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Francisco Samaniego González La ciudad capitalista: un valor de uso complejo

Topalov, Christian. La Urbanización Capitalista, algunos elementos para su análisis, la ed. Edi t . E d i c o l , Méx ico . 1979 (Colecc ión d i seño : ruptura y al­ternativas).

L a Soc io log ía Urbana, al igual que el conjunto de las Ciencias Sociales, se encuentra ante su gran disyuntiva de desarrollo: continuar desa r ro l l ándose como conocimiento t e c n o c r á t i c o (destinado a la planif icación, cuantifica-c ión , d i seño de proyectos reformistas, etc.) al servicio del Estado y de la empresa capitalistas, o bien, romper con los marcos " a c a d é m i c o s " tradi­cionales para desarrollarse como un a u t é n t i c o conocimiento c ien t í f ico (que estudie la re lac ión causa-efecto de la p r o b l e m á t i c a urbana) que escla­rezca los procesos de las luchas populares.

Christ ian Topalov, expone las rupturas que la "nueva socio logía urba­na" —como él la denomina— ha tenido que efectuar al orientarse en el ca­mino de esa segunda alternativa, y, a partir de ello, somete a debate " ( . . .) un conjunto de proposiciones teór icas sobre la u rban izac ión capita­lista, elaboradas a partir de la experiencia europea y principalmente fran­cesa" 1 .

E l texto que nos ocupa es interesante para todo t ipo de investigadores sociales y fundamental para los estudiosos de la soc io logía urbana; tiene su origen en un curso impart ido por el autor en el Centro de Estudios E c o n ó ­micos y Demográ f icos de E l Colegio de Méx ico , durante enero-febrero de 1978. A d e m á s de util izar los aportes del marxismo clásico, Topalov reco­ge las aportaciones de Patrice Grevet, Susanna Magri , y E d m o n d Pré te-ceille.

Desde su primera a f i rmac ión , Topalov es tajante: " L a ciudad capitalis­ta es tá en c r i s i s " 2 , dondequiera se llevan a cabo luchas populares contra los efectos de esa crisis (subempleo, pobreza, carencia de viviendas y de equipamientos colectivos, so luc ión , opres ión en todos los aspectos de l a vida cotidiana) y, en ocasiones, contra sus mismas ra íces . E n virtud de ello, afirma, el rechazo a la e x p l o t a c i ó n indirecta en la c iudad puede coin­cidir con el rechazo a la e x p l o t a c i ó n directa en la empresa; en el camino de esta convergencia se encuentra el propio cambio social, la marcha hacia el socialismo.

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E n ese contexto —plantea— el análisis de los f e n ó m e n o s urbanos ha conocido una profunda renovac ión , con la inquietud c o m ú n de vincular t e o r í a y praxis bajo un mismo m é t o d o : la u t i l izac ión de los instrumentos ana l í t i co s del materialismo h i s tó r i co para combatir las ideo log ías oficiales, paia sobrepasar lo aparencial.

Tras esa advertencia, Topalov procede a explicar el desarrollo de la so­c io logía urbana. Manifiesta que, a fines de los 60's, al iniciarse la nueva soc io logía urbana francesa su p r e o c u p a c i ó n fundamental es: considerar la ciudad como un producto, como el resultado de un proceso de produc­c ión , y no solamente como objeto de consumo material y s i m b ó l i c o ; de tal modo que la soc io log ía urbana académica dejase de ser lo que en esa épo­ca era: una ps icosoc io log ía de las necesidades humanas (que se encargara de estudiar los comportamientos y actitudes de los habitantes del medio urbano), en un contexto dado de condiciones urbanas que pudiese más o menos satisfacerlas, es decir, se trataba de una ps icosoc io log ía ecológica (ocupada de estudiar el equi l ibr io entre el hombre de la c iudad y su me­dio ambiente).

Ese papel asignado a la soc io log ía urbana a c a d é m i c a r e s p o n d í a a una doble sumis ión : por una parte a los requerimientos de la e c o n o m í a margi-nalista (la cual le asigna el estudio de lo residual, o sea, lo subjetivo), y, por otra parte, a las demandas del Estado francés (que la ut i l iza para el establecimiento de las normas de equipamiento que definen las necesida­des en materia de espacio, aulas escolares, espacios verdes, de superficie de comercio por habitante, etc).

De esta " s o c i o l o g í a de los consumos urbanos", surge una primera rup­tura "( . . .) efectuada por una nueva corriente de investigadores que tratan de uti l izar el materialismo h i s tó r i co como m é t o d o de trabajo; tratan de partir de la p r o d u c c i ó n , de estudiar la ciudad como el resultado de proce­sos de u rban i zac ión capitalista y no de considerarla como una realidad ya dada. A l hacerlo, es toda la c o n s t r u c c i ó n a c a d é m i c a de la e c o n o m í a espa­cial y de la soc io logía urbana en el corte e c o n o m í a / s o c i o l o g í a e investiga­c i ó n / p o l í t i c a que se cues t iona" 3 .

A este primer cuestionamiento le a c o m p a ñ a una segunda ruptura, refe­rente al papel del Estado. Para las disciplinas académicas el Estado está siempre fuera del campo de análisis, consti tuye una "variable independien­te" ( c o n c e p c i ó n que es coherente con la ideo log ía p rác t i ca de la planifica­c ión en general y de la urbana en particular); para la nueva soc io log ía ur­bana el Estado no es un sujeto dotado de voluntad, sino que es un conjun­to de aparatos que realizan, por un proceso cierto, por un proceso sin sujeto, el in te rés general de la clase dominante. 4 Concebir al Estado como clasista, impl ica que la po l í t i ca urbana no puede reducirse a una actividad de p lan i f icac ión , sino que se convierte en un momento de un proceso so­cial complejo el de las luchas de clase , donde se inc luyen los movimien­tos sociales urbanos.

L a p r o b l e m á t i c a de base del texto que r e s e ñ a m o s , tesis fundamental a

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desarrollar, es el reconocimiento de una c o n t r a d i c c i ó n : la c o n t r a d i c c i ó n entre el movimiento de social ización de las fuerzas productivas y el carác­ter, de ap rop iac ión privada, de las relaciones sociales de p r o d u c c i ó n capi­talista; como lo expresa Topalov: "Es ta con t r ad i cc ión es la fundamental, expresada en el espacio de ese modo de p r o d u c c i ó n , pues va a producir h i s t ó r i c a m e n t e formas siempre nuevas de social ización: la estatal y mono­polista de la fo rmac ión de los valores de uso urbano. Pero al mismo tiem­po, va a reproducir l ími tes siempre nuevos a esta social ización de las fuerzas productivas. Estos l ími tes se expresan en las luchas de clase, así co­mo en las crisis urbanas de las me t rópo l i s capitalistas". 5 .

Topalov plantea que la ciudad es el resultado de la división social del trabajo y es, al mismo t iempo, una forma desarrollada de la c o o p e r a c i ó n entre unidades de p r o d u c c i ó n ; la ciudad es una fuerza productiva (porque concentra las condiciones generales de la p r o d u c c i ó n y de la c i rculac ión del capital, y de la p r o d u c c i ó n de la fuerza de trabajo), r azón por la cual, para el capital, es un valor de uso complejo que nace del sistema espacial, de la a r t icu lac ión en el espacio de valores de uso elementales.

Nuestro autor define la u rban izac ión del siguiente modo: "( . . .) la ur­ban izac ión capitalista es, ante todo, una mul t i tud de procesos privados de ap rop iac ión del espacio" 6 ; consecuentemente, por el ca rác te r de las rela­ciones de p r o d u c c i ó n , es imposible garantizar la r e p r o d u c c i ó n de las con­diciones generales, urbanas, de p r o d u c c i ó n . De allí surge la con t rad icc ión .

Las condiciones generales de p r o d u c c i ó n (que son la fuerza producti­va nueva, específ ica que consti tuye la ciudad y, más ampliamente, el espa­cio capitalista), son clasificadas en dos tipos:

1. Las condiciones generales de la p r o d u c c i ó n y de la c i rculac ión del capital.

2. Las condiciones de la r e p r o d u c c i ó n de la fuerza de trabajo. 1. L a ciudad supone la existencia, funcionamiento, mantenimiento y

expans ión de un conjunto de medios de p r o d u c c i ó n preconstituidos que requieren las empresas industriales (suministro de agua y de energía , me­dios de transporte de las mercanc í a s , etc.); con ello permite que el capital no se ocupe de los sectores no-rentables para él, pero que le son necesarios para el proceso de la p r o d u c c i ó n .

2. L a ciudad es, fundamentalmente, una concen t r ac ión de mano de obra disponible en las diversas calificaciones que la p r o d u c c i ó n requiera; esta fuerza de trabajo se produce y se reproduce gracias a la existencia de medios de consumo socializados, así como de fo rmac ión , de acu l tu rac ión y encuadramiento, de transporte hacia los centros productivos, etc.

"Sobre esta doble base de la reserva de mano de obra y de las infraes­tructuras industriales, la fuerza productiva de la ciudad es el resultado, en fin de la c o n e x i ó n espacial de las propias empresas industriales (. . . ) " . 7 Es

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de esta manera, c ó m o la ciudad va a posibili tar una d i sminuc ión de los gas­tos generales de la c i rculación del capital y una r e d u c c i ó n de los tiempos de c i rculac ión dentro y fuera de la p r o d u c c i ó n ; en efecto, la u rban izac ión modif ica no sólo las condiciones de la p r o d u c c i ó n , sino t a m b i é n las de la c i rculación del capital.

Una h ipótes is de trabajo —para los análisis concretos— que nos parece muy útil , es propuesta por Topalov; consiste en considerar la o rgan izac ión espacial como una superpos ic ión y una a r t i cu lac ión de varios tipos de es­pacios de p r o d u c c i ó n , cada uno de los cuales c o r r e s p o n d e r í a a una fase de la división capitalista del trabajo; previamente se reconoce que, evidente­mente, en una sociedad concreta pueden estar presentes, al mismo tiempo, varias etapas de la división capitalista del trabajo, e incluso que puedan subsistir en ella relaciones de p r o d u c c i ó n precapitalistas.

Por otro lado, para Topalov la ciudad no es una m e r c a n c í a similar a la materia prima, ya que n ingún polo de a c u m u l a c i ó n controla la fo rmac ión (prefiere denominarla fo rmac ión y no p r o d u c c i ó n ) de los valores de uso complejo; la denomina fo rmac ión en vir tud de que es el resultado "de un proceso ciego y p r o b l e m á t i c o " . Es p r o b l e m á t i c o , porque varias contradic­ciones se oponen a esta fo rmac ión :

l o . E l capital no p r o d u c i r á ciertos elementos necesariarios al valor de uso complejo: los que no le sean rentables.

2o. L a c o o r d i n a c i ó n espacial de los elementos de valor de uso tropie­za con el hecho de que cada uno de ellos es producido y circula a u t ó n o m a ­mente.

3o. E l ca rác te r no reproducible y monopolizable de los efectos úti les de la ag lomerac ión (valores de uso complejos) va a tener como consecuen­cia la fijación de las sobreganancias de local ización en forma de rentas. Es­tas rentas del suelo van a devolver al capital el reflejo de su propio movi­miento, o imponer a cada capital particular los l ími t e s de la sobreganancia localizada."

Esta serie de planteamientos serán el punto de partida (las contradic­ciones de la u rban izac ión capitalista) para que Topalov analice la re lac ión entre u rban izac ión y r e p r o d u c c i ó n de la fuerza de trabajo (en torno a las contradicciones de la fuerza de t r aba jo -mercanc ía y fundamento del siste­ma púb l i co de mantenimiento), las contradicciones de la social ización ca­pitalista del consumo, y las po l í t i cas estatales de equipamientos colectivos ref i r iéndose concretamente al nacimiento de la vivienda públ ica en Francia o Inglaterra. Así como t a m b i é n , es punto de referencia para analizar el ci­clo del capital en el sector inmobi l iar io , exponer un análisis h i s tór ico de los sistemas de p r o d u c c i ó n de la vivienda en Francia e Inglaterra, y, final-monte, para estudiar la fo rmac ión de los precios del suelo en la ciudad ca­pitalista (como una i n t r o d u c c i ó n al problema de la renta del suelo urba­no).