Los Salmos y Cánticos de Laúdes

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LOS SALMOS Y CÁNTICOS DE LAUDES PRIMERA SEMANA DEL SALTERIO Domingo: SALMO 62, 2-9 El alma sedienta de Dios NOTAS A LOS VERSÍCULOS DEL SALMO Salmo de súplica y de confianza durante una persecución. V. 2: Desde el principio domina el tono de intimidad y el sentimiento intenso. Ahora es una nostalgia experimentada casi como necesidad biológica de agua. V. 3: La nostalgia se intensifica recordando una experiencia intensa en el santuario, cuando el hombre llega a sentir y a «contemplar» la presencia de Dios, que se manifiesta como «poder y gloria» en el culto. VV. 4-5: La experiencia religiosa funda la alabanza futura y la esperanza de nuevas alegrías participando en el culto a Dios. Este culto incluye los cantos de alabanza, con gestos de las manos, y sacrificios eucarísticos de los que participa el pueblo en el banquete sagrado. Todo ello es una fiesta de alegría, «cum júbilo». VV. 7-9: Prosigue el tono de intimidad y alegría. En el templo «canta con júbilo», y este recuerdo le acompaña por la noche. La unión con Dios es una profunda experiencia religiosa, el alma «se

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Los Salmos y Cánticos de Laúdes

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LOS SALMOS Y CNTICOS DE LAUDES

PRIMERA SEMANA DEL SALTERIO

Domingo:

SALMO 62, 2-9El alma sedienta de Dios

NOTAS A LOS VERSCULOS DEL SALMOSalmo de splica y de confianza durante una persecucin.

V. 2: Desde el principio domina el tono de intimidad y el sentimiento intenso. Ahora es una nostalgia experimentada casi como necesidad biolgica de agua.V. 3: La nostalgia se intensifica recordando una experiencia intensa en el santuario, cuando el hombre llega a sentir y a contemplar la presencia de Dios, que se manifiesta como poder y gloria en el culto.VV. 4-5: La experiencia religiosa funda la alabanza futura y la esperanza de nuevas alegras participando en el culto a Dios. Este culto incluye los cantos de alabanza, con gestos de las manos, y sacrificios eucarsticos de los que participa el pueblo en el banquete sagrado. Todo ello es una fiesta de alegra, cum jbilo.VV. 7-9: Prosigue el tono de intimidad y alegra. En el templo canta con jbilo, y este recuerdo le acompaa por la noche. La unin con Dios es una profunda experiencia religiosa, el alma se pega a Dios: y en ello consiste la gracia que vale ms que la vida.VV. 10-11: Saliendo de esta intimidad, el salmista siente que pierden consistencia los enemigos. Dios har justicia. Jurar por su nombre equivale a reconocer y venerar el nombre de Dios: es una manera de designar a los fieles; aqu se opone a las palabras falsas de los calumniadores.Para la reflexin del orante cristiano.- El cristiano repite la experiencia religiosa, encontrando a su Seor presente en el templo y en el culto: en la manifestacin de su gloria, en el banquete eucarstico, en los himnos de la asamblea, en la gracia y unin ntima. Y esta maravillosa experiencia le llena de nostalgia, como una sed total, por aquella unin plena y definitiva en el santuario del cielo.-- [L. Alonso Schkel] CNTICO DE LOS TRES JVENES (Dn 3,57-88.56)Toda la creacin alabe al Seor

MONICIN PARA EL CNTICOLa escena de los tres jvenes en el horno de Babilonia es una de las pginas del Antiguo Testamento que ms ha usado la Iglesia desde los tiempos primitivos, como lo prueba ya la antigua iconografa de las catacumbas.La comunidad cristiana -sobre todo la que vivi las grandes persecuciones de los comienzos- vea en los jvenes martirizados por el rey Nabucodonosor, que, en medio de las llamas y como si no sintieran el tormento del fuego, cantaban unnimes a Dios, una imagen evocadora de la actitud de la Iglesia. Perseguida por los poderes del mundo, sometida a los sufrimientos del martirio, la comunidad de Jess se siente como refrigerada por una suave brisa, que no es otra sino la esperanza que le infunde la contemplacin del Resucitado. Tambin l fue perseguido y martirizado y, tras un breve sufrir, venci la muerte y ahora se sienta, feliz y glorioso, a la derecha del Padre.La Iglesia de nuestros das necesita tambin este aliento; el domingo que estamos celebrando quiere infundirnos esta esperanza. Por muchos que sean los sufrimientos y las dificultades, el recuerdo de la resurreccin, que hoy celebramos los cristianos, debe constituir como una brisa refrescante que, transportndonos en la esperanza al reino escatolgico, donde Cristo reina, nos impida sucumbir ante la tristeza y nos haga vivir tranquilamente dedicados a la alabanza, como los tres jvenes del horno de Babilonia.-- [Pedro Farns]

SALMO 149Alegra de los santos

NOTAS A LOS VERSCULOS DEL SALMOCanto de victoria con procesin y danza sacra de espadas.VV. 1-2: La invitacin tiene un tono exultante: el Seor es creador y rey de Israel. Motivo general para la alegra y la alabanza. VV. 3-4: Motivo especfico de la alabanza es que el Seor rey ha concedido a su pueblo la victoria. Esta victoria ha sido salvacin para un pueblo humilde, dbil, injustamente atacado.VV. 5-6: La danza se baila en honor de Dios, que es el verdadero vencedor. VV. 7-9: La danza parece tener carcter de pantomima. El agresor del pueblo ha sido derrotado; Dios, concediendo la victoria, ha dictado sentencia, y el agresor es castigado. La victoria ha manifestado el amor de Dios y su justicia: el hombre puede ser ejecutor de la justicia divina.Para la reflexin del orante cristiano.- Se puede trasponer este cntico aplicndolo a la victoria de Cristo sobre los enemigos, especialmente sobre la muerte. O bien a la victoria final de Cristo el da de la consumacin.-- [L. Alonso Schkel]

Lunes:

SALMO 5, 2-10. 12-13Oracin de la maana de un justo perseguido

NOTAS A LOS VERSCULOS DEL SALMOEl salmista, injustamente acusado, presenta su causa a Dios en el templo, pidiendo justicia. Las imprecaciones contra los enemigos son una invocacin a la justicia de Dios, que no puede amar la maldad. Esta justicia de Dios, que rechaza al criminal y protege al inocente, es la confianza del que reza, y se difunde a los dems.VV. 2-4: Splica insistente durante la oracin matutina: se han abierto las puertas del templo para los fieles, el Seor concede audiencia.VV. 5-7: Hay contradiccin entre el Dios santo y el hombre malvado, y esta incompatibilidad se extiende al templo: por eso el impo no puede hospedarse en la casa de Dios ni mantenerse en su presencia.VV. 8-9: En cambio el salmista es inocente, y por eso, entra confiado a la presencia de Dios. Desde el templo Dios lo gua.VV. 10-11: El pecado en su doble dimensin: insinceridad, mentira para el prjimo, rebelin contra Dios.VV. 12-13: Splica por la comunidad de los fieles: todos se alegrarn con la liberacin del inocente. Concluye con una profesin de confianza.-- [L. Alonso Schkel]

CNTICO DE DAVID (1 Cro 29,10-13)Slo a Dios honor y gloria

MONICIN PARA EL CNTICOPrximo ya a su muerte, David congrega al pueblo y, despus de anunciarle las grandes riquezas que ha reunido para el futuro templo, exhorta a los israelitas a que contribuyan tambin con sus dones a la edificacin de una morada digna de Dios. El pueblo ofrece, entonces, con generosidad sus presentes, y el rey entona este himno, en el que confiesa que, si las riquezas ofrecidas han sido muchas, el mismo Seor es la fuente de ellas y de todo bien; por tanto, todo lo que el pueblo ha ofrecido era ya propiedad de Dios.Utilicemos hoy este cntico para ofrecer nuestro da y nuestras obras al que es dueo supremo de todo. Todo el bien que hay en nosotros proviene de Dios, como lo deca ya san Ignacio de Loyola, en la bella plegaria que podra ser un buen comentario a este cntico: Recibe, Seor, mi libertad, acepta mi memoria, mi inteligencia, mi voluntad; todo lo que tengo o poseo, t me lo diste; a ti te lo devuelvo todo, y todo lo pongo a tu disposicin.-- [Pedro Farns]

SALMO 28Manifestacin de Dios en la tempestad

NOTAS A LOS VERSCULOS DEL SALMOEn la tormenta ha experimentado el hombre la presencia de Dios fuerte: su voz es el trueno, casi corpreo y activo. Al mismo tiempo, siente el hombre la trascendencia de Dios, que est por encima de la tormenta, dominador y en calma. Para el uso litrgico, estiliza la tormenta en siete truenos, que se suceden irregularmente, y en unas cuantas imgenes de la naturaleza conmovida.VV. 1-2: El contexto cltico: forma hmnica, con repeticiones y ritmo marcado.V. 3: Primer trueno: voz de Dios, desde la regin celeste, atravesando la regin de las aguas.V. 7: Los relmpagos estn vistos como efecto del trueno.V. 9: A la voz de Dios en la naturaleza, responde el grito del pueblo en el culto.V. 11: Dios no reserva para s el poder y la calma, reveladas en la tormenta, sino que las comunica a su pueblo, sobre todo, en el acto litrgico: da la fuerza y da la paz.-- [L. Alonso Schkel]

Martes:

SALMO 23Entrada solemne de Dios en su templo

NOTAS A LOS VERSCULOS DEL SALMOPieza litrgica en accin con dos grupos de participantes: un grupo se acerca en procesin a las puertas del templo; otro grupo los recibe y les abre.VV. 1-2: El comienzo es de himno sin introduccin, y enuncia el poder universal de Dios. Las aguas son el elemento inestable, Dios ha afirmado sobre ellas la tierra.VV. 3-5: Al llegar a la puerta, pregunta la procesin las condiciones para entrar en el templo. Responde un sacerdote resumiendo en dos condiciones positivas y dos negativas la preparacin moral para la accin cltica.V. 6: Dirigida en segunda persona a Dios, equivale a una presentacin del grupo de los fieles: realmente vienen buscando a Dios, en el templo, su presencia y su compaa; no es una procesin formalista.V. 7: La procesin grita: las puertas del templo simbolizan las puertas celestes y eternas. El Rey de la Gloria es el Seor con su majestad; probablemente se trata del arca donde reside, invisible, la majestad de Dios.V. 8: A la pregunta de los guardianes responde la procesin recordando los ttulos guerreros del Seor: el arca era el paladio de los israelitas hasta el tiempo de David.V. 9: En esta entrada puede resonar la memoria de la primera entrada del arca en el primer santuario de Sin, como la narra el libro de Samuel (2 Sam 6).Para la reflexin del orante cristiano.- El templo de Jerusaln y sus ritos no eran ms que sombra, preparacin e imagen de Cristo, verdadero templo de Dios, verdadero rey de la gloria por su resurreccin gloriosa. En Cristo, Dios se hace presente a los hombres, y en el acto litrgico, en el sacrificio cotidiano, en el ritmo anual del adviento, Cristo vuelve a venir a su Iglesia: la Iglesia lo trae como en una procesin, y l viene a los suyos. Pero tambin los suyos han de buscarlo sinceramente: bienaventurados los puros de corazn, porque ellos vern a Dios. Todo el tiempo de la Iglesia es de nuevo preparacin y smbolo de la consumacin celeste: por eso el salmo puede ser proyectado hacia la parusa, cuando el Seor de la gloria se manifestar para instaurar su reino celeste; tambin entonces declarar las condiciones para entrar y l mismo guiar la procesin gozosa, final de todas las liturgias.-- [L. Alonso Schkel]CNTICO DE TOBAS (Tb 13,1-10)Dios castiga y salva

MONICIN SLMICACompuesto por un piadoso israelita que vive en la dispora, el cntico de Tobit quiere ser una exhortacin a la fidelidad, ante la seduccin de las costumbres paganas, y una invitacin a la esperanza, ante los sufrimientos a que el pueblo de Dios se ve sometido por los habitantes del lugar.Con la dispersin, fuera de Palestina, han llegado horas amargas, pero Dios azota y se compadece. La dispora entre gentes que no comparten la fe de Israel es motivo de sufrimiento, pero este sufrimiento es fecundo y lleva a Israel a realizar una misin evangelizadora del pueblo opresor: Proclamad ante los gentiles la grandeza de Dios. Adems, la hora del sufrimiento es momento de examen (Dios nos azota por nuestros delitos) y de esperanza (si volvis a l de todo corazn, l volver a vosotros y os congregar de entre las naciones por donde estis dispersados).Tambin hoy el pueblo de Dios vive una nueva dispora en un mundo que no comparte nuestra fe cristiana; tambin la Iglesia debe ser evangelizadora de quienes desconocen el rostro de Dios revelado por Cristo; tambin nosotros hemos sido infieles y merecemos el azote de nuestro Padre; tambin el nuevo Israel est llamado a la esperanza... Por ello, el cntico de Tobit puede ser nuestra oracin: Dios nos azota, pero se compadecer de nosotros; Dios nos azota, pero, si volvemos a l, nos congregar definitivamente en su reino escatolgico de entre las naciones por donde estamos dispersados; Dios nos dispers entre las naciones, pero para que, con nuestra fe y nuestra esperanza, proclamemos ante los gentiles la grandeza de Dios.-- [Pedro Farns]

SALMO 32Himno al poder y a la providencia de Dios

NOTAS A LOS VERSCULOS DEL SALMOHimno, con la estructura tpica: introduccin, motivos, conclusin.VV. 1-3: Invitacin a la alabanza, con acompaamiento musical. Los buenos o justos son la comunidad litrgica del pueblo escogido. Alabanza y accin de gracias se encuentran con frecuencia unidas.VV. 4-5: Primera motivacin genrica: palabra, accin, justicia, misericordia. En cierto modo, el cuerpo del himno desarrolla estos temas.VV. 6-9: La palabra creadora: los ejrcitos del cielo son las estrellas y constelaciones; las aguas son la criatura inestable que Dios sujeta. La palabra de Dios obra con absoluta eficacia (Gn 1).VV. 10-12: El plan de Dios frente a los planes humanos: es un plan de salvacin, que se realiza en la eleccin de un pueblo, y no tiene trmino.VV. 13-15: La mirada de Dios: tambin sin lmite de extensin o interioridad.VV. 16-19: La salvacin: referida a la situacin blica y al peligro mortal del hambre.VV. 20-22: Conclusin del himno, aadiendo el tema de la confianza y una breve splica final.Para la reflexin del orante cristiano.- El plan de Dios es un plan de salvacin que no pueden frustrar los planes humanos adversos; que incorpora en su realizacin las acciones de los hombres, conocidos por Dios. La confianza, como enlace del hombre con el plan de Dios, se convierte en factor histrico activo, para encarnarse en la historia de la salvacin. Como el plan de salvacin de Dios no tiene lmites de espacio o de tiempo, as este salmo queda abierto hacia el desarrollo futuro y pleno de dicha salvacin, queda disponible para expresar la confianza de cuantos esperan en la misericordia de Dios.-- [L. Alonso Schkel]

Mircoles:

SALMO 35Depravacin del malvado y bondad de Dios

NOTAS A LOS VERSCULOS DEL SALMOEste salmo parece ser una reflexin sobre la conducta opuesta del malvado y del hombre que se acoge a Dios en el templo: termina en una splica que recoge ambos motivos.VV. 2-5: El primer verso es dudoso. Si se retiene el texto hebreo, entonces la maldad est personificada como una fuerza interior, que pronuncia sus orculos contra Dios. Si esta interiorizacin del orculo del pecado no es ordinaria en el AT, no contradice a la descripcin del pecado que nos da San Pablo en Rm 7, y es coherente con la descripcin de Gn 3, en la que el orculo del mal es externo. Esta primera parte describe el tipo del malvado, entregado al poder del mal, rebelde a Dios, traidor y criminal con el prjimo, y obstinado en el mal camino. La descripcin es tpica y extrema, su intensidad es, sobre todo, sicolgica.VV. 6-10: Al malvado no se opone sin ms el justo, sino Dios mismo como protagonista: trascendente, ilimitado, pero presente en el templo para repartir sus beneficios.VV. 6-7: Las dimensiones csmicas son smbolo de lo infinito y trascendente. San Pablo hablar sencillamente de lo ancho y lo largo y lo alto y lo profundo. Misericordia, fidelidad y justicia funcionan como sinnimos de una sola realidad, que tambin podramos llamar accin salvadora de Dios.VV. 8-10: En el templo experimenta el hombre la misericordia de Dios: en los smbolos litrgicos y en la oracin personal. El templo es asilo, como alas que cobijan; lo sabroso es la participacin en los sacrificios de accin de gracias, comiendo de la vctima. El torrente de delicias, la fuente viva, la luz, son grandes smbolos primarios, que quizs tenan expresin litrgica concreta.VV. 11-13: Breve splica resumiendo: invoca la misericordia, tema de la segunda parte, y la defensa contra el enemigo, tema de la primera parte.Para la reflexin del orante cristiano.- Para una trasposicin cristiana cuenta, sobre todo, la parte central: porque los grandes smbolos -algunos arquetpicos- han continuado el proceso de trasposicin para significar el misterio cristiano. Cristo es morada de Dios y asilo del hombre; l tiene la fuente de agua viva que brota hacia la vida eterna; el que lo sigue no camina en tinieblas, porque revela al Padre que es la luz. La liturgia cristiana confiere plenitud de sentido a estos smbolos: la comida eucarstica, el agua de vida, la luz, el asilo. El cristiano est llamado a interiorizar el sentido de estos smbolos en su experiencia religiosa.-- [L. Alonso Schkel]

CNTICO DE JUDIT (Jdt 16,1-2.13-15)Dios, creador del mundo y protector de su pueblo

MONICIN PARA EL CNTICOEl Cntico de Judit es la oracin de accin de gracias con que concluye la narracin de la victoria de la herona juda sobre el terrible Holofernes; viene a ser como un Te Deum solemne despus de una gran victoria en la que el enemigo ha sido derrotado.Este enemigo derrotado es el mal, las fuerzas que se oponan a Israel, simblicamente personificadas en Holofernes y su ejrcito. Pero el mal, simbolizado en el terrible jefe del ejrcito, contina existiendo; por eso, la parbola del libro de Judit sirve para todos los tiempos, y el himno de accin de gracias de la herona de Israel puede ser nuestra oracin de accin de gracias por todas las victorias que Dios nos ha prometido y nos da.Es difcil prever cules sern los combates y las dificultades de la jornada que ahora empezamos, y cules los avatares de nuestra vida y de la vida de la comunidad cristiana y de la humanidad entera a travs de la historia. Pero una cosa es cierta: que, en la etapa final, el bien triunfar sobre el mal, y la victoria de la maana de Pascua ser, finalmente, la victoria de toda la humanidad salvada por Cristo.La fe en esta victoria pascual nos hace cantar nuestro Te Deum en esta primera hora de la maana, cuando an no hemos experimentado ninguna victoria. La palabra del Seor es suficiente para que de nuestra esperanza brote la accin de gracias por la victoria que nos promete nuestra fe.-- [Pedro Farns]

SALMO 46El Seor es rey de todas las cosas

NOTAS A LOS VERSCULOS DEL SALMOHimno a Yahv rey.V. 2: Invitatorio dirigido a la asamblea.V. 3: Primer porque: introduce el poder universal de Dios y la eleccin concreta de un pueblo, como realidades correlativas.V. 6: Esta ascensin del Seor la interpretan algunos como un ritual en el que Yahv es introducido en procesin por el templo. El toque de trompetas est reservado a determinadas fiestas litrgicas y a la entronizacin del rey. Otros ven en esta procesin una renovacin litrgica de la primera subida del arca al templo de Jerusaln.VV. 7-8: Nueva invitacin y segundo porque: repite el motivo real.V. 9: Al trmino de la procesin, el Seor vuelve a ocupar su trono en el templo. Desde all establece su reinado universal.V. 10: Respondiendo a los primeros versos: culmina el sentido de la eleccin. Dios escoge a un hombre, Abrahn, para bendecir por l a todos; ahora los prncipes de los gentiles se agregan al pueblo que porta la bendicin de Abrahn.V. 10: El tercer porque: reafirma el reinado soberano de Dios.Para la reflexin del orante cristiano.- La liturgia cristiana ha aplicado este salmo a la Ascensin del Seor. Partiendo de su escondimiento, cumpli su peregrinacin, hasta ser exaltado y sentarse en el trono del cielo; desde all afirma su dominio sobre todos los pueblos, uniendo a gentiles con los hijos de Abrahn y preparando su reino definitivo.-- [L. Alonso Schkel]

Jueves:

SALMO 56Oracin matutina de un afligido

NOTAS A LOS VERSCULOS DEL SALMOSplica y accin de gracias en el santuario.V. 2: Invocacin. El salmista busca asilo en el santuario, donde Dios mismo es refugio y proteccin. VV. 3-4: Nueva invocacin con la certeza de que Dios enviar la salvacin: esta salvacin es la gracia y la lealtad de Dios en accin.V. 5: Describe una persecucin -al parecer, acusaciones falsas- con la imagen frecuente de las fieras.V. 6: Como un juez, Dios se pone en pie en el cielo para dictar sentencia justa; y al levantarse l, toda la tierra se llena de gloria, como de un resplandor; como de luz cuando se levanta el sol.V. 7: El salmista retuerce la acusacin. La desgracia de los enemigos ha demostrado su culpa. VV. 8-11: Canto de accin de gracias, con elementos de himno. Es un canto matutino, y todos han de despertar: Dios gloria ma, para recibir el canto, la ctara y el arpa para acompaarlo, la aurora para escucharlo.V. 10: La accin de gracias es un acto pblico, que proclama a Dios ms all de los lmites del pueblo escogido.Para la reflexin del orante cristiano.- Como canto de la maana. El cristiano puede contemplar la aparicin de la luz como manifestacin de la gloria de Dios: como juicio que pone fin a las tinieblas, smbolo del poder malvado. Y puede inaugurar el da con el gozo de un canto eucarstico a su gloria.-- [L. Alonso Schkel]

CNTICO DE JEREMAS (Jr 31,10-14)Felicidad del pueblo redimido

MONICIN PARA EL CNTICOJeremas, el profeta de las lamentaciones, es tambin un profeta de esperanza. En este cntico se dirige a los deportados a Babilonia y les anuncia un futuro lleno de bendiciones de Dios: El que dispers a Israel lo reunir, lo guardar como un pastor a su rebao y convertir su tristeza en gozo.Este anuncio, lleno de esperanza, se dirige hoy a nosotros, que vivimos tambin, como Israel en Babilonia, desterrados y en medio de mltiples dificultades, lejos del gozo sensible de la visin del Seor.Ojal este orculo, escrito, como toda la palabra de Dios, para que con el consuelo que da mantengamos la esperanza (Rm 15,4), nos infunda verdadero coraje y llene nuestra jornada de aquel optimismo cristiano que nos har capaces, a nuestra vez, de poder nosotros alentar a los dems en cualquier lucha, repartiendo con ellos el nimo que nosotros recibimos de Dios (2 Co 1,4). S, el Seor nos prometi convertir nuestra tristeza en gozo, y su palabra no puede fallar. Dios nos librar de nuestras tribulaciones, como libr a Israel de la esclavitud de Babilonia, y nos consolar tan plenamente que vendremos con aclamaciones a la altura de Sin y nuestra alma no volver a desfallecer.-- [Pedro Farns]

SALMO 47Himno a la gloria de Dios en Jerusaln

NOTAS A LOS VERSCULOS DEL SALMOHimno al monte del templo, con imgenes de ascendencia mtica para expresar el reino histrico y universal del Seor.VV. 2-4: Dios es el gran rey o emperador de todo el universo: ha escogido una capital o ciudad imperial erigida sobre un monte. Este monte, por la presencia de Dios, es el vrtice que sube al cielo; y descuella entre todos los montes por su belleza. Entre los palacios de la ciudad, el alczar que protege y corona es Dios mismo.VV. 5-8: Los reinos del mundo se alan para formar la ciudad hostil a Dios. Pero la agresin queda desbaratada con la sola presencia de Dios en su ciudad: su majestad infunde un terror pnico o sacro. El aliento de Dios es como un viento huracanado que destroza los barcos de alto porte que hacen la travesa del Mediterrneo.V. 9: El pueblo ha venido en procesin al monte santo: en una experiencia histrica, o bien en la conmemoracin del culto, el pueblo se convierte en testigo de lo que conoca por la tradicin. Estas salvaciones histricas, conmemoradas en el culto, dan prueba de que Dios es el fundador de la ciudad santa.VV. 10-11: En el templo el pueblo medita sobre la misericordia de Dios: desde este centro el nombre de Dios se hace famoso y respetado.VV. 11b-12: El templo es tambin el centro donde Dios juzga con justicia: a las naciones en la historia, y a su pueblo escogido. La experiencia de la justicia divina es un gozo que se difunde al monte santo y a las ciudades del reino.VV. 13-15: El acto litrgico termina con una procesin en torno a las murallas de la ciudad. La procesin se ocupa primero de contemplar atentamente, para desembocar en la alabanza. Lo que haban odo lo han visto, lo que ahora estn viendo lo contarn a los hijos: es el principio de la tradicin de Israel.Para la reflexin del orante cristiano.- Para trasponer este salmo al contexto cristiano hay que observar la correspondencia clsica, ya enunciada en el NT: Sin = Iglesia terrestre = Iglesia celeste.-- [L. Alonso Schkel]

Viernes:

SALMO 50Misericordia, Dios mo

NOTAS A LOS VERSCULOS DEL SALMOEste salmo de penitencia contina el precedente, que trataba de una discusin judicial entre Dios y el pueblo en la que Dios no actuaba como juez sino como parte frente al pueblo, y adquiere todo su valor como segunda parte de un acto religioso. Cuando Dios mismo acusa y nos pone delante los pecados, el hombre slo puede reconocerse culpable; pero puede apelar a la misericordia de Dios. De este modo se consuma la justicia, la salvacin que se iba preparando en el salmo anterior. V. 3: Comienza el salmo con la apelacin a la misericordia, que incluye la confesin formal del pecado; este verso es sntesis o germen del resto.VV. 4-5: Comienza la primera parte, en el reino del pecado, sin mencionar a Dios. Repite siete veces la raz pecado y siete veces diversas palabras sinnimas.V. 6: El pecado es acto personal contra Dios, no mera violencia de un orden abstracto. En la sentencia de este careo, uno resultar el inocente, o tendr razn, y otro resultar el culpable; cuando yo me reconozco el culpable, estoy confesando que Dios es el inocente o el justo; yo estoy ante Dios sin justicia ma.V. 7: La experiencia del pecado presente me hace descubrir en profundidad la condicin humana pecadora: desde el principio de mi vida entro en el rgimen de este poder.VV. 8-9: Este acto de reconocimiento, de sinceridad, es un don de Dios (8) que prepara para la purificacin (9).VV. 10-11: La primera parte apunta ya el tema del gozo, en una peticin esperanzada.V. 12: Comienza la segunda parte, en el reino de la gracia; vuelve a sonar el nombre de Dios al principio. La purificacin es una nueva creacin por dentro.VV. 12-14: En esta nueva creacin Dios derrama un triple espritu que ordena nuestro ser: espritu firme, santo, generoso. Este espritu trae la salvacin y con ella la alegra.V. 15: Una de las consecuencias de la reconciliacin es este afn comunicativo o expansivo; el hombre reconciliado quiere convertir a otros y ensearles el camino de vuelta a Dios.V. 16: El castigo de la sangre puede ser la muerte, comprendida como pena capital del pecado, segn la tradicin de Gn 2; pudiera ser alusin a un delito que merece pena de muerte.V. 17: Despus de la liberacin, el hombre responde con himnos y accin de gracias.V. 18: Como deca el salmo precedente, el sacrificio sin la conversin interno no sirve.V. 19: Este verso repite palabras clave del salmo y recapitula su contenido.VV. 20-21: Parecen una adicin, en tiempo del destierro, deseando la vida entera del culto, una vez que el pueblo est ya purificado.Para la reflexin del orante cristiano.- El hombre, ante Dios, tiene que reconocer su propia injusticia e invocar la misericordia; entonces Dios le da su propia justicia, lo justi-fica, lo hace justo, que es lo mismo que salvarlo. ste es el gran juicio de Dios, juicio que comienza acusando, obligando al hombre a una especie de muerte o sacrificio espiritual, para salvarlo desde esa profundidad. En el gran Juicio de Cristo, Dios quiere que su Hijo se haga solidario del hombre, hasta la ltima consecuencia del pecado, que es la muerte. Pero el Padre salva a su Hijo, demostrando la justicia de Jesucristo y convirtindolo en nuestra justicia. Este juicio de Cristo, que es muerte y resurreccin, se repite en el juicio de la penitencia cristiana.-- [L. Alonso Schkel] CNTICO DE ISAAS (Is 45,15-25)Que los pueblos todos se conviertan al Seor

MONICIN PARA EL CNTICOAnte Israel, que se dispone ya a emprender el camino del retorno, porque Ciro ha vencido a Babilonia, los antiguos opresores, avergonzados, reconocen que Israel cuenta realmente con un Dios que, escondido hasta entonces, protege realmente a su pueblo: En verdad, t eres un Dios escondido, el Dios de Israel, el Salvador. Para nosotros, cristianos, este cntico ha de ser un himno de fe y de esperanza. De fe, porque, aunque a veces el Seor parece no existir o no preocuparse de nosotros -un Dios realmente escondido, como en el caso del largo destierro de Babilonia-, confesamos que l es el Seor y no hay otro. De esperanza, porque creemos que, finalmente, el Seor salvar a Israel con una salvacin perpetua, para que no se avergencen ni se sonrojen nunca jams.-- [Pedro Farns]

SALMO 99Alegra de los que entran en el templo

NOTAS A LOS VERSCULOS DEL SALMOEl salmo 99 es un himno procesional. Quizs el pueblo responda antifonalmente con el verso ltimo, a las repetidas invitaciones del coro.V. 2: El servicio del Seor consiste, sobre todo, en el culto. Este servicio no es esclavitud, y se debe ofrecer con alegra. Msica, canto, procesin, son expresin ritual de esta actitud interna de servicio: la expresan y la alimentan. V. 3: El saber es una penetracin por la fe, es un acto de reconocimiento. El pueblo existe como pueblo de Dios: una de las imgenes favoritas es la del pastor y rebao.V. 4: El mero existir como pueblo de Dios es motivo para dar gracias: apenas hay diferencia entre el himno, la accin de gracias, el bendecir su nombre.V. 5: Respuesta del pueblo: en la breve procesin litrgica se rompen los lmites del tiempo, aclamando una misericordia eterna. [L. Alonso Schkel]

Sbado:

SALMO 118, 145-152 (Qf)Promesa de observar la ley de Dios

NOTAS A LOS VERSCULOS DEL SALMOQf. Esta letra hace madrugar al salmista (vv. 147 y 148), y hace resonar su voz (v. 149), su grito (v. 146), su invocacin (v. 145). Aunque los enemigos estn cerca (v. 150), ms cerca est Dios (v. 151); porque Dios escucha los gritos del que lo invoca.El salmo 118 es un largo canto o meditacin o antologa en honor de la ley del Seor. El artificio literario ha condicionado muchas cosas: el autor sigue el alfabeto, dedicando a cada letra ocho versos que comienzan por dicha letra. Esto significa la plenitud: de la alef a la tau, del principio al fin, el autor recita y ama los mandamientos. Cada una de las veintids letras tiene 7+1 versos, lo cual significa la perfeccin consumada. Cada estrofa o letra suele enumerar ocho sinnimos de ley: preceptos, decretos, mandatos, mandamientos, palabras, consignas, leyes, voluntad. Obligado por la aliteracin el autor no ha podido desarrollar un tema, ni lo ha pretendido; se conforma con agrupar sentencias de diversa especie. Estas sentencias estn inspiradas, muchas veces, en textos ms antiguos, otras veces las tiene que inventar el autor para llenar la medida; su estilo vara segn muchos gneros literarios.La ley es la voluntad de Dios que se revela para ordenar la vida religiosa del hombre, su convivencia con Dios y con el prjimo: por eso es amable y perfecta e inagotable la ley.El salmista est continuamente hablando a Dios en segunda persona: la ley no es un orden objetivo impersonal sino a una realidad muy personal. La ley es parte de la alianza, y parte de la revelacin divina; es voluntad de Dios hecha palabra para ensear y guiar al hombre.Para rezar este salmo lo mejor es tomarlo por letras autnomas, como hacen en algunas iglesias orientales. De esta manera conserva cierta frescura e inters, y se evita la monotona. En caso de que se reciten seguidas varias letras, tendremos una serie de respiraciones iscronas, en las que debe dominar el tema unitario, sin fijarse demasiado en detalles. [L. Alonso Schkel]

CNTICO DE MOISS (Ex 15, 1-4. 8-13. 17-18)Himno a Dios, despus de la victoria del mar Rojo

MONICIN PARA EL CNTICOLa salida de Egipto y el paso del mar Rojo fueron vividos e idealizados por Israel, como la epopeya nacional y religiosa que dio nacimiento al pueblo de Dios. Siguiendo esta pedagoga que el mismo Dios nos dio al querer que esta potica epopeya fuera incluida como parte de la Biblia, la Iglesia cristiana, desde la antigedad, se ha servido de esta narracin, llena de imgenes, para cantar el triunfo de Cristo y de la Iglesia sobre el pecado y el poder del mal. El Faran y su ejrcito personifican el pecado y la muerte que esclavizan al hombre; mientras que el pueblo de Israel que sale inclume de las aguas del mar Rojo, es smbolo del pueblo nacido en las aguas del bautismo. Ya el autor del Apocalipsis, en su visin del triunfo de los santos sobre la idolatra del Imperio romano, nos dice, refirindose a este himno de victoria, que los que haban vencido a la bestia cantaban el cntico de Moiss, el siervo de Dios (Ap 15, 2-3).Cantemos, pues, al Seor, sublime es su victoria, caballos y carros ha arrojado en el mar; ha vencido el pecado, por el bautismo, y la muerte, por la resurreccin de Jesucristo y la esperanza de la resurreccin universal. Que nuestro entusiasmo por la victoria de la maana de Pascua no sea, pues, inferior al entusiasmo de Israel en su cntico por la victoria sobre el Faran y su ejrcito.-- [Pedro Farns]

SALMO 116Invitacin universal a la alabanza divina

NOTAS A LOS VERSCULOS DEL SALMOEl salmo 116 es el ms corto del Salterio. Se le ha considerado un fragmento desprendido de otro salmo que lo tuviera al comienzo o, sobre todo, al fin. Algunos han querido ver en l un eplogo del salmo anterior; otros, un preludio al siguiente, porque la divisin de los salmos 112-117 flucta grandemente en la tradicin. Pero este salmo tiene propia subsistencia. Parece una antfona o estribillo, a modo del Gloria Patri. Sus dos nicos versculos encierran un iluminado universalismo con reflejos pursimos de fe, esperanza y amor en el verdadero Dios. Es una proclama universal nacida de un encendido celo por la divina gloria. Su mejor comentarista es San Pablo, quien le ha dado sentido mesinico y abierto horizontes de catolicidad (Rm 15,8-12).V. 1: Aleluya. Algunos la trasladan del fin del salmo al comienzo del mismo. Este v. ofrece tres elementos trascendentes: sujeto, accin y objeto sobre el cual la accin se dirige. El sujeto son las naciones y los pueblos. Naciones (gyim), propiamente, es todo lo que no es Israel; pueblos indica, bajo el mismo aspecto distintivo, ms la variedad. La invitacin se dirige, como en los salmos escatolgicos, a todos los pueblos distintos de Israel, no a los hijos de Israel disgregados por las naciones, ni a los congregados en acto litrgico. La accin es la de alabanza: alabad; aclamad, verbo arameo que indica radicalmente acariciad delicadamente, decid loores. El objeto es Yahv, Dios de Israel.V. 2: Firme es su misericordia se refiere ms al pasado. En cambio, dura por siempre, mira preferentemente al futuro. La cuestin problemtica est en la frase con nosotros, que al primer anlisis no se ve claro si debe considerarse pronunciada por las naciones, o por Israel, o por todos a la vez. La misericordia y fidelidad divinas se dicen a favor de la comunidad israeltica en toda su historia o en general, pues sas son las sendas de Yahv (Sal 24,10), y en anuncios profticos en bien de la comunidad mesinica, porque la definitiva gracia y fidelidad, a la cual confluyen todas las otras, es el Mesas. [R. Arconada, en La Sagrada Escritura. Texto y comentario, de la BAC

SEGUNDA SEMANA DEL SALTERIODomingo:

SALMO 117Himno de accin de gracias despus de la victoria

NOTAS A LOS VERSCULOS DEL SALMOEl salmo 117 es una liturgia de accin de gracias. Un individuo importante -quiz el rey- viene a dar gracias. Lo recibe el coro entonando por grupos la frmula clsica del gnero eterna es su misericordia. El personaje cuenta su liberacin, que el coro interrumpe con un estribillo de canto de victoria. El personaje llega a la puerta, donde se desarrolla un breve dilogo. El coro canta y avanza en procesin hacia el altar.V. 1: Es el estribillo, frecuente en los salmos. Va saltando de grupo en grupo. La indicacin diga la casa de... bien pudiera ser una rbrica, que vale para el resto de la ceremonia.V. 5: Comienza la narracin, en trminos genricos.VV. 6-7: La experiencia pasada se trasforma en enunciado presente, lleno de confianza. Es de notar el estilo de repeticiones.VV. 8-9: El enunciado vale como profesin y como testimonio y como enseanza para la asamblea. A la bondad de Dios responde este bien, a la misericordia responde el refugiarse (hasd-hast).VV. 10-14: El peligro se especifica un poco: se trata de un ataque de enemigos; puede ser una guerra vencida, o puede ser simple imagen tpica. Contina el estilo de repeticiones.V. 14: Este verso resume la experiencia del salmista: victoria, salvacin. Es una cita de un canto de victoria: lo encontramos en el cntico de Moiss Ex 15, y en la imitacin de Is 12,2.VV. 15-16: El coro responde comentando, tambin en grupos, ese verso de un canto de victoria.VV. 17-18: El personaje concluye su narracin, refirindose genricamente a un peligro de muerte: puede tratarse de una enfermedad grave, o de una imagen frecuente.VV. 19-21: El personaje llega a la puerta del santuario y pide entrada. Los clrigos que la guardan exponen las condiciones: triunfo-vencedores tambin podra traducirse justicia-justos, pero sufrira el contexto. El personaje responde repitiendo la mitad del verso de victoria, que le da derecho a entrar por la puerta de los vencedores, para dar gracias a Dios.VV. 22-24: Toma la palabra el coro, para celebrar la victoria realizada por Dios. La imagen de la piedra angular o clave quizs haya sido sugerida por la puerta: su sentido sera la liberacin y victoria y exaltacin del hombre que haba sido desechado. Este cambio no es obra humana, sino milagro patente de Dios, manifestacin activa. El da de esta victoria es uno de esos das del Seor en que Dios acta a favor de su pueblo o del oprimido: da de castigo para el opresor, de gozo y alegra para los que aman a Dios.V. 25: El coro aade la invocacin del Hosanna (=slvanos).V. 26: El coro se dirige al personaje que avanza ya por el templo invocando al Seor, en nombre del Seor.V. 27: Despus se dirige a los grupos de fieles, para que se ponga en marcha la procesin solemne.VV. 28-28: Durante esta procesin se cantan los estribillos, alternando el personaje central, v. 28, con los coros, v. 29. Quiz este estribillo salte antifonalmente de grupo a grupo, como indica la notacin ritual del comienzo.Para la reflexin del orante cristiano.- Esta magnfica liturgia de accin de gracias ha sido genrica en sus explicaciones: habla de peligros, de ataques enemigos, de liberacin de la muerte. Pero es muy clara en su tema central: victoria de Dios, da en que acta Dios, milagro patente. Y tambin es explcita la participacin gozosa de toda la asamblea. Si queremos llenar de sentido este salmo, tenemos que pensar con la liturgia cristiana en la gran victoria sobre los enemigos y la muerte, en el gran da en que actu el Seor: en la resurreccin de Cristo. Este es el milagro de los milagros, y la victoria de las victorias, cuando Cristo desechado se convierte en piedra angular (Mt 21,42; Hch 4,11). Este es el da de los das, que ordena todo el ciclo del ao, y que conmemoramos cada semana como da del Seor o dies dominicus (domingo). Por eso se reza este salmo en el oficio dominical, como salmo de resurreccin. Cristo resucitado encabeza la procesin de la humanidad para dar gracias al Padre, para hacer a todos partcipes de su gozo y de su propia victoria. [L. Alonso Schkel]CNTICO DE LOS TRES JVENES (Dn 3,52-57)Que la creacin entera alabe al Seor

NOTAS A LOS VERSCULOS DEL CNTICOPor la alusin que se hace al templo: Bendito eres en el templo de tu santa gloria (v. 53), probablemente este cntico perteneca al culto del templo, y su composicin es posterior a la restauracin del culto por Judas Macabeo.El cntico tiene dos partes. En la primera, que es la que aqu nos propone ahora la liturgia de Laudes (vv. 52-56), son los mismos jvenes quienes alaban a Dios. En la segunda se invita a todas las criaturas del Seor (v. 57) a alabarle. La enumeracin de criaturas sigue un orden muy lgico.VV. 52-56: Los motivos de alabar a Dios estn tomados primeramente de la intervencin de Dios en la historia del pueblo escogido (Dios de los patriarcas, Dios del templo...), y en segundo lugar de sus manifestaciones en el universo en general (vv. 55-56).V. 57: Este versculo contiene en trminos generales todos los versculos siguientes: Criaturas todas del Seor, bendecid al Seor. [J. Alonso Daz, en La Sagrada Escritura. Texto y comentario, de la BAC]

SALMO 150Alabad al Seor

NOTAS A LOS VERSCULOS DEL SALMOEl salmo 150, final del salterio, es un himno a toda orquesta. Diez veces resuena la aclamacin alabad.V. 1: El templo es el lugar de la presencia de Dios en la tierra: por eso refleja la morada celeste de Dios, cuyo pavimento es el firmamento. La liturgia terrestre quiere imitar la celeste.V. 2: Dios ha revelado su grandeza en las obras magnficas que ha ido realizando.V. 6: Todos los seres que han recibido de Dios un aliento de vida se han de ocupar en la alabanza de Dios. [L. Alonso Schkel]

Lunes:

SALMO 41Deseo del Seor y ansias de contemplar el templo

NOTAS A LOS VERSCULOS DEL SALMOEl salmo 41-42 es una lamentacin en ausencia de Sin, llena de nostalgia y deseo de volver a visitar el templo. El estribillo, el tema y el tono de los salmos 41 y 42 muestran que se trata de un solo salmo.V. 2: El trmino de toda bsqueda es Dios, casi con sed animal, salvaje.V. 3: A Dios lo encuentra el salmista en el templo; all goza de la presencia o rostro de Dios. V. 4: Desterrado en tierra extranjera, tiene que tolerar las burlas de los habitantes.V. 5: La peregrinacin al templo es una de las grandes ocasiones festivas en la vida israelita.V. 6: Estribillo, en monlogo interior: indica el tono del salmo, la congoja y la esperanza; el sitio de alabar a Dios es el templo; y el ltimo verso, puede ser una cita de uno de los cantos de peregrinacin.VV. 7-8: El paisaje se hace parte de la experiencia del salmista: al norte de Palestina, entre grandes montaas, junto a las fuentes del Jordn; all escucha el despearse de los torrentes, smbolo de su afliccin interna.VV. 9-10: El recuerdo pasa a esperanza; a la splica del salmista responder Dios con la misericordia, y el salmista a su vez responde con la alabanza: ser el ritmo del da y la noche.VV. 10-11: Retorna la lamentacin, otra vez en monlogo interior, preparando el estribillo.Para la reflexin del orante cristiano.- La gran peregrinacin del piadoso israelita, de todo el pueblo de Israel, no termina en el templo, sino que contina hacia el que es ms que el templo, en quien reside Dios; l es la luz verdadera, que nos gua por la gran peregrinacin, hacindonos sentir el dolor de la ausencia diferida, la esperanza del encuentro. Recitado por la Iglesia, este canto de peregrinacin se llena de movimiento escatolgico.-- [L. Alonso Schkel]

CNTICO DEL ECLESISTICO (Eclo 36,1-7.13-16)Splica en favor de la ciudad santa de Jerusaln

MONICIN PARA EL CNTICOLa plegaria que vamos a hacer hoy fue compuesta poco antes de la terrible persecucin de Antoco Epfanes y de la sublevacin de los Macabeos. Podemos decir que es la oracin emocionada de un pueblo que se siente amenazado, en sus tradiciones religiosas y en sus ms profundas convicciones, por una nacin enemiga y polticamente ms fuerte y poderosa. Pero, al mismo tiempo, este texto es una plegaria que deja traslucir la esperanza de que Dios renovar sus antiguos prodigios en favor de Israel y har nuevamente visible aquel brazo poderoso que en otros tiempos condujo a los hijos de Israel hacia la libertad.Han pasado muchos siglos desde que esta plegaria se dijo por vez primera, pero su contenido contina siendo de gran actualidad. Por eso el Espritu quiso que se consignara en las Letras santas para que el pueblo de Dios de todos los tiempos tuviera un modelo de oracin. Hoy la comunidad cristiana vive tambin en el mundo como en un destierro, y muchos creyentes sufren tambin ante el ambiente de indiferencia religiosa que amenaza frecuentemente sus ms profundas convicciones. Pidamos, pues, humildemente, con este texto, que el Dios del universo nos salve, que renueve los prodigios y repita los portentos, para que los pueblos sepan, como nosotros lo sabemos, que no hay Dios fuera de l; que el Seor haga que el pueblo que lleva su nombre sea como un signo levantado, entre las naciones, que rena a todas las tribus del nuevo Jacob, como antiguamente, para que los hombres todos crean en el Padre y en aquel a quien el Padre ha enviado.-- [Pedro Farns]

SALMO 18, 2-7Alabanza al Dios creador del universo

MONICIN SLMICALa maana, con su luz, y el da que renace, con su claridad, nos evocan los comienzos de la creacin, cuando, a travs de las criaturas, a toda la tierra empez a alcanzar el pregn del Creador.Y el sol, que sale como el esposo de su alcoba al empezar este nuevo da, nos recuerda tambin al Sol de justicia, Cristo el Seor, que, en la primera hora de la maana, sali de las tinieblas del sepulcro para recorrer su camino de salvacin universal.Demos gracias a Dios y proclamemos su gloria por el don de la creacin y por el sol que ilumina nuestro da; pero ms an porque Cristo, luz verdadera que ilumina a todo hombre, resplandece sobre nosotros y asoma por un extremo del cielo y llega al otro extremo sin que nada se libre de su calor.-- [Pedro Farns]

Martes:

SALMO 42Deseo del templo

NOTAS A LOS VERSCULOS DEL SALMOEl salmo 41-42 es una lamentacin en ausencia de Sin, llena de nostalgia y deseo de volver a visitar el templo. El estribillo, el tema y el tono de los salmos 41 y 42 muestran que se trata de un solo salmo.VV. 1-2: Tema de lamentacin genrico, con una repeticin del v. 10 del salmo 41.V. 3: La peticin se hace explcita, se refiere al templo. Desde el templo Dios enva su luz y verdad, capaz de atraer y guiar al hombre hacia la morada de Dios. VV. 3-4: Hay una progresin en el camino: el monte, el templo, el altar; all el salmista dar gracias a Dios sencillamente de haber llegado a su presencia. Con intensidad repite la invocacin Dios, Dios mo, para desembocar en el estribillo.Para la reflexin del orante cristiano.- La gran peregrinacin del piadoso israelita, de todo el pueblo de Israel, no termina en el templo, sino que contina hacia el que es ms que el templo, en quien reside Dios; l es la luz verdadera, que nos gua por la gran peregrinacin, hacindonos sentir el dolor de la ausencia diferida, la esperanza del encuentro. Recitado por la Iglesia, este canto de peregrinacin se llena de movimiento escatolgico.-- [L. Alonso Schkel]

CNTICO DE EZEQUAS (Is 38, 10-14. 17-20)Angustias de un moribundo y alegra de la curacin

MONICIN PARA EL CNTICOEl cntico de hoy, que la redaccin actual del libro de Isaas pone en boca del piadoso rey Ezequas, es la oracin de un enfermo que se siente llegado ya a las puertas de la muerte: En medio de mis das tengo que marchar hacia las puertas del Abismo; ya no me ser posible asistir a las solemnes liturgias del templo; ya no ver ms al Seor en la tierra de los vivos, porque levantan y enrollan mi vida como el vendaval arrebata una tienda de pastores. Ante tamaa desgracia, el enfermo acude a Dios y ora, sus ojos, mirando al cielo, se consumen, esperando, contra toda esperanza, que el Seor intervendr finalmente devolvindole la anhelada salud. Dios escuch a este enfermo -este cambio de escena constituye la segunda parte de nuestro cntico- y le devolvi la salud: Me has curado; detuviste mi alma ante la tumba vaca. Por eso entona un cntico de accin de gracias: Los vivos son quienes te alaban, como yo ahora.Cuando este texto fue escrito, la fe en la resurreccin an no haba arraigado en el pueblo de Israel. Nosotros, que conocemos mejor que el salmista el plan de Dios, que incluye la resurreccin final, podemos hacer nuestra, con mayor plenitud si cabe que el propio autor de este texto, el contenido de esta oracin y de esta accin de gracias. Si es verdad que nuestra naturaleza mortal nos lleva hacia la muerte y, mientras ms avanza nuestra edad, ms sentimos el peso de los aos -tengo que marchar hacia las puertas del Abismo, me privan del resto de mis aos-, con todo, la resurreccin de Cristo, que celebramos cada maana en la hora de Laudes, nos asegura que tendremos una curacin ms plena que la del enfermo autor de nuestro canto: Detuviste mi alma ante la tumba vaca. Por eso tocaremos nuestras arpas todos nuestros das en la casa del Seor.En la celebracin comunitaria, con el fin de lograr que sea ms fcil captar las dos partes de este cntico -la oracin del que an est enfermo y la oracin despus de recobrada la salud-, es recomendable distribuir sus dos partes entre dos lectores distintos: el primero recitara la oracin del salmista enfermo (desde el principio hasta sal fiador por m, vv. 10-14); el segundo, la plegaria de accin de gracias una vez recobrada la salud (desde Me has curado hasta el final, vv. 17-20). Si no es posible cantar la antfona propia, este cntico se puede acompaar cantando alguna antfona que exprese la esperanza y la fe en la resurreccin.-- [Pedro Farns]

SALMO 64Solemne accin de gracias

NOTAS A LOS VERSCULOS DEL SALMOEl salmo 64 es un himno a Dios por su misericordia en el templo, por su poder creador, por sus dones de los campos.VV. 2-5: La primera parte est centrada en Sin, donde est el templo. All Dios escucha las splicas, all perdona los pecados, por eso, tambin all se le entonan himnos y se cumplen los votos. Poder vivir en compaa del Seor, saciados de sus bienes, es el mximo beneficio.V. 6: Este verso todava prolonga el anterior: Dios responde a las splicas con portentos de justicia; pero enseguida ensancha el horizonte a todo el universo.VV. 7-9: Dios, Seor del universo y de todos los hombres. Ante Dios aparecen paralelamente el cosmos y la humanidad: estruendo del mar y tumulto de los pueblos, habitantes remotos y puertas de la aurora y el ocaso. La grandeza de Dios infunde a la vez jbilo y temor, sobrecoge y entusiasma a la vez; las grandes obras de la naturaleza y de la historia son signos de Dios, para quien sabe contemplar.VV. 10-14: Entre dichos signos se podra colocar el gobierno pacfico y rtmico del ciclo agrcola. La tierra se abre para recibir la lluvia como bendicin de Dios: as Dios aparece como protagonista de esta actividad sencilla y prodigiosa.VV. 13-14: La bendicin de Dios se traduce en abundancia, y la misma tierra parece sentir el gozo del don divino, y se une al canto de alabanza: las colinas se orlan de alegra, las mieses aclaman y cantan.-- [L. Alonso Schkel]

Mircoles:

SALMO 76Recuerdo del pasado glorioso de Israel

NOTAS A LOS VERSCULOS DEL SALMOLamentacin individual por el estado trgico del pueblo, recordando con viveza y por contraste las grandes acciones salvadoras de Dios.VV. 2-3: En el silencio de la noche se alza la voz del salmista, y con ella tambin las manos en gesto suplicante, sin cansarse de tenerlas levantadas. La noche se vuelve smbolo de la angustia interna, sin luz, de la bsqueda intil de Dios. VV. 4-5: El recuerdo de Dios, que debera ser fuente de consuelo, acrecienta el dolor por la situacin presente. Precisamente este recuerdo de Dios lo mantiene desvelado.VV. 6-7: El salmista se identifica con su pueblo: al dolor de verlo sufrir se suma una angustia ms profunda, el no comprender el sentido de los hechos. Qu revela la situacin actual, comparada con la historia de salvacin? Este es el enigma.VV. 8-11: La tragedia del pueblo se prolonga y hace problemtica la revelacin precedente de Dios. Dios escogi a su pueblo: ha terminado la eleccin, y no hay esperanza de volver a ser pueblo de Dios? La misericordia de Dios eterna ha sido en realidad limitada? La promesa ha fallado? A la memoria de Dios, que es coherencia consigo mismo, sucede ahora el olvido? Si es as, la clera de Dios es definitiva, y no queda esperanza.VV. 12-16: De las preguntas atormentadas pasa el salmista al recuerdo del pasado: el protagonista ha sido Dios, la historia ha sido una serie de acciones magnficas. En su obrar Dios ha mostrado su santidad, que el hombre ha de reconocer sin discusiones; aunque las obras de Dios parezcan a veces enigmticas.VV. 15-16: Entre todas las obras del pasado merece especial mencin la redencin del pueblo.VV. 17-21: El paso del Mar Rojo condensa poticamente toda la obra de redencin: Dios mostr su poder en la tormenta, las criaturas lo reconocieron. Su presencia era patente, aunque misteriosa, sin dejar rastro de tus huellas.Con esta visin grandiosa concluye el salmo: el recuerdo ha dominado totalmente la angustia presente. El salmista comienza a experimentar de nuevo la salvacin que Dios realiza.-- [L. Alonso Schkel]

CNTICO DE ANA (1 Sam 2,1-10)Alegra de los humildes en Dios

MONICIN PARA EL CNTICODios es el nico que, con su poder, puede desbaratar y cambiar todas las situaciones; es l nicamente quien puede derribar del trono a los poderosos y enaltecer a los humildes (Lc 1,52). Es ste el tema del cntico que el libro de Samuel pone en boca de Ana, la mujer estril que da gracias a Dios porque le ha concedido dar a luz a su hijo Samuel.Este cntico, sobre todo colocado, como lo hace la Liturgia de las Horas de hoy, despus del salmo 76, viene a ser como una invitacin a la esperanza ante cualquier dificultad. El salmo 76 ha terminado como una pregunta sin respuesta, a la manera de los muchos interrogantes que encontramos en nuestra vida: T, Seor, guiabas a tu pueblo, como a un rebao, por la mano de Moiss y de Aarn (Sal 76,21); pero, ahora, se ha cambiado la diestra del Altsimo (v. 11), es que se ha agotado ya su misericordia (v. 9)? Los aos de la esterilidad de Ana fueron largos y difciles, como lo son muchas de nuestras situaciones. Pero no perdamos la esperanza; los silencios de Dios pueden ser prolongados, pero el Seor al final siempre responde. De l son los pilares de la tierra y l guarda los pasos de sus amigos. El recuerdo de lo que Dios realiz con Ana debe aumentar nuestra esperanza e invitarnos a cantar siempre y en toda situacin a Dios que siempre auxilia a Israel, su siervo (Lc 1,54), como deca Mara en el Magnficat, inspirndose precisamente en este cntico de Ana.-- [Pedro Farns]

SALMO 96Gloria del Seor, rey de justicia

NOTAS A LOS VERSCULOS DEL SALMOHimno al Seor rey. En una teofana.V. 1: Comienza el salmo sin introduccin, aclamando el ttulo real de Dios, en un horizonte csmico.VV. 2-5: Describe la teofana o aparicin de Dios con majestad y poder. Dios viene como soberano, sentado en el trono gestatorio que portan justicia y Derecho, cubierto de un dosel de Tiniebla y Nube. Su poder se manifiesta en la tormenta y en una erupcin volcnica. Esta teofana se evoca poticamente en el culto.V. 6: Los cielos se hacen pregoneros del Seor. Su venida es para administrar justicia:VV. 7-9: por eso las reacciones son opuestas. Los idlatras quedan avergonzados en la presencia del verdadero Dios. Pero Sin, la ciudad escogida, y las dems ciudades de Jud se alegran de las sentencias del Seor.VV. 10-11: En tono tranquilo se explican esas sentencias justas del Seor: son amor, proteccin y salvacin, luz y alegra.V. 12: Termina el salmo, que comenz con la tremenda teofana, invitando a la alegra, celebrando el nombre del Seor.Para la reflexin del orante cristiano.- Todas las venidas del Seor tienen una referencia a su gran venida central, el adviento de Cristo; y a la venida final, la parusa. Es fcil rezar este salmo proyectndolo hacia el momento del triunfo definitivo de Cristo, que ser teofana de poder y majestad, temerosa para unos, luz y alegra para otros.-- [L. Alonso Schkel]

JuevesSALMO 79Ven, Seor, a visitar tu via

NOTAS A LOS VERSCULOS DEL SALMOLamentacin pblica en una grave desgracia: invasin militar. El estribillo (oh Dios, resturanos...) seala el tono, ensanchando cada vez el nombre divino.VV. 2-3: Invocacin y ttulos: Israel y Jos representan aqu el reino septentrional, del cual se citan tres tribus que ocupan la regin central de Palestina. Dios es pastor, sobre todo, en el desierto. Los querubines son los animales alados que sustentan el trono de Dios; y el resplandor indica la aparicin o teofana.V. 4: Aunque Dios est presente en medio de su pueblo, repite sus venidas o advientos en momentos de peligro para repetir la salvacin.Dios muestra su rostro brillante, con poder benvolo, su presencia manifestada ilumina y serena al hombre. V. 5: El ttulo de Dios presente en el Arca introduce la lamentacin. Por el momento Dios sigue airado: su ira se revela en el castigo.VV. 6-7: Expone grficamente la situacin, agravada por el sarcasmo del enemigo.VV. 9-12: Con la situacin presente contrasta la historia en la que Dios fue protagonista. Dios no debe interrumpir la obra comenzada. La imagen de la via es frecuente para representar al pueblo de Dios: salida de Egipto, ocupacin de la tierra prometida, expansin de su soberana bajo David.VV. 13-14: Comienza la serie de splicas, con preguntas y llamadas, sin abandonar la imagen de la via.VV. 15-16: Dios debe actuar, pues se trata de tu via que tu diestra plant, que t hiciste vigorosa.V. 19: Aleccionado por el castigo, el pueblo promete la enmienda, es decir, la fidelidad a Dios, para convivir con l e invocar exclusivamente su nombre y no el de otros dioses. Para la reflexin del orante cristiano.- La imagen de la vid la asume Cristo en el NT, como concentracin del pueblo de Dios; y despus se la pasa a su Iglesia. Como Cristo, tambin la Iglesia es pisoteada y entregada a las contiendas y burlas de los enemigos. Con Cristo la Iglesia invoca la ayuda de Dios y en Cristo contempla la Iglesia el rostro de Dios que brilla con poder y clemencia.-- [L. Alonso Schkel]

CNTICO DE ISAAS (Is 12,1-6)Accin de gracias del pueblo salvado

MONICIN PARA EL CNTICOEl cntico que hoy usamos en nuestra oracin es la conclusin de los primeros captulos del libro de Isaas -el llamado Libro del Emmanuel-, obra que viene a ser como una coleccin de orculos que anuncian los castigos de Dios a Jud y a sus reyes por sus repetidas infidelidades, pero que contiene tambin el anuncio de la venida de un Rey justo que librar al pueblo de todos estos males. Nuestro cntico, situado, pues, al final de los orculos esperanzadores sobre el Rey justo, es una accin de gracias por este enviado de Dios y por los bienes que el futuro Rey aportar.Para Israel el motivo de esta accin de gracias fue, pues, la llegada de este Rey mesinico: En los das de nuestras infidelidades -dice el pueblo- estabas airado contra nosotros, pero con la venida del Rey justo -nos dice- ha cesado tu ira y nos has consolado. Para el pueblo cristiano que hoy repite esta oracin, el gran motivo de su accin de gracias es la venida del Libertador definitivo, Cristo, el Hijo de Dios. Israel confiaba en que podra sacar aguas con gozo de las fuentes de la salvacin, aludiendo al rito de derramar agua, como signo de accin de gracias por la cosecha, cuando Israel, despus del castigo, celebrara festivamente su liturgia en la fiesta de los tabernculos; el pueblo cristiano cree firmemente que, como dice la Escritura: de las entraas del que cree en Dios manarn torrentes de agua viva (Jn 7,38), y por esto da gracias al Seor, Dios y Salvador, que es fuerza y poder, incluso para el pueblo que le ha sido infiel.-- [Pedro Farns]

SALMO 80Solemne renovacin de la alianza

NOTAS A LOS VERSCULOS DEL SALMODespus de una introduccin litrgica, en forma de himno, un profeta en nombre de Dios acusa a su pueblo y lo invita a la conversin.VV. 2-4: Introduccin con las frmulas consabidas del himno, bien acompaado de instrumentos.VV. 5-6: Una fiesta litrgica tradicional, establecida en la poca fundacional del pueblo, es decir, cuando sali de Egipto y sell la alianza.VV. 6b-11b: Si se acepta la trasposicin, se tratara de un profeta que pronuncia su orculo inspirado en medio de la asamblea. Lo que va a decir es un lenguaje que l escucha: Dios lo invita a abrir la boca para recibir de Dios las palabras que despus transmitir a su pueblo (como Ezequiel que debe devorar y digerir el rollo escrito).VV. 7-8: Empieza el orculo en el que Dios habla en primera persona y se refiere al hecho fundamental de la redencin, la liberacin de Egipto; al episodio de Merib (Nmeros 20), en el que el pueblo se querella contra Dios; y la teofana del Sina cuando Dios habla entre truenos.V. 9: Introduce la querella o juicio de Dios contra su pueblo, en la que Dios es parte del litigio (no precisamente juez imparcial); el hecho de que sea su pueblo legitima la querella.VV. 10-11: La acusacin se hace segn los preceptos de la alianza, o sea, el declogo (como en el salmo 49.50). Aqu se enuncia el primer precepto, el que exige el culto exclusivo del Seor, cuyo fundamento histrico es la redencin en Egipto.V. 12: El pecado del pueblo va contra este mandamiento, primero y radical.V. 13: El castigo consiste en un abandono de Dios: especie de consecuencia dialctica. No hay castigo ms grave que ser abandonado por Dios a la obstinacin del propio corazn.V. 14: Pero este castigo no es definitivo, sino saludable, para que el pueblo se convierta. Mientras suena la palabra de Dios, aunque sea acusando, Dios no ha abandonado a su pueblo, la salvacin se acerca precisamente en esa palabra divina de denuncia.VV. 15-17: Por eso sigue la invitacin a convertirse, repitiendo las bendiciones anejas al cumplimiento fiel de la alianza: bendiciones en la agresin blica y en la paz agrcola.Para la reflexin del orante cristiano.- La palabra de Dios conserva su funcin acusadora para el pueblo de la Nueva Alianza. Ahora adquiere la acusacin una urgencia nueva, cuanto ms alta es la nueva redencin; pero tambin las invitaciones son ms eficaces, porque al corazn de piedra ha sucedido un corazn de carne, y porque las bendiciones prometidas son ms ntimas y duraderas.-- [L. Alonso Schkel]Viernes

SALMO 50 Misericordia, Dios mo

NOTAS A LOS VERSCULOS DEL SALMOEste salmo de penitencia contina el precedente, que trataba de una discusin judicial entre Dios y el pueblo en la que Dios no actuaba como juez sino como parte frente al pueblo, y adquiere todo su valor como segunda parte de un acto religioso. Cuando Dios mismo acusa y nos pone delante los pecados, el hombre slo puede reconocerse culpable; pero puede apelar a la misericordia de Dios. De este modo se consuma la justicia, la salvacin que se iba preparando en el salmo anterior. V. 3: Comienza el salmo con la apelacin a la misericordia, que incluye la confesin formal del pecado; este verso es sntesis o germen del resto.VV. 4-5: Comienza la primera parte, en el reino del pecado, sin mencionar a Dios. Repite siete veces la raz pecado y siete veces diversas palabras sinnimas.V. 6: El pecado es acto personal contra Dios, no mera violencia de un orden abstracto. En la sentencia de este careo, uno resultar el inocente, o tendr razn, y otro resultar el culpable; cuando yo me reconozco el culpable, estoy confesando que Dios es el inocente o el justo; yo estoy ante Dios sin justicia ma.V. 7: La experiencia del pecado presente me hace descubrir en profundidad la condicin humana pecadora: desde el principio de mi vida entro en el rgimen de este poder.VV. 8-9: Este acto de reconocimiento, de sinceridad, es un don de Dios (8) que prepara para la purificacin (9).VV. 10-11: La primera parte apunta ya el tema del gozo, en una peticin esperanzada.V. 12: Comienza la segunda parte, en el reino de la gracia; vuelve a sonar el nombre de Dios al principio. La purificacin es una nueva creacin por dentro.VV. 12-14: En esta nueva creacin Dios derrama un triple espritu que ordena nuestro ser: espritu firme, santo, generoso. Este espritu trae la salvacin y con ella la alegra.V. 15: Una de las consecuencias de la reconciliacin es este afn comunicativo o expansivo; el hombre reconciliado quiere convertir a otros y ensearles el camino de vuelta a Dios.V. 16: El castigo de la sangre puede ser la muerte, comprendida como pena capital del pecado, segn la tradicin de Gn 2; pudiera ser alusin a un delito que merece pena de muerte.V. 17: Despus de la liberacin, el hombre responde con himnos y accin de gracias.V. 18: Como deca el salmo precedente, el sacrificio sin la conversin interno no sirve.V. 19: Este verso repite palabras clave del salmo y recapitula su contenido.VV. 20-21: Parecen una adicin, en tiempo del destierro, deseando la vida entera del culto, una vez que el pueblo est ya purificado.Para la reflexin del orante cristiano.- El hombre, ante Dios, tiene que reconocer su propia injusticia e invocar la misericordia; entonces Dios le da su propia justicia, lo justi-fica, lo hace justo, que es lo mismo que salvarlo. ste es el gran juicio de Dios, juicio que comienza acusando, obligando al hombre a una especie de muerte o sacrificio espiritual, para salvarlo desde esa profundidad. En el gran Juicio de Cristo, Dios quiere que su Hijo se haga solidario del hombre, hasta la ltima consecuencia del pecado, que es la muerte. Pero el Padre salva a su Hijo, demostrando la justicia de Jesucristo y convirtindolo en nuestra justicia. Este juicio de Cristo, que es muerte y resurreccin, se repite en el juicio de la penitencia cristiana.-- [L. Alonso Schkel]

CNTICO DE HABACUC (Ha 3,2-4. 13a. 15-19)Juicio de Dios

MONICIN PARA EL CNTICOEl cntico que hoy ser el tema de nuestra oracin concluye el libro de Habacuc, obra escrita cuando la amenaza de invasin por parte del pueblo babilnico haca temer lo peor para Israel. En este cntico se mezclan los acentos de temor y de esperanza de un espritu que se siente como a las puertas de la muerte, pero que, con todo, quiere continuar esperando en la proteccin de Dios: El Seor viene desde Temn; lo escuch y temblaron mis entraas, al orlo me entr un escalofro por los huesos. Pero Dios puede manifestar su salvacin incluso en el castigo; es ste el deseo del profeta: En el terremoto, acurdate de la misericordia. Es ms, el mismo castigo que se acerca se ve ya como un castigo ms bien de los enemigos de Jud que del propio pueblo de Dios. El profeta, pensando que la invasin se convertir en castigo de los mismos invasores, dice que espera con tranquilidad el da de angustia que sobreviene al pueblo que nos oprime. Por esto el profeta se atreve incluso a cantar esta venida de Dios a travs de la invasin de los enemigos, como la venida de Dios que sale a salvar a su pueblo. Esta plena confianza en el amor de Yahv hace decir al autor de este cntico que, aunque la invasin destruya los campos y los bienes de Jud, aunque la higuera no eche yemas y las vias no tengan fruto, aunque los campos no den cosechas y se acaben las ovejas del redil, l exultar con el Seor y se gloriar en Dios su Salvador.Que sea sta tambin nuestra oracin de fe ante los castigos de aquel que sabemos que cuando nos castiga lo hace para corregirnos como un padre; cuando Jess anunci los castigos del fin de los tiempos, ya los presentaba a sus discpulos como salvacin: Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberacin (Lc 21,28). Todos los castigos de Dios son salvacin: el Seor tambin cuando castiga sale a salvar a su pueblo, a salvar a su ungido, destruyendo nicamente el poder del mal.-- [Pedro Farns]

SALMO 147 Accin de gracias por la restauracin de Jerusaln

NOTAS A LOS VERSCULOS DEL SALMOVV. 12-14: Comienza la tercera estrofa del salmo doble 146-147 con nueva invitacin, empalmando con el verso 2: a la vuelta del destierro, los habitantes de la ciudad reconstruida viven seguros y en paz y prosperidad. La historia dramtica desemboca en la vida cotidiana serena.VV. 15-18: El tono sereno del verso anterior domina la nueva visin csmica: es una naturaleza domesticada, hecha domstica como la lana y la ceniza y las migas de pan. Este orden tranquilo est dirigido y realizado por la palabra de Dios: la misma palabra creadora, mandato omnipotente, que Dios sigue enviando a su mundo.VV. 19-20: La palabra de Dios tiene otra dimensin: es revelacin de la voluntad divina a un pueblo escogido para establecer un orden religioso.Para la reflexin del orante cristiano.- Dios, que cre el mundo por la palabra, y envi mltiples rdenes al universo, y mltiples palabras a su pueblo, finalmente en esta etapa definitiva, nos ha enviado su Palabra, que es el Hijo. Para librarnos del destierro, para construir la nueva ciudad santa, para darnos la paz, para establecer su reino, para darnos sus palabras, que son palabras de vida eterna. [L. Alonso Schkel]

SbadoSALMO 91Alabanza del Dios creador

NOTAS A LOS VERSCULOS DEL SALMOHimno con elementos de accin de gracias y motivos sapienciales.VV. 2-6: A los imperativos ordinarios, sustituye aqu la afirmacin Es bueno; domina el tono de alegra, de entusiasmo. El comprender la revelacin de Dios, en sus obras, y el poder cantar a Dios es lo bueno y la verdadera alegra.V. 7: La desgracia es no comprender esta revelacin, como le sucede al necio que aqu tiene un carcter tico y aun religioso. Forzando un poco el texto, pero no tanto el sentido, diramos: el que no lo entiende es necio.VV. 8-16: De inspiracin sapiencial es la oposicin simplificada de justos y malvados, como categoras o tipos. El salmista considera que ha recibido de Dios la inteligencia para comprender, y se encuentra en la categora de los fieles a Dios.VV. 8-9: La primera anttesis contrapone al salmista y sus enemigos. Estos enemigos son los malhechores que, por ello, son enemigos de Dios.V. 12: El salmista no hace alarde de justicia o bondad propia sino que se siente sencillamente seguro en Dios.VV. 13-15: Como en el salmo primero, una reflexin general sobre el justo como categora. La imagen de los rboles presenta el dato nuevo de estar plantados en el templo: un suelo de admirable fecundidad sagrada.V. 16: Concluye con el tema del himno. [L. Alonso Schkel]

CNTICO DE MOISS (Dt 32,1-12)Beneficios de Dios para con su pueblo

MONICIN PARA EL CNTICONuestro cntico, con el que se concluye el libro del Deuteronomio, es una invitacin a la conversin, puesta en labios de Moiss en el momento de morir; es la ltima exhortacin y como el testamento espiritual del gran caudillo que condujo a Israel desde Egipto al pas de Canan. Cuando Israel tome posesin de la tierra que Dios le ha preparado, debe estar atento en no olvidar al Seor, como, con tanta frecuencia, hizo mientras dur su peregrinacin por el desierto. Durante los cuarenta aos de camino, por parte de Dios hubo nicamente amor y benevolencia: Acurdate de los das remotos, pregunta a tu padre, y te lo contar: encontr a tu pueblo en una tierra desierta; en la peregrinacin, el Seor solo los condujo, no hubo dioses extraos con l; y as condujo a Israel hasta las puertas mismas de Canan. Por parte del pueblo, en cambio, slo hubo infidelidades e ingratitudes: Hijos degenerados, se portaron mal con l.Apliquemos este cntico a nosotros mismos y a toda la Iglesia. Somos los elegidos de Dios, su pueblo amado; pero, al mismo tiempo, los ingratos y los infieles a su bondad. Que descienda cual lluvia esta doctrina sobre el campo de nuestra alma y nos ayude a dar gloria a nuestro Dios por medio de la propia conversin.-- [Pedro Farns]

SALMO 8 Majestad del Seor y dignidad del hombre

NOTAS A LOS VERSCULOS DEL SALMOEl puesto del hombre en la creacin: su pequeez frente a la grandeza divina, su grandeza por el favor de Dios. El hombre se siente pequeo, como un nio, y prorrumpe en un himno de reconocimiento.V. 2: El universo simplificado en dos trminos: cielo y tierra.V. 3: La alabanza gozosa que pronuncia el pequeo e impotente es una fuerza que vence y reprime a los que creyndose grandes y suficientes se rebelan contra Dios.V. 4: El hombre se siente pequeo ante el cielo estrellado como obra de Dios, como revelacin de Dios.V. 5: Dios atiende personalmente al hombre, y sta es la grandeza fundamental del hombre: ser persona capaz de recibir las atenciones de Dios.VV. 6-9: El hombre, como imagen de Dios, recibe el poder sobre la creacin. Ir realizando poco a poco este dominio.Para la reflexin del orante cristiano.- El salmo deja abierta la pregunta qu es el hombre?. El cristiano, que repite su alabanza en forma de pregunta, puede dar la respuesta: el hombre es imagen de Cristo, a quien se somete toda la creacin, porque l la ha de someter al Padre. En una ocasin Cristo ha justificado con este salmo la alabanza de los chiquillos, reprimiendo as a sus adversarios. [L. Alonso Schkel]

TERCERA SEMANA DEL SALTERIODomingo

SALMO 92Gloria del Dios creador

NOTAS A LOS VERSCULOS DEL SALMOHimno al Seor, Rey csmico y Dios de Israel.V. 1: Se abre con la aclamacin al Rey: El Seor reina.VV. 1-2: El trono es aqu atributo real. La firmeza del orbe se profundiza en smbolo de la firmeza del trono divino.VV. 3-4: Imgenes poticas de ascendencia mtica. El ocano primordial es la fuerza csmica que se opone al orden establecido por Dios. En la versin israelita no hay lucha ni esfuerzo: Dios domina con calma.V. 5: Al orden celeste, establecido por Dios, responde el nuevo orden histrico: la alianza con sus mandatos que ordenan la vida humana con una fuerza divina. Al trono celeste responde en la tierra el templo que Dios ha escogido para habitar.-- [L. Alonso Schkel]

CNTICO DE LOS TRES JVENES (Dn 3,57-88.56)Toda la creacin alabe al Seor

MONICIN PARA EL CNTICOLa escena de los tres jvenes en el horno de Babilonia es una de las pginas del Antiguo Testamento que ms ha usado la Iglesia desde los tiempos primitivos, como lo prueba ya la antigua iconografa de las catacumbas.La comunidad cristiana -sobre todo la que vivi las grandes persecuciones de los comienzos- vea en los jvenes martirizados por el rey Nabucodonosor, que, en medio de las llamas y como si no sintieran el tormento del fuego, cantaban unnimes a Dios, una imagen evocadora de la actitud de la Iglesia. Perseguida por los poderes del mundo, sometida a los sufrimientos del martirio, la comunidad de Jess se siente como refrigerada por una suave brisa, que no es otra sino la esperanza que le infunde la contemplacin del Resucitado. Tambin l fue perseguido y martirizado y, tras un breve sufrir, venci la muerte y ahora se sienta, feliz y glorioso, a la derecha del Padre.La Iglesia de nuestros das necesita tambin este aliento; el domingo que estamos celebrando quiere infundirnos esta esperanza. Por muchos que sean los sufrimientos y las dificultades, el recuerdo de la resurreccin, que hoy celebramos los cristianos, debe constituir como una brisa refrescante que, transportndonos en la esperanza al reino escatolgico, donde Cristo reina, nos impida sucumbir ante la tristeza y nos haga vivir tranquilamente dedicados a la alabanza, como los tres jvenes del horno de Babilonia.-- [Pedro Farns]

SALMO 148Alabanza del Dios creador

NOTAS A LOS VERSCULOS DEL SALMOEste salmo toma del himno la invitacin, y la repite cambiando sucesivamente los sujetos: de este modo se convierte en una movilizacin universal para la alabanza. El universo se divide en cielo, tierra, hombres.VV. 1-4: Primera parte: la alabanza celeste. Siete imperativos alabad y un yusivo que introduce el motivo de la alabanza. La voz del cantor atraviesa el firmamento o bveda celeste, que separa la zona superior de la terrestre, segn la visin de Gnesis 1. El paralelismo potico impone una repeticin sinnima o un desdoblamiento de los coros.VV. 5-6: El motivo de la alabanza es la accin creadora. El cielo y las criaturas celestes son testimonio de Dios; su testimonio es una alabanza implcita. Cuando el hombre comprende dicho testimonio, hace explcita la alabanza, que obtiene su mxima formulacin en el canto litrgico. La liturgia es csmica.VV. 7-10: Segunda parte: la alabanza terrestre. La tierra est asentada sobre el abismo del mar; los fenmenos atmosfricos suceden en la parte inferior o terrestre, por debajo del firmamento o bveda divisora. La divisin en grupos y clases se hace ms menuda en esta segunda parte, con un acuerdo de seres opuestos o de voces diversas en el canto comn de alabanza. Un solo imperativo introduce la serie.VV. 11-12: Aunque habitantes de la tierra, forman grupo especial los hombres: divididos por cargo, sexo, edad, forman coros mixtos que se unen en el canto comn.V. 13: Este verso hace resonar el v. 5a y sintetiza todo lo precedente en la frmula cielo y tierra.V. 14: El Seor de cielos y tierra ha escogido un pueblo, a quien comunica su poder y a quien confiere el ministerio de la alabanza.-- [L. Alonso Schkel]

Lunes

SALMO 83Aoranza del templo del Seor

NOTAS A LOS VERSCULOS DEL SALMOCanto de peregrinacin hacia el santuario de Jerusaln.VV. 2-4: El salmista comienza expresando su nostalgia y su ansia por llegar al templo. El templo es morada de Dios y refugio del hombre sin morada. Hay un movimiento leve: moradas, atrios, altares. Los pjaros que vuelan libres y veloces y hacen nido en el templo son smbolo del estado de nimo del salmista.VV. 5-6: Unos viven siempre en el templo: los sacerdotes dedicados al culto, que siempre alaban a Dios. Otros son dichosos porque pueden preparar su peregrinacin al templo: Dios mismo les da la fuerza para comenzar la peregrinacin, l atrae y ayuda. V. 7: Verso dudoso: en la interpretacin propuesta, el camino de la peregrinacin se va trasformando milagrosamente (como en la gran vuelta del destierro cantada por el segundo Isaas).V. 8: Dudosa la traduccin baluarte: seran las etapas de la peregrinacin, jalonada por puestos fortificados. Otros traducen creciendo en fuerza.VV. 9-11: Esta plegaria se podra pronunciar al entrar en el templo.V. 10: Plegaria por el rey, que tiene una relacin particular con el templo.V. 11: La presencia de Dios confiere un valor incomparable al templo, sitio donde se ofrece a la convivencia. VV. 12-13: Concluye en tono de himno, con dos ttulos propios de un soberano. El ltimo verso es una bienaventuranza.Para la reflexin del orante cristiano.- En el templo de Jerusaln habitaba Dios sin imagen: pero Cristo es la plenitud del templo porque en l habita Dios. Por eso ya no est circunscrita la veneracin y el culto a un templo nico sino que hemos de venerar a Dios en espritu y sinceramente. La Iglesia entera es templo por la presencia en ella de Cristo Seor. Pero todos estos templos son jalones en la gran peregrinacin cristiana hacia la casa del Padre: por Jesucristo, l nos da la fuerza para comenzar nuestra peregrinacin, caminando de baluarte en baluarte; l trasforma este valle de nuestra peregrinacin; en l est la mxima y definitiva bienaventuranza. [L. Alonso Schkel]

CNTICO DE ISAAS (Is 2,2-5)El monte de la casa del Seor en la cima de los montes

NOTAS A LOS VERSCULOS DEL CNTICOV. 2: Al final de los das: esta visin escatolgica de las naciones que se renen en el monte de Sin, se halla tambin, con poca diferencia, en Miqueas 4,1-3.Los versos expresan el deseo que hombres de todas las edades han tenido y tienen de paz.El monte de la casa del Seor: pueden orse en este pasaje ecos de la antigua mitologa de Canan, que consideraba al monte Safn como morada de El-Elyon. El monte Sin fue desde el tiempo de David la morada de Yahv, la montaa sagrada que era probablemente smbolo del cosmos. Desde su mansin en la montaa ejerca Yahv su imperio sobre todo el mundo.V. 3: De Sin saldr la ley: Jerusaln ser el centro desde el cual irradiar aquella divina doctrina (tr) que manifestar al mundo la voluntad de Yahv. No se debe tomar la tr en un sentido estrictamente legal.V. 4: Ser el rbitro de las naciones: slo Yahv puede componer las furiosas disputas que dividen a los hombres. Isaas describe la era mesinica como era de paz y de justicia (9,7; 11,1-9).[F. L. Moriarty, En La Sagrada Escritura. Texto y comentario, de la BAC]

SALMO 95El Seor, rey y juez del mundo

NOTAS A LOS VERSCULOS DEL SALMOHimno al Seor rey. Horizonte universal.VV. 1-2: Invitacin con triple invocacin del nombre Seor. La victoria del Seor es una accin salvadora de Dios en la historia: el salmo no precisa cual.V. 3: Israel tiene por oficio alabar a Dios, y con esta alabanza darlo a conocer a todos los pueblos. Su eleccin es misionera, su alabanza es testimonio.VV. 4-5: La grandeza del Seor comparado con los dioses de los gentiles. La accin creadora demuestra su poder.V. 6: Como un soberano, tiene una escolta y una corte: honor y majestad, fuerza y esplendor.VV. 7-9: Segunda estrofa: la invitacin se extiende a todos los pueblos del orbe. De nuevo una triple invocacin del nombre del Seor: los pueblos han de invocar ese nombre, venir a su templo, y traerle ofrendas como acto de reconocimiento y homenaje.V. 10: Sintetiza el tema del salmo: la realeza del Seor, su accin creadora, su gobierno justo y universal.VV. 11-12: Tercera estrofa: la invitacin se extiende a la naturaleza, que se debe asociar a las aclamaciones, (sin aclamacin del nombre).VV. 13-14: Aunque el Seor es soberano desde siempre, viene repetidas veces en su accin histrica, para implantar su reino en la tierra: son los sucesivos advientos o venidas del Seor.Para la reflexin del orante cristiano.- Todas esas venidas preparan el gran adviento o advenimiento de Dios, que entra en la historia humana, haciendo presente la revelacin del Padre; y va celebrando difciles victorias para establecer en el mundo el reino de los cielos. Los cristianos tambin tienen esa vocacin misionera y han de dar ese testimonio de la alabanza, celebrando as y colaborando al establecimiento del reino de Dios.[L. Alonso Schkel]

Martes:

SALMO 84Nuestra salvacin est cerca

NOTAS A LOS VERSCULOS DEL SALMOUna lamentacin colectiva, con orculo de salvacin.VV. 2-4: Se refiere a la gran liberacin del destierro, como hecho reciente. El destierro ha tenido un valor expiatorio, ha cubierto o sepultado la culpa colectiva del pueblo, es decir, la infidelidad a Dios, el sincretismo religioso con la idolatra.V. 4: Cuando la clera de Dios -su reaccin al pecado- acta hasta el final, destruye al hombre o al pueblo. Pero Dios ha frenado su clera.VV. 5-8: La restauracin no ha sido completa ni definitiva y el pueblo se encuentra de nuevo en la desgracia, en una situacin de ira. El recuerdo de la liberacin reciente (vv. 2-4) subraya el contraste de la situacin actual, a la vez que apoya la confianza de la splica. Hay que notar las repeticiones que ligan esta parte a la primera: restaurar (vv. 2.5), ira (vv. 4.6).V. 9: A la plegaria del pueblo responde el orculo divino, pronunciado probablemente por el sacerdote: Dios anuncia paz que es prosperidad ntegra.V. 10: La salvacin pedida en el verso 8. Al tiempo del destierro, la gloria de Dios, su presencia protectora, abandon el templo; ahora volver esa gloria o presencia de Dios a la tierra prometida, otra vez entregada al pueblo.VV. 11-12: Como personajes que escoltan la gloria divina, son convocadas desde puntos diversos la misericordia, la fidelidad, la paz, la justicia. Fidelidad y justicia enlazan cielo y tierra en perfecta armona.V. 13: Sobreviene la lluvia, el gran bien o bendicin de Dios, que baja del cielo, y la tierra, divinamente fecundada, produce su nuevo fruto.V. 14: Se cierra el cortejo con dos figuras ya mencionadas: justicia y salvacin.Para la reflexin del orante cristiano.- Todos los actos de salvacin del Antiguo Testamento quedan incompletos, preparando la salvacin culminante, cuando en Jess venga la gloria de Dios al mundo, y nuestra tierra germine al Justo. En ese momento se realiza el gran encuentro de la justicia con la fidelidad y la misericordia y la salvacin, frutos de una tierra fecundada por el Espritu. Pero de nuevo, la salvacin realizada en Cristo se abre hacia la consumacin, produciendo y sustentando nuestra esperanza. [L. Alonso Schkel]

CNTICO DE ISAAS (Is 26,1-4. 7-9. 12)Himno despus de la victoria sobre el enemigo

NOTAS A LOS VERSCULOS DEL CNTICOV. 1: Tenemos una ciudad fuerte: salmo de alabanza que canta las glorias de Jerusaln, cuya fortaleza viene del Seor. Jerusaln dista mucho de ser la ciudad del caos que menciona antes Isaas en 24,10. La perspectiva contina siendo escatolgica.V. 4: El Seor es la Roca perpetua: metfora varias veces repetida en el AT para dar a entender la firmeza de la fidelidad divina.V. 8: T nombre y t recuerdo: el nombre es la personalidad del que lo lleva, y no simplemente un medio accidental de distinguir a un hombre de otro. Se identifica en cierta manera con la persona. El tono de este pasaje (vv. 7-16) es tranquilo y meditativo, intercalado con humilde y confiada splica. [F. L. Moriarty, En La Sagrada Escritura. Texto y comentario, de la BAC]

SALMO 66Que todos los pueblos alaben al Seor

NOTAS A LOS VERSCULOS DEL SALMO 66El pueblo pide la bendicin, la recibe y alaba a Dios por ella.V. 2. Se pide la bendicin. Iluminar o hacer brillar el rostro es mostrarse afable, benvolo. El rostro como expresin autntica de la persona.V. 3. El camino es la conducta de Dios, su modo regular de obrar; es, sencillamente, la salvacin. Este camino se hace patente en la bendicin para todos los que quieren mirar y aceptar.V. 4. Estribillo de estilo hmnico.VV. 5-6. La segunda estrofa amplifica el tema del himno, insistiendo en el horizonte universal del gobierno divino y de la alabanza humana.V. 7. La bendicin de Dios sobre los campos es fecundidad: la primera bendicin del Gnesis, que puso en marcha la inmensa fecundidad terrestre, se repite peridicamente en nuevas bendiciones. La tierra fecunda atestigua que nuestro Dios nos bendice.V. 8. As volvemos a pedir una nueva bendicin que sirva de testimonio a todo el orbe. Quizs deba repetirse el estribillo tambin al final del salmo.Para la reflexin del orante cristiano.- Bendito sea Dios, Padre de Nuestro Seor Jesucristo, que por medio de Cristo nos ha bendecido con toda clase de bendiciones celestiales (Ef. 1,3). [L. Alonso Schkel]

Mircoles

SALMO 85Oracin de un pobre ante las dificultades

NOTAS A LOS VERSCULOS DEL SALMOSplica individual en tiempo de peligro y persecucin.VV. 1-5: Una serie de splicas con motivos para que Dios acte: la propia miseria, la fidelidad, la confianza, la invocacin insistente y las cualidades de Dios en la frmula litrgica del verso 5.VV. 7-10: Con la seguridad de ser escuchado, el salmista entona unos versos tomados de himnos: el Seor es Dios nico y universal.V. 11: El corazn del hombre no se ha de dividir entre varios dioses, sino entregarse integro al temor o culto del Dios nico: con el auxilio de Dios puede el hombre amar a Dios de todo corazn.VV. 12-13: Seguro de ser escuchado, el salmista promete y adelanta la accin de gracias, de todo corazn.V. 14: Recomienza la splica, describiendo la persecucin que sufre.V. 15: Una variante del verso 5, en la versin clsica.V. 16: Siguen las splicas insistentes: la mirada de Dios es activa y salvadora.V. 17: La accin de Dios ser un signo o seal que los enemigos reconocen a su pesar. El salmo termina en tono de confianza.Para la reflexin del orante cristiano.- Hay en esta splica muchos versos copiados o imitados de textos anteriores: son precisamente elementos de validez duradera. El siervo invoca a su Seor, el fiel apela a la fidelidad. El Dios nico y universal, que obra maravillas, es sobre todo admirable porque mira y escucha, atiende y responde. Si el cristiano busca una seal propicia se le dar la seal de Jons, la resurreccin de Cristo, que es la revelacin suprema de la misericordia de Dios y el fundamento de nuestra confianza. [L. Alonso Schkel]

CNTICO DE ISAAS (Is 33,13-16)Dios juzgar con justicia

MONICIN SLMICAEste cntico alude literalmente a la liberacin de Jerusaln cuando Senaquerib levant el asedio de la ciudad (2 R 18,13-16). El profeta quiere tranquilizar al pueblo que est an lleno de temor, anuncindole la victoria que se avecina: Escuchad lo que he hecho, reconoced mi fuerza. Pero Isaas se dirige tambin a los israelitas que han sido infieles a la alianza, profanando la misma santidad de Jerusaln. Cuando estos israelitas contemplen el castigo del ejrcito de Senaquerib, temern tambin por sus propias infidelidades; tambin temen en Sin los pecadores, y un temblor agarra a los perversos: Quin de nosotros habitar un fuego devorador, la hoguera perpetua, que va a destruir al enemigo? Que el pueblo de Dios no tema: si se convierte y procede con justicia, habitar en lo alto de la Jerusaln libertada y, perdonado por Dios, tendr abasto de pan y provisin de agua.Como oracin de la maana, este cntico nos invita a la contemplacin del triunfo pascual inaugurado por Jess. El asedio de Jerusaln levantado es como un signo de que la muerte y el pecado han sido ya derrotados: Escuchad lo que he hecho, reconoced mi fuerza. Pero las palabras de este himno de victoria son tambin exhortacin a la penitencia. Hemos sido llamados al reino de Dios, a formar parte de la Iglesia santa; si nuestro comportamiento nos hace temer que sucumbiremos, juntamente con los enemigos de Dios, que el mensaje de este cntico nos devuelva la paz: Si procedemos con justicia, habitaremos en lo alto de la Jerusaln definitiva, y, en el banquete eterno, gozaremos, con abasto de pan, de la mesa de Dios. En la celebracin comunitaria, es recomendable que este cntico sea proclamado por un salmista; si no es posible cantar la antfona propia, la asamblea puede acompaar el cntico cantando alguna antfona penitencial o de accin de gracias, por ejemplo: Padre, hemos pecado contra ti (MD 933) o bien Grandes y maravillosas son tus obras.Oracin I: Seor Dios, que, por la victoria de Jesucristo, nos has hecho conocer tu fuerza y, por su gloriosa ascensin a tu derecha, nos has dado la esperanza de habitar un da en lo alto, concdenos tambin tu ayuda, para que procedamos con justicia y cerremos nuestros ojos para no ver la maldad; as un da podremos habitar contigo en el picacho rocoso de tu reino eterno, por los siglos dedos siglos. Amn.Oracin II: Santo Dios, santo Fuerte, santo Inmortal, t que manifestaste a Moiss tu nombre desde la zarza ardiente y, en Cristo, tu Hijo, nos has revelado las exigencias de la nueva ley, aydanos a proceder siempre con justicia y a cumplir siempre con espritu filial tus mandamientos. Por Jesucristo nuestro Seor. Amn. [Pedro Farns]

SALMO 97El Seor, juez vencedor

NOTAS A LOS VERSCULOS DEL SALMOHimno al Seor rey. V. 1: Comienza segn la frmula clsica invitando a la alabanza y enunciando el motivo.V. 2: Las victorias de Dios son acciones salvadoras en la historia: el brazo de Dios se manifiesta con poder irresistible. Y la victoria, ganada para salvar a un pueblo escogido, es revelacin para todas las naciones; porque es una victoria justa, es decir, salvadora del oprimido y desvalido.V. 3: Esta victoria histrica no es un hecho particular, sino un punto en una lnea coherente de amor: el Seor es fiel a s mismo, se acuerda de su fidelidad. Su amor por Israel es revelacin para todo el mundo.VV. 4-6: Segunda estrofa: intermedio orquestal con aclamaciones del pueblo al Seor Rey.VV. 7-8: En la tercera estrofa la naturaleza es invitada a la alabanza.VV. 8-9: El salmo culmina en la venida