Marcos de plantación en citricultura€¦ · MARCOS DE PLANTACION EN CITRICULTURA Los agrios son...

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i ^ . ^ ^^^^, N.^^ is - F^^ ^^ Marcos de plantación en citricultura Manuel Hernández Pagán José Sala Galán Salvador Boronad Gascón Del Servicio de Extensión Agraria ^IINIS?ERIO DE AGRICULTURA

Transcript of Marcos de plantación en citricultura€¦ · MARCOS DE PLANTACION EN CITRICULTURA Los agrios son...

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N.^^ is - F^^ ^^

Marcos de plantaciónen citricultura

Manuel Hernández PagánJosé Sala Galán

Salvador Boronad GascónDel Servicio de Extensión Agraria

^IINIS?ERIO DE AGRICULTURA

MARCOS DE PLANTACION

EN CITRICULTURA

Los agrios son originarios de Oriente y fueron introdu-cidos en España como árboles de acíorno. Con el tiempo hanevolucionado a planta de g^ran cultivo.

Estos árboles, al principio, fueron establecidos en huer-tos qtte se podían regar con tacilidad, primero como árbo-les aislados, después en líneas, siguiendo la costumbre quehay en nuestro país de colocar en las huertas una serie deárboles alineados en los deslindes, regueros, etc., tales comopalmeras, moreras, granados, ciruelos y otros (fig. 1).

El valor e incretnento de las producciones, la necesidadde sustituir ttn cultivo clásico, coino la morera, por otraplanta, así como también las exigencias culturales (gomosis,clorosis, etc. ), hicieron que los cítricos se implantasen comocultivo único, al menos en lo que respecta a una sola especie.

Los pies utilizados antiguamente (el naranjo amargocomo pie es de introducción moderna ) daban lugar a árbo-les de gran porte, con entrada en producción tardía ; estascausas obligaban al agricultor a emplear marcos amplios ya intercalar cultivos bajos en la primera época de las plan-taciones. Así se concibe cómo las huertas de la Ribera Alta,Baja, La Plana, etc., llegasen a tener una gran importan-cia, hasta hace poco tiempo, en_ lp que, respecta a cultivos

Fig. 1.--Alineación de nísperos al ladode la reguera en un huerto de naranjos.

hortículas, tomate, pimientu, judías de verdeo, cacahuete,fresa, etc.

Se tenía la creencia de que atendiendo al cultivo hortí-cola se cubrían con creces las necesidades de los cítricos ;actualmente, la mayoría de los ag^ricultores no admiten estapostura, puesto que las exigencias culturales son distintas.

Primeras etapas en la evolución de los marcos de plantación

de agrios.

Con el tiempo, el cultivo único del naranjo se va exten-diendo de forma espectacular, llegando a ocupar tierras noaptas para establecer plantaciones de agrios con los pies tra-dicionales. Como consecuencia de ello se producen con bas-tante frecuencia desastres, provocados por gomosis, clorosisférrica, asfixia radicular, etc. ; más tarde toma importanciaotro pie, el amargo; se implantan variedades de menor vi-gor y los marcos se estrechan, dejandc^ entre cada dos ár-boles 4-5 metros solamente (18-22 palmos ). La plantacióna marco real con esta separación entre árboles resulta abu-siva en comparación con las plantaciones anteri^res.

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Por cuestiones comerciales, épocas difíciles para nuestropaís (guerra y postguerra de Liberación ), los citricultoresreducen de manera notable la zona naranjera; después seincrementa de nuevo la superficie de cultivo, y para con-seguir la rápida entrada en producción nace el cultivo deag^rios asociados con agrios, es decir, en los huertos de agriosse plantan entre los árboles viejos otros jóvenes, y las plan-taciones tradicionales a marco real se transforman en plan-taciones en «cinco de oros». Se hace uso de este sístematambién en la regeneración de naranjales después de la he-lada de 1956.

Por similitud a otros cultivos, por tendencia a la rneca-nización, etc., va tomando auge en algunos sitios y en al-gunas f incas la plantación en calles. Esta plantación en ca-lles, en la Ribera también se denomina, en algunos casos,barreras.

Interesa obtener rendimientos máximos, sin que impor-te la vida de la planta, y para lograrlo se establecen, en unaserie d.e fincas y campos, plantaciones muy intensivas, a lasque se les denomina plantaciones en cordón.

Circunstancias que han influido en la evolución del marcode plantación.

LA REGENERACIóI^ DE LOS ÁRBOLE,ti POR RETOÑO.

Con harta frecuencia se pueden observar en muchasplantaciones pies que han retoñado de forma natural, y elagricultor aprovecha y dirige este hroces0 ; otras veces fiter-za la regeneración por raíz de una forma artificial. El nú-mero de retoños a utilizar suele ser variable ; cuando el pro-pietario es muy meticuloso maneja números fijos, 3-4 (figu-ras 2 y 3).

Los retoños nacidos natural o artificialmente de los ár-boles adultos y aprovechados por el agricultor hacen que enlas plantaciones primitivas el número de plantas se multi-plique por tres o cuatro y éstas queden dispuestas de formaque se asemejan a matas, grupos o nidos, en vez de árboles

Fig. 2. Re^eneración na*uralde un á.rhol antiquísimo.

aislad^^s. C1-eelnos dlie para muchos agl-icultores esta obser-vación ha sid^^ la que les ha llevado a disponer su planta-ci^ín en g^rtlí^os o nid^^s, si^tema intensivo de plantación quenlás aclelante comentaremos.

TENDENCIA DE ALGUNAS ZONAS AL EMPI,FO Dli MUCHr\S

PLA^T:^S POR iINIDAn DE SUPERFICIE.

Todo citricultor sabe que en tierras arcillosas los árbo-les desal-l-ollan menos, son n7ás atacados poI- la gomosis ymuchas veces padecen asfixia radicuíar. Todas estas consi-deraciones hacen que las plantaciones tarden mucho en cu-brir el terrenc^ de veg^etación, máxime teniendo en cuenta

Fig. 3.-Reproducción poracodo.

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que hueden l^r^^ducirse calvas conw consecuencia ^le la muer-te de algunos árboles. La costuinbre del agricttltor es re-plantar los huecos y- colocar dos árboles en cada n^arra. Estoda lugar a la pérdida de alineaciones v a la creación de unagran masa de arbolado en el terreno, que después huede dargrandes producciones si los árboles se encuentran en buenestado fitosanitario.

En otras zonas se ha hecho el cíoblaje en las plantacio-nes ya ehistentes, es decir, se ha colocado una nue^-a plantaentre cada dos árboles viejos, en una sola dirección de la^filas. F_ste doblaje, que ha dado lugar a plantaciones en ca-lles, se ha llevado a cabo con el ánimo de arrancar los ár-boles viejos cuando las nuevas plantas estuviesen ^-a enproducción, cosa que no se ha cumplido, debido a caue clagricultor ha creído que al deshacerse de plantas disminuíala producción. Con ello se ha dado lugar a plantaciones degran densidad cle arbolado, realizadas con unos ^narcc^s n^áso menos fijos. Este mismo caso se da en huertos en los quese han puesto dos variedacíes, una de ellas teulporal, de hro-ducción hrecoz, }- otra que habría cíe quedar como í^lanta-ción pern^anente, ^ en los que al ]legar e1 inof,^ento cle arran-car los árboles de la variedad ten^^^oral no se lleva a cabola operación.

tiSOCIACION llE AGRIOS CON AGRIOS.

Un grave problema en citricultura es que durante el pri-iner período o etapa que sigue al establecimiento del naran-jal se ocasionan gastos y- no hay ing-resos, sobre todo enplantaciones de marco an7plio; en este tipo de plantacionesel pequeño agricultor solía a^-udarse con la asociación decultivos; después, para unificar trabajos, abonado, lab^res,etcétera, asoció naranjo con naranjo, práctica que tiene bue-na acogida en grandes e^plotaciones, acortando de esta ma-nera el período improductivo (fig. 4).

l.a asociación agrios con ag^rios no sólo acorta el perío-do improductivo, sino que, además, contribuye a resolver laindecisión en la elección de variedad y también de los pies

Fig. 4 - - Asocia-ción de agrios cona^rios de :listinta

edad.

^^ue ^^fre^^en du^la ^le cóm^^ reaccioi^arán ante la a^nstituciónt ísicu-qtiímica del stielo _^- c<m<íiciones climat^lógicas.

Cttan^l<^ se im^^lanta un naranjal as^^cian^l<^ ag^rios c^^n^l^;ri^^s ^jtle s^m cle la inisma variedacl ^^ tienen el misnio ^^ie,l;is c<^n^lici^mes cie rultivo, rea^lección, et^.., son las inismas,.^sí c^m^^^ las e^igencias. Tn^ludablemente, surgen algunos^,rohlemas, qtte se ^lar en cualquiei- l^lantación asocia^ia ^lea;;ri^,s c^^n agri^^s, relativ^^s al ab^^nad^^, rieg<^, p^^da, etcé-tcra, l^cr^^ ést^^s s^^n iácile^ <le res^^lver en la tna^•^ría de l^^sras^^s. 1at^^s ^^r^^blemas, lóg^iran^ente, sól^^ se presentan si el<^^;^ricnltor n^^ elimina el cultiv^^ as^ciad^^, que es lr^ más fre-rucnte.

Cuan^l^^ la ^-arie^la^1 ^le a^;^ri^^s a^^^ciacla n<^ e, la i^^isma^^nc la ^lel ^^tllti^•^^ hase al^arecen ^^trc» pr^^blemas n^^ s61c^t^rnir^^s, sin^^ también a^merciales. I'ara eludii- est^^s ^^ro-hle^^ias, el agricult^^r elimina en muchas ^^casic^nes la varie-<la^l nieiios rentable. I?n algttn^^s cas^^s reinjei-ta la variedadmen^^s rei^table, cle la más reutable, llegando a unificar la^^lantaci^ín en cuant^^ a varie^la^les. C)tras veces la variecla^lmen^^s rentable la reinjerta ^le alguna ^-ariedad nue^-a ^^ m^-^lerna ^^ue cree ^nie<le tener un gran Ixn-venir.

La c^m^binación eii la n^isma plantación de clistintos pies^^ <le cliterentes I^ies ^- ti^arieciades ha entrado en juego en1^.,1>a^ia r^m^<^ a^nsecuencia <ie la aparicic^n de la «tristeza».1:1 ^íe^enlace de e^tas hlantaci^nes no sabemos ctiál ser-á ;no ^^h^tante, en el l^resente tral^aj^ se cian st^fi^^ientes icieas

Fig. 5.-Campo de pies mandarinocomún, injertado de la variedad

Navelina.

l^ara que el ag^ricultor adupte la más conveniente. La utili-zación de distintus hies en la misma parcela ha sido im-huesta en cierto lnodo 1>ol-c^ue no se tiene la sllficiente ea-l^eriencia ni se sabe con certeza clué variedad será la quenlejor se adapte a unas condiciones detcrnlinadas. :^ esterespecto ha^- lntblicaciones que aclaran muchas cludas ; unacle las lilás moclernas es el trabajo I a tr^iste^n^ ^fc^ lo.c ci^^Yio,c,pttblicada por la llirección General de Cahacitación Agra-ria, de la que son autoi-es don Silvel^io Planes García y donl.:usebio González Sicilia (fig-. 5 ).

^TECESIDAI) I)I: L'i\^^ R_11'IDA F?1V"1'RAD_^ EN PRODUCCIÓN.

Actualn7ente hay dos motivos que hacen necesaria la rá-l,ida entrada en producción de las plantaciones de agrios :

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uno es disponer cuanto antes de las variedades que el uier-cado demanda ; el otro, el obtener pronto un^^s ingresos a^nlos que puedan cubrirse los cuantiosos g^ast^>s que lleva elestablecinliento de una plantación.

Con respecto al primer motivo, hay que tener en cuentaque en épocas pasadas el agricultor producía según sus gus-tos, y así aparecieron en hs mercados distintas tnarcas queno eran de denon^inación, sino de origen; tal es el caso dela Cadenera, que hizo famosa a la zona de Arena de Car-cagente, o el de las variedades sanguinas «de Corbera». Hoyla corriente es a la inversa : n^ es el agricultor el que im-pone los gustos al mercado ; es el gusto del consumidor elque impera y marca la pauta en la expansión de las varie-dades, y así las naranjas no son de un pueblo o comarca,sino de una nación ; ejemplo :«Navel de Fspaña» de 1.^^, 2.a,etcétera, segíin calidad, origen v_ otros detalles ;« Jafa deIsrael», etc.

No es de extrañar que naranjas fanlosas, tales co^n^^ lan^andarina común, antaño nluy apreciada hor su aroma, ^^la sanguina, conocida antes mundialn7ente por sus cualida-des gustativas, resistencia a transporte, etc., en pocos añoshayan lleg^ado casi a desaparecer y actualn^ente hayan sid^^desplazadas p^^r otras variedades; y éstas, tal vez, sin lu-g^ar a dudas, seguirán el mismo proces<^ en el transcurso deltiempo. Se conjugan a la vez la moda _v la enfermedad dela prisa, esto contando con los factores que actúan de ace-leradores, que son la propag^anda y los nledios int^^rn^ativos.

LJna de las forn^as de estar al día en lc> que a varieda-^les se refiere es Ilevand^ a cabo una re^injertada, pues ellnpernlite la reconstitución rápida del arbolado aprovechandc^el antiguo armazón. No obstante, tail^bién encierra una ^;e-rie de inconvenientes, tales com^^ una nlerma cle lc^s ingre-s^^s, sea cual fuere el sistema enlpleado, y un riesg^^ en lraque respecta al fizturo de la plantación, va que unas vecesl^^s árboles lleg^an a m^rir j^^r el g-ran desequilibri^^ ^ltte sepuede provocar; otras da lugar a la inoculación ^íe enfer-inedades viróticas, etc. (fig-. 6).

^ Una consecuencia del camhio de variedad es que los ár-

Fig. 6.-Detalle de un árbol reinjertado.

}x^les l,ierclen v^^lulnen al principio }^ ^^ue^la suficiente espa-ci<^ y luz en el suelo para pocler replantar. l,a replantaciónpermite qtte en aquellos casos en qtte no teng^a éxito la in-jertada se adelante alg^unos años en la entracla en producción de las nuevas plantas. Yero no sólo se aprovecha mejor el tiempo replantando: otra ventaja de esta práctica esque las nuevas plantas tiran mejor, pordue es preferible cul-tivar ag^rios entre agrios que ag^rios después de agrios.

Sup^uliendo que la reinjertada sea un é^ito ^- caue l^^,s ár-boles sobre los que se ha opera^lo estéli en muv buenas con-diciones, es de esperar c^ue el volumen alcanzacío por los piesviejos sea igual o mavor que antes cl,e reinjertar, en cuvocaso lo que habrá yue hacer, Ilegado el moment^^, es decidir-se por una de las plantaciones o aplicar los medios necesa-rios para cultivar una plantación nue se ha convertid^^ enintensiva.

El seg^und^^ motivo que hace necesaria la ráhicla entra-da en producción de las plantaciones es de tipo económico,como va se ha indicado anteriormente.

El propietario va no es el ag^ricttltrn- que trabaja la tié-

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t-1-a, sino el empt-esario ag^rícola que adetnás de tt-abajar di-rige, cuntabiliza, clispone de maquinaria (su valor y númerodependerá de la iml^ortancia de la explotación).

Las operaciones que el agricttltor realiza en sus cam^osson necesarias y, hor reg^la general, en fechas fijas; cadavez son mayores las necesidades de mano de obra attxiliary ésta es cada día más escasa y cara. Si no se encuentramano de obra auxiliar para trabajos eventuales, el agricul-tor tiene que adoptar nuevos sistemas de cultivo, que la ma-yoría de las veces se itnponen por necesidad _v no hor eco-n^^mía.

La5 metas actuales en agricultura son aumentar la pro-clucción en lo posible ^- conseguir a toda costa mayor cali-clad, con el fin de pocier competir en los mercados. Ni quedecir tiene que en ello juegan un importante l^apel las ope-raciones cíe cultivo, el incremento de tratamientos, los abo-nos, ntttrición foliar, etc.

Por todo ello, es necesario que las plantaciones entrenen prndttcción lo antes posible, para hacer frente a los cttan-tiosos gastos (fi^g. 7). ^

Fig. 7.--Detalle de la fruc-tificación en una planta

joven.

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Distintos sistemas de plantación de agrios.

A continuación describimos los distintos sistemas utili-zados en la plantación de agrios, considerados como una cle-rivación del marco real. También señalaremos albunas delas ventajas e inconvenientes de cada sistema, para que elagricultor interesado en estas cuestiones pueda decidir porsu cuenta e incluso juzgar a su manera la conveniencia de^aceptar uno u otro sistema.

CINCO D^ OROS.

^s un marco real, de 5-6 metros cíe lado, comhlemen-tado con un árbol situado en la intersección de las diag-o-^nales; entendemos este sistema como plantación intensiva.cuando se cultiva sin ánimo de arrancar.

El cinco de oros se hace indistintamente al establecer denuevo un naranjal o al replantar uno que ya e^istió ajus-^tacío a las directrices básicas. La ventaja que ofrece el sis-tema es una distribución pertecta de los árboles en la su-^perficie del terreno; además supone una mejor iluminación_del árbol en su primera época.

Los inconvenientes suelen ser una mavor dificultad enla realización de labores y en la ejecución de los tratamien-tos. En la seg^tznda época son necesarias podas muy severascon el fin de conservar la iluminación del árbol ; de no serasí se corre el peligro de que las plag^as ataquen con inten-^sidad, la procíucción se reduzca por pércíida de faldas, etc.Exponemos a continuación un esquerna para que se corn-prenda que el «cinco de oros» no es ni más ni menos que^un marco real reducido y desplazado (fig^. 8).

Comparancío los dos esquema.s llegamos a la conclusiónde que el «cinco de oros» es también un marco real que,.con respecto al originario, ha sufi-ido las siguientes modi-ficaciones :

- La dirección de las calles que forman los árboles haexperimentado un giro de 45°.

- l.a distancia entl-e árboles se ha reducido, pasancloa ser la mitad de la diagonal del marco anterior.

Como consecuencia de estas modificaciones hav inconve-Iiientes en la distribución de los caballones para el rieg^o ;también se presentan otros cuanclo se desea mecanizar el

a

Fig. 8.-Marcos de plantación. a) Cínco de oros; b) Marco real reducido.

cultiv<^ : hay que dar las labores en diagonal, con distinto1-ecorrido respecto a la máxima distancia. Teniendo en cuen-ta todos estos inconvenientes, cl-eemos que para la planta-ción definitiva es preterible el marco real reducido en vezdel «cinco de oros».

^)OBLE Y REDOBLF O MARCO REAL INTENSIVO.

l:n plantaciones hechas a marco real ordinari^^ puedenetectual-se replantaciones consistentes en colocar nuevos piesa mitad de distancia entre los árboles de todas las filas votros en la posición de «cinco de oros»; con ello se da ]tt-gar a lo que se ha llamado plantaciones doble ^^ re^í^^ble, otalnhién denominaclas marco real intensivo (fig. 9).

C,ALLES.

La dis^^osi^^ión de los ái^boles i=o1-tnand^^ calle^ es ^^tr^^sistema cle plantación intensiva. Partienclo de la l^lantaciónha^e a marcc^ real tradicional, las calles se f^^rman re^^lan-tan^l^> nuevos pies entre cada dos árboles de las filas en unasola clirección. ^Iaciéndolo así se evitan los inconvenientes<lel «cinco de ol-os» , ya que la anchura normal de las calles^,ermite que lc,s ái-b^^les estén suficienten7ente iluli^ina^l^^s ^-,

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Fig. 9.-Marco de plantación. A, marco real;B, cinco de oros; C, doblaje a los lados.

además, las labores, tratamientos fitosanitarios, etc., se rea-lizan con inav^^r facilidad por tener espacio libre entre fila^- fila; el tinico inconveniente es qtte no se pueden cruzar laslabores, pero esto no pre<^cupa nlucho al ag-ricultor, ya quecleb^j^ de los árboles (cuando son adttltos forman una líneaininterrutnpida ) no crecen lnalas hierbas, debido a la som-bra qtie ^>ro^-ectan. T,a densidad, es decir, el número de ár-b^les en las plantaciones en calles es igual que en las rea-lizadas a«cinco de orc^s» (fi^g. ^ 101.

En la Ribel-a del Jítrar, este inét^do, c^ue tiene g-ran

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acugida entre 1<^s r.ultivaclc^re5 de agrios, se denonzina l^lan-tación cloblanclo a fila o barrera. De lc^ dicho anteriormentese declnce que la clistancia entl-e árboles es la mitad q_ue laclistancia entrc filas (fig-. 11).

Llevando bien este sistelna de plantación se oblig^^ a lc^sárboles a vegetal• n^ás en el sentido de la calle qtie en el dela fila, perdiendo un pocc^ la fol-ma habitual.

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•'•^-•--• o ^^ > o '^' ^ o ^^^ , oFig. 10,-Evolución del «cinco de oros» a barreras.

GRUPOS.

Yara conseg^uir ttna entrada más rápicla en prodttcciónse puede emplear c^tra tc^i-ma de plantación, clue consiste ensustittiil- cada planta hor tin gl-upc^ o conjtintc^ de dos, tres,cuatrc^ ^^ies. Lsta hráctica también se emplea en el olivo,harral, etc. Los g-ráficos representan esquemáticamente enc^ué se l^ttnda esta ruestión (fig. 12 A, B, C).

I^n los esquelnas se c^bsel-va que el pel-íc^dc^ de tc^rma-ción es m^ís col-tc^ en todos los casc^s ^- que, lx^r lo tant^,, selleg^a más I-ápiclamente a cc^nsegnir la entl-a^la en pro^ltlc-ción, sc^^bre tocl^^ en el íiltimo ejeml^lo, en el que desde el

Fig. 11. Vista de unaplantación a calles.

Fig. 12.-A, grupo dedos pies; B, grupo detres pies; C, grupo de

cuatro pies.

Fig. 13. -- Arbolformado en t r e sramas principales.

j,rincihio se entra en la se^unda-tercera cruz (fig-s. 13 y 14).Iate mét^d^^, además de adaptarse iácilmente al laboreo

en d^,s direcci^^ne5, hace que sea posible no solamente unahronta entrada en l^roducción, sino un gran crecinliento ini-cial. Poniendo tres-rttatro pies por g^rupo se asegura una>>>ejor aireacidn interior de la r.ol^a (fir;-. 1^).

l,INEAS I':ARE:AI):^^ U llORLE CORD(^)^.

Como sienihre, vamos a partir de un lnarco real en quelos árboles se han sustituido por un grupo de dos o de cua-tro. Estos g-rullos, ininterrttmpidos en el sentido de las líneas,cunstituyen las líneati pareadas. Como rlorma, las distanciasque se manejan en las líneas pareadas vienen a ser 4-5 me-

Fig. 14. --- Grupoformado por tres

pies.

Fig. 15. - Grupo for-mado por cuatro pies.Obsérvese la iuz quedeja pasar al centromirando la s o m b r aque proyectan los ár-

holes.

tros entl-e calles, ti- 1 a 1,50 metl-os entl-e plantas. Viendoel siguiente esqu^ema se a^mprenderá fácilmente el sistema<le líneas hal-ea^las ^> d^^ble cc^r^lón (i^i^-. 16).

I^ste sistema parece ser que tiene el inconveniente deque conserva demasiada masa de vegetar.ión y, por tanto,talta luz en el centro de la fila fol-mada p^^r las dos líneascie 3rb^^les pl-ó^ilnas, dand^^ lugar a que Ios ál-b^^les a^l^juie-ran tina lc^rma tin tant^^ antinattll-al (fig-. 17).

o p v o o O

O U O o O O

♦ ♦ + ^ t ♦

A + t ^- t + +

+ + t + t +

O O p o O O

O o 0 0 o O

^-- A -^y

Fig. 16.--Sistema de ]íneas pareadas. (^^ ) Grupo que sustituye al marcoreal; ( -}- ) Arboles de relleno.

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I,INEAS ^ENCIL1.Ati O CORI)ON.

1'artiencíc^ de ttn marco real n^ás c^ menc^5 intensivc^,3--1 metros de seharación entre árbc^les ^- rellenau^lc^ los es-l^aric^s entre árbc^les en el sentid^^ de la línea a^n l^ies clis-

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Fig. 17.-Comparación entre la plantación en líneas pareadas y cordónen lo que respecta a la luz interior.

lntestos a 1, 1,^, 2 metros, etc., ccroseguiremc^s inll^lantarun naranjal a línea sencilla o corclón (fig. 18).

I^1 marccl viene determinado no solamente por la l^lan-ta (llie, variedad, etc. ), sino por los gustos del ag^ricultor.^^ctualmente se recomiendan marcos que oscilan de 3 a^-m etros entre calles v 1-2 metros entre árboles.

Las hrimeras hlantaciones que se llevaron a cabo poreste sistema fueron con mandarinos de la variedad Satsu-ma ; no obstante, después se han establecido con ^tras va-

(

Fig. 18.-Plantación en líneas sencillas^cordón).

rie^lacles cle nlandarinos y naranjos, tales con7o el Clemen-tino de Nules, Oroval, Navel Late, etc. (fig. ly).

1:1 iiiterés de este sistelria cle plantación radica en la altarentabilidad qtte se obtiene a partir cle los primeros ail<^s.A los tres-cuatro años se pueden obtener cosechas que ig-ua-lan a la plena producción por el sistelna tradicional, qtle,como se sabe, corresponde a los quince-veinte años. Comuconsecuencia, el producto neto logrado por año ^- tini^la^lde sttl^erficie puede ser muchísimo ma^-or que el ^^bteni^lupor otros sistemas de plantación. E^asta ahora, con rerte-r_a,no se puede fijar el línlite cle vicla cle la planta; ha}- ejem-

Fig. 19.-Plantación en cordón deuna variedad vigorosa y crecimiento

erecto.

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plos <]e l^lantaciotieti ele cliez-^loce años sin tlue se observenanotnalías <lehiclas al sistema cíe 1>lantación empleaclo.

Ha}- ttna serie ^le inconvenientes térniros qtte hasta aho-ra han lxxli^l^^ ser resneltos, tales c<ml^^ :

L^r^bo^-es.-l:n la l^ritnera época. es ^lerir, ^ittrante l^^sdos-tres ^rimeros años, las labores se pueden realizar em-1>leando los nlisinos me^íios que uara una l^lantación clásica.Después, la gran densidad de 1>lantas ^lifirulta el labrn•eo conmeclios mecánic^^^s; no obstante, se ptte^ien emplear otros mé-tocios, tales con^o laboreo a mano (cada clía más hrohibiti-vo), rttltiv^^ miato (l^asar ttna franja de la calle c^^n tnoto-cultor _^- empleo de herbicida^ en el resto del terreno) o nocttltiv^^ (ttsan^l<^ herbiciclas).

Pr^da.-Pueden al^lic.arse vario; sistemas ^le lmcla, segítnla capacitación del l^o<lad^r ^- el coinportamiento de la va-rie^iad. i.a l^o^la <le tormacióu ltrárticamente no eaiste; sólose dan un^^s cui^la<ios l^ara reg^ular la ^listribnción del es-dueleto.

Preocul^a imtchísim<^ la ^xxla cle Cructificación; a todacosta se pretende dtte los árboles no se crucen en las calles^londe ha^- qtte tener la snficiente lttz l^ara conseg^uir gran-^íes l^ro^iucciones ; hara ello, además ^le los aclareos nece-sarios, se recomienda ttna esl^ecie^ de poda larga crnno poclacie retorno por me^lio de rebajes (fig. 20).

Trcita-niieyatns.-Los tratamientos fitosanitarios, tal co^nose realizan en la actuali^ía^l, no son ^lifíciles de ejecutar (enagrios se emplean l^ttlverizaciones a inttcha presión, espol-voreo v fumigación cianhídrica), porqtte en todos los casos:hay suficiente espacio ei^ las calles para manejar los dife-rentes ntensilios.

^4bo^^ia-do.-^31 obte^uerse más producción por uniclad desuperficie }- manejar mayor número de árboles, hay mayo-res exigencias en ntttrientes ; se recomienda el einpleo cíeabonaclos racionales, ahlicados a dosis normales e incremen-tando el níimer^ de ahortaci^nes.

Fig. 20.-?.a misma planta de Satsumo. A la izquierda, antes de podar;a la derecha, después de efectuada la poda.

Riegos.-Se cleben incrementar. El terreno se debe dis-tribuir de forma que los árboles queden dentro de un alcor-que ininterruml^ido.

SISTEMA MIXTO.

Se trata de una combinación de líneas sencillas con líneashareadas. Esta combinación se hace princil^almente en cul-tivo asociado de ag^rios con ag^rios, cuando se piensa elimi-nar, por regla general, la frla sencilla, para seg^uir con lamecanización y no tener que practicar el día de mañana laspodas de retorno mencionadas anteriorm.ente, sino simple-mente unos aclareos por rebaje. Estas combinaciones puedenser de dos variedades distintas, con el ánimo de eliminaruna de ellas, o también pueden ser de la misma variedad.Como se ve, son las va comentadas plantaciones en cordón,

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con una solución que permite continuar el cultivo meca.^i-zado y no practicar las podas de retorno.

Vemos muchísimas más ventajas en las plantacionestipo cordón que en las dobles líneas o plantaciones mixtas.

Resumen.

A1 principio, el hombre no ejerció ning^una actividacíagrícola en lo que a fruticultura concierne; lo más que hizofue aprovecharse de la producción e^spontánea o tener algúnfrutal en el jardín.

La escuela de Versalles es la primera en preocuparseclel establecimiento de la f.ruticttltura. Las formas que a ple-no campo se emplean son tales, que llegan a conseguir unplano cíe producción; no existen faldas, las ramillas cíe pro-ducción están en los extremos (recuérdese el vaso dicotó-mico, las formas campana, etc. ).

Posteriormente, las formas de los árboles evolucionan aesferas, son más interesantes las producciones en copas queen planos; ejemplos son el vaso cíiferido, vaso helicoidal ylas grancíes formas libres americanas.

Hay necesidad de una fruticultura más intensiva, deobtener más calidad y más producción. Entran en juegolas formas apoyadas o los setos. Estas producciones sonmuchísimo más interesantes que las otras, estamos en loshrisrnas de producción ; ejemplos de ellos son todos los^istemas intensivos franceses o italianos. Esta es la últimavertiente no solamente en lo que a f^-uticultura se refiere,sino también a la citricultura.

Considerando la citricultura como una rama especial dela fruticultura, nos atrevemos a exponer los siguientes ra-zonamientos esquematizados, para que el lector pueda com-prender mejor la gran producción que con los sistemas in-tensivos descritos se puede obtener :

- Si bien es verdad que en las plantaciones intensivaslos gastos se incrementan notablemente, también es de no-

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la ^^roducción brut^ en todos los casos que conocemos.

- Siempl-e que las pl-ácticas c[ilturales, así a^ln[^ losf actores limitantes [le la pr[xluccibn, sean l^^s allro^^iaclos^^ai-a este tipo ^le hlantaci^n, creen^l^^s que ^uede seg^tiir ^^bte-niéndose, ^>or ahora, ma_v^^r beneficic^ que en las plantaci^nestra^lici^males.

PUBLICACIONES DE CAPACITACION AGRARIA

Bravo Murillo, 101, Madrid-20.

Se autoriza la reproducción ínteyrade esta publicación mencionando suorigen, aHojas Divulgadoras del Mi-

nisterio de Agricultura».

I>^pósao le^;al, A1. 3.109 - 1953.

Gr'ific^as ['F;uina.

^leléndez Valdés, 7.

Ma^lrid, ]A69.