Los padres deben ser amigos de sus hijos
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¿LOS PADRES DEBEN SER AMIGOS DE SUS HIJOS?
Muchos personas se cuestionan hasta que punto deben ser amigos de sus
hijos, sobre todo durante la adolescencia, en donde es importante facilitar un
ambiente en el que el joven sienta que puede expresarse libremente con sus
padres, sin temor a la reacción que éstos puedan tener.
En mi opinión, no es posible la amistad entre padres e hijos, teniendo en
cuenta que los padres son una figura de autoridad y no cómplices de los hijos
que es como los niños o adolescentes perciben la noción de amistad, en la
niñez y adolescencia los amigos son cómplices de aventuras de guardan los
secretos, se encubren sin reparar en los errores que el amigo pueda estar
cometiendo, muy lejos de esto, están los padres cuya principal labor de los
padres es la de educar y formar a los hijos.
La psicóloga y escritora chilena Pilar Sordo nos dice al respecto: “No
queremos verles la cara larga, que nos digan que somos anticuados, distintos a
los padres de sus compañeros, que somos 'mala onda'. En realidad, queremos
ser papás buena onda, aparecer como evolucionados y esto nos hace ser
tremendamente ambiguos en nuestra forma de educar; nos cuesta decir que
no. Nos vamos en cuarenta explicaciones, somos los reyes de los 'depende',
con lo que metemos a los niños en una red de inseguridades que les impide
conocer qué es correcto y qué no y todo parece permitido.”
Alicia Banderas, psicóloga Española también opina sobre el tema “La tarea
educativa corresponde en su totalidad, a los padres, que deben encontrar con
sus hijos el equilibrio entre la autoridad y el cariño y saber poner límites a
tiempo. De no hacerlo, y según los casos, los niños pueden llegar a convertirse
en auténticos tiranos en lugar de amigos”
Entonces, podemos decir que la amistad no es la relación que se debe
conseguir con los hijos, en primer lugar porque la amistad anula la autoridad de
los padres, ya que los padres educan y la amistad desvía la labor educativa.
En segundo lugar, los hijos tienen que buscar sus propios amigos según
afinidad, edad, etc. Amigos hay muchos, si el padre se vuelve amigo del hijo,
¿entonces quien los educará? ¿Quién dará a los hijos las enseñanzas sobre
valores, moral, etc.?
En tercer y último lugar la diferencia de edad que existe entre los padres e hijos
marca una distancia no solo generacional si no también en las actitudes y
responsabilidades.
Podemos decir entonces que la amistad se da entre personas afines con los
mismos gustos y problemas o simplemente sus iguales, si los padres se
convierten en los amigos de los hijos, éstos se quedarán sin referente de
autoridad, que es igual a dejarlos huérfanos de padres. Lo que el padre debe
establecer es una relación de confianza, de dialogo abierto, ayudar a los hijos
en sus dificultades y lo más importante que pongan límites a los hijos sin temor
a la rabia y tristeza que el hijo pueda sentir al no obtener lo que desea.
Rosa Adriazola Escobedo