son, además de las ya mencionadas, otras cuatro: Campo de
Criptana, Hinojosos, Pedro Muñoz y Quintanar de la Orden.
Así pues, a través del concurso de las fuentes de Hacienda puede establecerse
con precisión un mapa de la presencia morisca mucho más fiable del que podría ela-
borarse tomando como referencia únicamente las fuentes relativas a la propia ex-
pulsión. Sobre todo porque, las cinco localidades iniciales se convierten en nueve y
84
Gráfico 2
Evolución demográfica de Mota del Cuervo. Moriscos y cristianos viejos*
* Cifras de cristianos viejos para los años 1571, 1591 y 1597 y 1610.FUENTE: misma fuente que gráfico 1.
muestran un situación mucho más acorde con aquella otra que se observaba en los
años previos36.
Ahora bien, ello introduce un factor de confusión añadido porque si se toma-
ran como referencia las cifras de 1610, encontraríamos algunas localidades en las
que el número de moriscos aparecería anormalmente aumentado mientras que en
otras, que sabemos que avecindaban moriscos en el momento de la expulsión, no
tendríamos cifra alguna.
Todo parece indicar que, como se ha señalado en otro lugar37, las cifras de 1610
se refieren a aquellas localidades en las que los moriscos se concentraron en los mo-
mentos previos a su salida definitiva. Todo indica, igualmente, que fue en esas loca-
lidades donde moriscos procedentes de diferentes lugares fueron censados por las
autoridades del Consejo de Estado. Y todo indica que esas cifras se refieren, pues, a
los moriscos de esa localidad en concreto pero también a los procedentes de los pue-
blos vecinos.
Eso hace que tengamos que ser cautos a la hora de utilizar estas cifras pues si
aceptamos el argumento defendido más arriba, encontramos que las noticias de po-
blación datadas en 1610 no son exclusivas de una localidad concreta sino de esa
misma y de las que le rodearon. Por ello, parece que, en este caso, lo más conveniente
es tomar esos datos en su conjunto y no individualizar por poblaciones concretas.
Así tomadas, las cifras nos confirman las apreciaciones iniciales: la minoría descen-
dió en el conjunto del partido, y lo hizo de manera ciertamente importante, ya que
la cifra de 1.098 moriscos (un 3,17% de la población del partido) es casi un treinta y
ocho por ciento menos que la inicial de 157138.
Vistas la ubicación y la evolución demográfica de la minoría queda, ahora,
analizar cuál fue su composición interna. La estructura demográfica de los moriscos
avecindados en los territorios del tribunal de Cuenca fue estudiada de manera su-
mamente detallada y completa por Mercedes García-Arenal en un extenso artículo
en el que dicha autora comparó los censos elaborados en dicha demarcación en 1589
85
I Jornadas de historia de Mota del Cuervo
36. Recuérdese que habían sido catorce las que habían recibido a moriscos granadinos en 1571.37. Ver. J. López-Salazar Pérez, Estructuras agrarias… op. cit, págs. 68.38. Ver cuadro número 3.
y 159439. Dado que en dicho trabajo se da cumplida cuenta de cual fue la situación
del grupo a nivel general, se ha creído conveniente, en esta ocasión, individualizar la
situación concreta de Mota y compararla con las localidades más próximas a ella
tanto desde el punto de vista geográfico como en lo referido al número mismo de
moriscos que se “alistaron” en las mismas.
Para ello, se ha elaborado el cuadro número 440, en el que se presentan los
datos individualizados de la propia villa de Mota del Cuervo, los de Quintanar (la ca-
becera del partido) y los de Villamayor de Santiago y Villanueva de Alcardete, pro-
bablemente las dos localidades que más semejanzas tuvieron con Mota.
Tal y como hemos tenido ocasión de señalar, el padrón de moriscos realizado
por la Inquisición en 1594 aporta valiosos datos, no sólo en lo referido a la propia
cuantificación de la minoría, sino también en cuanto a la propia estructura y com-
posición interna de sus miembros. No en vano, ha sido calificado como “el más com-
pleto e importante de todos los censos de moriscos que se han conservado”41, quizás
con la única salvedad de que, en él, el origen de los censados se distingue mal42. In-
díquese, por último, que, aunque es cierto que los datos que se ofrecen no represen-
tan sino una imagen estática de las comunidades a las que se refieren, no por ello
dejan de ser interesantes ya que permiten una aproximación -creemos que cierta-
mente fiable- a la composición demográfica de las mismas.
86
39. M. García-Arenal, “Los moriscos de la región de Cuenca según…” art. cit.40. Al contrario que en el trabajo de Mercedes García Arenal, y por una simple y mera cuestión deorden logístico, se ha utilizado la copia de dicho censo depositada en la Biblioteca Nacional de Madrid(Sección Raros y Manuscritos. R-18.432) y no la custodiada en el Archivo Diocesano de Cuenca. Aun-que ello nos priva de conocer detalles relacionados con la estructura socio-profesional no creemosque sea mucho impedimento dado que, como se ha señalado ya, no es el objetivo último del presentetrabajo analizar cuestiones puramente económicas.41. M. García-Arenal, “Los moriscos de la región de Cuenca según…” art. cit., pág. 154.42. Ibíd., pág. 158.
87
I Jornadas de historia de Mota del Cuervo
La primera variable que puede analizarse es la división por sexos. En todos
los ejemplos estudiados (salvo en el caso de Villamayor de Santiago) los varones son
mayoritarios, situación que se repite en el conjunto de territorios del tribunal y en la
propia Mota. No obstante, poco trasciende a dichas cifras si no es la enorme similitud
que se observa en ambos grupos. Sin embargo, sí es importante señalar que los va-
rones, en términos generales, parecen ser más longevos. De hecho, y a pesar de que
en el caso de los mayores de sesenta años se encuentren cifras muy similares, en nin-
guna de las villas analizadas hay mujeres por encima de los setenta años.
A pesar de que las edades se mencionan de manera imperfecta (son comunes
las acabas en cero y en cinco), los datos contenidos en el censo también permiten lle-
var a cabo una aproximación a dicha cuestión, si quiera a título meramente orienta-
tivo. Sin duda, el conjunto más numeroso es de los niños con edades comprendidas
entre los 0 y los 10 años. Con carácter general, dicho grupo se sitúa siempre por en-
cima del 25% del total de la población, con porcentajes especialmente altos en Mota
del Cuervo, donde este segmento asciende a un 34,3% del total (46 individuos sobre
un total de 134)43.
En relación con ello cabe señalar también que la mortalidad infantil es muy
elevada, tal y como prueba el hecho de que los porcentajes del primer al segundo
grupo de edad disminuyan entre cinco y diez puntos porcentuales, situación, por otra
parte, muy similar al conjunto del tribunal44. Mención especial merece, de nuevo,
Mota del Cuervo donde el descenso en el paso del grupo de niños al de adolescentes
es, si cabe, mucho mayor (13,4 puntos) debido, sin duda, a la elevada cifra inicial del
grupo de niños.
Por otra parte, no parece notarse mucho, en las villas estudiadas, el impacto
de la Guerra de Granada. En teoría, el grupo de edad más afectado por la misma de-
bería ser el comprendido entre los 21 y los 30 años, aquel que nació durante el des-
arrollo mismo de la contienda. Es cierto, como dice García-Arenal45, que se observan
retrocesos y que los mismos pueden ser achacados al descenso de la natalidad y a la
subida de la mortalidad infantil durante esos años. Esta última variable, aplicada a
88
43. 20, 14,9% en el caso de los varones y 26; 19,4% en el de las niñas.44. Ver pirámide de población con cifras absolutas en M. García-Arenal, “Los moriscos de la regiónde Cuenca según…” art. cit., pág. 166.45. Ibíd., pág. 165.
la población adulta, también puede explicar el hecho de que en los grupos de edad
comprendidos entre los 31 y los 40 años y entre los 41 y los 50 (los que más directa-
mente pudieron participar de la propia guerra y los que vivieron el exilio desde Gra-
nada) también se observen cifras reducidas.
Tratemos, ahora de observar, cual fue la situación concreta de Mota del Cuervo
aplicada al estudio de la estructura familiar de sus vecinos moriscos. Vaya por delante
el hecho de que somos conscientes que dicho análisis es deficitario, básicamente por
dos cuestiones. En primer lugar debido a que no es posible comparar los datos rela-
tivos a moriscos con aquellos otros de los cristianos viejos, dado que no disponemos,
por ahora, de éstos últimos. En segundo término, debe señalarse también que lo
ideal, para completar el análisis que estamos llevando a cabo, sería disponer de listas
de bautismos, defunciones y matrimonios; estos es, de libros parroquiales. Por des-
gracia, en este caso concreto, tampoco ha sido posible acceder a esa documentación,
inexistente para la época en la localidad.
Mota del Cuervo contaba en 1594 con una población morisca cifrada por el
censo estudiado en ciento treinta y cuatro personas, un 4,8% del total de la población
de la villa. Dicha población se repartía en treinta y tres familias (casas), número,
como ya sabemos, inferior al de cincuenta y cinco que se censaron tras la llegada de
la minoría a la villa, en 1571.
89
I Jornadas de historia de Mota del Cuervo
Ante todo, llama la atención la diversidad de tipos familiares presentes en la
sociedad morisca moteña. No obstante, como en el conjunto del tribunal, y tal y como
señala García Arenal, la tendencia al matrimonio es clara y predominante46. En rea-
lidad, se observan ejemplos dispares aunque el que más se repite (hasta en un total
de diecinueve ocasiones) es el conformado por el matrimonio más los hijos (57,5%
del total de familias), éstos últimos siempre en número variable, casi siempre y como
norma general entre uno y cuatro, aunque se cuenten hasta tres familias formadas
por el propio matrimonio y por seis vástagos.
Junto a ellos y en mucha menor proporción, puede señalarse la presencia de
dos matrimonios sin hijos (dada la edad, debido muy probablemente a la reciente
celebración de los esponsales47) y de familias en las que la estructura del hogar está
conformada por el propio matrimonio con hijos más un familiar dependiente (tam-
bién 2; 6,1%), normalmente el progenitor de alguno de ellos, como ocurre en el caso
de Alonso Pardo, “el mozo”, y su esposa Luisa, de 28 y 24 años que viven con su hijo
Gonzalo, de 4, y con Marina, la madre del primero, de 60 años.
No parece observarse una tónica general en las edades de los componentes
del matrimonio. Tan sólo aparece claro un dato concreto: del total de veintitrés ma-
trimonios censados, solamente en uno la esposa es mayor que el marido. En el resto,
el varón siempre ha nacido antes la mujer, siendo la diferencia de edad más frecuente
los cuatro años (se repite hasta en cinco ocasiones)48.
Por su parte, se censan hasta un total de cuatro hogares en los que reside un
soltero. En su mayoría (tres ocasiones) se trata de adultos varones cuya edad oscila
entre los sesenta y los setenta años. Tan sólo destaca como diferente a los ya men-
cionados, el caso de Catalina Fernández, apodada “la comadre”, que a sus sesenta
años, tenía a su cargo a su sobrino Luis, de 21.
Por último los viudos, cabezas de casa hasta en un total de seis ocasiones
(18,2%); todos ellos, por cierto, con hijos a su cargo, lo que hace pensar que muy pro-
90
46. Ibíd., pág. 166.47. Son los matrimonios formados por Pedro Mateo e Isabel García y por Luis Fajardo e Isabel de Es-pinosa, en los cuales, y de igual manera en ambos, el marido tiene 24 años y la esposa 20.48. El resto de diferencias son: igual edad (3); 1 año (2); 2 años (1); 3 años (2); 5 años (4); 6 años (3)y 10 años (3). La media de diferencia de edad entre cónyuges, en el conjunto del tribunal, es de cincoaños. Ver. “Los moriscos de la región de Cuenca según…” art. cit., pág. 166.
bablemente algunos de aquellos (y más en el caso de las mujeres) que pudieron haber
quedado en dicha situación y sin hijos, aparezcan como casados en la relación. Es,
esa, una cuestión difícil de analizar dado que, en el caso concreto de Mota del Cuervo,
no se indica si los miembros de tal o cual pareja en cuestión lo son en primeras o en
segundas y sucesivas nupcias. Tan sólo podríamos llevar a cabo una tímida y muy
precaria aproximación a dicha cuestión a través de los propios hijos ya que, en oca-
siones, se indica si los descendientes son del matrimonio o del marido y esposa por
separado. En el caso concreto de Mota del Cuervo no se ha podido documentar tal
situación. Sí, en cambio, en alguna otra de las villas analizadas como, por ejemplo,
en Villamayor de Santiago, en la familia de Alonso Carrillo, cabeza de la casa en la
que convivía con Luisa Ruiz, su esposa; con Alonso, de dos años e hijo de ambos, y
con “María, hija del susodicho, de 9 [años]; Juan, hijo de la dicha Luysa, de 10 [y
con] María, hija de la susodicha, de 6”.
Son casos extraños y poco frecuentes pero probablemente pudieron ser más,
sobre todo si tenemos en cuenta que es bastante probable que muchos matrimonios
quedaran rotos en aquellos momentos en los que, a pesar de tener hijos a su cargo,
todo empujaba al viudo o viuda a contraer matrimonio de nuevo. El problema, en
esta ocasión, es que la documentación no suele ser muy explícita a la hora de definir
y explicar con precisión dicha cuestión y hemos de contentarnos con analizarla sólo
a través del método antes explicado, con todas las reservas que de ello se puedan de-
rivar49.
En ocasiones, y para finalizar, el conjunto de viudos y viudas aparece repre-
sentado también por aquellos que no sólo tienen hijos a su cargo sino que completan
su hogar con otras personas asociadas al mismo. Es el caso del octogenario Alonso
Mateo, el más anciano de los moriscos de Mota, quien, además de tener en su casa a
su hijo Francisco, de veinte años, también convivía con una hermana, de cincuenta
y cuatro.
***
Queda poco que añadir. Tan sólo que el pequeño esbozo que hemos intentado
trazar a lo largo de las líneas precedentes no pretende ser definitivo. De hecho, y cri-
91
I Jornadas de historia de Mota del Cuervo
49. En este caso, el concurso de las fuentes de tipo parroquial habría resultado totalmente clarifica-dor.
ticables o no, las conclusiones que de las líneas precedentes puedan extraerse, tam-
poco pretenden en modo alguno zanjar cuestiones abiertas desde hace mucho
tiempo, sino solamente presentar una realidad y, si cabe, plantear nuevas interro-
gantes. De manera más o menos voluntaria se ha optado por dejar relativamente de
lado cuestiones como aquellas relacionadas con la dinámica económica o las relacio-
nes con el Santo Oficio. Otras, como la religiosidad, las relaciones cotidianas o la con-
flictividad no se han tratado y quedan para posteriores análisis pues la
documentación puede aportar importantes y valiosos datos en esos y más sentidos.
Los motivos que han llevado a dichas omisiones se deben, principalmente al hecho
de que existen ya fundados y amplios trabajos que dan cuenta de dichas cuestiones
y a ellos nos remitimos para ampliarlos.
92
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