Maestro decision tomada1

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Maestría en Educación Básica Especialidad: Competencias Profesionales para la práctica en la Educación Básica modulo I Bloque II Novela pedagógica de: Alejandro Rivera Ceja MICHOACÁN 2013

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Maestría en Educación

Básica Especialidad:

Competencias Profesionales para

la práctica en la Educación

Básica modulo I

Bloque II

Novela pedagógica de:

Alejandro Rivera Ceja

MICHOACÁN 2013

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MAESTRO DECISION TOMADA

En un gran porcentaje dentro del gremio del magisterio existen maestros que han

tenido que tomar esta decisión debido a las circunstancias propias del desarrollo

de su persona y no tanto por su personalidad, ya que tenemos infinidad de

maestros sin la personalidad necesaria para desempeñarse como tal, es posible

que en mi caso y a veces así lo siento, yo haya tenido que elegir ser maestro

debido a las circunstancias propias de la vida, pero a veces haciendo un recuento

de mi formación creo también posible tener algo de vocación docente, ya que a mi

parecer y podría decirse inconscientemente por lo general todo ser humano se

encuentra predispuesto a aprender y enseñar a lo largo de la vida.

En todo caso ya estoy aquí y tratare de sintetizar lo que ha sido mi transitar por el

camino de la enseñanza-aprendizaje.

Naci un miércoles 17 de julio del año 1974 en Apatzingan Michoacán, y crecí en el

poblado de Antúnez municipio de Paracuaro, soy el cuarto hijo de un total de diez

y mi padre es jornalero nunca ha tenido tierras o propiedades, así, que a veces

pasábamos hambres y a veces también.

Yo no asistí al preescolar aunque tengo entendido que si había en mi pueblo, pero

mis primeros acercamientos escolares los tuve con mi hermana la mayor, pues

siempre quería repasar lo visto en la escuela practicando conmigo, de esa forma y

aunque cuando ingrese a primer grado no leía muy bien, ya deletreaba y conocía

todo el alfabeto, esto me hizo ganarme la atención de la maestra que me atendió

en primer grado la maestra Raquel, (quien he de mencionar que actualmente es

mi compañera de zona y si me reconoció) ella desde el principio me decía que yo

parecía un maestrito chiquito pues me veía tratando de explicar a mis compañeros

el cómo leer, en mi segundo año de escuela primaria me toco otra maestra,

llamada Ángeles y que me decía que yo ya leía como un niño de secundaria que

siguiera echándole ganas, sin embargo yo era un niño enclenque y enfermizo y a

medio año tuve que dejar la escuela y así me atrase.

Volvieron a inscribirme a segundo año y se sorprendía la maestra de que a pesar

de no haber asistido regularmente a la escuela tenía yo la madurez y el

conocimiento como para estar en tercero, así pues, platico con el director de la

escuela que era el profesor Anastasio Molina Grageda y económicamente me

pasaron al tercer grado, en el que me atendía un maestro de nombre Gilberto, que

decía que ya tenía muchos alumnos y no quería uno más, siempre trate de hacerle

comprender que yo no le causaría ninguna molestia pero no me creyó y permitía

incluso que mis compañeros se burlaran de mí y me pusieran apodos, pues como

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ya mencione yo era flaco y enfermizo, así, me hicieron muy pesados los pocos

meses que compartí con ellos y en el mes de marzo le pedí al maestro Gilberto me

regresara a segundo grado, pues no soportaba mas las burlas y el que mis

compañeros se aprovecharan de mi, pues consideraban que era yo mejor que

ellos en conocimientos pero debido a mi precariedad, débil en carácter pues... Así

regrese a segundo y lo termine de cursar con excelentes calificaciones y un

reconocimiento especial de la maestra y el director de la escuela.

En el siguiente ciclo escolar y aunque otra vez me enferme logre terminar el tercer

grado con el más alto promedio del grupo ya que participaba mucho en poesía

individual y gane un concurso que hubo en paracuaro quedando en el primer

lugar. en el cuarto año me toco con el que sería mi maestro de cuarto, quinto y

sexto el maestro Matías Chávez Alcocer, a quien me he encontrado en las

marchas y actividades sindicales varias veces y no solo me ha reconocido, sino,

también me presume ante sus compañeros como uno de sus mejores alumnos,

me recuerda porque, a pesar de ser un chiquillo desarreglado y sin recursos

siempre alcance a ser el mejor en su clase y al que podía pedirle que expusiera

algún tema y yo lo explicaba a todos mis compañeros, cuando iba en quinto grado

participamos en una obra de teatro que se llamaba, “como pasar matemáticas sin

problemas”, en la que yo fui de los protagonistas y sacamos el primer lugar de la

presentación de obras de teatro en Paracuaro, así me eligió no solo para formar

parte de la escolta sino para que a pesar de mis enfermedades y delgadez fuera

yo quien portara la bandera.

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En sexto año volví a enfermar y estuve fuera de la escuela por tres meses, pero a

pesar de ello, el maestro y el director me respetaron el lugar en la escolta y eso

me motivo para regresar y echarle muchas ganas e incluso sacar el primer lugar

de zona en el concurso de conocimientos y representar a la zona en apatzingan

donde solo saque el segundo lugar, a pesar de ello en la clausura se hizo una

mención especial a mi persona y me otorgaron un reconocimiento que no recuerdo

que era.

Mis papás no querían inscribirme en la secundaria, pues no tenia los recursos

para hacerlo, y además de que mi hermana la mayor ya se había casado, sin

terminar el segundo grado de secundaria y cuatro más de mis hermanos ya no

iban a la escuela y ni siquiera terminaron la primaria, (de dos mayores que yo me

toco ser su maestro para que sacaran su certificado del inea cuando yo estuve en

la secundaria), pero mi maestro de sexto platico con mi papá y le pidió me diera la

oportunidad para asistir a la escuela y por fin me inscribieron, pero para eso yo

tenía que ayudar en los ingresos de mi casa, vendía elotes en las tardes en el

billar de mi tío esteban y a veces también un tipo de pan llamado fruta de horno,

cuando ingrese a segundo de secundaria me costó mucho trabajo conseguir los

libros pues se los pedía a quienes ya habían terminado y mi hermana no los tenía,

no conseguía el de ciencias sociales ni el de matemáticas y la maestra Carmen de

ciencias sociales decía que quien no tuviera libro no se presentara pues no podría

trabajar.

Un día me encargo realizar una exposición de los nómadas y los sedentarios y me

dijo que si no la presentaba ya no fuera a su clase pues sabía que yo no tenía el

libro, pero a pesar de ello conseguí que unos compañeros me dejaran preparar la

exposición en su casa, solo faltaba conseguir el permiso de mis papás, no

quisieron, pero en la tarde le deje los elotes a mi tío Esteban y me fui a casa de un

compañero a hacer la exposición lo más rápido que pude, cuando regrese

afortunadamente mi tío ya casi acababa los elotes y llegue a la casa a tiempo.

Al día siguiente me despertaron a las cuatro de la mañana, para darle vueltas al

molino de mano y preparar la masa para los huchepos que vendería mi mamá y

mis hermanos en el mercado, así me fui a la escuela todo desvelado y con la

misión de exponer sobre la vida de los nómadas y los sedentarios, como no tuve

dinero para comprar una cartulina, la maestra dijo que ya era un punto menos y

me mando a conseguir un par de gises a la dirección de la escuela, le explique al

subdirector un maestro de apellido Carranza que los necesitaba para un trabajo de

la escuela y aunque me los presto no me creyó y se fue detrás de mi junto con el

prefecto y también estuvieron presentes en mi exposición.

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Quiero resaltar que el subdirector me interrumpió dos veces, la primera para

decirme que yo hablaba como un maestro y que debería considerar estudiar en

Arteaga, donde el tenia conocidos y la segunda para felicitarme y decirle a la

maestra me diera las facilidades de seguir entrando a su clase, al final recibí

muchas felicitaciones pues explique con lo que tuve a mi alcance detalladamente

la vida nómada y la transición al sedentarismo, la maestra me consiguió un libro

de ciencias sociales y me prometió conseguirme otro para tercer año, los demás

maestros se enteraron me consiguieron libros aunque usados y viejos pero yo

trataba de aprovecharlos al máximo.

Cuando estuve en tercer grado de secundaria, seguía trabajando por las tardes y

los sábados y domingos para ayudar un poco en la casa ya solo yo iba a la

escuela pues ninguno de mis nueve hermanos había querido seguir siete de ellos

no terminarían ni la primaria. Un día por la tarde llego un señor llamado don

Guillermo a la casa, para hablar con mi papá, supuestamente sobre mí, yo dije

¿qué será? no he hecho nada malo, entonces me llamo mi papá y escuche

cuando le decía si él quiere, por mi no hay problema, resulta que este señor era el

entrenador del equipo de basquetbol de mi pueblo y había ido a decirle a mi padre,

que me diera permiso de entrenar con ellos pues tenía buena estatura, a mi me

encanto la idea, pero tenía el problema de que no tenia tenis y nunca me había

exhibido en short ante las personas, pues tenía unas patas muy flacas.

Sin embargo y con huaraches empecé a presentarme a los dichosos

entrenamientos, que me sirvieron de mucho para empezar a desarrollar cierto

carácter, pues salíamos mucho cada quince días a un lugar diferente, así conocí

Lázaro Cárdenas, Arteaga, Aguililla, Tepalcatepec, Coalcomán, Huacana,

Zicuiran, Buena Vista, Paracuaro, Apatzingan, Nueva Italia y muchos otros lugares

a donde me llevo el juego, además de que en mi escuela me sirvió para ser a un

mas el centro de atención de muchos de mis compañeros pues además de disque

inteligente era ahora deportista.

Tenía un maestro de agricultura llamado Adrian Chávez y me invito a formar parte

de un equipo que representaría a la escuela en el concurso anual de

conocimientos y destrezas agrícolas que se celebraría en las instalaciones de la

escuela que año con año ganaba a nivel zona, el internado de Antúnez, (yo

representaba a la técnica 62), y por eso me enorgullece decir que si, sacamos el

primer lugar, entonces me dijo el maestro, nos toca participar a nivel estatal, pero

solo tiene que ir un alumno por escuela, yo le dije maestro por mí no se preocupe

lleve a quien usted quiera, me dijo es que por eso te lo estoy diciendo necesito,

que les digas a tus papás que te firmen este permiso por dos días para que te

vayas conmigo a Zitacuaro a participar, a mi me dio mucho gusto pero a mis

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papás no, y entonces fue mi mamá a platicar con el maestro y el director de la

escuela y la convencieron de que me permitiera asistir.

Se consiguieron recursos con la presidencia y con algunas personas del pueblo,

que cooperaron para que yo representara a mi secundaria a nivel estatal y así una

madrugada del mes de mayo salimos con el profesor en su carro, para mí, hacia lo

desconocido, y todos los pueblos por los que pasamos me parecían muy bonitos y

decía yo por eso dicen que Michoacán es el estado más hermoso de México.

Llegamos a Zitacuaro ya muy tarde y solo para que me dijeran que el concurso

seria al día siguiente, que por lo pronto dormiría en la casa de uno de los niños de

esa escuela, recuerdo que mi maestro me dijo que de premio habría una beca

para estudiar en Chapingo y que mi rival a vencer seria la representante de la

escuela de la Huerta de Morelia, yo le dije una muchacha y me dijo si una

muchacha.

Dormí en casa de desconocidos y al día siguiente me presente al concurso,

cuando vi llegar a la muchacha de la Huerta me puse nervioso, pues me pareció

que iba mejor preparada e incluso con muy buenos útiles y materiales, pero a

pesar de eso di mi mejor esfuerzo y termine el concurso aplicándome lo mejor

posible ya que se trataba de resolver un examen teórico y práctico (injertando,

podando, plantando, etc.).

Una vez terminado el concurso, los maestros se metieron a un salón con los del

jurado y mi maestro salió feliz a decirme que yo había quedado en segundo lugar,

pero que para él, era primero pues quien me había ganado era el alumno de la

escuela sede, por solo dos puntos y que la de la huerta quedo en tercer lugar muy

lejos de mí, regresamos a mi pueblo y llegamos en la madrugada del sábado, el

maestro les dio unos panes que compro en Querendaro a mis papás y les explico

que de cualquier forma mi esfuerzo seria reconocido en la escuela,

inmediatamente el lunes durante el acto cívico el director de nombre Moisés tomo

el micrófono y me izo pasar al frente para ser ovacionado por más de 200 alumnos

de mi escuela como si hubiera sacado el primer lugar, acto que repitió el día de mi

clausura delante de autoridades ejidales y municipales.

Después de terminada la secundaria me fui con mis papás a Peribán a trabajar en

una huerta de aguacates, por lo que deje de estudiar y pretendía ahorrar para

ingresar después a la escuela y seguir estudiando en el CEBETIS de Nueva Italia,

que iluso fui pus de donde me alcanzaría para tanto.

Fin de la primera parte