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  • observatoriometropolitano

  • Madrid: la suma de todos?

    Globalizacin, territorio, desigualdadObservatorio Metropolitano

  • Traficantes de Sueos no es una casa editorial, ni siquiera unaeditorial independiente que contempla la publicacin de unacoleccin variable de textos crticos. Es, por el contrario, unproyecto, en el sentido estricto de apuesta, que se dirige acartografiar las lneas constituyentes de otras formas de vida.La construccin terica y prctica de la caja de herramientasque, con palabras propias, puede componer el ciclo de luchasde las prximas dcadas.

    Sin complacencias con la arcaica sacralidad del libro, sin con-cesiones con el narcisismo literario, sin lealtad alguna a losusurpadores del saber, TdS adopta sin ambages la libertad deacceso al conocimiento. Queda, por tanto, permitida y abiertala reproduccin total o parcial de los textos publicados, encualquier formato imaginable, salvo por explcita voluntad delautor o de la autora y slo en el caso de las ediciones connimo de lucro.

    Omnia sunt communia!

    traficantes de sueos

  • tiles es un tren en marcha que anima la discusin en el seno delos movimientos sociales. Alienta la creacin de nuevos terrenos deconflicto en el trabajo precario y en el trabajo de los migrantes, esti-mula la autorreflexin de los grupos feministas, de las asociacioneslocales y de los proyectos de comunicacin social, incita a la aper-tura de nuevos campos de batalla en una frontera digital todavaabierta.

    tiles recoge materiales de encuesta y de investigacin. Se proponecomo un proyecto editorial autoproducido por los movimientossociales. Trata de poner a disposicin del comn saberes y cono-cimientos generados en el centro de las dinmicas de explotacin ydominio y desde las prcticas de autoorganizacin. Conocimientosque quieren ser las herramientas de futuras prcticas de libertad.

    tiles 4

  • 1 edicin: 1000 ejemplaresOctubre de 2007Ttulo:Madrid: la suma de todos? Globalizacin, territorio, desigualdad.Autor:Observatorio MetropolitanoMaquetacin y diseo de cubierta:Traficantes de SueosEdicin:Traficantes de SueosC/Embajadores 3528012 Madrid. Tlf: 915320928e-mail: [email protected]://traficantes.netImpresin:Queimada Grficas.C/ Salitre, 15 28012, MadridTlf: 915305211

    ISBN 13: 978-84-96453-24-1Depsito legal: M-44601-2007

    L I C E N C I A C R E A T I V E C O M M O N SReconocimiento - Compartir Igual 2.5 Espaa

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    2007, Observatorio Metropolitano 2007, de la edicin editorial Traficantes de Sueos

    creativecommonsCC

  • traficantes de sueos

    tiles

    Madrid: la suma de todos?

    Globalizacin, territorio, desigualdadObservatorio Metropolitano

  • ndice

    PRLOGO. Observatorio metropolitano 25

    PRIMERA PARTE. Madrid goes global 33

    1. La ciudad global o la nueva centralidad de Madrid. Emmanuel Rodrguez Lpez 41Un nuevo contexto internacional de competencia territorial 41La globalizacin del capitalismo espaol y

    la formacin del Madrid global 52Las nuevas producciones de la ciudad global 71La nueva centralidad: apuntes sobre la geoeconoma

    de la metrpolis madrilea 812. Nuevos diagramas sociales. Renta, explotacin y segregacin en el

    Madrid global. Emmanuel Rodrguez Lpez 95La transformacin de la composicin del empleo 96Una nueva estructura de clases? Movilizacin general: precarizacin,

    feminizacin y etnizacin de la fuerza de trabajo 108Patrimonio inmobiliario y segregacin espacial en

    la Comunidad de Madrid 139Contrageografas metropolitanas. Algunos apuntes sobre la

    ecologa social del Madrid global 150

  • SEGUNDA PARTE. El ciclo inmobiliario y la explosin urbana 167

    3. Sin los pies en el suelo. Acumulacin de capital y ocupacin del territorio en la Comunidad de Madrid. Isidro Lpez 171

    Introduccin: acumulacin de capital y ocupacin de territorio 171El Madrid desarrollista: industria, turismo y vivienda 176Los perfiles de la crisis en Madrid y en Espaa 188La expansin de 1982-1992 200Las funciones econmicas de la construccin 206El territorio como soporte de las polticas de impulso de

    la demanda y sus consecuencias sociales 214

    4. La explosin urbana de la conurbacin madrilea. Rodrigo Calvo Lpez, Eva Garca Prez, Patricia Molina Costa, Natalia Rieznik Lamana y

    Almudena Snchez Moya, miembros del colectivo Laboratorio Urbano 223Introduccin 223I. Cuestiones bsicas en torno al consumo de suelo 227

    Se est produciendo un aumento del consumo de suelo? 227Por qu se est produciendo ese aumento? 228Dnde se est produciendo ese consumo de suelo? 238

    II. Previsiones de futuro 249Grandes mitos en torno a las infraestructuras 249Las infraestructuras invisibles del metabolismo urbano 266El papel de los espacios naturales 273

    III. Efectos del planeamiento 286Las grandes operaciones urbanas en la ciudad de Madrid 286El actual proceso de revisin masiva de planeamientos 297

    IV. Conclusiones y propuestas 316

    TERCERA PARTE. Barrios 327

    5. Barrios: planificacin, inmigracin y movimiento vecinal (1939-1986). Pablo Carmona Pascual y Emmanuel Rodrguez Lpez 333

    En el principio fue la inmigracin 333Los orgenes del barrio 344El movimiento vecinal 354De la remodelacin a la crisis. El movimiento vecinal en la encrucijada 371Los aos del pico. Eplogo para una generacin exterminada 383

  • 6. Los procesos sociales urbanos en el derribo y reaolojo de los Poblados Absorcin A y B de Fuencarral. Otro Hbitat 391

    Orgenes de los poblados 394La remodelacin de los Poblados 407El impacto de la remodelacin en los vecinos 429 Presente y futuro 437Conclusiones 442

    CUARTA PARTE. Otras miradas 449

    7. Apuntes del subsuelo: contracultura, punk y hip hop en la construccin del Madrid contemporneo. Pablo Carmona Pascual 453

    Escaping the Delta. Nueva Orleans o la ciudad de las biografas excepcionales 455

    Cultura y sociedad: el significado del estilo 461La movida antes de La Movida: el Madrid de la contracultura 465Punk, ao cero: de Kaka de Luxe a los Centros Sociales Okupados 477Sobrevivir al cemento y el asfalto: calles y plazas a ritmo de hip hop 486Para concluir, Madrid: vicios y virtudes 500

    8. Quin puede habitar la ciudad? Fronteras, gobierno y transnacionalidaden los barrios de Lavapis y San Cristbal. Dbora vila y Marta Malo 505

    El archipilago migrante 515Qu es un barrio inmigrante? Los ejemplos de

    San Cristbal de los ngeles y Lavapis 521Las fronteras internas 539Cmo se interiorizan las fronteras? 553El gobierno de la diferencia 576La oscilacin fronteriza 603Espacios de posibilidad 617El Ferrocarril Clandestino 626Hood Nation 629

    QUINTA PARTE. Mapeando Mad Madrid 635

    Introduccin. reaciega y Andaira Soc. Coop. Mad. 637Descripcin iconos 651

  • ATLAS MAPAS 6731. La internacionalizacin de la economa espaola 6762. El Madrid Global 6783. Crecimiento histrico de Madrid 6804. Crecimiento del rea metropolitana de Madrid 6815. Espacios naturales amenazados 6826. Infraestructuras de produccin y deshecho 6837. El metabolismo econmico de la metrpolis madrilea 6848. Expectativas de crecimiento de los municipios de

    la Comunidad de Madrid 6869. El precio de la vivienda y la produccin residencial 68810. La ciudad dual 69011. Madrid migrante 69212. Madrid ocio y turismo 69413. Marca Madrid 69614. Dinmicas territoriales de la conurbacin madrilea 69715. La produccin de ciudad 69816.Movimiento vecinal y remodelacin de barrios (Fuencarral) 70017. Algunas dinmicas de resistencia 702

  • Tabla 1.- Las grandes empresas espaolas no financieras 54Tabla 2.- Inversin extranjera directa e inversin espaola en el exterior 61Tabla 3.- Evolucin del empleo y la facturacin de los servicios a

    las empresas en la Comunidad de Madrid 76Tabla 4.- Evolucin del PIB per cpita en las principales

    regiones metropolitanas europeas 83Tabla 5.- Madrid 2017. Evolucin poblacin 1995-2005 y previsiones 91Tabla 6.- Principales indicadores del mercado laboral y

    saldo migratorio en la Comunidad de Madrid 1956-2006 97Tabla 7.- Puestos de trabajo por ramas de actividad en

    la Comunidad de Madrid 1996-2003 100Tabla 8.- Ganancia media anual por trabajador segn sector de actividad

    en la Comunidad de Madrid. Resultados comparados 1995-2002 111Tabla 9.- Ganancias medias anuales por trabajador segn

    sexo y ocupacin de los espaoles y de los extranjeros en la Comunidad de Madrid en 2002 131

    Tabla 10.- Distribucin de la renta y del patrimonio de los hogares en Espaa en 2004 137

    Tabla 11.- Renta per cpita por reas geogrficas de la Comunidad de Madrid 142

    ndice de Tablas

  • Tabla 12.- Crecimiento del suelo comprometido y de la poblacin en la Comunidad de Madrid (1993-2003) 228

    Tabla 13.- Crecimiento del suelo comprometido de los municipios del Corredor del Henares (1993-2003) 244

    Tabla 14.- Fechas y tamaos de los desarrollos urbansticos de la ciudad de Madrid 290

    Tabla 15.- Caractersticas de los PAUs de 1995 292Tabla 16.- Mayores crecimientos absolutos de viviendas en los planes recientes

    o en tramitacin de la Comunidad de Madrid 308Tabla 17.- Anexo I. Aumento del consumo de suelo en la

    Comunidad de Madrid. Periodo 1993-2003 323Tabla 18.- Barrios incluidos en el Plan de Remodelacin 373

  • ndice de Figuras

    Fig. 1. Crecimiento relativo del suelo comprometido por el planeamiento entre 1993 y 2003 239

    Fig. 2. Crecimiento absoluto del suelo comprometido por el planeamiento entre 1993 y 2003 240

    Fig. 3. Relacin de los municipios que duplican su suelo urbano y urbanizable entre 1993 y 2003 241

    Fig. 4. Crecimiento relativo de las coronas metropolitanas entre 1993 y 2003 243

    Fig. 5. Sierra Oeste: M-501, ZEPA y crecimiento urbanstico 278Fig. 6. PORN de la Sierra de Guadarrama (2006) 283Fig. 7. Los PAUs y las principales operaciones urbanas 287

  • ndice de Grficos

    Grfico 1.- Tasa de crecimiento (%) de la inversin industrial en Espaa y en Madrid 182

    Grfico 2.- Inversin comparada (%) en las industrias siderrgicas y de maquinaria agrcola e industrial en Madrid 1965/1982 182

    Grfico 3.- Evolucin de las partidas compensatorias de la balanza espaola de pagos, 1960-1970 185

    Grfico 4.- Grado de concentracin del capital en la construccin (capital/nmero de empresas) en Espaa 1965-1978 187

    Grfico 5.- Viviendas terminadas por tipo de promotor. Espaa 1964-1982 188

    Grfico 6.- Balanza tecnolgica espaola 1975-1989 191Grfico 7.- Tasa de beneficio y tendencia lineal. Espaa 1965-1989 196Grfico 8.- Tasa de crecimiento anual y tendencia lineal de

    la productividad del trabajo en Espaa 1965-1989 197Grfico 9.- Aumentos de los salarios reales pactados

    por convenio. Espaa 1966-2000 198Grfico 10.- Inversin bruta total. Madrid 1964/2000 202Grfico 11.- Tasa de crecimiento de la inversin

    industrial. Madrid 1983-2000 204

  • Grfico 12.- Evolucin de la relacin capital/producto. Madrid 1986-1996 205

    Grfico 13.- Viviendas terminadas por tipo de promotor. Espaa 1983-2000 208

    Grfico 14.- Inversin extranjera en inmuebles 1983-2000 209Grfico 15.- Inversin industrial y residencial privada.

    Madrid 1973-2000 210Grfico 16.- Ttulos de renta variable en la construccin 1984-1992 211Grfico 17.- Evolucin del capital industrial

    y residencial total. Madrid 1973-2000 212Grfico 18.- Valor de la inversin pblica en carreteras.

    Madrid 1973-2000 217

  • Quizs pocas cosas resulten ms inquietantes que las grandes transforma-ciones urbanas. Es efectivamente en la superficie de las ciudades, debido asu carcter de grandes acumuladores geopolticos, donde histricamente sehan acusado las ms importantes tendencias sociales, las fastuosas pocasde prosperidad y desarrollo, las mayores y ms crueles desigualdades socia-les, pero tambin algunas de las mejores oportunidades de liberacin yemancipacin, casi siempre constituidas en forma de movimientos urbanos.

    Este libro nace con el propsito de servir como herramienta para el an-lisis de las transformaciones de un especfico fragmento de ese gran territo-rio (cada vez ms urbano) que compone el planeta. En este sentido, la elec-cin de Madrid obedece, desde luego, a la composicin y origen del equipopromotor (el Observatorio Metropolitano), radicado all y creado especfica-mente para estudiar esta ciudad. Naturalmente, estudiar Madrid es tambinuna derivacin obvia de una necesidad poltica elemental, que consiste enque quizs slo sea posible hacer poltica en y para un lugar si se conocebien ese mismo territorio. Sin embargo, estudiar el Madrid actual es algoms que estudiar una ciudad cualquiera

    Quienquiera que viva en esta ciudad puede experimentar una sensacincasi universalmente compartida por todos sus paisanos: Madrid cambiademasiado rpido como para cogerle el pulso. A su tradicional falta dememoria (quizs haya pocas ciudades menos tradicionales) se le ha unidola velocidad de unos cambios que se acusan de forma excesiva.

    Precisamente en torno a esta sensacin, hace ya algo ms de dos aos,naci la idea de este libro. Arrancaba del encuentro de un grupo de militan-tes e investigadores reunidos, en principio, en torno a una agenda exclusi-vamente formada por algunas preguntas, muy simples de pronunciar, sibien francamente difciles de responder: qu tipo de ciudad habitamos?

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    PrlogoObservatorio metropolitano

  • Por qu resulta tan difcil entenderla? Qu poltica es posible en un espa-cio que se empea en presentarse con tan enmaraada complejidad? Comoen tantas otras ocasiones, a falta de conclusiones sencillas, se decidi concre-tar estos interrogantes en un programa de investigacin. Y as naci elObservatorio Metropolitano.

    Partamos en cualquier caso de un vaco. Un vaco casi absoluto, ya queaparte de la experiencia cotidiana de atravesar la ciudad y de la machaconapropaganda institucional, no existan (y todava no existen) suficientesmonografas, estudios, cartografas que intentasen analizar las transforma-ciones en curso. Una carencia que no haba sido resuelta ni por las distintasramas de la academia (geografa, economa, urbanismo, sociologa), ni tam-poco por proyectos militantes que hubiesen necesitado realizar una ardualabor de investigacin antes de elaborar algunas hiptesis de trabajo.

    La sorpresa ante esta ausencia de materiales (ms all, siempre convienedecirlo, de algunos trabajos de los viejos testarudos de la crtica urbana) hasido tan grande, que en muchas ocasiones daba la sensacin de que estba-mos pisando un continente olvidado. Una suerte de paradoja alucinantefrente a una vida y un desarrollo urbanos, que aunque crueles, son a todasluces exuberantes. Efectivamente, es cuando menos extrao que apenasexistan trabajos sobre el actual dinamismo econmico de la ciudad y susefectos sociales en la distribucin de las rentas y en la segregacin espacial.Es igualmente extrao que no se hayan multiplicado los estudios sobre lareciente poblacin inmigrante, que en 2006 ya supona ms de 800.000 per-sonas. Del mismo modo, sorprende que la gigantesca explosin urbansticaque ha experimentado la Comunidad de Madrid (en unos pocos aos elsuelo ocupado ha crecido un 50 %), acompaada y animada por la construc-cin de toda clase de infraestructuras, sea todava objeto de tan poca aten-cin. Por eso, con el fin de intentar localizar aquello que podra ser primor-dial en la construccin de una idea de Madrid a la altura de los tiempos,hemos centrado esta investigacin en tres grandes reas de inters, quemuchas veces aparecern cruzadas en los distintos artculos que componenel libro. stas son:

    - La gran transformacin de Madrid o el impacto de la llamada globaliza-cin sobre las dinmicas territoriales. La insercin de la ciudad en la eco-noma global ha venido de la mano de un acelerado crecimiento econ-mico y de la agresiva expansin internacional del capital corporativo deorigen espaol. Estos procesos han impreso una fuerte huella socialsobre el territorio: crecimiento de la inmigracin transnacional, unamayor polarizacin econmica y una nueva dinmica de segregacin

    Madrid: la suma de todos?26

  • espacial. Al lado de este gran campo de fuerzas que determina el movi-miento de la ciudad, y en estrecha relacin con aqul, hemos sido testi-gos de la consolidacin de un ciclo inmobiliario alcista, causa a su vez deun crecimiento geomtrico del nmero de viviendas construidas y deuna vinculacin cada vez ms estrecha de las polticas pblicas a los pro-pios intereses del desarrollismo urbano.

    - El anlisis de las formas de gobierno en una ciudad cada vez ms comple-ja, y en la que sus paisajes sociales no se dejan declinar por las clsicas fr-mulas de lo nacional, lo obrero, lo masculino. La proliferacin de especiessociales y de nuevas formas de vida est deslizando los rdenes de mandohacia estrategias novedosas que si bien todava no tienen un relieve perfec-tamente definido, apuntan sobre la constitucin de una nueva lgica degobierno de esas mismas diferencias. En esa direccin, se incluye en estelibro un estudio sobre las fronteras internas en tanto modo de dominio yseparacin de los migrantes. Tambin intentamos analizar la emergenciade una nueva oligarqua corporativa, que de forma cada vez ms acusadaest subordinando las distintas administraciones a su propio beneficio.

    - La memoria escondida de la ciudad. Si hay una afirmacin cierta sobreMadrid, es que en ella nada permanece. La historia de las otras formasde ciudad a travs de los conflictos, las resistencias, las alternativas o elpoderoso caudal subterrneo que siempre conforma el hecho urbano, seha ido desvaneciendo casi al mismo tiempo que se configuraban estasexperiencias. La riqueza de la ciudad parece as una riqueza perdida, einmediatamente olvidada. Por eso uno de los propsitos del Observatorioes ir rescatando estos movimientos ocultos, con el fin de analizarlos en lavirtualidad de aquellas otras ciudades que pudieron llegar a fundar, yque sin embargo acabaron perdindose en una vida sin nombre. Se inclu-ye, as, una historia del Madrid reciente a travs de sus barrios, el granasalto obrero de las dcadas de 1960 y 1970, y que ya en la Transicin sematerializ en la amplia batera de conquistas del movimiento vecinal.Tambin se propone un recorrido histrico sobre las formas de expresiny organizacin de aquellos jvenes que al margen de las corrientes de laoficialidad social y de las reglas de la integracin cultural fueron labran-do distintas formas de supervivencia, constituidas a veces en alternativasde vida, como puedan ser la contracultura de los aos setenta, el punk enlos ochenta o el hip hop en nuestros das.

    Los resultados de esta investigacin son sin duda provisorios, se muestran enmuchos casos como una tarea inacabada, o apenas comenzada. Los lectores deeste volumen encontrarn diferencias radicales entre los artculos. Diferencias

    Prlogo 27

  • en cuanto a los modos de escritura, las perspectivas, las tradiciones de anli-sis y los enfoques tericos. Pero estas diferencias obedecen tambin a los dis-tintos aspectos de la ciudad que en cada caso se consideran. Poco o nada pue-den compartir, en lo que se refiere a metodologa y tcnicas narrativas, el an-lisis de la nueva economa del Madrid global con la historia reciente de las lla-madas subculturas juveniles. Sin embargo, pensamos que el material finalofrece tambin una cierta unidad. En efecto, hemos querido que este libro seauna sntesis, precaria quizs, de las grandes transformaciones que estn con-formando la metrpolis de Madrid. El difcil equilibrio entre sntesis y diver-sidad que pensamos se ha alcanzado en este trabajo es tambin una demos-tracin de que es posible producir investigacin ms all de la Universidad. Yno slo que es posible, sino que muchas veces es la nica opcin para la pro-duccin de saberes y conocimientos de cierto valor (no es necesario volver asealar la penuria de los estudios madrileos).

    Se deduce de lo dicho que la mayor de este trabajo se ha realizado deforma vocacional, prcticamente sin ninguna ayuda, salvo los 9.000 euroscon los que Arteleku apoy el proyecto en 2006. En este sentido ha sidomucho ms importante la cooperacin poltica, los recursos y la disposicinde las distintas personas y grupos que componen el ObservatorioMetropolitano como el Laboratorio Urbano, rea Ciega, Otro Hbitat,Andaira o Traficantes de Sueos. Y aunque no consideramos ptimas estascondiciones de trabajo, en la misma medida en que el tiempo necesario parainvestigar se ha tenido que arrancar al sueo y al descanso, la realizacin delmismo nos ha demostrado que la autonoma de la produccin intelectual ysu carcter decididamente poltico y vocacional producen resultados msinteresantes que la tenue y casi siempre insulsa produccin acadmica.

    Finalmente, slo nos queda hablar de lo ms importante, de aquelloque hemos mencionado ya varias veces y para lo cual se realiza toda inves-tigacin, el propsito poltico de la misma, el para qu de la investigacin.Cuando se escriban estas pginas el PP volva a ganar, por ensima vez,las elecciones autonmicas y municipales de Madrid. La izquierda insti-tucional inerme ante administraciones agresivas y extremadamenteemprendedoras (basta slo sealar operaciones como la nueva M-30, laampliacin de la red de metro o los 8 nuevos hospitales de gestin priva-da) ni siquiera supo marcar una agenda consecuente con las transforma-ciones de la ciudad. En todos los terrenos, pareca ms un sucedneo de lapoltica actual que una alternativa real, por parcial o tmida que sta fuera.As, esta oposicin no slo no tiene ni la ms remota idea de lo que estocurriendo en Madrid, sino que en casi todos los captulos de las polticaspblicas es deudora del propio gobierno local: sumisin a la oligarqua cor-porativa en lo que se refiere a las principales partidas del gasto pblico,

    Madrid: la suma de todos?28

  • desarrollismo urbano y soporte financiero del ciclo inmobiliario, securitis-mo y participacin (siempre vaca) como soportes principales del con-senso ciudadano, etc.

    Tampoco los llamados movimientos sociales se han mostrado muy pers-picaces en relacin con estas dinmicas territoriales. Existen sin duda expre-siones inteligentes en muchos mbitos, pero la tnica general parece ser deconfusin, desinters o desconocimiento respecto a lo que est modificandoel territorio. A su vez, y esto es quizs lo ms importante, la carga de explo-tacin, desigualdad y sufrimiento que conlleva el Madrid global, as como laenorme riqueza de sus formas de vida, parece que todava no ha encontra-do mtodos precisos de resistencia y organizacin poltica.

    Este texto, y en general la labor del Observatorio Metropolitano, quiereser una herramienta que sirva para localizar, potenciar y sobre todo politi-zar estas tensiones que pueden llegar a determinar el futuro de la ciudad.Nos hubiese gustado ser mucho ms precisos en este sentido. Y es probableque sta sea la principal carencia de nuestra investigacin. Valga como jus-tificacin que es la propia ausencia de luchas y movimientos la que hace estatarea tan opaca y que es tambin la propia carencia de anlisis generales laque nos obliga a hacerlos, o al menos reunirlos, por primera vez. En cual-quier caso, creemos haber apuntado algunos elementos novedosos.

    Por ltimo, manifestamos nuestra pretensin de que este trabajo estdestinado a todos los pblicos; a todos aquellos mnimamente interesadospor lo que est sucediendo en la ciudad. No obstante, queremos tener unaatencin especial con los compaeros y compaeras que a diario trabajanpolticamente en alguno de los rincones de Madrid y a los profesionales yexpertos en cuestiones urbanas que no han perdido la pasin y la preocu-pacin por las recientes transformaciones en curso. Por eso nos gustaradedicar algunas palabras acerca de lo que seguramente sern sus principa-les objeciones respecto de este libro.

    A ojos de aquellos movimientos y militantes ms preocupados porMadrid, el texto les parecer en ocasiones excesivamente denso y descripti-vo, prolijo en detalles estadsticos, econmicos, sociolgicos o urbansticos.A ellos nos gustara decirles que es cierto, y que en muchos casos ha sidouna decisin consciente, mxime cuando apenas disponamos de materialprevio. Pensamos que fundamentar la crtica ms all de la ideologa, exigaen este caso un ejercicio de documentacin y de argumentacin al menos ala altura de la complejidad de una ciudad como Madrid. No obstante, losmapas que acompaan este volumen, y las cartografas que en un futuroproduzca el Observatorio Metropolitano, pueden servir como sntesis senci-lla de lo tratado en estas pginas.

    Prlogo 29

  • A ojos de aquellos expertos crticos, quizs este libro se les haga demasiadosinttico y esquemtico, animado por una pretensin excesivamente ambi-ciosa. A ellos tambin nos gustara decirles que es verdad, que hay elemen-tos ya sabidos y otros poco documentados, pero que ante el escassimo tra-bajo de anlisis existente, ste es, tal vez, el primer esfuerzo de sntesis quetrata de analizar las transformaciones recientes de la ciudad desde una pers-pectiva a un tiempo poltica y multidisciplinar. Y que es precisamente estacapacidad de sntesis la que otorga valor al texto: la reunin de perspectivas,de objetos de anlisis, que difcilmente encontramos esbozados, y muchomenos reunidos, en una misma lnea argumental.

    Pero quizs no sea ya tiempo de explicar ms el texto, sino de darlecomienzo. No nos queda ms que dar paso a su lectura, que hemos dividi-do en cuatro partes que corresponden con los cuatro grandes ejes temticosdel libro, sin que por ello sea necesario seguir el orden planteado.

    Madrid: la suma de todos?30

  • Primera ParteMadrid

    goes global

  • Si hace tiempo, algn comunicador avezado hubiera comenzado su artculocon la palabra Madrid, la pregunta inmediata sera qu Madrid? Esta pre-gunta, sin que haya perdido ni un pice de su potencia para sealar una ciu-dad que rebosa diversidad, comienza a ser cada vez ms redundante si nosreferimos a su creciente dinamismo econmico y demogrfico. De hecho, yadesde hace algunos aos el Ayuntamiento, su alcalde y otras institucionesvienen insistiendo en que las transformaciones de la ciudad, se deben prin-cipalmente a nuestra insercin exitosa en la economa global.

    Sin ir ms lejos, el 8 de febrero de 2006, en la Bolsa de Madrid, ante unpblico abarrotado y en el que estaban presentes los presidentes de laCmara de Comercio, de la Bolsa, del Ifema, adems de un buen nmerode representantes empresariales, el alcalde, Alberto Ruiz Gallardn, pre-sent la VII entrega del Barmetro Econmico de la ciudad, un estudio dela Cmara de Comercio y, lo ms importante, un curioso libro tituladoMadrid en el concierto de las grandes ciudades firmado por un luctuoso cate-drtico de economa.1 Este ltimo, recogido por los medios de comunica-cin como Madrid candidata a ciudad lder en Europa, analizaba la infor-macin estadstica y la mayor parte de los informes disponibles sobre losrankings europeos de ciudades. Diseado como un anlisis DAFO(Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades), el objeto del estudiopareca concentrarse en la elaboracin de un cierto diagnstico sobre lacondicin de la ciudad en el contexto del sistema europeo de ciudades, sinque por ello se descuidase su evidente funcin performativa: reconocer laoportunidad histrica que se le presenta a Madrid como nodo susceptible

    35

    1 Antonio Pulido San Romn, Madrid en el concierto de las grandes ciudades, Madrid,Ayuntamiento de Madrid, 2006.

  • Madrid: la suma de todos?36

    2 La CAM encarg al Instituto de Estadstica de la regin un estudio de proyeccin demogr-fica, los resultados auguraban una poblacin total de unos 6.700.000 habitantes para 2017.Como ms tarde se ver, se trata de previsiones optimistas para una metrpolis europea (siem-pre espacios viejos y relativamente poco dinmicos en trminos migratorios), que estimabanen ms de un 15 % el crecimiento demogrfico total. Segn el informe, el crecimiento estaraanimado por la inmigracin internacional, pero sta tendera a estabilizarse y a disminuir apartir de 2004, situando el saldo migratorio a finales de la dcada en menos de 40.000 perso-nas. Sin embargo, a 1 de enero de 2007 la previsin ya haba sido ampliamente desbancada. Ala fecha de publicacin de este libro, la poblacin extranjera supone cerca del 20 % de la pobla-cin total y el ritmo de nuevos ingresos sigue aumentando. De hecho, la cifra total de laComunidad de Madrid para 2020, sin incluir la reas funcionalmente integradas deGuadalajara, Segovia y Toledo, puede alcanzar, por s sola, los 7,5 millones de habitantes. Yhay ya quien sugiere la necesidad de que entre el 40 y el 50 % de la poblacin activa sea ocu-pada por la inmigracin internacional frente a la apata demogrfica de la poblacin nativa.Proyeccin de poblacin de la Comunidad de Madrid 2002-2017, Madrid, Instituto de Estadstica(Consejera de Economa e Innovacin Tecnolgica), 2004.

    de contar en la red urbana global. Los resultados no podan ser ms opti-mistas: segn sus autores Madrid se ubicaba entre las 5 grandes ciudadeslder del marco regional europeo.

    Ms all, no obstante, de las apreciaciones y de los contenidos de este tipode informes, que no dejan de tener un tinte propagandista, lo interesante dela noticia, que evidentemente pas desapercibida para la mayora de lapoblacin, es que los grandes agentes econmicos e institucionales se hayandejado atrapar por una sutil apuesta estratgica que apunta a hacer deMadrid un centro financiero y empresarial a escala global. O peor an, quehaya razones para pensar que esta estrategia (a la que probablemente esosmismos agentes institucionales se hayan incorporado tarde y sobre un proce-so en marcha) sea ya la realidad econmica y social determinante de Madrid.

    De hecho, basta echar un vistazo a algunos agregados estadsticos parareconocer que la evolucin de la ciudad se parece mucho al curso metericode las grandes metrpolis emergentes. En lo que se refiere a la concentracindemogrfica, en tan slo 5 aos (los que median entre 2001 y 2007), laComunidad de Madrid ha pasado de 5,2 millones de habitantes a ms de 6.Actualmente, registra ms de 800.000 extranjeros empadronados cuando enel ao 2000 no alcanzaban los 150.000. Las previsiones oficiales, ms mode-radas que atrevidas, hablan de cerca de 7 millones de habitantes para 2017tan slo en la CAM, pero si se incluye el corredor de Guadalajara, y las reasfuncionalmente integradas de Toledo y Segovia, se sugiera ya la cifra de 8millones de habitantes.2

    Ms impresionante an es el balance econmico. Con poco menos del 2 %del territorio, algo ms del 14 % de la poblacin y el 17,71 % del ProductoInterior Bruto espaol segn la Contabilidad Regional de 2005, Madrid

  • crece al ao entre 3 y 6 dcimas por encima de la media del resto del pas,concentra 25 sedes centrales de las 30 empresas ms grandes del pas, algoms del 50 % de la inversin extranjera directa en Espaa y una cifra simi-lar de la inversin que se hace al extranjero. Y por si esto pareciera poco, lamayor parte de los informes apuntan a que en la ltima dcada se ha con-vertido en la ciudad de mayor dinamismo econmico de entre las grandesciudades europeas.

    Slo en trminos de empleo, en los ltimos 12 aos la poblacin ocu-pada se ha incrementado en 1,2 millones, ms de 600.000 en los ltimoscinco aos, sobre una cifra inicial casi estancada en dos millones entre1975 y 1995. Considerando nicamente los ndices de actividad y ocupa-cin, se podra recurrir a la imagen de una nueva movilizacin general. Dehecho, la tasa de actividad es incluso mayor que en los aos del plenoempleo, del desarrollismo franquista. Y de nuevo los crecimientos msespectaculares se han producido en los ltimos diez aos: efectivamentela tasa de actividad es de ms del 62 %, al mismo tiempo que la tasa deparo lleva ya algunos aos por debajo del 8 %. De otra parte, la ciudadcontina experimentando un acelerado proceso de terciarizacin, los ser-vicios suponen el 75 % del empleo y han multiplicado por dos su volumenen trminos absolutos desde 1990.3

    Alto crecimiento de la economa y del empleo, fuerte crecimiento demo-grfico y poderosa atraccin de la fuerza de trabajo migrante, al tiempo queuna baja tasa de paro y un elevado incremento de las rentas. La hiptesis,sencilla por otra parte, es que esta nueva etapa de prosperidad tiene quever con la reubicacin estratgica de la ciudad en un contexto econmico ysocial en el que los nuevos vectores de la transformacin global (los proce-sos de financiarizacin, la continua expansin de los capitales transnacio-nales, las revoluciones asociadas a las tecnologas de la informacin, lasnuevas migraciones transcontinentales) se han convertido tambin en losprincipales vectores de cambio a nivel local.

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    3 Un proceso paralelo al declive imparable de la industria madrilea que si en 1976 tena411.800 trabajadores, entre los que se incluan ms de 200.000 metalrgicos (bastin del ciclode luchas obreras que alcanza hasta 1979 y que todava ocup la escena pblica durante buenaparte de la dcada de 1980), a poco menos de 300.000 en el ao 2000. Esta reduccin del empleoindustrial no slo contrasta con el enorme crecimiento del sector servicios, sino tambin con laexpansin de la construccin, que ofrece tanto empleo como el sector industrial (ms de300.000 empleos desde 2005 segn Encuesta de Poblacin Activa) y que obedece, a su vez, a unciclo inmobiliario alcista de races complejas y consecuencias sociales importantes, adems dereflejar una nueva orientacin del gasto pblico hacia la produccin de infraestructuras.

  • Indudablemente, sera preferible no dejarse deslumbrar por la dinamoespecular del crecimiento econmico. Y esto porque este crecimiento ver-tiginoso, casi canceroso, con su enorme superficie de cambio urbano y laconstante expansin de sus reas de absorcin e influencia, est generan-do nuevas formas de desequilibrio social, espacios potencialmente hiper-segregados (al modo quizs de las banlieux parisinas?) o una generacinde trabajadores completamente desprotegidos, que son aplicados con unaflexibilidad absolutamente precisa sobre los nuevos estratos del empleopoco cualificado y mal remunerado. De forma paralela a la emergencia deeste nuevo proletariado, las dinmicas de concentracin de poder econ-mico (y cada vez ms, poltico) han dado lugar a la formacin de unanueva oligarqua corporativa compuesta por las grandes empresas espa-olas, protagonistas de esta insercin urbana en la nueva economa-mundo que subtitula el Madrid goes global.

    Por esta razn y con el propsito, de elaborar algunas respuestas hemosordenado lo que sigue de esta primera parte en dos grandes epgrafes y unasbreves conclusiones. El primero titulado La ciudad global atiende a losfactores de especializacin estratgica de la ciudad en relacin con los flujosfinancieros y econmicos mundiales como eje determinante de su creci-miento y de su nueva centralidad. Qu Madrid? Qu estrategia metro-politana de insercin en los flujos globales? Qu elementos determinan laconstitucin de esta metrpolis como ciudad global en el contexto desga-rrado de las cadenas internacionales de acumulacin y mando? El segundo,como no podra ser de otra manera, advierte sobre las consecuencias socia-les de este escenario de crecimiento. Con el ttulo de Nuevos diagramassociales trata de dibujar los estrechos lmites de la sostenibilidad de lametrpolis global, trabados en la acusada tendencia a la polarizacin socialentre una nueva lite directiva y profesional conectada con los sectores cen-trales (aunque no exenta de contradicciones), y un nuevo proletariado de losservicios, crecientemente etnizado y feminizado, que constituye el eslabnms dbil de las posibles fisuras en el modelo de crecimiento. Una codafinal, a modo de conclusin, (Contrageografas metropolitanas), sloesbozada como proyecto de investigacin, aventura una explicacin algoms arriesgada, que desde los lmites de la teora econmica se adentrasobre el terreno de los efectos positivos que continuamente generan lasredes y las formas de cooperacin social (formales e informales) que habitanla ciudad, as como de las clsicas externalidades negativas que la metr-polis exporta sobre espacios territoriales propiamente globales, pero quetambin se acusan a nivel interno, en su particular ecologa urbana. Se dibu-ja as un nuevo marco de inteligibilidad de las formas de explotacin econ-mica, que a nuestro juicio permite una aproximacin algo ms compleja y

    Madrid: la suma de todos?38

  • crtica a este fenmeno de prosperidad. Es decir, si bien se intenta descri-bir la palanca de Arqumedes de las posibles nuevas formas de politizacin,adems de la posible rearticulacin del modelo en trminos de desarrollosocial, se sealan tambin la lneas de un posible crack down antropolgicode estas formas de vida urbana atravesadas por el vrtigo de los altos con-sumos, las nuevas formas de explotacin y la precariedad de masas. Esteespacio parece dibujar la fragilidad de las metrpolis, la materia cristalinaen la que se despliegan sus contradicciones, al tiempo que los contextos delos nuevos conflictos (tanto en trminos de emancipacin como de implo-sin) que podran acabar desgarrando el Madrid del siglo XXI.

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  • Un nuevo contexto internacional de competencia territorial

    Qu determina la potencia emergente de economas tan complejas como lasmetropolitanas? Qu factores explican la nueva centralidad de un nodourbano como Madrid, frente a otras ciudades quizs ms prsperas enfechas bien recientes?

    A este respecto existe una abundantsima bibliografa que ha tratadode definir lo que algunos llamaran un nuevo paradigma urbano, un esce-nario competitivo en el que la nueva grandeza y decadencia de las ciu-dades estara condicionada por su capacidad para insertarse en las redesglobales de flujos de poder (polticos, financieros, tecnolgicos), esto es,por su posicin geoeconmica en una dinmica transformada y acelerada,que se produce a nivel planetario, y que por convencin se viene llaman-do como globalizacin.1

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    1. La ciudad global o la nuevacentralidad de Madrid

    Emmanuel Rodrguez Lpez

    1 La bibliografa sobre las llamadas ciudades globales ha experimentado un inmensodesarrollo a partir de su temprana conceptualizacin en el estudio ya clsico de SaskiaSassen, The global city [ed. cast.: La ciudad global. Nueva York, Londres, Tokyo, BuenosAires, Eudeba, 1999]; sin embargo, resulta preciso citar otras monografas, que si bienen muchos casos no hacen uso de este concepto, resultan tambin fundamentales en ladescripcin del fenmeno: M. Santos (ed.), Territorio, globalizaao e fragmentaao, SaoPaulo, Hucitec, 1994; Manuel Castells, La ciudad informacional: tecnologas de la informa-cin y proceso urbano-regional, Madrid, Alianza, 1995; P. Veltz, Mundializacin, ciudades yterritorios, Barcelona, Ariel, 1999. Es tambin interesante el ltimo trabajo de divulga-cin de Sassen a este respecto: Cities in a world economy, Thousand Oaks (Cal.) /Londres, Pine Forge, 2006.

  • La globalizacin vendra a constituir as un nuevo contexto de la jerarquaurbana regional. Un contexto definido por un conjunto de soluciones espa-ciales y financieras2 que se han desplegado en las ltimas dos dcadas comorespuesta a la crisis estructural de la dcada de 1970. Naturalmente, este esce-nario se establece menos en trminos de las viejas economas industriales quetenan al Estado como marco de referencia (en trminos de mercado y deregulacin del trabajo), que de acuerdo a las relaciones de competencia y coo-peracin entre las grandes regiones urbanas, sus espacios de influencia pol-tico-econmica (que coinciden o no con los Estados) y su relacin con zonasde muy diversa especializacin productiva.

    En este cambiante puzzle geogrfico, el centro del espacio, la estrella demltiples puntas que organizara el resto de la mesa, est formada por lasgrandes metrpolis convertidas ahora en centros de aglomeracin de las fun-ciones de mando de la economa y las finanzas globales. La emergencia deeste nuevo modelo urbano parece ntimamente relacionada con esta rearticu-lacin del ciclo de acumulacin, o de forma ms precisa, con la reorganizacingeogrfica y espacial de las principales cadenas de acumulacin de mando ycapital y su organizacin diferencial en la geografa econmica planetaria.

    La novedad geogrfica de la globalizacin viene as determinada por lareestructuracin cambiante de la suerte de los lugares. Por eso mismo,resulta preciso considerar aunque sea brevemente, las grandes lneas maes-tras de la reorganizacin del capitalismo global. Desde esta perspectiva,habra que analizar al menos tres grandes factores:

    Madrid: la suma de todos?42

    2 El concepto de soluciones espaciales y financieras es quizs el ms importante a la hora dedescribir la globalizacin como algo ms que un proceso de conexin e interdependencia delos lugares a escala planetaria. Se puede describir como una suerte de apuesta del capital poreludir las tensiones derivadas de la crisis de rentabilidad (por sobre-acumulacin o subconsu-mo) del modelo industrial fordista vigente en la dcada de 1970. La movilidad del capital enlos mercados financieros, o su realizacin autista y autnoma sobre la base de la expansinfinanciera, y al mismo tiempo la movilidad geogrfica del capital productivo, con el propsitode abaratar costes y aumentar los mrgenes de rentabilidad (por ejemplo a travs de la frag-mentacin y deslocalizacin del proceso productivo) son de hecho los rasgos constitutivos delactual proceso de globalizacin. Igualmente seran los elementos determinantes en la fluidi-ficacin y fragilizacin de los territorios concretos, en tanto espacios tradicionales de regula-cin social y econmica. Sobre la solucin financiera a escala de la economa mundo, vaseG. Arrighi, El largo siglo XX, Madrid, Akal-Cuestiones de Antagonismo, 1999. Sobre el concep-to de solucin espacial se pueden leer los artculos de D. Harvey La solucin espacial: Hegel,von Thnen y Marx y La geopoltica del capitalismo en Espacios de capital. Hacia una geogra-fa crtica, Madrid, Akal-Cuestiones de Antagonismo, 2007; y especialmente su trabajo ya clsi-co: Los lmites del capitalismo y la teora marxista, Mxico, FCE, 1990.

  • 1. Las transformaciones productivas que acompaan y siguen a la crisis estructural delmodelo industrial de la postguerra mundial (1945-1973). La combinacin del ciclo deluchas obreras y de liberacin nacional, que empez hacia principios de la dca-da de 1960 y que tuvo su apogeo en 1968 y en los episodios de los aos sucesi-vos, segn pases y regiones, y la crisis interna al propio modelo econmico (loslmites objetivos del taylorismo, la crisis energtica de 1973-1979 que tena suorigen en la propia crisis de gobernabilidad de los pases productores, las crisisfiscales del modelo del bienestar, adems de la propia competencia intercapi-talista entre las principales economas mundiales) animaron a las lites capita-listas y a las grandes corporaciones industriales a adoptar una serie de medidasencaminadas a reorganizar sus modelos de negocio. Las principales orientacionesestratgicas de los grandes agentes empresariales fueron fundamentalmente dos.Por un lado, lo que podramos llamar la solucin espacial: la deslocalizacinproductiva y la bsqueda de espacios laborales menos conflictivos, especial-mente en los pases del sudeste asitico y Corea y ms tarde en los pases deleste europeo (tras la cada del Muro de Berln), adems de algunas regiones deAmrica Latina. Por otro, la automatizacin y robotizacin de una parte consi-derable de la produccin, de tal modo que la innovacin tecnolgica se dirigie-ra a la sustitucin de los usos intensivos de fuerza de trabajo por sistemas demquinas.3 La deslocalizacin de buena parte de los sectores manufactureros, lafragmentacin del propio ciclo productivo en diferentes reas geogrficasmuchas veces muy lejanas entre s, y la reconversin industrial por medio de lamodernizacin y automatizacin de las fbricas, deriv, tal y como estaba pre-visto, en un fuerte desempleo industrial en las viejas metrpolis (que acab poraniquilar la conflictividad obrera de carcter ofensivo de las dcadas pasadas)y en una intensa crisis social, en la que no faltaron cuadros dramticos de nihi-lismo generalizado sin articulacin poltica posible.4 Esta crisis determin el fin

    La ciudad global o la nueva centralidad de Madrid 43

    3 Ms all de los estudios de sociologa urbana, para una discusin exhaustiva sobre estos proce-sos histricos de deslocalizacin y tambin sobre las soluciones intensivas en capital se puede con-sultar el libro de Beverly J. Silver, Fuerzas de trabajo. Los movimientos obreros y la globalizacin desde1870, Madrid, Akal-Cuestiones de Antagonismo, 2005; en relacin a la crisis del taylorismo, larobotizacin y las soluciones flexibles se pueden leer los libros ya clsicos de Benjamin Coriat,El taller y el robot. Ensayos sobre el fordismo y la produccin en masa en la era de la electrnica, Madrid,Siglo XXI, 1993 y Pensar al revs. Trabajo y organizacin en la empresa japonesa, Madrid, Siglo XXI,1993; sobre la crisis fiscal del Estado del bienestar James OConnor, La crisis fiscal del Estado,Barcelona, Pennsula, 1994. En cualquier caso la bibliografa a este respecto es casi infinita y pro-bablemente durante la dcada de 1980 fue el principal subject de la economa y la sociologa.4 Es lo que ocurre en buena medida en casi todos los centros industriales en reconversin deEuropa y Estados Unidos, en los que las poblaciones ms jvenes, destruidas las viejas comu-nidades obreras y reducidas sustancialmente sus oportunidades de relacin y expresin (pormedio sobre todo del rearme moral y la captura y represin de las distintas ondas contracul-turales), derivaron en muchos casos en una espiral implosiva en la que las dinmicas autodes-tructivas, y en especial la herona, jugaron un papel determinante.

  • de la poca dorada de las grandes ciudades fbrica altamente especializadasen las industrias centrales del ciclo fordista de postguerra: el automvil, losastilleros, las llamadas lneas blancas y las viejas industrias bsicas, espe-cialmente la siderurgia.

    Regiones que antes haban sido los talleres del planeta se encontraronante una definitiva crisis de viabilidad, de prdida de poblacin y de desar-ticulacin social. Una crisis que en muchos casos todava hoy contina.Detroit, Turn, Flint, las grandes ciudades del automvil, entraron en unadecadencia terminal. En Espaa, Bilbao, Gijn, la baha de Cdiz, fuerte-mente especializadas, fueron severamente castigadas. Y a su vez, Madrid yBarcelona vieron como la mayor parte de sus grandes industrias cerraban oreducan drsticamente sus plantillas.

    Por otra parte, la fragmentacin y dispersin geogrfica del proceso pro-ductivo, las soluciones espaciales del capital, convirtieron a las empresastransnacionales en agentes de coordinacin y mando de cadenas de valor aescalas geogrficas increbles. Tanto la generalizacin de la externalizacin yde la subcontratacin en empresas proveedoras, como la instalacin de cen-tros productivos propios, transformaron a un nmero reducido de empresasen verdaderos agentes econmicos globales, en muchos casos con pesosespecficos mayores que los de muchos pases.5 La localizacin de los cen-tros directivos de estas corporaciones planetarias, mucho ms que la de susplantas de produccin, se ha convertido as en el elemento determinante dela nueva geografa del mando global.

    En definitiva, el resultado de la aguda crisis estructural del modelo deorganizacin industrial dominante durante la ltima mitad del siglo XX, hasido el de una profunda reorganizacin geogrfica del sistema productivo.La nueva centralidad de los agentes transnacionales (principales actores enla dispersin geogrfica del ciclo productivo) ha animado la expansin deuna nueva divisin internacional del trabajo que tiende a definir la localiza-cin de las nuevas regiones taller, adems de los grandes centros de mandoy gestin de las cadenas de explotacin, las nuevas oficinas de direccin dela economa mundo.

    Madrid: la suma de todos?44

    5 La reduccin en muchos casos de las empresas matrices, no significa ni mucho menos lareduccin de las cadenas de valor que efectivamente dirigen y gestionan. La generalizacin deltoyotismo, basado en la externalizacin de las partes del ciclo productivo de menor valor aa-dido en una mirada de proveedores subsidiarios sometidos a un severo rgimen de compe-tencia y exigencia, est en la raz de la multiplicacin de plantas ensambladoras, maquilas ysweat shops a lo largo y ancho de todas las fronteras del Primer Mundo (Mxico, Europa delEste, Norte de frica) y en los nuevos talleres del planeta: el sudeste asitico, las zonas espe-ciales de China e India.

  • 2. La progresiva financiarizacin de las economas como main trend del recienteproceso de globalizacin, ha tenido tambin una fuerte incidencia en la reorde-nacin de las jerarquas territoriales. La genealoga de la solucin financie-ra a la crisis de rentabilidad de la dcada de 1970 es demasiado complejacomo para hacer un recorrido detallado de la misma. En cualquier caso,todas las explicaciones aventuradas confirman que la crisis sistmica de ladcada de 1970 deriv no slo en la bsqueda de nuevas formas de rentabi-lidad industrial por medio de la reorganizacin empresarial, la innovacintecnolgica y la deslocalizacin, sino que se acompa tambin del cre-cimiento desenfrenado de nuevos mercados financieros alimentadospor los beneficios no reinvertidos en el largo ciclo de acumulacin ante-rior y por la expansin de la liquidez derivada del crecimiento de losprecios del petrleo (los llamados petrodlares). La propia hegemonaestadounidense seriamente cuestionada en el terreno militar (Vietnam)y econmico (la competencia japonesa y europea) encontr en estosmercados y en la posicin privilegiada del dlar un extraordinariomecanismo de sostenimiento de una nueva poltica expansionista (sinreparar en el creciente dficit externo) y de control monetario interna-cional, al mismo tiempo que iniciaba una tremenda presin en favor dela liberalizacin de los movimientos de capitales. Esta poltica constitu-y, sin duda, el ncleo central de la revuelta conservadora de la eraReagan-Thatcher. Y fue lo que, durante la dcada de 1980, provoc laexpansin de los mercados burstiles y la reorganizacin de los flujosde inversin y ahorro hacia las plazas financieras.6 Consecuentemente,las grandes empresas comenzaron a destinar buena parte de su flujo detesorera a la inversin financiera, al mismo tiempo que por medio de sucotizacin burstil conseguan medios de financiacin que antes hubiesenrequerido del recurso masivo al endeudamiento bancario, y que ahorapermitan dar curso a una espiral de concentracin a travs de compras,

    La ciudad global o la nueva centralidad de Madrid 45

    6 Sera imposible aqu hacer siquiera un resumen ordenado de este proceso, conectado deforma estrecha con los procesos de reconversin y deslocalizacin industrial y con la aperturade nichos de negocio rpido. En cualquier caso, es importante citar la hiptesis aventurada porArrighi que explcitamente sugiere el final de un largo ciclo de acumulacin (taylorista-fordis-ta) y de hegemona poltica (presidido por Estados Unidos) que vendra acompaado por unalarga fase financiera. La enorme liquidez acumulada en las dcadas precedentes animara asun agudo proceso de financiarizacin e internacionalizacin de los mercados. Vase G.Arrighi, El largo siglo XX, cit.; G. Arrighi y B. J. Silver, Caos y orden en el sistema mundo moderno,Madrid, Akal-Cuestiones de Antagonismo, 2001. Para una sntesis de estos procesos de finan-ciarizacin se puede leer tambin: Peter Gowan, La apuesta por la globalizacin. La geoeconoma yla geopoltica del imperialismo euro estadounidense, Madrid, Akal-Cuestiones de Antagonismo,2000; o tambin Ramn Fernndez Durn, Capitalismo (financiero) global y guerra permanente,Barcelona, Virus, 2004.

  • opas y fusiones.7 Esta singular revolucin financiera ha hecho bascularbuena parte del ciclo de negocios desde la produccin de bienes y serviciosa los mercados burstiles, hasta el punto de que en la principal economamundial, la estadounidense, los beneficios financieros son ya prcticamentela mitad del total de los beneficios empresariales totales.8

    Por otra parte, la explosin financiera ha recualificado completamentelas relaciones Norte-Sur en provecho de los grandes centros financieros delNorte, que desde la dcada de 1980 absorben los capitales fluctuantes, enciclos de rentabilidad a corto plazo que antes se dirigan principalmente a lainversin directa en capital fijo. Este proceso, unido a las presiones desesta-bilizadoras en pro de la liberalizacin monetaria y financiera de las econo-mas de todo el planeta, ha estado detrs de la secuencia de crisis financie-ras que se reproducen con relativa regularidad en los pases del Sur desdela dcada de 1980.

    En pocas palabras, la llamada globalizacin financiera es tanto un mediode acumulacin como un nuevo dispositivo de dominio. Su impacto distamucho de limitarse a las grandes empresas y a las grandes variables macro-econmicas de las economas nacionales. La continua exigencia de liquidezque debe alimentar la mquina financiera ha llevado a la absorcin progresi-va de un gran nmero de esferas econmicas en los circuitos financieros quehasta hace bien poco pertenecan al terreno de las economas domsticasdependientes del trabajo o de las condiciones de reproduccin facilitadas porel Estado. Este proceso se ha apoyado en un ritmo de innovacin financierasorprendente, manifiesto en la continua salida al mercado de nuevos produc-tos. Pero lo ms importante es que a travs de estos productos, y especial-mente de los fondos colectivos de inversin, se ha animado una progresivafinanciarizacin del ahorro de las familias, as como de las provisiones socia-les bsicas, como el sistema de pensiones (precisamente mediante los fondos

    Madrid: la suma de todos?46

    7 En cierta medida las empresas adquiran as la posibilidad de generar dinero financiero pormedio de la emisin de ttulos, lo que les permita disponer de una enorme cantidad de dine-ro ajeno para negocios propios. De hecho, entre 1990 y 2004, los activos financieros de todo elplaneta crecieron a una tasa media anual del 11,4 %, ms del doble que el PIB total. Cit. JosManuel Naredo, Races econmicas del deterioro ecolgico y social, Madrid, Siglo XXI, 2006, p. 78.8 R. Brenner, Nueva expansin o nueva burbuja. La expansin de la trayectoria de la econo-ma estadounidense, New Left Review, nm. 25, 2004, p. 73. Para una discusin en detalle sobreel carcter de la burbuja financiera actual, que recientemente ha tomado la derivacin inmobi-liaria (especialmente en Espaa), y sus implicaciones geopolticas recomiendo especialmentela crtica de Giovanni Arrighi a los principales argumentos de Robert Brenner, expuestos (ade-ms de en el mencionado artculo) en su libro La expansin econmica y la burbuja burstil,Madrid, Akal-Cuestiones de Antagonismo, 2003. La crtica de G. Arrighi: La economa socialy poltica de la turbulencia global, New Left Review, nm. 20, 2003, pp. 5-69.

  • de pensiones). Familias de rentas altas y medias del Norte, pero tambin lafutura vejez de una gran cantidad de trabajadores modestos tanto del Nortecomo del Sur, han quedado as vinculados a la suerte de los mercados finan-cieros. De este modo tan paradjico amplias capas sociales de todo el plane-ta han sido ligadas objetivamente a las polticas neoliberales que promue-ven la movilidad de capitales y la estabilidad de los precios.9

    Por otra parte, la propia disciplina monetaria impuesta a las administra-ciones pblicas de todos los pases, as como la financiarizacin de las eco-nomas domsticas ha animado un nuevo proceso de expansin interna delcapital, que se dirige sobre los viejos monopolios pblicos y buena parte delos servicios sociales.10 En este sentido es preciso considerar que una medi-da irrenunciable del programa neoliberal-neoconservador y de la propia ali-mentacin de los mercados financieros ha consistido en la generalizacin delas privatizaciones. Esto ha permitido que la mayor parte del sector pblicoy de los servicios sociales (y desde luego tambin urbanos) se conviertan ennegocios privados, y tambin en activos financieros intercambiables. Comoconsecuencia, y gracias a la liquidez de los mercados burstiles, los grandesgigantes transnacionales han podido adquirir nuevos activos empresarialesen todo el planeta (muchos de ellos de origen pblico).

    En definitiva, la globalizacin financiera dista de ser un tipo de dominio exter-no de la economa global; o un epifenmeno macroeconmico, que como unamarea barriese la superficie de las economas nacionales. Antes al contrario, elproceso de financiarizacin capilariza el conjunto de las relaciones econmicas, la

    La ciudad global o la nueva centralidad de Madrid 47

    9 La globalizacin financiera habra conseguido as una suerte de perversa aquiescencia popu-lar, al subsumir la capitalizacin de la renta y de los sistemas de pensiones de pases tan dis-tintos como EEUU, Mxico o Chile. As la gestin privada de las pensiones a travs de lossistemas de aportacin definida (en realidad fondos de inversin) ha sustituido progresi-vamente a los viejos sistemas de prestacin definida (soportados por el Estado y las coti-zaciones del trabajo). Sobre este asunto vase el interesante artculo de Adam Harmes, Lacultura de los Fondos de Inversin, New Left Review, nm. 9, 2001, pp. 117-138.10 Las consecuencias de este proceso sobre las economas urbanas han sido extremadamenteseveras, especialmente en el pice del sistema urbano global: las grandes ciudades esta-dounidenses. En stas, la revolucin conservadora ha conllevado la disciplina fiscal y el aban-dono de las rentas medias y altas de los centros urbanos. El resultado ha sido una insosteniblepresin sobre las finanzas municipales y los servicios sociales, que han tendido, a su vez, aminimizarse o a privatizarse. Se trata sin duda de un nuevo proceso de acumulacin pordesposesin dirigido esta vez sobre los servicios urbanos, destinados a convertirse en unnuevo negocio privado o a desaparecer a causa de su escasa rentabilidad, con independen-cia de su dimensin social o comunitaria. Este proceso ha sido bien descrito por Harvey,Espacios del capital... cit.; pero son tambin interesantes un gran nmero de case studies de ladcada de 1980 como el ya citado M. Castells, La ciudad informacional... cit., y los arttulos de M.Davis, Quin ha matado a Los ngeles? Una autopsia poltica en Ciudades muertas. Ecologa,catstrofe y revuelta, Madrid, Traficantes de Sueos, 2006.

  • composicin de las rentas, el acceso y la modalidad de los servicios sociales,pero tambin el propio modus operandi de todo el tejido empresarial, queintroyecta la lgica financiero-especulativa, a veces hasta el punto de con-vertirse en algo ms parecido a un mercado financiero que a un mercado debienes, tal y como ocurre hoy en da con el sector inmobiliario.

    Evidentemente, los procesos de financiarizacin tienden tambin a dibu-jar una nueva geografa global. Y nuevamente parece necesario recualificarel papel de aquellas ciudades que operan como grandes plazas internacio-nales de negociacin de los ttulos financieros. Estas ciudades se han conver-tido en mercados internacionales a los que acuden inversores de todo el pla-neta, al tiempo que en ellas cotizan las mayores empresas del globo. Esteselecto grupo de ciudades, encabezado sin duda por Londres y Nueva York,se ha convertido as en el verdadero atractor de la liquidez global. Ms an,su condicin de mercados financieros internacionales ha provocado laexpansin de toda una constelacin de servicios e infraestructuras ligadas alas funciones de mando de la economa global. En otras palabras, la fasefinanciera del ciclo econmico ha beneficiado a un pequeo grupo degrandes metrpolis convertidas en grandes hubs financieros que operan anivel planetario: las nuevas Romas del capitalismo financiero global.

    3. El impacto de las nuevas tecnologas de la informacin y la comunicacin (cono-cidas por sus siglas NTIC) y el advenimiento de la era informtica suele ser enu-merado como el tercer elemento determinante del reciente proceso de glo-balizacin, y por ende del nuevo paradigma urbano. Se trata de un procesoconsustancial a los dos anteriores, en la medida en que ha proporcionadoel soporte tcnico sin el cual los procesos de reconversin/deslocalizaciny financiarizacin no hubieran sido posibles. La coordinacin de un cicloproductivo complejo y fragmentado espacialmente exige una enormesofisticacin de las telecomunicaciones. De igual modo, la complejidad delos mercados financieros no es posible sin las operaciones a tiempo realque permiten las propias telecomunicaciones, adems de la capacidad decomputacin y almacenaje de las tecnologas informticas. Pero la radica-lidad fundamental de la incorporacin econmica de las NITCs puederesumirse en esta afirmacin de la principal analista de la ciudad global:Es precisamente porque las telecomunicaciones facilitan la dispersinterritorial por lo que la aglomeracin de ciertas actividades centralizadas seha visto notablemente incrementada.11 Es decir, las NTIC han permitido quelos grandes aglomerados econmicos busquen localizaciones especficas enlas que ubicar las funciones de mando y coordinacin. Los criterios queorientan las elecciones estratgicas de las grandes empresas con el fin de

    Madrid: la suma de todos?48

    11 Saskia Sassen, La ciudad global... cit., p. 31.

  • ubicar estas funciones directivas han trastocado completamente las econo-mas y las polticas de las grandes ciudades. Sin embargo, las consecuenciasespaciales de las NTIC en la reciente fase de globalizacin capitalista estnlejos de reducirse a un mero factor de soporte.

    De una parte, la expansin de las NTIC ha dado lugar a industrias espe-cficas de alto valor aadido y de las que depende todo el ciclo productivo.La informtica y las telecomunicaciones son sectores estratgicos que exigenun alto grado de innovacin, asi como un consumo tambin elevado de per-sonal altamente cualificado. Surge, as, un nuevo criterio de jerarquizacingeogrfica; las ciudades compiten entre s por desarrollar sus propias tecn-polis, sus clusters de desarrollo de estas industrias que se encuentran siem-pre entre las de mayor demanda y valor aadido.

    De otra, la revolucin en las telecomunicaciones y la propia complejidadde los ciclos productivos (que requieren una sofisticada cooperacin entreunidades muy distantes entre s) ha cambiado completamente el viejo cap-tulo de la logstica (y con l toda la geoeconoma del planeta), que en la faseprevia simplemente desplazaba las materias primas del punto de origen a lafbrica, y los bienes manufacturados de la fbrica a los mercados. La frag-mentacin del proceso productivo y la propia obsolescencia de los produc-tos en su constante adaptacin/creacin de demanda han convertido a lalogstica en una funcin estratgica para importantes regiones econmicasque compiten entre s por ser los principales centros de redistribucin de losflujos de mercancas. Plataformas logsticas, empresas de transporte, plantasde empaquetado y embalaje, son la demostracin de que la circulacin demercancas se ha convertido, adems de en un sector estratgico (cualquierinterrupcin puede ser letal), en una fuente esencial de valor aadido. En unciclo productivo fragmentado en numerosas localizaciones, la logstica haceefectivamente las veces de cinta transportadora del ciclo productivo global.

    Es necesario, no obstante, analizar otra dimensin importante de la revo-lucin de las NTIC, y que no se refiere tanto a los procesos de innovacintecnolgica como a la puesta en valor de los contenidos semnticos e infor-macionales, antes integrados de forma imperfecta o no explcita, en la pro-duccin. Efectivamente, la llamada era de la informacin, o lo que de formams precisa podramos denominar como capitalismo cognitivo,12 ha convertido

    La ciudad global o la nueva centralidad de Madrid 49

    12 Preferimos este concepto a otros como sociedad de la informacin o sociedad delconocimiento mucho ms neutros y ambiguos en su definicin. Debemos esta acuacin a lostrabajos realizados por la revista francesa Multitudes a finales de la dcada de 1990, y funda-mentalmente a las colaboraciones de Antonella Corsani y Yann Moulier Boutang. En pocas palabras,capitalismo cognitivo hace referencia a un rgimen de acumulacin de capital y obtencin deplusvalor que se aplica sobre los conocimientos, los bienes culturales y sus productores comoelementos centrales de la nueva economa. Para una discusin ms detallada vase la seleccinde artculos de la misma revista recogidos en Capitalismo cognitivo, propiedad intelectual ycreacin colectiva, Madrid, Traficantes de Sueos, 2004.

  • a los contenidos informacionales y al soporte cultural de la mercanca en elelemento central de su capacidad de generar mercados propios. No se trataslo de que exista una potente industria cultural y del entretenimiento, o degestin y procesamiento de la informacin, sino que de alguna forma todaempresa que quiera ser competitiva debe cuidar y elaborar sofisticadasestrategias de marca y publicidad, que consigan que su producto (con inde-pendencia de su soporte material) adquiera tambin una importante dimen-sin inmaterial. Este proceso incluye desde la produccin de imaginariosde consumo, hasta el diseo especfico del producto, desde la gestinfinanciera y contable de las unidades producidas y vendidas, hasta eldesarrollo de una notable ingeniera jurdica relativa a la propiedadindustrial o intelectual de los bienes y servicios. La produccin de estoscontenidos inmateriales, que tienen un ritmo de innovacin elevado y queexigen una alta flexibilidad a la hora de hacerse cargo de mercados exi-gentes y muy dinmicos, se ha convertido en una exigencia estratgicaesencial para empresas que muchas veces no pueden producir estos ser-vicios de forma eficaz y competitiva dentro de sus propias estructuras.13Esto ha dado lugar a la expansin de todo un nuevo sector de servicios a laproduccin, formado por consultoras tcnicas, jurdicas, econmicas,empresas de publicidad, etc., que se convierte tambin en espacio estratgi-co de desarrollo para las economas urbanas ms competitivas.

    En resumen, estos tres grandes rasgos, que conforman a un tiempo lostres tiempos de la globalizacin y de su nueva geopoltica planetaria,parecen apuntar que de forma paralela a los procesos de dispersin y des-localizacin de los procesos productivos, se ha producido una considera-ble concentracin de funciones directivas y producciones estratgicas enlugares o espacios urbanos privilegiados. Estos nodos centrales de la redglobal de flujos financieros, decisioniales y tecnolgicos, son las globalcities, las ciudades globales.

    De este modo, a falta de un marco alternativo de desarrollo autnomo, seasiste a una completa aceleracin de la competencia entre las ciudades y lasregiones dentro de un marco internacional en el que la propia movilidad delcapital, dibuja geografas inciertas y cambiantes. Una competencia que sedirime en una suerte de orientacin empresarial de las polticas urbanas y

    Madrid: la suma de todos?50

    13 Este recurso a la subcontratacin u outsourcing de estos servicios tiene mucho que ver conlas economas de escala. Servicios de marketing, publicidad, informtica, o incluso servicioslegales exigen una acumulacin de conocimientos y de personas muy pocas veces al alcance delas empresas, incluso de las ms grandes, por el carcter singular y especializado de los mis-mos. Por otra parte, muchos de estos servicios son ms eficaces y dinmicos en una suerte dergimen schumpeteriano de empresas innovadoras pequeas y medianas, en los que la propiaescalabilidad de las economas se produce a nivel territorial (como en un distrito industrial) yno de la empresa singular.

  • que determina una nueva jerarqua urbana global sobre la base de la capa-cidad de cada ciudad concreta para explotar determinadas ventajas en lanueva divisin internacional del trabajo, ya sea como espacio especfico deproducciones estratgicas de bienes y servicios; ya como espacio privilegiadode los flujos de consumo globales o regionales; o especialmente, y sobre todo,como aglomeracin o concentracin de funciones de mando de las altas finan-zas o de las grandes corporaciones transnacionales. De hecho, la crecientecompetencia regional y urbana, as como la crisis del viejo movimiento obre-ro enrocado como contrapoder en las zonas industriales, ha inducido a hablarde una guerra de lugares antes que de una lucha de clases.

    No obstante, los factores decisivos en esta partida entablada entre lasregiones y las ciudades distan de ser simples. La cercana a los centros depoder poltico puede ser un factor crucial, tanto para la ubicacin de sedesempresariales como para la consolidacin de centros financieros a escalaregional o planetaria. Por supuesto, tambin influye la existencia de tradi-ciones empresariales, as como una trayectoria consolidada como sede decapitales industriales y financieros. La situacin geopoltica y geoeconmi-ca del centro urbano y su rea metropolitana, su red de transportes y susinfraestructuras de comunicaciones, son igualmente decisivos. Del mismomodo, son importantes la existencia de una masa crtica de empresas de ser-vicios avanzados (marketing, publicidad, asesora financiera y legal, inno-vacin tecnolgica, etc.); una fuerza de trabajo cualificada; una masa sufi-ciente de brainworkers organizados en instituciones pblicas, centros deinvestigacin y empresas innovadoras; la propia calidad ambiental (taly como se denomina en el argot urbanstico) y la creacin de entornos pro-picios a la formacin de redes y espacios de innovacin, y un largusimoetctera. En realidad, la conjuncin compleja de esta multiplicidad de facto-res configura un espacio competitivo como localizacin de centros demando, decisin y coordinacin de la economa global.

    A la luz de la lgica de flujos globales que actualmente define y anima elproceso de globalizacin, Madrid aparece como un particular case study:un modelo emergente definido por una profunda mutacin y aceleracin dela economa metropolitana, que sin duda est estrechamente conectado a laespecializacin estratgica de la ciudad en funciones directivas o de mandorelativas a los sectores centrales de la globalizacin. En este sentido, y en loque sigue, se tratar de analizar la relacin entre la nueva centralidad deMadrid y la expansin del nuevo capitalismo corporativo espaol. Unpequeo grupo de multinacionales espaolas formado en los ltimos 15 aosa partir de la privatizacin y la expansin internacional de las grandes empre-sas pblicas y tambin de la agresiva poltica de crecimiento de los gigantesdel sector financiero y de la construccin. Por otro lado, ser preciso estudiar

    La ciudad global o la nueva centralidad de Madrid 51

  • tambin la emergencia de toda una serie de economas asociadas a estasfunciones econmicas globales, especialmente los servicios avanzados ala produccin, que constituyen adems el sector econmico ms dinmi-co de la regin. Finalmente, intentaremos esbozar algo as como la posi-cin de Madrid en la geografa urbana y econmica de la Unin Europeay de la Pennsula Ibrica.

    La globalizacin del capitalismo espaol y la formacin del Madrid global

    Todava en la dcada de 1990, en lengua castellana, la palabra transnacionalo multinacional aluda a alguna gran corporacin estadounidense o europeacon nimos expansionistas, agente indiscutible de una estrategia neoimpe-rialista. En 2006, sin embargo, nueve empresas espaolas estaban incluidasen la lista Global 500, el homnimo planetario del Fortune 500, esto es, las 500empresas con mayor volumen de negocio de Estados Unidos. De estasnueve, siete tenan su sede social en Madrid, y las dos restantes, Iberdrola yBanco Bilbao Vizcaya, con sede en Bilbao, realizaban una importante partede sus operaciones tambin en Madrid.14 De hecho, Madrid era ya la 8 ciu-dad del mundo en cuanto a nmero de sedes sociales de grandes multina-cionales incluidas en la lista de Global 500.15 El IX Barmetro Econmico dela Ciudad de Madrid, que tambin utilizaba los datos de la revista Forbesacerca de los 2000 gigantes empresariales del planeta, sealaba que de las29 entidades que tenan su sede social en Espaa, 21 se localizaban enMadrid.16 Si, por otra parte, slo considersemos el ranking de las grandesempresas espaolas, de las 29 compaas no financieras (excluidos por lo

    Madrid: la suma de todos?52

    14 Las nueve empresas espaolas incluidas en la lista de las Global 500 de 2006 eran: RepsolYPF, situada en la posicin 84 del ranking general y en la 14 en el agresivo sector petrolfero;Santander-Central Hispano con la posicin 93, el 17 banco del planeta; Telefnica en el puesto108, era la 6 compaa de telecomunicaciones del mundo; Endesa que si hubiera sido considera-da empresa elctrica sera la 5 compaa del sector a nivel internacional; CEPSA la 21 empre-sa en su sector; el Banco Bilbao Vizcaya entre los 50 bancos ms grandes del mundo y entre los10 primeros de Europa; Altadis 4 empresa de tabaco del mundo; ACS, 8 constructora delplaneta; y por ltimo Iberdrola, tambin una importante elctrica. Estos rankings son elabora-dos anualmente por la revista Forbes; http://money.cnn.com/magazines/fortune/global.15 Global 500, en http://money.cnn.com/magazines/fortune/global500/2006/cities/.16 IX Barmetro de Economa de la ciudad de Madrid, julio de 2006, Madrid, Ayuntamiento deMadrid, 2006. Es interesante en este caso la informacin que recoge del estudio de Xavier Vivey Lluis Torrens, El posicionament de la regin metropolitana de Barcelona davant las regionseuropees, Nota dEconomia, nm. 79, 2004.

  • tanto bancos, aseguradoras e inmobiliarias) que en 2003 facturaron ms de3.050 millones de euros, 22 tenan su sede social en Madrid, tal y como sepuede ver en la tabla 1.17

    El Directorio Central de Empresas parece confirmar esta tendencia.Madrid es hoy sede principal del 61,2 % de las empresas espaolas que tie-nen ms de 5.000 asalariados (57 de 93), del 50,8 % de las de ms de 1.000empleados y del 41,2 % de las que tienen ms de 500.18 Unas cifras comple-tamente disparadas respecto del peso econmico y demogrfico de la reginmetropolitana en el conjunto del pas. Adems esta primaca se ve aumenta-da si se considera que los sectores ms dinmicos de la economa regionaldesvan al alza, de una forma ms acusada si cabe, la centralidad madrilea.As, en lo que se refiere a las firmas industriales de alta composicin tecno-lgica, las constructoras y los servicios a las empresas, que constituyen lossectores de mayor crecimiento del pas. De igual modo, los sectores ms glo-balizados (energa, telecomunicaciones, entidades financieras) estn casiexclusivamente localizados en esta ciudad.19

    Sin embargo, la enorme concentracin de sedes sociales no explica por smisma la reincorporacin privilegiada de Madrid a la economa mundo. Laparadoja de esta concentracin de poderes econmicos en algunas plazassingulares y privilegiadas, es que est aupando a una ciudad relativamenteexcntrica, poco conocida internacionalmente y situada en una regin eco-nmica (Europa) caracterizada por su relativa atona frente a EEUU y losnuevos talleres industriales del oriente asitico. De dnde proviene, y cmose ha fabricado, por lo tanto, este capitalismo corporativo de origen espaol?Qu otro orden de factores han hecho de la ciudad de Madrid un espacioprivilegiado en las dinmicas globalizadoras actuales y cules son los efec-tos inmediatos de esta acumulacin de funciones de mando?

    La historia de la expansin del capitalismo corporativo de origen espa-ol, que tiene una indudable preferencia por Madrid como centro operativodecisional, es paradjica y muestra las asimetras con las que las economasse insertan en el proceso de globalizacin. Un rpido vistazo a la tabla 1,muestra que los primeros puestos de la lista estn ocupados por empresasde origen pblico, los antiguos monopolios o semimonopolios estatales dela energa y las telecomunicaciones: Repsol-YPF, CEPSA, Endesa, Iberdrola,Unin Fenosa, Telefnica, etc.

    La ciudad global o la nueva centralidad de Madrid 53

    17 Los datos estn extrados del ranking que bianualmente realiza la empresa Fomento, con las30.000 empresas ms grandes del pas. Fomento 30.000, Madrid, 2005.18 Directorio Central de Empresas (DIRCE), INE, 2006.19 Ibidem.

  • Madrid: la suma de todos?54

    Tabla 1LAS GRANDES EMPRESAS ESPAOLAS NO FINANCIERAS

    (> 3.050 MILLONES DE EUROS 2003)

    Empresa Ingresos Plantilla Sector Localizacin Origen del capital

    REPSOL YPF 36.069 30.664 Energa Madrid Pb. privatizada

    Telefnica 28.399 149.465 Telecom. Madrid Pub. privatizada

    Endesa 16.239 26.600 Energa Madrid Pb. privatizada

    CEPSA 10.682 2.795 Energa Madrid Pb. privatizada

    Iberdrola 9.488 13.042 Energa Bilbao Pb. privatizada

    Altadis 9.473 23.034 Act. diversas(Tabaco)

    Madrid Pb. privatizada

    Saneamiento y mantenimiento INT 8.874 558 Act. diversas Madrid Privada

    ACS 8.857 77.219 Construccin Madrid Privada

    El Corte Ingls 8.440 52.933 Grandes Almacenes Madrid Privada

    Telefnica mviles 7.495 4.396 Telecom. Madrid Pb. privatizada

    C. C. Carrefour 7.242 35.967 Supermercados Madrid Privada

    Mercadona 6.706 45.854 Supermercados Valencia Privada

    Telefnica Internacional 6.455 21.592 Telecom. Madrid Pb. privatizada

    Fomento de Construcciones yContratas

    6.050 60.989 Construccin Barcelona Privada

    Grupo Ferrovial 6.025 34.437 Construccin Madrid Privada

    Gas Natural 5.628 6.131 Energa Barcelona Pb. privatizada

    Unin Fenosa 5.560 21.269 Energa Madrid Pb. privatizada

    Eroski 5.203 29.192 Supermercados Elorrio (Vizcaya) Privada

    Volkswagen Audi Espaa 4.501 280 Comercial.Automocin

    Prat (Barcelona) Privada / Pb.privatizada

    Iberia 4.321 24.441 Transportes Madrid Pb. privatizada

    Acciona 3.864 21.131 Construccin Alcobendas(Madrid)

    Privada

    AUNA 3.815 7.400 Telecom. Barcelona Privada

    Berge y Compaa 3.700 3.100 Comercial.Automocin

    Madrid Privada

    Sacyr Vallehermoso 3.333 7.342 Construccin Madrid Privada

    Vodafone Espaa 3.320 3.874 Telecom. Alcobendas(Madrid)

    Privada

    CDI Logista 3.319 1.318 Logstica Legans (Madrid) Privada

    Petrleos del Norte 3.287 773 Energa Muskiz (Vizcaya) Privada

    BP Oil Espaa 3.154 558 Energa Alcobendas(Madrid)

    Privada

    CEPSA Estaciones de servicio 3.053 237 Energa Madrid Pb. privatizada

    Fuente: Fomento 30.000, Madrid, 2005. No se incluyen entidades bancarias, financieras, aseguradoras e inmobiliarias.

  • El perfil de estas empresas y su historia reciente no puede ser ledo, sinembargo, a partir de una trayectoria empresarial singular. La emergencia deestas corporaciones est conectada, punto por punto, con el proceso de libe-ralizacin e integracin de la economa espaola en la red de flujos globales,y ms especficamente en el bloque regional europeo. Efectivamente, laincorporacin de Espaa a la Unin Europea en 1986 supuso el comienzo deuna larga trayectoria de reformas estructurales dirigidas a integrar funcio-nalmente el conjunto de los mercados nacionales en los mercados europeos,al mismo tiempo que stos se orientaban (aunque no en todos los terrenos)hacia la integracin en la economa globalizada, especialmente en todo loque se refiere a la movilidad de capitales y a la desregulacin de los merca-dos financieros.

    La firma del Tratado de la Unin Europea en 1992 ms conocido comoTratado de Maastrich, modificado por el Tratado de Amsterdam de 1997, sepuede considerar el principal hito en este proceso. En el Tratado, cuyo obje-tivo era acelerar la integracin econmica y monetaria, se apuntaba la nece-sidad de crear un mercado nico europeo en materia de servicios y energa, ypor lo tanto la inmediata evolucin hacia un rgimen de libre competenciade estos sectores. Por otra parte, en 1990 se haba decidido la liberalizacincompleta del mercado de capitales, al tiempo que se ponan las bases parala unin monetaria que culminara en 2002 con la entrada del euro. De estemodo, se liquidaron definitivamente las restricciones a la movilidad de capi-tales y se decret el desmantelamiento de los monopolios estatales en el sec-tor energtico y en otros servicios, al tiempo que los propios Estados perdantoda autonoma en materia de poltica monetaria (en 1998 se cre el BancoCentral Europeo).

    Por otra parte, la propia integracin monetaria ha sido un factor decisivopara la economa espaola en otro sentido. Protegidas por el rgimen de cam-bios fijos y luego por la nueva moneda, las empresas espaolas se han visto almargen de las posibles tendencias especulativas contra la peseta y su ms queprobable devaluacin (debido al permanente dficit comercial del pas). Eleuro ha permitido a estas empresas tener una capacidad de compra en el exte-rior mucho ms alta de la que hubieran tenido de otra manera.

    En definitiva, la formacin de las grandes empresas espaolas tiene suorigen en las polticas de liberalizacin/privatizacin del sector energtico yde otros servicios decretadas por la Comisin Europea.20 De este modo,

    La ciudad global o la nueva centralidad de Madrid 55

    20 Ms concretamente, en las disposiciones para la apertura del mercado de servicios tomadasen 1993, que establecan la liberalizacin del mercado europeo de telecomunicaciones para elprimero de enero de 1998, y poco ms tarde para el mercado energtico.

  • Madrid: la suma de todos?56

    desde principios de la dcada de 1990 y de acuerdo con las prescripcionesde la convergencia europea fijadas por el Tratado de Maastrich, el Estadodio comienzo a una poltica de privatizaciones de las principales empresaspblicas suministradoras de servicios y energa.21 El acceso a una enormeliquidez gracias a la liberalizacin de los movimientos de capitales permitila obtencin de unas sustanciosas plusvalas para las finanzas pblicas, perosobre todo abri las puertas al redimensionamiento de las nuevas empresasprivatizadas. Efectivamente, aunque estas empresas tuvieron que hacerfrente a la llegada de nuevos competidores, no perdieron sin embargo suposicin de privilegio sobre sus mercados domsticos, debido sobre todo ala propiedad de las redes de distribucin. Adems, su nueva capitalizacinburstil y la alianza con los bloques financieros les permiti, como ms tardese ver, acceder a la compra de empresas homnimas en otras partes delmundo, aprovechando precisamente el proceso de liberalizacin/privatiza-cin de otras economas.

    La evolucin y expansin internacional de las grandes corporaciones espa-olas se debe completar tambin con el anlisis de las grandes entidades finan-cieras. Efectivamente, adems de las grandes compaas elctricas y deTelefnica, los otros dos grandes gigantes internacionales de la economa espa-ola, el BBVA y BSCH, se cuentan entre los 50 primeros bancos del mundo yentre los 15 mayores de Europa. A estos habra que aadir las dos grandes cajasde ahorro, La Caixa y Caja Madrid (entidades semipblicas), que figuran res-pectivamente como el 3er y el 4 grupo financiero de Espaa, y que a casi todoslos efectos operan como bancos comerciales corrientes. Por supuesto al ladode bancas y cajas habra que mencionar tambin a un conjunto no desdeablede empresas aseguradoras e inmobiliarias (Mapfre, Mutua Madrilea, Realia),muchas veces vinculadas a estos mismos grupos financieros.

    La especfica globalizacin del sector financiero espaol se ha fundadotambin, como en el caso de las empresa