Los pobres multidimensionales - Javier Escobal - Perú 21 - 091113

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SÁBADO 9 DE NOVIEMBRE DE 2013 | OPINIÓN | Perú21 | 5 USO DE LA PALABRA JAVIER ESCOBAL // Investigador principal, GRADE LOS POBRES MULTIDIMENSIONALES E n las últimas semanas se ha dicho que hay más pobres multidimen- sionales, lo que pondría en entredicho los cálculos del gobierno sobre la pobreza monetaria. La pobreza multidimen- sional no es muy distinta de un indicador que se ha ex- tendido desde muchos años en el Perú y en América La- tina: el de necesidades bási- cas insatisfechas (NBI). En el indicador de NBI se cuenta el número de carencias que tiene un individuo. A más carencias más pobre. Las que normalmente se consi- deran son: no tener acceso a agua o desagüe, vivir en vi- viendas precarias o con ni- veles altos de tugurización, no acceder a educación, en- tre otras. ¿Cuántas caren- cias debe tener un individuo para ser considerado pobre por NBI? Esta decisión es ar- bitraria. Si uno considera que basta una para ser conside- rado pobre, el indicador será más alto que si se considera como punto de corte una o más carencias. El indicador de pobreza multidimensional propues- to por Enrique Vásquez es muy similar al de NBI. Calcu- la un promedio ponderado de ocho indicadores vinculados con educación (el jefe del ho- gar tiene como grado de ins- trucción primaria completa o menos; el hogar tiene al me- nos un niño en edad escolar que no está matriculado en la educación básica regular a pe- sar de no haber terminado la secundaria); salud (ante una molestia, enfermedad o ac- cidente no accede a servicios de salud porque no tiene di- nero, el centro de salud se en- cuentra muy lejos o no tiene seguro; la persona no consu- me el nivel de calorías míni- mo necesario); y condiciones de la vivienda (no tiene elec- tricidad; no tiene desagüe con co- nexión a red pú- blica; el piso de su vivienda está sucio, tiene arena o estiércol; usa carbón o leña para cocinar). Luego de promediar los ocho indicadores se requiere un punto de corte para deter- minar quién es pobre “mul- tidimensional”. El autor de esta propuesta escoge de ma- nera arbitraria el valor 0.33, lo que le permite obtener un número de pobres multidi- mensionales mayor al que se registra en el cálculo de po- breza monetaria. Si el punto de corte hubie- se sido, por ejemplo 0.40, la conclusión hubiese sido dis- tinta y se hubiera dicho que hay más pobres medidos por go del tiempo puede per- mitir dar cuen- ta de la eficacia de las políticas de lucha contra la pobreza. Aquí lo importante es asegurar que use el mis- mo punto de corte a lo largo del tiempo. Lo que no se debe hacer es comparar dos indicado- res como el de pobreza mul- tidimensional y pobreza mo- netaria que tienen puntos de corte distintos y, uno de ellos bastante más arbitrario que el otro. Encontrar más pobres puede entusiasmar a quienes ven con desconfian- za los indicadores oficiales, pero más allá de eso es poco útil para evaluar e informar la política social. “Encontrar más pobres puede entusiasmar a quienes ven con desconfianza los indicadores oficiales, pero, más allá de eso, es poco útil para la política social”. pobreza monetaria que po- bres multidimensionales. La pobreza monetaria también requiere de un pun- to de corte. El utilizado por el INEI se basa en una canasta alimentaria que asegura re- querimientos nutricionales según estándares interna- cionales. Como todo punto de corte también es arbitra- rio, pero su justificación téc- nica y académica es bastante más rigurosa. ¿Significa esto que los cálculos de la pobreza mul- tidimensional son inútiles? No. Mirar cómo evoluciona el número de carencias que tienen los individuos a lo lar-

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"Encontrar más pobres puede entusiasmar a quienes ven con desconfianza los indicadores oficiales, pero más allá de eso es poco útil para evaluar e informar la política social". Javier Escobal, Investigador Principal de GRADE, sostiene que no se debe comparar los indicadores de pobreza multidimensional y pobreza monetaria debido a que sus puntos de corte (línea de pobreza) son distintos. La columna de opinión fue publicada por Perú 21, a propósito de la discusión en torno al número de pobres multidimensionales mostrado por un estudio de la Universidad del Pacífico "lo que pondría en entredicho los cálculos del gobierno sobre la pobreza monetaria". Escobal explica la propuesta del estudio mencionado: para determinar quién es pobre “multidimensional” se promedian ocho indicadores y se realiza un punto de corte, en este caso el valor 0.33, lo que permite obtener un número de pobres multidimensionales mayor al que se registra en el cálculo de pobreza monetaria; es decir, la conclusión hubiese sido otra si el valor hubiese sido, por ejemplo, 0.40: "se hubiera dicho que hay más pobres medidos por pobreza monetaria que pobres multidimensionales". El indicador de pobreza monetaria también necesita de un punto de corte. El del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) está basado en una canasta alimentaria que asegura necesidades nutricionales según estándares internacionales: "como todo punto de corte también es arbitrario, pero su justificación técnica y académica es bastante más rigurosa", reflexiona el economista de GRADE. Sin embargo, esto no significa que los cálculos de pobreza multidimensional sean inútiles; la evolución del número de carencias de los individuos a lo largo del tiempo, mostrada por este indicador, permite dar cuenta de la eficacia de la lucha contra la pobreza.

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SÁBADO 9 DE NOVIEMBRE DE 2013 | OPINIÓN | Perú21 | 5

USO DE LA PALABRA

SUMAS Y RESTAS

JAVIER ESCOBAL // Investigador principal, GRADE

SANDRO VENTURO SCHULTZ// Sociólogo y comunicador

LOS POBRES MULTIDIMENSIONALES

ANTES DE LASEGUNDA GUERRA

En las últimas semanas se ha dicho que hay más pobres multidimen-

sionales, lo que pondría en entredicho los cálculos del gobierno sobre la pobreza monetaria.

La pobreza multidimen-sional no es muy distinta de un indicador que se ha ex-tendido desde muchos años en el Perú y en América La-tina: el de necesidades bási-cas insatisfechas (NBI). En el indicador de NBI se cuenta el número de carencias que tiene un individuo. A más carencias más pobre. Las que normalmente se consi-deran son: no tener acceso a agua o desagüe, vivir en vi-viendas precarias o con ni-veles altos de tugurización, no acceder a educación, en-

En estos días, una vez más, un tema en el que supuestamente todos

deberíamos coincidir, se ha convertido en motivo de po-larización política. Hablar de derechos humanos se ha vuelto peligroso pues uno se encuentra entre dos ex-tremos que se descalifican moralmente.

Independientemente de la validez de una posición, o de la otra, y asumiendo como necesaria la confron-tación en democracia y la de-fensa apasionada de lo que consideramos fundamental, resulta preocupante la ima-gen que todo este lío viene generando en el resto de ciu-dadanos.

Quienes más perdemos con el alboroto somos los

tre otras. ¿Cuántas caren-cias debe tener un individuo para ser considerado pobre por NBI? Esta decisión es ar-bitraria. Si uno considera que basta una para ser conside-rado pobre, el indicador será más alto que si se considera como punto de corte una o más carencias.

gobernados; porque las buenas razones del de-bate se diluyen entre tanto escándalo, porque las buenas causas se opacan ante el figu-retismo de los voce-ros, porque la impos-tergable reconciliación, y la indispensable justicia,

El indicador de pobreza multidimensional propues-to por Enrique Vásquez es muy similar al de NBI. Calcu-la un promedio ponderado de ocho indicadores vinculados con educación (el jefe del ho-gar tiene como grado de ins-trucción primaria completa o menos; el hogar tiene al me-nos un niño en edad escolar que no está matriculado en la educación básica regular a pe-sar de no haber terminado la secundaria); salud (ante una molestia, enfermedad o ac-cidente no accede a servicios de salud porque no tiene di-nero, el centro de salud se en-cuentra muy lejos o no tiene seguro; la persona no consu-me el nivel de calorías míni-mo necesario); y condiciones de la vivienda (no tiene elec-

se nos escapan de las manos continuamente.

La clase política no está provocando el interés de los ciudadanos res-pecto a los derechos humanos, peor aún, está despertando un gran rechazo. Al mis-mo tiempo, los medios de comunicación, ob-sesionados por el es-pectáculo burocráti-

tricidad; no tiene desagüe con co-nexión a red pú-blica; el piso de su vivienda está sucio, tiene arena o estiércol; usa carbón o leña para cocinar).

Luego de promediar los ocho indicadores se requiere un punto de corte para deter-minar quién es pobre “mul-tidimensional”. El autor de esta propuesta escoge de ma-nera arbitraria el valor 0.33, lo que le permite obtener un número de pobres multidi-mensionales mayor al que se registra en el cálculo de po-breza monetaria.

Si el punto de corte hubie-se sido, por ejemplo 0.40, la conclusión hubiese sido dis-tinta y se hubiera dicho que hay más pobres medidos por

co, están amplificando las caricaturas de un grupo de políticos y activistas desfa-chatados y displicentes con el bien común.

En estos días le he pre-

g o d e l tiempo

puede per-mitir dar cuen-

ta de la eficacia de las políticas de lucha contra la pobreza. Aquí lo importante es asegurar que use el mis-mo punto de corte a lo largo del tiempo.

Lo que no se debe hacer es comparar dos indicado-res como el de pobreza mul-tidimensional y pobreza mo-netaria que tienen puntos de corte distintos y, uno de ellos bastante más arbitrario que el otro. Encontrar más pobres puede entusiasmar a quienes ven con desconfian-za los indicadores oficiales, pero más allá de eso es poco útil para evaluar e informar la política social.

guntado a muchas perso-nas qué opinan sobre estos asuntos y las respuestas me han dejado perplejo. Si bien existen quienes tienen la mesura adecuada frente al problema, son muchos más los que se suman a la vio-lencia retórica. Si bien hay quienes demandan genui-

na madurez a los políticos, una gran mayoría se desen-chufa conscientemente, evi-tando la regresión, huyendo del pesimismo y la condena. Parece que el debate público nos está atrofiando.

Para construir una me-moria compartida de aque-lla historia que nos talló durante dos décadas, se necesita otro clima social. Para promover procesos de justicia y reparación, nece-sitamos una clase política orientada al juego, no a las jugadas. La nuestra es una sociedad con un gran déficit en la gestión de las contro-versias, que parece no haber aprendido después de tanto dolor y tanta muerte. Haga-mos que la intolerancia no se repita.

“Encontrar más pobres puede entusiasmar a quienes ven con desconfi anza los indicadores ofi ciales, pero, más allá de eso, es poco útil para la política social”.

“La clase política no está provocando el interés de los ciudadanos respecto a los derechos humanos, peor aún, está despertando en ellos un gran rechazo”.

“Para promover procesos de justicia y reparación, necesitamos una clase política orientada al juego, no a las jugadas. No hemos aprendido después de tanto...”.

pobreza monetaria que po-bres multidimensionales.

La pobreza monetaria también requiere de un pun-to de corte. El utilizado por el INEI se basa en una canasta alimentaria que asegura re-querimientos nutricionales según estándares interna-cionales. Como todo punto de corte también es arbitra-rio, pero su justificación téc-nica y académica es bastante más rigurosa.

¿Significa esto que los cálculos de la pobreza mul-tidimensional son inútiles? No. Mirar cómo evoluciona el número de carencias que tienen los individuos a lo lar-