Mar de Cuentos

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  • 7/23/2019 Mar de Cuentos

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    Mar de Cuentos,Sol de PoesaSylvia Puentes de Oyenard

    Ilustraciones de Lorena Lecchini

    MIS LECTURAS

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    Biblioteca Plan Ceibal

    Mar de cuentos, Sol de poesa Sylvia Puentes de Oyenard

    1

    De los autores

    Del ttulo. Dra. Graciela Ricci

    e-mail:[email protected]

    Ilustraciones:

    Eugenia AssanelliEdiciones A.U.L.I

    Coleccin Protagonistas

    Asociacin Uruguaya de Literatura Infantil - juvenil

    Av. Juan Bautista Alberdi 6257

    Montevideo (11500)

    [email protected]

    ISBN: 978-9974-678-25-5

    Impreso en UruguayTradinco S.A.

    Minas 1367 / tel: 409 4463

    Dep. Legal N 353.465 /10

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    He nacido en la tierra de los pjaros,

    un pequeo pas donde los ros

    abren surcos de luz entre los cuarzos.

    Un territorio azul, donde el estoes un pulso continuo de gaviotas

    y un ir izando el sol desde el roco.

    Y es este mi Uruguay el que inaugura

    un ala y un jazmn como frontera,

    un territorio azul donde fulgura

    un pequeo pas que es mi bandera.

    Sylvia Puentes de Oyenard

    (Mi pequeo pas)

    Mar de cuentos, Sol de poesa Sylvia Puentes de Oyenard

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    ESTO

    Cantar del agua del ro.

    Cantar continuo y sonoro,

    arriba bosque sombroy abajo arenas de oro.

    Cantar...

    de alondra escondida

    entre el oscuro pinar.

    Cantar...

    del viento en las ramasfloridas del retamar.

    Cantar...

    de abejas ante el repleto

    tesoro del colmenar.

    Cantar...

    de la joven tahoneraque al ro viene a lavar.

    Y cantar, cantar, cantar

    de mi alma embriagada y loca

    bajo la lumbre solar.

    Juana de Ibarbourou

    TODO PARECE QUE RE

    Todo parece que re,

    todo parece que canta,

    todo le dice a mi almalevanta, hermana, levanta!

    Rogelio Sinn

    (Panam)

    LOS NIOS

    Juegan los buenos chicos

    en el baldo verde.

    Las vallas son dos piedras,

    camisetas no tienen.

    La pelota es de trapo

    pero todos se sienten

    dribleadores olmpicos,

    goleadores celestes.

    Su madrastra, la vida,

    les da avara, por bienes,

    de ropa, el sol maduro,

    de pan, un sueo alegre.

    Unos sern atletas...

    alguno, delincuente.

    Ahora son gorrionesen el baldo verde.

    Hyalmar Blixen

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    LAS LIBLULAS

    Para Sofa

    Las liblulas vuelan,

    anuncian temporaldando giros y giros

    sin saber dnde van.

    Son sus alas de seda

    un eterno planear,

    cuerpos de bailarina

    antenas de cristal.

    Con las primeras gotas

    muy rpido se van,paragitas de hojas,

    sombreros de coral.

    Suben al arcoris,

    gigante tobogn,

    eternas pregoneras

    de lluvia y vendaval.

    Margot Hasdovaz

    EL PIRATA PATA CHATA

    El pirata Pata Chata

    se subi a su barco Arco.

    Al final de un tirantellevaba al vigilante

    Este hombre controlaba

    que ningn ladrn robara.

    El pirata Pata Chata

    su tesoro bien guardaba.

    Era malo, rezongn

    y por las maanas, dormiln,pero todos se rean

    porque al agua le tema.

    Ver las olas lo espantaba

    y al baarse, protestaba.

    Pero un da ya cansados

    de rezongos y de quejas

    lo agarraron marinerosy lo tiraron al mar,

    de las orejas

    a manotazos Pata Chata

    intent subir al barco.

    Y despus los marineros

    se tiraron a jugar

    y cantaron, se mojaron,hasta que lleg el delfn,

    daba brincos, volteretas

    y este cuento, lleg al fin.

    Lula Zeta

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    AGUASOL

    Verano:

    agua,arena

    y gaviotas al sol.Otoo:

    lluvia,ocres

    y teros en son.

    Invierno:

    chasquido anaranjado

    y letargo del caracol.

    Primavera:

    gotitas suaves,Rosado, blanco

    y mariposas al sol.

    QUIN ES?

    Entre letras, nmeros y signos

    me acompaa a todos lados.Es til, prctico, genial,

    aunque prefiero a mis amigos

    con los que puedo jugar.

    LA GOTA ENCANTADA

    Este es el cuentode la gota encantada.

    Ya subi, ya baj

    y con la lluvia volvi.

    FINAL DE CUENTO

    i

    Entre risa, alegra y encuentro

    se cont nuestro cuento.Y en los duendes del aire

    lo que aqu te cuento

    se vol en el viento.

    II

    Cuentos de magia y ternura

    nos hicieron navegar

    y al comps de su dulzura

    nos pusimos a soar.

    TRES LETRAS

    Tres letras llevo yo.

    Soy sabrosa al sazonar,

    estoy en la ensalada

    y en el mar.Tres letras dime ya.

    Monserrat Di Lorenzi

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    LPIZ BLANCO

    El lpiz blanco estaba triste. Arrinconado en una esquinita no

    levantaba los ojos para mirar cuando la mano de su dueo abra la

    caja y escoga a uno de sus compaeros; ya saba que no lo buscara!Poco a poco, todos sus amigos fueron sacados de su lado. Estuvo largo rato,

    pensando: Para qu me habrn puesto en esta caja, si no me necesitan? Soy el nico

    que no me divierto pintando!.

    Cuando sus amigos retornaron a la caja, los oy comentar cmo pasaron de bien; el verde

    pint un rbol, junto con su compaero marrn. El negro dibuj un perrito y las chimeneas

    de una fbrica; el amarillo, un sol; y el rojo, dio color al techo de una casita, agregando,

    muy orgulloso, que la maestra y ella lo us para poner un Sote grandote en el cuaderno.

    -Yo pint una luna! -grit el naranja.-Y yo el cielo! -dijo el celeste.

    -Pues yo dibuj un ro lleno de peces -se ri el azul.

    Al lpiz blanco se le caan las lgrimas. Al guardar los colores la nia exclam: Mi

    caja de colores est mojada!. La maestra se acerc

    a mirar qu suceda, y vio al lpiz blanco, entero, nuevito, con su punta

    bien afilada, hmedo de tanto llorar. -Pero, qu es esto? dijo- qu hace este lpiz

    tan nuevo y tan slo ac?, nadie lo usa?

    -No -dijo la nia- no sirve, no se ve lo que pinta en el papel.-Ah, pero...saben algo?, les voy a ensear lo que se puede hacer con este amiguito.

    Miren! Esto es luz, reflejos. Observen -y dibujando una manzana muy roja, tom el

    blanco y le hizo unos reflejos en el centro, luego a una flor, despus a un pjaro y todo

    pareca cobrar vida, relieve.

    -Y tambin esto -dijo la maestra y tom una cartulina azul, dibuj una hermosa paloma,

    nubes y margaritas.

    Los nios miraban fascinados con lo que se poda hacer con el olvidado lpiz blanco.

    Todos buscaron en sus mochilas hasta encontrar la caja de colores. Estuvieron el resto

    de la tarde creando cosas nuevas sobre rojo, verde, azul o negro, dando toques claros a

    los dibujos, matizando los colores.

    El lapicito saltaba de un lado a otro, feliz. Cuando termin la clase, el lapicito blanco

    entr en su caja tan gastado como sus amiguitos, cansado y contento, igual que ellos.

    Los nios aseguran que, desde sus mochilas, se oan las risas de los lpices decolores.

    Zulma Rosadilla

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    LA NOCHE

    La noche bostez

    una luna llena

    y el pino se vistide plata vieja.

    En el oscuro pizarrn

    del cielo

    competan estrellas

    y lucirnagas.

    Un ro se enrulaba

    a la distancia

    y cantaba corriendoentre las piedras.

    Su voz en la noche

    fresca y limpia

    bordaba en humedad

    la orilla quieta.

    SOL DE ORO

    Sol de oro

    oro y trigo

    trigo amarillo

    cantando

    por los caminos

    del da.

    Un limn viene rodando.

    A LA MANCHA

    A la mancha estn jugando

    la luna grande y el mar,

    el mar inventa cabriolas,la luna quiere escapar.

    Ovillo desmadejado

    la luna es el capitn,

    en la playa duerme un ancla

    su sueo de navegar.

    A la mancha estn jugando

    la luna nueva y el mar,

    la luna es moneda nueva,el mar es un tobogn.

    EL CABALLITO DE MAR

    Espuma se hace la mar,

    la espuma es color de luna,

    un caballito se hamaca,se hamaca en hmeda cuna.

    Festn de cristal la ola,

    la ola en agua de sal,

    sobre la ola se hamaca

    un caballito de mar.

    Graciela Genta

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    EL CANTO PROFUNDO

    Caracol col col cantaba alegre

    Apere, mientras su mam acompaaba

    al ritmo de las palmas. Luego de termi-nar la cancin pregunt: -Siempre

    cantaste mam?

    Su mam levant la vista y respondi:

    -Siempre.

    -Quin te ense mam?

    -Quienes me cantaron primero fueron...

    -Los abuelos! dfghhgfhghgferon.

    -Me cantabas todos los das verdad?-T ya lo sabes -sonri la mam con

    picarda-. Siempre lo hice, desde que

    estabas en la barriga.

    -Mamdime otra vez, qu me canta-

    bas?

    -Arrorr mi nio arrorr mi

    solarrorr pedazo de mi

    corazncant su mamcon una voz suave y tibia.

    -Yo qu haca? -pregunt

    pensativo Apere.

    -T te calmabas, te acurrucabas

    y te dormas.

    -Seguro que era mi cancin

    preferida.

    -En ese momento s -continu sumam- despus siguieron otras que te

    divertan y te diviertende animales,

    pjaros.

    -S -dijo Apere- de elefantes, del sol y

    la luna tambin.

    Tras una pausa pregunt: -Mam:

    cantamos un poco ms la cancin del

    caracol?

    -Claro.

    Luego de cantar, Apere se acerc a su

    mamle tom un mechn del cabello

    en

    sus manos y le susurr: -Me gusta tuvoz mam.

    -A m la tuya tambin.

    -Entonces por qu lloras mam? -pre-

    gunt Apere.

    -Porque cantar hoy me emociona

    Dicen que aquella tardehasta en lo

    ms profundo de la tierra se poda

    escucharcaracolcolcol

    Mnica Snchez Blanco

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    LA LLUVIA

    Qu lluvia en la fresca fronda

    del bosque que rumorea!

    Con el viento y la borrasca,los rboles runrunean.

    La maana es gris y opaca

    y entre las ramas sin trinos,

    todo es quietud, lejana,

    adnde el sol?, escondido?

    Llega la lluvia implacabletendida sobre las sierras.

    Al galope van las gotas,

    al galope por la tierra.

    Al galope por mi alma,

    buscando la primavera.

    Jos W. Garca Abad

    ROMANCE DEL NIO POETA

    La tarde cae despacio.

    El ro se va con ella.

    Adnde irn?, me pregunto.Es la brisa que contesta:

    -Se van a buscar auroras;

    se van detrs de una estrella.

    -El alba suea que es nube;

    la tarde ser alba suea.

    Yo sueo con ser el ro

    para refl ejar estrellasy acompaar a la tarde

    enamorndome de ella.

    Sentir el agua que corre

    dadivosa entre las piedras

    apurando en ese viaje,

    de la vida, la promesa.

    Volver a ser aquel nio

    que por las tardes serenasmientras el sol se ocultaba

    y el ro con sus ternezas

    lama mis pies descalzos,

    yo, me senta poeta.

    Marta Torres Jorajura

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    EL RAP DE MI CUERPO

    Mi cuerpo es sen-sa-cio-nal

    como mi cuerpo no hay i-gual

    veo, camino, respiroy juego con mis amigos.

    rganos, funcionen!

    que yo quiero vivir,

    saltar, correr, comer,

    aprender y dormir.

    Si cuido mi cuerpo

    y bien me alimento.

    Si disfruto el solcon moderacin,

    si recibo amor

    en mi corazn,

    mi cuerpo es una fiesta

    y la alegra despierta.

    Con mimos y caricias,

    con lgrimas y risas,

    con caras de enojadossi estamos disgustados,

    nosotros, con el cuerpo

    NOS CO-MU-NI-CA-MOS!

    JERIGONZA? FCIL! FCIL!

    En el espejito

    de la laguna

    se ve y croa el sapitopiel de aceituna.

    Enpe elpe espejipitopo

    depe lapa lapagupunapa

    sepe vepe ypi cropoapa

    elpe sapapipitopo

    pielpe depe apaceipetupunapa.

    El patio de la escuelaes piel de rayuela.

    Elpe papatiopo depe lapa

    especuepelapa

    espe pielpe depe rapayuepelapa.

    La tortuga Ins

    tiene piel de nuez.

    Lapa torpotupugapa Ipinspe

    tiepenepe pielpe depe nuezpe.

    El beb no sabe

    que en la madrugada

    la luna le besa

    su piel de manzana.

    Elpe bepebpe nopo sapabepe

    quepe enpe lapa

    mapadrupugapadapa

    lapa lupunapa lepe bepesapa

    supu pielpe depe manpazapanapa.

    Mara Cristina Laluz

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    MARCELINO, EL GORDO

    El chancho ms comiln que viva en Laguna del Sauce sellamaba Marcelino y

    coma todo lo que encontraba.

    Una maana sali a pasear por el campo y, al llegar a un maizal, tom un choclo,vio una montaita de paja y se sentapurado a comerlo. Sin darse cuenta se

    haba sentado encimade un hormiguero que, ante su peso, se hundi.

    La reina de las hormigas sali furiosa y al ver al enorme chancho le increp:

    Dgame, barriga con patas, no tiene otra cosa que hacer?

    Con su cuerpo destroz nuestra casa, vyase in-me-dia-tamen-te.

    Marcelino la mir y contest:

    Enana, no moleste, no ve que estoy almorzando? -y sigui comiendo sin mov-

    erse.Anita, que as se llamaba la reina, tena un tambor y comenza tocarlo llamando

    a todas las hormigas.

    PUM, PURUPUM, PUM PURUPUM.

    Las hormigas acudieron muy enojadas, se subieron alchancho y comenzaron a

    picarle la cola y las patas.

    Marcelino tir el choclo, sali corriendo y no par hasta llegar a un monte. Al

    encontrar un rbol que tena un gruesotronco, se apoy en l y comenz a rascarse

    la cola, que learda por las picaduras de las hormigas.Rasca que te rasca, el tronco se empez a sacudir y desperta las abejas que

    tenan su panal dentro de l. Enojada, Rosala, la reina de las abejas, sali y al ver

    al chancho lo rezong:

    Tena que ser un chancho maleducado el que interrumpe nuestro sueo. No

    sabe que despus de haber trabajado todoel da, estamos descansando? Vyase a

    rascar a otro rbol, no nos deja dormir con las sacudidas que provoca. El chancho

    la mir y contest: -Proyecto de mosca, venga que le doy unpisotn y diciendo

    esto, sigui rascndose y sacudiendo elrbol. Rosala tom una trompeta ycomenz a llamar a todas las abejas.

    PI PIRIPI, PI PIRIPI.

    Las abejas salieron del panal y, ante el llamado de la reina, comenzaron a picar

    al chancho quien, al recibir el primer picotn, sali corriendo y no par hasta llegar

    a un arroyo donde semeti en el agua.

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    En el arroyo estaba durmiendo un pato que se llamaba Albertito y ante la tremenda

    zambullida del chancho grit:

    Quin fue, qu sucede?

    Al ver al enorme chancho, le espet:

    Dgame, gordo cerdo, si tiene ganas de baarse, por quno se va al barrial aretozar, que es el lugar que a usted le gusta?

    Marcelino, entre llanto y llanto porque le arda el cuerpolleno de picaduras, le

    cont al pato lo que le haba sucedido.

    Todos me rezongan, todos me castigan, y yo lo nico que hice fue ponerme a

    comer un choclito.

    Albertito, un pato muy conocedor de la vida, le dijo:

    Amigo, usted debe aprender que cuando se sale a pasear, no se puede andar

    destrozando las cosas que encontramos ennuestro camino, y menos, molestar a losvecinos.

    Debemos respetarnos los unos a los otros, porque todos tenemos los mismos

    derechos y formamos parte de este lindoterritorio donde debemos convivir en paz.

    Marcelino dej de llorar, agradeci al pato Albertito por la leccin que le haba

    dado y se fue a pedir disculpas a lashormigas, a quienes llev un choclo de regalo.

    Disculpen, seoras, el dao que les he causado, la prxima vez voy a mirar

    donde me siento.

    Luego fue al rbol a disculparse de las abejas. La reina, alverlo venir, pregunt:-No le alcanz el castigo que le dimos, quiere ms picaduras?

    El chancho sumisamente dijo:

    Seora, traigo estas flores y sepan disculparme porhaberlas molestado, he

    sido muy imprudente.

    La reina asombrada y, ante el cambio de actitud del chancho, tomando las fl

    ores expres:

    Muchas gracias, no tena porqu haberse molestado, desde ahora seremos

    amigos -y agreg: -Marcelino, puedoservirle en algo?El chancho pens y pens y rindose contest:

    Seora, conoce algn remedio para la picadura de abejas?

    La reina sonriendo afirm: Paciencia, mucha paciencia.

    Miguel Malmierca

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    OTRA MARIPOSA

    Otra mariposa en mi terraza hoy.

    Como t pequea.

    Presuntuosa,indecisa, temerosa.

    Abiertas, cerradas

    sus alas inquietas,

    dudosas.

    Agitadas, desplegadas.

    Incesantes al comienzo,

    lentamente ya sin prisas,

    luego.Y al final ya sin temores,

    sin apuros,

    desplegados sus colores

    son sus alas un encanto

    un dejo puro

    encendiendo mis amores.

    Ella se queda

    y yo la dejo.

    UNA DUNA EN EL MAR

    El mar me recibe

    con una duna entre sus brazos.

    Bella isla de arena

    como un seno elevada

    se extiende

    dibujndose en su regazo.

    Toda blanca

    dorada,

    Por la corona del marsostenida.

    Sorprendente visin

    Pinceladas de palmeras

    recortadas contra el blu

    embellecen su mirada.

    Y lo nios

    salpicndose de mar

    corren para tocarla de azul.

    Graciela Ricci

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    ENCANTOS

    El amplsimo patio interior ocupaba a mam con su vegetacin y exaltaba mis sen-

    tidos porque vea, tocaba, probaba y ola.

    En el extremo opuesto estaba el espacio de los helechos. Con hojas de casi dosmetros el follaje se abra en casacada bajo la claraboya multicolor.

    Eran regados sabiamente por mam y no creo que el goteo que, matemticamente,

    administra el agua en los viveros ms modernos y actualizados luzcan con

    mayor esplendor que aquellos gigantescos ejemplares a los que ella, minuciosa-

    mente, segn la estacin, regalaba el vital elemento.

    El olor a tierra hmeda era constante. Mam, en su ahorro, regaba las plantas

    con el agua que lavaba las hortalizas. Era comn ver emerger en los macetones

    plantitas de aj o tomate que nos brindaban sus frutos mas all de lo que la huertaofreca.

    As mis sentidos se vean estimulados con el silencio de aquella casa campesina.

    Silencio irreverentemente rasgado por los trinos de los pequeos canarios que,

    en nmero crecido, poblaban la pajarera ubicada en la pared frente a la cocina,

    junto a la puerta del inmenso comedor reservado para los acontecimientos, bajo

    la claraboya multicolor. En el verano un toldo verde oscuro reflejaba su sombra.

    All, en el jauln, lucan sus atuendos de plumas que abarcaban el blanco pasando

    por la infinita gama de dorado, llegando al rojo y, algunos, casi casi al negro.Sus trinos eran armoniosos y slo oyndolos podras imaginarlo. Al amanecer

    comenzaban los primeros pos y al caer la tarde, los arrullos que precedan al

    sueo.

    Luego podamos reconocer el ladrido de algn perro a lo lejos, la cancin de los

    grillos, de pronto el crujir de las maderas o el sonido del viento que rompa aquel

    silencio cada vez mayor y slo acompasado por el ritmo montono de la respiracin

    de los moradores de aquella casa tan plena de encantos.

    Eva Rivero de Placeres

    Mar de cuentos, Sol de poesa Sylvia Puentes de Oyenard

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    LA NIA, EL PRNCIPE Y EL CAF CON LECHE

    La infancia y la adolescencia, esas dos pocas de mi vida que ahora me parecen

    tan remotas y extraas como un cuento, me han pertenecido realmente? Fui yo,

    de veras, aquella nia vivaz y esta jovencita huraa, silenciosa y apasionada queveo en el recuerdo a una luz de sueo? Y fue mi casa esa pequea casa antigua,

    blanca, con un gran patio lleno de rosales entre las coles? Mi madre desciende los

    tres escalones de la puerta del comedor, con su ancho delantal con puntillas, su

    vestido de muselina clara, el pesado moo sedoso sobre la nuca, y vuelvo a or su

    voz aguda: -Susana!

    Una cabeza coronada de apretadas trenzas castaas surge entre la maraa de

    gajos con que una enredadera de caracol millonaria de caprichosas flores retorci-

    das, protege una especie de tnel abierto entre el muro, guarnecido de hiedrasy la balaustrada de la escalerita de madera que baja hacia la quinta: -Estoy aqu,

    mam!

    -Qu haces que no vienes a tomar el caf, criatura?

    -No puedo, mam. Me rob el mago Sietededos, y mientras no llegue el Prncipe

    Afortunado, que ha de libertarme, tengo que seguir presa en esta horrible cueva.

    -Ven en seguida a tomar tu caf, Susana! Ah, Dios mo, esta criatura parece

    tonta! Las cosas que se le ocurren, y las rarezas que hace. A ver? Ya volviste a

    sacar la colcha de tu cama para disfrazarte? Y otra vez con mi prendedor de coraly el abanico de Fernanda! En seguidita a dejar todo eso en donde lo sacaste! Y a la

    mesa, tambin, en seguida.

    En las oscuras pupilas de la nia hay una luz obstinada y una expresin ausente.

    No la entienden. Ella es una princesa cautiva, con su manto de prpura, su

    broche de rubes y su abanico de plumas de faisn. Sube despacio los escaloncitos

    carcomidos, arrastrando la cola de rado damasco carmes, en la que un desgarrn

    que luego mam coser rezongando, enhebra una rizosa hojuela de helecho

    arrancada de la planta durante la lucha con el hechicero. En su cabecita de sieteaos retumba el galope del alazn de su caballero que corre a libertarla, y en sus

    odos resuena el rumor de las trompetas y la fantasa, se llenan de lgrimas. Pero

    est bueno este aromtico caf del Brasil, que pap y sus hombres pasaron de con-

    trabando por la frontera de la Mina, es sabrosa esta amarilla manteca trada de

    la chacra ayer mismo; y el tazn de loza orlado de pimpollos rosados y mariposas

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    doradas que vuelan sobre un pastor y un pastora que se estn besando, encanta a

    Susana, amiga de las cosas bonitas.

    Todo est muy bien, y Susana empieza a sentir un apetito que le envidiaran

    las reinas, hartas de arroz con leche y almbar perfumado de limn. Mam la mira

    de reojo, sonre, y dice, sealando la taza semivaca:-Quieres que vuelva a llenrtela hijita?

    Y por un rato, en el terrible subterrneo cubierto de un laberinto de enredaderas

    fragantes, el mago Sietededos y el Prncipe Afortunado fraternizan en el olvido

    de la princesa que despacha con un apetito absolutamente candoroso y plebeyo

    su segunda taza de caf con leche y la ltima rebanada de pan casero con manteca

    amarrilla que pone la garganta suave como una gamuza. A los siete aos la imagi-

    nacin es fcilmente aginacin es fcilmente sofocada por el estmago, amo im-

    perioso.Y filosficamente, Susana, envuelta en su manto real de viejo damasco y

    el abanico de lentejuelas de oro junto a su platillo, se consuela de la aventura

    trunca, dando fin, cumplidamente, a la nutritiva Sus redondas mejillas echan fuego

    y le rebrillan e viejo damasco y el su platillo, se consuela damente, a la nutritiva go

    y le rebrillan vida de nublar merienda.

    Sus redondas mejillas echan fuego y le rebrillan los puros ojos que ya se encargar

    la vida de nublar ms adelante, cuando nada pueda consolarla. Ah, consolarla!

    Ah, muchas veces, despus, su plato quedar intactodar intacto ante ella, ina-petente y melanclica por sus seossus seos desvanecidos y sus esperanzas frus-

    tradas!

    Juana de Ibarbourou

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    EL RO DE LOS PJAROS

    las flechas del sol y la luna caan sobre Amrica. Entre las sombras, los fuegos de

    las tolderas relumbraban como guacamayos. Mientras los ojos destrenzaban

    lejanas, los pies de los indgenas besaban el cobre de la tierra. Los acurutesvelaban el silencio de la noche. El guazubir corra libre por los llanos. Era el

    tiempo en que el hombre se saciaba con la dorada presa de los ros o el futo dulce

    del mburucuy.

    Una maana, el alba despert al ms valiente de los charras, al que sus compae-

    ros llamaban Tubich durante la guerra. Un ave toc su frente y el indio se

    levant como hechizado. Penetr en el monte posedo del extrao canto que emita

    el pjaro. La lengua del sol se confunda con los frutos de arazas y pitangas.

    Aquiet su paso. Esperaba el momento de poder cazar al animal y, cuando iba ahacerlo, escuch una voz que se agitaba en la silvestre flor que all creca:

    -Soy el Rey de los Pjaros y hace muchsimas lunas que busco un guerrero como t.

    Mi raza est presa del maleficio de Reha, la bruja que habita la cascada. Slo el

    canto hemos conservado de nuestra naturaleza primitiva. Mis sbditos yacen en el

    lecho del ro y cantan al paso del agua. Aydanos.

    -Te ayudar, Rey de los Pjaros. El charra conoce el sufrimiento y muchas flores

    han dado su tallo para curar nuestras heridas. La piel del indio tambin se marchita

    si no conoce los corales de la risa. El pjaro es amigo del indio y el indio ha deayudarlo a recuperar su libertad. Dime cmo lograrlo.

    -Debes construir una canoa con el tronco de un rbol llamado timb. Navegars

    en la direccin que el sol se pone. Corta mi flor, te servir de escudo. Despus de

    haber cruzado el monte oirs un intenso rumor que es el anuncio de la proximidad

    de la cascada. Es la seal para que abandones la canoa. Rhea vendr a combatir

    contigo. Debes recordar que son sus dominios y, solo hirindola antes de que

    te toque, podrs liberar a mi raza.

    El indio cumpli las instrucciones. Cuando Rhea lo vio, agitando los espejos delagua, salt sobre l. Constantemente la bruja intentaba hacerlo caer en su malefi-

    cio. El indio desfalleca, pero de pronto sinti el revuelo de un ave sobre su cabeza:

    el canto era el mismo que lo subyug en su tribu. Volvi a la lucha con renovadas

    fuerzas y clav su flecha de tacuara en el co razn de Rhea. Corri la sangre y el

    pjaro se ba en ella. Su cabeza y su pico se volvieron rojos: el churrinche haba

    nacido en nuestra tierra.

    Rhea, al morir, se transform en etreos penachos de color punz. Los vilanos

    giraron en la brisa y se prendieron en las ramas de los plumerillos.

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    Cant el churrinche y cay la flor que el indio retena en su mano. De los jardines

    del agua surgi la ms hermosa mujer que el tubich hubiera visto. Ella le tendi

    los brazos agradecida, porque tambin haba roto su maleficio. Mientras, miles de

    pjaros levantaban vuelo desde las aguas: eran los que Rhea haba convertido en

    piedra.En una barca de plumas la pareja emprendi el camino fluvial. Mecida por los

    trinos naveg el Ro de los Pjaros, el Ro Uruguay. El que tiene en la aurora dora-

    das mariposas. El que dio a los charras sus poderosas manos. El que cie en su

    canto mil luceros y se abre, como canto, en las gaviotas. El que altivo da su luz al

    Plata y fulgura, en secreto, a sus plantas.

    Sylvia Puentes de Oyenard

    Glosario:

    acurut: ave nocturna semejante a la lechuza.

    Guazubir: especie de venadillo americano.

    Mburucuy: planta de fruto dulce cuya flor tiene poder curativo

    Araz: rbol con ancha copa y fruto amarillo.

    Pitanga: rbol con hojas fragantes y fruto comestible.Tacuara: caa fina

    Churrinche: pjaro con plumaje rojo.

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    MIS NIETAS

    Fiorella y Valentina

    Llegaron a instalarse en mi otoo.

    Son, quizs, las ltimas fantasas.El sol hace nido en su pelo

    y la miel se derrite en sus ojos.

    En sus manecitas,

    Lucifer esmera todo su ingenio.

    En la inquieta red de sus nervios

    descubrimos la herencia.

    A travs de ellas

    regresan otros nios.Aquellos que el tiempo, inclemente,

    nos haba robado.

    Irrumpen, modifican el aire,

    transforman los silencios.

    Y sus risas son antorchas que bailan

    y vuelan iluminando los recuerdos,

    encendiendo la llamarada de la vida.

    Marina Jorge de Bellini

    PIENSO TRES COSAS LINDAS

    Y LAS DIGO:

    Nadie conoce la dulzura

    Como la pata de la mariposa.Una invisible sombra, sutil, ebria ...

    La sombra de la luna sobre el aire.

    Perforemos un pozo,

    Y saquemos la luz, quedando el da.

    El ojo iluminado ver el pozo,

    Porque la luz no es el color del da.

    Pedro Leandro Ipuche

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    TATUCITO

    La familia Tat era muy trabajadora, ellos nunca se cansaban de abrir cuevas.

    A Tatucito, el hijo menor, no le atraa para nada tanto trabajo. Para qu cansarse,

    si se poda esconder en las que cavaban sus hermanos? No haba argumento capazde hacerlo trabajar. Cierta vez Pap Tat lo envi al otro lado del cerro. Le pidi

    que al llegar abriese cuevas para toda la familia. Ellos iran dos das despus con

    la mudanza y necesitaran tener donde vivir. Tatucito march solo al nuevo barrio.

    Al llegar, encontr a un zorro joven y para entretenerse, decidi engaarlo. Se

    arroll como una bola y el zorro qued desconcertado, creyendo que aquello era

    una pelota. El zorro lo tante con una pata y para su sorpresa, Tatucito comenz a

    rodar cuesta abajo. Tan lejos lleg, que cuando mir hacia arriba, le dio pereza

    subir nuevamente. Faltaba todo un da para que llegase su familia, as que se acosta dormir.

    Al anochecer los vio aparecer en la cima del cerro, cargados con sus cosas.

    Gritaban furiosos porque estaban cansados y Tatucito no haba cavado nada. Sus

    hermanos, a gritos, juraron que lo encontraran donde fuera y no pararan hasta

    que l agujerease todo el cerro. Al or sto, Tatucito se asust en gran forma y dis-

    par todo lo rpido que pudo. Corri y corri durante das, atravesando campos.

    Tena tanto miedo de que lo encontraran sus hermanos y lo obligasen a trabajar,

    que cada da se iba haciendo ms chiquito, tratando de pasar inadvertido.Tanto se achic que qued apenas ms grande que una hormiga. Ya ningn tat

    lo podra reconocer. Cambi de nombre, se cas y form familia: todos chiquitos

    como l.

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    Viven temerosos y escondidos, de preferencia debajo de las piedras.

    Su color ya no es ms marrn tierra, sino gris. Cuando algn animal se les

    acerca, ellos se arrollan como pequeas pelotas para que no los reconozcan. Hay

    quienes por ser sus amigos los llaman por su nombre, pero para la mayora de los

    animales simplemente son Bichitos de la humedad.

    Shak, shak, shak

    Cavo que cavo

    Como hace Tatucito,

    Shak, shak, shak

    Aqu hago un pocito

    Y me guardo hasta

    el prximo cuentito.

    Mnica Dendi.

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    UVAS VERDES

    -Ya s vestirme sola. Y peinarme sola, tambin. Por eso, para el cumple de

    Pauli, mi mejor amiga, yo estaba lista antes que mam.

    Ayer le pregunt a Pauli de qu color iba a ser su vestido de cumpleaos. Comoella me dijo que rosado, yo me puse todo del mismo color, porque a ella y a m, nos

    gusta vestirnos igual, as parecemos hermanas. A las cinco, mam dijo: -Alicita,

    ponete el abrigo y vamos.

    Como no haca mucho fro, y mam haba dejado su auto en el mecnico por

    un ruidito, creo, decidimos ir caminando.

    -Son cuatro o cinco cuadras -dijo mam-. Hagamos un poco de ejercicio.

    No s porque los grandes se la pasan hablando de ejercicios y dietas y masajes

    y todas esas cosas tan aburridas, la verdad que no lo s. Y tampoco entiendoporqu hay que comer frutas y verduras, y mucha leche y comer queso y nada de

    papas fritas y hamburguesas! que es lo que ms me gusta. No es que mam no me

    lo explica. Uf, s! me lo explica casi todos los das, pero la verdad verdadera es que

    la lechuga y el tomate deben de ser fesimos, y me da cosa probar las uvas y los

    duraznos.

    No s si saben que en la esquina de casa hay un contenedor. Se los digo, porque

    Mara, la empleada de casa, dice que es una mugre. Que la culpa la tienen los

    carritos. Mam en cambio piensa que la culpa es de la Intendencia qu es la Inten-dencia?

    Desde que yo me acuerdo, los contenedores son grandotes, verdes, y de

    lindos no tienen nada. Y si los pintaran de otro color? quin lo hara, los carritos

    o la Intendencia?

    Se lo pregunt a pap y a l le dio un ataque de risa.

    Bueno, como les deca, mam decidi que furamos caminando.

    Las dos estbamos lindas. Yo, toda de rosa, y mam, bueno, mam, como siempre,

    muy linda. Cuando mam vio el contenedor, me apret la mano y me arrastra la vereda de enfrente.

    -Oh, qu olor tan feo dijo, tapndose la nariz.

    Yo me la iba a tapar tambin, cuando vi a un hombre y una nia pegaditos al

    contenedor. El hombre estaba como colgado, ah adentro. Solo se le vean los pan-

    talones tan arrugados! y unas zapatillas con la suela agujereada. No s si la nia

    era linda o no, porque de verdad tena la cara muy sucia y la ropa estaba hecha un

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    asco, como cuando yo vuelvo de la clase de manualidades. Adems, pienso que la

    pollera larga que usaba era de su hermana mayor, porque le quedaba enorme. O de

    su mam no s Lo que tena lindo era elpelo, todo enrulado. A m me encanta

    el pelo con rulos, como el de Pauli, porque el mo es bien lacio, y as es ms difcil

    que todos piensen que somos hermanas.De pronto, el hombre se baj del contenedor. Sostena algo entre sus manos.

    Me pareci que era algo muy valioso, porque lo haca sonar, y se rea con ganas.

    Luego, como jugando a los magos, revole una mano por el aire y, con una reveren-

    cia, se inclin ante la nia y la abri muy despacio.

    No s si les cont, yo soy muy curiosa. As que me qued parada. Quera ver

    que cosa tan preciosa haba encontrado ese hombre, en el contenedor.

    -Ven para ac, Alicia, no ves que llegaremos tarde -me dijo mam tratando de

    pescar mi mano. Pero yo la escond en mi espalda, y le rogu. -Un cachito, mami,por favor, quiero ver lo que encontr el pap de esa nia. En ese momento el mago

    abri la mano. Primero un dedo, despus el otro. La nia comenz a saltar. Yo

    pienso que de alegra. All haba algo. Yo me puse en puntas de pie, pero no poda

    ver, no poda ver hasta que vi! -Y saben qu es lo que vi?

    Uvas, uvas verdes, como esas que me dan cosa. Parece que las haban puesto

    en una bolsita, porque estaban todas sueltas. Tal vez alguien las pensaba comer,

    y se le fueron las ganas, o no le gustaron, o estaban un poco podridas, como dira

    Mara. Pero a la nena, estoy segura, le parecieron riqusimas, porque abri bienrpido la boca, como Pompn, mi pajarito. Entonces el padre agarr una uva y se

    la puso en la boca, y despus, otra y otra ms, y as creo, se las comi todas. O se

    guard algunas para despus, no s, porque mam me agarr del codo y me

    empuj hacia delante.

    -Claro, tenamos que ir al cumple de Pauli, mi mejor amiga.

    All nos estaban esperando con papas chips, pildoritas, sndwiches de jamn y

    queso, golosinas y una torta de cumpleaos bien grande de merengue y dulce de

    leche.-Vamos-dije, ensayando mi ltimo paso de ballet.

    -Mam -pregunt- qu va a haber en el cumple, tteres o mago o?

    -Mago, mi amor. El mago Ariel. A vos te encantan los magos verdad?

    -Mam a vos te parece que si yo le pido algo que no sea una paloma, o una

    carta, lo podr hacer?

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    -Qu es lo que le vas a pedir? -me pregunt curiosa. Porque en esas cosas,

    mami es muy, muy parecida a m.

    -Le voy a pedir que saque de la galera un racimo de uvas verdes.

    -Si a ti no te gustan las uvas! Pero si las quieres probar fantstico!

    Maana te traigo del sper un precioso racimo vers qu ricas son!-Mmmmmm, eso no es lo que quiero, ma.

    -?

    -Lo que quiero es que papi sea un mago como el hombre del contenedor, que

    puede regalarle a su hija, de un solo pase mgico, lo ms rico del mundo.

    Anita Luksenburg

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    LA RANITA Y LA ESTRELLA

    El agita tan fresca

    de la fresca caada

    se ha llevado una estrella,una estrella robada.

    La ranita traviesa

    ha quedado encantada

    y salt tras la estrella,

    tratando de alcanzarla.

    En los brazos de un junco

    se qued aprisionada

    y un rayito de lunaha ido a rescatarla.

    En un manto de estrellas,

    todas ellas doradas,

    la ranita traviesa

    ya libre suea y canta.

    Irma Alvarez Gonzlez

    LA NOCHE

    Estn mojados los pastos

    coronados de roco,

    son lgrimas de la nochecuando siente mucho fro.

    Al asomarse el rey sol

    las gotitas se evaporan

    y rapidito en el aire,

    una a una se transforman.

    La noche persigue al sol

    con tenacidad y porfa,

    porque quiere estar con lpara convertirse en da.

    Edris Alonzo Lanne

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    LA RISA

    Cmo corre el agua

    cuando pasa al ro?

    Canta en la risade cristal de voces!

    Cmo canta el viento?

    Re cuando pasa

    en follaje sano!

    Escucharlo puedes?

    Y contento el nio canta,

    suea y salta, en risa y poesa!

    Mary Gonalves Prspero

    PINTANDO SUEOS

    Por el cielo vuela alto,

    nadie la puede alcanzar,

    mil secretos lleva adentro,sueos de luna y de mar.

    Vuela alto mi cometa,

    junto al sol podrs estar

    contndole a las estrellas

    sueos de luna y de mar.

    Coletea y coletea

    la ciudad pequea est.

    Pinta y pinta en las nubessueos de luna y de mar.

    Rossana Pauls

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    MI REINO ES

    UNA PGINA EN BLANCO

    Te miro

    y te estoy alcanzando,ests sin vida?

    inerte?,

    es cierto nadie te ha acariciado,

    ni siquiera un punto,

    una lnea

    un garabato?

    No ha estado

    all un nio?No ests sola!,

    te dar colores,

    formas, lneas,

    puntos, msica!

    Te llenar de vida,

    de sol, de tormentas,

    te llenar de MI vida,

    el blanco dar paso al color,el color a la emocin,

    sentimientos, sueos

    y sers t,

    una en mil, t,

    nica y verdadera

    como cuando la vida

    an no me haba dibujado

    Susana Prez Gomar

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    DA DE BRUJAS

    Muchas veces las brujas compiten para ver quin tiene ms poder con sus pcimas.

    Un da Makata decidi invitar a sus amigas/enemigas a almorzar dicindoles

    que su comida era mejor, no exista hechicera que cocinara como ella.Aceptaron para disfrutar y ver la cara de la anfitriona decepcionada por su horripi-

    lante preparacin. Para hacer el men, Makata deba conseguir algunas cosas

    que le faltaban.

    Se coloc un gran sombrero del que colgaban telaraas, tom su escoba y elevn-

    dose sobre las nubes se dio cuenta que avanzaba en zigzag, mir hacia atrs y

    sorprendida vio un ratn gigante prendido a su escoba que trataba de hacerla bajar.

    Daba miedo porque tena alas grandes y un pico muy largo con rayas verdosas!

    Esto es obra de Acatecia que no quiere que cocine -pens mientras que consu pie empujaba al monstruo. Logr deshacerse de l y lleg a un pantano con

    cocodrilos. Luch con ellos y pudo seguir el camino hacia las serpientes, quera

    llevarse algunas para prepararlas, deban ser venenosas y,si estaban en descom-

    posicin, mejor sabor obtendra.

    Pudo dominarlas y carg algunas sobre sus hombros. Subi a la escoba, intent

    elevarse, pero era imposible, no tena paja se la haban comido las serpientes!

    Mir a su alrededor y sus ojos se encontraron nuevamente a los cocodrilos. Con

    mucho esfuerzo pudo, con su mgico cuchillo cortarle la cabeza a uno y colocarlaen la parte de atrs de su vehculo, mascull unos conjuros y se elev dejando un

    sendero de gotas de sangre.

    Deba apurarse, faltaba poco para que llegaran las invitadas.

    Escribi:

    MEN

    Entrada: Ojos de serpientes con salsa de hgado de gatos.

    Primer plato: Corazn de ratones con araas fritas y arroz con escarabajos.

    Postre: Dulce de cocodrilo con helado de crema de garrapatas.

    Bebidas: Vino con sangre de carpoincho servido en vasijas con escamas de vboras.

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    Prepar la mesa con platos de piel seca de cocodrilo y para darles brillo los

    pint con baba de caracoles haciendo juego con las vasijas. Los cubiertos de

    madera estaban pintados con sangre de gato. En la lgubre habitacin haba una

    lmpara de pie con pantalla de murcilagos secos. El centro de mesa era de flores

    hechas con tripas de gatos. A lo lejos se sentan las risas de Acatecia, Galatana,Solfina, Raneta y Jopina cuando contaban del hechizo que le hicieron al ratn para

    que fallara el vuelo de Makata.

    Al llegar colgaron los grandes sacos negros en un perchero construido con

    partes de esqueleto de avestruz. Se sorprendieron al ver el almuerzo que Makata

    les haba preparado. Galatana, traa escondido en sus ropas un polvo que trans-

    formaba en mosca a quien lo consumiera, lo usara si era necesario.

    Conversaron animadamente, y al llegar a los postres Raneta decidi que era el

    momento de actuar y agreg en una porcin del dulce de cocodrilo ms garrapatasmolidas. Sin imaginar que era para Makata, Jopina la tom.

    -No, no, eso no es para ti -le grit.

    -Por qu no? Me gusta.

    La empuj y el postre cay sobre el pie de Makata. Unos segundos despus

    empez a saltar hasta tocar el techo y bajaba para volver a subir.

    -Qu le pusiste, bruja daina?

    -Se te pasar en unos minutos dijo Solfina.

    -Qu te hice para que en mi casa me hicieras esto?-Y me lo preguntas? No recuerdas lo que le hiciste a mi gato?

    -Ya te expliqu que fue un error que se tomara la pcima y se convirtiera en sapo.

    -S, pero se fue saltando al pantano, te costar caro asever Solfina.

    -Ah s, ja, ja, ja, tom esto para que veas dijo Makata mientras le esparca un

    lquido rojo que hizo crecer ms su verrugosa nariz y su rostro qued azulado por

    unos minutos.

    -Ahora vers dijo Solfina al tirar agua con mocos que se fueron escurriendo

    hacia el cuello.

    Y as, Raneta, Acatecia y Galatana se llevaron a Solfina afirmando que nunca

    ms le hablaran.

    Makata respondi cerrando la puerta con un golpe.

    Habr un futuro aquelarre?

    Ivonne Parodi

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    DE PASEO

    Un gato y una tortuga

    hoy salieron a pasear

    y a poco de que salieronla liebre los fue alcanzar.

    Pasearon por todo el parque

    mirando por donde andar

    y detrs de un espinillo

    a quin fueron a encontrar?

    Estaba doa araita

    teje, teje sin parar.

    -He tejido todo el dia,ya estoy por fi nalizar,

    sigan ustedes paseando

    que me voy a descansar.

    Tres amigos por el parque,

    la casa sin terminar,

    una araa que se acuesta,

    tres amigos y algo ms.

    Marta de los Santos

    EL GATITO FACHA

    Sus ojos son dos luceros,

    y su pelaje de oro.

    Habla con su mirada,exige con su maullido.

    No pide mimos,

    es todo amor,

    se acurruca y duerme,

    junto al calor.

    En la maana despierta,

    es hora de comer,

    con ojitos dulces,se hace entender.

    Susana Elizabeth Pacheco

    Mar de cuentos, Sol de poesa Sylvia Puentes de Oyenard

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    QUIERES ADIVINAR?

    Un sol dormido.

    Un viento quieto.

    El campo solo.Un fro intenso.

    De manto blanco

    se cubre el verde.

    Mil cristalitos

    cuelgan los duendes.

    Ay, ay, ay,ay,

    ya despert!

    El manto blancose evapor.

    Otilia Fontanals

    LUNA GAUCHA

    Luna gaucha

    luna gauchesca,

    con alegrabrillas de fiesta.

    Vienes llegando

    y en verdes prados

    velos de cielo

    vas dibujando.

    Entre los montes

    res coqueta

    y en los espejosdel tajamar,

    luna presente,

    madre de luna ,

    luz de mis ojos

    al caminar.

    Mnica Yic

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    ROMANCES DE ANIMALITOS

    Romance de los cerditos

    que se comen lo sabroso.

    Quedan gordos y rosados,muy diferentes al oso.

    Romance de la vaca

    que da leche a los terneros,

    a los nios de la casa

    y a los todos los que queremos.

    Romance del caballopasea, galopa y trota,

    lleva nios a la escuela

    para sacar buena nota.

    Romance del Tero Tero

    que cuida bien de los huevos,

    no deja que t te acerques,

    se deja caer en vuelo.

    Romance de los pollitos

    buscando a mam gallina,

    que ha salido muy orondapara buscar la comida.

    Ay, romance de la lora

    que da vuelta con su cola,

    mimosa de mi abuelita

    que se llama doa Aurora.

    Ac terminan los versos,romances de animalitos,

    maana te cuento otros

    reiremos otros ratito.

    Alba Marina Rivern Granese

    Mar de cuentos, Sol de poesa Sylvia Puentes de Oyenard

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    LA NIA Y EL CARACOL

    Caracolito viajero

    de mi jardn oro y jade-.

    Adnde vas con tu casa,tan lento, lento, a la tarde?

    -A buscar la doncellita

    que me aguarda en la azucena

    que le vas a regalar

    a tu linda madrecita,

    tan cariosa y tan buena.

    Elosa Prez de Pastorini

    CUENTO DE ABUELA

    Era un cuento, cuento

    que contaba mi abuelita,

    pareca un laberintode entradas y de salidas.

    Suba un lobo malo,

    sala una nia linda,

    suba una paloma,

    bajaba una bruja fina.

    Segua y segua el cuento

    y cuando yo me dorma

    soaba con pasadizosque a casa se dirigan.

    Qu bonito despertar

    al ver en la cocina

    la torta de manzana

    que abuelita me ofreca.

    Alba Marina Rivern Granese

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    FREDDY

    Durazneros, pinos, acacias, eucaliptos, ciruelos y arbustos con flores rodeaban

    la casa de la familia Gonzlez en El Pinar. Don Alberto los cuidaba con dedicacin,

    los podaba cuando era la poca, no dejaba que las hormigas comieran sus hojas y,por supuesto, los regaba. Frente a la casa viva Freddy, un nio de 7 aos travieso,

    curioso y con algunos caprichos.

    Para ambas familias era su casa de veraneo y peridicamente se reunan para

    conversar, jugar a las cartas, las bochas y tomar algn copetn con bocaditos que

    deslumbraban a Freddy, por ejemplo las papas chips.

    Uno de esos domingos Mara Elena, la esposa de don Alberto, los invit a tomar

    un copetn y all salieron aceitunas, queso, salamn, galletitas, palitos, polakitos

    y las papitas! En cuanto Freddy las vio, estir su brazo y agarr con su manotodas las que caban en ella y se las comi sin siquiera saborearlas.

    -Por favor, no comas as, se toman de a una! le deca su mam sonriendo

    incmodamente.

    -Es que vos nunca comprs y cuando lo hacs pons en la mesa la mitad del

    paquete y las otras las guards para otro da, y no me digas que no le contest sin

    la mnima vergenza.

    Pona a sus padres en situaciones incmodas pero l era as, deca lo que senta

    en el momento menos esperado.Se aburri de comer y fue a jugar en el enorme jardn de don Alberto.

    Pero de pronto desapareci, su hermana lo llamaba y l no contestaba. Al lado

    de la cancha de bochas haba un rbol de eucalipto y all estaba l con un coquito

    en la mano. Lo oli y sali corriendo a comentarle a don Alberto:

    -Tiene el mismo olor que unas gomitas que me compre mam! le dijo.

    -Es que ste es el rbol de las gomitas, sabas?

    -Pa! En serio? Y donde estn?

    -Ahora no es la poca pero cuando sea te aviso para que vos mismolas saques del rbol asegur don Alberto.

    Se produjo un silencio de complicidad entre los mayores, y una sonrisa que

    Freddy no not porque solo pensaba en el momento de ver aquel rbol lleno de

    ricas gomitas colgando.

    -Pap, vos viste alguna vez el rbol con gomitas?

    Mar de cuentos, Sol de poesa Sylvia Puentes de Oyenard

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    -No, tal vez sea una especie distinta.

    Pasaron varias semanas y Freddy tena la intriga de cmo podan brotar esas

    deliciosas gomitas en el rbol, tal vez los coquitos eran las gomitas ya secas que

    caen del rbol, vctimas de un proceso natural. Un sbado de tarde volvieron a la

    casa de playa y don Alberto no estaba.-Pap, vamos a ver si nacieron las gomitas?

    -Pero, cmo nos vamos a meter en la casa si don Alberto no est?

    Esperemos un poco, no debe tardar.

    -Y si no viene?, dale por favor no nos va a decir nada si nos ve adentro insista

    el nio.

    -No, Freddy si no viene tal vez lo haga el prximo fin de semana, no te preocupes.

    En eso ven doblar el largo auto de don Alberto. Freddy salt y grit, estaba

    desesperado por ver aquel rbol que imaginaba lleno de su golosina preferida.-Vamos a cruzar pap, dale por favor, dale.

    -Espera un poco, deja que llegue y se instale, tranquilizate!

    Don Alberto lleg, abri la casa, sac el juego de jardn, mir sus plantas, prendi

    los regadores y cuando mir para la casa de Freddy vio que lo saludaba saltando

    y ante la impaciencia que demostraba, le hizo sea para que cruzara.

    -Crecieron las gomitas? le pregunt sin protocolo.

    -Vamos a ver le dijo don Alberto mientras acercaba la escalera para subir al

    eucalipto. La apoy contra el rbol y all subi Freddy, y se imaginan que vio? Unpaquete de gomitas. Qued paralizado, los ojos bien abiertos ante una emocin tan

    fuerte, tom el paquete y lo mir intrigado.

    Pens: Cmo puede ser que de un rbol nazcan gomitas dentro de una bolsa

    de nylon con moita y todo? Desconfi, pero no hizo comentarios y baj con el

    paquetito, lo abri y en un pif, paf se las comi.

    La idea de la bolsa en el rbol le empez a dar vueltas en la cabeza.

    -Pap, cmo hace un rbol para poner las gomitas en una bolsa y atarlas con

    cinta? pregunt y el pap no saba qu contestarle.-Mir, Freddy, viste que don Alberto es un hombre al que le gustan mucho

    los rboles, tal vez sea uno especial no te parece? Tendras que preguntarle a l

    y sali del paso. Ese da qued convencido, pero era un nio muy listo. A media

    tarde, jugando con su hermana, descubri que en su terreno tambin haba rboles

    de eucaliptos idnticos al de don Alberto y por qu no daban gomitas? Pero no

    dejaba de ir a la casa de su vecino a buscarlas.

    Mar de cuentos, Sol de poesa Sylvia Puentes de Oyenard

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    Un da llam a su pap y le dijo: -Tengo que contarte algo; el rbol de don Alberto

    no da gomitas, l las cuelga para que yo las saque, lo descubr.

    -Cmo?, explicame.

    -Lo descubr porque el rbol que tenemos en casa es igual, idntico, y no da

    nada, estoy seguro que don Alberto las cuelga.-Te parece Freddy? Y por qu no se lo decs?

    -Porque si se lo digo ya no las cuelga ms y me quedo sin comer las gomitas.

    Qu recuerdo inolvidable

    Para m el de mi hermano,

    Con su carita sonriente

    Y gomitas en la mano.

    Sylvia Suanes

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    CANCIN DEL NIDO

    RECIN NACIDO

    El duraznero viste

    traje rosado.Entre nubes de plumas

    crece el manzano.

    Cruzan, barcos del aire,

    gritos y cantos.

    Dos horneros se buscan

    entre las ramas.

    Los picos traen veloces

    hojas y barro.Un nido entre las fl ores

    nace cantando.

    Ernesto Pinto

    CARDENAL AMARILLO

    Un rayito de sol, una tarde,

    se abri paso a la tierra y lleg,

    se hizo ovillo chiquito en el airey una cosa bonita naci...

    Era un cardenal amarillo!

    Pedacito de luz,

    ovillito de pluma en el aire

    devanndose al sol.

    (Si te dicen de atraparlo

    en un trampero,

    no los dejes,no los dejes por favor!)

    que las aves

    fueron hechas para el vuelo

    y por eso les ha dado alas Dios.

    No los dejes! No!,

    por favor...

    Malva Bengua

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    TRES PALOMAS

    A Sofa Mederos Ceramella

    y Julieta y Agostina

    Ceramella Olivera,

    palomas de mi cielo.

    En la mies se columpia,

    dorada y fi na,

    trampoln de sonrisas,

    es Agostina!

    En cascada castaa

    suea Sofa

    y en su cara hay un ngelque abre la vida.

    Son sus rizos de mbar

    en la glorieta,

    campanario de estrellas,

    esa es Julieta!

    Son tres nias que al viento

    cantan a coro,

    tres palomas que al airedan su tesoro.

    Dinorah Giorgi

    JESS NIO

    Con su herramienta

    en Nazaret humilde,

    llevando en s el ms altoy maravilloso don

    que solo es dable a Dios,

    vive Jos apacible.

    Con puros esplendores

    cada da renovados,

    la esposa y madre brilla

    y hasta la luz se humilla

    ante la presencia de Mara.Amor, paz y alegra

    reinan en el hogar,

    el fuego con leos

    siempre encendidos,

    el olor y el sabor

    del pan caliente.

    Jess comparte con ellos

    modesta pero divina suerte,en su aire no flotan todava

    la cruz, las espinas y la muerte

    que ms tarde sufrira.

    Irene Acosta

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    VILLANCICO

    Por arduos senderos

    y entre speras piedras

    va el borrico manso,el borrico lento.

    Su carga preciosa

    l quiere guardar,

    carga ms preciosa

    nadie guardar.

    En duro camino

    a Jerusaln,

    sinti aquel milagrotransitando en l.

    La Virgen Mara

    llevadita es,

    Jos con sandalias

    que guardan sus pies.

    Al fin un pesebre

    posada les da,

    el Nio Jessall nacer.

    Vendrn a adorarle

    pastores y reyes

    y un azul lucero

    dir: aqu es.

    Pasarn los aos,

    siglos pasarn...

    ellos no vernotro nio igual.

    Irene Acosta

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    Una vez quisimos ser nosotros tambin actores del milagro de la alquimia de

    la cocina y resolvimos hacer dulce de higo. Ese da, temprano salimos al jardn,

    cruzamos los patios, llegamos a la huerta.

    El roco pona cristales en el pasto, el sol de la maana los irisaba en mil colores

    y destellos. Una vieja higuera desparramaba sus rugosas ramas en un rincn,cerca del alambrado. Las avispas silvestres zumbaban all con ms fuerza: busca-

    ban la dulzura de los higos escondidos bajo las grandes hojas lobuladas. Nos acer-

    camos con cautela. Los higos eran grande y gordos, milagro de la naturaleza. Un

    olor vegetal a rboles, a pasto, nos rodeaba.

    Pronto nuestro silencio reverente estall en jubilosos gritos: -All, all! En

    aquella rama! Ms arriba! Aqu tambin!

    Uno de nosotros se subi atrevidamente en los troncos grises y retorcidos.

    Otros nos empebamos desde el suelo, empinndonos tras los higos. Prontonuestro canasto rebos de la tierna fruta.

    Volvimos con nuestro tesoro, los pies ligeros y el corazn burbujeante. En la

    cocina nos afanamos con cacharros y cucharas.

    La misma cocina de hierro nos proporcion un puado de cenizas para macerar

    los higos hasta el da siguiente. Hubimos, pues, de esperar. Qu misterioso

    proceso se fraguaba en la olla, con las frutas cubiertas de agua? Ah, no se puede

    apresurar lo que toma su tiempo.

    Antes de irnos a dormir esa noche, fuimos a observar los higos; despus, algodulce rond nuestros sueos. A la maana siguiente proseguimos nuestra labor.

    Azcar, especies, cuchara de madera y buen fuego de lea. Y otro lento proceso.

    La alquimia actuaba sin prisa. El agua se espesaba, cambiaba de color, se volva

    almbar amarillo, fluida miel, topacio lquido. Los higos paulatinamente perdan

    su color verde, se hacan ms transparentes, ms translcidos, ms brillantes.

    Se volvan enormes gemas, gatas, palos, nices. Flotaban en el lquido, girando

    lentamente, impulsados por la fuerza del hervor. Y el aroma dulce y especioso

    invada la cocina junto con el vapor que suba de la olla.Al cabo de unas horas estuvo terminado, pero an hubo que esperar que se

    enfriara: nueva demora. Finalmente, una vez trasvasado a frascos de vidrio, pudi-

    mos apreciar la belleza de los higos, como joyas en una vitrina. Y probarlos Sentir

    su tacto levemente spero en la lengua, hundir los dientes en la pulpa tierna hasta

    degustar su dulzura! Y tambin algo ms. S el higo que nos haba tocado en suerte,

    por una feliz casualidad haba permanecido intacto tras la coccin (ya que adrede

    no los habamos pinchado antes de cocinarlos), entonces era un prodigio singular

    el ploff sordo y lleno de misterio que emita al ser mordido y desgarrado.

    Mar de cuentos, Sol de poesa Sylvia Puentes de Oyenard

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    Dentro de la boca el sonido surga de las entraas de la fruta como algo vivo, suave

    y tibio, se desparramaba sobre la lengua, contra el paladar, se derramaba por las

    mejillas, hasta perderse en las profundidades de la garganta.

    Comer un higo que hiciera ploff era como sacar un premio especial, algo que

    se festejaba como corresponda, con risas y exclamaciones. Pero todos los higoseran igualmente dignos de disfrutar, y as lo fueron, hasta el ltimo de ellos. De

    esta manera, nuestra aventura en la cocina termin con gran contento y nos pro-

    porcion

    un recuerdo de nuestra infancia para atesorar toda la vida.

    Sylvia Simonet

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    LEYENDA DE LA FLOR DE CEIBO

    Me lo dijo un indio viejo y medio brujo

    que se santiguaba y adoraba al sol:

    Los ceibos del tiempo en que yo era niono lucan flores rojas como hoy.

    Pero una maana sucedi el milagro

    -es algo tan bello que cuesta creer-;

    con la aurora vimos al ceibal de grana,

    cual si por dos lados fuera a amanecer.

    Y era que la moza ms linda del pago,

    esperando al novio toda la velada,

    por entretenerse se haba pasadola hoja del ceibo por entre los labios.

    Entonces los ceibos como por encanto,

    se fueron tiendo de rojo color. . .

    Tal lo que me dijo aquel indio viejo

    que se santiguaba y adoraba al sol.

    Fernn Silva Valds

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    EL TNEL DESCONOCIDO

    -...Patitas de conejo marcados en el pasto...Mmmm -deca el zorro mientras se

    relama los bigotes. Y cantaba en voz baja:

    -Por aqu noms dulce conejito, muy cerca estars. Comidita tierna para sushijitos llevar pap...

    Olfateando, agazapndose, rastreando, segua el zorro las pisadas del conejo,

    que ignoraba que lo perseguan. De repente, una lechuza chist desde el pasto. El

    conejo, que haba pasado rpido por all y no haba visto ni poste ni lechuza, sigui

    caminando. Pero, otra vez: -Chits, chits...

    -Cuando una lechuza chista dos veces algo acontece.

    El conejo se detuvo, se dio vuelta y vio a la lechuza que volaba del poste, bata

    las alas, se volva a posar, y chistaba. Entonces realmente supo que algo grave, muygrave, estaba sucediendo y se meti en una cueva que, al parecer, estaba

    deshabitada.

    La cueva tena un tnel y el conejo sigui por l, sin saber adnde iba a salir.

    -Conejito, conejito, ya olfateo tu olorcito -dijo el zorro. Y se introdujo en la

    cueva por donde un minuto antes haba tomado el conejo.

    -Te encontrar, je, je, je, je. Te matar, je, je, je, je. Y con mi familia, bien asadito

    te comer. Pero al decir esto en voz alta, el zorro se encontr con el tnel tapado:

    estaba hecho en la arena, y con el paso precipitado del conejo se fue cerrando.Quiso cavar con las patas delanteras y aunque logr abrir un tramo, se dio cuenta

    de que sus uas no servan para la tarea. Decidi esperar a que el conejo saliese del

    tnel para perseguirlo sobre la tierra.

    Pero en ese momento se removi la arena del tnel y se present el tat, quien

    con voz enrgica grit:

    -Quin est ah, quin dio permiso para entrar en mi casa? Fuera, intruso!

    -Tatucito, tatucn, soy tu amigo don Zorrn, que anda tras un conejn, del cual

    el trozo mejor, ser slo para ti.Pero el tat, adems de ser vegetariano como el conejo, conoca muy bien al

    zorro en sus engaos y zalameras. Sin mediar palabra, comenz a tirarle arena en

    la cara. El zorro, sin ms argumentos, sali corriendo, restregndose los ojos y

    llorando de dolor. Pas una semana con lentes oscuros y el hocico vendado.

    Mientras tanto, el conejo haba salido por otra boca de la cueva, y se haba

    puesto a salvo en su propia casa, con su familia.

    Jovita de Almeida

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    LETE, EL VEGETAL VIVIENTE

    Lete es un vegetal viviente que vive en una olla porque le gusta el calor.

    Lete no se anima a salir porque piensa que todos lo quieren comer. Pero de

    tanto vivir en la oscuridad se transform en un brcoli podrido.Las personas que vivan en esa casa, cuando abrieron la olla casi se desmayan

    y Lete se asust, salt y se moj en la canilla y brill de nuevo.

    Cuando Lete volvi a brillar las personas se asombraron porque nunca haban

    visto un vegetal viviente y menos un brcoli!!! En esos segundos Lete se hizo

    amigo de esas personas y les cont de su vida y ellos de la suya. Despus de unos

    das alguien toco la puerta toc toc, una de las personas la abri y era una bruja

    que se quera llevar a Lete para cocinarlo y hacer una pcima para hacer ms veg-

    etales vivientes. Lete se pregunt por qu se lo quera llevar, y como ella lea lamente le contest: -Porque t eres un brcoli viviente y eres mgico, por eso te

    quiero llevar.

    Lete se sorprendi, nunca haba visto a nadie que leyera la mente.

    Entonces la bruja estir la mano, lo agarr y se lo llev a su guarida. En la guarida

    la bruja puso a Lete en la olla junto con ojos de sapo, jugo de cucaracha, baba

    de caracol y una mosca muerta. A Lete le dio asco y vomit en la olla. La bruja dijo:

    -Cuanto ms asqueroso mejor!

    La bruja empez a revolver y en pocos minutos termin la pcima, sac a Letey lo puso en un estante. Puso la pcima en otro estante y se fue con Lete. Lo llev a

    su casa y lo dej en la olla. Lete salt de la olla y se moj de nuevo en el agua. Sali

    de la casa y se fue a un supermercado que estaba cerca. Cando lleg vio muchos

    vegetales vivientes que lo saludaron: tomates, boniatos, zanahorias, papas, choclos

    y morrones. Pero Lete se asust: era la misma bruja que de una bolsa sacaba

    vegetales y los pona en los estantes!

    Florencia Cholaquides (8 aos)

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    CAMPANILLA AZUL

    Campanilla de mi cerco azul...

    Eres la pequea copa en la que los duendes beben las gotas de la lluvia?

    No!... Eres la campanita que despierta cuando sale el sol,a todas las flores...

    a todas las mariposas... y

    a todos los pjaros!

    Alicia Alonso

    HUMOR DESOPILANTE

    La mujer ms anciana del pueblo, que segn parece, tena ciento siete aos,

    cont que cuando era nia ella haba escuchado el cuento ms cmico del mundo,

    con tal humor que todos los presentes y hasta el mismo narrador se haban muerto

    de risa y que ella se haba salvado de milagro porque se haba tapado los odos parano sentir las estridentes carcajadas y que ahora, tan viejita no lo poda repetir

    porque, sencillamente, haba perdido la memoria. Ella dice a sus hijos y a sus

    nietos y a sus biznietos y a sus tataranietos que cuando cuenten algo de humor

    desopilante, lo mejor es que se vivan de la risa porque morirse de risa no vale la

    pena porque entonces se terminan los cuentos.

    Ignacio Martnez

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    LANGOSTA SALTARINA

    Qu atrevida la langosta

    que apareci en mi jardn

    comiendo la muy golosalos ptalos del jazmn.

    La fui a agarrar con mi mano

    para evitar el destrozo,

    pero ella dio un gran salto

    y cay en los heliotropos.

    Otra vez quise agarrarla

    y brinc hacia las hortensias

    y salta, salta que saltase pos en las azaleas.

    Luego fue hacia los geranios,

    de all, a los pensamientos,

    yo al correr iba pisando

    todas las plantas del huerto.

    La langosta saltarina

    se iba riendo de m,

    se esconda en las achirasy en las rosas carmes.

    En los hibiscos, claveles,

    margaritas y petunias:

    ella, rozagante y verde,

    yo, de barro toda sucia.

    Cuando mir los canteros

    y vi tanta planta rota

    comprend que haba hechoms dao que la langosta.

    Me sent muy egosta

    y comprend la leccin:

    tiene derecho a la vida

    todo ser bajo este sol.

    Agustina Fernndez de Soler

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    LA COMETA

    De papel y caa

    surgi la cometa

    con un hilo largoal cielo se eleva.

    Amiga del sol

    vuela con el viento

    mostrando el color

    y su movimiento.

    Como barrilete

    subiendo, bajando

    riendo, cantandocoleando, coleando.

    Al pasar la tarde

    jugando, jugando

    se baj del cielo

    al viento cantando.

    Como barrilete

    subiendo, bajando

    riendo, cantandocoleando, coleando.

    Mar de cuentos, Sol de poesa Sylvia Puentes de Oyenard

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    ZAMBA DEL CANGREJO

    Dos pinzas grandotas

    se alargan, se achican,

    cangrejo camina.Los ojos pequeos

    miran para un lado,

    busca que te busca

    su plato deseado.

    Siempre de costado

    entra por las grietas

    huye de los peces

    que buscan su presa.Entra en el mar

    lo apartan las olas,

    corre por la arena

    trepa por las rocas.

    Baila en la arena,

    con pinza y espejo.

    Baila en el agua

    zamba del cangrejo.

    GATO

    Orejas pequeas

    y nariz redonda,

    con ojos de almendra,bigotes en ronda.

    Las patas pequeas,

    con su cuerpo elstico

    se estiran, se estira

    y forman un arco.

    La presa est cerca,

    malla contento,

    pasea en el viento.Mira, salta y trepa

    como las araas,

    corre, corre, corre,

    el gato que araa.

    Ivonne Parodi

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    ESPACIO LIBRE

    La perrada se alborotaba cuando llegaban los dueos de la estancia. Los perros

    principales Nern, Campero y Cirilo salan al frente, recorriendo el caminito

    hasta la portera principal con ladridos fuertes. Los perros chicos iban detrs, comoun coro silencioso.

    Los amos eran bien recibidos, con saltos, lamidas y hasta ciertas gracias que

    daban la sensacin de haber sido preparadas de antemano para ellos. Pareca que

    aquel campo perdido recobraba vida.

    La nia invitada, pariente del matrimonio, de las tas solteras y los nios de la

    casa crea estar en un mundo encantado. Las penurias que el campo tambin ofrece

    le eran desconocidas, para ella todo era fi esta y misterio.

    De noche tenia miedo, pero un miedo lindo, que la tenia en vilo, nada malo ibaa pasar, pero acostumbrada a la ciudad con sus peligros, todo la atemorizaba y la

    excitaba al mismo tiempo.

    Los juegos distintos la atraan mucho, como ir a la caada a pescar mojarritas

    con un viejo sombrero de paja, por ejemplo recoga decenas de mojarritas que

    luego volva a tirar al agua por lastima que se murieran. Las idas al chiquero a ver

    los chanchitos y asustarlos con gritos y corridas, el juego de las casitas que con-

    strua con ladrillos viejos, ramas, piedras. y, hasta fl ores. La escondida alrededor

    de la tapera con rboles de granadas y azucenas rosadas.Cirilo era el perro preferido de Elisa. Medio deforme, pero que impona su fi

    gura de varios pelajes y unos ojos como pocos, con un mirar casi humano. A veces

    salan a pasear, a ver mariposas multicolores, sapos, y juntos parecan sostener un

    dilogo de amigos de mucho tiempo. l quera quedar bien con la nia. y, a veces

    ladraba y mostraba los dientes, gruendo a enemigos invisibles, solo por

    complacerla.

    Pasaron varios veranos en los que Elisa disfrutaba de esos das magnfi cos,

    escuchando las chicharras al medioda, los sonidos de los pjaros, hojas movidaspor el viento, un sol que rajaba las piedras, los paisanos de bombacha de campo y

    sombrero aludo, que venan a matear de tardecita, , el aire puro. La tranquilidad

    de los das apacibles.

    Todo termin un da cuando el campo y las propiedades se vendieron. Los perros

    fueron distribuidos y algunos murieron de viejos.

    Pero el recuerdo tan arraigado en Elisa qued como un conjunto de postales

    animadas, en su mente, en sus sentidos para siempre.

    Claudia Rossi

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    EL CEPILLO DE DIENTES

    En el botiqun de casa siempre habitaron los cepillos de dientes de las nias,

    junto a los nuestros, esperando su visita.

    Iban cambiando de tamao y color segn el tiempo pasaba; el de Barney especial-mente dejo un recuerdo muy profundo: antes de usarlo a do, ellas cantaban

    inmediatamente su cancin, en un intento por emularme o imitarme, lo que nos

    encantaba: Te quiero yo y tu a m, nuestro amor es lo mejor, con un fuerte abrazo

    y un beso te dir, mi cario yo te doy.

    Lo importante es que ellas tenan la rutina de usarlos en determinados momentos:

    al levantarse si tenamos la suerte de que se quedaran a dormir, luego

    de almorzar o cenar para lo que tratbamos de preparar sus comidas preferidas:

    milanesas de pollo para una y tallarines con pesto para la otra o luego de algunagolosina especialmente malfi ca, esas que son muy amigas de los dentistas.

    Nuestra semilla plantada siendo chiquitas, haba dado sus frutos:

    -Qu hay que hacer antes de comer?

    -Lavarse las manos, Tit -me respondan.

    -Qu hay que hacer despus de comer?

    -Lavarse los dientes, Tololo -le respondan al to.

    Y as pasaron algunos aos, rpida y silenciosamente.

    Cuando las extrabamos muchos porque sus actividades escolares o socialesles impedan visitarnos, el solo mirar los estuches lila y rosa de sus cepillos nos

    levantaba el nimo, pensando que quizs, con suerte, prontito estaran con

    nosotros.

    -Ta, este sbado vamos al cumple de la prima Vicky, por qu no vens y te quedas

    a dormir en casa? -dijo Belu.

    -S, s -acompa Nati, gritando desde atrs para que su voz me llegara a travs

    del tubo del telfono.

    Ese sbado comenc a preparar mi bolso varias horas antes de lo necesario.Emocionada, abr el botiqun, y tomando el estuche vaco, ese que hasta haca

    poquito el Tololo lo usaba cuando salamos de viaje, lo coloqu dentro del bolso

    junto al cepillo nuevo que llegado recin de la farmacia, esperaba ansioso su

    estreno.

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    -S, s -acompa Nati, gritando desde atrs para que su voz me llegara a travs

    del tubo del telfono.

    Ese sbado comenc a preparar mi bolso varias horas antes de lo necesario.

    Emocionada, abr el botiqun, y tomando el estuche vaco, ese que hasta haca

    poquito el Tololo lo usaba cuando salamos de viaje, lo coloqu dentro del bolsojunto al cepillo nuevo que llegado recin de la farmacia, esperaba ansioso su

    estreno.

    Esa noche, luego del cumple, al entrar al dormitorio, una cama haba sido especial-

    mente preparada, bien pegadita a la cama de Belu. Nati quera tambin dormir

    con nosotras, pero su cansancio y su espritu prctico la llev a darme un beso

    con abrazo muy fuerte, dicindome:

    -Maana vengo a despertarte y me quedo un ratito contigo.

    -Ta, por que no dejas tu cepillo en casa? -dijo Belu, mientras yo me lavaba losdientes, sosteniendo el estuche en mi mano.

    En silencio, guard el cepillo dentro de su estuche color cielo, abr el botiqun

    y apoyndolo en el fondo, lo dej solo, sostenido por el vaso de nuestras nias.

    Ana Gracia de Valeta

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    CUENTO MEDIO DE MIEDO

    Era de noche. La hermosa nia se haba portado muy mal.

    La haban rezongado por no hacer caso a sus padres y entonces se haba ido dela casa escapndose por una ventana.

    Iba caminando solita por la calle y se meti en un enorme parque oscuro y

    lleno de rboles.

    De repente sinti pasos que la seguan y se escondi detrs de un enorme eucalip-

    tus para mirar.

    Eran dos hombres grandes, feos,barbudos y de mal aspecto.

    Cuando estaban bien cerquita, ella sali, los enfrent, los mir con cara de

    mala, abri la boca, peg un grito, les mostr los enormes colmillos, salt sobreellos y les chup la sangre a los dos.

    Estaba claro que la nia seguira portndose mal.

    Michel Visillac

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    PEDRO Y SU AVIN

    Pedro tiene un avin cuyas ventanas tienen el poder de escuchar el viento, las

    nubes, las estrellas y todo lo que toca. Cuando Pedro juega con l, vuela.

    Atnito, al mirar hacia abajo ve su casa muy pequea, lo mismo que los autos,rboles, edifi cios, mares

    No le importa estar solo, dibuja todo lo que ve. l y sus colores!

    De pronto el avin se mueve. Pedro se pregunta: Qu est pasando? Una

    nube se acerca a su ventanilla y le dice:

    -Soy yo, por eso te mueves. Cmo te llamas?

    -Pedro y t?

    -Soy la ms pequea de mi familia y mi nombre es Sabrina.

    -Qu suerte que puedo hablar contigo, posiblemente te conozca, pero ahoraque estoy a tu lado te veo grande y espumosa con ese vestido tornasolado.

    -Sabes?, hay jvenes que no quieren subir a verme pues creen que nosotros

    somos la muerte y no es as. Este es un mundo maravilloso, nos ilumina la luna,

    el mar cambia de colores gracias a nosotros, y en los cumpleaos llamamos a las

    estrellas

    -Esto es el cielo.

    -No el cielo del que hablan lo mayores donde asocian la muerte por un tema

    religioso que no podemos entender, aqu no pasa eso.-Tienes razn, tengo amigos que les tienen miedo y no quieren subir a los aviones.

    Sabrina, a m me explicaron que la muerte es otra cosa, la persona que muere va al

    cementerio en un cajita y all lo entierran, pero el corazn queda en los familiares

    y amigos, por eso me gustan tanto lo aviones.

    -Mira, Pedro, no te imaginas lo que nos divertimos con los relmpagos y truenos.

    Hay un grupo que toca msica que, cuando termina, baja un teln lleno de agua

    que moja la Tierra y no sabes qu contentos quedamos.

    Cuando es luna llena, la Tierra se sita exactamente en la mitad entre el Sol yla Luna. Siempre est contenta, ni que decir cuando est sobre el mar y se mira en

    l. No siempre puedes verla toda, pues as se ve una sola vez al mes. Nos encanta

    bailar alrededor, aunque a veces la tapamos un poco. Se enoja y se sacude con tal

    fuerza que no podemos con ella, queda iluminndonos a todos.

    -Gracias, Sabrina, fue un placer conocerte, ahora se me hace tarde y tengo que

    volver a almorzar pero nos volveremos a verY contar todo lo que me dijiste!

    Susana Prez Gomar

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    LAS OLAS

    Unas olitas corran carreras,

    no de mentira, sino de veras.

    Veinte gaviotas las perseguan,crcate, crcate, as rean.

    Dos tiburones eran jurado,

    uno muy lento, otro apurado;

    por anteojos tenan dos nudos

    y unos silbatos muy tartamudos.

    Tres corderitos eran las olas,

    como las novias llevaban cola.

    Corre que corre sobre la arena,ligero, rpido, hasta la cena.

    Mara Celia Pascale

    RISA EN RISA

    Monita canta que canta

    y pasea de rama en rama.

    Se lav la cabellera

    con perfume de banana.

    El monito Rimbombante

    la invit y cay de prisa.

    Le dio risa a Ardilla Luisa

    y se moj la camisa.Y all van Monita y Luisa

    a pasear llenas de risa

    con el mono Rimbombante

    por el parque y sin camisa.

    Mary Gonalves Prspero

    CANCIN DE LOS ABUELOS

    Una niita ha nacido

    en la playa de Malvn.

    Sin paales ha venido,slo trae un escarpn.

    La Abuela Luna le chifl a

    a las estrellas del cielo;

    precisa que ellas le tejan

    un rebozo color hielo.

    Las estrellitas se abrazan

    para hacer el punto arroz

    y en medio de ese tejidoles da un ataque de tos.

    El Abuelo Sol entibia

    con sus mimos el rebozo

    que es un gatito de angora,

    suavecito y esponjoso.

    La Abuela Luna de noche

    duerme a la nia en su cuna

    y de da el Abuelo Soles el que a la nia acuna.

    Mara Celia Pascale

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    LIBRO EN TRES ACTOS DE

    UN SOLO POEMA

    A Sylvia Puentes de Oyenard

    PRLOGOA la rueda rueda de la luna llena

    A la rueda rueda que se cae al mar

    A la rueda rueda que se ahoga una estrella

    A la rueda rueda por irla a salvar.

    POEMA

    Ronda que te ronda

    se cay la luna.

    Redonda redonda

    all en la laguna.

    A la ronda ronda

    que una buena estrella

    por ir a salvarla

    se ahoga con ella.Juntemos las manos

    vamos a pescarlas

    y cantando en ronda

    al cielo llevarlas.

    COLOFN

    Que desde el cielo

    se cay una estrella

    y que la estrella

    se transform en fl or

    y que la fl or

    tendr ms de cien hijos

    y que los hijos

    sern un primory que ms tarde

    crecern capullos

    y embriagarn el aire

    con su olor.

    Ramn Cuadra Cantera

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    DON JUAN CARACOL

    En una pitanga que muy tierna esparce

    la dulce fragancia de frutos morados,

    casi a hurtadillas Don Juan Caracolpor sobre las ramas se haba trepado.

    Ay, caracolito! No daes mis hojas,

    no bebas mi savia que en frutos florece,

    has que se prolongue la aurora del tiempo

    en mi verde espacio cuando el da amanece.

    Don Juan Caracol parece estar sordo.

    No prende el motor!

    Y bajo su carpa de un antiguo grisespera la noche que lo hace feliz.

    Celestina Andrade

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    EL CARACOL Y LA CARACOLA

    El caracol y la caracola

    cuando el oriente

    viste de aurora.El caracol y la caracola

    a paso lento

    cruzan las horas.

    El caracol y la caracola

    por el sembrado

    de la escarola.

    A la escarola fi no manjarde paso llegan

    a disfrutar.

    Lucen radiantes su traje nuevo

    del tono beige

    casi al marrn.

    El caracol y la caracola

    la caracola y el caracol.

    La primavera tendi sus brazos

    les dio alegra

    les dio color.El sol amigo desde lo alto

    gua sus pasos

    luz y calor.

    Y terminada ya la jornada

    cuando el poniente

    recibe el sol

    vuelven cantandocon alegra

    la caracola y el caracol.

    Dorotea Garca Frosio

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    POMPN

    Pompn es mi conejo,

    de suave seda es

    con dos bolitas rojasque brillan y me ven.

    Su hocico diminuto

    se mueve sin cesar

    haciendo muchas muecas

    que yo quiero imitar.

    Lo tengo en una jaula

    donde le doy comida:

    hinojo, zanahorias,repollo, hierbas finas.

    Pompn es mi conejo,

    de suave seda es

    con dos bolitas rojas

    que brillan y me ven.

    Clara Garca Frosio

    VERANO NIO

    En la copa de un omb

    brind en juegos triviales,

    largas horas estivalesde mi niez otoal.

    Corr tras lagartijas,

    beb de la luz caliente

    de un mes de enero ardiente,

    y me embriagu con el sol.

    Y bajo la bella sombra

    -en mi nave de sandacruc

    el ro de sed, que habatrado hasta m el calor.

    Ral Iturria

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    EL MISTERIO DE LUCA Y NOEL

    Haba una vez una nia a la que le gustaban mucho, mucho los caballos y entonces

    la madre le dijo:

    -Cuando cumplas quince aos, Noel, te regalar un caballo.Y el padre le dijo lo mismo.

    As fue como la nia entendi que eso era posible. Y muy pronto tuvo quince y

    pudo tener el caballo que se llamaba Sheike. Era un animal blanco, blanquito, alto

    y grande, de ojos bien marrones.

    Al poco tiempo la madre tuvo una beb a la que llam Luca y era el centro de

    todos que la adoraban.

    Noel, cuando su hermana ya tena cuatro aos porque haba crecido un poquito,

    la llev a andar en caballo y se divirtieron muchsimo hasta que escucharon lavoz de la mam que deca:

    -Chicas, vamos a comer, est todo pronto. Chicas, aprense. Se va a enfriar la

    comida. Vamos!

    Y Noel y Luca, con enorme pena de dejar a Sheike afuera, quisieron desmontar

    para ir a la mesa. Pero Luca era muy chica y no poda.

    Entonces Noel la ayud. Y acudieron a la mesa, pero se dieron cuenta que los

    padres no estaban. Y los buscaron sin encontrarlos. Luca se puso a llorar y Noel

    la calm, pero estaba muy asustada porque al entrar haba visto una sombra entre los rbo-les y pens.

    Quin sera y adnde estaban sus padres?

    Pmbate!, se oy. Noel y Luca temblaron.

    -Quin es? pregunt Noel asustada.

    -Noel, Luca, ayuda, ayuda, nos secuestraron! escucharon desde el monte que estaba

    cerca de la casa.

    Luca le pregunt a Noel: -De dnde vendrn esos gritos y ese ruido?

    -Yo qu s, vamos a investigar contest.

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    -No ser mejor otra cosa? Eso me asusta un poco dijo Luca.

    -Deja de decir eso, soy tu hermana mayor y no pasar nada.

    Se prepararon muy bien para ir al monte, buscaron la linterna grande del abuelo

    Die