lUIS Suarez. Revolución, Reforma y Contrarrevolucion en Cuba en los 60

44
6. REVOLUCIÓN, REFORMA Y CONTRARREVOLUCIÓN EN CUBA EN LA DÉCADA DE 1960 Por: Dr. Sc. Luis Suárez Salazar A pesar de los brutales métodos empleados por los Estados Unidos, sus aliados británicos y sus correspondientes lacayos para derrotar al movimiento popular y neutralizar la ola reformista que sacudió a buena parte de las sociedades latinoamericanas y caribeñas durante la primera década de la Guerra Fría (1947-1957), a fines de la década de 1950 comenzaron a aparecer nuevos síntomas de las dificultades que continuaba confrontando el dominio oligárquico-imperialista sobre los pueblos de Nuestra América. Así, en Puerto Rico, pese a la sistemática represión ejercida por los sucesivos gobiernos coloniales de Luis Muñoz Marín, en 1957, la resistencia popular obligó a derogar la Ley de la Mordaza instaurada en 1948. Como resultado de lo anterior, surgió la Federación Universitaria pro Independencia (FUPI): destacamento que, siguiendo el legado del Partido Nacionalista y de Albizu Campos, en 1959, tuvo una destacada participación en la fundación del Movimiento pro Independencia de Puerto Rico (MPI), integrado por el Partido Obrero Liberador (comunista) y por algunos disidentes del Partido por la Independencia de Puerto Rico: el mismo que había sido fundado unos años atrás. 1 Dos años antes, en Guyana, las autoridades coloniales británicas, aliadas con los círculos gobernantes estadounidense, se vieron obligadas a reprimir, otra vez, la nueva victoria electoral del líder independentista y socialista Cheddi Jagan, así como a posponer la independencia “negociada” de ese territorio suramericano, bañado por el Mar Caribe. Sin embargo, la fuerte reacción popular obligó al Reino Unido a excarcelar a Jagan y a otorgarle al PPP dos ministerios en el gobierno de esa colonia. Para tratar de neutralizar ese fermento popular e independentista, el creciente nacionalismo, así como el robustecimiento y la ascendente coordinación del movimiento obrero organizado en sus diferentes colonias antillanas, en 1958 el gobierno de Londres se vio obligado a formar la Federación de las Indias Occidentales (Federation of West Indies); pero esa maniobra para “mantener su dominación, sin rupturas ni fricciones”, fracasó rápidamente. 2 Entre otras cosas, porque los principales partidos políticos y organizaciones sindicales de Jamaica y Trinidad Tobago se separaron de ese proyecto imperial y continuaron defendiendo con creciente éxito la total

description

Cuba

Transcript of lUIS Suarez. Revolución, Reforma y Contrarrevolucion en Cuba en los 60

6. REVOLUCIN, REFORMA Y CONTRARREVOLUCIN EN CUBA EN LA DCADA DE 1960Por: Dr. Sc. Luis Surez SalazarA pesar de los brutales mtodos empleados por los Estados Unidos, sus aliados britnicos y sus correspondientes lacayos para derrotar al movimiento popular y neutralizar la ola reformista que sacudi a buena parte de las sociedades latinoamericanas y caribeas durante la primera dcada de la Guerra Fra (1947-1957), a fines de la dcada de 1950 comenzaron a aparecer nuevos sntomas de las dificultades que continuaba confrontando el dominio oligrquico-imperialista sobre los pueblos de Nuestra Amrica.

As, en Puerto Rico, pese a la sistemtica represin ejercida por los sucesivos gobiernos coloniales de Luis Muoz Marn, en 1957, la resistencia popular oblig a derogar la Ley de la Mordaza instaurada en 1948. Como resultado de lo anterior, surgi la Federacin Universitaria pro Independencia (FUPI): destacamento que, siguiendo el legado del Partido Nacionalista y de Albizu Campos, en 1959, tuvo una destacada participacin en la fundacin del Movimiento pro Independencia de Puerto Rico (MPI), integrado por el Partido Obrero Liberador (comunista) y por algunos disidentes del Partido por la Independencia de Puerto Rico: el mismo que haba sido fundado unos aos atrs.1

Dos aos antes, en Guyana, las autoridades coloniales britnicas, aliadas con los crculos gobernantes estadounidense, se vieron obligadas a reprimir, otra vez, la nueva victoria electoral del lder independentista y socialista Cheddi Jagan, as como a posponer la independencia negociada de ese territorio suramericano, baado por el mar Caribe. Sin embargo, la fuerte reaccin popular oblig al Reino Unido a excarcelar a Jagan y a otorgarle al PPP dos ministerios en el gobierno de esa colonia. Para tratar de neutralizar ese fermento popular e independentista, el creciente nacionalismo, as como el robustecimiento y la ascendente coordinacin del movimiento obrero organizado en sus diferentes colonias antillanas, en 1958 el gobierno de Londres se vio obligado a formar la Federacin de las Indias Occidentales (Federation of West Indies); pero esa maniobra para mantener su dominacin, sin rupturas ni fricciones, fracas rpidamente.2 Entre otras cosas, porque los principales partidos polticos y organizaciones sindicales de Jamaica y Trinidad Tobago se separaron de ese proyecto imperial y continuaron defendiendo con creciente xito la total independencia poltica de sus correspondientes naciones. Y porque como veremos despus en 1961, otra vez, el PPP logr una rotunda victoria electoral que impuls la lucha del pueblo guyans y de otras naciones caribeas por obtener su genuina independencia.

Esa intranquilidad poltica tambin se expres, en 1958, en otros pases latinoamericanos y caribeos. En Hait, por ejemplo, la nica manera que tuvo Duvalier de consolidar y estabilizar su nefasto poder personal fue recurriendo a draconianas medidas represivas contra el movimiento popular y, en especial, contra la recin constituida Unin Intersindical de Hait. Para hacerlo tuvo que formar con el silencio cmplice de los Estados Unidos un cuerpo paramilitar que le permitiera controlar el creciente ambiente antiduvalierista que exista en la sociedad, al igual que en las fuerzas armadas y policiales. Surgieron as los tristemente clebres tontons macoutes, responsables directos de la mayor parte de los 40 000 crmenes y asesinatos polticos que se perpetraron en ese pas entre 1958 y 1986. Ello sin contar las decenas de miles de haitianos que fueron desplazados de sus hogares y de sus tierras, sometidos a brutales torturas y a ilegales encarcelamientos o que tuvieron que acudir al exilio para preservar su vida.3Paralelamente, en Chile, la presin popular oblig a la derogacin de las medidas represivas (la Ley de Defensa de la Democracia) que, en 1948, haba instaurado el gobierno de Gonzlez Videla. Estas haban sido sostenidas por el gobierno constitucional del general y ex dictador pro fascista Carlos Ibez (1952-1958). Como consecuencia de la eliminacin de la ley antes mencionada y fruto de las intensas luchas populares y democrticas, surgi el Frente Revolucionario de Accin Popular (FRAP) encabezado por Salvador Allende e integrado por los partidos Comunista y Socialista. La fuerza poltica con que este contaba se evidenci en las elecciones de 1958. En ellas pese al reconocido respaldo financiero y poltico norteamericanos el candidato de la derecha y de los momios, Jorge Alessandri, slo obtuvo 35 000 votos ms que Salvador Allende.4 Fue, precisamente en ese momento, cuando los crculos gubernamentales de los Estados Unidos comenzaron a implementar sus primeros planes para impedir, a toda costa, el acceso de ese prestigioso dirigente socialista a la presidencia de Chile.5Por otra parte, en Panam, a pesar de la represin a que fueron sometidos por los diversos gobiernos constitucionales que se sucedieron en ese pas desde el golpe de Estado de 1941 y, en particular, por el gobierno de Ernesto de la Guardia (1956-1960), miles de jvenes y estudiantes, convocados por la llamada Operacin Soberana (iniciada en 1956), se movilizaron con redobladas fuerzas contra la ocupacin militar norteamericana de la zona del Canal.

Esos y otros movimientos nacionalistas, democrticos y populares, fueron estimulados por el derrocamiento, el 23 de enero de 1958, mediante una huelga general, de la sanguinaria dictadura venezolana del general Marcos Prez Jimnez. Como la mayora de los dictadores latinoamericanos y caribeos, busc la impunidad de sus crmenes y latrocinios refugindose en los Estados Unidos. Fue sustituido por una Junta de Gobierno encabezada por el prestigioso contralmirante Wolfgang Larrazbal.

En ese contexto, en medio de grandes protestas populares, el entonces vicepresidente norteamericano, Richard Nixon, visit diversos pases latinoamericanos; entre ellos, Bolivia, Per y Venezuela. En este ltimo, fue tal la repulsa que encontr, que el presidente Eisenhower como en la poca del gran garrote y de la diplomacia del dlar y las caoneras amenaz con intervenir militarmente en ese pas. A tal fin, moviliz la poderosa flota de guerra ubicada en su colonia militar de Puerto Rico; pero la recin instaurada Junta de Gobierno rechaz esas amenazas y, gracias al apoyo popular, derrot dos sucesivos golpes de Estado derechistas urdidos en su contra.

Todos los partidos polticos del pas (incluido el Partido Comunista de Venezuela) fueron legalizados y luego del llamado Pacto de Punto Fijo los lderes del Partido Accin Democrtica (AD), Rmulo Betancourt, de la Unin Republicana Democrtica, Jvito Villalba, y del socialcristiano Comit de Organizacin Poltica Electoral Independiente (COPEI), Rafael Caldera, se comprometieron a respetar el resultado de las elecciones presidenciales de enero de 1958.6 En estas con el apoyo de la derecha y de importantes crculos de poder norteamericanos y puertorriqueos triunf el candidato de la coalicin entre AD y URD, el socialdemcrata y proverbial anticomunista: Rmulo Betancourt. Este, de manera casi inmediata, tuvo que aplicar diversas medidas represivas para contener las multiformes movilizaciones populares contra las primeras medidas pro oligrquicas y pro imperialistas de su gobierno. Mucho ms porque el rechazo a su rgimen abarc a ciertos sectores nacionalistas y democrticos de las fuerzas armadas. As se demostr en las frustradas sublevaciones militares de Carpano, Puerto Cabello y Boca del Ro, todas en 1962.7

La Revolucin cubana: su impacto en lasrelaciones interamericanastc "La Revolucin cubana\: su impacto en lasrelaciones interamericanas"Sin embargo, el hecho que estremeci los cimientos de la dominacin oligrquica e imperialista sobre la Amrica mayscula fue el triunfo de la Revolucin cubana. Toda la ayuda econmica, poltica y militar que desde 1952 le haba prestado los Estados Unidos a la cruenta dictadura de Fulgencio Batista, y todos los esfuerzos desarrollados por la Embajada norteamericana en La Habana para neutralizar el radicalismo de ese proceso, de abortarlo a travs de farsas electorales (las de noviembre de 1958) o mediante un nuevo golpe de Estado militar (el de fines de diciembre de 1958) fueron sucesivamente derrotados. El 1ro de Enero de 1959, convocada por Fidel Castro y por el Movimiento 26 de Julio (M-26-7), apoyada por las dems organizaciones revolucionarias del pas (el Partido Socialista Popular comunista y el Movimiento Revolucionario 13 de Marzo), una huelga general insurreccional sell la victoria de las armas rebeldes. Y, unos das despus, se form un gobierno revolucionario provisional en el cual, al margen de su heterognea composicin ideolgica y sociopoltica, preponderaron las fuerzas revolucionarias. Estas terminaron controlando totalmente la situacin despus de la renuncia a la presidencia de la repblica del timorato magistrado Manuel Urrutia (16 de julio de 1959); quien fue sustituido por el doctor Osvaldo Dortics Torrado. Este, en medio del clamor popular y luego de un enardecido discurso del legendario comandante guerrillero Camilo Cienfuegos, ratific como su Primer Ministro al Comandante en Jefe del victorioso Ejrcito Rebelde y lder del (M-26-7), Fidel Castro Ruz.

Previamente, los tribunales revolucionarios haban sancionado en forma ejemplar a todos aquellos sicarios del rgimen de Batista que no lograron ponerse junto al dictador bajo la proteccin del strapa dominicano Rafael Leonidas Trujillo o del propio gobierno estadouniense.8 Conclua as la impunidad de que haban gozado, desde la frustrada Revolucin de 1933, los matarifes al servicio del imperio y de las clases dominantes cubanas. El solo ejercicio de ese acto de la justicia popular junto a la indignada reaccin de la Casa Blanca y de otros medios oligrquicos evidenci la profundidad de los hechos revolucionarios cubanos. Tambin contribuy a proyectar rpidamente su alcance universal, latinoamericano y caribeo, as como su articulacin natural con las luchas por la liberacin nacional y social que entonces se desarrollaban en diferentes naciones del Tercer Mundo, en particular de frica y Asia. Estas haban tenido un notable impulso luego de la Segunda Guerra Mundial. En particular, despus de la celebracin de la Conferencia de Bandung, Indonesia, convocada en 1955 por los lderes de las exitosas luchas por la independencia de la India, Indonesia, Egipto, Ghana y otros pases afroasiticos.

Por primera vez en la historia latinoamericana y caribea, un pueblo unido y armado, bajo la direccin de una vanguardia poltico-militar, mediante el ascendente desarrollo de la lucha armada guerrillera rural como forma fundamental aunque no nica de lucha, destruy la columna vertebral del Estado burgus pro imperialista (el Ejrcito), realiz una revolucin poltica y, en medio de su frontal enfrentamiento con el imperialismo norteamericano, solucion en un proceso permanente y sin etapas las tareas agrarias, democrticas, nacionales y antimperialistas, y emprendi la construccin del socialismo. Como tempranamente indic el comandante Ernesto Che Guevara, todo ello signific una ruptura total con las concepciones estratgicas y tcticas que hasta entonces, y con escaso xito, haban aplicado las fuerzas revolucionarias y reformistas en Amrica Latina y el Caribe; incluidos los diversos partidos comunistas que se haban formado bajo el estmulo del Movimiento Comunista, Obrero y de Liberacin Nacional impulsado, por la URSS, por algunas de las democracias populares europeas y hasta la ruptura chino-sovitica de 1960 por la Repblica Popular China (RPCh).9Se abri as una nueva etapa de la historia de las luchas populares en el hemisferio occidental y, por ende, de las relaciones interamericanas. De ah que, estimuladas por la Revolucin cubana, enseguida se incentivaran las luchas antimperialistas y antidictatoriales en la mayor parte de los pases de Amrica Latina y el Caribe; en primer lugar, contra las odiadas dictaduras de Somoza, Duvalier y Trujillo. En este ltimo caso, siguiendo el ejemplo cubano, el 14 de junio de 1959, una expedicin poltico-militar organizada por el Movimiento de Liberacin Dominicana desembarc en tres puntos diferentes del territorio nacional con el propsito de iniciar la lucha armada guerrillera contra el autoproclamado Benefactor de la Patria y Primer Anticomunista de Amrica.10 Esta fue dirigida por Enrique Jimenes Moya y cont con la reconocida solidaridad del gobierno revolucionario cubano.11 A pesar de su sangrienta derrota, de la cada en combate o del vil asesinato de casi todos sus integrantes (de 214 slo sobrevivieron cinco), su esfuerzo encontr continuidad en la llamada conspiracin de los sargentos y en la posterior organizacin del Movimiento 14 de junio (1J4), cuyos principales dirigentes (entre ellos, las tres clebres hermanas Minerva, Mara Teresa y Patria Mirabal) fueron ultimados luego de ser sometidos a brutales torturas por los sicarios del jefe del Ejrcito dominicano, Ranfis Trujillo.12 Este haba sido nombrado coronel del Ejrcito por su padre, el generalsimo Rafael Leonidas Trujillo, cuando apenas tena tres aos de edad.13

El asesinato de las hermanas Mirabal: confesiones de un sicario

Despus de apresarlas narra Ciriaco de la Rosalas condujimos al sitio cerca del abismo, donde orden a Rojas Lora que cogiera palos y se llevara a una de las muchachas. Cumpli la orden en el acto y se llev a una de ellas, la de las trenzas largas [Mara Teresa]. Alfonso Cruz Valerio eligi a la ms alta [Minerva], yo eleg a la ms bajita y gordita [Patria] y Malleta al chofer, Rufino de la Cruz. Orden a cada uno que se internara en un caaveral a orillas de la carretera, separadas todas para que las vctimas no presenciaran la ejecucin de cada una de ellas. Orden a Prez Torrero que permaneciera en la carretera a ver si se acercaba algn vehculo o alguien que pudiera enterarse del caso. () Yo no quiero engaar a la justicia ni al pueblo. Trat de evitar el desastre, pero no pude, porque de lo contrario nos hubieran liquidado a todos.

Aqu va una desgraci viva narra Rojas Lora deja que lleguemos all para que la terminemos de arreglar. Al llegar al sitio por donde lanzamos a las Mirabal, Ciriaco se desmont lleno de clera. Hal fuertemente a la muchacha que quedaba an con vida. Era la alta y delgada que tena el pelo recortado casi a lo boy. Con improperios, De la Rosa la arrastr hasta la tierra, entre la carretera y la yerba. La coloc all. Busc el garrote, y le cay a golpes. La remat totalmente. De la Rosa contina narrando Rojas Lora le propin numerosos garrotazos. Quera estar seguro de que estaba bien muerta. Cuando par de dar golpes estaba lleno de ira. Cansado, sudando copiosamente. Con la respiracin trabajosa. Yo me lo figuraba como la representacin humana de Satans. l era verdaderamente uno de los diablos del Servicio de Inteligencia. Ciriaco se ri a sus anchas. Pareca satisfecho y complacido de su labor criminal. Nos llam entonces para que trasladramos los cadveres de las muchachas al jeep. Lo hicimos as. Encendimos las luces del jeep, abrimos el suiche y todos los empujamos hacia el abismo.

Luis Gmez: ob. cit., pp. 161-162.Merece la pena consignar que esas y otras barbaridades no pudieron impedir que se acrecentaran las luchas contra la satrapa trujillista. Por el contrario, entre 1959 y 1960 encabezadas por el 1J4 continu el ascenso de las diversas luchas populares contra ese sanguinario rgimen. Esas contiendas comenzaron a influir, incluso, en sectores de las clases dominantes que hasta entonces haban mantenido su apoyo al tirano. Este, en vez de emprender algunas reformas que, tal vez, hubiesen neutralizado el auge opositor () utiliz meramente el arma de la represin. Se establecieron horrendos centro de tortura masiva [como los tristemente clebres Kilmetro 9 y La Cuarenta] y se ampliaron las actividades de control y vigilancia sobre la poblacin por medio del tenebroso servicio de inteligencia militar.14 De ms est decir, que esos brbaros procedimientos fueron refrendados al igual que ocurra en otros pases de Amrica Latina y el Caribe por las Misiones Militares, Navales y Areas, as como por parte de las Embajadas, los rganos contrainsurgentes y las agencias especializadas (la CIA y el FBI) del gobierno de los Estados Unidos.

Por ello al margen de la bipolaridad entre los Estados Unidos y la URSS que caracteriz a la Guerra Fra, as como de la profundidad de las transformaciones internas e internacionales adoptadas por el mal llamado gobierno de Fidel Castro entre ellas, la expulsin el 8 de enero de 1959 de la Misin Militar norteamericana y la inmediata denuncia de los acuerdos militares secretos firmados por Batista con los Estados Unidos estaba en la lgica de los acontecimientos que la administracin Eisenhower hara todo lo que estuviera a su alcance para revertir (roll back) el mal ejemplo cubano. En efecto, tan tempranamente como en abril de 1959, an antes de que se promulgara la primera Ley de Reforma Agraria (mayo de 1959) y en el contexto de un viaje de buena voluntad realizado por el lder de la Revolucin cubana a los Estados Unidos, el entonces vicepresidente Richard Nixon, luego de reunirse con l, lleg a la conclusin de que era necesario reemplazar al gobierno revolucionario cubano por otro ms conveniente a los intereses norteamericanos.15 En consecuencia, siguiendo el modelo de la Operacin Guatemala, la Casa Blanca, con el apoyo de los sectores ms reaccionarios de la alta jerarqua de la Iglesia catlica cubana, al igual que de las clases sociales y de las agrupaciones polticas desplazadas del poder, paulatinamente comenz a crear todas las condiciones que al final condujeron a la fracasada invasin mercenaria de Playa Girn (del 15 al 19 de abril de 1961), adecuadamente calificada: la primera gran derrota imperialista en Amrica Latina y el Caribe.16

Entre las condiciones antes mencionadas se incluyen: la agresin econmica, la guerra sicolgica, los mltiples intentos de asesinato de los principales dirigentes de la Revolucin, el terrorismo y la promocin de la emigracin legal e ilegal de sus testaferros, al igual que la de profesionales y nios cubanos hacia los Estados Unidos.17 Como resultado de la invasin a Cuba y de otras acciones terroristas (como el cobarde atentado en puerto cubano del vapor francs La Coubre), entre 1959 y abril de 1961, perdieron la vida cerca de 400 cubanos; incluidos mujeres y nios. Una cantidad similar fueron heridos, de los cuales ms de 50 quedaron discapacitados.18

Baha de CochinosA contraviento, a contramuerte, siempre de ida, nunca de vuelta, la revolucin cubana contina escandalosamente viva a no ms de ocho minutos de vuelo de Miami.

Para acabar con la insolencia, la CIA lanza una invasin desde los Estados Unidos, Guatemala y Nicaragua. Somoza II despide en el muelle a los expedicionarios. El Ejrcito Cubano de Liberacin, que la CIA ha fabricado y puesto en funcionamiento, est formado por militares y policas de la dictadura de Batista y por los desalojados herederos de las plantaciones de azcar, los bancos, los diarios, los garitos, los burdeles y los partidos polticos.

Triganme un par de pelos de las barbas de Castro! les encarga Somoza.

Aviones de los Estados Unidos entran en el cielo de Cuba. Estn camuflados. Llevan pintada la estrella de la Fuerza Area Cubana. Los aviones ametrallan, volando bajo, al pueblo que los saluda, y descargan bombas sobre las ciudades. Tras el bombardeo [15 de abril], que prepara el terreno, los invasores desembarcan [el l7 de abril] en los pantanos de Baha de Cochinos. Mientras tanto, el presidente Kennedy juega golf en Virginia.

Kennedy ha dado la orden, pero haba sido Eisenhower quien haba puesto en marcha el plan de la invasin. Eisenhower haba dado su visto bueno a la invasin de Cuba en el mismo escritorio donde antes haba aprobado la invasin a Guatemala. El jefe de la CIA, Allen Dulles, le asegur que acabara con Fidel Castro como haba acabado con Arbenz. Sera cosa de un par de semanas, da ms, da menos, y el mismo equipo de la CIA se hara cargo del asunto: los mismos hombres, desde las mismas bases. El desembarco de los libertadores desencadenara la insurreccin popular en la isla sometida a la tirana roja. Los espas norteamericanos saban que el pueblo de Cuba, harto de hacer colas, no esperaba ms que la seal para alzarse.

En tres das acaba Cuba con los invasores. Entre los muertos hay cuatro pilotos norteamericanos. Los siete buques, escoltados por la Marina de Guerra de los Estados Unidos, huyen o se hunden en la baha de los Cochinos.

(...)

Los invasores [derrotados], parsitos y verdugos, jvenes millonarios, veteranos de mil crmenes, responden a las preguntas de los periodistas. Nadie asume la responsabilidad de Playa Girn ni de nada; todos eran cocineros de la expedicin.

Ramn Calvio, clebre torturador de los tiempos de Batista, sufre amnesia total ante las mujeres por l golpeadas y pateadas y violadas, que lo reconocen y lo increpan. El padre Ismael de Lugo, capelln de la brigada de asalto, busca amparo bajo el manto de la Virgen. l haba peleado del lado de Franco en la guerra espaola, por consejo de la Virgen, y ahora ha invadido Cuba para que la Virgen no sufra ms contemplando tanto comunismo. El padre Lugo invoca a una Virgen empresaria, duea de algn banco o plantacin nacionalizada, que piensa y siente como los otros mil doscientos prisioneros: el derecho es el derecho de propiedad y de herencia; la libertad, libertad de empresa. La sociedad modelo, una sociedad annima. La democracia ejemplar, una asamblea de accionistas.

Todos los invasores han sido educados en la tica de la impunidad. Nadie reconoce haber matado a nadie. Y al fin y al cabo, tampoco la miseria firma sus crmenes. Algunos periodistas les preguntan sobre las injusticias sociales, pero ellos se lavan las manos, el sistema se lava las manos: los nios en Cuba y en toda Amrica Latina mueren a poco nacer, mueren de gastroenteritis, no de capitalismo.

Eduardo Galeano: Memoria del fuego..., ed. cit., t. III, pp. 211-213.

Es preciso recordar que esa intentona contrarrevolucionaria cont, en todo momento, con el decidido respaldo de las dictaduras militares de Guatemala y Nicaragua. Tambin con la complicidad de buena parte de los gobiernos democrtico-representativos de la regin; en particular, con los de Venezuela, Costa Rica y Colombia. Siguiendo el precedente de la ya mencionada Declaracin de Caracas de 1954, estos contribuyeron activamente a que, en agosto de 1960, la VII Reunin de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores de los pases integrantes de la OEA, aprobara la Declaracin de San Jos de Costa Rica. Esta adems de imponer de manera oportunista sanciones econmicas contra el rgimen de Trujillo (entonces implicado en un frustrado atentado contra el presidente venezolano Rmulo Betancourt) estableci que la solidaridad hacia la Revolucin cubana que haban expresado la URSS y la RPCh ponan en peligro la seguridad interamericana. Tambin conden a esos y otros pases socialistas por su presunta injerencia en los asuntos [internos] del hemisferio occidental.19Como respuesta a esos desatinos, en la capital cubana, una multitudinaria manifestacin popular proclam, el 2 de septiembre de 1960, la Primera Declaracin de La Habana. En ella, adems de reiterar su poltica de amistad con todos los pueblos del mundo, la Asamblea General del Pueblo de Cuba conden la Declaracin de San Jos de Costa Rica por atentar contra la autodeterminacin nacional, la soberana y la dignidad de los pueblos hermanos del continente. Tambin rechaz la intervencin abierta y criminal que durante ms de un siglo ha ejercido el imperialismo norteamericano sobre todos los pueblos de Amrica Latina. Y antepuso a la Doctrina Monroe y al hipcrita panamericanismo, el latinoamericanismo liberador que late en Jos Mart y Benito Jurez.20 Este patriota mexicano, antes de desaparecer fsicamente en 1872, haba dirigido las luchas de su pueblo contra las pretensiones de Napolen III y del emperador Maximiliano de Habsburgo (1861-1867) de recolonizar a su patria. Tambin logr contener la constante expansin territorial de los Estados Unidos sobre el territorio de Mxico.21A pesar de que todos los asuntos vinculados a la denominada Operacin Pluto o al Plan Zapata (en referencia a la zona cenagosa de la isla de Cuba donde se produjo el desembarco mercenario) fueron elaborados por Dwight Eisenhower, la decisin final y el estruendoso fracaso de la invasin comprometi profundamente a la administracin del joven mandatario demcrata John F. Kennedy, quien haba tomado posesin de la Casa Blanca el 20 de enero de 1961. A su zaga, ocuparon los principales comandos de la administracin destacados representantes de una nueva generacin de polticos, militares e intelectuales. Todos fueron convocados por el flamante presidente a conquistar para los Estados Unidos una Nueva Frontera (un nuevo destino manifiesto?), ms all de la cual existan problemas no resueltos de la Guerra y la Paz. Segn Kennedy, la solucin de esos y otros problemas de alcance nacional (la crisis econmica, la lucha por los derechos civiles y contra la discriminacin racial) y global (las terribles armas de destruccin masiva y el progresivo proceso de descolonizacin del mundo subdesarrollado) exigan inventiva, innovacin, imaginacin y decisin. Igualmente, la definicin de nuevos objetivos nacionales y, stos, a su vez, de hombres jvenes que no estuvieran ligados a las tradiciones del pasado, ni cegados por los viejos temores, odios y rivalidades.22De ah que, con la notable excepcin del conservador vicepresidente Lyndon B. Johnson, la mayora de los funcionarios nombrados por el nuevo mandatario tuviesen una postura crtica respecto a los procesos ms recientes de la vida econmica, social y poltica de los Estados Unidos, incluido el macartismo. Asimismo, cuestionaban algunos aspectos centrales de la gran estrategia que desplegaron tanto Harry Truman, como Dwight Eisenhower en los 16 aos posteriores a la Segunda Guerra Mundial. En algunos de esos altos funcionarios civiles y militares (por ejemplo, en George McGovern, Richard Goodwin, Arthur Schlesinger Jr. o el general Maxwell Taylor), esa crtica abarcaba las polticas desarrolladas por los Estados Unidos hacia Amrica Latina y el Caribe a lo largo del siglo xx; incluidas las vinculadas al Corolario Roosevelt (el gran garrote y la diplomacia del dlar y las caoneras), al igual que las relacionadas con las Polticas del Buen Vecino y del Buen Socio.

Todas las derivaciones del Corolario Roosevelt (1904-1933) entre ellas las aplicadas, entre 1913 y 1921, por el mandatario demcrata Woodrow Wilson eran censuradas por el empleo de la fuerza militar, por sus constantes intervenciones punitivas en las naciones de Amrica Latina y el Caribe, as como por haber provocado que los Estados Unidos se ganaran el odio universal. A su vez, a las acciones relacionadas con la Poltica del Buen Vecino (1934-1953) se les censuraba su limitacin a los aspectos jurdicos y diplomticos vinculados al principio absoluto de la no intervencin en los asuntos internos de los pases del hemisferio, al igual que por carecer de un claro programa econmico y de un adecuado estmulo a las ideas democrticas. Y a las ms recientes prcticas de la Poltica del Buen Socio (1953-1961), se le achacaba su innata preferencia por los gobiernos de derecha o por las dictaduras militares en su desenfrenada bsqueda de un clima favorable para las inversiones norteamericanas y para el desenvolvimiento de la llamada libre empresa. Adems, se les objetaba haber privilegiado la ayuda tcnica y militar, y exigido a los gobiernos de la regin medidas de austeridad monetaria y fiscal como condicin imprescindible para ser beneficiados por los crditos del FMI, del BM y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), fundado en 1959.

Segn algunos de los nuevos funcionarios de la Casa Blanca, como resultado de esas estrategias errneas, a comienzo de la dcada de 1960, el gobierno de Washington apareca excesivamente identificado con el imperialismo econmico y con detestados regmenes militares. Adems, las profundas consecuencias sociales, econmicas y polticas de esas acciones estaban resquebrajando el viejo orden latinoamericano y creando una coyuntura en extremo arriesgada a todo lo largo del hemisferio. El alzamiento de Fidel Castro haba transformado una falla de la poltica en una amenaza a la seguridad norteamericana.23 As se haba puesto de manifiesto en la multiplicacin de las luchas populares en diferentes pases de la regin, al igual que en el rechazo que haba encontrado el vicepresidente Richard Nixon en su ya mencionado viaje por Amrica Latina. Asimismo, en la hostilidad que, a comienzos de 1960, acompa las visitas realizadas por el presidente Eisenhower a Santiago de Chile, Montevideo, Ro de Janeiro y Buenos Aires.24Esas ltimas manifestaciones de repudio se produjeron a pesar del tardo apoyo del mandatario republicano a la institucionalizacin de la Asociacin Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC) como complemento de las polticas desarrollistas y proteccionistas basadas en la sustitucin de importaciones que, por aquellos aos, impuls la Comisin Econmica para Amrica Latina (CEPAL) de la ONU. Esta ltima se fund con la oposicin de los Estados Unidos en 1945. Tambin, pese a la promesa de la Casa Blanca (julio de 1960) de crear un fondo de 500 000 000 de dlares para el desarrollo social de los pases situados al sur de las fronteras estadounidenses. Esa propuesta (previamente respaldada por el Congreso) se formaliz de manera apresurada en la Conferencia Econmica y Social de la OEA efectuada en Bogot, en septiembre de 1960, con el propsito supremo como se ha documentado de lograr el aislamiento hemisfrico del gobierno revolucionario cubano.

El primer plan para una agresin norteamericana contra CubaEn la reunin participaron el presidente Eisenhower, el vicepresidente Nixon, el secretario Herter, el Sr. Merchant, el Sr. Rubottom, el secretario Anderson, el secretario Irwin, el almirante Burke, el Sr. Allen Dulles, el Sr. Richard Bissell, el coronel J. C. King, el Sr. Gordon Gray, el mayor Eisenhower y el general Goospaster.

Luego que el Sr. Herter hiciera un breve comentario de recurrir a la OEA en relacin con la situacin cubana, el Sr. Allen Dulles inform al Presidente sobre el plan de accin proporcionado por el Grupo de Operaciones Encubiertas 5412 con el fin de realizar un cambio en Cuba (...) Su consigna ser restituir la revolucin que Castro ha traicionado.

Despus de escuchar otras intervenciones, el presidente plante que no conoca de ningn otro plan mejor para enfrentar la situacin. El gran problema es la divulgacin de la informacin secreta o la violacin de la seguridad. Todos deben estar preparados para jurar que l nunca ha odo nada al respecto. Dijo que debamos limitar los contactos de los estadounidenses con los grupos que participan [en el plan] a dos o tres personas, tratando de que los cubanos hicieran la mayor parte de lo que hay que hacer.

Ms tarde y seguido de otras preguntas, comentarios y respuestas el presidente le dijo al Sr. Dulles que l pensaba que deba llevarse adelante el plan y las operaciones. El Sr. Dulles y las dems agencias involucradas en el plan deban tener en cuenta cualquier probable reaccin [de las autoridades cubanas] y preparar las medidas que tomaremos para responder a tal accin. El Sr. Irwin dijo que la preocupacin fundamental del Departamento de Defensa es cmo sacar a nuestra gente. Contamos con un plan de contingencia pero ello entraara una accin militar.

El presidente plante que le gustara sentar las bases con la OEA para que los pases de Amrica Latina sepan que si [el gobierno] cubano empieza a atacar a nuestra gente en Cuba nos veremos obligados a actuar. Tambin expres que en la prxima reunin le gustara conocer cul era la secuencia de los acontecimientos por medio de la cual veramos el desarrollo de la situacin, especficamente qu medidas debamos tomar. Dijo que nuestras manos no deban aparecer en nada de lo que se hiciera. Mientras tanto el [Departamento de] Estado deba trabajar en lo que pudiramos hacer dentro y fuera de la OEA.

El Sr. Nixon pregunt al Sr. Herter si el apoyo se desarrollaba satisfactoriamente en el contexto de la OEA. La respuesta del Sr. Rubottom indicaba que la situacin no estaba clara. El presidente dijo que, a su juicio, Castro, el Revolucionario, haba ganado gran prestigio en Amrica Latina. Castro, el poltico que dirige el gobierno, ahora lo pierde con rapidez. Sin embargo, otros gobiernos no pueden oponrsele con mucha fuerza, debido a que se sienten inseguros con respecto a las capacidades de accin de las masas dentro de sus propios pases, a las que les simpatiza el tipo de demagogia de Castro. Se trata en esencia de lograr que la OEA nos apoye.El Sr. Gray pregunt si se contara con el respaldo de la OEA en caso de que los cubanos atacasen a los americanos residentes en la isla. El Sr. Rubottom pens que la OEA poda actuar antes de que tal ataque ocurriera sobre la base de que Castro est atado al comunismo internacional. El presidente pregunt si lo tenamos que basar en la palabra comunismo o si lo podamos basar en las palabras dictadura, confiscacin, amenazas de muerte y otras. El Sr. Nixon dijo que la Resolucin de Caracas [de 1954] se basaba en el trmino comunismo internacional.

Memorando secreto sobre la reunin para discutir el Programa de Accin Encubierta contra el rgimen de Castro que se efectu en la Casa Blanca, 17 de marzo de 1960, 2:30 p.m.Vida, pasin y muerte de la Alianza para el Progresotc "Vida, pasin y muerte de la Alianza para el Progreso"Sin dudas, los diagnsticos crticos de la poltica interna y externa estadounidenses antes mencionados al igual que el carisma personal de John F. Kennedy generaron grandes esperanzas en amplios sectores de la sociedad norteamericana (incluidos los luchadores por los derechos civiles y polticos), en diversos actores internacionales y en importantes espacios de la opinin pblica mundial. Pese a las redobladas resistencias de los sectores ms reaccionarios de la sociedad y el sistema poltico estadounidense, pareca que la pesadilla generada por el macartismo, as como por la poltica al borde de la guerra y por la constante amenaza de una represalia nuclear masiva contra el denominado campo socialista sera definitivamente abandonada. Sobre todo, por las claras indicaciones de la nueva administracin y del Estado Mayor conjunto de las fuerzas armadas norteamericanas respecto a que esas doctrinas poltico-militares seran sustituidas por la llamada reaccin flexible frente a los diversos conflictos internacionales (incluidas las guerras locales o limitadas) que caracterizaron al mundo de la Guerra Fra.25Las esperanzas antes citadas eran mayores en importantes crculos polticos y sociales de Amrica Latina y el Caribe; en especial, entre los sectores liberales y socialdemcratas (la izquierda democrtica y anticomunista) que haban sido amparados en su exilio por el mandatario costarricense Jos Figueres o por los polticos puertorriqueos vinculados al ELA. Estos haban acogido con enorme entusiasmo las promesas electorales de John F. Kennedy de desplegar una Alianza para el Progreso dirigida a desarrollar los recursos del hemisferio entero, robustecer las fuerzas de la democracia, y ampliar las oportunidades vocacionales y educativas de toda persona en ambas Amricas. Para ello segn el nuevo mandatario era imprescindible apoyar de manera inequvoca la democracia y oponerse a las dictaduras (ya fueran de derecha o de izquierda); facilitar fondos a largo plazo, esenciales para una economa de crecimiento; estabilizar los precios de los principales productos de exportacin latinoamericanos y caribeos; ayudar a los programas de reforma agraria; estimular la inversin privada, mezclando el capital importado con el capital local; ampliar la ayuda tcnica y los programas de intercambio de informacin y de estudiantes; establecer un acuerdo sobre el control de armas en el hemisferio y fortalecer a la OEA. Esa alianza de las dos Amricas, tambin deba impedir que la influencia de Castro se extendiera por otros pases de la regin.26

Con tales fines, siguiendo la orientacin expresa del presidente Kennedy, se estructur un Grupo de Trabajo dirigido a presentarle propuestas suficientemente espectaculares como para captar la imaginacin de los habitantes del continente y crear una atmsfera de solidaridad entre los Estados Unidos y Amrica Latina.27 En ese Grupo tenan un importante papel funcionarios norteamericanos que haban participado en el diseo del Plan Marshall y otros de origen puertorriqueo que junto al pro imperialista Luis Muoz Marn de quien Kennedy era amigo personal haban contribuido en forma destacada a la fundacin de las instituciones y al diseo del modelo de desarrollo econmico y social (la llamada industrializacin por invitacin) que haban acompaado el nacimiento del ELA en Puerto Rico. Adems de su importancia interna, este pretenda demostrarle a las naciones latinoamericanas y a los pueblos caribeos an subyugados por los viejos colonialismos europeos () una forma de satisfacer sus aspiraciones a la libertad y al bienestar bajo la sombra generosa de los Estados Unidos.28El antes mencionado grupo concluy sus estudios a principios de 1961 y los present oficialmente en febrero del propio ao. Segn sus descarnados informes, el problema principal que tena que encarar la Casa Blanca era separar la inevitable y necesaria transformacin social de Amrica Latina de toda relacin con la poltica de expansin comunista extracontinental. Asimismo, era necesario evitar que la revolucin social latinoamericana se transformara en un ataque marxista a los Estados Unidos. Por ende, una de las primeras tareas de la nueva administracin tendra que ser la formulacin de una filosofa democrtica positiva que respaldara a los amplios movimientos progresistas democrticos, empeados en la conquista de un gobierno representativo. Adems, que actuara como complemento de una reforma social y econmica, incluida una reforma agraria que ayudara a conjurar el peligro de rebelin armada y la guerra de guerrillas en el Caribe y [en los] pases andinos.29

Pero, como los buenos deseos no detienen las balas, el gobierno de los Estados Unidos deba estar dispuesto a ofrecer todo el apoyo militar necesario para la defensa de los regmenes democrticos de la regin, ya que la amenaza comunista no requera nicamente una respuesta econmica, como crean los latinoamericanos. Junto al empuje a los planes de desarrollo y a la respuesta militar, tradicionalmente propugnada por el Pentgono, haba que promover en forma activa y sistemtica la formacin de partidos polticos democrticos. Todo lo antes dicho deba posibilitar que la revolucin que se est desarrollando en Amrica Latina tomara una direccin que evitara que se hagan con sus riendas el bloque chino-sovitico. Ese eventual escenario en opinin del entonces asesor especial del presidente Kennedy, Arthur Schlesinger Jr. pondra en ridculo ante el mundo nuestro liderazgo y creara una dura y persistente amenaza a nuestra seguridad nacional.30

Despus de vencer las iniciales resistencias del Departamento de Estado, del Pentgono y de la CIA; en particular, de aquellos que segn Schlesinger Jr. defendan una lnea contrarrevolucionaria e incestuosas relaciones con los militares latinoamericanos, el 13 de marzo de 1961, John F. Kennedy anunci oficialmente la Alianza para el Progreso. En consonancia con sus indicaciones de realizar propuestas espectaculares, proclam su intencin de completar la revolucin de las Amricas y de crear una civilizacin americana en la que, dentro de la rica diversidad de sus propias tradiciones, cada nacin sea libre de seguir su propio camino hacia el progreso.31 Apenas un mes despus, esa perorata quedara manchada con la sangre derramada por los cientos de cubanos incluidos mujeres y nios que perdieron la vida o quedaron mutilados a causa de la invasin mercenaria de Playa Girn. En honor a la verdad, si los costos humanos no fueron mayores para ambas partes se debi a la resistencia del mandatario estadounidense frente a las presiones del establishment poltico-militar (incluido el Pentgono y la CIA) dirigidas a que autorizara el empleo de tropas, o de las fuerzas areas y de la marina de guerra norteamericanas, para salvar de la derrota a aquella vergonzosa operacin.32 Sin embargo, ello no evit el desprestigio de la maquinaria de seguridad estadounidense, ni que quedaran en evidencia ante el mundo las constantes falacias de su poltica exterior. Esas mentiras las llamadas zonas negras y grises, tpicas de la propaganda poltica exterior norteamericana inspirada en las prcticas propagandistas del nazifascismo haban sido groseramente difundidas ante la Asamblea General de la ONU por el entonces respetado estadista Adlai Stevenson. Este haba afirmado que el bombardeo a los aeropuertos cubanos, previo a la invasin mercenaria de abril de 1961, haba sido fruto de una disidencia interna en las fuerzas armadas de la mayor de las Antillas. De ah que la rpida derrota de esa invasin contribuyera a disipar las esperanzas en la nueva era de las relaciones interamericanas proclamada por John F. Kennedy. Mucho ms porque una ola de indignacin estremeci los cimientos de diversas sociedades latinoamericanas y caribeas. En ellas se ampli la solidaridad hacia la Revolucin cubana y comenzaron a expandirse las multiformes luchas populares contra el status quo preponderante en Amrica Latina, el Caribe, y en otros pases del mundo subdesarrollado.

Tratando de contrarrestar esas tendencias y la posible reaccin de la derecha y la ultraderecha norteamericanas Kennedy de inmediato se responsabiliz con el fracaso de la invasin. Reiterando el discurso y las prcticas de la administracin republicana precedente, tambin se comprometi en forma pblica a desconocer el principio de la no-intervencin en los asuntos internos y externos de los pases latinoamericanos y caribeos en el caso de que las naciones del hemisferio no cumpliesen con sus compromisos [de luchar] contra la penetracin comunista. Del mismo modo, urgi a los departamentos de Estado y del Tesoro a que terminaran de presentar oficialmente ante la OEA los planes de su administracin dirigidos a impulsar la Alianza para el Progreso.33 Y a la CIA para que en funcin de lo anterior terminara de resolver el problema dominicano. A tal fin, el 30 de mayo de 1961, un comando organizado y armado por el centro de esa agencia en Santo Domingo, elimin a uno de sus hijos putativos: el strapa Rafael Leonidas Trujillo.34

Acto seguido, y sin esperar los resultados que traera esa operacin encubierta, el Departamento de Estado present la Alianza para el Progreso en la reunin del Consejo Econmico y Social de la OEA efectuada en Punta del Este, Uruguay, en agosto de 1961. Mediante ese pacto, todos los gobiernos de la regin (con la sola excepcin del cubano que fue expresamente excluido de sus beneficios) quedaron formalmente comprometidos a impulsar importantes cambios econmicos, sociales y polticos en sus correspondientes pases. Por su parte, el gobierno norteamericano prometi la movilizacin de 20 000 millones de dlares en una dcada. El 50 % de esos fondos se canalizara a travs de los diferentes programas oficiales estadounidenses de ayuda al exterior y, el resto, provendra de fuentes privadas o de los prstamos condicionados que le ofrecan a los gobiernos de la regin el FMI, el BM y el BID. El carcter demaggico y contrainsurgente de esa alianza de las dos Amricas fue inmediatamente develado por la delegacin cubana. sta estuvo presidida por el comandante Ernesto Che Guevara, quien luego de denunciar las diversas agresiones norteamericanas contra la Revolucin y de evaluar numerosas alternativas, pronostic el fracaso de la Alianza para el Progreso, as como el consiguiente incremento de los conflictos sociales y polticos en Amrica Latina y el Caribe, incluida la posibilidad de nuevas guerras civiles, de las cuales, adelant, Cuba no sera responsable.35

Las previsiones del Che sobre la Alianza para el ProgresoVarios delegados, quizs todos, se han preguntado: Si fracasa la Alianza para el Progreso, qu pasar? Y es una interrogante de extrema importancia. Los Estados Unidos han sido sensibles a la presin de los pueblos. Han visto que la situacin en Amrica, como en todo el mundo, es de extrema tensin y tiende a atacar tan profundamente las bases del rgimen imperialista, que hay que buscar alguna solucin.

Esta Alianza para el Progreso es un intento de buscar una solucin dentro de los marcos del imperialismo econmico. Nosotros consideramos que la Alianza para el Progreso, en esas condiciones ser un fracaso (...).

(...)

Aqu es donde se producir el verdadero planteamiento para los pases de Amrica. Hay dos caminos nada ms: afrontar el descontento popular, con toda su secuela, o iniciar el camino de la liberacin del comercio exterior, fundamental para nuestras economas; desarrollar una poltica econmica independiente y estimular el desarrollo de todas las fuerzas internas del pas, y todo esto, naturalmente, en el marco de polticas exteriores independientes que sern las que condicionen toda esta tarea de desarrollo del comercio con los pases de otras reas del mundo.

Naturalmente que no todos los pases pueden hacerlo porque para ello se precisan condiciones especiales. En primer lugar, se necesita de gran valenta. Dentro del rgimen en que se vive, los gobernantes tendrn que afrontar un viraje pronunciado en su poltica econmica y en su poltica exterior, e inmediatamente entrar en conflicto con los monopolios extranjeros. Las masas apoyarn a los gobiernos que entren en conflicto para defender el nivel de vida de sus ciudadanos; pero las masas, cuando defienden una posicin, tambin exigen. Y se producir entonces entre los gobiernos una doble amenaza que no siempre saben sortear: de un lado la presin de los monopolios imperialistas, de otro lado, la presin de las masas que estn exigiendo ms. Para tomar de verdad un camino, habr que romper todas las estructuras, volcarse del lado de las masas, e iniciar una revolucin completa. Pero no estamos hablando de revolucin sino que estamos hablando del camino que pueden seguir los gobiernos, sin que se llegue al camino de procesos revolucionarios.

(...)

Lo que nosotros tristemente anotamos es que el ejemplo histrico demuestra que en esa disyuntiva, los gobernantes tienen miedo de la presin de las masas, se alan con los monopolios y a la parte importadora de las burguesas nacionales, e inician la etapa de la represin.

Para que una poltica de ese tipo tuviera xito, debera contarse no solamente con una burguesa nacional fuerte, agresiva, deseosa de superacin y consciente de sus ideales, sino adems, con un ejrcito que fuera capaz de comprender el momento actual de Amrica y del mundo. Si se producir eso o no, es una interrogante que nosotros no podemos contestar.

El otro camino es el del descontento popular. El descontento popular aumentara en estas condiciones hasta tal punto que de nuevo se crearan dos condiciones histricas a resolver: o los gobiernos son sustituidos por elecciones populares, y se pasa a uno nuevo, ya con participacin directa de las masas en el poder, o se establece un estado de guerra civil. Si se pasa a un gobierno con participacin de las masas una vez ms se crearn tambin las grandes contradicciones entre las masas que tratan de avanzar cada vez ms en el camino de sus reivindicaciones, y los ejrcitos nacionales, que defienden capas sociales diferentes y que todava tienen las armas en la mano. All est el germen de otra guerra civil.

Si los gobernantes logran liquidar el movimiento de masas y mantener una frrea conduccin del aparato estatal, constantemente estar sobre ellos el peligro de guerras intestinas, de las cuales Cuba manifiesta desde ahora que no ser responsable (...).

Ernesto Che Guevara: Discurso en la Conferencia del CIES, de la OEA..., ed. cit.,t. II, pp. 466-468.

Las previsiones del Che fueron rpidamente confirmadas. Ante las propias debilidades estructurales del proyecto, ante las resistencias de las plutocracias latinoamericanas y caribeas, as como de los sectores ms reaccionarios y conservadores del establishment estadounidense, la Alianza para el Progreso fracas. La llamada revolucin pacfica y democrtica prometida por John F. Kennedy y por sus principales aliados en la regin (los gobiernos socialdemcratas de Venezuela y Costa Rica) termin en un nuevo bao de sangre. A causa del despliegue de las multiformes luchas populares latinoamericanas y caribeas (entre ellas, la aparicin de diversas organizaciones poltico-militares que en Venezuela, Guatemala, Nicaragua, Colombia y Per pretendan aplicar las experiencias de lucha de la Revolucin cubana), se inici una escalada represiva y de nuevos golpes de Estado militares, al igual que una cadena de nuevas intervenciones directas o indirectas de los Estados Unidos en los asuntos internos y externos de los pases de la regin.36

Por ejemplo, en Repblica Dominicana, pese a las crecientes protestas populares y de los sectores antitrujillistas de las clases dominantes locales y gracias a las gestiones del gobierno norteamericano y de la OEA, as como a la demostracin de fuerza realizada frente a las costas dominicanas por varias naves de guerra estadounidenses transitoriamente se mantuvo en la presidencia de ese pas el maquiavlico representante de la burocracia trujillista, Joaqun Balaguer. Este, con el apoyo del entonces jefe de las fuerzas armadas, Ramfis Trujillo, desencaden una brutal oleada represiva contra todos los que haban participado en la conspiracin contra el tirano (incluido en jefe del Ejrcito, general Pupo Romn), al igual que contra todos los sectores populares opuestos al entonces naciente balaguerismo. Sin embargo, ello no pudo evitar que, en noviembre de 1961, una huelga general lograra la renuncia de Ramfis y de Balaguer a sus correspondientes cargos, as como el exilio del resto de los integrantes del clan Trujillo. Entonces, para neutralizar el creciente radicalismo del movimiento popular y la eclosin de una nueva Cuba, la Embajada norteamericana apoy la instalacin de un Consejo de Estado presidido luego de dos intentonas golpistas por el representante de la oposicin burguesa Rafael Bonelli; quien fue el encargado de convocar las elecciones presidenciales de diciembre de 1962. En esos comicios contra el criterio de la Casa Blanca, de las fuerzas armadas dominicanas y de sus 54 consejeros del Military Assistance Advisory Group result electo el ilustre intelectual y poltico dominicano Juan Bosch. Este, unos meses despus de iniciado su mandato, fue derrocado por un golpe de Estado derechista.37

No obstante, donde esa poltica intervencionista de la administracin demcrata en los asuntos internos y externos de Amrica Latina y el Caribe tuvo sus puntos ms altos fue en la mayoritaria decisin de la VIII Reunin de Consultas de Ministro de Relaciones Exteriores de la OEA (efectuada en Montevideo en enero de 1962) de expulsar a Cuba de esa organizacin y, meses ms tarde, en la llamada Crisis de los Misiles, de octubre del propio ao. Como se recordar, esta se desat luego de la decisin de John F. Kennedy respaldada en forma unnime por la OEA de desplegar una cuarentena (bloqueo) naval alrededor de Cuba, con el pretexto de impedir que el pueblo cubano haciendo uso de su soberana nacional adquiriera todas aquellas armas soviticas que considerase necesarias para disuadir o defenderse de los planes de intervencin militar directa contra la Revolucin que siguiendo los lineamientos de la denominada Operacin Mangosta continuaban preparndose en diversas agencias de la maquinaria poltica y militar de los Estados Unidos.38

Los pormenores de la Operacin Mangosta(Washington, 14 de marzo de 1962)1. La Operacin Mangosta se desarrollar a partir de los supuestos siguientes:

a. Al llevar el caso del derrocamiento del gobierno en cuestin, EE.UU. har el mximo uso de recursos nativos, internos y externos, pero reconoce que el xito final requerir de una intervencin militar decisiva de los EE.UU.

b. Los recursos nativos tal como estn desarrollados sern utilizados para preparar o justificar la intervencin y, por tanto, para facilitarla o apoyarla.

2. El objetivo de prioridad inmediato de los esfuerzos de EE.UU. durante los meses siguientes ser la adquisicin de datos de inteligencia en el rea objetivo. Toda otra accin poltica, econmica y de cobertura sern efectuadas simultneamente, excepto aquellos clculos (...) para inspirar una revuelta dentro del rea objetivo u otras operaciones que requieran la intervencin del Ejrcito de EE.UU. Estas acciones, dentro de lo posible, estarn en consonancia con la poltica de aislamiento del lder local [Fidel Castro] y de neutralizacin de su influencia en el hemisferio occidental, y sern realizadas en tal direccin para permitir el desempeo con un mnimo de prdidas en medios y en el prestigio estadounidense. La JCS [Junta de Jefes de Estados mayores de las Fuerzas Armadas norteamericanas] continuar la planificacin y las acciones preliminares esenciales que aseguren positivamente la capacidad militar estadounidense para la intervencin. Al final de este perodo, o antes si las condiciones lo permiten, la situacin ser revisada y tomada una decisin sobre la prxima fase del programa.

3. A fin de poner en movimiento la fase encubierta del programa, ser necesario desde el comienzo utilizar personal estadounidense, bases y equipamiento para el apoyo de las operaciones dentro del rea objetivo. Sin embargo, la CIA acelerar concurrentemente el desarrollo de los recursos no atribuibles a fin de reducir o eliminar esta dependencia de hacerse necesaria despus de la fase inicial.

4. Durante este perodo, el general [de brigada Edward] Lansdale continuar como jefe de operaciones, pudiendo solicitar directamente a los departamentos y agencias participantes [en el plan] el apoyo e implementacin de las tareas acordadas. Los jefes de esos departamentos y agencias son responsables de las tareas asignadas y [de informar] por medio de los canales de mando normales a las autoridades superiores. El general Lansdale es responsable de la coordinacin, planificacin y ejecucin de las tareas, informar a la autoridad superior mediante el Grupo Especial [del Consejo Nacional de Seguridad] 5412, aumentado por el Fiscal General [Robert Kennedy], el Presidente [John F. Kennedy] y la JCS. El Grupo Especial 5412 [aumentado] es responsable de proveer la gua poltica del proyecto, acordar y controlar progresivamente las operaciones ms importantes.

Gua para la Operacin Mangosta, aprobada por el Consejo Nacional de Seguridad de los Estados Unidos con el objetivo de derrocar al gobierno cubano antes de octubre de 1962, en Tomas Dez Acosta: La Guerra encubierta contra Cuba, ed. cit.

Esa decisin de la Casa Blanca junto a los evidentes errores cometidos por la diplomacia sovitica, que en todo momento insisti en ocultar y negar los acuerdos militares soberanamente establecidos con Cuba puso al mundo al borde de una aniquiladora guerra nuclear. Si esta no se produjo, fue por el alto costo poltico y humano que hubiera tenido para los Estados Unidos una intervencin militar directa o un golpe areo quirrgico contra Cuba. Igualmente, por la voluntad negociadora desplegada (sobre todo en la fase final de la crisis), tanto por el entonces secretario general del PCUS, Nikita Jruschov, como por el presidente norteamericano.39 En consecuencia, a cambio de la retirada de los cohetes de alcance medio y de ciertos equipos areos de factura sovitica que estaban desplegados en la mayor de las Antillas, el gobierno norteamericano se comprometi explcitamente a garantizar nuestra disposicin de no invadir a Cuba.40Sin embargo, tal y como haba previsto el primer ministro de Cuba, comandante Fidel Castro quien inmediatamente expres su enrgica protesta porque tal acuerdo se hubiera adoptado sin participacin del gobierno cubano,41 esa decisin no impidi que continuaran los planes de los crculos de poder norteamericanos dirigidos a destruir a la Revolucin cubana, tanto antes como despus del asesinato de John F. Kennedy el 22 de noviembre de 1963. Entre los diferentes medios utilizados contra Cuba, ocuparon un lugar central: el estmulo y la decidida ayuda econmica y militar a las criminales bandas contrarrevolucionarias que hasta que fueron derrotadas en 1965 operaron en el territorio cubano; la guerra econmica (el bloqueo); la organizacin de nuevos planes de atentados contra los dirigentes de la Revolucin (en especial, contra Fidel Castro) y la constante bsqueda del aislamiento poltico, ideolgico y diplomtico del gobierno cubano en todo el mundo, particularmente en el hemisferio occidental.42Precisamente con el fin de aislar a Cuba, la IX Reunin de Consulta de Cancilleres de la OEA (efectuada en Washington, del 21 al 26 de julio de 1964) aprob una nueva resolucin que obligaba a todos los Estados miembros a romper sus relaciones diplomticas, comerciales y consulares con la mayor de las Antillas. El nico gobierno integrante de esa organizacin que no la acat fue el de Mxico,43 entonces encabezado por Adolfo Lpez Mateo (1958-1964). Al igual que ya haba hecho a travs de la Segunda Declaracin de La Habana (4 de febrero de 1962),44 en respuesta a esa nueva resolucin interamericana, el pueblo cubano aprob la Declaracin de Santiago (26 de julio de 1964). Esta ltima proclam el derecho del pueblo de Cuba a ayudar con todos los recursos a su alcance a los movimientos revolucionarios de todos los pases que participaran en los planes de los Estados Unidos contra Cuba, as como en los llamamientos a la contrarrevolucin que vena haciendo la OEA.45

La Doctrina Johnson y las dictaduras de seguridadnacionaltc "La Doctrina Johnson y las dictaduras de seguridadnacional"Merece la pena recordar que la decisin colectiva de la OEA antes mencionada fue antecedida por nuevos golpes de Estado derechistas en Argentina (marzo de 1962), en Per (julio de 1962), en Guatemala (marzo de 1963), en Ecuador (septiembre de 1963), en la Repblica Dominicana (septiembre de 1963), en Honduras (octubre de 1963) y en Brasil (marzo de 1964), con la anuencia de la Casa Blanca (incluido el presidente John F. Kennedy). En Brasil, fue derrocado el gobierno democrtico de Joao Goulart, quien fue sustituido con el descarado apoyo del ya presidente Lyndon Johnson y del embajador norteamericano en Ro de Janeiro, Lincoln Gordon por el mariscal Humberto Castelo Branco.46 Este guiado por las ideas geopolticas del general Goldbery do Couto e Silva, por la Doctrina de las Fronteras Ideolgicas elaboradas en la Escuela Superior de Guerra de Brasil, as como por la tradicional poltica brasilea de alineamiento automtico con los Estados Unidos,47 inaugur la serie de sangrientas dictaduras de seguridad nacional o, ms propiamente, de seguridad imperial que se instalaron durante dos dcadas en la vida poltica de ese pas.

En consecuencia, el gobierno dictatorial brasileo rompi sus relaciones diplomticas con Cuba, ratific un repudiado acuerdo militar con los Estados Unidos, ilegaliz a todos los partidos polticos y suprimi las elecciones directas. Igualmente, elimin las Ligas Campesinas, intervino los sindicatos y suprimi a todas las organizaciones estudiantiles. Ante las movilizaciones en contra de esas decisiones, clausur la Universidad de Brasilia y reprimi violentamente el levantamiento armado antidictatorial que se produjo en el sur del pas. Como resultado de todas esas acciones, fueron arrestadas ms de 25 000 personas, cientos de las cuales fueron asesinadas o sucumbieron a causa de las torturas.48 Paralelamente, la dictadura militar comenz a aplicar el llamado Plan de Reconstruccin Nacional, que desnacionaliz la actividad econmica y garantiz las inversiones de capital forneo; en primer lugar, las provenientes de los Estados Unidos. Todo ese proceso concluy con la imposicin, en 1967, de una nueva constitucin de carcter fascista.49 Al amparo de esas polticas, desplegaron sus criminales acciones los escuadrones de la muerte que, aos ms tarde, se incorporaran de manera sistemtica a las estrategias represivas de otros pases de Amrica Latina y el Caribe.

Esa dictadura de seguridad nacional sirvi como modelo para los gobiernos militares que, en lo sucesivo, se entronizaron en diferentes pases del continente. Estos, en lugar del consabido empleo de los golpes de Estado y de los tpicos cuartelazos de las dcadas precedentes, asumieron como su misin derrotar, a sangre y fuego, a los enemigos internos de la seguridad interamericana; garantizar el orden interno de sus correspondientes pases; y fomentar el desarrollo social y la democracia como parte de la inconclusa construccin de la nacin. En la medida en que los polticos civiles eran percibidos como incapaces de enfrentar esas tareas, le corresponda a los militares sustituirlos por el tiempo que fuera necesario. Apareci as la razn ideolgica (en el peor sentido de la palabra) para el control pretoriano de buena parte de las sociedades y de los sistemas polticos latinoamericanos y, en menor medida, caribeos.50

Lo anterior impuls, adems, el masivo empleo de todos los mtodos de la llamada contrainsurgencia moderna (incluida la tortura y la desaparicin forzada de los detenidos) que como parte de la respuesta flexible y de las guerras preventivas se haban venido elaborando en los Estados Unidos. Adems de contar con la Escuela Superior de Guerra de Brasil y de la llamada Escuela de las Amricas, que desde 1961 vena funcionando en la zona del Canal de Panam, tales doctrinas y prcticas contaron con el impulso del Pentgono y de otros servicios especiales norteamericanos. A travs del United States Military Assitance Program (MAP) y del Public Safety Program (PSP) se fue construyendo, en diferentes pases del hemisferio occidental, una compleja institucionalidad contrainsurgente nacional e interamericana. En lo que atae a Centroamrica, esa institucionalidad incluy la formacin del Consejo de Defensa Centroamericano (CONDECA) y la instalacin, en Guatemala, a partir de 1964, de un Centro Regional de Comunicaciones de alto nivel de complejidad tcnica para enlazar a todos los Ejrcitos centroamericanos con el Comando Sur de las fuerzas armadas norteamericanas, ubicado en la zona del Canal de Panam. A travs de esa temible dependencia (...) salieron durante un cuarto de siglo todas las informaciones de inteligencia y toda las rdenes de contraterror y contrainsurgencia que diezmaron a los pueblos centroamericanos.51

Con esa sanguinaria maquinaria represiva tambin se articularon las fuerzas armadas de otros pases latinoamericanos. Sobre todo despus del derrocamiento, el 9 de noviembre de 1964, del segundo gobierno constitucional de Vctor Paz Estenssoro en Bolivia (1960-1964) y, el 28 de junio de 1966, del gobierno de Arturo Illia en Argentina (1963-1966). Este ltimo fue institucionalmente sustituido por el general Juan Carlos Ongana (1966-1970), mientras que el primero fue desplazado del poder y enviado al exilio por su vicepresidente y connotado agente de la CIA, el general Ren Barrientos Ortuo. Como era de esperarse, a pesar de la insalvable fractura que ya exhiba el bloque sociopoltico que haba emprendido la Revolucin boliviana de 1952,52 la oposicin popular a ese cuartelazo fue sangrientamente reprimida.

Lo mismo ocurri con las manifestaciones estudiantiles, campesinas y las grandes huelgas de trabajadores mineros que, como respuesta a la contrarreforma agraria y a la creciente privatizacin y desnacionalizacin de los recursos minero-energticos del pas, se produjeron entre 1965 y 1966. Para intentar contenerlas, el gobierno de facto aupado por los Estados Unidos decret el estado de sitio, ilegaliz a todos los partidos polticos opositores, persigui y encarcel a sus principales dirigentes y ocup militarmente las minas de Cativ, Huanuni y Siglo xx. Conviene recordar que junto al general Ren Barrientos comenz a desempear un papel relevante en Bolivia el criminal nazi y agente de la CIA Klaus Barbie el Carnicero de Lyon quien fue nombrado por el presidente boliviano como asesor del Ejrcito en la especialidad de contrainteligencia.53

La presencia del carnicero de Lyon en Bolivia: antecedentesEl periodista boliviano Gustavo Snchez Salazar y la checoeslovaca-chilena Elizabeth Reiman, en el libro Criminal hasta el final, Klaus Barbie en Bolivia, escribieron:

Al finalizar la guerra, a los servicios de inteligencia de los Estados Unidos les preocupaba el espacio poltico que ocupaba la URSS. Sin el menor escrpulo, los norteamericanos comenzaron a utilizar los servicios de oficiales de la Gestapo alemana; haba que luchar contra un enemigo nuevo, el comunismo.

Tambin fue reclutado el criminal alemn, excapitn de las SS, Klaus Barbie. El asesino de Lyon no fue castigado por sus crmenes de guerra; por el contrario, los vencedores lo premiaron. En la primavera de 1948 despus de una orga de asesinatos de miles de personas y por gentileza del Cuerpo de Contrainteligencia (CIC) del Ejrcito de los Estados Unidos, Barbie reciba una casa en la ciudad bvara de Augburg, adems de alimentos, cigarrillos y un presupuesto para gastos. Su tarea: organizar redes de espionaje para los americanos.

En 1950 se hizo evidente que Francia buscaba a Barbie para juzgarlo por crmenes contra la humanidad. El CIC decidi dar al criminal nazi una nueva identidad y enviarlo, junto a su familia, a un pas lejano donde pudiera iniciar una vida nueva. Klaus Barbie se convirti en Klaus Altmann Hansen, mecnico nacido en Kronstaddt una ciudad que no existe y sali de Europa por la llamada Ruta de las ratas, organizada por un sacerdote catlico croata.

Junto a su esposa y sus hijos, Altmann lleg a la Paz, Bolivia, el 23 de abril de 1951...

Adys Cupull y Froiln Gonzlez: ob. cit., p. 18.

Algo parecido ocurri en Argentina. En ese pas, la dictadura del general Juan Carlos Ongana cont con el decidido respaldo de la logia masnica fascista italiana P2 (enigmtico nombre que slo significa Propaganda Poltica) instalada en Buenos Aires desde 1960.54 En consecuencia, y acorde con los presupuestos de la doctrina de seguridad imperial, el alto mando de las fuerzas armadas de ese pas se plante infructuosamente instalar una dictadura sine dei.55 As se puso de manifiesto rpidamente con la disolucin del Congreso, de las legislaturas provinciales y de los partidos polticos. Tambin en la clausura de diversos rganos opositores de la prensa escrita y en la prohibicin de que circularan en el pas otras publicaciones latinoamericanas. Igualmente, en la intervencin de las ocho universidades estatales, y en la anulacin de la autonoma universitaria y de la libertad acadmica, con el expreso propsito de erradicar la llamada subversin comunista de reformar la educacin superior en inters de los grupos econmicos dominantes.

En funcin de ello, se prohibi la actividad poltica de los estudiantes y se anul su derecho a participar en la administracin universitaria. Unos 3 000 acadmicos entre ellos algunos de los estudiosos ms eminentes de Argentina fueron obligados a dimitir, y muchos tuvieron que abandonar apresuradamente el pas. Las protestas estudiantiles frente a esos atropellos fueron reprimidas sin contemplaciones. En la llamada Noche de los Bastones Largos (29 de julio de 1966), los Policas Montados Federales irrumpieron a caballo en la Universidad de Buenos Aires, ordenaron a los estudiantes y docentes que la desalojaran, usaron sus porras con indiscriminada ferocidad contra los desobedientes y, finalmente, hicieron centenares de detenciones. Sesenta estudiantes tuvieron que ser hospitalizados.56 Dos meses despus, la polica de Crdoba reprimi de forma violenta otra manifestacin estudiantil. En esa ocasin, cay mortalmente herido el joven estudiante Santiago Pampilln.

Pero el asunto no qued ah. A comienzos de 1967, el ministro de economa, Krieger Vacena, decret la devaluacin del peso argentino y dio a conocer un nuevo plan econmico de claros tintes liberales dirigido a convertir al pas en exportador de productos industriales. Dicho plan favoreci a los grandes monopolios argentinos asociados con el capital extranjero y produjo un rpido trasvase de la renta nacional del sector agrario al industrial, del pequeo al gran capital, y de los asalariados a los capitalistas. Ello produjo una ola inmediata de quiebras de empresas nacionales o la subordinacin de estas a las empresas extranjeras. Tambin, un acelerado incremento del desempleo y una cada vertical de los ingresos reales de los trabajadores. Las protestas sindicales fueron reprimidas de forma violenta y los sindicatos que las propugnaban intervenidos militarmente. Decenas de dirigentes sindicales fueron encarcelados, a la par que comenz la terrible prctica de desaparecer a sus abogados defensores y a otros activistas polticos.

Las primeras desapariciones en ArgentinaLos ltimos das de ese ao reaparece una prctica que, seis aos ms tarde, simbolizara un sistema represivo que denigra la raza humana: la desaparicin forzosa de personas. La haban inaugurado [en 1962]con Felipe Vallese [durante el gobierno cvico-militar de Jos Mara Guido].

El 16 de diciembre de 1970 secuestraron al abogado laborista Nstor Martins y a Nildo Centeno un cliente que ocasionalmente lo acompaaba y fueron desaparecidos.

Durante el ao siguiente este procedimiento se increment. En el mes de julio de 1971 fueron desaparecidos en San Juan el matrimonio integrado por Marcelo Verd y Mara Eugenia Palacios y en Buenos Aires corrieron la misma suerte Mirta Misetich y su esposo Juan Pablo Maestre. Estos ltimos eran militantes de las FAR [Fuerzas Armadas Revolucionarias]. Sucedera lo mismo, al poco tiempo, con Luis Pujals, dirigente del ERP [Ejrcito Revolucionario del Pueblo].

Roberto Cirilo Perda: ob. cit., pp. 21-22.Todos los acontecimientos antes mencionados fueron convergentes con los empeos del mandatario demcrata, Lyndon B. Johnson (1963-1968), de derrotar, a travs de todos los medios a su alcance (incluidas las llamadas guerras preventivas), el auge de las luchas populares, democrticas, antimperialistas y por el socialismo que entonces se desarrollaban en diversos escenarios del mundo subdesarrollado. La mxima expresin de esa poltica fue la masiva y brutal intervencin militar norteamericana en la guerra de liberacin del pueblo vietnamita;57 pero esa escalada contrarrevolucionaria tambin se expres en Amrica Latina y el Caribe. Segn la llamada doctrina Johnson, los Estados Unidos tena todo el derecho a intervenir en forma unilateral en cualquier pas de la regin donde estuvieran amenazados los intereses estadounidenses.58

Sobre la base de esos conceptos y antecedida por la violenta represin dej un saldo de cerca de 30 muertos y de ms de 500 heridos desatada por las fuerzas armadas estadounidenses contra una manifestacin de estudiantes que reclamaban la soberana panamea sobre la zona del Canal de Panam (9 de enero de 1964), la Casa Blanca intervino de manera descarada y casi obscena para garantizar por todos los medios a su alcance incluida una ayuda de 20 000 000 de dlares la victoria electoral, en 1964, del socialcristiano Eduardo Frei Montalva contra la nueva candidatura presidencial de Salvador Allende.59 Sin embargo, como veremos despus, esa maniobra no pudo evitar la creciente acumulacin de fuerzas de los partidos integrantes del FRAP, ni la aparicin de otras organizaciones polticas populares como fue el caso del Movimiento de Izquierda Revolucionaria interesadas en producir profundos cambios estructurales en la sociedad chilena.

Paralelamente, en Martinica, a pesar de sus contradicciones con el presidente Charles de Gaulle, la Casa Blanca admiti pasivamente la represin desatada por la llamada Quinta Repblica Francesa contra el movimiento popular de ese Departamento de Ultramar con vistas a neutralizar la victoria electoral de una coalicin de partidos de izquierda que propugnaban la ampliacin de la autonoma de dicha isla.60 Asimismo, en estrecha coordinacin con el Reino Unido, el gobierno norteamericano particip activamente en la mediatizacin de los procesos de descolonizacin que entonces se desarrollaban en el Caribe. Con ese propsito, en Jamaica, favoreci con todos los medios a su alcance (incluida la violencia poltica) la victoria electoral del derechista Partido Laborista de Jamaica (JLP). Y, en Guyana, siguiendo las recomendaciones de los asesores del finado John F. Kennedy,61 conspir de manera exitosa para garantizar la derrota del segundo gobierno del premier Cheddi Jagan (1961-1964). Con tal fin le impusieron un frreo bloqueo econmico a ese pas y, de forma descarada, estimularon los conflictos y la violencia racial entre los habitantes de origen hind y los de ancestros africanos.

De igual modo, apoyaron econmicamente a los candidatos de la llamada Fuerza Unificada, integrada por el Congreso Nacional del Pueblo (PNC) escisin de derecha del PPP y por el Partido Democrtico Unificado: ambos representantes de los sectores ms reaccionarios de la burguesa y la pequea burguesa guyanesa.62 Como se ha documentado, en el trasfondo de ese virtual golpe de Estado (ya que Jagan haba obtenido la reeleccin en los comicios de 1964) desempe un papel decisivo la Aluminium Company of America (ALCOA), propietaria de las inmensas reservas de bauxita (cuarto productor mundial) y manganeso (tercer productor latinoamericano) que existen en ese pas caribeo. Tambin, la CIA. Esta financi a Arnold Zander, mximo dirigente de la huelga que sirvi de pretexto para que las autoridades coloniales britnicas negaran la victoria electoral del PPP. En consecuencia, el nuevo rgimen, presidido por el lder del PNC, Forbes Burnham, garantiz que no correran peligro los intereses de la OLCOA en Guyana. Asimismo, condujo las negociaciones con el Reino Unido y, de manera secreta, con los Estados Unidos, que finalmente lograran, en 1966, la independencia mediatizada de esa rica y a la vez empobrecida nacin caribea.63

El colofn de todos esos atropellos fue la nueva intervencin militar estadounidense en la Repblica Dominicana (abril de 1965), que cost la vida a 4 000 dominicanos.64 En esta ocasin, para derrotar a sangre y fuego la Revolucin Constitucionalista que, en abril de 1965, haba estallado bajo la direccin del coronel Francisco Caamao De. Mediante esa sublevacin, el pueblo dominicano, junto a los sectores constitucionalistas de las fuerzas armadas, luch heroicamente por evitar la restauracin del rgimen trujillista, as como por lograr el retorno a la presidencia de la repblica del destacado intelectual Juan Bosch, quien despus de su eleccin en diciembre de 1962, y bajo la mirada cmplice de la administracin de John F. Kennedy, el 25 de septiembre de 1963, haba sido derrocado por un reaccionario golpe militar, encabezado, tras bambalinas, por el general Donald Reid Cabral.65 Huelga decir que previo al desembarco norteamericano, todas las reacciones populares contra ese gobierno de facto incluido el inicio de la lucha armada guerrillera organizada por el ya mencionado Movimiento 14 de Junio haban sido brutalmente reprimidas por los usurpadores de la soberana popular. Sin embargo, en esta ocasin, las huestes populares encabezadas por Caamao luego de cruentos combates callejeros, ya haban logrado derrotar la resistencia del general trujillista Elas Wessin Wessin.66

La invasin de Santo DomingoNi por aire, ni por tierra, ni por mar. Ni los aviones del general Wessin y Wessin, ni los tanques del general Imbert son capaces de apagar la bronca de la ciudad que arde. Tampoco los barcos: disparan caonazos contra el Palacio de Gobierno, ocupado por Caamao, pero matan amas de casa.

La Embajada de los Estados Unidos, que llama a los rebeldes escoria comunista y pandilla de hampones, informa que no hay modo de parar el alboroto y pide ayuda urgente a Washington. Desembarcan, entonces, los marines.

Al da siguiente muere el primer invasor. Es un muchacho de las montaas del norte de Nueva York. Cae tiroteado desde alguna azotea, en una callecita de esta ciudad que nunca en su vida haba odo nombrar. La primera vctima dominicana es un nio de cinco aos. Muere de granada, en un balcn. Los invasores lo confunden con un francotirador.

El presidente Lyndon Johnson advierte que no tolerar otra Cuba en el Caribe. Y ms soldados desembarcan. Y ms. Veinte mil, treinta y cinco mil, cuarenta y dos mil. Mientras los soldados norteamericanos destripan dominicanos, los voluntarios norteamericanos los remiendan en los hospitales. Johnson exhorta a sus aliados a que acompaen esta Cruzada de Occidente. La dictadura militar del Brasil, la dictadura militar del Paraguay, la dictadura militar de Honduras y la dictadura militar de Nicaragua envan tropas a la Repblica Dominicana para salvar la Democracia amenazada por el pueblo.

Acorralado entre el ro y el mar, en el barrio viejo de Santo Domingo, el pueblo resiste.

Jos Mora Otero, Secretario General de la OEA, se rene, a solas, con el coronel Caamao. Le ofrece seis millones de dlares si abandona el pas. Es enviado a la mierda.

Eduardo Galeano: Memoria del fuego..., ed. cit., t. III, pp. 230-231.

No es ocioso recordar que a pesar de algunas contradicciones todos esos ajetreos golpistas, al igual que la sangrienta intervencin militar norteamericana en la Repblica Dominicana y la instauracin bajo la ocupacin estadounidense del segundo gobierno constitucional de Joaqun Balaguer (1966-1970), contaron con el explcito respaldo de la OEA y de la Junta Interamericana de Defensa. De hecho, esas acciones hemisfricas volvieron a confirmar la recurrente pretensin de los crculos de poder estadounidenses de impedir a toda costa la expansin en la regin del mal ejemplo cubano. De ah el rgimen de terror que se instal en la Repblica Dominicana durante e inmediatamente despus de la ocupacin militar norteamericana, apoyada por un destacamento de las fuerzas armadas brasileas. En particular, durante el gobierno provisional de Hctor Garca Godoy. Segn el politlogo dominicano Pablo Marez, durante ese perodo, los actos de terrorismo de Estado amparados por la infantera de marina, por las agencias contrainsurgentes norteamericanas y por las mal llamadas Fuerzas Interamericanas de Paz se produjeron de una manera acelerada.67

As, a pesar del acta de reconciliacin impuesta por los Estados Unidos entre ese gobierno ttere y las fuerzas constitucionalistas, en diciembre de 1965, una comitiva de ex militares de esa orientacin, encabezada por el coronel Francisco Caamao De, fue vctima de un brutal ataque armado. Este salv la vida milagrosamente. Tiempo despus, una marcha de estudiantes que, en forma pacfica, reclamaba la restitucin de fondos para la Universidad de Santo Domingo fue objeto de una violenta represin, mientras que diversas figuras polticas y medios de comunicacin masiva opuestos a la ocupacin militar estadounidense fueron blanco de constantes atentados terroristas. La impunidad frente a esos crmenes era tal que, en septiembre de 1966, poco antes de la destruccin de sus instalaciones por una potente explosin, la revista anticomunista Ahora!, reconoci: Los constitucionalistas siguen cayendo asesinados en campos y ciudades (...) ninguno de los victimarios de los constitucionalistas cados, civiles o militares, ha sido capturado y mucho menos juzgado por las autoridades, eficientes, en cambio, para detener a cualquiera de los ciudadanos que defendan con dignidad la soberana patria.68 Y no poda ser de otra forma, ya que el propio gobierno de Joaqun Balaguer fue responsable del asesinato, como mnimo, de 756 rivales polticos (ver Cuadro 5).69 Otras fuentes calculan en 2 500 los muertos y desaparecidos en los primeros 12 aos de gobierno del susodicho testaferro de los Estados Unidos.70

CUADRO 5

RELACIN DE CADOS EN EL GOBIERNO DE BALAGUER (1966-1978)

Aocados%

19667910.4

1967688.9

1968668.7

196919225.3

1970709.2

19717910.4

1972192.4

1973091.1

1974537.0

1975476.2

1976303.9

1977334.3

1978111.4

total756100.0

Fuente: Pablo Marez: Repblica Dominicana: veinte aos despus de la intervencin militar norteamericana de 1965, en El Caribe Contemporneo, ed. cit., no. 11, p. 70.

Pero esa estrategia contrarrevolucionaria no se redujo a los pases latinoamericanos y caribeos ya mencionados. Los conceptos y las prcticas vinculados a la doctrina de seguridad nacional incluidos los asesinatos ms o menos selectivos y el empleo indiscriminado de las desapariciones forzadas y las torturas se extendieron inmediatamente a casi todas las fuerzas militares de Amrica Latina y el Caribe. A ello contribuyeron en forma destacada los asesores policiales brasileos y norteamericanos enviados a diversas naciones entre ellos, el clebre funcionario de la Agencia para el Desarrollo Internacional (AID) de los Estados Unidos, radicado en Uruguay, Dan Mitrione, los famosos Boinas Verdes, que asesoraron a buena parte de los Ejrcitos de la regin, la Escuela de las Amricas, enclavada en la zona del Canal de Panam, y la Academia Internacional de Policas, radicada en Washington.

Guiados de una u otra forma por los graduados en esas escuelas de dictadores y asesinos, los mtodos terroristas de Estado tipificaron a las prolongadas dictaduras militares de Guatemala, Honduras, Nicaragua, Hait y Paraguay. Asimismo, a las polticamente fortalecidas fuerzas armadas subordinadas a los gobiernos democrticos representativos de Ral Leoni en Venezuela (1963-67); de Fernando Belande Terry en Per (1963-1968); de Len Valencia (1962-1966) y Carlos Lleras Restrepo (1966-1970) en Colombia; de los coroneles Julio Rivera (1962-1967) y Fidel Snchez Hernndez (1967-1972) en El Salvador; de Eduardo Frei Montalva en Chile (1965-1970); al igual que del dueto integrado por el general Oscar Egido (1966-1967) y por su vicepresidente Jorge Pacheco Areco (1968-1971), en Uruguay. Este ltimo, luego de la muerte del primero, instaur las llamadas medidas prontas de seguridad, prohibi las actividades de los partidos de izquierda, suspendi en diversas ocasiones las garantas constitucionales, y con el abierto respaldo norteamericano y brasileo institucionaliz el crimen y la tortura. Tambin expandi en forma creciente las atribuciones de la polica y el Ejrcito en diversos mbitos de la vida poltica del pas.71

Nuevos gritos de guerra y de victoriatc "Nuevos gritos de guerra y de victoria"Interrelacionado con todos estos procesos as como con la profunda crisis econmica y social que vivan las naciones de Amrica Latina y el Caribe se produjo un nuevo auge de las luchas populares, democrticas y antimperialistas en diferentes pases de Amrica Latina y el Caribe. Dado el ambiente represivo entonces preponderante en casi todos los pases del rea (incluido Mxico), esas luchas se radicalizaron con rapidez. A pesar de las derrotas sufridas por los movimientos guerrilleros rurales que, en la primera mitad de la dcada de 1960, actuaron en Per, Nicaragua, Repblica Dominicana, Venezuela, Guatemala y Argentina fue el caso del efmero Ejrcito Guerrillero del Pueblo encabezado por el comandante Segundo, Jorge Ricardo Massetti,72 en la segunda mitad de ese decenio aparecieron, reaparecieron o se fortalecieron, segn el caso, nuevas organizaciones poltico-militares. Estas, mediante el desarrollo de la lucha armada urbana o rural, combinada con otras formas de lucha, pretendan asaltar el poder estatal y modificar profundamente todas las relaciones econmicas, sociales y polticas derivadas del capitalismo perifrico y dependiente que caracteriza a esta parte del mundo.

Esa confrontacin histrica se simboliz en la Segunda Conferencia de Presidentes Americanos efectuada bajo la conduccin de Lyndon B. Johnson en Punta del Este, Uruguay (abril de 1967), y en la realizacin, en agosto del propio ao, en La Habana, de la primera Conferencia de Solidaridad con los Pueblos de Amrica Latina. Esta haba sido propuesta por el entonces senador Salvador Allende durante la celebracin en la capital cubana, en enero de 1966, de la primera Conferencia Tricontinental. Aunque en los dos eventos se expresaron las diversas contradicciones existentes entre los principales pases del campo socialista (la RPCh y la URSS), as como entre las plurales organizaciones de izquierda (incluidos los partidos comunistas) acerca de la estrategia y la tctica de las luchas populares y revolucionarias en distintos pases del mundo, esa ltima conferencia aprob la fundacin de la Organizacin de Solidaridad con los Pueblos de Asia, frica y Amrica Latina (OSPAAAL), mientras que la primera inspirada en el unitario mensaje del Che a todos los pueblos del mundo73 dio origen a la Organizacin Latinoamericana de Solidaridad (OLAS).

La ltima voluntad del Che: Crear dos, tres, muchos VietnamNo podemos eludir el llamado de la hora. Nos lo ensea Vietnam con su permanente leccin de herosmo, su trgica y cotidiana leccin de lucha y de muerte para lograr la victoria final.

All, los soldados del imperialismo encuentran la incomodidad de quien, acostumbrado al nivel de vida que ostenta la nacin norteamericana, tiene que enfrentarse con la tierra hostil; la inseguridad de quien no puede moverse sin sentir que pisa territorio enemigo; la muerte a los que avanzan ms all de sus reductos fortificados; la hostilidad permanente de toda la poblacin. Todo eso va provocando la repercusin interior en los Estados Unidos; va haciendo surgir un factor atenuado por el imperialismo en pleno vigor, la lucha de clases aun dentro de su propio territorio.

Cmo podramos mirar el futuro de luminoso y cercano, si dos, tres, muchos Vietnam florecieran en la superficie del globo, con su cuota de muerte y sus tragedias inmensas, con su herosmo cotidiano, con sus golpes repetidos al imperialismo, con la obligacin que entraa para ste de dispersar fuerzas, bajo el embate del odio creciente de los pueblos del mundo!

Y si todos furamos capaces de unirnos, para que nuestros golpes fueran ms slidos y certeros, para que la ayuda de todo tipo a los pueblos en lucha fuera an ms efectiva, qu grande sera el futuro y qu cercano!

Ernesto Che Guevara: Mensaje a todos los pueblos del mundo a travs de la Tricontinental, en Obras (1957-1967), ed. cit., t. II, pp. 597-598.

Merece la pena recordar que, durante su efmera existencia, la OLAS trat de articular la solidaridad mutua entre las multiformes luchas democrticas y antimperialistas del rea; en especial, con aquellas organizaciones que desarrollaban las formas ms radicales de lucha. Entre estas se encontraba el recin formado Ejrcito de Liberacin Nacional (ELN) de Bolivia, nombre que adopt, a partir de abril de 1967, el pequeo ejrcito internacionalista que, comandado por el comandante Ernesto Che Guevara, y bajo la consigna de crear dos, tres, muchos Vietnam, pretenda extender, desde Bolivia, la lucha armada revolucionaria hacia diferentes pases del Cono Sur latinoamericano.74 Despus de meses de desigual combate, ese altruista empeo culmin, el 9 de octubre de 1967, con el asesinato a sangre fra del Che y de otros de sus compaeros de lucha. Ese alevoso crimen se cometi siguiendo instrucciones expresas del gobierno estadounidense.75 Previamente, este tambin haba inducido a la dictadura de Barrientos a asesinar a otros integrantes de la guerrilla, as como a ejecutar la brbara y alevosa matanza de la noche de San Juan (23 de junio de 1967), en la que fueron cobardemente asesinados cientos de trabajadores incluidos mujeres y nios de las minas Cativ, Huanuni y Siglo xx. Las direcciones sindicales de estas al igual que los estudiantes y otros sectores sociales del pas haban expresado su solidaridad con el ELN.76

El Asesinato del Che: Mensaje desde WashingtonAproximadamente a las 11 de la noche del 8 de octubre [de 1967], el Presidente boliviano [Ren Barrientos], a travs del Embajador norteamericano [Douglas Henderson] recibi un mensaje desde Washington, donde plantearon que el Che deba ser eliminado. Entre los argumentos que el embajador expuso al Presidente estaban los de que en la lucha comn contra el comunismo y la subversin internacional, era ms importante mostrar al Che totalmente derrotado y muerto en combate, puesto que no era recomendable tener vivo a un prisionero tan peligroso; permitir esto significaba mantenerlo en prisin, con riesgos constantes de que grupos de fanticos y extremistas trataran de liberarlo; luego vendra el juicio correspondiente, la opinin pblica internacional se movera y el gobierno de Bolivia no podra hacerle frente por la situacin convulsa del pas.

El embajador hizo referencia al juicio [contra] Rgis Debray en Camiri [Bolivia] y todas las consecuencias negativas que esto haba trado para los intereses comunes; utiliz frases ofensivas contra el presidente francs Charles de Gaulle, por haber intervenido a favor de Debray. Seal que si lo hubieran eliminado cuando cay prisionero todo el escndalo que provoc su juicio se hubiera evitado. Manifest que dejar con vida al Che era ofrecerle, gratuitamente, una tribuna que ira contra los intereses de Bolivia y de los Estados Unidos. Seal que la muerte del Che significara un duro golpe a la Revolucin Cubana, y especialmente a Fidel Castro.

(...)

Alrededor de las 10 de la maana, en el humilde casero de La Higuera, el agente de la CIA Flix Ramos recibi un mensaje cifrado, en cuyo texto estaba el cdigo establecido para actuar contra la vida del Guerrillero Heroico.

(...)

Aproximadamente a las 11 de la maana regres [el coronel] Zenteno Anaya acompaado del [mayor] Ayoroa