Los Sentimientos y El Empleo de Los Santos - Edward Payson

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 SERMÓN XLVIII LOS SENTIMIENTOS Y EL EMPLEO DE LOS SANTOS EN EL CIELO. Y echan sus coronas delante del trono iv .- Apocalipsis. 10. SAN JUAN, en este capítulo, se describe una visión, con el que se vio favorecida, por el mundo celestial. Después de presentar a nuestro juicio, el trono de Dios, en medio de la cual Jesús Cristo se le apareció, como un cordero que había sido asesinado, se procede a comunicar con quien este trono estaba rodeado. Entre los que lo rodeaban, vio a veinticuatro ancianos, vestidos de ropas blancas, y te niendo en sus cabezas coronas de oro. Estos ancianos representan a toda la iglesia de Cristo en su estado perfecto y glorificado, tal y como aparecerá en el cielo, después de la consumación de todas las cosas. Sus vestiduras blancas eran un emblema de la pureza sin mancha con la que luego se adorna, mientras que sus coronas de oro representan la dignidad real, el honor, gloria, y la inmortalidad, con el que, conforme á la promesa repetida de nuestro Salvador, todos sus verdaderos discípulos se invertirán en el cielo. En nuestro texto, el apóstol nos informa el uso que de estas coronas. Los echaron delante del trono, o al pie del trono, en el que estaba sentado el Padre y el Hijo. Esta acción, al igual que cualquier otra parte de la visión del apóstol, fue simbólica o figurativa. No obstante, es por ello menos completa de la instrucción. Se ilustra de una manera muy clara y sorprendente, algunos de los rasgos principales de ese personaje, que todos los redimidos poseerán en e l cielo. Vamos entonces, tratará de determinar su contenido, junto con los sentimientos que se le solicite, y de que se trataba de una expresión. Al tratar de esto, es necesario recordar que todas las recompensas que esperan a los justos en el cielo, a menudo se resume en la expresión completa de un reino. Yo pues, os asigno un reino, dijo nuestro Salvador a sus discípulos, como mi Padre ha nombrado a mí. Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido y me he sentado con mi Padre en su trono. En alusión a las promesas de estos y otros similares, St. Paul, dice, está preparada para mí la corona de justicia, que el Señor, juez justo, me dará en aquel día, y no sólo a mí, sino a todos los también los que aman su venida. Y con el mismo espíritu de todos los redimidos en el cielo se representan como decía Cristo, Tú nos has hecho reyes para Dios, y reinarán por los siglos de los siglos. A medida que l a recompensa de los cielos se llaman así un reino, y como una corona es la insignia distintiva o adornos de realeza, que es usado por los reyes solos, se deduce que, como ya se ha insinuado, la corona se menciona en el texto representaba todo lo que los justos había recibido como recompensa. Casting estas coronas a los pies del trono, era, por lo tanto, lo mismo que emitir su reino, con toda su dignidad, la gloria y el honor, a l os pies de Dios y del Cordero. Por lo tanto, es fácil percibir la importancia de esta acción y l os sentimientos que se le solicite. En primer lugar, se trataba de un reconocimiento de lo que e s Dios, y de lo que merece por parte de sus criaturas. Las Escrituras nos dicen que él es uno, de los cuales, ya través de quién, y para quien son todas las cosas. Todas las cosas son de él, como su Creador y causa primera, todas las cosas son a través de él, ya que se conservan, sostenido y afectados por su agencia constante, y todas las cosas son para él, ya que están diseñados para su placer y gloria. De todas estas verdades de la acción, que e stamos contemplando, fue un acuse de recibo. Los que se realizó, declaró por 

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SERMÓN XLVIII

LOS SENTIMIENTOS Y EL EMPLEO DE LOS SANTOS

EN EL CIELO.

Y echan sus coronas delante del trono iv .- Apocalipsis. 10.

SAN JUAN, en este capítulo, se describe una visión, con el que se vio favorecida, por elmundo celestial. Después de presentar a nuestro juicio, el trono de Dios, en medio de la cualJesús Cristo se le apareció, como un cordero que había sido asesinado, se procede acomunicar con quien este trono estaba rodeado. Entre los que lo rodeaban, vio a veinticuatroancianos, vestidos de ropas blancas, y teniendo en sus cabezas coronas de oro. Estosancianos representan a toda la iglesia de Cristo en su estado perfecto y glorificado, tal y comoaparecerá en el cielo, después de la consumación de todas las cosas. Sus vestiduras blancaseran un emblema de la pureza sin mancha con la que luego se adorna, mientras que sus

coronas de oro representan la dignidad real, el honor, gloria, y la inmortalidad, con el que,conforme á la promesa repetida de nuestro Salvador, todos sus verdaderos discípulos seinvertirán en el cielo. En nuestro texto, el apóstol nos informa el uso que de estas coronas.Los echaron delante del trono, o al pie del trono, en el que estaba sentado el Padre y el Hijo.Esta acción, al igual que cualquier otra parte de la visión del apóstol, fue simbólica ofigurativa. No obstante, es por ello menos completa de la instrucción. Se ilustra de unamanera muy clara y sorprendente, algunos de los rasgos principales de ese personaje, quetodos los redimidos poseerán en el cielo. Vamos entonces, tratará de determinar sucontenido, junto con los sentimientos que se le solicite, y de que se trataba de una expresión.

Al tratar de esto, es necesario recordar que todas las recompensas que esperan a los justos en

el cielo, a menudo se resume en la expresión completa de un reino. Yo pues, os asigno unreino, dijo nuestro Salvador a sus discípulos, como mi Padre ha nombrado a mí. Al quevenciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido y me he sentadocon mi Padre en su trono. En alusión a las promesas de estos y otros similares, St. Paul, dice,está preparada para mí la corona de justicia, que el Señor, juez justo, me dará en aquel día, yno sólo a mí, sino a todos los también los que aman su venida. Y con el mismo espíritu detodos los redimidos en el cielo se representan como decía Cristo, Tú nos has hecho reyes paraDios, y reinarán por los siglos de los siglos. A medida que la recompensa de los cielos sellaman así un reino, y como una corona es la insignia distintiva o adornos de realeza, que esusado por los reyes solos, se deduce que, como ya se ha insinuado, la corona se menciona enel texto representaba todo lo que los justos había recibido como recompensa. Casting estas

coronas a los pies del trono, era, por lo tanto, lo mismo que emitir su reino, con toda sudignidad, la gloria y el honor, a los pies de Dios y del Cordero. Por lo tanto, es fácil percibir la importancia de esta acción y los sentimientos que se le solicite. En primer lugar, se tratabade un reconocimiento de lo que es Dios, y de lo que merece por parte de sus criaturas. LasEscrituras nos dicen que él es uno, de los cuales, ya través de quién, y para quien son todaslas cosas. Todas las cosas son de él, como su Creador y causa primera, todas las cosas son através de él, ya que se conservan, sostenido y afectados por su agencia constante, y todas lascosas son para él, ya que están diseñados para su placer y gloria. De todas estas verdades dela acción, que estamos contemplando, fue un acuse de recibo. Los que se realizó, declaró por 

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su rendimiento, una plena convicción, de corazón, que todos los que fueron, y todo lo que poseían, era de Dios, y que por lo tanto todos deben ser prestados a él solo, para que todas lascorrientes que haya expedido de esta fuente debe fluir de nuevo de nuevo. ¿Hay alguna dudade que tal era, de hecho, la importación de esta acción, el lenguaje con el que estuvoacompañado debe quitarlo. "Mientras que echan sus coronas delante del trono, que exclamó:

Tú eres digno, 0 Señor, de recibir la gloria y el honor y el poder, porque tú hiciste todas lascosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas. Y a medida que pronunció estaadscripción, que se arrojaron también delante del trono, por lo que en efecto, diciendo: De ti,0 Señor, que deriva todo lo que somos y todo lo que poseemos, y para ti, por lo tanto,tenemos que traerlo de vuelta. A ti pertenece toda la gloria y el honor y el poder, y para ti por lo que le atribuyen. Y si bien esta acción expresó un reconocimiento general, que toda lagloria es de Dios, que implicaba un reconocimiento más concreto, que para él toda la gloriade su salvación pertenecía. Era como si hubieran dicho, de ti, 0 Señor, hemos recibido estascoronas, pero somos totalmente indignos de ellos; a ti solo que pertenecen, pues por la graciasoberana tu solo estábamos preparados para ellos, por tu gracia sola Se nos permitió llevar acabo el buen trabajo que has tenido el placer por lo tanto para recompensar, y por tu gracia se

nos trajo al disfrute de estos premios. Gracia pide el plan de nuestra salvación, y la graciaque lleva a cabo. Gracia preparado para nosotros, un Salvador, y nos escogió en él antes dela fundación del mundo, pero la gracia inclinados a elegir, y para seguir al Salvador por lotanto siempre, y la gracia finalmente nos ha coronado con gloria eterna. Para tu gracia acontinuación, 0, Dios nuestro, tu libre, rica, la gracia soberana, distinguiendo, pertenece todala gloria de nuestra salvación, y que la gracia que le atribuyen. En todo lo que ofrecemos, o puede ofrecer, lo que hacemos, pero te presentes con lo que es tuyo. No es una joya en estascoronas celestiales que nos pertenece, no uno que conservar. Tú eres todo en todos, y nosomos nada, nada más que sombras pintadas por tus rayos, nada más que polvo y cenizas pecadores, merecedores de eterna perdición, que tú has rescatado, perdonado, santificado, enconserva, y elevado a la gloria.

Habiendo considerado la importancia de esta acción, vamos a asistir, en segundo lugar, a lossentimientos que se le solicite, y de que se trataba de una expresión.

En primer lugar, que fue impulsada por, era una expresión de la humildad perfecta. Estacalidad no ha existido nunca en la tierra en la perfección, excepto cuando nuestro Salvador residido aquí, desde la caída. Desde la caída, el hombre ha sido un ser orgulloso. De hecho,el ejercicio de orgullo era una parte esencial de su caída. No contento con el honor y lainmortalidad con la que fue coronado, con orgullo que desee llegar a ser como un dios,conocedores del bien y del mal. La disposición misma orgullosa desde entonces haconstituido una característica principal en el carácter del hombre caído. En esencia, consiste

en una disposición para exaltar la gloria arrogarse a nosotros mismos, y así retenerlo a él aquien sólo se debe. De ahí la lucha constante que ha existido entre los hombres caídos de preeminencia. Por lo tanto el amor y el deseo de la sala principal, y los asientos de arriba.Por lo tanto, también, el poco éxito que acompaña a la predicación del evangelio. Orgulloconstituye el principal obstáculo que existe en el corazón del hombre a la recepción de susdoctrinas humillante. E incluso después de la soberbia del corazón es la medida sometida aadmitir estas doctrinas, que aún mantiene su existencia, y en ocasiones el problema más quetodo cristiano propensiones pecaminosas otros unidos. Es el último de sus enemigosinternos, sobre la que obtiene una victoria, y muchas victorias, muchas Qué previamente

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obtener más de él. En el pecho por lo general asume la forma de orgullo espiritual, la formamás absurda y detestable que puede asumir. Una ejemplificación de que en esta forma quevemos en los primeros discípulos del Salvador. Se le pide a sus frecuentes disputasrespetando la cuestión de quién debe ser el más grande en el reino de los cielos. Se llevó a lasolicitud presentada por dos de ellos, para que sentemos el uno a la mano derecha, y el otro a

la izquierda de nuestro Salvador, en su reino. De mil maneras similares que ha operado enlos corazones de los cristianos desde entonces. Si su Salvador es dignado concederlescualquier manifestación peculiar, aunque todavía totalmente inmerecida de su amor; a favor de algún consuelo inusual, para darles los regalos más comunes en beneficio de la iglesia, o para coronar sus esfuerzos por hacer el bien con éxito, inmediatamente este pecado ocupadacomienza a funcionar; pensamientos de auto-complaciente y sentimientos comienzan aelevarse, y una alegría vana, malvados de sobreviene la mente, que obliga a su generoso benefactor bien para retirar sus dones, o amargar con algún operador enfermedad o aflicción.Así, incluso el mismo San Pablo, después de haber sido favorecido con un rapto en el tercer cielo, se vio obligado a tener una espina en la carne, un mensajero de Satanás paraabofetearlo, para que no se enaltezca sobremanera. En los cristianos de los logros más

 pequeños, favorece incomparablemente menos de lo que disfrutan, son suficientes paraelevarse por encima de la medida, y hacer una espina en la carne necesaria para suhumillación. El ejercicio de más de generosidad ordinaria, o un poco más de soltura habitualy el fervor en la oración, o un ejemplo de la conversión efectuada por su instrumentalidad, puede producir tales consecuencias. Más aún, pueden estar orgullosos de su humildad,incluso, orgullosos de la forma en que se confiesan, y de la seriedad con la que orar en contrade las operaciones de orgullo. Para esta fuente fecunda, maldita del mal debe ser tambiénatribuida, todo el descontento y duelos de los que son culpables, porque un hombre libre deorgullo que estar siempre contento y agradecido, y todos los comentarios de censura quehacer respetar a los demás, para una perfecta hombre humilde no puede ser censura, todas lasdisensiones que prevalecen entre los cristianos, porque sólo por la soberbia viene. Este mal

más les lleva a sobrevalorar sus propios logros, esconde de ellos sus deficiencias, y por lotanto de diferentes maneras retarda su progreso. Nada es un obstáculo mayor a la oración queel orgullo, nada más efectivamente nos impide recibir respuestas a la oración, pues ¿por quéDios conceder además a favor de quien se siente orgulloso de los que ya ha recibido? Sialguno de ustedes mis oyentes, emplear un servidor para llevar a tu limosna a los pobres, y siusted encuentra que se apropió de una parte del dinero para este fin a su propio uso, o que selo dio a sus pensionistas en su propio nombre , y así desviar su gratitud a usted a sí mismo, nodejas de darle trabajo? Y puede entonces extrañar que Dios debe retener sus dones de los quehacen uso de ellos para alimentar el orgullo, y que participan de la gloria de ellos, se a? Enefecto, esta es la razón por la gran razón por la que recibe tan poco. Dios es abundancia encondiciones de dar, dispuesto a dar, dispuesto a dar a su pueblo mucho más de lo que reciben, pero está obligado a retener de ellos sus dones, para ocultar su rostro de ellos, a su vez sussonrisas en frunce el ceño, no sea que su orgullo debe ser aumentada. Pero este orgullo todosdebemos dejar atrás para siempre, cuando salen del cuerpo. Ninguna partícula de que subirácon ellos al cielo. Allí no tendrá ningún deseo de que el jefe de los lugares, sin deseo deadmiración y aplausos. No van a retener ninguna parte de la gloria que pertenece a suCreador y Redentor, pero, al igual que sus representantes visto por Juan en la visión quetenemos ante nosotros, se echan sus coronas y de ellos mismos, sin la menor reserva, ante eltrono de Dios y el Cordero. Nada en ellos se dicen, me salvé porque me merecía la salvación. Nada en ellos se dice, que fueron en parte los autores de nuestra propia salvación, pero la

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lengua de cada corazón va a ser, mi salvación fue totalmente del Señor. Jesús es el autor, enel clasificador, y recompensa a mi fe.

En segundo lugar, la acción que estamos contemplando, expresó, y está motivada por elamor perfecto a Dios y el Redentor. ¿No es el entendimiento, pero sólo los corazones de

quienes lo realizan, dijo, Dios es infinitamente amable, infinitamente digno de todo el cariñoque podemos sentir, de cada prueba de afecto que nos pueden ofrecer. Ahora no es necesarioinformarle de que cada uno elegirá a la corona o adornar ese objeto que ama mejor. Naturalmente, el objeto de que todo hombre ama a sí mismo es mejor. Por lo tanto desea lacorona, adornan, exaltarse. Así, el orgullo nace del egoísmo, y el que está siempre en proporción exacta a la otra. Pero cada cristiano comienza, cuando se convierte en tal, a amar a Dios supremamente. Por supuesto, él comienza a desear que Dios sea glorificado yexaltado. Pero en la vida presente, este amor, y, por supuesto, sus efectos no son perfectos.Como no es algo de orgullo, así que hay algunos egoísmo, en el corazón de las más santas dela Cristiandad en la tierra. Pero en el cielo no hay ninguno. Allí los redimidos amor de Diosa la perfección, lo ama con todo su corazón, y alma, y mente y fuerza, el amor lo mucho

mejor que ellos se aman. Por supuesto, su único deseo es glorificar y exaltar a él. Ellos estánmucho mejor el placer de ver a sus coronas a sus pies que en sus propias cabezas. A sus pies, por lo tanto, los echaron, y en la ejecución de esta acción urgente, de la manera mássorprendente, el amor perfecto.

En tercer lugar, esta acción fue motivada por, y expresó su gratitud perfecta. El efectonatural de gratitud por los favores recibidos, es el deseo de hacer algo a cambio de esosfavores, y para que el retorno es, por supuesto, su expresión natural. Cuanto más numerosasy valiosas estas declaraciones son, cuanto mayor es la gratitud que le pide que presume deser. Mira a continuación, en el retorno que estos espíritus redimidos hacer a Dios por su bondad. Ellos traen ellos mismos, sus coronas, todo lo que son, y todo lo que tienen, y lo

echó a sus pies. El lenguaje de esta acción es, Señor, que querrían hacer algo a cambio detodo lo bueno tu a nosotros. Pero no tenemos nada excepto lo que nos has dado. Todo estoque traemos a ti, y consagrarse sin reservas a tu servicio. ¿Acaso tienen más, que loconsagran al mismo uso. Es suficiente para nosotros para ver y promover tu gloria, a ser instrumentos de tu voluntad, y que te acepten nuestros servicios sin valor, nuestra declaracióninadecuada.

Por último. Esta acción expresa la reverencia más profunda. De haber sentido nada más queamor y gratitud, que podrían haber tratado de colocar sus coronas en la cabeza, o al menos enlas manos de él que era el objeto de estas afecciones. Pero lo miró también con la veneraciónmás horrible. Esto lo expresado por emitir sus coronas a sus pies. Era como si hubieran

dicho, lo que es el más brillante adorno de la cabeza, apenas se digna a mentir a los pies deJehová. A sus pies nos son poco dignos de ser. Pero ya que nos permite estar allí, que seestima que su lugar como el más alto honor que puede disfrutar, y preferiría que todos lostronos terrenales, prefieren incluso a un trono en el cielo sin nuestro Dios.

Reflexiones.-1. De este tema que fácilmente se puede hacer que parezca que las opiniones ysentimientos de los cristianos en este mundo se asemejan a los de los redimidos en el cielo, yno se diferencian de ellos en todo en especie, pero sólo en grado. Ellos se parecen a ellos aligual que las flores de la apertura y frutos inmaduros de un árbol, se asemejan a la fruta

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 perfectamente madura del mismo árbol. Todo cristiano, que ha escuchado estos comentarios,no puede por menos que sentir una conciencia, que posee en cierto grado las opiniones ysentimientos que se han descrito. Se siente algo por el mismo amor a su Dios y Redentor, dela misma gratitud por su bondad, la misma reverencia por su carácter, que se manifiestan por sus hermanos a la perfección en el cielo, y es hasta ahora poseía la humildad, en cuanto a ser 

sensible y avergonzado de su orgullo, y el odio y orar y luchar contra ella. También seexpresan estos sentimientos de una manera similar. Se le atribuye, que ama a atribuir lagloria a Dios, y el Cordero, y así lo desea atribuir a ellos con mayor perfección. Él quiere a símismo elenco, y todo lo que posee, sin reservas, a sus pies, y él se avergüenza, se siente auto-odio, se arrepiente, cuando se encuentra la retención de una parte de su vencimiento. Nuncase es tan feliz como en esos momentos a favor cuando se puede hacer más cercano enfoques para el temple, y participar más intensamente en los empleos del mundo celestial. ¿Cómonormal, como sin lugar a dudas, entonces es evidente, que se está preparando para ese mundoy destinados a disfrutar de ella. Él está aquí en la escuela de Cristo, pasando por un ciclo deestudios para adaptarse a él para ello. Este curso se completará, y tan pronto como se terminaque se elevará a unirse a los que han pasado antes que él a través del seminario cristiano, y

cuya educación para el cielo ha terminado. Por lo tanto,2. Todos los presentes fácilmente puede saber si pertenece a este número feliz, muyfavorecida. Para determinar esto, sólo tienes que preguntar si eres consciente de possessimig puntos de vista y sentimientos similares a los que ahora se han descrito, si usted posee unespíritu afín con los seres celestiales que son de fundición a sí mismos ya sus coronas delantedel trono del Eterno; si, mientras las contemplan, su corazón decir que estaban entre ellos, y poseedor de una corona como ellos, sé muy bien qué uso debo elegir y regocijo para hacer deella, y especialmente si usted prueba la sinceridad , la realidad de estos sentimientos con elobjetivo de glorificar a Dios en la tierra, y ustedes mismos actores y todo lo que posee a sus pies. Si es así, que de hecho pertenecen a la familia, una rama de la que hemos estado

 pensando, y antes de tiempo que habrá entre ellos, usar un vestido y la corona como ellos, ycon ellos exultante echó delante del trono. Y recuerda que cuanto más hacemos por Dios eneste mundo, más brillante será su corona celestial ser. ¿Y usted no desea que sea brillante,cuando echó a los pies del Redentor? ¿No desea ser capaz de hacer grandes beneficios paratodos sus favores? Puedes estar contento de que la corona debe ser la menos gloriosa detodos los que serán lanzados antes que él? Si no, todos los días se esfuerzan por aclarar ahora. Todo buen trabajo que realiza, cada oración aceptable que le ofrecemos, cadasentimiento derecho que se ejercita, todo intento sincero de crecer en la gracia y elconocimiento, se agrega una a las joyas que la adornan, y ayudar para que sea menos dignode ser emitidos en los pies de su Redentor.

3. ¿Cómo hace evidente que parezca de este tema, que no tengan carácter de superioridadmoral, nadie que confía en sí mismo, o en sus propios méritos para la salvación está preparando para el cielo, o posesión de cualquier cosa de su espíritu, o sin un cambio en sudisposición pueden ser admitidos allí. Un hombre así, en lugar de echar la corona a los piesde Cristo, lo coloca sobre su cabeza, y lleva allí, y allí se lo llevan incluso podía entrar en elcielo. Él no tiene ninguno de los dictámenes, ninguno de los sentimientos que animan a sushabitantes humildes en la ejecución de la acción que tenemos ante nosotros. En efecto, deacuerdo con sus puntos de vista, sería perfectamente apropiado que debe usar, porque si segana por su propia sabiduría, fuerza y bondad, ¿por qué no lo mantienen? que, además de él,

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tiene derecho a ella? Él ha ganado bastante, por lo que debe usarlo. Pero no hay coronas talauto-ganó nunca se verá en el cielo. Todas las coronas que nunca se verá allí, son las coronasque Cristo mereció, y que su gracia ayudó a su gente a obtener. Todas las ropas blancas vistoalguna vez allí, se túnicas que fueron lavados y emblanquecidos, no por nuestras lágrimas, nien ninguna fuente que la sabiduría humana siempre abierto, pero en la sangre de Cristo, la

fuente en la que todos pueden lavarse y estar limpia.Por último. Veamos ahora, mis amigos que profesan, mientras llegamos a la mesa denuestro Señor, tratar de hacer este lugar, tanto como sea posible, como el cielo, imitando elgenio de los cielos. Esta tabla es una representación terrenal del trono del arco iris rodeaba,lo que Juan vio en visión. He aquí nuestro Dios y Salvador se sienta en un trono de la gracia para aceptar nuestros votos y ofrendas. Traiga a vosotros mismos, y todo lo que posees,como una ofrenda, y con amor, gratitud, humildad y reverencia, se echó a sus pies. Así,mediante la previsión de los empleos de los cielos, que serán cada vez más dispuestos a participar en ellos, que se transportará más de un espíritu celestial, y obtendrá el valor fresco para mantener su guerra Christain, animada por la certeza de que ni el egoísmo, ni el orgullo ,

ni ningún otro enemigo, que ahora arremete contra usted y contamina sus servicios, deberáser capaz de seguir al cielo.

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