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  • ENCRUCIJADAS. Revista Critica de Ciencias Sociales || Vol. 11, 2016, r1101

    REFLEXIONES Jorge Riechmann

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    Cmo es posible que una obra de la envergadura de la de Manuel Sacristn haya tenido una influencia tan limitada? Cmo es que un hombre tan cualificado acadmicamente ha sido tan descuidado podra decir maltratado por las autoridades universitarias de este pas? La respuesta no radica en la propia actitud de Sacristn, tan modesta, tan recta y tan hostil a la vacuidad de tanto intelectual famoso. Aunque quizs esto contribuy un poco. Tampoco radica en la desidia del pas en general y de la izquierda en particular hacia los hombres que estn en la historia y por delante de la historia, aunque haya algo de ello. La razn hay que encontrarla en otro sitio. Cuando Manuel Sacristn era uno de los responsables del PSUC, su popularidad tuvo que forjarse duramente contra un rgimen que haca de la persecucin del marxismo una de sus leyes fundamentales. Cuando entr en ruptura con el eurocomunismo al que defini

    Jorge Riechmann

    Manuel Sacristn, pionero del ecosocialismo*

    ILUSTRACIN: Begoa Cueli

    Universidad Autnoma de Madrid

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    como la degeneracin de otra degeneracin, la estalinista, las concepciones de Manuel Sacristn entraban en abierta contradiccin con la poltica de reforma pactada y se convertan en la de un disidente ilustre al que el sistema nunca le iba a facilitar que fuera un autor ledo y reconocido. Esto lo tendra que conseguir Manuel Sacristn a pulso, trabajando oscuramente en unas revistas de poca audiencia, y militando desde abajo con la voluntad de crear movimiento, un movimiento que al tiempo que negaba el orden socioeconmico realmente existente, pona en la picota el crecimiento irracional de las fuerzas productivas, el orden patriarcal, la militarizacin, etctera.Pepe Gutirrez-lvarez (1985)

    Sacristn era una verdadera anomala en el mejor sentido de la palabra: alguien que desafiaba el orden y los usos establecidos del marxismo que le toc vivir. Era un intelectual orgnico en un marco compuesto por vanguardias inoperantes, un hombre de organizacin, formacin y militancia en un momento en que los intelectuales se hallaban alejados de esas tareas. Adems, el filsofo ejerca estas funciones bajo las presiones del fascismo, con lo que su labor tuvo que concentrarse en crear el humus de una cultura comunista clandestina. Eso me parece una anomala en toda regla. Pero hay otra ms, de carcter terico, y es que Sacristn tena una formacin en lgica y en filosofa de la ciencia que no era para nada comn en la poca (quiz Ludovico Geymonat podra acercrsele en este sentido, pero no en el otro). Creo que estos dos elementos sui generis dieron lugar a un marxismo renovador y fuera de la norma.Mario Espinoza Pino (2014: 147)

    La crisis ecolgica, de relacin imposible con la naturaleza de la civilizacin industrial que conocemos, era y sigue siendo el problema fundamental que amenaza adems a una humanidad dividida por la opresin y la explotacin sociales. Sacristn percibi que esa relacin, en la poca presente, se ha vuelto ms agudamente problemtica que la lucha de las clases, aunque tenga su gnesis contempornea en el mismo ncleo causal que el de la explotacin y la opresin sociales. Sacristn puso las bases del ecologismo poltico, buscando la fusin de ste con el movimiento socialista y de democracia real.Juan Ramn Capella (2005: 266)

    Hay que detener este modelo de crecimiento. As, el problema de la energa pasa a ser un problema estratgico.Manuel Sacristn Luzn (19791)

    * Reflexin escrita a partir de la ponencia presentada en "Pensar con la propia cabeza", Jornadas de Homenaje a Manuel Sacristn Luzn (1925-1985), a los treinta aos de su muerte y noventa desde su nacimiento, el 30 de noviembre y 1 de diciembre de 2015 en la Facultad de Filosofa y Letras de la Universidad Autnoma de Madrid (UAM), organizadas por el grupo gintrans2 y la Fundacin de Investigaciones Marxistas (FIM).

    1. Entrevista con Tele/ Exprs en 1979, recogida en: Fernndez Buey y Lpez Arnal (2004: 118).

    https://transecos.wordpress.com/

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    Sacristn, auscultador de los latidos del presente

    Manuel Sacristn nos recordaba Paco Fernndez Buey en una de sus ltimas intervenciones pblicas, una conferencia que imparti en el Ateneo de Madrid en febrero de 2011 fue sobre todo un comunista marxista constantemente atento a las novedades del mundo en que vivi, un auscultador de los latidos del presente no atento a las modas, siempre fue muy contrario a las modas, precisa el autor de La gran perturbacin (Fernndez Buey, 2015: 491). Entre esas novedades de los aos sesenta y setenta del siglo XX la de mayor trascendencia histrica es la crisis ecolgica global. Sacristn fue uno de los pocos pensadores de la izquierda europea que supo ver muy pronto la descomunal envergadura de lo que se estaba anunciando ah, y cmo ello obligaba a repensar a fondo algunos aspectos centrales de los programas y prcticas del socialismo (socialismo en sentido amplio, es decir, incluyendo ah a todas las familias de las izquierdas anarquistas, socialistas y comunistas2). Repensar, por sealar un destacado ejemplo, la hiptesis de abundancia material (conectada con la expectativa de desarrollo ilimitado de las fuerzas productivas, para muchos y muchas marxistas) como prerrequisito de una sociedad libre3.

    As, Manuel Sacristn se convirti en uno de los fundadores de la corriente de pensamiento y praxis que luego hemos llamado ecosocialismo. Desde finales de los setenta, l trabaj en una revisin o rectificacin estratgica de la izquierda que partiera de los problemas contemporneos y enlazase con los nuevos movimientos sociales (nuevos eran entonces considerados el feminismo, el ecologismo y el pacifismo antinuclear). De qu asuntos nuevos o relativamente nuevos, posleninianos deca el autor de Las ideas gnoseolgicas de Heidegger, estamos hablando?

    En la cabeza de Manolo Sacristn eran temas como la conversin de las fuerzas productivas en fuerzas destructivas; las consecuencias psicosociales negativas del desarrollismo industrialista; la crisis ecolgica; el papel de la tecnociencia en nuestras sociedades; la reconsideracin del sujeto de transformacin social a partir del reconocimiento de los cambios que se estaban produciendo en la composicin de la clase obrera; los efectos socio-culturales del equilibrio del terror en la segunda fase de la Guerra Fra, o sea, en la poca del exterminismo como lo llamaba el historiador britnico E.P. Thompson; la

    2. Un buen acercamiento breve a Manuel Sacristn lo encontramos en Lpez Arnal (2014). Ms por extenso, Salvador tambin ha escrito Aristas esenciales de un pensador polidrico. Manuel Sacristn (1925-1985), a los 25 aos de su fallecimiento (Lpez Arnal, 2010a y 2010b). Para quien desee profundizar, excelentes vas de acceso son Ramn Capella (2005) y Fernndez Buey (2015).3. Por cierto que, para esa reconsideracin del trabajo humano y las fuerzas productivo-destructivas, se pueden encontrar luminosos anlisis en dos pensadores de la izquierda heterodoxa, lamentablemente poco atendidos en su tiempo, y a quienes Sacristn apreciaba mucho: la Simone Weil de Reflexiones sobre las causas de la libertad y de la opresin social (1934) y el Walter Benjamin de las Tesis de filosofa de la historia (1939-40).

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    reconsideracin de la nocin clsica de revolucin, incluyendo en esa nocin la idea de revolucin de la vida cotidiana; el problema del choque entre culturas, que haba sido un problema muy poco abordado desde el punto de vista del marxismo clsico (Fernndez Buey, 2015: 492)4.

    La mejor manera de acercarse a los fecundos planteamientos de Sacristn sobre estas cuestiones, creo yo, es releer las breves y densas pginas de su Comunicacin a las jornadas de ecologa y poltica de 1979, publicadas ese mismo ao en el nmero 1 de la revista que acababa entonces de fundar junto con su compaera Giulia Adinolfi, mientras tanto5. Joaquim Sempere (1987: 30) ha escrito que en aquellos aos su radicalismo crtico y revolucionario, su ideal comunista igualitario y su inspiracin libertaria se mantienen intactos, vertebrando y dando continuidad y solidez a sus revisiones, a menudo audaces. El testimonio ms impresionante de esta revisin, valora Sempere, es precisamente la Comunicacin a las jornadas de ecologa y poltica de 1979.

    Sin embargo, en las pginas que siguen no voy a intentar un tratamiento histrico o sistemtico de sus aportaciones al ecosocialismo y la ecologa poltica. En vez de ello, voy a evocar slo un par de aristas de su pensamiento, para tratar de mostrar cmo hoy podemos todava podemos pensar a partir de sus intuiciones y anlisis: pensar nuestro presente cerca de Manuel Sacristn.

    En una entrevista de 1977, con ocasin de una conferencia que imparti en la Universidad de Barcelona sobre Antonio Gramsci (Lpez Arnal y de la Fuente, 1996: 87-96), l seal lo que consideraba una caracterstica central de Gramsci y, en general, de la obra de cualquier autor que consideremos clsico de una tradicin poltica o filosfica: Gramsci es un clsico, o sea, un autor que tiene derecho a no estar de moda nunca y a ser ledo siempre. Y por todos. Quienes hemos aprendido de su praxis y de su pensamiento lo consideramos a l un clsico, precisamente en ese sentido de la expresin. Tratemos de seguir pensando cerca de l.

    4. Otra buena sntesis sera sta: Sacristn hizo una crtica drstica de lo que ha significado el estalinismo en el movimiento comunista, una crtica que rebasa con mucho la vieja idea de la crtica al culto a la personalidad