LuxDomini-El Culto Guadalupano, testimonios históricos (1531-1648)

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    . Investigacin Documental sobre la Virgen de Guadalupe .

    El primer

    siglo guadalupanoEl culto a la Guadalupana

    entre 1531 y 1648

    Uno de los mejores estudiosos de la historia y caractersticas del Culto Guadalupano en el siglo XVI esel sacerdote franciscano Fidel de Jess Chauvet, a quien citaremos frecuentemente en este tema.La importancia de este tema radica -como seala el mismo p. Chauvet-, en sealar que en suprimeros tiempos, la Guadalupana reciba culto tanto de los indios como de los espaoles, cosaimportante para descartar la idea de que la Guadalupana era slo "devocin de los indios". Tampoco

    fue, como otros dicen, adaptacin hecha no por los indios sino por los espaoles, y msconcretamente los frailes. Ya lo comentamos en lo relativo a la Evangelizacin de Mxico, y aadimosque el Suceso Guadalupano tuvo un significado claro y convincente para los indios, pero invisible paralos espaoles, desconocedores de las expresiones pictricas indgenas.

    Se utiliza un intervalo de tiempo de 117 aos (1531 a 1648), porque diversos crticosantiguadalupanos han propuesto el inicio de la tradicin guadalupana en el ao de 1648, con lapublicacin de la obra Imagen de la Virgen Mara Madre de Dios Guadalupe, del jesuita MiguelSnchez.

    Datos sobre el culto antes de1556

    Como seala el p. Chauvet, es necesario fijar un periodo anterior a 1556, un periodo de 25 aos quetranscurren entre 1531 y 1556. El motivo de esto es que algunos de los testimonios guadalupanos delsiglo XVI parecen sugerir el inicio del culto guadalupano en el ao de 1556. No hay ningn testimonioque afirme claramente que antes de 1556 no haba tal culto, pero an as es necesario presentar

    pruebas que aclaren que el culto guadalupano se remonta a aos anteriores a 1556, que empez,pues, a poco de efectuadas las apariciones de Santa Mara en el Tepeyac. Pasamos a ellas.

    1 5 3 7 : -E l t es tamen to de Ba r to l om Lpez: Ya mencionado en el captulo de DocumentacinEspaola, en el que Bartolom Lpez, vecino de la villa de Colima, deja en su testamento dosdisposiciones distintas de que se recen por su alma misas -bajo la advocacin de Guadalupe-, y en lasegunda hace mencin de "la casa de Ntra. Sra. de Guadalupe". Al ser dos mandas distintas, es casiseguro que se refieran una a la Guadalupana de Extremadura y otra a la Guadalupana de Mxico,pues como argumenta el p. Jess Garca Gutirrez, no tendra sentido repetir una misma voluntad endos mandas distintas.

    1 5 3 9 : -Car t a de pago de Mar a Gm ez: Este testimonio tambin lo mencionamos entre losespaoles. En esta fecha, en la misma villa de Colima, Mara Gmez presenta esta carta de pago, dela cual interesa especialmente la clusula que dice: "tem: que pago a la Casa de Nuestra Seora deGuadalupe e a su procurador en su nombre ciento e un pesos de oro de minas. Dio carta de pago

    dellos." Tambin caba la posibilidad de que se tratara de la Virgen de Guadalupe de Extremadura.

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    Pero el caso es que en Mxico no hubo procurador del santuario extremeo antes de 1560. Luego elprocurador al que hace referencia la Carta de pago era el del santuario del Tepeyac.

    No ta : Con esto entendemos que a escasos aos de las apariciones, la devocin por la Virgen deGuadalupe ya exista en Colima, ciudad bastante lejana de Mxico -en trminos del siglo XVI-, sobretodo si se toma en cuenta que muchos colonizadores de Colima salieron de Mxico, lo que da unaidea de la importancia del culto en la misma ciudad de Mxico.

    1 5 4 4 : - La peregr inac in a l Tepeyac en 1544 : En el Nican Motecpanase relata cmo en 1544 losfranciscanos del colegio de Tlatelolco emprendieron una peregrinacin al Tepeyac debido a ladisminucin de sus alumnos indios por causa de la peste, lo cual const adems por una pintura en elsantuario que colocaron como exvoto los alumnos del Colegio, entre los cuales se contaba AntonioValeriano.

    Si n f echa, pe ro an te r i o r a 15 47 : -E l Teponaxcu cat l o can ta r d e l i nd io P lc ido : Este canto, yamencionado entre los testimonios indios, se encontr en un manuscrito annimo titulado CantaresMexicanos, y se remonta a antes de 1547 porque habla de un Obispoy un Obispadode Mxico.Recordemos que hasta 1547 fray Juan de Zumrraga fue elevado a Arzobispo de Mxico, ttulo que

    ostentan todos sus sucesores. As que el nico Obispo de Mxico que ha habido ha sido fray Juan deZumrraga.

    1550 o an t es: - Bernal Daz de l Cast i l lo : El testimonio del famoso cronista se conserva en la HistoriaVerdadera de la Conquista de la Nueva Espaa. Termin su obra en 1568, en Guatemala. Pero consta,segn su misma Historia, que estuvo por ltima vez en Mxico en 1550. Aqu slo copiar el texto delcaptulo 210 de su obra, en el que indirectamente muestra ser testigo presencial del cultoguadalupano antes de 1550:

    "Miren las santas iglesias catedrales, y los monasterios donde hay frailes dominicos, como franciscanos y mercedarios y agustinos, y

    miren qu hay de hospitales, y los grandes perdones que tienen, y la santa iglesia de nuestra Seora de Guadalupe que est en lo

    de Tepeaquilla, donde sola estar asentado el real de Gonzalo de Sandoval cuando ganamos a Mxico, y miren los santos milagrosque ha hecho y hace cada da, y dmosle muchas gracias a Dios y a su bendita madre Nuestra Seora..."

    Por lo tanto, sabemos que antes de 1550 el culto guadalupano era ya destacable por causas demilagros atribuidos a la Guadalupana, que tienen mayor peso porque Bernal Daz no era muy crduloen cuestiones de milagros.

    1 5 5 4 - 1 5 5 6 : -La e rm i t a cons t ru i da po r e l A rzob i spo Mon t fa r : El 24 de junio de 1554, a seis aosde la muerte del sr. Zumrraga, tom posesin su sucesor, el dominico Fray Alonso de Montfar. Elnuevo arzobispo tom ciertas disposiciones relativas a la jurisdiccin de los franciscanos sobre variasiglesias de la ciudad. Les quit la jurisdiccin de las iglesias de San Pablo e Iztacalco, por ejemplo, y

    tambin de la ermita de Tepeaquilla (la de Tepeyac). Los franciscanos no estuvieron muy conformes,porque as ya no podran vigilar el culto guadalupano, que para algunos era sospechoso (veremosadelante a Sahagn y a Bustamante). Lo anterior consta en la Carta del 15 de mayo de 1556, en lacompilacin Cartas de Indias, publicada en Madrid en 1877. Otra compilacin, Papeles de NuevaEspaa, de Francisco del Paso y Troncoso, publicada en 1905, contiene un testimonio del capelln D.Antonio Freyre, quien escribiendo en 1570, habla de que el arzobispo Montfar funduna ermita en elTepeyac hacia 1556.

    Nota ad ic iona l: Me parece pertinente citar aqu las palabras del primer antiaparicionista cuyasobjecciones destacaron en la sociedad de su tiempo, y que hoy sigue recibiendo particular atencin

    por parte de los estudiosos guadalupanos. Me refiero al cronista de Indias D. Juan Bautista Muoz,quien escribi en 1794 una Memoria sobre la apariciones y el culto de Nuestra Seora de Guadalupe,en la cual, haciendo referencia al culto del Tepeyac dice (Memoria, no. 26):

    "Condescendi Roma en cuanto pudo razonablemente, autorizando y extendiendo un culto m uy

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    general que contaba con dos siglos de antigedad. El cual dado que a los principios engendrase alguna

    sospecha, respecto de los nefitos recin convertidos, es de creer se depur en las siguientes

    generaciones, y fue siempre puro respecto de los espaoles y sus descendientes en ambos mundos.

    Empez sin duda a pocos aos de la conquista de Mxico. Alude a l Bernal Daz del Castillo, uno de

    los conquistadores, y si bien escriba bastantes aos adelante, pero habla como de cosa recibida y

    corriente por algn tiempo. El segundo arzobispo de Mxico, don fray Alonso de Montfar, que lleg a

    su dicesis por junio de 1554, ya encontr muy difundida la devocin a la Virgen de Guadalupe

    venerada en una ermitilla a donde acuda la piedad de los fieles con tales limosnas que le sufragaron

    para costear una decente iglesia, y consignar anualmente seis dotes de a trescientos pesos para casar

    hurfanas".

    Vemos aqu a uno de los impugnadores de la aparicin reconociendo y afirmando que el cultoguadalupano no solo es anterior a 1556, sino tambin iniciado "a pocos aos de la conquista deMxico", que muy bien pueden ser los 10 aos que transcurren entre la cada de Tenochtitln y lasapariciones en el Tepeyac.

    1556: El caso Bustamante, lasInformaciones del Arzobispo

    Montfar

    El documen to a es tud i a r , Las I n fo rm ac iones de 1556

    Este documento con paleografa del siglo XVI, que ha sido descalificado por algunos historiadores -debido a que el conflicto Montfar-Bustamante no aparece registrado por otros escritores del sigloXVI-, fue publicado por primera vez en 1884, por el Cannigo Jos Antonio Gonzlez, con el ttuloSanta Mara de Guadalupe, Patrona de los Mexicanos. La verdad sobre la Aparicin de la Virgen del

    Tepeyac., Guadalajara, 1884. No ta : El historiador Edmundo OGorman se opuso a contar estapublicacin, por ser slo un breve extracto de las Informaciones, y no el documento completo (enDestierro de sombras... , p. 267.El bibligrafo Jos Ma. greda y Snchez informa a unos editores espaoles en Carta de 1888, quedicho documento estaba indito en el archivo del Arzobispado de Mxico. Esta carta se encuentra alinicio de una edicin de las Informacioneshecha en 1888, con un pie editorial falso de Madrid,Imprenta La Guirnalda, con el ttulo Informacin que el Arzobispo de Mxico D. Fray Alonso deMontfar mand practicar con m otivo de un serm n que en la fiesta de la Natividad de Nuestra

    Seora (8 de septiembre de 1556) predic en la capilla de San Jos de Naturales del Convento de San

    Francisco de Mxico su provincial Fray Francisco de Bustamante, acerca de la devocin y culto de

    Nuestr a Seora de Guadalupe.

    La edit por tercera vez el obispo de Cuernavaca Fortino Hiplito Vera, en su La milagrosa aparicin

    de Nuestra Seora de Guadalupe, comprobada por una informacin levantada en el s. XVI,Amecameca, 1890.En 1891 el cannigo antiaparicionista Vicente de Paula Andrade hizo una segunda edicin de la edicinde 1888, pero amplindola, con notas tendenciosas y antiguadalupanas copiadas en buena parte de laCartade Joaqun Garca Icazbalceta. Otra edicin apareci en 1952, con el ttulo J. Garca Icazbalceta,Alonso de Montfar y P. F. Velzquez: I nvestigacin Histrica y Docum ental sobre la Aparicin de la

    Virgen de Guadalupe de Mxico, ediciones Fuente Cultural, Mxico 1952.El mismo Fray Fidel de Jess Chauvet public las Informaciones en El Culto Guadalupano del Tepeyac,sus orgenes y sus crticos en el siglo XVI, Edit. Tradicin, 1978. Y en 1982 la volvieron a publicarErnesto de la Torre Villar y Ramiro Navarro de Anda, en Testimonios Histricos Guadalupanos, F.C.E.

    Lo interesante de las Inform aciones de 1556 es que han sido bien recibidas tanto por aparicionistascomo por antiaparicionistas. Los primeros lo reciben como un testimonio del culto guadalupano en elsiglo XVI que confirma su importancia y extensin a pocos aos de las apariciones. Losantiaparicionistas interpretan la Informacincomo una prueba de que las apariciones fueron negadastempranamente y de ellas sale la proposicin de que el indio Marcos Cipac pint la imagen,proposicin que sostienen algunos crticos modernos.

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    Los hechos de 1 556

    Por el documento citado, y por los testigos de las Informaciones, sabemos que el 6 de septiembre de1556, el arzobispo de Mxico, fray Alonso de Montfar, pronunci un sermn en la Iglesia Mayor enhonor de la Virgen de Guadalupe. Su discurso empez con el versculo bblico de Mateo 13:16:Dichosos los ojos que ven lo que vosotros veis. En su discurso, compar a la Guadalupana con laVirgen de Montserrat, de la Pea de Francia y de Loreto. Habl de la gran devocin que la ciudadhaba tomado a la Virgen de Guadalupe, indios y espaoles. Consta en la Informacin que el da 8 deseptiembre fue a la ermita del Tepeyac a explicar a los indios que la devocin no se haca a la imagen

    sino a la persona de la Virgen Mara. (declarado por el testigo Juan de Salazar).

    Es de lamentar que no tengamos en algn documento el Sermn del sr. Montfar; pues lo que dijo endicho sermn slo se conoce por lo que declaran los testigos en las Informaciones.

    El martes 8 de septiembre de 1556, dos das despus del sermn de Montfar, se celebraba la fiestade la Virgen de Guadalupe, de acuerdo a la costumbre de celebrar las advocaciones marianas el dade la Natividad de Mara (8 de septiembre). Los franciscanos celebraron como todo mundo estefestejo, en su Convento de San Francisco, y ah, en la Capilla de San Jos de Naturales, concurrimucha gente a la Santa Misa, entre ellos -segn la Informacin, oidores de la Real Audiencia. Elsermn fue pronunciado por el Provincial Franciscano Fray Francisco de Bustamante, quien despus dehacer elogio de la Virgen, se refiri especficamente a la Guadalupana. Dicen las Informaciones:

    En Mxico, m ar tes ocho das d el m es de septiem br e de m ill e qu in ien tos e cincuenta e seis a os, estan do en m isa

    m ay or, en la iglesia del s(e)or S(an)to Francisco y capilla de Sant Joseph, presidentes e oidores de la Real

    audiencia e m ucha gente ansi de hom bres com o m ujeres, despus de se aver canta do el credo, el m aestro

    Bustam an te, Relig ioso de la dicha orden se sub i en un plp ito que par a el dicho efecto est aba puesto junto a la Reja

    del altar e con u n patio de seda blanco e colorado, predic de n(uest)ra Seora e su natividad; y estando en el dicho

    sermn e aviendo dicho la m ayor parte del, parse e dixo m ostrando el rostro atem orizado y parndose m ortal, que

    l no era d evoto de n uestra Seora. Lo qual entiendo qu e dixo por no alabarse, que si por alguna cosa que dijere se

    quitase a la m enor v ejezuela la devocin, que tal no era su intencin y que no lo hara com o Chr(ist)iano; pero que le

    par escia que la devocin qu e esta ciuda d ha tom ad o en una erm ita e casa de(u est )ra Seora, qu e han intitu lad o d e

    Guadalupe, (es) en gra n perjuicio de los natura les porque les daban a entend er que hacia m ilagros aqu ella im agen

    que pint un indio, e as que era d ios y contra lo que ellos avian p redicado e dioles a entend er, dende que vinieron a

    esta tierra, que no avian de adorar aquellas im genes, sino lo que representaba n, que est en el cielo; dem s qu e allse hacan algunas ofensas a Dios nu estro Seor, segn que era informado, e la lim osna que se dava, fuera m ejor

    darla a pobres vergonzantes que hay en la ciudad; y , aunque no se sabia en que se gastaban, y que mirasen los que

    all iban lo que se (ha)acian, p orque era en g ran perjuicio de los na turales; y que fuera bien al prim ero que dixo que

    hacia m ilagros, le dieran cien azotes e al que lo dixere de aqu adelante sobre su nim a le diesen doscientos, caballero

    en un caballo, y qu e encargaba m ucho el exam en deste negocio al visorrey e au diencia, y que aunqu e el arzobispo

    dixese otra cosa, que por eso el Rey tiene jurisdiccin tem poral y espiritual y esto encarg m ucho al au diencia; y

    tam bin dixo que no era bien p redicarlo en p lpitos, prim ero que estuviesen certificados en ello e de los m ilagros qu e

    se deca avia hecho; avia m uchas personas de calidad presente.

    Un visitador del Arzobispado redact un resumen de esta parte del sermn, y al da siguiente, conresumen en mano, el arzobispo Montfar levant una Informacin jurdica en contra de Bustamante.Para declarar sobre el sermn de Bustamante, se llam a 8 testigos: el bach i l l er Pueb la, capelln

    del virrey y de la Real Audiencia, Juan de Mesa , Marc ia l de Con t re ras , Gonzalo d e Alarcn , JuanSalazar , procurador de la Real Audiencia, bachi l le r Fran cisco Salazar , abogado de la RealAudiencia, Alonso Snchez de Cisner os , balanzario de la Casa de Moneda y Alvar Gm ez de Len .Das ms tarde fue interrogado tambin Juan de Masseguer .De lo que informaron los testigos se sabe que el culto guadalupano ya estaba muy difundido enMxico, a poco ms de 25 aos de las apariciones, pudiendo hacerse estadsticas aproximadas delcrecimiento del culto entre 1531 y 1556, para tener una idea aproximada de cmo continu creciendoel culto desde 1556 a 1648 (casi un siglo), y as, a qu grado se veneraba a la Guadalupana cuandoapareci el libro del p. Miguel Snchez.Pasamos a unos extractos de lo declarado por los testigos:

    * Test igo Juan de Mesa : Dijo este testigo, que ha odo decir que despus de concluso el sermn,

    que hubo escndalo y corril los de gentes, y que ha odo m urm urar de lo que predic el dichoprovincial, y que a Bustamante, clrigo, le oy decir que pareca o que era contrario a lo que su

    seora I lma. haba predicado: y que sta es la verdad para el j uramento que hizo.

    * Test igo Juan de Sa lazar : Dijo este testigo como vecino que es de esta ciudad, por el t rato yconversacin que en ella tiene, vio de mucho tiempo a esta parte, as en tiempo del sor. arzobispo

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    pasado como del presente, ir mucha gente a las huertas, as hombres como muj eres, y a ellas llevar

    muy buen repuesto de comida y cena, donde en algunas partes este testigo se hall, vio jugar y

    hacer otros excesos, y que despus ac que se divulg la devocin de nuestra Sra. de Guadalupe ha

    cesado mucha parte de lo que tiene dicho, y que ya no se platica otra cosa en la tierra si no es

    dnde queris que vam os?, vmonos a nuestr a Seora de Guadalupe: que le parece a este testigo

    que est en Madrid, que dicen: vam os a nuestr a Sra. de Atocha y en Valladolid a nuestra Seora del

    Prado, y que a lo que tiene entendido este testigo, que ha sido muy gran bien y mucho provecho para

    las nimas haberse principiado la devocin de nuestra Sra. de Guadalupe: donde los que van hallan

    continuam ente m isas que los fieles y devot os mandan decir, y algunos das de fiesta serm ones: y esto

    es lo que sabe y firmolo de su nombre.

    * Test igo Marc ia l de Con t r e ras:Otro s dijo, que en la ciudad hay gran escndalo, a lo que estetestigo ha oido, de lo que el dicho provincial predic; y que seria bueno enviarlo a Espaa; y que esta

    es la verdad. Y fuele leido y rectificse en ello; y dij o que otras cosas dicen por ahi que dijo, las

    cuales no oy este testigo; porque como oy lo que dicho tiene, dijo entre si: esto parece que va con

    pasin, no lo quiero oir; y saliose de la iglesia. Y firmlo de su nombre.

    * Test igo Bach i l l e r Pueb la: dijo que es verdad que alli en la iglesia y despus en la ciudad ha habidogrande escandalo, sobre las cosas que el dicho provincial predic, y asi muchas personas

    escandalizadas, de lo que habian oido, venian a preguntar a este t estigo que le pareca; y que les

    decia que no bien y que habia sido escandaloso.

    * Test igo Franc isco de Sa lazar : A la sexta pregunta dijo que lo que sabe es que el fundamento queesta ermita tiene, dende su principio, fue el t itulo de la Madre de Dios, el cual ha pr ovocado a toda la

    ciudad a que tengan devocin, en ir a rezar y encomendarse a ella, y de fuera de esta ciudad.

    Estando este testigo en la dicha ermita, asi espaoles como naturales, ha visto entrar en ella con gran

    devocin y a muchos de rodillas, dende la puerta hasta el altar donde est la dicha imagen de Nuestra

    Seora de Guadalupe. Y ste le parece fundamento bastante para sustentar la dicha ermita, y querer

    quitar la tal devocin, seria contra toda cristiandad y esto sabe este testigo, porque despus que esta

    devocin est en la dicha ermita, se han quitado los paseos que ordinariamente se solian tener, dende

    esta ciudad a las huertas de ella, donde muchos espaoles, por irse a holgar y, algunas veces, a

    hacer ofensas a Dios Nuestro Seor, como es pblico y notorio, dejaban de oir misa, domingos y

    fiestas de guardar. Y de presente este testigo ha visto que toda la pltica y conversacin que en esta

    ciudad se trata, entre los devotos de la Madre de Dios, solamente es que vayan a rezar y

    encomendarse a ella; y lo t ienen por devocin m uchos ir a caballo y otros a pie; y en ello hay muygran continuacin en la distancia de camino que hay, dende esta ciudad a la dicha erm ita; porque alli

    oyeron sermones y misas y no solamente las personas que sin detrimento de su edad y sin vejacin

    de su cuerpo pueden, van a Pie, pero mujeres y hombres de edades mayores y enfermos, con esta

    devocin van a la dicha ermita. Y ansimesmo este testigo ha visto que los nios pequeos que tienen

    entendimiento, como ven a sus padres y a otras personas tratar de esta devocin, import unan m ucho

    que los lleven alli; por donde notoriamente se colige sustentar la dicha erm ita y devocin, ser en

    gran pro y util idad de esta r epblica; y lo contrario seria quitar el m antenimiento del nima, y asi

    parte de la vida. Y esto responde a esta pregunta.

    Ms ade lan te dec lara e l m ismo Franc isco de Sa lazar : dijo que por respeto del escndalo que

    hubo con la contradiccin que hizo; y de presente no se trata otra cosa, sino decir: Aunque pesa a

    Bustam ante, hem os de ir a servir a Nuestra Seora donde quiera que su im agen est; y, contradiga l

    la devocin cuanto quisiere, que antes es dar a entender que le pesa de que vayan espaoles alli, y,de aqui adelante, si ibamos una vez, iremos cuatro; y por estas causas han perdido m uchas personas

    la devocin que tenian con los sermones del dicho fray Francisco de Bustamante.

    * Test igo Gonzalo de A la rcn : Preguntado si sabe que en esta ciudad ha habido grande escndalopor un sermn que predic Fray Francisco de Bustamante, provincial de San Francisco contra la

    devocin de la dicha erm ita. Dixo que este que declara no estuvo en el dicho sermn, pero que a

    muchas personas de las principales de esta ciudad y a Oidores ha oido tratar y tratado con ellos del

    dicho sermn, y todos los que de l han tratado y trataban, les pareci muy mal y que no eran

    palabras las que dijo que se habian de decir especialmente en plpito, porque se alteraron las

    personas ms principales que estuvieron en el dicho sermn. Y que esta la verdad para el juramento

    que t iene hecho; y fule leido y retificse en ello y firmlo de su nombre.

    * Test igo A lva r Gmez de Len : Preguntando si ha ido alguna vez a visitar la dicha imagen deNuestra Seora en la dicha ermita y si sabe y ha visto el gran concurso de gente y devocin con que

    todos visitan a la dicha imagen y dan sus limosnas, dijo que es verdad que ha ido alli una vez y que

    top muchas seoras de calidad que iban a pie y otras personas, hombre y muj eres, de t oda suerte a

    la ida y a la venida; y que alli vio dar limosnas hartas y que, a su parecer que era con gran devocin,

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    y que no vio cosa que le pareciese mal, sino para provocar a devocin de Nuestra Seora y que a

    este testigo, viendo a los otros con tanta devocin le provocaron a ms y que le parece que es cosa

    que se debe favorecer y llevar adelante, especial que en esta tierra no hay otra debocin sealada,

    donde la gente haya tornado tanta devocin, y que con esta santa devocin se estorban muchos de ir

    a las huertas, como era costum bre en esta t ierra; y agora se van alli donde no hay aparejos de

    huertas ni otros regalos ningunos ms de estar delante de Nuestra Seora en contemplacin y

    devocin, de la manera que van en Madrid, a Nuestra Seora de Atocha y, como en muchas partes

    este testigo ha visto ir los cristianos a otras casas de devocin que estn una, dos y ms leguas. Y asi

    dice este testigo que en lo que el dicho padre predic y toc en los loores y alabanzas de Nuestra

    Seora, le content y lo predic muy alta manera y que en contradecir la devocin de la dicha imagen

    de Nuestra Seora de Guadalupe, le pareci que se desacataba algo contra Su Seoria Rma. y que

    sta es la verdad para el j uramento que tiene hecho.

    * Test igo Juan de Masseguer : Preguntado si, en esta ciudad, generalmente hay gran devocin con ladicha imagen que est en la dicha ermita, dixo que todo el pueblo a una tiene gran devocin en la

    dicha imagen de Nuestra Seora y la van a visitar con gran frecuencia de gente y devocin con que va

    a visitar a Nuestra Seora de todo gnero de gente, nobles ciudadanos y indios, aunque sabe que

    algunos indios han atibiado en la dicha devocin, porque los frailes se lo han mandado, segn el dicho

    fray Luis dixo a este testigo. Y dice ms que el dia de Nuestra Seora de la Natividad prximo pasado

    predic en Sant Francisco, en la capilla de San Josef, f uera, fray Francisco de Fustam ante ( sic),

    provincial de la dicha orden de San Francisco, algunas cosas contra la devocin de la dicha imagen y

    habiendo predicado un sermn m aravilloso y divino de Nuestra Seora; por m ostrarse, despus,

    contra la devocin de la dicha imagen de Nuestra Seora, hubo gran escndalo en el auditorio y lo hahabido en la ciudad. Y ha oido a muchas personas de calidad decir que mostr pasin y que se habian

    escandalizado; y que este t estigo dice que el dicho Bustamante ha perdido mucho el crdito que t enia

    en esta ciudad y que, por lo que el dicho Bustam ante dijo contra la dicha imagen, no ha cesado la

    devocin, antes ha crecido ms y que cada vez que alli este testigo, ve alli ms gente de la que solia.

    Hasta aqu los tes t igos de las I n f o r m a c i o n e s .Con lo que encontramos, segn las Inform aciones de 1556, que el culto a la Guadalupana era yapblico y notorio en 1556, a un cuarto de siglo de las apariciones, y segn la declaracin del ltimotestigo (Juan Masseguer), dicha devocin estaba en crecimiento.

    Por la misma Informacin, sabemos que fue suspendida y nunca se realiz proceso de condena aBustamante, slo se le envi un tiempo "desterrado", al convento de Cuernavaca, de donde regrespara ser nuevamente Provincial en 1560. Parece ser, por lo tanto, que Bustamante y Montfarllegaron a un arreglo conciliador.

    Antiguadalupanos como Vicente de Paula Andrade pretendieron esgrimir estas Informacionescontra elmilagro, tambin Garca Icazbalceta las califica de "terribles" contra la aparicin, aadiendo que " lalectura ms superficial de la informacin del Sr. Montfar, sin otra prueba, deja en el nimo una

    conviccin absoluta de que la historia (de la aparicin) fue inventada despus...". Sin embargo, laInformacin trata de lo dicho por Bustamante, y no hay mencin alguna de la historia de lasapariciones, pues entre las preguntas hechas a los testigos no estaba alguna en que preguntaran elorigen directo y tradicional de la devocin guadalupana. Se pregunt por lo que Bustamante habadicho sobre el fundamento de tal culto, y si Bustamante haba escandalizado con su sermn. Nada

    sobre el origen del culto.

    Esta Informacin que estiman de ese modo los antiaparicionistas, puede darles algunas sorpresas:

    -Que los antiaparicionistas aceptan la verdad histrica del caso Bustamante con un solo documentoque lo afirma; luego es inconsistente negar las apariciones aludiendo insuficiencia documental, siendoque hay no uno, sino muchos documentos que las afirman.-Que la afirmacin de que la imagen original "la pint el indio Marcos" no tiene ms testigo queBustamante, y que su testimonio, apasionado y libre de juramento, es insuficiente para probar laaseveracin.-Que el culto guadalupano no data de 1556, pues ya estaba muy extendido en ese ao, y ya existancostumbres y peregrinaciones colectivas a dos dcadas y media de las apariciones.

    El culto guadalupano despus

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    de 1556

    En la segunda mitad del siglo XVI encontramos ms testimonios de culto guadalupano, que sonimportantes para verificar el contenido de las Informacionesde 1556. Vamos a mencionarlos:

    1 5 5 8 : - El caso de Franc isco Verdugo Quetza lm am al i t z in : Quetzalmamalitzin, seor deTeotihuacn, bisabuelo de Fernando de Alva Ixtlilxchitl, tuvo en 1558 un conflicto con el virrey donLuis de Velasco, por cuestiones de la sustitucin de los franciscanos por agustinos. Se salv delcastigo virreinal y lo atribuy a la intercesin de la Virgen de Guadalupe, a quien haba invocado en elpeligro. El caso est registrado en el Nican Motecpana, y lo confirma fray Jernimo de Mendieta enHistoria Eclesistica I ndiana, p. 384, callando lo relativo a la Guadalupana; silencio que se ve, sinembargo, roto por el testamento del propio Quetzalmamalitzin, que se conserva en el Archivo Generalde la Nacin.

    1 5 6 1 : - Que jas de l cab i ldo ec lesis t i co de la c iudad d e Mx ico : Por la administracin de la ermitadel Tepeyac, algunos cannigos llegaron a acusar al arzobispo Montfar con el rey Felipe II, en unacarta fechada el 14 de febrero de 1561, contenida en el Epistolario de Nueva Espaa, t. IX,documento n. 498.Dicen los quejosos: "A media legua de la ciudad est una ermita que se dice de Nuestra Seora deGuadalupe, en la cual por ser m uy devota se hacen m uchas limosnas que tienen junt os ms de diez

    mil pesos... (El Arzobispo) tiene usurpados mucha cantidad de pesos de oro de una ermita que est

    j un to a est a ciudad, de la advocacin de Nuest ra Seora de Guadalupe, a donde concurren muchas

    personas por la gran devocin que tienen con ella y hacen muchas y calificadas limosnas de

    doscientos a trescientos marcos de plata".He aqu otro testimonio de que en 1561, a 30 aos de las apariciones, el lugar era "a donde

    concurren muchas personas por la gran devocin que tienen con ella...".

    1 5 6 2 : - Censo de Mar t n de Aranguren : Hay algunos datos sobre el manejo de los fondos delsantuario del Tepeyac realizados por el arzobispo Montfar. Don Jos Patricio Uribe encontr entre lospapeles de Lorenzo Boturini.El documento, de 1597, contiene hechos que Uribe fij en 1562, y en ellos habla Martn de Aranguren,quien haba sido mayordomo de fray Juan de Zumrraga, y quien habla de cmo haba recibido dinerode parte de Montfar para las obras de la iglesia:

    "Por razn y por compra de ellos me dio y pag el Muy Ilustre y Reverendsimo Seor D. Fra. Alonso de Montfar, Arzobispo de

    Mjico del Consejo de Su Majestad, que est presente, como patrn y fundador que es de la dicha casa (de Nuestra Seora de

    Guadalupe de Tepeaquilla), mil pesos del dicho oro comn, que procedieron de la ganancia que su Seora Rvma. para hacer bien ala dicha casa, quiso beneficiar en cierto azogue que, con los dineros de la dicha casa, compr y lo dio a ciertos mineros para que

    beneficiasen en sus minas; y lo que con l se interesase, fuera para la obra y servicio de dicha casa, y ans parece que, sacado el

    principal (o capital) de lo que cost el dicho azogue, que se volvi a entregar a los mayordomos de la dicha casa, se ganaron en

    ellas los dichos mil pesos del dicho oro, los cuales Su Seora me entreg en plata y reales que los montaron y valieron, de los

    cuales me doy por contento y pagado y entregado a toda mi voluntad"

    Segn este testimonio, sabemos que hubo mayordomos en las primeras dcadas de cultoguadalupano. Explica tambin que llegaban muchas limosnas al santuario, lo cual permite intuir porqu en el testamento del obispo Zumrraga no se menciona la ermita de Tepeaquilla, que nonecesitaba dinero del obispado siendo que reciba muchas limosnas. Tambin entendemos parte de lascrticas de fray Francisco de Bustamante y fray Luis de Cal al sr. Montfar; pero la iglesia levantadaen el Tepeyac, que Miles Phillips describira como "magnfica", demuestra en qu emple las limosnas

    el sr. Montfar.

    1 5 6 6 : - Fies ta y comida en la nueva ig les ia : Aquel dinero que reclamaban los cannigos a Montfarestaba destinado, como decimos, a la construccin de una nueva iglesia del Tepeyac, a la que ya se

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    refiere el alguacil indio Juan Bautista en su Diario, donde compila varias noticias, entre ellas lassolemnidades de ese ao en el Tepeyac, traducidas y publicadas por ngel Mara Garibay Kintana enTemas Guadalupanos I . Anales I ndgenas, en p. 36-64:"Domingo 15 de septiembre de 1566, entonces se celebr la octava de Nuestra Madre Santa Mara de

    la Natividad, y entonces se celebr la festividad, en Tepeycac, de Santa Mara de Guadalupe. All

    estuvo presente Villaseca, quien mostr una imagen de Nuestra Madre, que es toda de plata... y a l

    se debi como tambin la casa donde reposan los enfermos (hospital). Estuvieron presentes las

    autoridades: los Oidores, y tam bin el Arzobispo, y todos nosotros los indios. Villaseca ofreci una

    comida a los Oidores y autoridades y les inform cmo se hizo la Iglesia de Tepeycac".

    El padre Chauvet anota que en esta noticia no se menciona al virrey, lo cual concuerda con el hechohistrico de que en septiembre de 1566 no haba virrey en la Nueva Espaa.En cuanto a la importancia del culto guadalupano, vemos que va creciendo (35 aos despus de laaparicin), al punto de que ya no es una ermita, sino una Iglesia (ms respetable en cuanto aconstruccin), con una imagen de plata.

    1 5 6 6 : -V i s i t a devo ta de l t e r ce r v i r r ey , don Gastn de Pera l t a : Segn los Analesde Juan Bautista,ya citados, el 17 de octubre de 1566, a su llegada a Mxico, el tercer virrey, quien era el Marqus deFalces, Gastn de Peralta, antes de entrar en la capital se detuvo en el Tepeyac a visitar a la Virgen, ypas la noche en el santuario. Puesto que no se sabe si don Antonio de Mendoza o don Luis de

    Velasco hayan hecho lo mismo, es posible que Peralta iniciara la costumbre de "hacer noche enTepeaquilla", como refiere fray Juan de Torquemada en Monarqua Indiana I, 5, 27. El testimoniointeresa porque demuestra que el culto era de tanto de indios como espaoles, y de estos, aun de losms encumbrados.

    1 5 6 8 : -E l tes t im on io de l p i ra t a ing ls Mi les Ph i l l ips : En 1567, el corsario ingls John Hawkins -quien despus participara en la destruccin de la "Armada Invencible", sali del puerto britnico dePlymouth con destino a frica, y desde ah tom rumbo a Amrica para comerciar con esclavosnegros. Al verse amenazado por los huracanes del Caribe, decidi internarse en el Golfo de Mxico, yen la costa de Veracruz desembarc parte de la tripulacin. Entonces Hawkins advirti que una flotaespaola vena a darle caza -en dicha flota vena de Espaa el nuevo virrey, Martn Enrquez de

    Almanza-. Para huir, Hawkins tuvo que abandonar a sus hombres que estaban en tierra, quienesfueron capturados por los espaoles y llevados a la Ciudad de Mxico; entre ellos se encontraba unhombre llamado Miles Phillips.

    Phillips (protestante) apunt en un Diariomuchas de sus observaciones sobre la ciudad de Mxico;estas fueron publicadas por Richard Hayklut en 1600 y tambin se conservan en el Archivo General dela Nacin, Ramo Inquisicin, t. 54. Dice as:

    "A otro da de maana caminamos para Mxico, hasta ponernos a dos leguas de la ciudad en un lugar

    donde los espaoles han edificado una magnfica iglesia dedicada a la Virgen. Tienen all una imagen

    suya de plata sobredorada, tan grande como una mujer de alta estatura, y delante de ella y en el

    resto de la iglesia hay tantas lmparas de plata como das tiene el ao, todas las cuales se encienden

    en las fiestas solemnes.Siempre que los espaoles pasan junto a esta iglesia, aunque sea a caballo, se apean, entran en la

    iglesia, se arrodillan ante la imagen y ruegan a Nuestra Seora que los libre de todo mal, de manera

    que, vayan a pie o a caballo, no pasarn de largo sin entrar en la iglesia y orar como queda dicho,

    porque creen que si no lo hicieran as, en nada tendran ventura.

    A esta imagen llaman en espaol Nuestra Seora de Guadalupe. Hay aqu unos baos fros que brotan

    a borbollones como si hirviera el agua, la cual es algo salobre al gusto, pero muy buena para lavarse

    los que tienen heridas o llagas, porque dicen que ha sanado a muchos.

    Todos los aos, el da de la fiesta de Nuestra Seora, acostumbra la gente venir a ofrecer y rezar en

    la iglesia ante la imagen y dicen que Nuestra Seora de Guadalupe hace muchos milagros".

    Ya estudiando este testimonio, no vemos que Phillips hable de la tilma estampada con la Virgen,mientras que nota y elogia los artculos de plata, entre ellos la imagen de la Virgen que -como dice

    Juan Bautista en sus Anales- dio don Alonso de Villaseca al santuario en 1566. Lgica actitud viniendode un pirata.Por los datos aportados por Phillips sabemos que en 1568, a 12 aos de las Informacioneslevantadaspor el sr. Montfar, el culto segua pujante; el ingls detalla que aun los espaoles que pasaban acaballo por el Tepeyac se apeaban y entraban a postrarse ante la Virgen. De la iglesia levantada por

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    Montfar y sus colaboradores, comenta que es "una magnfica iglesia".

    1 5 6 8 : - As istenc ia de l Arzob ispo y cann igos a la f i es ta de la V i rgen en e l Tepeyac: En el 2o.Libro de Cabildos de la Catedral de Mxico, citado por el p. Jess Garca Gutirrez en Prim er SigloGuadalupanop. 82, consta que a partir de 1568 hubo asistencia de cannigos a la solemnidad de laVirgen del 8 de septiembre, en la iglesia del Tepeyac.

    1 5 6 8 : - L legada a Mx ico de l cuar to v i r r ey : El cronista del siglo XVI Juan Surez de Peralta terminde escribir en 1589 su Tratado del Descubrimiento de las Indias, publicado en Madrid en 1878. Endicha crnica habla del recorrido que hizo don Martn Enrquez de Almanza, el cuarto virrey de laNueva Espaa desde Veracruz hasta la ciudad de Mxico, y dice:"A cada pueblo que llegaba le hacan muchos recibimientos, como se suele hacer a todos los virreyes

    que a la tierra vienen, y as lleg a Nuestra Seora de Guadalupe, que es una imagen devotsima, que

    est en Mxico, como dos legechuelas, la cual ha hecho muchos milagros (aparecise entre unos

    riscos, y a esta devocin acude toda la tierra), y de all entr en Mxico...".Vemos aqu dos cosas importantes: que el culto guadalupano era muy fuerte (llama "devotsima" a laimagen), y dice que a su devocin "acude toda la gente", y tambin habla claramente de APARICIN,al decir "aparecise entre unos riscos".

    1 5 7 0 : - Descr ipc in de l Arzob ispado de Mx ico : En 1569, el Consejo de Indias, a travs de donJuan de Ovando, solicit al arzobispo Montfar una descripcin de su arzobispado. Montfar envipues, cuestionarios a todas las iglesias y parroquias del arzobispado para recabar la informacin yenviarla a Espaa. La misma instruccin fue dada al capelln de la iglesia del Tepeyac, don AntonioFreyre, quien redact una informacin sobre la "ermita Montfar", y la descripcin del arzobispado fueenviada a Europa, y ahora se conserva en el Archivo General de Indias, (AGI), S. Audiencia de Mxico,legajo 280.

    Algo curioso es que varios impugnadores, encabezados por Icazbalceta, sostuvieron la afirmacinsimple y llana de que en la descripcin "para nada se menciona a la ermita de Guadalupe" y an

    afirm Icazbalceta tener un originalde dicha Descripcin. Pero en dicho original impreso, en la pgina390, est la mencin de la ermita del Tepeyac. No hay por lo tanto, mayor utilidad a losantiaparicionistas en este documento.

    An tes de 1572 : - Ca tec ismo t es te r iano f i rm ado por F ray Pedro de Gante : Entre los documentosdel primer siglo del Virreinato se conservan varias cartas del gran misionero franciscano fray Pedro deGante, pero en ninguna de ellas habla fray Pedro del culto guadalupano ni del acontecimiento de1531. No se tienen tampoco las cartas de fray Pedro en las que rechaza la mitra episcopal a lamuerte de Zumrraga, y de las que habl fray Diego Valads. No se podra decir exactamente quopinaba el padre Gante del culto guadalupano, pues faltan varios documentos suyos.Dos de los testigos en las InformacionesJurdicas de 1666, Marcos Pacheco y Juan Jurez, hablan de

    haber visto en el dormitorio de la iglesia de Cuautitln una pintura de la Virgen con Juan Diego y JuanBernardino y en la pared, una pintura de un religioso franciscano a quien llamaban "fray Fulano deGante" o "el padre Gante".

    Pero pasamos al documento que nos interesa: en la Biblioteca Nacional de Madrid existe el original deun Catecismo testeriano (en figuras), del cual se public una edicin facsimilar en 1970 por elMinisterio de Educacin y Ciencias. Entre dichas figuras, hay una Virgen muy similar a laGuadalupana, de manto azul y tnica rosa. Por la firma de fray Pedro de Gante al final del Catecismo,sabemos que fue realizado entre 1531 y 1572 (ao en que muri Gante).Como testimonio de culto permite saber que entre los discpulos de fray Pedro, en la escuelafranciscana de San Jos de los Naturales, haba culto y devocin a la Guadalupana, pues ellos hacanestos catecismos testerianos para ensear a otros indios.

    1 5 7 2 : - Testam ento de Sebast in Tom el n : Este testamento, dado en Puebla de los ngeles, da unaidea de la devocin a la Guadalupana en las ciudades cercanas a Mxico, de las cuales Puebla era -ysigue siendo- de las ms importantes. Mayores datos sobre este documento estn en el captulo

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    dedicado a la Documentacin Europea.

    1 5 7 2 - 1 5 7 3 : - I nves t i gac i n de l os j e rn imos de l san tua r i o guada lupano de Ex t r emadu ra : Lapopularidad y difusin de la Virgen de Guadalupe de Mxico lleg a llamar la atencin de los frailes dela Orden de San Jernimo que custodiaban el santuario de la Guadalupana Espaola, en Cceres,Extremadura. En 1572 enviaron a un comisionado, fray Diego de Santa Mara, a investigar las iglesias,santuarios, ermitas, etc., que se haban dedicado en las Indias a la Guadalupana. Fray Diego lleg aenviar cartas el rey Felipe II, pidiendo derechos sobre las limosnas del santuario del Tepeyac y que

    estimaba eran para su monasterio.En una carta del 24 de marzo de 1573, ubicada en Historia de la Iglesia en Mxico, del p. MarianoCuevas, el buen jernimo escribe:

    ...han hecho olvidarse a la gente de esta tierra totalmente de la devocin a aquella santa casa de

    Guadalupe (de Extr emadura)... en este tiempo poco m enos que todos las hacen (las m andas) a

    Nuestra Seora de Guadalupe extramuros de Mxico, lo cual parece bien por las clusulas de los

    testamentos que se han hecho y hacen".

    Fray Diego propuso que se instalara una casa comisional de jernimos de Extremadura enChapultepec, en la misma ciudad de Mxico, para tomar a su cargo los ingresos de la iglesia. En casode negarse este proyecto, peda que se le quitara al santuario el nombre de "Guadalupe".

    1 5 7 5 : -Una ca r t a de l v i r r ey Ma r t n En r quez de A lm anza al r ey Fe l ipe I I : Como resultado de lasgestiones de fray Diego de Santa Mara, Felipe II pidi al virrey Martn Enrquez de Almanza que lesuministrara informes sobre la susodicha iglesia de Tepeaquilla llamada de Guadalupe. La mismapeticin hizo el monarca al entonces arzobispo don Pedro Moya de Contreras -sucesor de Montfar-,pero no se tiene la respuesta del prelado. La respuesta del virrey, en cambio, se conserva y ha sidopublicada. En ella, el virrey hace ms referencia al origen cronolgico de la devocin guadalupana quea su extensin, pero contiene interesantes elementos:

    Lo que comnmente se entiende, es que el ao de 55 56 estaba all una ermitilla, en la cual estaba

    la imagen que ahora est en la iglesia, y que un ganadero que por all andaba public haber

    recobrado salud, yendo a aquella ermit a; y em pez a crecer la devocin de la gente, y pusieronnombre a la imagen, de Nuestra Seora de Guadalupe, por decir que se pareca a la de Guadalupe de

    Espaa; y de all se fund una cofrada, en la cual habr cuat rocientos cfrades...

    A este testimonio aadimos el del capelln don Antonio Freyre, quien como vimos envi datos sobre laermita para la descripcin del Arzobispado de Mxico, y habla de una "fundacin de la ermita por elarzobispo (Montfar)", y que esta "fundacin" tuvo lugar haca unos "catorce aos", los cual nos sitaen 1556. Recordemos que los Anales de Juan Bautista fijan la fecha de la aparicin en 1555, los deChimalpan en 1556, los de Mxico y sus contornos nuevamente en 1556. Por lo tanto, llegamos aqua lo que decamos al principio del artculo. Estos aos de 1555 y 1556 tienen un lugar especial en lahistoria guadalupana.Combinando los testimonios del virrey Enrquez y del capelln Freyre, encontramos que el primero

    habla todava de la ermita, mientras el segundo habla de la iglesia y de su construccin por elarzobispo Montfar. Luego el testimonio del virrey se refiere a las fechas anteriores a la construccinde la iglesia. Tenemos que hacer hincapi en los testimonios del culto anteriores a 1556, para evaluarunos con otros.

    1 5 7 6 : - Pet i c in de ind u lgenc ias a Rom a: Desde 1573 fue nombrado arzobispo de Mxico donPedro Moya de Contreras, como sucesor del sr. Montfar. En 1576, mediante unas Constituciones deTepozotln destin las limosnas que recabara el santuario guadalupano a dotar a doncellas hurfanaso de escasa fortuna. Ms tarde, en 1576, solicit al Papa Gregorio XIII la concesin de indulgencias alos fieles que visitaban la iglesia del Tepeyac (La peticin del arzobispo de conserva en el ArchivoSecreto del Vaticano, A.A. Arm. I-XVIII 1824.). El Papa las concedi por diez aos, junto con

    indulgencias para la Catedral, con el fin expreso de evitar que los fieles acudieran ms al Tepeyac quea la Catedral, lo cual da una idea de cmo la iglesia de Guadalupe rivalizaba con la Catedral en cuantoa asistencia de fieles.

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    1 5 7 7 : - Testam ento de Elv i ra Ram rez: Similar al de Tomeln, pero de la villa de Colima, por el cualse mandan rezar cinco misas en la iglesia del Tepeyac.

    Testimonio y silencio de losfranciscanos sobre la Virgende Guadalupe

    Uno de los puntos ms importantes a considerar en este tema, es la actitud de los frailes de SanFrancisco con respecto a la Virgen del Tepeyac.Es falso que "t odos los franciscanos del siglo XVI no slo dudaron del m ilagro guadalupano, sino que

    lo negaron abierta y francamente", como dice Francisco De la Maza (El guadalupanismo mexicano,cap. 1, p. 25). Los franciscanos residentes en Europa tal vez ni siquiera hayan odo hablar de laVirgen mexicana. Y entre los franciscanos de Mxico, ninguno -a excepcin del p. Bustamante- negabiertamente el milagro.Aqu es ms conveniente desarrollar el tema por nombr es p rop i os , de los franciscanos msdestacados del siglo XVI, y de si hablaron o callaron respecto del hecho guadalupano.

    -F ray Juan de Zum r raga : El primer arzobispo de Mxico fue, segn el Nican Mopohua, el prelado aquien la Virgen quiso comunicar su mensaje, y para ello le envi la seal de las rosas y la imagenestampada en el ayate de Juan Diego. Qu d i jo sobre t a l even to e l s r . Zum r raga ?Lamentablemente, ningn documento del sr. Zumrraga -entre los que se conservan-, habla delmilagro; tampoco consta en la biografa de Zumrraga elaborada por Garca Icazbalceta, ni en tres

    biografas del mismo arzobispo publicadas en la pgina web del Directorio Franciscano. Algunosimpugnadores, como el mismo Icazbalceta, hablan de un catecismo avalado por Zumrraga, aunqueno escrito por l, llamado Regla Cristiana, de 1547, en el que l y otros impugnadores leen unanegacin del milagro, a saber, la frase "Ya no quiere el Redentor del mundo que se hagan milagros".

    Esto, no siendo original de Zumrraga, no alcanza a darnos una idea de lo que pensaba aquel preladosobre el asunto en cuestin. Hemos de citar para el efecto a las Informacionesjurdicas de 1666levantadas para pedir a Roma el oficio y la misa de Ntra. Sra. de Guadalupe, donde el testigo p.Miguel Snchez declara:

    "Y juntamente tuvo noticia este testigo, por habrsela dado el dicho Licenciado Bartholome Garca de

    que le haba dicho el doctor don Alonso Muoz de la Torre, Den que fue de esta Santa Iglesia

    Catedral Metropolitana de que habiendo ido a visitar al Ilustrsimo seor Arzobispo don fray Garca deMendoza de la Orden de San Jernimo, que a lo que se acuerda gobernaba este Arzobispado por los

    aos de seiscientos y uno, y haba visto que Su Seora Ilustrsima estaba leyendo los autos y proceso

    de dicha aparicin, con singular ternura, y que as se lo haba manifestado y declarado a dicho Seor

    Den".

    Ese auto y proceso corresponderan, segn la pregunta formulada a Snchez, a lo que dispuso elseor Zumrraga despus de verificarse la estampacin de la Virgen en la tilma. Es reforzado por eltestimonio de Cayetano Cabrera y Quintero, quien en 1746 public su obra guadalupana Escudo deArmas de Mxico, en donde afirma que:

    "Fuese as o no, hay noticia participada por el R. P. fray Pedro de Mezqua, franciscano apostlico, de

    que en el convento de Victoria en que t om el hbito el seor arzobispo Zum rraga, vio y ley,

    escrita por este prelado a los religiosos de aquel convento, la aparicin de Ntra. Sra. de Guadalupe".

    Como constata el p. Jos Luis Guerrero, la Congregacin para la Causa de los Santos exigi que se ledemostrara la veracidad de esta afirmacin de Cabrera y Quintero, y con ella la de fray Pedro deMezqua. Pregunt la Congregacin por la vida del tal "padre Mezqua", dificultando bastante el trabajo

    http://www.franciscanos.org/enciclopedia/jzumaraga.htmlhttp://www.franciscanos.org/enciclopedia/jzumaraga.htmlhttp://www.franciscanos.org/enciclopedia/jzumaraga.htmlhttp://www.franciscanos.org/enciclopedia/jzumaraga.html
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    de los postuladores, pues el susodicho "Mezqua" era en realidad Fray Pedro Prez de Mezqua, y sepudo averiguar que efectivamente estuvo en el convento franciscano de Vitoria, donde fue bautizado ydonde tom el hbito. Que en 1715 lleg a Mxico, que viaj dos veces a Espaa (en 1738 y 1744), ymuri en Mxico en 1764. Y an as, la Congregacin dio al dato la categora de "indicio", no de"prueba", con su severa (y necesaria) cautela.

    Aunque no tenemos pues, testimonio del sr. Zumrraga, s sabemos que antes del arzobispoMontfar, ya exista una "ermitilla" en Tepeaquilla, y que Montfar a su llegada encontr ya muydifundido el culto guadalupano. Esto demuestra que Zumrraga no fue hostil al guadalupanismo -como veremos en otros franciscanos- y le dio adems un impulso inicial con la ermita -y hay por lo

    tanto, suficientes elementos para afirmar que, si bien no fue para l un gran milagro, s le dedicatencin propia y suficiente.

    - Fray Pedro de Gante : No era espaol, sino flamenco, y fue uno de los primeros franciscanos quellegaron a Mxico en 1523, fundador de la Escuela para indios en el convento de San Francisco deMxico. De los documentos que dej se conservan algunas cartas, as como catecismos para losindios, pero en ninguno de ellos da testimonio sobre las apariciones guadalupanas. Slo podemoscitar, de su parte, aquel catecismo de figuras firmado por l, y que contiene una imagen muy similara la Guadalupana, adems de ser representado en Cuautitln junto a la Virgen, Juan Diego y JuanBernardino, como declararon los testigos indios de 1666 Xurez y Pacheco.

    -F ray To r i b i o de Benaven te " Mo to l i n a " : Vino a Mxico en 1524 con los 12 "apostlicos", y fue unode los ms destacados evangelizadores de la Nueva Espaa. En ninguna de sus obras habla de laGuadalupana, aunque en su Historia de los indios de Nueva Espaahace constar de manera muy clarala conversin masiva de los indios despus de 1531.

    - Fray Franc isco de Bustam ante : Provincial de los franciscanos en 1556 y nuevamente en 1560, nofue cronista, ni escribi alguna obra notable. Su importancia en el tema radica en ser el nico

    franciscano (y en general, personaje del siglo XVI), que neg claramente el milagro guadalupano, alafirmar acaloradamente que la imagen era obra "del indio Marcos". Su sermn contra el arzobispoMontfar fue recopilado en las Informacionesde 1556 que ya estudiamos antes.

    -F ray Berna rd i no de Sahagn : Fue con mucho, el ms completo y detallista compilador de lacultura nhuatl, con su copiosa obra Historia General de las Cosas de Nueva Espaa. En su obra hacereferencia dos veces a la Virgen de Guadalupe, al final del libro XII, en el apndice sobresupersticiones, donde dice:

    "Cerca de los montes hay tres o cuatro lugares donde solan los naturales hacer muy solemnes

    sacrificios y que venan a ellos de muy lejanas tierras. El uno de estos es aqu en Mxico, donde est

    un montecillo que se llama Tepeycac, y los espaoles llamaban Tepeaquilla y ahora se llama NuestraSeora de Guadalupe; en este lugar tenan un t emplo dedicado a la m adre de los dioses que llamaban

    Tonantzin, que quiere decir Nuestra Madre"

    Para Sahagn la devocin guadalupana de parte de los indios, es si no diablica, por lo menos ssospechosa, y ms adelante declara que no es su opinin quitar la devocin guadalupana a los indios,sino encauzarla al cristianismo, pues l crea que ellos confundan a la Guadalupana con su antiguadiosa Coatlicue-Tonantzin.Los estudiosos ms modernos pueden decir ahora que los indios no pudieron caer en tal confusin,pues la Virgen se present a ellos como madre de Ometotl (una figura que entre los indios nisiquiera exista). El testimonio de Sahagn da fe de la difusin del culto guadalupano entre losnaturales y espaoles, al aadir que la devocin se llamaba "de Guadalupe".

    -F ray Je rn imo de Mend ieta : Lleg a Mxico en 1554, y fue, al igual que Motolina, uno de losprincipales evangelizadores de principios del Virreinato. Escribi su Histor ia Eclesistica I ndiana, en elque trata extensamente la obra de los frailes entre los indgenas. En su obra no habla ni de las

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    apariciones guadalupanas ni del culto en el Tepeyac que haba notado Sahagn y que habacondenado Bustamante.Mendieta da testimonio, en cambio, de una relacin tirante entre el arzobispo Montfar y losfranciscanos, en una Carta conservada en la Biblioteca Nacional de Pars y publicada por GarcaIcazbalceta en Cartas de religiosos.Adems Mendieta confirma una noticia contenida en el Nican Motecpana, y es el conflicto de losvecinos de Teotihuacn con el virrey Velasco, a quien pedan misioneros franciscanos en vez deagustinos, y donde uno de los protagonistas fue Francisco Verdugo Quetzalmamalitzin, sumamentedevoto de la Guadalupana.

    - Fray A lonso Ponce: Fue visitador de los conventos franciscanos en Mxico, nombrado para esecargo y llegado a Nueva Espaa el 28 de septiembre de 1584, inspeccion Santiago Tlatelolco y luego,de camino a Ecatepec pas por el Tepeyac. Sus secretarios redactaron una Relacin brevede lasandanzas de Ponce, publicada en Madrid en 1887, y donde constatan:

    "Volviendo, pues, a Santiago Tlatilulco, donde qued el p. Fray Alonso Ponce, comisario general de la

    Nueva Espaa, de camino ya para la visita de aquella provincia de Mxico, es saber que, llevando en

    su compaa a su secretario, y para que le ayudase, a un fraile de la provincia de Guatemala, llamado

    Francisco Salcedo, buena lengua mexicana, predicador y de buena pluma, a fray Juan Cano, el lego

    atrs dicho, sali de dicho convento algo de maana, martes 23 de julio del ao de 1585, y pasando

    un pedazo de la laguna de Mjico (de quien adelante se tratar), por una calzada de piedra de medialegua, en que se pasan muchas acequias por puentes de madera, pas ltimamente una muy grande,

    por un puente de piedra, junt o a la cual est un poblecito de indios mejicanos y en l, arrim ada a un

    cerro, una ermita e iglesia, llamada Nuestra Seora de Guadalupe, adonde van a celebrar y tener

    novenas los espaoles de Mjico, y reside un clrigo que les dize misa."

    Aqu encontramos otra vez testimonio del culto en el Tepeyac, "al que acudan los espaoles". Segnla Relacinque citamos, fray Alonso Ponce pas de largo frente a la iglesia, y no se detuvo en ella,bien sea por lo temprano de la hora -que estuviera cerrado el santuario-, o bien porque tena noticiade las sospechas de idolatra de parte de Sahagn.

    -F ray Juan de To rquemada : Cronista franciscano que copi muchos datos de fray Jernimo deMendieta, redact una voluminosa obra llamada Monarqua Indiana. En ella habla del cultoguadalupano, pero de manera muy casual, muy secundaria, similar a la de Sahagn, pues hablatambin de la Tonantzin (dos veces), y la relaciona con el lugar donde estaba la iglesia de la Virgende Guadalupe.

    Como se ve, por los testimonios -slo citamos a los principales-, no hubo un "silencio" universal departe de los franciscanos. Pero en general, encontramos en ellos poco entusiasmo por la devocinguadalupana y an abierta hostilidad, como en Bustamante y Sahagn. Se han dado variasexplicaciones del por qu de esta actitud franciscana, y muchos apologistas concuerdan en lasmismas. Aqu mencionar para mayor inters al mismo p. Chauvet, quien siendo franciscano y

    guadalupano, se ve obligado a explicar la actitud de sus hermanos de hbito, para lo cual proponevarias causas:

    La primera es la cuestin de los santuarios e imgenes especficos. Los franciscanos vivan laresistencia cerrada de los indios a dejar su religin y sus costumbres, y por lo tanto, tendan a creeridlatras a todos. Por lo tanto, eso de que los indios asistieran en gran cantidad, muy fervorosos, a unsantuario particular, como era la ermita del Tepeyac, a fortioritena que despertar sus sospechas y engeneral, su frialdad con respecto al culto llevado a cabo ah.

    La segunda es el Erasmismo, nombre que se da al pensamiento general emanado de las ideas delhumanista Erasmo de Rotterdam. Estas no eran protestantes -el mismo Erasmo era amigo delcatoliqusimo Toms Moro-, pero s contenan elementos como la utilizacin de las Sagradas Escrituras

    entre el vulgo, imitacin de las prcticas de la Iglesia Primitiva, y adems poca simpata por lasprocesiones y romeras, buscando una religin ms interior que exterior. Muchos frailes de NuevaEspaa, entre ellos Zumrraga, fueron simpatizantes del Erasmismo, y hubieron de vivir el cambio dela era pretridentina a la postridentina. Con ello, muchos frailes no queran estimular el tipo de cultocomo era el guadalupano, enfocado a dirigirse a un santuario especfico.

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    La tercera es el conflicto entre Montfar y Bustamante, que representaba un choque de concepcionesdiversas en cuanto a metodologa misionera, pues el sr. Montfar estimulaba la devocin guadalupanamientras que los franciscanos procuraban frenarla -cosa en la que ciertamente fracasaron-, y no esextrao que chocaran contra Montfar, de quien dice Mendieta: "no ha habido tigre para con nosotrosms fiero", como chocaron tambin los mtodos de conversin forzosa de los franciscanos con laconversin voluntaria que buscaba fray Bartolom de las Casas.Tomando en cuenta todo esto, y a raz de las Informacionesde 1556, podemos saber que losfranciscanos, y an colegas dominicos como Durn y De las Casas, prefirieron guardar silenciorespecto de aquel molesto asunto. Callaron el conflicto Montfar-Bustamante, que ninguna crnica del

    siglo XVI menciona, y si se conoce, es slo por las Informaciones, como nico documento, yaparecido hasta finales del siglo XIX. Si callaron con respecto al conflicto, era lgico que callarantambin sobre la causa del conflicto, que era, precisamente, la devocin a la Virgen de Guadalupe.

    Pasaremos ahora a los testimonios del siglo XVII, anteriores al ao 1648, y que completan el cuadrodel primer siglo guadalupano, ms los 17 aos que corren de 1631 a 1648.

    El culto guadalupano antes de

    Miguel Snchez

    Hay testimonios histricos guadalupanos a principios del siglo XVII que mostrar, y especialmente,empezamos a encontrar afirmaciones claras de que la imagen era aparecida, que al ser anteriores aSnchez refutan la idea de que "Snchez invent las apariciones" sobre aquel culto que losimpugnadores no tienen ms remedio que reconocer.

    1 6 0 0 - 1 6 2 2 : -Const rucc in de una nu eva I g les ia en e l Tepeyac: Desde el ao 1600 el Cabildo de

    la Catedral de Mxico, con la sede archiepiscopal vacante, juzg necesaria la construccin de un nuevotemplo en el Tepeyac, debido a que la iglesia construida por Montfar estaba un tanto alejada de laCalzada de Tepeycac y del camino real. La ubicacin del nuevo templo fue fijada cerca de donde estahora la "Baslica antigua".En 1601 se bendijo la primera piedra, y poco despus lleg el nuevo arzobispo, don Fray Garca deSanta Mara Mendoza y Ziga, quien era fraile jernimo, y bajo cuya mitra se prosiguieron las obras.Este arzobispo es aquel de quien habl Miguel Snchez en las Informacionesde 1666, diciendo que elden de la Catedral lo haba visto leyendo los autos y proceso de la Aparicin.Con todo, fue preciso esperar a que su sucesor en el arzobispado, fray Garca Guerra (dominico aligual que Montfar), bendijera en 1609 el nuevo templo en el Tepeyac, y la obra dur hasta 1622cuando se inaugur el dicho templo por el entonces arzobispo D. Juan de la Serna.

    1 2 5 8 - 1 6 1 2 : -Ana les de Ch im a lpa n : Ya fueron mencionados anteriormente, y se encuentran entrelos testimonios histricos indgenas, reseando la aparicin de la Virgen en el Tepeyac, "en 1556".

    1 6 1 4 : - Ordenac iones de l a rzob ispo don Juan Prez de la Serna : Un testimonio muy claro de laintensidad del culto guadalupano a principios del siglo XVII, son las ordenaciones que realiz elarzobispo de la Serna en el templo de la Virgen de Guadalupe, buscando as promover entre losrecin ordenados la devocin guadalupana.Por ejemplo, entre los documentos exhibidos por el p. Garca Gutirrez en El primer sigloguadalupano, estn aquellos en que figuran las ordenaciones de Alonso Dvalos como dicono y luego

    presbtero en 1616, en la iglesia de Guadalupe. Alonso Dvalos sera ms tarde obispo de Oaxaca yarzobispo de Mxico.

    1 6 1 3 - 1 6 2 2 : -P laca bur i l ada por Samu e l S t radanus: Un grabador belga, originario de Amberes,

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    llamado Samuel Van der Straet, resida en Mxico a principios del siglo XVII, y se encarg de burilarplacas de cobre para estampar obras como la del Sanctum Concilium Provincialede 1585 reimpresaen 1622.El investigador H. H. Behrens consigui en Oaxaca una de estas antiguas placas de Stradanus, queaportaba tiles datos sobre el ambiente guadalupano de principios del siglo XVII. La placa grababaestampas guadalupanas de tamao oficio, destinadas a repartirse a los fieles que dieran limosnas parala construccin de la nueva iglesia del Tepeyac. En dicha placa se encuentra una imagen de la Virgende Guadalupe, con el nombre de Stradanus a sus pies, y despus una inscripcin conmemorativa quedice:

    "El Ilmo. Sr. D. Juan de la Serna, por la gracia de Dios y de la Santa Sede Apostlica, arzobispo de

    Mxico, del Consejo del Rey nuestro seor etc., concede los cuarenta das de indulgencias que le son

    concedidas por la Santa Sede Apostlica y (el) Derecho, a cualquier persona que recibiere y tomare

    para s un trasunto de esta Imagen de la Virgen Nuestra Seora de Guadalupe, y diere la limosna

    aplicada para la obra que se va haciendo de la Iglesia nueva en su santa casa y ermita, a que todos

    los fieles deben ayudar por no tener con qu se pueda acabar y ser la obra tan piadosa y de la

    Virgen".

    En las paredes laterales de la placa, estn ocho exvotos, que corresponden a algunos de los mismosque menciona el Nican Motecpana.La placa no est fechada, pero tuvo que ser hecha entre 1613, en que inici plenamente su gobiernoepiscopal D. Juan de la Serna, y 1622, ao en que fue inaugurada la nueva iglesia.

    An tes de 1621 : - Hi sto r i a d e l a V i r gen de l os Rem ed i os , poema de l cap i tn Lu is nge l de

    Be tancou r t : Terciario franciscano, el capitn Betancourt escribi una Historia en versosobre la Virgende los Remedios en la que se refiere al milagroso origen de la imagen guadalupana, a la que hacealusin en dicho poema:

    "Mira la sangre de los sacrificios

    Que en aqueste idolismo est caliente

    Vendr a purificarse de sus vicios

    La Cristiandad de mi rosado Oriente;

    Y para que tengas de su gloria indicios

    A Tepeaquilla baja diligente,Y entre tajadas peas y redondas

    Vers mi imagen cerca de las ondas.

    No como aqu, de bulto, de pinceles

    Que en blanca manta el gran Apeles tupe,

    Porque Dios, verdadero Praxit eles,

    All me advocar de Guadalupe.

    Hrasme un templo all cuando los fieles

    La cruz levanten, y este hemisferio ocupe,

    Despus de la conquista esta tierra,

    Porque no hay cosa buena con la guerra.

    Dijo, y fuese la garza imperiosa

    y el cacique devoto baj al valle;

    hall el precioso lienzo de la rosa,

    y hubo, con la prim era, de guardalle

    hasta que la ciudad majestuosa

    se visti por Espaa a nuestro talle,

    y a la de Guadalupe, flor bendita,

    don Juan labr de pinos una ermita".

    Testimonio inequvoco de la tradicin que corra referente al origen divino de la imagen de Guadalupe,y valioso por provenir de un terciario franciscano, siendo que, como hemos visto, hubo silencio denumerosos franciscanos del siglo XVI sobre la Guadalupana.

    1 6 2 9 : -La i nundacin de 1629 : En 1623 el virrey Diego Carrillo de Mendoza y Pimentel, marqus de

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    Gelves, mand hacer obras que encauzaban las aguas del ro de Cuautitln hacia la cuenca deTexcoco. Esto provoc unos aos ms tarde, en 1627, el principio de una inundacin general al nortede la ciudad de Mxico.Finalmente, en septiembre de 1629 la inundacin alcanzaba ya al Tepeyac, de una manera tandesastrosa, que el arzobispo de Mxico, don Francisco Manso y Ziga, decidi trasladar la imagenoriginal de Ntra. Sra. de Guadalupe a la Catedral Metropolitana, traslado que se verific -parte encanoa y parte en calles-, el 25 de septiembre de aquel ao.El traslado cont con la presencia del virrey Rodrigo Pacheco de Osorio, Marqus de Cerralvo, denumerosos representantes del clero diocesano y regular, y fue colocada solemnemente en el altarmayor de la Catedral.

    Este hecho sirve para contradecir la tesis de D. Joaqun Garca Icazbalceta, en el sentido de que elculto guadalupano "fue cediendo hasta desaparecer", entre 1556 y 1648.

    1 6 2 5 - 1 6 2 9 : -Una p in tu r a guada lupana en San Lu is Po tos : En su polifactico libro Elguadalupanismo mexicano, Francisco de la Maza informa (cap. 5 pags. 47-48) de una pintura "de SanLorenzo de la Piedra, de 1625, en San Luis Potos", aadiendo ms adelante, que es "la primerapintura al leo que conocemos, est en el Santo Desierto de San Luis, llevada en 1629 por don Juan

    Barragn Cano. Es una de las mejores copias que conozco del original y se conserva en perfectas

    condiciones"

    1 6 3 4 : - El r eg reso de la Guada lupana a l Tepeyac: En 1634 finaliz la terrible inundacin que habaprovocado el traslado de la imagen original a la Catedral, y se procedi a devolverla al santuario delTepeyac. Con este motivo un poeta annimo escribi unas Coplas a la partida de Nuestra Seora deGuadalupe, en las cuales se refiere a su origen celestial:

    "De vuestra sagrada imagen

    hay vocaciones diversas

    que consolar aseguran

    tan amarga y triste ausencia.

    Confieso que toda es una

    y en una toda se encierray que se derivan todas

    de la original primera.

    Pero son ac pintadas

    de humanas manos diversas,

    con matizados colores

    que hum anos hombr es inventan;

    Vos, Virgen, sois dibujada

    del que hizo cielos y tierra

    cuyo portento no es mucho

    d indicio que sois la misma..."

    Tan claro testimonio del culto guadalupano, ya en pleno siglo XVII, demuestra que el intervalo detiempo elegido (1531-1648), se caracteriz por una expansin de la devocin a la Virgen deGuadalupe en el Virreinato, y que hasta ahora sigue creciendo, extendindose a otros pases deAmrica y del mundo.

    1 6 4 0 : - Un sermn de l padre Migue l Snchez: El mismo De la Maza, ya citado, habla en su cap. 6pag. 49, de un sermnpronunciado por el p. Miguel Snchez en 1640.En dicho sermn Snchez (llamado "primer adalid del guadalupanismo" por De la Maza), habl sobreSan Felipe de Jess, criollo, y expres su deseo de escribir ms adelante sobre la Virgen de

    Guadalupe. Lo interesante es que para De la Maza, y ms recientemente para el padre Stafford Poole,la Guadalupana vena ser un smbolo de originalidad para los criollos mexicanos. Tienen bastanterazn, y esto demuestra como, a poco ms de un siglo de las apariciones, la Guadalupana empezabaa convertirse en bandera s ign i f i ca t i va para los mexicanos. Juzguemos como 170 aos despus, elcura Miguel Hidalgo tom como estandarte la imagen guadalupana, no en cd. de Mxico sino en

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    Guanajuato, y encontraremos un testimonio que se remonta por lo menos a 1640, de la devocinguadalupana entre los criollos, una nueva fuerza social en la Nueva Espaa, que acabara por hacercrisis con los espaoles peninsulares.

    Hasta aqu llego con los Testimonios Histricos. He procurado resumirlos y explicarlos brevemente,aunque es muy probable que no sean todos los que existen o son citados. Adems estoy a laexpectativa de que, en mi vida, llegue a descubrirse algn otro documento histrico guadalupano, que

    tenga referencia de otros autores, o bien enteramente desconocido.

    .

    Bib l iograf a :

    BRAVO UGARTE Jos, Cuestiones histricas guadalupanas, Edit. JUS, 2a. Ed. 1966

    CENTRO COORDINADOR DE EDUCACIN GUADALUPANA, El Guadalupanismo de los Arzobispos de Mxico del Siglo XVI, sin editorial y sinfecha

    CHAUVET Fidel de Jess, El Culto Guadalupano del Tepeyac, sus orgenes y sus crticos en el siglo XVI, Edit. Tradicin, 1a. Ed. 1978

    CHAUVET Fidel de Jess, Historia del Culto Guadalupano, en el lbum del 450 Aniversario de las Apariciones de Nuestra Seora deGuadalupe

    DE LA MAZA Francisco, El guadalupanismo mexicano, Fondo de Cultura Econmica, 1a. Ed. en Lecturas Mexicanas, 1984

    DUARTE Luis G. Impugnacin a la Memoria de Muoz, en Testimonios Histricos Guadalupanos

    INFORMACIN POR EL SERMN DE 1556, en Testimonios Histricos Guadalupanos

    JUNCO Alfonso, Un radical problema guadalupano, Edit. JUS, 3a. Ed. 1971

    MUOZ Juan Bautista, Memoria sobre las apariciones y el culto de Nuestra Seora de Guadalupe, en Testimonios Histricos Guadalupanos

    OGORMAN Edmundo, Destierro de sombras, luz en el origen de la imagen y culto de Nuestra Seora de Guadalupe del Tepeyac, Edicin delInstituto de Investigaciones Histricas de la U.N.A.M., 2a. reimpresin de la 1a. edicin de 1986, 2001

    SAHAGN, Fr. Bernardino de, Historia General de las Cosas de Nueva Espaa. Edit. Porra. Coleccin Sepan cuantos, 1999.

    TORRE VILLAR Ernesto de la, La Virgen de Guadalupe en el desarrollo espiritual e intelectual de Mxico, en el lbum del 450 Aniversario delas Apariciones de Nuestra Seora de Guadalupe

    TORRE VILLAR, Ernesto de la, y NAVARRO DE ANDA Ramiro, Testimonios Histricos Guadalupanos, Fondo de Cultura Econmica, 1a. Ed.2a. Reimpresin, 2004

    http://www.proyectoguadalupe.com/documentos/infor_1556.html

    http://www.proyectoguadalupe.com/documentos/infor_1556.htmlhttp://www.luxdomini.com/_gpe/contenido1/index.htmlhttp://www.proyectoguadalupe.com/documentos/infor_1556.html