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POLÉMICA Dos expertos en el autor de Hamlet relanzaron el debate acerca de la verdadera identidad del dramaturgo inglés. ¿Fue un seudónimo de otro escritor? PÁGINA 7 ¿Quién se esconde detrás de Shakespeare? Viaje al país de los ranqueles –¿Tuvo algún contacto con la cul- tura ranquel? –Cuando terminé la novela, mi pa- dre me acercó un recorte de LA VOZ DEL INTERIOR que decía: “El pue- blo ranquel festeja el año nuevo en La Pampa”. Conseguí el teléfono del jefe de la confederación ranquel, Germán Canuhé, a quien me acerqué con mucho respeto. Y temor, porque mi novela estaba terminada y temía encontrarme con datos que desmin- tieran lo que yo había escrito. Em- pecé a mandarles las palabras que había usado en idioma ranquel, por correo electrónico, y ellos me res- pondían corrigiéndolas. Así empezó la relación. Un buen día les escribí diciendo que tenía que ir a La Pam- pa a ver si el viento es como yo lo des- cribía. Fui, y me llevaron a la tumba del cacique, una pirámide de troncos en medio de la nada, en un lugar que ellos llaman Lobontué, que significa “Suelo que vuela”. Y Germán Canuhé me contó que cuando pusieron la ca- beza en su lugar, comenzaron a gri- tar los zorros: “Reciben –me explicó– al hermano que vuelve a su tierra”. Fue una experiencia poética, y esta- blecí con ellos un lazo muy estrecho: el mismo Germán escribió el prólo- go de El revés de las lágrimas y a la presentación del libro van a venir dos representantes de la confedera- ción ranquel. Entrevista con la escritora Cristina Loza La autora cordobesa publica su nueva novela, “El revés de las lágrimas”. En este libro, vuelve a trabajar los límites entre historia y ficción a través de las aventuras de una cautiva en una toldería de los indios ranqueles. “Revisar el pasado no nos viene mal” SERGIO CEJAS PASADO DE FICCIÓN. Cristina Loza cree que el género de la novela histórica contribuye a revertir la “inquietante inclinación a olvidar” que tienen los argentinos. EMANUEL RODRÍGUEZ ESPECIAL E n la casa de barrio Los Plátanos de la ciudad de Córdoba que Cris- tina Loza llama su “covacha”, se vive una gran expectativa, a la espera de que se publique El revés de las lá- grimas (El Emporio Ediciones), la se- gunda novela de la escritora nacida en Córdoba en 1948. Y no es para menos. Este nuevo libro, que estuvo entre los 10 finalistas del Premio Planeta 2004, significó para Loza “el calentamiento de la lapicera”, la consolidación en el oficio y la posibilidad de “transformar el dolor en creación” luego de pasar difíciles momentos familiares. Trabajando nuevamente entre la fic- ción y la historia, aunque en un mar- co más alejado en el tiempo que el de Malasangre (su primera novela, am- bientada en los años ’50 del siglo pasa- do), El revés de las lágrimas se suma a cierto resurgimiento de la novela histórica, con nuevas obras de Reyna Carranza (también finalista del premio Planeta 2003 con Una sombra en el jardín de Rosas), y Cristina Bajo. El revés de las lágrimas “es la his- toria de una mujer cautiva en una tol- dería de los indios ranqueles. En rea- lidad, yo quería hacer la historia de una cautiva desde la piel de una mujer, porque todas las novelas que encontré sobre este tema estaban escritas desde la visión masculina”, explica la auto- ra. Y agrega: “Quería escribir sobre una mujer cautiva, sacada con violen- cia de su entorno, saliéndome un poco de la visión tradicional de la cautiva llorosa y desesperada. Yo quise poner una luchadora”. Memorias del sur –¿Cómo surge su interés por los in- dios ranqueles? –Quise hacer una novela de aven- turas. Tenía que poner un marco histó- rico, para situar al lector. Me gusta mu- cho trabajar con los referentes, con el paisaje, pero no quería aburrir. Em- pecé a escribir la novela después de in- vestigar mucho, porque la historia está situada en 1830 y creo que no se puede entretener al lector sin saber de qué se está hablando. Me fui al sur de Córdoba, a Bell Ville, que antes se llamaba Fraile Muer- to, y que es el lugar donde raptan a mi per- sonaje. Una vez allí, in- vestigué qué indios había por esa zona. Ahí fue cuando los ranqueles se me me- tieron en la novela. –¿De qué modo? –Hay un personaje que se me aparece en el libro mientras lo es- toy escribiendo, un ca- cique, Paguitrús Guor (Zorro cazador de leo- nes), que también llevó el nombre de Ma- riano Rosas. Fue un cacique muy pacifista que de muy pequeño cayó prisionero de Juan Manuel de Ro- sas, a quien admiró y de quien aprendió to- do sobre la vida de campo. Descubrí que este cacique murió en 1868, de muerte natu- ral. Al año siguiente comenzó la Con- quista del Desierto del general Roca, durante la que un coronel que pasó por el lugar donde el cacique estaba ente- rrado robó su cabeza, tal vez pensando que atacar la espiritualidad del ene- migo es ganar por completo la batalla, arrasarlo todo. Luego la cabeza terminó en el Museo Antropológico de La Pla- ta y en 2001 el Estado argentino la de- volvió a los descendientes de Paguitrús. –¿Cómo usa estos datos en su his- toria? –Todo esto me intrigó mucho. En otro momento se me metió en la histo- ria el coronel Lucio V. Mansilla, por- que cruzó la toldería de Mariano Rosas en su famosa excursión a los ranqueles. Ahí yo empiezo a ficcio- nalizar: mi protago- nista, Damiana, está viviendo ahí en ese momento y se entabla entre ellos un amor muy especial, algo que después Mansilla no puede contar, a pesar de que él era un hom- bre que contaba abso- lutamente todo lo que le ocurría. –¿Cómo llegó al título de la novela? –El título salió al terminar un capítulo de la novela: en el mo- mento en que se lle- van a Damiana, el in- dio la iza sobre el ca- ballo mientras la casa arde, y mira hacia el horizonte, ebrio de sangre y lujuria, y “ella sólo ve el revés de sus lágrimas”. Apa- reció. Sentí como un escalofrío difícil de explicar y supe que ahí estaba el título. La escritura de la emoción –¿Cómo fue el proceso de creación de “El revés de las lágrimas”, en re- lación a su anterior libro? Malasangre se escribió sola: es- tuvo dando vueltas dentro mío duran- te 50 años. Yo siempre digo: tomás un trago de paisaje recorrido, tomás la la- picera y escribís un libro. En ese sen- tido mi primera novela es pertenencia, es un lugar entrañable asociado a mi infancia. Cuando salió publicada, to- do era maravilloso: mi primer libro, la prensa. Pocos meses después mi ma- rido se enfermó de cáncer. Y durante el año y medio que lo estuve cuidando, El revés de las lágrimas se fue es- cribiendo en mi cabeza para no atur- dirme con tanto dolor. Y cuando él mu- rió, me propuse transformar la pena en creación, escribir para no hundir- me en el llanto. Escribí durante nueve meses, y se me calentó la lapicera. Y con Mansilla me enamoré. Un perso- naje tan romántico, mezcla de macho de época y hombre sensible: yo siento que le presté la lapicera a Mansilla pa- ra que diga un par de cosas que no pu- do decir. El desafío de la historia –¿Por qué optó por situar el relato en un marco histórico tan lejano? –Porque era un desafío, quería sa- ber si podía. Un escritor, en Córdoba, me dijo: “Nadie puede ponerse en el pe- llejo de alguien que haya vivido hace 100 años”. Pero yo creo que sí, porque las pasiones son universales y atem- porales: el amor, el odio, el sentir de una mujer. Pueden cambiar algunos accesorios, pero hay cosas que han si- do siempre iguales. –La literatura escrita en Córdo- ba cuenta con algunos autores cu- yo trabajo sobre la idea de novelar la historia ha sido ampliamente re- conocido: Andrés Rivera, Cristina Bajo, Abel Posse, Reyna Carranza. ¿Distingue en su escritura alguna influencia? –No, yo no los puedo tomar como in- fluencia. Sí como ejemplos de discipli- na, de mucho trabajo e investigación. Hay que ser muy cuidadoso con el tra- tamiento del marco histórico: no se pue- de defraudar al lector cometiendo erro- res. Reyna Carranza me gusta mucho, y por supuesto Cristina Bajo, pero ellas ya vienen desde hace mucho con la no- vela histórica y yo no sé si siempre me voy a mover en ese género. –El género tuvo un momento de auge a mediados de los ’90 y luego declinó su protagonismo. ¿Cómo lo ve ahora? –Hay un resurgimiento. Es muy ten- tador hacer ficción con la historia. Por eso hay que tener mucho respeto: pe- ro creo que hay tantas miradas como escritores, y que si Bajo, Carranza y yo tomamos a un mismo personaje, van a salir tres novelas completamente diferentes. Por otro lado, no nos vie- ne mal a los argentinos revisar el pa- sado, porque tenemos una inquietan- te inclinación a olvidar. Y olvidamos el pasado inmediato, es un Alzheimer. Deberíamos recuperar la pasión por la historia. –¿Qué le aporta este género al lec- tor de hoy? –Por ejemplo, fuera de la novela, con lo que hacen Felipe Pigna o Pacho O´Donnell, el lector se acerca a una his- toria distinta, de una manera necesa- ria. Creo que en ese sentido El revés de las lágrimas aporta otra mirada so- bre la Conquista del Desierto, más allá de notar la inferioridad de condiciones con que pelearon los que ya vivían aquí, y yendo hacia la desesperante pérdida de una cultura. Siempre digo que si los jóvenes logran tener otra mirada sobre la historia, y ven a través del prisma las muchas facetas de la historia –por- que ningún historiador tiene la verdad absoluta–, pueden intentar entender qué es en definitiva esta patria, hacer- se una idea de Nación. PRESENTACIÓN El revés de las lágrimas (El Empo- rio Ediciones) saldrá a la venta la semana próxima. Será presentado el 15 de junio a las 19, en el audi- torio de la Universidad Católica (Trejo 323), por Sergio Carreras y Jorge Londero, con la presencia de Cristina Bajo y representantes de la confederación ranquel. Cultura Página 8C Córdoba. Argentina. Jueves 2 de junio de 2005

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POLÉMICA

Dos expertos en el autor de HHaammlleettrelanzaron el debate acerca de la

verdadera identidad del dramaturgoinglés. ¿Fue un seudónimo de otro

escritor?

PÁGINA 7

¿Quién se escondedetrás de Shakespeare?

Viaje al país de los ranqueles–¿Tuvo algún contacto con la cul-tura ranquel?

–Cuando terminé la novela, mi pa-dre me acercó un recorte de LA VOZDEL INTERIOR que decía: “El pue-blo ranquel festeja el año nuevoen La Pampa”. Conseguí el teléfonodel jefe de la confederación ranquel,Germán Canuhé, a quien me acerquécon mucho respeto. Y temor, porquemi novela estaba terminada y temíaencontrarme con datos que desmin-tieran lo que yo había escrito. Em-pecé a mandarles las palabras quehabía usado en idioma ranquel, porcorreo electrónico, y ellos me res-pondían corrigiéndolas. Así empezóla relación. Un buen día les escribí

diciendo que tenía que ir a La Pam-pa a ver si el viento es como yo lo des-cribía. Fui, y me llevaron a la tumbadel cacique, una pirámide de troncosen medio de la nada, en un lugar queellos llaman Lobontué, que significa“Suelo que vuela”. Y Germán Canuhéme contó que cuando pusieron la ca-beza en su lugar, comenzaron a gri-tar los zorros: “Reciben –me explicó–al hermano que vuelve a su tierra”.Fue una experiencia poética, y esta-blecí con ellos un lazo muy estrecho:el mismo Germán escribió el prólo-go de El revés de las lágrimas y ala presentación del libro van a venirdos representantes de la confedera-ción ranquel.

Entrevista con la escritora Cristina Loza

La autora cordobesa publica su nueva novela, “El revés de las lágrimas”. En este libro, vuelve a trabajar loslímites entre historia y ficción a través de las aventuras de una cautiva en una toldería de los indios ranqueles.

“Revisar el pasadono nos viene mal”

SERGIO CEJAS

PASADO DE FICCIÓN. Cristina Loza cree que el género de la novela histórica contribuye a revertir la “inquietante inclinación a olvidar” que tienen los argentinos.

EMANUEL RODRÍGUEZ

ESPECIAL

En la casa de barrio Los Plátanosde la ciudad de Córdoba que Cris-tina Loza llama su “covacha”, se

vive una gran expectativa, a la esperade que se publique El revés de las lá-grimas (El Emporio Ediciones), la se-gunda novela de la escritora nacida enCórdoba en 1948. Y no es para menos.Este nuevo libro, que estuvo entre los10 finalistas del Premio Planeta 2004,significó para Loza “el calentamientode la lapicera”, la consolidación en eloficio y la posibilidad de “transformarel dolor en creación” luego de pasardifíciles momentos familiares.

Trabajando nuevamente entre la fic-ción y la historia, aunque en un mar-co más alejado en el tiempo que el deMalasangre (su primera novela, am-bientada en los años ’50 del siglo pasa-do), El revés de las lágrimas se sumaa cierto resurgimiento de la novelahistórica, con nuevas obras de ReynaCarranza (también finalista del premioPlaneta 2003 con Una sombra en eljardín de Rosas), y Cristina Bajo.

El revés de las lágrimas “es la his-toria de una mujer cautiva en una tol-dería de los indios ranqueles. En rea-lidad, yo quería hacer la historia deuna cautiva desde la piel de una mujer,porque todas las novelas que encontrésobre este tema estaban escritas desdela visión masculina”, explica la auto-ra. Y agrega: “Quería escribir sobreuna mujer cautiva, sacada con violen-cia de su entorno, saliéndome un pocode la visión tradicional de la cautivallorosa y desesperada. Yo quise poneruna luchadora”.

Memorias del sur–¿Cómo surge su interés por los in-dios ranqueles?

–Quise hacer una novela de aven-turas. Tenía que poner un marco histó-rico, para situar al lector. Me gusta mu-cho trabajar con los referentes, con elpaisaje, pero no quería aburrir. Em-pecé a escribir la novela después de in-vestigar mucho, porque la historia estásituada en 1830 y creo que no se puedeentretener al lector sin saber de qué seestá hablando. Me fuial sur de Córdoba, aBell Ville, que antes sellamaba Fraile Muer-to, y que es el lugardonde raptan a mi per-sonaje. Una vez allí, in-vestigué qué indioshabía por esa zona.Ahí fue cuando losranqueles se me me-tieron en la novela.

–¿De qué modo?–Hay un personaje

que se me aparece enel libro mientras lo es-toy escribiendo, un ca-cique, Paguitrús Guor(Zorro cazador de leo-nes), que tambiénllevó el nombre de Ma-riano Rosas. Fue uncacique muy pacifistaque de muy pequeñocayó prisionero deJuan Manuel de Ro-sas, a quien admiró yde quien aprendió to-do sobre la vida decampo. Descubrí queeste cacique murió en1868, de muerte natu-ral. Al año siguiente comenzó la Con-quista del Desierto del general Roca,durante la que un coronel que pasó porel lugar donde el cacique estaba ente-rrado robó su cabeza, tal vez pensando

que atacar la espiritualidad del ene-migo es ganar por completo la batalla,arrasarlo todo. Luego la cabeza terminóen el Museo Antropológico de La Pla-ta y en 2001 el Estado argentino la de-volvió a los descendientes de Paguitrús.

–¿Cómo usa estos datos en su his-toria?

–Todo esto me intrigó mucho. Enotro momento se me metió en la histo-ria el coronel Lucio V. Mansilla, por-

que cruzó la tolderíade Mariano Rosas ensu famosa excursióna los ranqueles. Ahíyo empiezo a ficcio-nalizar: mi protago-nista, Damiana, estáviviendo ahí en esemomento y se entablaentre ellos un amormuy especial, algo quedespués Mansilla nopuede contar, a pesarde que él era un hom-bre que contaba abso-lutamente todo lo quele ocurría.

–¿Cómo llegó altítulo de la novela?

–El título salió alterminar un capítulode la novela: en el mo-mento en que se lle-van a Damiana, el in-dio la iza sobre el ca-ballo mientras la casaarde, y mira hacia elhorizonte, ebrio desangre y lujuria, y“ella sólo ve el revésde sus lágrimas”. Apa-reció. Sentí como un

escalofrío difícil de explicar y supe queahí estaba el título.

La escritura de la emoción–¿Cómo fue el proceso de creación

de “El revés de las lágrimas”, en re-lación a su anterior libro?

–Malasangre se escribió sola: es-tuvo dando vueltas dentro mío duran-te 50 años. Yo siempre digo: tomás untrago de paisaje recorrido, tomás la la-picera y escribís un libro. En ese sen-tido mi primera novela es pertenencia,es un lugar entrañable asociado a miinfancia. Cuando salió publicada, to-do era maravilloso: mi primer libro, laprensa. Pocos meses después mi ma-rido se enfermó de cáncer. Y duranteel año y medio que lo estuve cuidando,El revés de las lágrimas se fue es-cribiendo en mi cabeza para no atur-dirme con tanto dolor. Y cuando él mu-rió, me propuse transformar la penaen creación, escribir para no hundir-me en el llanto. Escribí durante nuevemeses, y se me calentó la lapicera. Ycon Mansilla me enamoré. Un perso-naje tan romántico, mezcla de machode época y hombre sensible: yo sientoque le presté la lapicera a Mansilla pa-

ra que diga un par de cosas que no pu-do decir.

El desafío de la historia–¿Por qué optó por situar el relatoen un marco histórico tan lejano?

–Porque era un desafío, quería sa-ber si podía. Un escritor, en Córdoba,me dijo: “Nadie puede ponerse en el pe-llejo de alguien que haya vivido hace100 años”. Pero yo creo que sí, porquelas pasiones son universales y atem-porales: el amor, el odio, el sentir deuna mujer. Pueden cambiar algunosaccesorios, pero hay cosas que han si-do siempre iguales.

–La literatura escrita en Córdo-ba cuenta con algunos autores cu-yo trabajo sobre la idea de novelarla historia ha sido ampliamente re-conocido: Andrés Rivera, CristinaBajo, Abel Posse, Reyna Carranza.¿Distingue en su escritura algunainfluencia?

–No, yo no los puedo tomar como in-

fluencia. Sí como ejemplos de discipli-na, de mucho trabajo e investigación.Hay que ser muy cuidadoso con el tra-tamiento del marco histórico: no se pue-de defraudar al lector cometiendo erro-res. Reyna Carranza me gusta mucho,y por supuesto Cristina Bajo, pero ellasya vienen desde hace mucho con la no-vela histórica y yo no sé si siempre mevoy a mover en ese género.

–El género tuvo un momento deauge a mediados de los ’90 y luegodeclinó su protagonismo. ¿Cómo love ahora?

–Hay un resurgimiento. Es muy ten-tador hacer ficción con la historia. Poreso hay que tener mucho respeto: pe-ro creo que hay tantas miradas comoescritores, y que si Bajo, Carranza yyo tomamos a un mismo personaje,van a salir tres novelas completamentediferentes. Por otro lado, no nos vie-ne mal a los argentinos revisar el pa-sado, porque tenemos una inquietan-te inclinación a olvidar. Y olvidamosel pasado inmediato, es un Alzheimer.Deberíamos recuperar la pasión porla historia.

–¿Qué le aporta este género al lec-tor de hoy?

–Por ejemplo, fuera de la novela, conlo que hacen Felipe Pigna o PachoO´Donnell, el lector se acerca a una his-toria distinta, de una manera necesa-ria. Creo que en ese sentido El revésde las lágrimas aporta otra mirada so-bre la Conquista del Desierto, más alláde notar la inferioridad de condicionescon que pelearon los que ya vivían aquí,y yendo hacia la desesperante pérdidade una cultura. Siempre digo que si losjóvenes logran tener otra mirada sobrela historia, y ven a través del prismalas muchas facetas de la historia –por-que ningún historiador tiene la verdadabsoluta–, pueden intentar entenderqué es en definitiva esta patria, hacer-se una idea de Nación.

PRESENTACIÓN

EEll rreevvééss ddee llaass lláággrriimmaass (El Empo-

rio Ediciones) saldrá a la venta la

semana próxima. Será presentado

el 15 de junio a las 19, en el audi-

torio de la Universidad Católica

(Trejo 323), por Sergio Carreras y

Jorge Londero, con la presencia

de Cristina Bajo y representantes

de la confederación ranquel.

CulturaPágina

8C Córdoba. Argentina. Jueves 2 de junio de 2005