Manifiesto Apocalimptico

2
Manifiesto; apocalipsis y esperanza: nada significativo.

description

Reflexión Filosófica.Martín Heidegger

Transcript of Manifiesto Apocalimptico

Page 1: Manifiesto Apocalimptico

Manifiesto; apocalipsis y esperanza: nada significativo.

Page 2: Manifiesto Apocalimptico

Posaré aquí una reflexión llena de mí, como lo entiende la educación popular. La cargar de pasión, desilusión, desesperanza y un sinfín de sentimientos es alta, por eso es prudente anunciarlo. Dejemos ya está cobarde introducción y adentrémonos en esta intelectualmente insignificante reflexión.

La última clase conocimos de una manera práctica pero fugaz lo que vendría siendo la “EducaciónPopular”. Entre expectativas y emociones asomaron palabras que pusieron de golpe mi espíritu en sulugar; liberación, consciencia, superación de ideas deterministas y fatalistas... ¿Qué significaba todoeso? Desde luego intente volver a la realidad; educación, cambio social, Fe y Alegría, voluntarismo yesperanza. Después de un momento decidí que era imprescindible, todo ya estaba escrito, ya no sepodía escuchar tanta esperanza sin apretar los dientes, sin sentir una apuñalada de desconfianza, sinsentir miedo. Indagando críticamente en algún punto ciego que pudiese tener este método educativode liberación (y que no fuese únicamente el temor por la esperanza lo que condujera mi racionalidad)me remonte al contexto en donde esta herramienta había visto su génesis. Me quede envuelto en la“opción política” y entendí que por lo menos en sus inicios este había sido el timón que comandará estametodología. Binomio entre opresor y oprimido, consciencia de clase y finalmente la puesta enpráctica, ¿Era todo esto real? Por su puesto, esto siempre existió, empero, siendo político ¿Sumabaesto una nueva capa de invisibilidad? Aquí me detendré un instante.

El ser humano ha insistido constantemente en creer en su magnificencia, nos hemos codeado por sigloscon los dioses y no sentimos creados por divinidades, y en un gesto de humildad, “a su imagen ysemejanza”. Hemos tratado constantemente de derrocar nuestras imperfecciones; esclavitud, codicia,abusos, desigualdades, ignorancia, desorden, etc… Hemos invocado la bondad una y mil veces comopretexto de nuestras acciones. Nos creemos trascendentes, héroes y protectores de la verdad.Perseguimos el conocimiento como obsesión patológica y a los descubrimientos como sus remedios.Creemos ver luz más allá de lo posible; desde el mito de las cavernas de Platón hasta la revolución,siempre estamos a esperas de la iluminación. Y aquí es donde aparece permanentemente la esperanza.Esperanza en el conocimiento, esperanza en la verdad, esperanza en lo divino, esperanza en el serhumano. ¿Qué ha hecho esta esperanza por nosotros? Muchos autores han reflexionado al respecto, lamayoría terminaron o en el bosque en compañía del mundo o en la muerte ansiando el vacío. Uno deestos clásicos críticos del ser nos dijo ya hace tiempo que nos hemos auto convencido de nuestraposición privilegiada, hemos hecho del mundo una imagen donde “la percepción de lo ente perteneceal ser porque es él el que la exige y determina”1. Es por eso que para mí el conocimiento es siempre unamentira o una falsa verdad. Hemos querido ayudarnos, buscar la igualdad y tanta cosa, pero lo quehemos engendrado es un mundo cada vez más distópico. La lucha ya se terminó, el destino ya estátrazado, solo nos queda convencernos de que algún día todos estos pequeños gestos de justicia seesparzan por la consciencia de los dueños del mundo. La vida muere y nadie se inmuta. ¿Cuál es elrequisito de nuestra voluntad? ¿Cuál es el motivo de nuestra bondad? Todo lo tocante al mundo comoposesión, todo lo que nos interese y de lo cual nos sintamos parte, pero ¿Qué pasa con lo que se alejade nuestra percepción antropocentrista? ¿Qué pasa con lo que a nuestro parecer, no es parte delmundo?

Esto no busca ser filosofía ni conocimiento, solo un insignificante palabrerío. ¿Saben lo paradójico detodo esto? Es que solo a través de la educación y el conocimiento podemos llegar a la desesperanza.Estamos en una tragedia, muchos lo anuncian y la mayoría son condenados por el ejército de laesperanza. Solo queda ser, vivir y creer. Es así como nos mantenemos en pie. Y esta desesperanza nosignifica comodidad ni inmovilidad para el cambio como aludió Ana. La incomodidad no es necesariapara el cambio, si fuera así, los millones de oprimidos ya habrían desatado la revolución ni nadie nuncahubiera soportado una dictadura, pero eso no es así, porque hay algo más allá de la esperanza.

1 Heidegger, Martín. Caminos de Bosque. Madrid, Alianza Editorial, 2010. 278p. pág. 74.