Los siete son animales BESTIARIO “FEISBUSERO”macoca.org/IMG/pdf/bestiario.pdf · mira altiva,...

2
2 15 11 12 13 14 Mariano Coronas Cabrero BESTIARIO “FEISBUSERO” Gallina labuerdense. Alzada hasta un primer piso, esta gallina labuerdense, mira altiva, por debajo de la cresta, pero casi por encima del pico, hacia el horizonte. Quizá lo haga confundida por ese entramado hexagonal que la separa de la calle; tal vez está ofendida porque esa malla recuerda a un panal y ella no quiere sentirse abeja (ni obrera ni zángano). Las gallinas son muy suyas (y no solo la gallina Turuleta); hay otras con personalidad, por ejemplo aquella gallina catalana, amiga de Llac que decía “la gallina diu que no, visca la revolució”; o la gallina Avecrem… ¡Ah, la gallina cúbica, concentrada en cubitos, que producen un caldo gustoso, también llamada Knorr… O las gallinas del Valle de Chistau (“De Plan ta San Chuan, as gallinas van”)… La voz “gallina” tecleada en google produce instantánea- mente 22.600.000 resultados y la expresión “caldo de ga- llina” así, con comillas, nos da 447.000 referencias. No sé si venían a cuento estas informaciones, pero no está mal señalarlas para dejar claro –con esos datos numéricos- que el tema interesa. A muchas y muchos, ya hace meses que se nos pone la carne de gallina cada vez que escuchamos que a un co- lectivo de personas se les rebaja el sueldo o se les quita una paga o se les cobra un nuevo impuesto… Y todo eso y más, por nuestro bien y para ahorrar. Hace ya meses que algunos ministros parecen gallinas de corral (y que me perdonen las pertenecientes al legítimo orden de las gallináceas): cada día cacarean una nueva ocurrencia y así consiguen cabrear a cientos o a miles de personas que ven como, injustificadamente, se modifican sus condi- ciones laborales, sus derechos al trabajo, a una vivienda o a un sueldo decente…; personas que, finalmente, sienten escalofríos momentáneos y acaban con piel de gallina, (sin importar que todo eso ocurra en meses fríos o en me- ses calurosos). ¡Cómo se puede ser tan indecente, tan arrogante, tan manipulador y tan mentiroso, como vemos que lo son algunas de las personas que ostentan poder en este país! Éstas han tomado la senda del desmorona- miento y la destrucción de un sistema sanitario, educati- vo, de asistencia social, de pensiones… y sobre todo de un sistema moral y ético que muchas personas habíamos construido y que, aunque es nuestro baluarte más con- tundente, siempre corre el riesgo de ser picoteado con saña y malas intenciones por esta cuadrilla de gallinas que ni ponen huevos ni sirven para hacer caldo. En reali- dad, solo sirven para tocarnos los huevos y para que los maldigamos con saña cuando nos tomamos a su salud un tazón de caldo, preferentemente, de gallina. (19.12.2012) El cabrón. En este bestiario feisbusero, surgido por casualidad, que llevo unos días desarrollando no podía faltar el macho ca- brío o cabrón. La foto la tomé este verano en Chisagüés (Sobrarbe). Estaba el animal –como están las cabras- en un lugar inverosímil, donde hace falta tener un sentido del equilibrio descomunal para no darse una ostia, por caída a vueltas hasta –en este caso- la orilla de la carretera. Y si ya era difícil mantener la verticalidad o la inclinación con- trolada, este “cabronazo” (dicho con cariño) todavía tenía la sangre fría de rascarse detrás de la oreja, alzando una pata y disminuyendo descaradamente sus puntos de apo- yo, enseñando de paso su potente virilidad. Tomé varias instantáneas de su porte y movimientos y de los del resto del reducido grupo familiar: tres cabras y dos cabritos ¡vaya familia!, diréis. Pues sí; estos tipos aceptan la poligamia sin más problemas, je, je. Luego está la extensión que podemos hacer –como si fuera una fábula de Lafontaine, de Iriarte o de Sa- maniego- hacia el mundo de los seres humanos o inhumanos (según cómo se mire). Porque, quien más quien menos, conocemos no a uno si no a va- rios “cabronazos” (dicho sin ningún cariño) y, aunque tengamos la sensación de que últimamente han florecido con fuerza y en abundancia; no debemos olvidar que el espécimen “cabronazo” ha existido siempre; en muchas ocasiones, disfrazado de inofensivo “cabrito” (aunque en realidad estábamos ante un pedazo de cabrón que se qui- taba años…). Es verdad que, ahora, mires donde mires, A la paloma que me mira desde la pared de enfrente… Acabo de limpiar de mierda mis ventanas, fruto de las deposiciones tuyas y de tus hermanas. ¿No podríais defecar en el vertedero, por la mañana pronto, tras el primer vuelo? Debajo de un árbol es un buen lugar para que os aliviéis y de paso abonar plantas y arbustos, o la misma tierra, que recibirá gustosa vuestra ración de mierda. Porque a mí ya me tenéis hasta los conguitos. Un día de estos me saco el permiso y me compro escopeta de varios tiros… ¡Palomas y palomos! ahí queda el aviso: si me seguís provocando os iréis a cagar “al otro barrio”. (junio de 2016) con enorme rapidez identificas a alguno o a varios en una misma mirada. No muestran mucha virilidad porque, en muchas ocasiones protegen su cornamenta y otros atribu- tos menores interponiendo entre ellos y quienes les incre- pamos, fuerzas de choque contratadas con anterioridad… Tened cuidado estos días de paz universal y sonrisas in- finitas, porque son sus preferidos para con un “beee” ca- prino desearte felicidad, mientras que, al darte la vuelta te clavan la cornamenta capruna… Y aún menos mal que no somos chinos, porque ellos tienen un año entero dedicado enteramente a la cabra (y por extensión, imagino, al cabri- to, al cabrón y a los cabronazos). Salud y el deseo de que el 2013 no sea peor que éste que acaba, lo que no es ninguna petición exagerada, ¿no les parece? (21.12.2012) PRESENTACIÓN Pues resulta que, como ya te has podido ir dando cuenta si eres feisbusero practicante, soy activo militante de esa red social. Me da rabia que los textos que escribo tengan una vida tan efímera y que vayan siendo sepultados por la rotundidad del paso de los días y el amontonamiento de nuevas entradas que van relegando a las anteriores a un agujero negro. Por eso voy haciendo desplegables, de vez en cuando. En este caso, me he zambullido en uno de esos agujeros y he rescatado estos siete textos, dedicados a otros tantos animales. Los escribí y publiqué en mi muro de Facebook, en diciembre de 2012 y se refieren a animales domésticos (casi todos) que podrían vivir juntos en una diminuta sala dentro del Arca de Noé (que yo siempre imaginé llena de compartimentos, de “corraletas”, que diríamos en mi pueblo). Las fotos que acompañan a los textos son las que publiqué en su momento. Las pongo en blanco y negro porque, como esta publicación voy a regalarla a las amistades, quiero que me salga algo más económica. Algunas y algunos, recibisteis ya un desplegable con estos contenidos hace un par de años, por lo menos. Entonces, hice una tirada reducida fotocopiando los originales. Esta vez, el producto final tiene más calidad de impresión, je, je. Espero que paséis un ratillo agradable leyéndolo y que os echéis unas risas, que de eso se trata. Bestiario “feisbusero” Textos y fotos: Mariano Coronas Cabrero Edición del autor. Febrero de 2017 Diseño: Mª José Callizo Imprime: Imprenta Coso, s.l. Fraga Depósito legal: Hu-53-2017 Los ocho son animales de los llamados domésticos. ¡Bueno!, todos menos el buitre que es más, un animal cosmético puesto que limpia cadáveres y los deja “esqueléticos”... ¡Bueno!, y la paloma, “gran símbolo de la paz”, a quien alguien dio licencia para huir del palomar. Ahora expande sin medida corrosivas deposiciones por tejados y terrazas, por ventanas y balcones. Por eso es muy recordado, en congresos y reuniones, quien la eligió y la propuso para pacíficas misiones. Los siete son animales de los llamados domésticos; ¡bueno!, todos menos el buitre que es más, un animal cosmético puesto que limpia cadáveres y los deja “esqueléticos”.

Transcript of Los siete son animales BESTIARIO “FEISBUSERO”macoca.org/IMG/pdf/bestiario.pdf · mira altiva,...

Page 1: Los siete son animales BESTIARIO “FEISBUSERO”macoca.org/IMG/pdf/bestiario.pdf · mira altiva, por debajo de la cresta, pero casi por encima del pico, hacia el horizonte. Quizá

2 15

11 12 13 14

Mariano Coronas Cabrero

BESTIARIO“FEISBUSERO”

11

Gallina labuerdense. Alzada hasta un primer piso, esta gallina labuerdense, mira altiva, por debajo de la cresta, pero casi por encima del pico, hacia el horizonte. Quizá lo haga confundida por ese entramado hexagonal que la separa de la calle; tal vez está ofendida porque esa malla recuerda a un panal y ella no quiere sentirse abeja (ni obrera ni zángano).

Las gallinas son muy suyas (y no solo la gallina Turuleta); hay otras con personalidad, por ejemplo aquella gallina catalana, amiga de Llac que decía “la gallina diu que no, visca la revolució”; o la gallina Avecrem… ¡Ah, la gallina cúbica, concentrada en cubitos, que producen un caldo gustoso, también llamada Knorr… O las gallinas del Valle de Chistau (“De Plan ta San Chuan, as gallinas van”)…

La voz “gallina” tecleada en google produce instantánea-mente 22.600.000 resultados y la expresión “caldo de ga-llina” así, con comillas, nos da 447.000 referencias. No sé si venían a cuento estas informaciones, pero no está mal señalarlas para dejar claro –con esos datos numéricos- que el tema interesa.

A muchas y muchos, ya hace meses que se nos pone la carne de gallina cada vez que escuchamos que a un co-lectivo de personas se les rebaja el sueldo o se les quita una paga o se les cobra un nuevo impuesto… Y todo eso y más, por nuestro bien y para ahorrar. Hace ya meses que algunos ministros parecen gallinas de corral (y que me perdonen las pertenecientes al legítimo orden de las gallináceas): cada día cacarean una nueva ocurrencia y

12

así consiguen cabrear a cientos o a miles de personas que ven como, injustifi cadamente, se modifi can sus condi-ciones laborales, sus derechos al trabajo, a una vivienda o a un sueldo decente…; personas que, fi nalmente, sienten escalofríos momentáneos y acaban con piel de gallina, (sin importar que todo eso ocurra en meses fríos o en me-ses calurosos). ¡Cómo se puede ser tan indecente, tan arrogante, tan manipulador y tan mentiroso, como vemos que lo son algunas de las personas que ostentan poder en este país! Éstas han tomado la senda del desmorona-miento y la destrucción de un sistema sanitario, educati-vo, de asistencia social, de pensiones… y sobre todo de un sistema moral y ético que muchas personas habíamos construido y que, aunque es nuestro baluarte más con-tundente, siempre corre el riesgo de ser picoteado con saña y malas intenciones por esta cuadrilla de gallinas que ni ponen huevos ni sirven para hacer caldo. En reali-dad, solo sirven para tocarnos los huevos y para que los maldigamos con saña cuando nos tomamos a su salud un tazón de caldo, preferentemente, de gallina. (19.12.2012)

El cabrón. En este bestiario feisbusero, surgido por casualidad, que llevo unos días desarrollando no podía faltar el macho ca-brío o cabrón. La foto la tomé este verano en Chisagüés (Sobrarbe). Estaba el animal –como están las cabras- en un lugar inverosímil, donde hace falta tener un sentido del equilibrio descomunal para no darse una ostia, por caída a vueltas hasta –en este caso- la orilla de la carretera. Y si ya era difícil mantener la verticalidad o la inclinación con-trolada, este “cabronazo” (dicho con cariño) todavía tenía la sangre fría de rascarse detrás de la oreja, alzando una pata y disminuyendo descaradamente sus puntos de apo-yo, enseñando de paso su potente virilidad. Tomé varias instantáneas de su porte y movimientos y de los del resto del reducido grupo familiar: tres cabras y dos cabritos ¡vaya familia!, diréis. Pues sí; estos tipos aceptan la poligamia sin más problemas, je, je.

Luego está la extensión que podemos hacer –como si fuera una fábula de Lafontaine, de Iriarte o de Sa-maniego- hacia el mundo de los seres humanos o inhumanos (según cómo se mire). Porque, quien más quien menos, conocemos no a uno si no a va-rios “cabronazos” (dicho sin ningún cariño) y, aunque tengamos la sensación de que últimamente han fl orecido con fuerza y en abundancia; no debemos olvidar que el espécimen “cabronazo” ha existido siempre; en muchas ocasiones, disfrazado de inofensivo “cabrito” (aunque en realidad estábamos ante un pedazo de cabrón que se qui-taba años…). Es verdad que, ahora, mires donde mires,

A la paloma que me mira desde la pared de enfrente…Acabo de limpiarde mierda mis ventanas,fruto de las deposicionestuyas y de tus hermanas.

¿No podríais defecaren el vertedero,por la mañana pronto,tras el primer vuelo?

Debajo de un árboles un buen lugarpara que os aliviéisy de paso abonarplantas y arbustos,o la misma tierra,que recibirá gustosavuestra ración de mierda.

Porque a mí ya me tenéishasta los conguitos.Un día de estosme saco el permisoy me compro escopetade varios tiros…

¡Palomas y palomos!ahí queda el aviso:si me seguís provocandoos iréis a cagar“al otro barrio”.

(junio de 2016)

con enorme rapidez identifi cas a alguno o a varios en una misma mirada. No muestran mucha virilidad porque, en muchas ocasiones protegen su cornamenta y otros atribu-tos menores interponiendo entre ellos y quienes les incre-pamos, fuerzas de choque contratadas con anterioridad… Tened cuidado estos días de paz universal y sonrisas in-fi nitas, porque son sus preferidos para con un “beee” ca-prino desearte felicidad, mientras que, al darte la vuelta te clavan la cornamenta capruna… Y aún menos mal que no somos chinos, porque ellos tienen un año entero dedicado enteramente a la cabra (y por extensión, imagino, al cabri-to, al cabrón y a los cabronazos).

Salud y el deseo de que el 2013 no sea peor que éste que

acaba, lo que no es ninguna petición

exagerada, ¿no les parece? (21.12.2012)

2

PRESENTACIÓNPues resulta que, como ya te has podido ir dando cuenta si eres feisbusero practicante, soy activo militante de esa red social. Me da rabia que los textos que escribo tengan una vida tan efímera y que vayan siendo sepultados por la rotundidad del paso de los días y el amontonamiento de nuevas entradas que van relegando a las anteriores a un agujero negro. Por eso voy haciendo desplegables, de vez en cuando.

En este caso, me he zambullido en uno de esos agujeros y he rescatado estos siete textos, dedicados a otros tantos animales. Los escribí y publiqué en mi muro de Facebook, en diciembre de 2012 y se refi eren a animales domésticos (casi todos) que podrían vivir juntos en una diminuta sala dentro del Arca de Noé (que yo siempre imaginé llena de compartimentos, de “corraletas”, que diríamos en mi pueblo).

Las fotos que acompañan a los textos son las que publiqué en su momento. Las pongo en blanco y negro porque, como esta publicación voy a regalarla a las amistades, quiero que me salga algo más económica.

Algunas y algunos, recibisteis ya un desplegable con estos contenidos hace un par de años, por lo menos. Entonces, hice una tirada reducida fotocopiando los originales. Esta vez, el producto fi nal tiene más calidad de impresión, je, je. Espero que paséis un ratillo agradable leyéndolo y que os echéis unas risas, que de eso se trata.

Bestiario “feisbusero”Textos y fotos: Mariano Coronas CabreroEdición del autor. Febrero de 2017Diseño: Mª José CallizoImprime: Imprenta Coso, s.l. FragaDepósito legal: Hu-53-2017

Los ocho son animales

de los llamados domésticos.

¡Bueno!, todos menos el buitre

que es más, un animal cosmético

puesto que limpia cadáveres

y los deja “esqueléticos”...

¡Bueno!, y la paloma,

“gran símbolo de la paz”,

a quien alguien dio licencia

para huir del palomar.

Ahora expande sin medida

corrosivas deposiciones

por tejados y terrazas,

por ventanas y balcones.

Por eso es muy recordado,

en congresos y reuniones,

quien la eligió y la propuso

para pacífi cas misiones.

Los siete son animalesde los llamados domésticos;

¡bueno!, todos menos el buitreque es más, un animal cosmético

puesto que limpia cadáveresy los deja “esqueléticos”.

Page 2: Los siete son animales BESTIARIO “FEISBUSERO”macoca.org/IMG/pdf/bestiario.pdf · mira altiva, por debajo de la cresta, pero casi por encima del pico, hacia el horizonte. Quizá

3 4

7 8 9 10

5 6

Reunión de gatos, ratones en peligro...Sí, porque estos que ves en la foto, no son gatos falderos, de esos que andan de mano en mano, con sobredosis de caricias. Blandos por fuera y por dentro, de tanto compartir sofá, tele y modorra… Éstos son gatos “tejaderos”, que cuando ven un pajarillo saltando de teja en teja o de losa en losa, erizan el lomo, estiran las extremidades y prueban a darle un “bocau”, mientras dan un salto acrobático que nos deja boquiabiertos. Además, éstos son “gatos gurriones”, o sea, de Labuerda; son los gatos de un vecino, que no sé cuántos debe tener (algún día he pillado a media docena durmiendo al sol en el tejado).

El caso es que no sé qué hago yo aquí hablando de gatos… Hace mucho frío en la calle y esta foto al sol que les hice este fi n de semana me ha puesto tierno. Será eso… Buenas noches. (11.12.12)

Las vacas del pueblo ya se han escapau, riau, riau…”Esta es una foto de unidades: una peña, un pueblo, un árbol y una vaca, ¡curioso!, ¿no? La foto tiene media do-cena de años. Bajábamos de Escuaín y al aproximarnos a Escalona, hice unas fotos como ésta. Una de ellas fue la portada del número 117 de El Gurrión (noviembre de 2009).

De las unidades anteriores, me fi jaré en la vaca: (“Tengo una vaca lechera. No es una vaca cualquiera. Me da leche con tomate…”). Les tengo cierta devoción a las vacas, casi como los hindúes. Las vacas de leche nos permitieron vi-vir un poco mejor en los años sesenta y posteriores, y salir a estudiar, porque convertían su leche –ordeñada dos ve-ces cada día- en una nómina mensual. Daban abundante faena, pero también sanearon las maltrechas economías de muchas familias de Sobrarbe…

También me gusta la vaca porque uno de sus estómagos se llama libro (lo que no quiere decir que la vaca sea un animal más culto que el conejo, por poner un ejemplo), pero dada mi afi nidad y dedicación a los libros, al fomento de la lectura y la escritura y a las bibliotecas, no podía más que tener una buena opinión de alguien que “lleva un libro” en sus entrañas... Y, antes de dejaros ya con la foto y esta pequeña refl exión, no olvidéis aquello de: (“Si t´a pillau la vaca, jódete, jódete…”) (18.12.2012)

Ayer, tres gatos; hoy, tres ovejas... Ayer, os pusisteis tiernos o tiernas porque hablaba de ga-tos y algunos de vosotros y algunas de vosotras tenéis como mascota uno o varios gatos (o gatas, claro).

Y hoy, ¿qué? ¿También os inspira tanta ternura la visión de “una oveja negra” como ésta? Quien más quien menos ha escuchado muchas veces esa frase y tal vez haya sido la oveja negra de algún círculo familiar, laboral, deportivo, de amistad… No está nada mal ser la oveja negra en un “rebaño”. Es casi la única manera de ser diferente y reivin-dicarse como tal. Uno de los problemas más gordos que

El burro de San Vicente, lleva la carga y no la siente”. Esta amable formulilla recitábamos de pequeños a quien le habíamos colocado algo encima de la cabeza o del hombro sin que se hubiese dado cuenta… Y es que, otra cosa no, pero la infancia siempre ha estado llena de ges-tos de “comprensión y amabilidad” con los semejantes…, je, je.

tenemos actualmente es que predomina el rebaño sobre la individualidad, que no abundan las “ovejas negras” y que se escucha demasiado el “Beeeeeeeee”, colectivo.

No me hagáis mucho caso, el ambiente está muy frío y las neuronas es posible que se vean afectadas. Que acabéis de pasar bien la tarde. (12.12.12)

Bueno, pues eso, que primero fueron los gatos, luego las ovejas y hoy les toca el turno a este par de burros salero-sos que pasan su vida en la Plana de Labuerda, disfrutan-do del aire libre y viviendo a cuerpo de rey y sin trabajar. Viviendo infi nitamente mejor que la mayoría de sus ante-pasados que alternaban la dureza del trabajo diario con las reducidas dimensiones de la mayoría de las cuadras donde pernoctaban. Platero podía ser más espabilado de tanto pasear con Juan Ramón, pero estos dos (que no sé

cómo se llaman) tienen pinta de ser burros, pero muy felices. Os dejo, pues, en su as-nal compañía… (13.12.2012)

Un árbol, una vacay la Peña Montañesa.

En Sobrarbe, desde siempre,reinó la naturaleza.

Procura tener criterioy no ser nunca una oveja.

Los balidos colectivosen muy mal lugar te dejan.

9 10

Buitres leonados. La verdad es que ver volar a un buitre común es un es-pectáculo, con esa capacidad de navegación aérea que tienen, sin apenas mover las alas, buscando las térmicas para ir ascendiendo y planear en círculo, majestuosamen-te. Esta fotografía está tomada en la semana santa de 2010, en un paraje de la huerta de Labuerda, muy cerca-no al pueblo. Por allí andaban ocho buitres “despistados” (aunque la foto solo muestra cuatro, pues ocupaban posi-ciones distantes el uno y el otro cuarteto, como si fueran comandos independientes). El buitre es un ave carroñera. Siempre “trabajó” como sanitario del monte, limpiándolo

de cadáveres. Los tiempos han cambiado, las cabañas ganaderas han disminuido y ahora tienen que buscarse la vida en los vertederos o acudir a los comederos que les han preparado en algunas zonas geográfi cas. El buitre ya no está en peligro de extinción, pero sí “en peligro de imitación”.

Hay unos tipos, operados de escrúpulos al nacer, que no vuelan pero levitan. Tienen dos patas, como los buitres, pero en lugar de alas tiene manos con las que falsifi can, fi rman, sustraen, evaden, borran pistas, etc. Se ceban con los dineros públicos y carroñean a todo cristo viviente. No se encuentran ni en Doñana, ni en Ordesa ni en Monfra-güe ni en ningún otro espacio natural; se han especia-lizado en entidades bancarias, sociedades de inversión, oscuros complejos fi nancieros, inmobiliarias fantasmas... Me da pena llamarlos buitres (me da pena por los bui-tres, claro, que son aves necesarias), pero su proceder de ensañarse con las víctimas y su relación directa con el derrumbamiento y la desaparición del dinero de este país, los convierte en animales depravados y reprobables; indecentes especímenes que ya nos gustaría que estu-viesen en peligro de extinción y fi nalmente extinguidos. (18.12.2012)