LOS VIEJOS COCHES DE HORA

1
I VIA DE DACCION TEMAS DE SIEMPRE Los viejos "cDcties Un alto en e! camino Ihacía los pueblos del Norte tinerfeño.' Tenerife 'vfilve dtasde hace mnos taños (aquella utopía de (lias >auit'0p! ! stas qme, oom inaph diez, Iban» puesto tedia la >aimr pil'Sia geografía 'junto a su puer- ta: ell puerto de Santa Cruz. 'Les <címtais db asfalto, te que tanta sii'grtificiaoióm tuviie- ¡roo en ¡eil ititevmpo ido —por fe que tanto <siys piraran Vías generaciioroesi que tarw —son una smagniífioa reail.idiad tanto teaisa él Norte como te ciía ell Sur, aquel lejano 1 Sor 'al que se 1 legaba a ilomos de lo*s pequieñO'S vta'po-re-s db je que, cetro s¡us inecjiois bortes cálieteros, vi-sitabaní ítodos ilos tened'eros y «poerlitas» dte 1 : la costa titnerfeña. los rápid'os autobuses po- o©n ;su¡s brii'I brotes isiillíyeíteis todas 'lias oa¡nreteras die ilsa i¡»- la y sws 'esitampaís, ¡rápidía¡s, por "paradoja ! son d ! e ante lia tantiguta fo*o y 'l«a amanrltenta ihoj'a, que está so brie ía mies a de trabajo. Y ésita d¡¡oe itexítiua^meTute: «Relación de fe empresas de carnuiajes qme prestan iser vicio 'periódico desde esta po- bliajtíión a -lais ¡demias dteil iir,te- Tiw de ! Sa lisíia die Tenerife. 'Hay en la 'actualidad, ade- ¡más d¡e imuichos «oannuiaijeís ée alqiuiíler, tres iemprestais que f^ 1 - corren di ariamente li'as canrete- nais oonsitroidlas. Una de -ellas, íiía ídell Sw de esta 'i's'le, cuyo empre'siari.o lo e>s don- Joan Antonio Díaz, que .parte d«6' eista toap'rtiall >a il'as 3 de tía- tarde (bacila Gürmar, co- rri'e'ntdo wn trayeoto de 50 ki" llósneitros. Atraviesa ©n su mar- tíh'a miuüitituíd de canarios y ios pueiblos d'ell ¡Rosario, Candela- ria y Arafo, ¡llegando &\ tér- mii'roo de su viaje »a llias cisneo horas dte su s-a^da, vndiuts'O tiempo que :!nvi ! ©rlie ©n rnudlaír e¡! tiro en iel parador die Ba- rranco Hondo, ta saiida de Güí- mar pana esta ioapitall se veri- fica a> ¡bs 5 die ! te ¡míañana, y lle-ga ía. Hias 9 ó 9 y mniedliía deii día, lhaci:en"do en ella ¡uina per nfiainencia de ®e'rs ! hona¡s ajpro- Ahora, en cuestión de tos y en viaje cómodo, se lle- ga a ii ! ciudad! que, con su «puertito» —>hoy zona plena de perspectivas— aítandía ai trá- fico die exportación (frutería, tráfico iimpos'iible por aquella visa no acandicioroada oi rece- 'menda-bre para ell tnansiportQ de ¡ios huacales de plátano® y latadbs 'de tdmaites. Y «ligue ib irdaoión: «la otna eimip^s-B, que hace e 1 ! servicio ipcr eil 'Norte y di" yo empresario ! íoi e ! s don. Pedro B<uen>aüuerrt<e Seigiura, llega hoy hasita los Re-afeps y eil Puet- to de ¡la Orot^vsa. Recorre Suas- ta acpieltos, que es la mayor dtisttancüa, iuni wsyeGt® óe 58 killómtetros. Sa'l'a de esta capi- t»atl >a las 6 die lüa imaifVania y a •te 2 dte U ( a tardie; y ¡de la Oro- tava a!í 'am»anieceir y _a ibs 3 d¡e la tarde. ¡En su. tránsito atnavle-- so p-or lia ciudad d¡e ¡Lai laguna-, cuya ¡población ireoorre en to- da su 'lopgiítud de Oriente a Poniiente, y por <|os puieiblos die Taco'ronrbe, ©ayzial, Matanza, Victoria y Santa Úrsula, llegad j do a te' Víl!>a de La Orotaiva a 12 id!©! d¡i)a y a Ibs. 8 de Ha respeotivainTeníte. A es- ta capital llega también ia ¡las 1 ¡ 2 deil ftlií'á; idé^imodo qoe hece umta permanienolia ©n ella dos ihortais, ¡y ¡a lias ooho de úa notíhe», ¿Qué dieohr s>oibrs ílíais 'Jíníeaíj ciitadiais? Ahí «está, ¡oaisti d ai! canee d© b -miaño, leil Vall¡e y toda H'a empLiía zona que, pron- to, 'mejorará aún ¡más ©u¡s víes die comunisioacíón, zona a íla que —hace 50 anos— también se jiba e*n -los fruteras de¡i ca- botaije o en Jos « ; Fuerteveintu- ra», «Garrue^a^Hi'&rro» o «Lan- zanote», aquieillos «corral;! los chfCOs» que yia no están en la mar -isleña, pero isí en e 1 ! re- cuierd'G die muchos. «la ¡tercera- .empresa, die <la que es 'empresario don Fran- cisco Rodrí'guez, ! haice só>ío un viíaijie d'iario' entre 1 esta ciudad: y ¡b 'de La laguna, 'racorrseodo kilómetros. Sale a ías 9 ;de 'lia (mañana, llega a La ia- gunta de 10 y m&dm <a 11 y re- torna de esta pabfeoíón a iía-s 3 die 'la tarde, llagando e esta ciudad 'de Saota 'Cruz >a 'l'as 4. En los .días festivos dteii vera- mo, no ¡neg¡resai :ha»sta l<as cin- co d ; e ¡b tarde. L& sailvd'a ¡de todos asios oa- rrifajes «sa halla s-iituadia a*l fi- nalizar !|ia calle d'e ; b Luz, don- de princiipia b carretera». Los viejos «coches d : e 'ho- ra'»» con di acompasado trote de sus caballos 'abrieron toda una e.tapa: en ¡bi hi-stori-a de Jas comrRinioaciones de sita lislb. Te- in'Dnlrfó ! soñó con trenes, con liocomoíonais que a todo vapor? manchasen -el verde de ©us •oampos. Poro a^ueli sueño no pasó de proyecto y, ¡en Üíugiar •de ij'as hu'meamtíes iloooim'OtO 1 - ras f Vinneron los tranvías, aquellos cuya '¡instalación está lí'gad'a ( a»l nomlbre de don Fer- iando De iM'assy, e<l joven l in- geniero belga que para siem- pre quedó &n ¡lia is-la. Otras etapais d'el transcur- Otras etapas d¡e»l transporte vinieron ¡en épooas 'posterio- res. Pero, die todas formas, en los 'wejos oaimino'S parece aún resyenian ¡los ecos die las farreas ¡herradura® d f e los «'coches de hora». J. A, Padrón Albornoz LAS "CA De 13 co-rifd ar'o. Yo sov u-r apasionado, i o qae en e! í'.'it- bo'l se diría «uro hinche'», de las «Cartas ai Disector». Cada día, por La mañana, si no es ¡o primero que hago, :-o>r ,o ^e- nos en lo que mas me deten- go, a! echan!e el primar -epa- so a<! penód'leo, es 3,1 'a sec- ción de referencia. Y que como a mí, les ocurro a mu- chos. Nada más cunoá-j M «ue sa- ber cómo reaeci'Ojid'n y pien- san quienes ooroviven con no- sotros en la m^sirna ciudad, en la mtisma isla o e^n i a m s.ma provincia, coooce-r sas o-obie- mas más aipreimü-anies, aunque roo esté en manos de uno re- solverlos; enterarse de qué co- sas son jas que mas p r eocu- pan ahora a .muchos cíe nues- tros convecinos, si a ma-xha efi ¡a Liga; de! Tenerife, e' que le arreglen unos oaches que hay en las cercan las de sus casas, ; l<a carestía 09 los au- mentos o la necesidad de em- bailses pana l-a agrlcü-itiia, a fin de que no se vaya ¿i! mar y se psenda iirrempsibiemente toda esa agua que ha caído precisamente en los últiraos días, en ios que hasta en San- ta Cruz hemos tenido grani- zo. Hace ¡poco, no más de una s-e-rnana, leí una «canta» dtí unos señores que habían te- nudo la s-anta paciencia de fo- tografiar todos los auto-móvi- les que, en la Avenida Trea de Mayo, habían atravesado un paso de cebra con semáforo rojo. Daba el comi'emzo de la matríícu¡!a, la marca dol vehícuc ío y el color de! mlsimo. Apar- te de que pone de relieve un cívico coimportaíTOeintO' oiiuda-* daño y una meticuíosíd'ad' ex- traordOroaria, me hizo gracia la tranqui^'da'd que hay que te- ner para ponerse a efectuar esa labor áe fiscalización, sin obligatoriedad alguna; aunque, eso sí, por el propio interés, ¡pues parece ser que los mis- mos, los firmantes, son de ¡los que atraviesan caminan do dia- riamente dicho 1 paso de ce- bra, con el consiguiente ríes* go de ser aücanzados. Todas las «Cartas al Direc- tor» me .parecen excelentes, si bien estimo que -las mismas de-ben desenvolverse dentro d unas reglas de juego: ¡a bre- vedad y ¡a diari'daá Hay que iir a exponer e*! asunto, pien-so yo, die la manera más concreta po- sible, ir derechamente «al to- ro», y dentro de esa brevedad que tanto gustaba & Gracián: «lo bueno, si breve, dos veces bueno». •Puede que algunos temas necesiten de un mayor espa- cio para desarrollarlos, pero cuanto más «sujete uno los tmaohos», mejor; más se lee lo que uno quiere exponer y se evita que el lector dé el te- ma de todo, porque puede fa- tigarse. Como lector, como lee tor que lo soy de las «Cartas al Director», tengo que decir.. que me encanta mucho más cuando abro .la página y veo sei's o siete cartas pequeñas, que cuando veo sólo una o dos, pero grandísimas. Me gusta mucho más enterarme de lo que opinan o quieren expre- sar seis o siete personas en unas líneas, que un-a o dos, que por ¡lo general se van por los cerros de U be da, con con- sideraciones que se saile.ro ma- terialmente de! tema, Me pare- ce que ¡pana las divagaciones 'literarias, políticas o religio- sas, debe disponer el periódi- co de otra-s secciones más cualificadas, donde eíl intere- sado por estos temas pueda encontrar lo que busca. Hace poco saltó a --las pági- nas de EL DÍA, en «Cartas al Director», el tema del divorcio. Me parece una cuestión apar s ionante y he leído con sumo interés todo lo que se ha pu- blicado al respecto, pero insis- to en lo de la brevedad. Yo prefiero opiniones, apoyadas en unos cuantos argumentos, y sin tantas citas, por favor, de íla Biblia, Dos o tres, a lo más, porque siempre visten bien, peno no convertir la «carta» en un auténtico compendio bíbli-, co. Y por otra parte, como digo, claridad. Supongo que todas, o casi todas, irán escritas a má- quOna, porque si no, rne su- pongo al encargado de las mismas, en la Redacción del ¡periódico, viéndoselas y de- seándoselas para interpretar ,1o que se quiere decir «a mano». Repito que me parece ésta una d ; e las secciones más in- teresantes de EL OÍA, porque uno, que cada vez se está des- interés ando más por todo, to- davía le queda esa pequeña cu- riosidad de saber lo que pien- san y por lo que se preocupan '¡os más próximos a nosotros, nuestros convecinos. Aparte de que con esas «Cartas al Direc- tor» se ha logrado que se re- suelvan muchos problemas. HUGO MASANDI \ Estaba ya expirando. Bl hijo saiió de ia fiabltacién y comeníó tristemente: —Murió sin decir ni pío. —Pe ! ro otorgó testamento, ¿no es así?, le preguntó ei Ho. —Sí, naturalmente. Siempre el que caifa, otorga... ¿Por qué tanto protestar de i a UEFA y no de! Tenerife? ¿No le ha impuesto también nuestro equipo representati- vo al Rea! Madrid Ja sanción de no poder jugar el ®ño que viene la competición europea de Campeones de Copa? Los concursantes del viernes en e ! i .programa «Un, dos, tres», se parecen a la grúa mumi'cipai en que, cuando me- 'nos te ¡o esperas, «sa llevan ©1 coche». El Tosca! se enfrenta hoy en el Estadio al BoüuHos. Co* mo nosotros tenemos aquí también una playa que se lla- ma del Soilullo, que pertenece 8 La Orotava, suponemos que los toscaieros se habrán estado entrenando #///. Por lo. menos, para irse haciendo al 'nombre, que es bastante difícil, deportivamente hablando. —¿Has visto la conmoción que ha habido en Europa por la eliimiinaotón del Reas! Madrid par e<í Tenerife?, me dijo aiiguien. —¡A ver si me vas a decir que los terremotos se de» be-n también a eso,..! Como se sabe, se ha celebrado un campeonato pro vincia! de tenis entre los médicos. Fíjate, ese tiene mejor toque de raqueta, comentó un espectador. Si, pero su contrincante es más «Seguro»... de En- fermedad. Un peatón es un hombre «con los pies en &l suelo». Porque no se ha vuelto loco llenándose de letras, ai com- prar uin coche... A L T O B £ R CON LA ISLA A CUESTAS CERCERICOS Hay palabras que se me vienen a las mientes, por haberlas oído en otra ocasión, en tiempos pasados, y que todavía !a gen- te vieja repite por ahí, sin que pueda dar con io que quieren decir. De algún tiempo a esta parte, con esto de irlas apuntan- do o aprendiendo, para sacarles guasca después, rne ocurre que ando siempre jurgando, como hurón en madriguera, para pescar dichos y palabras de la tierra. Que en esto de buscar tales co- sas lo mismo da decir que se cazón, como que se pescan, dlen- do de ur.fe parte para la otra. Y mismo puede decirse del hu ron como de la caña. Cuando hallo o me suena una palabra que no conozco o que tenía o!vidado, como cernícalo sobre paloma caigo sobre ella. Días atrás, viendo a un chico que daba vueltas detrás de otro, pegué un salto al oír decir a una mujer: «¡Párate pa- rado, muchas, que pareces un cercerico!». Yo lo había oído decir muchas veces antes. Pero entonces me pareció más raro, porque hacía tiempo que no lo oía. Y le pregunté a la mujer: «Oiga, cristiana, ¿qué es un cercerico?». Se me quedó fija, más seria que un cuarto de especies, y va y me dice: «Pues, ¿y yo qué sé?». ¡Míáparayeso! Resul ta que no lo sabía tampoco. Lo decía por haberlo oído dañan- tes. «Dando vueltas como un cercerico». Todo el mundo lo di- ce. Y ahora resulta que nadie sabe ¡o que es un ceroerlco. Tiene que ser algo que da vueltas. Como un trompo. Ni e! lambido de siempre sabe lo que es un cercerico. JUAN DEL A ISLA tumor por EL CORDOBÉS*'SE

description

Artículo de Juan Antonio Padrón Albornoz, periódico El Día, sección "Temas de siempre", 1976/05/09

Transcript of LOS VIEJOS COCHES DE HORA

Page 1: LOS VIEJOS COCHES DE HORA

I VIA

DE DACCIONTEMAS DE SIEMPRE

Los viejos "cDcties

Un alto en e! camino Ihacía los pueblos del Norte tinerfeño.'

Tenerife 'vfilve dtasde hacemnos taños (aquella utopía de(lias >auit'0p!!stas qme, oom inaphdiez, Iban» puesto tedia la >aimrpil'Sia geografía 'junto a su puer-ta: ell puerto de Santa Cruz.

'Les <címtais db asfalto, teque tanta sii'grtificiaoióm tuviie-¡roo en ¡eil ititevmpo ido —porfe que tanto <siys piraran Víasgeneraciioroesi que tarw—son una smagniífioa reail.idiadtanto teaisa él Norte como teciía ell Sur, aquel lejano1 Sor 'alque se 1 legaba a ilomos de lo*spequieñO'S vta'po-re-s dbje que, cetro s¡us inecjiois bortescálieteros, vi-sitabaní ítodos ilostened'eros y «poerlitas» dte1 :lacosta titnerfeña.

los rápid'os autobuses po-o©n ;su¡s brii'I brotes isiillíyeíteistodas 'lias oa¡nreteras die ilsa i¡»-la y sws 'esitampaís, ¡rápidía¡s,por "paradoja !son d!eante lia tantiguta fo*o y 'l«aamanrltenta ihoj'a, que está sobrie ía mies a de trabajo.

Y ésita d¡¡oe itexítiua^meTute:«Relación de fe empresas

de carnuiajes qme prestan iservicio 'periódico desde esta po-bliajtíión a -lais ¡demias dteil iir,te-Tiw de !Sa lisíia die Tenerife.

'Hay en la 'actualidad, ade-¡más d¡e imuichos «oannuiaijeís éealqiuiíler, tres iemprestais que f 1-corren di ariamente li'as canrete-nais oonsitroidlas.

Una de -ellas, íiía ídell Sw deesta 'i's'le, cuyo empre'siari.o loe>s don- Joan Antonio Díaz, que.parte d«6' eista toap'rtiall >a il'as 3de tía- tarde (bacila Gürmar, co-rri'e'ntdo wn trayeoto de 50 ki"llósneitros. Atraviesa ©n su mar-tíh'a miuüitituíd de canarios y iospueiblos d'ell ¡Rosario, Candela-ria y Arafo, ¡llegando &\ tér-mii'roo de su viaje »a llias cisneohoras dte su s-a^da, vndiuts'O e¡tiempo que :!nvi!©rlie ©n rnudlaíre¡! tiro en iel parador die Ba-rranco Hondo, ta saiida de Güí-mar pana esta ioapitall se veri-fica a> ¡bs 5 die !te ¡míañana, ylle-ga ía. Hias 9 ó 9 y mniedliía deiidía, lhaci:en"do en ella ¡uina pernfiainencia de ®e'rs !hona¡s ajpro-

Ahora, en cuestión detos y en viaje cómodo, se lle-ga a ii!a¡ ciudad! que, con su«puertito» —>hoy zona plena deperspectivas— aítandía ai trá-fico die exportación (frutería,tráfico iimpos'iible por aquellavisa no acandicioroada oi rece-'menda-bre para ell tnansiportQde ¡ios huacales de plátano®y latadbs 'de tdmaites.

Y «ligue ib irdaoión:«la otna eimip^s-B, que hace

e1! servicio ipcr eil 'Norte y di"yo empresario !íoi e!s don. PedroB<uen>aüuerrt<e Seigiura, llega hoyhasita los Re-afeps y eil Puet-to de ¡la Orot vsa. Recorre Suas-ta acpieltos, que es la mayordtisttancüa, iuni wsyeGt® óe 58killómtetros. Sa'l'a de esta capi-t»atl >a las 6 die lüa imaifVania y a•te 2 dte U(a tardie; y ¡de la Oro-tava a!í 'am»anieceir y _a ibs 3 d¡ela tarde. ¡En su. tránsito atnavle--so p-or lia ciudad d¡e ¡Lai laguna-,cuya ¡población ireoorre en to-da su 'lopgiítud de Oriente aPoniiente, y por <|os puieiblos dieTaco'ronrbe, ©ayzial, Matanza,Victoria y Santa Úrsula, llegad j

do a te' Víl!>a de La Orotaiva a12 id!©! d¡i)a y a Ibs. 8 de Ha

respeotivainTeníte. A es-ta capital llega también ia ¡las1¡2 deil ftlií'á; idé imodo qoe heceumta permanienolia ©n ella d©dos ihortais, ¡y ¡a lias ooho de úanotíhe»,

¿Qué dieohr s>oibrs ílíais 'Jíníeaíjciitadiais? Ahí «está, ¡oaisti d ai!canee d© b -miaño, leil Vall¡e ytoda H'a empLiía zona que, pron-to, 'mejorará aún ¡más ©u¡s víesdie comunisioacíón, zona a íla

que —hace 50 anos— tambiénse jiba e*n -los fruteras de¡i ca-botaije o en Jos «;Fuerteveintu-ra», «Garrue^a^Hi'&rro» o «Lan-zanote», aquieillos «corral;! loschfCOs» que yia no están en lamar -isleña, pero isí en e1! re-cuierd'G die muchos.

«la ¡tercera- .empresa, die <laque es 'empresario don Fran-cisco Rodrí'guez, !haice só>ío unviíaijie d'iario' entre1 esta ciudad: y¡b 'de La laguna, 'racorrseodo

kilómetros. Sale a ías

9 ;de 'lia (mañana, llega a La ia-g unta de 10 y m&dm <a 11 y re-torna de esta pabfeoíón a iía-s3 die 'la tarde, llagando e estaciudad 'de Saota 'Cruz >a 'l'as 4.En los .días festivos dteii vera-mo, no ¡neg¡resai :ha»sta l<as cin-co d;e ¡b tarde.

L& sailvd'a ¡de todos asios oa-rrifajes «sa halla s-iituadia a*l fi-nalizar !|ia calle d'e ;b Luz, don-de princiipia b carretera».

Los viejos «coches d:e 'ho-ra'»» con di acompasado trotede sus caballos 'abrieron todauna e.tapa: en ¡bi hi-stori-a de JascomrRinioaciones de sita lislb. Te-in'Dnlrfó! soñó con trenes, conliocomoíonais que a todo vapor?manchasen -el verde de ©us•oampos. Poro a^ueli sueño nopasó de proyecto y, ¡en Üíugiar•de ij'as hu'meamtíes iloooim'OtO1-rasf Vinneron los tranvías,aquellos cuya '¡instalación estálí'gad'a (a»l nomlbre de don Fer-iando De iM'assy, e<l joven lin-geniero belga que para siem-pre quedó &n ¡lia is-la.

Otras etapais d'el transcur-Otras etapas d¡e»l transporte

vinieron ¡en épooas 'posterio-res. Pero, die todas formas, enlos 'wejos oaimino'S pareceaún resyenian ¡los ecos die lasfarreas ¡herradura® dfe los«'coches de hora».

J. A, Padrón Albornoz

LAS "CA

De 13 co-rifd ar'o. Yo sov u-rapasionado, i o qae en e! í'.'it-bo'l se diría «uro hinche'», delas «Cartas ai Disector». Cadadía, por La mañana, si no es ¡oprimero que hago, :-o>r ,o ^e-nos en lo que mas me deten-go, a! echan!e el primar -epa-so a<! penód'leo, es 3,1 'a sec-ción de referencia. Y s« quecomo a mí, les ocurro a mu-chos.

Nada más cunoá-j M«ue sa-ber cómo reaeci'Ojid'n y pien-san quienes ooroviven con no-sotros en la m^sirna ciudad, enla mtisma isla o e^n i a m s.maprovincia, coooce-r sas o-obie-mas más aipreimü-anies, aunqueroo esté en manos de uno re-solverlos; enterarse de qué co-sas son jas que mas preocu-pan ahora a .muchos cíe nues-tros convecinos, si a ma-xhaefi ¡a Liga; de! Tenerife, e' quele arreglen unos oaches quehay en las cercan las de suscasas, ;l<a carestía 09 los au-mentos o la necesidad de em-bailses pana l-a agrlcü-itiia, afin de que no se vaya ¿i! mary se psenda iirrempsibiementetoda esa agua que ha caídoprecisamente en los últiraosdías, en ios que hasta en San-ta Cruz hemos tenido • grani-zo.

Hace ¡poco, no más de unas-e-rnana, leí una «canta» dtíunos señores que habían te-nudo la s-anta paciencia de fo-tografiar todos los auto-móvi-les que, en la Avenida Trea deMayo, habían atravesado unpaso de cebra con semáfororojo. Daba el comi'emzo de lamatríícu¡!a, la marca dol vehícucío y el color de! mlsimo. Apar-te de que pone de relieve uncívico coimportaíTOeintO' oiiuda-*daño y una meticuíosíd'ad' ex-traordOroaria, me hizo gracia latranqui^'da'd que hay que te-ner para ponerse a efectuaresa labor áe fiscalización, sinobligatoriedad alguna; aunque,eso sí, por el propio interés,¡pues parece ser que los mis-mos, los firmantes, son de ¡losque atraviesan caminan do dia-riamente dicho1 paso de ce-bra, con el consiguiente ríes*go de ser aücanzados.

Todas las «Cartas al Direc-tor» me .parecen excelentes, sibien estimo que -las mismasde-ben desenvolverse dentrod unas reglas de juego: ¡a bre-vedad y ¡a diari'daá Hay que iira exponer e*! asunto, pien-so yo,die la manera más concreta po-sible, ir derechamente «al to-ro», y dentro de esa brevedadque tanto gustaba & Gracián:«lo bueno, si breve, dos vecesbueno».

•Puede que algunos temasnecesiten de un mayor espa-cio para desarrollarlos, perocuanto más «sujete uno lostmaohos», mejor; más se leelo que uno quiere exponer y seevita que el lector dé el te-ma de todo, porque puede fa-tigarse. Como lector, como leetor que lo soy de las «Cartasal Director», tengo que decir..que me encanta mucho máscuando abro .la página y veosei's o siete cartas pequeñas,que cuando veo sólo una odos, pero grandísimas. Megusta mucho más enterarme delo que opinan o quieren expre-sar seis o siete personas enunas líneas, que un-a o dos,que por ¡lo general se van porlos cerros de U be da, con con-sideraciones que se saile.ro ma-terialmente de! tema, Me pare-ce que ¡pana las divagaciones'literarias, políticas o religio-sas, debe disponer el periódi-co de otra-s secciones máscualificadas, donde eíl intere-sado por estos temas puedaencontrar lo que busca.

Hace poco saltó a --las pági-nas de EL DÍA, en «Cartas alDirector», el tema del divorcio.Me parece una cuestión apars ion ante y he leído con sumointerés todo lo que se ha pu-blicado al respecto, pero insis-to en lo de la brevedad. Yoprefiero opiniones, apoyadasen unos cuantos argumentos, ysin tantas citas, por favor, deíla Biblia, Dos o tres, a lo más,porque siempre visten bien,peno no convertir la «carta» enun auténtico compendio bíbli-,co.

Y por otra parte, como digo,claridad. Supongo que todas, o

casi todas, irán escritas a má-quOna, porque si no, rne su-pongo al encargado de lasmismas, en la Redacción del¡periódico, viéndoselas y de-seándoselas para interpretar ,1oque se quiere decir «a mano».

Repito que me parece éstauna d;e las secciones más in-teresantes de EL OÍA, porqueuno, que cada vez se está des-interés ando más por todo, to-davía le queda esa pequeña cu-riosidad de saber lo que pien-san y por lo que se preocupan'¡os más próximos a nosotros,nuestros convecinos. Aparte deque con esas «Cartas al Direc-tor» se ha logrado que se re-suelvan muchos problemas.

HUGO MASANDI \

Estaba ya expirando. Bl hijo saiió de ia fiabltacién ycomeníó tristemente:

—Murió sin decir ni pío.—Pe!ro otorgó testamento, ¿no es así?, le preguntó ei

Ho.—Sí, naturalmente. Siempre el que caifa, otorga...

¿Por qué tanto protestar de i a UEFA y no de! Tenerife?¿No le ha impuesto también nuestro equipo representati-vo al Rea! Madrid Ja sanción de no poder jugar el ®ñoque viene la competición europea de Campeones de Copa?

Los concursantes del viernes en e!i .programa «Un, dos,tres», se parecen a la grúa mumi'cipai en que, cuando me-'nos te ¡o esperas, «sa llevan ©1 coche».

El Tosca! se enfrenta hoy en el Estadio al BoüuHos. Co*mo nosotros tenemos aquí también una playa que se lla-ma del Soilullo, que pertenece 8 La Orotava, suponemosque los toscaieros se habrán estado entrenando #///.

Por lo. menos, para irse haciendo al 'nombre, que esbastante difícil, deportivamente hablando.

—¿Has visto la conmoción que ha habido en Europapor la eliimiinaotón del Reas! Madrid par e<í Tenerife?, medijo aiiguien.

—¡A ver si me vas a decir que los terremotos se de»be-n también a eso,..!

Como se sabe, se ha celebrado un campeonato provincia! de tenis entre los médicos.

—Fíjate, ese tiene mejor toque de raqueta, comentóun espectador.

—Si, pero su contrincante es más «Seguro»... de En-fermedad.

Un peatón es un hombre «con los pies en &l suelo».Porque no se ha vuelto loco llenándose de letras, ai com-prar uin coche...

A L T O B £ R

CON LA ISLA A CUESTAS

CERCERICOSHay palabras que se me vienen a las mientes, por haberlas

oído en otra ocasión, en tiempos pasados, y que todavía !a gen-te vieja repite por ahí, sin que pueda dar con io que quierendecir. De algún tiempo a esta parte, con esto de irlas apuntan-do o aprendiendo, para sacarles guasca después, rne ocurre queando siempre jurgando, como hurón en madriguera, para pescardichos y palabras de la tierra. Que en esto de buscar tales co-sas lo mismo da decir que se cazón, como que se pescan, dlen-do de ur.fe parte para la otra. Y mismo puede decirse del huron como de la caña.

Cuando hallo o me suena una palabra que no conozco oque tenía o!vidado, como cernícalo sobre paloma caigo sobreella. Días atrás, viendo a un chico que daba vueltas detrásde otro, pegué un salto al oír decir a una mujer: «¡Párate pa-rado, muchas, que pareces un cercerico!». Yo lo había oídodecir muchas veces antes. Pero entonces me pareció másraro, porque hacía tiempo que no lo oía. Y le pregunté ala mujer: «Oiga, cristiana, ¿qué es un cercerico?».

Se me quedó fija, más seria que un cuarto de especies,y va y me dice: «Pues, ¿y yo qué sé?». ¡Míáparayeso! Resulta que no lo sabía tampoco. Lo decía por haberlo oído dañan-tes. «Dando vueltas como un cercerico». Todo el mundo lo di-ce. Y ahora resulta que nadie sabe ¡o que es un ceroerlco.Tiene que ser algo que da vueltas. Como un trompo. Ni e!lambido de siempre sabe lo que es un cercerico.

JUAN DEL A ISLA

tumor por

EL CORDOBÉS*'SE