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Los tejados a “Dos Aguas “pueden subdividirse en dos tipos: tejados con pendientes simétricas y tejaos con pendientes asimétricas. Todos ellos cubren edificaciones rectangulares con mojinetes o hastiales en sus lados más cortos, pudiendo tener dichos locales hasta dos pisos de altura. Los tejados simétricos cubren locales destinados a todo tipo de función, y en cuanto a la forma de su planta puede subdividirse en cerrados y abiertos. En este último caso se llama masma o Huayrona y pueden ser simples, dobles o pareados. Frecuentemente las Huayronas tienen una columna al centro del lado abierto, para disminuir la luz a salvar entre los muros de apoyo. Hay numerosos ejemplos de edificio de planta cerrada que tuvieron este tipo de tejado, siendo lo más notables el Coricancha, templo de Huaytara, las Kallanka son propias de clima cálidos y por tanto se encuentran principalmente en las cercanías de la selva alta o región Rupa Rupa. En Machu Picchu, se hallan consecuentemente varios tipos de Huayrona. Los tejados a “Cuatro Aguas” se subdividen en dos tipos: el formados por dos vertientes largas y dos cortas, o sea por un tejado a dos aguas, simétrico rematado en dos faldones; y el constituido por cuatro vertientes iguales, usualmente llamado “cubierta de pabellón” Los tejados con faldones cubrían edificaciones cerradas de una sola planta y de forma rectangular. Usualmente las construcciones ms modestas, como las viviendas campesinas, tiene este tipo de techo pues, al parecerla erección de los mojinetes debe haber sido costosa o difícil de ejecutar. Obviamente, todos los restos sin mojinete deben haber sido techados así y, naturalmente, los ejemplos son incontables. Como casos principalísimos de este tipo de tajado tenemos los locales dedicados al culto de la Luna, las Estrellas, el Rayo y el Arco Iris en el Coricancha. Garcilaso recuerda que dichos locales estaban techados en forma de pirámides, por las proporciones de

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Los tejados a “Dos Aguas “pueden subdividirse en dos tipos: tejados con pendientes simétricas y tejaos con pendientes asimétricas. Todos ellos cubren edificaciones rectangulares con mojinetes o hastiales en sus lados más cortos, pudiendo tener dichos locales hasta dos pisos de altura.

Los tejados simétricos cubren locales destinados a todo tipo de función, y en cuanto a la forma de su planta puede subdividirse en cerrados y abiertos. En este último caso se llama masma o Huayrona y pueden ser simples, dobles o pareados. Frecuentemente las Huayronas tienen una columna al centro del lado abierto, para disminuir la luz a salvar entre los muros de apoyo.

Hay numerosos ejemplos de edificio de planta cerrada que tuvieron este tipo de tejado, siendo lo más notables el Coricancha, templo de Huaytara, las Kallanka son propias de clima cálidos y por tanto se encuentran principalmente en las cercanías de la selva alta o región Rupa Rupa. En Machu Picchu, se hallan consecuentemente varios tipos de Huayrona.

Los tejados a “Cuatro Aguas” se subdividen en dos tipos: el formados por dos vertientes largas y dos cortas, o sea por un tejado a dos aguas, simétrico rematado en dos faldones; y el constituido por cuatro vertientes iguales, usualmente llamado “cubierta de pabellón”

Los tejados con faldones cubrían edificaciones cerradas de una sola planta y de forma rectangular. Usualmente las construcciones ms modestas, como las viviendas campesinas, tiene este tipo de techo pues, al parecerla erección de los mojinetes debe haber sido costosa o difícil de ejecutar. Obviamente, todos los restos sin mojinete deben haber sido techados así y, naturalmente, los ejemplos son incontables.

Como casos principalísimos de este tipo de tajado tenemos los locales dedicados al culto de la Luna, las Estrellas, el Rayo y el Arco Iris en el Coricancha. Garcilaso recuerda que dichos locales estaban techados en forma de pirámides, por las proporciones de sus plantas, rectangulares, no cabe duda que se trataba de tejados con faldones.

Los tejados de pabellón cubrían edificaciones cerradas de hasta tres pisos de altura y de planta lógicamente, cuadradas, no son muy frecuentes en la arquitectura inca los locales de planta cuadrada, aunque se encuentran algunos bellos ejemplos de esas características. En Juchuy Cusco existen varios edificios, tres si mal no recuerdo, cuya planta es cuadrada perfecta y cuyos muros tienen tienen los retallos indicativos de que soportaban tres pisos. En Machu Picchu se encuentran hasta una docena de habitaciones cuadradas, in mojinetes, que deben haber tenido tejados de pabellón.

Garcilaso sostiene haber visto un edifico con ese tipo de tejado y cuenta al respecto: ”una cuadra alcance en el valle de Yucay, labrada de la manera que hemos dicho, de más de setenta pies en cuadro, cubierta en forma de pirámide, las paredes de tres estados en alto y el techo tenia más de doce estados…”

Los tejados “cónicos”, tal como su nombre lo indica tienen la forma de ese sólido y, por tanto, cubren edificios de planta circular. Son muy pocos los restos Incas de construcciones cilíndricas de cierta importancia, abundando en cambio los correspondientes a depósitos y almacenes de

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granos. Sin embargo, varios cronistas se refieren a notables edificios “redondos” ubicados en el corazón mismo de la capital imperial.

Pedro Pizarro, al reseñar uno de los palacios reales de la Huacaypata:

“esta Caxana tenía dos cubos, uno a un lado de la puerta y otro a otro; quiero decir casi a las esquinas de esta cuadra. Estos cubos eran de cantería muy labrada y muy fuertes, eran redondos, cubierta de paja muy extrañamente puestas”

Garcilaso al describir la ciudad del Cusco y el palacio Amaru Cancha se refiere a un edifico de techo cónico, con las siguientes palabras:

“era un hermosísimo cubo redondo, qu estaba de por si antes de entrar a la casa. Yo le alcance; las paredes eran como 4 estados de alto, pero la techumbre tan alta, según la buena madera que en las casa reales gastaban, que estoy por decir, y no es encarecimiento, que igualaba en altura a cualquiera torre de las que España he visto, sacas de Sevilla. Estaba cubierto de redondo, como eran las paredes, encima de toda la techumbre, en lugar de mostrador del viento (porque los indios no miraban los vientos), tenían una pica muy alta y gruesa, que acrecentaba la altura y hermosura, tenia de hueco por derecho más de 60 pies; llamaban le “Sunturhuasi”, que es: casa o pieza aventajada”.

Finalmente, parece que el techo cónico, por motivos constructivos, sufre una ligera variación en su forma, mejor dicho en el remate del techo, dando lugar a un término redondeado en vez de ahusado. Debido a ello el techo asume una forma de cúpula muy peraltada.

Huamán Poma de Ayala, al tratar acerca de los palacios reales, cita la existencia de “casa redondas” o Sunturhuasi e lustra el caso con un interesante dibujo. Muchos años después. Squier tiene la oportunidad de contemplar el último d los ejemplares de ese tipo de cubiertas y lo describe minuciosamente de la siguiente manera:

“el Sondor-huasi” es un edificio circular aparentemente de arcilla consolidada de 4.8 metros de diámetro exterior. Las paredes, que tiene 35.5 centímetros de espesor y 3.3 metros de altura, son perfectamente lisas exterior e interiormente y descansan sobre un cimiento de piedras. La entrada tiene por una puerta, que da al norte, de 1.7 centímetros de ancho y 1.8 metros de altura”.

“la cúpula del Sondor-huasi es perfecta y está formada por una serie de bambúes de igual tamaño y ahusamiento, cuyos extremos más grandes descansan en la parte superior de las paredes; están dobladas en forma pareja hasta un punto central sobre una serie de aros del mismo material y de tamaños graduados. En los puntos en que se cruzan los soportes verticales y horizontales, estos están atados entre sí con finas cuerdas de hierba delicadamente trenzada, que se cruzan y recruzan con admirable habilidad y gusto. Sobre este esqueleto de cúpula hay una magnifica estera hecha con la epidermis trenzada de bambú o rota que, por no exhibir costuras, casi induce a creer que fue trenzada allí mismo. Sea como fuere, se la ejecuto en diferentes colores y artesonados cuyo tamaño se adecuaba a los espacios decrecientes entre el armazón, que también estaba pintado…sobre esta estera interior hay otra abierta, basta y fuerte, a la que se fijó una capa

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de ichu más fino, que pende como una pesada orla más allá de las paredes. Luego viene una capa transversal de pasto más grueso o cañas, a la que sigue el ichu, y así sucesivamente, de modo tal que el conjunto se eleva en el centro para formar un cono ligeramente achatado. Los extremos salientes de las capas de ichu fueron cortados en forma tajante y regular, lo cual produce el efecto de tejas traslapadas.”

Las medidas que tienen importancia fundamental en la conformación de los tejados son: a)las dimensiones de la superficie a techar; y b) la magnitud del ángulo de inclinación de las vertientes o sea pendiente de las mismas.

Las áreas delas construcciones incas, o sea las superficies que cubrían los tejados p coberturas, eran de una variedad infinita, pudiendo están representadas por el reducido espacio de una Chujila o casa campesinas, hasta por lo miles de metros cuadrados de una gigantesca Kallanka. Por ejemplo, en Machu Picchu la habitación mas pequeña mide 3 m. de ancho po 4.70 m de largo, mientras que las mas grande tiene 6.50 m de ancho por 47.50 m de largo. O sea que la segunda , con 308m2 de área es 22 veces mas espaciosa que la primera, que solo tiene una extensión de 14 m2.

En realidad, las viviendas campesinas pueden ser aún más pequeñas que la tomada como ejemplo; pues es suficiente que su ancho sea capaz de acomodar una tarima o pata, de alrededor de 1.70 de longitud, y que el resto del cuarto permita realizar la cocción de los alimentos. De esa manera, esos habitantes pueden llegar a tener hasta 8m2, incluyendo muros, pero lo usual es que tengan alrededor de 10 m2 en total, o sea 2.50 m de ancho por 4 m de largo.

En contraste, la más grande Kallanka, cuyos restos podemos apreciar, tiene un área de 2,323 m2 o sea 25.25 m de ancho por 93 m de largo (Gasparini y Margolies 1977). Se trata del edificio mayor del mal llamado “Templo de Rajche”, situado cerca del pueblo de San Pedro de Cacha, en la provincia de Canchis, del Departamento del Cisco, y que discutiremos más adelante. Otra Kallanka de excepcionales es la que se encuentra en el conjunto monumental de Incallacta, cerca de la localidad de Cochabamba en Bolivia. Esa estructura, según Gasparini y Margolies, tiene 25 m de ancho por 78 m de largo por tanto un área de 2,028m2.

Dichas Kallantas no obstante su enormidad, parece que no ha sido la más grande que construyeron los incas, pues varios cronistas sostiene que las hubieron aún mayores. Tenemos asi que Cristóbal Molina (el de Chile), recuerda haber visto en muchos pueblos grandes construcciones “que algunas y las más había de ciento cincuenta pasos más largos,(97.50m) muy anchas y espaciosas, donde en cada una cabía gran cantidad de gente...” Por su parte Garcilaso, quien es el cronista que más se ocupa del tema, sostiene que …”había galpones muy grandes de doscientos pasos de largo y de cincuenta y sesenta de ancho…”o sea Kallanta cuyo largo era de 130 m y el ancho 32.50 a 39 m asimismo como ya se ha indicado, el Inca Garcilaso afirma la existencia de un edificio de planta cuadrada de más de 70 pies (45.50 cm) de lado y de un “cubo redondo”, cuyo diámetro interior tenía más de 60 pies (39 m).

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Por lo expuesto podemos apreciar que las dimensiones de las plantas tenían que cubrir los tejados incas llegaba a magnitudes extraordinarias que significaban un difícil problema constructivo-estructural. Naturalmente, en ese aspecto, el problema naturalmente radicaba en la dimensión de la luz a salvar por la estructura del tejado; o sea en el ancho de las edificaciones.

Para una más clara visión del asunto presentamos el siguiente cuadro, en el que figuraban algunos de los más importantes y espaciosos edificios incas:

Kallanka o templos Ancho exterior en metros

Largo exterior en metros

Área en metros cuadrados

MACHU PICCHU 6.50 47.50 308.75CORICANCHA 10.00 37.00 370.00HUANUCO PAMPA 14.25 74.40 1,060.20INCALLACTA 26.00 78.00 2,028.00RAJCHE 25.25 92.00 2,323.00MOLINA 26.80 97.50 2,613.00GARCILASO 32.50 130.00 4,225.00GARCILASO 39.00 130.00 5,070.00*estimado proporcionalmente

La pendiente o inclinaciones los tejados de paja fue muy fuerte variando de acuerdo a las características del clima en que se ubicaban las construcciones. Naturalmente, la mayor intensidad y frecuencia de las precipitaciones pluviales determinaba un aumento del ángulo de inclinación del tejado o sea de la relación entre la altura y la mitad de la luz cubierta por el techo. Obviamente la existencia de granizadas o nevadas influía notablemente en la inclinación de las vertientes de las coberturas.

Usualmente los techos de paja tienen como mínimo 45° de inclinación, pudiendo llegar hasta 80°. Si se emplean pendientes menores el agua no se escurre apropiadamente, y debido a su absorción por la paja y de fenómenos de capilaridad, el techo deja parte del líquido, produciéndose incomodas filtraciones o goteras.

Otro factor que también debe haber influido en las pendientes de los tejados, contribuyendo a aumentar su inclinación, es la conveniencia estructural de disminuir el empuje lateral de los hechos sobre los muros de apoyo. Como bien se sabe, dicho empuje disminuye conforme se incrementa la pendiente de los tejados acercándose a la verticalidad.

Como ya se ha indicado, la pendiente varia con la calidad de los materiales en un clima dado; disminuyendo conforme aumenta la impermeabilidad de ellos. Por esa razón los techos introducidos por los españoles, que usaban la llamada teja árabe, tenían una pendiente notablemente inferior a los de icchu.

Ernest Neufert, en su conocido tratado “arte de proyectar en arquitectura”, recomienda las siguientes pendientes para los techos citados:

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TEJADO Inclinaciones posibles Inclinaciones usuales Porcentajes de la inclinaciónTeja Árabe 40° 60° 45° 100%Paja 45° 80° 60° 70° 173% 275%

Como resultado lógico de la influencia española, los tejados de tejas poco a poco fueron sustituyendo a las coberturas de ichu, a punto tal que ellos quedaron relegados a cubrir construcciones sin mayor importancia o viviendas campesinas. Inclusive en el cumplimiento de esta modesta función los tejados de ichu sufrieron consecuencias del impacto de los nuevos techos y así, redujeron su inclinación tratando de imitar la que es privativa de las tejas.

Como consecuencia, los techos de paja perdieron eficacia, su tecnología prácticamente desapareció con el correr de los años y hoy son muy pocos las personas que conocen las características propias de los tejados. Por eso, en muchas reconstrucciones hipotéticas de edificios Incas nos encontramos con tejados de ichu con pendientes menores de 45°, lo que, como bien sabemos es técnicamente imposible.

El ingeniero Eulogio Cabada, quien durante varios años fue residente en Machu Picchu, realizo en 1962 un interesante estudio sobre el grupo llamado de las “tres puertas”. Con tal finalidad, Cabada efectuó el relevamiento de los edificios del conjunto y midió, especialmente el ángulo de inclinación de los piñones o hastiales de dichas construcciones. Las mediciones determinaron que los ángulos variaban entre 61° 6’ 65° 30’ siendo la abertura de la mayor parte de ellos de, prácticamente, 63.