Ma. Ang+®lica Caino - Una perspectiva interpretativa del malestar docente y su sufrimiento...
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U n a p e r s p e c t i v a i n t e r p r e t a t i v a d e l
ma les ta r d o c e n t e
Planteamiento de una utopía1
Con distintos niveles de conciencia y
comprensión, siempre he creído en
la posibilidad democratizadora de la
escuela, alimentada por la convic-
ción de que la función productora
social de la educación se resuelve en
una síntesis instituyente, que los
educadores encuentran a partir de
comprender profundamente las con-
diciones que producen marginación
cultural y educativa y de tensar di.
chas comprensiones desde la convic.
ción en la utopía de la "emancipa-
ción" -en términos de HabermasJ
personal y colectiva. Es esta tensión
entre "lo dado" y los valores y cono-
cimientos, lo que posibilita ubicarse
en un lugar de trabajo desde una
función instituyente que posibilita
las transformaciones sociales, y que
está constituida por el trabajo "con
sentido".
Esta función instituyente está sosteni-
da por el convencimiento de que la
materialidad de las condiciones que
oprimen y oprimieron al hombre fue
posible de superar gracias a las luchas
sostenidas con esfuerzo, trabajo y or.
ganización y posibilitadas por estados
de conciencia con discernimiento de
los problemas, ideales fuertes y com-
prensiones consistentes, cuyo valor se
expresó en la concreción de condicio.
nes materiales y espirituales supera-
doras. Estas explicitaciones se consti-
tuyen en la utopía desde donde intento
aprehender las situaciones problemáti-
cas: la justicia, que para concretarse
necesita de sujetos con motivaciones
emancipatorias y un compromiso y ac-
ción instituyente. Estas cuestiones tan
amplias se especifican a partir del
análisis de problemas concretos, Así,
entonces, la realidad que se aborda en
este trabajo se hace desde algunos as-
pectos problemáticos, no porque ellos
sean los únicos de la realidad, sino
porque los acotamos consciente y va.
luntariamente para explicarlos e inter-
pretarlos.
Objetivo de este trabajo
La importancia del tema: Elmalestar docente y su sufrimiento psfquico,
convocante de estas jornadas, reside
en la necesidad de buscar alternativas
de trabajo que posibiliten la recons.
trucción de la autoestima docente, que
, . . , . - , . . , . , - . , .> dialécticamente redunde en un fortale-
cimiento para la participación en el
trabajo gremial, y la reconstrucción del
rol formador del docente, por su inci-
dencia en la constitución de púberes y
jóvenes y su interacción permanente
con éstos, mediada por conocimientos
y valores, que pretendemos
emancipatorios.
Un docente que soporta los sufrimien-
tos que detallaremos más adelante di-
fícilmente puede asumir su propia
emancipación, y menos aún, la forma-
ción de jóvenes emancipados.
li/ El contexto de interacción cotidiana del maestro
Las condiciones en que se constituye su subjetividad sufríente
Es imposible comprender elmalestar y sufrimiento psfquico del docente si
no se lo considera en el marco social
más amplio que lo contiene:
a. La sociedad en general.
b. La institución escolar (su funciona-
miento y el clima escolar).
c. Los estudiantes.
a. Condicionantes sociales generales P r 2
Según información de las Naciones J a
Unidas para el Desarrollo, "para elaño 2 2000 se llegará con 296.000.000 de po- $
bres, o sea un 56,30/, de la población de 5 S:
América atina y e l ~ a r i b e " . ~ Existen 2 profusos datos, que obviarnos, por no
ser el objetivo de nuestro trabajo, que E.
; 54 g . . . , . , , . , , . , . . , . ! -
muestran con mayor cotundencia esta
realidad. Sí interesa decir que sostener
esta situación material requiere de "la
conformación de subjetividades al mode-
lo de sociedad hegemónica que (. . .) utili-
za mecanismos de coerción (...)y meca-
nismos de imposición ideológica", como
plantea Morgenstern de Finkela4 Soste-
ner estas injusticias requiere crear y
recrear una cultura sensitiva de poco
esfuerzo, disciplina y conocimiento,
hace, y bueno, pobrecito, que disfru-
te, yo me sacrifico por él, que disfru-
te todo lo que nosotros no pudi-
mos ..." Corrimiento por parte de los
adultos en general de su rol formati-
voy función educativa y ausencia de
modelos consolidados constructivos
y productivos para los adolescentes.
Promoción por parte de los medios
de comunicación de valores total-
mente opuestos a los que promueve
la escuela, como violencia, placer
puramente sensitivo, valores que,
con el espacio privilegiado que ocu-
pan en los medios, se constituyen en
constructores fuertes de opinión,
identidades y subjetividades , produ-
ciendo un tipo de socialización que
tiene que ver con el goce, la especta.
cularidad y también el terror, la des-
territorialización y la ahistoricidad.
Medios de comunicación que son
"los principales formadores del imagi- '
sin demasiada identidad, ni compro- nario cole~t ivo",~ con narraciones mico con nada. En este marco amplio fragmentadas de presentes sin me-
de lo social, se escuchan y hacen eco moria, que son una constante en los
"voces" que bloquean al docente. medios.
.* "¿Para qué vas a estudiar?" Una cri-
sis social que desvaloriza la educa-
ción, el conocimiento, la escuela en ge.
neral y al docente en particular;
"Los docentes son unos vagos, tie-
nen tres meses de vacaciones y enci-
ma hacen huelga." Opinión -con res-
pecto a docentes y la escuela- con.
formada por un discurso oficial des- calificado~;
"Yo no sé qué hacer para que mi hijo
estudie ... Para que se acueste tem-
prano ... es que, con el calor que
6. La institucidn escolar
La escuela no enseña todo lo que de- bería y podría enseñar, ni el alumno
aprende todo lo que debería y podría
aprender, con lo cual se produce una
"injusta distribución de la cultura" que
atenta en contra de los derechos hu-
manos y la dignidad del hombre, y que denomino "exclusión escolar interna".
Esta exclusión se explica por la exis-
tencia de un tipo de configuración en.
tre elementos, cuyo rasgo es la pérdi- da del sentido de la tarea educativa - con todo lo que ello implica-, y cuyos
efectos constituyen dicha exclusión.
Configuración generada y generadora
de un discurso y acción pedagógicos;
configuración que determina y es de-
terminada por los sujetos que la prota-
gonizan con distintos niveles de con-
ciencia. Entre los elementos que in-
teractúan en esta configuración, es im-
portante destacar algunos aspectos,
por su relevancia en el impacto y en la
constitución del sujeto "kufriente'? el
docente.
Algunas características en su funcionamiento
Vicios en el otorgamiento de cargos
y distribución y valoración de tareas
que se constituyen en un modo par-
ticular de corrupción y una forma de
discriminación.
Desempeño confuso y/o ambiguo de
roles que se expresa en forma de ar-
tificialidad -"actores que optan por es-
tar sin estar"-.6
Ausencia de sistematicidad del fun-
cionamiento de instancias colegia-
das, legitimadas en resoluciones que reglamentan su funcionamiento, y
también ausencia, en las mismas,
del tratamiento de los aspectos que
hacen al cumplimiento de la función
.específica de la escuela: el trabajo en
torno a conocimientos y valores. Así,
cuando aparece "lo pedagógico", es
para tratarlo desde explicaciones simplificadas e interpretaciones de-
, . . , . . , . , , . , . . , . , ,,a4- formadas, ambiguas, de los mejores
aportes de la pedagogía. ,/
Vacíos de conocimiento sobre la ins-
titución escolar. Al respecto, Frigerio
plantea:
"Sobre la escuela como institución y su
gestión no ha habido hasta hace poco - una intención sistemática de construir J
saberes (...)y hay que señalar que el
saber construido no siempre ha estado
a l alcance de la mayoria de los docen-
tes (...) [y] una práctica que no está
construida como teoría es una teoría
que se ignora, es decir, cualquier cosa
menos una experiencia.., entonces,
jcómo resignificar las tareas sustanti-
vas de la institución s i es evitado u omi-
tido el conocimiento sobre la misma?"
Ello implica:
La imposibilidad de aprehender el
"clima escolar" como ambiente que
dificulta o facilita la acción pedagó.
gica y que, como "texto", explica
otros contextos, entre ellos el aula.
La vigencia de la 'permisividad"
como criterio tácito o expreso que
bloquea la iniciativa y el esfuerzo, y
produce lo que
Arthur Costa, en
cita de Perkins,'
plantea: "Cuando el clima
de la escuela es
desalentador, los
maestros se depri-
men, la imagina-
ción, la creativi-
dad, el altruismo y
la habilidad inte-
lectual sucumben
ante la diaria cantilena de alumnos
ingobernables ... " La práctica de una "cultura del faci-
lismo", que aparece como un senti-
miento determinista negativo, ya
que el más mínimo esfuerzo es vivi-
do internamente como límite infran-
queable contra el que es imposible
luchar.
c. Los alumnos
Hiperexcitación, aceleramiento en
todo, estructura de pensamiento más
cercana al videoclip, con profundas di-
ficultades para la concentración de la
atención y la construcción de una Iógi-
ca de pensamiento conceptual y re-
flexivo, trato "igualitario" para con
todo el mundo, grandes y chicos, fan. tasía de la plena libertad, compromi-
sos pequeños y con pequeñas cosas y
que difícilmente involucran a la totali-
dad del individu~desconsideraci6n 4
indiferenciada con los agentes forma-
dores y todo lo que ellos representan:
libros, conocimiento, "rechazo del cono-
cimiento liberadorporparte de quienes
más se beneficiarjan con él, básicamente
los jóvenes pertenecientes a sectores po- pulares dispersos y débiles" (como ex-
presa F~ l l a r i ) . ~ - Posicionamiento en una actitud hos-
t i l , casi de "enemigos", contra quie-
nes afanosamente intentan "formar-
los": los docentes, agrediéndoles de
distintas formas.
Ausencia de autodominios básicos
que posibiliten y/o sean posibilitado-
res de una aprehensión, compren-
sión, desarrollo y control de sus po. l tencialidades y, por lo tanto, de auto- 1 disciplina y de estudio.
Sobreestimulación que promueve l
una comprensión débil, construida a l partir de "significantes flotantes"; I
sobreestimulación cuyas peores con-
secuencias residen en la superficiali-
dad, aislamiento y acumulación de I
comprensiones mínimas que promue-
ven la ilusión de un conocimiento. Desterritorialización, que los hace
pertenecer a "no lugares" (Marc Auge, citado por García Canclini).
"Identidades transterritoriales y
rnultilingüísticas que desvanecen las
identidades concebidas como expre-
sión de un ser colectivo" (García
Canclini).
Práctica de la cultura del facilismo,
que envuelve en "un pernicioso círculo
de autocomplacencia y que anticipa la derrota ".9
El docente: algunos pensamientos y rasgos
Se escucha decir a los docentes: "A
este curso no lo aguanto
más ..."," Pagaría cualquier cosa para
no tener que dar clase...", "No tengo
ganas de venir a la escuela, quiero ju-
bilarme...", "Los chicos no aprenden
nada, yo ya no sé que hacer para que
aprendan, con lo que gano, les traigo
fotocopias y las pierden", "El afiche
con organizadores conceptuales que
pusimos la semana pasada ya no
está..", "Yo ya no sé qué hacer, y eso
que trato de hacerles interesantes las
clases, los llevo de visita a distintos lu.
gares, vemos películas ..., para colmo
las nuevas directivas son que no quede
ningún chico fuera del sistema, ¿qué
querrán decir?, ¿que los aprobemos no más?...", "Y vas a ver que va a pasar lo
mismo que el año pasado, con la can-
tidad de cosas que tenemos que hacer
y perdiendo horas en esas reuniones
que al final no sirven para nada...", "Es
enloquecedor, me contó una compañe-
ra que con la transformación ella que.
da en disponibilidad en seis horas, es
terrible, y ella es sola para mantener la
casa...", "Hoy nosotras tenemos re-
unión ..., jcon qué nos encontrare-
mos ... ? Lo peor es que después cuan-
do llego a casa me la agarro con mi
marido".
Desmotivación, falta de iniciativa, in-
credulidad ante la lucha gremial, sen-
sación de inutilidad, impotencia ...
Algunas interpretaciones generales posibles
Estas expresiones pueden ser aprehen- didas a través de tres ejes:
, . , , . . , . . , , , . . , - 3 57 a. Asunción no productiva de una pro-
fesionalidad más amplia que el des-
empeño en el aula. Con el adveni.
miento de la democracia, el docente
es integrado a participar en ámbitos
colegiados en las instituciones, con
la consecuente responsabilidad y protagonismo que ello requiere. Sin
embargo, a pesar de sus mejores in.
tenciones y esfuerzos, dichas instan.
cias no resultan satisfactorias ni rea.
lizadoras.
b. Bajos rendimientos de los aprendi-
zajes de los alumnos, con el conse-
cuente sentimiento de inutilidad por
parte del docente, aun a pesar del esfuerzo por profesionalizarse y am.
pliar sus conocimientos pedagógicos
y específicos.
c. Interrelación humana no feliz entre
docentes y alumnos, a pesar del
ahínco puesto por los primeros en la
"democratización" de las relaciones,
flexibilizando actitudes y exigencias y
haciendo propuestas de trabajo más
fáciles, aflojando la disciplina.
Un primer análisis permite interpretar
la vigencia de:
Pérdida de "senti-
do" de lo que
hace, que es pér-
dida de significa-
ción y valores,
que deviene en
sentimiento de
fuga y pérdida de la especificidad
de su función, tan- to en su inserción
/ 58 f . . . . . . . . , . . , . . , . - 1 institucional más amplia como en el I aula. I 1 1 1 Esta interpretación aprehende lo no
j evidente, pero, sin embargo, se consti-
tuye en una enunciación con fuerte po-
der explicativo e interpretativo. La au-
sencia de sentido debilita la asunción
I del rol y la motivación personal; y con
i tales debilidades integradas en una ins- I titución, las situaciones son caóticas. I
Estas aprehensiones simples toman
una dimensión diferente si las "mira.
mos" desde las teorizaciones de
Dejourlo cuando, en el marco de la psi-
copatología del trabajo, se plantea "la
elucidación del trayecto que va desde e l
comportamiento libre hasta el estereoti-
pado y la identificación del proceso de
desaparición del comportamiento libre";
y explica que "la insatisfacción es uno
de los síntomas del sufrimiento psíquico"
y que "la ausencia de designación y fina-
lidad del trabajo (...) condensa los senti-
mientos de indignidad, inutilidady desca-
lificación (...)y el sufrimiento comienza cuando el trabajador utiliza todo lo que
disponía de saber y poder y ya no puede
cambiar la tarea ... "
El autor plantea que el otro síntoma
del sufrimiento es la ansiedad y la ex-
plica diciendo que "hay una degrada-
ción del funcionamiento mentaly del
equilibrio psíquico (. ..) con necesidad de
descargas agresivas".
Estos aportes resultan bastante des-
criptivos desde la perspectiva de una
pedagoga. Sin embargo, si nos remiti-
mos a la afirmación de que "la ansie-
dad y /a insatisfacci6n -sfntornas del
sufrimiento- crecen con /a ignoran-
cia': creo que se abre un campo rico
para la interpretación de los rasgos
que aparecen en el docente, para su
resolución. Ello es así porque abre la
posibilidad de pensar que poner a dis-
posición del docente explicaciones y/o
interpretaciones que hagan conscien.
tes las condiciones en las que se confi.
gura su malestar, puede ayudarlo a
modificar esas condiciones, y consti.
tuirse así en protagonista en la supera-
ción de su propio sufrimiento.
Intentando un análisis y propuestas superadoras que surgen de él
Trabajar sobre las comprensiones de
los docentes acerca de sus propias ta-
reas y las condiciones personales, -gru- pales y sociales que se ponen en juego
en las mismas, es un propósito esen. cial en las propuestas de trabajo de
formación docente más progresistas.
Antes de comenzar con algunas pun.
tualizaciones, hay dos supuestos ge-
nerales de los cuales partir: por un lado, la convicción construida a partir
de la experiencia teórico-práctica en el trabajo con los docentes, sobre los
efectos gratificadores que produce la
construcción de un sentido valioso, he-
roico para su tarea. Es un primer mo-
mento emancipatorio que alivia mu-
chas de las tensiones que lo oprimen -
fundamentalmente, del sentimiento de
inutilidad -. Por otro lado, una percep-
ción bastante precisa de que, con dis-
tintos grados de conciencia, el docente
cree hacer lo mejor desde comprensio-
mes que, a mi juicio, constituyen ideas
confusas, ambiguas, acerca de crite-
rios pedagógicos valiosos a partir de
los cuales cree y dice actuar.
Así, desde la problemática concreta
que nos ocupa e/ rnalestary sufri-
miento docente, se hace indispensable
delimitar las condiciones que generan
y potencian tales sentimientos, para, a
partir de ello, integrar elementos y as-
pectos específicos en su formación.
Para ello, profundizaremos en los tres
ejes planteados más arriba, reafirman-
do que cada una de las propuestas de superación de ellos supone una prime-
ra, permanente y última actividad: la construcción de un sentido heroico de
la tarea escolar.
a. El docente sufre una exclusión interna, porque está excluido aun cuando está
físicamente presente. Ha asumido, y
con mucha alegría, su responsabilidad
educativa más amplia, que se concreta en las instancias colegiadas, pero sin
s . . . . . , . , , . . . . . .) 19 . .. aprehender la institución en su totali-
dad con su organigrama, la función y sentido específico de cada una de las
instancias. Además, no comprende
cómo todas ellas condicionan su accio-
nar en el aula y no percibe, consecuen.
temente, la necesidad de hacer de es-
tos espacios instancias de discusión y
consenso de criterios. Junto con ello,
la dificultad para apropiarse del dere-
cho que lo asiste a participar, a opinar,
a disentir, para introducirse en la tra.
ma más amplia de la organización.
Así, con la imposibilidad de aprehen-
der específicamente cómo, con qué,
aportar y/o reclamar y/o requerir en
estas instancias -generalmente
prolíferas en informaciones adminis-
trativas-, asiste a ellas "sin pena ni
gloria" y con la consecuente carga de
la sensación de haber perdido tiempo.
Quedarían perfilados, así, dos aspec-
tos sobre los cuales hacer aportes
para la comprensión de su tarea por
parte del docente:
1. La edu,cación que el docente está
convocado a concretar no se resuelve
sólo en el aula, hay
todo un "contexto"
que la contiene y con- diciona y que requie-
re también de la pre-
sencia de los criterios
del docente. Las cate. gorías de "dispositivo
pedagógico", "re-
glas...", "texto
privilegiante", de
Berstein,I1 constitu-
< , . . , . . , . , . . . . . . . yen valiosos aportes teóricos para espe-
cificar conceptualmente este accionar.
También producciones de Lidia
Fernández12 y Graciela Frigerio hacen
aportes riquísimos para la compren-
sión de la institución.
2. A los docentes les asiste el derecho
de participar con todo el sentido que
crean necesario en las instancix cole- giadas. La reglamentación al respecto
no sólo plantea la obligación de asistir,
sino que otorga el derecho a darles
significatividad y a vivirlas con sentido.
Sólo la apropiación de este convenci.
miento puede llevar al ejercicio del de-
recho ya formalmente instituido, ha-
ciendo de la experiencia algo más pro. ductivo, porque va modificando una de
las condiciones que le hacen sentir
que pierde tiempo.
b. La situación de los docentes tiene
que ver con innumerables condiciones,
pero también con el modo en que se
ensaña. Entre los modos de enseñar, pueden detectarse algunos profunda. mente condicionados por el deseo ma-
logrado de mejoramiento y superación
docente. Se infiere, a partir de indicios
concretos, que en los últimos tiempos
el docente ha sido "bombardeado" por
aportes pedagógicos de inconmensu-
rable valor progresista,
emancipatorio ... Sin embargo, las con-
diciones en que han llegado dichos
aportes han provocado su improducti- vidad. En primer lugar, han llegado al
margen de las demandas, necesidades
y comprensiones de los docentes. En
segundo lugar, han aparecido viciados de segmentación (por ejemplo, en un
curso sobre evaluación no se habla de
enseñanza; en un curso sobre enseñan- za y aprendizajes relevantes no se
nombra el proceso concreto-abstracto-
concreto del cual aquéllos forman par-
te). En tercer lugar, la crítica -legítima
y sostenida- a los conocimientos posi- tivos y universales de la modernidad,
sin tener en cuenta al "otro" -el nivel
de comprensión del docente- se consti-
tuye en un absolutc que impide recu-
perar lo mejor de la modernidad, des-
conociéndose con ello el valor social
de la construcción de dicho conoci-
miento. El pensamiento crítico es un
momento del proceso y maduración
ético-cognitiva que puede ser ayudado
con el aporte de nuevos y más elemen- tos que susciten dudas, contradiccio-
nes críticas. El pensamiento crítico no
es un "tema más" en la formación; es
"un momento de la formación", sólo
posible desde la disponibilidad de ele- mentos teóricos prácticos y la vivencia
de un valor a partir del cual se juzga la
pertinencia o no, humanidad o no, le. gitimidad o no, de un conocimiento y/
O valor.
Así, los mejores aportes pedagógicos,
descontextualizados y extemporáneos
para el momento del proceso ético
práctico cognitivo que vive el docente,
lejos de colaborar a una reconstruc-
ción de su tarea, han producido una
desestructuración que es necesario re. vertir desde "sentidos" valiosos y co-
nocimientos apropiados. Al respecto,
los planteos de Alicia De Alba13pueden
ayudar a comprender cómo el docente,
con su mayor esfuerzo, mejor inten-
ción y la más alta predisposición, no logra incorporar productivamente todo
aquello que afanosamente busca. Ex.
plica la autora que se produce un va- cío entre quienes construyen y/o di-
funden el discurso pedagógico y los
"hacedores" de la educación: los do-
centes. La autora se expresa as2
"El constructor de la palabra se ha ido
alejando del protagonista-escucha... En-
tre constructory escucha el diálogo se ha
roto ... El aspecto central que ha propicia-
do la ruptura se encuentra en la forma de
socializar e l discurso y en la estructura
del mismo.. . El 'protagonista-escucha' se
ha perdido, en la medida en que el len-
guaje procedente del constructor del dis- curso critico se ha hecho inaccesible al
escucha ... Se hace necesario el reconoci- miento por parte del constructor de la pa-
labra de las posibilidades y límites del lu-
gar teórico conceptual desde el cual é l construye su palabra y de aquéllos desde
donde los otros construyen ... "
También Baraldi l4 aporta a esta com-
prensión:
"La factibilidad de la circulación del
aprender estaría determinada por la po-
sibilidad de que el Otro demande ade-
cuadamente. Todo trastorno (...) impli-
ca una demanda desproporcionada de ese otro".
Podemos enunciar algunos aportes pe-
dagógicos que, recibidos por el docen- te en las condiciones antes menciona-
das, producen efectos no queridos en
* . . , . . . . . , . , . , , . ) 61 la enseñanza y en el aprendizaje. 1. lnterdisciplinariedad, entendida
como excluyente con respecto a la
disciplina.
2. La educacidn como proceso que
desconsidera y desvaloriza el pro- ducto: conceptos, información cate-
gorías, datos ... 3. Tener en cuenta lo que 'ya se
sabeJ'y quedarse en ello como mo-
mento central en la enseñanza de co.
nocimientos.
4. El docente debe aprender del alum- no, secundarizando el rol enseñante
del docente.
5. Relevancia, entendida como mero relato sin categorías sin conceptos
para analizar el relato.
Todo esto nos pone en el riesgo. Como dice Julia Varela:15
"Las pedagogías renovadoras (. . .) CO-
rren el peligro de reivindicar una cultura
(...) de las clases populares excesiva-
mente vinculada a lo creativo, concre- to, a lo localy práctico ... Pueden de
este modo encerrar a los hijos de las
clases más desfavorecidas en una es-
pecie de realismo coricreto, negándoles el acceso a la cul-
tura culta y provo- cando asílos efec-
tos menos desea-
dos: impedirles
escapar a su con-
dición de sujetos
sometidos.. . "
Estos aspectos in- troducidos en la en-
señanza, ignorando