Los Venduteros
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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELAUNIVERSIDAD BICENTENARIA DE ARAGUA
VICERRECTORADO ACADEMICOFACULTAD DE CIENCAS JURÍDICAS Y POLÍTICAS
ESCUELA DE DERECHOSAN ANTONIO DE LOS ALTOS – ESTADO BOLIVARIANO DE MIRANDA
Los Venduteros
San Antonio de los Altos, Noviembre 2012
Los Venduteros
Concepto:
La palabra vendutero puede tener origen en el verbo latino vendito,
atum, ofrecer en venta, como venta, en vendo, ditum, vender; y puede ser
corrupción del italiano vendita, venta; caso este en el cual vendutero, que
usamos igualmente, derivaría, del italiano venditore. Es esto último lo que ha
sido más aceptado por varios autores. Sin embargo, en general, se utiliza
vendutero no sólo al corredor de almoneda, sino también al vendimaestre.
Esta última voz no consta en los diccionarios, por ello conviene la acepción
anticuada y en desuso del verbo maestrar, del latín magistrare, y que es
aceptada por amaestrar, lo cual significa, según el Diccionario de Real
Academia Española: Enseñar o Adiestrar.
También denominados “rematadores o martilleros”, son comisionistas
(art 82. del Código de Comercio) que venden por cuenta de otro en pública
almoneda al mejor postor, productos naturales, mercancías sanas o
averiadas y bienes muebles de toda especie.
Según la disposición del art. 83, no podrán ser venduteros quienes no
tengan capacidad para negociar (inhabilitado o entredichos), los deudores
fallidos no rehabilitados y los que hayan sido destituidos de los cargos de
corredores o venduteros. La profesión de vendutero es libre, y se puede
ejercer como venduteros privados o públicos.
En Venezuela no hay una práctica extendida sobre la materia de los
venduteros, de hecho autores como Morles al referirse a los venduteros que
el propio Código de Comercio califica en algunos artículos como
comisionistas, señala:
Apenas si hay remates públicos de casa de empeño, algunas subastas
de obra de arte, remates por medio del martillo de la Bolsa de Caracas
y remates judiciales, pero no la práctica o el ejercicio profesional de la
actividad del vendutero como comerciante especializado.
Para ser vendutero público se requiere autorización del Juez de
Comercio y constitución de garantía a juicio del Tribunal para responder por
su gestión frente a terceros. Ellos con los competentes para vender en
pública subasta los bienes que requieran de realización mediante remate por
imposición de la ley o de una sentencia. Esta garantía afecta con privilegio
los créditos que garantiza como resultantes de su gestión. La garantía
permanecerá vigente durante el tiempo que se mantenga en el ejercicio de la
profesión. La autorización debe ir precedida del informe favorable de la
Cámara de Comercio, y estar inscrita y fijada en el Registro Mercantil y
debidamente publicada. Todos estos aspectos jurídicos sobre prohibiciones,
autorizaciones, garantías y ejercicio relacionados con los venduteros, son las
mismas que rigen para los corredores en los Artículos 67, 74, 75,77 y 78 del
Código de Comercio, por remisión que ordena el Artículo 83 del Código de
Comercio.
Los venduteros deben participar mediante Carteles publicados en la
prensa y fijados en lugares públicos con suficiente antelación, el lugar, fecha
y hora del acto de remate, con indicación pormenorizada de los bienes
objetos del mismo y las demás características y condiciones que estimen
convenientes, así como el lugar y establecimiento donde se encuentran
depositadas para que sean inspeccionadas por los interesados en los días y
horas que se señalen al efecto (Art.86 C.Com).
El Artículo 87 del Código de Comercio prohíbe, especialmente, a los
venduteros, darle efectos a la puja que el postor no haya expresado en voz
clara e inteligible; participar por sí mismo o por interpuesta persona en la
licitación del bien objeto de remate; y adquirir el objeto del remate de quienes
hayan resultado sus adjudicatarios por la venta que haya hecho. La violación
a esta prohibición acarrea multa y suspensión o destitución del oficio de
vendutero, aparte del resarcimiento de los daños y perjuicios que dicha
conducta pudiere haber causado a los terceros intervinientes en el acto de
remate.
El acto de venta en almoneda no podrá suspenderse después de
iniciado, y se adjudicará el bien al mejor postor, salvo que no hubiese ofertas
por el precio base fijado (Art. 88 C.Com). Toda venta en almoneda es de
contado (Art.89 C.Com).
Podrá haber un nuevo acto de subasta sobre el mismo bien cuando
ocurran los siguientes supuestos: primero, cuando existiere confusión
respecto a la persona del adjudicatario y a la conclusión del remate, en cuyo
caso no hay lugar a reclamación; y, segundo, cuando transcurrido el plazo de
cuarenta y ocho horas de verificado el remate el adjudicatario no hubiese
pagado el precio. En este caso, el adjudicatario que no pagó, será
responsable de los gastos ocasionados en el remate frustrado y del bajo
precio del bien en el nuevo acto, en cuyo caso, podrá obligarse al causante
del daño a adquirir el bien rematado y a pagar el precio (Art. 91 C.Com).
El vendutero queda obligado con la persona por cuenta de quien hizo la
venta en almoneda en rendirle cuentas de la gestión dentro del plazo de
cuatro días de verificado el acto. En este sentido, entregará al interesado el
saldo del precio que resulte a su favor después de deducirse los gastos del
remate y la comisión del vendutero. En caso de mora del vendutero en rendir
cuentas y pagar el precio que resulte a su favor al interesado, el vendutero
perderá la comisión y responderá por los daños y perjuicios que resulten de
su incumplimiento (Art. 92 C.Com).
Estos hechos determinan la naturaleza jurídica de la relación comercial
entre el comitente y el vendutero. Se trata de un contrato de comisión. Por
esta razón, cualquiera otra situación no prevista se rige por las disposiciones
relativas al contrato de comisión (Art. 93 C.Com).
Bibliografía
Morles, Hernández, Alfredo. Derecho Mercantil. Tomo I.
Universidad Católica Andrés Bello. Caracas, 1998. Pag. 508.
Calcaño, Julio. El castellano en Venezuela “Estudio Crítico”.
Ministerio de Educación, Dirección Cultural, 1950. Pag. 571.
Diccionario de la Real Academia Española.
Código de Comercio. Gaceta N 475 Extraordinaria del 21 de
diciembre de 1955.