los partidos verdes en el proceso de institucionalizacion.rtf

download los partidos verdes en el proceso de institucionalizacion.rtf

If you can't read please download the document

Transcript of los partidos verdes en el proceso de institucionalizacion.rtf

LOS PARTIDOS VERDES EN EL PROCESODE INSTITUCIONALIZACINDE LOS NUEVOS MOVIMIENTOS SOCIALESPodramos calificar esta peculiaridad de la crisis contempornea como el rezago del hombre tras sus obras. Es incapaz de dominar el mundo que ha creado, que resulta ms fuerte que l, y se le emancipa y se le enfrenta con una independencia elemental; como si hubiera olvidado la frmula que podra conjurar el hechizo que desencaden una vez.MARTIN BUBER, 1942Y echar mis races / de manera que crezcan hacia el aire. RAFAEL ALBERTI

Los ciudadanos de las democracias representativas occidentales se han ido familiarizando con la ecologa poltica en los aos setenta y ochenta. Es un hecho que el color verde progresivamente va tiendo las opiniones pblicas de numerosos pases, ciertas polticas pblicas y muchos parlamentos regionales y nacionales. Pero ya en los captulos 3 y 4 vimos que lo denominado genricamente ecologista encierra en s una notable diferenciacin interna. No pasar lo mismo con lo verde? Si se quiere seguir con el juego de los colores: Se trata de un verde pobre en matices, quiz de un nico tono cromtico? Qu diremos a quienes afirman que el verde contiene muchos otros colores, por ejemplo rojo, blanco o violeta? Y tambin: cuando se dice verde, se entiende lo mismo en todo el mundo?5.1. VERDE NO SIGNIFICA LO MISMO EN ALEMANIA QUE EN MALASIA

De la lectura de un interesante aunque muy discutible artculo comparativo sobre poltica verde escrito por los profesores Hay y Haward de la Universidad de Tasmania (Hay/Haward, 1988) puede concluirse que las diferencias entre los movimientos verdes en Europa por una parte, y en Australasia y EE.UU. por otra, son lo suficientemente significativas como para imponer una cautela extrema a la hora de las generalizaciones. Vale decir: incluso dentro de las sociedades industriales avanzadas, la ecologa poltica exhibe una notable variedad de formas. Hay y Haward sub-

rayan que la componente antinuclear y pacifista, de peso tan determinante en los movimientos alternativos y en los partidos verdes europeos, se halla en gran medida ausente en las organizaciones verdes de Australasia y EE.UU., donde la radicalizacin ecologista proviene ms bien de las luchas por preservar zonas de naturaleza intacta, esto es, de combates proteccionistas.Los dos tasmanianos se apoyan en una importante dicotoma entre ecologismo antropocntrico y ecologismo biocntrico, indicando que la perspectiva antropocntrica prevalece en Europa y la biocntrica se ha desarrollado ms bien en Australasia y EE.UU.1 Otros estudios apuntan que en Japn (la nacin ms industrializada de la Tierra, aquella en la que las leyes ambientales quiz sean ms estrictas, y en la que la opinin pblica goza de una concienciacin notable sobre los problemas ambientales) la mayora de los activistas ambientalistas son antropocntricos en un grado extremo, mientras que las posturas biocntricas hallan muy escaso eco (Pierce/Tsurutani/Lovrich/Abe, 1986).

A grandes rasgos, puede decirse que los nuevos movimientos sociales europeos estn ms politizados, y que en ellos emerge con mayor claridad que en los de EE. UU. y Australasia un ideario alternativo, una concepcin del mundo alternativa al pluralismo restringido y la ideologa del crecimiento econmico dominantes en los pases industriales avanzados (vase Dalton/Kchler, 1990, 5). Por ello -adems de otros factores de cultura poltica y accesibilidad del sistema institucional- en Europa el paso a la constitucin de partidos verde-alternativos ha sido bastante natural, y estos partidos suelen incluir corrientes verdirrojas o ecosocialistas; en contraste, la poltica de los nuevos movimientos sociales en EE.UU. ha tendido a ser ms semejante a la de los grupos de inters tradicionales, y los tericos verdes en EE.UU. y Australasia -en general acadmicos radicales que dedican lo mejor de sus esfuerzos a apuntalar la tica biocntrica y desprecian el anlisis de las relaciones sociales- tienden ms a exhibir un antimarxismo o antisocialismo que a veces se torna agresivo.

Tambin los movimientos verdes en el Tercer Mundo se diferencian netamente de los surgidos en las metrpolis del Imperio (vale decir en los pases occidentales de capitalismo avanzado). Mientras que la base social de estos ltimos son sobre todo segmentos de las nuevas capas medias urbanas con acceso a altos niveles de educacin formal (vase 2.6), en los pases ms pobres muchos movimientos de defensa ambiental tienen una base campesina y obrera en (problemtica) alianza con sectores concienciados de las clases medias urbanas.2 Las luchas de los seringueiros en la Amazonia brasilea, de las mujeres abraza-rboles del movimiento chipko en la India, de las mujeres keniatas del Green Belt Movement o de los Sahabat Alam Malaysia (Amigos de la Tierra de Malasia) difieren muy sustancialmente de las prcticas ecopacifistas en el Norte.Al hablar de ecologistas y verdes, por consiguiente, ser necesario distinguir al menos entre cuatro reas bien diferenciadas (Europa Occidental, Norteamrica/Australasia, Japn y los pases del Sur) y seguramente entre cinco (aadiendo a las anteriores la formada por los pases del exsocialismo real). Y barrunto que a medida que sea posible disponer de ms estudios especializados, sobre todo acerca de los pases del Sur, este panorama se har an ms complejo. En lo que queda de este captulo me referir fundamentalmente slo a la primera de estas reas, que a mi juicio s goza de suficiente homogeneidad como para permitir generalizaciones sensatas: la de los pases europeo-occidentales.5.2. LA DESCONGELACIN DE LOS SISTEMAS DE PARTIDOSEn la Europa de los aos sesenta y setenta pareca confirmarse la tesis de una congelacin de los sistemas de partidos, formulada en 1967 por los politlogos Seymour Lipset y Stein Rokkan (Lipset/Rokkan en Almond y otros, 1992, 266; vase von Beyme, 1986, 29 y sigs.). Dicha tesis llama la atencin sobre la gran estabilidad de los sistemas de partidos occidentales a partir de los aos veinte de este siglo, y ello en un perodo de turbulentos cambios sociales, econmicos y tecnolgicos. Los conflictos surgidos en las diferentes fases del desarrollo de los distintos pases europeos desde los comienzos de la Revolucin Industrial y el parlamentarismo haban ido haciendo cristalizar, por mecanismos opositivos, algunos tipos bien diferenciados de partidos polticos (vase cuadro V.1); pareca que la traslacin de las lneas fundamentales de conflicto poltico (cleavages) a sistemas de partidos haba adquirido una forma definitiva, congelada, despus de los aos veinte y la generalizacin del sufragio universal.Sin embargo, la dinmica social pronto se encarg de problematizar esta hiptesis: los cleavages parecen ponerse en movimiento desde finales de los aos sesenta, y el apoyo electoral a los partidos establecidos se hace ms voltil. Con la consolidacin de nuevos partidos como los partidos verdes, los partidos xenfobosracistas y algn partido feminista, en los aos ochenta hemos asistido a una decisiva descongelacin de los sistemas de partidos.Aqu lo que nos interesa, desde luego, es la familia de los partidos verdes: y no digo familia a la ligera, pues stos constituyen una nueva familia de partidos, con caractersticas propias (vase M ller-Rommel, 1993).Arend Lijphart, en su exhaustivo anlisis comparativo de las

democracias representativas contemporneas, seala que en el perodo 1945-1980 fueron siete dimensiones de conflicto poltico las presentes en la pugna democrtica: a) dimensin socioeconmica, b) dimensin religiosa, c) dimensin etnocultural, d) dimensin urbano-rural (estas cuatro primeras son las consideradas en el ensayo seminal de Lipset y Rokkan, ahora recogido en Almond y otros 1992, 231-273), e) apoyo al rgimen, f) poltica exterior y g) posmaterialismo (Lijphart, 1987, 144). Por las razones tericas y empricas que explicit en el captulo 1 la categora de posmaterialismo no me parece demasiado til. Por eso, y a la vista de los nuevos partidos polticos surgidos en los ochenta, as como de los principales conflictos polticos dirimidos en las democracias occidentales, yo sugerira corregir la propuesta de Lijphart conservando sus seis primeros cleavages y aadiendo tres ms: g) ecologismo, h) feminismo e i) xenofobia/racismo. En el ltimo apartado de este captulo har algunas consideraciones sobre los cuatro cleavages, entre estos nueve, que me parecen esenciales para fijar las coordenadas de una poltica emancipatoria: a), f), g) y h).Un vivo debate acadmico, que est lejos de haber concluido, se ha interesado por los desalineamientos y realineamientos3 que estn teniendo lugar en los sistemas de partidos occidentales (vase Dalton/Flanagan, 1984a, 1984b). Empricamente parece bien establecido que en los ltimos treinta aos ha disminuido el voto segn clase social,4 por ejemplo en la RFA, Gran Bretaa y los pases escandinavos; se ha incrementado la volatilidad electoral netas en los sistemas occidentales de partidos; y ha aumentado el nmero de votantes que cambian de partido en dos elecciones consecutivas (Kaase en Dalton/Kchler, 1990, 96). En algunos pases (por ejemplo, Holanda, Gran Bretaa y EE.UU.) ha disminuido sustancialmente la identificacin de los electores con partidos determinados. Parece estarse desarrollando cada vez ms un tipo de elector racional sin lazos firmes con un partido poltico determinado, que decide en cada caso a quin votar de acuerdo con una evaluacin del contexto poltico, de sus propios intereses y de los intereses sociales. Pero tambin se extienden las actitudes antipartido y abstencionistas.Hasta la fecha, una tipologa de doce partidos parece capaz de esquematizar bien el proceso de diferenciacin de los partidos polticos en las democracias parlamentarias occidentales. La propongo en el cuadro V.1, construido a partir de la tipologa de von Beyme (von Beyme, 1986, 28-29), que he ampliado aadiendo los dos ltimos nuevos tipos de partido. Pese a su carcter simple y poco sistemtico, un esquema semejante tiene la ventaja de retener algo de la historicidad del proceso de diferenciacin de los partidos polticos, historicidad que me interesa evocar aqu.1. Liberalismo frente al Antiguo Rgimen.Francia: liberales contra ultrarrealistas (1814-1830).Espaa: liberales contra monrquicos absolutistas (1802-1812). Alemania: liberales contra monrquicos absolutistas (1815-1830).2. Conservadores contra la Revolucin Francesa de 1789, el republicanismo y el liberalismo. Inglaterra: 1832.3. Partidos obreros contra el sistema burgus (aproximadamente desde 1848). Partidos socialistas de izquierdas (desde 1916; revitalizacin o nuevas fundaciones desde los aos 1960, con la Nueva Izquierda asociada con el movimiento estudiantil).4. Partidos agrarios contra el sistema industrial, desde finales del siglo XIX (Escandinavia, Europa Oriental).5. Partidos regionalistas contra el sistema centralista: revitalizacin o nuevas fundaciones desde la dcada de 1960 (Blgica, Gran Bretaa, Espaa).Gran Bretaa: Irlanda, Escocia, Gales.Alemania: Partido Bvaro, partido Welfen (gelfo), alsacianos, polacos.Imperio austrohngaro de los Habsburgo. Espaa: Catalua, Pas Vasco.6. Partidos cristianos contra el sistema laico. Blgica (desde 1864). Alemania (Zentrum, desde 1871). Italia (los popolari desde 1919).7. Partidos comunistas contra la socialdemocracia y el capitalismo (desde 1916-1917).8. Partidos fascistas contra los sistemas democrticos: Italia (desde 1919), Alemania (desde 1923). Partidos neofascistas: MSI en Italia, DRP-SERP-NPD en la RFA...9. Partidos de protesta de la pequea burguesa contra el sistema burocratizante del Estado del Bienestar: Francia (poujadismo), Dinamarca (Partido del Progreso), Holanda (Partido Agrario)...10. Partidos verdes contra el productivismo y la sociedad de crecimiento.11. Partidos feministas contra la dominacin patriarcal: Islandia (Alianza de Mujeres, desde 1981).12. Partidos racistas y xenfobos (Nueva Derecha) contra la sociedad multitnica y multicultural.Francia: Front National. Alemania: Die Republikaner. Austria: FP.CUADRO V.1:ESQUEMA DEL PROCESO DE DIFERENCIACINDE LOS PARTIDOS POLTICOS(Doce reas bsicas de conflicto ocontradiccin socialdan origen a doce tipos principales de partidos)

5.3.LOS PARTIDOS VERDES, ENTRE RENOVAR LA POLTICA Y SALVAR EL PLANETA Los primeros partidos ecologistas del mundo se fundaron en 1972 en Australia: concretamente en Tasmania (United Tasmania Group,Grupo unido de Tasmania, en Abril de 1972)y en Nueva Zelanda (values Party, Partido de los Valores , al mes siguiente). El mismo ao se fundan partidos ecologistas regionales en Suiza, y el ao siguiente nace el Ecology Party britnico .6 Otros les han seguido despus de los aos 70 y 80 , no solo en la mayora de los pases capitalistas avanzados sino tambin en los Estados del antao llamado socialismo real , e incluso en pases del llamado tercer mundo , como Brasil .7

El suizo Daniel Brlaz (del grupement por la Protecction de lEnvironnement) fue en 1979 el primer ecologista elegido a un parlamento nacional ; en 1981 , cuatro Verdes belgas entraron por primera vez en un parlamento nacional de la CE. En las elecciones al parlamento europeo de 1987 , los partidos verdes recibieron los sufragios de ms de 10 millones de electores y electoras en los 12 pases de la comunidad europea (aproximadamente el 7,7 % de los 135 millones de sufragios, frente a slo el 2,7 % en 1984), doblando as su representacin con respecto a 1984: pasan de doce eurodiputados y eurodiputadas (7 de la RFA, 2 de Blgica, 2 de Holanda y 1 de Italia) a veinticuatro (9 de Francia, 8 de la RFA, 3 de Blgica, 3 de Italia y 1 de Portugal). El cuadro V.2 ofrece algunos resultados electorales seleccionados de partidos verdes europeos.

En 1990, tras slo dos o tres lustros de desarrollo, los partidos verdes estaban organizados a nivel nacional en 17 pases europeo-occidentales8 y representados en los parlamentos nacionales de 12 de estos pases: en la RFA con 42 diputados, en Suecia con 20, en Italia con 13, en Blgica con 9, en Austria con 9, en Suiza con 9, en Holanda con 6, en Finlandia con 4, en Portugal con 2, en Luxemburgo con 2, en Grecia con 1, en Irlanda con 1. Tambin los verdes australianos tienen representacin parlamentaria (en el Senado y en Tasmania). En 1983 se fundaron partidos verdes en Canad y Japn. Por aadidura, a finales de 1990 existan partidos verdes en Bulgaria, Hungra, Yugoslavia, Checoslovaquia, Polonia, Rumania, y en no menos de 15 repblicas soviticas: Estonia, Letonia, Lituania, Armenia, Georgia, Moldavia, Rusia, Ucrania, Bielorrusia, Azerbaiyn y Kazajastn.Inicialmente, los partidos verdes europeos se agruparon en una coordinacin llamada Los Verdes Europeos, fundada en 1983-1984 (el primer Congreso Verde Europeo se celebr en Lieja el 1 de abril de este ltimo ao), y que en 1990 contaba con 27 formaciones miembros y 5 observadoras. En las elecciones europeas deLOS PARTIDOS VERDES149

CUADRO V.2:RESULTADOS ELECTORALES SELECCIONADOSDE ALGUNOS PARTIDOS VERDES1984 y 1989 , esta coordinacin present un programa comn en todos los pases miembros .Los siguientes congresos anuales se celebraron en Dover (1986),Estocolmo (1987) , Amberes (1988) , Pars (1989) y Zurc (1991).Los representantes de los pases miembros de la coordinacin se juntaban cada trimestre .En 1993 los partidos verdes europeos han dado un paso ms ambicioso :reunidos en Helsinki del 18 al 20 de junio , han ultimado la creacin de una federacin europea de partidos verdes con 26 partidos miembros (una decena de partidos ms, procedentes de Europa Oriental , han solicitado su ingreso ).Adems , hay prevista una reunin en Kiev (Ucrania)En 1994 para avanzar hacia una coordinacin planetaria de los partidos verdes .En la autocomprensin de Los Verdes Europeos ,los partidos verdes forman parte del movimiento verde y desempean dentro de este un papel especfico: Traducen las demandas de los nuevos movimientos sociales a trminos poltico y presionan al establishment para que cambie , amenazndolo directamente en prdidas de poder poltico(Green Newsletter n.0Junio de 1990).Es decir :llevan al escenario del parlamento los temas que los partidos establecidos preferiran ver fuera de el .En varios pases , ello ha forzado a partidos establecidos a cambiar sus programas os sus polticas para intentar verdecerse

ALEMANIA OCCIDENTAL: Die Grnen (fundado en 1980)1979: 3,2 % (elecciones europeas) 1980: 1,9 % (elecciones generales) 1983: 5,6 % (elecciones generales) 1984: 8,2 % (elecciones europeas) 1987: 8,3 % (elecciones generales) 1989: 8,8 % (elecciones europeas)1990: 3,9 % (primeras elecciones generales en la Alemania unificada;hay que aadir el 1,2 % de la Alianza 90 y Los Verdes de la exorad) FRANCIA: Diversas candidaturas ecologistas, y desde 1984 Les Verts 1974: 1,32 % (elecciones presidenciales) 1977: 3,2 % (elecciones municipales) 1979: 4,38 % (elecciones europeas) 1981: 3,87 % (elecciones presidenciales)1984: 3,37 % (elecciones europeas) 1988: 3,78 % (elecciones presidenciales) 1989: 10,6 % (elecciones europeas)1992: 6,8 % (+ 7,1 % Gnration cologie, + 0,8 % otras listas verdes;elecciones regionales).

1993: 4,05 % (+ 3,65 % Gnration cologie) (elecciones generales) 1994: 3,9 % (elecciones cantonales)GRAN BRETAA: People's Party en 1973-1975, Ecology Party en 19751974:1985, Green Party desde 19852 % (elecciones generales; los porcentajes en las elecciones gene1979:rales y municipales britnicas se refieren slo a las circunscripciones donde se presentaron candidatos)

1,6 % (elecciones generales)1979:0,1 % (elecciones europeas)1980:6 % (elecciones municipales)1983:1 % (elecciones generales)1984:0,5% (elecciones europeas)1987:5,9% (elecciones municipales)1987:1,3% (elecciones generales)1989:14,9 % (elecciones europeas)

HOLANDA: Groen Progressief Akkord (Acuerdo Verde Progresista) en 1984, y desde 1989 Groen Links (Izquierda Verde) 1984: 5,6 % (elecciones europeas)1989: 7 % (elecciones europeas)1989: 4,1 % (elecciones generales)1990: 5,9 % (elecciones municipales)1991: 5,2 % (elecciones regionales)

ITALIA: Federazione della Liste Verdi desde 19861985: 1,5 % (elecciones regionales) 1987: 2,5 % (elecciones generales)1989: 6,2 % (elecciones europeas; suma de los sufragios de Liste Verdi yArcobaleno)1989: 10 % (elecciones municipales en Roma) 1990: 4,8 % (elecciones regionales) 1992: 2,8 % (elecciones generales)

BLGICA:1979: 3,4 % (elecciones europeas) 1984: 8,2 % (elecciones europeas)A. colo en Valonia, fundado en 19801981: 5,9 % (elecciones generales; porcentaje del voto valn)1985: 6,2 % (elecciones generales; porcentaje del voto valn)1987: 2,6 % (elecciones generales; porcentaje del voto nacional. Elporcentaje del voto valn es 6,4 %)1989: 16,6 % (elecciones europeas; porcentaje del voto valn) 1991: 5,1 % (elecciones generales; porcentaje del voto nacional)B. Agalev en Flandes, fundado en 19821981: 4 % (elecciones generales; porcentaje del voto en Flandes) 1985: 6,1 % (elecciones generales; porcentaje del voto en Flandes) 1987: 4,5 % (elecciones generales; porcentaje del voto nacional. Elporcentaje del voto en Flandes es 7,3 %)1989: 12,2 % (elecciones europeas; porcentaje del voto en Flandes) 1991: 4,9 % (elecciones generales; porcentaje del voto nacional)

LUXEMBURGO: Die Greng Alternativ desde 19831979:1 % (tanto en las elecciones europeas como en las generales)1984:5,8% (elecciones generales)1984:6,1% (elecciones europeas)1989:7,4% (elecciones generales; suma de los resultados de DGA y una

lista ecologista competidora)1989: 10,4 % (elecciones europeas; suma de los resultados de DGA y una lista ecologista competidora)IRLANDA: Ecology Party of Ireland en 1981-1983, Comhaontas Glas(Alianza Verde) desde 19831984: 0,1 % (elecciones europeas)1985: 2,3 %(elecciones municipales; el promedio se refiere slomunicipios donde se presentaron candidaturas) 1987: 0,4 % (elecciones generales) 1989: 3,8 % (elecciones europeas) 1989: 1,5 % (elecciones generales)AUSTRIA: Die Grne Alternative desde 1986 (AL y VG se crearon en

1982)1983:1,9% VG + 1,4 % AL (elecciones generales)1986:5,5% (elecciones presidenciales)1986:4,8% (elecciones generales)1987:4,4% (elecciones municipales en Viena)1990:4,8% (elecciones generales)1991:9,1% (elecciones municipales en Viena)1992:5,7% (elecciones presidenciales)

SUECIA: Miljpartiet De Grona, fundado en 19811982: 1,65 % (elecciones generales)1982: 2,7 % (elecciones municipales; promedio en los municipios donde se presentaban candidatos)1985: 1,5 % (elecciones generales)1985: 3 % (elecciones municipales; promedio en los municipios dondese presentaban candidatos) 1988: 5,6 % (elecciones generales) 1991: 3,4 % (elecciones generales)

FINLANDIA: Vihre Ltto (Los Verdes) desde 1987; Alianza de Izquierdas (formacin rojiverde) desde 19911983: 1,5 % (elecciones generales) 1984: 2,8 % (elecciones municipales) 1987: 4 % (elecciones generales)1991: 6,8 % (elecciones generales; la Alianza de Izquierdas obtiene el10%)

SUIZA: Grne Partei der Schweiz (GPS) y Grne Alternative der Schweiza los

(GRAS) desde 1983; la segunda se transforma en Grnes Bndnis Schweiz (GBS) en 19871983: 2,6 % GPS, 0,8 % GRAS (elecciones generales)1987: 5,1 % GPS, 4,3 % GBS (elecciones generales)1991: ligero avance de GPS y GBS (elecciones generales); en el Parlamento, verdes y verdirrojos pasan de 11 a 14 diputados.

5.4. PARTIDOS VERDE-ALTERNATIVOS, PARTIDOS VERDES CONSERVADORES Y PARTIDOS DE IZQUIERDA LIBERTARIA

En el captulo primero vimos que existan posmaterialistas-IN de izquierdas y de derechas. Tambin indicamos antes (2.4) que la dimensin izquierda/derecha es independiente de la dimensin ecologista/productivista y de la dimensin pacifista antinuclear/ militarista nuclear, por lo que son concebibles fuerzas polticas ecologistas y pacifistas de derechas (an reflexionaremos sobre esta cuestin al final de este captulo). No slo son concebibles, sino que tambin existen: hay partidos verdes de izquierdas y de derechas. Ha llegado el momento de clarificar un poco esta cuestin. Pues entre los estudiosos de estos fenmenos de nueva poltica se emplea una variedad de categoras con elementos comunes pero no exactamente coincidentes: partidos de nueva izquierda, partidos verdes, partidos verde-alternativos, partidos de izquierda libertaria, partidos de nueva poltica... Qu relacin guardan entre s estos conceptos?Herbert Kitschelt, uno de los ms importantes estudiosos de NMS y partidos verde-alternativos, ha propuesto la categora de partidos de izquierda libertaria (Kitschelt, 1988, 1989) para designar a los partidos asociados a los NMS europeo-occidentales. Sus programas son de izquierda porque (en la tradicin socialista) afirman los valores de solidaridad e igualdad, rechazando la primaca del mercado capitalista como rbitro final del desarrollo y la justicia social; pero, al mismo tiempo, rechazan la tradicional concepcin socialista de una sociedad planificada centralmente y prefieren una sociedad en la que la autonoma individual y la participacin ciudadana en la gestin de los asuntos pblicos se inspira en principios libertarios.Los libertarios de izquierda critican tanto las polticas como los procedimientos e instituciones que subyacen al complejo social formado tras la Segunda Guerra Mundial por el capital y el trabajo alrededor del Estado del Bienestar keynesiano. En cuanto a los contenidos, los libertarios de izquierda arguyen que las democracias industriales avanzadas han enfatizado demasiado el crecimiento de los ingresos y la seguridad econmica sin prestar suficiente atencin ala produccin, preservacin y distribucin de bienes colectivos e intangibles, tales como un medio ambiente fsico intacto y una infraestructura social comunitaria protegida tanto de la competicin mercantil como de la regulacin burocrtica. En cuanto a los procedimientos, retrotraen la centralidad del crecimiento econmico y la burocracia a la dominacin de los grupos de productores que prevalecen en el proceso poltico a travs de la eficacia organizativa y los abundantes recursos de los partidos de masas centralizados y los grupos de inters (Kitschelt, 1989, 2).

Kitschelt ha explicado que el concepto de libertario que utiliza no ha de confundirse ni con el individualismo liberal ni con el anarquismo. El concepto libertario de izquierda implica una modificacin antiautoritaria de las concepciones socialistas clsicas de una sociedad igualitaria, pero estas gentes reconocen el papel crucial que desempean las instituciones reguladoras globales (y el estado entre ellas), por lo que son menos renuentes que los anarquistas clsicos a participar en las instituciones polticas (vase Kitschelt, 1990, 340).El concepto kitscheltiano de partidos libertarios de izquierda incluye tanto a los partidos verdes de izquierda o partidos verde-alternativos como a otros partidos vinculados a los NMS que podemos llamar partidos de nueva izquierda. En general, estos ltimos son pequeos partidos socialistas de izquierda surgidos en los aos sesenta (sobre todo en los pases escandinavos, Holanda y Francia), antes de la aparicin de los partidos verdes (a partir de los setenta) y antes de que la ecologa se transformase en un tema poltico de primera magnitud.La historia de esta nueva izquierda europea troquelada por las experiencias de los movimientos estudiantiles de los sesenta, a la que pertenecen formaciones como el PSU (Parti Socialiste Unifi) francs, el SF (Partido Socialista Popular) dans, el Partido Socialista Popular noruego, etc., est excelentemente trazada en Teodori, 1978. No todos estos partidos fueron nuevas creaciones, y algunos de ellos han acabado desembocando en formaciones verdes o rojiverdes (as el PSU francs en Alternative Rouge et Verte, o varios pequeos partidos de nueva izquierda holandesa en Groen Links; vase Riechmann, 1991, 237-246).Desde finales de los aos setenta, tanto los programas 9 como los electorados10 de estos partidos de nueva izquierda convergen cada vez ms con los de los partidos verde-alternativos, lo que justifica incluirlos en una categora comn.El cuadro V.3 permite apreciar que el apoyo electoral perdido por los partidos de izquierda establecida (comunistas y socialistas/socialdemcratas) entre las generaciones de posguerra (y sobre todo en las cohortes de edad ms jvenes, los nacidos desde

mediados de los cincuenta) no ha ido a parar a los partidos de centro o de derecha, sino sobre todo a los partidos de izquierda libertaria (y a los partidos verde-alternativos incluidos dentro deesta categora).Los partidos verde-alternativos son formaciones polticas de izquierda especficas de las sociedades tardoburguesas (aunque su antiproductivismo los separe tajantemente de la izquierda tradicional, y aunque algunos rehsen ubicarse en el eje poltico derecha/izquierda; enseguida pasaremos a discutir ese problema); representan una alternativa a la izquierda establecida en los pases capitalistas ms desarrollados, y se inscriben en una corriente ms amplia de poltica verde que tiende a convertirse en un fenmeno mundial.11 Tanto ellos como los partidos de nueva izquierda, con los que comparten suficientes rasgos comunes como para considerarlos miembros de la misma familia de partidos (de izquierda libertaria), expresan la radicalizacin de determinados sectores sociales -en las nuevas capas medias sobre todo- ante la actual crisis de civilizacin, y la formacin de conciencia social incipientemente planetaria como respuesta adecuada a la magnitud de esa crisis.Pero, como ya hemos indicado, no todos los partidos verdes son de izquierda (o verde-alternativos). Existen partidos verdes conCUADRO V.3:APOYO A LOS PARTIDOS ESTABLECIDOS Y A LOS PARTIDOSDE IZQUIERDA LIBERTARIA SEGN LA COHORTE ENGRAN BRETAA, RFA, FRANCIA, ITALIA, DINAMARCA,IRLANDA Y EL BENELUX EN 1984-1986(Fuente: datos combinados de los Eurobarmetros 21-26, ponderadosde acuerdo con la poblacin de cada nacin; recogido en Inglehart,1991, 309)Aos deComunistasnacimientoSocialistas/socialdemcratasIzquierdalibertariaDerechay centro1966-19705 %37%16%42%1956-196583816381946-1955842941(Cohortes de preguerra)395501936-19456

1926-19357384511916-19255403521906-1915536257Antes de 1906437158

servadores, que unen a su crtica del productivismo un ideario social antidemocrtico (con la referencia a un orden social natural y la preferencia por estrategias autoritarias para la solucin de los problemas ambientales; vase Poguntke en Mller-Rommel, 1989, 190). Un ejemplo es el DP alemn (Okologische-Demokratische Partei, Partido Ecolgico Democrtico) acaudillado por Herbert Gruhl; otro los VGO (Vereinte Grne Osterreichs, Verdes Unidos de Austria); tambin el GPS suizo (Grne Partei der Schweiz, Partido Verde de Suiza) parece ser de dominante conservadora; y en Espaa existen varios minipartidos y listas verduzcas de derechas.Por otra parte, ya indiqu antes (en la nota 6) que la forma en que la ecologa poltica pas a formar parte del orden del da poltico de algunos pases fue a travs de partidos liberales, agrarios o regionalistas que se hicieron cargo de cuestiones ambientales o antinucleares: as el Partido del Centro sueco, Democracia `66 en Holanda, el partido Venstre en Noruega...El trmino de partidos de nueva poltica (New Politics Parties) es empleado por algunos autores (Mller-Rommel, 1989, el mismo en Dalton/Kchler, 1990) para designar tanto a los partidos verdes (de izquierdas y de derechas) como a los partidos de nueva izquierda. La relacin entre todos estos conceptos se expresa en el diagrama siguiente.PARTIDOS DE NUEVA POLTICA

PARTIDOS DE IZQUIERDA LIBERTARIApartidos verdealternativospartidos verdes conservadorespartidos denuevaizquierdaPARTIDOSVERDES

5.5. LAS RAZONES DEL SURGIMIENTO DE PARTIDOS VERDES Y DE IZQUIERDA LIBERTARIA

Los factores que influyen en el surgimiento de los partidos verde-alternativos son complejos. Normalmente, el presupuesto es un paisaje de nuevos movimientos sociales consolidados que han conseguido abrir espacio para los temas de poltica alternativa, una red de organizaciones conservacionistas y/o ambientalistas que han logrado incrementar la sensibilidad medioambiental de la opinin pblica, y un marco poltico (estructuras de oportunidad poltica) favorable que enseguida vamos a especificar.Preliminarmente, observaremos que en general los partidos nuevos surgen cuando hay nuevos temas, nuevos problemas y contradicciones que los partidos establecidos descuidan; y en particular los partidos verdes surgen porque existen graves y urgentes problemas ecolgicos, que los partidos establecidos descuidaron durante los aos setenta hasta que no les qued otro remedio que comenzar a modificar su actitud (en parte por la presin de los problemas reales, de los movimientos sociales y de la opinin pblica; en parte por la competencia de los partidos verdes y de izquierda libertaria). Esto, que se dira una perogrullada, no lo es porque muchos estudiosos ignoran sistemticamente la realidad de los problemas civilizatorios que est detrs del surgimiento de nuevos movimientos sociales y partidos verdes (para reducirlo todo a problemas de valores, life-styles y calidad de vida). Ahora bien, es obvio que con ello slo hemos enunciado una condicin necesaria, pero no suficiente para que surja un partido verde. Observaremos, en segundo lugar, que existe una correlacin clara entre la fuerte sensibilidad ambiental de la opinin pblica y la existencia de fuertes movimientos de ecologa poltica, ilustrada por el cuadro V.4 (en el que Francia constituye la nica aparente anomala).Dentro de la Comunidad Europea, en efecto, la ecologa poltica goza de notable fuerza en Holanda, Dinamarca y Alemania; algo menos en Gran Bretaa, Blgica, Italia y Francia; mientras que est subdesarrollada en pases como Grecia, Espaa, Portugal o Irlanda. La anomala francesa se explica en parte porque la eclosin de la ecologa poltica en el vecino pas galo se ha producido precisamente a partir de 1989, y, por otro lado, nos llama la atencin sobre la existencia de los dems factores determinantes del desarrollo de los partidos verdes. Si a la jerarqua del cuadro VA, que slo se refiere a los pases de la Comunidad Europea, aadimos la constatacin de una intensa sensibilidad ambiental en los pases escandinavos (Suecia, Noruega, Finlandia) y en Austria, tendremos un mapa bastante aproximado de la difusin de la ecologa poltica en Europa.CUADRO V.4:PROTECCIN AMBIENTAL COMO TEMA PRIORITARIOY MILITANCIA POTENCIAL EN MOVIMIENTOS ECOLOGISTASY ANTINUCLEARES EN LOS PASES DE LA COMUNIDAD EUROPEA(Datos de los Eurobarmetros de 1986 -militancia potencialy de la primavera de 1989 -proteccin ambiental-)Prot. ambientalProt. ambientalMilitancia potencialen primer lugaren segundo oen movimiento

tercer lugar(a)ecol. (b)antinuc.

Holanda34,1%38,7%38%17%Dinamarca22,136,61116RFA17,636,23734Gran Bretaa13,4172218Blgica1330,385Italia11,533,52615Grecia6,323,25050Francia4,620,3126Espaa3,924,24230Portugal1,813,11212Irlanda1,710,23138

NOTA: en el Eurobarmetro de 1986, del que proceden los datos sobre militancia potencial, se preguntaba a los encuestados si militaban o podran militar en el movimiento ecologista y antinuclear, respectivamente.He aadido al cuadro datos sobre la militancia potencial en los movimientos ecologista y antinuclear, pero slo para comprobar, en este caso, la ausencia de relaciones significativas con la fuerza de la ecologa poltica en los pases respectivos. En pases como Grecia o Espaa, donde esta fuerza es muy escasa, las gentes declaran una altsima propensin (no realizada) a la militancia ecologista y antinuclear; por el contrario, un pas como Blgica (que cuenta con partidos verdes bien asentados como son Agalev en Flandes y colo en Valonia, y est muy nuclearizado) arroja las cifras ms bajas de militancia ecologista y antinuclear potencial. Constatamos de nuevo (como en el captulo 1) que declarar preferencias es una cosa, votar en elecciones otra distinta, y comprometerse activamente en un movimiento social una tercera cosa diferente; y las relaciones entre estas tres cosas pueden ser bastante complejas.Hasta aqu hemos tomado nota, por tanto, de una notable correlacin entre la sensibilidad ambiental (manifestada demoscpicamente) y la fuerza de la ecologa poltica en los pases europeos en cuestin. Pero observamos, adems, que estos pases donde la gente afirma conceder prioridad a las cuestiones ambientales son tambin los ms ricos. Podra ser la relacin causal: a ma-

yor prosperidad material, ms importancia concedida a las cuestiones ambientales y mayor fuerza de la ecologa poltica? Para los pases industriales avanzados, y a grandes rasgos -macrosociolgicos-, parece verificarse por lo menos que bajos niveles de desarrollo econmico llevan a bajos niveles de preocupacin ecolgica, aunque la inversa no es cierta automticamente (niveles ms altos de desarrollo econmico no acarrean automticamente niveles ms altos de conciencia ecolgica, como puede verse si se estudian con detalle los casos de Francia y el Reino Unido; vase Hofrichter/Reif, 1990, 142).Herbert Kitschelt ha propuesto un esquema con dos filtros (el primero refleja fenmenos de estructura social y econmica, el segundo las estructuras de oportunidad poltica) para explicar el surgimiento, o no, de partidos de izquierda libertaria en los pases industriales avanzados (Kitschelt, 1988, 1989, 1990):12A. El presupuesto es un elevado nivel de abundancia material, y la existencia de un Estado del Bienestar bien desarrollado: estas condiciones favorecen la aparicin de fuertes preferencias y capacidades para perseguir objetivos de izquierda libertaria (llegan al orden del da cuestiones como la participacin poltica, la autorrealizacin personal, la proteccin del medio ambiente o el desarme). En estos pases industriales avanzados se observa una correlacin negativa entre importancia econmica del sector agrcola y xito de los partidos verde-alternativos: cuanto ms peso conserve la agricultura, ms difcil lo tienen los verdes. Por el contrario, la importancia del sector industrial se correlaciona positivamente con el xito verde (Mller-Rommel, 1992, 195-196).CUADRO V.5:CONDICIONES FAVORABLES PARA EL XITO DE LOS PARTIDOSDE IZQUIERDA LIBERTARIA Y VERDE-ALTERNATIVOS1. Alto nivel de abundancia material en un pas densamente poblado.2. Estado del Bienestar muy desarrollado.3. Existencia de nuevos movimientos sociales con arraigo social, legiti- midad y visibilidad poltica. 4. Partido socialista/socialdemcrata en el poder desde hace muchotiempo (sobre todo si la derecha es dbil y est dividida), o5. Partido socialista/socialdemcrata tan dbil que no tiene esperanzade formar gobierno.6. Elevado nivel de corporativismo (uno de cuyos indicadores ms seguros es el bajo nmero de jornadas de trabajo perdidas por huelga anualmente).7. Sistema electoral proporcional con un umbral de representacin bajo. 8. Estructuracin federal del Estado.

B. Los nuevos partidos aparecen slo cuando ninguno de los partidos de izquierda o de centro tradicionales, o los sindicatos, se hace cargo de las cuestiones de izquierda libertaria. Esta dificultad de los partidos atrapalotodo (catch-all parties, Volksparteien) en asumir los nuevos temas fue especialmente flagrante en el caso de la cuestin ecolgica, y result decisiva para la fundacin de partidos verdes (vase Mller-Rommel, 1982, 68).Los partidos establecidos sern ms renuentes a hacerse cargo de las cuestiones de izquierda libertaria si se encuentran en el poder que si estn en la oposicin; los sindicatos sern tanto menos sensibles cuanto ms enredados en mecanismos neocorporativos de integracin de la clase obrera. Con ms detalle, tres condiciones favorecen el apoyo a los partidos de izquierda libertaria: a) cuando la divisin de los partidos burgueses no plantea peligros a una izquierda hegemnica gobernante, los votantes de izquierda libertaria, que desde luego siempre se hallan ms cercanos a la izquierda establecida que a la derecha, no ven demasiados problemas en abandonar a esta izquierda gubernamental; b) si un partido socialdemcrata o socialista lleva largo tiempo gobernando, los libertarios de izquierda pueden perder esperanzas de que ese gobierno d satisfaccin a sus demandas; c) si la izquierda establecida es tan dbil que no tiene esperanza ninguna de formar gobierno, los libertarios de izquierda pueden abandonar las ilusiones de voto til para apoyar un partido propio (vase Kitschelt, 1989, 22; Mller-Rommel, 1992, 200-202).Por otra parte, la fuerza de los nuevos movimientos sociales en el pas respectivo es un fuerte condicionante del xito de los partidos de izquierda libertaria: ms abajo argumentar que estos partidos son partidos de los nuevos movimientos sociales, constituyen un fenmeno de institucionalizacin de los movimientos alternativos. En particular, en muchos pases el curso seguido por los movimientos antinucleares guarda una relacin directa, casi gentica, con la formacin o el xito de partidos de izquierda libertaria: fueron las limitaciones de la protesta antinuclear extraparlamentaria las que convencieron a muchos activistas de la necesidad de intentar desafiar a las lites polticas en su propio terreno: la competicin electoral (vase Mller-Rommel, 1992, 205).Por ltimo, algunos rasgos del sistema poltico ejercen bastante influencia sobre el xito de los partidos de izquierda libertaria. En ninguna de las democracias representativas con sistema electoral mayoritario (Gran Bretaa, Australia, Canad, Nueva Zelanda y EE.UU.) han podido alcanzar los partidos de izquierda libertaria xitos polticos significativos, a pesar de que en alguno de ellos cuentan con un apoyo electoral considerable (15 % para el Green Party britnico en las elecciones europeas de 1989... y ningn eurodiputado, debido al sistema electoral de distrito uninominal de

su pas). Por el contrario, el sistema proporcional con un umbral de representacin bajo resulta favorable a estos partidos.La estructuracin federal del Estado es otro factor que favorece a los partidos verde-alternativos y de izquierda libertaria (los parlamentos regionales son escenarios de trabajo ptimos para preparar el salto al nivel nacional). Llama la atencin que en tres de los cuatro pases europeo-occidentales estructurados federalmente (Blgica, Suiza y la RFA; el cuarto es Austria) se fundasen partidos verdes en fecha muy temprana y obtuviesen pronto representacin parlamentaria (vase Mller-Rommel, 1992, 198).En el cuadro V.5 resumo las condiciones favorables para los partidos de izquierda libertaria y verde-alternativos.5.6. PARTIDOS DE IZQUIERDA LIBERTARIA: UN MOMENTO DE INSTITUCIONALIZACIN DE LOS NUEVOS MOVIMIENTOS SOCIALES

Ya indiqu antes que 1968 es una fecha emblemtica. Este ao puede verse como una divisoria de los tiempos: seala el final del largo perodo de crecimiento econmico ininterrumpido que se dio en los pases de capitalismo avanzado en la posguerra (dificultades en 1967 del dlar, que ser separado del patrn-oro en 1971), y es al mismo tiempo un ao de fortsima agitacin social, con levantamientos estudiantiles en todo el mundo y una situacin prerrevolucionaria en Francia. En este momento arranca la larga crisis de los aos setenta-ochenta (que provocar una completa reestructuracin del sistema capitalista mundial) y tambin la andadura de los nuevos movimientos sociales: la segunda ola del movimiento feminista, y la toma de conciencia ecologista, coinciden aproximadamente con esta fecha. Se inicia un nuevo ciclo de protesta que en varias oleadas sucesivas domina la controversia pblica hasta -al menos- finales de los aos setenta (momento en que la coyuntura cambia, y los crecientes problemas econmicos hacen que pierdan fuerza los temas de crtica civilizatoria caractersticos de ese nuevo ciclo de protesta: los ochenta sern la dcada conservadora de Ronald Reagan y Margaret Thatcher).La ruptura sesentayochista no suceder en todos los pases al mismo tiempo, ni la llevarn a cabo los mismos nuevos movimientos sociales:En EE.UU la iniciar el movimiento por los derechos civiles (cuyas formas de protesta no convencionales inspirarn a los posteriores movimientos antiautoritarios estudiantiles o contra la guerra de Vietnam en todo el mundo); en Gran Bretaa, el movimiento pacifista Campaign for Nuclear Disarmament(CND), ya a finales de los aos cincuenta; en Holanda es el subversivo neoanarquismo juvenil de los provos; en Alemania Federal, Francia, Espaa (con todas las peculiaridades de nuestro caso) o Suecia la vanguardia de esta protesta que se ha llamado postindustrial la formarn los movimientos de estudiantes.La progresiva diferenciacin de las sociedades modernas en esferas o subsistemas parcialmente autnomos ejerce una poderosa presin para que los movimientos sociales deseosos de intervenir en poltica se planteen hacerlo a travs de partidos polticos. Surgen partidos de los movimientos, como lo eran los partidos socialistas, socialdemcratas o -ms tarde- comunistas con respecto al movimiento obrero. Pues bien: los partidos verde-alternativos que se forman en casi todos los pases europeos en los aos ochenta (y, en algunos casos, desde mediados de los setenta), o con ms generalidad los partidos de izquierda libertaria, son los partidos de los nuevos movimientos sociales; constituyen un momento de institucionalizacin de los nuevos movimientos sociales cuya formacin y expansin propici el largo y amplio ciclo de protesta al que acabamos de referirnos. Ello se ve bien si se examina el cuadro V.6. La anterior afirmacin no implica ni que el significado de los partidos verde-alternativos se agote en esa institucionalizacin ni que los NMS puedan darse por acabados y sustituidos por organizaciones formales,13 pero s ayuda a entender la peculiar tensin en que han vivido estos objetos sociopolticos a medio camino entre el movimiento y el partido (partido-antipartido queran ser Die Grnen en el momento de su fundacin), y tambin las fuertes tendencias a completar el proceso de institucionalizacin que se acusaban en los aos ochenta, a medida que decaa el empuje de los NMS.CUADRO V.6:MILITANCIA Y MILITANCIA POTENCIAL EN LOS NMSSEGN INTENCIN DE VOTO EN EUROPA OCCIDENTAL, 1984(Fuente: Eurobarmetro 21, recogido en Inglehart, 1991, 439)M. ecologista M. antinuclear M. pacifistaPartidos comunistas23%15%30%Socialistas/socialdemcratas282033Ecologistas/verdes695360Liberales/giscardianos19616Cristianodemcratas/conservadores/gaullistas17717Extrema derecha211110

NOTA: La militancia o militancia potencial expresa el porcentaje de los encuestados que afirma que milita o podra militar en algn momento en el movimiento en cuestin. La encuesta se llev a cabo en todos los pases de la CE.

Los partidos verde-alternativos son, muy ntidamente, partidos de activistas o -si se quiere- partidos de cuadros, es decir: partidos con un reducido nmero de militantes, en general con alto nivel educativo y de cualificacin profesional, y a menudo especialistas en algn rea de poltica verde. En muchos casos los activistas verdes han practicado antes algn otro tipo de militancia, a menudo en partidos de izquierda clsica o de nueva izquierda, en sindicatos o en distintos nuevos movimientos sociales. Se da una suerte de efecto de herencia o traslacin de actividad sociopoltica de unos sectores a otros de los nuevos movimientos sociales, bien documentado empricamente.En los movimientos ecologistas europeos (que han imprimido carcter a los partidos verdes en mayor medida que otros nuevos movimientos sociales) fueron a confluir, grosso modo, dos corrientes diferenciadas: una antimilitarista y antinuclear, cercana a la izquierda marxista o libertaria (a menudo vinculada con la nueva izquierda desarrollada a partir de los aos sesenta); otra corriente conservacionista y ms bien apoltica, cuyos orgenes burgueses pueden rastrearse hasta los ltimos decenios del siglo anterior. 14 Las sntesis, encuentros y desencuentros entre las dos corrientes son peculiares de cada pas, y han configurado diversos paisajes dentro de esta izquierda verde-alternativa europea.A comienzos y mediados de los ochenta, una divisin bastante tajante separaba a los partidos verdi-verdes, en los que predominaba el elemento conservacionista y que no queran tener nada que ver con la izquierda (as los partidos verdes de` Gran Bretaa, Blgica o Francia) de los verdi-rojos o verde-alternativos, que se sentan herederos de algunas tradiciones de la izquierda y consideraban que la cuestin ecolgica no poda desligarse de la cuestin social (as los verdes de la RFA o Luxemburgo, o la coalicin holandesa Groen Progressief Akoord despus refundada en Groen Links, Izquierda Verde).Este conflicto se evidenci con la creacin de la coordinadora Los Verdes Europeos en 1983-1984, concebida al principio por los verdiverdes como una organizacin pura que excluyese a los partidos ms significados a la izquierda. La controversia se centraba en la admisin o no de Die Grnen y del Groen Progressief Akoord holands. Los verdes gei mano-occidentales (con diferencia, el partido verde ms fuerte del mundo) rechazaron formar parte de la coordinacin Los Verdes Europeos en tanto los holandeses fuesen excluidos por motivos polticos. Ms adelante (febrero de 1987) Die Grnen se sumaron a Los Verdes Europeos, y finalmente en marzo de 1990 Groen Links fue admitido casi por unanimidad, reflejando el hecho de que la antigua divisin entre verdiverdes y verdirrojos haba perdido bastante fuerza. Las razones son varias: la evolucin hacia la moderacin de los verdirrojos, el progresivo verdecimiento de la nueva izquierda europea, la crisis de la cultura socialista/comunista agravada en la segunda mitad de los ochenta y tambin un mejor conocimiento mutuo de los antiguos adversarios a travs del trabajo conjunto en diversos proyectos e instituciones (entre estas ltimas, el Parlamento Europeo a partir de 1984).

5.7. ALGUNAS CONSECUENCIAS DEL SURGIMIENTO DE LOS PARTIDOS VERDES Y DE IZQUIERDA LIBERTARIA

El surgimiento de los partidos verdes como nueva familia de partidos tiene varias consecuencias interesantes. Muestra, en primer lugar, que los grandes partidos establecidos de nuestras democracias representativas pueden ser desafiados con cierto xito, incluso all donde las reglas del juego parlamentario resultan desfavorables para las nuevas formaciones: as lo muestran, sin ir ms lejos, los ejemplos alemn y francs. Sin ser del todo ni partidos electorales tradicionales, ni grupos de presin jerarquizados, los partidos verde-alternativos representan un nuevo tipo de partido: a menudo aportan novedades organizativas interesantes y encarnan un potencial de cambio en el poco democrtico sistema actual de mediacin entre Estado y sociedad. Al extraer tanto sus electores como sus cuadros y activistas sobre todo del campo de la izquierda establecida, los partidos verde-alternativos suponen un poderoso estmulo para la transformacin de esa izquierda en un sentido emancipatorio (estdiese, por ejemplo, la evolucin a mejor del SPD alemn en los aos ochenta, una vez liberado de sus responsabilidades de gobierno y sometido a la acuciante competencia de Die Grnen). Adems, el desarrollo de un nuevo modelo de partido invalida la tesis de la convergencia de todos los partidos hacia un modelo nico (partido atrapalotodo, de masas o de cuadros), de modo que las constricciones de la competicin electoral, aun siendo muy poderosas, quiz no lo sean tanto como muchos politlogos han estimado. El asentamiento de los partidos verdes es tambin un indicio del cambio gradual en las culturas polticas de numerosas democracias representativas occidentales producido por los movimientos estudiantiles del 68 y por los nuevos movimientos sociales que les siguieron: algunos cientficos sociales enamorados de las expresiones rimbombantes con grandes maysculas hablan al respecto de revolucin participativa.

5.8. EL PERFIL ORGANIZATIVO DE LOS PARTIDOS VERDES

Los partidos verdes de Europa Occidental se han organizado en general con inspiracin libertaria: queran propiciar un tipo

de partido-movimiento capaz de contrarrestar con xito las tendencias a la autonomizacin de las lites y el dominio del partido por stas, las tendencias a la oligarquizacin y profesionalizacin de la poltica, as como a la exclusin de las mujeres de la poltica. Se ha tratado de propiciar un estilo poltico radicalmente participativo. Con independencia del hecho de que algunos de los principios de actuacin y los mecanismos de toma de decisiones introducidos con estos propsitos han sido posteriormente modificados o abandonados por algunos partidos verdes, dos cosas me parecen ciertas:

A. Los partidos verdes, en general, exhiben un grado de democracia interna superior al de cualquier otra categora de partidos tradicionales.B. Sus experiencias organizativas en los aos ochenta han constituido un verdadero laboratorio en el que se han investigado cuestiones fundamentales para cualquier organizacin poltica emancipatoria; se trata, por tanto, de experiencias que no puede obviarse, hay un antes y un despus de esta poltica que intentaba su fundamentacin en una democracia de base. En ciertos casos, el abandono de alguno de estos experimentos por quienes lo iniciaron no significa que fuese inviable y no conserve an un potencial de liberacin; en otros casos, la fuerza de los hechos obliga a repensar algunas ideas trilladas. Remito a quien desee profundizar en esta cuestin al captulo 5 de Riechmann, 1994.

Me limitar a recordar algunos de los ms interesantes rasgos organizativos de los partidos verde-alternativos. La enumeracin siguiente no est compuesta de rasgos que aparezcan en todos los partidos verdes, sino en alguno de ellos (aunque muy a menudo lo haga en varios).

A. Descentralizacin. Los partidos verdes tienden a conceder una gran autonoma a sus organizaciones de base o en niveles intermedios; el centro, en comparacin con otros tipos de partido, es dbil.B. Direccin colegiada. Los miembros de los rganos ejecutivos (presidencia federal, en el caso alemn; colegio ejecutivo en el caso francs) suelen desempear sus funciones colegiadamente y compartir responsabilidades. En general no existen presidentes o secretarios generales de partidos verdes. En principio, se intenta evitar la poltica de lderes carismticos para avanzar hacia la de participacin de mayoras. Pero las condiciones imperantes en una democracia representativa con partidos competitivos, mediada por la televisin, impone severos lmites a este propsito.C. Frecuentes congresos o asambleas generales. La frecuenciacon que se renen los rganos mximos de los partidos verdes (congresos de delegados, o asambleas generales de todos los afiliados) es significativamente mayor que en los dems tipos de partidos. As, por ejemplo, Die Grnen han convocado su Bundesversammlung (asamblea federal) varias veces al ao, en promedio, durante los aos ochenta; Les Verts se renen en Assemble Gnrale cada mes de noviembre. Estos congresos son por regla general ms abiertos y menos instrumentalizables que en los dems tipos de partido.D. Discriminacin positiva para las mujeres. Los partidosverdes favorecen la participacin de las mujeres mediante mecanismos diversos: cuotas en los organismos de direccin y en las listas electorales (la ms consecuente y espectacular es la de Die Grnen, los verdes alemanes, del 50 %); derechos de veto en las cuestiones que afectan especialmente a las mujeres; organizaciones autnomas de mujeres... En los cuatro comits nacionales, que son los rganos ejecutivos del partido verde sueco, la proporcin ha de ser de seis mujeres por cada cinco hombres, para evitar el predominio masculino. Los dos portavoces nacionales de los partidos verdes sueco y alemn son necesariamente hombre y mujer.E. Separacin de poderes y no acumulacin de cargos. Se establecen reglas de incompatibilidad que tienden a dificultar la concentracin de poder en una oligarqua; por ejemplo, en la mayora de los partidos verdes son incompatibles la condicin de diputado/a con cargos de direccin en el partido.F. Rotacin en los puestos de direccin del partido y para los diputados/as en las instituciones representativas del Estado.G. Mandato imperativo, que obliga al mandatario a realizar la poltica definida por la mayora del partido, y no por su propia conciencia.H. Limitacin de los ingresos de los diputados/as, emplendose el remanente en el desarrollo de proyectos socioecolgicos de inters general.I. Proteccin de los derechos de las minoras, que se manifiesta, por ejemplo, en la posibilidad de que los programas de Die Grnen tengan dos partes: la mayoritaria, programa vinculante en sentido estricto, y la minoritaria, para que las corrientes minoritarias den a conocer ideas divergentes o desarrollos adicionales.J. Posibilidad de celebrar referendos internos a iniciativa de un pequeo porcentaje de los afiliados (un 5 %, en el caso alemn).K. Transparencia en la vida interna del partido. Suelen estar excluidas las reuniones a puerta cerrada; se hace un notable esfuerzo por la ptima circulacin de informacin y la horizontalidad de las relaciones intrapartidarias.

L. Permeabilidad de las fronteras de partido, que son porosas para no afiliados. Esto tiene la importante consecuencia de la apertura de las listas electorales a personas ajenas al partido, en general procedentes de los nuevos movimientos sociales a los que los partidos verdes se sienten cercanos.LL. Elaboracin democrtica de las listas electorales: el principio vlido es un hombre/una mujer, un voto, y no son las lites partidarias las que determinan la composicin de las listas (como sucede en la inmensa mayora de los partidos polticos).Se configura, en definitiva, un grado de democracia interna que no tiene parangn entre los partidos tradicionales.5.9. EL PORVENIR DE LA ECOLOGA POLITCA EN LAS SOCIEDADES OCCIDENTALES

A lo largo de este libro insistimos en que ni los partidos verdealternativos son reducibles al ecologismo (incluyen otras dimensiones, por ejemplo, feminismo), ni el ecologismo halla exclusivo acomodo en los partidos verdes. Por otra parte, sin duda es cierto que los partidos verdes son organizaciones polticas an inmaduras, fluctuantes, y destinadas a sufrir importantes mutaciones.Pero si ha de haber una salida emancipatoria a la crisis de civilizacin en que se debate la humanidad a finales del siglo xx -nos hallamos, a mi entender, en una divisoria histrica comparable a las de la Revolucin Neoltica o la Revolucin Industrial-, no me cabe duda de que la poltica verde (en un sentido amplio) determinar en buena medida las prioridades polticas del siglo xxi. Para apreciar por qu, tenemos que adoptar una perspectiva de largo alcance, ms all de los reveses o triunfos electorales que pueda cosechar un partido verde o de izquierda libertaria en tal o cual pas.Si pensamos en estos trminos, veremos que los temas polticos cruciales para una tal salida emancipatoria a la crisis de civilizacin son precisamente los temas constitutivos de la poltica verde, vale decir, los temas que han hecho avanzar con cierta fuerza los movimientos ecopacifistas en los aos setenta y ochenta: la ecologa (tanto la defensa de la integridad de la biosfera como, en un segundo momento, la reconstruccin ecolgica de la sociedad industrial), el pacifismo antimilitarista (una cuestin de vida o muerte en la era nuclear), la profundizacin democrtica (hacia una democracia descentralizada, participativa y con una importante dimensin econmico-social), la liberacin de las mujeres y un vuelco en las relaciones Norte-Sur (que incluira una significativa transferencia de riqueza del rico Norte al expoliado Sur, y una nueva lgica de desarrollo -un nuevo orden econmico internacional- para el planeta entero).Ms all de los xitos o fracasos electorales circunstanciales de los partidos verdes, vale la pena fijarse en tres fenmenos:

A. Los partidos verdes se generalizan en todo el mundo industrializado, en lo que parece una tendencia ascendente de largo alcance. A comienzos de los noventa, aunque algunos partidos verdes han sufrido traspis a nivel nacional (Die Grnen en 1990, los Verdes suecos en 1991), en otros pases la progresin ascendente contina o al menos se estabiliza: Francia, Suiza, Blgica, Austria, Holanda son buenos ejemplos. Incluso en los casos de Alemania y Suecia, esas derrotas en elecciones generales no implican debilitamiento en otros niveles polticos (regional, local, europeo) ni perspectivas de extincin. Segn constata la dirigente verde alemana Antje Vollmer:Desde una perspectiva internacional, no hemos de tener miedo por el futuro de las ideas verdes. Si los verdes germano-occidentales aparecieron primero como una planta silvestre en el espectro conocido de los partidos polticos, hoy la gente ms bien se asombra cuando en algn pas todava no existe un movimiento verde, y sabe que eso no durar mucho tiempo. Se fundan partidos ecopacifistas tanto en Asia como en Amrica Latina, tanto en Europa meridional como oriental. Hasta puede decirse que fue la resonancia internacional de los verdes alemanes, desde sus mismos orgenes, lo que mejor permite reconocer lo que los verdes son y pueden significar (Vollmer en Fcks, 1991, 11).

B. Los movimientos ecopacifistas y los partidos verdes fuerzan la reestructuracin de todo el espectro poltico. Hoy ya no hay ningn partido (desde la extrema izquierda hasta la extrema derecha) que pueda dejar de reconocer la ecologa como un tema poltico crucial; todos practican ya, si no la poltica verde, al menos la retrica verde. Los partidos polticos de la izquierda tradicional (socialdemcratas, socialistas, comunistas) o de la nueva izquierda de los aos sesenta son los ms afectados, porque al desafo de los partidos verdes se suman los efectos del derrumbamiento del llamado socialismo real en 1989-1991. Vemos cmo en toda Europa hay una tendencia por parte de los partidos comunistas o socialistas de izquierda a integrarse en formaciones verdirrojas, como Izquierda Verde de Holanda, o la Alianza de Izquierdas finlandesa, mientras que los partidos socialdemcratas ensayan una transformacin (incorporando elementos verdes) cuyo exponente ms avanzado es el SPD alemn, con su nuevo programa de 1990.C. El electorado potencial de los partidos verdes es muy grande.Suele identificarse el electorado potencial de un partido con el porcentaje de quienes afirman que podran votarle algn da, en

un sondeo representativo. Pues bien, en 1984 el electorado verde potencial alcanzaba en los nueve pases de la CE ms Grecia un valor medio del 47 %, que es mayor que el potencial de los conservadores (37 %), casi tan grande como el de los demcrata-cristianos y los socialistas/socialdemcratas (49 % y 55 % respectivamente), y tres veces mayor que el de los comunistas (16 %), la extrema izquierda (15 %), la extrema derecha (14 %) o los partidos nacionalistas (18 %) (Inglehart, 1991, 288).15 Como es obvio, es muy improbable que estos electorados potenciales (o cifras aproximadas) se realicen alguna vez: representan el hipottico techo mximo de los verdes en las mejores circunstancias histricas imaginables. Pero resulta significativo que estas reservas ocultas de apoyo potencial sean tan altas, y que lo sigan siendo tambin en aquellos pases que en 1984 ya contaban con partidos verdes establecidos parlamentariamente, como la RFA y Blgica. Los partidos verdes, en Europa Occidental, tienen cierto potencial de mayora social (del que hoy por hoy carecen, por ejemplo, los partidos comunistas o de extrema izquierda).5.10. NI A LA DERECHA NI A LA IZQUIERDA, SINO ADELANTE: LOS VERDES EN EL ESPACIO MULTIDIMENSIONAL DE LA EMANCIPACIN

Acabar este captulo abordando una cuestin que ha hecho correr bastante tinta, y provocado numerosos debates entre los verdes y otras fuerzas polticas emancipatorias, que es la contenida en el provocativo eslogan verde Nosotros no vamos ni a la derecha ni a la izquierda, sino adelante. La frmula, si no me equivoco, es de origen germano: la acu el poltico verde procedente de la democracia cristiana Herbert Gruhl para caracterizar a su partido ecologista conservador Grne Aktion Zukunft,16 y la asumi despus el pensador verde fundamentalista Rudolf Bahro (Bahro, 1980, 103). Pero despus la han hecho suya amplios sectores dentro de los partidos y grupos verdes. Una formulacin clsica la ofrece el dirigente verde alemn Ralf Fcks:El gran cambio de sentido verde de la sociedad slo puede ser impulsado por una fuerza que no se encuentre inmersa en la polarizacin tradicional derecha/izquierda. En lugar de encastrarnos con el partido socialdemcrata SPD en un bloque de izquierdas, que luche por la mayora contra el bloque de derechas formado por cristianodemcratas (CDU/CSU) y liberales (FDP), los Verdes tenemos que emerger a la espalda de todos los partidos (Fcks, 1991, 35).Qu quieren decir exactamente al afirmar que no son ni de derechas ni de izquierdas? Normalmente argumentan del siguiente modo:17 derecha e izquierda son posiciones en el espacio poltico de la sociedad industrial capitalista; la palabra izquierda se aplica a los intentos, por parte de los propietarios de la fuerza de trabajo, de aumentar su participacin relativa en el producto social, y derecha a los mismos intentos por parte de los propietarios del capital. Me referir a estas nociones como definicin verde de derecha e izquierda.As definidas, no cabe duda de que estas nociones son internas al sistema industrial capitalista, y no tendran validez para una fuerza poltica cuya intencin es trascender ese sistema -como lo son la mayora de los verdes-. La izquierda occidental (o "euroizquierda") pugna con la derecha para aumentar la participacin de los/las asalariados/as en el producto social y colabora con la derecha en el impulso de aumentar el volumen global del producto (Ernest Garcia en Antunes, 1990, 185): es decir, para la crtica verde tanto la derecha como la izquierda comparten un rasgo bsico e indeseable que es el productivismo, y esto es ms importante que otros rasgos que separan a derecha e izquierda.Ahora bien, est justificada la definicin verde de derecha e izquierda? En mi opinin, no. Al definir as se est hipostasiando la situacin poltica imperante en un perodo histrico bien determinado: la fase fordista del capitalismo (vase Lipietz, 1989).Durante esta fase (que en los EE.UU. abarca desde los aos veinte-treinta hasta la crisis mundial de los setenta, y en Europa Occidental desde la posguerra de la Segunda Guerra Mundial hasta esa misma crisis de los setenta), capitalistas y trabajadores se vinculan en una especie de pacto social que algunos han llamado compromiso fordista: los segundos aceptan la intangibilidad de las relaciones capitalistas de produccin a cambio de un aumento de su participacin en el producto social, posible gracias a espectaculares incrementos de la productividad en un contexto de crecimiento econmico acelerado (e histricamente irrepetible); los primeros aceptan esa relativa redistribucin y la institucionalizacin del poder de los trabajadores (sindicatos, negociacin colectiva, etc.) a cambio de paz social y disciplina productiva. El fruto del pacto fordista es la sociedad de consumo de masas, el Estado del Bienestar... y tambin la crisis ecolgica global.Pero, es equiparable esta izquierda del compromiso fordista a la izquierda sin ms? Me parecera abusivo, y creo que el malentendido que hay detrs de esta equiparacin delata la tendencia al anacronismo, y la falta de sentido histrico que vicia muchos anlisis verdes: lo he criticado en otro lugar llamndolo la ilusin del absoluto comienzo (Riechmann, 1991, 436), a saber, la ilusin de que los movimientos verde-alternativos representan una novedad tan radical que han de partir absolutamente desde cero en sus luchas y proyectos.18 Puede recordarse que, en los

mismos inicios del perodo fordista, hay voces de izquierda que realizan la crtica del productivismo con sobrecogedora lucidez: as Walter Benjamin en la undcima de sus Tesis de filosofa de la historia.19 Puede recordarse que hay corrientes minoritarias de izquierda antiproductivista que durante este perodo han rechazado la creencia en la bondad intrnseca del desarrollo de las fuerzas productivas (propia tanto de la izquierda productivista como de la derecha productivista). Puede recordarse, en fin, que tambin existen corrientes de derecha antiproductivista desde hace un par de siglos: la reaccin aristocrtica contra las devastaciones paisajsticas que provocaba la expansin del capitalismo decimonnico es tambin una de las races lejanas del ecologismo moderno, tal y como vimos en el captulo 3.Adems, est el hecho significativo de que incluso quienes abogan por la definicin verde de izquierda y derecha no pueden escapar despus a incoherencias en su uso de los trminos: se encuentran hablando de izquierda ecologista y de derecha ecologista (Ernest Garcia en Antunes, 1990, 194; 205; 206), expresiones autocontradictorias segn su propia definicin anterior! Ralf Fcks, cuya propuesta de que los verdes se siten ms all de la polaridad izquierda/derecha tradicional cit antes, sugiere pocas pginas ms tarde que en el contexto de escasez econmica y autolimitacin en que habrn de desenvolverse las economas industriales del futuro la poltica redistributiva ser imperiosa (Fcks, 1991, 41), lo que constituye uno de los temas centrales, clsicos, de la izquierda en cualquier definicin de sta que se adopte! Por ltimo, no se puede ignorar que la breve historia de los verdes europeos, desde 1973 (fundacin del People's Party britnico) has hoy, est recorrida por controversias polticas a veces muy intensas, en las que normalmente se enfrentaban una corriente de izquierda alternativa y una corriente de derecha conservacionista, como se puede comprobar revisando, por ejemplo, la historia de los grupos y partidos verdes en Gran Bretaa, Austria, Suiza o la RFA. La historia de estas controversias sera literalmente ininteligible sin acudir al eje izquierda-derecha. Algo no va bien, por tanto, en el uso verde del lenguaje que propone un ms all de la izquierda y la derecha.A mi juicio, lo que ocurre es lo siguiente: derecha e izquierda no significan lo mismo a lo largo del tiempo (vase Murphy y otros, 1981; Raschke, 1991c; Wolf, 1992b). El significado fundamental de una orientacin poltica de izquierda es apoyo al cambio social en una direccin igualitaria (vase Inglehart, 1991, 320); derecha se define reactivamente, como resistencia a ese cambio. Pero el contenido concreto de un cambio social en sentido igualitario vara en relacin con el orden del da poltico de cadaa poca histrica: los conflictos ms importantes de cada poca y los actoressociales que participan en ellos. El error de la definicin verde de izquierda y derecha, a mi juicio, es ignorar la dimensin histrica del concepto y absolutizar su contenido en una poca histrica concreta, y, si se me apura, en unas sociedades concretas -la fase fordista del capitalismo en las sociedades industriales avanzadas-, como vlido para cada tiempo y lugar.La dimensin izquierda/derecha se emplea desde hace ms de 170 aos para las cuestiones de orientacin poltica;20 cuando se les pide autosituarse sobre una escala numerada izquierda/derecha, entre siete y nueve de cada diez ciudadanos de las democracias parlamentarias europeas lo hacen sin problemas .21 La dimensin izquierda/derecha pertenece a la gramtica ms bsica de los sistemas polticos modernos (es decir, posteriores a la Revolucin Francesa); es real y omnipresente y tiene importantes consecuencias polticas (Lijphart, 1987, 147); y exhibe una fuerza y plasticidad enormes, gracias a las cuales absorbe nuevos temas, cambiando con ello su propio contenido, a medida que varan las circunstancias histricas. La duda sobre la adecuacin de la pareja de trminos topogrficos para la funcin de facilitar la orientacin poltica no se ha dado continuamente a lo largo de toda la historia de los modernos sistemas de partidos, pero s en las fases de transformaciones polticas importantes, en las que se redefinen las coordenadas de esa orientacin poltica (vase Murphy y otros, 1981, 398): eso es lo que est sucediendo en la actualidad. El contenido de la pareja de conceptos izquierda/derecha vara mientras que los conceptos permanecen, y ello no sucede en la mente de los politlogos sino en la realidad. La investigacin demoscpica emprica constata este desplazamiento de los significados en la actualidad: Los indicadores ms fuertes de si uno es de izquierda o de derecha son los nuevos temas polticos, como el apoyo a la liberalizacin del aborto y al movimiento pacifista en el polo izquierdista, o el apoyo a la energa nuclear, la creencia en Dios y el patriotismo en el polo opuesto (Inglehart, 1991, 300; vase tambin Kitschelt/Hellemans, 1990b).Por tanto, a la izquierda no la define por los siglos de los siglos la cuestin social en el sentido restrictivo antes especificado (mayor participacin de los asalariados en el producto social); es ms bsica su lucha por la igualdad.22 Segn ha expresado Joachim Raschke:Ecologa, diferencia sexual y cuestiones de estilo de vida no pueden tematizarse fuera del sistema de la desigualdad social. Tienen determinadas condiciones y consecuencias sociales. Puesto que la desigualdad constituye el ncleo de la vieja divisin izquierda/derecha, las nuevas y viejas lneas de conflicto, los viejos y nuevos temas han de ser mediados sistemticamente a travs de este conmutador.

Si no hay un ms all de la desigualdad y la igualdad, tampoco puede haber un ms all de la izquierda y la derecha.23Las cuestiones de supervivencia no exoneran de respuestas al para qu y al cmo. Los problemas ecolgicos no llevan predeterminada ninguna solucin, estn vinculados a valores. Las cuestiones ecolgicas pueden elaborarse con medios dictatoriales, o tecnocrticos, o democrtico-solidarios. Hay que optar. Las cuestiones ecolgicas no se deciden fuera de las estructuras de desigualdad social; tienen, por ejemplo, siempre consecuencias en el mbito de la distribucin de renta. De manera que hay que decidir quin ha de cargar con ms peso del problema. (...) No hay posibilidad de reconstruccin ecolgica sin intervenir en la economa. Por eso puede la poltica ecologista apoyarse en las tradiciones de izquierda, criticar el capitalismo y someterlo a controles sociales (Raschke, 1991c, 28).Pero si el valor de la igualdad adquiere concreciones determinadas en pocas histricas diferentes, y en general el contenido de la oposicin izquierda/derecha no es el mismo en cada poca, de qu manera se concreta la igualdad en una poca en que, por primera vez en la historia de la humanidad, podemos empezar a afirmar que todos los seres humanos y sociedades vivimos en un solo mundo?24 Coincido con el pensador ecosocialista alemnFrieder Otto Wolf en la determinacin siguiente:El conflicto fundamental de nuestro tiempo se puede, a mi juicio, formular sucintamente del siguiente modo: el modelo de produccin y consumo, de vida y de trabajo, impuesto en los pases industriales no es generalizable al conjunto de la humanidad. Sobre todo porque su despilfarro se basa en trasladar los costes a otros, en otros lugares o en el futuro, y porque los bienes escasos tienen una exclusividad que se basa en la exclusin: unos pocos los tienen porque muchos otros se hallan excluidos de poder tenerlos nunca. (...) O bien se cambia el mencionado modelo -se encuentra o inventa uno que sea generalizable para toda la humanidad-, o bien tienen que justificarse y defenderse la desigualdad y la exclusin, o incluso imponerlas de forma an ms amplia. Mientras que la primera sera una perspectiva de izquierdas, la segunda lo es sin duda de derechas (Wolf 1992b, 24).En suma: igualdad no tiene el mismo contenido en el marco del Estado-nacin y en el marco mundial que hoy se impone; no tiene el mismo sentido antes y despus de los lmites al crecimiento; no tiene el mismo sentido antes y despus de la explosin de la primera bomba atmica, antes y despus de Chernbil. Ignorar esto es condenarse a la inoperancia poltica. Los verdes, por consiguiente, han de situarse en la dimensin izquierda/derecha; pero la izquierda no puede seguir siendo lo que era.25Si aceptamos lo anterior, podremos hablar de izquierda productivista (la mayoritaria durante toda la historia del capitalismo, y casi exclusiva durante su fase fordista) y de izquierda antiproductivista (histricamente minoritaria, aunque no inexistente; y la nica que a finales del siglo xx, en los tiempos del efecto invernadero y de la explosin demogrfica, del agujero de ozono y de las matanzas de nios en Brasil, de Chernobyl y de Bopal, puede pretender una legitimidad emancipatoria); y advertiremos una transicin gradual, en el momento histrico en que nos encontramos, hacia la incorporacin de la nota antiproductivismo en el concepto de izquierda. As como tendr sentido hablar de izquierda ecologista (en la medida en que los valores del ecologismo se combinen con una aspiracin de igualdad social) y de derecha ecologista (que podr incluso extremarse en un ecofascismo); de partidos verdes de izquierdas (como Izquierda Verde holandesa, o Die Grnen en Alemania) y de derechas (que son los menos; entre ellos se cuentan, por ejemplo, Verdes Unidos de Austria -VGO-, o el Partido Ecolgico Democrtico -DP- que fund Herbert Gruhl en Alemania).El antiproductivismo de los verdes es el rasgo que los separa tajantemente de la izquierda establecida, la izquierda del compromiso fordista. Puede coincidirse con el economista verde Alain Lipietz en que la alternativa no se sita en la polarizacin derecha/izquierda propia del paradigma anterior (fordista). Si la alternativa conquista, en veinte o treinta aos, el rango de "paradigma hegemnico" en relacin al cual se situarn las fuerzas polticas del siglo XXl, entonces tendr su propia derecha, su centro y su izquierda. Pero no puede situarse "a la izquierda de la izquierda", si por la segunda "izquierda" del sintagma anterior se entiende la izquierda actual (o ms bien la de los aos setenta), es decir la izquierda del compromiso fordista (Lipietz, 1989, 71). Pero acto seguido Lipietz seala que hay un segundo sentido, histrico, en que esta alternativa verde s constituye una nueva izquierda: pues se halla en continuidad histrica con viejas tradiciones emancipatorias (la Ilustracin y el protoliberalismo del siglo XVIll, el liberalismo radical del XIX, el anarquismo, el socialismo, el comunismo, el feminismo).Lo que s es cierto es que los valores de igualdad, solidaridad, libertad y emancipacin humana, que han vertebrado durante siglos un ideario de izquierda, hoy ya slo pueden comprenderse a nivel planetario, tarea para la que la izquierda del perodo fordista se halla especialmente mal preparada; y es cierto que estos valores hallan hoy muchas veces mejor acomodo en los programas ecologistas que en los de la izquierda institucional fordista.Por tanto: no puede, a mi juicio, aceptarse la definicin verde de izquierda y derecha ni pretenderse que los verdes estn situados ms all de la dimensin poltica izquierda/derecha; pero

s es cierto que no son reducibles a esa dimensin, y tambin lo es que a veces puede resultar difcil situarlos en el eje tradicional izquierda/derecha. Mientras que Die Grnen, por ejemplo, es durante los ochenta un partido de izquierda (y tres cuartas partes de sus electores se autodefinen de izquierdas), en otros pases europeos, como Francia o Gran Bretaa, las posiciones centristas estn mucho ms representadas. Ni los afiliados ni los votantes de los partidos verdes proceden de una clase social nica. Y en el ideario verde se mezclan temas considerados tpicamente tanto de derechas como de izquierdas: ideas conservadoras, socialistas, populistas y anarquistas. Vase, a modo de ejemplo, el programa del que se sirvi una de las primeras iniciativas de ecologismo electoral: la candidatura de Ren Dumont a la presidencia de la Repblica francesa en 1974 (cuadro V.7). CUADROV.7:PROGRAMA DE REN DUMONT, CANDIDATO ECOLOGISTAA LA PRESIDENCIA DE LA REPBLICA FRANCESA EN 1974

EN CONTRA DE:- el derroche de los recursos naturales- la explotacin del Tercer Mundo y de los trabajadores - la concentracin de poder en manos de los tecncratas - la contaminacin de los vehculos- la carrera de armamentos- el aumento masivo de la poblacin- el consumo excesivo en los pases ricos a costa de los pases explotados- la mana nuclear.A FAVOR DE:- limitar el crecimiento econmico ciego-la descentralizacin y la autoadministracinel aborto y el control de natalidad - la anticoncepcin - la redistribucin de la riqueza-la reduccin radical del tiempo de trabajo para reducir el desempleo - la proteccin ambiental - el transporte pblico - la planificacin humana de las ciudades - la proteccin de las minoras culturales - la tecnologa descentralizada con menos contaminacin y fundamen-tada en recursos renovables.Sin embargo, resulta fundamental reconocer que hay otras dimensiones polticas irreductibles al eje tradicional izquierda/ derecha (al que definiremos segn esa nota fundamental de igualitarismo/antgualitarismo). Es menester pensar el espacio poltico no como una lnea sino como un espacio multidimensional. A mi juicio, al menos cuatro dimensiones irreductibles son necesarias para captar la complejidad de la poltica emancipatoria a finales del siglo xx:

A. El eje IGUALITARIO/ANTIIGUALITARIO, equivalente (segn mi propuesta) al de izquierda/derecha (y vinculado, segn una metfora cromtica bien conocida, al color rojo).B. El eje ANTIPRODUCTIVISTA/PRODUCTIVISTA, que es precisamente el que tematizan los movimientos ecologistas, y que se C. El eje ANTIMILITARISTA/MILITARISTA, tematizado por los movimientos pacifistas y vinculado con el color blanco.D. El eje ANTIPATRIARCAL/PATRIARCAL, tematizado por los movimientos feministas y vinculado con el color violeta.

Todos estos ejes son perpendiculares entre s, o lo que es lomismo: todas las combinaciones entre estos rasgos (en su valencia positiva o negativa) son posibles entre s: es posible un igualitarismo productivista, militarista y patriarcal, precisamente el de buena parte de la izquierda tradicional; es posible un ecologismo antipacifista, como el del terico austro-francs Andr Gorz; es posible un antiproductivismo patriarcal, militarista y antiigualitario, como el representado por minoritarias posiciones ecofascistas; etc., etc. Por continuar con la metfora cromtica: lo rojo no implica ni lo verde, ni lo blanco, ni lo violeta; lo verde no implica ni lo rojo, ni lo blanco, ni lo violeta; lo blanco no implica ni lo rojo, ni lo verde, ni lo violeta; lo violeta no implica lo rojo, ni lo verde, ni lo blanco.La izquierda de tradicin socialista/comunista presentaba la cuestin en trminos de socialismo o barbarie. Esta disyuntiva sigue a mi juicio en pie y es -trgicamente- ms actual que nunca, pero ambos trminos han de ser replanteados. Nos enfrentamos, por un lado, con una barbarie social y ecolgica cuyas dimensiones no admiten parangn histrico, y que resulta de la simple prolongacin de las polticas actualmente dominantes; y por otro, con la decrepitud de los modelos de socialismo que se prometen maravillas del crecimiento econmico indiscriminado y del industrialismo a ultranza. La alternativa a la barbarie actual y creciente ha de ser capaz de integrar las crticas y demandas de los movimientos sociales emancipadores: ha de poder conjugar lo rojo, lo verde, lo violeta. Necesitamos una alternativa arcoiris.