Los pactos sucesorios: hacia una reforma del Código Civil · 6.1.3. - Galicia ... con el principio...
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María Díez Arnáiz
Sergio Cámara Lapuente
Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales
Grado en Derecho
2014-2015
Título
Director/es
Facultad
Titulación
Departamento
TRABAJO FIN DE GRADO
Curso Académico
Los pactos sucesorios: hacia una reforma del Código Civil
Autor/es
© El autor© Universidad de La Rioja, Servicio de Publicaciones, 2015
publicaciones.unirioja.esE-mail: [email protected]
Los pactos sucesorios: hacia una reforma del Código Civil, trabajo fin de gradode María Díez Arnáiz, dirigido por Sergio Cámara Lapuente (publicado por la Universidad
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TRABAJO DE FIN DE GRADO
LOS PACTOS SUCESORIOS: HACIA UNA REFORMA
DEL CÓDIGO CIVIL
MARÍA DÍEZ ARNÁIZ
TUTOR: SERGIO CÁMARA LAPUENTE
GRADO EN DERECHO
FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES
AÑO ACADÉMICO 2014-2015
[LOS PACTOS SUCESORIOS: HACIA UNA REFORMA DEL CÓDIGO CIVIL] MARÍA DÍEZ ARNÁIZ
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ÍNDICE
I. RESUMEN/ ABSTRACT ..................................................................................................... 3 1. INTRODUCCIÓN ................................................................................................................. 4 2. CUESTIONES GENERALES .............................................................................................. 5
2.1.- Concepto de pacto o contrato sucesorios ........................................................................ 5 2.2.- Tipología de pactos sucesorios ....................................................................................... 8 2.3.- Deslinde con otras figuras ............................................................................................. 9
3. PERSPECTIVA HISTÓRICA ........................................................................................... 10 3.1.- Orígenes remotos ........................................................................................................... 10 3.2.- Desarrollo histórico en España ...................................................................................... 12 3.3.- Desarrollo en los países de tradición germánica ............................................................ 13
4. ARGUMENTOS A FAVOR Y EN CONTRA DE LA PROHIBICIÓN DE LOS
PACTOS ............................................................................................................................... 13 5. PACTOS SUCESORIOS EN EL CÓDIGO CIVIL ESPAÑOL ...................................... 18
5.1.- Prohibición del artículo 1271.2 CC ............................................................................... 18 5.2.- Excepciones ................................................................................................................... 20
5.2.1.- Excepciones actuales ......................................................................................... 20
5.2.2.- Excepciones admitidas en el pasado ................................................................. 22 6.-PACTOS SUCESORIOS EN DERECHO COMPARADO .............................................. 25
6.1.- Derecho Autonómico español ....................................................................................... 26 6.1.1.- Cataluña ............................................................................................................. 26 6.1.2.- Aragón ................................................................................................................ 29 6.1.3.- Galicia ................................................................................................................ 32 6.1.4.- Islas Baleares ...................................................................................................... 35 6.1.5.- País Vasco .......................................................................................................... 37
6.1.6.- Navarra .............................................................................................................. 38 6.2.- Los pactos sucesorios en el extranjero .......................................................................... 40
6.2.1.- Postura permisiva absoluta ................................................................................. 40 6.2.2.- Postura abolicionista y mixta ............................................................................. 43
6.2.3.- Los pactos sucesorios en la Unión europea ........................................................ 45 7. CONCLUSIONES. ............................................................................................................... 46 II. ABREVIATURAS .............................................................................................................. 49 III. BIBLIOGRAFÍA. .............................................................................................................. 50
[LOS PACTOS SUCESORIOS: HACIA UNA REFORMA DEL CÓDIGO CIVIL] MARÍA DÍEZ ARNÁIZ
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I.- RESUMEN/ABSTRACT
Resumen
En España, el régimen de Sucesiones permanece sin grandes cambios desde la
promulgación del Código Civil de 1889. La libertad de testar formal es muy limitada,
circunscribiéndose los cauces para ordenar la sucesión al testamento y la ley. Por ello
surgió la necesidad de estudiar la situación de los pactos contractuales en el Código
Civil, su prohibición y las excepciones. La profunda crítica de la doctrina, aunada a
unos argumentos de defensa de la prohibición ya obsoletos, llevan a contemplar el
sistema de Derecho civil común español como un régimen desfasado en materia de
sucesión contractual.
Así, se puede utilizar el ejemplo de los ordenamientos autonómicos con capacidad para
regular sobre la materia, así como la legislación y cambios legislativos de países
extranjeros para realizar un examen comparado sobre los pactos, y para dar una
propuesta de mejora del Código Civil, con la que se finalizará el trabajo.
Palabras clave: pactos sucesorios, sucesión contractual, Derecho de Sucesiones,
libertad de testar formal.
In Spain, the Inheritance regime remains with no big changes since the enactment of the
1889 Spanish Civil Code. Formal testamentary freedom is conspicuous by its absence,
restricting its ways in order to arrange the succession by the will and the law. Because
of this, the requirement of studying the succession agreement situation in Spanish Civil
Code, its prohibition and its exceptions, arises. The deep review of the doctrine, added
to some arguments of prohibition defense no longer used, takes us to watch the Spanish
common civil law as an out of phase framework regarding the succession agreement.
That is so, the regional systems with the ability to regulate about the subject-matter, the
laws and the legal changes of foreign countries examples can be used in order to
perform a comparative test about the agreements, for the purpose of giving a proposal of
the Spanish Civil Code improvement, with which the work will be completed.
Keywords: succession agreements, formal testamentary freedom, Law of Succession.
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1.- Introducción.
En una sociedad en constante cambio y progreso, llama la atención que el Código
publicado en 1889 siga hoy vigente. Pues bien, eso es lo que ocurre en el caso del
Derecho de Sucesiones español. Desde su promulgación en el siglo XIX, escasos y poco
trascendentales cambios ha sufrido la ley, que hoy se mantiene vigente para la sociedad
del siglo XIX1.
Pensemos una situación: un padre viudo que es dueño de un negocio importante, tiene
dos hijos, ya mayores, que no muestran el mayor interés por el negocio, salvo el de
retirar de sus beneficios una cantidad para vivir cómodamente. Le ayuda en el negocio
su sobrino, con cariño y mucho empeño. Pretende ordenar su sucesión de modo que los
hijos reciban su parte ahora, se queden contentos y renuncien a la empresa a la muerte
de su padre para no dividirla entre aquellos que no tienen ningún interés en ella,
pudiendo dejar a su sobrino la empresa a su muerte, con todos los beneficios que, ésta
vaya produciendo durante los años venideros2.
Sin embargo, en el sistema del Código civil ello no sería posible. El presente estudio
aborda la figura de los pactos contractuales y la problemática en nuestro país con su
prohibición, en comparación con la situación en otros ordenamientos jurídicos. Y es que
la sucesión contractual ha estado rodeada de cierta polémica, sobre todo por su choque
con el principio fundamental en Derecho de Sucesiones de la libre revocabilidad de la
voluntad testamentaria3. El punto de partida se sitúa en la escasa renovación que desde
la promulgación del Código Civil han tenido las instituciones sucesorias, que han
producido una disfunción entre los requerimientos de la sociedad y las posibilidades de
la ley.
A ello se une una labor de reforma y renovación acaecida en la muchos de
ordenamientos (tanto autonómicos como extranjeros) contemporáneos y cercanos a
España, que han avanzado hacia una mayor libertad de testar formal, debido tanto al
1 SÁNCHEZ ARISTI, R., “Propuesta para una reforma del Código Civil en materia de Pactos
sucesorios”, Derecho de Sucesiones. Presente y futuro. XII Jornadas de la Asociaciones de profesores de
Derecho civil, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Murcia, Murcia, 2006, pág. 477. 2 Ejemplo parcialmente obtenido de MAGARIÑOS BLANCO, M. “La libertad de testar”, Revista de
Derecho Privado, Septiembre-Octubre, 2005, pág. 2. 3 Artículo 737 del Código Civil.
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cambio de circunstancias económico-sociales como al ejemplo de legislaciones como la
alemana y suiza, en el que los pactos son admitidos ampliamente.
Así, a lo largo del presente trabajo se realizará un estudio comparativo de los contratos
sucesorios, comenzando por un acercamiento histórico que dará cuenta del por qué de
las diferencias en las distintas legislaciones, y las razones a favor y en contra para su
prohibición. Fijado el contexto histórico y los argumentos, se estudiará la situación en el
sistema de Derecho común español para ponerlo en comparación con el resto de
legislaciones.
Para terminar, se realizará una conclusión sobre la pertinencia o no de realizar una
reforma del Código Civil de 1889, y el posible referente o referentes a los que debería
atenderse para ello.
2.- Cuestiones generales.
2.1.- Concepto de pacto o contrato sucesorio.
Erigidos en muchos ordenamientos como alternativa clara y muy utilizada a la
ordenación de la sucesión testamentaria, la definición de los pactos sucesorios se ha
encontrado con no pocos problemas en la doctrina4, por la dicotomía entre las
tradiciones romanistas o germanistas. Ello se extiende igualmente a la decisión en
cuanto al nomen iuris, ya que no hay tampoco unanimidad en la doctrina acerca de si las
expresiones “pactos” o “contratos sucesorios” son, a su vez, sinónimo de lo que se
denomina la “sucesión contractual”. Sin embargo, se adoptará aquí tratar ambos
términos como sinónimos a este nivel, ya que su mera distinción ocuparía buena parte
de este trabajo5.
4 A este respecto indica PELAYO HORE, que el contrato sucesorio es una institución “contrahecha y mal
formada, desesperación de legisladores, juristas y estudiosos” y ESPEJO LERDO DE TEJADA que
“resulta ser el problema del pacto sucesorio uno de los más arduos y a la vez más importantes, pero la
doctrina española no ha profundizado mucho en determinarlo”, ambos en ESPEJO LERDO DE TEJADA,
M., La Sucesión contractual en el Código civil, Universidad de Sevilla, Sevilla, 1999, pág. 27.
5Sobre ello MARTÍN RETORTILLO, C., Breves consideraciones sobre la sucesión contractual, Reus,
Madrid, 1923, pág. 14 señala: “Es más amplio el concepto de pacto que el de contrato; muchos de
aquellos son expresión de relaciones éticas o familiares desprovistas de interés pecuniario; en los
contratos predomina más el factor económico, los intereses contrapuestos; el pacto es algo más afectivo
en que a veces prepondera la moral sobre lo económico”. Sin embargo, ROCA SASTRE, R.M., “La
sucesión contractual en Derecho común y en las legislaciones forales”, en Estudios de Derecho Privado,
II, ed. Revista de Derecho privado, Madrid, 1948, pág. 391 indica “el concepto de contrato o pacto
sucesorio es más amplio que el de sucesión contractual. Aquél es todo pacto o contrato que refiera a
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El punto de partida en cuanto a su conceptualización se encuentra en la distinción de la
tradición de la que los pactos sucesorios traen causa: o bien el sistema romanista, que
realiza una prohibición general y no concreta de los pactos y, por lo tanto, poco
definida, o bien el germanista, que los acepta (solo en alguno de sus tipos), de forma
que sus supuestos y caracteres son más profusamente definidos. Son razones históricas
que veremos más adelante (vid. infra epígrafe 4) y motivaciones relacionadas con el
orden público las que favorecen esta distinción y su desarrollo posterior en los distintos
sistemas normativos6.
Todas estas dificultades hacen que sea un concepto amplio7 el que se ajusta mejor a las
necesidades de la figura. Así, el pacto sucesorio puede definirse como un contrato
(bilateral como característica esencia del mismo) por el que se regula una sucesión o
efectos de la misma, ya sea propia de alguno de los participantes o ajena, para surtir
efectos tras la muerte de la persona cuya sucesión trate el contrato.
Es necesario señalar que uno de los efectos de estos pactos o contratos sucesorios es el
de limitar la libertad de testar de manera voluntaria, ya que el testador vincula su
voluntad sucesoria a la voluntad de otra persona en el documento, de forma que
posteriores declaraciones de voluntad que podrían realizarse mediante testamento o
donación se verían limitadas por lo ya suscrito en el pacto8. Se diferencia así de las
formas de limitación a la voluntad de tipo legal, que constituyen figuras como la
legítima o la mejora.
materia sucesoria y abarca las tres manifestaciones típicas de contrato de institución o legado, contrato de
renuncia y contrato sobre herencia de tercero. En cambio, la sucesión contractual se ajusta sólo al primer
tipo de contrato, es decir, sólo recoge una de aquellas tres manifestaciones de contratación sucesoria: la
institución de heredero o disposición por vía de contrato”. Define VALLET DE GOYTISOLO los
contratos sucesorios como “las ordenaciones sucesorias en que el de cuius vincula a otra su voluntad; y,
en su virtud, queda privado de la libre facultad de revocarlas” (asociándolo, así al pactum de succedendo)
y pactos: “Más latamente en el género de pactos sucesorios se incluyen los de renuncia a suceder
contraídos por algún legitimario en vida del causante”, por tanto, a la figura del pactum de non
succedendo, asimilando cada concepto a un tipo distinto, pero indicando que, para el pactum heredatum
tertii, es indiferente la palabra convenio o contrato, lo cual llama la atención (VALLET DE
GOYTISOLO, J., Panorama del Derecho de Sucesiones. Fundamentos, Civitas, Madrid, 1982). 6 AÑOVEROS TERRADAS, B., “Tratamiento conflictual de los pactos sucesorios en derecho
internacional privado español”, en VIÑAS, R., GARRIGA, G. (Coords.), Perspectiva del Derecho
Sucesorio en Europa, Marcial Pons, Madrid, 2009, págs. 157-174. 7 Como se adopta en ESPEJO LERDO DE TEJADA, M., op. cit. pág.28 que define el pacto contractual
“se podrá hablar de contrato sucesorio cuando mediante una convención jurídica se regulan los efectos de
la futura sucesión de alguien, sea de uno de los propios contratantes o sea de un tercero, o se renuncia a
algún derecho futuro de carácter sucesorio” 8 BRAUN, A., “Testamentary freedom and its restriction in French and Italian law: Trends and shifts”, en
ZIMMERMAN, R., Freedom of Testation/Testierfreiheit, Mohr Siebeck, Tubinga, 2012, págs. 58-84.
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Uno de los puntos que se debate en torno al concepto es si una de sus notas
características es la revocabilidad. Como se extrae de las distintas definiciones dadas
por los autores, parece común en gran parte de ellos9 que la irrevocabilidad del pacto
sucesorio es consecuencia necesaria del establecimiento de la figura como un contrato
bilateral: al confluir en un único contrato dos voluntades, se aplican a éste las reglas de
los contratos (que no la de las sucesiones testamentarias), siendo uno de sus principios
esenciales su irrevocabilidad por voluntad unilateral10
. Así, los contratos o pactos
sucesorios se diferencian del testamento, cuya característica principal es su
revocabilidad sin tachas, en que los pactos sucesorios se toma la irrevocabilidad como
punto de partida, a voluntad de las personas que lo formalicen o posibles limitaciones de
la ley (de forma que si no incluyen las cláusulas o no realizan los supuestos que se
nombran en la ley para permitir la revocabilidad, la regla es que son irrevocables).
Sin embargo, algunos autores cuestionan este carácter esencial11
, haciendo hincapié en
que, si bien la irrevocabilidad es una nota característica, hay métodos para eliminarla: o
bien por medio de una cláusula insertada a tal fin en el pacto por voluntad de las partes
o si existe una disposición legal que así lo prevea12
. Por ello, se concluye que si bien la
irrevocabilidad parece ser la característica esencial que separa a esta figura del
testamento, esta puede verse modificada por la voluntad de ambos intervinientes, en
9 LACRUZ BERDEJO, J.L., SANCHO REBULLIDA, F.A., Elementos de Derecho Civil V. Sucesiones,
4ª edición, Dykinson, Madrid, 2009, que define los pactos sucesorios como “aquella ordenación mortis
causa en la que la voluntad del ordenante queda vinculada a otra voluntad, no pudiendo revocarse dicha
ordenación por el causante de modo unilateral”. Y VALLET DE GOYTISOLO, J., op. cit. pág. 1023, los
define como “las ordenaciones sucesorias en el que el de cuius vincula a otra su voluntad; y, en su virtud,
queda privado de la libre facultad de revocarlas”. 10
LACRUZ BERDEJO, J.L., SANCHO REBULLIDA, F.A., Elementos de Derecho Civil II. Derecho de
Obligaciones V.I, Dykinson, Madrid 1999. Con la matización que supone la modificación por alteración
de las circunstancias a este principio que, a mi juicio, se puede trasladar del mismo modo a los pactos o
contratos sucesorios, tanto en forma de exigencia legal como su posible inclusión en las cláusulas del
contrato. 11
VISMARA, G., Storia dei patti Successori, Storia dei patti successori, Milano, 1986; GAS, F.J.,
“Pactos sucesorios”, Revista jurídica de Cataluña, 1953, p. 314-315 (ambos en SÁNCHEZ ARISTI, R.,
Dos alternativas a la sucesión testamentaria: pactos sucesorios y contratos post-mortem, Colmares,
Granada, 2003, pág. 9); FUENMAYOR, A., “La mejora en el sistema sucesorio español”, Boletim da
Faculdade de direito de Coimbra, XXII, 1946, pág. 296, indica: “es errónea la doctrina germánica
moderna que ve en la irrevocabilidad del pacto sucesorio una consecuencia necesaria de la bilateralidad
(…) La esencia del pacto sucesorio no estriba en que el disponente se vincule con cierto reglamento
sucesorio chocando contra la libertad testamentaria al sujetarse a una lex contractus (…) La esencia del
pacto sucesorio estriba en ser una forma especial de designar al sucesor con que cuenta el causante,
además de la forma testamentaria” (según cita de ESPEJO LERDO DE TEJADA, M., op. cit. pág. 29). 12
SÁNCHEZ ARISTI, R., Dos alternativas…, cit., pág. 7. Su definición, además, no incluye dicha nota:
“cuando se habla de pacto sucesorio, se está aludiendo a un peculiarísimo negocio jurídico, el cual
propicia la ordenación de la sucesión del decuius mediante un intercambio de voluntades: la del propio
causante y la de, al menos, otra persona”.
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forma de cláusula que la admita bajo determinados supuestos, o bien si una disposición
de ley lo admite (lo que ocurre así en el Derecho de sucesiones Alemán); si bien es el
punto de partida de los pactos o contratos sucesorios, el de ver la voluntad unida a otra y
supeditar también su revocación a ambas.
En cuanto a la jurisprudencia, es una tendencia de la misma ante casos que rozan los
supuestos de pactos o contratos sucesorios, evitar el calificarlos o categorizarlos de este
modo, evitando así la sanción de nulidad a la que estarían abocados en ese caso. Llama
la atención esta solución del alto Tribunal español, que utiliza la interpretación para
soslayando la sanción, estirando la figura o sus límites, aunque ante una prohibición la
regla de interpretación general es restrictiva. Ello ocurre en las SSTS de 6 de abril de
1915, de 30 de septiembre de 1982 o, más recientemente, en la Resolución de la
Dirección General los Registros y del Notariado de 6 de marzo de 199713
.
Así, el concepto genérico se especificará en función del ordenamiento de cada país y su
jurisprudencia, que acotará lo permitido o prohibido por las distintas definiciones de los
códigos.
2.2.- Tipología de pactos sucesorios.
El concepto de pacto sucesorio, sin embargo, no es único: existen a su vez distintos
tipos de pactos sucesorios, cuya división se puede realizar según el objeto14
:
Se puede hablar en primer lugar de los pactos institutivos o de suceder, también
llamados pactos de sucedendo o el Erbvertrag alemán, mediante los cuales el
causante ordena mediante pacto con otra persona la institución de uno o varios
herederos o legados. Asimismo, esta figura se divide en dos, según se nombra
sucesor a quien no lo sería de aplicarse las reglas de la sucesión intestada (el
pactum succesorium adquisitivum), o si por el contrario si lo sería (pactum
succesorium conservativum). Por último, si los contratantes se instituyen
recíprocamente, estamos ante el pactum de mutua succesione. El pacto
institutivo es el tipo de pacto más común y con el que más se identifica la figura
de pactos sucesorios, pero no la única. Se diferencia este tipo de pacto de aquel
13
ROMERO CANDAU, P.A., “Pactos sobre la Herencia de un tercero”, Anales de la Academia
Matritense del notariado, nº38, 1999, págs. 192-195. 14
Clasificación tradicional, que aparece sostenida por ROCA SASTRE, R.M., op. cit., pág. 392; o
VALLET DE GOYTISOLO, J., op.cit, pág. 1024.
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contrato en el que una persona se obliga a instituir a otra en futuro testamento
como heredero o legatario, totalmente distinto al que aquí se define, ya que en el
pacto institutivo se nombra a la persona heredero o legatario mediante ese
contrato (pudiendo, o no, realizar posterior testamento), y no un compromiso o
promesa.
En segundo lugar, nos encontramos con los pactos renunciativos o de no
suceder, también pacta de non succedendo o Erbverzicht, en virtud del cual uno
de los intervinientes renuncia (total o parcialmente), antes de la apertura de la
sucesión, a los derechos que le pudieran corresponder en la herencia del otro.
Este tipo de pactos extrae su esencia de los supuestos en los que actúen los
derechos forzosos reconocidos por ley. Este tipo de pacto tiene su utilidad, por
definición, en otorgar una ventaja a algún otro de los legitimarios o potenciales
herederos del causante y que, estando interesados en que se produzca la
renuncia, pueden concurrir en el otorgamiento del pacto.
Cabe también un tercer tipo de pacto dispositivo o sobre la herencia de un
tercero, también llamados pacta hereditati tertii. En ellos el causante de la
herencia sobre la que se pacta no interviene estando todavía vivo. Según algunos
autores15
este tipo de pactos no es en puridad un pacto sucesorio, porque no
sirven para ordenar la sucesión del causante, ya que están encaminados a la
distribución posterior de los bienes hereditarios recibidos por alguno de los
participantes, mediante su cesión. El modo de realizarlos es mediante un
contrato de permuta, compraventa, donación, etc., pero el objeto ha de ser una
herencia de tercera persona.
2.3.- Deslinde con otras figuras.
En cuanto a las diferencias con otras figuras, es claro que los pactos se diferencian del
testamento en cuanto estos últimos no permiten la libre revocabilidad del causante, son
otorgados, al menos, entre dos personas (bilateral), mientras que el primero es realizado
únicamente por el causante (unilateral), que bien puede revocarlo en cualquier
momento16
.
15
SÁNCHEZ ARISTI, R., Dos alternativas…, cit. pág. 29 16
SÁNCHEZ ARISTI, R., Dos alternativas…, cit. pág. 8
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Sin embargo, más problemas suscita la diferencia con el testamento mancomunado, por
la participación en ambos de más de un otorgante. Se define éste como el otorgado por
dos o más personas en un solo acto y en un solo instrumento, comprensivo de la última
voluntad de todos17
. Así, éste último ordenaría, aunque en un solo instrumento, tantas
sucesiones como personas otorguen. Parece así sensato pensar que, de esa forma, éste
sería revocable en la parte que a cada uno corresponda, unilateralmente18
, principal
diferencia ésta con los pactos contractuales que son, por esencia, irrevocables
unilateralmente salvo por causas tasadas en la ley. No existen en los pactos
contractuales voluntades separadas, como ocurre en el testamento mancomunado, sino
una única voluntad que afecta a la sucesión de una sola persona; sin embargo, será en el
mancomunado donde confluyan varias voluntades, aunque incluyan un pacto anterior,
sobre ordenaciones de la sucesión distintos (aunque ello suponga la de instituirse
recíprocamente herederos, ello no significa que sea una única voluntad, sino que ambas
voluntades coinciden, ordenando así cada sucesión de igual modo a la otra).
3.- Perspectiva histórica.
3.1.- Orígenes remotos.
Si bien, de manera general, se refiere la doctrina a los inicios de la figura (y también
como argumento principal para su prohibición) en el influyente Derecho romano19
, lo
cierto es que en civilizaciones anteriores ya existía esta forma de ordenar la sucesión.
En los antiguos Derecho orientales (si bien más arcaicos y poco codificados) no existía
la figura del testamento (nacida en el Derecho Romano), por lo que en Babilonia,
Asiria, Grecia y Egipto eran varios los actos jurídicos que, más cercanos a la naturaleza
de pactos jurídicos, se utilizaban para ordenar la sucesión. Pongamos por ejemplo el
17
RIVAS MARTÍNEZ, J.J., Derecho de Sucesiones. Común y Foral, Dykinson, Madrid, 2009, pág. 315. 18
Así se regula, por ejemplo, en el artículo 421.2 CDFA, pudiendo el testador revocar o modificar
unilateralmente sus propias disposiciones, SÁNCHEZ-RUBIO GARCÍA, A., TRIGO GARCÍA, B.,
“Testamento mancomunado aragonés y otras formas testamentarias en Galicia”, ”, GETE-ALONSO Y
CALERA, M.C. (Dir.), Tratado de Derecho de Sucesiones, Civitas, Pamplona, 2011, pág. 506. Se recurre
a esta regulación ya que en Derecho común, esta figura parece estar de nuevo, prohibida, aunque sobre
ello vid. RIVAS MARTÍNEZ, J.J., op. cit. págs.315-330. 19
En MARTÍN RETORTILLO, C., op. cit. pág.15 y 17; ESPEJO LERDO DE TEJADA, M., op. cit. pág.
37 y ss.; SÁNCHEZ ARISTI, R. Dos alternativas…, cit., pág. 29; RODRÍGUEZ-URÍA SUÁREZ, I., Ley
aplicable a los pactos sucesorios, Universidad de Santiago de Compostela, Santiago de Compostela,
2013, pág. 43.
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Código de Hammurabi, cuya manera de realizar la sucesión era una suerte de acto o
negocio inter vivos20
.
Sin embargo, es en el Derecho romano vulgar donde encontramos ya un nombramiento
explícito de los pactos. Primero, en la época del Derecho romano clásico prima la
prohibición que ha trascendido a nuestros días como regla del mismo21
. Sin embargo,
será en la época postclásica, en el Derecho romano vulgar cuando se empiecen a aceptar
ciertos tipos de pactos.
El poder de las clases altas y nobles llevan al Derecho a desarrollarse hacia su
legalización, aceptando los pactos de los Príncipes e ilustres familias, y los realizados en
favor de la Iglesia. Más adelante22
fueron admitidos los otorgados por dos hermanos
militares en campaña (no olvidando que la clase militar era noble) y, por último, la
extensión a los pactos sucesorios entre padres e hijos23
, hasta terminar en una
declaración general: “Valgan todas las últimas voluntades, ya se hagan éstas por
testamento, hecho en cualquier forma de derecho, o por codicilio, o por sola
manifestación verbal, o por legado, o por fideicomiso, o por donación mortis causa, o
cualquier otra última voluntad” dijeron los emperadores León y Antemio, en la L.
Iubemus24
.
20
MARÍN PADILLA, M.L., Historia de la Sucesión contractual, Cometa, Zaragoza, 1992, págs. 11-22,
en el que nombra asimismo ejemplos del Derecho Hebreo (en la Biblia), del Derecho Egipcio o Griego.
En el Código de Hammurabi, establece en su regla 150 que “Si un hombre regala a su esposa un campo,
una huerta o un objeto, y le extiende documento sellado, que, después de muerto su marido, no lo
reclamen sus hijos; la madre dará su herencia al hijo suyo que más quiera, no tiene que dársela a otro”. 21
Indica VALLET DE GOYTISOLO, J., op.cit, pág. 1024: “Los pactos de succedendo, tanto a título de
heredero o como de legatario, los hallamos prohibidos: en el Digesto 45, 1, 61 y en el Código, en la
conocida por la ley Hereditas 45, 1, 61, que negó acción para reclamar en virtud de un pacto dotal,
después de muerta la mujer los bienes de ésta [...]. Los pactos de non succedendo, o de renuncia a
sucesión futura, son estimados ineficaces en D. 29, 2, 4; 19, 2, 13; 38, 17, 16; 35, 2, 15, 1 y Cod. 3, 28,
35, 2 […]. Los de hereditate tertii los prohibía en D. 18, 4, 1; 39, 5, 29, 2; 28, 6, 2, 2 y Cod. 2, 3, 30; 8,
39, 4 y otros”. 22
MARÍN PADILLA, M.L., op. cit. págs. 30- 62. Estos privilegios sobre el derecho se explican por la
creencia en Roma de que el Emperador, todopoderoso y omnipotente, también tenía el poder sobre la
forma de ordenar el derecho, pudiendo realizar los pactos, siempre que interesaran. Lo mismo sucede con
la Iglesia, para la que “la voluntad de los disponentes ocupa el primer lugar en estas últimas voluntades a
favor de la Iglesia u obras pías, mientras que la forma empleada sólo es el medio de expresión de esa
voluntad, de ese querer”. 23
Los pactos sucesorios entre príncipes e ilustres familias se recoge por Ulpiano D. 1.3.31 en el año 217
d. C.; también por él mismo el pacto realizado hecho por dos hermanos militares en D. 29.1.1., en 2; por
último, reconociéndose entre padres e hijos en la lex Filli patri. MARÍN PADILLA, M.L., op. cit. págs.
30-53. 24
C. 1.2.14 De sacros. Eccles. y la L. Generaliter sancimus C. 1.2.13 De sacros. Eccles (según cita de
MARÍN PADILLA, M.L., op. cit. pág. 63).
[LOS PACTOS SUCESORIOS: HACIA UNA REFORMA DEL CÓDIGO CIVIL] MARÍA DÍEZ ARNÁIZ
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3.2.- Desarrollo histórico en España.
En el caso de España, aunque anteriormente reconocidos los pactos en el imperio
visigodo en la Lex romana Visigothorum (por su relación con el Derecho germánico)25
,
será la codificación de las Partidas la que recoja en esencia la prohibición original
romana, sobre el tipo de pactos de terceros sin su consentimiento y sin su conocimiento,
que no general. Sin embargo, no es completa la prohibición como sostienen algunos26
,
ya que tanto en las Partidas como en las Leyes de Toro27
se recogen las excepciones que
el Derecho romano introdujo en sus últimas etapas.
Sin embargo, la etapa codificadora bebe sobre todo de fuentes francesas28
, país en el que
tradicionalmente se propugna la más total de las prohibiciones. Es entonces cuando en
nuestro país se instala la prohibición en el Código Civil de 1851 de García Goyena de
los contratos, con la oposición a los pactos más severa que la actual, aunque si bien
mantenía por tradición algunos pactos, como la promesa de mejorar o no mejorar, las
donaciones mortis causa consistentes en una cosa específica no fungible o las
donaciones irrevocables para después de la muerte del donante, por razón de
matrimonio de un tercero29
.
25
Así, cuando en el Código Teodosiano (Brevario de Alarico. IV.4.I) se exige la presencia de testigo, se
refiere tanto a ambos tipos, tanto testamento como en contrato voluntario. MARÍN PADILLA, M.L., op.
cit. pág. 111. 26
MARÍN PADILLA, M.L., op. cit. 187, en el que indica: “El dicho tan reiterado, que ha pasado a ser
casi regla, de que el Derecho romano y el Derecho de Castilla prohibieron los pactos sucesorios no puede
ser más falso”, “La validez de los pactos sucesorios en las Leyes de Toro es total, no solo en la institución
del heredero, el mayorazgo o el primogénito, sino también en la disposición del tercio de mejora y el
quinto de libre disposición, ya se haya hecho el pacto sucesorio a título gratuito o a título oneroso”. 27
Como ejemplo de ello, la partida 5ª, tit. 11., leyes 1ª y 33.ª prohibía los pactos de tercera persona sin su
conocimiento y sin su consentimiento “Como la promission o el pleito que fazen los omes entre si, que
hereden los unos, en los bienes de los otros, no valen; fuera ende en casos señalados”; las leyes de Toro
(1505), por ejemplo la 44 permitía establecer los mayorazgos por testamento o por pacto sucesorio: “El
que hiciere algun mayorazgo, aunque sea con autoridad nuestra, ó de los Reyes que nos vinieren, ora por
via de contrato, ora en cualquier última voluntad, después de hecho puédalo revocar a su voluntad, salvo
si el que lo hiciere por contrato entre vivos oviere entregado la posesión de las cosas[…]”. Se configuró
así un sistema un tanto más permisivo en las Leyes de Toro que en las Partidas. MARÍN PADILLA,
M.L., op. cit. 185. 28
SÁNCHEZ ARISTI, R., Dos alternativas…, cit. pág. 41. 29
GARCÍA GOYENA, F., Concordancias, motivos y comentarios del Código Civil español, Cometa,
Madrid, Reimpresión de 1852, 1974, pág. 529. El artículo 994 del proyecto de 1851 decía textualmente
“Pueden ser objeto de los contratos todas las cosas que no están fuera del comercio de los hombres,
aunque sean futuras. Se esceptúa la herencia futura acerca de la cual sería nulo cualquier pacto aunque se
celebre con el consentimiento de la persona de cuya sucesión se trate”.
[LOS PACTOS SUCESORIOS: HACIA UNA REFORMA DEL CÓDIGO CIVIL] MARÍA DÍEZ ARNÁIZ
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Es con este panorama con el que llegamos a la codificación de 188930
y vigente hasta
nuestros días, en el que se toma como referencia ese proyecto de 1851 y la influencia
francesa.
3.3.- Desarrollo en los países de tradición germánica.
Muy diferente evolución sufrió la figura de los pactos o contratos sucesorios en Derecho
germano, y todo ello debido a los caracteres de los pueblos germánicos en la
antigüedad, que no creían en la individualidad de la persona sino en una personalidad
familiar31
.
Ello llevó a que el padre germano no pudiera disponer de la herencia salvo para
distribuirla por partes iguales entre sus hijos, a excepción de una pequeña parte (un
quinto), que se hacía en vida, a través de donaciones, con ocasión del matrimonio o
emancipación de los hijos, careciendo las hijas de capacidad para heredar32
. Por ello, se
consideraba que los bienes pertenecían en realidad a la familia y los actos de disposición
se realizaban con el consentimiento de los hijos. Por lo que se fragua aquí la existencia
de pactos entre los padres e hijos en vida del primero, cosa necesaria pues era la
“familia” la que había de decidir el destino de los bienes ligados a emancipación o
matrimonio33
.
4.- Argumentos a favor y en contra de la prohibición de los pactos.
Aunque en nuestro país la prohibición de los pactos sucesorios ha sido criticada por
gran parte de la doctrina34
, los argumentos principales que llevaron a seguir la tesis
romana e incluirla en el Código Civil actual se pueden caracterizar hoy de históricos.
30
Regulado en el anteproyecto de 1882-1888, en el artículo 1284, siguiendo el ejemplo de García
Goyena: “Se exceptúa la herencia futura; acerca de la cual será nulo cualquier contrato, aunque se celebre
con el consentimiento de la persona de cuya sucesión se trate”. PEÑA BERNALDO DE QUIRÓS, M., El
Anteproyecto del Código Civil Español, Colegios Notariales de España, Madrid, 2ª edición, 2006, pág.
389. 31
SÁNCHEZ ARISTI, Dos alternativas…, cit., pág. 39. 32
MARÍN PADILLA, M.L., op. cit. 91-93. 33
SÁNCHEZ ARISTI, Dos alternativas…, cit., pág. 39. 34
GARCÍA HERREROS, E., La sucesión contractual, Imprenta de los hijos de M.G. Hernández, Madrid,
1902, que llega a proponer un proyecto de reforma en su libro (págs.. 144-150); ROCA SASTRE, R.M.,
op. cit., pág. 400: “la institución contractual, como tipo mixto entre el testamento y la donación, ofrece en
ciertos casos especiales múltiples ventajas y beneficios” ; SÁNCHEZ ARISTI, Dos alternativas…, cit.,
pág. 5; GARCÍA RUBIO, M.P., HERRERO OVIEDO, M., “Pactos sucesorios en el Código civil y en la
Ley de Derecho de Galicia”, GETE-ALONSO Y CALERA, M.C. (Dir.), Tratado de Derecho de
Sucesiones, Civitas, Pamplona, 2011, pág. 1285.
[LOS PACTOS SUCESORIOS: HACIA UNA REFORMA DEL CÓDIGO CIVIL] MARÍA DÍEZ ARNÁIZ
Página 14
En primer lugar, se desaprueba la validez de estos contratos por apreciar como esencial
el carácter de revocable que, necesariamente, tendría que caracterizar a la sucesión
mortis causa, ligado a la garantía de realizar un testamento de forma libre o
espontánea35
. Como se ha podido desprender de la conceptualización realizada
anteriormente, no todos los autores consideran que la irrevocabilidad sea uno de los
rasgos esenciales de los pactos, por lo que este argumento caería. Además, los pactos
sucesorios sí son, conceptualmente, una forma de restringir voluntariamente la libertad
de testar36
. Pero en la libertad también se incluye la opción de no ejercerla37
, no
configurándose el derecho de ordenar la sucesión como un derecho de los considerados
irrenunciables. Además, en nuestro ordenamiento existen suficientes cauces para limitar
esta libertad de testar (como puede ser la figura de la legítima, que siempre habría de ser
respetada, si bien una renuncia previa del legitimario podría poner esto en duda38
),
como para deslegitimar este argumento, ya que si un ordenamiento regula
imperativamente modos de restringir dicha libertad, no debería luego defenderla a
ultranza cuando, a través de un modo distinto de hacerlo, se elige restringirla en un
futuro.
Un segundo argumento, ya totalmente desacreditado39
es el del votum mortis, es decir,
la inmoralidad a la que puede llevar que, como esta regulación tiene como presupuesto
la muerte de otra persona, el beneficiado de la misma se vea atraído a adelantarla, ya
35
DE GIORGI, M. V., I patti sulle successioni future, E. Jovene, Nápoles, 1976, en SÁNCHEZ ARISTI,
R., Dos alternativas… cit. pág. 57. 36
BRAUN, A., Testamentary freedom…, cit. 58-84. 37
DÍEZ-PICAZO, L., GULLÓN, A., Sistema de Derecho Civil, Tecnos, Madrid, 10ª Edición, 2006, pág.
467. 38
CÁMARA LAPUENTE, S., “La sucesión intestada. La Sucesión Contractual”, en PÉREZ ÁLVAREZ,
M.A. (Coord.), MARTINEZ DE AGUIRRE ALDAZ, C., DE PABLO CONTRERAS, P., CÁMARA
LAPUENTE, S., Curso de Derecho civil (V). Derecho de sucesiones, Colex, 2013, págs. 381-390. 39
Más motivos da GARCÍA HERREROS, E., op. cit. pág. 97-98 que indica con gran criterio que peor
sería “el temor siempre subsistiría por partes del de cujus respecto de sus herederos forzosos” o, también,
“los contratos de seguros y contraseguros sobre la vida y de renta vitalicia llevan también como
condición el mismo supuesto” (el de muerte); CASTILLEJO Y DUARTE, J. La forma contractual en el
Derecho de Sucesiones, Madrid, 1902, en ESPEJO LERDO DE TEJADA, M., op. cit., pág. 82, indica
“Aquel a quien por contrato se instituye heredero de cuantiosa fortuna, nada tiene ya que temer; puede
estar seguro de enriquecerse con ella, salvo el pequeño descuento de alguna donación insignificante; su
espíritu de codicia, si lo tiene, no es probable que llegue hasta escatimar el disfrute de esos bienes durante
unos cuantos años, atentando contra la vida del disponente y arriesgando con ello la suya propia: el
estímulo para el crimen es muy débil, la ganancia por su medio alcanzada es mezquina e insegura”.
También en la misma dirección se pronuncia LACRUZ BERDEJO, J.L., Derecho de sucesiones…, cit.
pág. 292, en su crítica a los argumentos. Sin embargo, GARCÍA GOYENA, op. cit. pág. 530 da como
característica: “esta especie de pactos presenta el espectáculo aflictivo de un pariente desnaturalizado,
hasta consultar con sombría y ansiosa curiosidad el libro oscuro de una presciencia criminal, y para
entreabrir, por decirlo así, la tumba bajo los pies de un pariente, quizás un bienhechor”.
[LOS PACTOS SUCESORIOS: HACIA UNA REFORMA DEL CÓDIGO CIVIL] MARÍA DÍEZ ARNÁIZ
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que más razón puede tener para matar al causante la persona que, habiendo sido
instituido en testamento, tema del otorgante su cambio o modificación.
Por otro lado, el razonamiento que se ha visto abocado al fracaso (y justifica una de las
excepciones a la prohibición en su día en nuestro país, así como en otros, como es la
reforma a favor de los pactos en materia de explotaciones agrarias e industriales) se
sitúa en el terreno de impedir la constitución de mayorazgos (que serían formados por
dichos pactos, en lugar del reparto equitativo entre descendientes). Justificados más en
el pasado (donde los mayorazgos sí que fueron un problema), hoy es el problema
contrario el que nos ocupa: la fragmentación de las fincas y terrenos impide su
aprovechamiento correcto, por lo que resulta necesario poder permitir instrumentos que
agrupen la explotación agraria, mediante la justa compensación al resto de herederos.
Ello, como anticipaba, ya se produjo en España con la aprobación de reforma de la Ley
49/1981, de 24 de diciembre (aunque hoy derogada por la ley 19/1995, de 4 de julio, de
Modernización de las explotaciones agrarias) que, en su artículo 24, permitió durante 15
años los pactos sucesorios en orden a preservar las explotaciones unidas, que destacó
por la regulación de los sujetos y de las consecuencias del pacto40
.
En el otro extremo y cada vez más esgrimidos por la doctrina nos encontramos con
argumentos que defienden la necesidad de un cambio legislativo a nivel estatal (ya que
los cambios en los Derechos forales ya se han producido, como veremos en apartados
posteriores cuando analicemos estos regímenes), con el fin de incluir la figura de los
pactos sucesorios41
. También, junto a la obsolescencia de los argumentos que
permitieron, en el pasado, llegar a esa prohibición, se aúnan los argumentos que abogan
por su admisión y regulación en los ordenamientos.
Y es que la inclusión de los pactos como una nueva forma de testar supone, a pesar de
una restricción de la autonomía del testador, una ampliación de la libertad de testar
formal, al dar al causante todas las formas posibles para ordenar su sucesión42
.
40
RODRÍGUEZ-URÍA SUÁREZ, I., Ley aplicable a los pactos sucesorios cit. pág. 72 indica que es
remarcable su regulación, al ser una norma con rango nacional en el que se permitían excepcionalmente
los pactos sucesorios, incluyendo limitaciones a los sujetos legitimados así como un mínimo régimen
jurídico aplicable. 41
Como ya haría GARCÍA HERREROS, op. cit. págs. 141-149; SÁNCHEZ ARISTI, R., Propuesta
para…, cit. págs.. 498-537. 42
ROCA SASTRE, op. cit. 400.
[LOS PACTOS SUCESORIOS: HACIA UNA REFORMA DEL CÓDIGO CIVIL] MARÍA DÍEZ ARNÁIZ
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La más evidente de ellas se basa en el cambio ya realizado. En el sistema de pactos
contractuales ya se admitieron bien legislativamente (como es el caso de la reforma de
la Ley 49/1981, de 24 de diciembre que permitió los pactos sucesorios en orden a
preservar las explotaciones unidas, hoy derogado) o bien mediante la interpretación de
distintas normas, como son la promesa de mejorar o no mejorar y la mejora irrevocable
(de la que se hablará en apartado 5.2.- Excepciones) previstas en los artículos 826 y 827
CC, y otras como las donaciones (como la donación en capitulaciones de bienes futuros
del artículo 1341 CC, u otras con un carácter de pacto contractual no del todo claro)
cuya naturaleza es discutida por la doctrina, pero que tienen marcados caracteres de
pacto contractual o, al menos, sus efectos. Éstas excepciones fueron legisladas en un
intento de fomentar la autonomía de la voluntad, al ofertar otra figura jurídica más para
fines dignos de tutela (como puede ser la conservación de la unidad de patrimonio o
fincas, empresas o industrias) que no pueden lograrse mediante las formas jurídicas
existentes en el actual sistema del Código Civil como son las donaciones o testamento43
.
Así, existiendo en el sistema sucesorio del Código Civil figuras que permiten el
reparto, se crea una prohibición que bien puede ser sorteada de diversas formas ¿Qué
sentido le queda?
Desde el punto de vista de los herederos, y dejando atrás el argumento de que los pactos
sucesorios podrían fomentar los parricidios, nos encontramos con que los herederos
instituidos mediante pacto o contrato sucesorio pueden tener la seguridad de serlo
definitivamente, sin miedo a la revocación de la que sí es susceptible el testamento ( ya
que, sobre la definición dada anteriormente, se aboga por la revocabilidad pero tasada y
con justa causa, con un sistema similar al de desheredación de los herederos forzosos,
no arbitraria como puede ser en caso de ser heredero pero no legitimario).
Una razón más práctica radica en la riqueza que al sistema de sucesión proporciona la
inclusión de una nueva figura: los particulares tendrán la posibilidad, así, de ordenar el
fin de sus bienes de mediante más cauces, incluyendo el testamento, las donaciones y
43
CÁMARA LAPUENTE, S., “La sucesión intestada…”, cit. pág. 385.
[LOS PACTOS SUCESORIOS: HACIA UNA REFORMA DEL CÓDIGO CIVIL] MARÍA DÍEZ ARNÁIZ
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los pactos o contratos sucesorios, utilizando la figura que más se ajuste a sus
necesidades44
.
Otra de las razones para favorecer la inclusión de los pactos se centra en el campo de la
filosofía y el concepto del derecho y sus problemáticas. A pesar de ser el Derecho una
ciencia con vocación de permanente cambio, adaptándose a las nuevas situaciones y
demandas de la sociedad, es el fuerte impulso codificador y de seguimiento a los
orígenes e instituciones romanas un lastre del que los juristas no se deshacen45
, y que en
caso de algunos autores llevan a seguir el ejemplo de la prohibición romana y defender
a ultranza la misma, por mero argumento tradicionalista. Pues bien, en una sociedad
cambiante, moderna, que busca nuevos métodos y se extiende hacia la libertad de testar,
el argumento tradicionalista queda totalmente desvirtuado simplemente por falta de
razones lógicas que lo sustenten, más allá de “porque fue así, y así será”.
Por último, cabe indicar que en cuanto contrato, en su más estricto sentido de la
palabra46
, tenemos las ventajas que van unidas a la bilateralidad en cuanto generan un
compromiso entre ambas partes de cumplir con sus responsabilidades en este caso de
ordenación de la sucesión. Pensemos por ejemplo en un caso en el que de una parte se
compromete el padre y, de otra, sus hijos, para dejar a uno de ellos la empresa al
completo a cambio de una compensación económica. Se evitarían futuras disputas e,
incluso, pleitos tras la apertura de la sucesión47
, y también la certeza del padre de que su
voluntad de mantener la empresa unida y sin división entre sus hijos se vería conseguida
incluso después de su fallecimiento. Ello hace que los pactos o contratos sucesorios se
44
CÁMARA LAPUENTE, S., “Freedom of Testation, legal inheritance Rights and Public Order under
Spanish Law”, ANDERSON, M., ARROYO I AMAYUELAS, E., The Law of Succesion: Testamentary
Freedom. European Perspectives, Europa Law Publishing, Groningen, 2011, págs.. 293-294. 45
En MARTÍN RETORTILLO, C., op. cit. pág. 19, hace una alusión oportuna a este carácter de los
juristas y de su vocación, como un motivo principal de la oposición que en el pasado hubo a los cambios
en favor de los pactos sucesorios: “Es, como decía Roguin, siempre la misma manía de los juristas de
declarar imposibles las instituciones que surgen cuando ellas no les complacen”. Lo mismo hace ROCA
SASTRE, R.M., La sucesión contractual… op. cit., pág. 400 en el que indica “El Derecho no tiene que
ser rígido e inflexible, sino dúctil y maleable”. 46
Como “acuerdo de voluntades entre dos o más personas dirigido a crear obligaciones entre ellas, del
que nacen efectivamente tales obligaciones”. MARTÍNEZ DE AGUIRRE ALDAZ, C., “El contrato”,
MARTÍNEZ DE AGUIRRE ALDAZ, C. (COORD.), DE PABLO CONTRERAS, P., PÉREZ
ÁLVAREZ, M.A., PARRA LUCÁN, M.A., Curso de Derecho civil II. Derecho de Obligaciones, 3ª
Edición, Colex, Madrid, 2011. 47
En MARTÍN RETORTILLO, C., op. cit. pág. 35, “[…] lo sería pensando cómo el pacto sucesorio no
consiente, no da lugar a formar conjuras familiares, que tan perniciosos efectos produce para las partes y
tan gran afrenta supone para la sociedad que los consiente”; LACRUZ BERDEJO, J.L., Derecho de
sucesiones…, cit. pág. 292.
[LOS PACTOS SUCESORIOS: HACIA UNA REFORMA DEL CÓDIGO CIVIL] MARÍA DÍEZ ARNÁIZ
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vean como una garantía de seguridad jurídica, que eliminaría el riesgo de luchas tras la
apertura de la sucesión, por la certeza de los herederos de lo que en ella acontecerá de
antemano y habiendo prestado su consentimiento previo.
5.- Pactos sucesorios en el Código Civil Español.
5.1.- Prohibición del artículo 1271.2 CC.
El sistema seguido por el Código Civil de 1889, heredero de la tradición romana, se
encuentra catalogado entre los sistemas jurídicos prohibitivos de los pactos o contratos
sucesorios, encaminando su legislación hacia la prohibición general. Si bien,
encontramos en el articulado excepciones que han sido desarrolladas bien por la
tradición de las mismas o por la necesidad actual.
Es el artículo 1271 párrafo segundo CC el que contiene la prohibición genérica de la
sucesión contractual de este modo:
“Sobre la herencia futura no se podrá, sin embargo, celebrar otros contratos que
aquéllos cuyo objeto sea practicar entre vivos la división de un caudal y otras
disposiciones particionales, conforme a lo dispuesto en el artículo 1056”.
Lo primero que llama la atención de este artículo es su disposición dentro del Código,
situado en el Libro IV “De las obligaciones y contratos”, Capítulo II “De los requisitos
esenciales para la validez de los contratos” en particular el objeto de los contratos. Todo
ello alejado del Libro III, Título III, donde se regulan el sistema sucesorio común. Ello
puede tener una doble explicación48
: bien apoyar de forma general desde el propio
núcleo de los contratos este tipo; bien perfilar el alcance de la prohibición. Esto último
resulta más complejo, delimitando los conceptos de cosa futura y de herencia futura. Es
abundante la jurisprudencia que diferencia y admite los pactos que recaen sobre bienes
concretos y determinados que pertenecen al futuro causante en el momento de
celebrarse el acuerdo (entre ellas SSTS 4 de mayo de 1910, 22 de julio de 1997,
RDGRN de 21 de enero de 1991). La literalidad del artículo 1271.2 CC prohíbe los
pactos sobre herencia futura, no aquellos que sean objetos determinados que ya formen
parte del patrimonio del futuro causante. Se debe a que este tipo de contrato no es
48
ESPEJO LERDO DE TEJADA, op. cit. 25-26.
[LOS PACTOS SUCESORIOS: HACIA UNA REFORMA DEL CÓDIGO CIVIL] MARÍA DÍEZ ARNÁIZ
Página 19
propiamente un pacto sucesorio, sino un contrato en el que los efectos se posponen al
momento del fallecimiento49
.
Destaca en el texto del artículo que el propio legislador incluye una “excepción” a esta
prohibición de la sucesión contractual. La remisión al artículo 1056 CC que el
legislador califica como excepción a la regla general es negado por la mayoría de la
doctrina50
. Este artículo sufrió una modificación en 2003, que tampoco añadió
características de pacto o contrato sucesorio. Este artículo regula la partición inter vivos
hecha por el causante. Esto, como acto unilateral realizado antes de la muerte, no
supone ningún contrato o pacto entre personas, sino una actuación del causante por su
propia voluntad de partición, para evitar la partición tras su muerte.
Sin embargo, no es solo el artículo 1271 párrafo segundo de nuestro Código el que
prohíbe los pactos, sino que existen más artículos que complementan esta prohibición.
Destaca sobre ellos, por su firmeza al establecer una lista cerrada, el artículo 658 CC
que estipula como modos de ordenar la sucesión el testamento y, en su defecto, las
disposiciones de la ley. Así, queda afianzada la imposibilidad de disponer de los bienes
tras la muerte por medio de los pactos o contratos sucesorios, permitiendo solo la
sucesión voluntaria y, por supuesto, la legal.
Siguiendo en sede ya de sucesiones, también el artículo 816 CC prohíbe
anticipadamente la renuncia a herencia futura, de cualquiera de las formas realizada,
aunque lógicamente parece el pacto o contrato uno de los modos más lógico para
realizarlo. Un ejemplo es aquel en el que un hermano renuncia a su parte de herencia
previamente en beneficio del resto de hermanos, a cambio de una compensación por
parte de éstos. No obstante, el ordenamiento español sanciona con nulidad este tipo de
actos.
En la misma línea, el artículo 655.2 CC excluye la renuncia a la acción de reducción de
las donaciones en vida del causante y, por último, el 991 CC indica que no se puede
aceptar ni repudiar la herencia sin estar cierto de la muerte de la persona a quien se va a
49
SAN JULIÁN PUIG, V., “Artículo 1271”, PASQUAU LIAÑO, M., Jurisprudencia Civil comentada.
Código Civil, Comares, Granada, 2009, pág. 2358. 50
ROCA SASTRE, R.M., op. cit., pág. 406; VALLET DE GOYTISOLO, J., op.cit, pág.1032; y más
extensamente sobre esta idea ESPEJO LERDO DE TEJADA, op. cit. pág. 208 que dedica un apartado
entero a estudiar las hipótesis sobre la partición, pero que descarta igualmente su carácter de pacto
sucesorio.
[LOS PACTOS SUCESORIOS: HACIA UNA REFORMA DEL CÓDIGO CIVIL] MARÍA DÍEZ ARNÁIZ
Página 20
heredar. Ambos sancionan la posibilidad de realizar pactos o contractos, o de cualquier
otro modo, sobre herencia aún futura.
5.2.- Excepciones.
Más allá de la prohibición y de sus motivos, es cierto que en nuestro ordenamiento civil
común existen ciertas excepciones, contempladas con dicha denominación, válidamente
admitidas, con carácter de pacto o contrato sucesorio. No se considera como tal el
artículo 1056 CC que, como ya se ha visto, no es considerado como un pacto por la
doctrina (vid. supra. pág. 12). Se pueden considerar en este apartado realizar una
aproximación a las excepciones actuales del código, así como a las admitidas en el
pasado por la regulación española.
5.2.1.- Excepciones vigentes.
Las excepciones que se contemplan en el código son:
1) La promesa de mejorar, regulada en el artículo 826 CC, puede hacerse por
contrato contenido en las capitulaciones matrimoniales, de forma que, además,
toda disposición del testador contraria a tal promesa no surtirá efecto alguno.
Este último inciso convierte a la “promesa” en mejora efectiva51
, ya que no se
permite modificarla posteriormente en el futuro testamento. Así, queda el
causante vinculado a esa promesa y a la persona a la que se la realizó,
constituyendo una limitación voluntaria de la libertad de testar.
2) La mejora irrevocable, regulada en el artículo 827 CC. Este precepto recoge la
irrevocabilidad que se plasma en mejoras realizadas en capitulaciones o en
contratos onerosos con terceros.
3) Otra excepción, recogida tanto en el CC como en leyes nacionales, son los
llamados pactos sociales, es decir, acuerdos realizados por organizaciones
societarias que puedan reunir las condiciones para ser una excepción a la
prohibición de los pactos sucesorios. El precepto más importante en el que se
puede fundamentar esta afirmación es el 1704.1 CC que contempla el pacto por
virtud del cual se acuerda, con carácter previo a la muerte de cualquiera de los
socios, que la sociedad continuará entre los socios sobrevivientes, previa
51
SÁNCHEZ ARISTI, Dos alternativas…, cit. pág. 77
[LOS PACTOS SUCESORIOS: HACIA UNA REFORMA DEL CÓDIGO CIVIL] MARÍA DÍEZ ARNÁIZ
Página 21
separación de la participación económica del fallecido, que se integrará en su
herencia. Si bien, parte de la doctrina no está de acuerdo con la calificación de
estos pactos como excepción52
, la existencia de leyes como la 2/2007, de 15 de
marzo, de sociedades profesionales, en cuyo artículo 15 se indica:
“En el contrato social, y fuera de él siempre que medie el consentimiento
expreso de todos los socios profesionales, podrá pactarse que la mayoría
de éstos, en caso de muerte de un socio profesional, puedan acordar que
las participaciones del mismo no se transmitan a sus sucesores. Si no
procediere la transmisión, se abonará la cuota de liquidación que
corresponda”.
Y como éste hay más ejemplos que, al menos nominalmente, admiten los pactos
proscritos en el artículo 1271.2 CC53
.
4) El párrafo segundo del artículo 1341 CC recoge la excepción de las donaciones
de bienes futuros por razón de matrimonio. Figura que ya contemplaba el
proyecto de 1851 de García Goyena54
, admite la donación de bienes futuros para
el supuesto de muerte, realizada previamente al matrimonio en capitulaciones
matrimoniales, en la medida marcada por las disposiciones referentes a la
sucesión testada. Ésta es una institución que, dada su redacción y sus matices
entre dos figuras (la donación y los pactos sucesorios), la doctrina ha tenido
problemas para calificarla como uno donación o pacto55
. Viendo el perfil
52
Sobre ello expone sus opiniones GARCÍA RUBIO, M.P., HERRERO OVIEDO, M,. op. cit. pág. 1279,
“la mayor parte de nuestra doctrina opina que no hay aquí pacto sucesorio alguno, ya que se respeta el
derecho de los herederos del socio fallecido al contenido económico de la participación social de éste”,
así lo indica LACRUZ BERDEJO, J.L., Derecho de sucesiones…, cit. pág. 294: “No ocurre así, en mi
opinión, en las cláusulas limitativas de la transmisión mortis causa de las participaciones sociales, aunque
concedan a determinado socio (o, incluso, a otra persona) la posibilidad de comprarlas él, prescindiendo
de los herederos (eventualmente, del cónyuge viudo) del socio causante; pues lo que se atribuye en la
escritura es un derecho de adquisición, y no las partes sociales mismas; además, contra pago de su
importe, lo que aleja toda idea de disposición mortis causa: lo que hay es atribución inter vivos de un
derecho de preempción u otra modalidad semejante con eficacia al momento de la muerte del socio”. 53
El artículo 110 del RDLeg 1/2010, de 2 de julio, de Sociedades de capital, por ejemplo, también
permite una adquisición similar de las acciones de un socio fallecido. 54
GARCÍA GOYENA, op. cit. pág. 673-674 en su artículo 1253 y 1254 del proyecto, en la sección que
titula “De las donaciones matrimoniales, hechas para después de la muerte del donador, y de las mejoras
por contrato entre vivos”. 55
Indica en GARCÍA RUBIO, M.P., HERRERO OVIEDO, M., op. cit. pág. 1277 que “La escasa
precisión con la que el legislador ha descrito el objeto de estas donaciones (“bienes futuros”) ha llevado a
que sean varias y diversas las interpretaciones aportadas por la doctrina”. ESPEJO LERDO DE TEJADA
op. cit. 265 indica que se extienden tres interpretaciones posibles: la de que el precepto sólo autorizaría
la donación de bienes futuros concretos y determinados, la de que en el precepto se estaría contemplando
la donación de todos o una cuota de los bienes que el donante tenga a su muerte y, finalmente, que en el
precepto se incluye donar tanto bienes futuros concretos y determinados como la totalidad o una cuota de
los que resten a la muerte del donante.
[LOS PACTOS SUCESORIOS: HACIA UNA REFORMA DEL CÓDIGO CIVIL] MARÍA DÍEZ ARNÁIZ
Página 22
jurisprudencial (STS de 22 de julio de 1997) parece más sencillo pensar que se
admiten estos pactos también en la misma línea: sólo para los bienes futuros y
concretos que puedan incluirse en este tipo de donaciones. Sobre ello, al ser una
donación en capitulaciones, existe un juego distinto en cuanto a la validez o no
de su revocabilidad. Y es que hay que conjugar este artículo con el 1343 CC,
dejando al margen la discusión acerca de si los pactos tienen como característica
principal su revocabilidad o no, ya que éste último precepto indica que las
donaciones serán revocables, con independencia de sus rasgos de pacto o
contrato sucesorio, aunque no de manera necesariamente libre, sino por ciertas
causas es decir, partiendo de una irrevocabilidad, la voluntad de las partes en
capitulaciones o las causas legales del artículo 1343 CC pueden hacer que estas
donaciones estipuladas en capitulaciones sean revocadas.
5.2.2.- Excepciones admitidas en el pasado.
Además de las anteriores, parece relevante mencionar excepciones que fueron admitidas
en el pasado y que en la actualidad, por modificaciones legislativas, ya no lo son:
1) La más evidente ya se nombró en los motivos en contra de la prohibición (vid.
supra. Argumentos a favor y en contra de la prohibición de los pactos) la
promulgación en 1981 del Estatuto de la explotación agraria y de los jóvenes
agricultores (Ley 49/1981, de 24 de diciembre) supone la primera excepción
realizada en España en una ley de alcance estatal. Esta ley implantó un régimen
que pretendía proteger las explotaciones agrarias de carácter familiar y facilitar
la incorporación de jóvenes agricultores a la actividad agraria. Esta ley fue
derogada por la disposición derogatoria única de la Ley de Modernización de las
explotaciones agrarias, por lo que no sigue en la actualidad vigente. Pero merece
la pena detenerse en ella, puesto que incluía en los artículos 16 a 20 un régimen
de transmisión mortis causa de la titularidad de la explotación agrícola a través
de pactos sucesorios, codificando a los sujetos legitimados, cualidades del
otorgante, prohibición de disposición del mismo a título gratuito o modos de
resolución del pacto sucesorio56
. Esto se debía a la preocupación constante por
56
El artículo 20 de la ley 49/1981 indicaba “1.- El pacto sucesorio podrá ser resuelto por alguna de las
siguientes causas: a. Acuerdo de los otorgantes, formalizado en escritura pública. b. Incumplimiento de
las cargas, condiciones u obligaciones impuestas al sucesor. c. Conducta del sucesor que impida la normal
[LOS PACTOS SUCESORIOS: HACIA UNA REFORMA DEL CÓDIGO CIVIL] MARÍA DÍEZ ARNÁIZ
Página 23
preservar las explotaciones57
, para evitar que la fragmentación de la explotación
pudiera provocar la aparición de unidades de cultivo de superficie insuficiente
para llevar a cabo la producción con un rendimiento satisfactorio. Se puede
pensar que esta obligatoria cesión de la propiedad en bloque podría perjudicar a
las legítimas, sin embargo, la ley 49/1981 preveía la obligación del sucesor en la
titularidad de la explotación de retribuir al resto de coherederos lo que
correspondiera a cada uno. Por ello resulta una regulación de singular
importancia, ya que es el único vestigio en nuestro país de un sistema más o
menos completo de los pactos.
2) En segundo lugar, el Código civil admitió ciertos derechos sucesorios del
adoptado, ya que antes de la equiparación de derechos con el hijo natural
(acaecida con la reforma operada mediante la ley 7/1970, de 4 de julio, que
reconocía derechos legitimarios y ab intestato al adoptado) al adoptado no se le
reconocían derechos legales en la herencia del adoptante, si bien conservaba los
que le correspondiesen con respecto a su familia biológica. En esta excepción
hemos de reconocer dos momentos:
a. Desde la aprobación del Código hasta la reforma de 24 de abril de 1958,
se regulaba en el artículo 177 lo siguiente:
“El adoptante no adquiere derecho alguno a heredar al adoptado.
El adoptado tampoco lo adquiere a heredar, fuera de testamento,
al adoptante, a menos que en la escritura de adopción se haya éste
obligado a instituirle heredero. Esta obligación no surtirá efecto
alguno cuando el adoptado muera antes que el adoptante. El
adoptado conserva los derechos que le corresponden en su familia
natural, a excepción de los relativos a la patria potestad”
Para ello, como se puede ver, es necesario considerar el pacto o contrato
sucesorio como irrevocable, de tal forma que las disposiciones
testamentarias posteriores no pudieran revocar lo redactado en la
escritura de adopción. Siendo la regulación tan parca en su extensión,
convivencia familiar. Dos. Afectarán también al instituido, aun no siendo legitimario, las causas de
indignidad o desheredación”. Supone éste un régimen en el que se regula más exhaustivamente un
mínimo de los aspectos relacionados con los pactos sucesorios. 57
SÁNCHEZ ARISTI, Dos alternativas…, cit. pág. 187.
[LOS PACTOS SUCESORIOS: HACIA UNA REFORMA DEL CÓDIGO CIVIL] MARÍA DÍEZ ARNÁIZ
Página 24
surgieron dudas de si se extendía la obligación hacia la sucesión ab
intestato, o el alcance mismo de la institución en la escritura58
.
b. Tras la reforma del 24 de abril de 1958 se modificó sustancialmente el
régimen de adopción. Se traslada el contenido de los pactos y derechos
sucesorios del adoptado al artículo 174 CC, quedando claro que adoptado
y adoptante podían instituir un auténtico pacto sucesorio, y los efectos y
contenido de los mismos quedaban delimitados de forma más precisa59
.
Todas ellas han supuesto casos en los que el legislador, y la jurisprudencia que lo
desarrolló, admitieron pactos o contratos sucesorios que encajaban en el artículo 1271
párrafo segundo, pero que por unos motivos u otros se exceptúan para admitir los
pactos.
Se pregunta la doctrina60
si es posible a partir de las excepciones y la regla general
formular una doctrina general sobre pactos sucesorios. Ante ello cabe mencionar que las
excepciones vistas se encuentran categorizadas en los pactos institutivos o pactos de
sucedendo, por lo que parece claro negar la posibilidad de validez alguna de los otros
dos tipos de pactos (renunciativos y dispositivos). La escasa e insuficiente regulación
sobre los pactos impide formular una doctrina completa, que se ha de completar con
principios del derecho de contratos y principios generales61
.
Es el enfoque general del Derecho comparado el que nos puede dar las claves para
completar la parca regulación del Código Civil y avanzar hacia la admisión de los
pactos de una forma segura. Por ello estudiaremos ahora en los Derechos forales y
extranjeros la regulación de la figura, para poder establecer si se puede conformar una
58
Sobre ello vid. SÁNCHEZ ARISTI, Dos alternativas…, cit. pág. 171 en el que analiza doctrina y
jurisprudencia sobre el efecto del artículo 177 en la sucesión intestada y su relación con la naturaleza del
pacto sucesorio. 59
Rezaba dicho artículo: “Los derechos del adoptado en la herencia del adoptante y establecidos en la
escritura de adopción, son irrevocables y surtirán efecto, aunque éste muera intestado, salvo que el
adoptado incurriese en indignidad para suceder o causa de desheredación, o se declare extinguida la
adopción. El pacto sucesorio no podrá exceder de los dos tercios de la herencia del adoptante, sin
perjuicio de los derechos legitimarios reservados por la ley a favor de otras personas”.
Señala SÁNCHEZ ARISTI, Dos alternativas…, cit. pág. 181 que una importante característica que el
legislador cifra en cantidad limitada el alcance del pacto en dos terceras partes de la herencia. 60
ROCA SASTRE, R.M., op. cit., pág. 406; GARCÍA RUBIO, M.P., HERRERO OVIEDO, M.,op. cit.
pág. 1280. 61
GARCÍA RUBIO, M.P., HERRERO OVIEDO, M., op. cit. pág. 1280. Indica que “deberán combinarse
los principios nutrientes del Derecho Sucesorio con aquellos que vertebran el Derecho de Contratos, todo
ello sin soslayar que se trata de excepciones a la regla general que deberán ser interpretadas como tales”.
[LOS PACTOS SUCESORIOS: HACIA UNA REFORMA DEL CÓDIGO CIVIL] MARÍA DÍEZ ARNÁIZ
Página 25
teoría de los pactos sucesorios o, incluso, la admisión de éstos en la legislación del
Código Civil.
6.- Pactos sucesorios en Derecho Comparado.
Visto ya el sistema del Código Civil común para los pactos y la reticencia de la doctrina
a aceptarlo, no es extraño comprobar que extramuros de esta legislación el punto de
vista respecto a los contratos sucesorios es muy distinta. En un contexto en el que se
clama por un cambio, es inevitable fijarse en los derechos distintos al nuestro para
establecer una comparativa de legislación y situaciones que nos permita evaluar nuestra
situación y quizá adoptar algunos cambios.
Nos referiremos en este apartado a los Derechos Autonómicos presentes en el sistema
plurilegislativo español y, posteriormente, al Derecho Comparado extranjero. Si bien el
sistema de los Derechos forales se caracteriza por una mayor permisividad de la validez
de la sucesión contractual62
, ello no ocurre así en los distintos países de la Unión
Europea (a los que principalmente me referiré, por ser los más cercanos y poder así
delimitar el objeto de estudio). Por ello, seguiré para éstos últimos un criterio de
categorización63
que divide los ordenamientos por su postura respecto a los pactos en:
1) Postura abolitiva o romanista pura.
2) Permisiva absoluta (Alemania, Suiza, Austria, Portugal).
3) La mixta (Francia y regiones forales de España, Italia).
Estas distintas posturas son causa de un desarrollo histórico distinto, y la postura mixta
es aquella que recoge de las otras dos posturas lo mejor de cada una: se aceptan los
pactos sucesorios pero con limitaciones (generalmente ligadas al régimen económico
matrimonial)64
.
Como en las páginas siguientes se verá, es una prohibición común a todos los
ordenamientos, hasta los más permisivos, no aceptar los pactos dispositivos o pacta
hereditati tertii.
62
RODRÍGUEZ-URÍA SUÁREZ, I., Ley aplicable a los pactos sucesorios cit. pág. 75; SÁNCHEZ
ARISTI, R., Propuesta para…, cit. pág. 484. 63
ROCA SASTRE, R.M., op. cit., pág. 397. 64
Indica ROCA SASTRE, R.M., op. cit., pág. 397 que “si la prohibición de pactos sucesorios fue
originada por el favor testamentorum, la libertad de pactos nupciales fue debida al favor matrimoniorum”.
[LOS PACTOS SUCESORIOS: HACIA UNA REFORMA DEL CÓDIGO CIVIL] MARÍA DÍEZ ARNÁIZ
Página 26
6.1.- Derecho autonómico español.
Desde que en 1978 se fraguara en España el sistema de comunidades autónomas, seis
son los territorios que mantuvieron normativa sucesoria propia pudieno así regular
sobre los pactos sucesorios, al margen de la regulación del Código Civil: Aragón,
Cataluña, Galicia, Islas Baleares, Navarra y el País Vasco. Y es que su aceptación tiene
relación con la mayor amplitud de libertad de testar que en estas regiones impera, que se
muestra en la disminución de la legítima (cuando no su entera desaparición), aunque no
en todas las Comunidades Autónomas65
. A ello se ha unido una regulación fiscal de la
figura muy beneficiosa que facilita la utilización de estos mecanismos66
. Esta admisión
trae causa de la voluntad por parte de las legislaciones de proteger el patrimonio
familiar y de una tradición de la validez de los mismos67
.
Se estudiará aquí por separado cada uno de los regímenes independientes de estas
regiones, dado que todas tienen en común la aceptación de la figura, en mayor o menor
grado (salvo una pequeña excepción), por lo que es irrelevante realizar otra clasificación
distinta de la que las separa por Comunidades Autónomas.
6.1.1.- Cataluña.
A pesar de los orígenes, en los que se exigía el matrimonio y otros requisitos para
aceptar la sucesión contractual68
, en la actualidad el sistema ha avanzado a raíz de la
última regulación, Ley 10/2008, de 10 de julio, del libro Cuarto del Código Civil de
Cataluña, relativo a las Sucesiones (a partir de ahora CCCat), en el que el legislador ha
elegido separar los pactos contractuales de los tradicionales requisitos anteriores, solo
supeditándolo al requisito de formalidad ad solemnitatem69
. Esta regulación da un
nuevo impulso a la figura (tradicional por otro lado del Derecho de Sucesiones de
65
SÁNCHEZ ARISTI, R., Propuesta para…, cit. pág. 484; la posición de las legítimas en los sistemas
autonómicos y en el Código Civil queda reflejado en CÁMARA LAPUENTE, S., Freedom of
Testation… cit. pág. 273, superando a la legítima del Código civil en Vizcaya (4/5). 66
Como la ley del Parlament de les Illes Balears 22/2006 de 19 de diciembre, de reforma del Impuesto de
Sucesiones y donaciones; 67
DÍEZ-PICAZO, L., GULLÓN, A., op. cit., pág. 468. 68
ROCA SASTRE, op. cit. pág. 397: “El romanismo, que tanto influyó en Cataluña, fue causa de que los
juristas catalanes, impresionados por el principio de la libertad de testar ilimitable, exigieran otro
requisito, además del matrimonio: la reserva de una cantidad para testar. Ello, sin embargo, no era más
que un subterfugio (pues la cantidad reservada podía, incluso, ser insignificante)” 69
ARROYO I AMAYUELAS, E., ANDERSON, M., “Between Tradition and Modernisation: a General
Overview of the Catalan Succession Law Reform”, ANDERSON, M., ARROYO I AMAYUELAS, E.,
The Law of Succesion: Testamentary Freedom. European Perspectives, Europa Law Publishing,
Groningen, 2011, pág. 107.
[LOS PACTOS SUCESORIOS: HACIA UNA REFORMA DEL CÓDIGO CIVIL] MARÍA DÍEZ ARNÁIZ
Página 27
Cataluña) que por la complejidad de la anterior regulación (aunque también exhaustiva),
hacía que este modo de ordenar la sucesión estuviera cayendo en desuso70
.
Los pactos contractuales se regulan en los artículos 431-1 a 431-30 del CCCat, los
llamados “heredamientos”, añadiendo en sus dos últimos artículos los pactos sucesorios
de atribución particular, figura singular que se aparta de la institución de heredero para
asimilarse más a los legados, pero todo ello por vía contractual. Como se podrá ver, la
regulación es extensa y completa, dando lugar a una teoría de dichos pactos que no deja
lugar a excesivas lagunas.
La categorización del sistema catalán entre los sistemas mixtos de aceptación de los
pactos se debe, ante todo, a la legitimación de los sujetos que pueden otorgar pactos que
se codifica, puesto que si bien se desvincula del contexto matrimonial y que en el
Preámbulo califica de “abierta y flexible”71
no lo es tanto, en cuanto su artículo 431-2
CCCat señala como legitimados para realizarlos solo al cónyuge y futuro cónyuge,
persona con la que se convive en unión estable de pareja72
, parientes en línea directa sin
limitación de grado y los consanguíneos en línea directa o colateral dentro del segundo
grado, del otro cónyuge o convivientes. Por tanto se puede ver que sigue restringiendo
el código al ámbito familiar la aplicación de los contratos sucesorios73
.
Sin embargo, la excepción se encuentra en el propio artículo, al permitir al “futuro
cónyuge” realizar dichos pactos. Podría darse la situación de que, declarándose futuros
cónyuges dos extraños pudieran otorgar dichos pactos, que aunque posteriormente la
boda no se celebrara, sólo conlleva convertir el pacto en revocable unilateralmente por
cualquiera de ellos. Si esta revocación no se producía, la consecuencia inmediata era
que dos perfectos extraños hubieran realizado un pacto sucesorio totalmente válido.
70
Sobre la anterior regulación VALLET DE GOYTISOLO, J., op. cit. pág. 1034; DEL POZO
CARRASCOSA, P., “Pactos sucesorios en Cataluña”, GETE-ALONSO Y CALERA, M.C. (Dir.),
Tratado de Derecho de Sucesiones, Civitas, Pamplona, 2011, pág. 1368 que pone de manifiesto ese nuevo
empuje que la reforma de 2008 produce en el Derecho de Cataluña; AÑOVEROS TERRADAS, op.
cit.pág 158. 71
Apartado IV del Preámbulo de la Ley 10/2008, de 10 de julio. 72
Supone ello una equiparación de los derechos de las parejas de hecho y, también, de las parejas del
mismo sexo, sin puntualizar sobre la heterosexualidad o no de las uniones. ARROYO I AMAYUELAS,
E., ANDERSON, M., op. cit. pág. 59. 73
Crítica de DEL POZO CARRASCOSA., op. cit. pág. 1369: “El “CCCat incurre en un error fruto de la
generalización, como es considerar que en los capítulos matrimoniales y, por ende, en los heredamientos,
intervenían únicamente los cónyuges y sus familiares más directos. Es cierto que ello era así en la
mayoría de los caso, pero no era necesariamente así, , pues nada impedía que otorgasen heredamiento
personas ajenas al círculo familiar”.
[LOS PACTOS SUCESORIOS: HACIA UNA REFORMA DEL CÓDIGO CIVIL] MARÍA DÍEZ ARNÁIZ
Página 28
En cuanto a las personas no causantes, el código no pone limitaciones sobre ellas, ya
que incluso permite que personas ajenas al otorgamiento sean beneficiarias de los
pactos, pero indicando que no tienen ningún derecho a la sucesión hasta el momento de
la muerte del causante (art. 431-3 CCCat). Ello tiene dos importantes consecuencias: la
primera, que la premoriencia del favorecido conlleva la ineficacia del pacto (cosa que
no ocurre si el instituido es un otorgante) y, además, que deba aceptar o repudiar dicha
herencia a su apertura74
.
En otro orden de cosas, destaca la regulación de que se admite la renuncia de los
otorgantes a los derechos sucesorios, pero sólo en los casos previstos en el propio
Código (art. 431-5 CCCat) que se refiere a los artículos 451-26.2 CCCat que admite la
renuncia a la legítima futura en los casos que se indican en el mismo o el artículo
426.6.3 y 4 CCCat, la renuncia al derecho del fiduciario75
. Se encuentra aquí un
segundo tipo de pactos de la categorización realizada en el inicio de este trabajo,
admitiendo así los pactos de renunciativos o pacta de non succedendo. Si bien estos
están limitados.
Llama la atención igualmente la distinción por parte del CCCat de cuatro tipos de
heredamientos (el heredamiento simple, cumulativo, mutual y el preventivo), además de
los cuales puede existir un quinto tipo de pacto sucesorio, el de atribución particular, a
través del cual el futuro causante puede hacer atribuciones singulares sin necesidad de
instituir heredero al favorecido. Destacan estos dos por ser, por un lado una figura
similar al heredero universal, los heredamientos, y, por otro, a la figura de los legados.
Es de especial importancia, dado el debate doctrinal que en el sistema del Código Civil
se ha producido sobre la irrevocabilidad de los pactos, la postura que el Libro IV del
CCCat ha tomado: mientras que en el artículo 431.18 se establece que el pacto sucesorio
de institución tiene carácter irrevocable, encontramos en las disposiciones generales
anteriores dos artículos (431-13 y 431-14) la revocación por indignidad que permite
revocar, de forma unilateral, el pacto por causa de indignidad y también causas de
revocación voluntaria unilateral respectivamente. Entre estas últimas se incluyen:
1) Las causas pactadas expresamente.
74
DEL POZO CARRASCOSA., op. cit. pág. 1371-1372. 75
DEL POZO CARRASCOSA., op. cit. pág. 1375.
[LOS PACTOS SUCESORIOS: HACIA UNA REFORMA DEL CÓDIGO CIVIL] MARÍA DÍEZ ARNÁIZ
Página 29
2) Por incumplimiento de las cargas impuestas al favorecido.
3) Por imposibilidad de cumplimiento de la finalidad que fue determinante del
pacto o de alguna de sus disposiciones.
4) Por el hecho de producirse un cambio sustancial, sobrevenido e imprevisible de
las circunstancias que constituyeron su fundamento.
Estas causas son tan amplias que puede verse afectado dicho principio de
irrevocabilidad que el código promulga.
Como se puede ver en la propia ley, la regulación es amplia y profunda, sin embargo es
criticada la “confusión” que se produce al abordar los apartados de la nulidad76
.
6.1.2.- Aragón.
Regulado anteriormente en la Ley 1/2009, de 24 de febrero, de sucesiones por causa de
muerte, en la actualidad ha sido recopilada en el Real Decreto legislativo 1/2011, de 22
de marzo, del Código de Derecho Foral de Aragón (en adelante CDFA).
Comienza el artículo 317 CDFA con una enumeración de las formas de delación,
incluyendo la sucesión paccionada: “La sucesión se defiere por pacto, por testamento o
por disposición de la ley”.
Esta ley tiene un marcado carácter dispositivo, ya que los artículos que regulan la
sucesión paccionada, desde el 377 al 404 CDFA, incluyen la expresión “salvo pacto en
contrario”77
, lo que da a los otorgantes gran margen de maniobra y de contenido a la
hora de realizar pactos sucesorios.
Destaca sin embargo, la falta de definición de los pactos contractuales de la ley. Nos
referiremos aquí a los caracteres singulares que la ley presenta. Y uno de los caracteres
más especiales es la regulación de los distintos tipos de pactos que en Derecho aragonés
se admiten78
, de las que se pueden sintetizar las siguientes características:
76
DEL POZO CARRASCOSA., op. cit. pág. 1381-1382. 77
BAYOD LÓPEZ, C. “Pactos sucesorios en Aragón”, GETE-ALONSO Y CALERA, M.C. (Dir.),
Tratado de Derecho de Sucesiones, Civitas, Pamplona, 2011, pág. 1321-1322. 78
RIVAS MARTÍNEZ, J.J., op. cit. págs. 2777-2778 indica que esta enumeración responde al criterio “de
las más amplia libertad de disposición por pacto sucesorio, y que de ninguna forma supone una lista
cerrada de posibles pactos, sino que ha de servir como mera lista ejemplificativa, lo que da lugar a esta
amplia aceptación de los mismos.
[LOS PACTOS SUCESORIOS: HACIA UNA REFORMA DEL CÓDIGO CIVIL] MARÍA DÍEZ ARNÁIZ
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1) Institución a favor de contratante: regulada en los artículos 383 al 394
CDFA, es la modalidad más simple, que no se separa de la esencia de un
pacto institutivo. Caracterizado por ser unilateral, por causa de muerte,
recepticia e irrevocable, puede instituir tanto heredero como legatario.
2) Institución para después de los días: regulado en los artículos 392 a 394
CDFA, no solo es particular el nombre de la institución, sino que tiene como
complicación distinguir la eficacia que este tipo de pacto tiene en cada uno
de los momentos. Está claro que, tras la muerte, el instituido adquirirá
aquello a lo que el disponente se haya obligado. Sin embargo, el artículo 393
indica que, mientras viva, el instituyente podrá disponer a título oneroso de
los bienes objeto de la institución, siendo solo prohibido que lo haga a título
gratuito, para lo que necesitará el consentimiento del instituido. Se establece
así como principio que el causante no queda privado de sus capacidades de
disponer. Una peculiaridad de este tipo de pactos es que, una vez abierta la
sucesión, el instituido adquiere la posición jurídica que equivale a la de
heredero testamentario, sin embargo, no podrá repudiar la herencia en ese
momento, por estar ya aceptada de antemano la designación mediante el
pacto79
.
3) Institución de presente: regulado en los artículos 389 a 391 CDFA, es aquel
pacto por el cual “el instituido adquiere todos los derechos de que sea titular
el instituyente, salvo los que se hubiera reservado”. Sobre los bienes que el
instituyente adquiera con posterioridad al pacto surge un problema, ya que
no se sabía si pasaban a incluirse dentro del pacto, o quedaban libres.
Soluciona este problema el artículo 389.2 al indicar que “pasarán al
instituido en la forma establecida para la institución para después de los
días”, es decir, para esos bienes se retrasaba la aplicación del pacto hasta el
fallecimiento del causante. También para este tipo de pacto se producía el
mismo efecto que en el anterior: tras el fallecimiento del causante, el
entonces heredero no podría repudiar la herencia o el resto que quedara por
recibir, ya que ya habría aceptado con anterioridad e, incluso, recibido parte
de los bienes pactados.
79
BAYOD LÓPEZ, op. cit. pág. 1342.
[LOS PACTOS SUCESORIOS: HACIA UNA REFORMA DEL CÓDIGO CIVIL] MARÍA DÍEZ ARNÁIZ
Página 31
4) Institución recíproca: poca distinción puede hacerse de estos pactos que en
Aragón se denominan “agermanamiento o pacto al más viviente” regulados
en los artículos 395 y 396 CDFA. Se ha de señalar que este, en la
antigüedad, fue un pacto especialmente complejo80
, ya que solo se podía
realizar en caso de relación matrimonial81
y, además, estaba supeditado a la
existencia de hijos, aunque hoy ya no es necesario este requisito. Sin
embargo, surgen dudas sobre la vecindad civil de ambos: ¿es necesario que
ambos tengan la vecindad civil aragonesa? La respuesta, si bien por
aplicación analógica del art. 419 CDFA82
, es que bastará con que uno de
ellos lo sea y al otro no se lo prohíba su ley personal (cosa que, en caso de
vecindad común, complica la celebración de dichos pactos cuando la
vecindad no es igual para ambos).
5) Pacto en favor de terceros: pacto en el que no concurre el beneficiario del
pacto, se caracteriza por que el tercero tiene tan sólo una expectativa de
heredar, ya que nada impide que los otorgantes vuelvan a realizar pacto (de
forma común) en sentido contrario83
, aunque ésta se consolidará tras la
apertura de la sucesión. En este pacto, a diferencia de los anteriores, es
necesario que el tercero acepte la herencia o legado (art. 401 CDFA).
6) Pactos sucesorios de renuncia: regulado en el artículo 378 se permite tanto
la renuncia parcial como la total a la herencia que corresponda. Tiene sentido
este tipo de contrato84
cuando esta renuncia puede ser realizada a cambio de
una contraprestación presente (ya que si no bastaría con esperar al momento
de apertura).
Respecto a la tradición que impera respecto a los pactos sucesorios en otros
ordenamientos, como el catalán, que obligan a que los otorgantes sean (como mínimo)
parientes, nada se indica en la ley sobre las condiciones de éstos, por lo que se infiere de
80
CURIEL LORENTE, F., “El régimen sucesorio de la Comunidad Autónoma de Aragón”, GIMENO,
J.L., RAJOY BREY, E., Regímenes económico-matrimoniales y Sucesiones. Derecho Común, Foral y
Especial , Tomo II, Civitas, Pamplona, 2008, pág. 951. 81
RIVAS MARTÍNEZ, J.J., op. cit. pág.2786, según el artículo 16 de la Ley de Parejas estables no
casadas, por lo que el legislador ha roto con la tradición histórica de esta Comunidad , abriendo la
posibilidad del pacto sucesorio a cualesquiera personas, aunque entre ellas no exista vínculo. 82
BAYOD LÓPEZ, op. cit. pág. 1346. Sin embargo, se ha de tener en cuenta el artículo 9.8 CC como
norma de conflicto, por lo que ante situaciones de conflictos entre vecindades Aragón no es competente
para resolver. 83
BAYOD LÓPEZ, op. cit. pág. 1349. 84
BAYOD LÓPEZ, op. cit. pág. 1352.
[LOS PACTOS SUCESORIOS: HACIA UNA REFORMA DEL CÓDIGO CIVIL] MARÍA DÍEZ ARNÁIZ
Página 32
los artículos 486 y 487.2 CDFA que no es necesario que éstos sean parientes o
cónyuges85
.
Por último cabe destacar el régimen de interpretación que regula el artículo 384 CDFA
puesto que remite a la propia redacción de los pactos y las costumbres, usos y
observación del lugar, dejando patente que la institución no es nueva ni novedosa en
Aragón, sino que es conocida y utilizada por sus habitantes de forma corriente.
6.1.3.- Galicia.
En la Comunidad Autónoma gallega, es la ley 2/2006, de 14 de junio, LDCG, la que
regula el fenómeno sucesorio en la comunidad, en los artículos 209 a 227. De nuevo
esta ley no realiza una definición de pacto o contrato sucesorio. Sí señala, sin embargo,
los pactos admitidos por el derecho civil gallego: los de mejora (artículos 214 a 218), el
de mejora de labrar y poseer (artículos 219 a 223) y la “apartación” (artículos 224-227).
Es curioso que, aunque la regla general a la hora de otorgar testamento o pactos en otros
ordenamientos sea el carácter personalísimo86
, el artículo 212 LCDCG indica que “será
admisible el otorgamiento de los pactos sucesorios por poder que, teniendo carácter
especial, contenga los elementos esenciales del negocio sucesorio”. Siendo clara la
aceptación del poder especial que representaría al otorgante, no queda claro en el
artículo a que se refiere la norma con “elementos esenciales” del negocio87
.
Sobre los pactos admitidos, los caracteres más esenciales de los mismos se pueden
resumir en:
1) Pactos de Mejora: pacto de carácter institutivo. La denominación podría llevar
fácilmente a confusión, ya que no se trata de la mejora en sentido del Código
85
RIVAS MARTÍNEZ, J.J., op. cit. pág. 2775. 86
Artículo 670 CC; 379 CDFA; 413-7.3 CCCat, con la excepción de la persona otorgante pero no
causante, que admite el poder especial. 87
GARCÍA RUBIO, M.P., HERRERO OVIEDO, M., op. cit. pág. 1294, que desgrana las diferencias, ya
que el entendimiento de los caracteres esenciales de un modo u otro significaría el mayor o menor margen
de actuación del apoderado: “REBOLLEDO VARELA realiza una interpretación amplia de estos
elementos esenciales de forma que deja un estrecho ámbito de decisión al apoderado, así para este autor
serán elementos esenciales la determinación de los bienes concretos a los que afecta el pacto, si se
conservan o no facultades de disposición, supuestos de revocación. Otra postura es la mantenida por
aquellos que […] concluyen que le contenido del poder “quedaría reducido a aquellos elementos lo
alterables por voluntad de las partes” […], lo que en sede de pactos sucesorios se traduce en la posibilidad
de que el apoderado decida sobre aquellos extremos respecto de los cuales el régimen legal tiene carácter
dispositivo”, en el mismo sentido RIVAS MARTÍNEZ, J.J., op. cit. pág. 2831, que no ve problema en
dejar un margen para que se determine a posteriori, según las reglas dadas por el mismo apoderado.
[LOS PACTOS SUCESORIOS: HACIA UNA REFORMA DEL CÓDIGO CIVIL] MARÍA DÍEZ ARNÁIZ
Página 33
Civil, sino de un pacto por el que un ascendiente instituye sucesores a sus
descendientes sobre unos bienes concretos (Art. 214). Se limita así tanto a los
otorgantes como el objeto del pacto. No indica, sin embargo, el momento en el
que los bienes pasan a ser del instituido, por lo que cabe la doble posibilidad de
que sea aplazado al momento de la muerte, de entrega inmediata o una fórmula
mixta. Es importante esta distinción en cuanto el disponente podrá, o no,
disponer de los bienes: parece sensato pensar que si la entrega está diferida a un
momento en el tiempo posterior, quepa la posibilidad de que el causante se
pueda reservar ciertos bienes; no así si la entrega ha sido ya realizada, en cuyo
caso el artículo 217.4 LCDCG acepta la disposición, pero solo onerosa.
Añade el código las causas de ineficacia que en general se repiten en todos los
sistemas que aceptan y regulan este tipo de pactos aunque con una excepción:
incluye la LDCG como causa de ineficacia de los pactos la premoriencia del
mejorado (del instituido, art. 218.2º), salvo que se haya indicado lo contrario en
el pacto o haya habido, de las dos modalidades indicadas, una entrega de bienes
anterior a la muerte del mejorado. Aunque no todos los autores están de acuerdo
con la inclusión de este tipo de ineficacia por la ley88
, también es cierto que
siendo un contrato, es voluntad de los contratantes celebrar el pacto entre ellos y
solo entre ellos, y sin haber incluido la disposición de que la premoriencia no
entra en juego, parece sensato pensar que no entraba dentro de la voluntad de los
otorgantes que los efectos del pacto pudieran pasar a los herederos del mejorado.
2) Mejora de labrar y poseer: tradicional en Galicia, es un pacto con un claro uso
agrario, aunque hoy en día se ha extendido a otros ámbitos (empresa comercial,
fabril, etc.). Es ésta una figura de carácter familiar (Art. 219 LDCG), ya que solo
funciona entre ascendientes y descendientes. Puede definirse como pacto
institutivo por el cual el designado recibirá la explotación a título de heredero si
no se dispone lo contrario, respetando la legítima, de forma que tendrá que
abonar en metálico lo que no se haya satisfecho al resto de herederos. Se regula
en los artículos 219 a 223 LCDCG, regulación escasa que parece completarse en
lo no previsto con lo indicado en los artículos anteriores por el pacto de 88
GARCÍA RUBIO, M.P., HERRERO OVIEDO, M., op. cit. pág. 1299, que se basa en la expectativa
reforzada del mejorado ya adquirida, y que en todo caso debería ser incluida o no según la voluntad de los
otorgantes del pacto. RIVAS MARTÍNEZ, J.J., op. cit. pág. 2838 indica que al ser la naturaleza de los
pactos sucesorios un negocio mortis causa del causante, la no llegada del mejorado a ese momento hace
que no se pueda llegar a la consumación.
[LOS PACTOS SUCESORIOS: HACIA UNA REFORMA DEL CÓDIGO CIVIL] MARÍA DÍEZ ARNÁIZ
Página 34
mejora89
. Cabe destacar de este tipo de pactos que los otorgantes solo podrán
ser, a la luz del art. 219 LDCG, entre un solo causante y un solo descendiente
del mismo, lo cual tiene sentido por el fin de la norma: preservar la unidad de la
explotación agraria o comercio (principio que queda claro en el art. 221). Por
último, de nuevo regula la norma ciertas causas de revocabilidad que se remiten
a los pactos de mejora, añadiendo una única causa más: el abandono en vida del
causante por parte del mejorado de aquello que se le dejó, al menos durante dos
años. Especifica el código que el abandono ha de ser “total y sin justa causa”
delimitando así las características de este abandono y por tanto, causa de
ineficacia.
3) Apartación90
: único pacto de renuncia admitido en el Derecho Civil de Galicia91
,
cuyos efectos son los de excluir al apartado irrevocablemente de la condición de
heredero forzoso, a cambio de bienes que le son adjudicados (artículo 224
LDCG). Incluso, el artículo 226 permite a los otorgantes excluir de esta
condición también de la futura sucesión intestada. Se trata éste del pacto más
genuino de Galicia92
, sin embargo se produce un debate sobre si es realmente
una renuncia o una recepción de la misma antes de tiempo93
, sobre lo que cabe
decir que se pone un precio a la renuncia, pero en ningún momento se estima
que sea el precio “justo” de la legítima lo que se fuera a pagar.
A éstos se añaden otros pactos incluidos en el LDCG (ya fuera del Capítulo III que
regula “Los pactos contractuales”), como puede ser la constitución del usufructo
voluntario del cónyuge viudo, más residual, aunque con la particularidad de que, al ser
un pacto unido a la condición de cónyuge, una vez disuelta esta condición también
podrá ser revocado este tipo de pactos (Art. 228)94
.
89
GARCÍA RUBIO, M.P., HERRERO OVIEDO, M., op. cit. pág. 1302. 90
Existe sobre la denominación una problemática sobre el incorrecto uso de “apartación” GARCÍA
RUBIO, M.P., HERRERO OVIEDO, M., op. cit. pág. 1307 que indica que la versión correcta es
“apartamiento”, y en su versión gallega “apartamento”, que sí se adopta en la versión gallega de la ley
2/2006, pero que erróneamente no se adopta en la versión castellana de la misma. También RIVAS
MARTÍNEZ, J.J., op. cit. pág. 2844 utiliza el término apartamiento, si bien como sinónimo de apartación. 91
RODRÍGUEZ-URÍA SUÁREZ, I., Ley aplicable a los pactos sucesorios cit. pág. 80. 92
SÁNCHEZ ARISTI, R., Propuesta para…, cit. pág. 488; GARCÍA RUBIO, M.P., HERRERO
OVIEDO, M., op. cit. pág. 1307: que indica que la explicación a la admisión viene de los fenómenos
migratorios, tan comunes en Galicia: el dinero que el apartado recibía por renunciar a la legítima era lo
que le permitía emigrar o establecerse al margen del patrimonio familiar. 93
GARCÍA RUBIO, M.P., HERRERO OVIEDO, M., op. cit. pág. 1309. 94
ESPEJO LERDO DE TEJADA, M., op. cit. pág. 90, pie de página 177.
[LOS PACTOS SUCESORIOS: HACIA UNA REFORMA DEL CÓDIGO CIVIL] MARÍA DÍEZ ARNÁIZ
Página 35
6.1.4.- Islas Baleares.
Será en la compilación de Derecho Civil de las Illes Balears95
donde se regula el
Derecho de sucesiones con una particularidad que compartirá con la Comunidad
autónoma del País Vasco: la norma divide su legislación por islas, dedicando el Libro I
a la regulación para Mallorca, el Libro III para Ibiza y Formentera, e incluyendo
asimismo una excepción para la Isla de Menorca en materia de pactos sucesorios.
Y es que, si bien el artículo 6 del Libro I y también el 69 CDCIB indican que la
sucesión se defiere por testamento, por ley y por los contratos regulaos en dichos libros,
ello es excluido en el artículo 65 para Menorca, exceptuando la aplicación de los pactos
contractuales por exclusión de los artículos 6 y 7. Nos encontramos con la única región
de las Comunidades Autónomas con potestad para regular el Derecho Civil que
contiene una negación sin excepciones para realizar pactos contractuales. Supera
incluso a la prohibición del Código Civil español, al no incluir excepción alguna.
Comenzando por el régimen aplicable para Mallorca (del que Ibiza y Formentera no se
separan en exceso), dos son los pactos admitidos, recordando que suponen un numerus
clausus puesto que sólo los admitidos por la ley son permitidos:
1) Donación universal (arts. 8 a 13): a pesar de su denominación, el propio artículo
8 configura al instituido por donación universal como “heredero contractual”96
.
Cabe destacar en esta regulación que, en caso de premoriencia del instituido, se
permite la transmisión de la posición a sus herederos (art. 8 CDCIB). Igualmente
indica que, tras la muerte del causante, los efectos son inmediatos, de forma que
el instituido por pacto de donación universal no necesita aceptación, pero
tampoco puede repudiarla, si bien puede valerse del mecanismo del beneficio de
inventario.
En cuanto a las formalidades, se exige para ello escritura pública, sin ser
necesaria la presencia de los otorgantes, pudiendo realizarlo por poder de
carácter especial (art. 12), separándose así de la regla general de considerar este
tipo de acto como personalísimo. La ley 3/2009, de 27 de abril, de modificación
de la CDCIB incluye un importante matiz sobre las causas de revocación, y es
95
Real Decreto Legislativo 79/1990, de 6 de septiembre. 96
RIVAS MARTÍNEZ, J.J., op. cit. pág. 2797.
[LOS PACTOS SUCESORIOS: HACIA UNA REFORMA DEL CÓDIGO CIVIL] MARÍA DÍEZ ARNÁIZ
Página 36
que solo permite revocar al donante, no al donatario (art. 8.2 CDCIB). Esta
limitación es única en el derecho de los pactos sucesorios, ya que generalmente
el juego de la autonomía de la voluntad permite actuar a ambos otorgantes. Otra
cuestión es el supuesto especial de preterición de un legitimario97
, que según el
artículo 8 no dejará sin efecto la donación, sin perjuicio de que los preteridos
puedan reclamar su legítima.
2) Definición (arts. 50 y 51 CDCIB): pacto de non succedendo o renuncia que
pueden realizar descendientes, legitimarios y emancipados. Sobre esto, refiere el
CDCIB sobre el silencio ante el quantum que si nada se dice, se habrá referido a
la legítima (Art. 50), por lo que podrá ser llamado el renunciante por concepto
distinto. Llama la atención la previsión del art. 50 párrafo tercero, que indica que
el cambio de vecindad civil no afectará a la validez de dicho pacto. Ello tiene
sentido en evitar el fraude de dejar sin efecto a posteriori por el mero cambio, lo
que supondría de hecho un modo de revocabilidad unilateral.
Mucho más amplio es el margen de validez que da la regulación en los artículos 72 a 77
para los territorios de Ibiza y Formentera. Las principales características de esta
regulación se pueden sintetizar98
:
1) Contempla una gran variedad de pactos sucesorios: regulados en los arts. 73 a 77
establece una clasificación:
a. Pactos de institución (arts. 73 a 76).
i. Con transmisión actual de bienes.
ii. Sin transmisión de bienes.
b. Pactos de renuncia o finiquito (art. 77).
2) Establece un único requisito en el artículo 72.1 CDCIB: la necesidad de
formalizar el pacto o contrato sucesorio en escritura pública.
3) Libertad de pacto: el art. 72.2 proclama que los pactos sucesorios podrán
contemplar cualesquiera disposiciones mortis causa.
97
RIVAS MARTÍNEZ, J.J., op. cit. pág. 2804. 98
FERRER VANRELL, M.P., CARDONA GUASH, O.P., “Los pactos sucesorios en la Compilación de
Derecho Civil de las Illes Balears”, GETE-ALONSO Y CALERA, M.C. (Dir.), Tratado de Derecho de
Sucesiones, Civitas, Pamplona, 2011, pág. 1417 y ss.
[LOS PACTOS SUCESORIOS: HACIA UNA REFORMA DEL CÓDIGO CIVIL] MARÍA DÍEZ ARNÁIZ
Página 37
Es esta última disposición la que hace que en Ibiza y Formentera el régimen sea amplio
en la admisión de los pactos sucesorios, contrastando fuertemente con el régimen para
Menorca.
6.1.5.- País Vasco.
Al igual que ocurre en la regulación de las Islas Baleares, el País Vasco divide su
regulación, recogida en la Ley 3/1992, de 1 de julio, de Derecho Civil Foral del País
Vasco, entre los territorios que conforman la Comunidad Autónoma.
Así, los pactos sucesorios quedan regulados y admitidos aunque con restricciones en los
artículos 74 a 83 para los territorios De Bizcaia y Llodio y Aramaio (art. 146 LDF), el
artículo 134 para el Fuero de Ayala y para Guipúzkoa, una institución singular llamada
“caserío guipuzcoano”, cuya regulación se redactó de nuevo en la Ley del Parlamento
Vasco 3/1999, de 26 de noviembre, incluyendo la regulación de los pactos sucesorios en
los artículo 179 a 188 LDCFV. Además de todo ello, hay áreas excluidas de la
aplicación de esta regulación en el que se aplica el Código civil99
.
Uno de los problemas que esta ley tiene es que sobre los pactos sucesorios ninguna de
las tres regulaciones de los territorios recoge la capacidad para otorgar pacto sucesorio.
La integración ante problemas de lagunas, en principio, habrá de realizarse con la
jurisprudencia del País Vasco y con la naturaleza del propio pacto100
, ya que a pesar de
la previsión en el artículo 3 de la aplicación subsidiaria del Código Civil, ésta no puede
darse al no estar admitidos los pactos en el Derecho civil común.
En cuanto a los pactos contractuales reconocidos, como caracteres generales, reconoce
la Ley Foral la posibilidad de los “pactos de designación de sucesor en bienes, a título
universal o particular”, es decir, los pacta de succedendo, de institución de heredero o
legado. No reconoce, en cambio los pactos de renuncia ni, por tanto, los pactos
dispositivos101
. En la tipología de pactos institutivos, cabe diferenciar entre la
institución a favor del contratante, tanto en institución de presente como con eficacia
99
CÁMARA LAPUENTE, S., Freedom of Testation… cit. pág. 273, pie de página 4. 100
LANDER FERNÁNDEZ, N., “El régimen sucesorio de la Comunidad Autónoma del País Vasco”,
GIMENO, J.L., RAJOY BREY, E., Regímenes económico-matrimoniales y Sucesiones. Derecho Común,
Foral y Especial , Tomo II, Civitas, Pamplona, 2008, pág. 1335. 101
RIVAS MARTÍNEZ, J.J., op. cit. pág. 2822.
[LOS PACTOS SUCESORIOS: HACIA UNA REFORMA DEL CÓDIGO CIVIL] MARÍA DÍEZ ARNÁIZ
Página 38
post-mortem, y las donaciones, que en este caso se considera pacto sucesorio salvo
estipulación en contrario102
.
Por último cabe indicar que, en general, se establecen ciertas causas de modificación y
resolución, ya que el artículo 75.2 LDCFV reconoce la irrevocabilidad salvo
modificación o revocación conjunta o causas establecidas por las partes. Sin embargo,
llama la atención una de las causa, establecida en el artículo 80 LDCFV, por la cual la
designación sucesoria se resolverá por fallecimiento del instituido sin que dejare
descendencia, lo cual no puede dejar de llamar la atención, por cuanto establece una
causa legal no de premoriencia simple, sino condicionada a la no existencia de
descendencia, teniendo como efecto la reversión de los bienes recibidos por el instituido
en favor de instituyentes (o de una persona designada por éstos)103
.
6.1.6.- Navarra.
Se cierra este apartado de los Derechos Autonómicos españoles con el territorio que
más amplitud da a su validez104
, en su regulación en el Título IV del Libro II de la ley
1/1973, de 1 de marzo, por la que se aprueba la Compilación de Derecho Civil Foral de
Navarra o Fuero Nuevo, en los leyes 172 a 183. Destacando que es la regulación con
antecedentes más antiguos de las que existen en los territorios forales, sin embargo es la
única que admite ampliamente los tres tipos de pactos sucesorios.
Muy importante en esta ley la importancia la unidad de la familia105
, son los pactos
sucesorios uno de los cauces que el FN utiliza para ello. Establecidos en la Ley 172 FN
como “Por pacto sucesorio se puede establecer, modificar, extinguir o renunciar
derechos de sucesión mortis causa de una herencia o parte de ella, en vida del causante
de la misma. Cuando estos actos impliquen cesión de tales derechos a un tercero será
necesario el consentimiento del causante”.
102
RIVAS MARTÍNEZ, J.J., op. cit. pág. 2824; LANDER FERNÁNDEZ, N., op. cit. pág. 1338. 103
LANDER FERNÁNDEZ, N., op. cit. pág. 1494. 104
GIMENO Y GÓMEZ-LAFUENTE, J.L., “El régimen sucesorio de la Comunidad Foral de Navarra”,
GIMENO, J.L., RAJOY BREY, E., Regímenes económico-matrimoniales y Sucesiones. Derecho Común,
Foral y Especial , Tomo II, Civitas, Pamplona, 2008, pág. 1255. 105
LUQUIN BERGARECHE, R., “Pactos sucesorios en Navarra”, GETE-ALONSO Y CALERA, M.C.
(Dir.), Tratado de Derecho de Sucesiones, Civitas, Pamplona, 2011, pág. 1436, que indica todo un elenco
de figuras en Derecho Civil de Navarra propias fundadas en la “prevalencia del elemento familiar”, como
son la Casa, los Parientes Mayores, la troncalidad, etc.
[LOS PACTOS SUCESORIOS: HACIA UNA REFORMA DEL CÓDIGO CIVIL] MARÍA DÍEZ ARNÁIZ
Página 39
Así, pueden incluirse dentro de la categoría de pactos o contratos sucesorios admitidos
en Navarra los siguientes:
1) Pactos de institución: regulados en las leyes 177 a 183 FN responden a las
características más usuales: un negocio jurídico mortis causa, sobre una
sucesión futura mediante acto bilateral o multilateral (no se restringe su
legitimación), esencialmente irrevocable excepto por los supuestos regulados
(leyes 182, 118, 115,7 y 81 FN), que necesariamente ha de formalizarse en
escritura pública (ley 174 FN).
2) Pactos de renuncia: destaca su no regulación específica en el Título IV, aunque
serán leyes que regulan la sucesión en general las que permitan la validez de este
tipo de pactos, como pueden ser la posibilidad de autoexclusión de la sucesión
legal (leyes 155, 156 y 301 FN) y las que se refieren a la renuncia al usufructo
de fidelidad (leyes 253 y 264.5 FN). Así, se permite renunciar de forma amplia a
cualquier llamamiento de herencia o legado, incluida la legal. Destaca en este
punto la renuncia a la legítima de la que surgen dudas: al ser la legítima en
Navarra puramente formal106
no parece tener sentido su renuncia. Sin embargo,
sí la tiene tras la muerte del causante, cuando el no nombrado puede impugnar el
testamento por preterición, lo que llevaría a un proceso complejo para entender
la voluntad del causante y del documento de ordenación de la sucesión, cosa que
queda cerrada con la posibilidad de incorporar su renuncia107
.
3) Pactos dispositivos de la herencia de un tercero: lo más excepcional sin duda de
esta regulación, que admite estos pactos que no son regulados en ningún otro
ordenamiento autonómico, se encuentra en la ley 172 al incluir a un tercero
como causante de la herencia de la que se trate. Se exige, sin embargo, en el
apartado segundo, al menos el consentimiento expreso del mismo, pero no su
participación en el pacto108
.
Se completa la regulación de los pactos con las previsiones sobre la delegación,
formalidades, etc., vistas ya en otros Derechos autonómicos, carentes pues de novedad
106
Ley 267 exige “cinco sueldos febles o carlines por bienes muebles y una robada de tierra en los montes
comunales por inmuebles”. 107
LUQUIN BERGARECHE, R. op. cit. 1445. 108
GARCÍA-GRANERO FERNÁNDEZ, J., “Artículo 172”, ALABARDEJO , M., DÍAZ ALABART, S.,
Comentarios al Código Civil y Compilaciones Forales. TOMO XXXVII, Revista de Derecho Privado,
Edersa, Madrid, 1998, págs. 139-140. LUQUIN BERGARECHE, R. op. cit.1448.
[LOS PACTOS SUCESORIOS: HACIA UNA REFORMA DEL CÓDIGO CIVIL] MARÍA DÍEZ ARNÁIZ
Página 40
para esta exposición, la cual constituye la amplitud de posibilidades de pactos, cuyo
contenido puede ser amplísimo109
, que el Derecho Navarro admite.
6.2.- Los pactos sucesorios en el Extranjero.
Para acercarnos al estudio de la figura de los pactos sucesorios en el extranjero se hace
necesario, en primer lugar, limitar el objeto de estudio. Este trabajo se limitará a poner
de relieve cada una de las posturas de los más importantes referentes legislativos, a
saber, de las posturas permisiva absoluta, abolitiva y mixta (vid. infra. Comienzo del
epígrafe 6), centrándonos en Europa. También es necesario mencionar, en el ámbito de
la Unión Europea, los esfuerzos que a nivel supraestatal se están haciendo para lograr
que la figura sea admitida o, al menos, no sea rechazada su eficacia cuando procede de
un estado permisivo y tiene que surtir efectos en uno prohibitivo o mixto, en todos los
Derechos nacionales europeos, sobre todo por la Comisión Europea.
En Europa, son cada vez más las evoluciones que se observan en las legislaciones
nacionales en favor de la aceptación de los pactos sucesorios. Sin embargo, ello aún no
es completo, por lo que podemos establecer diferencias, clasificando los distintos
sistemas según sea su aceptación plena, su postura abolitiva total o una mixta.
6.2.1.- Postura permisiva absoluta.
Enclavados en los países de tradición germánica110
, son los países en los que los
contratos sucesorios se encuentran admitidos y tienen una regulación amplia (al menos
en cuanto a los tipos instituivo y de renuncia). Se encuentran en este grupo Alemania,
Suiza y Austria, siendo el primero el paradigma de la admisión de la sucesión
contractual111
.
En Alemania, es el BGB (Bürgerliches Gesetzbuch) aprobado en 1895 la norma que
regula en los artículos 2274 a 2302 y 2346 a 2352 los pactos contractuales (cuyo
número de artículos supera ampliamente a cualquier regulación vista hasta ahora).
Partimos en este país del predominio en materia de sucesiones de la predominancia de la
109
GIMENO Y GÓMEZ-LAFUENTE, J.L., op. cit. 1256. 110
ROCA SASTRE, R.M., op. cit., pág. 397. 111
GARCÍA HERREROS, op. cit. pág. 117, considerándolo ya en 1902, al caracterizar al sistema alemán
como “el más avanzado en este punto”.
[LOS PACTOS SUCESORIOS: HACIA UNA REFORMA DEL CÓDIGO CIVIL] MARÍA DÍEZ ARNÁIZ
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autonomía privada, con la concreción en el principio de la libertad de testar, lo que lleva
inexorablemente a la aceptación de mayores cauces formales de testar112
.
A diferencia de sistemas en materia de pactos contractuales como el del Código Civil
español, el BGB admite el contrato sucesorio en su artículo 1941 de la siguiente forma:
“El causante puede nombrar heredero, conceder legados e imponer cargas por contrato.
Tanto la otra parte contratante como un tercero pueden ser nombrados herederos”. Así,
queda patente que es la voluntad del testador la ley de la sucesión, de la cual también
depende la interpretación de las disposiciones en el contrato establecidas. Se regulan
dos tipos de contratos sucesorios: el institutivo o Erbvertrag y el de renuncia o
Erbverzicht.
El pacto institutivo o Erbvertrag se regula en los artículos 2274 a 2302 y, a diferencia
de algunos sistemas autonómicos españoles, este tipo de pactos solo pueden tener
efectos tras la muerte del causante (no existe entonces la posibilidad de la entrega de
bienes antes de la muerte del causante o en el mismo momento de la formalización del
contrato sucesorio). El art. 2276 apartado primero contiene sus características formales,
en tanto ha de otorgarse en escritura pública con la presencia simultánea de ambas
partes. Prohíbe así el BGB la representación de los otorgantes para realizar contratos
sucesorios.
También con distintos puntos de vista en las regulaciones se encuentra la libertad de
disposición del causante antes de su fallecimiento. La posición alemana se inclina a no
limitar en modo alguno la libertad de disposición del causante (2286 BGB), si bien la
donación de alguno de los objetos que se incluían en el contrato con el fin de perjudicar
el pacto sucesorio tendrá como consecuencia que el otorgante afectado podrá denunciar
su realización en el plazo de tres años, aplicando las reglas del enriquecimiento injusto
(2287 BGB); del mismo modo se tendría que restituir el valor del objeto en caso de
destrucción con voluntad de perjudicar (2288 BGB)113
.
Respecto a la revocación, también está vinculado al contrato, puesto que se indica que
no hay causas de revocación unilateral salvo en dos excepciones: que el causante se
haya reservado la facultad de revocarlo en el propio contrato y que las causas sean
112
RÖTHEL, A., El Derecho de Sucesiones y la legítima en el Derecho Alemán, Bosch, Barcelona, 2005,
pág. 14-15, representado por los artículos 1937 o 1941, y 2084. 113
GARCÍA HERREROS, op. cit. pág. 118.
[LOS PACTOS SUCESORIOS: HACIA UNA REFORMA DEL CÓDIGO CIVIL] MARÍA DÍEZ ARNÁIZ
Página 42
justificadas114
(en cuyo caso sí existe la revocación unilateral, art. 2293 BGB) o que el
causante esté legitimado legalmente, es decir, se cumplan las condiciones establecidas
en los artículos 2294 (de ofensas que permitirían al causante la desheredación) y 2295
BGB (si se invalida la contraprestación). Asimismo, el pacto sucesorio revoca toda
disposición anterior, y las posteriores quedan sin efecto si contradicen lo estipulado en
ellos (2289 BGB).
El otro tipo de pacto contractual, el de renuncia o Erbverzicht se regula en los artículos
2346 a 2352. Así, los parientes o cónyuge quedan excluidos de la sucesión del
causante, indicando el BGB que decae incluso el derecho a la legítima115
.
A pesar de esta regulación, llama la atención que cierra el BGB el apartado los pactos
instituitivos con el artículo 2302 que incluye una excepción a la general validez:
aquellos contratos en los que el causante prometa realizar el testamento de una
determinada forma. No parece haber motivo obvio para esta prohibición, sobre las que
puede haber varias teorías, aunque si bien la más plausible hace pensar que la exclusión
supone una forma de indicar que son solo los pactos contractuales codificados en el
BGB los que se admiten, suponiendo así un sistema numerus clausus 116
.
Se incluye en este apartado también Suiza que en el art. 494 de su Código civil el que
admite, con carácter general, que una persona se obligue mediante pacto sucesorio a
dejar su herencia o un legado, bien a su contraparte contractual, bien a un tercero117
. Al
igual que el BGB alemán, la disposición de los bienes queda supeditada a no perjudicar
el contrato sucesorio. Llama la atención en el artículo 514 del Código civil suizo que
una de las causas de rescisión sea la de no haber prestado garantía y seguridad
convenida118
. A todo ello se añade también la regulación en el artículo 495 de los pactos
de renuncia, que se distingue según sea onerosa o gratuita. Sin embargo, al igual que el
Derecho alemán, se sanciona por el Alto tribunal federal (en Sentencia de 2 de
diciembre de 1982) la prohibición de constituir en pacto la promesa de redactar el
testamento en determinada manera o con determinado contenido, dado que ello lesiona
114
ROTHEL, op. cit. 43. 115
Contra ello se declara GARCÍA HERREROS, op. cit. pág. 121. 116
Según opinion de Gerd. J van Venrooy en cita a pie BRAUN, A., “Formal and Informal Testamentary
Promises. A Historical and Comparative Perspective”, ZIMMERMAN, R., The Rabel Journal of
Comparative and International Private Law, Mohr Siebeck, Tübingen, 2012, págs. 1000-1001. 117
SÁNCHEZ ARISTI, R., Propuesta para…, cit. pág. 489. 118
MARTÍN RETORTILLO, C., op. cit. pág. 58.
[LOS PACTOS SUCESORIOS: HACIA UNA REFORMA DEL CÓDIGO CIVIL] MARÍA DÍEZ ARNÁIZ
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la capacidad de disponer, que es una parte esencial de la capacidad de obrar (aunque
ello discutible)119
.
Y por último cabe mencionar en este apartado a Portugal que, si bien tiene como
España, una tradición romana, se inclina en esta materia por la postura germanista120
,
admitiendo en los artículos 1700 y siguientes de su Código civil los pactos realizados
mediante convenciones antenupciales. Cabe destacar que, sobre la disposición de
bienes, establece el artículo 1701.1 y 2 que en caso de “grave necesidad”, puede el
instituyente enajenar los bienes donados con previa autorización del donatario, si bien
conserva éste la condición de legatario del valor que tendrían los bienes donados en el
momento de fallecer el instituyente121
.
6.2.2.- Posturas abolicionista y mixta.
El motivo de realizar el estudio de ambas posturas es que, tras la Recomendación de la
Comisión Europea (vid. infra. 6.2.3.) se ha producido un importante replanteamiento o
revisión de la prohibición general de los pactos sucesorios de los países que
tradicionalmente no admitían en su ordenamiento los pactos sucesorios. Ello, ha
ocurrido ya en España con un giro en la orientación de la doctrina,122
aunque no en la
legislación, que aboga por una modificación de la regla prohibitiva del Código Civil
español, y también en Francia e Italia, siendo este último el país referente en cuanto a la
prohibición123
.
Aunque en un inicio el Code francés se situó en la prohibición de los pactos sucesorios,
en consonancia con un sistema muy estricto de legítimas124
, en la redacción del art.
1130. II prohíbe todo tipo de pacto125
. Sin embargo, se producirá en 2006 la reforma
119
DUTOIT, B., “Crónica del Derecho Suizo de 1982” 120
MARÍN PADILLA, M.L., op. cit. pág. 183, que ya en 1446 sus Ordenações Alfonsinas refieren. 121
SÁNCHEZ ARISTI, R., Propuesta para…, cit. pág. 490. 122
GARCÍA HERREROS, op. cit. págs. 141-149; VALLET DE GOYTISOLO, J., op. cit. pág. 1033;
LACRUZ BERDEJO, J.L., Derecho de sucesiones…, cit. pág. 292; SÁNCHEZ ARISTI, Dos
alternativas…, cit., pág. 5; GARCÍA RUBIO, M.P., HERRERO OVIEDO, M., op. cit. pág. 1285, RIVAS
MARTÍNEZ, J.J., op. cit. pág. 2767. 123
Como se comprueba en ZACCARIA, A., Perfiles del Derecho Italiano de Sucesiones, Bosch,
Barcelona, 2008. 124
MAGARIÑOS BLANCO, op.cit. pág. 10; RODRÍGUEZ-URÍA SUÁREZ, I., Ley aplicable a los
pactos sucesorios cit. pág. 84. Ello tenía fundamento en evitar la transmisión integral de grandes
patrimonios y el consiguiente daño a la igualdad entre herederos. 125
ROMERO CANDAU, P.A., op. cit. pág. 184, en el que transcribe la traducción de este artículo que en
su apartado segundo indica: “Sin embargo, no se puede renunciar a una sucesión no abierta, ni tampoco
[LOS PACTOS SUCESORIOS: HACIA UNA REFORMA DEL CÓDIGO CIVIL] MARÍA DÍEZ ARNÁIZ
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hacia la admisión de ciertos casos de pactos sucesorios, en la ley 2006-728, de 23 de
junio126
: se incluye en la figura de la donation-partage nueva legitimación para
personas fuera de la línea de ascendientes y descendientes, ampliándolo a todos aquellos
que podrían ser herederos ab intestato. Además, se crea una nueva figura, la
denominada donation-partage transgénérationnelle, que puede considerarse un pacto de
renuncia127
, en cuanto permite un salto generacional, ya que el causante puede “saltarse”
a sus hijos aún vivos para dejar la herencia a los nietos. Supone así la renuncia implícita
de los hijos en favor de los nietos. Por último, se admite la posibilidad en los artículos
929-930 de renunciar a la acción de reducción, constituyendo de nuevo una excepción a
la renuncia de la herencia futura. Todas estas reformas hacen que el sistema francés se
encuentre entre los sistemas mixtos: aunque admite algunos pactos, lo hace con reservas
y fuertes condicionantes de legitimación.
En el caso de Italia, es el artículo 468 de su Código Civil128
el que sanciona la nulidad
de todo tipo de pactos sucesorios. No será hasta 2006 cuando se promulgue una ley que
introduce una nueva figura el patto di famiglia, que permite en el artículo 768 bis al
empresario (o al titular de participaciones sociales) realizar una transmisión de su
empresa o participación, en todo o en parte, a uno o varios descendientes. De nuevo, nos
encontramos con importantes restricciones de legitimación, ya que los beneficiarios de
la transmisión han de ser necesariamente legitimarios del disponente en caso de que se
abriera la sucesión, debe compensar en metálico al resto de legitimarios y lo recibido no
es objeto de colación o reducción.
Siendo en Francia mucho más amplia la extensión de excepciones, en Italia se puede ver
como, aunque tardíamente también, se ha avanzado hacia la admisión de pactos
sucesorios, lo que reduce considerablemente la existencia de países en los que la
prohibición es absoluta.
hacer estipulaciones de ninguna clase sobre estas sucesiones, aun con el consentimiento de la persona
cuya sucesión se trata”. 126
RODRÍGUEZ-URÍA SUÁREZ, I., Ley aplicable a los pactos sucesorios cit. pág. 84. 127
BRAUN, A., Testamentary freedom…, cit. 70. 128
“Es nula toda convención por la que se disponga de la propia sucesión. Es asimismo nulo todo acto por
el que disponga de los derechos que puedan esperarse sobre una sucesión todavía no abierta, o se renuncie
a los mismos” 128
SÁNCHEZ ARISTI, R., Dos alternativas…, cit. pág. 43.
[LOS PACTOS SUCESORIOS: HACIA UNA REFORMA DEL CÓDIGO CIVIL] MARÍA DÍEZ ARNÁIZ
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6.2.3.- Los pactos sucesorios en la Unión Europea.
La vocación de aproximación legislativa que en los últimos años está desarrollándose en
la Unión Europea lleva a preguntar si no sería posible o deseable tal unión en el ámbito
del Derecho de sucesiones. Y a la vista de una regulación tan distinta, incluso en el seno
de un mismo país (como supone la legislación de las Comunidades Autónomas
españolas) parece difícil que ello ocurra. Y es que las diferencias histórico-sociales-
culturales, de formalismos e, incluso, de estructura técnica en cuanto al fenómeno
sucesorio hacen muy difícil una norma de derecho comunitario129
.
El fenómeno sucesorio adquiere cada vez más importancia, no solo por su contenido
patrimonial, sino también por sus efectos en más de un territorio. Y ello puede deberse a
las cifras: en la Unión Europea mueren cada día cuatro millones y medio de personas,
de las cuales un 10% tienen efectos extrafronterizos de un solo país130
. Por ello, la
Comisión ha tenido un importante papel a la hora de realizar sugerencias a los países
sobre el tema de los pactos contractuales.
El primer documento a destacar es la Recomendación de la Comisión de 1994, en la que
invitaba a los países miembros a tomar medidas para facilitar la transmisión de
pequeñas y medianas empresas131
. Señala ésta la importancia de que el empresario tenga
claro en la ordenación de la sucesión la pervivencia de la empresa unificada, para poder
así asegurar la continuidad de las empresas, que no suelen sobrevivir a las
generaciones132
, y que para ello sean los países los que provean de los instrumentos
legales necesarios para que esa transmisión sucesoria pueda llevarse a cabo133
.
En 1997 publica la Comisión una Comunicación en la que se recogen los resultados del
Foro europeo sobre transmisión de empresas, celebrado en Lille en 1997: se pone sobre
129
CÁMARA LAPUENTE, S., “¿Derecho europeo de Sucesiones? Un apunte”, CÁMARA LAPUENTE,
S. (Coord.), Derecho Privado Europeo, Madrid, 2003. 130
PINTERS, W., “Need and Opportunity of Convergence in European Succession Laws”, ANDERSON,
M., ARROYO I AMAYUELAS, E., The Law of Succesion: Testamentary Freedom. European
Perspectives, Europa Law Publishing, Groningen, 2011, pág. 5. 131
Recomendación de la Comisión, de 7 de diciembre de 1994, sobre la transmisión de pequeñas y
medianas empresas, publicado en el DOUE L 385 de 31 de diciembre de 1994, págs. 14-17. 132
NAVAS NAVARRO, S., “Freedom of Testation versus Freedom to enter into Succession: Agreements
and transaction costs”, ARROYO I AMAYUELAS, E., The Law of Succesion, cit. pág.112, indica que:
“If we look now at generational change, we see that only 65% of companies are passed on the first
generation of successors; 26% make it to the second; 9% to the third, and just 1% make it through to the
fourth generation or beyond”. 133
RODRÍGUEZ-URÍA SUÁREZ, I., Ley aplicable a los pactos sucesorios cit. pág. 90-93, de la que se
referencia todo lo relativo a las Recomendaciones y Comunicaciones de la Comisión.
[LOS PACTOS SUCESORIOS: HACIA UNA REFORMA DEL CÓDIGO CIVIL] MARÍA DÍEZ ARNÁIZ
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la mesa las primeras reformas acontecidas en los países miembros y, a raíz de ello, se
lanzaron ideas para mejorar134
. Destaca la recomendación de poner en manos de los
empresarios los pactos de empresa en orden a la protección de la continuidad de las
empresas.
Sin embargo, el paso más grande lo da la regulación acontecida en el Reglamento de
sucesiones, Reglamento 650/2012 del Parlamento y del Consejo relativo a la
competencia, ley aplicable, reconocimiento y ejecución de las resoluciones, a la
aceptación y ejecución de los documentos públicos en materia de sucesiones y a la
creación de un certificado sucesorio europeo135
. El artículo 3.1. b del Reglamento136
define el pacto sucesorio y el artículo 25 el que regula la norma de conflicto aplicable,
de forma autónoma al resto de disposiciones mortis causa, a la sucesión ordenada
mediante pactos contractuales.
Aunque lejos de realizar avances en una regulación armonizada, podemos ver que son
constantes los esfuerzos de las instituciones europeas por fomentar la incorporación de
nuevos instrumentos (y, entre ellos, los pactos sucesorios) que amplíen la libertad
formal de testar, lo que sin duda lleva a cambios legislativos paulatinos en los países
miembros, que avanzan un paso más hacia la incorporación de estos instrumentos.
7.- Conclusiones.
Del estudio realizado acerca de los pactos sucesorios a lo largo del Trabajo de Fin de
Grado puedo extraer las siguientes conclusiones:
I. Debate en torno al concepto de pacto sucesorio. Existe un claro debate
doctrinal en cuanto a los caracteres esenciales del pacto sucesorio comenzando
por la propia denominación, pero en especial en lo referente a la irrevocabilidad
unilateral de los mismos, que se plasma tanto en la doctrina como en el
134
Comunicación de la Comisión sobre transmisión de las pequeñas y medianas empresas. DOUE C 93/2
de 28 de marzo de 1998. 135
Reglamento 650/2012, del Parlamento Europeo y el Consejo, de 4 de julio de 2012. DOUE 27 de julio
de 2012, que entra en vigor el 17 de agosto de 2015, a excepción de los artículos 77 a 81, que lo harán
con posterioridad. 136
RODRÍGUEZ-URÍA SUÁREZ, I., “La Ley aplicable a la sucesión mortis causa en el Reglamento
(UE) 650/2012”, Indret, Barcelona, 2013, pág. 25-26. El artículo 3.1.b define los pactos como: “todo
acuerdo, incluido el resultante de testamentos recíprocos, por el que se confieran, modifiquen o revoquen,
con o sin contraprestación, derechos relativos a la sucesión o las sucesiones futuras de una o más personas
que sean parte en dicho acuerdo”, prohibiendo así los pactos dispositivos sobre la herencia de un tercero.
[LOS PACTOS SUCESORIOS: HACIA UNA REFORMA DEL CÓDIGO CIVIL] MARÍA DÍEZ ARNÁIZ
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planteamiento de las distintas legislaciones. Sobre ello, es necesario realizar un
afianzamiento de la irrevocabilidad, regulando las posibles causas de revocación
cuidadosamente (por ejemplo, asimilándolas a las causas de desheredación).
II. Presencia en todos los ordenamientos. Aunque de manera irregular, la
presencia de la figura de los pactos sucesorios se produce en todos los
ordenamientos, aunque sea solo en forma de excepción a la regla general
prohibitiva. La tendencia de los sistemas jurídicos en los siglos XX y XXI es
avanzar hacia la admisión de los contratos sucesorios.
III. Extensión de la utilidad y legitimación desde los cónyuges y familiares
directos a terceras personas. A pesar de que en su origen los pactos
contractuales se ligaban a las capitulaciones matrimoniales y a pactos entre
ascendientes y descendientes en línea directa, las reformas amplían la
legitimación a terceras personas ajenas a los núcleos familiares.
IV. Amplia admisión de los pactos institutivos y de renuncia, prohibición
general de los pactos dispositivos. En la mayoría de ordenamientos (Derechos
Autonómicos con excepción de la isla de Menorca; Alemania, Suiza, Portugal y
Francia), los pactos de institución de heredero o legatario (institutivos) y
aquellos en los que una persona renuncia a sus derechos antes de la apertura de
la sucesión, son admitidos. Sin embargo, no sucede lo mismo con los pactos
dispositivos, en los que los otorgantes deciden sobre la herencia de un tercero,
ajeno al pacto, por suponer la disposición de herencia (cosa) totalmente ajena
(admitiéndose tan solo en Navarra).
V. Importancia de la finalidad de mantenimiento de negocios familiares. El
motivo principal para la admisión a priori de los pactos en ordenamientos que,
tradicionalmente, los proscribían, se basa en la protección de la unidad de los
negocios familiares, evitando así su división entre los descendientes,
generalmente a cambio de un precio o compensación en vida del propio
causante.
VI. Reciente admisión legal.- Las reformas legislativas son recientes en el tiempo:
son realizadas en los últimos 25 años en el caso de los Derechos Autonómicos y
en 2006 para Francia e Italia, los últimos en incorporar las novedades. Para los
territorios en los que ya había tradición histórica de la admisión de estos pactos,
[LOS PACTOS SUCESORIOS: HACIA UNA REFORMA DEL CÓDIGO CIVIL] MARÍA DÍEZ ARNÁIZ
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se evolucionan cada vez más hacia una mayor profundidad y amplitud de la
tipología de pactos.
VII. Arraigada crítica doctrinal al sistema del Código Civil. Tanto el Derecho de
Sucesiones en general, como pactos contractuales en particular, necesitan una
reforma completa y compleja que ha de realizarse cuanto antes, ligada a los
cambios sociales y legales de la familia, la disposición patrimonial, y el contexto
de las empresas familiares españolas. Su regulación y las excepciones,
sustentadas en argumentos ya desacreditados, no se corresponden con las
exigencias y necesidades de la sociedad actual.
VIII. Propuesta. Tras la consideración de las regulaciones en el Derecho Comparado,
me parece lo más apropiado realizar una reforma de la figura de los pactos
contractuales, fijándonos en los ejemplos de las legislaciones alemana, gallega o
aragonesa, con mayor tradición y amplitud en la regulación, y con límites, sin
llegar a la libertad de la legislación de Navarra: admitir los pactos de institución
y de renuncia, con una conceptualización clara; que predomine una legitimación
amplia; carácter personalísimo; necesidad para otorgarlos de escritura pública;
regular en profundidad las causas de revocación, permitiendo a los contratantes
incluir las que consideren oportuno.
[LOS PACTOS SUCESORIOS: HACIA UNA REFORMA DEL CÓDIGO CIVIL] MARÍA DÍEZ ARNÁIZ
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II.- ABREVIATURAS
Art. Artículo.
D. Digesto.
Cod. Código.
CC Código civil español 1889.
CCCat Código civil Cataluña.
CDFA Código de Derecho foral de Aragón.
LDCG Ley de Derecho civil de Galicia.
CDCIB Compilación de Derecho civil de Islas Baleares.
LDCFV Ley de Derecho civil foral del País Vasco.
FN Fuero Nuevo, Compilación de Derecho civil foral
de Navarra.
BGB Código Civil Alemán (Bürgerliches Gesetzbuch).
[LOS PACTOS SUCESORIOS: HACIA UNA REFORMA DEL CÓDIGO CIVIL] MARÍA DÍEZ ARNÁIZ
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