Marco referencial para la III Vicaría Episcopal San Felipe ... · al Plan Pastoral de la III...
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Marco referencial
para la III Vicaría Episcopal
San Felipe de Jesús
2015
DOCUMENTO DE APOYO AL PLAN PASTORAL Universidad Católica Lumen Gentium Maestría en Pastoral Urbana
III VICARÍA EPISCOPAL | Arquidiócesis de México
UNIVERSIDAD CATÓLICA LUMEN GENTIUM MAESTRÍA EN PASTORAL URBANA
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Documento de apoyo al Plan de Pastoral
III Vicaría Episcopal “San Felipe de Jesús”
PRESENTACIÓN
Con el favor de Dios en el año 2011 dimos inicio a una nueva etapa en el caminar pastoral de la III
Vicaría Episcopal de la Arquidiócesis de México, con la elaboración y puesta en práctica del Plan de
Pastoral. Se trata del esfuerzo eclesial llevado a cabo con la participación de las distintas personas
que integramos esta comunidad: laicos, religiosos, presbíteros y Obispo, unidos en un mismo sentir
y querer, el de buscar caminos que ayuden a hacer más eficaz nuestro seguimiento al Buen Pastor
Jesucristo y al servicio de su Iglesia. Para lograr este cometido fue necesario llevar a cabo un amplio
estudio y análisis de la realidad, apoyados por expertos, y desde allí nos dimos a la tarea de diseñar
y construir nuestro plan, con la convicción y el compromiso de colaborar unidos para alcanzar las
metas pastorales que nos hemos trazado. Podemos definir, por tanto, este trabajo, como un proyecto
eclesial en el sentido estricto de la palabra, es decir, un trabajo de la comunidad y para la comunidad.
Agradecemos al Señor que nos ha permitido emprender dicho plan y ponerlo en práctica por ya casi
cuatro años. En este tiempo favorable hemos podido cosechar frutos significativos en nuestra labor
pastoral, sin embargo, también conscientes de nuestros límites, y con toda sencillez y honestidad,
hemos creído necesario llevar cabo un ejercicio serio de revisión y evaluación, tomando una actitud
de sana autocrítica, que nos permita poner bien los pies sobre la tierra y mirar con objetividad el
camino que hemos recorrido. De aquí ha surgido la iniciativa no sólo de evaluar nosotros mismos el
propio trabajo, sino también de pedir ayuda a personas preparadas, con amplia experiencia y
profunda visión pastoral, para efectuar tal ejercicio. Resultado de ello es el presente documento.
Agradecemos a los maestros Jesús Serrano y Alejandro Emiliano, docentes de la Maestría en Pastoral
Urbana de la Universidad Católica Lumen Gentium, sus valiosas aportaciones. Esperamos aprovechar
las luces que nos aportan en este ejercicio para continuar nuestra labor con mayor eficacia y
seguimos encomendando nuestros esfuerzos pastorales a la poderosa intercesión de Santa María de
Guadalupe nuestra Reina y Madre y a san Felipe de Jesús, Patrono de esta Tercera Vicaría Episcopal.
+Adolfo Miguel Castaño Fonseca
Obispo Auxiliar de México.
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Marco Referencial Documento de apoyo al Plan Pastoral
III Vicaría Episcopal “San Felipe de Jesús”
1 ¿Qué queremos lograr?
El enmarcamiento de la realidad, como documento de apoyo
al Plan Pastoral de la III Vicaría Episcopal San Felipe de
Jesús, tiene por objetivo actualizar, mejorar y dotar de
mayor proyección operativa a la planeación pastoral, a partir de la detección de necesidades.
El Papa Francisco alerta sobre la mundanidad espiritual (EG 93-98) que, entre otras cosas, consiste
en una confianza mecanicista por la planificación, un cristianismo sin la cruz y sin Jesús, sometido al
espíritu del mundo, instalado o en búsqueda de aquellas seguridades que aprendemos del mundo y
no del Evangelio. Esto, aplicado a la planeación pastoral, se refiere a la pretensión de lograr metas
pastorales sin pasar primero por la conversión del corazón.
Ahora, en sentido procesual, la prioridad se ha colocado, en primer término y de manera pertinente,
en la renovación del corazón; sin embargo, como dice Aristóteles, lo primero en la intención terminará
siendo lo último en la ejecución. Es decir, el fin último sólo se alcanza a través de los medios
adecuados provistos por las estructuras adecuadas y por ello, en la práctica, se debe iniciar por la
revisión de las estructuras porque de ellas depende, en muchos sentidos, esa renovación del corazón.
2 ¿Qué papel tiene el diagnóstico o análisis de la realidad en la
planeación pastoral?
La planeación pastoral se realiza como parte de un proceso
de reflexión teológica. Es por ello que antepone una serie
de definiciones de principios al análisis de la realidad. Por
ejemplo, con independencia de la incidencia de divorcios,
siempre se manejará una planeación que se centre en
comunicar la indisolubilidad del matrimonio.
A esta forma de planeación se le denomina “planeación por políticas”1, ya que de un conjunto de
definiciones a priori, en especial, la definición de objetivos, se desprenden las decisiones sobre lo que
se habrá de hacer.
1 Cfr. Serrano Jesús, Planeación estratégica para la pastoral, Ed. San Pablo, México, 2013.
Fortalecer el Plan Pastoral de la Vicaría
desde las necesidades concretas, para
darle mayor eficacia.
“Es peligroso… cruzar tu puerta. Pones
tu pie en el camino y si no cuidas tus
pasos, nunca sabes a dónde te pueden
llevar…”
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Sin embargo, los procesos históricos actuales son de tal magnitud y profundidad que comienzan a
reescribir las reglas para establecer relaciones interpersonales y respecto a la vivencia de la religión.
Los procesos eclesiales se han hecho sensibles a ello y comienzan a sentirse verdaderamente
interpelados por una realidad que impone sus condiciones a la pastoral de la Iglesia.
El punto de inflexión es el concepto de eficacia. Una de las quejas más consistentes y que está en la
base del Plan Pastoral de la Vicaría es el divorcio entre la fe y la vida, la falta de conversión auténtica
que inspire y motive todo el quehacer eclesial. Los discursos y los documentos pueden estar llenos
de razón, pero carecen de efectividad. Esto no sólo se debe a la falta de compromiso, sino a la falta de
comprensión sobre la propia realidad de la organización eclesial y la mala interpretación de la
realidad sociocultural.
3 ¿La conversión del corazón es acaso un primer paso?
En la gráfica 1 se ilustran dos procesos que, si bien se
complementan, conviene entender de forma separada: el
camino del diagnóstico y el camino de la ejecución.
El primero corresponde a la determinación de objetivos.
Gráfica 1
Así como señala el actual Plan Pastoral, la conversión del corazón ocupa el puesto estelar como
objetivo último debido a su extensión y complejidad. Esta afirmación tiene su lógica, pues en cuanto
No es igual el recorrido de la planeación
que el recorrido en la ejecución.
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premisa espiritual esto es lo primero; sin embargo, se debe reconocer que, como motor interno que
suscita un movimiento, la conversión en sí misma, es algo intangible y sólo puede ser conocida
mediante las acciones concretas que la ponen de manifiesto, así lo enseñó el Señor Jesús: el árbol se
conoce por sus frutos (Cf. Lc 6,44). De modo que, la conversión del corazón, siendo el primer motor
del proceso de la planeación pastoral, se materializa mediante la ejecución de las otras prioridades
y, por lo tanto, será el objetivo final.
El camino de la ejecución, en segundo lugar, es el que comienza por las actividades concretas que
se tienen que programar y realizar en cada comunidad parroquial o decanal y que deben irse
agregando para ser los peldaños de una escalera que vaya transformando cada vez más
profundamente a los integrantes de la Iglesia particular (Cf. Gráficas 1 y 2).
Gráfica 2
Ilustración del Camino de la Ejecución
4 ¿Por qué y cómo se tienen que alinear los demás objetivos del
Plan Pastoral?
Un plan pastoral tiene que funcionar como una correa de
transmisión donde cada pieza jale a las demás y no quede
nada por fuera o sin la suficiente fuerza para materializar
el plan.
Uno de los aspectos a considerar de acuerdo a la
evaluación realizada sobre el Plan de pastoral es la
necesidad de mejorar en la definición operativa; ello requiere, en primer lugar, la alineación de
objetivos en cuanto consecución lógica entre ellos.
A continuación se presenta una propuesta para realizar esta alineación, la cual puede retomarse
siguiendo para ello la numeración analítica como se propone más adelante.
Para lograr el objetivo general es
prioritario cumplir los objetivos
específicos.
“Haz todo como si de ti dependiera
sabiendo que todo depende de Dios”
(San Ignacio de Loyola)
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Objetivo General
Objetivos Específicos Prioridades Pastorales
Líneas de trabajo
Renovar y revitalizar integralmente nuestra vida personal y comunitaria, para que, al impulso de una formación discipular permanente de todos los agentes, lleguemos al compromiso misionero y, a partir de una pastoral orgánica, atendamos los diferentes ambientes, culturas y contextos de nuestra Vicaría.
1) Vivir el testimonio cristiano como Iglesia que se forma en el amor, para que exprese el servicio, la fraternidad, la solidaridad y la corresponsabilidad.
1) Renovación del corazón
1.1 Incentivar una auténtica conversión pastoral en todos los agentes de evangelización, la cual constituye el punto de partida necesario para todo el proceso siguiente. 1.2 Crecer en espiritualidad, fraternidad y solidaridad, que se traduzcan en compromiso y servicio. 1.3 Privilegiar corresponsablemente la experiencia comunitaria.
2) Asumir y enriquecer el itinerario de formación de todo agente de pastoral, fortaleciendo las instancias y los recursos necesarios, para lograr un auténtico y provechoso diálogo con las culturas.
2) Renovación de la formación
2.1 Unificar la formación de todos los agentes de evangelización, a través del itinerario de formación permanente de la arquidiócesis y con el CEFALAE como instancia de formación inicial, básica y específica. 2.2. Impulsar una formación y una pastoral misionera que propicien el diálogo con las diferentes culturas de la Vicaría.
3) Asumir e impulsar el proceso misionero en cada una de sus etapas de manera continua, cíclica y permanente, para actualizarlo desde nuestros contextos y culturas con creatividad.
3) Renovación de la misión
3.1 Estudiar y profundizar el proceso misionero en sus diferentes etapas. 3.2 Profesionalizar la acción pastoral. 3.3 Promover entre los movimientos eclesiales, grupos parroquiales y estructuras evangelizadoras, el sentido del discipulado para vivir el proceso misionero.
4) Fortalecer la pastoral de
conjunto para lograr una mejor
coordinación entre los niveles
parroquial, decanal y vicarial,
así como entre los agentes y las
diferentes pastorales de la
Vicaría.
4) Renovación de las estructuras
4.1 Desarrollar una cultura de la planeación, que unifique criterios pastorales en los diferentes niveles y priorice la evaluación periódica y permanente. 4.2 Distribuir mejor los agentes evangelizadores para las acciones pastorales en los niveles vicarial, decanal y parroquial. 4.3 Renovar las estructuras propias que permitan una mayor eficacia en el trabajo pastoral.
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5 ¿Qué relación tienen las líneas de acción con el marco de realidad?
En Alicia en el País de las Maravillas se introduce el relato
del encuentro entre Alicia y el gato de Cheshire, con él
mantiene una conversación un tanto curiosa e inquietante:
“-¿Me podrías indicar hacia donde tengo que ir desde aquí?- pregunta Alicia.
-Eso depende de a dónde quieras llegar- responde el gato.
-A mí no me importa demasiado a dónde.
-En ese caso, da igual hacia donde vayas.
-Siempre que llegue a alguna parte
-¡Oh! Siempre llegarás a alguna parte, si caminas lo bastante”.
Una organización puede definir con entera libertad cuáles van a ser sus propósitos y acciones. Nada
le obliga a que estas definiciones estén relacionadas con la realidad; como dice Alicia, se puede
caminar por cualquier camino y siempre se llegará a algún lugar, pero si una organización aspira, en
alguna medida, a ser eficaz al incidir en una realidad no le bastarán las ideas, requerirá ubicarse de
forma realista en el medio en que se encuentra y piensa actuar.
El Plan Pastoral actual se antoja un poco como un
puente construido por ambas orillas pero sin
conectarse todavía. Por una parte, las prioridades y
objetivos del Plan constituyen un catálogo
consensuado de las aspiraciones o la visión de lo que
se espera lograr surgiendo desde el interior de la
comunidad vicarial. Por otro lado, se identifican una
serie de realidades que interpelan a la iglesia
particular. Hay acuerdos respecto a todas las áreas a
abordar, lo que falta desarrollar en el plan pastoral
son los cómos, puesto que ya contamos con los qués.
Se debe considerar que la realidad de un fenómeno siempre es multifacética. Antiguamente se
consideraba, con gran optimismo, que el ser humano era capaz de representar (perfectamente) la
realidad en su conocimiento. Actualmente se reconoce que nuestro conocimiento es limitado y, por
ello, difícilmente podemos decir la última palabra respecto a alguna de las esferas de la realidad. Lo
cual nos lleva a que el Plan de Pastoral sea un itinerario flexible, mismo que pretende el cambio de
-¡Oh! Siempre llegarás a alguna parte, si
caminas lo bastante”.
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una realidad social mediante objetivos y metas que integran vidas de personas, no debe considerarse
como instrumento infalible que producirá cambios puramente mecánicos2.
En su visita pastoral a la III Vicaría, el Exmo. Sr. Cardenal, Norberto Rivera, presentó una agenda
pastoral compuesta por nueve sectores, a los
que pidió se dedicara especial atención
pastoral:
Pastoral Familiar
Pastoral Juvenil
Pastoral Socio-caritativa
Pastoral Litúrgica
Pastoral Catequética
Pastoral de Piedad y Religiosidad Popular
Promoción Vocacional Sacerdotal
Formación de agentes laicos
Formación del Ministerio Ordenado
Desde diversos puntos de vista, tanto teológicos como pastorales, en especial si se toma en cuenta el
concepto de pastoral orgánica, es posible identificar unos núcleos desde los cuales se tienen que
articular de manera operativa los distintos elementos pastorales, con la idea de transversalidad y
sinergia (Cf. Gráfica 3).
Por transversalidad entendemos la presencia de un mismo tema en diferentes núcleos o comisiones.
Así, la familia, la religiosidad popular y la catequesis deben ser temas que convienen no dejar en
manos de una comisión “aparte” sino que se aborden por todos los agentes de pastoral y en todos los
espacios pastorales.
Por sinergia entendemos el potencial que tienen ciertos temas de “jalar” a otros, es decir, que la
intervención en ellos repercute en otros asuntos, sobre los cuales ejerce influencia. Estratégicamente
es muy importante identificar cuáles son los asuntos con mayor sinergia, para que sobre ellos se
concentren los esfuerzos, ya que éstos pueden redundar en mejores resultados en un conjunto
amplio.
2 Cfr. Entrevista del Papa Francisco a Antonio Spadaro, s.j. L'Osservatore Romano, edición semanal en
lengua española, Año XLV, n. 39 (2.333), viernes 27 de septiembre de 2013.
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Gráfica 3
Núcleos de Acción Pastoral
Con esos referentes nos parece posible establecer un modelo con tres núcleos, que son la catequética,
la religiosidad popular y la pastoral de la familia, los cuales deben incorporar los otros seis elementos.
Ya que existen muchas conexiones entre ellas, no pueden tomarse de forma aislada, sino buscar los
vínculos dinámicos entre estas esferas. Al respecto se tiene que elaborar un marco de realidad para
cada uno de estos campos.
También hay que ubicar estas nueve áreas en las coordenadas de las prioridades de la Vicaría.
Así, tenemos un nivel interno a la organización de la Vicaría, el que corresponde al clero y los agentes
laicos de pastoral; un segundo nivel intermedio compuesto por aquellas personas que participan con
regularidad en las actividades de la Iglesia, y un tercer sector externo, constituido por la población
católica o no católica ante la cual no existe una interlocución frecuente y, por lo tanto, de difícil acceso
para conducir una acción pastoral.
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En el diagrama siguiente se empalman dos segmentaciones, en la parte superior aparece la división
que resultó del estudio de la Encuesta de Culturas Religiosas en la Ciudad de México (2012), realizada
con el auspicio de la Vicaría de Pastoral de la Arquidiócesis de México.
Gráfica 4
En ella se puede dividir a la población en tres grandes segmentos:
a) Los católicos comprometidos. Son los agentes de pastoral, tanto ordenados como laicos, así
como aquellos laicos que son participantes regulares en las actividades eclesiales. Son, lo que
se podría llamar, un núcleo leal, con el que se cuenta, pero que podría convertirse en lo único
con lo que se cuente si no se desarrolla la capacidad de convocar e involucrar al segundo
segmento.
b) Los católicos que tratan de vivir su fe. Son aquellos que tienen una conciencia de las
exigencias de la fe pero, que debido a circunstancias de vida, de opción personal -voluntarios
o involuntarios- mantienen un cierto alejamiento. Participan en actividades eclesiales, de los
sacramentos y de la religiosidad popular y son escuchas ocasionales. Estas personas son un
área de oportunidad por cuanto que están dispuestos a ser convocados y participar si se
encuentran las fórmulas adecuadas para hacerlos participantes más activos.
c) Los alejados. Son aquellos que, propiamente, mantienen una postura crítica hacia la Iglesia
y, aunque católicos, prefieren creer y vivir a su manera. En general no tienen una disposición
de escucha a la convocatoria eclesial y, en algunos casos, están en franco camino de salir del
catolicismo.
En el extremo de este segmento se encuentran los que no son creyentes. Y, caso aparte, son los
creyentes de otras religiones, quienes tienen una vivencia fuerte de su fe y están comprometidos,
pero respecto de sus propios grupos religiosos.
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En la parte de abajo de la misma gráfica tenemos a los diferentes ámbitos de trabajo pastoral que
constituyen la materia del Plan Pastoral de la Vicaría, reconociendo unos objetivos de trabajo hacia
lo interno, como la renovación de las estructura, la formación de los agentes, así como un trabajo al
externo, como es la renovación de la misión.
6 ¿Hacia dónde se mira con el Plan de Pastoral?
En el Plan de Pastoral se “plantearon las prioridades
pastorales sobre las que caminará el proceso de
renovación pastoral…” en cuatro rubros: la renovación del
corazón, de la formación, de la misión y de las estructuras.
Si se mira de cerca, estas prioridades dan cuenta de la realidad intra-eclesial, refieren su identidad,
sus interacciones, su motivación así como la manera en que procura su subsistencia. Sin embargo, a
pesar de ser importantes, no precisan un acercamiento analítico hacia los destinatarios e
interlocutores del proceso evangelizador ni sobre los ambientes en que éstos llevan a cabo la vida
diaria. Siendo más analítico, sólo una de ellas, la renovación de la misión, enlaza a la comunidad con
el mundo extra eclesial.
Es cierto que poner la mirada al interior de la comunidad de bautizados es prioritaria, sobre todo
para reconocer los recursos con que cuenta para realizar su misión, pero se corre el riesgo de
restringir la acción evangelizadora al interior de sí misma.
La nueva planeación pastoral es una oportunidad para que las prioridades pastorales explicitadas
consideren líneas de transversalidad que permitan mirar hacia aquellos necesitados del encuentro
con la Palabra hecha carne, que humaniza y lleva a la comunión con su Padre por medio del Espíritu.
7 ¿Por qué se tiene que planear estratégicamente y en qué consiste
este enfoque?
Pensar estratégicamente consiste en tener a la vista dos
planos:
El de los recursos propios, reconociendo las limitaciones que se tienen.
Los factores que se contraponen o la resistencia que se afronta.
La estrategia consiste en conciliar los objetivos que se pretenden con la escasez de recursos
disponibles para alcanzarlos. Creatividad es la característica principal de la estrategia en este sentido.
“Solo gracias a ese encuentro -o
reencuentro- con el amor de Dios…
somos rescatados de nuestra
conciencia aislada y de
autorreferencialidad...” (EG 8)
Planear es ordenar una secuencia de
pasos para lograr unos objetivos,
contando para ello con recursos
limitados.
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La estrategia también se refiere al contexto cambiante en el cual estamos actuando. Aquel que
emprende un programa de trabajo tiene que ir identificando las señales para adaptarse, cambiar y
responder a la forma en que las circunstancias se van modificando. Prever es la característica
principal de la estrategia en este sentido.
La reflexión anterior se justifica porque, según la gráfica 3, conviene trabajar las nueve sectores
prioritarios identificados por el Emmo. Sr. Cardenal, con base en tres núcleos principales. Uno de los
problemas identificados en el diagnóstico de la realidad de la Vicaría hace referencia a la “dispersión”,
a la “falta de unidad de criterios” o de compromiso.
Es por ello que se propone un modelo de transversalidad y sinergia, es decir, que concentre en
aquellas actividades que tienen el potencial de multiplicación, donde exista complementariedad y
relaciones causales implícitas.
El enfoque de transversalidad significa que en cada uno de los órdenes de la pastoral (litúrgica,
profética, social y administrativa) estén presentes los 3 núcleos estratégicos por:
Razones evangélicas: Lc 14, 25-33. Jesús advierte acerca del cálculo de los recursos
necesarios para alcanzar un objetivo. No propone reducir las metas, sino ser congruentes con
lo que se pretende hacer y los recursos disponibles.
Razones de pastoral orgánica: Puesto que existe una reiterada solicitud por parte de los
obispos y los teólogos pastoralistas para actuar sobre la base de una pastoral no de fracciones,
sino unitaria en su visión y propósitos. Una pastoral de complementariedades, que sirva a la
integridad de la persona como es integral la acción salvífica de Dios.
Razones estratégicas, dada la limitación de recursos y la sobrecarga de demandas.
Esto significa apoyarnos en los tres pilares sugeridos, a saber, abarcando las áreas de acción pastoral
que se indican:
Catequesis Familia Religiosidad popular
Pastoral socio-caritativa
Pastoral litúrgica
Formación de agentes laicos
Pastoral juvenil
Formación del ministerio ordenado
Promoción vocacional sacerdotal
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Asimismo, estos núcleos pueden quedar alineados con el actual plan pastoral de la Vicaría de la
siguiente forma:
Línea de Acción
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ica
1.1 Incentivar una auténtica conversión pastoral.
x x x x x x x x x
1.2 Crecer en espiritualidad, fraternidad y solidaridad.
x x x x x x x x x
1.3 Privilegiar la experiencia comunitaria.
x x x x x x
2.1 Unificar la formación de todos los agentes de evangelización, a través del itinerario de formación.
x x x
2.2. Impulsar una formación que propicie el diálogo con las diferentes culturas.
x x x x
3.1 Estudiar y profundizar el proceso misionero en sus diferentes etapas.
x x x x x
3.2 Profesionalizar la acción pastoral.
x x
3.3 Promover el sentido del discipulado para vivir el proceso misionero.
x x
4.1 Desarrollar una cultura de la planeación.
x x x
4.2 Distribuir mejor los agentes evangelizadores.
x x x x x x x x x
4.3 Renovar las estructuras para una mayor eficacia en el trabajo pastoral.
x x x x x x x x x
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8 ¿Qué factores estructurales se tienen que tomar en cuenta para
abordar la misión pastoral en el período inmediato?
Existe un binomio que se debe abordar de forma conjunta
al arranque del Plan Pastoral, este es el que comprende la
renovación de la misión y el de renovación de las
estructuras.
El primero comprende la definición de los objetivos de la misión en el periodo inmediato, el segundo
abarca aquellas medidas de reorganización necesarias para abordar eficazmente los objetivos
definidos previamente.
En el Plan Pastoral páginas 84 a 91 se presentan las estructuras pastorales de que dispone la Vicaría.
El elenco de las mismas manifiesta que se cubren todos los aspectos relevantes del trabajo pastoral,
aunque no aparecen explícitamente instancias destinadas a la pastoral familiar y juvenil.
Por otro lado, conviene hacer una evaluación de los resultados de cada estructura pastoral sin temor
a que algunas de ellas puedan necesitar adecuación y cambio o resulten innecesarias y convenga
recortarlas.
En razón de la transversalidad y la sinergia, es mejor concentrar esfuerzos en los núcleos
estratégicos. Asimismo, es importante considerar que la creación de más estructuras y comisiones
puede contribuir a la reducción de la eficacia por la pérdida de transversalidad.
Por el principio de subsidiaridad, las instancias más cercanas a los fieles sean las que ejerzan un papel
promotor de la pastoral (litúrgica, social, juvenil, etcétera), entonces es mejor no poner por encima
de ellas alguna estructura más porque únicamente propiciaría que las instancias parroquiales o
decanales se desentiendan de una función que les es propia.
Establecer un único itinerario de formación, puede desembocar en que todos los agentes de pastoral
posean unas mismas capacidades de trabajo, sin que existan aquellas especializaciones necesarias
para atender realidades culturales y sociales diferenciadas. Es decir, se debe reflexionar si un único
itinerario de formación de agentes de pastoral no redundará en un único perfil de destinatario a
atender por parte de estos agentes, con lo que se perdería la capacidad de convocar a otros perfiles.
Un ejemplo de esto es el caso de los jóvenes: no hay un solo y único perfil definitorio de los jóvenes,
así se hace pertinente la pregunta ¿qué agentes de pastoral evangelizarán a las distintas variedades
de jóvenes?
Todavía más, habría que analizar si un itinerario de este tipo choca con la existencia real de procesos
individuales de desarrollo espiritual y formativo.
Las estructuras pastorales vigentes y la
evaluación de su eficacia.
Funcionar transversalmente.
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En ese sentido se recomienda que los equipos responsables de la formación de laicos y de los ministros ordenados propongan un programa que cumpla explícitamente con aquellas líneas estratégicas definidas en el plan: 2.1 Unificar la formación de todos los agentes de evangelización, a través del itinerario de formación 2.2. Impulsar una formación que propicie el diálogo con las diferentes culturas. Ambas líneas tendrán que conciliarse en una propuesta que establezca cuáles van a ser los elementos comunes, mínimos quizá, y cuáles pueden ser las características diferenciadas. Así como los medios que se darán a la formación para que pueda establecer diálogo con las culturas. Se recomienda atender a una orientación eclesiológica esencial en la cual toda la formación sería parte de un único proceso de catequesis personal y comunitaria. Comprender la formación de agentes de pastoral como un proceso de desarrollo cristiano (humano, espiritual y catequético) puede ayudar a materializar el concepto de discípulos-misioneros3.
9 ¿Qué factores se tienen que considerar para la conversión
personal y pastoral?
El Plan de Pastoral, así como los diferentes documentos
que lo evalúan, aluden a un cierto clima donde existen
heridas, escepticismo y desconfianza al interior de los
equipos de pastoral. En ese sentido, se recomienda que los
responsables formulen acciones que sirvan para subsanar heridas, desconfianzas, protagonismos,
antagonismos, apatía y marginación. ¿Cómo curar estos males?
Dado que se realizan, de forma periódica, diversos encuentros, reuniones y retiros para la formación,
organización y convivencia, sin que éstos parezcan resolver los malestares antedichos, conviene
considerar qué impide que se cumplan los objetivos esperados4.
La atención de estos malestares es la materia del primer objetivo del Plan: la Renovación del Corazón
y esta renovación es vista como la primera condición necesaria para la consecución de los siguientes
objetivos.
3 Rivera Norberto Mons., Orientaciones Pastorales 2015, Arquidiócesis de México, 2015. No. 21. 4 Cf. Ib. Nos. 65-66
No obstante, se sugiere que sean las mismas actividades pastorales que cumplan sus objetivos las que contribuyan a la fortalecer la confianza en el liderazgo de la Vicaría, la pertinencia de la planeación y la conveniencia de alinearse con esta dinámica de trabajo.
La reconciliación y la confianza al
interior de los equipos de pastoral para
favorecer la confianza y la comunión.
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10 ¿Qué papel juegan los valores respecto de la evangelización de la
cultura y las periferias existenciales?
Dos de las preocupaciones más insistentes en el Plan
Pastoral son la “pérdida de valores” y “el materialismo”.
Se debe tener en cuenta que los valores no son cosas,
sino principios que orientan el comportamiento. Para
valorar se requiere la capacidad de establecer una
jerarquía entre los valores.
Es más conveniente hablar de una jerarquía alterada de valores, en lugar de una pérdida de valores,
ya que en la práctica la sociedad está muy impregnada de apreciaciones de valor. Las exigencias
sociales de trabajo, familia, formación y recreación de la vida urbana exigen al cristiano un ritmo y
una forma de vida distintos respecto a la que se podía llevar hace algunos lustros. Ante esto el Plan
de Pastoral debe asumir el cambio de valores como oportunidad para desarrollar la Nueva
Evangelización desde los diversos niveles de renovación que ha proyectado y presentarse como esa
piedra angular que da seguridad ante el devenir de los tiempos. Ejemplo de ello son los jóvenes que
tienen conductas concordes con los valores evangélicos, por ejemplo en materia sexual que llegan al
59%5.
Se tiende a asociar la “pérdida de valores” con la “descristianización de la sociedad”, pero ello no es
del todo exacto. De acuerdo con los datos del Censo (INEGI, 2010), la sociedad mexicana no sólo
adopta valores seculares, pero no se descristianiza sino se “descatoliza” puesto que las personas que
han dejado el seno de la Iglesia Católica no se declaran ateos o sin religión sino que han pasado a
formar parte de comunidades evangélicas6 al punto que 8 de cada 10 personas que abandonan el
catolicismo pasaron a dichas comunidades.
Se considera importante analizar el propio discurso por cuanto bajo la etiqueta “descristianización”
no se está queriendo hablar más bien de la pérdida de las características de la cristiandad, de una
sociedad homogénea en la que el catolicismo gozaba de una autoridad incontestable. Un hecho
innegable es que no sólo la sociedad y la cultura han diversificado sus valores e identidades, sino el
mismo catolicismo es cada vez más plural, lo que conecta los valores con el tema de la religiosidad
popular o adopción social de la religión.
5 Serrano Jesús, Vitalidad y complejidad de la religiosidad de los jóvenes mexicanos: evidencias
empíricas, en proceso editorial, 2014. 6 Cfr. Serrano Jesús, “Eficacia de la tarea evangelizadora” en Varios, Retos para la Evangelización vol. I,
Análisis de la Encuesta sobre culturas religiosas en la Ciudad de México, Vicaría de Pastoral, Consejo Pastoral Arquidiocesano, México, 2014.
El Plan de Pastoral debe asumir el
cambio de valores como oportunidad
para desarrollar la Nueva
Evangelización.
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La secularización no es intrínsecamente algo contrapuesto al cristianismo, pero sí implica una
autonomización de la vida social respecto de las directrices religiosas.
Un signo de la secularización es la pluralidad que emerge al interior y al exterior del catolicismo. Es
por ello que las diversas culturas, que para muchos son consideradas “periféricas” aluden de hecho
al descentramiento del catolicismo como eje rector de la vida pública, es decir, la misma cultura
cristiana es periférica respecto de la cultura urbana y secular que abarca la pluralidad cultural de la
sociedad.
Se recomienda crear estrategias de seguimiento personalizado y de acogida a los fieles en la iglesia local. Asimismo se insiste en la importancia de cuidar los lenguajes y los mecanismos de negociación con los valores del mundo. Las familias intentan resistir y no ser avasalladas por los valores del mundo, para ello requieren y piden la ayuda de la religión.
Las gráficas siguientes explican
cuántas personas están
interesadas en participar de
alguna manera en grupos que les
permitan conocer su religión.
Vemos en la gráfica 5 que casi el
70% está dispuesto a participar
pero, como muestra el mapa
conceptual (que es resultado de
las explicaciones que dieron más
de 1500 personas encuestadas a
nivel Arquidiócesis de México) de
la gráfica 6, sus principales
motivos para no hacerlo caen en
los factores tiempo y trabajo.
Esto supone la necesidad de tener
imaginación para ofrecer alternativas que permitan a la gente conocer su religión y vincularse a sus
comunidades eclesiales a pesar de la falta de tiempo o el exceso de trabajo, a ello se refieren las
Orientaciones Pastorales 2015 en sus numerales 52 a 54..
25%
19%
13%
43%
Gráfica 5Motivos para no participar en un grupo para conocer
su religión
Tiempo o incapacidad
Falta de Interés
Motivos no aclarados
Sí quiere participar
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Gráfica 6
Razones expuestas para no participar en grupos destinados a conocer la religión
11 ¿Qué actitud tomar hacia las personas que han dejado la Iglesia
católica?
¿Por qué la gente se va de la Iglesia? De acuerdo con la
información del Plan de Pastoral (p. 26), los agentes de
pastoral lo atribuyen al desconocimiento mientras que la
feligresía indica que es por falta de tiempo. El sentido
común indica que, si las personas dejan la Iglesia por
desconocimiento (p. 27), entonces se precisa de un
mensaje que las convenza y las haga regresar. Es entonces
que surge, casi por generación espontánea, la solución: una mejor formación en las verdades de la fe
para que las asuman y testimonien.
Sin embargo, hay dos reducciones en el anterior proceder: la primera, asumir que las personas que
han dejado el seno de la Iglesia católica padecen una especie de tara que les impide reconocer lo
valioso del mensaje de salvación y, segunda, asumir que la falta de tiempo está relacionado con la
falta de voluntad por asistir a la celebración litúrgica. Así, el perfil de las personas que dejan el
catolicismo es de individuos apáticos e ignorantes.
“...Y ojalá el mundo actual pueda así
recibir la Buena Nueva, no a través de
evangelizadores tristes y desalentados,
impacientes o ansiosos, sino a través
de ministros del Evangelio, cuya vida
irradia el fervor de quienes han recibido,
ante todo en sí mismos, la alegría del
Cristo” (EG 10; Cf. EN 80)
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19
Gráfica 7
El estudio de la cultura religiosa permitió identificar que sólo un 2% de la catolicidad se obtiene de
la formación, a pesar de que se le suele otorgar una enorme importancia en la planeación pastoral.
La devoción (entiéndase la religiosidad popular) constituye el 56% y la Identidad del católico, es
decir, qué tipo de católico considera ser cada uno, constituye un 37% (Gráfica 7).
Se recomienda que la estrategia pastoral se oriente más a los aspectos emocionales de las personas y se estructurará desde la acogida, el encuentro, y, como ha dicho el mismo Plan Pastoral, la reconciliación.
12 ¿Qué características debe tener la pastoral de la Familia?
Por pastoral familiar muchos entienden la atención a los
matrimonios, especialmente aquellos casados por la
Iglesia y con hijos. Para otros, la preocupación principal es
responder a las problemáticas de las que se habla tanto en
la actualidad como aquellas parejas que viven en
situaciones irregulares o incluso las parejas del mismo sexo. Puede suceder que se esté reduciendo o
centrando el tema familia en la cuestión del matrimonio sacramental y ese, aunque es un aspecto
importante, no el único que atañe a la vida y las necesidades formativas, catequéticas y pastorales de
la familia.
De hecho las problemáticas relativas a la educación de los niños y jóvenes son actualmente de los
temas más requeridos por las familias y sobre los cuales esperan respuestas y orientaciones realistas
y oportunas.
2%
54%
36%
5%
3%
Composición del índice de Catolicidad (iCat)
Formación
Devociones
Identidad como católico
Sacramentos
Participación
Una pastoral familiar no debe centrarse
en el matrimonio sacramental sino
ampliar su atención para proponer
pautas de educación integral de niños y
jóvenes
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En el documento de la III Asamblea general extraordinaria del Sínodo de los obispos se nos indica
que es necesario redescubrir a la familia como sujeto imprescindible para la evangelización (cf. no.
2) pero ante todo “hay que escuchar a cada familia con respeto y amor, haciéndose compañeros de
camino como Cristo con los discípulos en el camino de Emmaus…” (no. 64) porque “Regazo de
alegrías y pruebas, de afectos profundos y de relaciones a veces heridas, la familia es una auténtica
“escuela de humanidad” (cf. GS 52), de la que se percibe fuertemente la necesidad. A pesar de las
numerosas señales de crisis de la institución familiar en los diversos contextos de la “aldea global”,
el deseo de familia permanece vivo, especialmente entre los jóvenes…” (no. 2).
Gráfica 8
Importancia de la Red familiar en la transmisión de la devoción
(Encuesta de culturas religiosas 2012)
No sólo se quiere reivindicar la importancia de la familia, sino que actualmente es el tema más
importante que pueda tener la agenda pastoral y educativa. No se trata de exagerar o ver con
pesimismo las problemáticas que enfrenta la familia como célula básica de la sociedad, pero sí es
verdad que los cambios de civilización (el cambio de época del que habla Aparecida), las
transformaciones en los roles de género, las oportunidades que da la era de la información, las
inevitables presiones económicas y, en especial, el cambio de valores, pasan su cuenta al entorno
familiar.
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21
Los estudios referidos, como la Encuesta Nacional de la Juventud, muestran la importancia que tiene
la familia para las actuales generaciones. Esta es la mayor oportunidad para los procesos
evangelizadores y de acompañamiento espiritual y pastoral, ya que, las necesidades están allí y las
personas no atinan a encontrar las respuestas apropiadas a sus problemáticas.
Lo anterior se enlaza con el deseo de las familias de buscar, en Dios, la unión al interior del propio
hogar y la armonía con los vecinos. Por ello, el servicio de la Pastoral Familiar hacia la diversidad de
núcleos familiares debe brindar herramientas de que propicien el encuentro, la convivencia, la
comprensión y la reconciliación entre sus miembros. Estos aspectos fueron el resultado del estudio
“Retos Pastorales de las Unidades Habitacionales” (Universidad Católica Lumen Gentium, 2012) y lo
son, también de datos que indirectamente manifiestan la avidez que se tiene por respuestas7.
Cada vez es más claro que las culturas juveniles adquieren su identidad frente a los alcances y
limitaciones de las culturas adultas, por ello pueden interpretarse como una serie de exigencias ante
la experiencia de una doble moral en que han incurrido los adultos en los diversos niveles sociales,
económicos, políticos y culturales. Si bien es cierto que no todos los adultos tienen una doble moral,
lo cierto es que los fenómenos de inseguridad, corrupción, tráfico de influencias, entre otros, tienen
su origen en las prácticas sociales de los adultos, incluyendo el ámbito eclesial. Hay que agregar que
la idea del escaso compromiso social de los diversos sectores juveniles respecto del cambio social no
tiene en cuenta la gran cantidad de jóvenes comprometidos en acciones solidarias ajenas a la religión,
los movimientos sociales y estudiantiles dan cuenta de ello. Así se hace pertinente que la atención
pastoral evite un juicio a priori sobre los ideales de los jóvenes y les muestre que el mensaje del
evangelio es coherente con la justicia social desde la acción socio-caritativa de la iglesia.
Se recomienda por lo tanto, abordar una pastoral de familia más amplia y orientada a la integración y manejo de las relaciones paterno filiales, sin menoscabo de la relación de pareja.
13 ¿Tiene futuro la Misión hacia las Nuevas Generaciones?
Las nuevas generaciones han sido objeto de una misión y
han sido colocados entre las prioridades de la
Arquidiócesis y de nuestra Vicaría.
Ya se sabe que no todos han asumido con el mismo interés
este objetivo, también se tiene registro de ciertos avances gracias a los eventos realizados en los dos
últimos años, sin embargo también es evidente que los resultados están lejos de lo que se pudo desear
7 La Rosa de Guadalupe, es el programa que ocupa el 50% de audiencia en su horario. Su contenido
versa sobre problemáticas que enfrentan los hogares con relación a la convivencia en su interior y en el medio social. Véase http://www.milenio.com/blogs/surtido_rico/rosa-Guadalupe-alvaro-cueva-surtido-rico-televisa_7_442825716.html
Existen muchos prejuicios sobre los
jóvenes y la religión. La evidencia
muestra que los jóvenes mantienen una
religiosidad viva, pero ajena a la
dinámica eclesial.
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o imaginar. ¿Acaso fueron irreales las expectativas? ¿Qué objetivos deberían establecerse respecto a
esas Nuevas Generaciones?
En el contexto de los estudios sobre pastoral urbana8 se ha atendido en varios momentos al fenómeno
de las culturas juveniles. Este antecedente permite identificar algunas cuestiones críticas:
a) Los jóvenes se han alejado de la Iglesia. Más bien la Iglesia se ha alejado de ellos. No se ha prestado la misma atención a los diferentes sujetos de evangelización. En virtud de que los jóvenes requieren un tipo de trabajo mucho más demandante y al mismo tiempo, ellos son muy críticos, especialmente hacia la Iglesia, eso hace muy complejo trabajar con ellos y satisfacer sus expectativas. Puede decirse que se les evita para eludir las preguntas incómodas que suelen hacer.
b) Los jóvenes son apáticos. Las Nuevas Generaciones son difíciles de impresionar y difíciles de convencer. Pero no son apáticos, son hiperactivos. Esto significa que para captar su atención se tiene que ir a su ritmo. Lo que para nosotros parece desinterés es, en realidad, aburrimiento por nuestro ritmo demasiado lento en comparación con su capacidad. Su potencial es enorme y los estímulos que proceden del ámbito eclesial van a cuentagotas.
c) Los jóvenes están más interesados en los medios de comunicación y en la diversión. Los jóvenes han aprendido a ampliar sus relaciones y combinan lo real con lo virtual. En una época de grandes avances científicos y tecnológicos la religiosidad es un hecho vital; la fe, el misticismo o la superstición ocupan un puesto en las relaciones de los jóvenes.
d) Los jóvenes han perdido sus tradiciones. Viejas devociones se transmiten y mantienen gracias a las Nuevas Generaciones: la pasión de Iztapalapa, el 12 de diciembre, las mayordomías en Xochimilco. Nuevas devociones se extienden, se asimilan y se construyen en torno a ellas diferentes rituales y místicas: la Virgencita plis, San Judas Tadeo, la medalla de San Benito, por mencionar algunas.
Estas dinámicas obedecen a intencionalidades que la Iglesia no ha terminado de entender o promover.
e) La conducta de los jóvenes sucumbe ante la pérdida de valores y la inducción de los medios de comunicación, las malas compañías y una sociedad permisiva. Es cierto que se constatan graves patologías sociales de las que los jóvenes de hecho son víctimas, que han crecido sin la posibilidad de contar con una orientación que les ayude a colocar cada valor en su puesto. Es esencial contribuir con las familias a la educación de estas Nuevas Generaciones; ningún esfuerzo es suficiente. Los jóvenes esperan testimonios de congruencia y de compromiso para imitar. Muchos líderes y movimientos prueban que los jóvenes son capaces de interesarse, movilizarse, organizarse e incluso exponer su seguridad ante causas que creen. La Iglesia está invitada a ofrecerles este tipo de causas.
8 Serrano Jesús, Vitalidad y complejidad de la religiosidad popular de los jóvenes mexicanos: evidencias
empíricas, en proceso editorial. Varios, Atención pastoral a la devoción a San Judas Tadeo, Ed. San Pablo, México, 2013.
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Se recomienda que no se abandone la idea de una Misión Juvenil, pero que se amplíe el trabajo
al ámbito de la educación en la familia y se vincule con las causas sociales (pastoral de la
caridad). Los ámbitos parroquiales como barrios pueden contribuir mucho a crear ambientes
sanos para el crecimiento, la convivencia y la diversión. Asimismo, la cultura tiene que ser uno
de los ámbitos en los que se trabaje. En todos ellos, como ha mostrado la experiencia, la imagen
de Jesucristo, su palabra y su llamado tienen que ser transmitidos con claridad, sin temor y sin
ambigüedades.
14 ¿Qué relación tiene que establecerse entre los núcleos de
Religiosidad Popular y Liturgia?
Las esferas de la liturgia y la religiosidad popular se
mantienen tanto interdependientes como en tensión. Como
sucede con el caso de las mayordomías, aunque las
festividades populares se aparten de las orientaciones
litúrgicas, catequéticas y pastorales, el hecho es que buscan
estar en conexión con la liturgia, tener su misa, recibir su bendición. Por otro lado, la misma iglesia
está formada por la comunidades de fieles que celebran estas festividades y no puede, ni apartarlas,
ni abandonarlas, sino que tiene que acompañarlas, aunque con frecuencia este proceso sea tenso y
no exento de descalabros.
La primera recomendación es hacer una distinción, de manera tal que se trabaje de forma
independiente religiosidad popular y liturgia, pero también que exista un trabajo en que ambas se
conjuguen.
Diversos estudios muestran que existe una gran vitalidad de la religiosidad popular. Por ejemplo,
entre los jóvenes sus devociones no implican una participación tan intensa en la liturgia. Se puede
hablar de una religiosidad hecha a la medida, sensibilidad e intereses de las personas conforme a sus
estratos socioculturales y económicos.
En cambio, la liturgia se percibe como una esfera monopolizada por la Iglesia institución, sujeta a una
normativa más o menos fija y, especialmente, poco sujeta a la negociación o adaptación.
En este sentido, la religiosidad popular y la liturgia se oponen. La primera como religión adoptada y
adaptada por los creyentes para expresar y vivir su fe y, la segunda, controlada por la Iglesia como la
forma considerada legítima y apropiada para manifestar la fe, la celebración y el culto divino.
La Religiosidad Popular es la forma en
que las personas adoptan la religión y la
practican. Existe una enorme vitalidad
religiosa, por lo que la liturgia tiene que
mejorar su comunicación con ésta.
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24
Esta oposición, tiene que verse de forma crítica y creativa. No es cómodo para los círculos de decisión
pastoral reconocer que aquello que se considera más valioso y propio, es algo que no ocupa el mismo
grado de valoración por parte de otras personas o sectores. Los números decrecientes de
participantes en la misa suelen interpretarse de manera proyectiva, es decir, la inasistencia es “culpa
de ellos” porque no conocen, no se interesan, no se comprometen y no valoran. Difícilmente se asume
como una falla en “nosotros”, en la forma en que se preparan los sacramentos, cómo se celebra, qué
lenguaje se usa y, especialmente, cómo dialogan las jerarquías de valor.
Se recomienda que la liturgia esté centrada en el lenguaje de comunidad, que busque acoger,
no juzgar, oriente, no moralice, comunique, no sólo informe u ocurra como un teatro, sino que
inspire e involucre. Se sugiere, en consecuencia, que se propongan, diseñen y promuevan
insumos, orientaciones y actividades que ayuden a los agentes de pastoral a fortalecer la liturgia
con estas orientaciones.
15 ¿Qué papel debe jugar la religiosidad popular como uno de los ejes
del Plan Pastoral?
El concepto de religiosidad popular es amplio y da pie a
distintas lecturas que los especialistas han abordado sin
que prevalezca una teoría única9.
Se propone entender la religiosidad popular como
“adopción social de la religión”. Por una parte se invita a
evitar dos tipos de interpretación, la primera consiste en identificar la piedad popular con la
religiosidad, incluyendo todas aquellas prácticas devocionales que han sido adoptadas a nivel
institucional, como el rezo del rosario. La segunda es la que ve en la religiosidad popular lo que se
opone a la liturgia y la piedad, ya que presenta rasgos de sincretismo y, para muchos, constituye una
manifestación impura o desviada de la fe.
Adopción social de la religión quiere decir es que la apertura a la fe, intrínseca al ser humano, se
abre camino enmarcada en la jerarquía de valores y en la estructura de sentido que la cultura
produce, de tal forma que toda religiosidad se adopta y se adapta por parte de la persona, para tener
de ella una vivencia socialmente significativa.
9 Cfr. Fernández Valencia, Abel. Comunidad desde la religiosidad popular. Librería Parroquial de
Clavería, 1990. Álvarez Gastón, Rosendo. La religiosidad popular. Ed. Católica, BAC #42, 1981. Benjamín Bravo, Diccionario de religiosidad popular. Col. Magdalena Mixhuca, 1992
Aunque se evidencia un debilitamiento
en la participación de la gente en la
Iglesia institucional, no ocurre lo mismo
en el terreno de la religiosidad popular.
La Iglesia tiene que ir al encuentro de lo
popular.
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25
Es falso, como pretende el liberalismo y el laicismo que la religión sea un acto individual, es siempre
y necesariamente un acto social. Diferentes estudios10, ponen de manifiesto que la religiosidad
popular es:
un hecho extendido entre todos los estratos económicos y educativos;
se manifiesta en todas las franjas de edad, incluyendo los jóvenes;
tiende a estar más en consonancia con la religión oficial, pero conforme la gente se “aleja”
también va supliendo la religiosidad ortodoxa por religiosidad a su manera, pero no pierden la
religiosidad o la fe.
No existe un proceso de alejamiento de la religión, pero sí muchas veces de “descristianización” (El
cristianismo tiene su centro en Jesucristo, no en San Judas u otras expresiones de religiosidad. Si
Cristo deja de ser el núcleo, hay “descristianización”.
Pastoralmente se propone poner como eje la religiosidad popular es decir, la adopción social de
la religión, porque es el vínculo en el cual las personas de manera individual y colectiva asocian
sus creencias con sus prácticas. No sólo en el terreno de lo ritual como el persignarse al pasar
frente a una iglesia, sino en el mismo terreno de la vida social y económica: el compadrazgo, el
persignarse por la primera venta del día, la acción de gracias al final del año escolar, etcétera.
Se recomienda que el lenguaje religioso ocupe esos espacios y se haga significativo para esos
momentos. Asimismo se recomienda que se elaboren orientaciones, materiales y rúbricas
apropiadas para la celebración de los ritos de la religiosidad popular en los espacios socialmente
significativos de ésta.
16 ¿De qué forma tiene que vincularse la pastoral vocacional con la
pastoral familiar?
Si bien es cierto que, desde la reflexión teológica, el
concepto de vocación abarca las distintas esferas de
respuesta del cristiano, también es cierto que, en la
práctica, se hace énfasis en algunas de ellas. Como señalan
las Orientaciones Pastorales 2015, la vocación original es
a ser cristianos11 y posteriormente se elige un modo de vida cristiano. Ahora, los documentos del
10 Culturas Religiosas en la Ciudad de México (UNAM-Arquidiócesis de México), Creer en México
Encuesta Nacional de Cultura y Práctica Religiosa (IMDOSOC), así como la Encuesta Mexicana de la Juventud (Inst. Mexicano de la Juventud-UNAM), entre otros.
11 Rivera Norberto Mons., Orientaciones Pastorales 2015, Arquidiócesis de México, 2015. Nos. 56-60.
La vocación a ser cristiano es la primera
conciencia que se tiene que adquirir y
madurar en el seno de la familia para
que desde ahí se extienda a la vocación
sacerdotal.
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26
magisterio hacen énfasis de que tanto la vocación sacerdotal como la religiosa tienen su origen en la
familia. De modo que la atención pastoral a la vocación matrimonial y familiar no solo acercará la
vocación cristiana a los integrantes de la iglesia doméstica sino que fomentará en ellos la capacidad
de extender y difundir todas las opciones vocacionales sin identificarlas como negación al mundo
sino como intervención providencial en él desde la propia existencia.
Otro nivel de la pastoral vocacional debe atender a la propia conformación del presbiterio para que
integre su vocación como respuesta libre al sacerdocio ministerial en cuanto donación relacional de
la propia vida al mundo, en donde se encuentran los fieles y sus hermanos en el ministerio ordenado,
a semejanza de Jesús a quien nadie le arrebata su vida sino que la entrega libremente para la salvación
de toda la creación.
Por otra parte, el Plan de Pastoral, en su página 33, muestra una gráfica con las preocupaciones del
presbiterio en donde sobresalen la soledad y la economía; ambos aspectos de vulnerabilidad. Se
requiere una amplia reflexión al respecto, pues un grupo con tal situación de inseguridad difícilmente
será promotor de nuevas vocaciones sacerdotales y enfrentará mayores dificultades para acoger a
los neopresbíteros asignados al servicio de la vicaría.
Se recomienda insistir en el sentido de relación con los integrantes de la familia, con los amigos
y con las comunidades vitales de los jóvenes, como un medio de desarrollo del sentido de
llamado y entrega a una misión.
Asimismo, vincular la promoción vocacional con los avances en el proceso de renovación del
corazón.
17 ¿Qué aspectos conviene considerar respecto a los compromisos
sociales y caritativos?
De acuerdo con los resultados de la encuesta nacional
“Creer en México”, 2014, patrocinada por el IMDOSOC y
realizada por Ipsos, el 86% de la población mexicana se
declara católica. Esta población católica en México
reconoce que una manera de ser católico es dar limosna y
a la vez el 94% de estos católicos no participa en ninguna
organización social (asociación del medio ambiente, de
asistencia o caridad, de vecinos o condóminos, de padres de familia, de iglesia…), además cuando se
les pregunta por los tres problemas que, en consideración de los encuestados, ayuda a resolver la
Iglesia católica, el 28% responde que ninguno, el 20% no contesta o ignora la respuesta. Es decir, por
La división entre la fe y la vida se basa
en una creencia dirigida puramente a lo
espiritual y trascendente y desvinculada
de la vocación a ser cristiano en el
mundo. Crear redes y conciencia
optimista del potencial transformador
del que actúa en el mundo.
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27
un lado, la población católica reduce el ser cristiano a un signo mínimo: dar limosna, mientras que la
mitad de los católicos no reconoce la relevancia social de la acción de la Iglesia12.
Pareciera que más de la mitad de la población en México no ve el servicio sociocaritativo de la Iglesia
actuando en el mundo, este hecho es una invitación para que el Plan de Pastoral considere que su
pastoral sociocaritativa no puede reducirse a un mero centro de despensas o un dispensario médico,
no porque estas acciones sean innecesarias sino porque la acción caritativa de la Iglesia para el
mundo debe propiciar la participación de los fieles en la vida política, económica y social, donde se
toman las decisiones sobre toda la población mexicana, incluida la Iglesia local. Estas notas tienen
que ponerse de relieve frente al numeral 51 de las Orientaciones Pastorales 2015.
En particular tiene que observarse que en la encuesta levantada para la preparación del plan Pastoral
de la Vicaría se tuvo una muestra donde el 70% de las personas encuestadas fueron mujeres y el nivel
educativo es alto en proporción, ya que incluye un 60% de personas con educación media superior o
superior y que el empleo llega al 75%. Estos datos aportan elementos para identificar un enorme
potencial de los laicos para influir desde sus propios empleos en ciertos cambios sociales.
La pastoral sociocaritativa, en cuanto testimonio cristiano de la esperanza eclesial, debe mostrar su
capacidad de unir la fe con la vida diaria, permitiendo que el pueblo de Dios, ministros ordenados y
fieles, construyan la sociedad de la vida por el amor desde los tiempos que les ha tocado vivir,
haciendo presente la Providencia Divina en las diversas enferas en que se desarrollan. Esta acción
sociocaritativa puede conducirse de manera trasversal que toca la renovación del corazón, de la
misión, de la formación y de las estructuras.
Se recomienda comenzar la unión de la fe con la vida en una estructura que fomente la formación
de una conciencia cristiana comprometida en la construcción del Reino por medio de la
participación militante en las estructuras del mundo. La formación de centros de escucha sería
un inicio alentador. Un centro que funcione como red, nodal y descentralizada, en donde los
católicos comprometidos, en primer lugar, identifiquen las necesidades de sus hermanos y, en
un segundo momento, consciente de sus propios recursos (humanos, materiales, financieros y
de infraestructura) busquen satisfacerlas sin delegar ni desentenderse de su compromiso
cristiano. La formación de centros como el descrito permitiría que fuese un verdadero centro
comunitario en cuanto centro de comunión, que propicie una comunidad de comunidades desde
la satisfacción de las necesidades concretas de sus miembros13.
12 Reyes Heroles Federico, “Religiosidad y ética social” en Este País, septiembre 2014.
http://estepais.com/site/2014/religiosidad-y-etica-social/ 13 Rivera Norberto Mons., Orientaciones Pastorales 2015, Arquidiócesis de México, 2015. No. 71
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28
18 ¿Qué factores conviene considerar por parte de los equipos
misioneros y la renovación de las parroquias?
Las Orientaciones Pastorales 2015, dedican varios
numerales (74 a 85) para motivar la renovación
parroquial y la perseverancia en los equipos misioneros.
El concepto de Misión Permanente debe ser una brújula que oriente las diversas iniciativas, Planes y
Programas de trabajo que se realicen, pues, como se expuso previamente, los objetivos principales
se van materializando gracias a las acciones particulares.
Contar con equipos misioneros de animación, no significa que éstos sean “todólogos” o que suplan
las responsabilidades de otros equipos específicos de trabajo. En todo caso, conviene verlos como
equipos de “operaciones especiales”, aquellos que abran camino en iniciativas, en ámbitos de trabajo
pastoral nuevos, con otros destinatarios o para los cuales todavía no existan estructuras pastorales
específicas. En particular, parroquia y equipos misioneros tienen mucho por hacer en favor de una
pastoral personal (lo que frecuentemente se llama de ambientes).
Se insiste en la conveniencia de superar el enfoque de misión “por visiteo”, y dar el paso hacia una
misión “de presencia”. Esta idea enlaza con las mencionadas anteriormente: vocación cristiana y
participación de los laicos, pastoral social, religiosidad popular, pastoral de las familias. En todos esos
ámbitos, los equipos misioneros tienen que ir promoviendo iniciativas concretas que vayan tocando
a la población en aspectos vitales muy sensibles y ante los cuales están ávidos de esperanza, fe y
orientación.
19 ¿Cómo determinar el cambio de estructuras y los progresos del
Plan Pastoral?
Para algunos es mejor no tener indicadores de desempeño
porque así una planeación se diluye en retórica, buenas
intenciones, tareas vagamente definidas y
responsabilidades impersonales.
El logro del Plan Pastoral, así sea en una proporción modesta, tiene que basarse en un conjunto de
indicadores de resultado. Sin ellos, no sólo no será posible explicar qué es lo que no se ha hecho; en
especial, quedará sin responder qué o por qué está fallando.
El buen juez por su casa empieza. La
primera misión es nuestra propia
conversión.
Los equipos misioneros son equipos de
operaciones especiales que abren
caminos a una Misión por presencia.
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29
El Plan Pastoral establece la necesidad de renovar las estructuras y la misión. Esta definición nos
pone en el camino de una tarea permanente de evaluación para una constante actualización.
Por ejemplo: ¿qué características tiene que tener el egresado (por llamarlo de alguna manera) de los
espacios de formación en el año 2015? ¿De qué forma se va a medir y qué acciones de mejora se van
a tomar si se identifican áreas de oportunidad?
Si se identifica que la misión juvenil no alcanzó los objetivos esperados, ¿en quién recaen las
responsabilidades? ¿Cómo se les puede ayudar a corregir y mejorar?
¿De qué manera se puede crear un conjunto de recompensas o reconocimientos al esfuerzo de cada
persona, de forma que sea algo transparente y justo?
Se recomienda introducir un indicador de resultado para cada objetivo y para cada actividad en
el plan pastoral. Estos indicadores deberán quedar debidamente identificados para que en la
planeación del próximo año sea posible iniciar por la revisión de los avances en los mismos.
Nota Aclaratoria:
El presente documento fue realizado por encargo de la
III Vicaría Episcopal, San Felipe de Jesús, por los
Maestros Jesús Serrano y Alejandro Emiliano de la
Maestría en Pastoral Urbana de la Universidad Católica
Lumen Gentium.
No comprometen la opinión de la Vicaría, de su Obispo
Auxiliar ni de la Universidad Católica Lumen Gentium.
Más informes:
www.pastoralurbana.info
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30
Índice
1 ¿Qué queremos lograr? ............................................................................................................. 3
2 ¿Qué papel tiene el diagnóstico o análisis de la realidad en la planeación pastoral?...................... 3
3 ¿La conversión del corazón es acaso un primer paso? ................................................................ 4
4 ¿Por qué y cómo se tienen que alinear los demás objetivos del Plan Pastoral? ............................. 5
5 ¿Qué relación tienen las líneas de acción con el marco de realidad? ............................................ 7
6 ¿Hacia dónde se mira con el Plan de Pastoral? ..........................................................................11
7 ¿Por qué se tiene que planear estratégicamente y en qué consiste este enfoque? ......................11
8 ¿Qué factores estructurales se tienen que tomar en cuenta para abordar la misión pastoral en el
período inmediato? ....................................................................................................................14
9 ¿Qué factores se tienen que considerar para la conversión personal y pastoral? ........................15
10 ¿Qué papel juegan los valores respecto de la evangelización de la cultura y las periferias
existenciales? .............................................................................................................................16
11 ¿Qué actitud tomar hacia las personas que han dejado la Iglesia católica? ................................18
12 ¿Qué características debe tener la pastoral de la Familia? ........................................................19
13 ¿Tiene futuro la Misión hacia las Nuevas Generaciones? ..........................................................21
14 ¿Qué relación tiene que establecerse entre los núcleos de Religiosidad Popular y Liturgia? .......23
15 ¿Qué papel debe jugar la religiosidad popular como uno de los ejes del Plan Pastoral? .............24
16 ¿De qué forma tiene que vincularse la pastoral vocacional con la pastoral familiar? ..................25
17 ¿Qué aspectos conviene considerar respecto a los compromisos sociales y caritativos? ............26
18 ¿Qué factores conviene considerar por parte de los equipos misioneros y la renovación de las
parroquias? ...............................................................................................................................28
19 ¿Cómo determinar el cambio de estructuras y los progresos del Plan Pastoral? ........................28
Nota Aclaratoria: ........................................................................................................................29