Manifiesto Contra El Machismo Asesino

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Manifiesto contra el machismo asesino POR LAURA ARNES. DOCTORA EN LETRAS E INVESTIGADORA DEL IIEGE , FACULTAD DE FILOSOFIA Y LETRAS (UBA) "No es aceptable la hipocresía", dice la autora en relación a los femicidios. Etiquetado como:#Niunamenos No apelo al detalle morboso: la bolsa de basura, la sangre o el fuego. Preferiría no tener que decir que nos están matando de a una por díani mencionar que la violencia de género está naturalizada. Pero llegó el momento de reconocer que las mujeres somos tratadas, usualmente, como objetos, que un femicida es un hijo sano del patriarcado y que la justicia, en estos casos, no parece una dama imparcial sino un macho misógino y clasista. Los datos, espeluznantes por desmesurados, instan a tomar partido: son miles los cuerpos sacrificados que se apilan sin importar edad ni claseen la fosa común de los femicidios. El abuso de todo tipoy el asesinato de mujeres forma parte de nuestro entramado cultural. Chicas muertas y violadas son “protagonistas” de casi toda serie policial que el cable ofrezca; la prensa está plagada de ellas y la literatura también: basta recordar a las cautivas que atraviesan desde su origennuestros relatos, a la “La intrusa” de Borges, sacrificada en pos del amor fraternal, o el ácido con el que Barón Biza quemó a su esposa y que su hijo transformó en novela. Sara Gallardo, en “Palermo”, también da cuenta de la brutal lógica machista: “Debí matarla anoche. Estrangularla, porque en las manos tengo fuerza. A patadas, porque sé de patadas.” Estos son sólo algunos casos: la lista es excesiva. Pero la realidad supera a la ficción. La sangre de Daiana García, asesinada hace pocos meses y aparecida en una bolsa de basura, fue la que colmó el vaso. El modo en que los medios dieron cuenta del suceso, saturó las paciencias. Así se gestaron dos acciones casi simultáneas. Por un lado, los “Siluetazos”: intervenciones urbanas que buscan movilizar las acciones y afectividades hacia un cambio estructural y denunciar todo discurso que imponga culpas sobre las víctimas. Pero, además, al citar el modo de representación que se usó para dar cuenta de las y los desaparecidos por la última dictadura, politiza los femicidios en términos de desapariciones en democracia, producto de la violencia sistémica machista. Por otro lado, “Ni una menos” se llamó la maratón de lecturas contra los femicidios, autoconvocada por periodistas y artistas, realizada en varias ciudades y en las que participaron familiares de las víctimas. Pero las muertes no se detuvieron y “#Ni una menos”, el 3 de junio, se convertirá en concentración nacional. La consigna se viralizó. Los medios de comunicación hicieron eco con

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  • Manifiesto contra el machismo asesino

    POR LAURA ARNES. DOCTORA EN LETRAS E INVESTIGADORA DEL IIEGE , FACULTAD DE FILOSOFIA Y

    LETRAS (UBA)

    "No es aceptable la hipocresa", dice la autora en relacin a los femicidios.

    Etiquetado como:#Niunamenos

    No apelo al detalle morboso: la bolsa de basura, la sangre o el fuego. Preferira no tener que decir

    que nos estn matando de a una por da ni mencionar que la violencia de gnero est

    naturalizada. Pero lleg el momento de reconocer que las mujeres somos tratadas, usualmente,

    como objetos, que un femicida es un hijo sano del patriarcado y que la justicia, en estos casos, no

    parece una dama imparcial sino un macho misgino y clasista. Los datos, espeluznantes por

    desmesurados, instan a tomar partido: son miles los cuerpos sacrificados que se apilan sin

    importar edad ni clase en la fosa comn de los femicidios.

    El abuso de todo tipo y el asesinato de mujeres forma parte de nuestro entramado cultural.

    Chicas muertas y violadas son protagonistas de casi toda serie policial que el cable ofrezca; la

    prensa est plagada de ellas y la literatura tambin: basta recordar a las cautivas que atraviesan

    desde su origen nuestros relatos, a la La intrusa de Borges, sacrificada en pos del amor

    fraternal, o el cido con el que Barn Biza quem a su esposa y que su hijo transform en novela.

    Sara Gallardo, en Palermo, tambin da cuenta de la brutal lgica machista: Deb matarla

    anoche. Estrangularla, porque en las manos tengo fuerza. A patadas, porque s de patadas. Estos

    son slo algunos casos: la lista es excesiva.

    Pero la realidad supera a la ficcin. La sangre de Daiana Garca, asesinada hace pocos meses y

    aparecida en una bolsa de basura, fue la que colm el vaso. El modo en que los medios dieron

    cuenta del suceso, satur las paciencias. As se gestaron dos acciones casi simultneas. Por un

    lado, los Siluetazos: intervenciones urbanas que buscan movilizar las acciones y afectividades

    hacia un cambio estructural y denunciar todo discurso que imponga culpas sobre las vctimas.

    Pero, adems, al citar el modo de representacin que se us para dar cuenta de las y los

    desaparecidos por la ltima dictadura, politiza los femicidios en trminos de desapariciones en

    democracia, producto de la violencia sistmica machista. Por otro lado, Ni una menos se llam la

    maratn de lecturas contra los femicidios, autoconvocada por periodistas y artistas, realizada en

    varias ciudades y en las que participaron familiares de las vctimas.

    Pero las muertes no se detuvieron y #Ni una menos, el 3 de junio, se convertir en

    concentracin nacional. La consigna se viraliz. Los medios de comunicacin hicieron eco con

  • carteles que exigen el fin de la violencia sexista. El apoyo multitudinario entusiasma pero,

    tambin, evidencia paradojas: Cmo evitar la banalizacin de una consigna que apela a un

    cambio socio-poltico profundo? Cmo entender que minutos despus de que el lema

    convocante est en pantalla, Mirtha Legrand le pregunte a una invitada qu haca para merecer

    los golpes de su esposo? Hay que aceptar que imputados por violencia de gnero, como el

    intendente mendocino Sergio Salgado, asistan a la marcha? Cmo tolerar que quienes hacen del

    machismo dinero como Marcelo Tinelli se conviertan en voceros de la consigna libertaria? o

    que Mauricio Macri, que cerr los servicios de atencin a vctimas de violencia en CABA y que

    tiene en sus filas a Miguel Del Sel, un misgino orgulloso, convoque al evento? Lo digo ms claro:

    qu hacer, dado que la convocatoria es tambin contra ellos, piezas fundamentales en la

    (re)produccin de este sistema?

    Se entiende. Cuanto ms masiva una marcha, ms efectiva. Pero hay cosas que no se pueden

    ignorar porque ac no hay rating que valga. No es una cuestin de votos ni de perdn. No es

    aceptable la hipocresa. Se requiere coherencia entre dichos y hechos; se busca un cambio en las

    sensibilidades y en los afectos, en los relatos y en las representaciones porque, sepan disculpar las

    molestias pero, esta cultura nos est matando.