Se inicia el proceso electoral, con un ramillete de candidatos que con sus propuestas se enfrentarán para lograr tener las riendas del municipio. Cada uno con su potencial de ideas, con recorrido en procesos administrativos, pero todos con un sentir de necesidades y con el peso de promesas incumplidas a lo largo y ancho del territorio que van dejando los mandatarios de turno, además con deseo de ser un ejemplo de vida para cada uno de los sanrocanos. Cierto día escuché a un orador decir ”Quien se lava las manos ensucia su conciencia” Para ese momento no entendía, quizá porque siempre me había cobijado con la excusa de “es mejor no meterme en problemas”, pero al pasar el tiempo y observar a mi alrededor tanta hipocresía, abuso, maldad, injusticia; comprendí entonces estas palabras. Dicho comentario me llevó a pensar en la segunda guerra mundial donde murieron tantos inocentes a manos de grupos fanáticos. El holocausto de millones de judíos no podía haberse realizado sin la complicidad silenciosa de millones de personas que decidieron lavarse las manos. Cuando vemos tanta injusticia, cuando contemplamos el atropello de los derechos del otro y simplemente optamos por el silencio nos convertimos en cómplices y que a pesar de no ser autor del delito participa activa o pasivamente de él, porque en la vida se es protagonista o se es espectador; no hay términos medios. El asunto es que sin llegar a los extremos y sin buscarnos problemas innecesarios se debe actuar con justicia y lealtad en el sentido que debo hacer mi parte y dejar claro “yo dije”, yo advertí”, “yo visione”, en fin yo hice lo que tenía que hacer sin dejarme manipular por otros, teniendo criterio propio; de esta manera hoy puedo decir con la cabeza muy en alto: “Estoy en paz con mi conciencia” porque la conciencia es una almohada en la cual podemos dormir en paz cuando se ha obrado bien. Lo que muchos no logran entender es que con el silencio hacemos que las victimas tengan un mal conceptos de aquellos que pudieron defenderlas. Quizás porque nos creían más justos, más buenos, más serios, más responsables, más diligentes y menos hipócritas; me viene otro pensamiento de MARTÍN LUTHER KING “NO ME PREOCUPA TANTO LOS ACTOS DE LA GENTE MALA, SINO EL ESPANTOSO SILENCIO DE LA GENTE BUENA” Son muchos lasa veces que hemos recibido palmaditas en la espalda de aquellos que les importa nuestra situación, que sienten lo que nos pasa, cuando todos ellos como nosotros sabemos que en el fondo fueron conscientes de nuestro dolor o de la situación difícil que estamos pasando; solo que lo hicieron a nuestra espalda: tirando la piedra y escondiendo la mano. Vale la pena analizar y cuestionarnos si con nuestro proceder también nos estamos LAVANDO LAS MANOS; estamos siendo participes de la desgracia de otras personas, ensuciando así nuestra conciencia; vale la pena escuchar nuestra conciencia y actuar para no ser cómplices, pues en este mundo vale más la aprobación de los hombres que la de un Dios. Y no olvide no se deje manipular; solo usted decide por quien votar. “Solo los recuerdos quedan marcados cuando nuestros hechos construyen el camino de la sociedad; sigue al hombre que con su actuar muestra el camino de sus palabras” Somos grandes en la medida en que no hacemos cosas por nosotros sino por los demás.

Se inicia el proceso electoral, con un ramillete de candidatos que con sus propuestas se enfrentarán para lograr tener las riendas del municipio. Cada uno con su potencial de ideas, con recorrido en procesos administrativos, pero todos con un sentir de necesidades y con el peso de promesas incumplidas a lo largo y ancho del territorio que van dejando los mandatarios de turno, además con deseo de ser un ejemplo de vida para cada uno de los sanrocanos. Cierto día escuché a un orador decir ”Quien se lava las manos ensucia su conciencia” Para ese momento no entendía, quizá porque siempre me había cobijado con la excusa de “es mejor no meterme en problemas”, pero al pasar el tiempo y observar a mi alrededor tanta hipocresía, abuso, maldad, injusticia; comprendí entonces estas palabras. Dicho comentario me llevó a pensar en la segunda guerra mundial donde murieron tantos inocentes a manos de grupos fanáticos. El holocausto de millones de Judíos no podía haberse realizado sin la complicidad silenciosa de millones de personas que decidieron lavarse las manos. Cuando vemos tanta injusticia, cuando contemplamos el atropello de los derechos del otro y simplemente optamos por el silencio nos convertimos en cómplices y que a pesar de no ser autor del delito participa activa o pasivamente de él, porque en la vida se es protagonista o se es espectador; no hay términos medios. El asunto es que sin llegar a los extremos y sin buscarnos problemas innecesarios se debe actuar con justicia y lealtad en el sentido que debo hacer mi parte y dejar claro “yo dije”, yo advertí”, “yo visione”, en fin yo hice lo que tenía que hacer sin dejarme manipular por otros, teniendo criterio propio; de esta manera hoy puedo decir con la cabeza muy en alto: “Estoy en paz con mi conciencia” porque la conciencia es una almohada en la cual podemos dormir en paz cuando se ha obrado bien. Lo que muchos no logran entender es que con el silencio hacemos que las victimas tengan un mal conceptos de aquellos que pudieron defenderlas. Quizás porque nos creían más justos, más buenos, más serios, más responsables, más diligentes y menos hipócritas; me viene otro pensamiento de MARTÍN LUTHER KING “NO ME PREOCUPA TANTO LOS ACTOS DE LA GENTE MALA, SINO EL ESPANTOSO SILENCIO DE LA GENTE BUENA” Son muchos lasa veces que hemos recibido palmaditas en la espalda de aquellos que les importa nuestra situación, que sienten lo que nos pasa, cuando todos ellos como nosotros sabemos que en el fondo fueron conscientes de nuestro dolor o de la situación difícil que estamos pasando; solo que lo hicieron a nuestra espalda: tirando la piedra y escondiendo la mano. Vale la pena analizar y cuestionarnos si con nuestro proceder también nos estamos LAVANDO LAS MANOS; estamos siendo participes de la desgracia de otras personas, ensuciando así nuestra conciencia; vale la pena escuchar nuestra conciencia y actuar para no ser cómplices, pues en este mundo vale más la aprobación de los hombres que la de un Dios. Y no olvide no se deje manipular; solo usted decide por quien votar. “Solo los recuerdos quedan marcados cuando nuestros hechos construyen el camino de la sociedad; sigue al hombre que con su actuar muestra el camino de sus palabras” Somos grandes en la medida en que no hacemos cosas por nosotros sino por los demás.

MARGELICA PARRA ORTIZ

MARGELICA PARRA ORTIZ

SAN ROQUE CON FUTURO, POR EL VALOR DE LA PALABRA Margelica Parra Concejal N° 7 Partido Conservador

Osvaldo Rodríguez Alcalde 2016-2019 Partido Conservador

MARGELICA PARRA ORTIZ

SAN ROQUE CON FUTURO, POR EL VALOR DE LA PALABRA Margelica Parra Concejal N° 7 Partido Conservador

Osvaldo Rodríguez Alcalde 2016-2019 Partido Conservador

MARGELICA PARRA ORTIZ