Los Suelos de Canarias
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Los suelos de Canarias Devon Warren Iglesias
Es una formación biogeosférica viva que se manifiesta como
el resultado de la acción combinada de cuatro factores
ambientales a lo largo del tiempo: el clima, principalmente
temperatura y humedad, los organismos (plantas superiores, seres
microscópicos y actividades humanas), la topografía y el relieve, y
la composición y edad de los materiales geológicos.
Además, el suelo es un recurso natural no renovable a corto
y medio plazo, que constituye la base física y funcional de todos
los ecosistemas terrestres y, por tanto, el medio donde el hombre
realiza toda su actividad económica.
El suelo
En los ecosistemas y agrosistemas
insulares el suelo adquiere una mayor relevancia, si
cabe, dada su limitación territorial y la diversidad de
usos y actividades existentes, por lo que en las Islas el
suelo se convierte, además, en un recurso estratégico
que es necesario proteger y conservar para las
generaciones futuras, no sólo como reserva de
producción alimentaria, sino también como
componente básica del equilibrio ambiental del
Archipiélago.
Un parámetro importante en el funcionamiento de los suelos es el
régimen de humedad de los mismos, es decir, la dinámica del agua en el suelo a
lo largo del año. Así, en la clasificación de los suelos se han distinguido
diferentes tipos según que el régimen de humedad sea:
Arídico: el suelo presenta déficit de agua (seco) durante más de la mitad
del año.
Ústico: la falta de agua en el suelo ocurre durante un período inferior a
seis meses en la época en que no tiene lugar el crecimiento vegetativo de
las plantas.
Údico: el suelo no se seca nunca más de 90 días consecutivos.
Xérico: el suelo está seco en verano y húmedo en invierno, y las medias
de la temperatura del suelo en invierno y verano difieren por más de
6°C.
Régimen hídrico
Son dos factores con una considerable importancia en
la génesis de los suelos insulares. Dada la situación de las
erupciones volcánicas que han originado las islas, la mayor
parte de éstas se caracterizan por un relieve abrupto y
joven, sobre el cual el trabajo de las fuerzas naturales
erosivas es muy enérgico.
Esto ha dado lugar a un intenso proceso de
abarrancamiento que frena y ralentiza los fenómenos
naturales de formación de suelos.
Topografía y Reviele
La juventud de muchos de los materiales geológicos hace
que los malpaíses estén representados en muchas islas (exepto en
La Gomera y Gran Canaria), así como las acumulaciones de
lapillis y escorias recientes (El Hierro y La Palma).
Por otra parte, la incidencia de la erosión, tanto geológica
como acelerada, es la responsable de la existencia de muchos
conos volcánicos desmantelados y de afloramientos rocosos del
material geológico, distribuidos por todas las islas y asociados a
prácticamente todos los tipos de suelos.
Topografía y Reviele
Los suelos predominantes en estas zonas son los suelos marrones
(Cambisoles) a veces con una potente costra de acumulación de caliche o
yeso (Calcisoles y Yipsisoles), los suelos salinos (Solonchaks) y los suelos
sódicos (Solonetz).
Alcalinos, a veces con salinidad y sodicidad
Bajo contenido en materia orgánica
Frecuentemente con acumulaciones de caliche o yeso
Textura arcillosa y estructura dispersa
Baja capacidad de infiltración de agua
Coloración de tendencia pardo-rojiza
Zonas bajas costeras (por debajo de 300 m sobre el nivel del mar)
Asociados a situaciones topográficas de
pie de vertiente o de depresiones y vaguadas
del terreno suelos pardos vérticos
(Cambisoles vérticos) y Vertisoles, que
ocupan considerables extensiones en todas las
lomadas del sur de La Gomera. Son los suelos
conocidos comúnmente como “mazapé”.
Presentan tonalidades grises oscuras y
son muy arcillosos, con predominio de arcillas
hinchables, pesados y difíciles de trabajar y
con una elevada densidad y baja
permeabilidad en estado húmedo, lo que
implica encharcamiento y asfixia radicular de
la vegetación.
Zonas bajas costeras (por debajo de 300 m sobre el nivel del mar)
El clima es más húmedo, la alteración de los materiales geológicos mucho
mayor y los suelos más profundos, equilibrados y fértiles.
Suelos fersialíticos y los suelos pardos:
No presentan limitaciones importantes para su uso intensivo Han sido
los más utilizados para el aprovechamiento humano.
Alto contenido en nutrientes
Textura arcillosa y estructura prismática
Color de tonalidades rojizas debido a la liberación de óxidos de hierro.
Típicos de las medianías a barlovento de las Islas. Suelen aparecer
también estos suelos en algunas áreas a sotavento, con un régimen de
humedad xérico o ústico, sobre materiales antiguos y siempre a mayor altitud
que en las vertientes orientadas hacia el alisio.
Zonas de medianías (entre 300 y 700 m sobre el nivel del mar)
Suelos fersialíticos y los suelos pardos:
En ellos se desarrolla toda la actividad agrícola tradicional de las
medianías insulares, lo que ha llevado a la práctica desaparición de la
vegetación natural de estas áreas, siendo sustituida por un paisaje agrario de
terrazas y bancales en un terrazgo muy antropizado.
Zonas de medianías (entre 300 y 700 m sobre el nivel del mar)
Conocidos popularmente como "tierra de monte" o
"polvillo", son los suelos de mayor fertilidad potencial de
las Islas.
Son los suelos de mayor fertilidad potencial de las Islas
Elevado contenido en materia orgánica y nutrientes
Alta capacidad de fijación de fósforo y de retención
de humedad
Textura es equilibrada, con tendencia limosa, y
estructura grumosa, muy fina o migajosa
Zonas de monte - Andosoles (excepto en Lanzarote y Fuerteventura)
Andosol
Zonas de monte - Andosoles (excepto en Lanzarote y Fuerteventura)
Aparecen sobre materiales geológicos muy antiguos, generalmente de
edad terciaria y, por tanto, muy alterados.
Es frecuente que los suelos ferralíticos se encuentren enterrados por
materiales procedentes de erupciones más recientes que, a su vez, han
evolucionado hacia andosoles.
Suelos profundos y arcillosos
Pobres en nutrientes y de baja fertilidad natural
Zonas de monte - Ferrasoles (excepto en Lanzarote y Fuerteventura)
También llamados “Los suelos pardos ándicos”. El término
“cambisol” deriva del vocablo latino "cambiare“, que significa
“cambiar”, haciendo alusión al principio de diferenciación de
horizontes manifestado por cambios en el color, la estructura o el
lavado de carbonatos, entre otros.
Constituyen un grupo de suelos muy bien representados en
Tenerife, La Gomera y Gran Canaria, en una zona de transición entre
las medianías y el monteverde o el pinar, donde sustentan una
vegetación de fayal-brezal degradado que alterna espacialmente con
zonas cultivadas y antropizadas. Tienen características intermedias entre
los suelos pardos y suelos fersialíticos y los andosoles verdaderos.
Zonas de monte – Cambisoles vérticos (excepto en Lanzarote y Fuerteventura)
También llamados “Ranquers”.
Son los suelos que ocupan las zonas
más abruptas e inestables de este piso
bioclimático. Se caracterizan por presentar
un espeso horizonte orgánico muy estable y
resistente a los procesos erosivos, que se
asienta prácticamente sobre la roca, con
sólo un pequeño horizonte mineral residual.
Zonas de monte - Umbrisoles (excepto en Lanzarote y Fuerteventura)
Todos estos suelos son extremadamente frágiles y en
equilibrio muy inestable con la vegetación natural, de modo
que cualquier acción antrópica sobre ellos los somete a
procesos degradativos (erosión, acidificación, degradación
biológica), que empobrecen su riqueza natural.
Zona de monte (excepto en Lanzarote y Fuerteventura)
El clima es más seco y frío y la vegetación está constituida
por el típico matorral de cumbres, codesares y retamares de alta
montaña sobre suelos recientes y de baja alteración.
Los suelos de alta montaña son los suelos pardos ándicos de
altitud (cambisoles ándicos) y las coladas, escorias y lapillis de las
cumbres de las Islas, particularmente, de Tenerife y La Palma, de
baja potencialidad para el uso agrícola, pero de una elevada
riqueza ecológica.
Alta montaña (más de 1700 m sobre el nivel del mar)
Acumulaciones de arenas eólicas orgánicas, de origen
marino, que constituyen ecosistemas dunares de elevado valor
ambiental (Corralejo y Jandía, Maspalomas, El Médano) o de
interés agrícola (comarca de El Jable, en Lanzarote).
Suelos azonales – Jables (Arenosoles)
Suelos enterrados por las emisiones de cenizas
volcánicas de las erupciones de Timanfaya, en la comarca
vitivinícola de La Geria, en Lanzarote.
Suelos azonales – Gerias (Regosoles)
Construidos de manera artificial para mejorar el
funcionamiento hídrico del suelo y que son en gran medida
los suelos responsables de la agricultura productiva y
conservacionista que se realiza en Lanzarote.
Suelos azonales – Enarenados
Fluvisoles éutricos formados por acumulaciones de
arcillas de hasta 3 m de profundidad, que se utilizan
exhaustivamente en la construcción de enarenados en
Lanzarote (Tahíche, Guatiza, Femés).
Suelos azonales – Suelos de vega
Antrosoles. Son suelos artificiales construidos en las
zonas costeras sobre malpaíses, vertisoles o suelos salinos de
baja calidad, con tierras transportadas desde zonas de
medianías o de monte, para el cultivo del plátano,
fundamentalmente. Muy extendidas en Tenerife y La Palma.
Suelos azonales – Sorribas
Suelos pumíticos muy bien representados en las bandas
del sur de Tenerife, donde los materiales pumíticos, ligeramente
alterados, se labran para formar un suelo con una elevada
capacidad de retención de agua y elevada fertilidad y
productividad.
Suelos azonales – Rigosoles
Arenosos y pedregosos
Poco estructurados
Pobres en nutrientes Baja fertilidad
Ligados a procesos erosivos - Litosoles (leptosoles y suelos minerales brutos)
Evolución incipiente, continuamente interrumpida por
rejuvenecimientos y aportes de material Estratificación del
material
Predominio de piedras y gravas sobre el material fino
Característicos de fondo de barranco y de la base de las laderas de
mayor pendiente de las islas
Ligados a procesos erosivos - Fluvisoles (suelos de aporte aluvial/coluvial)