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Lux Iuris Número 1 julio - diciembre 2015 ISNN: En trámite

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Número 1 j u l i o - d i c i embre 201 5I SNN : En t rám i te

Lux iuris

UNAM - Facultad de Derecho / Revista Lux iuris - Año 1 - número 1 - 2016

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Decreto constitucional para la libertad de la américa mexicana.Cumbre de un anhelo libertario

Constitutional decree for the freedom of the mexican america,

culmination of a libertarian aspiration

Grecia Rocha Soriano1

Resumen. El presente ensayo es resultado de una investigación jurídica sobre la trayectoria histórica de la revolución de independencia mexicana, de los acontecimientos y documentos que precedieron a la promulgación de la distinguida constitución denominada “decreto constitucional para la liber-tad de la américa mexicana” (en adelante constitución de apatzingán), el 22 de octubre de 1814, que estuvo vigente a pesar de que nuestra nación no era independiente aún. durante el desarrollo del ensayo se resaltara la trascendencia de la constitución de apatzingán pues en dicho documento se materializa jurídicamente el anhelo libertario de los insurgentes, estableciendo principios tanto en ciencia política, derecho constitucional, así como en derechos fundamentales, mismos que ha-brían de imperar a lo largo de la evolución de los ordenamientos jurídicos posteriores, aun después de la celebración de su bicentenario.El objetivo del presente ensayo es reconocer la importancia de la Constitución de Apatzingán. Para lograrlo, realizaré un análisis sucinto, objetivo y neutral de sus preceptos, desentrañando las carac-terísticas de sus instituciones desde diversos enfoques, como son: político, religioso, sociológico y por supuesto, jurídico, en el cual profundizaré en materia de derechos humanos.

Palabras claves: Constitución de Apatzingán, revolución de independencia mexicana, derechos funda-mentales, derecho constitucional, bicentenario.

Abstract. This essay is product of a legal research about the Mexican Independence War, the events and documents that preceded the promulgation of the emblematic constitution named “Decreto Constitucional Para La Libertad De La América Mexicana” (thereafter Apatzingan´s Constitution), in october 22 of 1814, Constitution that was existing even though our Nation was not independient at all. With this essay I pretend to emphasise the importance of the Apatzingan´s Constitution because this legislation achieve the libertarian aspiration of the insurgents, determining principles in Politichal Science, Constitutional law and Human rights that prevail in the existed legislation even in a bicentennial after its promulgation. The objective is to recognize the importance of the Apatzingan´s Constitution, for its achievment I did a brief, objective and neutral analysis of its cha-racterisitics, based on a political, sociological and legal approach above all on human rights.

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Key words: Apatzingan´s Constitution, Mexican Independence War, human rights, Constitutional law. Bicentennial.

Sumario: Introducción; Capítulo 1. Antecedentes históricos; Capítulo 2. Generalidades sobre el Decreto Constitucional y su relación con la Constitución vigente; 3. Conclusiones.

Introducción

La Constitución de Apatzingán fue redactada por los más ilustres representantes de la revolución de independencia, quienes inspirados en los ideales de la insurrección y con una formación basada en los principios de la ilustración, elevaron a rango constitucional las exigencias jurídicas. Las principales

características de la Constitución de Apatzingán son: el establecimiento de un Estado unitario cuya integra-ción era a base de provincias; la implementación de un sistema asambleísta; la elección de los miembros del Supremo Congreso era indirecta o representativa, esto es, por medio de juntas electorales; la creación de una Nación independiente, soberana y católica; la adopción del principio de soberanía popular; la división de poderes y distribución de facultades; la una corriente ius naturalista en materia de derechos y la implemen-tación de un control del poder mediante métodos de responsabilidades de los servidores públicos.

Antes de desarrollar el capitulado, me permito ante ustedes, distinguidos lectores, introducir este ensayo con la siguiente composición literaria:

Madrugada del 16 de septiembre de 1810, parroquia de Dolores. Una turba enardecida, con las llagas aún abiertas y sin instrucción militar alguna, levanta una polvareda de insurrección marchan-do por la insurgencia, liderados por quien sería recordado como “El Padre de la Patria”. Desfilan con armas improvisadas pero con ideales firmes, conduciéndose decididamente hacia una vereda que desembocaría en dos destinos, el primero y el más seguro, la muerte; o el segundo, un poco probable camino a la libertad.

Conforme los días y noches, meses y años transcurrieron, en las palmas ensangrentadas y amora-tadas de estos valientes, muchos de ellos desconocidos, sabían ya en dónde enfocar tantos años de opresión y mutilación a su conciencia. Estos hombres y mujeres ya no solamente buscaban emanci-parse de ese sufrimiento que parecía eterno, sino que ahora buscaban elevarlo a un siguiente nivel, perpetuarlo al grado de no ser arrebatado, inmortalizar sus sentimientos libertarios con una tinta que significaría la sangre de valientes insubordinados y la sensatez de líderes ilustres, con la única intención de mermar los abusos y la constante humillación hacia quienes no sólo se considerarían como iguales posteriormente, sino quienes tendrían la capacidad de autogobernarse.

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Capítulo I

Antecedentes históricos

Reseña histórica

La Revolución de Independencia se llevó a cabo por el pueblo que estaba oprimido y segregado bajo los calificativos: indios, criollos y mestizos. La organización del pueblo y la sensatez de sus líderes, eliminó fácticamente toda distinción socio-política, pues no tendrían más esa clasificación sino que adoptarían una causa común y lucharían por ella: su libertad, dando el primer paso al considerarse iguales entre sí. La lucha comenzó con reuniones de conspiración en contra de la monarquía española; la primera de estas se situó en Valladolid, con militares, funcionarios, eclesiásticos y el intelectual Fray Vicente de Santa María y Michelena, quien se encargó de difundir los ideales del movimiento después de ser descubierta la conspiración en 1809.

1810 es el año en el que se efectuó otra conspiración, fue en Querétaro. Fraguada en la casa del corregidor2 Miguel Domínguez y su esposa Doña Josefa Ortiz, junto a Miguel Hidalgo, Juan Aldama e Ignacio Allende, la disfrazaban haciéndola pasar como tertulias. Su descubrimiento anticipó el estallido de la guerra de independencia con el conocido Grito de Dolores en la madrugada del 16 de septiembre de 1810. La verdadera causa de Miguel Hidalgo era acabar con la opresión del pueblo, su propósito, defender a la incipiente Nación mexicana luchando por su independencia:

Yo a la cabeza, de más de cuatro mil hombres, y siguiendo su voluntad deseamos ser independientes de España y Gobernarnos por nosotros mismos. La dependencia de la península por de 300 años ha sido la situación más humillante y vergonzosa que hemos vivido y la forma en que los peninsulares han abusado del caudal de los mexicanos con la mayor injusticia (…) Pronto, muy pronto oirá vuestra señoría la voz de muchos pueblos, que responden ansiosamente a la indicación de libertad…3

La Revolución de Independencia

Fue una revolución en el estricto sentido de la palabra. Hubo un levantamiento en armas, rápido, vio-lento y por demás organizado, en aras de transformar el régimen jurídico y las instituciones opreso-ras. El estallido de la revolución de independencia fue iniciado por el prócer Miguel Hidalgo y Costilla el 16 de septiembre de 1810, en la parroquia de Dolores cuando convocó a levantarse en armas en contra de la monarquía española, con el fin de lograr la independencia de la metrópoli, como conocía

2 Autoridad designada por el Rey en la Nueva España, asistían a la orden de sesiones de los Cabildos siempre que presentaran inventario y garantía de sus bienes ante el Consejo de Indias para responder sobre los asuntos de su mandato.

3 Fragmento de la carta de Miguel Hidalgo que recibió el intendente de Guanajuato Juan Antonio Riaño el 28 de Septiembre de 1810, día de la toma de la Alhóndiga de Granaditas.

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a España. La revolución de independencia se propició gracias a una serie de circunstancias: internas, como las condiciones de desigualdad presentadas en la Nueva España, y externas, como los aconte-cimientos provocados por la invasión francesa en España.

Causas de su estallido

El estallido de la revolución de independencia estaba previsto para octubre de 1810; sin embargo, como ya se comentó antes, la causa que precipitó el estallido prematuro de la guerra de indepen-dencia fue el descubrimiento de la conspiración en la casa del corregidor Miguel Domínguez. Los insurgentes no podían esperar hasta octubre, mucho menos posponerlo, pues hacerlo implicaría un peligro latente cuyas consecuencias frustrarían la revolución gestada, por otra parte, era el mo-mento adecuado para aprovechar el debilitamiento de la monarquía española y hacerle frente.

Situación interna en la Nueva España

Efectivamente los Indios y las Castas están en la mayor humillación. El dolor de los indígenas y más que todo, su ignorancia y su miseria, los ponen a una distancia infinita de los blancos. Los privilegios que al parecer conceden las Leyes a los Indios les proporcionan pocos beneficios y casi puede decirse que los daña. Hallándose reducidos al estrecho espacio de 600 varas de radio que una antigua Ley señala a los pueblos indios, puede decirse que aquellos naturales no tienen propiedad individual y están obligados a cultivar los bienes concejiles.4

En la Nueva España, sucedían atropellos en contra de la gran mayoría del pueblo, es decir, en contra de los ignominiosamente calificados como indios, mestizos y castas.5 Los agravios se refle-jaban en privilegios para los peninsulares y en el despojo de bienes al resto de las personas, incluso con la esclavitud y su exclusión en los órganos de gobierno. Para abundar más en las causas inter-nas que provocaron el estallido del movimiento independentista me permito citar, textualmente, al jurista Ernesto de la Torre Villar quien enuncia los siguientes acontecimientos:

a) Dominio tiránico y cruel expresado a través de la esclavitud, la encomienda y el trabajo forzado.

b) Desigualdad social y económica iniciada con el despojo de metales preciosos, tierras y bosques que sufrieron infinitas comunidades y que continuó con la supremacía de un grupo.

c) Torpe política económica que instauró un sistema de enclaustramiento económico que desconsi-deraba los intereses de las colonias.

d) Discriminación en la administración civil y eclesiástica de diversos grupos sociales.6

4 “Informe del obispo de Valladolid de Michoacán al rey”, en Von Humbolt, Alejandro. Ensayo politico sobre el Reino de la Nueva España. Porrúa, México. 1966

5 El doctor Héctor Fix-Zamudio, en su obra Reflexiones sobre el Decreto Constitucional para la Libertad de la América Mexicana, señala que de la población total, dos décimos eran europeos y criollos y ocho déci-mos los integraban indios y castas.

6 Ernesto de la Torre Villar, La Constitución de Apatzingán y los Creadores del Estado Mexicano, México, UNAM, 1978, pp. 19 y 20.

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Acontecimientos en España

España atravesaba por un periodo de resistencia contra Napoleón Bonaparte quien la invadía a nombre del imperio francés. En la Nueva España, el 8 de junio de 1808 el virrey José de Iturrigaray, por medio de Ramón Gutiérrez del Mazo, Jefe Político del Ayuntamiento de la Ciudad de México, recibió una carta de España, donde se narraba el levantamiento en armas del pueblo de Aranjuez en contra de las tropas francesas, acontecido el 17 de marzo de 1808, significaba el inicio de una gran tragedia para España, primero por la caída de Godoy y la abdicación de Carlos IV y después, más alarmante aún, la toma del poder por Fernando VII. Posteriormente Bonaparte llegó a Bayona, donde atrajo consigo a Fernando VII. José Bonaparte, proclamado Rey de España y de las Indias, recibió el trono Español. El pueblo de Madrid, se levantó en armas en contra de los soldados france-ses el 2 de mayo de 1808. El 29 de junio del mismo año una asamblea de diputados encomendados por Napoleón Bonaparte aprobó la Constitución de Bayona, misma que no tuvo vigencia dada su desaprobación y rechazo por gran parte del pueblo Español.

El Colegio de San Nicolás

El Colegio de San Nicolás es pieza fundamental para el estudio de la Constitución de Apatzingán. Es la simiente de la formación de líderes ilustres y de congresistas eminentes quienes realizaron sus estudios en tan destacada institución. En efecto, de ahí egresaron personajes tales como Miguel Hidalgo y Costilla; José María Morelos y Pavón; José Sixto Berdusco; José María Izazaga e Ignacio López Rayón quienes darían vida a una nueva Nación, responsablemente y con una preparación profesional extraordinaria que se vería reflejada en la redacción y contenido de sus cartas y docu-mentos.

El Colegio de San Nicolás se fundó en la ciudad de Pátzcuaro en 1540 por don Vasco de Quiroga, magnánimo humanista y jurista egresado de la Universidad de Valladolid quien asumió la labor de alfabetizar indígenas enseñándoles la lengua española y algunos oficios, así mismo difundió el estudio de la lengua purépecha a los religiosos7; en 1580 el Colegio fue trasladado a Valladolid; en el siglo XVIII se amplió el plan de estudios incorporando asignaturas como Filosofía, Teología Escolás-tica y Moral y en 1797 se incluyeron cátedras de Derecho Civil y Derecho Canónico8. Es indubitable que la instrucción interdisciplinaria que el Colegio impartía a sus internos fue una de las fuentes intelectuales en el desenvolvimiento de la revolución de independencia, reluce con la sola lectura del texto de la Constitución de Apatzingán.

7 Claudio Palma Mancilla, reseña de “El Colegio de San Nicolás en la vida nacional”, de Gerar-do Sánchez Díaz, en Revista de Estudios Históricos, México, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, núm. 53, enero-junio, 2011, pp. 189-197.8 Sitio oficial de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, donde se consultó información sobre el Colegio de San Nicolás, dispible en <http://www.umich.mx/historia.html>.

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Documentos precedentes a la Constitución de Apatzingán.

La Constitución de Apatzingán, constituye una obra magistral para su tiempo por la claridad de sus disposiciones, su avanzada regulación en materia de derechos y su destacado contenido político. Teniendo en cuenta que el siglo XVIII se distingue por el cambio de paradigma en el pensamien-to político, siendo esto la consecuencia de diversas revoluciones y movimientos sociales, resulta inexorable atender al panorama tanto interno como internacional de los documentos relevantes que anteceden a la Constitución de Apatzingán y que de cierta forma ilustraron en su creación. Para tales efectos hago una breve mención de seis de los documentos que tuvieron relevancia, con el único objetivo de invocar las instituciones jurídicas y políticas anteriormente establecidas.

Constitución de los Estados Unidos de Norteamérica, Firmada en Filadelfia en 1787, entró en vigor el 21 de junio de 1788. Consta de veintiséis artículos los cuales establecen, a grandes rasgos, una forma de Estado Federal; la división de poderes en Ejecutivo (Presidente), Legislativo (Congre-so) y Judicial (Corte Suprema); regula la figura de un Vicepresidente y establece un proceso para enmendar la Constitución.

Su reconocido preámbulo comienza con la frase “Nosotros, las personas de Estados Unidos de Norteamérica” refiriéndose al pueblo americano que ratificaba la Constitución para asegurar los beneficios de la libertad, era un grupo excluyente, no consideraba a los esclavos. A diferen-cia de la Constitución de Apatzingán, la Constitución Norteamérica no abolió la esclavitud. Cabe enfatizar que no fue sino hasta el 8 de abril de 1864 que el Senado aprobó la 13ª Enmienda con 36 votos a favor; misma que fue ratificada el 6 de diciembre de 1865, aboliendo con ello la esclavitud9, estableciendo lo siguiente:

AMENDMENT XIII

“Section 1. Neither slavery nor involuntary servitude, except as a punishment for crime hereof the party shall have been duly convicted, shall exist within the United States, or any place subject to their jurisdiction.

Section 2. Congress shall have power to enforce this article by appropriate legislation”.

ENMIENDA XIII

“Sección 1. Ni en los Estados Unidos ni en ningún lugar sujeto a su jurisdicción habrá esclavitud ni trabajo forzado, excepto como castigo de un delito del que el responsable haya quedado debida-mente convicto.

9 The Library of Congress, September 24, 2014 Primary Documents in American History, 13 t.h. Amendment to the U.S Constitution, disponible en <http://www.loc.gov/rr/program/bib/ourdocs/13thamendment.html>.

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Sección 2. El Congreso estará facultado para hacer cumplir este artículo por medio de leyes

apropiadas.”

Declaración Universal de los Derechos del hombre y del Ciudadano del 26 de agosto de 1789, inspi-rada en la declaración de independencia estadounidense de 1776 y en el espíritu filosófico del siglo XVIII, marca el fin del antiguo régimen y el principio de una nueva era, donde se buscaba la supresión de los derechos feudales, resultado de la Revolución Francesa. Está compuesta por 17 artículos, los cuales establecen, primordialmente, el reconocimiento de los derechos naturales de carácter inalienable y sagrados del hombre que son la libertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la opresión; el principio de división de poderes; el principio de supremacía de la felicidad de todos; que la soberanía reside en el pueblo; la presunción de inocencia a favor del acusado; entre otros. Es sin duda alguna, un precedente fundamental del sistema de división de poderes y de los derechos humanos.

Pero al igual que la Constitución Norteamericana, este documento no abolió la esclavitud, lo cual no ocurrió sino hasta febrero de 1848, cuando, caída la Monarquía en julio de ese mismo año e instaurada la República, Víctor Schoelcher siendo el Secretario de Estado presidió la Comisión y redactó un decreto para la abolición de la esclavitud el 27 de abril de 1848, el cual establecía lo

siguiente:

El Gobierno provisorio, considerando que la esclavitud es un atentado contra la dignidad humana, que al destruir el libro arbitrio del hombre, suprime el principio natural del derecho y del deber; Que es una violación flagrante de la devisa republicana Libertad, Igualdad, Fraternidad, decreta:

Artículo 1: La esclavitud será totalmente abolida en todas las colonias y posesiones francesas...

Constitución Política de la Monarquía Española. Conocida como Constitución de Cádiz compues-ta de diez capítulos y 384 artículos, fue promulgada por las Cortes de Cádiz el 18 de marzo de 1812 y estableció, a grandes rasgos: la religión católica como religión oficial; como forma de Gobierno una Monarquía constitucional, moderada y hereditaria; división de poderes; autoridades parroquiales; contribuciones proporcionales y un plan de egresos a cargo del Secretario de Hacienda; instrucción pública y obediencia a la Constitución. Fernando VII derogó esta Constitución el 17 de agosto de 1813.

Elementos Constitucionales que han de fijar nuestra felicidad. Redactado por Ignacio López Rayón, abogado egresado del Colegio de San Ildefonso, lo dio a conocer a Morelos en el año de 1812, siendo este un primer proyecto de Constitución de la nueva Nación, en el cual establecía, entre otros elementos, la creación de un Supremo Congreso Americano, la religión católica como la religión oficial; la división de poderes; la abolición tanto de la esclavitud como de la distinción de castas y lo más controvertido, reconoció a Fernando VII como la persona en quien se depositaría la soberanía, lo cual, es considerado por algunos historiadores como una estrategia para atraer a más

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personas al movimiento independentista pero sobre todo para disimular las intenciones revolucio-narias de la insurgencia.10

Los Sentimientos de la Nación. José María Morelos y Pavón, egresado del Colegio de San Nicolás y del Seminario Tridentino, autonombrado Siervo de la Nación, redactó éste documento el 14 de septiembre de 1813; documento de suma relevancia porque en él declara la abolición de la esclavi-tud y la eliminación de castas; estableció la independencia de la Nación mexicana y los principios rectores del nuevo gobierno. Este documento significa una verdadera proclama de libertad para los mexicanos.

Acta Solemne de la Declaración de la Independencia de la América Septentrional Firmada en el Palacio Nacional de Chilpancingo, el día 6 de noviembre de 1813 por los ilustres: Lic. Andrés Quinta-na Roo, Lic. Ignacio López Rayón, Lic. José Manuel de Herrera, Lic. Carlos María de Bustamante, Dr. José Sixto Berdusco, José María Liceaga y el Lic. Cornelio Ortiz de Zárate como secretario (Congreso de Anáhuac). El documento declara la independencia de América Septentrional del trono español y sería denominada América Mexicana con el Decreto Constitucional de 1814. Declarando como reo de alta traición a quienes atentaran contra la independencia de la Nación; en se buscaba que las Naciones extranjeras le dieran reconocimiento a la independencia de la América septentrional. Es un documento de índole político con tintes religiosos, toda vez que reconoce al Sr. Dios como árbitro moderador de los imperios y establece como única religión oficial y obligatoria la religión católica, prohibiendo además la profesión de cualquiera otra y protegiendo la pureza de la fe y de sus dogmas.

Los documentos aludidos son una inspiración en la creación de la Constitución de Apatzin-gán pero sobre todo, debemos reconocer el hecho de que los sagaces congresistas estuvieron conscientes de las carencias e injusticias que privaban en ese entonces al pueblo de la América Mexicana y ello fue la verdadera fuente de inspiración para la creación de la Constitución de Apatzingán, así fue que asumieron responsablemente el papel tan relevante que la historia les tenía reservado, dando autenticidad y sustento fáctico a cada uno de sus artículos. “Los princi-pios sencillos que se establecen para ilustrar aquellos grandiosos objetos, descifran el sistema de nuestra revolución, demuestran evidentemente la justicia de nuestra causa, alumbran los senderos que han de seguirse para el logro de nuestra independencia, y aclarando los deberes re-cíprocos de los súbditos y de los que mandan, afianzan sólidamente el vínculo de la sociedad”.11

Supremo Congreso Nacional Americano

10 Ignacio López Rayón establece en el artículo 6° de los Elementos Constitucionales, que la soberanía residiría en don Fernando VII, lo cual podría parecer contradictorio a los ideales de independencia, este hecho se utilizó en la estrategia para ocultar sus intenciones insurgentes. Lo anterior también lo sostiene Ernesto Lemoine Villicaña, en su obra “Zitácuaro, Chilpancingo y Apatzingán: tres grandes momentos de la insurgencia mexicana”, Boletín del Archivo General de la Nación, México, Archivo General de la Nación, t. IV, n. 3, 1963, p. 410.11 Extracto de la Elocuente y digna exposición de motivos del Decreto Constitucional, signada por los mismos auto-res del inmortal código, Apatzingán, 23 de octubre de 1814.

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En un primer momento en que se pensó en una convocatoria para un congreso constituyente, con el que se representarían los intereses de todas las villas, ciudades y lugares y con ello dar vida a un gobierno propio, Miguel Hidalgo confirió a Ignacio López Rayón dicha encomienda. Es así como el Ministro de la Nación Ignacio López Rayón, en Zitácuaro, el 21 de agosto de 1811 cele-bró la Suprema Junta Nacional Americana, junto al Teniente General don José María Liceaga y el doctor don José Sixto Berdusco. A pesar de celebrarse en nombre de Fernando VII, no dejó de sostener los ideales independentistas, buscaba mantener su Santa Religión, dictar leyes sua-ves, benéficas y acomodadas a las circunstancias de cada pueblo, sin embargo, tal deseo no se materializó sino hasta que Ignacio López Rayón creó la Suprema Junta Nacional Americana.12

Fundación

Continuaba el propósito de integrar un congreso constituyente, compuesto de hombres electos cau-dalosamente, no al azar, sino por cualidades intelectuales específicas que dicha encomienda deman-daba, fue entonces que en valeroso intento por dotar a la incipiente Nación Mexicana de un instrumento legal que reconociera y contemplara los derechos fundamentales de los individuos y la propia organi-zación estructural del Estado, el prócer de la independencia, Don José María Morelos y Pavón convo-có, el 28 de junio de 1813, a la instalación de un órgano representativo en Chilpancingo que se encarga-ría de elaborar una Constitución, dónde se le dio el nombre de Primer Congreso de Anáhuac, siendo autoridad civil y militar de la insurgencia se estableció en Chilpancingo el 14 de septiembre de 1813.

Integración

El Generalísimo José María Morelos y Pavón, persistió en la creación de un Congreso Constituyente porque sería una pieza clave para el avance y prestigio de la revolución de independencia, implicaría la institucionalización del movimiento y, desde luego, serviría para la creación de una Constitución, la cual sería discutida por hombres prudentes, eminentes y sabios. Dichos hombres que integrarían el Congreso, tenían tratamiento de Majestad, eran José María Liceaga, por Guanajuato; José Sixto Berdusco, por Michoacán; José María Morelos y Pavón, por el entonces llamado Nuevo Reino de León; José Manuel de Herrera, por Tecpan, actualmente estado de Guerrero, llamado así en honor al destacado militar independentista; José María Cos, por Zacatecas; José Sotero de Castañeda, por Durango; Cornelio Ortiz de Zárate, por Tlaxcala; Manuel de Aldrete y Soria, por Querétaro; Antonio Moctezuma, por Coahuila; José María Ponce de León, por Sonora y Francisco Argandar, por (San Luis) Potosí.

Los suplentes: por México, licenciado don Carlos María Bustamante; por Puebla, licenciado don Andrés Quintana Roo; por Veracruz, señor don José Ma. Cos.

Los Secretarios: el Licenciado don Cornelio Zárate y el Señor don Carlos Enríquez del Castillo.

12 Bando Estableciendo la Primera Junta Nacional en Zitácuaro. (21 de agosto de 1811).

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El primer secretario, licenciado don Juan Nepomuceno Rosains; el segundo secretario el Licen-ciado don José Sotero Castañeda.

El Teniente general con mando en las provincias de Tecpan, Oaxaca, Veracruz, Puebla, Tlaxcala y México, el señor licenciado don Mariano Matamoros.

El Teniente general con mando en las provincias de Valladolid, Guanajuato, San Luis Potosí, Za-catecas y Guadalajara, el señor don Manuel Muñiz.

Los Capitanes generales retirados con sólo honores de tales, los señores don Ignacio Rayón, doctor don Sixto Verduzco y don José María Liceaga.

Había también un Poder Judiciario, integrado por quince licenciados, en representación de las provincias.13

El objetivo del Congreso serían: por una parte, terminar con los males de guerra, es decir, el desprestigio que el tirano Venegas hizo a la revolución y por otra parte que las Naciones extranjeras reconocieran la independencia. El 26 de mayo de 1813, el Licenciado Carlos María Bustamante le sugirió a Morelos instalar el Congreso en el Ayuntamiento de Oaxaca, en efecto, le envió una carta en la que le expuso lo importante que sería contar con un gran número de individuos; seguridad de no ser sorprendidos y estar cerca de la costa para mantener relaciones comerciales y de intercam-bio de armamento con Europa, por ello fue que propuso la provincia de Oaxaca para establecer al Congreso; sin embargo, el lugar donde se estableció por primera vez fue en Chilpancingo, ahora Es-tado de Guerrero. “Uno de los primeros actos políticos de Morelos fue la creación de la Provincia de Tecpan (Decreto del 18 de abril de 1811). Al efectuarse el Congreso de Chilpancingo, en septiembre de 1813, se habían agregado a esta provincia las ciudades siguientes: Ometepec, Jamiltepec, Juxt-lahuaca y Tlapa. En marzo de 1814 el Congreso insurgente nombró a don Ignacio Ayala intendente de la Provincia de Tecpan y a don Ignacio Rayón, comandante general de la misma”.14

Trayectoria

El Supremo Congreso no tuvo residencia fija; quedarse estáticos en Chilpancingo representaba un peligro latente, debido a su persecución por las tropas realistas del comandante Gabriel Armijo y por la captura de Mariano Matamoros, así fue que recorrieron diversas provincias. Partieron de Chilpancingo y arribaron a Tlacotepec el 29 de enero de 1814. Fijaron su asentamiento Apatzingán habiendo pasado por Tetela, Ajuchitln, Huetamo, Ario, Uruapan y Tiripitío.

13 Circular en la que señala a Chilpancingo para la reunión del Congreso de septiembre y elección del Generalísi-mo, Mayo de 1813.14 Véase: <http://guerrero.gob.mx/municipios/costa-grande/tecpan-de-galeana/>.

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CAPÍTULO II

GENERALIDADES SOBRE EL DECRETO CONSTITUCIONAL Y SU RELACIÓN CON LA CONSTITUCIÓN VIGENTE

Desde un punto de vista estrictamente jurídico, se puede aseverar que el documento en estudio sí es una Constitución pues a pesar de su efímera vigencia y con ello escasa aplicación práctica, es una norma positiva, producto de un proceso de discusión y aprobación legislativa por un poder constituyente establecido formalmente para esos fines, un poder constituyente cuya legitimidad se le atribuye a sus ideales independentistas, representantes de las aspiraciones e intereses de un pueblo que depositó en ellos su confianza para instaurar un nuevo régimen jurídico adecuado a sus exigencias. Así fue que de la actividad legislativa del Supremo Congreso resultó la sanción de una ley fundamental que dio origen al primer modelo de Estado de Derecho en México. En efecto, la Constitución estableció un catálogo de derechos de ciudadanos, un sistema de responsabilidades políticas de los servidores públicos; la renovación periódica de los gobernantes, el principio de divi-sión de poderes y distribución de competencias.

La ley fundamental referida fue promulgada el 22 de octubre del año 1814, es decir, al quinto año del inicio de la lucha por la Independencia de México; constituyó un primer indicio de la vocación democrática y casi liberal de conciliar en una Ley Fundamental, los derechos de los ciudadanos; la estructura política del Estado y la presencia institucional de la religión católica, apostólica y ro-mana. En el presente capítulo expondré brevemente la estructura de la Constitución de Apatzin-gán, de manera sistemática describiré el contenido de sus preceptos y a la par comentaré aquellas instituciones jurídicas cuya esencia perpetuó en la realidad jurídica de nuestros tiempos.

Parte dogmática

En la parte dogmática establece una especie de catálogo de derechos reconocidos a los ciudadanos. Respeta también los derechos de los extranjeros; es así que atribuye un carácter universal15 a los dere-chos, es decir, no los restringe y mucho menos establece exclusiones. Podemos apreciar que la Cons-titución de Apatzingán adopta una postura ius naturalista, en razón que reconoce, entre otros, que los derechos de: igualdad, seguridad, propiedad y libertad son intrínsecos de los ciudadanos, incluso obliga a las instituciones de los Gobiernos y a las asociaciones políticas a respetar dichos derechos.16

El artículo 165 de la Constitución de Apatzingán merece una mención relevante porque confiere al Supremo Gobierno la obligación de proteger los derechos de libertad, propiedad, igualdad y se-15 La Real Academia Española se refiere a la palabra universal con las siguientes acepciones:(Del lat. universālis, y este formado de καθολικός katholikós(…) 2. adj. Que comprende o es común a todos en su especie, sin excepción de ninguno.- adj. Que lo comprende todo en la especie de que se habla.- adj. Que pertenece o se extiende a todo el mundo, a todos los países, a todos los tiempos.16 Artículo 24.

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guridad de los hombres, es un primer intento de la protección que el Estado está obligado a dar a las personas respecto de sus derechos, el cual fue alcanzado en el párrafo tercero del artículo 1° de la Constitución vigente, con la reforma de 2011, es decir, la obligación de todas las autoridades, en el ámbito de sus respectivas competencias de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos.

Catálogo de Derechos

La Constitución de Apatzingán reconoce una serie de derechos a todos los individuos de la socie-dad, tanto a los ciudadanos, como a los extranjeros, y aún a los transeúntes17. Los derechos que reconoció perduraron hasta la Constitución vigente, muchos de ellos regulados como derechos fun-damentales. Los derechos que contenía la Constitución de Apatzingán y sus respectivos preceptos, así como su relación con la Constitución vigente se enuncian a continuación:

Tabla 1. Comparativo de las Constituciones (Apatzingán/ Vigente)

Derecho Constitución de Apatzingán Constitución vigente

Derecho al sufragio

Artículo 6. El derecho de sufra-gio para la elección de diputa-dos pertenece, sin distinción de clases ni países, a todos los ciu-dadanos en quienes concurran los requisitos que prevenga la

ley

Artículo 35. Son derechos del ciudadano:

I. Votar en las elecciones populares.

Derecho a alterar la forma de gobierno

Artículo 4. Como el gobierno no se instituye por honra o interés particular de ninguna familia, de ningún hombre ni clase de hombres, sino para la protec-ción y seguridad general de todos los ciudadanos, unidos voluntariamente en sociedad, esta tiene derecho incontesta-ble a establecer el gobierno que más le convenga, alterarlo, mo-dificarlo y abolirlo totalmente cuando su felicidad lo requiera.

Artículo 39. La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pue-blo tiene en todo tiempo el inalienable de-recho de alterar o modificar la forma de su

gobierno.

17 transeúnte. (Del lat. transĭens, -seuntis, part. act. de transīre).1. adj. Que transita o pasa por un lugar. U. t. c. s.2. adj. Que está de paso, que no reside sino transitoriamente en un sitio.

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Derecho Constitución de Apatzingán Constitución vigente

Derecho a la revolución

Artículo 9. Ninguna Nación tie-ne derecho para impedir a otra el uso libre de su soberanía. El título de conquista no puede le-gitimar los actos de la fuerza: el pueblo que lo intente debe ser obligado por las armas a respe-tar el derecho convencional de

las naciones.

No aplica.

Derecho de los extranjeros a ad-quirir la ciudadanía por naturaliza-

ción.

Artículo 14. Los extranjeros radicados en este suelo que profesaren la religión católi-ca, apostólica, romana, y no se opongan a la libertad de la nación, se reputarán también ciudadanos de ella, en virtud de carta de naturaleza que se les otorgará, y gozarán de los be-

neficios de la ley.

Artículo 30. La nacionalidad mexicana se adquiere por nacimiento o por naturaliza-

ción (…)

B) Son mexicanos por naturalización:

I. Los extranjeros que obtengan de la Se-cretaría de Relaciones carta de naturaliza-

ción.

Derecho de los transeúntes Artículo 17. Los transeúntes serán protegidos por la socie-dad; pero sin tener parte en la institución de sus leyes. Sus personas y propiedades goza-rán de la misma seguridad que los demás ciudadanos, con tal que reconozcan la soberanía e independencia de la nación, y respeten la religión católica,

apostólica, romana.

Artículo 27. Sólo los mexicanos por naci-miento o por naturalización y las socie-dades mexicanas tienen derecho para adquirir el dominio de las tierras, aguas y sus accesiones o para obtener concesio-nes de explotación de minas o aguas. El Estado podrá conceder el mismo derecho a los extranjeros, siempre que convengan ante la Secretaría de Relaciones en consi-derarse como nacionales respecto de di-chos bienes y en no invocar por lo mismo

la protección de sus

gobiernos

Igualdad ante la ley Artículo 19. La ley debe ser igual para todos, pues su objeto no es otro que arreglar el modo con que los ciudadanos deben conducirse en las ocasiones en que la razón exija que se guíen

por esta regla común

Artículo 4o. El varón y la mujer son iguales ante la ley. Esta protegerá la organización

y el desarrollo de la familia.

Con relación a los artículos 14 y 16.

Tabla 1. Continúa

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Derecho Constitución de Apatzingán Constitución vigente

Derecho a la felicidad (protección a sus derechos).

Artículo 24. La felicidad del pueblo y de cada uno de los ciu-dadanos, consiste en el goce de la igualdad, seguridad, propie-dad y libertad. La íntegra con-servación de estos derechos es el objeto de la institución de los gobiernos y el único fin de las

asociaciones políticas.

Artículo 1°, párrafo tercero.

Todas las autoridades, en el ámbito de sus competencias, tienen la obligación de promover, respetar, proteger y garantizar

los derechos humanos (…).

Seguridad Jurídica Artículo 27. La seguridad de los ciudadanos consiste en la garantía social: esta no puede existir sin que fije la ley los lími-tes de los poderes y la respon-sabilidad de los funcionarios

públicos.

Artículo 21, párrafo noveno.

La seguridad pública es una función a car-go de la Federación, el Distrito Federal, los

Estados y los Municipios.

Derecho a la presunción de ino-cencia

Artículo 30. Todo ciudadano se reputa inocente, mientras no se

declare culpado.

Artículo 20, apartado B. De los derechos de toda persona imputada:

I. A que se presuma su inocencia mientras

Derecho de audiencia

Artículo 31. Ninguno debe ser juzgado ni sentenciado, sino después de haber sido oído le-

galmente

Artículo 14, párrafo segundo.

Nadie podrá ser privado de la libertad o de sus propiedades, posesiones o derechos, sino mediante juicio seguido ante los tri-bunales previamente establecidos, en el que se cumplan las formalidades esencia-les del procedimiento y conforme a las Le-yes expedidas con anterioridad al hecho.

Inviolabilidad del domicilio Artículo 32. La casa de cual-quier ciudadano es un asilo in-violable: solo se podrá entrar en ella cuando un incendio, una inundación, o la reclamación de la misma casa haga necesario este acto. Para los objetos de procedimiento criminal debe-rán preceder los requisitos pre-

venidos por la ley.

Artículo 16, último párrafo. En tiempo de paz ningún miembro del Ejército podrá alojarse en casa particular contra la vo-luntad del dueño, ni imponer prestación

alguna.

Tabla 1. Continúa

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Derecho Constitución de Apatzingán Constitución vigente

Seguridad jurídica Artículo 33. Las ejecuciones ci-viles y visitas domiciliarias solo deberán hacerse durante el día, y con respecto a la persona y objeto indicado en el acta que mande la visita y la ejecución.

Artículo 16, párrafo octavo. En toda orden de cateo, que sólo la autoridad judicial podrá expedir, a solicitud del Ministerio Público, se expresará el lugar que ha de inspeccionarse, la persona o personas que hayan de aprehenderse y los obje-tos que se buscan, a lo que únicamente debe limitarse la diligencia, levantándo-se al concluirla, un acta circunstanciada, en presencia de dos testigos propuestos por el ocupante del lugar cateado o en su ausencia o negativa, por la autoridad que

practique la diligencia.

Derecho a la propiedad Artículos 34. Todos los indivi-duos de la sociedad tienen de-recho a adquirir propiedades y disponer de ellas a su arbitrio con tal que no contravengan a

la ley.

Artículo 27, párrafo décimo. La capacidad para adquirir el dominio de las tierras y aguas de la Nación, se regirá por las si-

guientes prescripciones (…)

Derecho a

Indemnización por causa de expro-piación.

Artículo 35. Ninguno debe ser privado de la menor porción de las que posea, sino cuando lo exija la pública necesidad; pero en este caso tiene derecho a la

justa compensación.

Artículo 27, párrafo segundo. Las expro-piaciones sólo podrán hacerse por causa de utilidad pública y mediante indemni-

zación.

Derecho de petición. Artículo 37. A ningún ciudada-no debe coartarse la libertad de reclamar sus derechos ante los funcionarios de la autoridad

pública.

Artículo 8o. Los funcionarios y emplea-dos públicos respetarán el ejercicio del derecho de petición, siempre que ésta se formule por escrito, de manera pacífica y respetuosa; pero en materia política sólo podrán hacer uso de ese derecho los ciu-

dadanos de la República.

Libertad de ocupación Artículo 38. Ningún género de cultura, industria o comercio puede ser prohibido a los ciuda-danos, excepto los que forman

la subsistencia pública

Artículo 5o. A ninguna persona podrá im-pedirse que se dedique a la profesión, in-dustria, comercio o trabajo que le acomo-

de, siendo lícitos.

Derecho a la educación Artículo 39. La instrucción, como necesaria a todos los ciudadanos, debe ser favoreci-da por la sociedad con todo su

poder.

Artículo 3o. Todo individuo tiene derecho a recibir educación (…)

Tabla 1. Continúa

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Derecho Constitución de Apatzingán Constitución vigente

Libertad de expresión Artículo 40. En consecuencia, la libertad de hablar, de discurrir y de manifestar sus opiniones por medio de la imprenta, no debe prohibirse a ningún ciudadano, a menos que en sus produccio-nes ataque el dogma, turbe la tranquilidad pública u ofenda el

honor de los ciudadanos.

Artículo 6o. La manifestación de las ideas no será objeto de ninguna inquisición ju-dicial o administrativa, sino en el caso de que ataque a la moral, la vida privada o los derechos de terceros, provoque algún delito, o perturbe el orden público; el de-recho de réplica será ejercido en los térmi-

nos dispuestos por la ley

Libertad de imprenta Artículo 40. En consecuencia, la libertad de hablar, de discurrir y de manifestar sus opiniones por medio de la imprenta, no debe prohibirse a ningún ciudadano, á menos que en sus produccio-nes ataque el dogma, turbe la tranquilidad pública u ofenda el

honor de los ciudadanos.

Artículo 7o. Es inviolable la libertad de di-fundir opiniones, información e ideas, a

través de cualquier medio

Parte orgánica

La estructura política de la América Mexicana sería la de un Estado libre, soberano, independiente y católico; con una forma de gobierno unitario y un sistema asambleísta. La Constitución contenía disposiciones jurídicas, algunas de ellas reconocia a la Iglesia católica como institución estatal.

Soberanía

La Constitución de Apatzingán es el resultado de la capacidad de organización y convocatoria que tuvo José María Morelos y Pavón para poder integrar a los insurgentes en un congreso constituyen-te. En esencia, se quería devolver al pueblo mexicano su capacidad de decisión en el ámbito político y jurídico la cual fue reconocida en esta Constitución al establecer que la soberanía emanaba del pueblo, todas las instituciones que reguló se fundarían en la soberanía popular. La soberanía es un elemento indispensable para el sostenimiento de cualquier Estado.

De acuerdo a la Constitución de Apatzingán, la soberanía es la facultad de dictar leyes y de establecer la forma de gobierno que más convenga a los intereses de la sociedad (Artículo 2); su naturaleza le dota el carácter de imprescriptible, inalienable e indivisible (Artículo 3); el gobierno se instituiría para la protección y seguridad general de todos los ciudadanos, unidos voluntariamente en sociedad y por tanto los ciudadanos tendrían el derecho incontestable a establecer el gobierno que más les conviniera, modificarlo y abolirlo totalmente cuando su felicidad lo requiriera” (Artículo 4).

Tabla 1. Continúa

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El logro más icónico de la revolución de independencia, plasmado en esta Constitución, es la exigencia del respeto a la soberanía por otras Naciones, su regulación en el ámbito del Derecho In-ternacional, estaba pensada para evitar a toda costa la intervención de otros Estados. Al respecto, estableció lo siguiente: “Artículo 9. Ninguna nación tiene derecho para impedir a otra el uso libre de su soberanía. El título de conquista no puede legitimar los actos de la fuerza: el pueblo que lo intente debe ser obligado por las armas a respetar el derecho convencional de las naciones”.

Esta disposición fija una idea fundamental en el pensamiento político mexicano. Nace de los anhelos de independencia y libertad que inspiraron la Constitución y se proyecta en una tradición invariable del pueblo mexicano de respeto entre las naciones y condena a la intervención de una en los asuntos de otra. Es original, trascendente y no tiene paralelo: es única en los textos constitucionales de la época.

División de poderes

El principio de división de poderes estaba inmerso en toda la Constitución, se delimitaron puntual-mente las facultades que corresponderían a cada órgano del las Supremas Autoridades, las cuales serían: Supremo Congreso, Supremo Gobierno y Supremo Tribunal de Justicia.

Poder Legislativo

El poder legislativo recaía en el Supremo Congreso compuesto por diputados cuyas facultades eran las más importantes pues tomaría las decisiones que dirigirían a la Nación y designaba a los funciona-rios de los demás órganos, pero, sobre todo, en él recaía la representación nacional, como ya se dijo, era un sistema asambleísta. A diferencia de nuestro sistema jurídico vigente, donde en el Senado de la República se deposita la representación de las Entidades Federativas; el Decreto Constitucional estableció que las provincias serían representadas por diputados, elegidos por cada una de éstas.

Poder Ejecutivo (tricéfalo)

El Poder Ejecutivo no se depositaba en un sólo individuo como acontece en la actualidad, sino que el Supremo Gobierno, encargado primordialmente de las relaciones exteriores y de asuntos de guerra, se compondría por tres personas, pero la administración y ejercicio de facultades ejecutivas se depositaría en un solo individuo, conocido como Excelencia y que ejercería su encargo durante cuatro meses que al concluir se habría de rotar el poder.18

Es importante precisar que el Supremo Gobierno no actuaba de manera colegiada a pesar de estar depositado en tres individuos, ya que sólo uno de ellos ejercería el poder conferido por la Constitución y, al terminar su mandato, el cual duraría cuatro meses, habría de rotarse el poder a uno de los otros dos individuos. Asimismo se estableció un sistema de sustitución del presidente ante dos supuestos: el primero, ante la falta del presidente en turno con lo que procedería la asunción

18 Véanse los artículos 132 y 142.

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del cargo por el subsecuente y, el otro supuesto era ante la falta de los tres individuos, lo cual sería resuelto por el Supremo Congreso19, tal facultad de nombramiento por parte del Poder Legislativo constituye un elemento más de la supremacía del poder legislativo en un sistema asambleísta.

El gabinete del Supremo Gobierno se conformaría de un Secretario de Guerra, otro de Hacienda y uno de Gobierno, quienes resultarían responsables de sus actos de autoridad20 lo cual refuerza la idea del sistema asambleísta, toda vez que el gabinete del Ejecutivo es susceptible de tener respon-sabilidades políticas.

Poder Judicial

El poder judicial recaía en el Supremo Tribunal de Justicia, órgano jurisdiccional que actuaría de ma-nera colegiada por medio de cinco individuos; uno de ellos presidiría dicho órgano, rotando el cargo cada tres meses. El Supremo Congreso designaba a los cinco sujetos. Por otra parte, se integraba de dos fiscales y secretarios, no se permitiría la reelección inmediata. Es importante señalar que la Cons-titución de Apatzingán prohibía que los funcionarios que hayan permanecido a un Poder ocuparan cargos de otro Poder. Asimismo, prohibía el nepotismo, es decir, la preferencia que tienen funciona-rios públicos para dar empleos a familiares o amigos, sin importar el mérito para ocupar el cargo.

Los asuntos que conocía el Supremo Tribunal de Justicia eran: recursos de fuerza de los tribuna-les eclesiásticos; fallar o confirmar las sentencias de deposición de los empleados públicos a dicho tribunal; conocer casos criminales y civiles en primera, segunda y tercera instancia.

También estableció Juzgados Inferiores cuyos jueces tendrían las mismas atribuciones que los subdelegados del antiguo gobierno.

Forma de gobierno unitario

La Constitución de Apatzingán pretendía dio nacimiento jurídico a una Nación soberana, indepen-diente y católica conocida como América Mexicana, integrada por 17 provincias21, las cuales ten-drían un único centro de impulsión política y gubernamental, con tintes centralistas se establece una forma de gobierno unitario, es decir, el Supremo Gobierno; representadas por un Supremo Congreso y se someterían a la jurisdicción de un Supremo Tribunal de Justicia, los dos últimos ha-brían de residir en el mismo lugar. Precisamente, los ciudadanos de las 17 provincias de la América Mexicana serían gobernados por tres corporaciones denominadas Supremas Autoridades22.

Sistema asambleísta

19 Véase el Artículo 142.20 Véase el Artículo 145.21 Véase el Artículo 42. 22 Véase el Capítulo II de la Forma de Gobierno.

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La Constitución establecía un sistema asambleísta, se puede percibir con la sola lectura de sus atribuciones, sobre todo que las opiniones de los diputados eran inviolables y no les acarrearían responsabilidades de ninguna índole. El Supremo Congreso sería la fuerza constitucional más im-portante del Estado pues tenía injerencia en las fuerzas militares, políticas y sociales; en efecto, estaría encargado de la designación de los integrantes del Supremo Gobierno y del Supremo Tribu-nal de Justicia; tenía funciones legislativas, incluso de interpretación de las leyes; facultades sobre las fuerzas militares; facultad de establecer tributos; tenía facultades fiscalizadoras de la cuenta pública; tenía facultades de disolución y creación de nuevos tribunales; expedir cartas de naturale-za a los extranjeros; entre otras. En síntesis, en el Supremo Congreso recaían las atribuciones más importantes para la conducción del Estado.

El sistema político ha ido evolucionando desde 1814 hasta la fecha, como ya se analizó, en un pri-mer momento fue asambleísta y con la Constitución vigente se establece un sistema presidencial, en razón que atribuye al Ejecutivo facultades de suma relevancia, facultades discrecionales y algunas materialmente legislativas y judiciales. Es comprensible que las instituciones evolucionen a la par de las exigencias sociales propias de cada época, no obstante, también es cuestionable. Considero que un sistema presidencial no debe exceder los límites del principio de división de poderes, el presidente es el Jefe de Estado y Jefe de Gobierno pero no debe tener facultades que le corresponden a algún otro de los poderes. “El presidente debe ejercer plenamente los poderes que le otorga la ley fundamental, pero ningún otro; su actuación debe estar subordinada a la carta magna, debe existir un equilibrio entre los dos poderes políticos, y el judicial debe actuar realmente con independencia”.23

Representación Nacional

El sistema político, entendido como el conjunto de instituciones, fuerzas estructurales, relaciones, grupos y procesos, por las cuales y a través de las cuales se genera, se distribuye, se usa y se mo-difica el poder político en una sociedad y en una fase histórica determinada24. La Constitución de Apatzingán, establecía desde el punto de vista funcional como espacial una forma de poder estatal unitaria, el poder estaba concentrado en las Autoridades Supremas.

El Decreto Constitucional daría vida a un sistema de representación legítimo, adoptando un principio fundamental en materia socio-política el cual reconoce al pueblo como fuente de la sobe-ranía, más aún cuando la Nación se habría de formar como resultado de la incesante lucha de los insurgentes, el nuevo pueblo.

De la lectura del artículo 2 al 12 se puede advertir la postura ideológica del Supremo Congreso Mexicano respecto a la soberanía, se entendía esta como la facultad de dictar leyes y de establecer la forma de Gobierno, facultad que correspondería a los ciudadanos unidos voluntariamente, es decir, el pueblo. Es de reconocerse que la Constitución de Apatzingán consagró por primera vez

23 Jorge Carpizo, El Presidencialismo Mexicano, México, Siglo XXI, 1978, p. 10. 24 Diccionario Jurídico Mexicano, Instituto de Investigaciones Jurídicas, página 141.

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en nuestra Nación un principio que habría de evolucionar como la supremacía del interés público, ciertamente, el propósito de los actos de soberanía era la felicidad común.

El reconocido jurista, sociólogo y escritor español Adolfo Posada, se refirió a la representación que un Estado efectúa como un hecho natural en razón que el modo de actuar del Estado depende de las condiciones históricas y especiales del mismo, sin embargo, el mismo autor enfatiza que una vez establecida la forma representativa, ésta adquiere caracteres meramente jurídicos, por ende será necesaria y efectuada por funcionarios específicos, mediante la organización política adecuada.25

Facultades de Control a cargo del Tribunal de Residencia

Otra característica de un Sistema Asambleísta es que los funcionarios públicos deben rendir cuen-tas de su actuación y en su caso, asumir responsabilidades políticas ante un órgano de fiscalización en los llamados juicios de residencia.26 En el caso que nos ocupa, existía un órgano de control para los funcionarios públicos de los tres Poderes estatales, se le denominaba Tribunal de Residencia.

El Tribunal de Residencia no era un órgano permanente sino que sería instalado cuando existie-ran acusaciones que debiera atender; se conformaría de siete individuos27 el Supremo Congreso los designaba por sorteo. Sus facultades serían sumamente importantes para el funcionamiento del Estado y la protección de la soberanía y representación nacional. En efecto, conocería de los juicios de residencia respecto de las acusaciones hechas a los funcionarios públicos y a los individuos de las supremas corporaciones.

Elección indirecta

En cuanto a la elección de los diputados, la Constitución de Apatzingán adoptó un sistema repre-sentativo o indirecto. El Supremo Congreso se integraría por diputados electos, uno por cada pro-vincia, para lo cual, se establecerían las Juntas Electorales (de Parroquia, de Partido y de Provincia).

Análisis desde diversos enfoques

Político

En lugar de seguir creyendo que la organización política debía descansar en una clase pri-vilegiada, conformada por un pequeño número de familias, que habían sido selecciona-das por derecho divino para gobernar (principio aristocrático-monárquico) y cuyo poder se transmitía por generaciones (principio hereditario), las nuevas sociedades, impacta-das por los movimientos revolucionarios, empezaron a creer en los derechos que tenían

25 Adolfo Posada, Tratado de Derecho Político, Tomo I, Madrid, Comares, 1923. p. 493.26 Véanse los Artículos 149, 150, 194, 224, 226 y 227. 27 Se supone que eran siete para evitar empates en las decisiones.

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para participar en los propios procesos políticos que los afectaban.28

No debemos pasar inadvertido que nuestro país no era sino un territorio conquistado por espa-ñoles, razón por la cual se consideraba una provincia. La palabra provincia debe su significado a las etimologías latinas pro, a favor de y vincere verbo vencer, que podemos entender como “a favor del vencedor”, para reafirmar la idea, me permito citar textualmente al jurista Juan Iglesias Santos: “Por vía de conquistas –y a lo largo de un curso que va desde el comienzo de la primera guerra púnica (264 a. de C.) hasta la destrucción de Cartago y la toma de Corinto (146 a. de C.)– Roma se hace dueña y señora de la cuenca mediterránea. Con Sicilia y Cerdeña inaugura Roma el sistema provincial, que abarcará un territorio de colosales dimensiones y en el que la pauta de la organiza-ción política toma en cuenta, por lo general, el régimen otorgado a las ciudades itálicas”.29

El pueblo buscaba la creación de un Estado con identidad propia. Nuestro país no sería más una provincia de España sino un Estado libre, soberano e independiente. El nombre de México, capital del virreinato y provincia según la Constitución de Cádiz, se extendería como denominación del nuevo Estado, la América y calificándose como Mexicana.

Así fue que la Constitución de Apatzingán contenía una estructura política del Estado, es decir, una división de poderes, la proclamación de su soberanía, la distribución de competencias, sistema representativo para la designación de diputados, su integración por provincias e instituciones polí-ticas como los Tribunales de residencia.

Religioso

Se reconocería a la religión católica, apostólica y romana como la religión oficial y obligatoria para los ciudadanos de la América Mexicana. Para adquirir la nacionalidad mexicana por naturalización, los extranjeros debían renunciar a su religión original y aceptar, profesar y reconocer a la religión católica. Tan sería así que se tipificarían como crímenes que harían perder la calidad de ciudadano, la herejía y la apostasía. Mientras que a los transeúntes, para gozar de sus derechos, debían respetarla.

No debemos perder de vista que la Iglesia Católica era una institución legítima y aceptada, ade-más había cobrado un fuerte arraigo gracias al fenómeno del sincretismo logrado por las autorida-des eclesiásticas, consecuentemente, tendría presencia en la toma de decisiones estatales. En la propia Constitución se reconocía la participación de la Iglesia en las Juntas Electorales de Parroquia, que se establecerían para poder llegar a la designación de diputados que integrarían el Supremo Congreso; la bendición de los actos públicos y la celebración de misas solemnes, así como la misa del Espíritu Santo y la de Acción de Gracias y el Te Deum30.

28 Hugo Alejandro Concha Cantú, “La Legitimidad Constitucional”, en Revista de la Facultad de Derecho de México, México, Tomo XLV, núm. 203-204, septiembre-diciembre de 1995, p. 29. 29 Iglesias Santos, Juan, Derecho Romano, instituciones de derecho privado, sexta edición, Ediciones Ariel, España 1972, p. 26.30 “A ti, Dios”, primeras palabras del cántico de acción de gracias.

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El autor Jaime del Arenal Fenochio, considera a las raíces ideológicas racionalistas y mítico-reli-giosas y a los principios jurídicos propios de un Estado de Derecho como elementos propicios para echar a andar al Estado mexicano en la formación de una nueva nacionalidad.31 El mismo autor expone que el catolicismo popular aportaría el elemento más significativo de la independencia de México pues, el culto a la virgen de Guadalupe (el dogma refiere que fue vista por Juan Diego en el cerro del Tepeyac en diciembre de 1531) fue patrimonio ancestral de los criollos, indios y castas, au-nado al culto inculcado por Hidalgo, quien habría tomado la imagen de la Virgen de Guadalupe en el santuario de Atotonilco como estandarte, proclamando como insignia de su causa: “virgencita india y mejicana”, de acuerdo al historiador Ernesto Lemoine, la Virgen de Guadalupe y la proclama “Que viva Fernando VII” Hidalgo buscó y logró, por medio de un símbolo religioso y nacional, el consenso de los pueblos, fanáticos de su catolicismo y de su rey.32

Sociológico

La estratificación de los individuos en la Nueva España, era a través del sistema de castas, que se caracterizaba por su clasificación según su origen, ascendencia, linaje o condición social. A través de este sistema se legitimaba el empleo de la fuerza física y la explotación de las castas débiles, hacia las cuales existía una notoria discriminación. También servía para la asignación de labores o trabajos, pues, por ejemplo, a los esclavos se les imponía la carga de aquellas más extenuantes.

La abolición de la esclavitud y la supresión del sistema de castas fueron los paradigmas enarbo-lados por Hidalgo33 y Morelos34, pero fue con el Decreto de 22 de octubre de 1814 que dichos princi-pios se elevaron a rango constitucional, inquietudes que fueron consagradas en la Constitución de Apatzingán.

La Patria es el escenario de nuestras ilusiones y de nuestras luchas, de nuestras victorias y de nuestras derrotas, es en síntesis el “aura” que tonifica nuestro espíritu. El Concep-to de Patria no es como se atreven a gritarlo los serviles y los patrioteros “un sueño de cándidos”, es algo muy real; es una comunidad de muy tangibles y positivos intereses humanos y al mismo tiempo una vinculación ideal de tradiciones; es el relicario magnífico de nuestros afectos, el policromo paisaje que retiene con ternura nuestra mirada; es la piedra ennegrecida de nuestro hogar; la cuna de nuestros hijos y la tumba de nuestros valores; es el símbolo augusto y esplendoroso de todo lo nuestro; es el recuerdo y la es-peranza; el valle venturoso y bravío de nuestro glorioso pasado; y la ciudad floreciente y bulliciosa del venturoso porvenir de nuestra “raza”. Nada es mejor que contribuir a su

31 Jaime Fenochio del Arenal, Modernidad, Mito y Religiosidad, The Independence of Mexico and the Creation of the New Nation, volume 69, Latin American Center Publications, University of California, California, 1989, p. 244. 32 Lemoine Villicaña, Ernesto, La Revolución de Independencia 1808-1821, México, Procuraduría General de la República, 1994, p. 84.33 Decreto de Miguel Hidalgo y Costilla contra la esclavitud, las gabelas y el uso de papel sellado. 6 de diciembre de 1810.34 Sentimientos de la Nación del 21 de noviembre de 1813.

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grandeza con el impulso creados del pensamiento y de la acción –que es donde reside la fuerza espiritual del hombre– y con el trabajo bienhechor y fecundo de la familia: ahí reside la futura grandeza de México, “nuestra patria”.35

Jurídico

Derecho Civil. Respecto a la propiedad, la Constitución de Apatzingán establece que cualquier ciu-dadano podía adquirir una propiedad y disponer de ella a su arbitrio siempre que no contravinieran la ley. Debido a su escasa de aplicación, es imposible saber con exactitud de qué manera operaba la disposición de la propiedad, sin embargo, podemos suponer que se refiere al derecho de uso, goce y disfrute de los bienes.

Del mismo derecho gozaban los transeúntes, tendrían el mismo tratamiento que los ciudadanos respecto a la seguridad de su persona y sus bienes, bajo el principio lógico que para gozar de los beneficios de una ley, debían respetar la soberanía e independencia de la Nación que emitió dicha ley, reconociendo así sus instituciones y sus leyes.

La competencia del Supremo Tribunal de Justicia en materia civil recaería en la figura de un fiscal letrado quien duraría en su encargo cuatro años.

Por cuantía, cuando en el Supremo Tribunal de Justicia se trataran de asuntos de veinticinco mil pesos en adelante era indispensable la asistencia de cinco individuos.

Derecho Penal. Se establecería como requisito fundamental para la actuación de la autoridad pública, a fin de que no se le considerara como tiránica ni arbitraria, el respetar las formalidades de la ley. Se establece el principio, ahora conocido como de presunción de inocencia, según el cual, todo ciudadano se reputaría inocente, mientras no se declarara culpado. También se erigiría como un derecho del ciudadano el de ser oído legalmente antes de ser juzgado y sentenciado, lo cual ahora se conoce como derecho de audiencia.

Es relevante mencionar que en este ordenamiento se protegían los intereses económicos del pueblo gobernado, sancionando a los servidores públicos que dilapidaran los caudales públicos. La Constitución tipificaba como delito, diversas conductas, en las cuales pudieran incurrir los diputa-dos. A causa de su escasa de vigencia y aplicación resulta imposible conocer exactamente a que se refería cada uno de los delitos, sin embargo, los enunciaré junto su definición en el Diccionario de la Real Academia Española:

Herejía. Error en materia de fe, sostenido con pertinacia.• Apostasía. Acción y efecto de Apostatar.

• Apostatar: apostatar. (Del lat. apostatāre)

1. intr. Negar la fe de Jesucristo recibida en el bautismo.

35 Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, Memoria del Symposium Nacional de Historia sobre la Constitu-ción de Apatzingán, primera edición, México 1965, p. 233.

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2. intr. Dicho de un religioso: Abandonar irregularmente la orden o instituto a que pertenece.

3. intr. Dicho de un clérigo: Prescindir habitualmente de su condición de tal, por incumplimiento de las obligaciones propias de su estado.

Delitos de Estado:• Infidencia. Violación de la confianza y fe debida a alguien.

• Concusión. Exacción arbitraria hecha por un funcionario público en provecho propio.

• Dilapidación de los caudales públicos. Malgastar los bienes propios, o los que alguien tiene a su cargo.

Por otra parte, establecía como sanción la pérdida de la ciudadanía a aquel que incurriera en los siguientes crímenes:

• Herejía

• Apostasía

• Lesa-Nación. Atentado como la soberanía del pueblo (en relación con el artículo 10).

Imperaba el principio de proporcionalidad de las penas, esto es, debían ser penas muy necesa-rias a los delitos y estás debían fijarse en relación a la utilidad de la sociedad.36

Derecho Administrativo. La administración pública estaba a cargo de los diputados del Supremo Congreso, sus funciones eran las de crear nuevos tribunales subalternos, suprimir los establecimien-tos, variar su forma, según convenga para la mejor administración: aumentar o disminuir los oficios públicos, y formar los aranceles de derechos. La administración hacendaria estaba a cargo del Supre-mo Gobierno. Los servidores públicos no podían ser electos en el periodo inmediato siguiente.

En elemento fundamental para el correcto funcionamiento de la administración de las autorida-des era que éstas últimas se condujeran con honradez y prudencia, por ello es que se establecería un órgano encargado de atender los juicios de residencia en contra de los servidores públicos in-

tegrantes de las Supremas Autoridades que cometieran algún delito o incurrieran en alguna falta.

Derecho Internacional. Es breve pero de suma importancia su contenido en materia interna-cional, establecía el principio rector de no intervención. Las facultades sobre relaciones exteriores recaían sobre el Supremo Gobierno; éstas eran: publicar la guerra y ajustar la paz; celebrar tratados de alianza y comercio con las naciones extranjeras. Mientras que la declaración de la guerra y la ad-misión de paz correspondería al Supremo Congreso. En Derecho internacional privado, respecto a la ciudadanía de los extranjeros, correspondía al Supremo Congreso emitir las cartas de naturaleza.

Derecho Parlamentario. Esta materia cobraba un papel muy importante, como ya se puntuali-zó, se constituyó un sistema asambleísta. El Supremo Congreso tenía bastas facultades, la primera y más importante, la representación nacional; la de expedir, sancionar, interpretar y derogar leyes; nombrar a los individuos de los otros Poderes y tenía la facultad de aumentar las fuerzas militares.

36 Véase el Artículo 23.

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Derecho Agrario. Desde antes de que estallara la revolución de independencia, la situación era deplorable. Existía la figura de tequitato, quien mandaba cobrar tributo a los indios y les decía a los dueños de la tierra, quién sí podía poseer las tierras para trabajarlas. Los indios no gozaban del derecho de propiedad sobre las tierras que trabajaban, se les permitía arrendarlas y trabajarlas. Al no ser propietarios no podían enajenarlas, lejos de acarrearles beneficios les reportaban cargas tributarias. Fue hasta el 17 de noviembre de 1810 que José María Morelos y Pavón emitió una disposición37 aboliendo la esclavitud y que los indios percibieran las rentas de sus tierras, en la cual estableció que los americanos (eliminó las castas) percibirían las rentas de sus tierras como suyas propias.

La Constitución de Apatzingán otorgaba el derecho, a todos los individuos de la sociedad, de adquirir propiedades y de disponer de ellas a su arbitrio, siempre que no contravinieran la ley38 elevando a rango constitucional el logro de Morelos reconociendo a los ciudadanos su derecho de propiedad y los respectivos derechos de uso, goce y disfrute de las tierras.

En ese orden de ideas, cabe destacar que también estableció una figura jurídica análoga a la hoy vigente expropiación por causas de utilidad pública mediante indemnización39; en efecto, en su ar-tículo 35 estableció que sólo por causas de necesidad pública, los propietarios de las tierras podrían ser privados de estas pero a cambio de una justa compensación. Por otra parte, en su artículo 113 hace referencia a la expresión los bienes propios del Estado, cuya conservación y enajenación era atribución del Supremo Gobierno.

Vigencia

La Constitución de Apatzingán, aunque estuvo vigente, fue impracticable, debido a las situaciones socio-políticas en que surgió; dichas condiciones fueron, entre otras: el de decreto del 25 de mayo de 1815, emitido por la Audiencia del Real Acuerdo ordenando que la Constitución fuese quemada en público en la Plaza Mayor de la capital, mismo que tachó de rebeldes y traidores a los insur-gentes; el edicto emitido por la Iglesia con el cual amenazaba con condena de excomunión a las personas que leyeran la Constitución, o el de la Inquisición que condenaba a quienes poseyeran ejemplares; mientras que, el 1 de septiembre de 1815, el presidente norteamericano, James Madi-son, expidió un decreto donde prohibía a sus ciudadanos la ayuda a la insurgencia mexicana, exhor-tándolos a colaborar en la captura de sus líderes; por último, la captura de Morelos en Texmalaca el 5 de noviembre de 1815. Otro factor determinante de su escasa vigencia fue que la independencia de España no se consumó sino hasta la entrada del Ejército Trigarante a la Ciudad de México, (un mes después de la firma de los Tratados de Córdova por Juan O´Donojú y Agustín de Iturbide) y se hizo oficial el 28 de septiembre de 1821, con la expedición del Acta de Independencia del Imperio Mexicano. Segunda y definitiva..

37 Bando de José María Morelos suprimiendo las castas y aboliendo la esclavitud.Cuartel General del Aguacatillo, 17 de noviembre de 1810.38 Véase el Artículo 34. 39 Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, párrafo segundo, artículo 27.

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Una de las razones por la que no se pudo implementar la vigencia de esta Constitución fue el hecho de que, al haberse consumado la independencia, se instauró el Imperio Mexicano, el cual quedó a cargo de Agustín de Iturbide, en lugar de restablecer la forma de Gobierno republicano.

Eduardo García Máynez expone que el orden jurídico vigente es el conjunto de normas impera-tivo-atributivas que en una cierta época y un país determinado la autoridad política declara obli-gatorias40, en ese sentido se aseverar que el Decreto Constitucional para la Libertad de la América Mexicana, sí estuvo vigente pues el Supremo Congreso, después de su deliberación y proceso legis-lativo ordenando su puntual observancia.

Por otra parte, el mismo autor citado, establece que la legislación es fuente del Derecho, en-tendida ésta como el proceso por el cual, uno o varios órganos del Estado formulan y promulgan determinadas reglas jurídicas de observancia general, a las que se les da el nombre específico de leyes41, esa es la razón por la cual, diversos principios a los que la Constitución de Apatzingán dio vida, siguen siendo parte de nuestro orden normativo, e incluso siguen siendo objeto de discusión legislativa pues son inmanentes a la idiosincrasia, y necesidades del pueblo mexicano.

Es la primera ley fundamental de México soberano e independiente, y las constituciones poste-riores de 1824, 1836, 1843, 1857 y 1917 están permeadas de sus principios y postulados, toda vez que sigue siendo derecho positivo y por ende fuente formal del Derecho.

No debe soslayarse la aplicación de la Constitución de Apatzingán se materializó con la instau-ración del Poder Ejecutivo, el Supremo Gobierno estuvo integrado por José María Morelos, José María Liceaga y José María Cos; asimismo, respecto al Supremo Tribunal se creó el Tribunal de Ario el 7 de marzo de 1815, antecedente más remoto de la ahora Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Para reconocer la importancia de la Constitución de Apatzingán, es necesario situarse en la épo-ca y el espacio donde surgió; por su complejidad implica ser analizada desde diversos enfoques teó-ricos. Es un documento representativo de la revolución de independencia, pues en el se plasmaron los ideales y anhelos del pueblo mexicano, dotándolos de plena validez jurídica al ser consagrados en una Ley Fundamental. Para finalizar el desarrollo del capitulado, me permito citar al Dr. Jorge Carpizo: “El derecho constitucional es el reflejo de una época y del estilo de vida que lleva una na-ción. Los problemas que examina el derecho constitucional son problemas de poder; son, en última instancia, cuestiones políticas que deben encauzarse dentro de los marcos del orden jurídico. En consecuencia, el derecho constitucional necesita el auxilio de la teoría general del derecho, pero también de la ciencia política, de la sociología, de la historia, de la economía”.42

40 Eduardo García Máynez, Introducción al Estudio del Derecho, México, Porrúa, 2009, p. 37. 41 Ídem, p. 52. 42 Jorge Carpizo, El Presidencialismo Mexicano, México, Siglo XXI, 1978, p. 10.

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CONCLUSIONES

Primera. Lo propio es referirse a la Independencia como una revolución, no sólo un movimiento, pues se pretendía y se logró el cambio del régimen jurídico y de las instituciones socio-políticas me-diante un levantamiento armado, el cual dio como resultado, en un primer momento la indepen-dencia de España y posteriormente el surgimiento de una nueva Nación soberana e independiente, la América Mexicana (ahora Estados Unidos Mexicanos).

Segunda. La Constitución de Apatzingán, fue producto de un proceso legislativo llevado a cabo por perínclitos hombres, libres en sus ideas y perseguidos por sus anhelos, organizados en un poder constituyente. Su importancia rebasó los límites de la vigencia, pues a pesar de haber sido escasa; gran parte de los principios que consagra siguen siendo fuente inspiradora en la creación legislativa de nuestros tiempos.

Tercera. A diferencia de las Constituciones de Francia y Norteamérica, sus contemporáneas; la Constitución de Apatzingán fue incluyente y tiene esencia social en tanto que erradicó la esclavitud y la estratificación social, estableciendo como principio fundamental el de igualdad ante la ley.

Cuarta. El preclaro pensamiento de sus autores y partícipes no se ve opacado por instituir y reconocer como la religión oficial a la católica, apostólica y romana, pues dicho fenómeno debe entenderse acorde a las circunstancias que prevalecían en la época y a la formación académica de sus principales protagonistas.

Quinta. Este documento es el primer logro de Constitución con la que se aspiraba consolidar un Estado de Derecho, en el cual todos los individuos estarían sometidos a la potestad de la Ley Fundamental, sin distinción de ninguna índole. Los detractores podrán afirmar que tal legislación no es una obra original al haberse elaborado tomando conceptos de otras latitudes, autores o paí-ses; en respuesta sostengo que el genio humano no es aislado, pues ninguna utilidad tendría; que en el terreno de las ideas, éstas se difunden no se copian. Es evidente que los líderes ilustres como Miguel Hidalgo y Costilla y José María Morelos y Pavón al recibir una instrucción en el Colegio de San Nicolás (Ignacio López Rayón en el Colegio de San Ildefonso) estudiaron obras clásicas de la Ilustración e incluso pudieron haber analizado fenómenos políticos de otros Estados como parte de su formación, sin embargo, la verdadera inspiración al crear la Constitución de Apatzingán fueron los ideales de la Revolución de Independencia, que sin duda alguna son legítimos y auténticos porque corresponden a la necesidad de un pueblo oprimido en aras de alcanzar, primero su independencia y después su soberanía, esa es la verdadera inspiración y razón de ser de cada uno de los principios que tan valioso Decreto Constitucional consagra.

Sexta. Las principales características de la Constitución de Apatzingán son: el establecimiento de un Estado unitario cuya integración era a base de provincias; la implementación de un sistema asambleísta; la elección de los miembros del Supremo Congreso era indirecta o representativa, esto es, por medio de juntas electorales; la creación de una Nación independiente, soberana y católica; la adopción del principio de soberanía popular; la división de poderes y distribución de facultades;

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la una corriente ius naturalista en materia de derechos y la implementación de un control del poder mediante métodos de responsabilidades de los servidores públicos.

Séptima. Con la creación de tan valioso instrumento jurídico-político, la Constitución de Apatzin-gán, sus promulgadores demostraron que la Nación mexicana estaba en la aptitud de autogober-narse y con ello legitimó su convicción libertaria. Además, el concepto “soberanía”, nunca estuvo mejor aplicado en nuestro país. El genio de los primeros constituyentes revela la idea precisa del pensamiento que quisieron dejar plasmado en este instrumento y denota claramente no sólo sus convicciones libertarias sino la consciencia del momento que vivieron.

La Constitución de Apatzingán, después de su bicentenario, sigue siendo cumbre de un anhelo libertario.Grecia Rocha Soriano

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