MacDonald, James - Cinco cosas que Dios promete para tiempos dificiles.pdf

31
Dio5 e51d 5iempreconmigo 33 como d icnlo y diversas y no hay nadie que este: realmente asustado del presente, pero no lo tememos porque lo conocemos. Tememos a/JOra que: pasará lurgo. "Tengo algo por delante, y no me gusta El miedo es tan preciso y tan fiable como la previ- sión del tiempo local, pero ambos parecen especializarse en poner frenética a la gente, La pérdida, ,, 1 Slif r im¡""to ¡y cosas mAs! Cuando pe nsamos en el futuro, tememos la rdida y el sufrimi e nto. Tenemos miedo de perder a personas . ¿Me amará siemprr mi I! Sposo? ¿Durará esta amisMd tall valiosa? ¿Camiuarán mis IJijos ron,.1 Se,¡or, ° U apartaran d,. El? Tenemos miedo de perder nuestros bienes. Apmas logro ""gar (1 fi1l d,. 1II<'S: ¿podri cOllurvar mi ctlSa? ¿ Tmdrl sufi- cimtr para vivir? ¿Habrá di '1"0 para que mis bijos eSflldim <'Il la I</liv,.rsidad? Tememos perder nuestra posición social. Hrtmbajado 1IIucho, yahorll tmgo 1I11a oporflll/idad. ¿La ulldri sil!lllPr,. ola p"dm!? Tmgo drudas. ¿Lo dl!Scubrirá algllil!1I? Tememos el dolor risico; los cxjmencs y manipulacio- nes del médico; el sufrimiento que supone el dolor crónico debido a una enfermedad que no se cura . Incluso más, le tenemos miedo al dolor emocional. Mi amigo ha mrolllrado a otro, a mis bljos /1O I<'S importa I/ada, mi part:}a sr rstá distallciando dr mi, Tememos el sufrimiento personal. No <'StO) a gllsto COIl - migo mÚmo. Podría IJflber, debería IMber, /Mbría/JCrI,o, 110 IJia, 1/0 soy. Fallé. El miedo casi siempre tiene que ver con algo futuro que nos aSuSta . Si quiere disponer de una lectura alegre antes de acos- tarse, busque la palabra múdo en Internet. Encontrará miles de fobias documentadas; es un t<'Tmino antiguo que empleamos par;¡ clarificar lo que impide a una persona

Transcript of MacDonald, James - Cinco cosas que Dios promete para tiempos dificiles.pdf

Dio5 e51d 5iempreconmigo 33

bl~ma.~, como d arr~pentim icnlo y diversas cons~cuencia.~.

y no hay nadie que este: realmente asustado del presente, pero no lo tememos porque lo conocemos. Tememos a/JOra

que: pasará lurgo. "Tengo algo por delante, y no me gusta nada~. El miedo es tan preciso y tan fiable como la previ­

sión del tiempo local, pero ambos parecen especializarse

en poner frenética a la gente,

La pérdida, ,,1 Slifrim¡""to ¡y m"c/~as cosas mAs!

Cuando p ensamos en el futuro, tememos la p érdida y el sufrimie nto. Tenemos miedo de perder a personas. ¿Me

amará siemprr mi I!Sposo? ¿Durará esta amisMd tall valiosa? ¿Camiuarán mis IJijos ron,.1 Se,¡or, ° U apartaran d,. El?

Tenemos miedo de perder nuestros bienes. Apmas logro ""gar (1 fi1l d,. 1II<'S: ¿podri cOllurvar mi ctlSa? ¿ Tmdrl sufi­cimtr para vivir? ¿Habrá di '1"0 para que mis bijos eSflldim <'Il la I</liv,.rsidad?

Tememos perder nuestra posición social. Hrtmbajado 1IIucho, yahorll tmgo 1I11a oporflll/idad. ¿La ulldri sil!lllPr,.

ola p"dm!? Tmgo drudas. ¿Lo dl!Scubrirá algllil!1I? Tememos el dolor risico; los cxjmencs y manipulacio­

nes del médico; el sufrimiento que supone el dolor crónico debido a una enfermedad que no se cura .

Incluso más, le tenemos miedo al dolor emocional. Mi amigo ha mrolllrado a otro, a mis bljos /1O I<'S importa I/ada, mi part:}a sr rstá distallciando dr mi,

Tememos el sufrimiento personal. No <'StO) a gllsto COIl ­

migo mÚmo. Podría IJflber, debería IMber, /Mbría/JCrI,o, 110

IJia, 1/0 soy. Fallé. El miedo casi siempre tiene que ver con algo futuro que nos aSuSta .

Si quiere disponer de una lectura alegre antes de acos­

tarse, busque la palabra múdo en Internet. Encontrará miles de fobias documentadas; es un t<'Tmino antiguo que

empleamos par;¡ clarificar lo que impide a una persona

34 PROMESA 1

en fre ntarse a situacioneS cOncretas. Una búsCJucda rápida nos ofrece las siguientes:

Acrofobia : mkdo a las ahuras

Acuafobia: miedo al agua

Agorafobia: miedo a los lugares ab ialOs o publicas Antropofobia: mi edo a !as perso nas

Astrofobia: miedo a l trueno y al rayo

Parece ser que si tom amos cua lquier t<'rmina griego y le añadi mos el sufijo fobia, ¡hemos nombrado Un miedo nuevo! Yesos son solamente los que comien:Wll por la A;

echem os un vis t azo rápido al reS l O del alfab/;lO:

Batmofobia: miedo a las escaleras o a Jos Jugares empi-

nados

Claustrofobia : miedo a los lugares cerrados

NiclOfobla: miedo a la oscuridad

Numerofobia : miedo a los números

Pirofobia: miedo al fuego Zoofobi a: miedo a los animales Me estoy aburriendo ... iY usted? La gente se asusta de

un montón d e cosas, y es divertido hasta que llegamos a

esa que hace que Se nos fo rme un nudo en el estómago.

Admitamos que el miedo es un problema universa l.

Nos golpea como un a ola, amenazando con Hagarnos en

su reflujo. Las Escrituras identifican la emoción aplastante

del miedo casi mil veces.

Echemos un viSTazo a algunos de esos pasajes bíblicos:

• Abraham tem ió la ausencia de un heredero varón.

Dios le dijo en Génesis 15:1: " N o temas . .. yo soy tu

escudo, y tu galardón sed sobrem anera grande".

• Agar tuvo miedo de ver morira Ismael. Dios le dijo en

Génesis 2 1: 17: "¿Qué tienes, Agar? N o remas; porque

Dios ha oído la voz del muchacho en donde está ".

• Los israelitas estaban a ter rorizados al ver que los

egipcios, con dc:seos homici das, les atacaban desde

Dio5 e51d 5iempreconmigo 35

la retaguardia mientras se enfrentaban a la barrera

de! Mar Rojo. No había escapatoria. Justo en medio de una situación aparentemente irresoluble, Moisés les dijo: uNo tengan miedo ... Mantengan sus posi­

ciones, que hoy mismo serán testigos de la salvación que e! SENOR realizará en favor de ustedes" (Éx.

14:13, NVI) .

• David tuvo miedo por su vida en numerosas ocasio­nes, pero escribió estas palabras en el Salmo 23:4 : UAunque ande en v:dle de sombra de muerte, no

temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo".

• Salomón dudaba mucho de su capacidad de seguir los pasos de su padre al gobernar a su pueblo, pero David le d ijo: "Anímate y esfuerza te, y manos a la obra; no tem as, ni desmayes, porque Jehová Dios,

mi Dios, estará contigo; el no te dejará ni te desam­parará, hasta que acabes toda la obra para el servicio de la casa de Jehová" (l er. 28 :20).

• Jeremías tenía mic:-do de decir al pueblo algo que no

querían escuchar. D ios le dijo en Jerc:-mías 1:8: "N o temas delante de ellos, porque contigo eSlOy para librarte".

Muchas de esas personas de la Biblia a las que consi­deramos héroes compartieron 10$ mismos ¡cmores que nos

resu ltan tan familiares.

El miedo el "" problemn ""ivenal Todos conocemo.~ el miedo en una U <)I ra de sus fo rmas. Es

una emoción primaria, instintiva p:ua nuestra natll raleza humana, como la rristcza o la ira. Usted ni siquiera Se dice uBueno, creo que ahora necesito asustarme"'. N o tiene que

planearlo: simplemente le sucede .

Por supueslO, el problema no eS cuando el miedo nos hace una visita. El problema eS cuando abrimos la pUC:-r!a

36 PROMESA 1

delantera y le invitarnos a entrar. ¡MúJo! ¡Bimvmit!" dr VI/,.[ta! 7~ estaba I!Jpatllldo. ¡ESfti lisra fU habiració./, la dI!!

jondo d"l pasillo! No, imúto .. , ¡el nujor dormitorio t'$ para ti.' ¡Mi casa N fU casa/Cuando usted recibe al miedo en su mente, Su corazón y su vida y lo agasaja como a un amigo,

eso supone un problema. Aunque no puede impedir <Jlle

el miedo le visite, puede cerrarle la puerta en las n arices.

Teniendo t"n la mano las promesas de Dios, eso es exac­tamente lo que time la capacidad de hacn.

El miedo elltre las emociones

Algunas respuestas emocionales tienen su razón de ser. Pensemos en la ira. Uno puede cnfurccusc rrente a la

injusticia. Ese tipo de ira justa eS positiva; impu lsa a hacer algo positivo. Ese es CXJClamCnlc el tipo de ira que innam6

a Jesús cuando caminaba por los atrios del templo, vol­cando las mesas de los cambistas y limpiando la casa de su Padre (véase Mt. 21 :12 -1 3).

La tristeza tambi¿n es aceptable en determinadas

épocas. Cuando mucre un ser querido o padecemos una púdida imponantc, neccsitamos ticmpo para asumirlo.

Existe u n ajuste saludable y necesario a la auscncia repen­tin a dc algukn o a lgo importante . Pero la tristeza puede

<¡lledarse en casa dem;lsiado tiempo, y al final hay <¡ue echarla. Aun así, la tr isteza tiene un propósito; el miedo

nunca lo tiene. Incluso la duda tiene su lugar. No es un error ni es perjudicial dudar en ocasiones. Puede dudar de una decisión o de una opinión. Puede dudar de un camino

por el <¡ue se ha puesto a ca min:u. No siempre está mal dudar. pero siempre es un error tener miedo .

Algunos pecados le agarran y le aprisionan. E l miedo

hace lo mismo. El temor le encadena en un cuarto pe<¡ueño y oscuro, y le clava sus garras gélldas en el alma. El terror

es difícil de expulsar. Una vez le ha concedido un lugar

Dio5 e51d 5iempreconmigo 37

en su corazón, se conviene en una droga adi<::tiva sin la que no puede vivir.

Por qué el miedo ',0 está bien

El miedo expresa lo opuesto a todo lo que debe ser el cristianismo. El miedo es la contradicción de la fe. La te dice: "Pase lo que pase, todo irá bien gracias a Dios~. El

miedo dice No va a ir bim, y no piensa mucho en Dios. El miedo es el tstado anti -Dios absoluto. Pocas veces

parece estar Dios mis lejos de usted que cuando su corazón está lleno de [emor. El miedo consis[e en apoyarse to[al­

mente en sus propios recursos, y darse cuenta de repente que no son su fkiemes para sos[enerle. El miedo no lÍene

lugar en la vida del cristiano. Una respuesta de temor, como una reacción ansiosa, temerosa. nunca es buena y nunca procede de Dios. Romanos 8:15 nos dice: "Y uste­

des no recibieron un espíritu qw: de nuevo los esclavice al miedo ~ (N VI); y 2 T imoteo 1:7 dice: "Porque no nos ha

dado D ios espíri[u de cobardía, si no de poder. de amor y de dominio propion.

Creo que ya me emiende. En su vida, no debe haber

temor. ¡Eche fuera el temor y mela en su vida la fe!

Primera promesa: Dios está siempre conmigo.

El antídoto para el miedo es la promesa de la presen­cia de Dios. Dior ertd con mted. "POf<IUe él dijo: No [e

desampararé, ni te dejaré; de m anera que podemos decir mnfiadamellle : El Señor eS mi ayudador, nO temeré lo

que me pueda hacer el hombre" (He. 13:5-6, cursivas

añadidas). Dios está eOll/l/igo a do.¡de quiera q/u voy. ¿Cómo podría rnur miMO?

Permita que la seguridad calma y firme de nuestra

38 PROMESA 1

primna promesa, grand" y pr<;<.:iosa, se asientc <; n Su alma:

Dios I'srd sit:mpre cOllllligo . Por rallfO, 1/0 fl!meré.

Siempre 1'11 JII p rellmcia

Ahora bien, ese "Dios está conm igo~ incluye más que d

hecho de la omnipresencia divina. Sí, Dios está en todas parles: por tamo, está donde estamos nosotros. En el sen­

tido más fiel, D ios no está en !Ilustra pn:senda, sino que

nosotros cstamas en la Hiya . Para D ios, la distancia no

supone ninguna di ferenda.

David dijo en el Salmo 139:7-10: ""A dónde me iré de tu EspírilU ? iY a dónde huire de tu presencia? Si subiere a los cidos. a ll í estás ¡ú; y si tn el Seo! h iciere mi estrado,

he aquí, allí tú estás. Si tomare las alas dd alba y habitare en el extremo dd mar, aun allí me guiad tu mano, y me asirá IU diesna~. Dios esta en todas pa rtes.

Me:- encanta Jeremías 23:23-24: "¿Se oculta rá a lguno,

dice Jehová, en escondrijos que yo no lo vea?~ Como pen­

sar, ¡Dios nunca n/l' t:llconrrard por aquí! Dios dice: "¿No

lleno yo . . el cielo y la tierra?'·. N o puede esconderse de

Dios. Él esiá en lodas patln.

Para el creyente en JesucrisTO, la primera promesa es que Dios está con nosotros illd;vid,,{/Iml'"llf~. Existe un

sentido especi al en que Dios está con cada uno de nosotros

personalmcnte como con uno de sus hijos. Es como el amigo íntimo que se sienta a nuestro lado en un estadio

lleno de desconocidos. Está con nosotros de una manera

distinta a la que experimenta un in<::r¿dulo. En este sen­

tido, COII nosotros también significa por nosotros, como

en Romanos 8:31 : ""Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es

con nosotros, ¿qu ién com ra nosolTos?".

Además, cua ndo usted pasa por momentos difíciles, o

cuando le pesa el corazón y está cargado, Diossc arrcmanga

y se acerca a usted de una manera distinta a la de cualquier

otro momento. No importa si ustcd le ve obnr o no. Es

Di05 e51d 5iempreconmigo 39

posibl~ qu~ su proxim idad no I~ haga s~nti r nada difn~n{~ a

lo habitual. I'~w ~s la v~rdad: Dios ~stá justo ahí, con usted . CuantO peor s~ ponen las cosas, más sc aCCrCa Él para que

usted pued a escuchar su voz. A veces da la sensación de que Dios se apane de usted cu ando llegan los problemas, pero

eso no es cierto. El Sa lmo 34 :1 8 dice: "Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; y salva a los comritos de espír i tu~. ¿Se rompe su corazón hoy? Dios se acerca a llsted

presuroso. Está juntO a usted, w medio del fuego . En aquel

momento no pude sentirlo, pero ahora que miro atrás, Dios eStuvo juntO a mí durante m is días más tenebrosos. Me dio

la sabiduría para tomar las decisiones que me sacaron de u n valle muy profundo. Me dio las fuerzas que me impi­

dieron salirme del camino y caer en la desesperación más profunda. Indujo a ese amigo a que llamara, justo en el momento adecuado. Hizo que sa liera el sol entre las nubes. La verdad es que no hubiera sobrevivido estos últimos años

sin la presencia permanente de Dios en mi vida. Uno de los lugares donde más se encontró D ios conmigo fue en su

Palabra. Para mí, el mes de marzo de 2008 fue el fondo de todos los fondos: todo era oscuro, no había luz. No podía

orar (ni siquiera se me ocurría algo que pedirle); el cam ino estaba muy oscuro y solitario. Sinceramwte, parecía que las

circunstancias nunca cambiarían ni mejorarían en ningún sentido. Mientras lloraba, reflexionaba y avanzaba por el libro de haías, me dejó anonadado el mensaje claro de lsaías 60:20 -2 1: "No se pondrá jamás tu sol , ni menguad

tu luna; porque Jehová te será por luz perpelua . y los días de tu luto serán acabados. Y tu pueblo, todos ellos serán JUSIOS, para siempre heredará n la l ierra; renuevos de mi plantío, obra de mis manos, para glorificarme~. La pre­

sencia de Dios no hubiera sido más evidente para mí que si se me hubiera aparecido visiblemente en la habitación .

Sé que aquellas fueron palabras reafirmantes de Dios para mí, y rápidamente señalé el m argen de m i Biblia.

40 PROMESA 1

Las Escrituras nos a.~cguran que el propio Jesús ora por usted. El! t:Stl! mismo i>m'lI/tI!. Hebreos 7:25 hace esta impaClantc afirmación : "por lo cual [Jesús] puede también

salvar perpetuamente a los que por él se ace rcan a Dios, viviendo siempre para in¡crccder por dlos~. Jesús vive para

interceder por usted. ¡Sorprendente! El verbo illtt:rcrdt:r

incluye el sentido de rogar por: ¡Jesús [e presenta anTe su

Padrl'" consta nte y persuasivamcnt<:! Incluso antl'"S de que usted se arrodille para abrirle el corazón a Dios, Jesucristo ha danl:\do a su Padre en su favor. Incluso antes de que pida, Él sabe de primera mano lo que usted ncccsila, por­

gue está eOll usted. Recuerdo esta cita de mis años deo un ivusidad : "Si

usted pudiera escuchar al Señor orando por usted en la habitación de al lado, no temería ni a mil enemigos". JuSIO

donde se encuentre usted en este momento. piense que el Selior Jesús está en el cuarto de al lado, arrodillado delante del sofá o de una silla. Extitnde sus manos, taladradas por

los clavos, y presenta ante su Padre tanlO a usted como

su necesidad . Conoce sus circunstancias exactas. Pide a Su Padre: "Dale fuerzas, Señor"; "Da le sabidu ría, Señor";

"Dales paciencia. Van a destruirlo ellos solos, Señor. ¡Con­ctdeles la fe que venza a Su temor!~. A lo largo de las Escri­

turas, una afirmación impresionante dice que Jesucristo no solo est;Í collusted, sino que en rea lidad intercede por

usted. Incluso con mayor seguridad, puede estar seguro de que iDios escucha a su Hijo cuando ora!

Escuche las palabras que Jesús dijo por usted en Juan 17:13-19:

Pero ahora voy a ti ; y hablo esto en el mundo, para que tengan mi gozo cumplido en sí mismos.

Yo les he dado tu p:\bbra; yel mundo los aborreció.

por'lue no son del mundo. como tampoco yo soy del mundo. No ruego que los quites del mundo.

Dio5 e51d 5iempreconmigo

sino que los guardes del mal. No son del m undo, como Iampoco yo soy dd mundo, SantifÍ<,:alos W ru verdad: tu palabra es verdad, Como tu me enviaste

al mundo, así yo los he enviado al mundo, Y por

dios yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad,

No temeré: Dios está siempre conmigo.

41

E#a es U/M gra/J promesa, james, p"O, ¿es que Dios l/O está COII todo e/I/I/mdo?

Esa es una buena pregunta , Las Escritu ras, como

veremos, dicen que en rea lidad //0, 11010 t:Sfti, Hay cier­

tas actitudes que repelen la presencia íntima de Dios. Su omnipresencia nunca merm a, pero su presencia accesible

sí se restringe. Está allí, pero por lo que a nosotros respecta eS como si na estuviera. Por supuesto. la verdadera guerra

se libra en el intetÍor. Él no se hará presente cuando le repudia ese pecado de actitud.

DiolllO eltd ""0"" los orgllllolos

¿Qué problema hum ano importante no comienza con el orgullo? El Salmo 138:6 dice: "porque Jehová . atiende al h um ilde, mas al altivo m ira de lejos". Si usted cree 'lue

no necesita a Dios y qu e puede vivir por su cuenta, D ios respetad su decisión y Se m antend rá alejado. Un alma

orgullosa piensa que Dios es solo para los débiles. Y Dios da un paso atrás y observa . Vt'rl"lIlOS cómo ft' va "1 vida. El

orgullo repele a Dios. El salmo 2 dice que incluso Se tÍe frente a la ridícula afirmación de cualqu iera de nosotros

que diga ¡9ue no encaja en la categoría de "débW! Haa un par de años, mi am igo Grcg Lauric apareció

en el show de entrevistas televisivo Larr] K illg Livt:. King eStaha analiza ndo el lema de Dios y el sufrimiento. Dijo

a Greg: "Pero, la idea de orar a Dios, ¿no es tan solo una

42 PROMESA 1

mu!.;ta? Es d~cir, si yo tuviera un c:ínar, ,nO tendría qu~ or:u a alguien ? ~.

G reg le dio una respuesta sorprendente: "¡Gracias a

Dios por esa muleta, Larry! Para mí Dios no eS una mera mulcotJ : ¡es un hospital Cnlcoro!",'

Dios Se apresura en ayud ar al humilde.

Dios /lQ esttÍ "con" los mundanos

Santiago 4:4 dice : "¿No sabw que la amistad cOn el mundo es enemistad con Dios? Si alguien quiere ser am igo dd mundo se vuelve enem igo de D ios" (N VI) . El amor por

el mundo y el amor a D ios no pueden coexistir. Todos vivimos en csI3 bata lla. El mundo imenta arraslrarnos

hada abajo, y Dios quiere sacarnos de éL ¿Cuál es d patrón de Su vida sobre CSIOS asuntos?

¿Am a lo que am;) el mundo, la posición sodal, las pose­sio nes, la ambición? N o es que no sintamos la atracción

dd mundo, pero si su objetivo es saTisfacerse a sí mismo

y sus placeres privados, y obtener lo 'l ilC gukre cuan do le apeTece, es usted mundano. Cuando las actitu des y las ambiciones gue caracteriza n al mundo también le carac­

teriza n a us ted, no está en buen lugar, por muchos amigos que tenga en Facebook.

Cuando Dios ve su preocupación por Ll5 cosas mun­danas, le pregunta: ¿Cren qul' I'SO es UlIl imporrallu? dCr,.,.s

que l'Y "'I'jor qul' yo? ¿e rus que puede sarisfocerre y darte lo que yo 110 puedo daru? Ve a por elfo. D isfrúralo hasta que u CflflSf:>. y" l'spl'rarlaqu¡. Dios no quiere Tener nada gue ver

con una forma tan mundana de abordar la vida.

Djos no estIÍ "con" los rebeldes

¡Puede escuchar la exasperación de Dios en Isaías 1:5 y 15: ",Para gué insistir en la rebelión: ... Cuando levantan sus manos, yo aparto de ustedes mis ojos" (N V¡). Dios lo

deja d aro: CrulI que I/UII/dall //Sudes, per" si Vil'lIl'1l a Mi

Di05 e51d 5iempreconmigo 43

COII "U l'ipirúu ~Lo voy a hacer como quicra~, IIi ,;qui"rt1

los mirarr. No puedo rolt:rar .. u corazón, lIi Na aaitud. Dios inl .. nta transmilir una información a los rebeldes, y el los

Se le oponen con testarudez: Mi sisuma aÚI/ fimciOlIll.

AÚlIllO u Ill'asito. Yo 110, lIi a/JOra. Quizás otro d/tl U/!'SCU­

charr. Siempre pensamos que tend remOS u n día más, pero el Salmo 95:7-8 nos advierte que escuchemos hoy y que

no endurezcamos nuestros corazones. Siga el patrón a 10 largo de toda la Biblia; Dios no tolera la rebelión. Tarde

o temprano, la :¡plasta. Él otá con usted si le entrega su corazón .

Dios 110 esttÍ " COII " 'l"ielles dall cabida al pecado

Escücheme, amigo o amiga. Esta advertencia es muy importante para todos nosotros. Santiago 3:2 dice que "todos ofendemos muchas veces", Ninguno de nosotros

es perfecto: ¡solo perdonado! Dicho esto, nuestra relación

con Dios depende de c6mo abordemos nuestro propio pecado. Hasta qu¿ punto nos tOmemos en Serio nueStrO

pecado define en qui61 nos convertimos. Si nos arrepen­limos de nueStro pecado .. n cuanto lo d .. tectamos, si acu­

dimos a Dios hu mild .. mente, pidiéndole perdón y fuerzas para no volv"T a Caer en el mismo pecado, la miser icordia

divina nos inunda. [' .. ro si quitamos importancia a nues­tro pecado, p .. nsando: Nadi .. /la a imp .. dimu haca lo q/u qui .. ro. M .. da igual qu .. no ,{'d U'/ pe-cado; voy a /¡a({'r!o igual, esa actitud Sl'" llama "dar cabid a al pecado", y tienl'"

consecuencias peligrosas y eternas. El Salmo 66:18 dice:

"Si en mi corazón hubiese yo mirado la iniquidad, el Señor no me habría escuchado". La primera consecuencia de

dar cabida al pecado es la sepaTOlci6n entre usted y Dios,

Si usted tolera su pecado, opta por inutilizar su vida de oración . Ore todo lo qu .. quiera, pero .. sas oraciones T .. bo­

tarán en el techo. Pero si Dios 110 /111." nCII,!;a, (cómo puedo mlir de esta

44 PROMESA 1

s;,,,aá,,,,? Dios escuchara skmprc a un corazón contrito y arrepentido, pero solo le escuchará si usted habla de eSlc (COma. Por lamo, si se aCerCa a Él y alberga un pecado

secreto, privado, que no quiere solucionar, Dios le dirá: "Ah, muy bkn. ¿Has venido a hablarme de este pecado?".

Pero si usted adopta la postura de "No, en rea lidad es <Jue necesito otra cosa", Dios]<:- responded diciendo: "Lo siento,

pan la siguiente coSa en la lista I'! el tema de tu pecado. ¡Vuelve cuando estés dispuesto a abordar ese tcma!~.

Podemos decir categóricamente que el SelÍ.or no est:í con todo el mundo; nO está COn el orgulloso ni COn el mun­

dano, con el rebelde ni con quien da cabida a l pecado en su

vida, pero puede estar con usud. Él CitÓ con usted si 1eo ha

entregado su corazón; si se ha apartado de su pecado y ha aceplado a Cristo por fe, y ahora procura cada día caminar

en obediencia a Él. Y si usted sabe, como creyeme. <¡ue en ocasiones el orgullo, la mundanalidad, la rebelión y el hecho de dar cabida al pecado siguen acosando su vida de

vez en cuando, dé gracias a Dios por ser consciente de ello,

confiese esos pecados y vuelva a tener comunión con ÉL Uno de los mayores tesoros del universo es la promesa

de <¡ue Dios estará con nosotros. Como Defensor, Ayu­dador. Senor Soberano y Salvador, Él esiá a nuestro lado y dice: ~Nunca te desampararé, ni te dejaré" (He. 13:5).

"Nunca te dejaré" <¡uiere deeir <¡ue siempre estad allí:

"nu nca te desam pararé ", <¡ue siempre actuará en beneficio de usted. No se lim ita a estar por allí con los brazos cruza­dos. Dios obra a su favor, iincluso cuando usted no lo ve!

¡Dios está por nosotros! Prueba: Entregó a 5U Hijo.

Romanos 8:31 es la mejor noticia del día. "¿Qué, pues,

diremos a esto? Si Dios eS por nosotros, ¿<¡uién contra nosotros?" ¿Qu¿ problema es demasiado grande? ¿Qu¿

enemigo eS demasiado fu erte? ¿Quién va a en fr entarse a usted cuando Dios está a su lado? ¡Dios está por usted!

Dio5 e51d 5iempreconmigo 45

¿Entiendc lo quc esto signirlca? El siguiente versículo

amplía el sentido: "El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo cntregó por todos nosotros, "cómo no nos dará también con él rodas las cosas?". Dios entregó a su único

Hijo por usted. Su Hijo puro, sin pecado, perfecto, llevó

el castigo que merecían nuestros pecados. N o hay mayor

regalo que este. y dado que Dios ya le ha tntregado lo mejor que

tiene, "no e~cuchad la oraci6n en la que usted le pida mucho menos? Teniendo una capacidad infinita para dar y habiendo ya entregado lo mejor, nO hay nada que usted

pueda pedirle a Dios que no sea increíble y significati­vamente menos de lo que Él ya le ha dado. Por eso nos

acercamos al trono con valor y con con fianza , cuando le pedimos algo, porque "¿cómo no nos dad también . todas las cosas?~

¡Dios está por nosotros! Prueba: Nos defiende. Romanos 8:33-34 dicc: ""Quién acusará a los escogidos

de Dios?". ¿Quién puede acusarnos? ¿Quién puede derri­barnos delante de Dios? Dios es quien justifica . Él es el Juez. Golpea con su mazo y toma la decisión final. El pasaje sigue diciendo: "¿Quién es el que condenad? Cristo

es el que murió; m;is aún, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también inrcrcede por nosotros~. Lo sabe todo de nosotros, cada inseguridad

secreta, cada lucha privada. Y tn lugar dc condenarnos, Jesucristo ora por nosotros. Esa verdad, por sí sola, ¿no

hace que Su espíritu se eleve con una confianza agradecida?

¡Dios u tá por nosorros! Prueba: Nos ayuda.

Volvamos a Hebreos 13:5·6: "Porque él dijo: No te des· ampararé, ni tC dejaré: dc manera que podemos dccir

confiadamente: El Senor es mi ayudador". Mi seguridad radica en Dios. Mi scguridad no dcscansa en el mercado

46 PROMESA 1

de valore$, ni en una carrera de éxito, ni en las sabias

decisiones familiares, ni en mis propias capacidades. Todas

eSaS cosas pueden desaparecer en un momento.

No son solo palabras DiOJ estd cml usted, ¿No es 1"/(1 Irme tipica de 10/ ptlJfOr?

Imaginé que estaría pensando eSO . Dios t'srá COII mud, hl'nlU/l/O. y roll usud, hl'muwa. Pno, ¿qué qu ierl'" decir eso en rea lidad? ¿Cómo funciona cxaCtamerHe?

Durante el desarrollo de esta enseñanza, Kathy y yo

pasábamos por una Temporada muy difícil. Tenía que ver

con uno de nues tros hijos. Si usted eS padre o madre,

conocuá el sufrimkntQ de algo así. A lo largo deo cada momento intenso, doloroso, que duró aqu ella prueba, la

presconcia de Diosse fue haciendo cada vez más rea l, tanto

<¡ue podíamos tocarla, Kathy y yo hicimos todo lo <¡ue

pudimos como padres, pero no fue suficiente . Hubo un

vacío d~ ind~f~nsión, temor ~ incluso ira, que nos dejó

muy claro <¡ue en última instancia no somos nosotros quie­

n~s t~n~mos el control (algo difícil d~ ac~ptar cuando se

es padre). Cuando se nos acabaron los recursos, ideas y

fu~rzas propias, Kathy y yo tuvimos qu~ apostarlo todo

a la promesa de la presencia inmUl able de Dios: "No te

d~sampararé , ni t~ d~jaré; de man~ra <¡U~ pod~mos d~cir

confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré lo que

m~ pu~da hacer el hombr~~ (He. 13;5 -6). D~scubrimos de

nuevo esu hecho: usud puede descansar todo su peso en

esta promesa, y le sustentará. Siempre le sustenta .

La experiencia más dolorosa <¡ue hemos tenido ha sido

permitir que unos hijos experimenten el surrimiento de

sus propias elecciones e<¡uivocad as. Sí, e ra lo que había

<¡ue hacer, ipero fue muy difícil! Estoy convencido de <¡ue

no hubiéramos permanecido firmes de no tener la expe­

ri~ncia de la presencia de Dios con nosotros. Al mirar

atrás ahora, a<¡uel fue el punto de inflexión en la obra

Dio5 e51d 5iempreconmigo 47

de Dios, pero al principio las cosas empeoraron en vez

de mejorar. Estoy muy agradecido de que la presencia de Dios sigu iera impulsándonos en la fe: "Aunque ande en

valle de sombra de muerte, no temere: mal alguno, porque tú estarás conm igo; tu vara y tu cayado me infu ndirán aliento" (Sal. 23:4).

Si, pl'rO I'S qu~ "sud ~s pasror, Jamn Su obfigaciólI I'S

Cl/mplir 10 que dir~ ItI Biblia. ¿Qué pasa rOIl los rrisriallos d~ a pir, romo JO?

Por qué dijo Dau: ':4ún así lo tengo todo",

Le presento a Dan. Es un seguidor fiel de Jesús que forma parte de nueSlfa iglesia . Me ha concedido permiso, ama­

blemente, para contar u na parte de su historia. Hasta hace unos meses, Dan era socio mayoritar io de Beu Stearns

Companies, uno de los bancos de inversión global más grandes dd mundo, ded icado al mercado de valores y a empresas de corretaje . Dan trabajó allí veinticinco anos,

y IUVO mucho 6ilo. La companía na sólida; acciones de

primera clase ano tras año, con un capital de 18 .000 millo­nes de dóla res. Dan no l uVO mucho de qué preocupa rse

hasta que ... ¿H a visto la película Q,," balo es vivir? ¿Recuerda

cuando todo el mundo acude corriendo a la Asociación de Construcción y Préstamos p ara redrar sus ahorros porque

han oído que el banco se está quedando sin fondos? Todos fueron corriendo a las ventanillas, grita ndo y exigiendo su dinero. Todo el banco estaba a pUnlO de ven irse abajo,

porque todo el m undo quería sacar la totalidad de sus fondos aguc1 mismo día .

Eso es lo que sucedió a Bear Stearns en 20 08. Du rante

el transcurso dd ano, y luego al final durante u n par de días, su valor de mercado pasó de 165 dólares la acción a tan solo 2. La gente "corrió al banco", y la compaiiía

se hundió. Un día, D an y sus colegas estaban en terreno

48 PROMESA 1

sólido y estable, y un par de días vertiginosos más tarde, estaban en bancarrota. El torbellino de sucesos escapó por completo a Su conlfOI. La cJtásrrofc pilló desprevenidos a

todos. Dan lo perdió wdQ. ¡Qu¿ trisu!, puede que pknsc usted . ¿Y cómo It' mI a

Dat/? La respuesta inesperada es: gminl. Esd lleno de

al egría y alabando al Senor. ¡/mniblr! Mitntras se desa­rrollaban los acontecimientos, hablé regularmente con él por tclHono, para ver cómo afrontaba la situación. ,A fron ­

tar~ Dan estaba lleno de la presencia dd Señor. Me dijo: "James, me preocupa la gente que me rodea. Se derrumban

sobre sus mesas, llorando. Lo han perdido todo de vcr­dad~. (¡Escuchm CSIO, cscéplicos!). Anadió: " Pero yo aún

lo tengo todo. ¡Tengo al Senor! El Senor está de mi lado. El Señor es mi Ayudador. N o temeré [o que me pueda hae.er el hombre~ (Sal. 118;6). Dan se movía por su empresa

moribunda, compartiendo el Señor con las personas en

su momento más oscuro, más desesperado. Es un ejemplo sorprendente de lo que puede significar la presencia del

Se!ior para usted, en el terreno practico. ¿Cómo Se explica eSIO: Se [o digo: el Señor está con

él, y esa historia aún no ha concluido. Dan está descu­briendo, como usted puede h acer lo, que puede descansar

todo su peso en la promesa grande y preciosa de Dios de que tinllprl' I'stard COIl usted y le sustentad.

La promesa de la presencia de Dios hizo que Dan superase la crisis, y la promt"sa de la provisión d ivina (aún por venir) le ayudó a !cvantarse de nUeVo. Al final, Dan

encontró un empleo y vio cómo su panorama económico Se estabilizaba y comenzaba a crecer de nuevo. Lo mejor de

todo es que Dan me informó hace poco de que Dios usa su

vida como nunca antes. A menudo me dice que no quisiera volver a ser la persona qut" fut" anteS dt" que aquel desastre

[o cambiara todo. Conoce a Dios, y pasaron juntos por esa época tan ardua, [o cual ha suput"sto la gran di ft""fencia.

Dio5 e51d 5iempreconmigo 49

Guarde esto eJl S" cara:;';"

He guardado este versÍ<::ulo para el final ponlue quiero que lo ml'"moricl'": "Sl'"an fUl'"r/es y valienT<"s. N o Il'"man ni Sl'"

asusten ante esas naciones, pues el SEÑOR sU Dios siempre los acompañará; nunca los dejará ni los abandonad~ (Dt.

31:6 , NVI) .

ESlá lodo contenido en eSle versículo, "verdad? Cone¿­

dase un momento para saborearlo de nuevo. Sean quienes sean "ellos~, ino tienen posibilidades!

Veamos el contexto. Mois¿s y la segunda generación de israelitas salidos de Egipto esdn en la fromera de la Tierra Prometida. Mois¿s sabe que está a punto de morir. Todos los padres y abudos de Israd habían acampado en

ese mismo lugar 38 años antes. pero habían dudado de que Dios estuviera con ellos y que les protegiera cuando mtrasen en la T ierra Prometida. Todos ellos murieron en el desieno. Ahora Dios va a dar a los hijos a'luello cuyos

padres perdieron debido a su desconfianza. Así que Moi­s¿s, en la rampa de salida que lleva al ciclo. les uansmite

estas órdenes (que he resumido): "Ames de que se enfrenten a esos gigantes de la tierra,

quid piensen que son demasiado fuertes para ustedes, como pensaron sus padres. Pero tengan en cuenta que DiOJ l'Srá ,011 usudn Tmdrán que enfrentarse a una oposición

violenta; puede que se sientan tentados a retroceder. Pero ptnsadlo de nuevo: Dios está COII ustedes. Se l'"nfrl'"ntarán a silUaciones terribles, donde estarán en franca desventaja. Su reacción natural sería el miedo. Pero no lo olviden: Dio!

l'Srdcon ustedn Esta lucha no acabará en diez minutos ni

en diez semanas; no hay soluciones rápidas. Si piensan que está tardando demasiado, recuerden: Dios está COII mudes".

"Sean fuer/es y valientes", añadió aquel líder anciano y

trabajado; "No teman ni se asusten ante esas naciones, pues

el SEÑOR su Dios siempre los acompañará; nunca los dejará ni los abandon ará" (Dt. 31 :6 , NVI). ¿No IUlflos aprl"/Jdido

50 PROMESA 1

que e, Mí durante nf(JJ cutlrrnla aúo,? Imagino a Moisés didendo esto: No IIOS ha abtllldolltldo mimtrt1s esrdbalflos

en el ¿"sierro. Nunca nOS olvidó, Jino qut' siempre lIOS dio lo

qut' 1Il'C/!sitdballlos. ¿Por q//; motivo deberíais umer ahora?

Ahora como contonees, cuanto peor se ponen las cosas,

mis está Dios a su lado. Cua nto más dura la pru eba, más se acerca Él a usted . ¿Se siente aplastado? Él se acerca deprisa

para pOlll'"rSC a su lado y ayudarle.

Lo mejor d e todo, Dios está C01l /lOsolros

Me gusta cSlUdiar las vidas de los pred icadores fa m osos.

Uno de mis favoritos es John Wcslcy, dd siglo XVIII. \Vcslcy inició un avivam iento poduoso en el Reino Unido,

llevando a decenas de miles a Cristo gradas a su minis­terio. Qu ienes recorrían la frontera nortcarncoricana para

predicar el evangelio de dudad en dudad seguían, en su

mayoría , las huellas de Wesley. Dios cambió el mundo,

liura lmcnu, por medio de Wesl~y. Su vida ha sido una

inspiración tan grande para mí que nuestro segundo hijo

se llama Landon Wesley.

Hay <Jue lener muy en cuema las ú[¡imas palabras

d~ una p~rsona, dado qu~, al final d~ la vida ~s cuando

hablamos desde lo profundo de nuestras a lmas. Sabemos,

gradas a un [~s[igo fi ab l~, <JU ~ en su lecho de muerte Wes­ley exclamó: ~Lo mejor de todo, Dios está con nosotros·'.

En a<Judlos tiempos morir era una experienda en grupo.

La gente se reunía para convasar con las personas que

dejaban eSle mundo (y obsavarlas). Con su último aliento,

W esley repiti6 10 que había sido más predoso para él : "Lo mejor de lodo. Dios es!:Í con nosolTos~. l

'·Aunque ande en valle de sombra de muerte ... tú esta­

rás conmigo ~ (Sal. 23:4).

El Dios que conoce el principio ye! fin ha hecho a lgu­

nas promesas. La primaa es grande: Dio! cita cOI/migo.

DiO! I'SrtÍ COII usud. No 'numos liada que umero

Dio5 e51d 5iempreconmigo 51

Padr,., todos (/l/,ui/os l/U" 'II'rNitamos rl'1I0Vdr diaria­

ml'1Itl' 'IIINfM co>ifiallza y IlIIl'stM ft 1'1/ ti, tI' rogamos ql/I' /Jos ayudl's ti apropiarnos d,. tu promesa d,. qu,. /Ju/lca /lOS

dejarás Ili 1/0S desampararás, Ayúdallos a bablar ya vivir si/l m i,.do, porqu,. SO/1/0S comcinues d,. ntar,./I tu pr"sl'Ilcia.

SOlor, tú ntth conmigo. Ortl$ pvr mi. NVNtOy wlv. ¿Hay

algu/la garmlfla mayor para qu" /lO d,.ba Umer? Ti. pro/1/na permanl're, I'xpresada Ulla y vtra vez 1'11 tu Palabra, y 1M

5atifocJ}v a tus uguidvrn durantl' míln d,. míos: tú e5tds collmigo. Guardo ,.sta v,.rdad 1" 1 mi corazóll ahora mismo. Q u" la C01l5ci,.llcia d,. qu,. ,.su 1'$ 11 u,.stro r,.to, mus(ra pr¡ubtl

y .westra carga >l/e flrtall'zca y >l/e SIIS{t"I/(I' hoy. Por,.1 poder d,. tu /lombr,., ambl.

GUÁRDElO EN SU CORAZÓN LH prome~~~ de D i o~ ~on un~ 9~r~ntí~ que ~I d~ ~ su pueblo para que puedan caminar por fe mientras espe ran que Él obre.

Formúlese las siguienles preguntas, haekndo una

pausa después de cada una para med itar su respuesta. Considere utilizar un cuaderno de notas para escribir las

respuestas. ¿D,. 1ul mmuras lucho COllfra ,.1 "ú,.do?

¿Qul es el "'údv? ¿Qul plI,.d,. baur Dios rnp,.cto a la (s) cosas(s) qu,. (nI/o?

¿Serd Ne el mvtivo por,.1 que ell oca$Íollt"i me súnto tall

lejos de DíV5 cuando mds le Ileresítv, porque 110 creO que Él p¡/,.da arr<"glar lo q/l,. >1/,. da mi,.do?

¿D,. q,,1 man,.ras ju<"go al "y si ... " ,.11 /1/i m,.n",? ¿Y si

pierdo mi empleo, y si ella me abandona, y si fracaso.,.? ¿Es ,.1 111 i,.do "/J factor qu,. i /lcid,. en /1/ is d,.cisio/Jes? No

puedo hacer eso, poT<!ue, ¿y si pasa "xyz··?

52 PROMESA 1

R"ciba estO por fe . Tómc.~c un momento para repasa r

su vid a esta semana. Piense en Jos lugares donde ha estado; recuerde en qué ha pensado O qué k ha provocado estrés.

¿Es dmuuiado dificil para Dios? "Jchov.i tu Dios estará contigo en dondegukra que vaya s~, le dijo D ios a Josué

(Jos. 1:9). Una vez haya asimilado es te concepto en su

corazón, ¿qui tú"l' 'Iue temer? ¿ella/u d,.los COIIUpro. incluidos l'Ill"Jfa pro!l/na habló

dir¡:cltlnuntc a "'ú Ir",,,rer?

¿Cómo puedo camillar ahora por fe hasta que Dios pOllga

por obra sus pro ilUsaS en mi vida'

APRÉNDALO DE MEMORIA DeUt('rOllomio 31:6 (N V¡)

Sean fuertes y valie ntes. N o teman ni se asusten

anle csas nado nes, pues d SEÑOR su Dios siempre los acompañará; nullCa los dejad ni los abandonará.

[TEOLOGíA DE UNA PROMESA]

Dios cumple todas sus promesllS.

Después de eSle estudio, no volveré a pensar en la viJa

uistiana de la misma manera que antes. La vid a cristiana se Ccnlra en las promesas de Dios y

en nuestra fe en lo que dijo que hará . En nuo:stro cam inar

con Cristo, necesitamos seguí r adelante (seguir amando,

sirviendo, obedecit'"ndo) hasta obtener lo que Dios prome­

tió. Aún no tomemos IOdo lo 'lile ha prometido. Oc hecho, ni siquiera tenemos una pequeña parte de ello. ¡Aún queda

lantO por venir! Por lamo, siga adelante y camine por fe , y

algún día Él cumplirá todo Jo qu e dijo que haría. Usted y yo podemos tener las mejores intenciones

del mundo, pero nuestra mejor promesa significa Quúro haarlo; Tl"llgo jl/UllciólI di' ha,,.,,lo; Harl 10 que pueda.

Pero Todos sabemos <¡ue solo el tiempo lo did. Con Dios

no pasa lo mismo. Cuando Dios promete, no dice Lo ¡urel/Tar.!. No, dice ¡Pul!do baCl!rlo y 10 har';!

¿Quién más puede dedr eSto? Una persona hien ¡men·

donada pide un préstamo, pero es posible <¡ue no pueda

devolverlo. El haneo intenta asegurar ti préstamo, pero

wmo hemos aprendido ya en nuestro país, incluso las

grandes instituciones financieras no pueden cumplir siem­

pre algo <¡ue se comprometieron a hacer.

Me avergüenzo cada vez <¡ue a lguien cuenta <¡ue se

ha hecho evidente 9ue ono predicador era un fracaso y un hipócrita . Me entristezco cada vez <¡ue escucho en las

53

54 TEOLOG(A DE UNA PROMESA

nOticias el ú ltimo chanchullo policial O el hundimiento moral de un político. Las personas a quienes se otorga la connanza para servir a l público hacen IOdo tipo de pro­

mesas, pero no siempre las cumplen.

En nuestra pr imera ''Teología deo una promcsaH

vimos

el pasaje de Hebreos 6 :1 7-18, y descubrimos que Dios, por natura[aa , promete cosas, y que su carácter y su Pala­

bra nunca cambiadn . Unos pocos vl'"rsículos antes, <'"o

Hebreos 6, el escritor nos an imó en nuestro caminar con

Cristo: ~Dcseamos, sin embargo, que cada uno de ustedes

siga mostra ndo ese mismo empeño hasta la rcali1.adÓn

fina l ycompleta de su esperanza . No sea n perezosos: más

bien, ¡milcn a qu icncos por Su fe y paciencia heredan las promcsasn (vv. 11-12, NVlj.

¿C uántas v(eces se skm(e paezoso en su re~ ¿S(e (encuen­

tra en med io de u na fase de pereza en estos momentos? La chispa de:- la p asion que:- solía tena, ¿se:- h a visto sustituida

por el letargo y la apatÍa? Hebreos 6:12 dice 9ue esto no es lo que Dios qu iere para usted. Quiere:- que sea imitador "de

aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas".

Pactos y condiciones Antes d(e continuar, n(eccsitamos un poco d(e cont(exto

para esas promesas. El siguiente versículo, Hebreos 6 :13, dice: "Porque cuando Dios hizo la promesa a Abra ham , no pudiendo jurar por otro mayor, ju ro por sí mismo~.

La Biblia contiene:- dos tipos de promesas, a ve:-ccs lla­madas "pactos". El pncto condiórmnl induye la parte de

Dios y la de usted . Yo cumplo mi parle, y enrOllas Dios cumple la ",ya. El paCtO mosaico en Éxodo 19~24 fue un

ejemplo de una promesa condicional. Dios dijo: Si Ilstedes >l/e obedecen, ¡es bendecid. Si desobedecen, serán juzgados.

Un pauo il/col/diciol/al involucra solo a Dios. Élllcva el peso de las dos partes. Dios dice: Voy a hacer esta prO>llesa basál/dome solamenre el/ mi can/aer. Tr; l/O ril'lU's qUI'/Jacer

Dio, (umplt lodos su, promts<u ss

nada. No hay cond iciones 'lue debamos cumpli r para que

esa promesa se haga realidad. El paClO abrahámico en Génesis 12 fue incondicional .

Dios eligió a un pueblo para sí, mientras el único testigo de aquella promesa divina era el padre futuro de la nación .

Un pacto es un compromiso serio. En realidad, la pala. bra pacto significa "corrar~. En el Antiguo Testamento,

las dos partes involucradas en el pacto celebraban una cnemonia . Tomaban a un animal para el sacrificio, lo

mataban y lo cortaba n a lo largo. Entonces separaban en lierra las dos parleS de l animal, Se colocaban en medio de

ellas, se estrech aban la mano y juraban que harían aquello que habían pactado, sellando así el trato.

Cuando Dios estableció un pacto incondiciona l con Abraham, fue el único participante en aquella ceremonia .

Hizo que Abrah am se durmiera y se colocó, Él solo, entre las partes de los animales sacrificados. Afirmó así que

cumpliría su compromiso, hiciera 10 que hiciese Abra­hamo Puede leer Génesis 15 para ver cómo se produjo ese

acontecimiento tan impresionante. Génesis 15 :17 dice, al final de la ceremonia: "Y suce­

dió que puesto el sol, y ya oscurecido, se veía un horno humeando, y una antorcha de fuego que pasaba por entre

los animales divididos. En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram, diciendo: A tu descendencia daré esta tierra~.

1 ndepcndientemente de lo que hiciera Abraham, Dios dijo: "Te daré la tierra, te bendeciré y te mu l{iplicaré~.

Volvamos a Hebreos 6 . (Ya le dije que en eSle esru­

dio viajaríamos por toda la Biblia . ¿No es mar:\Villoso ver cómo obra la mano de Dios por ¡oda su Palabra?). De lo

que estamos hablando es de la promesa incondicional de

Dios. Cuando llegó el momento de sellar el pacto, Dios no tenía a nadie mayor que Él por quien jurar, ¡de modo que

Hebreos 6:\3 dice que juró por sí mi smo! Entonces dijo: "De cierto te bendeciré con abund ancia y te mu ltiplicaré

56 TEOLOG(A DE UNA PROMESA

grand<;mcnlc~ (v. 14). Abraham se aterró a <;S3 promesa,

caminando pacientemente en fe, y el versículo 15 nos dice que la recibió: "y habiendo esperado con paciconcia, akanz6la promesa~, Este ejemplo se vuelve a uSar con mis

detalle en Hebreos 11:8-19.

Dios no olvida

Volvamos a leer Hcbrt'"os 6:17: ~ Por 10 cual, querit'"ndo

Dios mostrar más abundantemwte a los herederos de la

promesa la inmutabilidad de su consejo, interpuso jura­memo". Estc consejo, las promesas que ha hecho Dios, no

puede cambiar. Las garantizó con dos cosas inmutables: Su carácter y Su Palabra .

Nuestra naturaleza humana no nos permite siquiera imaginar algo "inmutable ". Nunca hemos cxpcrimmtado

algo tan seguro y tan sólido. Sabemos instintivamente que Jesús decía la verdad cuando afirmó "El ciclo y la tie­

rra pasaránH

, pero tendemos a preguntarnos si realmente 'luiso decir la segunda pane, lo de "pero mis palabras no pasarán~ (Mt. 24 :35), Nadie sino Dios puede hacer una

afirmación así, iY mantenerla! Palabras inmUlables de un

Dios que también lo es: "JesucrisTo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos~ (He. 13:8).

Una de las cosas de las que me ;lcusan brome;lndo

Kathy y mis hijos es de que olvido cosas. Alquilo una

película y le digo a Kathy: "Me pareció que era una buena película. No creo que contenga nada indecente" .

y ella me responde: "Sí, cariño, ya sabemos que es buena, porque la vimos hace dos semanas~. Así q ue se va

a leer un libro y yo pongo la película para ver qué pasa ,

porgue, sinceramente, no recuerdo nada de nada . No es

uno de mis mejores rasgos. Lamentablemente, también me pasa en las relaciones

personales. Conozco a a Igú n tipo eSTupendo que me dice

Dio, (umplt lodos su, promts<u 57

que juega al golf. Entonces le digo: "Me encanta el golf. Deberíamos ir a jugar un día de estos~.

Entonces me mira. cOn expresión de extraneza. y me dice: "iQuerrás decir como lo hicimos hace un mes!".

"¡Eso es!" No sé por qué, pero no tengo muy buena

memoria para determinadas cosas.

Afortun adamente, Dios no es así en absoluto. No olvida nada, y tampoco cambia . Es una Roca. Cuando

Dios dice algo, puede estar seguro de que 10 hará. C uando Dios cumplió su promesa:\ Abraham, también le incluyó a usted en ella. Galatas 3:29 dice que "y si VOSOtros sois

de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa~. Usted panicipa de todo esto.

Dios no p"ede me"tir

Ya hemos analizado el pasaje varias veces, pero es tan importante que le echaremos otro vistazo: ~ Por lo cual,

queriendo Dios mostrar más abundantemente a los here­

deros de la promesa la inmutabilidad de su consejo, inter­

puso juramento; para que por dos cosas inmutables, elllaS

mal,.,,.s imposible que Dios ",imM, tengamos un fortísimo

consuelo los que hemos acudido para asirnos de la espe­ranza puesta ddame de nosotros~ (He. 6:17-18, cursivas

arí.adidas). ¡Dios es verdad! Inventó la verdad, y todo lo que hay

en Él eS verdad. No eS simplemente que a Dios le cueste mentir, porque eSO sería una cuestión de validez. N o es improbable que Dios mienta, porque eSO sería una cues­

tión de probabilidad. Es imposible que Dios mienta (es un aspecto de los atributos inviolables de Dios), una de las

cosas que Dios 1/0 p¡¡ede hacer y por tanto l/O "ard. Piense en todos los motivos por los que mienten las

personas. Incluso si Dios pudiera mentir, no tendría moti­

vos para ello. No ganaría nada por mentir. Todo lo que

58 TEOLOG(A DE UNA PROMESA

quiere que suc<:da, succd." Todo 10 'lue dkc eS verdad . No

le teme a nada. Tiene razón en todo. ¡Es Dios!

Satanás, como antítesis ultima de Dios, es un embus­

tero. Juan 8:44 dice: "[Satanás] es m entiroso, y padre d e mentira". N o puede decir la verdad . N i una sola VeZ le

ha dicho la verdad a usted, a menos que fuera envuelta

en una mentira peor. Esa fue la {ánica 'lile empleó con

Jesús cuando se t"tlcontraron en el dcsiaTO (Me. 4 :1-11).

El diablo citó las Escrituras a Jesús. pero solo para dis­torsionarlas con un propósito manipulador. Satanás es el peor mentiroso, mientras que Dios eS guíen ¿iel; siempre

la verdad . Usted no puede fiarse de nada de lo que diga Satanás; pero puede descansar IOdo el peso de Su vida en

la Palabra de Dios.

DiQS /lO es inconstante

Cuando yo era un nuevo pastor de jovenes en Canadá,

en la iglesia habia u n hombre que decidió embarcarse en un proyeCto m isionero. Era un pla n bastante ambicioso,

pero todos le respaldamos y le ayudamos económicamente. En nueSlra iglesia éramos unos 150 m iembros, de manera

que enviar a alguien a África suponía una misión difíci l. Pasa ron las semanas y él fue haciendo su equipaje y

envLíndolo a África por adelantado. Le compramos un billete especial solo de ida . El día en que le despedíamos,

nos pusimos a su a lrededor, oramos por él, y le dijimos lo mucho que le queríamos y crdamos en él. Después del culto, fuimos a la "sala de comunión" (el sótano) y disfru­

tamos de una gran com ida todos juntos. Le abrazamos, lloramos y le diji mos "'Dios te usará" y "¡Adela ntc! ". Esa

tarde a lguien le llevó al aeropuerto en coche.

Bueno, pues llegó la hora del culto dominical de la noche y volvimos a reunirnos en la iglesia. ¿Y adivina a

quién nos encontramos allí? ¡A nuestro misionero! "¿Qué haces aquí?"'.

Dio, (umplt rodos su, promts<u 59

"¡Ah!", contestó él. "Es 'Iue después de ver cuánto me

ama la gente de la iglesia, ino pude irme!n. Y no lo hizo.

Dijo que Se iba; reunió dinero para irse. Oramos por él

para cuando se fuera. Alguien le llevó al aeropuerto, ¡pero

cambió de opinión! iQué locura!

Ahora sonreímos al leer esro, pero la historia nos

recuerda que somos inconstantes. Nos encendemos y deci­

mos: "Voy a hacer esto o lo otro aquí"' y "Esto es 10 que

más me importa". Pero más tarde decimos: "Olvídate de

todo eso; ahora quiero es to otro~. iVolubles! Pe ro Dios no

es así . Dios no vacila ni cambia de opinión . Josué 23:14 nos

recuerda: "Ustedes bien saben que ningu na de las buenas

promesas del SEÑOR Su Dios ha dejado de cumplirse al

pie de la letra. Todas se han hecho realidad, pues él no ha faltado a ninguna de ellas" (N VI).

Algunas de nuestras promesas son Sí, pero otras son Ya Vt-rt"I1/OS o Lo illfl'llrad dI' v,.,d'ld, e incluso Esp,.ro SillC,.ra­

mmft fJUt d. Algunas de nuestras promesas se convierten

en S,. l>Ie olvidó. Pero Dios sabe lo que ha dicho. No puede

mentir, y nunca se le irá a lgo de la cabeza . Cumplirá lo

dicho, una vez ITas Otra.

Respire hondo y grábese esto en el corazón: Dios no

tkne nadtl que ver con las promesas rOlas. Cuando d ice

Lo prollleto, ya puede usted tenerlo claro: sucederá. Dios

cumple sus promesas.

Nunra, ni UIM sola vez en mi vida, fu rOllfiado ell Dios

para luego al7epmtirme de elfo, Pero podría ffmar pági­nas r011 historias dI' las veas m fJU" fu dudado dI' Dios y hr tomado malas dt'CÍ¡iOlI~. ¡Dirli IIU'lca me ha drjado.'

Su soberanía /l/mea ha asado de obrar. Usud no fielle que

preocuparse por si puede rOllfiaren Élo no. Dios ser" fiel a ji ",inno y a $Uj prolllt'Sas.

DIOS TIENE SIEMPRE EL CONTROL (No dudar¿)

Piar" d" jrlJOvá dr todo 111 corazón. y nO tr apoyrs ni

fU propia prudrncia. Rrcon¡julo m (I)d')$ tm "",,;nI11,

y jI mdau,drd (liS lit'rtJ,U. Proverbios 3:5-6

P or [o general, los cristianos no se proponen dudar de Dios. No ponemos nuestra fe en tda de juicio sin modvo.

Para la mayoría de nosotros , el dolor do: la vida simplt"­

mente nos atrapa desprevenidos. Cuando nos dejan solos para abordar las dudas y las pn:guntas que atrapan nuestra

razón en un torbellino, caemos en picado.

Alguien ha dicho que la duda es el dncer del alma . Como una bola demoledora que golpea su hogar, la duda

bate y pcorjudica b estructura de lo más imporrante que

hay en su vida: sus creencias respecto a Dios. Sin embargo, si en los momentos de duda llevamos

nuestras preguntas directamente al SelÍor, nuestra fe

aumenta. N o podemos afirmar que no dudaremos: en

lugar de eso, inrentamos saber <.ju¿ hacn con las dudas

cuando nos sobrevengan . Las promesas de Dios y de su

carácter pueden someterse al escrutinio más microsc6-

pico posible. Las dudas deberían llevarnos de vuelta a las

promesas dc Dios, ¡no scr la causa de <.juc nos alejemos

de Él! Cuando ustcd dice No si ~xaual/Jmu lo qu~ IJa{~ Dios, pt'ro si que' time' ~I control de' la situació'l, esto e& u na

60

Dios ¡iene siempre el conlrol 61

evidwcia de que conría en Él. Usted nO se da cuenta de

hasta qué punto necesita las promesas de D ios hasta que su vida cómoda y sencilla hace un quiebro repentino. Ese

es el momento de explorar la Palabra d e D ios y encontrar algo que le permita andar su fe .

La duda es una falta de confianza o de seguridad en

que Dios cumplirá sus promesas. La fe es la confianza activa en qUl" las promesas dl"

Dios son siempre ciertas.

Supere la oleada de la duda

Santiago 1:6 dice que debemos orar con fe, o más wncre· tamente, que deberíamos orar sin d"dar. Santiago debía

acordarse de lo que era navegar en una época en que los barcos l"staban a m<"Tcl"d dd viwto y de las olas. Dijo: "el

que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por d viento". Inestable. De un lado para otro, en un estado de trastorno constante, iUn Hace que me maree, La duda hace esto,

Tal y como dicen los Evangelios, era entre las tres y las cuatro de la mañana cuando los disdpulos se vieron atrapa­

dos en una tormenta en el mar de Gali lea. Cuatro o cinco de dios l"ran pl"scadores expertos; ¡wnodan lo bastante bien

la reputación del lago como para estar aterudos! El resto de los discípulos se fijaba l"n los eXp<"TTOS, Si un pescador

como Pedro sentía m iedo, ¿no deberían sentirlo ellos? JUSTO cuando d viento y las olas iban a hundir la barca, Jesús pasó

por allí". icaminando sobre el agua! ¡lncrdble! Mateo 14:26 nos dice que los discípulos "dieron voces de miedo", El

vcrsicu 1027 sigue diciendo: " Pero Jeslls les dijo en seguida : iCálmense! Soy yo, No tengan miedo" (NVI),

¿Por qul dudaste?, le preguntó, ESToyaqm', y Pedro le dijo en Matco 14:28: "Señor, si eres tú,

manda que yo vaya a ti sobre las agu as", Me encantan estas

62 PROMESA 2

cosas que tenía Ped ro. Es como si dijera : Si)",,;, dice q"r puedo cdmillar sobrt: 1m aguas, es que puedo. A sí qu e Jesús le dijo "Vcn» y, como rcospucsta , Pedro dcsandi6 "de la

barca, [y] andaba sobre las aguas para ir a Jesús. Pero al ver el rucne vknto, tuvo mkdo, y comeonzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvamc!" (vv. 29-30),

¡Pl!rtJ Pedro, si lo nfabas har-il'lldo m "y bil'llf ¿Qul p"uó?

Yo le dire.' lo que pasó: apart610s ojos dd Sctior. ¿Lt'" ha pasado alguna vez a usted? Cuando tw ía la vista fija en el Setior, la vida iba bien pasara Jo que pasase a su al rededor. Pero en el mismo morncnlO en que se ctonó en el viento

yen las olas, empezó a hundirse. ¿C ómo le afecta eso hoya usted? Si se está hundkndo,

puedo garantizarle que es porque ha es tad o mirando las olas (como el flujo y reflujo de su fondo de pensiones). Ha

escuchado al viento <¡ue aúlla (como las voces constantes del destino aciago, <¡ue son las <¡ue más se oyen en nuestra sociedad). Se ha fi jado en [o que dicen otros, o en el modo

en que actúan, en vez de mantener su mente pl!rsl'vemllu

en Cristo (ls. 26 :3). Sin duda yo también me he visto así. Sé el aspecto que tiene esa incertidumbre. iPodemos

hacerlo mejor! Cuando el proyecto de construcción de nuestra igle­

sia había superado el presupuesto en varios millones, y las obras se detuvieron debido a " irregularid ades en el accro~, la bancarrota se cernía como nubarrones negros

en el horizonte, acercándose presurosa. Luché por seguir predicando, sabkndo <¡ue cual<¡ ukr día podia acabar todo.

Fueron muchos los críticos, y la mayoría de sus criticas eran justas; pero, "acaso la fidel idad de Dios no llegaba

incluso a mis malas decisiones bien intencionadas? Las dudas, [os temores, [os remordimientos, eSas eran las olas

<¡ue hicieron que mi atención se desviase del Señor. Unos

CU;lntoS amigos, y la gracia de Dios por medio de ellos, me proporcionaron la fuerza para mantener la vista fija

Dios ¡iene siempre el conlrol 63

en Cristo. Anos mas tarde, la iglesia eSta sana y (uene.

La ferocidad de! temporal es un recuerdo distante. Pero cuando soplaba e! viento, y semí que me hu ndía . e! puntO

de inflexión fue , rea lmente, la decisión de apartar la vista de lo que generaba las dudas, y mantener mis ojos en e!

Cumplidor de Promesas.

Vivir por fe Sigamos leyendo w el versículo 31: "A l momento Jesús,

ex tendiendo la mano, asió de él, y le dijo: iHombre de poca (e! ¿Por qué dudaste?". Ahí lenemos nueStra pala­

bra: duda . Jesús apuntó al problema central. N o fue que Pedro se diera cuenta del viento y de las olas, ni siquiera

que tuviera miedo al darse cuenta de dónde estaba; los problem as llegaron cuando permitió que 10 que vda le

condujese a la duda, ¡en vez de contemplar :1 Aquel que podía mantener firme su fe!

El camino cristiano es u na vida de fe. Para aferrarse

a las promesas de D ios, liene que creerlas y vivir segú n

ellas. Tiene que decirse a sí mismo: Creo qlle esta promesa

es cierla. Cr<'o qu,. ,.510 su,."derd, au"que no si ,ud"do ni

cómo. No Jiempr<'l'IItil'lldo 10J cami>/Os d,. DioJ, pao COI/fío l'Il tl. tlú,.,,,,,.{ rOlllrol.

Dios le ha ofrecido :11gunas garantías, p:1ra que usted pueda caminar por fe m ientras espera a que Él obre. Vivir

por fe y aferrarse a las promesas de Dios aporta estabilidad y fuerza a la vida, sobre todo cuando no entiende qué esd pasando justo delante de sus ojos.

¿Listo para u n entrenamiento de fuerza? Volv:unos nueSTrOS cora7.0nes a u na de las promesas más queridas

de la Biblia: Proverbios 3:5-6 .

Elija confiar

Muchas personas me han dicho que Proverbios 3:5 -6 es d versículo de su vida. Saben que es un mandato de la