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CAM Plantel Celaya

El fenómeno de las redes so-ciales en Internet ha cam-biado el modo en cómo nos

comunicamos. Alrededor delmundo las personas de diferentes edades han optadopor hacer uso de estos modos de comunicación, enespecial los más jóvenes, quienes manejan de maneranatural estos instrumentos e inclusive llegan a crear suscódigos propios y además aprovechan la posibilidadde intercomunicarse a través de estas redes en dispo-sitivos móviles, tales como celulares y teléfonos inteli-gentes, multiplicándose así las posibilidades decomunicación. Es más interesante aún observar cómotambién a través de consolas de videojuegos y repro-ductores de audio, entre los cuales encontramosipod’s, PSP’s y otros, pueden acceder a las redes so-ciales mediante conexiones WiFi… ¡Realmente Sor-prendente!, ya ni hablar de las tabletas (ipad’s) lascuales están ganando un lugar preponderantecomo medio de transporte y manejo de informaciónen diferentes formatos.De este modo, el aprendizaje y las redes sociales sonuna combinación que se puede convertir en unaoportunidad para toda institución educativa que vi-sualice en las redes sociales una oportunidad para serinnovadora y de esta manera ofrecer aprendizajes co-herentes con los tiempos que nos ha tocado vivir. Sinembargo, esta relación es vista con temor y recelo porparte de educadores que no son “nativos digitales” ytienen que lograr aprendizajes con estudiantes que“viven” en las redes sociales ya que nacieron con ellasy son parte de su cotidianidad.Definitivamente es un reto implementar un currículo in-cluyendo a las redes sociales y al mismo tiempo cum-plir con las normas que las instituciones imponen y quetodavía no están abiertas a estos medios digitales. Noobstante tarde o temprano -y es mejor que sea mástemprano que tarde- esto sucederá y las casas de es-tudios tendrán que zambullirse en las nuevas tecnolo-gías y sacarle el mayor provecho al nuevo entorno deaprendizaje. No estar en ellas y con ellas es perder es-tudiantes, no solo en la educación escolar sino tam-bién en la capacitación y actualización docente. En el primer encuentro denominado “Las redes socia-les y la educación” participaron en videoconferenciaAna Rossaro (Universidad de Buenos Aires-Argentina)y Cristóbal Suarez (Universidad de Salamanca-Es-paña). En el blog de Ricardo Zapata, moderador delseminario, www.blog.pucp.edu.pe/rzapata pueden

encontrar las presentaciones de los expositores.Ana Rossaro una de las conferencistas cita; “Las redessociales son el nuevo paradigma educativo, la cons-trucción de una nueva forma de pensar la educa-ción.” Precisamente por eso el rol de profesor ocapacitador cambia y se diluye la jerarquíaentre profesor-alumno siendo el primeroun guía y moderador más que unafuente de información y saber. Estenuevo entorno de aprendizaje en-fatiza la inteligencia colectiva es-tableciendo nuevas estructurasde participación, ya que todosaportamos saber, utilizamos di-versas fuentes de saber y cola-boramos para hacer realidadun proceso de aprendizaje. Lo

cual es un grancambio para losdocentes tanto

en hábitos como enactitud.

Estos son algunos ejemplos de quepueden hacer los docentesusando las redes so-ciales como herra-mientas deaprendizaje y almismo tiempo comoel medio natural parallegar a sus alumnos:•Usar o crear una aplicación pro-pia en Facebook o una wiki para rea-lizar trabajos grupales.•Invitar a estudiantes que asistan auna clase via streaming.•Responder preguntas, dejar tareas yanunciar fechas de eventos y exámenes enFacebook y/o Twitter.•Compartir libros, pdf’s, videos y otro material intere-sante usando una wiki o creando su comunidad vir-tual.•Seguir a profesores, compañeros de clase y otros ex-pertos en un tema via twitter, slideshare o RSS.

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CAM Plantel Celaya

En estos momentos que todos losmaestros se encuentran en unaencrucijada con el famoso “Mo-delo por Competencias” que siLaura Frade, ¡¡¡no eso no!!! Mejorcásate con los postulados deTobón, y los maestros más fre-sas -¡Mira yo trabajo con la co-rriente de Phillips Perrenau! yunos cuántos docentes ni eso; enesa lucha, en ese mundo deconfusiones en donde ponderatremendamente la angustia deldocente, se olvidan de ¿cómose sienten sus alumnos? , ¿se hanpuesto a pensar? “Si yo mesiento mal y confundido, ¿cómoestarán mis alumnos?” Menciono esto como preámbuloa mi artículo porque cada vezme topo con maestros solici-tando cursos –que si estrategiasde enseñanza por competen-cias; mejor un taller de Planea-ción y Evaluación porcompetencias- y así sucesiva-mente… Es donde me cuestiono,preocupo y ocupo sobre: ¿Y losalumnos dónde quedan?¿Dónde queda la preocupaciónpor centrarse en que los alumnosaprendan? Soslayando ¿cuálesson las emociones que tienen misalumnos cuándo me ven,cuándo están al lado de com-

pañeros extraños y sobre todocómo se sienten en un espacioajeno, frío, sin calor humanocomo son las aulas?Dada la importancia de la inteli-gencia emocional es momentode que la escuela se ocupe desu educación. Tras el rápido des-arrollo de la tecnología y la infor-mática y la apertura de fronterase intercambios culturales cadavez mayores, muchos profesio-nales de la educación se estánplanteando en generar en losniños valores, metas, capacida-des que permitan resolver pro-blemas relacionados con lasemociones y sentimientos tantode ellos como con los demás.En este artículo quisiera clarificarla importancia de la inteligenciaemocional como una estrategiade los docentes, ya que estácomprobado que el aprendizajeno sólo son ideas sino tambiénsentimientos (Roger 1989)Los sistemas educativos tienensiempre el reto de educar a losmiembros más jóvenes de sus so-ciedades para que puedan darrespuestas a las situaciones quetendrán que afrontar en el futuropróximo. Muchas veces los cam-bios científicos, tecnológicos ysociales son tan rápidos que la

educación no sabe cómo abor-dar los contenidos educativos re-levantes cuando esos niños seanlos adultos de su propia socie-dad.

Llevamos aproximada-mente una década escu-chando hablar de Inteligenciaemocional, ¿pero qué es y paraqué sirve? Hoy se sabe que lamayoría de las habilidades quenos conducen a una vida plenason emocionales y no intelectua-les. Aprender a regular las emo-ciones y las de los que nosrodean forma ya parte de algu-nos Planes de Estudios de las es-cuelas desde los primeros añosde educación inicial hasta elPost Grado .El mundo emocional de los niñoses complejo, se le deben ofrecerherramientas que le ayuden aidentificar lo que sienten y cómoles afecta. No es lo mismo sen-tirse enfadado, sentir vergüenza,antipatía, rechazo, ira, miedo oalegría. La tarea de educar enlas emociones urge.El ritmo de vida está provocandoque se sustituyan las necesida-des emocionales de los niños porla tecnología. El vacío emocio-nal incapacita a los niños a en-frentarse a situacionescotidianas.Shapiro (2001) sostiene que losniños están afectados por dosgrandes problemas: menos aten-ción en casa y una creciente in-fluencia de la televisión. Sudesarrollo emocional es más vul-nerable por las calamidades ylas privaciones de afecto queestán expuestos. No tienen mo-delos para desarrollar compe-tencias que necesitan para lavida presente. Les es difícil mane-jar la ansiedad y la agresividadpara desarrollar la empatía sufi-ciente para la socialización consus compañeros y los adultos.

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CAM Plantel Celaya

El tromp

Marilude

¿Alguna vez has destripado un sapo?

Yo no lo había hecho hasta que conocí a Marilú,

una niña que vive en mi barrio. No es una niña

común, a ella jamás la verás con vestido ni za-

patos rosa. Jamás le han interesado las muñecas,

las bolsas, el maquillaje o las zapatillas. Mucho

menos jugar al papá y a la mamá.

Ella es intrépida, juguetona, traviesa, desali-

ñada. El único día que la puedes ver convertida

en una niña, bañada y peinada, es el domingo;

cuando sus padres la obligan a ir a la iglesia.

Siempre lleve una gorra roja que su abuelo le

regaló, recuerdo de su juventud, y clavados

junto a la M dorada que bordó su madre cuando

cumplió 11 años, dos anzuelos de la suerte, que

le dieron el primer premio de pesca a su abuela.

Marilú es más fuerte que Pecas, Gepetto y Lukas

juntos; cuando juegan a la lucha libre, les puede

poner los pies hechos nudo y voltearles la cabeza

al revés, todo al mismo tiempo. Nadie escupe tan

lejos como ella, ni corre tan rápido como Palomino,

el gato de doña Tonchi. Nadie puede meterse en la

boca tantos gomabombas de colores, ni escupirlos

uno por uno matando grillos y cucarachas, cuya

puntería, se podría comparar a la de Guillermo Tell.

Sólo a ella se le ocurren las travesuras más geniales

y además es experta preparando tortas extrañas, su

especialidad son: sardinas con miel, aceitunas con

duraznos y mole con plátanos. ¿Y crees que se las

come? ¡Claro! Y además los saborea y devora como

si se tratara de un delicioso helado de bombiarán-

danos.Pero lo más extraño que hace Marilú, es:

destripar sapos, pero no como tu y yo lo haría-

mos, sino como todo un experto destripador

puede hacerlo: con ayuda de un bisturí ver-

dadero.

Esperamos con ansia la temporada de lluvias, ya

que ahí podemos atraparlos de todos tama-

ños, colores y variedades. Marilú tiene unos fras-

cos especiales que le dio su tío Nico, el biólogo;

los demás tenemos que conformarnos con enva-

ses de mermelada y mayonesa que recogemos del

basurero. En su último cumpleaños, el tío Nico le

regaló un equipo completo de disección. Cuando

está de buenas nos deja que le ayudemos.

Lukas es el anestesista, de la farmacia de su padre

extrae sin que nadie lo vea un líquido raro al que

llama. “El duerme pronto”.

El doctor Lukas le dijo

a mi papá el otro

día, que no sabía

aún por qué en el tiempo de

lluvias se evaporaba tan pronto

el cloroformo:

-Parece ser que la humedad

afecta sus moléculas- dijo, - y se

volatiliza más rápido, eso debe

ser.

Pecas sostiene a la víctima. Lukas le

pone un algodón en la nariz. Mientras duerme,

Marilú se dispone a cortar en dos al paciente. Pre-

para el bisturí y le abre la panza:

-Splushhh, gloshsss.

-Y ¡Auggh! Salta la sangre y grita:

-¡ Bisturí!

-¡Pinzas!

-¡Tijeras!

Y uno a uno, Gepetto le pasa las herramientas de

trabajo. Él, es el instrumentista, y cómo no serlo,

si su papá tiene una carpintería donde fabrica toda

clase de muebles: escaleras, vitrinas y mesas. Pero

la verdadera pasión del Sr. Roble, son los muñecos;

por eso le decimos así a Gepetto, porque él tam-

bién se la pasa tallando en madera los muñecos y

los títeres más chistosos que te puedas imagi-

nar.Cuando acaba la operación, puedes ver lo

que queda a un lado del sapo: las tripas,.18

el esqueleto, la cabeza y la piel perfecta-

mente bien separadas, pero lo que más le in-

teresa a Marilú es el cerebro.

Ella dice que si descubrimos cómo es que

pueden respirar en el agua y en la tierra, po-

dremos ir a la laguna y construir un club en

el fondo, donde ninguna mamá nos moleste.

Al terminar la intervención quirúrgica ella

dice:

-Doctor Pecas, termine de suturar y lleve el

cerebro al departamento de medicina fo-

rense.

El departamento forense, se encuentra en la

casa de Pecas, en el tras-

patio, en

una bo-

dega abandonada

que sus padres

nunca ocupan. Ahí, en

pequeños frascos nu-

merados se encuen-

tra el centro de

nuestra investiga-

ción: los cerebros de los

sapos que han sido operados por el

clan. En cada uno, hay una etiqueta que ade-

más contiene el nombre: Pocaluz, al sapito

que le faltaba un ojo. Gran Sap, al sapo más

grande que hemos encontrado. Nefertiti, una

sapita hermosa que aseguramos viene de

Egipto. El Gringo, un sapo rubio que nos en-

contramos una vez y Espagueti, un sapo flaco

y desnutrido cuyo cerebro era tan pequeño

que tuvimos que sacarlo con un alfiler.

Dentro del frasco, se encuentra el cerebro de

las víctimas, rodeado por

otro lí-

q u i d o

sustraído de la far-

macia de Lukas, al

cual le llamamos “anti-

fuchi”, ya que las cosas

que ponemos ahí

nunca se descompo-

nen.

Y como siempre yo

tengo que limpiar todo

el desorden: las tripas,

la piel y el resto de la ca-

beza. Todo lo entierro en

el cementerio sapal,

porque dice Marilú que

si no

damos se-

pultura a las

víctimas, al cumplir los siete días de

su muerte y cuando suene la última campa-

nada de las doce de la noche, nos saldrán es-

camas, la piel se nos pondrá babosa, en vez

de cinco dedos tendremos tres cartílagos y

lo peor, ya no nos gustarán las golosinas y

tendremos que comer moscas por el resto de

nuestras vidas.

Los huesos se los doy a Lukín, el perro de

Lukas, antes no le gustaban, paro ahora de

tanto dárselos, ya les tomó gusto. Marilú dice

que uno de los principios de la ciencia, es no

desperdiciar y como el esqueleto todavía

sirve, Lukín siempre termina por devorarlos

después de las operaciones y

siempre se le ocurre

algo muy chistoso, en

ves de ladrar como

todos los perros y decir

¡Guau!, le sale un alocado:

¡Croauu! Cuando ya he

enterrado a los sapos,

les pongo

una cruz

que hago

con dos palitos de chupaliletas, y

no es tanto por tener un cementerio como

Dios manda, sino porque me encanta comer-

las y escurrirles el picachamoy que tienen en

el centro, después de todo es mi recompensa

por hacer el trabajo sucio.

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El t ro

mpo de M

ar iú

Es básico distinguir entreuna Podemos aprender aaprender, es decir, aponer en marcha estrate-gias para adquirir conoci-mientos, gracias a lainteracción con otrosagentes sociales (padres,hermanos) y educativos(profesores) que nos“ceden” sus estrategiasmediante el proceso demanifestar las decisionesque toman cuandoaprenden y permitirnospracticar con ellas e inte-riorizarlas. Desgraciada-mente esos agentespocas veces hacen explí-citos esos procesosde pensamientoy nos permitenacceder a suses t ra teg ias .persona “autodi-dacta” y “autó-noma”. El aprendizautónomo nuncaaprende solo, siempre leacompañan unas “vocesen su mente”, unas guíasy estrategias que un día leenseñaron sus tutores yque median en su apren-dizaje. El autodidactasería un aprendiz que hadesarrollado algunas téc-nicas de manera idiosin-crásica, con mayor omenor acierto, pero quees poco flexible y adapta-tivo en su aprendizaje. De-bemos pues formaraprendices autónomos yno autodidactas.

¿Qué profesional puede odebe enseñar a apren-der? ¿Dónde se debe rea-lizar este aprendizaje ycuándo debe darse?.

Aprendemos a aprendera lo largo de toda la vida;muy pronto aprendemosque clasificando un con-

junto de objetos los rete-nemos y recordamosmejor o que al traducir unconcepto a nuestras pro-pias palabras lo compren-demos mejor;desafortunadamente al-gunas de estas estrategiaslas podríamos aprenderantes si alguien nos las en-señase propositivamente.Por consiguiente puede y

debe enseñarse du-rante toda la es-

c o l a r i d a d ,desde pre-escolar, en launiversidad, y a lo largode la vida. En cada mo-mento y en relación a losdistintos tipos de conteni-dos a aprender y de de-mandas a resolverdeberíamos adquirir lasestrategias más adecua-das.

¿Quién debe enseñarlas?,

los profesores de cadamateria, con la ayuda deespecialistas en procesosde enseñanza y aprendi-zaje (psicólogos de laeducación, psicopeda-gogos). Todo profesor loes de su materiay de las estrate-gias para apren-

derla.

¿Las técnicas y estrate-gias de aprendizaje pue-den ayudar a disminuir elaburrimiento o incremen-tar la motivación por elestudio?.

Desde luego. Querer noes poder y cuando pue-des, existen muchas posi-bilidades de que quieras(*2). Las estrategias deaprendizaje capacitan alos alumnos a aprendercon mayor extensión yprofundidad los conteni-

dos, ello favo-rece, por unaparte que en-

cuentren unmayor sentido ysatisfacción en lo

que aprenden, queademás aumen-

ten exponen-cialmente sus

pos ib i l idadesde éxito en las eva-

luaciones y exámenes y,lo que resulta más impor-tante, que empiecen aatribuir sus buenos resulta-dos a su esfuerzo, estudioy estrategias y no, porejemplo, a algo tan pococontrolable como ser muyo poco inteligente o aque la materia o el profe-sor sean un “hueso”.Hablemos ahora de losfactores que condicionanel estudio, empezandopor el contenido.

¿Cualquier técnica o es-trategia de aprendizaje esaplicable sea cual sea lamateria de estudio?.

Toda estrategia tiene al-gunos elementos genera-les (por ejemplo planificarhaciéndose preguntas deltipo:

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Apre

nder

a apre

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