Madre Laura · 8 a la profecía en la Misión..... 53 Primer momento: Encuentro con la Palabra y...

© Retiros Espirituales "VIRTUDES: ¡camino de santidad!|Libro XI ISSN: 2389-9875© Congregación de Hermanas Misioneras de María Inmaculada y Santa Catalina de Sena | Santa Laura |Carrera 40A No. 59-106Directiva GeneralMedellín, Colombia

Equipo de espiritualidad:

Hna. Ayda Orobio Granja — Superiora general Hna. Lía del Socorro Zuluaga G. — Vicaria general Hna. Magnolia Parra G. — Provincia de Medellín Hna. Carmen Sofía Camacho P. — Provincia de Bogotá Hna. Aura Cecilia Sánchez C. — Provincia de Venezuela Hna. Carmen Esthela Paredes Moya. — Provincia del Ecuador Hna. Mercedes Ferro M. — Provincia de Popayán

Imprimátur: Hna. Ayda Orobio GranjaMisionera de María Inmaculada y Santa Catalina de Sena | Santa Laura |Superiora General

Diseño, diagramación e impresión:John Freddy Morales T.

Primera edición: octubre de 20161.000 ejemplaresMedellín, Colombia

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CONTENIDOPortada ...........................................................................................3Página legal .....................................................................................4Contenido ........................................................................................5Infografía ........................................................................................7Presentación ....................................................................................9Indicaciones ..................................................................................11

Diciembre de 2016: La misericordia ............................................13Primer momento: Encuentro con la Palabra y con la Fundadora ...15Segundo momento: Oración personal ............................................17Terce momento: Encuentro con Dios en la Comunidad ..................18

Enero de 2017: La FRATERNIDAD eje fundamental de nuestra vida misionera .............................................................19Primer momento: Encuentro con la Palabra y con la Fundadora ...21Segundo momento: Oración personal ............................................25Terce momento: Encuentro con Dios en la Comunidad ..................25

Febrero de 2017: Impulsadas por el ESPÍRITU misioneronos consagramos al servicio del REINO ........................................27Primer momento: Encuentro con la Palabra y con la Fundadora ...29Segundo momento: Oración personal ............................................33Terce momento: Encuentro con Dios en la Comunidad ..................33

Marzo de 2017: La experiencia de Dios fecunda la misión ............35Primer momento: Encuentro con la Palabra y con la Fundadora ...37Segundo momento: Oración personal ............................................41Terce momento: Encuentro con Dios en la Comunidad ..................42

Abril de 2017: CONVERSIÓN compromiso para la misión ............45Primer momento: Encuentro con la Palabra y con la Fundadora ...47Segundo momento: Oración personal ............................................51Terce momento: Encuentro con Dios en la Comunidad ..................52

Mayo de 2017: La Consagración bautismal nos impulsa

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a la profecía en la Misión ...............................................................53Primer momento: Encuentro con la Palabra y con la Fundadora ...55Segundo momento: Oración personal ............................................59Terce momento: Encuentro con Dios en la Comunidad ..................60

Junio de 2017: María pedagoga del Evangelio ..............................61Primer momento: Encuentro con la Palabra y con la Fundadora ...63Segundo momento: Oración personal ............................................66Terce momento: Encuentro con Dios en la Comunidad ..................66

Julio de 2017: Cada hermana es imagen de Dios y hacehuella en la historia misionera ......................................................67Primer momento: Encuentro con la Palabra y con la Fundadora ...69Segundo momento: Oración personal ............................................72Terce momento: Encuentro con Dios en la Comunidad ..................73

Agosto de 2017: La FORMACIÓN al servicio de la Misión .............75Primer momento: Encuentro con la Palabra y con la Fundadora ...77Segundo momento: Oración personal ............................................80Terce momento: Encuentro con Dios en la Comunidad ..................80

Septiembre de 2017: Hago especial promesa de vivirEL CELO MISIONERO ...................................................................83Primer momento: Encuentro con la Palabra y con la Fundadora ...85Segundo momento: Oración personal ............................................88Terce momento: Encuentro con Dios en la Comunidad ..................88

Octubre de 2017: Jesucristo es el rostro de la misericordiadel PADRE .....................................................................................91Primer momento: Encuentro con la Palabra y con la Fundadora ...93Segundo momento: Oración personal ............................................98Terce momento: Encuentro con Dios en la Comunidad ..................99

Noviembre de 2017: Jesús vivía en armonía plenacon la NATURALEZA ................................................................... 101Primer momento: Encuentro con la Palabra y con la Fundadora .103Segundo momento: Oración personal ..........................................106Terce momento: Encuentro con Dios en la Comunidad ................107

Colofón ........................................................................................ 110

Contenido

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FOTOGRAFÍASPortada: Paisaje. Tomada de: http://imgview.info/download/20160623/nature-forest-jungle-trees-sunshine-green-moss-scenery-1920x1080.jpg

Diciembre de 2016. La misericordia. Tomada de: https://www.google.com/search?q=la+misericordia+logo&client=firefox-b-ab&biw=1608&bih=881&noj=1&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwiAloPUw87PAhXH2R4KHc2OBi4Q_AUICCgB&dpr=0.9#imgrc=ceOGtItieMcF8M%3A

Enero de 2016. Laura escritora. Archivo Madre Laura

Febrero de 2016. Paisaje. Tomada de: http://www.paisajesimagenes.com/wp-content/uploads/dibujar-paisajes.jpg

Marzo de 2016. Biblia abierta. Tomada de: https://palabrasconmiel.files.wordpress.com/2013/03/100_2334.jpg

Abril de 2016. Dejando huella. Tomada de: https://i.ytimg.com/vi/VtnQofMXoJk/maxresdefault.jpg

Mayo de 2016. La Anunciación. Tomada de: http://www.mi-web.org/miembros/54426-aventu-rasperezoso/fotos/98358-la-anunciacion-i

Junio de 2016. Jesús proclamando. Tomada de: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/com-mons/9/96/Bloch-SermonOnTheMount.jpg

Julio de 2016. Hermanas. Tomada de: http://www.periodistadigital.com/imagenes/2014/02/04/francisco-con-los-pobres-en-rio.jpg

Agosto de 2016. Mosaico Isabelita Tejada. Archivo Madre Laura

Septiembre. La Visitación. Tomada de: https://content.cdnprado.net/imagenes/Documentos/img-sem/c0/c02d/c02d195f-fdc4-4c61-bedf-e19216dd7335/1d526b8a-df2f-431a-aa59-b505b3a618af.jpg

Octubre de 2016. Jesús en el huerto. Tomada de: http://www.fotos-imagenes.com/contenido/jesus/jesusorando/

Noviembre de 2016. Juan el Bautista. Tomada de: https://content.cdnprado.net/imagenes/Do-cumentos/imgsem/a6/a658/a658a804-8578-4562-968e-1f9cde2431f8/cb175207-45dc-497d-99ac-d4b7609fabee.jpg

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PRESENTACIÓN

“… el espíritu es el resultante del ejercicio de la humildad, la caridad, la sencillez, la pobreza, la abnegación y el celo, en el mayor grado e intensi-dad compatible con la vida religiosa”

Circular 48, M. Laura

Hermanas: el equipo que en este sexenio ha elaborado la temática para los retiros a nivel Congregación, ha querido retomar textos que nos animan en el proceso congregacional, y en algunas ocasiones haciéndolo coincidir con el tema que la Iglesia propone para la reflexión del año.

Como tema final de esta etapa, para el año 2017, se ha decidido tomar el tema de las virtudes de las que la Madre Fundadora habla en varios documentos, concretamente: Cir-cular No. 48, Directorio, Constituciones, etc., y cuya vivencia nos llevará a refrescar y revitalizar el Carisma, porque como dice un autor de vida consagrada: “el carisma se revitaliza desde el mismo carisma”.

Hoy, un documento de gran importancia para nosotras, y en el que también nos hemos basado para esta reflexión, es el de ‘Relación y Votos’ de los censores, cuya conclusión llevó a la declaración de la ‘Heroicidad de las virtudes’ de la

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Presentación

Madre Laura. Los teólogos en Roma hacen el elogio del grado de heroicidad con el que Santa Laura las vivió, esta vivencia debe convertirse para nosotras en desafío e invitación a revi-talizarnos espiritualmente, para que así la reestructuración sea lo que la Congregación necesita hoy, y la Iglesia y los pueblos esperan de nosotras.

En estos últimos años, en los que hemos asumido esta misión a través de esta sencilla contribución, se ha buscado que los retiros nos lleven a la restauración personal, único medio para que el proceso de reestructuración congregacional llegue a donde debe llegar.

Las virtudes características propuestas por la Madre Laura en la Circular 48 son: Humildad, caridad, sencillez, pobreza, abnegación y celo; hemos retomado como tema para algunos meses, otras virtudes que fueron para la Fundadora soporte en la vivencia del Carisma: fe, esperanza, oración, penitencia, obediencia y misericordia.

Al concluir el año jubilar de la Misericordia deseamos que la experiencia de la compasión haya sido una realidad en nuestra vida, haciéndonos generadoras de paz.

Que María, madre de la misericordia nos acompañe y guie en este caminar.

Hna. Ayda Orobio G.Superiora General

Hna. Lía Zuluaga G.Vicaria General

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Hna. Carmen Sofía Camacho P .Provincia de Bogotá

Hna. Magnolia Parra G Provincia de Medellín

Hna. Mercedes Ferro M.Provincia de Popayán

Hna. Aura Cecilia Sánchez C.Provincia de Venezuela

Hna. Carmen Esthela Paredes MoyaProvincia de Ecuador

Indicaciones:

Invitamos a la encargada de orientar el retiro de cada mes a preparar con anterioridad los símbolos y can-tos que crea convenientes y a buscar las citas que se proponen en “Lectura de los textos”, para disfrutar en cada tema del legado bíblico y carismático que fortalece nuestra espiritualidad.

Presentación

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Primer momento

Encuentro con la Palabra y con la Fundadora

1. Motivación

La etimología de misericordia procede del latín misere (mi-seria, necesidad) y cor/dis (corazón), y se identifica con tener un corazón solidario con aquellos que tienen necesidad, por eso en el lenguaje corriente se identifica la misericordia con la compasión y el perdón. De hecho, desde el principio hasta el fin, Dios manifiesta su ternura ante la miseria humana y, a su vez el hombre debe mostrarse misericordioso hacia su prójimo, a imitación de “Dios, Señor de la misericordia” (Sb. 9,1), y del Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de las misericordias” (2 Cor. 1,3).

Al definir la misericordia, los libros del antiguo testamento usan sobre todo dos expresiones: en primer lugar, está el término jeséd que indica una actitud profunda de bondad y significa también gracia y amor. El segundo vocablo es rahán, que en su raíz denota el amor de la madre, que comporta bondad, ternura, paciencia, comprensión y disposición a perdonar.

En definitiva, la misericordia bíblica expresa un sentimiento que se experimenta ante una necesidad e infortunio, así como la acción que surge de ese sentimiento, significando: tener compasión y piedad, compadecerse, sentir afecto entrañable, ser compasivo, amar, tener cariño y tierna emoción, apiadarse, ayuda, fruto de una relación de fidelidad.

El papa Francisco expresa que “la Misericordia es la vía que une a Dios y al hombre, porque abre el corazón a la espe-ranza de ser amado no obstante el límite de nuestro pecado”.

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Santa Laura, la mujer que se dejó mirar, abrazar y tocar por la infinita misericordia del amor de Dios, enmarca toda su historia como el recuento de las misericordias de Dios en su vida.

2. Lectio Divina

Lectura de los textos

► Sal. 136; Os. 6, 6; Jr. 31, 20; Is. 49, 14; Mi. 7, 18, Sal. 50

► Lc. 4, 36; Mt 5, 7; Lc.10, 30-37; Mt. 25, 31 – 46; Hch.17, 28

► Aut. II, 406, 2; 505, 6; 730, 4 ► Const. Arts. 49, 51, 52

3. Meditación

Quiero misericordia y no sacrificios. A medida que el pueblo de Israel crecía, aumentaban las dificultades, competencias, y por tanto para aplacar la ira de los dioses fueron multiplicando sacrificios; aparecen los profetas con mensajes contundentes sobre la misericordia de Dios. Para el pueblo fue muy difícil dar el salto de esta mentalidad, a la de Juan Bautista, quien proclamó la conversión del corazón como preparación a la venida del Mesías, y Jesús que es al mismo tiempo encar-nación y manifestación de la misericordia del Padre, viene a mostrar su rostro misericordioso a través de gestos, hechos y palabras, con preferencia a quienes tenían necesidad de experimentarlo en sus propias vidas, tal como las mujeres, los niños, los pecadores y los despreciados de la sociedad.

Diciembre de 2016 | La misericordia

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Ubicarse en el año de la misericordia y reflexionar:

◙ ¿Con qué actitudes has vivido en tu comunidad y con el pueblo el año de la misericordia?

◙ ¿Qué frutos dejan en tu vida el año de la misericordia que acaba de concluir?

◙ ¿Qué frases de Santa Laura resumen para ti, la vi-vencia de la misericordia?

4. Oración

► Retoma el texto que más te ha impactado o te ha llamado la atención y hazlo oración.

► Repite: misericordia Dios mío por tu bondad… Sed misericordiosos como el Padre es misericordioso. Bienaventurados los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia.

5. Contemplación

Vuelve al texto del buen samaritano y contempla los gestos de misericordia que se realizaron en la escena, identifícate con uno de los personajes y contempla a Jesús realizando acciones con actitudes de misericordia en tu vida.

6. Compromiso

Escoge un compromiso personal tomando como referente el tema de la misericordia reflexionado en esta mañana.


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Segundo momento

Oración personal

Espacio de silencio personal e interior para saborear el mensaje de los textos leídos. Se sugiere tomar Mt. 25, 31 - 46, revisa ¿cómo está en tu vida la práctica de las obras de misericordia?

Tercer momento

Encuentro con Dios en la Comunidad ◙ Iniciar este momento con un canto relacionado con

la misericordia. ◙ Ambientar el espacio comunitario con frases de mi-

sericordia, encontradas en los textos, y relacionarlas con el misterio de la Encarnación.

◙ Invitar a las hermanas a compartir la experiencia de Dios vivida durante el día, no tanto la repetición del texto leído, cuanto la experiencia que éste ha dejado en tu corazón.

◙ Elaborar un compromiso comunitario para reforzar la vivencia de la práctica de las obras de misericordia.

Cantos sugeridos:

◙ Felices son los pobres… Ritmos 314 ◙ Vos sos el Dios de los pobres… Ritmos 315


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Primer momento


1. Motivación

La virtud del CELO caracteriza a las Misioneras de la Ma-dre Laura, tiene como objeto, como dicen las constituciones, la mayor gloria de Dios.

Para mantener vivo el celo, la misionera debe tener mucho trato con Dios, este debe ser su único afán, el fuego que la consuma, a la manera de san Pablo, quien, mientras aguar-daba a sus compañeros en Atenas, ‘se consumía interiormente su espíritu, considerando la ciudad entregada a la idolatría’ (Cfr. Hb. 17, 16).

Ahora bien, el celo se concibe como válvula de escape del amor, según lo ha llamado la Fundadora, porque cuando el alma amante siente la pequeñez de su corazón para amar a Dios Padre, fuente de misericordia, y desconocido, busca a otros que le ayuden a amar a ese Dios a quien ama, y que se unan a su afán de hacerlo conocer, amar y servir de toda la humanidad.

Olvídese la misionera de su propia felicidad y entréguese a vivir enteramente por la Gloria de Dios y sus intereses, “He aquí el campo para nuestros esfuerzos, dolores, lágrimas y trabajos. Cuidar de que se le conozca, se le ame, y no se le ofenda! Defender su honor y velar por sus intereses! He aquí nuestro oficio! He aquí nuestra gloria!” (Dir. I, 28).

“La piedra preciosa angular, de la Congregación, es el espíritu de celo que la anima”, dice la Madre Laura. Efectivamente se

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puede comparar el corazón de Laura a un volcán. De ahí que su vida, el ardor y pasión con los que consume su existencia a la gloria de Dios, es hoy una invitación apremiante a sus hijas para mirar la gloria divina como único objeto. Es ese el espíritu al que debe apuntar la reestructuración que hoy tiene entre manos la Congregación, ‘Obra que Dios le encomendó’.

2. Lectio Divina


► Jn. 2, 17; Sal. 69, 10; Ef. 6, 15 ► Aut. II, 336, último párrafo; 351, 5; 398, 2 ► Const. Arts. 58 y 81 ► Dir. I, Nos. 25 al 43

3. Meditación

Ubícate en el momento de la profesión religiosa cuando pronunciaste públicamente: “Hago especial promesa de vivir el celo misionero característico de nuestra Congregación”.

Desde la interiorización del texto, o los textos, que han tocado el corazón, confronta la vida misionera a través de los años de consagración al Señor en la Congregación, y desde el valor bíblico que tiene “la alianza” o promesa de fidelidad, medita las implicaciones que ha tenido la vivencia del celo: “dar gloria a Dios”.

El papa Francisco observa de san Pablo que era un “hombre de fuego”. Pero aquí no se trata solo de su temperamento. Es el Señor que “se involucra en esto”, en esta batalla campal. De hecho, continuó, es el Señor quien lo lleva “hacia adelante”, para dar testimonio también en Roma. “Es algo que viene

Enero de 2017 | EL CELO por la mayor Gloria de Dios

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de dentro, que el Señor lo quiere de nosotros: un cristiano con celo apostólico. Y ¿de dónde viene este celo apostólico? viene del conocimiento de Jesucristo. Pablo ha encontrado a Jesucristo, se encontró con Jesucristo, pero no con un conoci-miento intelectual o científico –eso es importante, porque nos ayuda–, sino con ese primer conocimiento, el del corazón, del encuentro personal”. Esto es lo que empuja a Pablo a seguir “a proclamar a Jesús siempre”. Y agregó: “Está siempre en problemas, pero no en problemas por problemas, sino por Jesús”; proclamando a Jesús, “estas son las consecuencias”. El celo apostólico, subrayó, solo se puede entender “en una atmósfera de amor”. El celo apostólico, añadió, “tiene algo de locura, pero de locura espiritual, de sana locura”. Y Pablo “te-nía esta locura saludable”. (https://iglesiaactualidad.wordpress.com/2013/05/16/debemos-ser-cristiano-con-celo-apostolico/).

Locura santa de la que participó Santa Laura y que la llevó también a vivir las situaciones de conflicto que rodearon su vida y su obra, hoy la Iglesia ha confirmado que ese fuego abrasador que la lanzó a trabajar apasionadamente por la gloria de Dios, sin límites de tiempo, de espacio, ni de personas, tuvo como única fuente la “Sed de Cristo en la cruz”: “tengo sed de saciar la tuya, sequía tengo de lo eterno… hambre y sed que ya me matan tengo de extender tu Reino…”.

4. Oración

En este momento de oración personal la invitación es a descubrir en cada uno de los textos, las exigencias e impli-caciones para la vida cotidiana personal, en las situaciones concretas de comunidad, de la Congregación (cien años de erección canónica, proceso de reestructuración), del país, del mundo… Delante del Señor, revisa:


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◙ En la Palabra de Dios y en la Madre Laura, está claro lo que es la virtud del Celo. En ti ¿está claro? ¿Cómo lo vives?

◙ ¿Cuáles son las motivaciones que tienes y mueve tu oración, el compromiso misionero, la vida de co-munidad, la relación con los otros, con la realidad?

◙ Después de haber interiorizado la Palabra de Dios, y en lo que significó el celo para San Pablo, para la Madre Laura, y desde tu propia experiencia, ¿cuáles crees que son los elementos esenciales que te hacen falta en la vivencia de la virtud del celo, como hija de Santa Laura?

◙ ¿Qué relación encuentras en tu corazón entre ‘Pasión’ por el Reino y el ‘Celo apostólico’?

5. Contemplación

Entra dentro de ti, con la fuerza que da el Espíritu de Dios, y celebra, desde la fe, la experiencia que vivió la Madre Laura cuando escribió el lema de la Congregación sobre el monograma de María:

“… No pude menos de escribir eso, sin pensarlo antes y cuando lo terminé, me conmovió e hizo derramar lágrimas en abundancia, sin que yo me diera cuenta del motivo de tanta emoción. ¡Sabía sí, que Dios estaba cerca y sentía extraor-dinario respeto! Casi digo como Jacob: “Dios estaba aquí y yo no lo sabía”.


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Asume esa actitud contemplativa reviviendo los sentimientos de alguna de tus experiencias en las que has podido decir: “Dios estaba aquí y yo no lo sabía…”.

6. Compromiso

El celo apostólico, como virtud característica de la Congre-gación, ha sido asumido como fruto de la experiencia mística de la Fundadora y camino de cruz recorrido, también, por las cofundadoras. A lo largo de la historia congregacional se constata que ha sido la vivencia del celo la mejor manera de dar gloria a Dios.

► Elabora tu compromiso haciendo eco a la reflexión de la jornada.

Segundo momento

Oración personal

En ambiente de silencio retoma:

◙ Constituciones Art. 58 ◙ 2 Cor. 12, 9 – 10.

Ayúdate con estos textos para hacer una experiencia per-sonal de oración, recogiendo toda la jornada, permitiendo que fluyan sentimientos de gratitud, alabanza, arrepentimiento, donación de sí…


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Tercer momento

Encuentro con Dios en la Comunidad ◙ Compartir la experiencia personal de la jornada: lo

positivo y lo que se pueda retomar dentro del com-promiso comunitario.

◙ Explicitar las experiencias concretas del compromiso misionero, a lo largo de la consagración misionera.

◙ Fragilidades que encontramos en la comunidad local en la vivencia del celo.

◙ Enumerar algunas de las acciones con las que glo-rificamos a Dios comunitariamente.

◙ Acciones con las que no le damos gloria a Dios. ◙ Revisar comunitariamente los compromisos del mes

anterior.

Compromiso comunitario: que apunte hacia el fortaleci-miento de la virtud del celo en la comunidad local, explicitando actitudes y acciones concretas.

Cantos:

◙ Mil millones Nº 57 de Destellos ◙ Por qué tan sediento Nº 37 de Destellos ◙ Bodas: Elevemos un himno de gloria… Nº 113 de

Destellos


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Primer momento


1. Motivación

En el pensamiento de la Madre Laura “la oración es la comunicación de la criatura con su Creador y todo lo que constituya a hacer esta comunicación más íntima y más constante y más amorosa, es un medio de oración”. Según el papa Francisco la oración es “mirar al Señor, escuchar al Señor, pedir al Señor”. Es dejarse conducir por el Espíritu, a ejemplo de Jesús que lleno del Espíritu de Dios se dejó guiar por Él a través del desierto.

Jesús invoca el Espíritu, lo hace presente en su vida, así lo hizo en la sinagoga de Cafarnaúm. Desde su experiencia oracional puede proclamar, hacer público su programa de vida: “… Él me ha ungido para llevar buenas nuevas a los pobres, para anunciar la libertad a los cautivos, y a los ciegos que pronto van a ver, para despedir libres a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor” (Lc. 4, 18 - 19).

Así mismo, María Santísima es la mujer orante, que desde la anunciación nos invita a escuchar, a acoger, a meditar y a proyectar la vivencia de la fe, al permitir que Dios haga realidad la promesa del Salvador en su seno virginal. María ‘guardaba todas las cosas en su corazón’, es lo que nos co-munica Lucas, y acompañaba con su oración silenciosa los primeros pasos de la Iglesia naciente. De Jesús recibe la mejor alabanza: ‘bienaventurados quienes escuchan la Palabra de Dios y la ponen en práctica’.

Nos dicen las Constituciones: “Nuestra oración, como la de Jesús, es un diálogo con Dios Padre, que a través de su

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Espíritu, nos hace experimentar la filiación divina, nos une verdaderamente en comunidad fraterna, impulsa y hace fecunda nuestra acción misionera” (Art. 37). Es necesario integrar en la vida la acción y la contemplación, orar es compartir desde la experiencia de Dios con los hermanos las angustias, los gozos, las esperanzas concretas que vivimos.

La Santa Fundadora enfatiza que la misionera debe ser mujer de oración, de lo contrario desdice de su profesión. El espíritu de oración es una exigencia para la misionera si quiere hacer fructífera su vida. Es sabio sentarse a los pies del Maestro como María de Betania quien eligió la mejor parte. Y esta “parte”, reafirma el Papa Francisco, es “la de la oración, la de la contemplación de Jesús”.

2. Lectio Divina


► Lc. 10. 21 – 22; Mt. 6, 6 – 13; Lc. 18, 9 ss.; Hch. 1, 14 ► Aut. II, 93, último párrafo; 95, 2; Aut. II, 550 ► Const. Arts. 37 – 48 ► Dir. Nos. 610 ss. ► E. G. Nº 287

3. Meditación

El itinerario de la Santísima Virgen fue un itinerario de fe, conducida por el Espíritu desde la Anunciación hacia un destino de servicio y autenticidad. Peregrinación marcada por el destierro, la incomprensión, la duda, el ocultamiento, la fatiga… la noche de la fe, que la llevó hasta la intimidad con el Misterio (Cfr. E.G. Nº. 127). La escuela del dolor la llevó

Febrero de 2017 | SEAMOS Mujeres de oración

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a conservar cuidadosamente ‘todas las cosas meditándolas en el corazón’ (Lc. 2, 19).

María de Nazaret es la maestra de la contemplación del misterio de Dios en el mundo, en la historia, en la vida co-tidiana de cada uno, es la maestra de oración y de trabajo, es Nuestra Señora de la prontitud, la que sale, abandona su pueblo para poder ir en busca de los otros, de los que están necesitados, es la que camina hacia los demás, es en síntesis ‘un modelo eclesial’ (Cfr. E. G. 288).

Cuando la Madre Laura escribió por obediencia la auto-biografía, pensó en sus hijas. Hoy empieza a ser reconocido este escrito, su obra reina, como fuente de investigación de estudios místicos; la lectura, reflexión y meditación de la misma, es una invitación a seguir sus huellas en este camino o itinerario espiritual que lleva a adentrarse en el corazón de Dios Padre, experimentando la filiación divina, y como fruto de ésta, a sentir el llamado a la maternidad espiritual de aquellos que yacen en las cunetas de la historia actual, a quienes, en su tiempo, ella sintió como ‘llaga’ por el dolor que le producían como verdaderos hijos (Cfr. Aut. II, 211).

Si bien, este itinerario espiritual implica la renuncia, el dolor que produce el despojo, la conversión, la fidelidad, la donación constante de la vida, en una palabra: la muerte y la resurrección, de quienes siguen al Señor Jesús, para completar como dice san Pablo, lo que falta a la pasión de Cristo (Cfr. Col. 1, 24).

La contemplación es un don que la Madre Laura recibió de Dios Padre. Retomamos la reflexión del papa Francisco cuando dice: que “frente al amor, a la misericordia, a la gracia divina derramada en nuestros corazones, la consecuencia que se


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impone es una sola: la gratuidad”. Por esta razón, así como hemos recibido gratuitamente, del mismo modo gratuitamente estamos llamadas a dar; a imitación de María, que, inmedia-tamente después de haber acogido el anuncio del Ángel, va a compartir el don de la fecundidad con su pariente Isabel.

¿Cómo devolver todo lo que nos ha sido dado por pura misericordia de Dios? el Papa responde: «Dejando que el Es-píritu Santo haga de nosotros un don para los demás; que nos permita llegar a ser instrumentos de acogida, de reconci-liación y de perdón», gracias a la transformación que realiza en nuestra existencia la gracia del Señor. De ahí que no se puede retener la luz que viene de su rostro, la dejaremos pasar para que ilumine a los demás. La oración es un regalo pero exige respuesta, fidelidad de parte del ser humano.

Este espíritu contemplativo es vivido por la Fundadora y enseñado a las hijas de todos los tiempos: “es necesario enseñarles a las hermanas a buscar a Dios en la naturaleza como lo buscan en el sagrario, pues, aunque la presencia de Él es distinta, en las dos partes está y el amor debe saber buscarlo y hallarlo en donde quiera que se encuentre hasta que nos lleve a su casa en donde no habrá que buscarlo, porque se le tiene…” (Aut. II, 550).

4. Oración

Este misterio de la acogida y la petición constante del don de la oración pide situarse delante de Dios, con el corazón limpio, y clamar con Jesús: “¡Yo te alabo Padre, Señor del cielo y tierra, porque has ocultado estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has dado a conocer a la gente sencilla! Sí, Padre, pues tal ha sido tu voluntad.” (Lc. 10, 21).


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◙ Descubre en tu vida personal los momentos en los cuales Dios se te ha manifestado, revelado con al-guna gracia especial.

◙ ¿Cómo has asumido esta gracia especial? es decir, ¿cuál ha sido tu respuesta al Espíritu?

◙ Esta experiencia personal ¿ha producido algún cam-bio -‘conversión’- en tu vida?

◙ ¿Puedes hacer un recuento de los diferentes ‘golpes’ de Dios en tu vida?

5. Contemplación

► Invitación a contemplar ‘El golpe del hormiguero’ que Dios te ha regalado.

► Detenerse a contemplar y agradecer la experiencia de la paternidad de Dios en la Madre Laura y en tu vida personal.

6. Compromiso

Fortalecer la búsqueda de Dios, la relación con Él en la oración personal de cada día, como dicen las constituciones en el Art. 48, hasta que de verdad se nos haga “la atmósfera que respiramos”.

Segundo momento

Oración personal

Retoma, reflexiona, interioriza y ora con Jesús la oración del Padre Nuestro…


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Déjate tocar por el Espíritu en la petición que más te llegue hoy, en la situación, en la realidad personal y comunitaria.

Tercer momento

Encuentro con Dios en la Comunidad ► De todo lo leído, reflexionado, orado… durante la jor-nada, compartir aquello que ha hecho experimentar más la necesidad de ser mujeres orantes.

► Compartir en comunidad algunas frases, a modo de eco…

► Recordar los compromisos del mes anterior. ¿Se vi-vieron? ¿en qué?

Compromiso comunitario en torno a la oración personal: es urgente retomar de las enseñanzas y vivencias de la Madre Laura, lo que hoy podemos llevar a la vida, y ¿cómo hacerlo?

Propuesta:

Hacer durante el mes la lectura comunitaria, en las cir-culares sobre la Vida interior, números 36, 37 y 38.

Cantos:

◙ Madre de los creyentes Nº 363 de Ritmos ◙ El asna… Nº 60 Destellos ◙ El perro faldero… Nº 67 Destellos


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Primer momento


1. Motivación

El Bautismo borra todo pecado, nos hace hijos de Dios y dispone a la persona para recibir el regalo divino de la gloria del cielo, sin embargo, en esta vida quedamos aún expuestos a caer en el pecado; nadie está exento de tener que luchar contra él, y las caídas son frecuentes.

Así pues, la llamada de Jesús a la conversión: «El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertíos y creed en la Buena Nueva» (Mc. 1,15), no se dirige sólo a los que aún no le conocen, sino a todos los fieles cristianos que también deben convertirse y avivar su fe. «Esta segunda conversión es una tarea ininterrumpida para toda la Iglesia» (Catecismo, 1428).

«La penitencia interior es una reorientación radical de toda la vida, un retorno, una conversión a Dios con todo nuestro corazón, una ruptura con el pecado, una aversión del mal, con repugnancia hacia las malas acciones que hemos come-tido. Al mismo tiempo, comprende el deseo y la resolución de cambiar de vida con la esperanza de la misericordia divina y la confianza en la ayuda de su gracia» (Catecismo, 1431).

«La conversión es primeramente una obra de la gracia de Dios que hace volver a Él nuestros corazones: “Conviértenos, Señor, y nos convertiremos” (Lam. 5,21). Dios es quien nos da la fuerza para comenzar de nuevo» (Catecismo, 1432).

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La conversión nace del corazón, pero no se queda ence-rrada en el interior del hombre, sino que fructifica en obras externas, poniendo en juego a la persona entera, cuerpo y alma. Entre ellas destacan, en primer lugar, las que están incluidas en la celebración de la Eucaristía y las del sacra-mento de la penitencia, que Jesucristo instituyó para que saliéramos victoriosos en la lucha contra el pecado.

Además, el cristiano tiene otras muchas formas de poner en práctica su deseo de conversión. «La Escritura y los Pa-dres insisten sobre todo en tres formas: el ayuno, la oración, la limosna (cfr. Tb 12, 8; Mt 6,1 - 18), que expresan la con-versión con relación a sí mismo, con relación a Dios y con relación a los demás» (Catecismo, 1434). A esas tres formas se reconducen, de un modo u otro, todas las obras que nos permiten rectificar el desorden del pecado.

Madre Laura expresa: la penitencia es una virtud que obliga a las misioneras por doble razón: por sí mismas, puesto que han pecado y como fiadoras de los misionados, es pues claro que no deben hacerla no sólo por aquello del evangelio: “si no hiciereis penitencia todos igualmente pereceréis, sino también por su santa vocación” (Dir. I, 893).

2. Lectio Divina


► Lam. 5, 21; Tb. 12, 8; Jl. 12, 12 - 18 ► Lc. 15, 11 – 31; Mc. 1, 15 ► Aut. II, 47, 1; 269; 259, 4; 397, 2 ► Dir. I, 893 - 896; 957 - 969 ► Const. Arts. 43 - 53

Marzo de 2017 | LA PENITENCIA unida a la conversión

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3. Meditación

La conversión según el profeta Joel consiste: ‘Volved a mí de todo corazón… Desgarrad vuestro Corazón y no vuestros vestidos… Pues Dios es clemente y compasivo, tardo a la cólera y se ablanda ante las desgracias…’

Estas actitudes a las que el profeta Joel hace alusión ne-cesitan verdaderamente desgarrar el corazón, entrar en la dinámica de una ascesis cristiana que exige dejar los gustos personales, tender la mano a quien lo necesita, llevar a la práctica acciones de perdón.

La penitencia cristiana es participación en la vida, pasión y muerte de Jesucristo, tiene que determinar toda la vida del cristiano (Cfr. Rom. 6, 3ss).

La penitencia para la madre Laura consiste en ‘asumir las adversidades que se encuentran en la cotidianidad. Cumplir éstas con amor y constancia, es una expiación segura, así como una hermosa manera de domar el cuerpo cumpliendo el amado apostolado, lo cual equivale a un martirio lento de amor’ (Cfr. Dir. I, N° 957).

“Otras penitencias y no pequeñas les proporcionan la santa pobreza y la vida en los sitios de misión, en donde ordinaria-mente no hay regalo para nadie y menos para las misioneras que no deben buscarlo en nada. La cama áspera, la almohada dura, las telas burdas, los suelos malos, caminatas largas, las fatigas de excursiones poco provistas de alimentos, la sed, el cansancio, la rusticidad de los misionados, los calores, los fríos exagerados etc., son penitencias constantes y superan quizás los ayunos y maceraciones de otras comunidades. Deben amar mucho estas penitencias, porque son la mo-


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neda para rescatar las almas amadas. Anímense con esto a tomar con gusto las durezas de su apostolado” (Dir. I, N° 960). Apostolado que Dios nos ha confiado, porque Él nos ama con corazón paterno.

◙ En este proceso de reestructuración, ¿crees necesa-rio retomar la vivencia de la virtud de la penitencia? ¿por qué?

◙ Los textos leídos ¿cómo te ayudan a crecer en el proceso de conversión?

◙ ¿Cómo asumes las privaciones de la vida diaria?

◙ ¿Con qué actitud frecuentas el sacramento de la Penitencia?

4. Oración

Retoma el texto o textos que más te hayan impactado y haz oración el proceso continuo de conversión, y revisa tus actitudes de penitencia personal y comunitaria.

5. Contemplación

Deja que la fuerza del amor misericordioso de Jesús trans-forme tu vida, permite que actúe en tu interioridad.

6. Compromiso

En la intimidad de la oración elabora un compromiso que esté relacionado con el proceso continuo de conversión personal.


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Segundo momento

Oración personal

Retoma los aspectos más relevantes que te han ayudado en tu meditación, interioriza y hazlos vida.

Tercer momento

Encuentro con Dios en la Comunidad ► Compartir la experiencia de Dios vivida durante el día. ► Realizar la evaluación del compromiso del mes anterior. ► Elaborar comunitariamente un compromiso desde el proceso continuo de conversión.

Cantos:

◙ Vengo ante Ti mi Señor… ◙ Del abismo de mi nada


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Primer momento


1. Motivación

La fe (del latín fides) es la seguridad o confianza en una persona, cosa, deidad, opinión, doctrinas o enseñanzas de una religión. También puede definirse como la creencia que no está sustentada en pruebas, además de la seguridad, producto en algún grado de una promesa.

En Abrahán se realiza la definición de la fe dada por la carta a los hebreos, “la fe es garantía de lo que se espera, la prueba de las realidades que no se ven” (Hb. 11, 1). Gracias a esta fe, Abrahán vino a ser el padre de todos los creyentes (Rm. 4, 11).

El motivo de creer no radica en el hecho de que las verda-des reveladas aparezcan como verdaderas. Creemos “a causa de la autoridad de Dios mismo que revela que no puede en-gañarse ni engañarnos”. La fe es cierta, porque se funda en la palabra misma de Dios que no puede mentir. El hombre al creer debe responder voluntariamente a Dios, en efecto el acto de fe es voluntario.

La fe es un don gratuito que Dios hace al hombre. Este don inestimable podemos perderlo; san Pablo advierte de ello a Timoteo: “combate el buen combate, conservando la fe y la conciencia recta; algunos, por haberla rechazado, naufra-garon en la fe” (1 Tim. 1, 18 - 19). La fe nos hace gustar de antemano el gozo y la luz de la visión beatífica, fin de nuestro

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caminar aquí abajo. Entonces veremos a Dios “cara a cara” (1 Cor. 13, 12).

María es modelo de fe, una joven judía, que esperaba con todo el corazón la redención de su pueblo. Pero en aquel corazón de joven hija de Israel, había un secreto que Ella misma aún no lo sabía: en el designio del amor de Dios estaba destinada a convertirse en la Madre del Redentor. En la Anunciación, el mensajero de Dios la llama “llena de gracia” y le revela este proyecto. María responde “sí”, y desde ese momento la fe de María recibe una nueva luz: se concentra en Jesús, el Hijo de Dios que se hizo carne en Ella y en quien se cumplen las promesas de toda la historia de la salvación.

La fe de María es el cumplimiento de la fe de Israel, en Ella realmente está reunido todo el camino, la vía de aquel pueblo que esperaba la redención, y en este sentido es el modelo de la fe de la Iglesia, que tiene como centro a Cristo, la encarnación del amor infinito de Dios.

Nos dice el Libro de Relación y Votos (Pg. 87) “De toda la vida de la madre Laura mirada en su conjunto, se deduce un inmenso espíritu de fe. Creo que la fe ha sido la energía motriz de toda la vida de la madre, que vivió dominada amorosa y filialmente por la idea de Dios, fue una fe, la suya, que se expresó en una espiritualidad, que en el primer período de su vida podía definirse “teocéntrica”, por el empeño esencial de conocer a Dios, glorificar a Dios y hacer la voluntad de Dios, y en el segundo período “Cristocéntrica” manifestada en esta tres irradiaciones: La Eucaristía, la Pasión de Jesús, y el Corazón de Jesús”…

Abril de 2017 | LA FE, garantía de lo que se espera

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2. Lectio Divina


► Hb. 11; Rm. 4, 3; Ef. 2, 8 – 9; 1 Jn. 5, 4 ► Catecismo de la Iglesia Católica Nos. 146 y 154 ► Relación y Votos, págs. 87 y 88 ► Aut. II. 244, 5; 358, 3

3. Meditación

“La Fe es un don, una luz divina por la cual somos capaces de reconocer a Dios, ver su mano en cuanto nos sucede y ver las cosas como Él las ve. Por tanto, la fe no es un conocimien-to teórico, abstracto, de doctrinas que debo aprender. La fe es la luz para poder entender las cosas de Dios. La fe es un encuentro con Dios, con su designio de salvación. Y con la fe el hombre responde libremente a ese encuentro con Dios entregándose a Él, con la inteligencia y la voluntad.

La fe es sencilla, no está hecha de elucubraciones y discursos, sino de verdadera adhesión a Dios, como María, como Abraham. La fe es vital, es decir, debe cambiar mi vida, demostrarse en mi vida. Por eso, hay que vivir de fe.

La fe es experiencial, es decir, es un conocimiento de Dios en la intimidad. Los que tienen fe gozan de Dios. No es un sentimiento, sino un conocimiento del Espíritu que Dios nos concede para intimar con Él. Este conocimiento experimental de Dios tiene sus momentos privilegiados para manifestar-se a las almas: en el sacrificio, el dolor, en los momentos de prueba, cuando se requiere de humildad y de un mayor desprendimiento de sí mismos.


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La fe es objetiva, es decir, no se queda a nivel subjetivo, intimista, sino que creemos en un Dios que se ha revelado a través de la Palabra que hemos recibido de la Iglesia; Palabra que es preciso conocer, aprender y hacerla vida. Los dogmas de la Iglesia son luces en el camino de nuestra fe; lo iluminan y lo hacen seguro.

La fe termina en compromiso. Compromete mi vida con Dios en la fidelidad a su Ley y en la donación total a Él. Compro-miso de defenderla con mi palabra y testimonio, alimentarla con la continua lectura y meditación de la Biblia y difundirla a mi alrededor en el apostolado”. (P. Antonio Rivero L.C. | Fuente: Espiritualidad Renovada, http://es.catholic.net/op/articulos/1565/cat/69/las-virtudes-teologales.html).

◙ De los textos leídos ¿con cuál te identificas mejor en tu vivencia de fe?

◙ Recuerda una experiencia de fe en tu vida o trabajo pastoral donde hayas salido fortalecida.

◙ ¿Te dejas iluminar por la fe de María, que es nuestra Madre y maestra? Describe algunas de las actitudes con las que lo expresas.

◙ En tiempos de dificultad, de prueba, de oscuridad, ¿la ves a Ella como un modelo de confianza en Dios, que quiere siempre y solamente tu bien? Exprésalo en una oración.

4. Oración

Retoma uno de los textos que más te hayan llamado la atención y entra en la profundidad de tu ser en donde en-cuentras la convergencia de tu propio yo con el Tú que es Dios y recita esta oración de santa Catalina:


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“Tú, Trinidad, eres un mar profundo, que cuanto más me adentro más encuentro, y cuanto más encuentro más busco de Ti. Tú eres insaciable, porque saciándose el alma en tu abismo, no se sacia, porque permanece en el hambre de Ti, Trinidad eterna, deseando verte con la Luz en tu luz”.

5. Contemplación

Desde la fe contempla la Trinidad en tu vida cristiana.

6. Compromiso

Elabora un compromiso personal, en donde des razón de tu fe como bautizada y como consagrada.

Segundo momento

Oración personal

En un lugar sosegado, entra en oración profunda con Jesús y retoma las experiencias de fe que han sostenido tu vida y tu vocación.

Tercer momento

Encuentro con Dios en la Comunidad ► Compartir la experiencia de Dios vivida durante el retiro.

► Evaluar los compromisos del mes anterior. ► Formular un compromiso comunitario relacionado con la fe.


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Cantos

◙ Un solo Señor, Ritmos N° 78 ◙ Madre de los creyentes, Ritmos N° 363

AQUÍ PODRÍA IR UNA FRASE MADRE LAURA PARA UTILIZAR ESTE

ESPACIO...


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Primer momento


1. Motivación

“De dos fuentes brota la santa humildad: del propio conoci-miento y del conocimiento de Dios. Por el propio conocimiento llegaremos a persuadirnos de nuestra suma miseria, y por el conocimiento de Dios llegaremos a amarlo, despreciándo-nos y desamándonos a nosotros mismos. La humildad es también origen del amor divino, de la vida, de la abnegación, de la penitencia, de la justicia, de la generosidad, porque el propio conocimiento y el conocimiento de Dios nos llevan a posponer nuestros intereses y a preferir y amar los de Dios” (Dir. I, Nº 861). Efectivamente, la Madre Laura en total sin-tonía con la espiritualidad de la Iglesia, nos exhorta a vivir el conocimiento propio.

Francisco Javier Sancho, ocd., escribe: “… el conocimiento de sí es un aspecto fundamental en el ámbito de la oración y meditación Teresiana. No hay, según ella repetirá constan-temente posibilidad de avanzar en el camino si se prescinde de este elemento. No es que para meditar haya que conocerse antes en totalidad. El camino de crecimiento discurre entre dos sendas paralelas: más se crece en el conocimiento de sí, mayor es el grado de meditación; y viceversa, más se acerca el hombre a Dios, mejor se conoce a sí.” (Conocimiento de sí en la meditación Teresiana – Mecanuscrito, pág. 54).

El cartujo Augustin Guillerand, nos afirma: “Grandeza de Dios, nada del hombre. Toda la religión está regulada por esta doble realidad, de la cual hace una unidad cimentada y

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regida por el amor: “Dios es”, el hombre “no es”. Dios y ser son una sola cosa. El hombre sólo es en la medida en que Dios le comunica el ser. … Confesar esto es la oración esencial y, también, la humildad.” (Frente a Dios. Roma. 2ª Ed, p. 81).

Retomamos nuevamente a nuestra Fundadora, percibimos que nos habla desde lo que ella experimenta como fundamento de la humildad: “… Pero Dios mío!, cómo hablar de mi ser? De cuál ser? Si Tú sólo eres? Si mi ser no es! … Si mi vida está en Ti? Cómo puedo hablar de mi vida, si no tengo vida? Si Tú sólo eres vida? … Dios mío, vida viva, vida única! Ser único, cómo puedo decir mi vida si ni es vida, ni es mía! Cómo diré YO si no soy? Si Tú solo eres!... Así, cuando diga YO, quiero decir: esta que no es, y cuando diga MI VIDA quiero decir: esta agonía con la cual es preciso acabar para encontrarla en Ti, Vida única! (Aut. II, 18).

“Piensen pues, las misioneras, que la santa humildad es el fundamento de su perfección y emprendan la lucha con gene-rosidad…” (Dir. I, 873). “Del mismo modo, nos dice la Madre Laura, estudien las virtudes que la santa humildad planta en el alma, tales como: el respeto, la modestia, el silencio, la sencillez, etc…, y hagan de esas virtudes como un gran programa que deben realizar durante su vida…” (Dir. I, 874).

En la Anunciación María se convierte en el prototipo de la espiritualidad del empequeñecimiento, es decir, de la espiri-tualidad de la humildad. En su interioridad estaba latente la experiencia de los ‘pobres de Yahvé’ porque lo esperaban todo de Dios. Así pudo exclamar al llegar donde su parienta Isabel: “… y mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador porque se fijó en su humilde esclava”, exclamación cuyo eco ha tras-pasado el tiempo y tocado a la puerta de muchos corazones

Mayo de 2017 | Se ha fijado en la humildad de su sierva

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que siguen haciendo de la experiencia de la fragilidad, la fuerza para consagrarse a Dios como ‘humildes servidores’. (Cfr. Lc. 1, 38 ss.).

2. Lectio Divina


► Lc. 1, 38 – 55; Mc. 10, 42 – 45; Mt. 23, 11 – 12; 11, 29; Jn. 13, 16 - 18

► Aut. II, 216, 151, 153 ► Dir. I, Nos. 859 – 864; 873 – 892. ► Const. Arts. 6, 47

3. Meditación

El fundamento bíblico de la virtud de la humildad está condensado en la doctrina de San Pablo, quien, siguiendo los pasos del Señor, a quien perseguía, concluye su vida con la convicción que Jesús “siendo de condición divina, no se apegó a su igualdad con Dios, sino que se redujo a nada, tomando la condición de servidor…” (Fil. 2, 6 – 7). Es claro que san Pablo bebió y se inspiró del testimonio y tradición de los apóstoles y primeros discípulos de Jesús.

El misterio de “La Encarnación apunta resueltamente ha-cia lo bajo (Mc. 10, 42 – 45); es lo propio de ella: abajarse, humillarse, alcanzar lo más bajo (Mt. 23, 11 – 12), para manifestar desde allí la verdadera exaltación y grandeza. … Este proceso encarnatorio reside en el ser uno con la humil-dad de Aquel que se hizo en todo semejante a los hombres” (La configuración con Cristo y su misterio. S. Arzubialde, sj. Mecanuscrito, 2008-Madrid).


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En esa línea ubicamos la invitación y reflexión de nuestra Santa Fundadora, quien bebiendo de la Sagrada Escritura, como fuente y origen de toda verdad, nos exhorta a trabajar en la vivencia y fortalecimiento de esta santa virtud: “¡Ay! el último lugar y los oficios humildes! En ellos busca Dios al alma para confiarle sus secretos. “Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has encubierto estas cosas a los sabios y prudentes del siglo y descubiertolas a los humildes y pequeños” (Lc. 10, 21), dijo nuestro dulcísimo Salvador en los días de su vida mortal, y de los oficios humildes y en el último lugar a aquellos a quienes debe revelar los misterios de su amor!” (Dir. I, 856).

El seguidor de Jesús, al despojarse de todo poder, como su Señor, aprende la verdadera solidaridad en el bien: a amar a sus hermanos con el mismo amor con que Cristo los amó. Ya que este amor está más allá de todas las barreras, cen-suras e inhibiciones que separan a los hombres entre sí. Es por esto por lo que la humildad, en cuanto que es virtud especial, concierne en principio a la sumisión del hombre a Dios, pero ésta se verifica en la medida en que el hombre se somete a otros por amor en humildad (Cfr. S. Arzubialde, s.j., Apuntes citados, p. 92).

‘En la Congregación hemos aprendido por experiencia, que la humildad crece en el riesgo de las realizaciones; porque reconociendo nuestras limitaciones personales y comunitarias nos lanzamos al compromiso misionero, … En el compartir con los grupos empobrecidos, especialmente indígenas, afros y campesinos, la Congregación ha vivido desde sus inicios el desafío de propiciar la auto-estima y valorar las culturas en un proceso inverso el que ha hecho que estos pueblos


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disminuyeran o perdieran su identidad; la humildad en estos casos puede parecer un insulto, cuando se impone por la fuerza de la cultura dominante hasta el extremo de perder la propia dignidad. Evangelizar estos grupos o nacionalidades ha requerido siempre y hoy más que nunca, la actitud humil-de de quien sabe dar y recibir, hablar y escuchar, aprender enseñando, conscientes de que el mensaje de salvación es la propuesta de Jesús, que espera una respuesta libre, por parte del que escucha’ (Libro de Carisma, pág. 219).

Se concluye esta reflexión sobre la humildad con “la au-todefinición de la vida de la Madre Laura: “solamente dolor y contradicción”, los demás pueden con toda verdad acoplar: solamente humildad y humillaciones. Desde la necesidad de dejar a su madre a la edad de tres años por estrecheces económicas y establecerse en casa del abuelo materno, donde era pospuesta a su hermana Carmelita…” (Relación y Votos, págs. 133).

◙ Los textos leídos ¿te dejan clara alguna ‘convicción’?

◙ ¿Cómo experimentas en tu corazón ese doble conocimiento: Dios y su criatura?

◙ ¿Qué asumes en tu vida diaria, de las enseñanzas de la Madre Laura sobre la virtud de la humildad?

◙ La Palabra de Dios orada hoy, ¿cómo ha fortalecido el sentido y vivencia de tu humildad?

4. Oración

Interioriza el momento de la Anunciación, teniendo como fundamento la actitud humilde de María; si hay ‘espacio’ se te propone retomar en oración el ‘Cántico de María’.


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5. Contemplación

Fija la mirada de tu corazón en Jesucristo que, siendo Dios, ‘se despojó de su categoría de Dios y se hizo semejante a nosotros, menos en el pecado’…

6. Compromiso

En este momento de reestructuración: acepta en virtud de la humildad los cambios necesarios para ella, a todo nivel; despójate de tus ‘ideas fijas’; abandona las críticas destruc-tivas que ‘matan’ la unidad; acepta alegre la opinión ajena…

Segundo momento

Oración personal

Espacio de silencio para interiorizar el mensaje de los textos. Escoge el o los que más te motiven para el diálogo personal con el Señor… Asume este momento con responsabilidad y como aporte a la comunidad propiciando el silencio necesario para ello.

Tercer momento

Encuentro con Dios en la Comunidad

► Compartir la experiencia personal del día: lecturas, reflexión, oración… lo que más haya tocado el corazón.


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► Desde la propia experiencia, proponer algún camino que ayude a crecer en el conocimiento propio, acep-tando la fragilidad innata al ser humano.

► Evaluación comunitaria de los compromisos del mes anterior.

Compromiso comunitario: se sugiere hacerlo en torno al crecimiento en el conocimiento de Dios y el conocimiento propio, base de la verdadera actitud humilde a la que nos invita la vivencia del Carisma.

Propuesta:

► Arreglar el espacio con alguna imagen de Santa Laura y su fecha de nacimiento.

► Retomar en forma de eco algunas de sus frases sobre la humildad. Sería el mejor regalo de aniversario de su nacimiento el seguir su ejemplo.

Cantos:

► Proclama mi alma la grandeza del Señor… ► Naciste Madre Laura para escalar alturas…


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Primer momento


1. Motivación

La pobreza, como toda actitud cristiana, está inspirada en un amor confiado y es condición de ese amor. Ésta consiste en la libertad del corazón, del desprendimiento de personas, cosas, lugares…, para crecer en el amor.

La pobreza evangélica es, ante todo, la actitud interna de disponibilidad, es la que nos lleva a caminar junto a los empobrecidos, quienes se convierten para nosotras en lugar de experiencia y fidelidad al Señor.

La pobreza libera, por eso solo la persona libre está dis-ponible para el servicio de la caridad. El que no es libre no puede darse, es la condición de la libertad interior. De allí que solo el pobre es capaz de dar y darse en espíritu y de verdad a los demás.

La infancia de la Madre Laura está marcada por una rea-lidad de pobreza, desde el inicio Dios fue preparándola para que más tarde respondiera con toda generosidad a la misión encomendada. El deseo de la mayor perfección y la vivencia de la pobreza la llevaban a cuidar de las cosas y a no gastar nada inútilmente.

Siempre fue su preocupación no dejarse envolver por una vida cómoda, aristocrática, por lo que pidió a su confesor le permitiera hacer votos por devoción, de pobreza, castidad, obediencia y humildad. En el voto de pobreza se comprometía

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a no disponer de nada de lo que ganaba sino entregarle todo a su madre, sometió toda su voluntad a ella eligiendo siempre lo más pobre y malo, no hacía gastos superfluos que superasen la situación de los pobres, pues a ellos había que preferirlos.

2. Lectio Divina


◙ Lc. 9, 23 - 27; 19, 1 - 10; 14, 33 ◙ Libro de Carisma págs. 216; 206; 259 ◙ Const. Arts. 23 - 24 ◙ Aut. II, 527, 5; 282, 5

3. Meditación

Jesús vivió con un corazón de pobre, estaba totalmente abandonado en las manos del Padre, no tenía donde recli-nar la cabeza. Nació en un descampado al abrigo de unas ruinas. Vivió en una tierra desconocida, insignificante, fue un humilde carpintero, no se apoyó en títulos de la familia (descendiente del rey David), tiene autoridad propia y desde su corazón, manso y humilde, habla a las gentes, a los sencillos que se sientan a su alrededor, que le siguen por los caminos del desierto, de las montañas o junto al mar.

Se identifica con los empobrecidos y marginados (mujeres, niños, enfermos…), fue cirineo de los que sumidos en el do-lor no encontraron consuelo ni paz. Su vida fue un servicio incondicional a la persona no persona. Al final quedó solo, abandonado e indefenso, pero libre en el amor hasta el fin. Lo degradaron tanto que le hicieron maldito al colgarlo del madero, lo quitaron del medio crucificándolo fuera de las

Junio de 2017 | Bienaventurados los que tienen el espíritu de pobre

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murallas de la ciudad como un marginalizado, lo dejaron tan pobre como desnudo en la cruz.

Por lo tanto, ser pobre es identificarse con Jesucristo, con su corazón pobre, allí radica lo esencial de la pobreza. Un corazón así, capaz de acercarse a los pobres, a los desposeí-dos de todo, es el reto constante en la vida misionera, porque sólo el que es pobre de corazón llega al corazón del pobre.

Desde los inicios de la Congregación esta virtud y voto se practicó siempre en grado más absoluto, para la Madre Laura “el día más feliz era cuando no tenían propiamente nada para comer, y sus religiosas iban a decirle que propiamente ese día no tenían qué comer ni qué comprar, ella se llenaba de alegría y les decía que estuvieran tranquilas porque Dios no les faltaría ni se olvidaría de ellas”. La Madre Laura proponía a sus hijas ser muy exactas en la vivencia de la pobreza y sencillez de vida que son como la nota que mejor muestra este espíritu de vida interior que caracteriza a la Congregación y que es lo más urgente para conseguir la salvación de los Indígenas, negros y excluidos.

Seamos sencillas y pobres por espíritu de celo, ya que el espíritu de pobreza de una misionera de María Inmaculada y Santa Catalina de Sena, debe ser en grado mayor. Por lo tanto, debemos inclinarnos siempre a buscar lo más pobre, lo más bajito, a vivir con sencillez como viven los pobres en la simplicidad del espíritu, desapego y disponibilidad a la voluntad amorosa del Padre. Esta virtud nos hace transpa-rentes y sinceras.

La realidad que vivimos tiene serias consecuencias para la vida religiosa hoy. Diariamente nos confrontamos con una


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sociedad empobrecida, violenta, insegura, donde la digni-dad del ser humano no se valora, el sentido de la vida se ha perdido traduciéndose en guerras, desplazamiento, muertes, violación de los derechos humanos, donde los pobres son cada día más y no cuentan para este sistema, contrariando el plan de Dios de que todos tengamos vida y vida en abundancia (Cfr. Jn.10, 10).

La Madre Laura continúa siendo hoy una voz profética e interpelante para la Vida Consagrada y la Iglesia, en la vivencia radical de la pobreza, en el contacto directo con los más pobres.

En este proceso de reestructuración, es urgente volver con-tinuamente a las fuentes originarias del espíritu de pobreza que nos devuelva la alegría.

◙ ¿Qué experiencia de la Madre Laura te ayuda a vivir el verdadero espíritu de pobreza en este proceso de reestructuración?

◙ ¿De qué manera renuevas tu opción por Cristo pobre? ◙ ¿Cómo debe ser tu autoformación que dé continuidad

a este espíritu de pobreza? ◙ ¿Qué experiencia tienes de la vivencia de la pobreza

y de qué manera te ayuda a fortalecer tu vocación? ◙ ¿Con qué actitudes demuestras que estás convencida

que en la Congregación debes vivir con intensidad la pobreza, por ser una de las virtudes características del carisma?

4. Oración

Reflexiona, ora y asume en tu vida esta frase: “La única posesión de una misionera es Jesús crucificado, Jesús des-nudo sobre la desnuda cruz es nuestro modelo”.


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5. Contemplación

► Contempla a Jesús sobre la cruz en silencio reverente, experimentando el insondable misterio de amor: en-trega, despojo, amor…

► Contempla a María que al pie de la cruz renueva su SI, entregándonos a su Hijo…

6. Compromiso

Hay cierta forma de pobreza espiritual, a través de la cual, el alma se libera de las cosas, las posee sin poseerlas, sin apegarse a ellas. Una pobreza que tiene en cuenta que, asi-milar nuestra vida a la vida de los pobres que acompañamos es para no alejarlos. Nuestro seguimiento es a Jesús pobre.

► Teniendo en cuenta la reflexión anterior, ¿a qué te comprometes personal y comunitariamente?

Segundo momento

Oración personal

Te invitamos a meditar los Artículos de las constituciones: 20, 21, 22…

Tercer momento

Encuentro con Dios en la Comunidad ► En ambiente de oración, compartir las frases de re-flexión personal que hayas resaltado y colocarlas junto con una vela encendida alrededor de Cristo


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crucificado, mientras se va cantando ‘Cuando el po-bre nada tiene…’.

► Compartir la experiencia personal vivida durante la jornada.

► Evaluación comunitaria del mes anterior. ► Compromiso comunitario sobre la virtud de la pobreza.


ESPACIO...


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Primer momento


1. Motivación

¿Qué entendemos por «caridad»? ¿es solo un sentimiento? Ciertamente, si es así, no se puede construir encima nada sólido. Pero si la caridad es una relación, entonces es una realidad que crece y también podemos decir, a modo de ejem-plo, que se construye como una casa. Y la casa se edifica en compañía, ¡no solos! No querrán construirla sobre la arena de los sentimientos que van y vienen, sino sobre la roca del amor verdadero, el amor que viene de Dios, debemos reconocer que Dios nos ama más de lo que nos imaginamos, nos ama hasta el extremo.

La caridad es la virtud sobrenatural, es el distintivo de los auténticos cristianos, por la que amamos a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos. Es la virtud por excelencia porque su objeto es el mismo Dios y el motivo del amor al prójimo es Él mismo. Porque su bondad intrínseca, es la que nos une más a Dios, haciéndonos parte de Dios y dándonos su vida (Cfr. 1 Jn. 4, 8).

Para la Madre Laura “la caridad es el amor a Dios y al prójimo por Dios. Y no es posible el primero sin el segundo de esos amores, porque el que ama a una persona, ha de amar a cuanto con ella se relaciona o su amor no es completo ni perfecto” (Dir. I, No. 453). Esta es la virtud que más se destaca en su vida, y se podría traducir en la absoluta disponibilidad hacia el plan salvífico de Dios.

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Más concretamente, la caridad la llevó a dar su vida, en sentido sacrificial, esforzándose por vivir crucificada con Cristo. Así pudo inmolar su propia voluntad, sus bienes y su propia afectividad. Estamos convencidas que la caridad llenó todos los aspectos de la vida de nuestra Fundadora y por eso fue heroica, ya que se dedicó completamente a la obra de la evangelización, subordinando todo a esa total dedicación. Dios fue el único fin de su vida, y su amor se agigantó hasta el último día de su existencia terrenal.

Su respuesta a Dios fue plena, cooperando con solicitud a su propia santificación: “Sabemos que Dios da la ocasión a cualquiera para salvarse: a unos de un modo, a otros de otro modo. Pero es deber nuestro responder a esta voluntad con prontitud, no con desgana” (Relación y Votos, pág. 39).

El primero y más importante de los mandamientos es ‘amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a sí mismo’. Entonces, la clave está en el amor, en la caridad. Pero ¿cómo practicarla? ¿cómo vivir la caridad?

2. Lectio Divina


► 1 Jn. 4, 9; Jn. 13, 34 - 35; 1 Cor. 13, 1 - 13; Col 4, 14; 1 P. 4, 8

► Dir. I, Nos. 453 - 455; 538 - 539; 511 ► Aut. II, pág. 84, 3; 144, 2; 225, 3; 210, 6

3. Meditación

El Catecismo de la Iglesia Católica en el No. 1856 señala la importancia vital de la caridad para la vida cristiana. En esta

Julio de 2017 | CARIDAD, amor sobrenatural

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virtud se encuentran la esencia y el núcleo del cristianismo, es el centro de la predicación de Cristo y es el mandato más importante. (Jn. 15, 12; 15, 17; 13, 34). No se puede vivir la moral cristiana haciendo a un lado la caridad. La caridad es más que el amor. El amor es natural. La caridad es so-brenatural, algo del mundo divino. La caridad es poseer en nosotros el amor de Dios. Es amar como Dios ama, con su intensidad y con sus características.

La caridad es un don de Dios que nos permite amar en medida superior a nuestras posibilidades humanas. La cari-dad es amar como Dios, no con la perfección que Él lo hace, pero sí con el estilo que Él tiene. A eso nos referimos cuando decimos que estamos hechos a imagen y semejanza de Dios, a que tenemos la capacidad de amar como Dios.

Hay que amar a Dios sobre todas las cosas. Si el objeto del amor es el bien, es decir cuando amamos, buscamos el bien, y si Dios es el Bien máximo, entonces Dios tiene que ser el objeto del amor. Además, Dios mismo es quien nos lo ordena y nos recompensa con el premio de la vida eterna.

La Caridad da vida a todas las demás virtudes, pues es necesaria para que éstas se dirijan a Dios, ejemplo: yo puedo ser amable, sólo con el fin de obtener una recompensa, sin embargo, con la caridad, la amabilidad, se convierte en virtud que se practica desinteresadamente por amor a los demás. Sin la caridad, las demás virtudes están como muertas. La caridad no termina con nuestra vida terrena, en la vida eterna viviremos continuamente la caridad, así como San Pablo lo menciona (Cfr. 1 Cor. 13, 13).

Para la Madre Laura la caridad es un amor desbordante a los demás, es descubrir en el prójimo la imagen de Dios


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para amarlo con el amor del mismo Dios. Así define ella esta virtud: “La caridad es un amor tal que no exige sacrificio para cumplirla, por tanto, toda nuestra vida debe estar orientada a lograr, descubrir en el prójimo la imagen de Dios, para poderlo amar con el amor del mismo Dios” (Aut. II, 854, 5).

Este amor de caridad la impulsa a la corrección fraterna así como lo expresa: “cúmplanla todas como queda enseñado y no tengan temor ninguno. Hasta los defectos de cada una resultan amables, si hay caridad, porque sirven para mutua santificación como lo demuestra muy bien San Juan de la Cruz”. La corrección fraterna, no es una traición a la amis-tad, ni a la fraternidad, sino es un procurar su corrección y cumplir el santo deber de amonestar caritativamente. Por tanto, ser ángeles de caridad, para conservar la paz entre las hermanas (Cfr. Dir. I, 538 - 539).

◙ ¿De qué manera te cuestiona la Palabra de Dios en la vivencia de la caridad fraterna?

◙ ¿Qué es lo que más te impacta de la vivencia de la caridad en la vida de la Madre Laura? ¿por qué?

◙ ¿Qué exige ser ‘ángel de caridad’, para vivir la paz entre las hermanas?

◙ En tu comunidad local ¿sientes que la corrección fraterna te ayuda a tu crecimiento personal? ¿de qué manera?

◙ ¿Con qué actitudes demuestras que has descubierto el rostro de Dios en tu hermana?

4. Oración

Acoge en tu corazón los textos de la Palabra del Señor y de Santa Laura, elije aquel que más te ayude a ser mujer de caridad.


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5. Contemplación

Busca un lugar y ambiente apropiado, para vivir este en-cuentro apasionante con el Señor. Dedica el tiempo suficiente para estar y escucharle.

6. Compromiso

En este tiempo de reestructuración. ¿Cómo vives el amor a las hermanas?

Elabora un compromiso para vivir la caridad fraterna en la realidad concreta en la que vives.

Segundo momento

Oración personal

Retoma el texto de 1 Cor. 13, 1 - 13 y del Dir. I, Nos. 453 - 455; 538 - 539; 511. Acoge las mociones del Espíritu Santo, para que hagan eco en tu vida.

Tercer momento

Encuentro con Dios en la Comunidad ► Compartir los sentimientos que ha suscitado la Pa-labra de Dios y las palabras de Madre Laura.

► Evaluación comunitaria de los compromisos hechos el mes anterior.

► Elaborar un compromiso comunitario referente a la caridad.


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► Siendo partícipes de una Congregación totalmente Mariana, pidamos a María que nos ayude a descu-brir el rostro de Dios en las hermanas con amor de caridad, proclamando el Magníficat.

► Concluir la jornada con el canto: Si me falta el amor nada soy


ESPACIO...


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Primer momento


1. Motivación

Para la Madre Laura la virtud de la sencillez va acompañada de una gran sensibilidad, simplicidad, desapego y disponibili-dad a la voluntad amorosa del Padre. La vivenciamos cuando somos descomplicadas, limpias, transparentes y sinceras. Nos lleva a tener una gran capacidad de adaptación y sensibilidad para comprender la situación de los más pobres y permite una mejor inserción en los pueblos que acompañamos. De tal manera que con madurez y discernimiento nos compro-metemos con audacia y prudencia a testimoniar a Jesús.

La Madre Laura desde niña aprendió a vivir la virtud de la sencillez, por las circunstancias que le tocó atravesar en su calidad de huérfana. Su madre María Dolores dejó a Laura, durante un tiempo, en casa de su tía María Jesús, quien se había consagrado a las obras de beneficencia, dirigiendo una casa de huérfanos. Esta tía eligió el colegio Espíritu Santo para que Laura asistiera allí. Este colegio era uno de los mejores frecuentados por las niñas ricas. Laura no conocía de clases sociales, ella estaba convencida que todos éramos iguales a los ojos de Dios. Qué sorpresa se dio la niña Laura en este ambiente, ella era toda una campesina, no por vulgar, sino por sencilla.

Fue el tiempo en el que se convirtió en el hazme reír de sus compañeras y que Laura vivió con sencillez, por eso ex-presa: “Todas estas lecciones iban formando mi corazón. Era sencillamente el dedo de Dios que me mostraba mi porción de

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vida y me preparaba para mayores cosas. El dolor es amargo, sin embargo, dulcifica el alma, es duro y ablanda el corazón”. Así Dios fue preparando y acrisolando su alma para realizar una obra tan grande que solo con sencillez y humildad pudo ‘levantar un monumento para la gloria de Dios’.

2. Lectio Divina


◙ Mt. 11, 25 ◙ Aut. II, pág. 717, 1 ◙ Lampos de Luz, pág. 65 – 66 ◙ Libro del Carisma, pág. 220

3. Meditación

Los grandes predicadores de la Biblia eran mujeres y hom-bres sencillos; no eran gentes de letras. En su mayoría eran obreros escogidos por Dios; sus discursos fueron inspirados por el Espíritu Santo. Es bueno y recomendable estudiar, pero no para gloriarnos en lo que sabemos, sino para poner todos nuestros conocimientos al servicio de Dios. El apóstol Pablo, uno de los hombres que en la Biblia son mencionados como bien preparados académicamente, declaró: ‘Tengo, pues, de qué gloriarme en Cristo Jesús en lo que a Dios se refiere. Porque no osaría hablar sino de lo que Cristo ha hecho por medio de mí para la obediencia de los gentiles, con la palabra y con las obras’ (Cfr. 2 Cor. 12, 5 – 6).

Jesús fue el más grande de los maestros del Evangelio; sin embargo, la Escritura dice de Él: “Mas, a la mitad de la fiesta subió Jesús al templo, y enseñaba. Y se maravillaban los judíos diciendo: ‘¿cómo puede conocer las Escrituras sin

Agosto de 2017 | Sencillez, transparencia de las almas

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haber tenido maestro?’ Jesús les respondió y dijo: “Mi doctrina no viene de mí, sino del que me ha enviado’” (Jn. 7, 14 -16).

Por la sencillez, aun los niños pueden entender las en-señanzas de Jesús: “En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: “Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas a los sabios y entendidos, y las reve-laste a los pequeños” (Mt. 11, 25).

¿Por qué reveló a los niños?: el niño es un ser débil y hu-milde que no posee nada, no tiene ambición, no conoce la envidia, no busca puesto privilegiado, el niño tiene conoci-miento de su pequeñez y su debilidad; tiene el alma sincera, es de corazón inmaculado, y permanece en la sencillez de sus pensamientos, él no ambiciona los honores. A estos ni-ños ama y abraza el Señor; se digna tenerlos cerca de sí. Por esto, en el Evangelio la sencillez de corazón es reclamada con insistencia, la limpieza y la humildad del espíritu es un requisito indispensable para llegar al Reino de los Cielos.

Madre Laura define la sencillez como un estado interior que lleva a vivir y a actuar con naturalidad y simplicidad. Es la gran capacidad de aceptación y sensibilidad para con los más pobres, asumiendo con libertad de espíritu la verdad. “Es la flor de la verdad, atrae a Jesús hacia el alma y me-diante ella se llega a vivir en humildad” (Lampos I, pág. 65). Por ello, Madre Laura, deseaba que a la selva fueran almas muy sencillas hechas de un modo especial para el amor de Dios, porque gracias a ellas se consigue la conversión de los indígenas y los no cristianos (Cfr. Aut. II, 717).

Sencillez es dejarnos invadir por el espíritu de Jesús, es dejarnos evangelizar por los pobres y asumir con amor la ver-


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dad, con una gran libertad de espíritu, con el convencimiento de que con ellos se gana restando. El pueblo tiene mucho que enseñarnos. Con una intuición, obra evidente del Espíritu Santo, la gente sencilla descubre la profundidad del mensaje salvífico y lo expresa con una simplicidad admirable, más que definir a Dios, lo experimenta en la vida diaria. De ello es ejemplo la Venerable Isabelita.

◙ En el contexto histórico de reestructuración, ¿cómo vives la sencillez que nos exige la Madre Laura?

◙ ¿Con qué actitudes demuestras que tu transparencia y sinceridad ante las hermanas es el camino para llegar a Dios?

◙ ¿Cómo tu proyecto de vida te permite conocerte más y por lo tanto asumir con sencillez los valores y li-mitaciones propios y ajenos?

◙ ¿Con qué actitudes pones al servicio de tu comunidad tu saber e inteligencia?

4. Oración

Acoge en tu corazón los textos de la Palabra del Señor y de Santa Laura.

Ora en aquello que más te interpela para vivir con un corazón sencillo en medio de la comunidad y del pueblo.

Elabora una oración de gratitud a Dios por todo lo vivido en esta jornada.

5. Contemplación

Contempla a Jesús, modelo de sencillez y déjate amar, abre la puerta de tu corazón, como la Virgen María la abrió


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al ángel Gabriel, disfruta de ese encuentro y llénate de Dios, para que con gozo te des a los demás.

6. Compromiso

Como un gesto concreto de sencillez, revisa tu proyecto de vida, evalúa y haz tu compromiso.

Segundo momento

Oración personal

Retoma el texto del libro de Carisma en la pág. 220 y deja que Dios te hable.

Tercer momento

Encuentro con Dios en la Comunidad ◙ Compartir la experiencia personal sobre el tema de

la sencillez. ◙ Evaluar el compromiso del mes anterior. ◙ Elaborar el compromiso comunitario que dé pautas

de conversión a la comunidad, en la virtud de la sencillez.

◙ Concluir proclamando los pensamientos de Santa Laura acerca de la sencillez.

Cantos:

◙ Dime por qué te alojas No. 17 Destellos ◙ Juguetón Divino No. 20 Destellos


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Primer momento


1. Motivación

La abnegación es una virtud moral que consiste en el sa-crificio espontáneo o voluntario de los propios intereses, de-seos e incluso de la misma vida, en favor de los demás. Es una forma de altruismo que exige auto sacrificio o inmolación.

En la teología cristiana se considera que el ejemplo más acabado de esta virtud es Jesucristo, haciendo consistir en ello la perfección cristiana. Jesucristo “siendo de condición divina no retuvo ávidamente el ser igual a Dios, sino que se despojó de sí mismo, tomando condición de siervo, haciéndo-se semejante a los hombres y apareciendo en su porte como hombre, y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz” (Fil. 2, 6 – 8).

“Para los demás la abnegación puede ser relativa, sin pre-juicio de intereses eternos; pero en la misionera debe ser tan absoluta como lo consienta la debilidad humana. Hasta cuando se da algún pequeño gustillo debe abnegarse, estando dispuesta a no dárselo, tan pronto como conozca que puede dejarlo para ventaja de su labor apostólica” (Circular 48).

Santa Laura expresa: “me estremezco al pensar cuánto puede conseguir un apóstol abnegado y lo que deja de con-seguir el amigo de sus gustillos”. Que en la Congregación se ejercite y estudie mucho, no sólo en lo que llamamos amor propio sino también en lo relativo a comodidades, gustos, honores, satisfacciones y ganancias o ventajas triviales que

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alejan de lo perfecto. “Que ganemos perdiendo que es la mejor ganancia”.

‘Para Santa Laura, fue claro que sin abnegación no es fácil ser apóstol, testigo viviente del Evangelio, supo sortear con alegría las dificultades, como misionera buscó hasta en lo más mínimo lo que sacrifica, humilla, la renuncia total al pecado; con esmerada abnegación y delicadeza, asumió con alegría las incomodidades, buscando siempre el último lugar, no sólo para ella sino para sus hijas y para la Congregación’.

2. Lectio Divina

Lectura de textos

◙ Mt. 10, 37 - 39; Lc. 17, 7 - 10; Jn. 12, 24 - 27; Fl. 2, 6 - 11

◙ Aut. II, 392, 1; 442, 5 ◙ Circular 48 ◙ Const. Art. 21

3. Meditación

Toda la vida de Jesús es elocuente en abnegación, es un negarse a sí mismo. Su Padre y el Reino son su obsesión. Su vida se fundamenta en el ser para… así ha sido la vida de todos los que han querido seguirle con radicalidad.

La psicología y la sociología modernas orientan para afir-marse en el ser. Constatamos cómo nos hiere el que alguien o algo pueda afectar lo que con tanto sacrificio vamos edifi-cando, nuestra imagen.

Septiembre de 2017 | LA ABNEGACIÓN

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Por tanto, la sociedad actual no mostrará como valor la abnegación y puede que no sea una palabra fácil de encontrar en el vocabulario actual. Pero la historia es testigo que sólo las personas que se han olvidado de sí para hacer felices a los demás, ahí mismo han encontrado su realización y han dejado su huella.

◙ Los textos leídos ¿de qué manera te han ayudado a identificarte con la virtud de la abnegación desde el anonadamiento de Cristo?

◙ ¿Qué desafíos encuentras en este momento congregacional frente a los párrafos de la circular 48, tomados en consideración en el día de hoy? Enumera algunos.

◙ ¿Cómo haces vida la virtud de la abnegación en tu proceso personal?

4. Oración

◙ Retoma el texto de Filipenses, óralo y preséntale al Señor tus actitudes de abnegación.

◙ Ora en el Art. 21 de las Constituciones.

5. Contemplación

Ubícate frente a una imagen del crucificado, procura hacer la experiencia del despojo personal como condición indis-pensable para la realización del apostolado, para la vivencia comunitaria.

6. Compromiso

Después de haber reflexionado, orado y contemplado los diferentes textos, elabora un compromiso personal de abne-gación y entrega incondicional.


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Segundo momento

Oración personal

Espacio de silencio para interiorizar el mensaje de los textos sugeridos, se te invita a retomar las páginas 168 y 169 de la circular 48: Medios para conservar este espíritu.

“La misionera no debe ver ni dónde está parada, ni qué peso va a llevar, ni qué conseguirá, ni si otro lo puede hacer o no, sino si Dios queda bien servido… El apóstol está obli-gado a ser heroico en atención a la alteza de su vocación y la realización de ella”.

Tercer Momento

Encuentro con Dios en la Comunidad ◙ Iniciar este encuentro con un canto relacionado con

el tema. Compartir la experiencia de Dios vivida du-rante el día.

◙ Retomar el compromiso del mes anterior y evaluar si se ha cumplido lo propuesto en comunidad.

◙ Elaborar un compromiso comunitario que sea real, concreto y que sea factible el cumplimiento del mismo.

Cantos:

► Tuve hambre… Ritmos N° 348 ► Lo importante es amar… Ritmos N° 349


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Primer momento


1. Motivación

Vivir según el Espíritu debe ser la opción fundamental del cristiano, porque la virtud de la obediencia se entiende a partir de la aceptación filial al proyecto de Dios. En seguimiento de Jesús, obediente a la voluntad del Padre, y a ejemplo de María, disponible a la acción del Espíritu, se asume el plan de Dios sobre la humanidad.

La invitación de la Madre Laura es a entregar el corazón a la voluntad de Dios, con despojo total y buscando sólo la Gloria de Dios. Ese amor a la voluntad de Dios la llevó a la obediencia heroica. Las hijas de Santa Laura están llama-das a buscar esa voluntad a través de la oración, diálogo y discernimiento, en docilidad al Espíritu, a los signos de los tiempos y según el carisma.

La virtud de la obediencia se fundamenta en la opción por Jesús, obediente al Padre, que anunció el Reino interpelando la ley y dándole espíritu a la misma ley, así evangeliza el poder, convirtiéndolo en servicio y amor (Cfr. Libro de Carisma, 208).

“Meditad hijas de mi alma… fervorosamente… y dejad que vuestras almas se empapen muy bien del contenido de cada uno de sus puntos, a fin de que esa santa virtud de la obediencia, llegue a ser una de las notas características de la Congregación, cuyo incremento tanto os interesa. No se llega a ser santo sino siéndolo en cada detalle de nuestra vida y si cada detalle se hace por obediencia, resulta santificada la

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vida entera. ¡Oh Dios mío! Obediente Jesús, nada podemos hacer sin el auxilio de vuestra gracia, concédenos la de poder obedecer perfectamente” (Cir. 46 – Triduo a San Ignacio).

“La obediencia a Dios se hace posible solamente en vir-tud de un don divino, gracias a su voluntad salvífica, por su gratuita benevolencia. En efecto, es un signo de su amor el hecho de que él manifieste su voluntad que eleve a la creatura a mantener coloquio con él, para que lo haga capaz de vivir según el beneplácito. Dios salva al hacer a los hombres cons-cientes de su voluntad, al constituirlos capaces de obedecer a sus designios, al educarlos dentro de su historia de manera que sean respetuosos con él, al destinarlos a convivir en la intimidad de sus confidencias de amigo.

… La vida de obediencia de Cristo se ofrece como modelo para todos los hombres: obediente es el que participa del misterio pascual del Señor para ser hecho capaz de esta for-ma de convivir caritativamente con el Padre y de aprender a conocer así sus deseos y vivirlos con amor respetuoso” (Nue-vo diccionario de espiritualidad. Ed. Paulinas 1989-España, pág. 1005).

De la conformidad con la voluntad de Dios y su fidelidad al seguimiento del Maestro, dan testimonio los teólogos que estudiaron la heroicidad de las virtudes de Santa Laura y afirman: “La sierva de Dios resplandece por la práctica de la virtud de la obediencia de un modo heroico y siempre en conformidad a sus deberes. … Hizo todo con firmeza de espíritu, con naturalidad y mucho criterio. Promovió en los demás el espíritu de obediencia por medio del ejemplo y de las enseñanzas…” (Relación y votos, pág. 113).

Octubre de 2017 | LA OBEDIENCIA: identificación con la voluntad divina

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2. Lectio Divina


◙ Gn. 12, 1 – 9; Os. 2, 21 – 22 ◙ Jn. 8, 29; Lc. 22, 41; Hb. 10, 4 – 10; Fil. 2, 8 ◙ Aut. II, 17; 75; 99 – 100; 280; 477; 514 - 515 ◙ Const. Arts. 32 – 38 ◙ Dir. I, Nos. 830, 832, 847

3. Meditación

La espiritualidad cristiana interpreta la obediencia como una manera de vivir la intimidad de amistad con Dios, amis-tad que lleva a un proceso de identificación con el amigo, en pleno ejercicio de la libertad. La obediencia, nos dice san Pablo, en el espíritu de la alianza, es tender a vivir como Dios vive (2 Cor. 3, 17). Efectivamente cuando Dios irrumpe en el corazón del ser humano cambia sus proyectos y lo pone a caminar según su querer (Cfr. Diccionario de espiritualidad, pág. 1004).

En la vida de María aconteció el misterio de la Encar-nación, gracias a su actitud de escucha y acogida frente a la llamada del Padre. Su seno virginal, como la tierra que se fecunda con la caída de la lluvia y que no vuelve al cielo sin haberla fecundado y haberla hecho germinar, produjo la simiente, semilla de salvación para toda la humanidad (Is. 55, 10 – 11; Lc. 1, 45).

La obediencia se concretiza a lo largo de la experiencia humana, en las relaciones sociales, culturales, estructurales…


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en cuyas entrañas la obediencia de Cristo las hace fecundas como medio para vivir y descubrir la voluntad del Padre. Es así como Puebla nos invita a descubrir en los rostros histó-ricos el rostro de Cristo. La Iglesia fiel al querer de Dios es consciente que su misión debe responder a las situaciones actuales de la realidad, comprometiéndose a realizar a través del servicio, el misterio Pascual del Señor en el corazón del mundo. En este sentido reproducimos una parte del testimo-nio de la madre San José, en el que se refiere a la obediencia de la Fundadora: “… Y llegó al punto, en virtud de la sabia pedagogía misionera que Dios le inspiraba, de someterse a los jefes indígenas, respetando su tradición y costumbres” (Relación y Votos, pág. 63).

“Quien sacrifica a Dios la voluntad, le hace el mayor home-naje que puede, porque es lo más digno que tiene el hombre; de aquí se deriva la excelencia de la virtud de la obediencia” (Dir. No. 830). La Madre Laura, fiel a la obediencia que predi-có, dio prueba de sumisión a los inferiores, cuando veía que su juicio era justo, no solamente recibía, sino que también buscaba sus consejos, es el testimonio de las hermanas que con ella compartieron parte de su vida.

► La Madre Laura bebió de la experiencia de Dios, la identificación con su voluntad. ¿Cuál es la fuente de tu identificación con esa amorosa voluntad de Dios?

► La virtud característica en la vida consagrada es la obediencia, según Santa Laura. ¿Cómo estás en la vivencia de esta virtud?

► En el proceso de reestructuración que vive la Con-gregación, ¿qué te mueve: el voto de obediencia o la virtud de la obediencia?


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► ¿Vives la obediencia activa y responsable con verdadera libertad y madurez humana? Reflexiona sobre la experiencia propia.

4. Oración

Recógete en oración, en un espacio que te facilite interiorizar y pasar de la meditación a la oración. Retoma el texto de Lc. 22, 40 – 42. Haz que esta oración toque tu vida y produzca los sentimientos necesarios para vivir los siguientes pasos.

5. Contemplación

Contempla a Jesús en la oración del Huerto de los Olivos y asume como propia su súplica… “Aparta de mi este cá-liz…”.

6. Compromiso

◙ Ubícate en el contexto actual de la Congregación y recupera la confianza mutua.

◙ Fortalece y/o recupera la fe en quienes prestan el servicio de la autoridad.

Segundo momento

Oración personal

Busca un espacio de silencio para interiorizar el mensaje de los textos. Retoma aquel que más te ponga en sintonía con el Señor, con María y/o con Santa Laura.


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Tercer momento

Encuentro con Dios en la Comunidad ◙ Compartir la experiencia personal de la jornada. Es

importante el compartir, como medio para volver a esa ‘escuela’ de Jesús en su obediencia al Padre.

◙ En diálogo sincero mirar los obstáculos en la vivencia de la obediencia, y debilidades en esta virtud.

◙ Evaluación comunitaria: retomar los compromisos del mes anterior.

Compromiso comunitario:

► Revisar nuestra actitud de fe frente a los actuales equipos de gobierno.

► Compromiso serio de no desprestigiar las decisiones que se toman desde el gobierno de la Congregación. Hablar personalmente con quien debe aclarar, o su-gerir algo para el bien común.

Cantos:

► Himno de adhesión (En torno tuyo…) Nº 79 Destellos ► La cometa… Nº 13 Destellos ► Padre, me pongo en tus manos…


103

Primer momento


1. Motivación

Todos los hombres en un momento u otro de su vida se enfrentan a situaciones dolorosas como el sufrimiento, la muerte, la enfermedad, etc. Es sólo gracias a la Esperanza, la segunda virtud teologal, que estas realidades adquieren un sentido, convirtiéndose en medios de salvación, en un camino para llegar a Dios. La Esperanza nos da la certeza de que algún día viviremos en la eterna felicidad. La virtud de la esperanza corresponde a ese anhelo de felicidad que Dios ha puesto en el corazón del hombre.

Es una virtud sobrenatural infundida por Dios en el mo-mento del Bautismo. Nos da la firme confianza en que Dios, por los méritos de Cristo, nos dará las gracias que necesitamos aquí en la tierra para alcanzar el cielo.

La virtud de la esperanza consiste en confiar con certeza en las promesas de salvación que Dios nos ha hecho. Está fundada en la seguridad que tenemos de que Dios nos ama. Y está basada en la bondad y el poder infinito de Dios, que es siempre fiel a sus promesas.

Uno de los ejemplos más claros de lo que es la esperanza lo encontramos en Job, que a pesar de todo lo que le sucedió seguía creyendo en Dios. Su esperanza nunca se perdió, por más que le decían, él seguía siendo fiel.

104

Santa Laura, se inspiró en la esperanza de los profetas, concretamente en Is. 43,1: “No temas pues yo te redimí y te llamé por tu nombre, no temas, tu eres toda mía”. La madre Laura refiriéndose a este texto dice: “Sentí tal seguridad que inmediatamente me calmé, te llamé por tu nombre ¡Cuál es a tus ojos Dios mío mi nombre? El nombre y el destino de tus hijos suelen tener relaciones misteriosas. ¿Cuál es pues mi nombre? Destinada a esperar sin cansancio, me llamaré esperanza, veo tanto mi miseria que pienso que me llamo nada. Ese es mi nombre: ¡la nada que espera!” (Aut. II. 339.7).

2. Lectio Divina

Lectura de textos

◙ Is. 43, 1 ◙ Rm. 5, 1; Ef. 1, 5; Ti. 2, 13; 1 P. 1,3 - 5 ◙ Aut. II, 339, 7

3. Meditación

La esperanza, en el Reino que ha de venir hunde sus raíces en las experiencias vividas por el pueblo de Israel, a lo largo de su trayectoria, hay un acontecimiento histórico, el éxodo de la esclavitud de Egipto. En ese acontecimiento el pueblo experimentó al “DIOS de los Padres” como un Dios de la promesa y de la esperanza.

A diferencia de los demás pueblos, Israel vivió su existen-cia como historia abierta al futuro, experimentó al Dios de la promesa y de la esperanza y al mismo tiempo se descubrió a sí mismo como pueblo en camino, en este sentido, la catego-

Noviembre de 2017 | LA ESPERANZA

105

ría de la promesa dejó su impronta en el lenguaje religioso, caracterizado por el Dios que viene.

Se puede decir que la realización de la promesa comien-za con Abrahán, en él Dios irrumpe. Esta dinámica la vive el pueblo a lo largo del antiguo testamento hasta llegar a la realización de la promesa en María, la madre del Salvador, que con su Fíat le cambia el rumbo a la historia haciéndonos presente a Jesús encarnado en la cultura.

La seguridad que anima nuestra esperanza en las prome-sas de Dios, se fundamenta en la fidelidad del mismo Dios, la Madre Laura nos enseña que “confiar en Dios es lo mismo que tener” (Aut. II, 345,7).

◙ ¿Cómo vives la esperanza en este proceso de reestruc- turación, de cara al futuro?

◙ En los momentos de dificultad o de crisis ¿cómo mantienes viva la esperanza?

◙ ¿Puedes identificar algunas experiencias donde hayas vivido con intensidad la esperanza? ¿cuáles?

4. Oración

Retoma uno de los textos leídos, el que más te haya lla-mado la atención, y haz tu oración personal en intimidad con el Señor.

5. Contemplación

Procura traer a tu memoria las experiencias donde se ha hecho presente la esperanza, y contempla la presencia de Jesús que viene a tu encuentro.


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6. Compromiso

Elabora un compromiso personal, para mantener viva la esperanza en momentos de dificultad.

Segundo Momento

Oración personal

Ubícate en un espacio adecuado que favorezca tu oración personal y procura evocar experiencias donde hayas vivido la esperanza, que te ayude a descubrir novedad y futuro en las personas.

Tercer Momento

Encuentro con Dios en la Comunidad ◙ Compartir la experiencia de Dios vivida durante el

retiro. ◙ Evaluar los compromisos del mes anterior. ◙ Formular un compromiso comunitario relacionado

con la esperanza.

Cantos:

◙ Haz renacer la esperanza ◙ Madre de la esperanza


Misioneras de María Inmaculada y Santa Catalina de Sena - Santa Laura

Este libro se terminó de imprimiren los talleres gráficos de John Freddy Morales T.

para la Congregación de Hermanas Misioneras de María Inmaculada y Santa Catalina de Sena | Santa Laura |

Medellín, Colombia, octubre de 2016Móvil: +57 3137557413

Misioneras de María Inmaculada y Santa Catalina de Sena - Santa Laura

Madre Laura · 8 a la profecía en la Misión..... 53 Primer momento: Encuentro con la Palabra y...

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