LOSFUNDAMENTOSDE LA BUENA PREDICACION

PRIMERA PARTE

Lucas 1:1-4 "Puesto que ya muchos han tratado de poner en orden la historia de las cosas que entre nosotros han sido ciertísimas, tal como nos lo enseñaron los que desde el

principio lo vieron con sus ojos, y fueron ministros de la palabra, me ha parecido también a mí, después de haber investigado con diligencia todas las cosas desde su origen,

escribírtelas por orden, oh excelentísimo Teófilo, para que conozcas bien la verdad de las cosas en las cuales has sido instruido. "

INTRODUCCIONI. Que enorme privilegio es anunciar el

evangelio; cf. Ro. 10:15b.

II. Sin embargo, que enorme responsabilidad conlleva el predicarlo; cf. 2 Ti. 2:2.

III. Todos debemos reconocer las dos cosas. Pero ¿Por qué es tan importante la buena predicación?

A. Porque la buena predicación glorifica al Señor; cf. 1 P. 4:11.

B. Porque la buena predicación permite la salvación de los oyentes; cf. Ro. 1:16.

C. Pero una buena predicación también evidencia principios básicos.

1. Una aclaración: No tenemos que ser grandes eruditos para hablar acerca del Señor. Tal vez el mejor ejemplo de ello lo hallamos en la mujer samaritana; cf. Jn. 4:28-30; 39.

2. Ahora bien, debemos reconocer la diferencia que existe entre predicar el evangelio y hablar de las cosas buenas que Dios ha hecho con nostros.

a. El testimonio de la mujer samarita es básicamente personal y en dado momento puede ser muy bueno en el contexto del evangelismo.

b. Pero predicar el evangelio va más allá del testimonio

personal pues abarca la doctrina del Señor.

3. Así entonces, la buena predicación demanda principios fundamentales que todos debemos reconocer.

DESARROLLOI. EL FONDO DE LA PREDICACION

Lc. 1:1 evidencia que la buena predicación se fundamenta o sostiene en la verdad; cf. 2 Ti. 4:2; 1 P. 4:11a.

A. Lucas escribió su evangelio a partir de un fuerte deseo personal: “Me ha parecido también a mi…” (1:3a).

1. El deseo personal es muy importante a la hora de hacer cualquier tarea.

2. Pero el deseo personal no es lo único que ha de tenerse en cuenta para bien las cosas.

B. Lucas escribió a partir de una minuciosa investigación: “…después de haber investigado todas las cosas...” (1:3b)

1. Lucas acompaña el deseo correcto con la acción correcta.

2. Lucas entiende que su buena disposición demanda una buena investigación.

3. Un buen deseo y una buena investigación hacen tangible una muy buena lección: El evangelio de Lucas.

C. La suma de una buena decisión con una profunda examinación, llevaron a Lucas conocer, confirmar y escribir todas las cosas ciertísimas.

1. Lucas no escribía de cuentos, fábulas o historietas.

2. Lucas fundamenta su enseñanza en la verdad.

3. Esto que hace Lucas es lo mismo que hicieron todos aquellos que anunciaron el mensaje de parte de Dios…

a. El ejemplo de Jesucristo; cf. Lc. 8:1.

b. El ejemplo de los apóstoles...

Los apóstoles fueron enviados a predicar el evangelio; cf. Mr. 16:15.

Los apóstoles cumplieron con la demanda del Señor; cf. Hch. 2:11; 17:18; Ro. 15:20; 1 Jn. 1:3, etc.

c. El ejemplo de los evangelistas; cf. Hch. 8:12; 35.

d. El ejemplo de la iglesia primitiva; cf. Hch. 8:4; 11:19-20.

Independientemente de quien predicara, se predicaba el evangelio.

Independientemente donde se predicara, se predicaba el evangelio.

Independientemente a quién se predicara, se predicaba el evangelio.

D. Pero es evidente que para predicar el evangelio se debe estudiar el evangelio.

1. En Jn. 3:11ª. De lo que sabemos hablamos.

2. En Lc. 1:3ª. Lucas escribió después una minuciosa investigación.

3. 1 P. 1:10 Los hombres de Dios no se sentaron a esperar que el E. S. les revelara aquello que tenían que escribir.

a. La actitud correcta: Diligencia y esfuerzo.

b. La acción correcta: Estudio e investigación.

c. El efecto correcto: Convicción, persuasión y certidumbre.

CONCLUSIONI. Podemos establecer que la buena

predicación se fundamenta en la proclamación de la verdad.

II. Podemos establecer que la proclamación de la verdad es consecuencia o efecto del estudio de la palabra.

III. Podemos establecer que el estudio de la palabra demanda consagración o disciplina personal.