Los _ Periodistas _ Frente _ a _ Los _ Mecanismos _ de _ Cooptacion _ El Mundo - Le Monde

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http://www.insumisos.com/diplo/NODE/2554.HTM Page 1 of 4 Jul 26, 2015 03:29:41PM MDT Los periodistas frente a los mecanismos de cooptación | El Dipló insumisos.com Los periodistas frente a los mecanismos de cooptación ¿Por qué razón el discurso mediático parece converger espontáneamente hacia la legitimación del orden establecido y aportar así una contribución indispensable a la perennidad del sistema social? No hay en esto ningún complot. En efecto, el aspecto concertado parece minoritario. El reclutamiento social de los periodistas y su capacidad para incorporar profundamente la ideología de las clases dirigentes, crea entre ellos una comunidad de inspiración que hace innecesaria la conspiración. A menudo, les basta trabajar como sienten para trabajar como deben. Es decir, como no debieran. El observador del sistema mediático debería partir del principio de que los periodistas no están en su mayoría maquiavélicamente preocupados por manipular al público para el mayor provecho de los accionistas de las empresas de prensa en particular y de los inversionistas capitalistas en general. Si se comportan como "condicionadores" de aquellos a quienes se dirigen, no es tanto porque tengan la voluntad declarada de condicionarlos, sino porque ellos mismos están condicionados, en un grado tal que la mayoría no sospecha. Cada cual, al hacer espontáneamente -o al no hacer - lo que tiene ganas, concuerda espontáneamente con todos los otros. A la manera del poeta Robert Desnos, se podría decir que obedecen a la lógica del pelícano: "El pelícano pone un huevo muy blanco / Del que sale, inevitablemente / Otro que hace lo mismo". Los financistas y los mercaderes que se apoderaron de la parte esencial de los medios, salvo contadas excepciones, generalmente no necesitan indicar a los periodistas lo que tienen que decir o mostrar. No necesitan violentarles la conciencia ni transformarlos en propagandistas. El sentido de la dignidad periodística no lo aceptaría. Para que la información de prensa esté garantizada lo mejor posible en el mejor de los mundos capitalistas, es preferible dejar que el personal periodístico haga libremente su trabajo (salvo circunstancias y casos particulares), o más exactamente, darle la sensación de que su trabajo no obedece a otras exigencias, a otras limitaciones que las que imponen las reglas específicas del juego periodístico, aceptadas por todos. Hay que remitirse a la "conciencia profesional". Para ello es necesario y suficiente confiar las riendas del poder periodístico en las redacciones a hombres y mujeres calificados, generalmente "grandes profesionales", lo que particularmente significa que han dado siempre garantías de su adhesión a una visión del mundo, cuyas creencias fundamentales comparten -explícita o implícitamente- con sus empleadores. Luego de ocupar con profesionales ideológicamente confiables los puestos de mando superiores, no hay más que dejar funcionar el mecanismo de cooptación -abierta o encubierta- que garantiza un reclutamiento que evita en la mayoría de los casos, cuando no en todos, la entrada de zorros en el gallinero y de herejes en la misa. Ese mecanismo comienza a funcionar desde el ingreso en las escuelas de periodismo y continúa permanentemente en las redacciones. Así es como los medios están sólidamente controlados por una red a la que le basta con trabajar "como siente" para trabajar "como debe", es decir, para defender las normas y los valores del modelo dominante, consensuado entre una derecha falta de ideas y una izquierda falta de ideales. Pero hay que insistir en que la eficacia de semejante sistema se apoya fundamentalmente en la sinceridad y en la espontaneidad de quienes se entregan a él, aun cuando esa entrega implica cierto nivel de automistificación. Cabe hacer muchas críticas y reproches bien fundamentados a la información periodística tal como se la practica, incluido el de encerrar las mentes en la problemática dominante y hasta en el pensamiento único. Pero hay un reproche que no puede hacerse a los periodistas, salvo casos particulares, por supuesto: el de no hacer su trabajo de buena fe. Por haber interiorizado tan bien la lógica del sistema, adhieren libremente a lo que ella les ordena creer. Actúan de común acuerdo sin necesidad

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artículo sobre la cooptacion de profesionales por compañías y políticos

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http://www.insumisos.com/diplo/NODE/2554.HTMPage 1 of 4 Jul 26, 2015 03:29:41PM MDTLos periodistas frente a los mecanismos de cooptacin | El Dipl insumisos.comLos periodistas frente a los mecanismos de cooptacinPor qu razn el discurso meditico parece converger espontneamente hacia la legitimacindel orden establecido y aportar as una contribucin indispensable a la perennidad del sistemasocial? No hay en esto ningn complot. En efecto, el aspecto concertado parece minoritario. Elreclutamiento social de los periodistas y su capacidad para incorporar profundamente laideologa de las clases dirigentes, crea entre ellos una comunidad de inspiracin que haceinnecesaria la conspiracin. A menudo, les basta trabajar como sienten para trabajar comodeben. Es decir, como no debieran.El observador del sistema meditico debera partir del principio de que los periodistas no estn en sumayora maquiavlicamente preocupados por manipular al pblico para el mayor provecho de losaccionistas de las empresas de prensa en particular y de los inversionistas capitalistas en general. Si secomportan como "condicionadores" de aquellos a quienes se dirigen, no es tanto porque tengan lavoluntad declarada de condicionarlos, sino porque ellos mismos estn condicionados, en un grado tal quela mayora no sospecha. Cada cual, al hacer espontneamente -o al no hacer - lo que tiene ganas,concuerda espontneamente con todos los otros. A la manera del poeta Robert Desnos, se podra decirque obedecen a la lgica del pelcano: "El pelcano pone un huevo muy blanco / Del que sale,inevitablemente / Otro que hace lo mismo".Los financistas y los mercaderes que se apoderaron de la parte esencial de los medios, salvo contadasexcepciones, generalmente no necesitan indicar a los periodistas lo que tienen que decir o mostrar. Nonecesitan violentarles la conciencia ni transformarlos en propagandistas. El sentido de la dignidadperiodstica no lo aceptara. Para que la informacin de prensa est garantizada lo mejor posible en elmejor de los mundos capitalistas, es preferible dejar que el personal periodstico haga libremente sutrabajo (salvo circunstancias y casos particulares), o ms exactamente, darle la sensacin de que sutrabajo no obedece a otras exigencias, a otras limitaciones que las que imponen las reglas especficas deljuego periodstico, aceptadas por todos. Hay que remitirse a la "conciencia profesional".Para ello es necesario y suficiente confiar las riendas del poder periodstico en las redacciones a hombresy mujeres calificados, generalmente "grandes profesionales", lo que particularmente significa que handado siempre garantas de su adhesin a una visin del mundo, cuyas creencias fundamentalescomparten -explcita o implcitamente- con sus empleadores. Luego de ocupar con profesionalesideolgicamente confiables los puestos de mando superiores, no hay ms que dejar funcionar elmecanismo de cooptacin -abierta o encubierta- que garantiza un reclutamiento que evita en la mayora delos casos, cuando no en todos, la entrada de zorros en el gallinero y de herejes en la misa. Ese mecanismocomienza a funcionar desde el ingreso en las escuelas de periodismo y contina permanentemente en lasredacciones. As es como los medios estn slidamente controlados por una red a la que le basta contrabajar "como siente" para trabajar "como debe", es decir, para defender las normas y los valores delmodelo dominante, consensuado entre una derecha falta de ideas y una izquierda falta de ideales.Pero hay que insistir en que la eficacia de semejante sistema se apoya fundamentalmente en la sinceridady en la espontaneidad de quienes se entregan a l, aun cuando esa entrega implica cierto nivel deautomistificacin. Cabe hacer muchas crticas y reproches bien fundamentados a la informacinperiodstica tal como se la practica, incluido el de encerrar las mentes en la problemtica dominante yhasta en el pensamiento nico. Pero hay un reproche que no puede hacerse a los periodistas, salvo casosparticulares, por supuesto: el de no hacer su trabajo de buena fe. Por haber interiorizado tan bien la lgicadel sistema, adhieren libremente a lo que ella les ordena creer. Actan de comn acuerdo sin necesidadhttp://www.insumisos.com/diplo/NODE/2554.HTMPage 2 of 4 Jul 26, 2015 03:29:41PM MDTdel sistema, adhieren libremente a lo que ella les ordena creer. Actan de comn acuerdo sin necesidadde ponerse de acuerdo. Su comunidad de inspiracin hace innecesaria la conspiracin.Si hubiera que resumir en pocas palabras su creencia fundamental, se podra decir que creensinceramente en el balance finalmente positivo de un capitalismo de rostro humano, y creen firmementeque esa creencia no tiene nada de ideolgico ni de superado. Por supuesto, como ocurre con todos losactores de todos los campos sociales, su visin de las cosas se caracteriza por una mezcla, enporcentajes variables -segn la posicin que ocupan en el campo- de lucidez y de ceguera, de visto y deno visto, o de mal visto. Ven, por ejemplo, las innumerables manifestaciones de inhumanidad del ordencapitalista en todos lados donde tiene libre curso; pero se niegan a ver en ellas un rasgo consustancial,inherente a la esencia misma del capitalismo, para reducirlas a un mero accidente. Hablan de"disfuncionalidades", de "desviaciones", de "desbordes", de "excesos", de "ovejas negras", condenablespor cierto, pero que de ninguna manera comprometen el principio mismo del sistema queespontneamente son proclives a defender.As, por ejemplo, en materia de investigacin y tratamiento de la informacin-mercanca, repruebansinceramente los detestables "excesos" que generan la competencia, la obligacin de rentabilidad, lasmediciones de audiencia, en suma, la lgica del mercado. Pero cuando esta misma lgica provoca eldesarrollo masivo del trabajo precario en las redacciones, con contingentes -cada vez mayores- dejvenes periodistas subremunerados y descartables, explotados de forma bastante indigna por susempleadores (lo que sera comprensible) pero tambin por muchos de sus jefes y colegas (lo que lo esmenos), nos hallamos frente a una "disfuncionalidad" que hasta ahora no ha provocado ningunamovilizacin de la profesin comparable a la motivada por la defensa del 30% de exoneracin fiscal deque goza . Y resulta significativo que durante la gran huelga que en 1999 afect a las cadenas estatales 1francesas -grandes consumidoras de trabajo precario- jams se pronunci ni una sola palabra en pblicosobre el tema."Hacerse la pelcula"El campo periodstico, como muchos otros, slo puede funcionar al precio de lo que es preciso llamar unaforma objetiva de "impostura", en el sentido de que slo puede hacer lo que desea -es decir, contribuir almantenimiento del orden simblico- haciendo como si no lo hiciera, como si no tuviera otro principio que lautilidad pblica y el bien comn, la verdad y la justicia. Es por hipocresa? No. Ningn sistema, sea cualsea, puede funcionar masivamente y deliberadamente de acuerdo con una impostura intencional ypermanente. Es necesario que la gente crea en lo que hace y que adhiera personalmente a una ideologasocialmente aprobada.En el caso que nos ocupa, la misma no puede consistir en gritar cnicamente: "Viva el reino del dinerotodopoderoso, abajo el humanismo arcaico, acumulemos riquezas y que se joroben los pobres!", sino queconsiste en considerar, con toda buena fe, aunque ms no fuera implcitamente, que la felicidad delgnero humano exige imperativamente mantenerse en el seno de la iglesia liberal, fuera de la cual no haysalvacin posible.As, los dueos del dinero pueden -afortunadamente para ellos-poblar los medios que compraron conpersonas inteligentes, hbiles y sinceras, personalmente condicionadas para transfigurar las leyes dehierro del capitalismo en condiciones permisivas y en postulados indiscutibles de lo que llaman "lamodernidad" o, si se prefiere, "la democracia de mercado".Pero las mismas conclusiones que valen para los medios valen para sectores enteros de la estructurasocial. El microcosmos periodstico es al respecto un espacio privilegiado para la observacin de lo in vivoque ocurre en los terrenos de produccin y difusin de bienes simblicos, cuya poblacin profesionalpertenece muy mayoritariamente a las clases medias: profesiones intelectuales de la educacin, de lahttp://www.insumisos.com/diplo/NODE/2554.HTMPage 3 of 4 Jul 26, 2015 03:29:41PM MDTque ocurre en los terrenos de produccin y difusin de bienes simblicos, cuya poblacin profesionalpertenece muy mayoritariamente a las clases medias: profesiones intelectuales de la educacin, de lainformacin, del trabajo social, oficios de consejo y direccin, de presentacin y representacin, etc.Son las clases medias -en particular, la nueva pequea burguesa- las que han inyectado en ese sistema,jugndose a fondo en l, una dosis de humanidad, de inteligencia, de imaginacin, de tolerancia, depsicologa, en sntesis, el suplemento anmico que el mismo necesitaba para pasar de la explotacinbrbara del trabajo asalariado -que an reinaba antes de la segunda guerra mundial- a formasaparentemente ms civilizadas, compatibles con el crecimiento de las aspiraciones democrticas.La modernizacin del capitalismo consisti en desarrollar mtodos de "gestin de recursos humanos" y decomunicacin dirigidos a enmascarar las exacciones patronales y a implicar psicolgicamente an ms alos asalariados en su propia explotacin. Por supuesto, esa colaboracin comporta diversasgratificaciones, materiales y morales, la primera de las cuales es asegurar la subsistencia de losinteresados, y la segunda, generar en ellos el sentimiento de una cierta importancia y de una cierta utilidadpara sus semejantes. Lo que no es poco. Pero resulta sin embargo que por una de esas astucias objetivasque abundan en la historia, su trabajo beneficia ms an al sistema y a los feudalismos que lo dominan, yque creyendo servir a Dios, sirven tambin -a veces principalmente- a Mammon . Pero lo hacen2 sub, con plena buena conciencia, pues casi todo lo que podra crearles mala conciencia es specie boniautomticamente autocensurado o transfigurado. Como hubiera dicho Pascal, tienen "una voluntad decreer ms fuerte que sus razones para dudar".Probablemente porque los periodistas dominan profesionalmente las tecnologas del hacer-ver y delhacer-saber, la observacin de su ambiente permite ver, ms an que en otras categoras de las clasesmedias, que la impostura objetiva de estas ltimas -que consiste en no ser y no hacer nunca del todo loque ellas mismas creen que son y hacen- se traduce en una puesta en escena constante de s mismo,destinada a darse, dndola a los otros, la representacin ms valorizadora de su importancia.Si bien es verdad que ningn juego social podra desarrollarse si los actores no aceptaran, en mayor omenor medida, "contarse historias", embaucarse a s mismos y a los dems, hay que admitir que lasclases medias son particularmente propensas a "hacerse la pelcula". Esta inclinacin -ms biennarcisstica- a la teatralizacin de su existencia, tiene que ver con su pertenencia a un espacio intermediodel poder social, entre dos polos, el dominante y el dominado. Todos los rasgos caractersticos de lapequea burguesa corresponden fundamentalmente a esa posicin, en vilo entre lo demasiado poco y loexcesivo, entre el ser y el no-ser, en un mundo donde el valor socialmente reconocido se ha vueltodirectamente proporcional al grado de acumulacin del capital en general y de la economa en particular."Los ms desposedos", como se dice pdicamente, tienen demasiado poco para poder siquierapreocuparse por valorizar lo que tienen y lo que son. Los ms privilegiados tienen demasiado como paranecesitar tranquilizarse convirtindose en espectculo para los dems.Frustracin y resentimientosPero el resultado de esa bsqueda perpetua de reaseguro pocas veces es completamente satisfactorio. Acausa de su posicin intermedia, los pequeo-burgueses son generalmente ms sensibles a lo que lossepara de las posiciones superiores, que a las ventajas intrnsecas de la posicin que ocupan. Como ya lohaba notado Stendhal, "lo ms importante es ascender a la clase superior a la propia, la que consagratodos sus esfuerzos a impedirle ascender".Eso implica una fuente de frustracin intensa y de resentimiento, una especie de foco patolgico delreconocimiento social, origen de innumerables casos de ese sufrimiento existencial que se podra reunirbajo la denominacin de sndrome de Emma Bovary y de Julian Sorel . Sufrimiento tanto ms difcil de 3mitigar, cuanto que est estructuralmente programado y por lo tanto es refractario a toda terapia mdica.http://www.insumisos.com/diplo/NODE/2554.HTMPage 4 of 4 Jul 26, 2015 03:29:41PM MDTArtculosVinculadosFichaDocumental1.2.3.mitigar, cuanto que est estructuralmente programado y por lo tanto es refractario a toda terapia mdica.Una investigacin sobre el periodismo de base suministra elocuentes ilustraciones de esa relacinambigua con su posicin, relacin a la vez encantada y exasperada, enamorada y contrariada, presumiday dolorosa, de dominantes-dominados del intervalo social.Es lcito pensar que la nica forma de tratar de remediar ese problema consistira en comprometerseresueltamente, activamente, en la participacin en una accin colectiva, de tipo poltico y social, dirigida aromper con la lgica del sistema. Empresa difcil, pues no puede desarrollarse sin cuestionar elinconsciente social de la situacin, es decir, todo lo que "personalmente" se ha interiorizado en lo msprofundo; todos los lazos viscerales, todas las adherencias carnales por medio de las cuales los individuos"hacen cuerpo" con un sistema que los ha engendrado y condicionado a hacer espontneamente -porpropia voluntad y a veces alegremente- lo que espera de ellos. Por ejemplo, enfrentarseinterminablemente unos contra otros en una competencia implacable por objetivos artificiales e irrisorios,cuya persecucin y conquista finalmente no prueban nada, salvo, precisamente, que uno estperfectamente condicionado.Hasta ahora, los miembros de las clases medias han perseverado -condicionados a ello no slo por losmedios, sino por toda su socializacin- en cultivar su sueo de ascensin social y sus esperanzas de xitopersonal en el interior de un universo cuyas carencias, contradicciones e iniquidades muchos de ellosdenuncian.Pero esas opiniones crticas, por quedar limitadas al solo registro poltico (cuando no politiquero) y al voto"de izquierda" que pueden llevar asociado, lejos de poner en peligro la lgica dominante, tienen por efectooptimizar el funcionamiento de un sistema que no slo puede reproducirse en lo esencial, sino queadems puede jactarse de mantener -a travs de los medios- un verborrgico debate pblico que, dehecho, no se refiere nunca a lo esencial.En Francia, los periodistas profesionales gozan de una reduccin de su base imponible del 30%.Mammon: Palabra aramea, que en el evangelio identifica a los bienes materiales que esclavizanal hombre.Respectivamente, protagonistas de las novelas Madame Bovary, de Gustave Flaubert, y Rojo yNegro, de Stendhal. Ambos representan la ambicin de ascenso social plasmada en una actitudvoluntarista. Le Monde diplomatique y Capital Intelectual S.A.